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El impacto de la ingeniería civil como polo de desarrollo

de una región y reducción a la pobreza

Carlos Felipe Fabián Augusto Edder Alexander


Urazán Bonells1 Lamus Báez 2 Velandia Durán 3
1
Ingeniero Civil y Especialista en Administración de obras de construcción. Doctor en Gestión del Territorio e
Infraestructuras del transporte por la Universidad Politécnica de Cataluña. Profesor Asociado del Programa de
Ingeniería Civil de la Universidad de La Salle (Grupo Ciroc). Email: caurazan@unisalle.edu.co.
Actualmente desarrolla investigaciones en el campo de movilidad urbana y transportes, así como en desarrollo urbano
de origen informal y vivienda social.

2
Ingeniero Civil, Candidato a Doctor en Ciencia y Tecnología de Materiales, Profesor Asistente del Programa de
Ingeniería Civil de la Universidad de la Salle (Grupo Ciroc). Email: falamusb@unisalle.edu.co.
Actualmente desarrolla investigaciones en el campo de las estructuras y desempeño de materiales para construcción.

3
Ingeniero Civil de la Universidad Francisco de Paula Santander. M.Sc. en Ingeniería Civil y M.Sc. en Ingeniería
Industrial por la Universidad de Los Andes. Profesor Asistente del Programa de Ingeniería Civil de la Universidad de
La Salle (Grupo Ciroc). Email: evelandiad@unisalle.edu.co.
Actualmente desarrolla investigaciones en el campo de infraestructuras hidráulicas, así como en desarrollo sostenible
de ciudades.

RESUMEN
La ingeniería civil tiene un rol primordial en la superación de la pobreza al innovar en vivienda e infraestructura. No
obstante los esfuerzos actuales de gobiernos y entidades de cooperación en América Latina no son suficientes para
impactar drásticamente la reducción del déficit de vivienda en un contexto donde viven 167 millones de personas en
pobreza. Por tanto, se requiere de innovación en diversos ámbitos como: abastecimiento de agua, saneamiento básico,
riesgo por localización, vías y transporte, y en nuevos materiales y sistemas constructivos de vivienda; que se
cataloguen como tecnologías apropiadas de bajo costo con alta participación comunitaria. Como escenarios de
actuación, la ingeniería civil tiene opción desde: la academia, organizaciones de cooperación, organismos de gobierno
y la empresa privada. Este documento es una invitación a coadyuvar en el fortalecimiento de la ingeniería para mejorar
indicadores que inciden en calificar un sinnúmero de grupos humanos como pobres.

Palabras claves: Pobreza, Ingeniería civil, Desarrollo urbano, Vivienda social, Servicios públicos
1. INTRODUCCIÓN
Para exponer temas de pobreza, primero debe hacerse claridad en los patrones que definen qué
personas son pobres. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones
Unidas, CEPAL, expone en su documento Panorama Social de América Latina (2012) que la
población general se divide en: pobre, y no pobre.

A su vez la población no pobre se subdivide en: Vulnerable (aquellos con ingresos entre 1.0 y 1.5
veces el valor de la línea de pobreza), y No vulnerable (aquellos que superan la anterior condición
de ingresos). Por su parte, la población pobre se subdivide en: Indigentes (persona que no cuente
con al menos 1 dólar americano diario para subsistir – línea de indigencia o de pobreza extrema),
y Pobres no indigentes (persona que no cuente con al menos 2 dólares americanos diarios para
subsistir – línea de pobreza).

Sin embargo, existen otros indicadores que también permiten definir el grado de pobreza de la
población: el índice de necesidades básicas insatisfechas (NBI), índice de pobreza humana (IPH),
índice de desarrollo humano (IDH) y coeficiente de Gini, entre otros. De estos, algunos prestan
atención directa a la carencia de vivienda y servicios públicos básicos domiciliarios en condiciones
adecuadas, como es el caso del NBI que involucra: hacinamiento1, calidad de materiales de
construcción y carencia de servicios públicos domiciliarios básicos, junto a la inasistencia escolar
y la dependencia económica del jefe de hogar. La existencia de una de esas carencias califica al
hogar como pobre, y si son 2 más carencias la calificación es de indigencia. Otros indicadores
como el IPH contempla el acceso a agua potable (Echeverry, 2013).

Ahora, revisando estadísticas, una nota de prensa de la CEPAL en 2012 destaca que al cierre de
ese año la región latinoamericana registraba 167 millones de personas en situación de pobreza,
cifra equivalente al 28.8% de la población y que son 66 millones adicionales las personas que
califican en extrema pobreza (CEPAL, 2012) (Figura 1).

1
Más de 3 personas durmiendo en una misma habitación.
Figura 1. Población en condición de pobreza y de indigencia en América Latina y el Caribe.
1980 a 2012. En porcentaje (izquierda) y población en millones (derecha).
Fuente: CEPAL. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Organización de
Naciones Unidas –ONU- (2012). Panorama Social de América Latina.

2. RELACIÓN ENTRE POBREZA Y DÉFICIT EN INFRAESTRUCTURA Y


VIVIENDA

El mismo documento pone en evidencia que hay una relación evidente entre pobreza y falta de
acceso a los servicios básicos domiciliarios (agua segura, servicio sanitario, energía).
Adicionalmente se destaca que la provisión de energía eléctrica es la más difundida, seguida por
la de agua potable, y que los servicios sanitarios son los más carentes con déficit que supera el
50% en la población indigente y cerca del 40% en la pobre no indigente (Figura 2).

No es nuevo el planteamiento que relaciona la inversión en infraestructura con la reducción de


pobreza. Perroti y Sánchez (2011) exponen que “En la actualidad existe un amplio consenso sobre
los efectos que ejercen la disponibilidad y calidad de la infraestructura económica, y sus servicios
derivados, sobre el crecimiento económico y su sostenibilidad en el tiempo”, entendiendo que la
infraestructura se compone de estructuras de ingeniería de larga vida útil en las que se fundamenta
la prestación de servicios al sector productivo y doméstico. Adicionalmente, Rozas y Sánchez
(2004) refuerzan el criterio de inversión en infraestructura con impacto social al afirmar que “Los
efectos que ejercen la infraestructura y sus servicios derivados sobre la economía y la sociedad
son sustantivos y repercuten en la calidad de vida diaria de los habitantes”.

Por su parte, la web de Engineers Without Borders (organización Ingenieros Sin Fronteras)
manifiesta que la pobreza se refiere principalmente al limitado acceso de los pobres a los
conocimientos y recursos con los que hacer frente a sus necesidades básicas y promover el
desarrollo sostenible en áreas tales como el abastecimiento de agua y saneamiento, producción y
procesamiento de alimentos, la vivienda y la construcción, la energía, el transporte y la
comunicación, generación de ingresos y creación de empleo.
Los documentos y textos anteriores dejan clara la relación entre pobreza e infraestructura y
vivienda al ligarla con indicadores de bienestar económico, no hay profundidad en el impacto
social generado en la superación de la pobreza, que es el tema fundamental en que hace énfasis el
presente escrito.

La web del Banco Mundial (World Bank, 2013) presenta un artículo titulado “La urbanización
ayuda a sacar a la gente de la pobreza extrema y permite avanzar en los ODM”, el cual manifiesta
que el fenómeno de la urbanización es uno de los principales focos de pobreza en la región
latinoamericana y en el mundo al decir que el desplazamiento de la población a las ciudades es
hábito del desarrollo humano, pero el desarrollo de infraestructura implícito debe proyectarse para
atender a la población de escasos recursos o continuará de manera importante la proliferación de
tugurios complicando así el intento por cumplir con los objetivos del milenio 2.

2
En la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas celebrada en la sede de las Naciones Unidas (Nueva York, 2000),
los jefes de Estado y de Gobierno del mundo firmaron la Declaración del Milenio. En ella asumieron compromisos en
materia de paz y seguridad, derechos humanos, protección del entorno y atención especial a la pobreza. Con base en
esa Declaración se concertaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ODM, que incluyen ocho objetivos, 18 metas
y más de 40 indicadores que deben hacerse realidad para el 2015. Tal como en su momento lo planteó el Informe
mundial sobre desarrollo humano 2003, “los Objetivos de Desarrollo del Milenio constituyen un pacto entre las
naciones para eliminar la pobreza humana”. Tomado de: http://www.pnud.org.co/sitio.shtml?apc=aAa020101--
&volver=1#.UkCLBtxZgdU
Figura 2. Porcentaje de población sin acceso a servicios públicos básicos domiciliarios en
América Latina y el Caribe. I: indigentes, PNI: pobres no indigentes, V: vulnerables, R: resto.
Fuente: CEPAL. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Organización de
Naciones Unidas –ONU- (2012). Panorama Social de América Latina.

Como información adicional complementaria el texto pone de manifiesto que: a. el 76% de los
pobres del mundo vive en zonas rurales, b. que casi 830 millones de personas viven en tugurios,
c. que la línea de pobreza extrema está en US $1.25 diarios y d. que la inversión en el proceso de
urbanización en América Latina y el Caribe logró reducir a la mitad la población en pobreza
extrema entre 1990 y 2010, al bajar la cifra de 12% a 6%.

Esa reducción se refleja en la reducción del porcentaje de personas que habitan en tugurios, valor
que se ha reducido en cerca de un 10% en el trascurso de casi 20 años (Figura 3).

El concepto de tugurio permite ligar la relación de pobreza con servicios públicos domiciliarios y
con la condición de vivienda (tanto en tenencia como material). La base de datos CEPALSTAT
define tugurio u hogares en barrios marginales como “un grupo de personas que viven bajo el
mismo techo y carecen de una o varias de las siguientes condiciones: acceso a mejores fuentes de
abastecimiento de agua y saneamiento, suficiente-sala de estar, durabilidad de la vivienda y
seguridad de la tenencia”.

Un estudio culminado recientemente por Urazán et al (2013) analiza para diversos países de
América Latina y el Caribe la relación entre la cobertura de agua segura y de servicios de
saneamiento, respecto del nivel de urbanización3, la situación económica (PIB per cápita) y el
porcentaje de población en tugurios.

Figura 3. Porcentaje de población que habita en tugurios. América Latina y el Caribe.


Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe –CEPAL-
Base de datos CEPALSTAT

Este último trabajo concluye: a. que los países más urbanizados son aquellos con porcentajes de
tugurios urbanos más reducidos, b. que a medida que un país incrementa su PIB la cobertura de
agua segura y saneamiento mejorado acompañan ese crecimiento, y c. que al disminuir la
proporción de la población que reside en tugurios se aprecia un PIB per cápita mayor. Lo anterior
se puede resumir en que no es la cantidad poblacional la que explica las coberturas de los servicios;
es la mejora económica la que permite aumentarlas. Esto se aprecia en el constante crecimiento
económico de la región en las últimas dos décadas y el correspondiente aumento en cobertura de
servicios, especialmente en saneamiento básico; y en que los grandes aumentos de población en
tugurios están presentes en los países que han entrado en el grupo de rango 50-70% de
urbanización.

Para comprender la carencia de vivienda en la región latinoamericana vale mencionar que el déficit
cuantitativo oscila entre el 11 y cerca del 50% de hogares en distintos países (Figura 4). Ese déficit
se traduce, en la necesidad de construir 22.7 millones de viviendas. Pero el reto no es solo suplir
las viviendas requeridas actualmente, también se ha de considerar la demanda que surge del
crecimiento natural o vegetativo de la población; sumado a la consecuencia del proceso de

3
Entendiendo por nivel de urbanización: el porcentaje poblacional que habita en zonas urbanas.
urbanización. Esto fundamenta los objetivos de las políticas de vivienda por cuanto dimensiona la
demanda futura y permite vislumbrar el problema de vivienda de los nuevos hogares de bajos
ingresos (Chirivi et al., 2011).

Son diversos los casos que ponen en evidencia la carencia de infraestructura básica y vivienda en
condiciones adecuadas, tanto en sectores rurales como en periferia urbana gestada por invasión
de terrenos. Tal es la situación del municipio de Guapi en el departamento de Cauca (Colombia),
donde los asentamientos por invasión gestados en los bordes del municipio demuestran la urgente
necesidad de aplicar tecnologías aplicadas a bajo costo para: mitigar los efectos de la inundación
causada por el desbordamiento del río Guapi, mejorar la condición material de las viviendas, e
incorporar servicios públicos básicos en condiciones mínimas (Fotografía 1). Asentamientos
informales más consolidados también hacen parte del paisaje de periferia urbana, como en la
ciudad de San Cristóbal en Venezuela (Fotografía 2).

Figura 4. Déficit de vivienda social en porcentaje de hogares. Datos entre 2001 y 2005.
Fuente: Chirivi E., Quiroz O., Rodríguez D. (2011). La vivienda social en América Latina. Una
revisión de las políticas para atender las necesidades habitacionales de la región. Cámara
Colombiana de la Construcción CAMACOL.

Otra situación, de significativo reconocimiento mundial, son las favelas de Río de Janeiro
(Fotografía 3), asentamientos donde algunas de las acciones prioritarias de intervención fueron:
abastecimiento de agua, alcantarillado de cloacas, drenaje, laderas y estabilización en zonas de alto
riesgo, sistema viario, energía eléctrica y alumbrado público, entre otras (Andreatta, 2005). De
manera complementaria, Andreatta (2009) recopila las experiencias de los programas de
mejoramientos de barrios en las favelas de: Río de Janeiro (programa Favela-Bairro), Sao Paulo
(programa Guarapiranga) y Belo Horizonte (programa Vila Viva) y los expone como soluciones
que por medio del proceso de urbanización y mejora de las aglomeraciones de periferia urbana
contribuyen indiscutiblemente en la superación de la pobreza; a la vez que complementa la
actuación en urbanismo con: participación comunitaria, programas sociales, presencia
administrativa y regulación de la propiedad como ideas fundamentales en la regeneración barrial.

Como conclusiones principales de este último documento se tiene: a. que las ciudades solo se
tornarán sostenibles tras la extensión global de su infraestructura y servicios públicos básicos, y b.
que son varios los niveles de urbanización que se puede alcanzar con soluciones de calidad mínima
que con el tiempo se han de transformar en soluciones estandarizadas, expresado en los términos
que expone Herce et al. (2006).

Fotografía 1. Invasión en la periferia del municipio de Guapi, Cauca, Colombia.


Fuente: Cortesía del ingeniero civil MSc. Edgar Humberto Sánchez Cotte.
Fotografía 2. Asentamientos de origen informal en San Cristóbal, Venezuela.
Fuente: Propia.

Por su parte, Arriagada (2000) coincide en la relación pobreza e infraestructura básica al exponer
que “El mejoramiento de los activos físicos y recursos con lo que disponen los hogares y
comunidades pobres para el desempeño de sus actividades económicas (entre éstas la vivienda y
mejoramiento de la infraestructura de los barrios) conforman intervenciones que tienen que ser
coordenadas con el desarrollo de los programas sociales, si se pretenden impactos integrales y
sostenibles en la pobreza”. No obstante cabe aclarar que el autor involucra otros parámetros de
alta importancia en la superación de pobreza como es la dificultad para genera empleo, el rezago
educativo y los bajos ingresos laborales.

Para ampliar la referencia de casos similares en la región se puede consultar al “Instituto


Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo – América Latina” en su web y su revista Medio
ambiente y urbanización (Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo – América
Latina IIED-AL, 2013).

Son distintas las entidades académicas y de ayuda (ONG) que exponen situaciones como las
descritas en casi todas las regiones del planeta. Sin embargo, la mayor difusión de las catástrofes
originadas por el desarrollo informal es realizada por los medios de comunicación. Entre un gran
número de ejemplos, se tiene: el diario La Opinión de la ciudad de Cúcuta (Colombia) en su edición
del 8 de mayo de 2013 reza en 2 artículos: “En doña Nidia piden reubicación inmediata”, y “La
tierra se está tragando las casas”; consecuencias de un período de fuertes lluvias en la ciudad (La
opinión, 2013).
Fotografía 3. Favela de Río de Janeiro, Brasil.
Fuente: Rocinha slum – favela – Río de Janeiro, Brasil. Tomada de
http://www.flickr.com/photos/60612398@N00/70951221/in/photolist-7gDjV-7gDke-7gDnc-
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En el mes de diciembre del año 2010 el diario El Tiempo publicó varios titulares que dan cuenta
de los estragos de la ola invernal en regiones como: Bello, Buenaventura, Barrancabermeja,
Bogotá, La Virginia, Tolú, Cúcuta, Honda, Gramalote, entre otros (Fotografía 4). De otro lado,
entidades como UN-HABITAT registran en su página web varios casos de problemas y mejoras
intermedias para abastecimiento de agua y saneamiento en países como: Nairobi, México, Kenya,
Afganistán y Namibia, entre otros; y otra como el Instituto Internacional de Medio Ambiente y
Desarrollo para América Latina pone en evidencia el proceso de mejoramiento barrial en
Argentina, entre otros casos. Si bien la mayoría de sectores a los que se hace referencia no se
cuentan como informales, sus condiciones de infraestructura y vivienda no difieren
significativamente. Un hecho que da razón de ello es la construcción por medio de mecanismos de
autogestión sin dirección técnica adecuada.
Fotografía 4. Municipio de Gramalote (Colombia) después de la temporada de lluvias, 2010.
Fuente: diario La Opinión, Cúcuta, 10 de diciembre de 2010.

Como un último caso a ejemplificar está la inadecuada condición de accesibilidad que padecen los
habitantes de algunas zonas rurales que ponen en riesgo su integridad física al desplazarse
cotidianamente en su movilidad obligada. Esta situación es expuesta ampliamente por la
organización “Puentes de la esperanza”, organización que se autodenomina como una iniciativa
que nace con el propósito de ayudar a comunidades rurales que padecen dificultades de movilidad
por la ausencia de pasos peatonales seguros (puentes de la esperanza, 2013). La organización
manifiesta que “… durante décadas, muchos Colombianos han sufrido aislamiento y han tenido
que ver con impotencia un aviso imaginario que dice "fin del camino", arriesgando muchas veces
sus vidas para llegar a su destino” (Fotografía 5).

Es importante indicar que las condiciones de riesgo se gestan principalmente en poblaciones de


menos recursos y que la participación de la ingeniería civil en cuanto al aporte para reducir la
condición de riesgo, es fundamental. El “Informe mundial de desarrollo 2014 – Riesgo y desastres
naturales” del Banco Mundial menciona que entre los años 2003 y 2012, 911.500 personas en el
mundo perdieron la vida como consecuencia de sequías, terremotos, inundaciones y tormentas,
entre otros desastres naturales, y que el impacto provocado por estos episodios, que afectan más a
los países de bajos y medianos ingresos, puede llegar a desestabilizar la economía y truncar el
desarrollo.
Fotografía 5. Imágenes que evidencian la necesidad de puentes peatonales adecuados
en zonas rurales colombianas.
Fuente: Puentes de la esperanza, 2013.
3. EL ROL DE LA INGENIERÍA CIVIL EN LA REDUCCIÓN DE POBREZA

Lo expuesto en este documento permite identificar fácilmente el déficit de vivienda en sus 2


consideraciones: cuantitativo 4 y cualitativo5. Los hechos que dan cuenta del déficit de vivienda
afectan la calidad de vida de la población y llegan a ponerla en riesgo, están relacionados en su
mayoría con soluciones y propuestas de innovación que surgen de la ingeniería civil (Tabla 1). Lo
anterior permite afirmar que hoy por hoy se hace indispensable que la formación del ingeniero
civil involucre una mirada cercana a esa realidad que padecen, según CEPAL, cerca de 145
millones de latinoamericanos que habitan en tugurios (al año 2009); y que se estima ascenderá a
163 millones para el año 2020 (vivienda, revista de la construcción; 2009).

Tabla 1. Áreas de la ingeniería civil que intervienen en la solución de problemas frecuentes en


asentamientos de desarrollo incompleto.

Problema frecuente Área de actuación desde la ingeniería civil


Falta de seguridad estructural de la
Estructuras
edificación de vivienda
Deficiencia en el abastecimiento de agua
Gestión y uso del agua
para consumo

4
“El déficit cualitativo está dado por las condiciones de la vivienda, lo cual se determina mediante el cruce de variables
que indican las disponibilidad de servicios (agua, luz, alcantarillado), la calidad y el estado de la vivienda en cuanto a
materiales y estado de conservación y, por último, la existencia o no de hacinamiento”. Tomado de Ospina F. y
Bermúdez R. (2008). Vivienda social. Una mirada desde el hábitat y la arquitectura. Alcaldía Mayor de Bogotá D.C.,
Secretaría de Hábitat.
5
“El déficit cuantitativo consiste en la diferencia entre el número de hogares y el número de viviendas permanentes,
asumiendo que cada hogar debería habitar una vivienda independiente”. Tomado de: Ospina F. y Bermúdez R. (2008).
Vivienda social. Una mirada desde el hábitat y la arquitectura. Alcaldía Mayor de Bogotá D.C., Secretaría de Hábitat.
Deficiencia en la disposición de aguas
Gestión y uso del agua
servidas
Localización en zona de alto riesgo Geotecnia, Gestión y uso del agua
Accesibilidad Vías y transporte
Deficiencia en materiales y procesos
Construcción de edificaciones
constructivos

Fuente: propia.

Ante la necesidad de reducir paulatinamente el déficit habitacional al propender por un cada vez
mayor número de viviendas y la mejora de otras existentes, la ingeniería civil ha de aportar de
manera innovadora y apropiada para el contexto social y económico en que pretender ayudar (como
los casos expuestos en el apartado anterior). Castañeda (2005) expone al menos 57 sistemas
constructivos industrializados para vivienda social, repartidos en 12 países como son: Argentina,
Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú, República Dominicana,
Uruguay y Venezuela. Gran parte de esos sistemas permiten una importante participación de
autoconstrucción, hecho que incrementa el carácter social de las unidades habitacionales. En otro
estudio, Castro y Díaz (2011) realizaron un análisis comparado de los sistemas constructivos para
vivienda en el mercado colombiano con el fin de establecer cuál de ellos se adaptaría mejor a la
condición financiera de VIP para población desplazada.
En ese campo del uso de materiales alternativos a lo convencional, la universidad de La Salle está
desarrollando investigaciones que mejoren las condiciones de infraestructura y vivienda al emplear
la guagua angustifolia bajo nuevas consideraciones en las conexiones de las piezas. Por un lado se
está trabajando con puentes peatonales en guadua con alto aprovechamiento de material autóctono,
y fácil y rápida autoconstrucción (Fotografía 6). Esta opción propende por ser una opción que bajo
el precepto de tecnología apropiada, facilite la disposición de infraestructura vial con la
consecuente mejora en la calidad de vida, especialmente en escenarios rurales, como exponen
Lamus et al. (2013).
Fotografía 6. Prueba de carga a puente peatonal en guadua angustifolia, pensado principalmente
para zonas rurales. Universidad de La Salle, Bogotá D.C., Colombia (2013).
Fuente: propia.

Adicionalmente, investigadores de La Salle están considerando opciones de entrepisos elaborados


con guadua para ofrecer, tanto casa como apartamentos con doble altura, que permitan mantener
la oferta habitacional en el esquema de vivienda social (controlando el costo, que en el caso
colombiano no debe superar los 135 salarios mínimos legales vigentes) con mayor calidad
estructural, al lograr que la autoconstrucción progresiva sea por esquema “implosivo” y no
“expansivo” (Figura 5).

El crecimiento implosivo se traduce en que se asegure la calidad estructural al entregar


inicialmente la estructura principal y la mampostería de fachada para que luego la familia
construya la ampliación de manera interna con elementos no estructurales. Otra ventaja que
presenta este mecanismo es la posibilidad de que los apartamentos cuenten con un espacio
adicional autoconstruido que permita el desarrollo de actividades económicas en la vivienda, así
no sea de cara al público. Este problema en el espacio productivo lo están viviendo un gran número
de familias que pasan de vivir en casas donde cuentan con un negocio que genera ingresos
familiares a un apartamento donde se restringe el área a ampliar, pensando en actividades
comerciales. La fotografía 7 muestra una opción de vivienda cuyo espacio libre en la primera
planta invita a pensar en su aprovechamiento para la reducción del impacto de una eventual
inundación o para ser aprovechado como espacio productivo (Fotografía 8).
Figura 5. Esquema de crecimiento en el tiempo de un modelo de vivienda por progresión
implosiva.
Fuente: Ospina F, Bermúdez R. (2008). Vivienda social. Una mirada desde el hábitat y la
arquitectura. Alcaldía Mayor de Bogotá. Secretaría del Hábitat.

Fotografía 7. Ejemplo de aprovechamiento de espacio productivo en la vivienda.


Cúcuta, Colombia.
Fuente: Propia.

La importancia de mantener el concepto de espacio productivo en los proyectos habitacionales


radica en el valor agregado que da a la vivienda el hecho de permitir a la familia generar ingresos
económicos importantes. Tal como expone el arquitecto Germán Samper en nota para del diario
El Tiempo (2012) en la cual exalta la iniciativa del Gobierno nacional de entregar vivienda social
totalmente subsidiada, pero añade: “Allí el modelo debería ser la vivienda productiva, con un
espacio no solo para vivir sino para desarrollar un oficio o negocio”, pues (continua en otro
párrafo) “Se entrega un apartamento, pero necesariamente papá y mamá tendrán que salir a
buscar empleo, generar unos gastos propios para el cuidado de sus hijos y para su
desplazamiento. Además, no podrían crecer en unas soluciones que por lo general no superan los
40 metros cuadrados”. Esto expresa claramente que la oferta formal de vivienda social no está
contemplando la totalidad de las necesidades tradicionales de las familias de escasos recursos, al
menos en el caso colombiano. Opinión similar comparten Ospina y Bermúdez (2008) al concluir
que El mercado actual de la construcción no logra suplir la demanda de vivienda para los sectores
más vulnerables y mucho menos reducir el déficit cuantitativo y cualitativo de las viviendas en la
ciudad.

Fotografía 8. Caso del uso de la guadua en vivienda, bajo un esquema de aprovechamiento de


espacio en el nivel inferior.
Fuente: Martillo J. (2012). Casas elevadas de caña Guadua, la revista el Universo.

Si bien se entiende que la escasez del suelo urbanizable en las grandes ciudades y el valor máximo
acotado en la vivienda social reduce la posibilidad de ofrecer viviendas con espacios que satisfagan
la necesidad de los distintos núcleos familiares que conforman su demanda, es ese motivo una
oportunidad para promover investigaciones que innoven en propuestas de materiales y sistemas
constructivos que permitan entregar mayor área construida sin superar los precios fijados para
definir una vivienda social.

Respecto del suministro de agua segura, un ejemplo de puesta en práctica de tecnologías


apropiadas es el desarrollado por “Ingenieros sin fronteras Colombia” mediante un proyecto que
llevó a la práctica el uso de un filtro lento para agua de consumo en la vereda Las Torres, en
Cundinamarca, Colombia; concluyendo que se obtiene una reducción de microorganismos en un
90% en el agua de consumo tradicional proveniente de fuentes naturales. Los beneficiarios del
filtro expresan: “Pude ir y mirar el funcionamiento de los filtros y definitivamente estamos muy
contentos, porque comprobamos que el agua de verdad mejoró y es apta para el consumo”; “Antes
la gente se quejaba de que le caía mal el agua y, desde que se hizo este trabajo acá, no he vuelto
a escuchar nada al respecto. Uno puede tomarse el agua directamente y no le hace daño”
(Universidad de Los Andes, 2010). Pero la importancia de este proyecto no radica solamente en
su efectividad comprobada al mejorar la calidad del agua y su adaptabilidad a la condición de las
familias rurales; también se ha de exaltar la elaboración del “Manual de materiales, instalación y
uso de filtro lento” que facilita el uso masivo del mecanismo en las comunidades objetivo del
proyecto (Figura 6).

Figura 6. Esquema descriptivo de la conformación de filtro lento para agua de consumo.


Fuente: Ingenieros Sin Fronteras, Colombia (2008).
Manual de materiales, instalación y uso de filtro lento.

Varios autores han expuesto previamente la relación entre ingeniería y la reducción de pobreza.
Entre ellos, Singleton (2003) define como principios básicos generadores de pobreza: a.
deficiencia en la condición de la vivienda, b. deficiencia en el acceso a agua segura y saneamiento,
c. deficiencia en acceso a servicios de salud, d. deficiencia en el acceso a educación, e. nutrición
inadecuada, f. falta de empleo con justa remuneración, g. servicio de transporte inadecuado o
costoso, y h. fuentes de abastecimiento de energía costosas o limitadas (Fotografía 9). Tras ese
panorama plantea diversas estrategias para aliviar la pobreza que van más allá de simplemente
suministrar o suplir carencias; es decir que no es suficiente otorgar vivienda e infraestructura,
adicionalmente se ha de involucrar a la comunidad en los procesos de toma de decisiones, así como
en la operación y mantenimiento de las instalaciones entregadas, de manera que sientan el proyecto
como propio. De otro lado, los proyectos elegidos bene propender por los de mayor generación de
economía y contar con la participación del gobierno local y nacional.

Adicionalmente, Singleton (2003) presenta 4 casos de intervención que generan cambios


importantes en la condición de vivienda e infraestructura, tal como se presenta en la Fotografía 10.

Otro caso de gran impacto tras la intervención de sectores de desarrollo incompleto, fue el
programa de mejoramiento integral de barrios en la ciudad de Bogotá entre los años 2001 y 2003,
tal como expone Rueda (2003) (Fotografía 11).

Por su parte, UNHABITAT expone en su web diversos casos de intervención en sectores de origen
incompleto (concentraciones de pobreza urbana) en materia de vivienda e infraestructura, como es
el caso del sistema de transporte público por cable en la ciudad de Medellín (Metrocable),
Colombia, que permite a la población de los asentamientos periféricos de origen informal,
conectarse con la zona formal de la ciudad de manera apropiada (Fotografía 12).

Fotografía 9.Construcción de drenaje en zona periurbana, realizada por la comunidad.


Fuente: Singleton D. (2003). Poverty alleviation – the role of the engineer. 4th Brunel
international lecture. Institution of Civil Engineers –ICE-. 20 p.
Fotografía 10. Condición de viviendas antes (izquierda) y después (derecha) del programa de
financiamiento del banco Grameen en Bangladesh.
Fuente: Singleton D. (2003). Poverty alleviation – the role of the engineer. 4th Brunel
international lecture. Institution of Civil Engineers –ICE-.

Fotografía 11. Fotos de escenarios "antes" y "después" de la aplicación del Programa de


Mejoramiento Integral de Barrios en Bogotá –PMIB- (2001 – 2003).
Fuente: Rueda, Nicolás. Undestanding slums. Case of Bogotá. University Collegue of London.
Fotografía 12. Sistema de transporte público por cable (Metrocable).
Medellín, Colombia.
Fuente: UNHABITAT (2012)

Otro claro ejemplo de intervención en infraestructura del transporte con gran impacto en beneficiar
a la población de más escasos recursos y brindarles mayor calidad de vida, es la red de ciclorrutas.
Es claro que por lo general los usuarios de bicicleta de clases populares tienen como principal
motivación: a. el bajo costo de ésta como medio de transporte en comparación con el transporte
público y privado, y b. la rapidez con la que pueden desplazarse en comparación con la caminata
(Montezuma, 2011). A esto se suma el hecho de que la Cámara de Comercio de Bogotá (2009)
expone que las zonas de la ciudad con mayor número de viajes en bicicleta corresponden a los
estratos con menos recursos (estratos 1, 2 y 3).

4. LAS VIVIENDAS PROVISIONALES TAMBIÉN REQUIEREN


ATENCIÓN DE LA INGENIERÍA

Pero no solo los escenarios de vivienda permanente requieren de innovación por parte de la
ingeniería civil. Son diversos los casos a nivel mundial en que situaciones de catástrofes naturales
y violencia han puesto a asentamientos humanos en condición de riesgo, obligándoles a migrar a
otras locaciones para establecerse. La agencia de las naciones unidas para los refugiados –
ACNUR-, ONU-HABITAT y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la
Media Luna Roja (2008) publicaron un documento que recopila 37 casos de reasentamientos en
diferentes regiones del mundo, ilustrando los mecanismos de provisión de vivienda y servicios
públicos provisionales; de los cuales algunos resultaron en locaciones permanentes (Fotografía
12).
Si bien los ejemplos anteriores se aprecian como construcciones de relativa facilidad, no se debe
olvidar que el acompañamiento instructivo a la población y la necesidad de que los proyectos
permitan alta participación comunitaria, invita a proponer nuevas opciones. Además, no se debe
olvidar que estos asentamientos provisionales incorporan no solo la necesidad de vivienda en
estándares mínimos, sino de provisión de servicios públicos básicos (agua potable, evacuación de
aguas servidas, manejo de escorrentías, energía).

Foto 12. Autoconstrucción de viviendas provisionales o transitorias: Honduras, 1998, tras el paso
del huracán Mitch (izquierda), Perú, 2007, después de terremoto (derecha).
Fuente: ACNUR (2008). Proyectos de vivienda 2008

5. ORGANIZACIONES QUE IMPULSAN LA INNOVACIÓN INGENIERIL,


PENSANDO EN LA POBLACIÓN MÁS NECESITADA
Son varias las organizaciones que concentran sus esfuerzos en la práctica ingenieril aplicada en
contextos de carencia en vivienda e infraestructura, Ingenieros sin fronteras es una de ellas. Su
traducción al inglés (Engineers Without Borders) (http://www.ewb-international.org/index.htm )
le confiere las siglas EWB a nivel internacional. Esta entidad con presencia en Norteamérica,
Europa, Asia, Australia, África y América Latina tiene como misión: facilitar vínculos y
colaboración entre sus grupos miembros para mejorar la calidad de vida de las comunidades
desfavorecidas de todo el mundo a través de impartir educación e implementar proyectos de
ingeniería sostenibles, así como fomentar nuevas dimensiones de la experiencia de los ingenieros,
estudiantes de ingeniería, y los no ingenieros igualmente motivados. En el caso del grupo en Brasil
(http://www.esf-brasil.org/conteudo.php?id=106) presentan entre sus proyectos un calentador
solar para agua, construido con botellas plásticas y cartón de leche larga vida (Fotografía 13). Entre
otras dependencias está el capítulo España
(http://www.ingenieriasinfronteras.org/home/index.php) y Colombia
(http://isfcolombia.uniandes.edu.co); esta última con proyectos como el del filtro de agua descrito
anteriormente.
Fotografía 13. Calentador de agua solar, construido con material de reciclaje.
Fuente: Engenheiros Sem Fronteiras, Brasil

La oportunidad de innovar se presenta también a través de la motivación que brinda al ingeniero


un concurso o evento particular. Con frecuencia se presenta la opción de pensar en innovación por
la invitación de entidades que desean contribuir a la superación de la pobreza. En Colombia se
cuenta con el caso del Premio Corona PRO HABITAT
(http://www.corona.com.co/web/Corporativo/Pages/premio-corona) que en su edición actual
(2013/2014) promueve la mejora del hábitat rural al buscar mejorar las condiciones físicas y
ambientales del hábitat rural colombiano, convocando la participación de arquitectos, diseñadores
industriales e ingenieros. Esta iniciativa reviste de importancia al recordar que en América Latina
y el Caribe el 30% están en condición de pobreza extrema (CEPAL, 2013).

Conclusiones

Como se aprecia en las páginas precedentes los proyectos innovadores que requieren las
comunidades menos favorecidas, a partir de la ingeniería civil, tienen origen en diversos
escenarios, como son: la academia, los proyectos de gobierno, el aporte de entidades de
cooperación, y la empresa privada.

La ingeniería civil ha venido en procura de implementar mecanismos que mejoren la calidad de


vida de comunidades carentes de condiciones adecuadas de vivienda e infraestructura. Esas
iniciativas parten desde diferentes orígenes como la academia, gobierno e industria. El esfuerzo de
estos actores ha contribuido al acercamiento a cumplir con las metas del milenio. No obstante, las
cifras actuales de población en pobreza y pobreza extrema en América Latina ponen de manifiesto
la urgente necesidad de ampliar el campo de actuación en innovación que tenga como objetivo
principal la reducción de la pobreza en la región; entendiendo que las mejoras ingenieriles no serán
suficientes sin la actuación en paralelo de mecanismos que provean beneficios sociales y actividad
laboral que permita un adecuado sustento económico de los habitantes.

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