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FACULTAD DE FILOSIA, LETRAS Y CIENCIAS DE

LA EDUCACIÓN.

CARRERA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA

TÍTULO: De una cuestión preliminar a todo tratamiento


posible de la psicosis: Hacia Freud

Nombre:

Nicole Peña

MATERIA:

Teoría Clínica de la Psicosis

18 de noviembre de 2019
Para iniciar, Lacan analiza las relaciones entre el percipiens y el perceptum, como lo
habíamos visto anteriormente, el percipiens es el que percibe , y perceptum es lo
percibido, a partir de esto se reconoce a cada uno como el sujeto y objeto
respectivamente. Esto se construye a partir del significante y del sujeto constituido
por la cadena significante. El perceptum afecta una parte en el percipiens, más esto
es superable siempre y cuando el percipiens se mantenga sujeto a la realidad.
Entonces podemos decir que el percipiens es responsable del perceptum, y cuando
ocurre una irrupción de la realidad, una alucinación, es el percipiens el que tiene que
dar cuenta de ello.

(Lacan, 2015, pág. 510) toma entonces la posición en la que la alucinación es un


perceptum sin objeto, es decir que es algo percibido pero no específicamente en
tiempo y espacio. Estas piden razones al ‘’sujeto’’ que percibe acerca del ‘’objeto’’
percibido, lo cual hace que el psicótico se salte el tiempo de interrogarse si este objeto
es unívoco a sí mismo; sin embargo no ocurre lo mismo con la alucinación verbal, ya
que esta no es reductible. Además considera que asumir que las alucinaciones son
auditivas por naturaleza es un error, ya que cuando aparece en ultima instancia, esta
puede no ser en ningún grado.

Con lo expuesto anteriormente por Lacan, se puede observar la diferencia de las


subjetividades interesadas en la mira del perceptum, pero podría pretenderse reducir
esta diferencia a un nivel de objetivación en el percipiens. Sin embargo (Lacan, 2015,
pág. 511) menciona que, no hay nada de esto, ‘’porque en el nivel donde la síntesis
subjetiva adquiere su pleno sentido a la palabra donde el sujeto muestra las paradojas
de que es paciente en esa percepción singular’’. Estas paradojas aparecen cuando el
Otro genera la palabra, lo cual posibilita al sujeto el obedecer a la misma, el sujeto
cae bajo el estado de sugestión solo al estar en contacto con la audición.

En el caso de la alucinación motril verbal como menciona Lacan, ocurre que el sujeto
no podría hablar sin oírse, es decir que este puede o no reconocer la palabra como
suya, en esta alucinación en particular, el sujeto provoca movimientos fonatorios.

(Lacan, 2015, pág. 511) menciona que aún sabiendo esto, el punto crucial donde
reside no ha sido articulado, ya que dado que el ‘’sensorium’’ es indiferente en la
producción de una cadena significante:
1. Esta se impone por sí misma al sujeto en su dimensión de voz
2. Toma como tal una realidad proporcional al tiempo, perfectamente observable
en la experiencia, que implica su atribución subjetiva.
3. Su estructura propia en cuanto significante es determinante en esa atribución
que, por regla, es distributiva, es decir, con varias voces, y que plantea pues,
como tal, al percipiens, pretendidamente unificador, como equívoco.

Aquí Lacan trae a flote el ejemplo visto anteriormente de la relación madre-hija en la


cual esta hija había tenido un divorcio tormentoso, lo cual la hizo volver a la madre,
frente a esto, un día llega con la idea de que un vecino amigo, le había dicho ‘’vengo
de la carnicería’’, lo cuál ella luego lo transformó (o significó?) como ‘’marrana’’, frente
a esto, es cuestionada por sobre quién apuntaban estas palabras. Frente esto, el
discurso ‘’resolvió’ el rechazo a la alucinación, ya que se dejó de oír esta palabra que
anteriormente había sido significada como propia del sujeto.

Posteriormente (Lacan, 2015, pág. 513) menciona que ‘’Este ejemplo sólo se
promueve aquí́ para captar en lo vivo que la función de irrealización no está toda en
el símbolo. Pues para que su irrupción en lo real sea indudable, basta con que éste
se presente, como es común, bajo forma de cadena rota’’ Lo que aquí menciona
Lacan como el rompimiento de la cadena significante, podríamos observarlo en el
caso anterior en la división que se da de significantes, en la primera parte se atribuye
a sí misma un primer significante ‘’vengo de la carnicería’’ luego del rompimiento de
cadena se forma el ‘’marrana’’ el cual se lo atribuye al amigo de la vecina.

"La palabra marrana es entendido en lo real, con un elemento de certeza, en tanto


que la injuria no ha sido pronunciada. Lo importante es el cambio de registro, lo que
denominaría la transferencia de dimensión, de simbólico a real" (Miller, 1993, pág. 6)

(Lacan, 2015, pág. 515) menciona que las alucinaciones verbales tienen un modo de
clasificación, y este depende de la implicación del perceptum, o en la realidad en la
que aparezca. Además realiza un acercamiento a los fenómenos de código y
fenómenos de mensaje. Los fenómenos de código o por lengua-de-fondo, está
especificada en locuciones neológicas por su forma y empleo. Los fenómenos de
mensaje, estos corresponden a mensajes interrumpidos, menciona también (Lacan,
2015, pág. 517), que las frases se interrumpen en el punto donde termina el grupo de
palabras en el que el significante designa los términos que en el código indican la
posición del sujeto a partir del mensaje.

Una vez culminado las primera parte del texto, en cuanto a las percepciones se podría
decir que las mismas pueden tener diferentes interpretaciones dependiendo del
sujeto, ya que esto depende en su mayoría de cómo el sujeto fue instaurado en el
mundo social y cultural. Además en ocasiones separadas y alejadas del psicoanálisis
podría mencionar que las alteraciones de la percepción podrían darse por problemas
de salud referentes al cuerpo y al órgano, lo cuál por obvias razones tendrían
diferentes formas de interpretación.

A mí parecer, en la psicosis las percepciones se dan de manera diferente, ya que el


sujeto nunca fue introducido al mundo como generalmente ‘’debe’’ ser para que este
se desarrolle ‘’correctamente’’. En esta el sujeto no tiene una cadena significante
sólida, por lo que esta separación permite interpretaciones propias del sujeto, al igual
que lo que llamaba Lacan anteriormente en el texto, ‘’código’’, este código que ellos
crean para comunicarse y para vivir su realidad. Estas interpretaciones y
percepciones propias del sujeto psicótico son las que nos permiten indagar sobre el
problema y lo que lo está causando. En ocasiones son palabras o frases que pueden
ser insignificantes para el Otro, pero que sobre esta persona generan malestar,
debido a las percepciones ‘’exageradas’’ que estos proyectan y que son propias de la
estructura.

Se dice, al inicio de este escrito que, Lacan nos presenta la alucinación como una
percepción sin objeto. Sobre esto, Henry Ey menciona que "Para el sujeto, alucinar
es tomarse a sí mismo como objeto de una percepción de la que bien podemos decir
que es: una percepción sin objeto que percibir, pues el sujeto no tiene nunca el
derecho de percibirse como objeto exterior a sí mismo, o en sus modalidades o
"partes" (Ey, 1974, pág. 47)
Además Ey, insiste que la alucinación es la manifestación de un objeto fuera de
mando del sistema de realidad conciencia-percepción.

"Esta forma de actividad basal del cerebro y del pensamiento que puede
ser definida como la organización de la experiencia sensible actual".
Experiencia entendida como resultado de la articulación de lo que
pertenece al mundo de los objetos y al mundo interior. Conciencia y
percepción se confunden, en el sentido en que percibir no es solamente
identificar los objetos sino también "tomar conciencia del campo
fenoménico en el cual ellos intervienen’’ (Ey, 1974, pág. 47)

Finalmente podemos poner en perspectiva la importancia del habla y la palabra,


ya que en cuestiones de ser el que percibe y el objeto percibido se pone mucho
de esto en juego, incluida la interpretación de los mencionados. Porque al tener
un percipiens que signifique la palabra dada por el Otro es cuando se generan
los pensamientos, y al mismo tiempo las alucinaciones. Cuando el sujeto no
significa la palabra proveniente del Otro, está previniendo o rechazando la
alucinación. Por ello, en el caso que nos traía Lacan de la madre-hija se pudo
‘’resolver’’ la alucinación que tenía ella de ser llamada ‘’marrana’’, además es
importante que se pueda hacer interpretar al paciente hacia quién ellos creen
que va dirigida esta palabra o frase. Por parte del analista o psicólogo en nuestro
caso, puedo resaltar la importancia de la escucha a esta palabra que nos trae el
sujeto.
Bibliografía
Ey, H. (1974). Tratado de Psiquiatría. (pág.47) Barcelona: Masson.
Ey, H. (1974). Tratado de Psiquiatría. (pág.47) Barcelona: Masson.
Lacan, J. (2015). Escritos 2. En Hacia Freud (pág. 511). Buenos Aires: Siglo Veintiuno
Editores.
Lacan, J. (2015). Escritos 2. En Hacia Freud (pág. 511). Buenos Aires: Siglo Veintiuno
Editores.
Lacan, J. (2015). Escritos 2. En Hacia Freud (pág. 510). Buenos Aires: Siglo Veintiuno
Editores.
Lacan, J. (2015). Escritos 2. En Hacia Freud (pág. 513). Buenos Aires: Siglo Veintiuno
Editores.
Lacan, J. (2015). Escritos 2. En Hacia Freud (pág. 517). Buenos Aires: Siglo Veintiuno
Editores.
Lacan, J. (2015). Escritos 2. En Hacia Freud (pág. 515). Buenos Aires: Siglo Veintiuno
Editores.
Miller, J.-A. (1993). Donc, Seminario Université Pariś VIII. En Seminario VIII. (pág. 6).

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