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Cada uno de los polos del contactor está dentro de una cámara de material aislante con
una amplia apertura en su parte inferior y una pequeña en su parte superior. Esta
particular construcción crea un fenómeno de aspiración comparable al producido en una
chimenea. Cuando el arco aparece entre los contactos, calienta, por su temperatura
elevada, el aire contenido en la cámara. Dicho aire se escapa por arriba. Así pronto está
sustituido por aire fresco que entra por la parte inferior. Aspirado por este movimiento
de ascensión, el arco se alarga, se enfría al rozar con las piezas metálicas y finalmente se
extingue. Cuando la intensidad a cortar es muy importante, el soplado por
autoventilación es insuficiente y es preciso recurrir al soplado magnético.
SOPLADO MAGNÉTICO
El soplado magnético puede ser utilizado tanto en corriente alterna como en corriente
continua ya que la inversión del sentido del sentido de la corriente que atraviesa el polo
invierte el campo y por tanto el sentido de la fuerza que actúa sobre el arco no cambia.
Sin embargo, como no hay paso por cero del período, el número de espiras de la bobina
de soplado debe ser inversamente proporcional a la intensidad a controlar. Es necesario
generar un campo magnético suficiente para provocar el alargamiento del arco,
proyectándolo hacia arriba de la cámara y provocando su extinción en un tiempo
determinado.
Bibliografía:
Martínez, J. (2003). Tegnología IV. España:MAD.