Está en la página 1de 1

En los albores de la edad oscura, el caballero desconocido emergió entre las sombras.

Un
sol negro se cernía sobre la tierra desolada y las criaturas del mal comenzaban a extender
sus garras temibles sobre los frutos de los árboles tristes que se secaban y se marchitaban.
La naturaleza enfermaba de miedo y los ejércitos avanzaban hacia la ciudad de la luz. La
débil luz que alguna vez tanto brilló ahora se apagaba como la llamita de una vela. Cuando
el autor llegó a este punto de su escrito, se detuvo a pensar qué querría decir el torrente de
palabras que de una sola vez había fluido y dicho lo que ya se ha dicho. ¿Qué pensarían los
lectores de este críptico delirio de sombras y luces? El guerrero desconocido blandió su
espada contra las hordas de seres despiadados. Y la más sangrienta batalla que se hubiese
librado en siglos se desarrolló por semanas. El caballero desconocido no estaba solo, sin
embargo. Le acompañaba el mago y la elfa blanca. Atrapados en el calabozo laberíntico del
rey demonio tuvieron que atravesar los más horribles obstáculos. Pero algún día tendrían
que salir de allí. Cuando el escritor llegó a este punto sacó una carta de la baraja. Era el
ahorcado.

También podría gustarte