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El psicólogo juega varios roles importantes en el tratamiento del trastorno de personalidad, incluyendo la evaluación, diagnóstico, tratamiento, prevención y rehabilitación. El psicólogo evalúa al paciente, diagnostica el trastorno de personalidad, y provee tratamiento e intervención clínica para aliviar los síntomas. También trabaja en prevención, detección temprana, rehabilitación y reinserción del paciente a la sociedad.
Descripción original:
hecho po jonathan hormazabal
Título original
rol del psicologo en los trastornos de personalidad
El psicólogo juega varios roles importantes en el tratamiento del trastorno de personalidad, incluyendo la evaluación, diagnóstico, tratamiento, prevención y rehabilitación. El psicólogo evalúa al paciente, diagnostica el trastorno de personalidad, y provee tratamiento e intervención clínica para aliviar los síntomas. También trabaja en prevención, detección temprana, rehabilitación y reinserción del paciente a la sociedad.
El psicólogo juega varios roles importantes en el tratamiento del trastorno de personalidad, incluyendo la evaluación, diagnóstico, tratamiento, prevención y rehabilitación. El psicólogo evalúa al paciente, diagnostica el trastorno de personalidad, y provee tratamiento e intervención clínica para aliviar los síntomas. También trabaja en prevención, detección temprana, rehabilitación y reinserción del paciente a la sociedad.
El rol del psicólogo en el trastorno de personalidad
Su rol general, es el de ser un psicólogo clínico y de la salud y, por tanto, evaluar,
diagnosticar, explicar, tratar, modificar y prevenir los trastornos mentales de personalidad
1. Evaluación: reunión de información relativa a los repertorios conductuales, el
funcionamiento cognitivo y el estado emocional de los individuos diagnosticados con trastorno de personalidad en el área pública de la salud. En general, los instrumentos más usuales son algún tipo de test, cuestionarios, entrevistas y observaciones, aunque por las condiciones del contexto, la evaluación puede no ser tan exhaustiva como en el ámbito privado.
2. Diagnóstico y diagnóstico diferencial: identificación y rotulación del trastorno de
personalidad, como resultado de la evaluación. Involucra la toma de decisiones: Decisión sobre si se trata de un problema que cae dentro de su competencia o no, decisión sobre el grado de severidad o gravedad de las primeras informaciones que se ofrecen del problema, diagnóstico - si procede-, especificación del problema en términos operativos e indicación del tratamiento. En el caso del diagnóstico diferencial, éste pasa a ser muy relevante en el ámbito de los trastornos de personalidad, pues va a permitir su clarificación: saber si se trata de un trastorno de personalidad múltiple, histriónico, narcisista u otro, lo que va a dar paso a la dinámica de tratamiento y rehabilitación.
3. Tratamiento e Intervención: supone intervenciones clínicas sobre los individuos
con el objeto de entender, aliviar y resolver su trastorno de personalidad, en el ámbito de la salud pública. La prestación del tratamiento puede ser en aplicación individual, en pareja, o en grupo, y ser llevado por uno o más psicólogos constituidos en equipo. En el contexto de la salud pública, la actividad del psicólogo clínico y de la salud ha de ser entendida como intervención, más que como tratamiento en el sentido estricto. Esta función implica objetivos como: Identificar y evaluar factores psicosociales que incidan en la calidad de la atención recibida por el paciente. Identificar y evaluar factores psicosociales que incidan en el bienestar de los pacientes durante su enfermedad. Identificar los problemas psicosociales causados por la enfermedad (diagnóstico, curso, tratamiento y recuperación). Diseñar y ejecutar programas de tratamiento de las disfunciones psicosociales que acompañan el proceso de enfermar o a la propia hospitalización y tratamiento correspondiente.
4. Prevención y Promoción de la Salud: trabajo de intervención comunitaria de los
psicólogos de la salud. Sus funciones preventivas y promotoras de salud se centrarán en:
- Capacitar a los mediadores de las redes socio sanitarias de la comunidad para
desempeñar funciones de promoción de la salud y de prevención. - Analizar la problemática de las personas con prácticas de riesgo, elaborando estrategias encaminadas a aumentar el contacto con ellas y valorando la adecuación de la oferta real de tratamiento a dicha problemática.
- Incrementar el nivel de conocimientos de las personas en situación de riesgo de
la comunidad, sobre el trastorno de personalidad o sobre los factores de riesgo.
- Promover una mayor accesibilidad a los instrumentos preventivos.
5. Detección temprana: acciones llevadas a cabo con el fin de detectar temprana y
positivamente el trastorno de personalidad, a la luz de la aplicación de escalas.
6. Rehabilitación: acciones destinadas a habilitar al sujeto para su mejora funcional
a nivel psíquico, comportamental, social y/o físico, en relación al trastorno de personalidad asociado a su persona. Va ligado al tratamiento y tiene su eje en talleres de rehabilitación conductual.
7. Reinserción: acciones llevadas a cabo con el fin de que el individuo
diagnosticado con trastorno de personalidad, luego del tratamiento y rehabilitación, pueda reinsertarse a la sociedad como sujeto adaptado a ella, es decir, pueda llevar a cabo una vida "saludable" y con un funcionamiento general adecuado para todas las funciones que tenga que llevar a cabo en el ámbito social. Son muy importantes en este sentido, los talleres de entrenamiento de habilidades, los talleres de reinserción laboral o talleres de relajación. El objetivo aquí es devolverle al sujeto su capacidad adaptativa, para que pueda llevar a cabo sus funciones sociales, más allá de una posible continuidad de su trastorno.