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rtldos desde que apareció por primera vez Investigación e O
's de la riqueza de las naciones (1n6), sus argumentos no
lor al ser aplicados a muchos de los problemas actuales, O
de una nueva época en la que todavía nos encontramos
las fuerzas que entonces actuaban para modelar una nue- Q) ~
lO oeconomlcus, el hombre económico del mundo moder-
acción Inventada por los teóricos a fin de arruinar cualquier o -.DO
IS en la sociedad, sino que se refiere mes bien al hombre
, en cuya defensa han escrito tantos economistas, y en Inte-
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,g 01...
su abstracción vacía. Las fuerzas que entraban en juego (g
lbre de negocios crearon asimismo el andamiaje de Ideas e 15 n O
.dcrn Smlth la redacción de su libro, pues como todas las
1 sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones
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'0 mente privilegiada, sino de una época entera. Una so- ~
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I crea una estructura dentro de la cual puede realizar su
,ra sirve, a su vez, para cambiar los caracteres de la vieja
)S de la nueva. Así ocurrió con El príncipe de Maqulavelo,
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aturaleza y causas de la riqueza de las naciones de Adam
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osa en la preparada por Edwln ccnncn, que a su vez des-
::laen '{Ida de Smlth. El lector encontraró también la Intro-
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I edlclon de la Modern Llbrary y un estudio preliminar en
traducción, Gabrlel Franco, aporta las luces de su pensa-
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lo naturaleza y causas de
lo riqueza de los nociones

Itura Económica / Serie de Economía


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g rondo de Cultura Económica / Serie de Economía
34451
ADAM SMITH

Investigación
sobre la naturaleza y causas
de la
riqueza de las naciones
EDICIÓN DE EDWIN CANNAN
con una introducción de MAX LERNER

Nueva traducción y estudio preliminar


de GABRlEL FRANCO

FONDO DE CULTURA
o ECONÓMICA
MÉXICO
l
LXXVI Edwin Cannan

cualquier época posterior -y menos aún por las de un editor en


particular.
Gran parte de la pesada tarea implicada por la preparación de la
edición presente, y particularmente la colación de las ediciones ori-
ginales ha sido efectuada por mi amiga Mrs. Norman Moor, sin cuya
incansable ayuda no hubiera podido producirse el presente libro.
Numerosos amigos me han procurado el beneficio de sus conocí. INVESTIGACIÓN SOBRE LA NATURALEZA
mientos respecto a determinados puntos, y por ello me complazco en
expresarles mi cordial agradecimiento. Y CAUSAS DE LA RIQUEZA DE LAS NACIONES

London School of Economics, 1904.

,
INTRODUCCIÓN Y PLAN DE LA OBRA

El trabajo anual 1 de cada nación es el fondo que en prm-


cipio la provee de todas las cosas necesarias y convenientes
para la vida," y que anualmente consume el país. Dicho fondo
se integra siempre, o con el producto inmediato del trabajo,
o con lo que mediante dicho producto se compra de otras
naciones.
De acuerdo con ello, como este Erodl!cto o lo que con él se
adquiere, guarda una proporción mayor o menor con el nú-
mero de quienes lo consumen, la nación estará mejor o peor
surtida de las cosas necesarias y convenientes apetecidas."
Ahora bien, esta proporción se regula en toda nación por
dos circunstancias diferentes: la primera, por la aptitud, des-
treza y sensatez con que generalmente se ejercita el trabajo, y
la segunda, por la proporción entre el número de los emplea-
dos en una labor útil y aquellos que no lo están." Sea cual
fuere el suelo, el clima o la extensión del territorio de una
nación, la abundancia o la escasez de su abastecimiento anual
depende, en cada situación particular, de aquellas dos cir-
cunstancias.
1 Esta palabra, con el adverbio "anualmente" poco después, indica desde luego
un apartamiento de la práctica común de los viejos economistas ingleses de consi-
derar la riqueza de una nación como un fondo acumulado. Siguiendo a los fisió-
cratas, considera Smith que la cosa importante es cuánto puede producirse en un
tiempo dado.
2 Cf. con esta frase Locke, Some Considera~ions 01 the Consequences 01 the
Lowering 01 Interest and Raising the Value 01 Money, ed. de 1696, "el valor
intrínseco natural de cualquier cosa consiste en su idoneidad para satisfacer las
necesidades o procurar las cosas convenientes de la vida humana".
8 Conviene advertir la implicación de que el bienestar de la nación debe calcu-
larse por el bienestar promedio de sus miembros, y no por el agregado.
4 Conviene subrayar esta circunstancia hasta incluir la duración e intensidad
del trabajo de quienes están útilmente empleados, pero se omite otra circunstancia,
a saber: la cantidad y calidad de los instrumentos de producción acumulados.
!
4 Introducción y plan de la obra Introducción y plan de la obra 5

La abundancia o escasez de esa provisión depende más, al obreros útiles y productivos, como veremos más adelante, se
parecer, de la primera que de la segunda de dichas condicio- halla siempre en proporción a la cantidad de capital empleada
nes. En las naciones salvajes de cazadores y pescadores, todo en darles ocupación y a la manera particular como éste se
individuo que se halla en condiciones de trabajar se dedica a emplea. En consecuencia, el Libro segundo trata de la natu-
una labor más o menos útil, y procura obtener, en la medida raleza del capital, de la manera como se ha ido acumulando
de sus posibilidades, las cosas necesarias y convenientes para gradualmente, y de las diferentes cantidades de trabajo que
su propia vida, o para la de los individuos de su familia o pone 'en movimiento, según las distintas maneras de em-
tribu que son muy viejos, demasiado jóvenes o no se hallan plearlo.
en condiciones físicas adecuadas para dedicarse a la caza o a Las naciones medianamente adelantadas en aptitud, des-
la pesca. Estas naciones se hallan, sin embargo, reducidas a tal treza y sensatez en la aplicación del trabajo, siguieron planes
extremo de pobreza, que por pura necesidad se ven obligadas muy diversos en la manera general de emplearlo, pero no
muchas veces, o así lo imaginan en su ignorancia, a matar a todos estos planes conducen igualmente a incrementar el
sus hijos, ancianos y enfermos crónicos, o bien los condenan producto. La política de unas naciones ha fomentado extra-
a perecer de hambre o a ser devorados por las fieras. En las ordinariamente las actividades económicas rurales, y la de
naciones civilizadas y emprendedoras acontece lo contrario; otras, las urbanas. Difícilmente se encontrará una nación que
aunque un gran número de personas no trabaje absolutamen- haya tratado con la misma igualdad e imparcialidad esas
te nada, y muchas de ellas consuman diez o, frecuentemente, distintas actividades. Desde la caída del Imperio Romano la
cien veces más producto del trabajo que quienes laboran, el política de Europa ha favorecido más las artes, las manufac-
producto del trabajo entero de la sociedad es tan grande que turas y el comercio, actividades económicas propias de las
todos se hallan abundantemente provistos, y un trabajador, ciudades, que la agricultura, actividad económica rural. En
por pobre y modesto que sea, si es frugal y laborioso, puede el Libro tercero se explican las circunstancias que dieron ori-
disfrutar una parte mayor de las cosas necesarias y convenien- gen a esa política, y aconsejaron aplicarla.
tes para la vida que aquellas de que puede disponer un salvaje. Aun cuando, acaso, esos diversos planes fuesen primordial- 1

Las causas" de este progreso en las facultades productivas mente promovidos por los intereses privados, o por los pre-
del trabajo, y el orden según el cual su producto se distribu- juicios de determinados estamentos sociales, sin tener en
ye,6 naturalmente entre los diferentes rangos y condiciones cuenta o prever sus consecuencias en el bienestar general de
del hombre en la sociedad, forma la materia del Libro pri- la sociedad, han dado ocasión a diferentes teorías de Econo-
mero de esta Investigación. mía política; 7 de ellas, unas ponderan la importancia de las
Cualquiera que sea el nivel de aptitud, destreza y sensatez actividades económicas urbanas, y otras, la de las rurales. Esas
con que el trabajo se ejercita en una nación, la abundancia o teorías han ejercido una influencia considerable no sólo en las
la escasez de su abastecimiento anual dependerá necesaria- opiniones de la gente docta, sino también en la actuación pú-
mente, mientras exista tal nivel, de la proporción entre el blica de los Príncipes y Estados soberanos. En el Libro cuarto
número de quienes anualmente se emplean en una labor útil intentaremos explicar, con la claridad y extensión que nos sea
y el de quienes no lo están de esta manera. El número de posible, esas diferentes teorías y los principales efectos que
han producido en distintas épocas y naciones.
'~ribución", cf. la Introducción del Editor.
~ólo se trata realmente de una causa, la división del trabajo.
6 Respecto al origen lSlOcrátuxí' deluso-recnIcO de los términos "distribuir" y 7 Véase el índice alfabético, respecto a los ejemplos del uso de este término.
6 Introducción y plan de la obra
El objeto de esos cuatro primeros libros consiste en explicar
en qué consiste el ingreso regular del conjunto de los mora-
dores de un país O cuál ha sido la naturaleza de aquellos
fondos que han venido a satisfacer su consumo anual en dife-
rentes épocas y naciones. El Libro quinto y último trata de
las rentas del soberano o de la comunidad. En él procuramos
LIBRO PRIMERO
mostrar, primero, cuáles son los gastos necesarios del soberano
o de la comunidad; qué parte de ellos han de sufragarse por
contribución general de toda la sociedad; cuáles otros por un De las causas del progreso en las facultades productivas del
particular sector, o por algunos de sus miembros singulariza- trabajo, y del modo como un producto se distribuye
dos, y segundo, cuáles son los métodos con arreglo a los cuales naturalmente entre las diferentes clases del pueblo
la sociedad, en su conjunto, deberá contribuir a sufragar los
gastos correspondientes al todo social, y cuáles son las princi-
pales ventajas e inconvenientes de cada uno de esos procedi- CAPíTULO I
mientos; y tercero y último, qué causas y razones pudieron
DE LA DIVISIÓN DEL TRABAJO 1
inducir a la mayor parte de los gobiernos modernos a pignorar
parte de sus rentas o a contraer deudas, y cuáles han sido los
efectos de estas deudas en la riqueza real, en el producto anual ( EL PROGRESO más importante en las facultades productivas del traba- La división
jo, y gran parte de la aptitud, destreza y sensatez con que éste se del trabajo
de la tierra y en el trabajo de la sociedad." es causa
aplica o dirige, por doquier, parecen ser consecuencia de la división principal de
del trabajo. la expansíó:
Los efectos de la división del trabajo en los negocios generales de de su
la sociedad se entenderán más fácilmente considerando la manera como eficiencia,
como se
opera en algunas de las manufacturas. Generalmente se cree que tal
comprueba
división es mucho mayor en ciertas actividades económicas de poca mediante u'
importancia, no porque efectivamente esa división se extreme más ejemplo:
,que en otras actividades de importancia mayor, sino porque en aque-
llas manufacturas que se destinan a ofrecer satisfactores para las pe-
queñas necesidades de un reducido número de personas, el número
de operarios ha de ser pequeño, y los empleados en los diversos pasos
o etapas de la producción se pueden reunir generalmente en el mis-
mo taller y a la vista del espectador. Por el contrario, en aquellas
manufacturas destinadas a satisfacer los pedidos de un gran número
de personas, cada uno de los diferentes ramos de la obra emplea un
número tan considerable de obré ros, que es imposible juntarlos en el

1 Esta frase, si acaso se empleó en época anterior, no era de uso corriente. Su


presencia en este lugar acaso se inspira en un pasaje de Mandeville, Fable 01 the
Bees, pt, n (1729), dial. VI, p. 335: "CLEO: ... tan pronto como los hombres se
8 Asociando es~a frase con los dos primeros párrafos, resulta claro que la rí- gobiernan por leyes escritas, todo lo demás sobreviene rápidamente... Ningún
quez~ de una nación ~ebe calcularse por su ingreso per capita. No obstante, se grupo de seres humanos, si disfruta de paz y no teme a sus vecinos, permanecerá
prescm~e con frecuencia de ese punto de vista, a lo largo de la obra; d. índice mucho tiempo sin aprender a dividir y subdividir su trabajo.c-Honxcro: No te
alfabético, voz Riqueza. entiendo.-CLEo: El hombre, como ya indiqué anteriormente, se complace por
naturaleza en imitar lo que ve hacer a otros, y ello es la razón de que así procedan
7
8 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo De la división del trabajo 9
mismo taller. Difícilmente podemos abarcar de una vez, con la mi. hombre desempeñe a veces dos o tres operaciones.s He visto una pe-
rada, sino los obreros empleados en un ramo de la producción. Aun queña fábrica de esta especie que no empleaba más que diez obre-
cuando en las grandes manufacturas la tarea se puede dividir real. ros, donde, por consiguiente, algunos de ellos tenían a su cargo dos
mente en un número de operaciones mucho mayor que en otras ma- o tres operaciones. Pero a pesar de que eran pobres y, por lo tanto,
nufacturas más pequeñas, la divisón del trabajo no es tan obvia y no estaban bien provistos de la maquinaria debida, podían, cuan-
por consiguiente, ha sido menos observada. ' do se esforzaban, hacer entre todos, diariamente, unas doce libras de
la Tomemos como ejemplo una manufactura 2 de poca importancia
fabricación
alfileres. En cada libra había más de cuatro mil alfileres de tamaño
de alfileres.
pero a cuya división del trabajo se ha hecho muchas veces referencia; mediano. Por consiguiente, estas diez personas podían hacer cada
la de fabricar alfileres. Un obrero que no haya sido adiestrado en día, en conjunto, más de cuarenta y ocho mil alfileres, cuya cantidad,
esa clase de tarea (convertida por virtud de la división del trabajo dividida entre diez, correspondería a cuatro mil ochocientas por per-
en un oficio nuevo) 3 y que no esté acostumbrado a manejar la ma- sona. En cambio si cada uno hubiera trabajado separada e inde-
quinaria que en él se utiliza (cuya invención ha derivado, probable- pendientemente, y ninguno hubiera sido adiestrado en esa clase de
mente, de la división del trabajo), por más que trabaje, apenas po- tarea, es seguro que no hubiera podido hacer veinte, o, tal vez, ni un
dría hacer un alfiler al día, y desde luego no podría confeccionar más solo alfiler al día; es decir, seguramente no hubiera podido hacer la
de veinte. Pero dada la manera como se practica hoy día la fabrica- doscientascuarentava parte, tal vez ni la cuatromilochocientosava par-
ción de alfileres, no sólo la fabricación misma constituye un oficio te de lo que son capaces de confeccionar en la actualidad gracias a
aparte, sino que está dividida en varios ramos, la mayor parte de los la división y combinación de las diferentes operaciones en forma
cuales también constituyen otros tantos oficios distintos. Un obrero conveniente.
estira el alambre, otro lo endereza, un tercero lo va cortando en tro- En todas las demás manufacturas y artes los efectos de la división El efecto es
zos iguales, un cuarto hace la punta, un quinto obrero está ocupado del trabajo son muy semejantes a los de este oficio poco complicado, similar en
en limar el extremo donde se va a colocar la cabeza: a su vez la con- todas las
aun cuando en muchas de ellas el trabajo no puede ser objeto de acti vidades,
fección de la cabeza requiere dos o tres operaciones distintas: fijarIa semejante subdivisión ni reducirse a una tal simplicidad de oper~- e igualmente
es un trabajo especial, esmaltar los alfileres, otro, y todavía es un ción. Sin embargo, la división del trabajo, en cuanto puede ser apli- enla
oficio distinto colocarIos en el papel. En fin, el importante trabajo cada, ocasiona en todo arte un aumento proporcional en las faculta- división del
de hacer un alfiler queda dividido de esta manera en unas dieci- des productivas del trabajo. Es de suponer que la diversificación de trabajo por
ocho operaciones distintas, las cuales son desempeñadas en algunas ocupaciones.
numerosos empleos y actividades económicas es consecuencia. de esa
fábricas por otros tantos obreros diferentes, aunque en otras un solo ventaja. Esa separación se produce generalmente con más amplitud en
aquellos países que han alcanzado un nivel más alto de laboriosidad
los pueblos salvajes: tal circunstancia les impide mejorar su condición, aunque
siempre desean tal cosa: pero si uno se dedica por completo a confeccionar arcos
y progreso, pues generalmente es obra de muchos, en una sociedad
y flechas, mientras que otro provee alimentos, un tercero construye una choza, un culta, lo que hace uno solo, en estado de atraso. En todo país ade-
cuarto hace vestidos, y un quinto utensilios, no sólo serán útiles uno a otro, sino lantado, el labrador no es más que labriego y el artesano no es sino
que sus ocupaciones mismas registrarán, en el mismo número de alías, progresos menestral. Asimismo, el trabajo necesario para producir un produc-
más importantes que si cada uno de los cinco practica todo género de trabajos.- to acabado se reparte, por regla general, entre muchas manos. ¿Cuán-
HOR.: Creo que tienes toda la razón, y la verdad de cuanto afirmas en ningún otro
ejemplo se advierte en forma tan ostensible como en la producción de relojes, que
tos y cuán diferentes oficios no se advierten en cada ramo d~ las ma-
ha alcanzado un nivel más alto de perfección del que hasta ahora se hubiera nufacturas de lino y lana, desde los que cultivan aquella planta o
logrado Sí el conjunto de la tarea hubiera estado confiado a una sola persona; cuidan el vellón hasta los bataneros y blanqueadores, aprestadores y ,
más aún, estoy persuadido de que la abundancia de relojes de torre y de bolsil.lo, tintoreros? La agricultura, por su propia naturaleza, no admite tan-
de que gozamos, como la precisión y belleza de esos mecanismos, se deben prIn-
tas subdivisiones del trabajo, ni hay división tan completa de sus
cipalmente a la división de ese arte en numerosas ramas." El índice contiene !a
siguiente entrada: "Trabajo, utilidad de dividirlo y subdividirlo.' [oseph Harris,
operaciones como en las manufacturas. Es imposible separar tan com-
Essai upon Money and Coins, 1757, pt. 1, ~ 12, se refiere a la "utilidad de diver~as pletamente la ocupación del ganadero y del labrador, como se separan
profesiones", o a "las ventajas que los hombres derivan de dedicarse a ocupaclO' los oficios del carpintero y del herrero. El hilandero generalmente
nes distintas", pero no usa la frase "división del trabajo". .
4 En las Lectures de Adam Sm ith , p. 164, el oficio, como aquí, se divide en
2 Otra razón, y acaso más importante, de referirse a un ejemplo como el SI'
dieciocho operaciones. Indudablemente ese número se ha tomado de la Encyclo-
guiente. es la posibilidad de mostrar las ventajas de la división del trabajo en forma
estadística.
Pédie, tomo v (publicado en 1755), voz Épingle. El artículo se atribuye a MI. De-
laire, "quien describía la fabricación de alfileres en los mismos talleres de los
3 Este paréntesis sería suficiente por sí solo para revelar que yerran quienes
obreros", p. 807. En algunas fábricas la división se llevaba todavía más lejos.
suponen que Smith no incluye la separación de ocupaciones en la "división del
E. Chambers, Cyclopaedia, vol. 11, 2'1-ed., 1741, voz Pin, eleva el número de opera-
trabajo".
ciones distintas a veinticinco.
10 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo De la división del trabajo 11

es una persona distinta del tejedor; pero la persona que ara, siembra, de la división del trabajo, procede de tres circunstancias distintas: debe a tre~
circunstan-
cava y recolecta el grano suele ser la misma. Como la oportunidad primera, de la mayor destreza de cada obrero en particular; segunda,
cias:
de practicar esas distintas clases de trabajo va produciéndose con el del ahorro de tiempo que COmúnmente se pierde al pasar de una
transcurso de las estaciones del año es imposible que un hombre esté ocupación a otra, y por último, de la invención de un gran número
dedicado constantemente a un¡¡ sola tarea. Esta imposibilidad de ha- de máquinas, que facilitan y abrevian el trabajo, capacitando a un
cer una separación tan completa de los diferentes ramos de labor en hombre para hacer la labor de muchos.s
la agricultura es quizá la razón de por qué el progreso de las aptitu- En primer lugar, el progreso en la destreza del obrero incre- (1) mayor
destreza,
des productivas del trabajo en dicha ocupación no siempre corre menta la cantidad de trabajo que puede efectuar, y la división del
parejas con los adelantos registrados en las manufacturas. Es verdad trabajo, al reducir la tarea del hombre a una operación sencilla, y
que las naciones más opulentas superan por lo común a sus vecinas hacer de ésta la única ocupación de su vida, aumenta considerable-
en la agricultura y en las manufacturas, pero generalmente las aven- mente la pericia del operario. Un herrero corriente, que nunca haya
tajan más -en éstas que en aquélla. Sus tierras están casi siempre hecho clavos, por diestro que sea en el manejo del martillo, apenas
mejor cultivadas, y como se invierte en ellas más capital y trabajo, hará al día doscientos o trescientos clavos, y aun éstos no de buena
producen más, en proporción a la extensión y fertilidad natural del calidad." Otro que esté acostumbrado a hacerlos, pero cuya única
suelo. Ahora bien, esta superioridad del producto raras veces excede o principal ocupación, no sea ésa, rara vez podrá llegar a fabricar al día
considerablemente en proporción al mayor trabajo empleado y a ochocientos o mil, por mucho empeño que ponga en la tarea. Yo he
los gastos más cuantiosos en que ha incurrido. En la agricultura, el observado varios muchachos, menores de veinte años, que por no
trabajo del país rico no siempre es mucho más productivo que el del haberse ejercitado en otro menester que el de hacer clavos, podían
pobre o, por lo menos, no es tan fecundo como suele serlo en las hacer cada uno, diariamente, más de dos mil trescientos, cuando se
manufacturas. El grano del país rico, aunque la calidad sea la mis- ponían a la obra.é Hacer un clavo no es indudablemente una de las
ma, no siempre es tan barato en el mercado como el de un país tareas más sencillas. Una misma persona tira del fuelle, aviva o mo-
pobre. El trigo de Polonia, en las mismas condiciones de calidad, es dera el soplo, según convenga, caldea el hierro y forja las diferentes
tan barato como el de Francia, a pesar de la opulencia y adelantos partes del clavo, teniendo que cambiar el instrumento para formar
de esta última nación. El trigo de Francia, en las provincias trigue- la cabeza. Las diferentes operaciones en que se subdivide el trabajo
ras, es tan bueno y tiene casi el mismo precio que el de Inglaterra, la de hacer un alfiler o un botón de metal 9 son, todas ellas, mucho más
mayor parte de los años, aunque en progreso y riqueza aquel país sea
sencillas y, por lo tanto, es mucho mayor la destreza de la persona
inferior a éste. Sin embargo, las tierras de pan llevar de Inglaterra
que no ha tenido otra ocupación en su vida. La velocidad con que se
están mejor cultivadas que las de Francia, y las de esta nación, según
ejecutan algunas de estas operaciones en las manufacturas excede a
se afirma, lo están mejor que las de Polonia. Aunque un país pobre,
no obstante la inferioridad de sus cultivos, puede competir en cierto
,6 "En cuanto a la celeridad del ,trabajo y la perfección de la tarea, dependen
modo con el rico en la calidad y precio de sus granos, nunca podrá por completo de la muchedumbre de obreros reunidos. Cuando una manufactura
aspirar a semejante competencia en las manufacturas, si éstas corres- cuenta con muchos obreros, cada operación ocupa un hombre distinto. Un deter-
ponden a las circunstancias del suelo, del clima y de la situación minado obrero no hace ni hará otra cosa ~n su vida que una sola y úñ1caCi5Sa;
de un país próspero. Las sedas de Francia son mejores y más baratas otro, otra tarea distinta. De ello resulta que cada una de esas tareas se ejecuta
bien y rápidamente, y que la obra mejor hecha resulta ser la que se obtiene más
que las de Inglaterra, porque la manufactura de la seda, debido a los barata. Por otra parte, el buen gusto y el modo de hacer se perfeccionan forzosa-
altos derechos que se pagan actualmente en la importación de la seda mente cuando el número de obreros es considerable, porque es difícil que entre
, en rama, no se adapta tan bien a las condiciones climáticas de In- ellos no se encuentren algunos capaces de reflexionar, combinar y hallar, por
glaterra como a las de Francia. Pero la quincallería y las telas de fin, el único medio que pueda situarlos por encima de sus semejantes; el medio
de ahorrar materia prima, o de alargar el' tiempo, o de encarecer la mercancía, sea
lana corrientes de Inglaterra son superiores, sin comparación, a las
mediante una máquina nueva o con una manipulación más cómoda." Encyclopé-
de Francia, y mucho más baratas en la misma calídad.s Según infor- die, tomo 1 (1751), p. 717, voz Art. Las tres ventajas citadas en el texto (d. supral)
maciones, en Polonia escasea la mayor parte de las manufacturas, están incluidas en nuestro caso.
con excepción de las más rudimentarias de utensilios domésticos, sm 7 En Lectures, p. 166, "un herrero del campo que no está acostumbrado a hacer
las cuales ningún país puede existir de una manera conveniente. clavos habrá de trabajar mucho para hacer trescientos o cuatrocientos al día, y
aun ésos estarán muy mal hechos."
La ventaja Este aumento considerable en la cantidad de productos que un
8 En Lectures, p. 166, "un muchacho ya adiestrado en el oficio confeccionará
lograda se mismo número de personas puede confeccionar, como consecuencia dos mil, y de muy buena calidad".
11 En Lectures, p. 164, se hace la comparación entre pequeños artículos de me- 9 En Lectures, p. 255, se da por hecho que la tarea de confeccionar un botón
tal (toys) ingleses y franceses. estaba dividida entre ochenta personas.
12 Causas del progresa en las facultades productivas del trabajo De la división del trabajo

cU~z:tto pudieran suponer quienes nunca lo han visto, respecto a la todos rápidos y fáciles para ejecutarla. Quien haya visitado con fre-
agilidad de que es susceptible la mano del hombre. cuencia tales manufacturas habrá visto muchas máquinas interesantes
(2) ahorro
En segundo lug~r, la ventaja obtenida al ahorrar el tiempo que inventadas por los mismos obreros, con el fin de facilitar y abreviar
de tiempo
por lo regular se pierde, al pa~ar de ~na clase de operación a otra, es la parte que les corresponde de la obra. En las primeras máquinas de
mu~ho mayor de lo que a primera VIsta pudiera imaginarse. Es im- vapor había un muchacho ocupado, de una manera constante, en
posible pasar con m~~ha ~a~idez de una labor a otra, cuando la se- abrir y cerrar alternativamente la comunicación entre la caldera y
g~nda se hace en. SItIO distinto y con instrumentos completamente el cilindro, a medida que subía o bajaba el pistón. Uno de esos mu-
dIfere~tes. U?, tejedor rural.t? que al mismo tiempo cultiva una chachos, deseoso de jugar con sus camaradas, observó que atando
pequena granp, no podrá por menos de perder mucho tiempo al una cuerda en la manivela de la válvula, que abría esa comunicación
pasar del telar al campo y del campo al telar. Cuando las dos labores con la otra parte de la máquina, aquélla podía abrirse y cerrarse auto-
se pued~n efectuar en el mismo lugar, se perderá indiscutiblemente máticamente, dejándole en libertad de divertirse con sus compañeros
menos tIempo; pero la pérdida, aun en este caso, es considerable. No de juegos. Así, uno de los mayores adelantos que ha experimentado
hay hombre que no ha&,a una pausa, por pequeña que sea, al pasar ese tipo de máquinas desde que se inventó, se debe a un muchacho
la mano de una ocupación a otra. Cuando comienza la nueva tarea ansioso de economizar su esfuerzo.P
rara vez está ~ler~a y pone, in~erés; la. mente no está en lo que hace Esto no quiere decir, sin embargo, que todos los adelantos en la o por
y durante algún tIempo mas bien se distrae que aplica su esfuerzo de maquinaria hayan sido inventados por quienes tuvieron la oportu- fabricantes
especiali-
~na ma~era diligente. El hábito de remolonear y de proceder con nidad de usarlas. Muchos de esos progresos se deben al ingenio de
zados o por
indolencia que, naturalme?te, adquiere todo obrero del campo, las los fabricantes, que han convertido en un negocio particular la pro- filósofos.
más de las veces por necesidad -ya que se ve obligado a mudar de ducción de máquinas, y algunos otros proceden de los llamados filó-
labor. y de herramie?t~s cada media hora, y a emplear las manos sofos u hombres de especulación, cuya actividad no consiste en hacer
de vemte maneras ~hstmtas a~ cabo del día-, lo convierte, por lo cosa alguna sino en observarlas todas y, por esta razón, son a veces
regular, en lento e indolente, mcapaz de una dedicación intensa aun capaces de combinar o coordinar las propiedades de los objetos' más
en las ocasiones más urgentes. Con independencia, por lo tanto, de dispares.te Con el progreso de la sociedad, la Filosofía y la especula-
su falta de destreza, esta causa, por sí sola, basta a reducir considera. ción se convierten, como cualquier otro ministerio, en el afán y la
blemente la cantidad de obra que sería capaz de producir.
y (3) empleo 12 Esta don osa historia es en gran parte imaginaria, si no del todo. Parece
En tercer lugar, y por último, todos comprenderán cuánto se faci-
de haber derivado de una lectura defectuosa (no necesariamente de Smith) del pá-
lita ~ abrevia el trabajo si se emplea maquinaria apropiada. Sobran rrafo siguiente: "Solían an tes trabajar a base de un flotador en el émbolo que se
maquinaria,
inventada
los ejemplos.it y así nos limitaremos a decir que la invención de las movía dentro' de un tubo, cuyo flotador o válvula se levantaba cuando la corriente
por los máquin~s q~~ ~~cilitan y ab~evian la tarea, parece tener su origen en de vapor era fuerte, y producía la inyección, y el respectivo golpe de émbolo;
operarios la propI~ dIvIsIOn. del trabaJO., El hombre adquiere una mayor apti- por tal razón 'sólo podían conseguirse seis, ocho o diez golpes de émbolo por
mismos, minuto, hasta' que un muchacho, llamado Humphry Potter, que cuidaba del
tud para descubnr los métodos más idóneos y expeditos, a fin de
mecanismo, agregó un dispositivo (por él denominado scoggan) que automática-
alcanzar un propósito, cuando tiene puesta toda su atención en un mente era abierto por el vástago del pistón, con lo cual pudo conseguir quince o
objeto, que no cuando se distrae en una gran variedad de cosas. Debi- dieciséis golpes de émbolo por minuto. Molesto con tantas cuerdas y aditamentos,
do a la división del trabajo toda su atención se concentra natural- Mr. Henry Beighton, en una máquina por él construida er. Newcastle-on-Tyne,
mente en un solo y simple objeto. Naturalmente puede esperarse que en 1718, eliminó todos esos admínículos, pues el vástago podía realizar todo ese
trabajo más sencillamente y mucho mejor."-J. T. Desagulier, Course ot Experi-
uno u otro de cuantos se emplean en cada una de las ramas del tra-
mental Philosophy, vol. 11, 1744, p. 533. De las pp. 469, 471 parece inferirse que
bajo en.cuentre pronto el método más fácil y rápido de ejecutar su originariamente, antes de hacerse uso de la válvula, se utilizaba sólo el trabajo
tarea, SI la naturaleza de la obra lo permite. Una gran parte de las manual.
máquinas empleadas en esas manufacturas, en las cuales se halla muy 13 En Lectures, p. 167, se conjetura que la invención del arado puede atribuirse
subdividido el trabajo, fueron al principio invento de artesanos co- a un agricultor, y el molino manual a un esclavo, mientras que la invención de la
rueda hidráulica se atribuye a los filósofos: "Raras veces son igual clase de gentes
munes, pues hallándose ocupado cada uno de ellos en una operación las que inventan artefactos y mejoras en ellos, y las que inquieren la razón de las
sencilla, toda su imaginación se concentraba en la búsqueda de mé. cosas; esta última actividad se practica más comúnmente por gentes perezosas e
indolentes, que son entusiastas de la soledad, aborrecen los oficios y adoran la es-
10 El mismo ejemplo aparece citado en Lectures, p. 166. peculación; en cambio nadie triunfa con más frecuencia en las primeras tareas que
11 Se citan ejemplos en Lectures, p. 167: "Dos hombres y tres caballos rendirán la gente activa, solícita y laboriosa, como son las que empuñan la esteva del arado,
más trabajo en una jornada, arando, que veinte hombres sin nada. El molinero efectúan experimentos y dan toda su atención a lo que llevan entre ceja y ceja."-
y s~. ayudante producirán más con el molino hidráulico que una docena con el Fable oi the Bees, pt. Il (1729), dia!. III, p. 151. A continuación ofrece, como
molino manual, aunque éste sea mecánico." ejemplo, .cíertos progresos en la fabricación de jabones, secado de granos, etcétera.
14 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo De la división del trabajo

profesión de ciertos grupos de ciudadanos. Como cualquier otro ,., rramienta tan sencilla como las tijeras, con las cuales el esquilador
empleo, también ése se subdivide en un gran número de ramos dife_ corta la lana. El minero, el constructor del horno para fundir el mi-
rentes, cada uno de los cuales ofrece cierta ocupación especial a cada neral, el fogonero que alimenta el crisol, el ladrillero,. el albañil, .el
grupo o categoría de filósofos. Tal subdivisión de empleos en la encargado de la buena marcha del horno, el del martI?ete, el forja-
Filosofía, al igual de lo .que ocurre en otras profesiones, imparte dar, el herrero, todos deben coordinar sus artes respectivas para pro-
destreza y ahorra mucho tiempo. Cada uno de los individuos se hace ducir las tijeras. Si del mismo modo pasamos a. examinar todas las
más experto en su ramo, se produce más en total y la cantidad de partes del vestido y del ajuar del obrero, la camisa áspera que cubre
ciencia se acrecienta considerablemente.rs sus carnes, los zapatos que protegen sus pies, la cama en que yace, y
De ello La gran mu~ti'p!icación de p~oducciones en todas las artes, origi- todos los diferentes artículos de su menaje, como el hogar en que
resulta la nadas en la dIVISIón del trabajo, da lugar, en una sociedad bien prepara su comida, el carbón que necesita para ,este propósit? -sac~-
opulencia gobernada, a esa opulencia universal que se derrama hasta las clases do de las entrañas de la tierra, y acaso conducido hasta allí después
general de
una sociedad
inferiores del pueblo. Todo obrero dispone de una cantidad mayor de una larga navegación y un dilatado transporte terrestre-,. todos
bien de su propia obra, en exceso de sus necesidades, y como cualesquiera los utensilios de su cocina, el servicio de su mesa, los cuchillos y
gobernada, otro artesano, se halla en la misma situación, se encuentra en condi- tenedores, los platos de peltre o loza, en que dispone y corta sus ali-
ciones de cambiar una gran cantidad de sus propios bienes por una mentos, las diferentes manos empleadas en preparar el pan y la cer-
gran cantidad de los creados por otros; o lo que es lo mismo, por el veza, la vidriera que, sirviéndole abrigo y sin impedir la luz, le
precio de una gran cantidad de los suyos. El uno provee al otro de protege del viento y de la lluvia, con todos l~s co~ocimiento.s y el arte
lo que necesita, y recíprocamente, con lo cual se difunde una general necesarios para preparar aquel feliz y precIOSO invento, sI.n el cual
abundancia en todos los rangos de la sociedad. apenas se conseguiría una habitación c~nfortable en ~as ~egIOnes nór-
ya que Si observamos las comodidades' de que disfruta cualquier artesano dicas del mundo, juntamente con los instrumentos indispensables a
inclusive la
o jornalero, en un país civilizado y laborioso, veremos cómo excede a todas las diferentes clases de obreros empleados en producir 'tanta /
chamarra de
un jornalero todo cálculo el número de personas que concurren a procurar le aque- cosa necesaria; si nos detenemos, repito, a examinar todas estas cosas
es el Has satisfacciones, aunque cada uno de ellos sólo contribuya con una y a considerar la variedad de trabajos que se emplean en cualquiera
producto pequeña parte de su actividad. Por basta que sea, la chamarra de de ellos, entonces nos daremos cuenta de que sin la asistencia y coope-
de un gran lana, pongamos por caso, que lleva el jornalero, es producto de la
número de
ración de millares de seres humanos, la persona más humilde en un
trabajadores.
labor conjunta de muchísimos operarios. El pastor, el que clasifica país civilizado no podría disponer de aquellas cosas que se consideran
la lana, el cardador, el amanuense, el tintorero, el hilandero, el teje- las más indispensables y necesarias.
dor, el batanero, el sastre, y otros muchos, tuvieron que conjugar sus Realmente, comparada su situación con el lujo extravagante del
diferentes oficios para completar una producción tan vulgar. Ade- grande, no puede por menos de aparecérsenos ~imple y frugal;, p~ro
más de esto ¡cuántos tratante,s y arrieros no hubo que emplear para con todo eso, no es menos cierto que las comodidades de un pnncIpe
transportar los materiales de unos a otros de estos mismos artesanos, europeo no exceden tanto las de un campesino económi~o y tra~a-
que a veces viven en regiones apartadas del país! ¡Cuánto comercio jador, como las de éste superan las de muchos reyes de Afnca, duenos
y navegación, constructores de barcos, marineros, fabricantes de ve- absolutos de la vida y libertad de diez mil salvajes desnudcs.l"
las y jarcias no hubo que utilizar para conseguir los colorantes usados
por el tintorero y que, a menudo, proceden de los lugares más remo-
tos del mundo! ¡Y qué variedad de trabajo se necesita para pro-
ducir las herramientas del más modesto de estos operariosl Pasando
por alto maquinarias tan complicadas como el barco del marinero, el
martinete del forjador y el telar del tejedor, consideraremos sola-
mente qué variedad de labores no se requieren para lograr una he-
14 La ventaja de producir determinados artículos en los países más adecuados 15 Probablemente este párrafo se tomó, en su totalidad, del manuscrito de las
para crearlos, se reconoce más adelante, p. 404, pero no se alude al hecho de que lecciones del autor. Al parecer está basado en Mun, La. riqueza de Inglaterra P?r
la división del trabajo es necesaria para lograr dicha ventaja. En parte se ignora, el comercio exterior. Discurso acerca del comercio de Inglaterra con las lndias
y en parte se niega (d. infra, pp. 17, 18, 19) el hecho de que división del trabajo Orientales, cap. 1lI, al final, ed. del Fondo de Cultura Económica, México, 195~;
permite a determinados obreros dedicarse exclusivamente al tipo de trabajo para Locke, Ensayo sobre el gobierno civil, § 43, edición del Fondo de Cultura Económi-
el cual son más aptos, por cualidades no adquiridas mediante la educación y la ca, México, 1941. Mandeville, Fable 01 the Bees, pt. 1, nota P, 2'" ed., 1723, p, 182, Y
práctica, tales como la edad, el sexo, la estatura y el vigor físico. Se alude a la des- acaso Harris, Essays upon Money and Coins, pt. 1, § 12. Cf. Lectures, pp. 161-162
ventaja de la división del trabajo, o especialización, inira, pp. 687-689. Y notas.
Del principio que motiva la división del trabajo 17
cooperación y asistencia de la multitud, en tanto que su vida entera
apenas le basta para con~uistar la. amista? d.e .contadas personas. En
casi todas las otras especies zoológicas el individuo, cuando ha alcan-
zado la madurez, conquista la independencia y no necesita el concurso
de otro ser viviente. Pero el hombre reclama en la mayor parte de las
circunstancias la ayuda de sus semejantes y en vano puede esperarla
sólo de su benevolencia. La conseguirá con mayor seguridad intere-
. CAPíTULO II sando en su favor el egoísmo de los otros y haciéndoles ver que es
ventajoso para ellos hacer lo que les pide. Quien propone a otro un
DEL PRINCIPIO QUE MOTIVA LA DIVISIÓN DEL TRABAJO trato le está haciendo una de esas proposiciones. Dame lo que nece-
sito y tendrás lo que deseas, es el sentido de cualquier clase ~e. oferta.
y así obtenemos de los demás l~ mayor p~te de los serVICIOSque
La división. necesitamos. No es la benevolencia del carrucero, del cervecero o del
del trabajo ES!A DIVISIÓNdel trabajo, que tantas ventajas reporta, no es en su
deriva de la origen efecto de la sabidurí.a humana, que prevé y se propone alcan. panadero la que nos procura el alimento, si?-o la consider~ci~n de. su
propensión _zar aquella general opulencia que de él se deriva.t Es la consecuencia propio interés. No invocamos sus sentlmle~tos hUT?amtanos smo
humana al gradual, necesaria aunque lenta, de una cierta propensión de la natu- su egoísmo; ni les hablamos de nuestras necesidades, smo de sus ve?-
cambio.
raleza humana que no aspira a una utilidad tan grande: la propensión tajas. Sólo el mendigo depende principalmen.te de la bene~olencla
a permutar, cambiary negociar una cosa por otra. dé sus conciudadanos; pero no en absoluto. Es CIerto que la candad de \
Esta gentes bien dispuestas le suministra la subsistencia comp~eta; per~,\-::::
propensión
. No' es nuestro propósito, de momento, investigar si esta propen-
sión es. uno de esos' principios innatos en la naturaleza humana, de aunque esta condición altruista le pr~cure todo lo neces~rIo, la carr- \
sólo se
dad no satisface sus deseos en la medida en que la necesidad se pre-
encuentra l?s que no puede darse una explicación ulterior, o si, como parece
en el senta: la mayor parte de sus necesidades eventuales se re~edian de
más probable, es la consecuencia de las facultades discursivas y del
hombre. la misma manera que las de otras personas, 'por trato,. cambio o C?~-
lenguaje. Es común a todos los hombres y no se encuentra en otras
pra. Con el dinero que recibe compra comida, cambia la ropa .vle~
especies de animales, que desconocen esta y otra clase de avenencias.
que se le da por otros vestid~s viejos también, pero que le VIene
Cuando dos galgos corren una liebre, parece que obran de consu-
mejor, o los entrega a cambio de albergue, ahme?t?s o moneda,
no. Cada uno de ellos parece que la echa a su compañero o la intercepta
cuando así lo necesíta.s De la misma manera que recibimos la mayor
cuando el otro la dirige hacia él: mas esto, naturalmente, no es la
parte de los servicios mutuos que necesitamos, por convenio, ~r?eq~e
consecuencia d.e ni.ngún co.nv:nio, sino el resultado accidental y simul-
o compra, es esa misma inclinación a la permuta la causa orrgmana
t~neo de sus insunros coincidentes en el mismo objeto. Nadie ha
de la división del trabajo.
VISt~ t~davía que los perros cambien de una manera deliberada y
En una tribu de cazadores 9 pastores un individuo, pongamos por Se halla
e~uItatIva un hueso por otro. Nadie ha visto tampoco que un animal
caso, hace las flechas o los arcos con mayor presteza y habilidad que estimulada
de a ,entender a otro, con sus ademanes o expresiones guturales, esto otros. Con frecuencia los cambia por ganado o por caza, con sus por el
es ml~, o tuyo, o estoy dispuesto a cambiarlo por aquello. Cuando egoísmo y
compañeros, y encuentra, al fin, que por es~e pro~edimien~o cons~- conduce a
un animal desea obtener cualquier cosa del hombre o de un irra- gue una mayor cantidad de las dos cosa~ que SI él.mI~mo hubiera sa~I- la división
cion~l. no tiene otro medio de persuasión sino el halago. El cachorro do al campo para su captura. Es aSI cómo, siguiendo su prop~o del trabajo,
acaricia a la madre y el perro procura con mil zalamerías atraer la interés se dedica casi exclusivamente a hacer arcos y flechas, convrr-
atención del dueño, cuando éste se sienta a comer, para conseguir tiéndo~e en una especie de armero. Otro destaca en ~a construcc,ión
que le dé algo. El hombre utiliza las mismas artes con sus semejan- del andamiaje y del techado de sus pobres chozas o tiendas, y aSI se
tes, y cuando no encuentra otro modo de hacerla actuar conforme a acostumbra a ser útil a sus vecinos, que le recompensan Igualmente
sus intenciones, procura granjearse su voluntad procediendo en forma con ganado o caza, hasta que encuentra ventajoso de?icarse por. com-
servil y lisonjera. Mas no en todo momento se le ofrece ocasión pleto a esa ocupación, convirtiéndose en una espeCIe de carpintero
de actuar así, En una sociedad civilizada necesita a cada instante la constructor. Parejamente otro se hace herrero o ~alderero, el de T?ás
1 Es decir, no es el efecto de una regulación consciente, hecha por el Estado allá curte o trabaja las pieles, indumentaria h~bItual de los salvajes.
o la s~ciedad, como la "ley de Sesostr is", según la cual cada hombre seguiría la De esta suerte, la certidumbre de poder cambiar el exceso del p~o- '--
ocupación de su padre, ejemplo al cual se alude en el correspondiente pasaje de
~ec.tu.res, p. 168. Más adelante, pp. 17-18, se niega que sea el efecto de la discreción 2 El párrafo se reproduce de Lectures, p. 16g. Está basado en Mandeville~ Fable
índívidual, que reconoce la ventaja de ejercitar las aptitudes naturales específicas. o/ the Bees, pt. 11 (1729), dial. VI, pp. 421-422.
16
18 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del principio que motiva la división del trabajo 19

dueto de su propio trabajo, después de satisfechas sus necesidades, por / lla variedad de instintos de que le dotó la naturaleza. Entre los hom-
la parte del producto ajeno que necesita, induce al hombre a dedi- bres, por el contrario, los talentos m~s dispares se caracterizan ~or su
carse a una sola ocupación, cultivando y perfeccionando el talento mutua utilidad, ya que los respectivos productos de sus aptitudes
o el ingenio que posea para cierta especie de labores.s se aportan a un fondo común, en virtud de e~a disposi<:ión ge~eral
Dando La diferencia de talentos naturales en hombres diversos no es tan para el cambio, la permuta o el trueque, y tal crrcunstancia permIte a
lugar 3 grande c~~o v~lgarmente se cree, y la gran variedad de talentos que cada uno de ellos comprar la parte que necesitan de la producción
diferencias
parece distinguir a los hombres de diferentes profesiones, cuando lle- ajena.
de aptitudes,
más impor- gan a la madurez es, las más de las veces, efecto y no causa de la divi-
tantes que sión del trabajo.s Las diferencias más dispares de caracteres, entre
las un filósofo y un mozo de cuerda, pongamos por ejemplo, no proceden
diferencias tanto, al parecer, de la naturaleza como del hábito, la costumbre o la
naturales,
educación. En los primeros pasos de la vida y durante los seis u ocho
primeros años de edad fueron probablemente muy semejantes, y ni
sus padres ni sus camaradas advirtieron diferencia notable. Poco más
tarde comienzan a emplearse en diferentes ocupaciones. Es entonces
cuando la diferencia de talentos comienza a advertirse y crece por
grados, hasta el punto de que la vanidad del filósofo apenas encuentra
parigual. Mas sin lar inclinación al cambio, a la permuta y a la venta
cada uno de los seres humanos hubiera tenido que procurarse por .. ,
su cuenta las cosas necesarias y convenientes para la vida. Todos
hubieran tenido las mismas obligaciones que cumplir e idénticas obras
que realizar y no hubiera habido aquella diferencia de empleos que
propicia exclusivamente la antedicha variedad de talentos.s
y haciendo y así como esa posición origina tal diferencia de aptitudes, tan acu-
útiles tales sada entre hombres de diferentes profesiones, esa misma diversidad
diferencias
hace útil la diferencia. Muchas agrupaciones zoológicas pertenecien-
tes a la misma especie, reciben de la naturaleza diferencias más nota-
bles en sus instintos de las que observamos en el talento del hombre
como consecuencia de la educación o de la costumbre. Un filósofo
no difiere tanto de un mozo de cuerda en su talento por causa de la
naturaleza como se distingue un mastín de un galgo, un galgo de un
podenco o éste de un perro de pastor. Esas diferentes castas de ani-
males, no obstante pertenecer a la misma especie, apenas se ayudan
unas a otras. La fuerza del mastín no encuentra ayuda en la rapidez
del galgo, ni en la sagacidad del podenco o en la docilidad del perro
que guarda el ganado. Los efectos de estas diferencias en la consti-
tución de los animales no se pueden aportar a un fondo común ni
contribuyen al bienestar y acomodamiento de las respectivas especies,
porque carecen de disposición para cambiar o permutar. Cada uno
de los animales se ve así constreñido a sustentarse y defenderse por sí
)
solo, con absoluta independencia, y no deriva ventaja alguna de aque.
3 Lectures, pp. 169-17°.
4 El argumento está dirigido contra Harris, Money trnd Coins, pt. I, 11, Y está
de acuerdo con la opinión de Hume, quien solicita de los lectores que "consideren
cómo los homhres son casi iguales respecto a su fuerza física, e incluso en sus
aptitudes y facultades mentales, antes de ser ~ultivados por la educación". "Of
the Orig-inal Contract", en Essays, Moral and 'rouucat. 1748, p. 291.
11 Lectures, pp. 170-171.
Límites de la división del trabajo 21

Las vías fluviales abren a las distintas clases de actividades econó- El


micas mercados más amplios que el transporte terrestre, y ello nos transporte
por vías
explica por qué, a lo largo de las costas .marí~imas y ri~eras de los río.s
navegables
navegables, las promociones de cualquier genero comienzan a subdi- ensancha el
vidirse y perfeccionarse; pero muchas veces aco~tece que ~a de: pasar ámbito del
bastante tiempo hasta que esos progresos se extiendan al mtenor del mercado.
país. Un carro de grandes ruedas servido por dos hombres y tirado
por ocho caballos trae y lleva en una~ seis semanas, aproxi~adamen-
CAPíTULO 111 te casi cuatro toneladas de mercanCla entre Londres y Edímburgo.
Pero una embarcación con seis u ocho tripulantes y que trafique entre
LA DIVISIÓN DEL TRABAJO SE HALLA LIMITADA POR LA Londres y Leith, transporta casi en el mismo tiempo doscientas tone-
EXTENSIÓN DEL MERCADO ladas entre los dos puertos. En consecuencia, seis u ocho ho~bres,
utilizando el transporte marítimo, transportan en ese: lapso de ==r=
idéntica cantidad de mercancía entre Londres y Edímburgo que cm-
La división
Así como la facultad de cambiar motiva la división del trabajo, la cuenta carretones servidos por cien hombres y tirados por cuatro-
del trabajo cientos caballos." En el primer caso, sobre las doscientas toneladas
está
amplitud de esta división se halla limitada por la extensión de aque-
lla facultad o, dicho en otras palabras, por la extensión del mercado. de mercancía, transportadas por tierra, al porte más b~rato, en.tre
limitada
por la Cuando éste es muy pequeño, nadie se anima a dedicarse por entero Londres y Edimburgo, habría que carga.r l~, manutenClón. de cien
amplitud a una ocupación, por falta de capacidad para cambiar el sobrante hombres durante tres semanas y la amornzacion de cuatrocientos ca-
con que se
del producto de su trabajo, en exceso del propio consumo, por la par- ballos y' de los cincuenta carretones. En cambio, ,sobre la _mi~m~ c~n-
practica el tidad de mercaderías conducidas por agua, habna que añadir urnca-
cambio.
te que necesita de los resultados de la labor de otros.
mente la manutención de seis u ocho hombres y la amortización de
Existen ciertas actividades económicas, aun de la clase ínfima, que
Numerosas un navío de doscientas toneladas de carga, amén del valor superior
no pueden sostenerse como no sea en poblaciones grandes. Un mozo
actividades del riesgo, o la diferencia que existe en~re el s;guro ma.ríti~o y el
de cuerda, por ejemplo, no podrá encontrar medios de vida ni em-
no 'Pueden terrestre. Si entre ambas plazas no hubiera mas comunicación que
ejercitarse
pleo sino en ellas. La aldea constituye para él un campo muy limi-
la terrestre, sólo se podría acarrear entre una y otra aquellas m:r~a~-
sino en las tado, y aun una población, provista de un mercado corriente, es
cías cuyo precio es muy grande en proporción al peso. ~o exrstrría
ciudades. Insuficiente para proporcionarle una ocupación constante. En los
entre ambas plazas más que una pequeña parte del ~omerclO que hoy
caseríos y pequeñas aldeas diseminadas en regiones desérticas, como
existe y, por consiguiente, prosperaría menos el tráfico que hoy enn-
ocurre en las tierras altas de Escocia, el campesino es el carnicero,
quece recíprocamente sus industrias. Entre las partes remotas del
panadero y cervecero de la familia. En tales circunstancias apenas si
mundo no existiría el comercio, o éste sería muy pequeño. ¿Qué mer-
lograremos encontrar un herrero, un carpintero o un albañil a menos
caderías podrían soportar el porte terrestr~ entre Londr:s y Calcuta? 2
de veinte millas de distancia de otro de su misma profesión. Las
y aun cuando hubiese artículos tan preciosos que pudieran soportar
familias que viven diseminadas a ocho o diez millas de distancia unas
esos gastos ¿cuál sería la seguridad de~ transporte a través de l~s terri-
de otras, aprenden a producir un gran número de cosas para las cuales
torios de naciones tan bárbaras? Sm embargo, estas dos CIUdades
reclamarían el concurso de dichos artesanos en lugares más poblados.
mantienen en la actualidad un comercio muy activo, y pro curándose
Éstos, en el campo, se ven obligados, la mayor parte de las veces, a
mutuos mercados, fomentan de una manera extraordinaria las eco-
aplicarse en todos aquellos ramos del oficio que sean más afines, en
nomías respectivas.
lugar de dedicarse a una sola actividad. Un carpintero rural trabaja
todo el ramo de la madera, y un herrero, en esas circunstancias, cuan-
tas obras se hacen de hierro. El primero no sólo es carpintero, sino 1 La superioridad del transporte por mar no es aquí tan considerable. como en
ebanista, ensamblador, tallista, carretero, fabricante de arados,' ca- Lectures, p. 172, pero aun así está probablemente exagerada. ~V. Playf~lT, ed. de
rruajes y ruedas, etc. Los oficios del segundo alcanzan mayor varie- Wealth 01 Nations, 1805, vol. 1, p. 29 dice que un carro del npo descrito ~ría
transportar ocho toneladas, per? efec!ivamente. convendría otorgar un cierto
dad. Es imposible que en lugares tan apartados como el centro de las margen, como consecuencia de treinta anos de mejoras ~~ las ca.rreteras.
tierras altas de Escocia florezca el fabricante de clavos. Un artesano 2 Playfair, op cit., p. 30, dice que promediando los viajes de Ida y ~elta, des~e
que hiciese mil al día, completaría trescientos mil al año, en trescien- Londres hasta Calcuta, las mercaderías se transportaban por mar al mismo p:eclO
(12S por doble quintal), o sea la tarifa que se cobraba para el transporte por nerra
tas jornadas; pelO en tales condiciones, apenas podría disponer anual-
desde Londres hasta Leeds,
mente de mil, que son el producto de una jornada.
20
22 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Límites de la división del trabajo 23

y, así, los Siendo. éstas las ventajas del transpo.rte acuático, es cosa natural Los adelantos de la agricultura y de las manufacturas parecen ha- Bengala y
primeros que los pro.greso.s del arte y de la industria se fomentasen donde tales ber alcanzado también una gran antigüedad en las provincias de Ben- China,
progresos se facilidades convirtieron al mundo. en un mercado. para toda clase de gala, en la India Oriental, así como en otras situadas al este de la
registran
productos del trabajo; en cambio. tales progresos tardaron mucho. en China, si bien los antecedentes de esta antigüedad no se consignan
en la
navegación- extenderse po.r las regiones interiores del país. Estas zonas del inte- en historia alguna lo suficientemente auténtica de nuestras latitudes.
costera o en rior no. dispusieron, durante largo. tiempo, de o.tro. mercado. para la En Bengala, el Ganges y otros muchos ríos caudalosos se reparten en
los ríos mayor parte de sus productos, sino. la ,comarca circundante, separ~da un gran número de canales navegables, como ocurre con el Nilo
navegables, de las costas y riberas de los grandes rros naveg~bles. Por co.ns~gUlen- en Egipto. En las provincias orientales de China forman también
te la extensión de su mercado fue en mucho. tiempo. proporcionada varios brazos, algunos grandes ríos y, al intercomunicarse, fomentan
a Ía riqueza y población del respectivo. territorio y, ~n consecuencia, .su una navegación interior mucho más densa que la del Nilo o la del
adelanto. muy posterior al pro.greso genera! del pals. En !as colonias Ganges, y quizá mayor que la de ambos unidos. Es de advertir que
inglesas de América del Norte las plantaciones se extendieron prefe- ni los antiguos egipcios, ni los indios, ni los chinos, estimularon el
rentemente a lo largo. de las costas o. de las riberas de los ríos nave- comercio exterior, sino más bien parece que derivaron su gran opu-
gables, y raras veces penetraro.~ .a.considerabl~ distancia de ambas. lencia de la navegación interior.
por ejemplo, Las naciones que fueron civilizadas en pnmer lugar, de acuerdo Todas las tierras interiores de África y todas aquellas de Asia, que entretanto
en la con los más auténticos testimonios de la historia, fueron aquellas que se extienden hacia el norte del Mar Negro (Ponto Euxino) y del Mar África,
antigüedad, moraban sobre las costas del Mediterráneo. Este mar, el mayor de Tartaria '!
en las costas
Caspio, la antigua Scythia, la moderna Tartaria y Siberia, parece que
Siberia, y
del los mares interiores conocidos en el mundo, desconoce la fuerza de las estuvieron en todas las edades del mundo sumidas en la misma bar- también
Medite- mareas y, por eso, lasolas se deben únicamente a la acción del ~iento.8 barie y. ausencia de civilización en que hoy las encontramos. El mar Baviera,
rráneo. Por la calma reinante en la superficie, asi como por la multitud de de Tartaria es el Océano glacial o helado, cerrado a la navegación, y Austria y
islas y la proximidad de sus playas ese mar fue extraordi~ariamen~e aunque algunos de los ríos más caudalosos del mundo corren por Hungría
, favorable a la infancia de la navegación, cuando, por la IgnoranCia quedan
esos parajes," se hallan muy distanciados unos de otros para facilitar rezagadas.
de la brújula, los navegantes temían perdc:r de vista las cost~s y, de- el comercio y las comunicaciones en la mayor parte de esas dilatadas
bido a las deficiencias en e! arte de construir barcos, no se arnesgaban comarcas. En África no hay mares interiores, como el Báltico o el
a abandonarse a las olas del proceloso océano. Pasar las columnas de Adriático en Europa, el Mediterráneo y el Mar Negro, en este con-
Hércules, o sea trasponer el estrecho. de Gib:altar, se con~ideraba tinente y en Asia, como tampoco golfos parecidos a los de Arabía,
en el mundo antiguo la empresa de navegación más ad~Illrable y Persia, India, Bengala, y Siam en Asia, para llevar e! comercio al
arriesgada. Hubo de pasar mucho tiempo antes de que lo íntentaran interior del Continente. Los grandes ríos de África se encuentran
fenicios y cartagineses, los más esforzados navegantes y construct~r~s tan distantes unos de otros, que no hacen posible una navegación
de la época; pero éstos fueron durante un período muy largo las um- interna considerable. Aparte de esto, el comercio que puede hacer
cas naciones que lo intentaron. una nación utilizando un río que no se subdivide en varias ramas o
Los primeros Parece que fue Egipto, de to~os los países 9ue se extendían por la brazos, y que, además, pasa por otro territorio, antes de desembocar
progresos cuenca del Mediterráneo, el pnmero en cultivar y fomenta.r en alto en el mar, nunca puede ser muy importante, porque siempre se ofre-
tuvieron grado la agricultura y las manufacturas. El Egip~o supenor n~ se
lugar en
cerá a las naciones que poseen la otra parte del territorio la posibili-
Egipto,
aparta mucho, en parte alguna, de las riberas del NIlo, y en e! E~pto dad de obstruir la comunicación entre el mar y el país de la cabecera
inferior se parte el río en diferentes canales' .que, ayudados con ciertas del río. Esto nos explica por qué la navegación de! Danubio apro-
obras de ingeniería, parecen haber pi'OporclOnado una buena co~u- vecha muy poco a los Estados de Baviera, Austria y Hungría, en
nicación, no sólo a las grandes ciudades, sino a ~n númer? conside- comparación a lo que pasaría si cualquiera de ellos poseyese toda la
rable de aldeas y caseríos diseminados en la región, parejamente a cuenca, hasta que ese río vierte en el mar N egro.6
como lo hacen ahora, en Holanda, el Mosa y el Rhin. Es muy pro~able
que la extensión y las facilidades de esta navegación se con~irueran
en una de las principales causas del temprano progreso de Egipto.

11 La verdadera dificultad estriba en que los estuarios de los ríos se abren en el


s Ello revela una curiosa creencia en la capacidad de las mareas par? produ- Océano Ártico, as! que están separados. Uno de los objetivos del ferrocarril transi-
cir olas. . 1b 1 1 beriano es enlazados.
, Sólo en tiempos recientes se ha venido a aplicar esta pa a ra a os cana es 8 El pasaje correspondiente a este capítulo se comprende en un párrafo de
artificiales. Cf. Murray, Oxjord English Dictionary, VOl canal. Lectures, p. 172.
Del origen y uso de la moneda 25
una manera sucesiva, muchas cosas diferentes. En las edades primi- por ejemplo,
tivas de la sociedad se dice que el ganado fue el instrumento común cabezas de
ganado, sal,
del comercio y, a pesar de ser extraordinariamente incómodo para
conchas,
esos fines, hallamos con frecuencia valuadas las cosas, en aquellos bacalao,
tiempos remotos, por el número de cabezas que por ellas se entrega- tabaco,
ban en cambio. La armadura de Diomedes, al decir de Homero, azúcar,
únicamente costó nueve bueyes, pero la de Glauco importó ciento.s En cueros y
clavos.
CAPfTULO IV Abisinia 3 se asegura que la sal es el instrumento común de cambio
y de comercio; en algunas costas de la India se utiliza cierto género de
DEL ORIGEN Y USO DE LA MONEDA conchas; el pescado seco, en Nueva Zelanda; el tabaco, en Virginia; 4
el azúcar, en algunas colonias de las Indias Occidentales; los cueros y
las pieles, en otros países, y aun en Escocia existe actualmente un
Una vez lugar donde, según nos informan, es cosa corriente que un artesano
TAN PRONTO como se hubo establecido la división del trabajo '1
implantada - di soo lleve clavos, en lugar de monedas, a la panadería o a la taberna.s
una pequena parte e as necesidades de cada hombre se pudo satis.
la división Sin embargo, en todos los países 'resolvieron los hombres, por di- En ocasiones
del trabajo, facer con el producto de su propia labor. El hombre subviene a la
versas razones incontrovertibles, dar preferencia para este uso a se dio
el hombre mayor parte de sus necesidades cambiando el remanente del producto preferencia
los metales, sobre todas las demás mercaderías.f Éstos no sólo se
vive en de su esfue.rzo, en exceso de lo que consume, por otras porciones del a los
régimen de prod~ct~ ajeno, que ~l necesita. El hombre vive así, gracias al cambio, conservan con menos pérdida que cualquier otro artículo, pues con- metales, por
intercambio.
convirtiéndose, en CIerto modo, en mercader, y la sociedad misma tadas co,sas son menos perecederas, sino que, además, se pueden divi- ser
prospera hasta ser lo que realmente es, una sociedad comercial. dir sin menoscabo en las partes que se quiera, o fundir de nuevo en duraderos y
Las una sola masa, cualidad que no poseen otras mercancías igualmente divisibles.
Cuand? com~nzó a practicarse la división del trabajo, la capacidad
dificultades
de .cambIO se VIO con frecuencia cohibida y entorpecida en sus ope. durables. Es precisamente esta propiedad la que los convierte en
del trueque instrumentos aptos para la circulación y el comercio. El hombre
inducen a raciones. Es de suponer que un hombre tuviera de una mercancía
más de lo que necesitaba, en tanto otro disponía de menos. El prime- que necesita comprar sal, pongamos por caso, y no tiene otra cosa
adoptar
un bien ro, en consecuenci~,. estaría dispuesto a desprenderse del sobrante, y para dar en cambio sino ganado, se ve obligado a adquirir la cantidad
económico
el seSundo, a adquirir una parte de este exceso. Mas si acontecía que equivalente a un buey, o a una oveja, y a retirar de una vez toda la
como
este ultl~o no contaba con nada de lo que el primero había menester, sal. Difícilmente podrá comprar una menor proporción, porque lo
dinero, que ha de dar en cambio no se puede dividir, como no sea con pér-
el cambio entre ellos no podía tener lugar. El carnicero tiene más
carne en su establecimiento de la que consume, y el cervecero y el dida. Y si fuese mayor la cantidad apetecida, se vería obligado a
panadero gustosamente comprarían una parte de ese excedente. Sin 3 Iliad, VI, 236: cit. con el mismo propósito en Plinio, Hist. Nat. lib. XXXIII,
embargo, nada pueden ofrecer en cambio, como no sea el remanente cap. 1; Pufendorf. De jure naturae et gentium, lib. v, cap. v, § 1; Martin-Leake,
d~ sus producciones respectivas, y puede ocurrir que el carnicero Historical Account o[ English Money, 2~ ed., 1745, p. 4, passim.
disponga de cuanto pan y cerveza inmediatamente necesita. En estas 8 Montesquieu, Esprit des lois, liv. XXII, cap. 1, nota.
4. W. Douglass, A Summary Historical and Political oi the First Planting, Pro-
condiciones es imposible que el cambio se efectúe entre ellos. Uno gresroe Improuements and Presents State oi th e British Settlements in North
no puede ser mercader, ni los otros clientes, con lo cual todos pierden América, 1760, vol. I1, p. 364. Ciertas tasas de funcionarios judiciales en Wash-
la posibilidad de beneficiarse con sus recíprocos servicios. A fin de ington se computaban todavía en tabaco en 1888. J. J. Lalor, Cyclopaedia o[ Po-
evitar inconvenientes de esta naturaleza, todo hombre razonable, en litical Science, 1888, voz Money , p. 879.
cualquier período de la sociedad, después de establecida la división 6 Playfair, ed. de Wealth o! Nations, 1805, vol. 1, p. 36, afirma que la explica-
ción consiste en lo siguiente: los agentes suministran materiales a los operarios
del trabajo, procuró manejar sus negocios de tal forma que en todo que confeccionan clavos, y durante el tiempo de la producción les proveen con
tiempo pudiera disponer, además de los productos de su actividad pan, queso y candelas, que pagan con clavos cuando rematan su tarea. Se omite,
peculiar, de una cierta cantidad de cualquier otra mercancía, que a al principio del párrafo supra, el hecho de que los clavos son de metal.
su juicio escasas personas serían capaces de rechazar a cambio de los 6 Para las teorías anteriores relativas a estas razones d. Grotius, De jure belli
prod uctos de su respectivo esfuerzo.! el pacis, lib. 11, cap. XII, 17; Pufendorf, De jure naturae et gentium, lib. v,
cap. 1, § 18; Locke, Som e Considerations, 2' ed., 1696, p. 31; Law, Money and
Es muy probable que para este fin se seleccionasen y eligieran, de Trade, 1705, cap. 1; Hutcheson, System oi Moral Philosophy, 1755, vol. II, pp. 55,
56; Montesquieu, Esprit des lois, lib. XXII, cap. I1, Cantillon, EnsOljo sobre la natu-
1 El párrafo presenta una estrecha semejanza con Harris, Money a.nd Coins, raleza. del comercio en general, ed. del Fondo de Cultural Económica, México, 1950,
pt. 1, ~§ 19, 20. pp. 153, 355-357; Harris, Money and Coins, pt, 1, §§ 22'27, Y Leciures, pp. 182-185.
24

/
26 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del origen y uso de la moneda

comprarla duplicando o triplicando la contraprestación, hasta el va- <, blicos llamados "Casas de Moneda"," instituciones que guardan un
lor de dos o tres bueyes. o de dos o tres ovejas. Por el contrario. si en gran parecido con las oficinas (Lonjas) que inspeccionan. y sellan lo.s
lugar de poseer bueyes u ovejas dispone de metal para dar en cam- tejidos de lana y Iino,? Todos ellos se proponen. por Igual; atesti-
bio, fácilmente puede proporcionar la cantidad de éste, que se ve guar, por medio de un sello oficial, la cantidad y calidad uniforme
obligado a ceder, a la cantidad de mercancía que de una manera de esas diferentes clases de mercancías cuando llegan al mercado.
precisa necesita. Los primeros sellos públicos de esta clase, que se estamparon en primera-
mente la
Hierro. Diferentes clases de metales se han usado para estos cometidos en los metales corrientes, tuvieron como finalidad asegurar, en la mayor
marca indicó
cobre. oro varias naciones. El hierro fue instrumento común de comercio entre parte de los casos, lo que es más difícil e importante de probar, o sea tan sólo el
y plata.
los antiguos espartanos; el cobre entre los romanos primitivos, y el la finura y buena calidad del metal, y fueron parecidos a la marca grado de
oro y la plata entre todas las naciones ricas y comerciantes. esterlina, que se pone en Inglaterra en los objetos y barras de plata, y pureza,
se usaron Parece ser que, en un principio, se utilizaron estos metales en barras al sello, que se estampa en España sobre los lingotes de oro, en uno
inicialmente toscas, sin cuño ni sello. Plinio 7 refiere, apoyándose en la autoridad de los costados de la pieza, que sólo asegura la finura y calidad del
en barras. de un historiador antiguo, Timeo, que hasta la época de Servio Tulio metal, pero no su peso. Abraham pesó a Ephrón los cuatrocientos
sin
contraste;
no tuvieron los romanos moneda acuñada, sirviéndose de barras de siclos de plata que se comprometió a pagar por el campo de Mac-
cobre sin marca, para comprar cuanto necesitaban. Estas barras gro- pela.w Aunque esta moneda se decía era corriente en el mercado,
seras hacían, pues, en aquellos tiempos, las funciones de moneda. aceptábase por peso y no por cuenta, del mismo modo que al presente
después. con El uso de metales, en esta forma rudimentaria, tropezaba con dos ae hace con las barras de oro o de plata marcadas. Las rentas de los
él. para inconvenientes muy grandes; primero, la incomodidad de pesarlos, y antiguos reyes anglosajones es fama que se pagaban, no en moneda,
indicar la segundo, la de contrastarlos. En los metales preciosos,. una pequeña sino en especie, es decir, en vituallas y provisiones de todo género. Fue
cantidad y
diferencia en la cantidad se traduce en una gran discrepancia de Guillermo el Conquistador quien introdujo la costumbre del pago
el grado de
pureza; valor, por lo que la tarea de pesarlos con l~ máxima exactit~d re- en dinero,11 pero durante mucho tiempo, este dinero no se recibió en
quiere, cuando menos, pesas y balanzas muy ajustadas. En particular, el tesoro por cuenta, sino al peso.P
el peso del oro es una operación delicadísi~a. En l~s metales .más Las dificultades e inconvenientes de pesar con exactitud dichos la
bastos, donde un pequeño yerro carece de importancia, se reqUIere, metales dieron origen a la técnica de la acuñación. Las improntas, acuñación
sin duda alguna, menos precisión. Pero no por eso sería menos em- vino más
que cubrían ambos lados de la pieza y, a veces, los bordes, se propo-
tarde, para
barazoso que cuando un pobre hombre tuviese necesidad de comprar nían atestiguar no sólo la finura sino el peso del metal. Por dicha indicar el
o vender una cosa por valor de un cuartillo de penique se viese en la razón esos cuños se reciben actualmente por cuenta, sin tomarse la peso.
precisión de pesarlo. La operaci~n ?e con~raste es más ~ifícil y em- molestia de pesarlos.
barazosa todavía, y aun resulta incierta siempre cualquier ~ompro- Los nombres que se pusieron a estos cuños parecen expresar, en Originaria-
bación, como no se deshaga alguna parte del metal e? el crisol con su origen, el peso o cantidad de metal de cada pieza. En la época de mente los
disolventes adecuados. Antes, pues, de que se estableciera la moneda cuños fueron
denominados
acuñada, el pueblo siempre estaba expuesto a los frau.~es y e~~a?os 8 Aristóteles, Política, 1257a. 38'41; cit. por Pufendorf, De jure naturae et gen- por razón
más groseros, a no ser que recurriese. a aquellas prolijas y difíciles tium, lib. v, cap. 1, § 12. del peso.
operaciones, ya que, en lugar de una Iibra de pura plata o cobre, po- 9 El fiel contraste medía el paño de lana en Inglaterra de acuerdo con 25 Ed-
111. st. 4, c. 1. Cf. John Smith, Chronicon Rusticum Commerciale or Memoirs 01
día recibir en cambio de sus bienes, una masa adulterada de los ma-
teriales más bajos y baratos, aunque tuvieran l~. apariencia los d: Wool, 1747, vol. 1, p. 37. Los funcionarios del timbre o marca de los paños de
lino en los distritos Iineros de Escocia fueron nombrados de acuerdo con 10, Anna,
codiciados metales. Para evitar estos abusos, facilitar los cambios y c. 21, para evitar "diversos abusos y fraudes ... practicados durante los últimos
fomentar por este procedimiento el comercio y la industria, en todas años en las manufacturas de paños de lino. con respecto a la longitud, anchura
sus manifestaciones, se consideró necesario, en cuantos paíse~ adelan- y desigual calidad del estambre, que originan gran devaluación y menosprecio
del mencionado paño de lino. lo mismo en el país que en el extranjero". Statutes
taron algo en el camino del progreso, colocar un sello público sobre
o/ the Realm, vol. IX, p. 682.
cantidades determinadas de aquellos metales que acostumbraban a 10 Génesis, XXlII, 16.
usar esas naciones para comprar todo género de mercan.cí~s. Tal ~s 11 "El rey Guillermo 1, para el pago más conveniente de sus guerreros, hizo que
el origen de la moneda acuñada y de aquellos estableCimientos pu- los firmes, que hasta su época se habían cubierto casi siempre mediante vituallas,
fuesen. convertidos in pecuniam numeratam." Lowndes, Report containing an
7 Plin .• Hist. Nat., lib. 33. cap. 3. "Seruius rex primus signavit aes: Antea rudi Essay [or the Amendment oi the Si/ver Coins, 1695. p. 4. Hume, a quien frecuen-
usos Romae T'imaeus tradit:" La ed. primera dice: "testimonio ~~ un cierto .R~meus temente sigue Smith, no llega a una afirmación tan absurda, History, ed. de 1773,
autor antiguo". siendo Remeus la lectura de la edición d~ Pl inio en la biblioteca Vol. 1, pp. 225, 226.
de Smith, d. Bonar, Catalogue o/ the Library oi Adam Smith, 1894. p. 87· 12 Lowndes, Essay, p. 4.
28 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del origen y uso de la moneda

Servio T'ulio, que fue el primero que acuñó, en Roma.P el as ro- "- la proporción entre la libra, el chelín y el penique parece haber sido
mano o pondus contenía una libra romana de buen cobre. Se dividía, con cierta uniformidad la misma que guardan actualmente, aun cuan-
de la misma manera que nuestra libra llamada tro», en doce onzas, do el valor de cada una de estas monedas haya variado mucho. A mi
cada una de las cuales contenía una onza de cobre de buena modo de ver, en todos los países del mundo la avaricia e injusticia
calidad. La libra esterlina inglesa, en tiempos de Eduardo 1, contenía de los príncipes y Estados soberanos abusaron de la confianza de los
una libra (peso de la Torre), de plata, de determinada ley. La libra súbditos, disminuyendo grandemente la cantidad real del metal que
peso de la Torre parece haber sido algo más que la romana y menos originariamente deberían contener las monedas.
que la troy. Esta última no se introdujo en la circulación inglesa El as romano, en los últimos períodos de la República, se redujo
hasta el año 18 del reinado de Enrique VIII. La libra francesa con- a la veinticuatroava parte de su valor original y, en lugar de pesar
tenía en la época de Carlo Magno una libra troy de reconocida finu- una libra, sólo pesaba la mitad de una onza.19 La libra inglesa y el
ra. La feria de Troyes, en Champaña, era frecuentada en aquel penique contienen actualmente una tercera parte; la libra y el peni-
tiempo por mercaderes de todas las naciones de Europa, y por eso que escocés como una trigésima sexta, y la libra y el penique francés
fueron generalmente estimados y conocidos los pesos y medidas de sólo una sexagésima sexta parte de su antiguo valor.w Por medio
un mercado tan famoso. La llamada libra escocesa, desde la época de estas operaciones, los Príncipes y Soberanos que la acuñaban se
de Alejandro 1 hasta la de Roberto Bruce, contenía una libra de hallaron en condiciones, por lo menos en apariencia, de pagar sus
plata del mismo peso y finura que la libra esterlina inglesa. Los deudas y cumplir sus obligaciones con una.cantidad menor de plata
peniqúes ingleses, franceses y escoceses contuvieron, también en su de la que en otro caso hubieran necesitado. Mas fue solamente en
origen, el peso efectivo de un penique de plata, que es la vigésima apariencia, porque, en realidad, los acreedores se vieron defraudados
parte de una onza y la doscientoscuarentava parte de una libra. El en gran parte de lo que se les debía. A todos los demás deudores en el
chelín también parece que fue en sus comienzos una denominación Estado se les otorgó el mismo privilegio, y pudieron pagar con la mis-
ponderal. Cuando el trigo esté a doce chelines el "cuarterón", dice ma suma nominal de la nueva moneda depreciadá lo que habían
una antigua disposición de Enrique III, el pan vendido por un cuar- tomado prestado en la antigua, Por lo tanto, estas operaciones favo-
tillo de chelín pesará once chelines y cuatro peniques.i- No obstante, recieron siempre a los deudores, pero fueron ruinosas para los acree-
la proporción entre el chelín y el penique, y entre el chelín y la dores, y a veces han ocasionado revoluciones más grandes y universales
libra, no parece haber sido tan constante y uniforme como entre en las fortunas de las personas privadas que las provocadas por una
el penique y la libra. Durante la pr.imera dinastía de los Reyes de gran calamidad pública.w
Francia, el sueldo o chelín francés tuvo en diferentes ocasiones cinco, Es así como la moneda se convirtió en instrumento universal de
doce, veinte y cuarenta peníques.w Entre los antiguos sajones el comercio en todas las naciones civilizadas, y por su mediación se
chelín parece haber contenido únicamente cinco peniques en determi- compran, venden y permutan toda clase de bienes.22
nada época.w y no es del todo improbable que variase tanto entre ellos Ahora vamos a examinar cuáles son las reglas que observan gene- Procede
j
como entre los franceses. Desde tiempos de Carlo Magno, entre los ralmente los hombres en la permuta de unos bienes por otros, o examinar
franceses,17 y desde Guillermo el Conquistador, entre los ingleses." cuando los cambian en moneda. Estas reglas determinan lo que ahora las
reglas que
13 Cf. supra, p. 26. pudiéramos llamar el valor relativo o de cambio de los bienes. determinan
14 La sisa de pan y cerveza, 51 Hen. III, contiene una detallada escala que se el valor en
inicia así: "Cuando un cuartal de trigo se vende por XII d, la pieza de pan de un 19 Plin., Hist. Nat. lib. XXXIII, cap. m; cf. infra, pp. 828-829. cambio.
ochavo debe pesar VI E. y XVI s" y a continuación transcribe las cifras del párrafo 20 Harrís, Money and Coins, p. 1, § 30, nota, da a la libra francesa, poco más o
supra: El Estatuto se cita de segunda mano, según Martín Folkes, Table of English menos, una séptima parte de su valor original.
Siluer Coins, con el mismo objeto, por Harrís, Essay upon Money and Coins, pt. r, 21 El tema de las acuñaciones debasadas y depreciadas aparece de nuevo infra,
§ ig, pero Harris no llega, en la escala, hasta el punto de tomar el penique como pp. 36, 187, 489-494, 827-830. También inira, pp. 166, 167, se aduce una de las
medida. En cuanto a esta escala, cf. injra, pp. 173, 176, 177. razones por las cuales el oro y la plata llegaron a ser las formas más usuales de
15 Garnier, Recherch es sur la nature et les causes de la richesse des nations, par dinero. Cf. en el índice alfabético, Acuñación y dinero.
Ada.m Smith, 1802, tomo v, p. 55, dice, en una nota a este pasaje, que el sueldo 22 En Lectures, pp. 182-190,donde se encontrará buena parte de este capítulo,
(sou¡ equivalía siempre a doce dineros (deniers). el dinero se considera "primeramente corno medida del valor, y luego como medio
16 Hume, History of England, ed. de 1773, 1, p. 226. Fleetwood, Chronicon de permuta o cambio". Se afirma que el dinero tuvo su origen en la circunstan-
preciosum, 1707, p. 30. Según estas autoridades había 48 chelines en la libra, es cia de que los hombres recurren a una mercadería para comparar con ella el
decir que esta última equivalía a 240 peniques. valor de todas las demás. En cuanto fue elegida esa mercadería, quedó convertida
17 Harris, Money and Coins, pt. 1, 29. en medio de cambio. En el presente capítulo, el dinero se usa en un principio
18 "Existe la creencia de que, poco después de la Conquista, una libra esterlina como medio de cambio, pero no se menciona su uso como medida de valor. En el
estaba dividida en veinte chelines." Hume, History of England, ed. de 1773, vol. 1, capítulo siguiente se explica que comúnmente se usa como medida de valor por-
p. 227· que se utiliza como instrumento de comercio o medio de cambio.
3° Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo
Las dos
acepciones Debemos advertir que la palabra VALOR tiene dos si nificados .
del alor rente s, pues a _veces expresa la utilidad de un objet; particula~Ife-
s~m valor en otras, la capacIdad d.e comprar otros bienes, capacidad que se de;iJ'
uso y valor de la posesión del dinero, Al primero lo podemos llamar" 1 _ a
en cambio. OI
uso", y al segundo, "valor en cambio". Las cosas que tienen ':n ~n
valor en uso t~enen comúnmente escaso o ningún valor en camb~ n
por el contrarIo: las que tienen un gran valor en cambio no tien~J
muchas ,ve<;e~,SInO un pequeño valor en uso, o ninguno. No ha'
CAPfTULOV
nada mas UtI~ qu: ~l agua, pero con ella apenas se puede corn ra~
cosa alg~na m recibir nada en cambio. Por el contrario, el diam~nte
DEL PRECIO REAL Y NOMINAL DE LAS MERCANcíAS, O DE SU
apen~s tiene valor en uso, pero generalmente se puede adquirir
cambio ?e él, una gran cantidad de otros bienes.23 ' a PRECIO EN TRABAJO Y DE SU PRECIO EN MONEDA
Tres
Para Investigar los principios que regulan el valor en cambio d
cuestiones:
las ~ercancías, procuraremos poner en claro, ' e
(1) en qué
consiste el . PrIm era, ~uál sea la medida de este valor en cambio, o en qué con- TODO hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de El trabajo
precio real siste e l precio real de todos los bienes' las cosas necesarias, convenientes y gratas de la vida.! Pero una vez es la
de los medida real
Segundo, cu~les son las diferentes p;rtes integrantes de que se com- establecida la división del trabajo, es sólo una parte muy pequeña
bienes, del valor en
pone este precio real. de las mismas la que se puede procurar con el esfuerzo personal. La cambio,
. (2) cuáles
son los Por úIti~o, cuáles s?n las diferentes circunstancias que unas veces mayor parte de ellas se conseguirán mediante el trabajo de otras
distintos hacen subir y ~tras bajar .algunas o todas las distintas partes compo- personas, y será rico o pobre, de acuerdo con la cantidad de trabajo
componenes nentes. del precio, por-encItna.o por debajo de su proporción natural ajeno de que pueda disponer o se halle en condiciones de adquirir.
de ese precio, En consecuencia, el valor de cualquier bien, para la persona que lo
o cO~rIente; o cuáles son las causa.s que algunas veces impiden que el
(3) por qué
precio del mercado, o sea el precio real de los bienes, coincida exac- posee y que no piense usarIo o consumirIo, sino cambiarIo por otros,
discrepan, a
veces, el tamente con lo que p~diéramos denominar su precio naturaL es igual a la cantidad de trabajo que pueda adquirir o de que pueda
precio real Me pr~pongo explicar, con la claridad y precisión posibles estas disponer por mediación suya. El trabajo, por consiguiente, es la
y el precio tres cuestiones en los tres capítulos siguientes, en los cuales someteré medida real del valor en cambio de toda clase de bienes.
de mercado. El precio real de cualquier cosa, lo que realmente le cuesta al hom-
a dur~ prueba l~ paciencia y la atención del lector: la paciencia, para y el primer
ex~mInar y rev~~ar detalles que a veces nos pueden parecer innece- bre que quiere adquirirIa, son las penas y fatigas que su adquisiqión precio
serán pagado por
sariamente prolijos; la atención, para comprender lo que aun des- supone. Lo que realmente vale para el que ya la ha adquirido y de-
contestadas todas las
en los tres pués_ de tanta. explicación. como seamos capaces de dar, pudiera pare- sea disponer de ella, o cambiarIa por otros bienes, son las penas y
cosas.
capítulos cer InnecesarIamente tedIOSO. Pero correré el riesgo de ser prolijo fatigas de que lo librarán, y que podrá imponer a otros individuos.
subsiguien- para tener la seguridad de ser claro. Aun a pesar de hacer el máximo Lo que se compra con dinero o con otros bienes, se adquiere con el
tes. esfuerzo para conseguirIo, quedarán todavía algunos puntos oscuros trabajo.s lo mismo que lo que adquirimos con el esfuerzo de nuestro
sin aclarar, debido a la naturaleza en extremo abstracta del tema. ' cuerpo. El dinero o sea otra clase de bienes nos dispensan de esa fati-
ga. Contienen el valor de una cierta cantidad de trabajo, que nos-
otros cambiamos por las cosas que suponemos encierran, en un
momento determinado, la misma cantidad de trabajo. El trabajo fue,
pues, el precio primitivo, la moneda originaria que sirvió para pagar
y comprar todas las cosas. No fue con el oro ni con la plata, sino
con el trabajo como se compró originariamente en el mundo toda
clase de riquezas; su valor para los que las poseen y desean cambiarlas

. 1 "En sí misma, la riqueza no es otra cosa que los alimentos, las comodidades
y las cosas superfluas que hacen agradable la vida:' Cantillon, Ensayo sobre la
23 Lectures, .p. 157. Law, Money and Trade, 1705, cap. 1 (seguido por Harris, naturaleza del comercio en general, p. 13, edición del Fondc de Cultura Econó-
Money and coi-«, pt. 1, § 3), confronta el valor del agua con el de los diamantes. mica, México, 1950.
Se a.lude a la baratura del agua en Platón, Eutidemo, 304 B cit. por Pufendorf, 2 "Todo en el mundo se compra con el trabajo:' Hurne, "Of Commerce", en
De Jure naturae et gentium, lib. v cap. 1, § 6; d. nota de Barbeyrac, al § 4. Political Discourses, 1752, p. 12.
32 Causas del progreso en las facultades productioas del tmbajo Del precio real y nominal de las mercancías 33
por otras producciones es precisamente igual a la cantidad de traba¡ \ que una cantidad de trabajo. Aquélla es un objeto tangible, y ésta,
que con ella pueden adquirir y disponer. JO una noción abstracta, que aun siendo bastante inteligible, no es tan
La riqueza La.riqueza, como dice Mr. Hobbes, es poder.s Pero la persona que natural y obvia.
es el poder
de compra a?qUlere o. hereda una gran fortuna, no por eso adquiere necesa- Ahora bien, desde el momento que cesó la permuta y el dinero se especial-
de trabajo namente I1l hereda po?erío político, civil o militar. Su riqueza convirtió en el instrumento común de comercio, es más frecuente mente por
po?rá ofrecerle los medios para adquirir ~odo eso, pero la mera po- , cambiar cualquier mercancía por dinero, 'y no por otra cosa. El car- dinero,
siendo
sesión de aquéll.a no l~ procu:a ne~esanamente esas ventajas. El nicero, rara vez proporciona carne de res o de carnero al panadero o éste el
poder que le atnbuye directa e mmedIatamente esa posesión es la fa- al cervecero, a cambio de pan o de cerveza, sino que la lleva pri- artículo más
cultad ~e comprar; una cierta facultad de disposición sobre todo mero al mercado, donde la cambia por dinero, y después cambia usado en la
el trabajo, o sobre todo el producto de éste, que se encuehtra en el parte de ese dinero por cerveza o por pan. La cantidad de dinero estimación
del valor.
mercado .. Su nqueza es mayor o menor precisamente en proporción que obtiene por la carne regula asimismo la cantidad de esos dos
a la amphtud de esa facultad, o a la cantidad de trabajo ajeno o de su artículos que obtiene más tarde. Luego, para él, es más natural y
producto, lo cual para el caso es lo mismo, que aquella riqueza le co- sencillo estimar el valor de la carne por la cantidad de dinero, que
loca en con?iciones ~e adquirir. El .valor en cambio de cualquier es la mercancía que sirve de primordial intermediario, que no por el
cosa es precisamente Igual a la amphtud de esa facultad, conferida pan y la cerveza, que sólo llegan a ser objeto de cambio por media-
al propietario. ción de otro bien, Y le es también fácil decir que la carne de este
Por lo Pero aunque el trabajo es la medida real del valor en cambio de tendero vale tres o cuatro peniques la libra, que no hablar de que
común el
valor no se
todos los bienes, generalmente no es la medida por la cual se esti- vale tres o cuatro libras de pan o tres o cuatro cuartillos de cerveza.
estima en ~a ese valor. .Con frecuenci~ es difí~il averiguar la relación propor- De donde resulta que es frecuente estimar el valor en cambio de toda
términos de cional que existe entr~ cantidades diferentes de trabajo. El tiempo mercancía por la cantidad de dinero, y no por la cantidad de otra mer-
trabajo, que se gasta en dos diferentes clases de tarea no siempre determina cancía o de trabajo que se pueda adquirir mediante ella.
pues el
de una manera exclusiva esa proporción. Han de tomarse en cuenta El oro y la plata, como cualquier otro bien, cambian de valor; Ahora bien
trahajo es
difícil de los ~ados diversos de fatiga y de ingenio. Una hora de trabajo penoso unas veces son más caros, y otras, más baratos; unas veces son más el oro y la
contiene a veces más esfuerzo que dos horas de una labor fácil, y más plata variar
medir, fáciles, y otras, más difíciles de adquirir. La cantidad de trabajo
de valor:
t:abajo, también, .la .aplicac~ón de una hora de trabajo en una profe- que una determinada cantidad de esos metales puede adquirir o de la unas veces
sión c~y.o aprendizaje requiere el trabajo de diez años, que un mes cual permite disponer, o la cantidad de otros bienes que se pueden cuestan más
de actividad en una labor ordinaria y de fácil ejecución. Mas no es adquirir o de los cuales se puede disponer por su mediación, depen- , trabajo,
fácil hallar una medida idónea del ingenio y del esfuerzo. Es cier- de, en todo caso, de la abundancia o escaso rendimiento de las minas otras menos
to, no obstante, que al cambiar las diferentes producciones de dis- y en cambi
que se conozcan en el momento en que dichos cambios se efectúan.
igual trabaj
tintas clases de trabajo se suele admitir una cierta tolerancia en El descubrimiento de las ricas minas de América redujo el valor del siempre
ambos conceptos. El ajuste, sin embargo, no responde a una medida oro y de la plata, en el siglo XVI, a casi una tercera parte de su valor significa
exacta, sino al regateo y. a la puja del mercado, de acuerdo con aque- anterior.s En la medida que cuesta menos trabajo llevar esos metales igual
l~a grosera y elemental igualdad, que, aun no siendo exacta, es sufi- de la mina al mercado, es menor el trabajo de otra especie que con sacrificio
para el
ciente para llevar a cabo los negocios corrientes de la vida or- ellos se puede adquirir; y aun cuando dicha revolución en el valor
dinaría.s trabajador,
ae los metales nobles ha sido quizá la más grande, no es, sin embargo, ,
y con Fuera de esto, es más frecuente que se cambie y, en consecuencia, se la única de que guarda recuerdo la Historia. Ahora bien de la misma
frecuencia
compare un artículo con otros y no con trabajo. Por consiguiente, manera que una medida que estuviese siempre cambiando su longi-
unos
artículos se parece más natural estimar su valor en cambio por la cantidad de tud como el pie natural, el palmo o el brazo, no podría ser jamás
cambian cualquier otra suerte de mercancía, y no por la cantidad de trabajo una medida exacta de otras cosas, así una mercadería que varíe con-
por otros, que con él se puede adquirir. La mayor parte de las gentes entienden tinuamente en su propio valor, nunca podrá ser medida exacta del
mejor qué quiere decir una cantidad de una mercancía determinada, valor de otros artículos. Iguales cantidades de trabajo, en todos tiem-
pos y lugares, tienen, según se dice, el mismo valor para el trabaja-
8 '''J~ambién ~a riqueza: unida con la liberalidad, es poder, porque procura ami- dor. Presuponiendo un grado normal de salud, de fuerza y de tem-
gos y siervos. Sin Iiberalidad no 10 es, porque en este caso la riqueza no protege.
peramento, de aptitud y destreza, ha de sacrificar siempre la misma
sino que se expone a las asechanzas de la envidia." Leviatán, 1, x , ed. Fondo de
Cultura Económica, México, 1940. proporción de comodidad, de libertad y de felicidad. El precio que
4 Es notoria la ausencia de toda referencia a la prolija discusión de este tema
en el capftuulo x. 11 Inira, p. 184.
34 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del precio real y nominal de las mercancías 35

paga _deberá ser s~empre el mismo, cualquiera que sea la cantidad convendría aumentarlo." En consonancia con esto, la cantidad de porque la
l metal contenido en las monedas ha ido disminuyendo generalmen- cantidad de
de bienes que reciba en cambio. De estos bienes unas veces podrá fino en los
comprar ~ás y otras menos c.antidad; pero lo que varía es el valor te, en todas las naciones, y raramente ha aumentado. Tales varia-
cuños tiende
de los mlSI~lOs,y no el trabajo que los adquiere. En toda .época y ciOnes no pueden por menos de disminuir, las más de las veces, el a disminuir,
Clrcu~stanCla es caro lo que resulta difícil de adquirir o cuesta mucho valor de las rentas en dinero.
trabajo obte.ner, y barat? l? que se adquiere con más facilidad y El descubrimiento de las minas de América disminuyó el valor y el valor
de la plata y del oro en Europa. Esta disminución se supone que del oro y de
menos trabajo, Por consigurente el trabajo, al no cambiar nunca de
la plata
valor? es el único y definitivo patrón efectivo, por el cual se comparan continúa acentuándose de una manera gradual.e y se admite que con-
tiende a caer.
y estiman los valores de todos los bienes, cualesquiera que sean las tinuará siendo así durante mucho tiempo aunque, a nuestro modo
circunstancias de lugar y de tiempo. El trabajo es su precio real, y la de ver, sin prueba alguna. Si consideramos válida tal suposición, di-
moneda es, únicamente, el precio nominal. chas variaciones tienden más bien a disminuir que a aumentar el
aunque Pero, aunque para el trabajador siempre tengan igual valor idén- valor de las rentas en dinero, aunque se estipule su pago no en una
quien le da ticas cantidades de trabajo, no ocurre así con la persona que lo em- determinada cantidad de moneda acuñada de una cierta denomina-
empleo plea, pues para ella tiene unas veces más, y, otras, menos valor. Las .ción (por ejemplo, en libras esterlinas) , sino en tal cantidad de onzas
considera de plata fina o de una ley determinada,
el trabajo
compra, en unas ocasiones, con una mayor cantidad de bienes, y en
como otras, con menor cantidad de los mismos, por lo cual se hace la idea Las re~~as estable~idas en grano conservaron mucho mejor su valor En
variable de que el precio del trabajo varía como el de todas las demás cosas, que las fijadas en dinero, aun cuando la denominación del cuño no Inglaterra
en valor. siendo unas veces caro y otras barato. En realidad, son los bienes los se alterase. En el estatuto XVIII de la Reina Isabel de Inglaterra 11 se las rentas
expresadas
que son caros o baratos, en un caso o en otro. dispo?e que un tercio de las rentas de los colegios se establezca obli-
en dinero
Considerado De acuerdo con esa acepción vulgar puede decirse que el trabajo, g~tonam~nte en grano y se pague en especie, de acuerdo con los pre- han
así, el ClOScornentes. en el mercado más próximo. El dinero procedente de
como los otros bienes, tiene un precio real y otro nominal. El precio descendido
trabajo a una cuarta
tiene un real diríamos que consiste en la cantidad de cosas necesarias y con- esta renta, estipulada en grano, a pesar de no representar sino la ter-
cera parte de aquélla, es, actualmente, de acuerdo con el doctor parte de su
precio real venientes que mediante él se consiguen, y el nominal, la cantidad de
primitivo
y otro dinero. El trabajador es rico o pobre, se halla bien o mal remune- Blackstone, casi el doble de la cantidad correspondiente a los otros dos valor, desde
nominal. rado, en proporción al precio real del trabajo que ejecuta, pero no al tercios.t? cuya renta no está expresada en grano. A tenor de este cálcu- 1586;
nominal. . lo, l~s rentas antiguas de los colegios, pagadas en dinero, han llegado
La distinción La distinción entre el precio real y el nominal del trabajo y de las a bajar hasta una cuarta parte de su antiguo valor, o sea que valen
entre valor poc,o más de un~ cuarta parte .del grano a que anteriormente equí-
mercancías no es materia de mera especulación, sino de mucha im-
real y
nominal portancia y utilidad práctica. El mismo precio real representa siem- vahan. Ahora bien, desde el remado de Felipe y María la denomina-
es útil, a pre el mismo valor; pero el mismo precio nominal puede tener valores ci?n de la moneda inglesa ha sufrido poca o ninguna alteración, y el
veces, en la distintos, en atención a las variaciones en el valor del oro y de la mismo número de libras, chelines y peniques contienen casi la misma
práctica, plata. Así, pues, cuando se vende un terreno, reservándose una renta cantidad de plata fina. De donde se infiere que la disminución en el
perpetua, es de gran importancia para la familia titular de ese dere- valor de las rentas en dinero de los colegios procede enteramente
cho que dicha renta conserve siempre el mismo valor real y no con- de la desvalorización de la plata. \
sista en una cierta suma de moneda.s pues, en este caso, su valor 7 Supra, pp. 27-29.
estaría expuesto a dos clases de variaciones: por una parte, las que 8 Infra, pp. 207-209.
provienen de las diferentes cantidades de oro y de plata que, según 11 C: 6, que se. refiere a Oxford, Cambridge, Winchester y Eton, y establece
los tiempos, pueden contener el cuño de la misma denominación, y q~e mngú_n Colegio debe hacer una estipulación vitalicia o por años. referida a
diezmos, tierras laborables o pastos, sin garantizar que un tercio de la anualidad
por otra, la que dimana de los diferentes valores de iguales cantidades
se percibirá en dinero. La ley fue promovida por Sir Thomas Smith, según se dijo
de oro y plata en época distinta. ~ntre. el asombro de sus colegas miembros del Parlamento, quienes no podían
Los príncipes y los Estados soberanos han creído que su interés imagmarse la razón de la diferencia. "No obstante el titular obtenía ventaja de la
particular y transitorio consistía en disminuir la cantidad de metal baratura presente, sabiendo que en el futuro se encarecería el grano, al multipli-
puro contenido en las monedas; pero raramente han considerado que carse la población y otorgarse licencias para el transporte del cereal. De este
modo: al aprobarse l~ ley, se consiguen ahora mayores emolumentos para los
6 "Sobre todas las cosas, cuidad mucho de hacer cualquier arreglo o contrato ~legIOs en cada Universidad, y aunque sus rentas permanecen nominalmente
valedero durante muchos años para recibir una cierta cantidad de dinero por el Iguales, se incrementan los ingresos." Fuller, Hist. 01 the University 01 Cambridge,
grano que os deben, aunque en la actualidad pueda pareceros una oferta tenta- 1655, p. 144, cit. por Strype, Lile 01 the learned Sir Thomas Smith, 16g8, P: 192-
10 Commentaries, 1765, vol. 11, p. 322.
dora." Fleetwood, Chronicon preciosum, P: 174.

\
36 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del precio real y nominal de las mercancías 37
las de Cuando esta desvalorización va acompañada de la disminución del nsiguiente del grano que ha de consumirse para llevar una deter-
Escocia y co, ., h 1 do El
contenido de metal noble en el cuño de la misma denominación, la l minada cantidad de plata desde el yaClmIento asta e ~erca .
Francia. casi
se han pérdida generalmente es mucho más grande. En Escocia, donde la de- valor de la plata, aunque a veces varía mucho. de un siglo a otro,
reducido nominación de la moneda ha experimentado muchas más variaciones raras veces lo hace de un año a otro, pe~aneClendo I:>0rlo regular
a cero. que en Inglaterra, y también en Francia, en cuya nación dichos cam- casi el mismo por espacio de media centuna o de u~ siglo c?mplet~.
bios fueron aún mayores que en el primero de esos países.t! algunas Por la misma razón, el precio ordinario o promedio de~ tngo, .estl-
rentas antiguas, en su origen muy considerables, han quedado redu- mado en dinero, puede también continuar siendo. casi el mlSl~o
cidas, por esa razón, casi a la nada. durante igual período de tiempo, y con éste el nommal del trabajo,
Las rentas Aun tomando en consideración épocas distantes, iguales cantidades por lo menos mientras la sociedad permanezca, por otr~s resp<:ctos,
estipuladas
de trabajo se comprarán con proporciones casi similares de trigo -la también en una situación parecida. Entre tanto, el precIo ocasional
en trigo son
más estables subsistencia del trabajador- y no con iguales cantidades de oro y -, o transitorio del trigo puede ser el doble del que fue u.n año antes, o
que las plata o de cualquier otra mercancía. Luego iguales cantidades de gra- fluctuar, por ejemplo, de veinticuatro a cincu~nta chel1~es el cuartal,
expresadas no, a lo largo del tiempo, conservarán aproximadamente el mismo Ahora bien cuando el trigo alcanza este último preClo, no sólo se
en dinero. valor real, o habilitarán al dueño de las mismas para comprar o ad- . duplica el valor nominal de la renta en especie, sino t~mbién su val~r
quirir casi la misma cantidad de trabajo de otras personas. A nuestro real, pues se podrá adquirir con ella una doble c~ntldad de: trabajo
entender, esa correlación será más aproximada que si se tratase de o de la mayor parte de otras mercancías; en cambio el preClo mone-
iguales cantidades de cualquier otra clase de mercancía, puesto que tario del trabajo y, con él, el de la mayor parte de las demás mer-
ni aun iguales cantidades de grano conservarán siempre el mismo caderías, continuará siendo el mismo a través de todas estas fluc-
valor. La subsistencia del trabajador, o el precio real del trabajo, tuaciones.
como veremos más adelante.P cambia mucho según las diversas cir- Parece, pues, evidente, que el trabajo es la ~edida universal y más de donde
cunstancias: es más abundante en una sociedad progresiva que en otra exacta del valor, la única regla que nos permite comparar los valores resulta que
sólo el
estacionaria, y en ésta que en un pueblo decadente. Por lo tanto, de las diferentes mercancías en distintos tiempos y lugares. Todo el trabajo es
cualquier otra mercancía, según las épocas, comprará una mayor o mundo admite que no podemos estimar el valor real de las cosas, de patrón
menor cantidad de trabajo, en proporción a la cantidad de subsisten- un siglo a otro, por las cantidades de plata que se hayan dado p~r universal de
cia que con ella pueda adquirirse en un momento determinado. De ellas, ni tampoco por las cantidades de grano .que, se den, de un an? valor.
aquí se deduce que una renta convenida en grano, sólo está expuesta al siguiente. Pero por las cantidades de trabajo SI que podemos ~Stl-
a las variaciones en la cantidad de trabajo que se puede comprar con marlo de un año a otro, y de siglo a siglo, con la mayor exactitud
una cierta cantidad de aquél. Pero una renta fijada en cualquier posible. De una centuria a otra el gra,:o es mejor. medida que la ~l~-
otra mercancía no sólo está expuesta a las variaciones en la cantidad ta, porque, en ese período, iguales cantlda~es d<:tngo po~rán adqmn:
de trabajo que se puede adquirir con una cierta cantidad de grano, las mismas de trabajo con mayor aproximación que Iguales ca~tl-
sino a las que pueden ocurrir en la cantidad de grano que se pueda dades de plata. Por el contrario, de un año a otro, la plata es mejor
conseguir con una cierta cantidad del respectivo artículo. medida que el grano, porque iguales ~antidades de .aquél!a con-
pero están Hemos de advertir que si bien el valor real de una renta en grano seguirán la misma proporción de rrabajo.P Ahora bien, SI en la
expuestas a varía mucho menos que una renta en dinero de una centuria a otra, \
fluctuacio- 15 "En Inglaterra y en el Continente. el trigo es el alim~nto constant~ y más
cambia, sin embargo, mucho más que ésta de un año a otro. El
nes anuales generalizado. que no cambia de moda ni .crece por casuahda?: los agricultores
mucho más precio del trabajo, expresado en dinero, como intentaremos demos-
siembran mayor o menor cantidad. proporcIOnando ésta. lo mejor que puede.n: a
amplias. trar más adelante.ts no fluctúa de año a año con el precio monetario las exigencias del consumo. testando el excedente del año pasado de su prOVISión
del trigo, sino que parece más bien acomodarse al precio ordinario para el futuro; a la inversa. puede ocurrir que falle el cálculo en relación .a las
o promedio de dicho artículo, y no al ocasional o accidental que éste necesidades en este caso (más que en el de otros artículos), si se toman ~n Jun:to
pueda tener. El precio ordinario o promedio del trigo se regula, como siete o veinte años. aunque acaso la escasezde uno. determinada po; contmgencl~s
clímáticas, puede ser muy considerable en comparación con el antenor o con el SI-
trataremos de demostrar más adelante.t+ por el valor de la plata, poI' guiente. Por consiguiente el trigo. en esta parte del mundo (y ~ste cerea~ es el
la abundancia o escasez de las minas que surten el mercado de este alimento general y constante de cualquier otro país), es la medida ~ás Idónea
metal, o por la cantidad de trabajo que es necesario emplear y, por para juzgar del valor alterado de las cosas en un prolong~do lapso de tiempo: en
consecuencia. el trigo en nuestro caso. el arroz en Turquía, etc., son la ba~e más
11 Supra, p. 29. adecuada para reservar una renta. pues. se la s~pone constante para los uempos
12 Inira, pp. &¡-7l. futuros. Sin embargo. el dinero es la mejor medida del valor ~lterado de las cosas
13 Inira, pp. 72. 81\. 84. a corto número de años. pues su salida es la misma. y su cantidad s?lo. lenta~ente
14 Lnjra, cap. XI. cf. esp. p. 184. se altera. Ahora bien. el trigo o cualquier otro cereal. no puede susnturr al dinero,
38 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del precio real y nominal de las mercancías 39
Ahora bien
en las
asignación de rentas perpetuas o en los contratos de arrendamiento adquirir su dueño, en distintas ocasiones. En este caso es necesario
transacciones de larga .duración :s .m~y importante distinguir entre el precio real que comparemos, no las di~erentes ca~t~dades de plata, por las q~e
ordinarias y el nominal, esa dIstmCIón. carece de importancia en las operaciones generalmente se vendió, smo las distintas .cantIdades de .trabaJo
basta con el de compraventa, que constituyen las transacciones más corrientes y
dinero, comunes de la vida humana. que por dichas cantidades ?e plata se obtuvieron. ~hora bien, los
precios corrientes del trabajo, en lu~ares y épocas. distantes, apenas
En un mismo tiempo y lugar, el precio real y el nominal de todas se conocen con cierto grado de exactitud. Los precIOs del grano, aun En la
las ;nercancías guardan entre sí exactamente la misma proporción. presente
cuando en muy pocos sitios se registraron de una manera .r~gular,
Segun se obtenga más o menos dinero por una mercancía en el mer- son, por 10 general, mejor conocidos, y de ellos tomaron noucia con obra se
por ser una
cado de Lon~res, pongamos 'por ejemplo, podremos disponer o com, aludirá, a
unidad más frecuencia historiadores y escritores. Con éstos, pues, debemos veces, a
precisa pr~r en el mIsmo. lugar y ~Iempo .más o menos trabajo. Por consi. contentamos y no porque se hallen siempre en la debida y exacta precios
en el mismo gurente, .en tales circunsrancías el dinero es la medida exacta del valor proporción con los precios corr~entes del. trabajo, sin~ porque son l?s expresados
tiempo y de ~ambIO real de. todas las mercancías. Esto sólo es así, sin embargo, que más comúnmente se aproxIman a dicha proporCIón: Es esta CIr- en grano.
lugar, en Igualdad de cIrcunstancias de lugar y de tiempo.
y la única cunstancia la que nos permitirá hacer varias comparacIOnes de esta
cosa a Aun cuand.o en lugares dist_antes no existe una proporción regular índole.t"
considerar entre el, precio real y el nominal de las mercaderías, el comerciante Con los progresos de la industria much~s naciones com~rciantes Se han
en las que ~onduce sus artículos de uno a otro lugar, sólo considera el valor consideraron conveniente acuñar y convertrr en monedas diferentes acuñado
transacciones nominal o pecuniario, o l~ diferen~ia. entre la cantidad de plata que diversos
entre clases de metal: el oro, para los pagos de mucha importancia; la metales,
localidad es
pagó por ellos y la que piensa recibir por los mismos. Media onza plata, para las compras de un valor mo~erado, y el. cobre, o al/?ún pero sólo
distantes de plata en Ca~tón, China, puede adquirir quizá una mayor cantidad metal basto, para las de poca consideración, Pero SIempre conside- uno se usa
tant? de trabajo y de cosas que son necesarias y convenientes para raron uno de estos metales como la medida peculiar de valor, y esta como patrón,
la vida, que una onza en Londres. Mas, en todo caso, una mercancía y uno sólo
preferencia parece que se dio siempre al metal primeramente usado
que se venda por media onza de plata en Cantón puede ser allí real- se emplea en
como instrumento de comercio. Una vez iniciado su uso como patrón, el comercio,
mente más cara y de mayor importancia positiva, para quien allí la en ausencia de otra clase de moneda, continuaron haciéndolo así por
P?sea, que una que se ;e~da P?r una onza en Londres, para quien lo regular, aunque la necesidad no fuera la misma.
disponga de ella en esa última ciudad, Ello no obstante si un comer- Se dice que los romanos no conocieron otra moneda que el cobre como ocurrió
ciante londinense puede comprar en Cantón, por media onza de plata, hasta cinco años antes de la primera guerra púnicaP y fue entonces con el cobre
una determina?a mercanc~a, que vende después en Londres por una cuando comenzaron a acuñar plata; sin que por eso el cobre dejara
entre los
onza, ganará CIento por CIento, como si una onza en Londres fuese romanos,
de ser medida de valor en la República. En Roma todas las cuen-
exactamente del mismo valor que en Cantón. Para este traficante tas y el valor de todas las propiedades inm~ebles se computa?an,. al
no tiene importancia que media onza de plata le ponga en condicio- parecer, en ases o sestercios. El as fue SIempre la denominación
nes de. comprar e~ Cantón mayor cantidad de trabajo y de cosas de una moneda de cobre, en tanto que el sestercio equivalía a dos
necesarias y convenientes para la vida que una onza en Londres. Una ases y medio. Así, aunque el sestercio fuese en sus orígenes una mo-
onza en este lugar le capacitará siempre para adquirir doble cantidad neda de plata, su valor se estimaba en cobre. En Roma, cuando uno
de todo aquello que pudiera adquirir con media, y esto es precisa- debía una gran suma de dinero,' decíase que tenía una gran cantidad
mente lo que él pretende.
En de cobre ajeno.t" .
Como el precio nominal o monetario de los bienes determina y de- Las naciones septentrionales, que se levantaron sobre las rumas
consecuencia y con la
no es de cide ,finalmente si s~n o no razonable~ las compras y las ventas, y del Imperio romano, tuvieron al parecer moneda de plata, desde la plata entre
extrañar por el se regulan casi todas las transaccíones de la vida común cuan- época de sus primeros asentamientos, y no conocieron durante muchos las naciones
que se haya do media precio, no es de extrañar que se preste más atención 'al pre- siglos, ni el oro ni el cobre. En Inglaterra hubo monedas de plata
europeas
prestado cio nominal que al real. modernas.
más atención en los tiempos de los reyes sajones, pero se acuñaron muy pocas de
al precio en
Sin embargo, en una obra de la naturaleza de la presente, puede ser oro hasta la época de Eduardo III, y ninguna de cobre hasta el reina-
dinero. muy útil comparar los diferentes valores reales de una mercancía en do de Jacobo 1 de la Gran Bretaña. En Inglaterra, pues (y por las
dis~i~~os tiempos y lugares, o los diferentes grados de capacidad' ad- mismas razones, a nuestro entender, en otras naciones modernas de
quismva con respecto al trabajo de otros pueblos que con ella pudiera Europa), todas las cuentas y el valor de toda la propiedad inmueble
a causa de su gra~ vol,!men y al cambio excesivamente rápido de su cantidad." 16 Injra, cap. XI, passim.
Locke, Some ConsldeTatlOns01 the Consequences 01 the Lowering 01 Interest and
17 Plinio, lib. xxxm, c. 3.
Raising the Value 01 Money, ed. de 16g6, pp. 74, 75.
18 Habere aes alienum.
40 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del precio real y nominal de las mercancías 41
se computaba generalmente en plata, y así, cuando pretendemo \ de plata que antes, debido a que las cuent~s y la mayor parte d.e las
, . d s ex-
presar a ~uantodaSCIe? e la ~ortuna de una persona, rara vez indica_ obligaciones se asientan en moneda de dicho metal; en cambio se
mos el numero e gumeas, SInO el de libras esterlinas que supon necesitarían diferentes cantidades de moneda de oro: más, en una
se daría por ella. emos
Ese metal de esas circunstancias, y menos, en la otra. La plata, en tal caso, re-
era,
~ntigu~~:nte, en tOdo,s los países, los pagos con capacidad libera_ sultaría poseer así un valor más constante que el oro. Nos daría la
originaria- tona defirii tiva sólo P?dIan hacerse, en mi opinión, en las monedas impresión de que la plata mide el valor del oro, y no éste el de aqué-
mente, el del metal que se conSIderaba como patrón monetario o medida de lla. El valor del oro dependería de la cantidad de plata por que
único valor. En Inglaterra el oro no tuvo poder liberatorio ilimitado ha t pudiera cambiarse, en tanto que el valor de ésta no parecería depen-
patrón legal;
muc hoo ~Iempo
ti d espués de haberse acuñado monedas de ese metal. sLaa
der del oro que se recibiese a cambio de ella. Sin embargo, esta dife-
P~obPI?rcIónde valolres e.ntre el dinero de oro y de plata no se fijó rencia nace únicamente de la costumbre de contabilizar, o de expresar
pu icamente po: ey m por proclamación, sino que se dejó que el cantidades de mayor o menor cuantía, más bien en plata que en oro.
mercado establecIera el oportuno nivel. Si un deudor ofrecía oro en Después de una alteración de esta naturaleza, cualquiera de los bille-
p~go. de su deuda, el acreedor podía rechazarlo, o aceptarlo en los tes, de Mr. Drummond, de veinticinco o cincuenta guineas, continuaría
termmos que ambos contratantes conviniesen respecto al valor de pagándose, lo mismo que a~tes, en veinticinco o cincuenta guineas. ~l
?~ch? metal. En la época actual el cobre carece de poder liberatorio billete se pagaría con las mismas monedas de oro que antes de ocurnr
ilimitado, excepto cuando se cambia por monedas di visionarias de aquella alteración, pero no con las mismas cantidades de plata. Al
plata. En tal estado de cosas representa algo más que una distinción hacerse los pagos en tales billetes, el oro representa al parecer un valor
nominal el problema de cuál sea el metal que ostenta la categoría de más estable que la plata; el valor del oro parecería ser el que mide
patrón monetario.
el valor de la plata, y no ésta el de aquél. En consecuencia, si hubiese
más tarde
C?? e.l andar del tiempo y en la medida que los pueblos se fueron. sido una costumbre general anotar las cuentas, sentar los pagarés y
la
proporción famI!Ia~Izand~ con e~ uso de l?s diferentes metales acuñados y, por contraer las obligaciones en dinero de esa calidad más noble, el oro,
entre los consiguiente, mformandose mejor acerca de la correlación entre sus y no la plata, aquél se hubiera considerado como el metal que repre-
valores de respectivos val.ores, se .~onsideró conveniente, en la mayor parte de los senta el patrón monetario o la medida de valor.
los dos paIs~~, determmar. o fijar por ley, públicamente, esa proporcíón.w dis- En realidad, mientras continúa existiendo una cierta proporción, Mientras
metales fue poniéndose, por ejemplo, que una guinea de tal peso y contenido de
declarada legalmente regulada, entre el valor de los diferentes metales acuña- perdure una
por ley, y
metal fino se cambiase por veintiún chelines, adquiriendo poder Ií. dos, el valor del metal más precioso determina el de todas las mo· determinada
ambos beratorio ilimitado para saldar una deuda de esa cuantía. En esa nedas.o Doce peniques de cobre contienen media libra llamada avoir- proporción
el valor del
fueron situ~ci?n,. y mientras se mantenía una proporción legal de esa índole, dupois de dicho metal, pero no de la mejor calidad, hasta el punto
patrones metal más
la dIstmcIó~ entre el metal que es patrón monetario y el que no lo de que antes de acuñarse apenas vale siete peniques de plata. Pero preciado
legales,
es, se convierte .en una discusión de carácter puramente nominal.w como la regulación establecida ordena que doce peniques se cambien regula el
perdiendo
toda Esto nos explica por qué cualquier alteración sobrevenida en una por un chelín, en el mercado se consideran aquéllos como si tuvieran valor de la
importancia pro~orció~ así regulada, plantea un problema que tiene una ímpor. cantidad
el valor de un chelín, y puede conseguirse uno de éstos por doce de
la distinción total
t~nCIa ma? que nominal, o por lo menos, así nos lo parece. Por aquéllos. Antes de la reforma de la moneda de oro en la Gran Breta-
en tre ellos, acuñada,
eJe~plo, SI el valor establecido para una guinea se redujera a veinte ña,22 este metal, o por lo menos,' la porción del mismo que circulaba como ocurre
chelines o se elevase a veintidós, la mayor parte de los pagos se harían, en Londres y en sus contornos, estaba, por lo general, menos reba_ en
excepto tanto en un caso como en otro, con la misma cantidad de monedas Inglaterra,
cuando en jado en relación con su peso legal que la mayor parte de la plata, y,
la 19 La ley 19 Henr, VII, c. 5, ordenaba que ciertas monedas de oro se aceptaran sin embargo, veintiún chelines desgastados se consideraban siempre
proporción por las sumas a que habían sido acuñadas, y las 5 y 6 de Ed. VI establecieron equivalentes a una guinea, que quizá también se hallaba desgastada,
I[ establecida pe~as para quienes las di~ran o toma:an en m.~s· de lo establecido en su promul-
pero raramente en esa proporción. Las últimas disposiciones 23 vol-
sobreviene gacíón. El .valor de la guinea se consideraba fijado por la proclamación de 1717,
un cambio. d. Economi¿ Jou~nal, marzo 1898. Algunos individuos acuñaron monedas de plo- 21 Así ha ocurrido usualmente, aunque no siempre, pero tal sucede porque,
mo durante el remado _de Isabel. En 1672 se acuñaron cuartillos de penique, de por lo común, el metal más precioso en uso como moneda ha sido o se ha con-
1I cobre, .y tanto estos cunos como los medios peniques pasaban como moneda del vertido en patrón monetario. El oro era ya patrón en Inglaterra, aunque el hecho
respectl~O valor en pagos .hasta la concurrencia de seis peniques. Harris, Monev no estaba generalmente reconocido; d. Harris, Money and Coins, pt. n, §§ 36, 37,
and Coins, pt.. 1, § 39; Liverpool, Treatise on the Coins 01 the Realm, 180
5, e infra, pp. 491-494.
pp. 130, 131.
22 En 1774.
2Q Es decir, si 2.1 libras pueden pagarse con 420 chelines de plata o con gui- 23 Estas regulaciones, promulgadas en 1774, establecían que las guineas no de-
neas de oro, nada Importa que una "libra" signifique propiamente veinte chelines bían circular cuando habían perdido una cierta porción de su peso, de acuerdo
de plata o 20/21 de una guinea de oro.
con su antigüedad. Liverpool, Coins 01 the Realm, p. 216, nota.
42 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del precio real y nominal de las mercancías 43
vieron a situar el cuño de oro de aquella nación lo más cerca pos ibl en Inglaterra, o sea, la cantidad de plata amonedada que entrega la
de su peso legal, más de lo que puede estarlo en la moneda corr~e ~ Casa de la Moneda a cambio de esa cantidad de plata de ley. Antes
t~ de un país, IYla orden de no recibir en las oficinas públicas el o~ de la reforma de la moneda de oro, el precio de la plata de ley en
Slll? c~>narregLO al peso, mantendrá la correlación mientras la orden pasta en el mercado ~ue, segú.n los cas?s, de c~nco che~ines y ~uatro
este vigente. a moneda de plata continúa en el mismo estado de peniques la onza, o bien de cinco chelines y ClllCOpelllques, ClllCOy
desgaste en que se hallaba antes de la reforma del oro. Ello n siete y, muchas veces, de cinco y ocho, aunque siempre el más gene-
obstante, en el mer~ado v~intiún chelines de esta plata desgastad~ ralizado fuese el de cinco chelines y siete peniques por onza. Desde
se consideran todavía equivalentes a una guinea de nuevo cuño la reforma de la moneda de oro, bajó el precio de la plata de ley en el
excelente oro. y mercado hasta cinco chelines y tres peniques la onza, cinco y cuatro,
donde la La reforma de la moneda de este metal ha elevado índíscutihj-, y cinco y cinco; pero rara vez se cotizó por debajo de ese precio ~egún
reforma
del cuño de
mente el valor de la moneda de plata por la cual puede cambiarse. nuestras informaciones. Esto quiere decir que, aunque el preclO de
oro ha E~ l~ Casa de la Moneda inglesa una libra de peso de oro da en la plata en lingote en el mercado descendió considerablemente des-
elevado el a.cunaCIón cuarenta. y cuatro guineas y media, que a veintiún che. de la reforma, no bajó tanto, sin embargo, como el precio de la mo-
valor del h~es ca~a una, equivalen a cuarenta y seis libras, catorce chelines y neda acuñada.
cuño de
seis .pelhques. Luego una onza de oro vale 3 libras 17 chelines 10 Y2 Teniendo en cuenta la proporción que guardan en Inglaterra los En
plata
pelllques de plata. En Inglaterra no se paga ningún derecho o señ~ metales acuñados, el cobre se estima mucho más y la plata en algo Inglaterra
reaje por la acuñación y quien lleve una libra o una onza de oro en la plata se
menos de su valor real. En el mercado europeo una onza de oro fino
cotiza por
pasta, correspondiente a la ley del patrón monetario, a la Casa de la se cambia por unas catorce onzas de plata en moneda francesa y ho- bajo de su
Moneda, recibe la misma libra o la misma onza de oro amonedado landesa. En moneda inglesa se cambia por cerca de quince, o lo que valor.
sin deducci¿n ninguna. Tres libras, diez y siete chelines y diez peni: es lo mismo, por más plata de lo que corresponde a la estimación
ques y m~dlo por onza resulta ser el precio del oro en moneda inglesa, corriente en Europa.w Pero de la misma suerte que el precio del cobre
o la :anudad de oro acuñado que la Casa de la Moneda entrega a en lingotes no ha subido como consecuencia del precio elevado de ese
cambio de la pasta de ese metal que se ajusta a las condiciones del metal en cuño, en Inglaterra, tampoco ha descendido y por la misma
patrón monetario. razón, el precio de la plata en barras, a pesar del precio bajo de la
Antes de la reforma de la moneda de oro, el precio de la pasta de plata amonedada inglesa. La plata en pasta conserva su misma pro-
este metal fue, durante muchos años, algo más de 3 libras 18 chelí- porción con el oro, por la misma razón que la conserva con la plata
~es, y a veces de 3 libras 19 chelines y, con mucha frecuencia, de 4 el lingote de cobre.211
IIbra~ por onza; esta suma probablemente se expresaba en monedas Después de la reforma de la moneda de plata, que tuvo lugar en el La
detenoradas, que rara vez contenían más de una onza de oro están- reinado de GuilIermo III, el precio de la pasta de este metal continuó explicación
dar. ?esde la reforma de la antedicha moneda, la pasta de este metal, dada por
siendo más alto que el precio de la Casa de la Moneda. Locke atribuía
Locke acerca
conslde~ado como l~ ley, rara vez sobrepasa en el mercado las 3 libras aquel alto precio al permiso de exportar la plata en barras y a la prohi- del alto
17 chelines y 7 pelllques por onza. Antes de dicha reforma el precio bición de hacer lo mismo con las monedas de ese metal.26 Este permiso precio de la
del ~ro en el mercado era siempre poco más o menos equivalente al de exportación, decía, hace que la demanda de plata en lingotes sea plata en
precio de lo~ cuños; pero, desde la precitada reforma siempre ha que- mayor que la demanda de plata amonedada. Pero el número de perso- lingote. es
dado por bajo del oro acuñado. Sin embargo, el precio en el mercado errónea.
nas que necesitan moneda de plata para los usos más corrientes, de
es el mismo a los efectos de pagar en moneda de plata o de oro. En comprar y vender en el país, excede en mucho al de las que necesitan
consecuencia, la última reforma de la moneda de oro no sólo elevó
el valor de este metal acuñado, sino también el de la plata amone- 24 Magens. Universal Merchant, ed. Horsley, 1753. pp. 53-55. da la proporción
dada, en proporción al oro en lingote y, probablemente, en relación en la siguiente forma: Cuños franceses. 1 a 14:;803/12279; holandés. 1 a

a todas las demás mercancías. Ahora bien, como en el aumento del 1482550/154425; ingleses. 1 a 15 142(15/688200'
25 Los cuños de plata de peso completo no permanecerían en circulación puesto
precio de éstas influyen tantas otras causas, el aumento de valor que la pasta en ellos contenida valla más -contada en guineas. y en las monedas
de las monedas de plata y oro con respecto a ellas, nunca fue tan per- de plata viejas y desgastadas-o que el valor nominal estampado en ellas.
ceptible y evidente. 26 Locke, Eurther Considerotions Conceming Raising the Value 01 Money , 2~ ed .•
. En la Casa de la Moneda inglesa una libra de pasta de plata, con- 16g5. pp. 58.60. La exportación de cuños extranjeros o pasta de oro o plata. estaba
siderada como de ley, se acuña en sesenta y dos chelines y, por lo autorizada' por 15 Caro 11. c. 7. considerando que "la experiencia había demos-
trado que "el dinero y la pasta eran 'transportados en muy gran abundancia (como
tanto, éstos componen una libra de plata de aquella calidad. Cinco a un mercado común) a localidades que otorgaban libertad plena para exportarlos' y
chelines y dos peniques, por onza, constituyen el precio de la plata para mantener e incrementar del mejor modo los cuños corrientes" en el Reino.
44 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del precio real y nominal de las mercancías 45

el lingote de ese metal con destino a la exportación o a otros menes, \ puede volver amonedado a poder del dueño, sino después de algunas por bajo del
precio de la
ter es. Actualmente subsiste en Inglaterra el permiso de exportar oro semanas, aunque actualmente, y teniendo en cuenta el excesivo trabajo
pasta
en pasta, y la correlativa prohibición de exportarlo acuñado; con ello el de la Casa de la Moneda, ello puede requerir varios meses. Esta dila- amonedada,
precio del oro en barra es más bajo que el amonedado. Ahora bien, ción representa una pequeña tasa y hace que el oro en moneda valga y la
entonces el cuño de plata tenía una tasa desfavorable con respecto al algo más que la misma cantidad en pasta.28 Si la moneda inglesa de reacuñación
oro, como acontece al presente, y la moneda de este metal (que en plata estuviese valorada conforme a su propia proporción con el oro, resultaría
innecesaria.
aquella época no se consideraba necesario reformar), era, como es aho- es muy probable que su precio en pasta fuese algo menor que el fijado
ra, el instrumento regulador del valor real de toda la moneda. Así por la Casa de la Moneda, y sin introducir reforma alguna respecto
como la reforma de la moneda de plata no redujo entonces su precio de la moneda de plata, pues el valor de la moneda de plata actual-
en pasta con relación al cuño, es poco probable que una reforma ac- mente desgastada se regularía por el valor de las excelentes monedas
tual lo reduzca. acuñadas de oro con las cuales puede cambiarse.
Si se En el caso de que la moneda de plata se aproximase a su peso legal Un pequeño derecho o señoreaje sobre la acuñación del oro y de la La
efectuara institución
tanto como la de oro al suyo, es muy probable que, de acuerdo con la plata aumentaría probablemente la superioridad de las acuñaciones
una reforma de una tasa
respecto a proporción actual, una guinea se cambiase por más plata en moneda de ambos metales sobre igual cantidad de ellos en pasta. La acuñación
de señoriaje
los cuños de de la que en cambio podría obtenerse en pasta. Conteniendo la mo- aumentaría en este caso el valor del metal amonedado por la cuantía evitaría la
plata, éstos neda de plata todo su peso legal, sería provechoso para los negociantes o monto de este pequeño derecho, por la misma razón que el labra- fundición de
serían fundirla para vender la, en pasta, por oro acuñado, y después cambiar do aumenta el valor de los artículos confeccionados con metales no- los cuños y
fundidos. desalen taría
este oro por plata en moneda, para volverla a fundir en la misma for- bles en proporción al precio de esa labor. La superioridad de la mo-
la
ma. Únicamente alterando la presente proporción podría evitarse ese neda con respecto a la pasta impediría que se fundiera el cuño, y con exportación.
inconvenien te. ello se desanimaría la exportación. Mas si por alguna necesidad públi-
La plata La dificultad sería acaso menor si la tasa de la plata para acuñar ca fuera necesario exportar moneda, gran parte de la misma retornaría
debe
se regulase por sobre el oro en la cuantía en que actualmente está por pronto, pues en el extranjero sólo podría venderse por el valor que
alcanzar
una bajo de él, y siempre que se estableciese que el pago en plata de cual- tuviese como pasta, en tanto que en el interior compraría más que su
cotización quier deuda, con carácter liberatorio, no excediese de una guinea, así peso, por lo cual habría un. beneficio al repatriarla. En Francia existe
más alta, como el de cobre no excede de un chelín. De este modo el deudor no un señoreaje del ocho por ciento,21I resultando que la moneda francesa
y sólo debe podría defraudar al acreedor pagándole en plata, porque valiera más que sale del país vuelve a él espontáneamente.t?
mantener Las
amonedada, así como tampoco se le puede perjudicar actualmente en Las fluctuaciones ocasionales del precio del oro y de la plata en ba-
como fluctuaciones
pa trón legal razón de la elevada valuación que tiene el cobre. Sólo los banqueros rras en el mercado provienen de las mismas causas que hacen oscilar
de los
hasta J::¡ padecerían algo con esa regulación, porque cuando en un momento el precio de las demás mercancías, Las frecuentes pérdidas de estos precios del
cantidad de de pánico acuden a ellos muchos acreedores de una vez, procuran ga- metales, debido a los accidentes que sobrevienen en tierra y por mar; oro y de la
una guinea. nar tiempo pagando en moneda de seis peniques y, con la propuesta el continuo deterioro de ellos en bruñidos, sobredorados, plateados y plata en el
reglamentación, se impediría que usasen un método tan desacreditado, otros usos industriales, como galones, brocados y bordados, más lo que mercado se
deben a
para evitar el pronto pago. Se verían, por consiguiente, obligados a pierden las monedas, vajillas y otras piezas de uso común, hace indis-
causas
conservar en todo momento mayores cantidades de moneda de las que pensable, en los países que no tienen minas, una importación constan- comerciales
guardan ahora en sus arcas y, aun cuando este acuerdo pudiera ser muy te, para reparar tales pérdidas y dernéritos. Los importadores, como ordinarias,
incómodo para ellos, no lo sería seguramente para sus acreedores.s" los demás comerciantes, procuran a nuestro modo de ver, proporcionar pero la
Si su Tres libras, diez y siete chelines y diez peniques y medio, que es el sus remesas ocasionales, en la medida de lo posible, a lo que consideran persistente
cotización discrepancia
e;ecio amonedado del oro, no contienen indiscutiblemente, aun dando representa la demanda inmediata. Pero, a pesar de todos sus cálculos, con respecto
fuese
adecuada,
por sentado el excelente cuño nuevo de este metal, más que una onza unas veces se exceden y otras quedan cortos. Cuando importan más al precio de
el precio de de oro puro -de ley y, por consiguiente, aquella cantidad no podría pasta de la que se necesita en el país, en lugar de correr los riesgos e la pasta
la plata en . comprar más oro de ley en pasta. Ahora bien, este oro acuñado es más incomodidades de la reexportación, optan por vender una parte de la acuñada
lingote conveniente que en pasta, pues aun siendo libre la acuñación en Ingla- debe
descendería 28 Es decir, una onza de oro estándar no levantaría, realmente, {.3, 17s 10Y2d, atribuirse
terra, el oro que se lleva en lingote a la Casa de la Moneda, nunca al estado
si se vendiera al contado rabioso.
de los cuños
21 Harrís, que escribía casi veinte años antes, ha dicho que "sería ridículo y 211Esta errónea afirmación se repite injra, pp. 422 Y 490, donde se dan los cálcu-
vano instituir íntegramente de oro un patrón cuyas partes habían de ser de plata; los que han servido de base. Cf. nota sobre ese pasaje.
o instituir un patrón mixto, parte de oro y parte de plata." Money and Coins, 30 La cuestión del señoreaje se discute ulteriormente con bastante extensión
pt. 1, § 36. en el capitulo relativo a tratados de comercio.
46 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo
mercancía por un precio más bajo que el promedio o corriente. Por
el contrario, cuando introducen menos de la que se demanda, venden el
metal a un precio un poco más alto. Pero cuando, aun en medio de
estas fluctuaciones accidental~s, el precio de mercado del oro y de la pla-
ta permanece constante y uniforme --durante muchos años consecuj],
vos- situándose más o meno.s por encima o bien por debajo del precio
amonedado, forzoso es admitir que esta superioridad o inferioridad
constante y uniforme del precio proviene de alguna causa que, en el
estado actual de la acuñación, hace que la cantidad amonedada sea CAPíTULO VI
de más o menos valor que idéntica cantidad de pasta, convertida en
mon~da. La constancia y ~.mifo~idad de un efecto, que se reproduce SOBRE LOS ELEMENTOS COMPONENTES DEL PRECIO
connnuamente, supone uniformidad y constancia de la causa respectiva. DE LAS MERCANcíAS
El precio de La moneda de cualquier país, en determinada época y lugar, es una
las
mercaderías
medida más o menos exacta de valor, según que el dinero corriente
se ajusta al se ajuste más o menos exactamente a su ley, o según contenga más EN EL ESTADO primitivo y rudo de la sociedad, que precede a la acu- Originaria-
contenido o menos oro y plata pura que la que deba contener. Si en Inglaterra, mulación de capital y a la apropiación de la tierra, la única circuns- mente la
real de los cantidad de
por ejemplo, cuarenta y cuatro guineas y media contuvieran exacta- tancia que puede servir de norma para el cambio recíproco de dife-
cuiíos. trabajo es
mente una libra de peso de oro de ley, u once onzas de oro fino y rentes objetos parece ser la proporción entre las distintas clases de la única
una de aleación, la moneda inglesa de oro sería una medida tan exacta trabajo que se necesitan para adquirirlos. Si en una nación de caza- norma de
del valor real de las mercancías como podría admitir la naturaleza de dores, por ejemplo, cuesta usualmente doble trabajo matar un castor valor,
la cosa en tiempo y lugar determinados. Pero si con el desgaste y frote que un ciervo, el castor, naturalmente, se cambiará por o valdrá dos
cuarenta y cuatro guineas y media no contienen toda una libra de oro ciervos. Es natural que una cosa que generalmente es producto del
de ley, aunque esa disminución sea mayor en unas piezas que en trabajo de dos días o de dos horas valga el 'doble que la que es con-
otras, la medida de valor estará expuesta a la misma incertidumbre secuencia de un día o de una hora.
a que lo están todos los demás pesos y medidas. Corno en contadas Si una clase de trabajo es más penosa que otra, será también na- pero se ha
ocasiones sucede que las monedas se ajustan exactamente a su ley, los tural que se haga una cierta asignación a ese superior esfuerzo, y el de tener en
comerciantes procuran fija! el precio de sus artículos no con arreglo cuenta el
producto de una hora de trabajo, en un caso, se cambiará frecuente-
mayor
al peso y a la ley que deben contener aquéllas, sino al que la expe- mente por el producto de dos horas en otro. esfuerzo
riencia les ha revelado que contienen, en efecto. En consecuencia, Del mismo modo, si una especie de trabajo requiere un grado ex- requerido.
este desorden en la moneda hace que el precio de las mercancías se traordinario de destreza e ingenio, la estimación que los hombres
ajuste, no a la cantidad de plata u oro puro que las monedas deben hagan de esas aptitudes dará al producto un valor superior al que y el nivel
contener, y sí al que realmente contienen, por término medio. desusado de
corresponde al trabajo en él empleado. Dichas aptitudes raramente destreza o
Es de advertir que por precio pecuniario de los bienes entendemos se adquieren sino a fuerza de una larga dedicación, y el valor su- ingenio.
siempre la cantidad de oro puro o de plata en que realmente se ven- perior de sus productos representa, las más de las veces, sólo una com-
den, sin atender a la denominación de la moneda. Seis chelines y pensación razonable por el tiempo y el trabajo que se necesitan para
ocho peniques, en los tiempos del Rey Eduardo I, pongamos por caso, adquirirlos. Con el progreso de la sociedad las compensaciones de
representan actualmente una libra esterlina, a nuestra manera de ver, esta especie, que corresponden a una mayor pericia y esfuerzo, gene-
porque la referida cantidad de moneda contiene aproximadamente ralmente se reflejan en los salarios, y algo de esto tuvo que haber
la misma cantidad de plata pura.
ocurrido en las épocas primitivas y atrasadas.
En ese est do de cosas el producto íntegro del trabajo pertenece al En conse-
trabajador, y la cantidad de trabajo comúnmente empleado en ad- cuencia el
producto
quirir o rodüCir u~a2fler~ancía es la única circunstanciague pu~- entero
de regular la cantidad de trabajO ajeno que con ella se puede adqui- corresponde
. rir, permutar o disponer. al
Mas tan pronto como el capital se acumula en poder de personas trabajador
determinadas, algunas de ellas procuran regularmente emplearlo en pero cuando
dar trabajo a gentes laboriosas, suministrándoles materiales y alimen- se utilizan
47
48 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Los elementos componentes del precio 49
bienes
tos, para sacar un provecho de la venta de su producto o d 1 1 quedar liberado casi por completo de. todo trabajo, aún espera 9ue
acumulados, ·· e va or
algo debe que e 1 tra b aJo mcorpora a los materiales Al cambiar u d sus beneficios conserven una proporción regular con su inversión.
bi ..' n pro ucto
abonarse acabado, ren sea por. dmero, bien por trabaj o o por otras Por lo tanto, el beneficio del capital forma parte del precio de las
derí d ' dI' merca-
como enas~ a emas e ~ que sea suficiente para pagar el valor de los mercancías, y es por completo diferente de los salarios del trabajo,
ganancia del materiales y los salarios de los obreros es necesario que se dé 1 los cuales se regulan por principios completamente diferentes.
empresario, , dI' ' e a go por
y el valor razón e as ga?anCIaS que corresponden al empresario, el cual com- . En estas condiciones el producto íntegro del trabajo no siempre El obrero
promete su ~apItal en esa contingencia. En nuestro ejemplo el valor pertenece al trabajador; ha de compartirlo, en la mayor parte de los comparte
de la obra
con quien lo
se resuelve que el trabajador añade a los materiales se resuelve en dos partes' un casos, con el propietario del capital que lo emplea. La cantidad de
emplea,
en salarios de ellas paga el salario de los obreros, y la otra las ganancia~ de~ trabajo que se gasta comúnmente en adquirir o producir una mer- y el trabajo
y beneficios
empresano, sobr~ el fondo entero de materiales y salarios que adelan- cancía no es la única circunstancia que regula la cantidad susceptible por sí solo
ta. El empresano no tendría interés alguno en emplearlos si no es- de adquirirse con ella, permutarse o cambiarse. Evidentemente, hay ya no regula
perase alcanzar de la venta de sus productos algo más de lo suficient una cantidad adicional que corresponde a los beneficios del capital el valor.
par~ repone.r su capital, ni tendría tampoco interés en emplear u~ empleado en adelantar los salarios y suministrar los materiales de la
capital :onslderable,. y no otro más exiguo, si los beneficios no guar- empresa.
dasen CIerta proporción con la cuantía del capital. Desde el momento en que las tierras de un país se convierten en Cuando
Los toda la
Habrá acaso quien ~e ~magine que estos beneficios del capital son propiedad privada de los terratenientes, éstos, como los demás hom-
beneficios tierra se
no son t~n sólo un .nombre distinto por los salarios de una particular espe- bres, ·desean cosechar donde nunca sembraron,2 y exigen una renta halla en
simplemente CIe de trabajo, como es el de inspección y dirección. Pero son cosa hasta por el producto natural del suelo. La madera del bosque, la régimen de
salarios de completa~ente distinta, regulándose por principios de una natura- hierba del campo y todos los frutos naturales de la tierra que, cuan- propiedad
inspección leza especial, que no guardan proporción con la cantidad, el esfuerzo do ésta era común, sólo le costaban al trabajador el esfuerzo de reco- privada, la
y dirección. renta
o la ~estreza de esta supuesta labor de inspección y de dirección. Los gerlos, comienzan a tener, incluso para él, un precio adicional. Ha
constituye
beneficmx se regulan enteramente por el valor del capital empleado de pagar al terrateniente una parte de lo que su trabajo produce o un tercer
y son. mayores o meno~es en proporción a su cuantía. Supongamos, recolecta. Esta porción, o lo .:¡ue es lo mismo, el precio de ella, cons- componente
por eJeI?plo, que en CIerto lugar, en donde las ganancias regulares tituye la renta de la tierra, y se halla en el precio de la mayor parte del precio
del capital empleado en las manufacturas son diez por ciento exis. de los artículos como un tercer componente.P de la
mayoría de
te~ dos fábricas diferentes, en cada una de las cuales se emplean El valor real de todas las diferentes partes que componen el pre- los ' artículos.
vemte ho.mbres al precio de quince libras anuales cada uno de ellos, cio se mide, según podemos observar, por la cantidad de trabajo que
lo que VIene a representar un total de 300 libras anuales en cada cada una de esas porciones dispone o adquiere. El trabajo no sólo El valor
manufactura. Admitamos también que los materiales bastos que mide el valor de aquella parte del precio que se resuelve en trabajo, real de esos
anualmente se gastan en una de ellas cuestan setecientas libras sola- sino también el de aquella otra que se traduce en renta y en beneficio. tres
componentes
mente, y los más finos, que se emplean en la otra, siete mil. El capi-
2 Buchanan, ed. Wealth o/ Nations, 1814, vol. 1, p. 80, dice: "As! proceden, se mide por
tal anu~lm~nte empleado 1 en la primera ascenderá, en este supues- Pero la cuestión es por qué esta demanda, aparentemente irrazonable, se atiende el trabajo.
to, a. mil libras tan sólo, y el empleado en la segunda, a siete mil en forma general. A algunas gentes les gusta cosechar donde nunca han sembra-
tr~sCIentas. A razón, pues, de un diez por ciento, el fabricante de la do; los terratenientes, según parece, logran ese objetivo tan deseable."
pnmera esperará un.a ganancia anual de sólo cien libras, y el de 8 En la 1 (l ed., en lugar de esos dos períodos, se lee lo siguiente: "Los hombres
deben pagar, entonces, por la licencia de realizar esa recolección; al cambiarla por
la segu.nda, de setec~entas treinta. Ahora bien, a pesar de que sus
dinero, por trabajo o por otros bienes, en cantidad mayor de la necesaria para
gananCIas son tan diferentes, su labor de inspección es la misma o pagar el trabajo de dicha recolección y las utilidades del capital que da empleo
apenas difiere en un caso y en otro. En muchas grandes empresas a esos trabajadores, debe reservarse una partida para el precio de la licencia, lo
el trabajo de inspección de esta clase suele encomendarse general- que constituye la primera renta de la tierra. Por tanto, en el precio de la mayor
mente a un empleado principal; los salarios pagados a esta persona parte de los artículos, la renta de la tierra viene a constituir, así, una tercera
fuente de valor. En tal situación, ni la cantidad de trabajo habitualmente em-
representan verdaderamente el valor de dicha labor de dirección e
pleada en adquirir o producir un artículo, ni las utilidades del capital que anti-
inspecci?n. Aun cuando al fijar esos salarios se atiende regularmen- cipó los salarios y suministró los materiales del trabajo, son las únicas circunstan-
te, no solo a la destreza y al esfuerzo de la labor, sino también a la cias susceptibles de regular la cantidad de trabajo que comúnmente debe adquí-
confianza 9ue se deposita en el empleado, nunca guardan proporción rirse o de que en último término se dispone, para fines de intercambio. Una ter-
con el capital que manejan, el propietario de este capital, a pesar de cera circunstancia debe tenerse en cuenta, igualmente: la renta de la tierra; la
mercadería en cuestión debe comprar, disponer o representar, a los fines del inter-
1 "El capital anualmente empleado" se refiere a los gastos de operación durante cambio, una cantidad adicional de trabajo, para que la persona que lleva ese
doce meses, no al capital en el sentido usual moderno. artículo al mercado pueda pagar también la referida renta."
Los elementos componentes del precio 51
50 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo
tejedores, y los beneficios han de guardar cierta proporción con el
En una En toda sociedad, pues, el precio de cualquier mercancía se resuelve capital." .,
sociedad en una u otra de esas partes, o en las tres a un tiempo, y en todo En las sociedades más adelantadas sólo existe un corto numero de Un reducido
avanzada, pueblo civilizado las tres entran, en mayor o menor grado, en el pre- /"mercancías cuyo precio se descomponga en dos partes únicamente: número de
esas tres artículos
porciones se cio de casi todos los bienes. los salarios del trabajo y los beneficios del capital, y son todavía más sólo ofrecen
hallan En el precio del trigo, por ejemplo, una parte paga la renta del escasas aquellas en las cuales el precio esté totalmente absorbido por dos o uno
presentes terrateniente, otra los salarios o el sustento de los obreros y del ga- los' salarios. En el precio del pescado de mar, por ejemplo, una par- solo de los
con carácter nado de labor,' y la tercera, el beneficio del colono. Estas tres par- te paga el trabajo del pescador y otra las ganancias del capital inver- tres factores
general; componen-
tes, de una manera mediata o inmediata, integran, al parecer, el tido en la pesca. La renta de la tierra, en este caso, raras veces forma
tes.
por precio total del grano. Se pensará, acaso, que aún se necesita una parte del precio, aunque ello puede acontecer en algunos casos, como
ejemplo, cuarta parte para reponer el capital del colono y compensar el de- veremos más adelante." Mas no acontece así con la pesca fluvial, en
en los mérito y depreciación del ganado de labor y de los aperos. Mas tam- la mayor parte de las regiones de Europa. Las pesquerías de salmo-
granos, bién ha de considerarse que el precio de cualquier elemento de la- nes pagan una renta, y aun cuando ésta no se puede llamar realmen-
branza, como puede serIo un caballo de labor, se compone igualmente te renta de la tierra, forma parte del precio del salmón, tanto como
de tres partes, a saber: la renta de la tierra, sobre la cual se ha criado, los salarios y los beneficios. En algunas comarcas de Escocia la gente
el trabajo de atenderlo y criarIo, y los beneficios del colono, que pobre hace un comercio de recolectar, a lo largo de la costa, piedras
adelanta la renta de la tierra y los salarios correspondientes a ese de diversas tonalidades conocidas vulgarmente con el nombre de can-
trabajo. Así pues, aunque el precio del grano pague el precio del tos rodados escoceses. El precio que pagan por ellos los lapidarios
animal y su mantenimiento, la suma total se descompondrá inmedia- son los salarios del trabajo de recogerIas, y en él no hay parte de
ta o finalmente en los tres elementos componentes de siempre: renta, renta ni de beneficio.
trabajo C! y beneficio. El precio de toda mercancía particularmente considerada se resuel- Pero todos
en la harina En el precio de la harina es necesario contar el del trigo, el bene- ve, en última instancia, en alguna de estas partes, en una o en otra, deben tener
en flor uno, por lo
ficio del molinero y los salarios de sus servidores; en el precio del o en las tres conjuntamente, y la porción que sobra después de pagar menos, y el
pan se habrán de contar los beneficios del panadero y los salarios la renta de la tierra y el precio de todo el trabajo empleado en con- precio del
de sus obreros, y en el precio de ambos, el trabajo de transportar el seguirIas, manufacturarIas y ponerIas en el mercado, implica necesa- producto
trigo desde la casa del colono hasta el molino, y de éste al panadero, riamente un beneficio para alguien.s anual
conjuntamente con los beneficios de quienes adelantaron los salarios Así como el precio o valor en cambio de cada mercancía en par- conjunto se
resuelve en
y en el lino de esta clase de trabajo. El precio del lino se resuelve en las mismas ticular, y tomada separadamente, se resuelve en una o en otra de salarios,
partes que el del grano, pues al precio de aquél hemos de añadir estas tres partes, o bien en todas ellas, de igual suerte el de todas las beneficios
los salarios del peinador, del hilandero, del tejedor, del que blan- mercancías que componen el valor anual del producto de cada na- y rentas,
quea, etc., amén de los beneficios. de los respectivos empresarios. ción, considerado en su conjunto, se reduce necesariamente a esas tres
La renta A medida que vaya siendo más elaborada cualquier mercancía espe- porciones, y se distribuye entre los diferentes habitantes del país como
de la tierra cial, la parte del precio que componen los salarios y el beneficio es salarios de su trabajo, beneficios de su capital o renta de su tierra."
representa
mayor que la correspondiente a la renta. Con los progresos en el El total de lo que anualmente se produce u obtiene por el trabajo
una
pequelia arte de la manufactura no sólo aumentan los beneficios, sino que de la sociedad, o lo que es lo mismo, su precio conjunto, se distribuye
proporción éstos, además, se acrecientan sucesivamente porque el capital de que se originariamente de este 'modo entre los varios miembros que la com-
en los derivan es cada vez mayor. El capital que invierte el tejedor ha ponen. Salarios, beneficio y renta son las tres fuentes originarias de
arúculos de ser más grande que el del hilandero, porque no sólo repone este
de alto 6 El hecho de que el último manufacturero debe reponer lo que aquí se deno-
capital con los beneficios, sino que, además, paga los salarios de los
grado de mina "capital", es decir, el gasto periódico efectuado por el manufacturero de la
manufactura. etapa anterior de la producción, no le exige necesariamente disponer de un capital
4 Smith pasa por alto el hecho de que al incluir la manutención de los anima-
les de trabajo, como una especie de salario, en este caso, le obliga a incluirlos en mayor para operar con el mismo producto. No necesita ser mayor si requiere me-
el ingreso nacional o "riqueza de la nación", y como consecuencia a computar el nos maquinaria y edificaciones y un inventario de materiales más reducido.
ganado como parte de la nación. 7 Injra, p. 14l.
lS El uso de la palabra "trabajo", en lugar de "salarios" que seria más proce- 8 Sólo es cierta esa aseveración si bajo "mercancías" se comprenden únicamente
dente en este caso, es probablemente una consecuencia de haberla usado cinco los bienes que constituyen ingreso.
Iíneas más arriba, más bien que un medio de obviar la dificultad relativa a la 9 El "producto anual total" viene a significar el ingreso, y no la masa entera
manutención de los animales de trabajo. En la p. 55 injra se usan estas dos for- de bienes producidos, incluyendo los que se han consumido y los usados en la
mas:' "renta, trabajo y beneficio" y "renta, salarios y beneficio"; d. infra, p. 1\01, producción de otros.
Y nota.
/
11
52 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo
Los elementos componentes del precio 53
.1
toda clase de renta y de todo valor de cambio. Cualquier otr a 1
que son las
de re?ta 10 se. deriva, en última instancia, de una de estas tres. c aS r ués de pagar la renta, no solamente repone el capital empleado en
Qu~en percibe r~nta de un fundo que le pertenece, la deriva de su ~l cultivo, con el beneficio corriente, sino los salarios que se le deben
únicas en concepto de trabajador y de inspector. Indiscutiblemente, lo que
especies tra.baJo, de su capital o de su tierra. La renta que procede d 1 /
originarias bajo se llama .sa.lario; la deriv~da del capital, por la persona euetr~ sobra una vez pagada la renta y devuelto el capital, se denomina
de renta. emplea y administra, se denomma beneficio, y la que obtiene ~ er- beneficio; pero los salarios constituyen una parte integrante del mis.
so~a. que n? lo emplea por su cuenta, sino que se lo presta a otroP s mo. El colono, al ahorrarse esos salarios, se hace acreedor de ellos
califica de rnterés o usura. Esta última es la compensación que ' e por lo que en este caso se confunden con el beneficio.
el prestatario al prestamista por el beneficio que tiene oportun1~~~ Un fabricante independiente y que dispone del capital necesario e
para comprar los materiales y mantenerse hasta el momento de llevar igualmente
de obtene: ~l hacer uso de la moneda. Naturalmente, una parte de se considera
este beneficio corresponde al prestatario, por el riesgo y trabajo ue su producción al mercado, no sólo gana los salarios de un jornalero, el salario de
s~pone el emplearlo, y otra .al prestamista, que le brinda la opo;tu- -, que actúa bajo la dependencia de un patrono, sino también el bene- un
nídad de realizar esa ganancia .. El interés del dinero es siempre u ficio que éste obtiene del trabajo del obrero. A toda la ganancia se fabricante
renta. derivada, que si no se paga del beneficio obtenido al hacer u~~ la llama, sin embargo, beneficio, y en este caso también se confun- indepen-
den con él los salarios.P diente,
del dm~ro, ha. d.e pagarse .de cualquier otra fuente de renta, a menos
que qUien recibió la cantl~ad prestada sea un pródigo que contraiga Un jardinero que cultiva directamente su propio huerto reúne en mientras que
una nueva deuda con el fin de pagar el interés de la primera. La su persona los tres distintos caracteres de terrateniente, colono y jor- el beneficio
nalero. El producto le paga, por lo tanto, la renta del primero, el o la renta
renta que proc~de enteramente de la tierra se llama renta y perte- de un
nece al t:rratemente. La que percibe el colono se deriva en parte de beneficio del segundo y los salarios del tercero. El producto total jardinero _
su trabajo .y en parte de su capital. La tierra, para éste, es única- se considera, sin embargo, como una mera compensación de su tra- que cultiva
m~nte un mstrumento que le habilita a ganar el salario de su tra- bajo, confundiéndose en este caso la renta y el beneficio con los su propia
?aJo y el beneficio de ese capital. Todas las contribuciones y todo salarios. tierra se
En un país civilizado son muy pocas las mercancías cuyo valor en considera
mgreso q~e de ellas se deriva, los sueldos, pensiones y anualidades como
de cualquier clase, proceden en último término de una u otra de cambio se deba únicamente al trabajo, porque en la mayoría de ellas rendimiento
estas. tres ~uente~ originarias de renta, y se pagan, de una manera entran en bastante proporción la renta y el beneficio, de donde re- del trabajo
me~Iata o inmediata, de los salarios del trabajo, de los beneficios del sulta que el producto anual de su trabajo es siempre suficiente para
capital o de la renta de la tierra. comprar o disponer de una mayor cantidad de trabajo del que se una gran
A veces se parte del
. C~ando las tres especies de renta corresponden separadamente a emplea en obtener, manufacturar y transportar el producto al merca- producto
confunden
distintas pe!sonas ~on muy fáciles de distinguir; pero cuando perte- d..o. Si la sociedad se hallase en condiciones de emplear anualmente anual va a
necen al ~msmo sujeto se confunden con facilidad, por lo menos en todo el trabajo de que puede disponer en el curso del año, como la can- parar a
el lenguaje corriente. tidad de trabajo se incrementaría grandemente de uno a otro, el pro- gentes
por ejemplo, ducto de cada uno de los años sucesivos se incrementaría de una ma- ociosas; la
a la renta El hacendado que ~or sí mi~mo cultiva su heredad, después de pa- proporción
de un gar los &"a~tosde CUltIVO,percibe la renta propia del terrateniente y nera enorme con relación al anterior Pero no hay un solo país en regula el
hacendado se e! .beneflclo del c?lono. En este caso puede muy bien llamar bene- que el producto anual íntegro se emplee en mantener a los traba- incremento
la denomina fiCIO a la ganancia entera y confundir de este modo la renta con jadores. Los ociosos consumen en todos esos países una gran parte o
beneficio, del producto y, según sean las proporciones como se distribuye éste, disminución
aqu~l, por lo menos en la acepción vulgar. La mayor parte de los
del producto
cultivadores de Norteamérica y de las Indias Occidentales se hallan en anualmente, entre esas dos clases tan opuestas, así crecerá, disminuirá
este caso. Casi todos ellos cultivan sus propias tierras y, por consi- o permanecerá estacionario cada año su valor promedio o corriente.
guiente, raras veces se oye hablar de la renta de una plantación, sino
de su beneficio .
y beneficio . ~or lo genera!, los colonos raramente emplean un capataz para di-
también al
rrgir las operaciones generales de la hacienda. Lo frecuente es que
salario de
un simple tra~ajen ellos mismos, empuñando la esteva del arado, escarificando
colono, o ejecutando otras labores. Luego, lo que sobra de la cosecha, des-
10 Alguna~ partidas del rubro "Otros ingresos", por ejemplo intereses e impues-
tos, se mencionan en el párrafo siguiente. Posiblemente queda también incluida
la renta locativa; d. intra, pp. 254, 255.
11 In/m, pp. IOM-lIo.
Del precio natural y del mercado 55
que es lo mismo, su subsistencia, de igual suerte se adelanta a sí ~is-
mo sus medios de vida, y estos adelantos deben guardar proporción
con aquel beneficio que razonablemente puede esperar de ;la venta
/'
de los bienes. Si ésta, pues, no le rinde tal beneficio, no podrá de-
cirse realmente que se le paga lo que le cuestan.
Aun cuando el precio que le deja dicho beneficio no es siempre puesto que
el más bajo al que puede vender un comerciante sus mercancías, sí nadie
CAPíTULO VII es, por lo menos, el más bajo a que puede razonablemente entregar- estará
dispuesto a
las en un período largo; especialmente si hay perfecta libertad 4 y a vender
DEL PRECIO NATURAL Y DEL PRECIO DE MERCADO DE se puede cambiar de negociación tan pronto como se quiera. sin ellos.
LOS BIENES 1 , ~I precio efectivo a que corrientemente se ven~en las mercancías
es lo que se llama precio de mercado, y puede coincidir con el precio
natural o ser superior o inferior a éste.
Las tasas
ordinarias
EN ,,?DA sociedad ? ~omarca existe una tasa promedia o corriente de - El precio de mercado de cada mercancía en particular se regula El precio de
o promedias sal~nos y de ~enef¡clos en cada uno de los empleos distintos del tra, por la proporción entre la cantidad de ésta que realmente se lleva mercado se
de salarios, bajo y del capital. Como veremos más adelante,s dicha tasa se regula al mercado y la demanda de quienes están dispuestos a pagar el pre- regula por
beneficios la cantidad
naturalm~nte, en parte, por las circunstancias generales de la socie- cio natural del artículo, o sea, el valor íntegro de la renta, el trabajo de un
dad, su nqueza o pobreza, su condición estacionaria, adelantada o y el beneficio 5 que es preciso cubrir para presentarlo en el mercado. artículo
deca~ente; y e~ parte, por la naturaleza peculiar de cada empleo. Estas personas pueden denominarse compradores efectivos, y su de- llevado al
EXI~te también en toda sociedad o comunidad una tasa promedia manda, demanda efectiva, pues ha de ser suficientemente atractiva mercado, y
y rentas por la
~cornent; de renta, que se regula asimismo, como tendremos ocasión para que el artículo sea conducido al mercado. Esta demanda es di-
demanda
de ver mas adelante,s en. parte por las. circunstancias generales que ferente de la llamada absoluta. Un pobre, en cierto modo, desea del mismo.
c?ncurren en aquella sociedad o comunidad donde la tierra se halle tener un coche y desearía poseerlo; pero su demanda no es una de-
situada, y en parte por la fertilidad natural o artificial del terreno. manda efectiva, pues el artículo no podrá ser llevado al mercado para
pueden Estos niveles corrientes o promedios se pueden llamar tasas natu-
denominarse
satisfacer su deseo.
tasas
rales de los salarios, del beneficio y de la renta, en el tiempo y lugar Cuando la cantidad de una mercancía que se lleva al mercado es Cuando la
en que generalmente prevalecen. insuficiente para cubrir la demanda efectiva, es imposible suminis- cantidad
naturales,
transportada
para cuyo
Cuando el precio de una cosa es ni más ni menos que el suficiente trar la cantidad requerida por todos cuantos se hallan dispuestos a al mercado
pago se para pagar la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los benefi- pagar el valor íntegro de la renta, los salarios y el beneficio, que es queda por
vende un cios del capital empleado en obtenerla, prepararla y traerla al mer- preciso pagar para situar el artículo en el mercado. Algunos de ellos, bajo la
artículo a su cado, de acuerdo con sus precios corrientes, aquélla se vende por lo con tal de no renunciar a la mercancía, estarán dispuestos a pagar más demanda
precio que se llama su precio natural. . efectiva,
por ella. Por tal razón se suscitará entre ellos inmediatamente una
natural, el precio de
El artículo se vende entonces por lo que precisamente vale o por competencia, y el precio de mercado subirá más o menos sobre el pre- mercado
lo que realmente le cuesta a la persona que lo lleva al mercado, y cio natural, según que la magnitud -de la deficiencia, la riqueza o el se eleva
o por lo que
aun cuando en el lenguaje corriente, lo que se denomina costo pri- afán de ostentación de los competidores, estimulen más o menos sobre el
realmente
mo de un a';"tículo no comprende el beneficio de la persona que lo la fuerza de la competencia. Entre los competidores de la misma ri- precio
cuesta,
rev~nd:, es m~udable que .si. ésta lo vendiese a un precio que no natural;
incluyendo queza y disponibilidad de excedentes la misma deficiencia de la ofer-
beneficios le rindiera el tIpO de beneficio acostumbrado en su región, perdería ta dará lugar a una competencia más o menos extremada, según la
en ~l trato, ya que empleando su capital en cualquier otro comercio importancia mayor o menor que concedan a la adquisición del ar-
hubiera realizado ese beneficio. Además de esto, su beneficio es su tículo. Esto nos explica los precios exorbitantes de los artículos de
renta, puesto que es el fondo peculiar de su mantenimiento o subsis- primera necesidad durante el bloqueo de una población o en época
tencia. De la misma manera que, mientras está preparando los bie- de hambre.
nes y los trae al mercado, adelanta los salarios de sus obreros , o lo Cuando la cantidad llevada al mercado excede a la demanda efec- cuando
tiva, nó puede venderse entonces toda ella entre quienes estarían excede la
1 Este capítulo sigue muy de cerca Lectures, pp. 173-182. demanda
2 In/m, capítulos YlII y IX.
dispuestos a pagar el valor completo de la renta, salarios y beneficio efectiva, el
3 Infra, capítulo XI. 4 La misma frase se consigna infra, pp. 60, 97.
54 11 Supra, p. 50 Y nota 5.
Del precio natural y del mercado 57
56 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo El precio
del cual gravitan continuamente los precios de todas las me.rcancías. natural es el
precio que costó la mercancía hasta situarla en el mercado. Parte de ella \
de mercado
Contingencias diversas pueden a veces man~enerlos suspend'idos, du- centro en
tIen~ que ven?erse a los que están dispuestos a pagar menos, y este rante cierto tiempo, por encima o por debajo de aquél; pero, cuales- torno al cual
cae por bajo
del precio
p;eClo más ~aJo que ofrecen por ella, reducirá el de toda la mercan, rquiera que sean los obstáculos que les impi?en a1ca~1Zarsu centro de gravitan los
natural; CIa. El p~eClo de mercado bajará más o menos con respecto al na- precios
reposo y permanencia, continuamente gravitan hacia él. reales.
tural, segun que la abundancia o la escasez del género increment De este modo, el conjunto de actividades desarrolladas anualmente
más o menos la competencia entre los vendedores, o según que éstos
para situar cualquier mercancía en el mercado, se ajusta en ~orma na-
se muestren m~s o men~s propensos a desprenderse inmediatamente La actividad
tural la demanda efectiva. Claro está, se procura llevar SIempre al económica se
de la mercancía. ~l mismo exceso en la importación de artículos
mercado la cantidad precisa y suficiente para cubrir con exactitud, adapta por si
perecederos da ocasión a una competencia mayor que cuando se tra- misma aIa
ta de mercanc!as que se ~ueden conservar, como ocurre, por ejemplo, sin exceso alguno, esa demanda ef~ctiva,. . .
, Pero en ciertos empleos una misma magnitud de actlVIdades pro- demanda
con las naranjas en relación con la chatarra efectiva,
ducirá en distintos años un volumen muy distinto de mercancías; e
cuando es Cuando la cantidad llevada al mercado es justamente suficiente
exactamente en otros el mismo volumen o una cantidad aproximada. Un mismo
pa;a ~ubrir la demanda efectiva, pero no más, el precio de mercado pero,
igual a la número' de obreros producirá en el campo, en años diferentes, can- en cambio,
demanda
coincide exactamente: o se aproxima, en lo que cabe, al precio na-
tidades muy distintas de trigo, vino, aceite, lúpul~ y otras prod~c- fluctúa la
efectiva, tural. Toda la cantidad se vende a este precio, sin que se pueda cantidad
ciones. Pero un mismo número de hilanderos y tejedores producirá
coinciden obtener otro má~ alto. La competencia obligará a los traficantes a
cada año la misma o aproximada cantidad de tejidos de lino o de producida
el precio de aceptar este preCIO, pero no otro menor. por
mercado y lana.' En las primeras de esas actividades únicamente el producto determinado
Como la cantidad de cualquier mercancía que se lleva al mercado
el natural. promedio se pueae ajustar regularmente a la demanda efectiva. Mas volumen
se ajusta por sí misma a la demanda efectiva, interesa a cuantos em-
como su producto real es, con frecuencia, ~ucho mayor o menor de
La cantidad plean su tierra, su capital y su trabajo en traer esos productos al actividad.
que el promedio, la cantidad de esas mercanClas que se lleve al mer-
se ajusta ~ercado que la ~antidad de ellos no supere nunca la demanda efec-
natural- cado excederá considerablemente, a veces, y otras quedará muy por
Uva, y es conveniente para todos los demás que tampoco quede por
mente a la bajo, durante bastante tiempo, de la demanda efectiva. Así: aun
bajo de dicha demanda, '
demanda cuando dicha demanda no experimente cambio alguno, el precIO d~l
efectiva Si alguna vez las remesas de mercaderías exceden la demanda efec-
mercado sufrirá grandes fluctuaciones, qu~dando unas veces por bajo
tiv~, alguna de las parte~ compo?entes del precio se pagará por
y excediendo otras veces en mucho su preCIO natural.. En otros grup?s
Cuando bajo de su tasa ~atural. ~I la porción afectada es la correspondiente
excede de actividades donde el producto de idénticas canudades de. trabajo
a la renta de la tierra, el interés de los dueños les inducirá a destinar
dicha es siempre el mismo o aproximadamente igual: es má~ fácil a?ap-
demanda, parte. d_esus~incas a producir otros artículos, y si es el salario o el
tarlo a la demanda efectiva. De manera que mIentras esta conu?ue
algunos de beneficio, el interés de los trabajadores, en uno de los casos, y el de
siendo estable, el precio del mercado de lo~ artículos correspondIen-
los los patronos, en el otro, les inducirá a retirar rápidamente una par-
competentes
tea también lo será y coincidirá o se aproxImará, dentro de. lo razo-
t~ de su trabajo o del capital de este empleo. De este modo la can-
del precio nable, al precio natural. Que los precios de las telas de. lino y de
tídad que _se ofrece en el mercado será, en poco tiempo, insuficiente
están por lana no están sujetos a tan grandes y frecuentes fluctuaClones c~mo
bajo de sn para. cubnr l~ deman~a efectiva, y todas las diferentes partes de su
el precio del grano, es algo que conjirma nuestra pe~so~al expenen-
tasa natural; precio volveran a su nivel natural y el precio global a su precio tam-
cia. El precio de una especie de mercancías varía umcamente. c?n
ji cuando la
bién naturaL
Si, por el contrario, la cantidad llevada al mercado fuese en ocasio-
las alteraciones de la demanda; el de otras, no sólo con las varracio-
nes de la demanda, sino con arreglo a las oscilaciones, mucho mayo-
cantidad es nes inferio; a la demanda efectiva, alguna de las partes c~mponentes
insuficiente, res y más frecuentes, de las cantidades trasladadas al mercado con
de su preclO se elevaría por encima de su nivel naturaL Si es la ren-
algunos el fin de satisfacerla. . Las
de los
ta" el. interés de todos, los demás terratenientes hará que dediquen
Las fluctuaciones temporales y accidentales en el precIO de mer- fluctuaciones
componentes ma~ tierra para el cultivo de ese fruto; si es el salario o el beneficio,
cado de cualquier artículo afectan principa~mente aq?~nas partes afectan más
del precio el interés de ,los otr~s tfabajador~s y negociantes les obligará pronto a los salarios
están por
del respectivo precio que se .traducen en salarios y beneficio: en cam-
a emplear mas trabajo y más capital en la preparación de la mercan- y
encima bio, la porción relativa a la renta apenas resulta afectada. Una re?t~
da y en el acarreo al mercado. La cantidad de mercaderías ofrecidas utilidades
de su det"!rminada, fijada en dinero, no queda afectada en lo más mim-
tasa natural. a los_compradores pronto será suficiente para satisfacer la demanda que a las
mo por tales fluctuaciones, ni en su tasa ni en su valor. La que rentas,
efectiva, todos los componentes del precio bajarán pronto a su tasa
natural, y el precio global a su precio naturaL \
El precio natural viene a ser, por esto, el precio central, alrededor 6 Cf. ¡nfra, p. I 13·
58 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del precio natural y del mercado 59
consiste en una cierta proporción o cantidad de frutos, se ve afectada \ rrencia de nuevos rivales. Pero secretos de esta naturaleza son difi-
indudablemente en 5U valor anual por las fluctuaciones temporales y Cilísimos de guardar mucho tiempo, y la ganancia extraordinaria
accidentales que experimente su precio en el mercado, aunque apenas f apenas dura sino hasta que el secreto deja de- serio.
sufre alteración, por esta causa, en su tasa anual. Al establecer los Los secretos industriales son más fáciles de gur rdar que los del o como
términos del arrendamiento, lo mismo el señor que el colono pro- comercio. Un tintorero que descubre un procedimiento para obtener consecuencia
curan, con arreglo a su mejor saber y entender, ajustar la renta al un color determinado con materiales que cuestan la mitad de los del empleo
precio corriente o promedio del producto, y no al precio ocasional de técnicas
usuales, puede, si se administra bien, disfrutar de las ventajas ~e su secretas en
y transitorio.
afectándolos
descubrimiento mientras viva, y aun legar el secreto a su postendad. las
Las fluctuaciones mencionadas afectan tanto el valor como la tasa Sus ganancias extraordinarias provienen .del alto precio que se. paga rnanufac-
en
proporciones
de los salarios y del beneficio, según que el mercado esté saturado o por su labor especial. Propiamente consisten en los altos salanos de turas,
distintas, corto de mercancías o de trabajo, de obra hecha o por hacer. Un luto su trabajo. Pero como se reparten sobre cada una de las partes de. su
según la público eleva el precio de las telas negras 7 (de las que el mercado capital, y como todas ellas en aquel respecto ?~ardan prop.orCl?n
oferta de se halla por lo regular escaso en tales ocasiones) y aumenta el bene-
artículos y con él, habitualmente se consideran como beneficios extraordinarios
ficio de los comerciantes que poseen cantidades considerables. Pero de éste.t
de mano de
obra.
tal circunstancia no tiene repercusión alguna en los salarios de los Tales alzas del precio de mercado son evidentemente efecto de va- que pueden
tejedores, pues el mercado se halla corto de género y no de trabajo; rios acaecimientos particulares, pero su influencia puede durar mu- operar
de obra hecha, pero no de obra por realizar. En cambio, eleva los chos años consecutivos. durante
jornales de los sastres, porque en este aspecto el mercado registra Algunos frutos naturales requieren terrenos de calidad y situación
largo
escasez de mano de obra. Se crea una demanda efectiva de más tiempo,
tan especiales, que la tierra apta en muchos grandes países para esa
obreros, de más obra por hacer que de obra hecha. Esa misma cir- clase de cultivos no es suficiente para cubrir la demanda efectiva. La o porque
cunstancia hace bajar el precio de las sedas y tejidos de color, redu- cantidad total que se lleve al mercado de esos frutos será adquirida por la disponi-
ciendo, en consecuencia, los beneficios de los comerciantes que han quienes están dispuestos a pagar más de lo suficiente para cubrir bilidad de
almacenado una cantidad considerable de tales artículos. De igual tierras de
la renta de la tierra que los produce, conjuntamente con los salarios especial
suerte, bajan los salarios de los obreros empleados en su manufactu- del trabajo y los beneficios del capital que se emplean en el cultivo calidad, es
ra, pues la demanda se paraliza por seis meses o quizá por doce. El y en transportar los productos hasta el mercado, de acuerdo con sus escasa,
mercado se encuentra entonces saturado de ambas cosas, de mercan- tasas naturales. Esas mercancías pueden continuar vendiéndose du-
cías y de mano de obra.
rante siglos enteros a un precio muy alto; en tal caso, la porción
Sin Pero aunque el precio del mercado de una mercadería cualquie-
embargo, del precio, representativa de la renta de la tierra, es la q~e se paga
ra está continuamente fluctuando, por decirIo así, alrededor del pre- por encima de su nivel natural. La re~ta de aquellas tierras 9...ue
el precio de
mercado cio natural, a veces ciertos accidentes, determinadas causas naturales producen unos frutos singularmente estimados, como algunos vine-
puede u ordenanzas gubernamentales suelen mantener el precio del mer- dos, de Francia, especialmente situados y fértiles, no guarda propor-
mantenerse cado de muchas mercancías, durante bastante tiempo, muy por enci- ción regular con las de otros terrenos igualmente fértiles ~ bien
durante ma del llamado precio natural.
largo cultivados, que se hallan en los alrededores. Por el contrano~ los
tiempo
Cuando, al aumentar la demanda efectiva de alguna mercancía es- salarios del trabajador y los beneficios del capital, empleados en SItuar
por encima pecial, el precio del mercado se eleva bastante por encima del natu- dichos productos en el mercado, raras veces discrepan de la natural
del precio ral, quienes emplean sus capitales en abastecerlo procuran, por lo proporción con otros empleos de capital y de mano de obra en aque
natural, general, ocultar ese acaecimiento. Si fuera conocido, la expectativa llos contornos.
de grandes ganancias induciría a muchos competidores nuevos a em- Estas alzas de precio son evidentemente efecto de causas naturales circunstan-
a causa plear sus capitales en la misma forma, con lo cual, al poco tiempo, la que impiden satisfacer plenamente la demanda efectiva; causas que cia que
del
deficiente
demanda efectiva quedaría plenamente satisfecha, viéndose reducido pueden continuar obrando siempre del mismo modo. luego puede
el precio de mercado al precio natural, o situándose inclusive, du- operar
conocimiento Un monopolio otorgado a un individuo o a una compañía de co- eternamente.
general de rante algún tiempo, por debajo de éste. Si el mercado se halla situa-
la obtención do a larga distancia del lugar donde residen los proveedores, éstos 8 Se denominan beneficios simplemente porque así se llaman todas las ganan-
de elevados pueden a veces mantener oculto el secreto durante varios años, go· cias del patrono- productor. Difícilmente puede decirse que .hayan sido. "consi-
beneficios, derados" en modo alguno; de haberse tenido en cuenta, se hubiera hecho sm duda
zando largo tiempo de tan extraordinarios beneficios sin la concu-
expresa referencia a ellos, en los términos del siguien.te. párrafo, "~fecto de
acaecimientos particulares", a saber, la posesión de conocrmientos peculiares por
7 Repetido injra, p. 113.
parte del tin torero.
60 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo Del precio natural y del mercado 61

Un mercio produce el mismo efecto que un secreto manufacturero o \ obligan también, cuando la industria languidece, a bajarlos bastante salarios muy
monopolio comercial. Los monopolistas, manteniendo siempre bajas las dispo- con relación a dicha tasa Y así como en un caso impiden que mu- por bajo de
tiene el la tasa
mismo
nibilidades de sus productos en el mercado, y no satisfaciendo jamás chas personas traten de trabajar en la misma actividad que el inte-
natural,
efecto que la demanda efectiva, venden sus géneros a un precio mucho más alto resado, en el otro cierran a éste la oportunidad de colocarse en nu- durante un
un secreto que el natural, y elevan por encima de la tasa natural sus ganancias, merosos empleos. Pero los efectos de tales estatutos no son igualmente cierto
de bien consistan éstas en salarios o en beneficios. duraderos cuando se trata de rebajar los salarios de los trabajadores período.
fabricación,
El precio de monopolio es, en todo momento, el más alto que se por debajo de su tasa natural que cuando se trata de elevarlos por
ya que el puede obtener. Por el contrario, el precio natural o de libre compe- encima de dicha tasa. Sus efectos, en un caso, pueden prolongarse
precio de tencia es el más bajo que se puede conseguir, no en todas las ocasio- durante varios siglos; en el otro, únicamente durante la vida de aque-
monopolio
nes, pero sí en un período considerable de tiempo. El primero es el llos operarios que practican el oficio en época de prosperidad. Des-
es el más
alto que se
mayor que se puede exprimir de los compradores o que se supone aparecidos éstos, el número de quienes después se eduquen en el ofi-
puede están dispuestos a pagar; el segundo, el más bajo con que se contentan cio se ajustará naturalmente a la demanda efectiva. Habría de ser
conseguir. generalmente los vendedores sin dejar de operar en el respectivo un régimen tan duro como el de Indostán o el del antiguo Egiptoll
renglón. (donde todo ser humano estaba obligado, por razones religiosas, a
Los Los privilegios exclusivos de las corporaciones, estatutos de apren- seguir la ocupación de sus padres, y cualquier cambio de ocupación
privilegios dizaje 9 y todas aquellas leyes que restringen la competencia, en deter- se consideraba como el más abominable sacrilegio) para lograr que
corporativos
minadas ocupaciones, a un número de personas, inferior al que pre- los salarios del trabajador y las ganancias del capital quedasen por
etc. son
monopolios
valecería en otras circunstancias, registra la misma tendencia, aunque debajo de su tasa natural, durante varias generaciones en ciertas in--
más amplios. en menor grado. Representan una especie de monopolio, en su sentido dustrias.
más lato y son capaces de mantener durante siglos el precio de al- Esto es lo que por el momento nos ha parecido necesario advertir
gunos artículos sobre la tasa natural, en ciertas ocupaciones o acti- por lo que concierne a las desviaciones, transitorias o permanentes,
vidades, sosteniendo los salarios del trabajo y los beneficios del capi- ..del precio de mercado de las mercancías con respecto al natural.
tal invertido en ellos, por encima de su nivel natural. ~El precio natural varía con la tasa natural de cada una de sus par- El precio
Semejantes alzas del precio de mercado pueden durar tanto tiempo tes componentes: salarios, beneficio y renta; éste, a su vez, varía en natural
como perduren las regulaciones gubernamentales que las ocasionan. toda sociedad según sean sus circunstancias, su riqueza, su pobreza, o oscila con la
Aunque el precio de mercado de una mercancía cualquiera puede tasa natural
El precio su condición progresiva, estacionaria o decadente. En los cuatro capí-
de salarios,
de
, mercado situarse durante mucho tiempo por encima de su precio natural, raras tulos SIguientes procuraré exponer, en la forma más completa y clara beneficios y
raras veces veces puede mantenerse por debajo de éste durante largo tiempo. que me sea posible, las causas de estas diferentes variaciones. rentas.
se sitúa
durante
Cualquiera de las porciones o componentes del precio que se pague En primer lugar, intentaré esclarecer cuáles son las circunstancias Los salarios
largo por hajo de su tasa natural hará que las personas cuyos intereses. se que naturalmente determinan la tasa de los salarios, y hasta qué serán
tiempo por ven afectados retire inmediatamente, de la inversión, tierra, capital punto dichas circunstancias se ven afectadas por la riqueza o la po- examinados
bajo del en el
o mano de obra, en tales proporciones que la cantidad aportada al breza, así como por el estado progresivo, estacionario o atrasado de
precio rapo VIII,
mercado muy pronto ya no será suficiente para cubrir la demanda una sociedad.
natural,
efectiva. En consecuencia, el precio del mercado pronto se elevará En segundo lugar, procuraré demostrar cuáles son las circunstan- Los
hasta alcanzar el precio natural, por lo menos, en el caso de que cias que naturalmente determinan la tasa del beneficio, y de qué beneficios
impere una libertad perfecta. 10 modo dichas circunstancias resultan afectadas por las antedichas va- en el IX
Auque las Los mismos estatutos de aprendizaje y otras leyes sobre las corpo- riaciones en el estado de la sociedad.
leyes raciones que, cuando prospera una manufactura, permiten a sus Aun cuando los salarios y beneficios en dinero son muy diferentes Las
relativas a
miembros elevar sus salarios muy por encima de su tasa natural, les en los distintos empleos del trabajo y del capital, parece advertirse diferencias
aprendizaje
comúnmente una cierta proporción entre los salarios nominales en entre salarios
y corpora- 9 Cf. injra, pp. 115-127. Playfair, en una nota relativa a este pasaje, ed. Wealth
diferentes ocupaciones y los beneficios pecuniarios en inversiones dis- y
ciones 01 Naiions, 1805, vol. 1, p. 97, dice así: "Esta observación respecto a corporaciones beneficios
reducen a y aprendizajes difícilmente puede referirse a la época actual. En Londres, por tintas. Esta proporción, como se verá después, depende, en parte, de en el x,
veces los ejemplo, los ciudadanos libres sólo pueden dedicarse a ciertos negocios dentro la naturaleza de los diferentes empleos y, en parte, de las diferentes
de la ciudad: ni uno solo de ellos puede dejarse de practicar en cualquier otro
leyes y ordenamientos de la sociedad en que aquellos se ejercen. Pero
lugar, y sus productos venderse en la ciudad. Si se aplicara el principio de Mr.
Smith, los artículos serían más caros en Cheapside que en Bond Street, cosa que aun cuando esta proporción dependa en ciertos aspectos de las leyes
no ocurre."
10 Supra, p. 60, e inira, p. 97. 11 En Lectures, p. 168, la práctica egipcia se atribuye a "una ley de Sesostris".
62 Causas del progreso en las facultades productivas del trabajo
y de la política económica, es muy poco lo que influyen la riqueza o \
pobreza del país, ni su condición progresiva, estacionaria o decadente,
sino que dicha proporción permanece siempre la misma, o casi la
misma, en todas estas diferentes situaciones. Por todo lo cual me veré
obligado, en tercer término, a explicar las diferentes circunstancias
que regulan dicha proporción.
y la renta En cuarto y último lugar procuraremos demostrar cuáles sean las
en el XI. circunstancias que regulan la renta de la tierra, y cuáles son las que CAPíTULO VIII
alzan o rebajan el precio real de las diferentes sustancias que la
misma produce. DE LOS SALARIOS DEL TRABAJO

EL PRODUCTO del trabajo constituye la recompensa natural, o salario El producto


del trabajo. es el salario
natural del
En el estado originario de la sociedad que precede a la apropia-
trabajo.
ción de la tierra y a la acumulación del capital, el producto íntegro
del trabajo pertenece al trabajador." No había entonces propieta- Originaria-
rios ni patronos con quienes compartirlo. mente la
totalidad
Si este estado de cosas hubiera continuado, los salarios del trabajo correspondía
habrían aumentado, en consonancia con todas las mejoras en sus fa- al
cultades productivas, que se originan en la división del trabajo. To- trabajador.
das las cosas se hubieran ido abaratando 2 gradualmente; y como, en De haber
tal situación, los bienes producidos con las mismas cantidades de tra- continuado
bajo, se hubieran intercambiado naturalmente uno por otro, su com- así, todas las
pra se hubiese efectuado con el producto de una cantidad menor de cosas
hubieran
trabajo.
sido más
Pero aunque todas las cosas hubieran sido en realidad más bara- baratas,
tas, algunas de ellas aparentemente se considerarían más caras que Aunque en
antes, al cambiarse por una cantidad mayor de otros bíenes.s Supon- apariencia
gamos, por ejemplo, que en la mayor parte de los empleos la capa- muchas de
ellas
cidad productiva del trabajo hubiera llegado a ser diez veces mayor, pudieran
o lo que es lo mismo, que el trabajo de un día rindiera diez veces haber
más producto que antes; y que, en cierto negocio particular, el ren- resultado
dimiento sólo hubiese llegado a ser el doble, es decir, que el trabajo más caras.
de una jornada representase el doble de la labor anterior. En el
cambio del producto de un día de trabajo de las primeras ocupacio-
nes por otro de la segunda, la cantidad de obra diez veces mayor de
aquéllas únicamente podría comprar el doble de la otra. Una canti-
dad cualquiera, por ejemplo, una libra, parecería cinco veces más
cara que antes, cuando, en realidad, sería dos veces más barata. Por-

1 Cf. la misma expresión supra, en la p. 47.


2 "Más barato" se define en la frase siguiente como "producido por una menor
cantidad de trabajo".
3 La frase sería menos confusa si dijera así: "Pero aunque todas las cosas resul-
tarían más baratas en el sentido justamente atribuido al vocablo, en la acepción
en que se emplean las palabras 'más barato' y 'más caro', muchas cosas podrían
resultar más caras que antes."
De los diferentes progresos de la opulencia 1
tan bien cultivada en las regiones más montañosas y estériles del país \
como en las llanuras más feraces. La situación ventajosa del país y
el gran número de estados independientes que había en ella en
aquella época contribuyeron mucho a esos grandes adelantos en el
cultivo. Y puede ser también, a pesar de cierta expresión generalizada
por uno de los historiadores modernos más juiciosos y cautos, que
aun en aquel tiempo estuviese Italia mejor cultivada que lo está
actualmente Inglaterra. LIBRO CU ARTO
El capital No obstante, todo el capital que una nación adquiere por el comer-
nacional cio y las manufacturas es de una posesión precaria e incierta, mientras
adquirido
no quede una porción del mismo vinculada en el cultivo y en las
por el De los sistemas de economía política
comercio y mejoras de las tierras. Se dice vulgarmente de un comerciante, y con
las manu- visos de verdad, que no es necesariamente ciudadano de un país de-
facturas es terminado. Por su profesión, le es casi indiferente cualquier lugar de
una posesión residencia, y basta un leve disgusto para que traslade su capital de un
incierta I TRODUCCIÓN
hasta que se
país a otro, y con él toda la industria que dependía de sus inversiones.
consolida Su capital no puede decirse con propiedad que pertenezca a un país
por las más que a otro, hasta que se haya derramado por la superficie del LA ECONOMÍA política, considerada como uno de los :amos ~e. la c~en- El objeto
mejoras país, arraigando en edificios o en mejoras de carácter permanente. primordial
cia del legislador o del estadista, se propone dos objetos dIStI~tOS.. el de la
en la tierra.
No quedan ni siquiera vestigios de aquellas ponderadas riquezas que rimero, suministrar al pueblo un a?~ndante i~gr~s? o subsistencia, economía
se cuenta poseyeron la mayor parte de las ciudades hanseáticas, salvo ~ hablando con más propiedad, habilitar a sus individuos y ponerles política es
en las oscuras historias de los siglos XIII Y XIV. No se conocen con cer- en condiciones de lograr por sí mismos ambas cosas; el segundo, p:o- proveer
artículos de
teza los lugares en que estuvieron situadas, y aun se ignora a qué ciu- veer al Estado o República de rentas s~ficientes para. los servICIOS
subsistencia
dades de Europa pueden aplicarse los nombres latinos que daban a públicos. Procura realizar, pues, ambos fines, o sea ennquecer al so- para el
algunas de ellas. Pero aun cuando los infortunios de Italia, en los
berano y al pueblo.I . pueblo.
siglos xv Y XVI disminuyeron en gran manera el comercio y las manu- Los diferentes progresos que en punto a ?pulenc~a se han he~h~ du- Vamos a
facturas de las ciudades de Lombardía y Toscana, cuentan todavía rante varios siglos y en distintas naciones dlero~ ongen a dos distintos explicar los:
estos países como los más poblados y mejor cultivados de Europa. Las sistemas de economía política, dirigidos a ennq~ecer los ~ueblos: el dos sistemas
guerras civiles de Flandes, y el dominio español que sobrevino disipa- distintos
uno puede llamarse sistema mercantil; el otro, SIstema agrlcola. Pro- propuestos
ron el gran comercio de Amberes, Cante y Brujas; pero Flandes con- ,
curaremos explicar ambos con la clan id a d y disti . , q~e n os sea
istmcion para este fi n.
tinúa siendo uno de los países más ricos, mejor cultivados y más po- posible, comenzando por el sistema mercantil. Éste es el SIstema mo-
pulosos de Europa. Las revoluciones ordinarias que siguen a las derno que mejor se entiende actualmente y que ha llegado a penetrar
guerras, y se producen a veces en los gobiernos, apuran y agotan
más hondo en nuestro país.
las fuentes de la riqueza nacional, pero especialmente la que se apoya
en el comercio, porque la que nace de progresos sólidos en la agricul-
tura es mucho más duradera, y nunca puede desaparecer sino a causa
de esas otras convulsiones, más violentas, que ocasionan las depreda-
ciones de las naciones bárbaras y hostiles, que se prolongan por espacio
de una centuria o dos, tales como las que ocurrieron después de la rui-
na del Imperio romano en todas las provincias occidentales de Europa.

más fértiles no quedan por debajo de ningún otro imperio, pues no sólo es por
naturaleza muy abundosa de moradores sino de riquezas." Guicciardini. oeu« 1 Respecto a otras definiciones acerca del propósito ~ naturaleza de la econo-
Istoria d'Italia, Venecia, 1738, vol. 1, p. 2. mía política, cf. índice alfabético, en la VOl correspondiente.
377
Del principio del sistema mercantil 379
\
el mismo sentido que la hecha por los españoles. Querían saber si el
país era lo suficientemente rico para que valiese la pena conquistarlo.
/Entre los tártaros, al igual que en otras naciones de pastores, como
ignorantes que son del uso del dinero, el ganado era el instrumento
común de su comercio y la medida de valor. La riqueza, según ellos,
consistía en ganado, del mismo modo que, para los españoles, consiste
CAPITULO 1 en oro y en ·plata. Pero de ambas nociones, quizá la de los tártaros
estuviese más próxima a la verdad.
DEL PRINCIPIO DEL SISTEMA MERCANTIL Locke hace una diferencia muy notable entre el dinero y las demás Locke
cosas muebles. Todas estas cosas distintas del dinero, dice, son de pensaba
que el oro
una naturaleza tan perecedera, que la riqueza representada por ellas
La riqueza y la plata
QUE LA riqueza consiste en dinero, o en oro lat . no puede ser muy segura, y una nación que un año tenga abundancia constituían
y el dinero
son lar, derivada ?e las dos distintas funciones dei aine;~ es una ~dea popu- de las mismas, puede muy bien en el siguiente carecer de casi todas, la parte más
considerados to de comerclO y como medida de valor E . d'dcomo mstrumen_ sin que haya habido exportación, sino por mera disipación o extra- sústancial
f . . n vlrtu e la . de la
sinónimos esas unciones, podemos adquirir con el dí pn~era de vagancia. Por el contrario, el dinero es un amigo más fiel, y aunque
en el con más facilidad que por mediación d me~o ~uanto necesitamos, riqueza de
corra de mano en mano, como no se extraiga del país, no está muy
Uler una nación.
lenguaje
El gran negocio de siempre consiste en :n~~ad 9 otra mercancía. expuesto a consumirse y desgastarse. Con arreglo a su opinión, el oro
común.
guido éste, cesan las dificultades par g dmero. Una vez canse- y la plata componen la parte más sustancial de la riqueza mueble de
suce~ivas. Como consecuencia de la ~ee~~~en der otras ad9uisiciones la nación, y por dicha causa el multiplicar estos metales debe ser, a su
consiste en ser medida de valor e ti g a d e esas funclOnes, que entender, el gran objeto de la economía política.s
s
la cantidad de dinero que pode:rlO unamos .to as las .demás Cosas por Otros dan por sentado que si una nación pudiese separarse de todo Otros dicen
mo sdecir de un hombre rico que :a~~~~~~ ~i~:%bI; ~: ~~a~~!~le- el resto del mundo comercial no tendría importancia alguna que que es
necesario
po bre que vale poco De uno ah d ' re circulase o no en ella mucho o poco dinero. Los bienes consumibles
tener
acostumbra decir q~e es muy a~:~~e o¿e~ ]¡~:r~~sea enriquecerse, se que hubiesen de circular por su mediación se cambiarían por mayor mucho
~eneroso o g~s~ad?r, que lo mira con indiferencia'. ~~;i o~:~e~~ec~~~ o menor número de piezas, pero la riqueza o pobreza efectiva del país, dinero para
n según esos comentaristas, dependería enteramente de la abundancia mantener
~~~ge a: ;:mqUlrtI,rd~nero; .la ri.queza y el dinero se tienen, e~ el Ienguaj e flotas y
, o errmnos sinónimos o escasez de aquellos bienes consumibles. Sin embargo, según los
Análoga- U ' . ejércitos
ue : país se SUpone que es generalmente rico, de la misma manera defensores de esa opinión las cosas serían muy distintas en los países en el
mente los
tártaros
pensaban
! con~~!r:r:~:~ c~ando abunda en dinero, y el atesorar oro y plata que tuviesen relaciones comerciales con las naciones extranjeras, que
se viesen obligados a sostener guerras con pueblos extraños o mante-
exterior.

p o después del dm1nob I?á~ corto y seguro de enriquecerse. Poco tiern-


que la escu rrmienn, de Amérí 1 . ner ejércitos y flotas en países distantes. Esto no puede hacerse por
riqueza solían hacer los e - 1 rrca, a pnmera pregunta que
. h bí spano es, cuando llegaban a costas desconocidas era otra operación, según ellos aseguran, sino por la de enviar dinero a
consistía I
en la Stalla o no oro o plata en los lugares cercanos. Por los inform~s de aquellas comarcas lejanas para pagarlos, y ninguna nación puede ex-
e s a e ase que tomaban ju b desoués sí
posesión fundar establ . . zga an espu s SI sería o no conveniente traer mucho de sus dominios si no lo tiene en abundancia dentro de
de ganado. eClmlentos en los paí ,. sus fronteras. En consecuencia, toda nación procurará acumular oro y
uista PI . . !ses que se creían dIgnos de con-
q d· F an?-Carpmo, monje enviado en calidad de embajador del plata en tiempo de paz para poder sostener, cuando llegue el caso,
rey e rancia a uno de 1 hi . d 1 f . guerras extranjeras.
los tártaros le re t b os IJOS e amaso Gengls-Kan, refiere que
. b P gun. a an muchas veces si había abundancia de ove- Imbuidas por esas máximas vulgares, todas las naciones de Europa
jas y ueyes en el Remo de F . 1 L se dedicaron a estudiar, aunque no siempre con éxito, las diversas ma-
rancla. a pregunta, como se ve, tiene
1 Parece existir una confusión en . .
como legado por el Pap 1 . tre PIano-Carpml, un franciscano enviado ir allí y llevarse todo." Plano-Carpini y Rubruquis figuran ambos en Bergeron,
a nocencio IV en 12 6 G ·11 .
franciscano enviado como emb . d . 4 ,y Ul aume de Rubruquís, otro Voyages [aits -principalement en Asie dans les xii, xiii, xiv et xv siécles, La Haya,
una nota a dicho pasaje 1 tJ~óor por LUIS I~ en 1253. Como indica Rogers en 1735·
tarie et a la Chin J , a a USl n parece r~fenrse a Rubruquis, Voyage en Tar- 2 Pocas bases documentales existen para las distintas partes de este párrafo.
bruquis, en ciertae,o~:~¡ó XXXIII. Los secre~ar.lOS del gran Khan, según afirma Ru· Acaso tuvo su origen en una recopilación poco cuidadosa de las pp. 17, 18 Y 77-79
había abundantes bueyes n c:~straron cubnosldad por Francia: "Se informaron si de Some Considerations (ed. 1696), y en los §§ 46-50 del Civil Government. Pro-
, r eros y ea allos, como si ya estuvieran dispuestos a bablemente se transfirió del cuerpo de las Lectures sin modificación. Cf. Lectures,
378 p. 198.
380 De los sistemas de economía política
Del principio del sistema mercantil 381
Así, todas
neras posibles de acumular oro y plata en sus respectivos paíse \
las
Pa na- y P or tI'uga ,propletanas . d e las principales minas que SUrte s. Es . Ido de lo que le deben las naciones extranjeras se ha de pagar nece-
naciones
::riamente en oro y plata, y esto acre.cienta la cantidad de ~~tales
europeas Europa de aquellos metales, han prohibido su exportación b . nI a
, bi h ajo as eciosos en el Reino. Pero cuando se Importa un valor supenor a lo
han tratado
p"e~asLmas sevhe.rba.s..o ien an sometido la saca a impuestos muy fuer_ r pr . 1 .
de acumular que se exporta, habrá que pagar el saldo co~tr~no a as n~CIon~s ex-
oro y plata.
t~sl',. as prlo 1 ICIO~es parece que fueron antiguamente objeto de la -as en los mismos términos, y con ello disminuye la existencia de
po mea en a mayona de las naciones de Europa. Pero se encu tran . 1 hibí
. 1 . d entran uellos metales. De manera que, en tales circunstancias, a pro 1 1-
me usive ande menos se espera 4 como ocurre con ciertas di '.
Pr imera. , SPOSICIO. a~ón de la exportación no serviría para impedirla, sino que únicamente
nes antIguas del Parlamento escocés, por las que se prohibe ba i 1 CI haría más difícil y costosa. Con esta providencia,
. . e l cam bi10 se vo 1.
mente im- '. , aJo as la
plantando mas ~evera: penah?ades, sacar oro y plata del Reino. Una política
ería aún más en contra del país deudor en la balanza, porque el
una semejante ue seguida en otros tiempos por Francia e Inglaterra. vI'merciante que tuviese necesidad de comprar una etra en un pals
prohibición Pero cuando estos países se transformaron en naciones comer .
a las ex- 1 1 h b '. era, extranjero tendría que abonar al banquero que s~ 1a ;en d'Iese.' no s~'1o
co
es os om res de negocios se dieron cuenta en repetidas ocasione el riesgo y los gastos corrientes, sino las extraordinarias cont1l1?enCIas
portaciones,
de l~s daños que acarreaba la prohibición. !"- cambio de oro y de plat: resultantes de la prohibición. Cuanto más adverso fuese el cambio pa.ra
podían comprar, de una manera mas ventajosa que por medio de otr
pero los un país, tanto más desfavorable sería también la balanza ?e comercio,
mercaderes
mercancía, los ~rtículos extranjeros que necesitaban, bien para impor~
porque en el país deudor tendría mucho menos valor el dinero que en
consideraron tarlos e.n su pals o para transportarlos a otros extranjeros. Con ello
el país acreedor. Por ejemplo, si el cambio entre Inglaterra y Hola~da
inconve· se confr~mó que esta prohibición era funesta para el comercio.
niente esta
estuviese a razón de un cinco por ciento contra Inglaterra, se necesita-
En pr~mer lugar se arguyó. que la exportación de oro y de plata,
solución, rían en esta nación ciento cinco onzas de plata para comprar una letra
con destino a !a compra ?e bienes extranjeros, no siempre disminuye
de cambio que sólo valdría cien en Holanda. Pero tal cantidad no
dentro de~ Remo la cantidad de estos metales. Por el contrario, pue.
y arguyeron, podría comprar en esa última nación más valor de. gén.eros que en
de muy bien acrecentarla, porque si el consumo de géneros extranja,
en la proporción de ciento, mientras que, por. el con.trano, CIen ~nzas de
consecuencia, ros no aument~ra en el país, éstos s~ reexportarían a otras naciones, y
plata en Holanda valdrían en Inglaterra CIento cmco, y podnan como
que la al venderse alh con mayores gananCias, volvería a la nación de origen
exportación
prar en ésta el valor de ciento ci~co en géneros, resultando q,ue ,los
un tesoro mucho mayor que el que salió de ella para comprarlos.
no siempre efectos que en Inglaterra se vendiesen a Holanda los compran a esta
Mun compara esta. operación del comercio exterior con la siembra y
disminuye en esa proporción más baratos, y los que de H~landa se co~pras:n
el capital
cosecha en la agncultura: "Si entre las tareas de un labrador no
en Inglaterra los pagaría ésta más caros en la misma proporclOn, sm
del país, mirásemos más que la siembra, al ver cómo arroja al suelo tal cantidad
más causa que la diferencia en el cambio. Por tal razón, Inglaterra
~e grano le tendremos por loco, en lugar de campesino; pero si con-
sacaría de Holanda tanto menos dinero y Holanda de Inglaterra tanto
siderarnos sus labores en la cosecha, que es el fin de sus fatigas, halla.
más, cuanto montase aquella diferencia, mientras en otro tanto esta.ría
remos lo acertado y ventajoso de sus labores." 5
y que los la balanza de comercio contra la Gran Bretaña. Con ello se necesita-
metales sólo . En ~egundo lugar sostuvieron que esta prohibición nunca podría
ría. un mayor saldo en oro y plata con destino a Holanda.
podrían impedir la saca efectiva de oro y de plata, porque el poco volumen y
Estos argumentos eran en parte sólidos, y en parte sofísticos. Eran Sus
retenerse mucho valor de estos metales invitaban con mucha frecuencia al con. argumentos
prestando sólidos en cuanto aseguraban que la extracción del oro y de la plata
trabando,6 y cuya extracción fraudulenta sólo podía evitarse observando eran en
atención a por el comercio del país podía ser ~uchas veces. v~~t,ajosa. Lo eran
muy atentamente lo que suele llamarse balanza de comercio." En parte
la halanza también en cuanto aseguraban que n1l1guna prohibición era capaz de sofísticos,
comercial. efecto, cuando una nación exporta mayor valor del que importa, el
precaverla cuando los particulares podían sacar alguna ganancia de la
3 Cf. infra, p. 453, nota. exportación. Pero eran sofísticos en suponer que tanto para a~mentar
4 Las pal.abras forth o[ the realm se usan en (enero) de 1487, c. 11. Otras actas
como para conservar la cantidad de esos metales se necesitaba de
son las siguientes: 1436, c. 13; 1451, c. 15; 1482, c. 8. más atención por parte del Gobierno que para aumentar y conservar
. 5 Ene;/and's T'reasure by Forraign Trade, or the Ballamre of our Forraign Trade cualquier otra mercancía, pues basta la libertad de comercio, s~n. otra
1$the Rule o] our Treasure, 1664, cap. IV, al final donde se dice sin embargo peculiar atención, para que la oferta se produzca en las condiciones
"más bien lo consideraremos corno un loco".' , ,
6 Mun, England's Treasure, cap. VI. debidas. También eran sofísticos aquellos argumentos en cuanto pre-
7 "Entre otros asuntos relativos al comercio abundan las referencias a la balanza tendían demostrar que la subida del cambio tenía que aumentar ne-
comerci~l, cuya comprensión correcta puede ser de interés singular." Josiah Child, cesariamente lo que ellos llamaban una balanza desfavorable de co-
New DI~course of Trade, 1694, p. 152, cap. IX, donde se consigna una explicación. mercio, u ocasionar la exportación de mayores cantidades aún de oro
El. t~rmmo era us~~o ya antes de que se escribiera la obra de Mun. Cf. Palgrave, y plata. Es verdad que el elevado precio del cambio es ~esfavorable
DlctlOnary of Politirnl Economy, voz Balance 01 Trade, History of the theory.
a ·los comerciantes que tienen que hacer un pago en dmero en el
8
3 2 De los sistemas de economía Política
\ Del principio del sistema mercantil
extranjero, puesto que han de '
queros sobre aquellos países. Pe~~g:~nm~~ c~ro.s los giros de los ban_ medidas concernientes a impedir la exportación de metales preciosos por Francia
puede ocasionar a los banqueros un ~ost e nesgo d~ la .prohibición p¡¡:ra concentrarse en la balanza de comercio, como única causa del e Inglaterra,
cunstancia no implica necesariamente ma ~ extraordlI~ano, esta ci-, aumento y disminución de aquellos metales. De un cuidado y una y la
exportación
precios~s. Este gasto se haría regularment: d:net~~o~t~CIó?-de metales atención infructuosos se desplazaron a otro desvelo mucho más in- de cuños
secuencia de sacar el dinero de cont b d e pals, como con. trincado, pero igualmente inútil. El título del libro de Mun, Tesoro holandeses
sario exportar un penique por enci~: ~~ l~' Y raramente. sería nece_ inglés en el comercio exterior, llegó a ser una máxima fundamental por Holanda.
pago de la letra. El elevado precio del s~~a r;quenda para el en la economía política, no sólo de Inglaterra, sino de todos los países Que la
la oportunidad, a los comerciantes ara u~am 10 o recería también comerciantes. El comercio interior, que es el más importante de todos, riqueza se
en lo posible, las exportaciones ; fas i~ procurasen p~oporcionar, obtenía
el tráfico en que un capital de la misma cuantía produce el mayor
mediante el
lo menos que se pudiese pagar en atenci¿~rtaclOnes, a fin de pagar ingreso y crea la ocupación más amplia, se consideraba como subsi- comercio
Por otra parte la elevación del' b. a. lo elevado del cambio diario tan sólo del comercio extranjero. Se aseguraba que ni traía ni exterior, se
efectos que el' establecimiento ~am 10. extranjero produce los mismo~ quitaba dinero al país. Por ende, la nación no podía ser por su causa convirtió en
de los géneros extranJ·eros d. .e un Impuesto y, al elevar el precio ni más rica ni más pobre, a no ser porque su prosperidad o decadencia una máxima
I ' Ismmuye su consumo Su t d . indiscutible.
o tanto, no redundaría en aumentar sin ... e~ enCIa, por podía influir en la situación del comercio extranjero.
denomina balanza desfavorable de
.,
' ? en dísmínu¡- lo. que se
comercm y por consí
Un país que no posea minas propias, tiene que importar del ex- El oro y la
d UCIna la exportación de oro dI' sIgUIente, re- tranjero el oro y la plata, de la misma manera que importa vino el plata serán
pero P f Y e pata. importados
convencieron ero uesen o no concluyentes aquellos que carece de viñedos. Pero ello no implica, necesariamente, que sin tener una
a los
Parlamentos
ya los
que convencieron a las gente
dirigidos por los mercaderes : t . .argument~s, lo cierto es
~Ie~es Iban destmados. Fueron
príncipes, lo~ nobles y los hace:~ad~; ~~Ie:~s, los Consejos de los
el Gobierno ponga más atención en un ramo que en otro, porque a
un país que tenga con qué comprar el vino nunca podrá faltarle
cuanto necesite, y lo mismo sucederá al que tenga con qué comprar
atención
particular
del
Consejos. que se SUpollla expertas en mate . . mpo, por unas gentes Gobierno.
as oro o plata, así como los demás metales. Éstos, como otra cualquier
ni estaban obligadas a saber t nt co~ercIales ~ otras que no sabían mercadería, se habrán de comprar por cierto precio, y así como aque-
extranjero enriquece a los ~n 0 en a ~atena. Que el comercio llos "metales son el precio de todas las cosas, así todas las cosas son, a
1
caballeros y a los nobles deralses, o densen.aba la experiencia a los su vez, el precio de aquellos metales. Podemos, pues, estar seguros de
merciantes, pero cómo o de ~ampo, el ~Ismo ~odo que a los co que la libertad de comercio surtirá a la nación de todo el vino nece-
bien. Los comerciantes co q é mane~a, 1lI unos 1lI otros lo conocían sario sin una atención particular del Gobierno, y con la misma se-
comercio les enriquece ue;~~:n per ec.t~mente de qué manera el guridad podemos confiar en que aquella libertad nos proveerá de
su profesión saber en 'q~' f es su. OfICIO,pero no forma parte de cuanto oro y plata seamos capaces de comprar para emplearlo en la
objeto de su consideració: or~a ennquece a la nación. Jamás fue circulación o en cualquier otro uso.
sente sino cuando sus pr .se~eJante propósito, y no lo tuvieron pre- La cantidad de mercaderías que es capaz de comprar y de producir Pueden ser
para. proponer alguna ~~~~~~tereses les hacían recurrir a la nación, el trabajo humano se regula necesariamente por la situación de la importadas
mercm exterior. Entonces le a las norm.as reguladoras del co- demanda efectiva en cualquier país, o bien de acuerdo con la deman- más
beneficiosos de esa clase d s era ~orzoso decir algo sobre los efectos fácilmente
da de quienes están dispuestos a pagar toda la renta, todo el trabajo que otras
efectos ventajosos por 1 e ~~m~cIO y de cómo se obstaculizaban sus y las ganancias que han de ser satisfechos para llevar el artículo al

s:
mercaderías
vigor. A los jueces lla a ~cclOnde. a9uellas leyes que se hallaban en mercado. Pero no existe ninguna clase de mercancías que se acomode cuando de
satisfactoria explic~ció;~e ~~: h en la materi~, les parecía una de una manera más rápida y adecuada al estado de la demanda efec- ellas existe
mercio extranjero traía al ,ec os cuando se afirmaba que el co- tiva que el oro y la plata, porque debido al poco volumen y mucho una
leyes controvertidas impedí~:I; grandes sumas de. dinero, y que las demanda
valor de estos metales, no hay cosa que con más facilidad se pueda efectiva.
La rías que ingresaría l' a entrada de cantidades suplementa-
exportación
transportar de un lugar a otro; de los países en que están más baratos
sen 'derogadas A' nI en e pars tan pronto aquellas regulaciones fue-
de cuños . SI os argumentos que acab d d a aquéllos en que están más caros; de los lugares en donde abundan y
extranjeros jeron el efecto desead E 1 amo.s e exponer pro u- exceden a la demanda efectiva, a aquéllos en que ésta no se halla ente-
y metales exportar oro y plata q~~dÓ~. ~glaterra ~ FranCIa la prohibición de ramente satisfecha. Si, por ejemplo, hubiese en Inglaterra una demanda
nobles en pectivos países qued d ImItada al dmero amonedado de los res- efectiva para la adquisición de una cantidad adicional de oro, un pa-
barra fue tranJera y la d~ 1 ~n o enteramente libre la saca de moneda ex-
permitida os mismos metales en p t E H 1 quebot podría traer de Lisboa o de cualquier otro lugar cincuenta to-
pueblos la libertad d . as a. n o anda y en otros neladas, que se podrían acuñar en más de cinco millones de guineas.
acuñados en ellos Le expor.taCIón se extendía hasta la plata y el oro
. a atención del Gobierno se distrajo, pues, de las Pero si se presentase la necesidad de atender una demanda efectiva de
grano por el mismo importe, la importancia a razón de cinco guineas
384 De los sistemas de economía política Del principio del sistema mercantil 385
por tonelada supondría un millón de toneladas de flete . , \ cualquier otra mercancía. Cuando no se. pu~den conseguir las prime- Si escasean,
mil barcos, de mil toneladas cada uno y no bastaría para' preClsandose su lugar
ras materias de una manufactura, la fábnca tiene que cerrar y los pue-
t e to daa Iaa manna
rnar i mercante de Inglaterra. , ese transp or. blos perecen al carecer de provisiones; pero si falta el dinero, la permu-
puede ser
Cuando su ocupado por
Cuando la cantidad de. oro y de plata que se introduce en un ' f ta puede hacer sus veces, a pesar de lo embarazoso de la operación. Con el papel.
cantidad
excede la
supera la demanda efectiva del mismo no hay ac " "1 pals menos dificultades supliría también su falta la compra y la venta a
G b' ,Clon vigr ante d 1
demanda, o rerno capaz de impedir la saca. Todas las crueles leyes d P e crédito, compensándose las obligaciones recíprocas contra idas de una
resulta gal )' de Espa - . d e ortu parte y de otra una vez al mes o al año. También podría ocupar el
na son mcapaces e conservar en el país su oro -
imposible plata. Las contmuas remesas del Perú y del Brasil d . Y su lugar de la moneda, no sólo con menos incomodidades, sino incluso
evitar su bl ernente 1os requenrmentos . . exce en mduda
con positivas ventajas, en ciertas ocasiones, un sistema de papel
exportación.
efectivos del país y su abu d . h -
bai 1 1 ' n ancia ac moneda bien organizado. En resumen, nunca resultaría la atención
ajar e va or de estos metales por debajo del que tienen 1 ,e
c P 1 en os paIses
~marcanos. or e contrario, cuando en una nación la cantidad de del Gobierno tan innecesaria como cuando se empeñase en velar so-
dichos metales .queda por debajo de la demanda efectiva de t 1 f bre el aumento y la disminución de la cantidad de moneda en el país.
ma qu~ su precIO.sube por encima del que rige en los país~s pró:im~:- Ninguna queja se escucha con más frecuencia que la de la falta de La queja
el Gobierno no tiene por qué preocuparse en introducirIos Le' de dinero. Ahora bien, la moneda es como el vino, que no puede por común de
y seria ver se o hliIga doo aa scl ici
~o icitarlos, . .
SI se empeñase en impedir su introducción
JOs e menos de parecer poca y escasa a todos aquellos que no tienen con qué falta de
imposible, dinero sólo
igualmente,
con las penas mas severas, no lo podría conseguir Cuando 1 comprarla, ni crédito para que se la den fiada. Los que posean capa- significa
par
impedir su tanos se hallaban en condiciones de comprar est~s metales qOSebs - cidad de compra o gocen de crédito, rara vez se hallarán escasos de dificultad
importación taba t bstá 1 ' ue ran- dinero ni del vino que necesitan. Sin embargo, este común lamento
n cuan os ~ stacu os ponían las leyes de Licurgo a su introdu " para
si la oferta en Lacedemoma. Las drásticas leyes aduaneras de la Gran B CtCl~n de la escasez de dinero no sólo se oye en boca del pródigo imprevisor, obtenerlo en
quedara por ti' d . re ana préstamo.
co? ra a mtro uccíón de té, por parte de las Compañías de las Indias sino que a veces se eleva como un clamor de toda una ciudad mer-
debajo de la
demanda o~Ientales de ho~andeses y gotemburgueses, nunca pudieron impe- cantil y del campo que la rodea. La causa es el exceso de actividad
efectiva. dlr~~, ~or la sencIlla ~azón de que era más barato que el de la Com- comercial. Existen personas prudentes cuyos proyectos han sido des-
parua inglesa. Una libra de té, sin embargo, abulta cien veces más proporcionados a sus capitales, y por tal razón se hallan tan expuestas
q~e .la ?Ione~a de plat~ que se pag.a por ella (siendo el precio más alto a quedarse sin disponibilidades para comprar moneda, ni crédito para
dieciséis chelmes) y mas de dos mil veces su precio en oro. De donde un empréstito, como los pródigos cuyos gastos han sido desproporcío-
resulta que será otras tantas veces más difícil su contrabando que el nadas a sus ingresos. Antes de que sus empresas lleguen a producir,
de esos metales. se ha desvanecido el capital y también el crédito. Entonces comienzan
La facilidad a buscar dinero prestado, y todos lo rehusan negando que lo tengan.
El fácil transporte del oro y de la plata, desde los lugares donde
del
abundan .hasta aquellos otros donde escasean, es una de las causas que Así, ese clamor general sobre la escasez de moneda, en modo alguno
transporte
hace que el nos explican por qué no fluctúa continuamente el precio de estos prueba que no circulen en el país las mismas piezas que antes, sino
valor del oro metales, como el de la ma~or parte de las otras mercancías, pues un que hay muchos incapacitados para dar algo útil a cambio de ella.
y de la plata gran numero de éstas, debido a su volumen, no se pueden desplazar Cuando los beneficios del comercio son mayores de lo que suelen ser
sea tan habitualmente, es un error muy común, tanto entre los pequeños
cua~do el mercado se halla saturado o sufre escasez. Es cierto que el
uniforme.
p.re~IO de estos metales tampoco se halla por completo exento de va- como entre los grandes negociantes, extender sus operaciones más allá
naCI?neS, pero las que experimenta son, por lo regular, graduales de lo que sus disponibilidades permiten. No envían al extranjero más
y uniformes, En Europa se supone, aunque no con gran fundamento, dinero del que remitían antes usualmente, pero tanto dentro como
que en el transcurso del siglo pasado y en el presente ha ido bajando fuera de la nación compran a crédito una cantidad extraordinaria de
el precio de aquellos metales de un modo constante, si bien de una géneros que suelen enviar a mercados distantes, con la esperanza
man:ra gradual, por razón de las continuas remesas de las Indias de que retornen las ganancias antes de que lleguen los vencimientos.
espanolas. Pero hacer cualquier cambio repentino en el precio del oro Éstos llegan, sin embargo, antes que aquéllas, encontrándose con que
y de. la plata, d~ tal naturaleza que suba o baje de un modo notable y no tienen en su poder los medios de satisfacerlos, ni garantías sufi-
sensible el ~reClo monetario de todas las demás mercancías, requiere cientes para conseguir un préstamo. No es, pues, la escasez de oro y
una re~ol~clón tan grande en el comercio como la que originó el de plata, sino las dificultades con que tropiezan aquellas personas
descubnmlento de América. para conseguir prestamos, y sus acreedores en recibir los pagos, lo que
Ello no obstante, si algún país experimentara escasez de oro o de ocasiona ese clamor general de falta de dinero.
plata, a pesar de contar con los recursos necesarios para lograrlos Sería cosa ridícula en extremo empeñarse en probar seriamente que
tendría más facilidad para abastecerse de ellos que si se tratase de la. riqueza no consiste en dinero, o en la plata y el oro, sino en lo
386 De los sistemas de economía política Del principio del sistema mercantil
El dinero que se compra con dinero, y que éste sólo vale en cuanto coro , muchas veces para usar y consumir, pero quien vende habitualmente,
constituye El dinero, no ca~e dudarlo, constituye una parte del capital nacio~:~' siempre lo hace para volver a comprar. El primero puede haber ulti-
solamente, mado ya su operación, mientras el segundo sólo ha realizado la mitad
sin embargo, pero y~ ~emos d icho 8 que es una parte muy pequeña, y la que de"
una
una utilidad menor. ja r de su negocio.
pequeña Si el mercader encuentra que es más fácil comprar mercancías En definitiva, no se desea el dinero por el dinero mismo, sino por
parte del d' d' Con lo que con él se puede comprar.
mero, que m~rlo con mIer~ancías, no es porque aquél sea el que
capital repre~ente esencia me~1te a nqueza con preferencia a los demás bie- Las mercancías consumibles, según se afirma, se destruyen pronto, La duo
nacional. rabilidad de
nes, S1I~0 porque el dUl;er.oes. el instrumento común y reconocido del pero el oro y la plata tienen una naturaleza más duradera, y si no se
Es más fácil un artículo
comprar comercio, por cuyo mrrusterro se da en cambio cualquier cosa co exportasen con tanta continuidad, llegarían a acumularse en el trans-
no es razón
que vender, mucha . facilidad, pero el dinero no se da tan fácilmente a cambio dee curso de los siglos acrecentando enormemente la riqueza efectiva de para
simplemente cua 1qUler otra cosa. La mayor parte de los bienes tienen una condi- la nación. De tal suerte, no puede haber nada tan desventajoso como acumular
porque el ción mucho más perecedera, y su conservación se halla expuesta a cambiar una cosa de tanta duración por otras llamadas a perecer. No más
dinero es el cantidad de
mayores pérdidas y deterioros. Por otra parte, mientras el comer- solemos, sin embargo, considerar inconveniente cambiar ferretería
instrumento él que la
del cian.te tiene los géneros en su poder, está más expuesto a que le pidan inglesa por vinos de Francia. Y, no obstante, la ferretería comprende
necesaria.
comercio. el dinero que debe, que cuando, habiéndolos realizado, tiene el dinero mercancías de carácter durable, que si no fuera por la continua ex-
en el arca. Además de esto ocurre también que el comerciante ob- portación, llegarían a acumularse en proporciones enormes en el
tiene más utilidades vendiendo que comprando, de manera que transcurso de algunos años hasta formar un repuesto increíble de
siempre, por lo general, desea más bien cambiar sus mercancías por cacerolas y pucheros. Ocurre, sin embargo, que el número de tales
dinero que a la inversa. De todos modos, aunque un mercader parti- utensilios en todos los países se halla limitado por el uso que de los
cular, cuyos almacenes estén abarrotados de género y mercancías, cai- mismos se hace, y sería absurdo disponer de ellos en proporciones
ga en la ruina por verse en la imposibilidad de vender, en el momento mayores de las que implica la preparación de las vituallas que usual-
oportuno, una nación o un país no corren el mismo riesgo. Todo el mente se consumen, pues si la cantidad de comestibles aumentase,
capital de un mercader suele consistir en géneros perecederos, desti- aumentaría con la misma rapidez la cantidad de cacerolas y pucheros
nados a la adquisición de dinero; pero lo que en una nación se necesarios para su preparación, descontando la parte de provisiones
puede destinar a adquirir oro y plata en los países vecinos no es todo que se debería emplear en comprarlos o en mantener a los obreros que
el producto anual de la tierra y del trabajo, sino en parte muy pe- trabajan en la fabricación de esos artículos. Igualmente se evidencia-
queña, porque la mayor proporción circula y se consume entre sus ría que la cantidad de oro y plata se halla limitada en todos los países
mismos individuos, y aun de aquel sobrante que se remite al exterior, por el uso que se haga de estos metales; que este uso consiste en hacer
la mayor proporción se destina a la adquisición de mercancías ex- circular las mercancías, convirtiendo la pasta en moneda acuñada, y
tranjeras. Por consiguiente, aunque una nación no pueda encontrar que con ella se confeccionan también ciertas especies de utensilios
oro y plata a cambio de aquellos géneros, destinados a la adquisición domésticos como vajillas y alhajas; que la cantidad de moneda en
de dichos metales, no quedará arruinada. Sufrirá, sin duda, ciertos toda nación está regulada por el valor de las mercancías que circulan
trastornos y se verá obligada a recurrir a alguno de los expedientes por ministerio de ella; y que si aumenta el valor de esas mercancías,
que suplen la falta de moneda. Pero el producto anual de su tierra sería necesario enviar fuera del Reino alguna porción de ellas para
y de su trabajo será el mismo, o casi el mismo, que solía ser antes, comprar la cantidad de moneda necesaria para hacerlas circular den-
a pesar de aquella falta, porque en conservarlo se emplearía un tro del país; que la cantidad de vajilla y servicio de metales preciosos
capital consumible aproximadamente igual. Y aunque los bienes no es siempre proporcionado al número y riqueza de las familias que
proporcionan dinero con la misma facilidad que éste procura aqué- gustan esta especie de magnificencia; en efecto, si aumenta la opu-
llos, a la larga las mercancías consiguen más dinero que el dinero lencia de las mismas, parte de dicho aumento se empleará también en
proporciona bienes. Todas las cosas pueden servir para otros muchos acrecentar la cantidad y el valor de aquellos utensilios; que todo in-
usos que el de comprar dinero; en cambio, el dinero no tiene otro uso tento de aumentar la riqueza de un país, introduciendo o conservando,
que el de comprar cosas. Por consiguiente, el dinero va siempre en buS- en el mismo, una cantidad de oro y de plata superior a la necesaria, es
ea de las mercaderías, pero las mercaderías no siempre van en bu.sca un absurdo tan grande como el de una persona que pensase mejorar
del dinero. El individuo no siempre compra para volver a vender, SIllO la comida o el sustento de cualquier familia obligándola a tener una
8 Probablemente se refiere a la p. 268, aunque en este caso la finalidad ~ IIlás
cantidad desmesurada de utensilios de cocina. Así como los dispendios
bien insistir en el volumen del ahorro efectuado por renuncia a usar el dinero, hechos en la compra de esa clase de utensilios disminuiría, en lugar
y pp. 259-264. de aumentar, la calidad y la cantidad de los manjares de la familia,
388 De los sistemas de economía política Del princiPio del sistema mercantil 389
ahorrarse
así la compra de cantidades de oro y de plata superiores a las que Un \ de la Armada o billetes del Banco de Inglaterra, se suele
soro, b onos 1 d 1 de la plata del dinero en
país necesita, hará disminuir en la misma proporción aquella riqueza mitir en tales ocasiones, y al ocupar el ugar e or~ y . circulación;
real que alimenta, alberga y viste a todos sus habitantes. El oro y la
plata, recuérdese bien, ya estén acuñados o revistan la forma de
vajilla u ornamentos, son utensilios, como el ajuar de cocina. Au-
m:
e se hallaban en circulación, se ofrece la oportumdad
an cantidad de oro y plata al extranjero.
de enviar
Pero todo el~o cons-
'tuyf un recurso muy pobre para sostener una guerra ex tenor, con
méntese el uso de estos instrumentos, increméntense también los U
randes gastos y varios años de duraci ió n. . Los
bienes y cosas consumibles que deben circular y prepararse por medio g El expediente de fundir los utensilios de metales precIOSOSque se utensilios
de ellos, y se aumentará de una manera infalible su cantidad; pero hallan en poder de los particulares resulta ser un re~ur.so aun de nunca han
si se pretende aumentarla recurriendo a un procedimiento extrao-, menor importancia. Los franceses en el comienzo de la. ult!ma guerra rendido
dinario, disminuirá necesariamente el uso, y aun la cantidad mis- recurrieron a él, pero parece que no les compensó siquiera de los mucho.
ma que se pretende acrecentar, pues la cantidad de estos metales gastos de fundición. " freci La acumu-
se halla determinada por el uso que de ellos se hace. En el caso de En otros tiempos, los tesoros acumulados por los pnnClpes o recie- lación en el
que se acumule más cantidad que la necesaria de dichos metales, disponibilidades más considerables y duraderas. Pero actual~en- Tesoro ha
existiendo como existe la misma facilidad para su transporte, y cono- ~~:sos arbitrios no figuran entre las medi.das políticas de los príncipes sido
ciéndose como se conoce la pérdida resultante de tenerlos ociosos, no europeos, si exceptuamos al rey de Prusia. .. . abandonada.
habrá leyes, por severas que sean, capaces de evitar su pronta expor- La mayor parte de los fondos que se utlhza~on en el SIglo pre- Durante el
tación a países extraños. sente para sostener las guerras con países e~tranJeros no se hallaban presente
siglo las
El atesora- No siempre es necesario atesorar oro ni plata para que una nación integrados por la moneda circulante, las vajillas y or~amentos de las guerras en el
miento de pueda sostener una guerra con países extranjeros, o mantener armadas familias privadas ni el Tesoro del príncipe. La últ.Ima guerra. con extranjero
oro y plata o ejércitos en países distantes. Los ejércitos y las flotas no se man- Francia costó a la Gran Bretaña más de noventa millones de hbras no han sido
no es pagadas
necesario tienen con oro ni con plata, sino con provisiones consumibles. La esterlinas, incluyendo no sólo los setenta y .cinco millon.e~ de la nueva
deuda qLle se contrajo.P sino además el Impuesto adlcIO~al de dos con el
para sostener nación que del producto anual de su industria, de las rentas de sus
dinero en
una guerra tierras, del trabajo de su país, y de su acervo consumible tiene con chelines por libra en la contribución territorial, y las. ca~tldades que circulación,
con países qué comprar aquellos bienes en parajes distantes, se halla en condi- se tomaron prestadas anualmente del fondo de amortización. ~ás de
distantes, ya ciones de sostener una guerra con otras naciones. las dos terceras partes de estos gastos se hici~ron en países distantes
que los
gastos De tres maneras puede una nación pagar al ejército en países dis- de Inglaterra: en Alemania, Portugal, Amén~a, en los puertos del
pueden ser tantes y procurarse las provisiones que necesita. En .primer término, Mediterráneo y en las Indias Orientales y ?cCldentales. Los. reyes de
pagados enviando parte de la plata y del oro atesorados; en segundo lugar, Inglaterra no tenían dinero atesorado, y pmás se oyó decir que se
mediante remitiendo una parte del producto anual de sus manufacturas, y hubiera fundido gran cantidad de vajilla y ornamentos de pertenen-
exporta-
ciones:
finalmente, aprovechando con esa finalidad partes de los productos cia particular. La moneda circulante ~el país. se supone no excedía
(1) de oro y primarios de su suelo. de dieciocho millones de libras esterlmas. Sin em?argo, d:sde la
plata, (2) de El oro y la plata acumulados en un país podemos considerarlos última refundición del cuño del oro se afirma que dicha cantIdad es
manufac- propiamente como divididos en tres partes: la moneda circulante; los inferior a la real. Pero supongamos que, con arreglo a los có~putos
turas o (3) utensilios de las familias particulares y el dinero ahorrado en varios más exagerados, el oro y la plata circulantes (tomados en conjunto)
de
productos
años de economías y depositado en el Tesoro del Príncipe. ascendiesen a treinta millones.'? En el caso de. que. l~. guerra se
primarios. Sólo raras veces puede ser grande el ahorro en moneda circulante, hubiera podido sostener recurrie?do a nm;stras dIspombIhda~es mo-
El oro v porque la abundancia suele ser excepcional. El valor de las cosas que netarias, el total de dicha cantidad hubiera .entra~o y ~ahdo dos
la plata se compran y se venden anualmente en un país requiere cierta canti· veces por lo menos en el transcurso de seis a SIete a~os. SIendo esto
constan de dad de moneda para circularlos y distribuirlos entre los propios con- cierto, no puede presentarse un argumento más convmcente de cuán
moneda
circulante, sumidores, y no puede dar ocupación a más. El canal de la circula- inútil es que el Gobierno ponga celo en atesorar y guardar moneda,
utensilios y ción admite la suma que es suficiente para llenarlo, pero nunca más. ya que, en tal supuesto, la del país salió y entró ~os veces 'por lo
dinero en De este canal puede sacarse a veces algo para sostener una guerra con menos en un período tan corto, sin que nadie ,PudIera expl'icar las
el Tesoro. el exterior. Pero cuanto mayor es el número de gentes que hay que razones de esos movimientos. Sin embargo, no VImos q~e el canal de
Poco es lo mantener fuera del Reino, menor es el que se precisa mantener dentro. la circulación estuviese durante la guerra menos provisto que antes
que puede En tal caso, circulan en el país menos bienes y mercancías y, por de ella, puesto que no faltó dinero para todo el que tenía algo que
consiguiente, la circulación doméstica no necesita tanto dinero. Una 9 Preserü State 01 the Nation (d. p. Y nota ss.), p. 28.
cantidad extraordinaria de moneda fiduciaria, como billetes del Te- 10 Lectures, p. 199·
. .' d 1 . t ma mercantil
De los sistemas de economía política Del pnnClplO e S!s e
1590
. de moneda se emplean en ~acilitar ~l c~m-
dar por él, aunque es cierto que las ganancias del comercio exterior \ naciones. Ambas espeCl.es tes individuos de una misma na~lón, la
fueron mayores que las acostumbradas, especialmente a fines de la b'o la una entre los dlfer.en bl Una parte conslderable
ue
campaña. Estas ganancias ocasionaron lo que suele acontecer, o sea IU'~ entre súbditos de dlferentebs bPl eOnSt'eo pudo emplearse, en
o , pleó pro a em , ilid
un exceso de actividad comercial en todos los puertos de la Gran de esta moneda se em'l' guerra pues
en una época de hostí l a-
Bretaña, con las consiguientes quejas de la escasez de dinero, resu]. brir los gastos de l a u urna ried de la gran república comer-
eU e da a la mane a .
tado inevitable del exceso de negocios. Faltaba dinero a muchos que des, es de suponer que ~. rnu distinto al registrado en uempos
no tenían con qué adquirirlo, ni crédito para que se lo diesen pres- dal un giro y un mOVImIento te Yde ella acudiría, sin duda, al tea-
tado, con lo cual ni los deudores hallaban efectivo, ni los acreedores de absoluta paz. . La mayor par
b T s para comprar
alll' y en los países vecinos
podían conseguir el pronto pago de sus créditos. Pero nunca faltó oro rro de las operaCIOnes e .lca '1 ., it y hacer los consiguientes pagos.
ni plata para todos aquellos que podían dar, por estos metales, algo las. provisiones que ~eceslta e e!;;~~e°de esta moneda y en esta forma
que lo valiere. pero cualquier canudad q~e g '1 habría de comprar anual-
- cualqUIer otro pals, a d irid
sino ton En consecuencia, los enormes gastos de la última guerra forzosa- la Gran Bretana, o 'as extranJ' eras a qmn as
, . les o con mercanCl . d
mercaderías. mente hubieron de hacerse, en sustancia, a costa de las mercaderías Illente con generas naCl~n~ utir en última instanCla, to o
británicas de una y otra especie, y no acudiendo a la exportación de a cambio de aquéllas, vlmen~od: ;:~~:~a y'del trabajo del país, única
oro y de plata. Cuando el Gobierno o sus agentes trataban con algún el gasto, en el producto anua d uerra Es natural suponer que
comerciante sobre el envío de una remesa al extranjero, naturalmente fuente abastecedora de los gast?s e g p'udieron hacerse sino con
t exorbItantes no ..
intentaría pagar a su corresponsal la letra librada contra él, enviando unos gastos anua 1es an .ó Las erogaciones que se hicieron
más bien mercancías que oro o plata. Si no existía demanda para las cargo al_prodUCto anua~ de la n:'~snde diecinueve millones de libras
mercaderías inglesas en el país de referencia, procuraría enviarlas a en el ano 1761 ascendIeron a 1 d es capaz de soportar un gasto
. , te oro acumu a o
otro, comprando en éste, con ellas, letras pagaderas en el primero. esterlinas. Nmgun s h roducto anual, aun de oro
El transporte de mercancías, cuando se adaptan convenientemente a anual de esa cuantí~, .como tamf~~~~arl~ ~oda la plata y el oro que
las demandas del mercado, procura siempre considerables ganancias, o de plata, en condIClones de a _ P rtu al de acuerdo con las re-
cosa que apenas ocurre con las remesas de metales preciosos. Cuando se importa anualmente en Espana Yl o entge de seis millones de libras
. ídi no pasa regu arm 1
se exportan esos metales para comprar mercaderías extranjeras, las laciones más ven icas, _ en as bastaría a sufragar os
ganancias del comerciante no proceden de la compra, sino de la venta Ii 12 suma que en algunos anos ap
ester mas, x resada uerra. .
de la contrapartida; pero cuando se hace la remesa para pagar algún gastos de cuatro meses de la e p g transportados a países dis- Las
, .or se prestan a ser mercancías
débito, no causan contrapartida ni, por tanto, ganancias. En conse- Los artIculas que me] ellos otros géneros, sea para más finas
cuencia, el comerciante pondrá en juego su inventiva para encontrar tantes, con la finalidad de co~prar en adquirir parte de la moneda son los
un medio de pagar las deudas contraídas en el extranjero con merca- pagar o abastecer las tropas, ~ ien par.a ra esos mismos cometidos, artíCUlos
derías, en vez de remitir oro o plata. El hecho de haberse exportado de la gran república mer~anttl,. n~~~:na ~~abadas, porque éstas con- más con-
una cantidad enorme de géneros ingleses en el trancurso de la citada parecen ser las mercanClas mas y se prestan por lo tanto, a ser venientes
. l para ese fin.
guerra con Francia, sin contrapartida alguna de lo extraído, fue muy tienen un gran va 1or en poco va urnen, , l'y os Un ,país cuya In índustri
ustna
d .dos a paIses eJan .
sagazmente advertido por el autor de la obra titulada "Estado presente enviadas con gastos re UCl d 'derable de esa clase de rnanu-
t n exce ente const 1
de la nación".ll produzca anua 1me? .e u larmente a países extranjeros, se hal a en
Parte de los Además del oro y de la plata comprendidos bajo las tres especies facturas, para remItIrlas regu chos años fuera del suyo, una
er durante mu -, id d
lingotes citadas, existe en todo país dedicado al comercio una buena parte de condiciones d e sos t en . id d de exportar una cann a
que circulan . 1 ada sm neceSl a id
esos metales, representada por língotes, y que se exporta e importa guerra extenor y pro ong, . acaso disponga de cantI a-
de un país a d de plata y SIn que, '
de una manera alternativa, según lo reclame el comercio exterior, considerable e oro Y 'E . d dable que en este caso, se
otro pudo metales. s m u , .
haber sido Como esta pasta circula entre los países comerciales, de la misma ma- des exportab 1es d e esos d de tales manufacturas, sin que
empleada, nera que la moneda en el seno de la nación, puede considerarse como exportaría una cantidad muy gran e tida alguna al país de proce-
saran contrapar I .
pero necesitó un dinero común de la gran república mercantil. El cuño nacional éstas, por su parte, cau . d 1 beneficios de los comerClantes, por
adquirirse a recibe su movimiento y dirección de las mercaderías que circulan en dencia, si se hace excepCl~n e lOS . mas mercaderes letras sobre las
base de
mercaderías. el ámbito de un país determinado, en tanto que la moneda de la que el Gobiern~ compra~la d~e :sa~~~lí los sueldos y los aprovisiona-
república comercial lo recibe de las que circulan entre las diferentes naciones extranjeras, a f.m p g t de este sobrante puede cau-
mientas de las tropas. Sin embargo, par e
11 The Present State 01 the Nation, particularly with respect to its Tra~e,
Finances etc., addressed to the Kine and both Houses 01 Parliament, 1768 (escnta
bajo la dirección de George Grenville por William Knox), pp. 7. 8. i2 Supra, pp. 200, 201.
392 De los sistemas de economía política Del principio del sistema mercantil 393
l
~ar contrapartida la al país de origen. Las manufacturas, durante )a mayor proporción, porque no había papel moneda, como el que
epoca de guerra, tendrán que afrontar una doble demanda' la . en nuestros tiempos ocupa buena parte del lugar antes correspon-
me d . 1 '1 . prr,
ra p~ra pro UCIr os artícu os que sea preciso enviar al extranjero diente a la plata y al oro. En las naciones que tienen poco comercio y
con objeto de procurarse las letras necesarias para pagar a las tr ' escasas fábricas es muy poca la ayuda que el soberano puede obtener
f üít 1 1 . '. opas
y a~I 1 ar es as provisiones necesarias, y la segunda, para atender los de sus vasallos en circunstancias extraordinarias, por las razones que
pedidos .de productos que se consumen habitualmente en el país. A í aduciremos más adelante.w En tales países, el príncipe procura acu-
en medio de la guerra más ruinosa, progresan enormemente gr:~ mular un tesoro como único recurso con que hacer frente a esas
parte de las manufacturas y, por el contrario, languidecen con el re. contingencias. Independientemente de esa necesidad, dichos sobera-
torno de la paz. Pueden florecer entre las ruinas mismas del pr . nos se hallan naturalmente predispuestos a la parsimonia económica
, hi OpIO
paIs~ y ~arc rtarse con la vuelta de la paz. Buen ejemplo de ello es exigida por dicha acumulación. En semejante estado de sencillez,
la situación de algunas ramas de la industria británica dura t 1 -, 'los gastos del soberano no se inspiran en la vanidad que se refleja
'1 . n e a
u tima guerra, y aun mucho tiempo después de haberse restablecido en el fasto de una corte refinada, sino que se aplican al sostenimiento
la paz. de sus servidores y a la hospitalidad otorgada a sus valedores. Esas
Los
productos
. Ninguna guerra costosa y de larga duración se puede sostener fá- gratificaciones y esa hospitalidad rara vez conducen a la extrava-
primarios cIlment~. ex~ortando los productos primarios de la tierra. Serían gancia, aunque casi siempre a la vanidad.w y así vemos que no hay
son incon- e?'traor mar~amente grandes los gastos que supone el envío de can. caudillo tártaro que no posea un tesoro considerable. Los de Mazepa,
venientes. tidades considerable, de esas materias primas a países extraños, para jefe de los cosacos en Ucrania, famoso aliado de Carlos XII, fueron
a~ender en ellos el pago de las soldadas y de las provisiones del ejér- notables por su grandeza. Todos los reyes merovingios poseyeron teso-
Cito. Apa~te de esto, .s?n pocos los países que logran sacar del suelo ros, y cuando dividían la corona entre sus hijos, también se repartían
mucho mas de. lo suficiente para el sostenimiento de sus habitantes. aquéllos. Los príncipes sajones y los primeros reyes británicos, después
~n conse~uen~Ia, exp.ortar una ~antidad considerable de estas produc- de la conquista, los acumularon también. La primera empresa del nue-
ciones pnmanas equivale a enviar al exterior una porción considera- vo monarca era apoderarse del tesoro de su antecesor, como la medida
ble del sustento del propio pueblo. Todo lo contrario ocurre con la más eficaz de asegurar la sucesión. Pero los soberanos de un país
exportación de mercancías manufacturadas, porque el sustento de adelantado, en donde florece el comercio, no tienen la misma necesi-
1~ gente que trabaja en ellas queda dentro del país, y únicamente se dad de acumular tesoros, porque, por lo general, pueden, en circuns-
VIene a exp~rtar el excedente de aquel producto. Hume 14 nota en tancias extraordinarias, conseguir de sus vasallos subsidios extraordi-
muchos pasajes de su obra la impotencia de los antiguos reyes de In- narios, y por la misma razón tampoco piensan en acumularIos. Los
glate.rr~ para .sostener mucho tiempo guerras costosas fuera de sus soberanos siguen regularmente los usos y costumbres de su tiempo, y
dommIOs.. El mglés no. ten.ía en aquellos tiempos otra cosa con que sus gastos llegan a estar regulados por la misma extravagante vanidad
pOd.e,r ~ufra?ar, en terrItO~IOS extr.años~ las pagas y provisiones para que dirige los de los grandes propietarios en sus dominios. El porte
el ejercito, S100 las producciones pnmarias del suelo, y de esta cantidad frívolo de la corte se hace cada día más brillante, y los gastos que ello
no podía a~o~rarse una parte considerable, después de atender al con- conlleva no sólo entorpecen la acumulación, sino que afectan inclusi-
sumo domestico; aparte de esto, no quedaba sino un corto número ve los fondos destinados a propósitos más urgentes. Aquello que
d~ manufacturas muy rudimentarias, pero cuya exportación, de la Dercilidas dijo una vez de la corte de Persia se puede aplicar a muchos
mlSI~a maner~ que la de las producciones primarias, era costosísima. de los príncipes de Europa: vio mucho esplendor y poca fortaleza,
Esa impoteneia no nacía de la falta de dinero, sino de la inexistencia numerosos servidores y pocos soldados.t"
de manufacturas finas y delicadas. Las compras y ventas se hacían La importación de oro y de plata no es el principal, y menos aún el El beneficio
e~tonces, en In~laterra, del mismo modo que ahora, por medio del único beneficio que una nación obtiene del comercio exterior. Las principal del
comercio
dme~o. La cantId~d de moneda circulante siempre había de guardar naciones que lo practican, no importa su condición, reciben de él dos
exterior no
la misma proporción con la cuantía y valor de las compras y ventas nuevos y adicionales beneficios. Remiten al exterior el excedente del radica en la
que s.e acostumbraban hacer en aquel tiempo, de igual suerte que la producto de su tierra y de su trabajo, carente de demanda en el inte- importación
mantiene con los que se efectúan ahora; aun es posible que guardase rior, y consiguen traer, a cambio de aquel sobrante, artículos que se de oro y
solicitan en el país. Confieren valor a las cosas nacionales superfluas, plata, sino
13 En lugar de esas dos frases, la la ed. dice lo siguiente: "Una porción consi-
d.erable del «;xceden.te .anual de sus manufacturas habrá de exportarse, en este caso, 15 Infra, p. 8og.
s~n que arroje rendimientn alguno. Parte de él, sin embargo, puede seguir produ- 16 Esta frase y unas palabras más, repetidas in/m, p. 806.
ciéndolo."
14 H'
17 "Dercilidas" parece ser una equivocación, por Antíoco. Cf. Jenofonte, Helle-
IstOry, caps. XIX y XX, vol. III, pp. 103, 104, 165, en la ed. de 1773. niea, VII, 1, 38.
394 De los sistemas de economía política Del principio del sistema mercantil 395
enla al cambiarlas por otros productos que satisfacen parte de sus neces'_ \ veniencia contraria, pues, en definitiva, no se ha cau~ado mudanza
traslación sino por la
dades, y de esta manera incrementan sus disfrutes. Gracias al come 1_ alguna sustancial en el estado y sit?ación de E~ropa. S~n embargo, ~l
del producto,
excedente
cio exterior, la limitación del mercado doméstico no impide que r
división del trabajo, en una rama particular de las artes y de las ma.
descubrimiento de América dio ongen a cambios esenciales. Al abrir
n mercado tan amplio y nuevo a todas las mercaderías ?e Eur?pa,
apertura de
nuevos
para el cual mercados
no existe nufacturas, sea llevada hasta su máxima perfección. Abriendo Un uromovió en las artes una ulterior división del trabajo e hIZO posibles que
demanda, mercado más amplio para cualquier porción del producto del trabajo pdelantos que de otra manera nunca hubieran podido tener lugar, aumentaron
trayendo en la capacidad
que exceda las necesidades del consumo doméstico, lo estimula para a or falta de mercado donde colocar una cantidad tan grande de sus
cambio hasta productiva
perfeccionar y fomentar las fuerzas productivas, de suerte que alcance Productos en el ámbito limitado del comercio antiguo. Las facultades del trabajo.
el propio
país un desarrollo considerable el producto anual y, por consiguiente, la ~roductivas del trabajo se perfeccionaron y fortalecieron; inc~emen-
artículos riqueza y la renta efectiva de la sociedad. El comercio exterior se tóse el producto de ellas en todos los países d: Europa y ~reCló con
para los ocupa en prestar estos servicios importantísimos a todas las naciones él el ingreso y la riqueza real de todos sus habitantes. CaSI tod.as las
cuales esa que en él participan. Todas ellas reciben notables beneficios, pero mercaderías de Europa constituían una novedad para América, y
demanda
obtiene mayores ventajas el país donde reside el comerciante, porque las de América para Europa. Con ello se vino a establecer un nuevo
existe.
casi siempre éste se emplea de una manera constante en importar lo género de cambios en qu~ antes no se ha~ía pensado, y qu~ natural-
que falta y exportar lo que sobra en su país, más bien que en rendir mente había de resultar Igualmente ventajoso para el Contmente re-
ese servicio a los extraños. La importación de oro y plata que se cientemente descubierto como para el Antiguo. La salvaje injusticia
solicita por parte de los países que carecen de minas, forma indiscu- de los europeos convirtió en destructor y ruinoso, para ~arios de ~9ue-
tiblemente parte del comercio exterior, pero sólo constituye una llos desgraciados países, un suceso que debió haber sido beneficioso
parte insignificante de éste. Un país que negociase solamente ese para todos. . .
renglón de su comercio extranjero, apenas tendría necesidad de fletar El descubrimiento de un paso a las Indias Orientales, por el Cabo El descu-
brimiento
un barco cada siglo. de Buena Esperanza, que aconteció casi simu!táneamente, .ofreció .un de un paso
El descu- El descubrimiento de América no ha enriquecido a Europa por panorama quizás más amplio que el de América al comercio ex tenor, marítimo a
brimiento razón de la importación de oro y plata. Con la abundancia de las a pesar de ser mayor la distancia. En América ?,O había más que dos las Indias
de América naciones de condición superior a la de los salvajes, pero ambas fueron Orientales
minas americanas se han abaratado dichos metales: un servicio de pla-
ha todavía
beneficiado ta puede comprarse ahora por una tercera parte de los cereales antes destruidas a raíz del descubrimiento. Los demás pueblos eran com-
hubiera sido
a F.uropa, necesarios para la transacción, o sea por un tercio de trabajo menos pletamente salvajes. Pero los .Imperios de ~hina,. del Indostán y del más
no ya por el de lo que hubiera costado en el siglo xv. Con la misma cantidad de Japón, y varias otras provincias de las Indias orientales, a pesar de ventajoso
abarata- trabajo anual y de mercaderías de toda especie puede Europa com- no tener minas de oro y de plata, eran por otros respectos mucho más si hubiera
miento del sido libre el
prar anualmente una cantidad de plata cerca de tres veces mayor ricas, se encontraban mejor cultivadas y habían hecho mayores ade-
oro y de la comercio a
plata, de la que hubiera podido adquirir en aquel tiempo. Pero cuando lantos en las artes y manufacturas que México y Perú, aun cu~ndo
esos
una mercancía se vende o puede venderse por la tercera parte del pre- diésemos un crédito que no merecen a aquellas exageradas relaciones territorios.
cio a que se vendía regularmente, no sólo los que antes la compra- de algunos escritores españoles sobre la antigua situación de. aquellos
ban podrán ahora adquirir una cantidad tres veces mayor, sino que Imperios. Las naciones civilizadas y ricas pueden hacer un lI:tercam-
la mercancía misma se pondrá al alcance de un mayor número de bio mucho mayor cuando comercian entre sí que cuando trafican con
compradores; esto es, aumentarán en número los adquirentes hasta ser pueblos salvajes. Sin embargo, Europa hasta ahora no ha sacado t~nta
quizá diez o veinte veces más. De suerte que, actualmente, puede ha- ventaja de su comercio con las Indias ?rientales como .del que tiene
ber en Europa no sólo tres veces más, sino hasta veinte o tal vez con América. Los portugueses monopolIzaron por espacIo de .cerca de
treinta veces mayor cantidad de plata de la que hubiera habido de un siglo todo el comercio de aquella región, y las ~ernás naciones no
no tener lugar el descubrimiento de las minas americanas, aun supo- podían enviar ni sacar mercaderías de aquellas IndIa~, C?~O no f~era
niendo un mismo grado de adelanto en la marcha de las naciones. por mediación de la nación portuguesa. Cuando a pnnClpIos del. SIglo
A este respecto, fuerza es reconocer que Europa ha conseguido una pasado quisieron los holandeses aprovecharse de aquel comercIO,. lo
ventaja real, pero muy modesta, pues la baratura de esos metales les hicieron utilizando una sola Compañía con caracteres de exclusiva,
ha restado importancia para usos monetarios. Actualmente, una com- Ingleses, franceses, suecos y dane.s;s, todos siguieron el mismo eje~plo,
pra de la misma especie que antes, requiere un peso mucho mayor de de tal suerte que ninguna nación de Europa ha gozado todavía el
moneda, teniendo que llevar un chelín en la bolsa, cuando antes bas- beneficio del comercio libre con las Indias orientales. Huelga buscar
taban cuatro peníques. Pero es difícil pronunciarse sobre cuál de es- otra razón de por qué no ha sido este comercio jamás tan ventajoso
tas dos cosas sea la más banal, si el inconveniente expresado o la con- como el que se ha hecho con América, pues éste es libre entre los
396 De los sistemas de economía política Del principio del sistema mercantil 397
súbd~tos de todas las naciones de Europa y sus respectivas 1 . \ estos metales debe constituir el gran objetivo de la industria y del
americanas. L os prIVI "1' eglOs exclusivos de las Compañías de 1 co1onlas . comercio de la nación.
orientales, sus grandes riquezas el favor que han sabido gr ~s ndIas I En el supuesto, pues, de que se establezcan como ciertos los dos Suponién-
1 . .' anJearse d
os respecnvo, gobiernos, han excitado muchas envidias contr II e principios: que la riqueza consiste en el oro y la plata, y q~e estos me- dose que la
La ex- Este encono ha pintado siempre aquel comercio como pern¡ . a e as. riqueza
portación a bid 1 h . ICIOSOde tales pueden introducirse en los países desprovistos de mmas por el consiste en
las Indias loa as muc as cantidada, de plata que extrae anualment ' - único medio de la balanza de comercio, o extrayendo mayor valor
. de Ios uaí e su ne- oro y plata,
Orientales gOCIO e. os paises que trafican con .la India. Las partes interesadas del que se introduce, el gran objetivo de la economía política h~brá la economía
no es han replicado a esto que su comercio, y la extracción de pl t de ser disminuir todo lo posible la importación de géneros extranjeros política
perjudicial. . drí d a a que
motiva, po la, cuan o más, empobrecer a Europa en general pe para el consumo doméstico y aumentar, en lo posible, la e~P?rtación trató de
1 , . 1 ' ro no disminuir
a pals parncu ar ~e donde se extrae, porque con las contrapartidas del producto de la industria nacional Los dos grand.es .arbItrIos p~ra las impor-
que van a otras naciones e.uropeas, traen anualmente al lugar de donde errriquecer un país no podían ser otros que las restrrcciones a la Im- taciones y
sale la plata, mayor cantidad de este metal que la anteriorme t portación y el fomento de las exportaciones. . estimular las
ld T 1 bi . n e ex-
traí a. anta a o jeción como la réplica se fundan en la idea vulgar Las restricciones sobre la introducción de mercancías extranjeras exporta-
de que hemos hablado antes, por lo que no será necesario repetir ciones,
en un país son de dos especies.
nuestros argumentos. Po.r cau~a de aquella extracción anual de plata La primera consiste en las restricciones que se establecen, sin re- restringien-
de Europa para las Indias orientales, se encuentran los artículos de do la impor-
parar en el país de procedencia, sobre géneros extranjeros, para el
tación
este metal algo más .caros de lo que estarían de no haberse producido consumo doméstico, que se pueden producir en el interior.
esa saca, y por lo mismo es muy probable que actualmente compre la La segunda implica las que se imponen sobre la mayor parte de los
mon~da mucha mayor cantida~ de trabajo y mercaderías que la que artículos extranjeros de ciertas naciones, con las que se supone que
podría comprar .en caso contrario. Lo primero es una pérdida de muy es desfavorable la balanza de comercio.
poca conslderaCI~n,.y 1.0. segundo una ventaja de muy poca utilidad; Todas estas restricciones unas veces consisten en derechos elevados
pe.ro ambas tan I~lSlgmfIcantes que no merecen la consideración pú- sobre la importación, y otras veces en prohibiciones absolutas.
blIc.a. El comercio con las Indias orientales, por el solo hecho de La exportación se fomenta, a veces, con la devolución de derechos, y fomen-
abrir un mercado tan extenso a las mercancías de Europa, o para el y otras, con primas a la exportación. También por medio de tratados tando la ex-
oro y la plata que con e~tas mercaderías se compra para remitirlo a portación,
de comercio ventajosos con Estados extranjeros, y mediante el esta-
ellas, forzosamente ha estimulado una tendencia favorable al aumento blecimiento de colonias en países distantes.
del product? anual de l~s manufacturas y producciones europeas, y La devolución de derechos suele tener lugar en dos ocasiones:
por consrgurents, de la riqueza real y de la renta de toda Europa en cuando las manufacturas domésticas estaban sujetas a ciertos impues-
general. El hecho de que hasta ahora no las haya aumentado mucho tos, los cuales se devuelven, en todo o en parte, a quien los pagó, si
es probablemente efecto de las restricciones que en todas partes se dichos productos se exportan; o cuando se importan géneros extran-
ponen a aquel comercio. jeros sujetos al pago de ciertos derechos, para reexportarlos, en cuyo
Los
escritores
Au? a trueque de parecer engorrosos, consideramos conveniente caso se devuelve total o parcialmente la suma satisfecha.
que e~ammar más a fondo la idea vulgar de que la riqueza consiste en Las primas a la exportación se conceden para fomentar las manu-
comenzaron dinero, o en oro.y plata. Como ya tuvimos ocasión de expresar, dine- facturas nuevas o cualquier otra especie de industria que se considere
por incluir ro, ~n el lenguaje vul.~ar, significa las .más de las veces riqueza. Lo digna de favor.
las tierras,
ambIgu? de la expresión h~ dado motIvo a que esa idea popular se Por medio de los tratados de comercio ventajosos se procura conse-
las casas y
los bienes
generalIce aun entre ~os mismos que están plenamente convencidos guir de un país extranjero algunos privilegios para los comerciantes
consumibles d~ lo absu~do. d.e semejante aserto, pues se olvidan a cada paso de sus y las mercancías del propio, además de los que aquella nación concede
en la mIs~os prmcrpios, .~ en el curso de sus razonamientos dan por con- a otros países.
riqueza, fre- ced.lda tal aseveración como una verdad indudable. Algunos de los En las colonias que se establecen en países distantes, no sólo se
cuentemente
meJo~es escr~tores ingleses que se han ocupado de problemas de co- pretende gozar de privilegios particulares, sino generalmente de un
olvidaron
esa inclusión, mercio, cO~Ienzan por ob.servar que ~a riqueza de un país no consiste monopolio absoluto para los efectos y comerciantes de la metrópoli.
más tarde. en el oro m en la plata, sino en sus tierras en sus casas en sus bienes Las dos especies de restricciones sobre la importación, además de restricciones
~e toda especie; pero en el curso de sus ob;as los bienes: las casas y las los otros cuatro procedimientos que hemos citado para fomentar la y estímulos
tierras parecen ?orrarse enteramente de su memoria, y el meollo de a los cuales
exportación, constituyen los seis resortes principales con que el sis-
nos
s~s argume~taclOnes consiste frecuentemente en suponer que toda tema comercial se propone aumentar la cantidad de oro y plata en referiremos
rrqueza consiste en la plata y en el oro, así como que el multiplicar cualquier nación, atrayendo hacia ella todos los efectos favorables de en los seis
De los sistemas de economía política
capítulos
la balanza de comercio Tratarem .
siguientes.
en partic~lar, sin dete~ernos más ~s :e c~nsIderar cada uno de ello \
s
a proporcIOnar más dinero a la .óxammar .su supuesta tendencj
cuáles puedan ser los efectos re l~;~~~' exammando principalment:
sobre el producto anual de la ~ t. e cada uno de dichos arbitrio
natural tendencia, contribuyan a ~su~~:acional: S:gún ellos, por s:
;nu~l del país, así contribuirán evidentem~art o dísminuí- el producto
a rrquezs real y las rentas efectivas de 1 n e .a aumentar o disminuir
a nacr ón.
CAPíTULO II

DE LAS RESTRICCIONES IMPUESTAS A LA INTRODUCCiÓN DE


AQUELLAS MERCANcíAS EXTRANJERAS QUE SE PUEDEN
PRODUCIR EN EL PAís

HACIENDO uso de restricciones -mediante elevados derechos de adua- Los


nas, o prohibiendo en absoluto la introducción de los géneros extran- aranceles
altos y las
jeros que se pueden producir en el país- se asegura un cierto mo- prohibicío-
nopolio del mercado interior a la industria nacional consagrada a nes otorgan
producir esos artículos. En consecuencia, la prohibición de importar un
ganado en piel o carne salada de países extraños, asegura a los gana- monopolio
deros nacionales el monopolio de sus productos, o sea un privilegio a una
industria
exclusivo en las carnes que se consumen en el reino. Igual ventaja doméstica
reportaría a los cultivadores de grano un impuesto elevado sobre el particular
cereal que se trajese del exterior,s y que en años de mediana abun- y son muy
dancia equivaldría a una absoluta prohibición. La de la entrada de comunes,
paños de lana es igualmente favorable a las manufacturas nacionales
del ramo.é La fabricación de sedas, a pesar de que todos los materiales
que trabaja son de procedencia extranjera, ha obtenido recientemente
el mismo privilegio.s La de lino no lo ha obtenido aún, pero se espera
que lo consiga muy pronto.s Los fabricantes de otros muchos géneros
han conseguido de la misma manera un monopolio completo o casi
absoluto contra sus conciudadanos en la Gran Bretaña. La variedad
de géneros cuya importación está prohibida en Gran Bretaña, absolu-
tamente o en determinadas circunstancias, excede a cuanto son capa-
ces de imaginar los que no conozcan bien las leyes de aduanas.
Es seguro y evidente que este monopolio del mercado interior cons- Estimulan
tituye un gran incentivo para aquellas industrias particulares que lo la industria
disfrutan, desplazando hacia aquel destino una mayor proporción del particular,
pero ni
capital y del trabajo del país que de otro modo se hubiera desplazado. acrecien tan
Pero ya no resulta tan evidente que ese monopolio tienda a acrecen- la industria
tar la actividad económica de la sociedad o a imprimirle la dirección general ni
más ventajosa. dan la
orientación
1 Cf. supra, p. 374. más
2 Cf. inira, pp. 475, 476. adecuada.
3 II Y 12 Ed. ni, c. 3; 4 Ed. IV, c. 7.
4 6 Geo. In, c. 28.
11 En virtud de impuestos adicionales, 7 Geo. In, c. 28.
399
De los sistemas de economía política
Restricciones a ciertas mercancías extranjeras 401
El número
<le personas La industria general de una sociedad n unca puede exceder d 1 \
que sea capaz de emplear el capital de la n ci in Así como el ru' e a .
tIna, a Lisboa y parte de los artículos lusitanos. que transporta a
ocupadas no
. . ~. umero .Koenigsberg. Aunque esto le ocasione las molestias Y, gastos. que con-
puede <le operarios que de contrnuo emplea un particular, debe guardar c.
. ., '" lerta cargar Y descargar repetidas veces sus mercaderías, e incluso el
11eva
exceder una proporclOn con su capital, aSI el numero de los que pueden ser em- f bi . 't a
cierta
pleados constantemente por todos los miembros de una gran . de varios derechos de aduanas y ar rtrios, se sometera gus oso
proporción p~o . lb'
d d d b d bi , Socle_ esos fuertes recargos, con tal de situar part~ de su capIta aJo, su
del capital a , e e gua~ ar tam ien una proporción correlativa con el capital
total de la misma, y no puede exceder de esa proporción. N h . mediata custodia e inspección. Por esta razon, todos aquellos paises
de la
1 " . o ay 10 comercio consiste principalmente en el transporte entre plazas
nación, regu acion comercial que sea capaz de aumentar la actividad ec ' cuyo . d . d
mica de cualquier sociedad más allá de lo que su capital pueda mono- ex tranj eras , se transforma en una espeCIe e empano . o merca . . o ge-
. . an- eral de los géneros pertenecientes a cuantas naciones partiCipan en
tener. Urucarnenre puede desplazar una parte en dirección distint
a la que de otra suerte se hubiera orientado; pero de ningún modo ~se tráfico. El comerciante, para evitarse los ga~tos de carga y ?escarga
. rocura siempre vender en el mercado doméstico cuantos ~rtI~ulos le
puede a~egurarse q~e esta dirección ~rtificial haya de ser más ventajosa
p posible vender de los que estaban destinados al comercio interna-
a la SOCiedad, considerada en su conjunto, que la que hubiese sido en es al de transporte, transformándose
el caso de que las cosas discurriesen por sus naturales cauces, don éste e~ un traifilCO one.nta
. do a1
y el interés consumo interior. De igual suerte, un comerciante que se dedica. al co-
de cada Cada individuo en particular se afana continuamente en buscar el
mercio internacional con artículos destinados a satisfacer necesidades
persona le empleo más ventajoso para el capital de que puede disponer. Lo que
de consumo, se alegrará de que parte de los b.ie.nes que compra c~n
conduce a desde luego .se propone es su propio interés, no el de la sociedad;
buscar destino a esos mercados extranjeros sean adquiridos por el comercio
pe~o estos mismos esfuerzos hacia su propia ventaja le inclinan a pre-
aquel empleo
Ierír, de una manera natural, o más bien necesaria, el empleo más útil interior de su país, con tal de que las utilidades sea~ iguales .0 apro-
del capital a la sociedad como tal. ximadamente las mismas. De este modo, elude los riesgos e mcomo-
que es más
didades que lleva consigo el comercio de exportaci~n para. atender las
ventajoso En primer lugar, todo individuo procura emplear su capital lo más
necesidades de consumo, y lo transforma de ex tenor en interno. El
para la cerca que pueda de su lugar de residencia y, por consiguiente, se es-
sociedad. mercado doméstico se convierte, por decirlo así, en. el centro en tor~o
forzará en promover, en los límites de sus fuerzas, la industria domés-
al cual giran continuamente los capitales de los habitantes d: cualquier
(1) trata de
tica~ COI: tal de q~e por dicho medio pueda conseguir las utilidades
país así como el centro hacia donde naturalmente gravitan. a no
emplearlo ordmanas del capital o, por lo menos, ganancias que no sean mucho
.menores que éstas. mediar causa extrínseca que los desplace a otros destinos más .lelanos.
tan cerca de
Un capital empleado en el comercio interno pon~ ~n movImIe~to,
su propio ~n consec~encia, si son iguales, o casi iguales, las utilidades, cual-
país como como ya tuvimos ocasión de indicar.é una mayor actividad económIc~,
quier mayonsta prefiere naturalmente el comercio nacional al exterior
sea posible. proporcionando ocupación e in~esos a ~n mayor número de habi-
de consumo, y éste al de transporte entre pueblos extraños. En el co-
tantes, si se compara con un capital de Igual v;>lumen empleado en
mercio interno nunca tiene el capital tan lejos de su vista como en el
el comercio exterior para el consumo; y un capital empleado. en esta
e?'ter~o, dedicado al consumo. Puede conocer mejor el carácter y la
especie de tráfico goza de igual ventaja respect? al que trabaja en el
SItuac.Ión de las personas en quienes ha de depositar su confianza para
comercio internacional, que se desarrolla entre diferentes plazas ex~ran-
maneprlo, y cuando lo engañen, estará más al tanto de las leyes del
país para conseguir una satisfacción cumplida. En el comercio de jeras. En el caso, pues, de que las ganancias .sean iguales, o C~SI las
mismas cada uno de los individuos perteneCIentes a una nación se
tránsito el capital del traficante se encuentra como dividido entre dos
inclina;á naturalmente a emplear sus capitales del :nodo má~ adecuado
naciones extrañas y, atendida la naturaleza del tráfico, nunca será ne-
para fomentar la industria doméstica, proporcionando m~esos y
c:s.ario qu~ parte. del mismo ~enga a situarse bajo su inmediata díspo-
oportunidades de ocupación al mayor número de sus conn~clonal~s.
SICIón y vIgIlanCIa. Del capital que un comerciante de Amsterdam
En segundo lugar, quien emplea su capital en sostener la Industria (2) procura
emplea en conducir trigo desde Koenigsberg a Lisboa, y fruta y vinos producir el
doméstica procura fomentar aquel ramo cuyo producto es de mayor
de este puerto al otro, la mitad debe estar necesariamente en una de valor más
estas pl~as, y la mitad restante en la otra, sin que sea necesario situar valor y utilidad. .
grande
El producto de la industria es lo 9-~e ésta aña~e a los ~atenales posible.
en l~ CIUdad de Amster.dam una porción de dicho capital. La resi-
que trabaja y, por lo tanto, los beneficios del fabncante seran mayo-
d~ncIa nat~ral de .semeJante. comerciante debería ser Koenigsberg o
res o menores, en proporción al valor mayor o menor de ese produ~to.
LIsboa, segun las CircunstancIas, y sólo una causa muy particular pue-
Únicamente el afán de lucro inclina al hombre a emplear su capital
de obligarle a preferir Amsterdam. Únicamente la incomodidad que
en empresas industriales, y procurará invertirIo en sostener aquellas
experimenta, al verse tan separado de su capital, le inclinará a con-
ducir a dicha plaza parte de las mercaderías de Koenigsberg que des-
. 6 Supra, pp. 333-336.
402 De los sistemas de economía política Restricciones a ciertas mercancías extranjeras 403
industrias cuyo producto considere que tiene el máximo valor o q sastre' el labrador no hace en su casa ni lo uno ni lo otro, pero da en el
bi , Ue extranjero.
pue d a cam
, iarse por mayor cantidad de dinero o de cualquier ot ra . trabajo a esos artesanos. Interesa a todos emplear su industria si-
mercancía. guiendo el camino que les proporciona más ventajas, comprando con
Pero e~ ingreso anual de la sociedad es precisamente igual al valor una parte del producto de la propia, o con su precio, que es lo mismo,
en cambio del total producto anual de sus actividades económicas lo que la industria de otro produce y ellos necesitan.
?Iej.o~ dicho, se identifica con el mismo. Ahora bien, como cualquie~ Lo que es prudencia en el gobierno de una familia particular, raras Este
individuo pone todo su empeño en emplear su capital en sostener 1 veces deja de serIo en la conducta de un gran reino. Cuando un país procedi-
miento es
industria doméstica, y dirigirla a la consecución del producto que extranjero nos puede ofrecer una mercancía en condiciones más ba- tan insensato
rinde más valor, resulta que cada uno de ellos colabora de una manera ratas que nosotros podemos hacerla, será mejor comprarla que pro- para una
n~cesaria en la obtención del ingreso anual máximo para la sociedad. ducirla, dando por ella parte del producto de nuestra propia actividad nación como
, Nmguno se propone, por lo general, promover el interés público, ni . económica, y dejando a ésta emplearse en aquellos ramos en que sa- para un
sabe hasta qué punto lo promueve. Cuando prefiere la actividad eco- que ventaja al extranjero. Como la industria de un país guarda siem- individuo,
al hacer él
nómica de su país a la extranjera, únicamente considera su seguridad pre proporción con el capital que la emplea, no por eso quedará dis- mismo lo
y cuando dirige la primera de tal forma que su producto represent~ minuida, ni tampoco las conveniencias de los artesanos, a que nos que puede
el mayor valor posible, sólo piensa en su ganancia propia; pero en referíamos antes, pues buscará por sí misma el empleo más ventajoso. comprar
~ste como en otros muchos casos, es conducido por una mano invisible Pero no se emplea con la mayor ventaja si se destina a fabricar un hecho, más
barato.
a promover un fin que no entraba en sus intenciones. Mas no implica objeto que se puede comprar más barato que si se produjese, pues
'mal alguno para la sociedad que tal fin no entre a formar parte de disminuiría seguramente, en mayor o menor proporción, el producto
sus propósitos, pues al perseguir su propio interés, promueve el de la anual, cuando por aquel camino se desplaza desde la producción de
s~ciedad de una manera más efectiva que si esto entrara en sus desig- mercaderías de más valor hacia otras de menor importancia. De
mas. No son muchas las cosas buenas que vemos ejecutadas por aque- acuerdo con nuestro supuesto, esas mercancías se podrían comprar más
llos que presumen de servir sólo el interés público. Pero ésta es una baratas en el mercado extranjero que si se fabricasen en el propio. Se
afectación que no es muy común entre comerciantes, y bastan muy podrían adquirir solamente con una parte de otras mercaderías, o en
pocas palabras para disuadirlos de esa actitud. otros términos, con sólo una parte del precio de aquellos artículos que
Puede juzgar Cuál sea la especie de actividad doméstica en que pueda invertir podría haber producido en el país con igual capital la actividad eco-
de esto su capital, y cuyo producto sea probablemente de más valor, es un nómica empleada en su elaboración, si se la hubiera abandonado a su
mucho
asunto que juzgará mejor el individuo interesado en cada caso par- natural impulso. En consecuencia, se separa la industria del país de
mejor que el
estadista. ticular, que no el legislador o el hombre de Estado. El gobernante un empleo más ventajoso y se aplica al que lo es menos, y en lugar
que intentase dirigir a los particulares respecto de la forma de em- de aumentarse el producto permutable de su producto anual, como
~lear sus respectivos capitales, tomaría a su cargo una empresa ímpo- sería la in tención del legislador, no puede menos de disminuir consi-
sible, y se arrogaría una autoridad que no puede confiarse prudente- derablemente,
mente ni a una sola persona, ni a un senado o consejo, y nunca sería Es cierto que por medio de esas reglamentaciones se puede adquirir A veces, por
más peligroso ese empeño que en manos de una persona lo suficiente- a veces una manufactura particular antes que adoptando el criterio efecto de
tales regla-
mente presuntuosa e insensata como para considerarse capaz de reali- contrario, fabricándose, al cabo de algún tiempo, en el país, con la mentos,
zar tal cometido. misma o mayor baratura que en el extranjero. Pero aunque la indus- puede
Los C:0ncede: monopo!ios en el mercado doméstico a cualquier especie tria doméstica pueda desenvolverse con ventaja de ese modo por un ca- establecerse
aranceles de mdustn.a en particular es, en cierto modo, como indicar a las per- nal particular, mejor que por cualquier otra forma, nunca se inferirá una manu-
altos y las factura
prohibicio- sonas particulares la manera como deben invertir sus capitales, y por ello que la suma total de su industria, o el importe de su ingreso,
antes de lo
nes inducen en lo mayor parte de los casos, ello se traduce en una medida inocua tenga que aumentarse con reglamentos semejantes. La actividad de la que hubiera
al pueblo a o en una regulación perjudicial. Será inútil una reglamentación de sociedad sólo puede aumentar a medida que su capital crezca, y este ocurrido
emplear esta clase, evidentemente, si el producto doméstico se puede vender incremento sólo puede verificarse mediante el ahorro gradual de sus sin tales
capital en tan barato como el de la industria extranjera, y si no puede venderse rentas. El efecto inmediato de esos reglamentos es disminuir los in- medidas,
producir en pero esto
el propio en esas condiciones, será por lo general contraproducente. Siempre gresos de la sociedad y lo que disminuye sus ingresos no origina un
hace que el
país lo será máxima constante de cualquier prudente padre de familia no aumento tan rápido del capital como el que se hubiera producido si
capital se
que podrían hacer en casa lo que cuesta más caro que comprarlo. El sastre, por tanto sus actividades como los capitales siguieran su propia inicia- acumule
comprar esta razón, no hace zapatos para sí y para su familia, sino que los com- tiva, en busca de sus naturales colocaciones. más
más barato
pra del zapatero; éste no cose sus vestidos, sino que los encomienda al . Aun aceptando que la sociedad, por falta de aquellos reglamentos, lentamente,
404 De los sistemas de economía política Restricciones a ciertas mercancías ex tranqeras 405
y el país
podría ser nunca llegase a adqui;ir la manufactura particular que pretende esta- \ nas quedarían enteramente arruinadas, viéndose en precisión de
blecer, no por eso sena necesariamente más pobre en período alg 1gu
bause ar otro empleo
más rico, ". uno, buena parte del capital y de la laboriosidad del
siempre, si porque en cua 1quier tiempo su capital y sus actividades podrí h . En cambio ni la franquicia más absoluta en re 1acion '. a 1as pro-
nunca bId
erse emp ea o en 1 erentes ramos y de la manera más ve t . a-
dif rian r pals. '. . .'. 1 f
hubiera atendidas las circunstancias del momento. En todo caso sus ~ ajosa, d ucc iones primanas de la tierra, podría Fmas a canzar un e ecto seme.
instituido h bi id ' Ingresos 'ante en la agricultura. Por gran~e que fuera la lib
1 ~rta
d d e Importa.
. La importa-
dicha ma- u ieran ~I o lo más amplios posibles de acuerdo con la rentabilidad J íón de ganado extranjero, no sena mucho el que se Importase, y muy ción libre
nufactura. de s~ capItal,. y tanto éste como aquéllos habrían aumentado con 1 noco sufriría con ello la ganadería británica. El ganado en pie es de ganado
máxima celeridad. . a extranjero
Nadie puizá la única mercancía cuyo transporte por mar es más costoso que no afectaría
propone So~ a veces tan grandes las ventajas que un país tiene sobre otro qor tierra. Por tierra va por su pie, pero por mar, sobre los demás mucho a los
que un país en CIertas produccclOnes, que todo el mundo reconoce cuán vano re- ~astos, hay que añadir los que supone el transporte del pienso y del ganaderos
luche contra sulta luchar contra ellas. ~n Escocia podrían plantarse muchas viñas . agua. La corta distancia por mar que media entr~ Inglate.rra e Ir- ingleses.
las grandes y.ob.tenerse muy buenos VInOSpor medio de invernaderos, mantillo y landa facilita mucho ese transporte; pero aunque la importación fuera
ventajas VId.n eras, pero saldrían treinta veces más caros que los de la misma
naturales, absolutamente libre, cosa que sólo se permitió por algún tiempo, últi-
pero es cahd~d procedentes de ~tro país. ¿Sería razonable prohibir la intro- mamente, no por eso experimentarían perjuicios muy grandes los
igualmente d.uccIón de VInOSextranjeros sólo con el fin de fomentar la produc. ganaderos de Gran Bretaña. Todas las comarcas próximas a las costas
absurdo ción de clarete o borgoña en suelo escocés? Si resul ta un manifie t de Irlanda son regiones de pastos, y el ganado que se importa no se
luchar absurdo emplear treinta veces más capital y más trabajo en un p:? destina a su consumo en ellas, por lo que ha de caminar mucho por
contra las
qw; lo que hubiera si?o necesario para comprar en el extranjero l~: aquellas extensas praderas, con no pequeños gastos e inconvenientes,
pequeñas
ventajas, ya artículos que se .necesIt.an, es ta~bién una equivocación, aunque no antes de alcanzar el mercado de su destino. El ganado gordo no se
sean éstas tan grande, desvIa: hacia cualquier empleo una trigésima, o una tres- puede llevar tan lejos y, en consecuencia, sólo se puede importar el
naturales o cente~I~a del capIt~1 o del esfuerzo humano. Que sean naturales o flaco. Pero tal importación no perjudicaría a las comarcas que se
adquiridas. adqt~Indas las ventajas que un país tenga sobre otro, no tiene impar- dedican a engordarlo, sino más bien vendría a beneficiarias, al reducir
tanCI~ al respecto. Pero, desde el.momento que una nación posee tales los precios de las reses flacas, por lo que, en definitiva, únicamente
ventajas y otra carece de ellas, SIempre será más ventajoso para ésta puede causar perjuicios a los ganaderos dedicados a la crianza. La
comp.r~r en aquélla que producir por su cuenta. Es sólo una ventaja reducida cantidad de ganado irlandés que se ha introducido, desde
a?qUlnda la que posee un artesano con relación al vecino que se ejer- que fue permitida la importación, unida al precio respetable a que
CIta en otro oficio, y ello no obstante, encuentran que es más beneficio- aún se acostumbra vender el ganado flaco, parece demostrar que, in-
so para ambos comprarse mutuamente que producir artículos extraños cluso las regiones dedicadas a la crianza de ganado en Gran Bretaña,
a la respectiva actividad. nunca se vieron muy afectadas con esa importación libre de derechos.
Los
. Los mercaderes y !os fabricantes son los que derivan mayores venta- Se dice que el pueblo bajo de Irlanda se ha opuesto en repetidas
mercaderes
y los co- J~s de este. monopolio del mercado doméstico. Las prohibiciones rela- ocasiones, de una manera violenta, a la exportación de ganado; pero si
merciantes tivas a la Introducción de ganado y de carnes saladas, y los derechos los exportadores hubiesen continuado obteniendo grandes ventajas de
son los más elev~dos sobre los granos, que en tiempo de moderada abundancia esa clase de comercio, no les hubiera sido difícil vencer esa oposición,
beneficiados equivalen a una prohibición absoluta," nunca fueron tan ventajosos teniendo la ley de su parte.
por los
a los ganaderos y labradores como lo son las de otros géneros a los Por añadidura, los países que se dedican a engordar el ganado son Incluso
aranceles
altos y por f~bricantes y manu~actureros. Los productos manufacturados, espe- siempre más progresivos, en tanto que las comarcas dedicadas a la cría puede
las pro- cialmente los más finos, se transportan con más facilidad y con me- beneficiar
permanecen, por lo general, incultas. El precio elevado del ganado
hibiciones. nores costos que el tngo y el ganado, y ocurre precisamente que el las tierras
flaco, al aumentar el valor de los tierras incultas, puede considerarse cultivadas a
tran~porte y la busca de tales productos es el objetivo del comercio ex. como una prima que impide las mejoras. Por el contrario, el país que expensas de
:ranJero. En ellos es s.uficiente ~na pequeña ventaja para que el extra- haya realizado grandes mejoras preferirá importar el ganado flaco los distritos
no venda a un preCIO más bajo que los operarios nacionales en el qU!! criarlo. Por eso se asegura que la provincia de Holanda sigue montañosos.
m~r~ado. doméstíco. Pero para hacer lo mismo con las producciones actualmente esa máxima. En efecto, las montañas de Escocia, de Gales y
origmarras del suelo ~e.necesitaría una ventaja muy considerable. En el de Northumberland no son países que se presten a muchas mejoras,
c~so de que se permrtiera la entrada de las manufacturas extranjeras y parecen destinados por la naturaleza a ser las regiones ganaderas de
hbres de derechos, padecerían sin duda varias de las domésticas, y la Gran Bretaña. La importación libre de ganado extranjero no po-
dría surtir otro efecto en estas regiones, dedicadas a la cría de ga-
7 Supra, p. 399. e injrn, pp. 475'476. nado, que impedir sacasen ventaja del aumento de la población y
Restricciones a ciertas mercancías extranjeras 4°7
406 De los sistemas de economía política
. úan el trans arte entre la Gran Bretaña y los I?aíses.extranjeros
del ~rogreso del resto del país; podrían, en efecto, elevar en ese caso el \
efe~~n disminuilas sus actividades y sufrirían pé~dldas ~p~rtantes,
precIO del ganado de una manera exorbitante, estableciendo así u
vet~ los propietarios y los colonos experimentanan peTJmoo.s m~y
imI?uesto r.eal y efectivo sobre las otras partes del país que se halla~
per _os Por eso hemos hecho la observación que son más ble,!" os
mejor cultivadas y gozan de mayores adelantos.
pequen. . tes en grano y no los propietarios y los colonos, qmenes
La im- De igual manera, la importación en condiciones más favorables d comerCIan, .Ó er isten-
portación productos de salazón no podría perjudicar tampoco los intereses de loe mayor ansiedad revelan cuando se trata de la renovaci n Y p s
libre de ganaderos de Gran Bretaña, dedicados a engordar las reses como n s da de la prima. . 1 1 Los dueños
productos de P demos decir en su honor que los dueños de la tierra y os co on.os de la tierra
salazón no les perjudica la importación libre de ganado en pie. La ca~ne salad~
~as personas menos imbuidas del maldito espíritu de monopobo. y los colonos
afecta mucho no es sólo una mercancía de gran volumen, sino, en comparación con
~n lquier empresario de una gran fábrica se alarma tan pr?nto c~mo están menos
a los la c~rne fresca, de peor calidad y de un precio más alto, porque se
ganaderos, U~stablecerse una manufactura de la misma índole a veinte m1llas imbuidos
consigue a un costo más grande y con mayor esfuerzo. Por consi- del espíritu
guiente, no podrá competir con la carne fresca del país, aun cuando ~: distancia. El empresario holandés de la fábrica de p~ños de ~~~ de
pued.a soportar la competencia de las carnes saladas de producción do- beville 9 estipuló que no se podía establecer otra de la misma e~p monopolio
treinta millas a la redonda de aquella ciudad. Por el contra.no, l?s que los
méstica, Se puede usar en el abastecimiento de los barcos que hacen
l~rg?s viajes y en .otros usos parecidos, pero nunca podrá llegar a cons- ~:bradores y los propietarios se m~estran g~neralmente más bien dlS~ comercian-
puestos a promover que a restringir el cultivo y adelanto d~ los cam tes y los
titurr una parte Importante en la alimentación del pueblo. Las pe- manufac-
os y propiedades vecinas. No tienen secretos de prodUCCIón,. como
queñas cantidades de este artículo que se han importado de Irlanda, tureros.
desp~és que se declaró libre la introducción en el Reino, son una prue- ~s el caso en la mayor parte de los fabricantes. Antes más ~len, se
ba bien concreta de que los ganaderos dedicados al engorde de reses inclinan siempre a comunicar a l?s otro~ labradores cua.lqmer ~~s-
tienen poco que temer como consecuencia de esas medidas. Tampoco cubrimiento que consideran ~e?-taJoso. ~tu~ ~uestus ~lce el vleJl~
parece que el precio de los productos vendidos por el carnicero se haya Catón- stabilissimusque, mm!me que inoidiosus, m!nzmeque ma
afectado de una manera sensible. cogitantes sunt, qui in eo s.tudio occupati su,nt.10 Los colonos y los pro-
e incluso la La libre introducción de grano extranjero sólo puede afectar en pietarios, dispersos en vanas p.,rtes del pals, no pueden confab~larse
libre pequeña escala los intereses de los colonos británicos. El grano es una tan fácilmente como los comerciantes y fabricantes, pues éstos, Juntos
importación en las ciudades y acostumbrados a aquel espíritu gremial d~l mono-
mercancía mucho más voluminosa que la carne preparada para el
de granos no polio exclusivo que entre ell?s preva~e~e, procuran .consegmr cont;a
afecta mucho consumo. Una libra de grano, a un penique, no es más cara ni más
barata que cuatro libras de carne sacrificada, a cuatro peniques. La todos sus compatriotas los mismos prjvilegios exclUSIVOS. que obtuVIe-
a quienes
los cultivan. pequeña cantidad de grano extranjero importada, aun en los años de ron contra los demás habitantes del pueblo en que residen, Fueron
mayor escasez, vendrá a tranquilizar a nuestros agricultores, en el ellos según creencia general, los primeros inventores de aquellas res-
, .' " les
sentido que no tienen nada que temer de esa importación, por libre tricciones sobre la mtroducclón de mercadenas extranjeras que
que sea. La cantidad media importada, un año con otro, alcanza a aseguraron el monopolio del mercado interno. A imitación de ellos y
23,728 cuartales de cereales de todas clases, según el autor tan bien por igualarse con quienes los oprimen, los lab~adores y ha~endados
informado de los apuntes relativos al comercio de granos, y no supera de la Gran Bretaña, olvidándose de la generOSIdad proverbial entre
las quinientas setenta y unava partes del consumo anual.8 Pero como la las gentes de su clase, solicitaron el privilegio exclusivo de abastec~r
prima sobre la exportación de grano ocasiona una mayor salida de con grano y carnes a sus compatriotas. Probablemente no se detUVIe-
aquel producto en los años de abundancia, causará también en los ron a meditar hasta qué punto les afectaba menos a ell~s es~ l~bertad
años de carestía una importación mayor que la que se hubiera produ- del comercio de granos, que a las personas que pretendían umtar.
La
cido dada la situación actual de la agricultura. Por tal razón, la Prohibir por una ley perpetua la introducción de granos y. gana~os prohibición
abundancia de un año no compensa la carestía de otro, y de la misma extranjeros equivale en realidad a propiciar que la poblaCló~ e l?- del grano
forma que la cantidad media exportada es mucho mayor como conse- dustria del país nunca exceda la magnitud que el producto pnmano y del ganado
cuencia de la prima, la cantidad importada viene a ser también mu- extranjeros
de su suelo puede mantener. .
restringe la
cho más grande, atendidas las condiciones actuales del cultivo. Si no Pero hay dos casos principales en los que puede ser ventaJoso, por
población.
se otorgaran primas, se exportaría menos grano, y es probable que,
un año con otro, se importasen menores cantidades de las que ahora 9 Joseph van Robais en 1669. John Smith, Memoirs 01 lVool, vol. 11, pp. 426,
se importan. Los comerciantes en grano, los intermediarios y quienes 427, pero ni John Smith ni Charles King, British Merchant, 1721, vol. 11, pp. 911,
8 Charles Smith, Three Tracts on the Corn-Trade and Corn-Lauis, pp. 144-145.
94, consignan la mencionada estipulación.
JO Catón, De re rustica, ad init., pero en lugar de Questus debe ser quaestus.
La misma cifra se cita inira, P.474.

"
408 De los sistemas de economía política Restricciones a ciertas mercancías extranjeras 409
Existen dos ductoS, quedaba sujeta al pago de dobles derechos 15 de los que
regla general, establecer algún gravamen sobre los géneros extranje /
casos que son
excepcío-
para f0r.nentar la industria del país. ros gravaban las mercancías extranjeras. Los holandeses eran los princi-
nales, ~l primero, c~an~o cierto ramo de la industria es necesario para 1 pales pescadores de Europa, como continúan siéndolo, y siempre quí-
defensa del. te':Tltono. La defensa de la Gran Bretaña, por ejem loa r sieron ser ellos los que la surtiesen de pescado. Pero con aquella de-
(1) cuando
depende principalmente del número de sus marinos y de las unid!d ' terminación sufrieron un rudo golpe sus suministros respectivos a la
una
industria de s~ flota. Por eso, el Acta de Navegación 11 procuró asegurar a l~: Gran Bretaña.
particular es mannos y ~ los ,barcos de la Gran Bretaña el monopolio del comercio Si bien es verdad que cuando se promulgó esta Acta de Navegación una ley
necesaria Inglaterra Y Holanda no se encontraban en guerra, no es menos cierto sabia,
de su propIO ~aIs, en unos casos por medio de absolutas prohibiciones'
para la aunque
en otr~s, ~edIant.e de~e~hos muy fuertes sobre los barcos extranjeros' que existía entre ambos países la más violenta animosidad. Ese espíritu
defensa del dictada
país, como Las ~rmcIpales disposiciones de dicha Acta son las siguientes: de desavenencia había comenzado a manifestarse durante la época que por la
por ejemplo, .Pnme.ra: Los barcos, cuyo dueño, patrón y tres cuartas partes de su 'se conoce en la Historia de Inglaterra como la del Parlamento largo, animosidad,
la tnpula~Ión no sean súbditos de la Gran Bretaña, no podrán hacer el que fue el primero que autorizó el Acta de Navegación.w Estalló
construcción después, con motivo de la guerra con Holanda, durante el gobierno
comercio en~re ésta .Y sus establecimientos o colonias, ni emplearse en
de naves, del Protector, y el reinado de Carlos Il, por lo cual no es improbable
que fue ade- el de cabotaje.rs bajo pena de confiscación de la nave y cargamento.
cuadamente Segu~da: Un gran número de las mercancías de mayor volumen que algunas de sus disposiciones estuvieran dictadas por aquella ani-
estimulada que se Importan, sólo se podrán introducir en la Gran Bretaña en bu. mosidad. Sin embargo, son tan sabias como si hubiesen estado inspi-
por el Acta ques de .la clase indicada o en naves del país en, que se producen, radas en la más circunspecta prudencia gubernamental. La animosi-
de dad nacional en aquella ocasión perseguía el mismo objetivo que
Navegación,
pero ~emendo que s<;r los d~eños, patrones y tercera parte de la trí-
p~lacIón de la refenda nación; ahora bien, si se introducen dichos hubiese sido recomendado, por la más cauta providencia, a saber: la
generos en la Gran Bretaña, aun en navíos de esta última especie debilitación del poder marítimo de Holanda, única potencia naval
Queda~án sujetos al duplo de los derechos que pagan las mercancía~ capaz de amenazar la seguridad inglesa.
extranjeras. Si se verifica la importación en barcos de otro país la El Acta de Navegación no es favorable al comercio exterior, o al y
desarrollo de la opulencia que de él pueda derivarse. El interés na- desfavorable
penalidad consistirá en el embargo de la nave y del cargamento 13
al comercio
Cuando se publicó esta Acta los holandeses eran, como en la actuali- cional, desde el punto de vista de sus relaciones comerciales, es como
exterior;
d.ad, los grandes empresarios de transporte en Europa; la reglamenta. el de un comerciante particular con respecto a las personas con quie-
cíón que comentamos los excluyó de serIo en el comercio de la Gran nes trafica, pues no persigue otra mira que comprar lo más barato
Bretaña, y de llevar a ella los géneros de las demás naciones de posible y vender todo lo caro que pueda. Pero es lo más probable
Europa. que un Estado pueda comprar barato cuando mediante una perfecta
T~rcera: Se prohib~ la impo~tación en la Gran Bretaña de una gran libertad de comercio se anima a todas las naciones extranjeras para
cantidad de mercancías volummosas, aunque sea en buques ingleses, suministrar cuantas mercancías necesita y, por consiguiente, podrá
cuando las n~ves procedan de otra. parte que no sea el país mismo vender más caro cuando su mercado nacional recibe un gran número
donde los artículos se producen, bajo pena de confiscación del carga. de compradores. El Acta de Navegación no establece gravamen alguno
mento y de la nave.ts Esta reglamentación, según parece, iba dirigida sobre lo~ barcos extranjeros que se dediquen a la exportación de pro·
contra los holandeses. En efecto, esta república era entonces, como es ductos mgleses. Antes por el contrario, los antiguos derechos que
ahora, la mayor factoría de géneros europeos, y con aquella disposición gravaban las mercancías exportadas e importadas se han ido suprí-
se impidió que las embarcaciones inglesas cargasen en Holanda mero mi~ndo de una manera gradual, por lo que respecta a los artículos
caderías que podían tomar de primera mano en otros países. objeto de exportación.17 Pero si el extranjero tropieza con dificultades
Cuarta: La i~portación de todo género de salazones de pescado, ale- para .vender, debido a las prohibiciones o a los derechos elevados,
tas, huesos, acelt~ y grasa de bal~e?a, si los cetáceos no fuesen captu- tamb~én las tendrá para comprar, porque arribar a sus costas en lastre
rados por barcos ingleses y acondicionados en ellos los respectivos pro- le pnvaría del flete que podía ganar desde el país de origen hasta la
Gran Bretaña. Ahora bien, cuando disminuye el número de vende-
11 12 Caro 11, c. IS, "Un Acta para el estímulo e incremento de la construcción
de buques y de la navegación." 15 §S.
12 §§ I Y 6. I 16 En 1651, por "u~ ~~ta para el increment? de la construccción de barcos y
13§§SY9. omento de la navegación , p. 1449 en la colección de las Actas de la Comunidad
14 § 4, que, sin embargo, se aplica a todos aquellos' bienes de origen o manufac-
Británica.
tura extranjera, cuya importación estaba prohibida, salvo en naves inglesas. no 17 Por 25 Caro 11, c. 6, § 1, excepto sobre el carbón. El plural puede referirse
sólo en el caso de artículos a granel. a, Actas renovadas. Anderson, Commerce, A. D. 1672.

/.
De los sistemas de economía política Restricciones a ciertas mercancías extranjeras 411
dores, disminuye también, de una manera necesaria, el de compra~ uno de los géneros extranjeros cierta contribución que equivalga al
res, y por lo mismo se comprarán más caros los efectos extranjeros, y encarecimiento de las mercaderías domésticas, con las que vienen a
se venderán más baratos los nacionales, que si hubiera habido libertad competir las del extranjero.
de comercio. Ahora bien, como las razones de defensa son más impor_ El problema de si los impuestos establecidos sobre los artículos de pero existe
tantes que las de opulencia, el Acta de Navegación es quizá la más primera necesidad -como son los que gravan, en Gran Bretaña, el una
diferencia,
sabia de todas las reglamentaciones comerciales que se han dictado en jabón, la sal, los cueros, las velas y otros géneros- hacen subir el pre-
Inglaterra. cio del trabajo y, por consiguiente, los de las demás mercancías, lo
y (2) cuando El segundo caso en que será por lo general conveniente establecer examinaremos más adelante.w cuando nos ocupemos de las contri-
existe un algún gravamen sobre los efectos extranjeros, para fomentar la indus- buciones. Pero aun suponiendo, entretanto, que se produzca ese efecto,
impuesto
tria nacional, se presenta cuando en el interior del Reino existe algún como así es en realidad, y que sobrevenga el general encarecimien-
sobre el
producto de impuesto sobre los productos indígenas. Parece entonces razonable "- to de todas las mercancías (como consecuencia de la elevación que han
la misma que se imponga otro igual sobre el artículo de la misma especie de experimentado los salarios del trabajo) , ese caso sería distinto del que
manufac- procedencia extranjera. Ello no significa crear monopolio alguno en nos ocupa, o sea de aquel en que cierta mercancía subió de precio
tura la venta de los géneros producto de la industria nacional, ni orientar como consecuencia de un gravamen directamente establecido sobre
doméstica.
hacia otro destino el capital y el trabajo del país, en proporción mayor ella, en los dos aspectos que pasamos a estudiar.
de la que se desplazaría en condiciones normales. Equivaldría sola- Primero: Siempre puede saberse con exactitud lo que sube el precio puesto que
mente a impedir que no se separase de su empleo natural aquella de un artículo como consecuencia de un impuesto que se establece (a) el efecto
parte del capital y del trabajo del país que se desplazaría de otra sobre el mismo, pero nunca puede saberse con certeza hasta qué punto de los
impuestos
suerte, por razón del gravamen, por lo que tal medida restablecería se produce un encarecimiento general del trabajo del país, ni cuánto sobre
las condiciones predominantes, con anterioridad al establecimiento influye éste en la subida del precio de todas las demás mercancías. artículos de
del impuesto, entre la industria nacional y la extranjera. Cuando en Sería imposible, por tanto, proporcionar con una exactitud satisfac- primera
la Gran Bretaña se establece un impuesto sobre.alguno de los artícu- toria el impuesto sobre todas las mercancías extranjeras en relación necesidad
los de la industria nacional, es muy frecuente establecer un grava- con el aumento de precio experimentado por todas las de producción no puede ser
conocido
men todavía más elevado sobre los artículos similares de procedencia nacional. exactamente,
extranjera, a fin de aplacar los clamores de comerciantes y artesanos, Segundo: Los impuestos sobre las cosas necesarias para la vida pro- y (b) los
quienes se están quejando continuamente de que los extranjeros pue- ducen casi los mismos efectos que un suelo pobre y un mal clima. impuestos
den vender sus manufacturas en el interior del país mucho más baratas Las provisiones se encarecen, del mismo modo que si para producirlas sobre dichos
que ellos. necesitasen más trabajo y mayor -costo. Pero así como en presencia artículos
son como el
Algunos .Aseguran algunos que esta segunda limitación de la libertad de de una escasez natural derivada de las malas condiciones del clima
dicen que suelo pobre
comercio debería extenderse, en determinadas circunstancias, a un y del suelo, resultaría improcedente aconsejar al pueblo acerca de la o el mal
este número mayor de mercancías extranjeras que no sean precisamente
principio
manera como debe invertir sus capitales y emplear su fuerza de clima: no
justifica una las que compiten con las nacionales, sujetas al pago de determinados trabajo, igualmente absurdo sería proceder de tal suerte en el caso pueden
derechos. Cuando en un país se gravan los artículos de primera ne- de presentarse una escasez artificial como consecuencia del estable- justificar
una
tentativa
imposición cesidad, parece natural que se graven, no sólo los géneros de la misma cimiento de aquellos impuestos. Lo que en ambos casos sería lo más alguna para
general de especie, de procedencia extranjera, sino cualquier otra clase de efectos ventajoso para todos es dejar que cada uno acomode sus actividades dar al -
aranceles a
que puedan competir con los de la industria doméstica. Las subsisten- a su situación propia y a las circunstancias de lugar y de tiempo, pro- capital una
la impor-
tación, para cias, por añadidura, se encarecen necesariamente como consecuencia curando a sus capitales, a pesar de las circunstancias adversas, aquellas dirección
del establecimiento de aquellos derechos, y el precio de la mano de oportunidades que puedan ofrecerle una ventaja en el mercado na- antinatural.
contrarrestar
los obra se eleva correlativamente al alza de precios de las subsistencias cional o en el extranjero. Imponer una nueva carga, cuando ya se
impuestos del trabajador. En estas condiciones, toda mercancía producto de la paga otra mayor en las cosas de primera necesidad, y hacer que se pa-
que gravan,
industria nacional se encarece como consecuencia de aquel gravamen, guen más caras otras muchas mercaderías que se pueden comprar más
en el país. a
los artículos aunque no haya recaída directamente sobre ella, y ocurre así porque baratas es, en verdad, un procedimiento absurdo de implantar los
necesarios. el trabajo que la produce encarece también. Estas contribuciones, necesarios correctivos.
por tanto, equivalen en realidad a un impuesto específico sobre cada Cuando los impuestos sobre los artículos de primera necesidad so-
una de las especies que produce la industria nacional. Para colocar, brepasan los límites de la prudencia, se asemejan a la esterilidad de la
pues, a la industria nacional en pie de igualdad con la extranjera,
será necesario, de acuerdo con el sentir general, imponer sobre cada 18 Lnjra, pp. 768-773.
412 De los sistemas de economía política Restricciones a ciertas mercancías extranjeras
Los
tierra o a la inclemencia del cielo, aunque sabemos, por experiencia / Gobierno de aquel país, entonces bajo el dominio de los españoles,
impuestos
sobre los q.ue do~de má~ gravadas se ve? aquellas especies es en los países má~ prohibió a su vez la entrada de paños ingleses. En el año 1700 se
artículos rICOSe industriosos, porque nmguno que no lo fuese sería capaz d levantó en Inglaterra dicha prohibición, siempre y cuando los paños
necesarios soportar aquella carga. Así como sólo un cuerpo robusto puede re . e f ingleses entraran en Flandes en las mismas condiciones de antes.w
son los más tir las malas c~ndiciones de vida, así sólo los países que gozan de ~~~ Puede ser acertada una política de represalias cuando existe la puede ser
comunes en una politica
mayores ventajas, naturales o adquiridas, pueden prosperar bajo el proba bihdad de que, por medio de ellas, se consiga suprimir las pro-
los países acertada
ricos, porque peso de tales gabelas. Holanda es la nación europea en que m' hibiciones y los elevados aranceles que las originaron. El hecho de
cuando se
ningún otro abundan l~s impu~stos de es.a especie, sin embargo, continúa prosp~~ recuperar un gran mercado extranjero compensa con creces los incon- traduce en la
puede randa, de~Ido .a circunstancras particulares, pero no porque existan venientes transitorios que lleva consigo el tener que pagar más caros, posibilidad
soportarlos estas contribuciones, l~ cual sería absurdo, sino muy a pesar de ellas. durante algún tiempo, ciertos géneros extranjeros. Dilucidar si las de abolir las
Existen En los dos casos arriba expresados será generalmente ventajoso es- restricciones
represalias producen el efecto que se pretende, no es tanto incumben-
otras dos establecidas
excepciones tablece~ ~lgunos derech?s sobre los géneros extranjeros, para estimular cia del legislador, que se gobierna en sus deliberaciones por principios
por paises
posibles al las acttvIdades. eco~ómIcas del país, pero hay otros dos en que tal generales y permanentes, como asunto propio de la habilidad de ese extranjeros;
principio proceder sea ?I.scuttble, a saber: por cuánto tiempo y hasta qué grado animal, astuto y ladino, llamado político, cuyos consejos se orientan
general. de?erá permmrse la libre importación de ciertos efectos, y hasta por las momentáneas fluctuaciones de los negocios. Cuando no es
cuando y de qué modo deberá ser restablecida la libertad de introdu. probable conseguir del extranjero la revocación o modificación de
cirIos, ~espués d: haber estado interrumpida durante algún tiempo. los citados gravámenes, resulta injustificado el método de vindicar
(1) la
retorsión C?nVIene medItar, hasta qué p~nto habrá de continuar importándo- un daño ocasionado a ciertos sectores de una nación, con hacer otro,
se libremente un genero extranjero cuando algunas de las naciones no sólo a estas clases lesionadas en sus intereses, sino a casi todas las
extranjeras restringen con derechos elevados la entrada de muchas de demás del país. Cuando nuestros vecinos prohiben la entrada de al-
nuestras manufacturas. En este caso, un ánimo vindicativo recomien- gunas de nuestras manufacturas, no sólo prohibimos las suyas de la
da n~turalmente que se establezcan medidas de retorsión, y se impon- misma especie -ya que esto pocas veces produciría efectos aprecia-
gan Iguales derechos y prohibiciones sobre la importación de algunas bles-, sino otras muchas. Este sistema beneficiará indiscutiblemente a
o todas sus mercancías. Es raro que las naciones procedan de otra for- algunos de nuestros operarios, al excluir parte de sus rivales, y hará
ma: Los franceses han procurado siempre favorecer sus propias ma- posible que aumente el precio de sus manufacturas en el mercado do-
nufa.cturas entorpeciendo la introducción de cuantos productos ex- méstico, pero quienes sufrieron el impacto de la prohibición extran-
tranjeros podrían competir con los suyos. La política de Colbert se jera no lograrán ninguna ventaja. Por el contrario, tanto ellos como
halla~a orientada en ese sentido. A pesar de su gran talento, se dejó los demás, tendrán que pagar más caras las respectivas mercaderías a
sedu.cIr en este p~nto por las sofísticas razones de los comerciantes y otros compatriotas. De donde resulta que cualquier ley de esa clase
fabncantes, que SIempre procuran asegurarse una situación de mono- establece, en realidad, un gravamen sobre toda la nación, pero no a
polio en las relaciones con sus compatriotas. Pero es ya opinión gene- favor de aquella clase que se considera perjudicada por la prohibición
r~l entre los hombr:s más inteligentes de Francia que las medidas de "nuestros vecinos, sino en beneficio de algunos otros sectores.
dictadas en este sentido no produjeron ningún beneficio a la nación. Hasta qué punto y en qué condiciones es lícito restablecer la liber- (2) puede ser
En el arancel del año 1667, Colbert estableció crecidos y desmesurados tad de importación de algunas mercancías, después de haberse inte- deseable
dere~hos sobre las manufacturas extranjeras. Por haberse negado a rrumpido su introducción por algún tiempo, plantea un caso discutible introducir
rebajarlos en favor de los holandeses, éstos, en el año 1671, prohibie- la libertad
cuando ciertas manufacturas particulares han tomado tal incremento de comercio
ron la entrada, en su país, de los vinos, aguardientes y manufacturas (como consecuencia de las prohibiciones y derechos establecidos sobre gradual-
franceses. La misma disputa mercantil dio origen, según parece, a la los géneros extranjeros que podían competir con ellas) que el nú- mente.
guerra de 1672. En 1678, la paz de Nimega puso fin a las hostilidades, mero de obreros ocupados en esas fábricas asciende a una cifra muy
moderando. algunos derechos en favor de los holandeses, quienes, en importante. La razón exige que entonces la libertad de comercio sea
consecue.nCIa, levantaron las prohibiciones. Casi fue por esta época gradualmente restablecida, pero con mucha reserva y circunspección.
cuando ingleses y franceses comenzaron a poner trabas a sus indus- Si se suprimieran de golpe impuestos y prohibiciones, podría ocurrir
trias respectivas, mediante el establecimiento de derechos y prohibicío- que invadiesen el mercado tal cantidad de géneros extranjeros de
ne~, aun cuando, según parece, fueron los franceses quienes dieron el
prrmer paso. La enemiga que siempre existió entre las dos naciones La importación de encajes fue ' prohibida por 13 y 14 Caro II, C. 13, y 9 Y
19
10 W. IIJ se promulgó para hacer más efectiva la prohibición. En virtud de 11 y
f~enó la mo?eración de. una parte y de otra. En el año 1697 prohi- 12 W. III, c. 11, se dispuso que la prohibición cesaría tres meses después de que
bíeron los ingleses la introducción de los encajes flamencos, y el las"manufacturas inglesas de lana fuesen readmitidas en Flandes.
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Ahora bien, aquella espec~e, más baratos _que los nacionales, que muchos miles / ción de la marina mercante. Mas si comparamos los hábitos y cos-
el desorden
ocasionado
de g~n~es se VIeran a la vez privadas de sus ganancias y de su modo de tumbres de un soldado con los de cualquier artesano, veremos que las
por su im- SUbSIStIr. El deso~den que este evento podría ocasionar es, sin duda del último no pierden tanto por pasar de un emp~eo a ot.ro, como son
plantación alguna, muy .cons~derable, aunque siempre menor de lo que vulgar_ un obstáculo los del primero para abrazar cualquier destino, El obre-
repentina m~nte suele imagmarse, y esto por las dos razones que vamos a exa, ro fabril únicamente subviene a su mantenimiento mediante el tra-
resultaría mmar,
menor de lo
bajo, en tanto que el ~old~do 10 esper~ d: la pa?"a. El uno se ha
supuesto,
La primera, porque todas aquellas mercaderías que se exportan familiarizado con la aplicación y la laboriosidad, mientras que al otro
g~neralmente a otros países europeos sin necesidad de primas, se ve- le domina la ociosidad y la disipación. De donde se infiere que es
ya que (a) rian muy poco af.ectadas por la importación, libre de derechos, de mucho más fácil pasar de un ramo de la industria a otro, que no de
ninguna ma- mercancías extranjeras. DIchos productos se venderían en el exterior la ociosidad y de la disipación habituales, a cualquier clase de trabajo.
nufactura tan baratos como cualquier otra mercadería extranjera de la misma Además, existen para la mayor parte de los artesanos, como ya tuvimos
que ahora se
exporta
especie y calidad y, por consiguiente, dentro del país serían más ba- ocasión de subravar.w ciertas manufacturas análogas o de naturaleza
quedaría ratas que las extranjeras. Predominarían también en el mercado semejante, de tal manera que cualquiera de ellos puede pasar con
afectada; doméstico, aunque algún caprichoso partidario de modas extrañas facilidad de una a otra sin contar con que la mayor parte de estos
prefiriese los géneros extranjeros a los nacionales, por el mero hecho operarios pueden también ocuparse temporalmente en las labores del
de ser de fuer.a, aun cuando los segundos sean mejores y más baratos; campo. El capital que proporcionaba trabajo en cualquier clase de
pero tal caI?ncho afectaría a tan corto número de personas que no manufactura queda dentro del país y, empleándose en otra, o de otro
podría ocasionar efectos muy sensibles en la ocupación general del modo, puede proporcionar ocupación al mismo número de personas.
país. Los géneros que exporta la Gran Bretaña en mayores proporcio- Si el capital de la nación continúa siendo el mismo, la demanda de
nes a las naciones europeas, sin necesidad de ninguna clase de primas, trabajo no variará tampoco, o sólo en pequeña escala, aunque haya
son las manufacturas de lana, cueros curtidos y quincallería, precisa- de ejercitarse en distintos lugares y diferentes ocupaciones. Cuando
mente las que emplean mayor número de manos. Las que más pueden se licencia a los marineros y soldados del servicio del rey, quedan en
padecer con la introducción de las extranjeras son las manufacturas libertad para dedicarse a cualquier profesión o actividad en no impor-
de seda y de lino, aunque las segundas no sufrirán tanto como las ta cuál de las ciudades o lugares de Gran Bretaña o Irlanda.w Si se especial-
primeras. dejara a todos los. súbditos de Su Majestad esta misma libertad para mente si
(b) las gentes La segunda razón sería porque aun cuando, como consecuencia de los
emplearse en el ramo de actividad económica que deseasen, si se que-
que privilegios
este restableciI?iento d~ la !ibertad de comercio, quedasen separadas brantara el privilegio exclusivo de gremios y corporaciones, refor- corporatívos
quedaran
sin empleo de sus ocupaciones ordínar ias un gran número de personas, priván- mándose el Estatuto de aprendizaje (impedimentos que oprimen en y los
fácilmente dosel es de la manera acostumbrada de ganarse el sustento, no por eso muchas partes la libertad civil), y si se añadiese, especialmente en la estatutos de
encontrarían quedarían todas necesariamente sin empleo ni medios de vida. Con Gran Bretaña, la revocación de los estatutos de domicilio, de suerte domicilio
otro, la reforma que se hizo en el ejército y en la marina, concluida la fuesen
que cualquier pobre artesano, cuando las circunstancias le oblig~sen a abolidos
última guerra, quedaron privados de destino y de sueldo más de cien dejar un oficio, pudiera tomar otro, sin miedo a ser perseguido o
mil hombres, entre marineros y soldados, número casi equivalente al expulsado, entonces nos sería dado observar cómo ni el público ni los
ocupado en ~as mayores manufacturas del país; y aunque es innega- particulares padecerían tanto como padecen al producirse un despido
ble que sufrieron algunas incomodidades y perjuicios, no por esto temporal en algunas manufacturas, discurriendo las cosas de la misma
que~aron sin empleo ni medios de subsistencia. La mayor parte de los manera que cuando se produce un licenciamiento general ~e tro~as.
marineros se enrolaron probablemente en la marina mercante a me- Nuestros operarios son dignos, sin duda alguna, de la consideración
di~a que se les presentó una ocasión propicia, y mientras ta~to, lo del país, pero no más que quienes lo defienden con su sangre, y, por
mismo éstos que los soldados se confundieron en la gran masa del lo tanto, no pueden aspirar a que se les trate mejor.
pueblo, empleándose en una gran variedad de ocupaciones. No sola- Esperar que en la Gran Bretaña se establezca en seguida la liber- Los in tereses
mente no se produjo ninguna convulsión profunda, sino ni siquiera tad de comercio es tanto como prometerse una Oceana o una Utopía. privados son
desorden sensible en medio de una alteración tan grande en el destino demasiado
Se oponen a ello, de una manera irresistible, no sólo los prejuicios del
Inertes para
de más de cien mil personas, acostumbradas todas ellas al manejo de público, sino los intereses privados de muchos individuos. Si los ~f!- permitir la
las ~rmas, y muchas de ellas al saqueo y a la rapiña. Apenas puede ciales de un ejército se opusiesen a la reducción de las fuerzas mílí- restauración
d.ecIrse que aumentó el número de vagos, y ni aun los salarios expe-
20 Supra, pp. 130-131.
nmentaron el más leve descenso en la mayor parte de las ocupaciones, 21 12 Caro 11, C. 16; 12
Ann, st, 1, § 13; 3 Geo III, C. 8 otorgaron esta libertad
por lo menos hasta donde llegan nuestros informes, si se hace excep- después de determinadas guerras.
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fiscal, serán
1 tratar de los ímpuestos/" Los derechos estable-
de la tares con el mismo celo y unanimidad que los maestros y empresarios / considerados
libertad de todas las manufacturas, a cualquier ley que pretenda aumentar el a~:::a:oe:~~ l;re;;Ós~to de prohibir o disminuir la importac~ó~ .~on a conti-
mercantil número de sus rivales en el mercado doméstico; si los primeros ani- ( ~~identemente tan adversos a los ingresos de aduanas como a a 1 er- nuación.
en Gran
masen a sus soldados de la misma manera que los segundos inflaman tad de comercio.
Bretaña.
a sus operarios para atacar con violencia y con odio a quienes osen
proponer una medida encaminada a ese fin, entonces nos enconn-¿
ríamos con que el intento de reformar el ejército sería tan peligroso
como lo es actualmente el intento de disminuir por cualquier medio
el monopolio que los fabricantes han conseguido establecer en contra
nuestra. Este monopolio ha incrementado de tal forma el número
de los obreros fabriles que, a la manera de un ejército poderoso, han
llegado a ser una amenaza para el Gobierno y, en muchas ocasiones,
hasta intimidaron al legislador. Cualquier miembro del Parlamento
que presente una proposición encaminada a favorecer ese monopolio,
puede estar seguro de que no sólo adquirirá la reputación de perito
en cuestiones comerciales, sino una gran popularidad e influencia
entre aquellas clases que se distinguen por su número y su riqueza.
Pero, si se opone, le sucederá todo lo contrario, y mucho más si tiene
autoridad suficiente para sacar adelante sus recomendaciones, por-
que entonces ni la probidad más acreditada, ni la más alta jerar-
quía, ni los mayores servicios prestados al público, permitirán ponerle
a cubierto de los tratos más infames, de las murmuraciones más in-
juriosas, de los insultos personales y, a veces, de un peligro real e
inminente con que suele amenazarle la insolencia furiosa de los mono-
polistas, frustrados en sus propósitos.
El hecho de El empresario de una gran manufactura que se vea obligado a
que se debe abandonar su empresa con motivo de la rápida apertura del mercado
dar un trato
equitativo
interior a la competencia extranjera, sufrirá indudablemente consi-
al manufac- derable perjuicio. Aquella parte de su capital que se utilizaba re-
turero que gularmente en la compra de materias primas y en pagar a los obreros,
ha fincado puede encontrar fácilmente otro acomodo; pero la porción del mismo
capital en su inmovílizada en las fábricas y en los instrumentos propios del oficio,
negocio es un
argumento
no podrá destinarse a otra finalidad sin incurrir en pérdidas de mu-
contra el cha monta. La equidad, por lo tanto, recomienda en atención a estos
estableci- intereses, que semejantes novedades no se introduzcan de una manera
miento de precipitada, sino gradualmente, poco a poco, y después de repetidas
nuevos advertencias. El legislador -si fuera posible que no se dejase arras-
monopolios.
trar por los importunos clamores de los interesados, sino inspirarse
más bien en el imperativo del bienestar común- debería velar, con la
máxima atención, para que no se introduzcan nuevos monopolios ni
Los se vayan extendiendo los ya establecidos, pues cualquier lenidad de
impuestos esa clase suele provocar en la constitución del Estado ciertos desórde-
sobre nes que después son difíciles de erradicar sin que se produzca un
artículos
importados,
nuevo trastorno.
establecidos Investigar hasta qué grado conviene establecer derechos sobre la
con importación de géneros extranjeros, con el fin de procurar ingresos
propósito al Gobierno, sin impedir su entrada en el país, es un asunto que . 22 Inira, pp. 792'797.

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