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CONFERENCIA

LA PSICOLOGÍA TRASCENDENTAL, UN NUEVO PARADIGMA PARA UNA


NUEVA CIVILIZACIÓN
Octubre de 2012
Julio lumbreras Astorga
Investigador del Centro de Estudios en
Parques de Estudio y Reflexión Montecillo Cochabamba, Bolivia.

QUÉ ENTENDEMOS POR PSICOLOGÍA TRASCENDENTAL

Reconocemos por lo menos dos formas básicas de definir y delimitar el quehacer de la disciplina que hoy
definimos Psicología Trascendental. De modo implícito, estas dos definiciones han convivido desde sus
inicios, gracias a que no son en verdad contradictorias entre ellas o mutuamente excluyentes; más bien se
distinguen en cuanto al grado de amplitud y desarrollo que admiten. De modo explícito, como veremos,
estos dos intentos definitorios se han manifestado de manera secuencial y han sido, en este sentido, el
reflejo externo de las transformaciones internas que esta concepción psicológica ha atravesado con el pasar
del tiempo hasta la publicación de la psicología IV en el volumen Apuntes de Psicología.

La primera definición planteada con el nombre de psicología del nuevo humanismo o psicología del
humanismo universalista es una práctica de la psicología que estudia todos los fenómenos que podemos
calificar de interpersonales, incluyendo experiencias, prácticas, conceptos y otros elementos relacionados,
desde una perspectiva propiamente psicológica o del comportamiento. Es decir, estamos ante una psicología
de lo evolutivo, ante una subdivisión parcial y limitada de la psicología trascendental que contribuye con sus
investigaciones a un campo más extenso, que sería la integración del psiquismo humano como un todo. Por
otra parte, la Psicología Trascendental aparece ya claramente definida por Silo en su psicología IV al tratar de
dar cuenta, en un plano psicológico, de sucesos cuya estructura parece trascender ese mismo plano y
cuestionar la misma noción del Yo (Yo psicológico y Yo trascendental), pero su aparición es solamente
comprensible desde un punto de vista histórico: las primeras producciones en esta línea aparecieron en los
trabajos de Corfú, Grecia en 1975, y es en el apunte titulado: Bases Fisiológicas del Psiquismo donde se
expresa claramente el proceso ineludible hacia una psicología trascendental. En este resumen sigue este
orden: 1. El estudio de la psicología evolutiva (concepción del ser humano y su relación con el medio y el
mundo natural); 2. Posteriormente una psicología del comportamiento (desarrollada ampliamente en el
libro Autoliberación de Luis A. Ammann, también en el ensayo Psicología de la Imagen de Silo y su aplicación
práctica recogida en el libro Experiencias Guiadas del mismo autor y también en Morfología: Símbolos,
Signos y Alegorías de José Caballero) y finalmente una psicología trascendental que se transita desde la
psicología evolutiva y la psicología del comportamiento en los Apuntes de Psicología. La segunda definición
existente es considerablemente más abarcadora y propone un proyecto que, más que ser una psicología de
lo trascendental, se mueve hacia la construcción de una genuina psicología integral. En otras palabras, se
moviliza en dirección de una aproximación integradora a la psicología que pretende, por un lado, rescatar los
aportes al entendimiento de las múltiples dimensiones de la psique humana y, por otro lado, mantenerse
abierta a las diferentes vías de acceso a lo profundo, la espiritualidad y lo sagrado que se han nutrido en
torno a la comprensión de variados aspectos y la naturaleza última de la conciencia (en el material Las
Cuatro Disciplinas y las diferentes investigaciones y monografías producidas por los participantes de la
Escuela de Silo). Por cierto, se ha articulado así una concepción inmensamente compleja, ambiciosa y difícil
de realizar en lo teórico pero que cuenta con un buen número de prácticas para aterrizar en lo práctico,
entre ellas destacamos las ceremonias y experiencias contenidas en el libro El Mensaje de Silo por su gran
poder transferencial y de contacto con lo profundo y la experiencia de fuerza relatada ampliamente en el
libro La Mirada Interna.

Esta sucinta introducción ha pretendido situarnos en un terreno común de cierto consenso respecto de
cuestiones preliminares, el significado del término trascendental y la definición de la psicología
trascendental, desde el cual interiorizarnos con más facilidad en el relato de los detalles más sobresalientes
de la obra de Silo y otros autores continuadores de su obra. Comenzaremos entonces, tal como
corresponde, por el principio, por las raíces más antiguas y más profundas de esta nueva corriente de la
Psicología. Repasaremos también los principales temas y concepciones de esta psicología trascendental,
para finalmente llegar a plantear una serie de imágenes que nos permitan introducir el estudio de la
psicología trascendental en el medio académico y de la investigación psicológica.

ORÍGENES DE LA PSICOLOGÍA TRASCENDENTAL

En las décadas de los 60`s y 70`s del siglo pasado, se producen numerosos encuentros en grupos de estudio,
centros de trabajo y reuniones en torno a las enseñanzas de Silo en diferentes partes del mundo, son
constatados como los más relevantes para el tema que nos ocupa, las conferencias impartidas por Silo en
Corfú, Grecia 1975 y Canarias 1976 y 1978, así como la charla sobre el libro Apuntes de Psicología en el
Parque La Reja en Buenos Aires en 2006.

Como contexto al subsiguiente desarrollo, Veamos que nos explica el diccionario del nuevo humanismo
sobre la PSICOLOGÍA HUMANISTA:

Al decir de Fernand-Lucien Mueller, “La influencia de la fenomenología husserliana y de la filosofía de


Heidegger, que se deriva de ella, en las ciencias psicológicas ha sido muy considerable; una influencia, a la
vez directa y distinta, de la que no se puede dar, brevemente, nada más que un vislumbre. La fenomenología
ha dado un singular mentís a los promotores de la ‘nueva’ psicología que pretendían relegar la filosofía al
museo de las antigüedades”.

Son numerosos los autores que pertenecen a esta corriente. Casi todos ellos recibieron la influencia de F.
Brentano y del método fenomenológico de Husserl. Las obras de Jaspers, Merleau-Ponty, Sartre y Binswanger
son conocidas universalmente. Como corriente psiquiátrica, la “Tercera Escuela de Viena” de Frankl se
inscribe en esta corriente. También existen métodos de trabajo psicológico como el expuesto por L. Ammann
en su sistema de Autoliberación. Muchas obras de p. h. se orientan hacia la psicología social.

Es importante destacar el aporte en esta materia de Javier Zorrilla en su libro Más allá de la Psicoterapia, la
Psicología del Nuevo Humanismo, en este libro el autor realiza una extraordinaria descripción de las bases de
lo que consideramos la psicología evolutiva y la psicología del comportamiento confrontándolas en sus
diferencias con otras corrientes del campo de la psicología, como el conductismo, el psicoanálisis, el modelo
sistémico, o el cognitivismo.

Dentro de ese campo de influencias de la fenomenología que se describe anteriormente, podemos destacar
la psicología existencialista, la psicología humanista de Fromm y otros autores, la psicología Gestalt, la
psicología transpersonal y la psicología evolutiva. No es nuestro interés en esta exposición adentrarnos en
las diferencias con estas corrientes, ni escudriñar en las relaciones que existen con ellas, seguramente esta
será tarea en un futuro de algunos de los amigos que investigan en nuestra psicología trascendental.
Retomando el hilo conductor de esta exposición volveremos sobre las reuniones de Corfú, destacando el
resumen elaborado por los participantes que lleva por título: Bases Fisiológicas del Psiquismo. En este
resumen se dice:

La Psicología Evolutiva estudia el siquismo humano en relación al medio ambiente y de acuerdo con la
tendencia de adaptación creciente. Para su mejor exposición se hace una distinción teórica y otra práctica
u operativa. En la parte teórica se estudia Psicología de la Conciencia (composición del siquismo);
Psicología del Comportamiento (relación del psiquismo con el medio), y Psicología Trascendental
(interacción del siquismo con otro plano).

I - PSICOLOGÍA DE LA CONCIENCIA

El siquismo aparece como el coordinador de la estructura ser vivo - medio: es decir, de la estructura
conciencia - mundo. El resultado de tal coordinación es el equilibrio inestable en que esta estructura va a
trabajar y procesar. La información externa va a llegar a los aparatos especializados que trabajarán en
distintas franjas de captación. Estos aparatos, son los sentidos externos. La información del medio interno,
del intracuerpo, llegará a los aparatos de captación que son los sentidos internos. Las huellas de esta
información interna y externa y también las huellas de las operaciones mismas de la conciencia en sus
distintos niveles de trabajo, van a recibirse en el aparato de memoria. Así, el siquismo va a coordinar datos
sensoriales y grabaciones de memoria. Por otra parte, el siquismo en esta etapa de su desarrollo cuenta con
aparatos de respuesta al mundo, respuestas muy elaboradas y de distinto tipo (como son las respuestas
intelectuales, emotivas o motrices).

II - PSICOLOGÍA DEL COMPORTAMIENTO

Hemos visto al siquismo como coordinador de relaciones entre medios diferentes: el medio interno del
cuerpo y el medio externo o ambiental. De ambos medios el siquismo obtiene información por los sentidos,
almacena experiencia por memoria y procede al ajuste por centros. A este ajuste entre medios lo llamamos
comportamiento, considerándolo como un caso particular de expresión del siquismo a través del cuerpo. Sus
mecanismos de base son: el mecanismo de intencionalidad de la conciencia y los instintos de conservación
individual y de la especie.

III - PSICOLOGÍA TRASCENDENTAL El siquismo en su dinámica total, trabaja estructuradoramente,


manifestando actos en busca de objetos que los completen. Esta búsqueda se produce en todos los niveles de
conciencia, poniendo cada uno su propio ámbito formal y su modo característico de trabajo. La conciencia se
da en el transcurrir del tiempo, mientras articula su propio modo temporal. Se observan diferencias entre el
"tiempo puro" y "el tiempo sicológico", en el que -para la conciencia- hay variaciones, pudiendo desplazarse
hacia el futuro y el pasado, poner un pasado en el futuro, futurizar el presente, etc. De manera tal que con el
registro del pasar del tiempo, del transcurrir, el siquismo advierte su finitud y aniquilación futura. La
conciencia, en esta situación busca un objeto que la complete totalmente, elaborando las respuestas de
trascendencia del tiempo, donde aparece la "inmortalidad" como forma del no-transcurrir, del tiempo
detenido. Esta tendencia hacia "algo" que haga trascender el tiempo, mueve al hombre a intentar
posibilidades. Esta tendencia está a la base de todos los caminos trascendentales y está también a la base de
lo religioso, cómo búsqueda de respuesta a esa necesidad radical del hombre.

“… Antes de tratar este tema hay que observar las condiciones de la mente en la cual surgen las preguntas.
La pregunta por lo trascendental es también la pregunta por el fundamento de la vida misma. A tales
preguntas no se las puede acometer con una mente alterada, con una mente con ruido. De ahí que los
trabajos en este terreno exijan condiciones previas de conciencia calma, de vigilia normalizada. También es
condición previa, la existencia de centro de gravedad integrado. Son estas condiciones mismas las que van
llevando suavemente al campo trascendental como orientación real y no como curiosidad profana. En este
sentido, la vigilia normalizada y el centro de gravedad integrado ponen la base para una mente clara, libre y
lúcida, que puede estar disponible para la percepción de lo trascendental”.

En Algunas propuestas para avanzar hacia una psicología y una psicoterapia de lo “profundo” de Víctor
Piccininni propone: “La raíz del sufrimiento humano reside en el temor. Temor a la enfermedad, temor a la
pobreza, a la soledad y a la muerte. Superar el sufrimiento, comprender el hecho de la muerte y alcanzar la
trascendencia, son los temas que anidan en la profundidad del alma humana desde los tiempos más
remotos. Son los “temas fundamentales” de la existencia humana a los cuales está íntimamente ligado el
“sentido de la vida”. Este paso, en primer lugar lo deberemos dar todos aquellos preocupados por la
psicología y la existencia humana. Luego si, vendrá el momento, a partir de la propia experiencia, para
intentar trasladar ese conocimiento a la práctica profesional, a la ayuda a sus pacientes, a su relación con el
mundo y a los claustros académicos. Estamos hablando de incorporar los temas de lo que podríamos llamar
una “psicología de lo profundo”, o usando otros términos, una “psicología de lo trascendental”, a las
prácticas psicoterapéuticas y a la formación profesional en los claustros académicos.

Esto no podrá surgir solamente de discusiones teóricas sobre el comportamiento humano, sino que debería
tener una condición previa necesaria: la propia experiencia del profesional en el contacto con esa “psicología
profunda”, que luego trasladará a su acción profesional en el mundo y abrirá así un nuevo horizonte en su
valioso aporte a la liberación del sufrimiento personal y social”.

A estas alturas, debemos mencionar como hito fundacional de esta Psicología Trascendental el ENCUENTRO
LATINOAMERICANO HACIA UNA PSICOLOGÍA TRASCENDENTAL, celebrado en el mes de junio de este año
2012 en Parques de Estudio y Reflexión Montecillo en Bolivia y que contó con la participación de un buen
número de especialistas, estudiantes y estudiosos de nuestra psicología de cinco países sudamericanos, por
destacar algunas de las ponencias que se dieron allí, mencionaremos la Charla Magistral con el título de
Introducción a la Psicología Trascendental de Dario Ergas, la ponencia Lo Trascendental de la Mirada Interna
de Marcos Pampillón, la exposición con el título La Experiencia del Tiempo de Víctor Piccininni y la ponencia
sobre Psicología Andina de Hernando Achá entre otras actividades desarrolladas como talleres, seminarios e
intercambios.

LA CONCEPCIÓN DEL SER HUMANO COMO FUNDAMENTO DE UNA NUEVA CIVILIZACIÓN

Es un tema de fundamental importancia, comprender cual es la concepción del ser humano para los
precursores de esta psicología trascendental, para ello nos valdremos de algunos comentarios y de las
definiciones contenidas en el Diccionario del Nuevo Humanismo; veamos que nos dice Silo en la
presentación del libro Apuntes de Psicología en la Feria del Libro de Rosario:

“… La concepción del autor referida al funcionamiento del psiquismo humano, que por lo demás, NO PARTE
DE LA MATERIALIDAD para comprender el pensamiento y el fenómeno mental en general…”

En el diccionario del Nuevo Humanismo se dice:

MATERIALISMO
(del lat. materiam: materia). Doctrina filosófica que considera lo material como la única realidad constitutiva
del mundo real. Según este punto de vista, la materia en sus formas superiores (materia orgánica) es capaz
de cambiar y desarrollarse. Por lo tanto, la sensación, la conciencia y las ideas no son más que expresiones de
la materia más organizada. La existencia material es lo primario, mientras que la conciencia es lo secundario.

La división antagónica entre “materialistas” e “idealistas” (*Idealismo) fue muy aceptada, dada su simpleza,
por el relato de la modernidad. Actualmente, con las nuevas concepciones del ser humano y la ciencia, estas
posturas se encuentran sometidas a una fuerte revisión.

En cuanto a las ciencias humanas y sociales, muchos materialistas consideran el papel rector de los factores
económicos en el desarrollo de la sociedad, los que determinan intereses y posibilidades de los seres
humanos, organizan la vida y sus hechos. Para estos expositores, los conceptos materialistas del Estado y la
propiedad, de la guerra y el progreso de las naciones, de clases y lucha clasista, coadyuvan a dar con las
razones de las oposiciones y conflictos, ofreciendo orientaciones en la práctica política. Al mismo tiempo, el
materialismo vulgar toma por absoluto el poderío de los factores económicos, partiendo del principio de
determinismo y condicionalidad causal de todos los fenómenos.

El término materialismo comenzó a usarse desde el siglo XVII como doctrina física acerca de la materia y
desde el siglo XVIII como antónimo del idealismo filosófico.

En la filosofía griega antigua, por el concepto de materia prima se entendía la substancia que no podía ser
dividida hasta el infinito. En la Edad Media, el tomismo veía en la materia el principio potencial y pasivo que
en unión con la forma substancial constituye la esencia de todo cuerpo, permaneciendo en las
transmutaciones substanciales bajo cada una de las formas que se suceden. Por la materia segunda se
consideraba el compuesto substancial de materia prima y forma, o sea, sujeto apto para recibir una
determinación accidental. En el tiempo moderno, hasta la aparición de la teoría de la relatividad de Einstein,
la materia era concebida como todo aquello que obedecía a las leyes de gravitación. Después, en la física
moderna los conceptos de materia y energía se aproximan y a veces se identifican.

En la filosofía de la historia la concepción del materialismo se aplica a las doctrinas que interpretan el
proceso histórico reduciéndolo a las causas materiales, y consideran que la estructura social es determinada
ante todo por las necesidades y leyes económicas. En el diccionario del Nuevo Humanismo se dice también
en relación al ser humano:

”…Hemos mencionado a las concepciones que para explicar al ser humano comienzan desde generalidades
teóricas y sostienen la existencia de una naturaleza humana y de una conciencia pasiva. En sentido opuesto,
nosotros sostenemos la necesidad de arranque desde la particularidad humana; sostenemos el fenómeno
histórico-social y no natural del ser humano y también afirmamos la actividad de su conciencia
transformadora del mundo, de acuerdo con su intención. Vimos a su vida en situación y a su cuerpo como
objeto natural percibido inmediatamente y sometido también inmediatamente a numerosos dictados de su
intención. Por consiguiente, se imponen las siguientes preguntas: ¿cómo es que la conciencia es activa, es
decir, cómo es que puede intencionar sobre el cuerpo y a través de él transformar al mundo? En segundo
lugar, ¿cómo es que la constitución humana es histórico-social? Estas preguntas deben ser respondidas desde
la existencia particular para no recaer en generalidades teóricas desde las cuales se derive luego un sistema
de interpretación que niegue ser una interpretación. Para responder a la primera pregunta tendrá que
aprehenderse con evidencia inmediata cómo la intención actúa sobre el cuerpo y, para responder a la
segunda, habrá que partir de la evidencia de la temporalidad y de la intersubjetividad en el ser humano y no
de leyes generales de la Historia y de la sociedad”.

Precisamente, Silo desarrolla esos dos temas en sus Contribuciones al Pensamiento. La intención actuando
sobre el cuerpo a través de la imagen constituirá el núcleo de las explicaciones de su Psicología de la imagen.
Posteriormente, acometerá el problema de la temporalidad en sus Discusiones historiológicas.

También Silo explica: “Los Humanistas partimos del ser humano y de sus necesidades inmediatas”.

LAS RAICES TEÓRICAS DE LA PSICOLOGÍA TRASCENDENTAL DE SILO Y LA BASE ESPIRITUAL

La psicología trascendental, en la actualidad, ha podido restablecer el contacto con esta mirada panorámica
integradora de la realidad humana y ha podido rescatar el valor intrínseco y el potencial transformador de
muchos fenómenos psíquicos que hacía muchos años se venían considerando inexistentes, irrelevantes o,
incluso patológicos en los círculos profesionales más amplios de la psicología y la psiquiatría convencionales.

Tomaremos aquí como referencia dos obras de Silo, Psicología de la Imagen y Experiencias Guiadas. En la
primera, Psicología de la Imagen, sobre ella Silo nos dice:

La percepción es una estructura – participan varios sentidos.

Cuando en Fenomenología se ponen guiones entre las palabras, o comillas, es porque se trata de una
estructura, no se puede sacar ni una palabra.

La conciencia es un “modo de estar en el mundo”, no hay conciencia en sí. Es el estar expectante, el estar
atento. No hay conciencia sino “estando”. No puede darse sino en el mundo. Por ejemplo, la apercepción es
un estar aperceptivo. No hay conciencia sino de algo. La conciencia está comprometida con la sensación, con
la imagen, etc., incluso el “sin querer” es un modo de estar, comprometido con el “sin querer”. La conciencia
no puede sino darse en estructura. Cuando estoy imaginando un objeto, la conciencia es un compromiso que
se aferra a lo que estoy imaginando, no es algo neutro.

Los psicólogos han dicho que la imagen es pasiva y que es una síntesis pasiva de una sumatoria de agregados
(visión atomística). Nosotros decimos que es una estructuración activa, una síntesis por su forma de trabajo.
Son concepciones distintas del ser humano. Una antropología del ser humano distinta, que tiene
consecuencias muy distintas. Hasta la educación cobra un sentido muy distinto: la pasividad de la imagen
posibilita “inculcarle” a los niños cosas, comportamientos; de esa concepción deriva toda una pedagogía, una
técnica publicitaria, etc., donde se manipula a la gente. Tienen éxito hasta que la gente se caga en lo
establecido y empieza a discutirse todo.

El momento en que uno vive es muy sugestivo, muy hipnótico. En el momento de la Edad Media, por ejemplo,
se pensaba que no había salida, que no había forma de transformar las cosas.

La descripción que hace Sartre o Kolnai no es mala pero es insuficiente porque no tiene en cuenta la
historicidad de la representación (“reconocimiento” de lo peligroso). Para que lo peligroso actúe, primero
tengo que reconocerlo como tal (experiencias anteriores, historicidad de la conciencia). En segundo lugar,
cuando se pone en marcha una representación de los registros cenestésicos y llega a ocupar el lugar central
del espacio de representación, el peligro está en mí. Uno escapa de sí mismo, de esa imagen que está
adentro, de ese registro como el culo que se tiene del propio cuerpo. Uno se escapa de él, o se desmaya; deja
al cuerpo y se va. Y si decide quedarse, la lucha es consigo mismo, con sus registros, a los que tiene que
sobreponerse (porque no escapa del peligro ya que no hay real peligro, pues están los barrotes). Lo mismo
sirve para el ejemplo del vómito; se vomitan los contenidos (el deshollinador de la catarsis). Al modificarse el
emplazamiento de la imagen, se modifica la conducta.

Intencionalidad es la “dirección hacia”. Distinto de intención, que supone racionalidad, reflexión.

La intención es sobre-natural. Está encima de lo natural, de lo causal, de lo dado. Es hacia el futuro, es lo


digno, es lo fantástico del ser humano. Es lo que impulsa, lleva, al ser humano, sus causas, sus ideales. Es por
la falta de su dignidad intencional que lo reprobamos, porque no se alza contra la naturaleza. La intención es
siempre trascendente, es externa a sí (Hegel en la Fenomenología del espíritu). La conciencia siempre se
trasciende a sí misma.

Hay intersubjetividad, hay comunicación. Yo me puedo acercar mucho a tus registros, pero los revivo en mí.
Puedo revivir el registro de otro a quien estoy representando a través de una lectura, y puede que el otro
haya muerto hace 500 años. El registro es siempre de uno, pero puedo registrar al otro y registrar incluso lo
que el otro percibió. Los otros son alcanzados por mi intención.

El cuerpo y el mundo son el objeto y la aplicación de la intencionalidad. No hay conciencia sin mundo. Me
transformo al transformar al mundo. El mundo es mi punto de aplicación, en él aplico mi intencionalidad y
me transformo transformándolo. Y yo humanizo el mundo. Yo aplico mi intencionalidad en mi cuerpo y en el
mundo, pero registro a mi cuerpo, mientras que no registro a los otros. Por lo tanto, no puedo cargar con los
“pecados” del otro. Y no puedo “desatar” lo que el otro hizo, así es que no puedo redimir al otro. Que no se
hagan los vivos. La creencia que nos han inculcado es que la subjetividad es algo “egoísta”, sucio,
pecaminoso. Son una manga de hipócritas, mentirosos. Son sistemas de creencias, moralinas declamativas.

Ahí está el mundo como un mazacote para hacer algo con él. Cuando decimos “Humanizar la Tierra”, nos
proyectamos hacia el mundo. Es el registro de cada cual que lleva su cual al mundo. Por ahí se empieza. Uno
se imagina llevando desde sí lo mejor hacia los otros. Esta es la verdad sicológica, siempre desde mí. Aún
cuando se quiera lo mejor para el otro, se quiere desde sí.

Horizonte es la finalidad del discurso y sus significaciones totales. El significado total me hace ir eligiendo las
palabras a utilizar, voy seleccionando de acuerdo a una dirección, a una intención y elijo las palabras como
ladrillos útiles a mi construcción.

Las representaciones copresentes pueden ser sociales, culturales o históricas.

En la vida humana no nos mueven las distinciones entre el mundo interno y el externo. Aquí el mundo es el
paisaje y la mirada es el conjunto de registros (el yo). Estamos en la globalidad de la estructura conciencia-
mundo; el mundo es paciente de transformación y la conciencia es la activa.

“Los psicólogos de todas las épocas han articulado largos listados en torno a las sensaciones y percepciones
y, actualmente al descubrirse nuevos receptores nerviosos, se ha comenzado a hablar de termoceptores,
baroceptores, detectores de acidez y alcalinidad interna, etc. A las sensaciones correspondientes a los
sentidos externos, agregaremos aquellas que corresponden a sentidos difusos como las kinestésicas (de
movimiento y posicionamiento corporal) y las cenestésicas (registro general del intracuerpo y de
temperatura, dolor, etc. Que aún explicadas en términos de sentido táctil interno no pueden reducirse a él).

En este libro y en las Discusiones Historiológicas se discuten esquemas con la psicología y con la historia.
En otra exposición Silo nos explica: En tanto se siga considerando a la imagen como una simple copia de la
percepción, en tanto se siga creyendo que la conciencia en general pasiva frente al mundo respondiendo a él
como reflejo, no podremos responder ni a las anteriores preguntas, ni a otras, en verdad, fundamentales.

Para nosotros la imagen es una forma activa de ponerse la conciencia (como estructura) en-el-mundo. Ella
puede actuar sobre el propio cuerpo y el cuerpo en-el-mundo dada la intencionalidad que se dirige fuera de sí
y no responde simplemente a un para sí o a un en sí natural, reflejo y mecánico. La imagen actúa en una
estructura espacio-temporal y en una “espacialidad” interna a la que llamamos, justamente. “espacio de
representación”. Las diferentes y complejas funciones con las que cumple la imagen dependen en general, de
la posición que asume en dicha espacialidad. La justificación plena de esto que afirmamos exige la
comprensión de nuestra teoría de la conciencia y por ello, remitimos a nuestro trabajo sobre Psicología de la
Imagen.

En otros comentarios sobre su Psicología de la Imagen Silo nos dice: “La Gestalt sale de la Fenomenología,
Keller también impacta en el estructuralismo filosófico. Que Husserl no haya considerado el espacio de
representación, lo entendemos porque su preocupación era filosófica y no psicológica. Pero que no lo hagan
los sucesores en psicología, no se explica”.

Con relación a Experiencias Guiadas, en la presentación del libro en el Ateneo de Madrid (3 de noviembre de
1989) Silo explicaba: “… Otro enfoque revela a esta obra como una serie de prácticas psicológicas apoyadas
en formas literarias”…

Entendemos a estas narraciones realizadas en primera persona como la aplicación práctica de esta teoría de
la imagen que ejercen sobre el practicante un beneficio inmediato al permitir el reacomodamiento de cargas
mentales opresivas de una manera transferencial.

LO ESPIRITUAL Y EL SENTIMIENTO RELIGIOSO EN LA ANTROPOLOGÍA Y LA PSICOLOGÍA

Me he permitido incluir aquí, la extraordinaria descripción que se realiza en el seminario “Esbozo de una
historia de la psicología transpersonal” de André Sassenfeld. El texto acompaña a continuación:

“… Hacia principios del siglo XX, comienza a aparecer la preocupación por el tema de las religiones en el
campo de las ciencias sociales, que se encuentran, de alguna manera, aún en sus etapas formativas. Desde la
antropología, siguiendo el trabajo precursor de algunos investigadores del siglo XIX, entra en escena la
investigadora francesa Alexandra David-Neel. Su obra Magos y místicos del Tibet, de 1929, acercaría al
público una visión de la realidad tibetana que estimula la imaginación colectiva de Occidente, dado que
describe algunas de las proezas más impresionantes de los yoguis. Su estancia en Asia la pondrá, además, en
contacto con el chamanismo oriental, del cual también dará cuenta en sus escritos. El chamanismo se
convertirá con rapidez en un área articulada de estudios antropológicos. Las culturas indígenas de
Norteamérica (México, USA y Canadá), Rusia, Brasil, Perú y otros países atraen a cada vez más
investigadores, algunos de los cuales se aventuran en iniciarse como aprendices de chamanes
experimentados. Mircea Eliade publicaría su conocido El chamanismo: Técnicas arcaicas del éxtasis en 1964
y, en 1968, el conocimiento y el interés por la existencia y las enseñanzas del chamanismo se extenderían a
los círculos legos con la publicación de Las enseñanzas de Don Juan por parte del antropólogo Carlos
Castaneda. La influyente obra de Castaneda, en la cual relata sus vivencias personales con el chamán
mexicano Don Juan, será el primero de todo un conjunto de libros y se transformaría en uno de los factores
centrales que impulsará a miles de personas a involucrarse de cerca con las tradiciones chamánicas en las
próximas décadas. El estudio antropológico del chamanismo haría una serie de aportaciones importantes al
campo de investigación de los estados alterados de consciencia.

Freud no pudo más que considerar a la religión como cosmología cuyas explicaciones del mundo aliviaban
sentimientos infantiles de indefensión, como sistema de recompensas y castigos que intentaba sustituir
funciones superegoicas adaptativas y como una recapitulación poco saludable de relaciones adulto/niño,
especialmente el drama edipal. Calificó la religión de actuación neurótica, a menudo obsesiva, de conflictos
inconscientes. Sostenía que había evolucionado hacia una ilusión, cumplidora de deseos, que socavaba la
racionalidad y que canalizaba deceptivamente impulsos sexuales y agresivos.

Alentado por su correspondencia con el poeta y escritor francés Romain Rolland, versado en la filosofía
hindú, Freud también se ocupó de los sentimientos místicos, que llamaría “sentimientos oceánicos”. Sin
embargo, sus conclusiones no son muy distintas de las ya descritas: admitiendo que “yo mismo no logro
descubrir en mí este sentimiento ´oceánico´” (Freud, 1930, p. 8), procede a explicar, en términos
psicoanalíticos, que ese estado afectivo debía ser entendido como regresión narcisista defensiva hacia
etapas muy tempranas del desarrollo en las cuales yo y entorno todavía no se hallan bien diferenciados. La
comprensión freudiana de Oriente, que puede ser juzgada, en retrospectiva, de superficial e insuficiente, se
ve reflejada además en su concepción del “principio de Nirvana”, introducido a la teoría psicoanalítica en
Más allá del principio de placer (1920). En este concepto podemos reconocer claros residuos de las
interpretaciones schopenhauerianas (desencaminadas) de ciertas ideas orientales. Como bien se sabe, la
influencia de Freud sobre amplios sectores de la comunidad psicológica de su época fue colosal. El
conservadurismo de muchos adeptos del psicoanálisis llevó a que las líneas de pensamiento que Freud
formuló respecto de la religión y la espiritualidad no fueran cuestionadas hasta años después. A la difusión
de este sesgo patologizante contribuyó, también, el primer estudio psicoanalítico sobre la meditación,
publicado en 1931 por el renombrado psicoanalista y fundador de la medicina psicosomática Franz
Alexander. En éste, Alexander denuncia la meditación budista, sin haberla experimentado personalmente,
como inductora de una “vuelta libidinal narcisista del impulso de conocer hacia adentro, una suerte de
esquizofrenia artificial con un retraimiento completo del interés libidinal del mundo externo” (Alexander,
1931, p. 130). De esta manera, la prevalencia de la psicología psicoanalítica en la práctica clínica y del
conductismo en la psicología académica serán factores determinantes que desplazarán, a gran escala, lo que
antes llamamos una visión integral del psiquismo humano. El lugar de esta visión integral que, como hemos
mencionado, aún era promulgada por personajes como Gustav Fechner en la primera mitad del siglo XIX,
sería usurpado por una reducción del ser humano bien a un conjunto de instintos, impulsos y conflictos
inconscientes, bien a un conjunto de condicionamientos y respuestas conductuales construido en base a su
capacidad de aprendizaje. Asimismo, estas condiciones facilitarían la descalificación implacable de cualquier
profesional que argumentara a favor del valor de las experiencias religiosas o místicas en cuanto a los
elementos potenciadores de cambio y salud mental. En algunos círculos, hasta el día de hoy, puntos de vista
como aquellos de Freud y Alexander siguen siendo sostenidos con obstinación, en contra de extensa
evidencia que refuta tales perspectivas. A partir de la década de 1940, se comienzan a alzar algunas voces
que se declaran en desacuerdo con muchas de las opiniones freudianas ortodoxas, imperantes, en el ámbito
de la psicología clínica, durante los últimos cuarenta años. En este período, se empieza a gestar una corriente
psicológica que, más tarde, se expandiría con los nombres de psicología humanista y movimiento del
potencial humano, dedicada a “humanizar” el trabajo clínico y la psicoterapia. La gran mayoría de los
pioneros de esta nueva aproximación están comprometidos, de alguna u otra manera, con la naciente
versión moderna de la filosofía del existencialismo y con la fenomenología, creada por el filósofo europeo
Edmund Husserl entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Por lo tanto, la preocupación de los
pensadores existencialistas con el sentido de la vida, las preguntas acerca de la naturaleza del hombre y su
existencia, las cuestiones acerca de la responsabilidad y la libertad o las interrogantes acerca del alma
humana y su trascendencia, encontrarían cabida en la labor de psicólogos, psicoanalistas y psiquiatras como
Kurt Goldstein, Carl Rogers, Viktor Frankl, Erich Fromm, Karen Horney, Karlfried Dürckheim, Frederick Perls,
James Bugental, Rollo May, Medard Boss y Abraham Maslow, por citar a algunos de ellos. El psiquiatra
austriaco Viktor Frankl iría desarrollando, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, un enfoque que
llamaría logoterapia, el cual ubica la pregunta acerca del sentido de la vida en el centro del tratamiento
psicoterapéutico. Algunos años más tarde, comenzaría a hablar de un inconsciente espiritual y los títulos de
publicaciones suyas, como The Unconscious God (1948), demuestran su apertura hacia las áreas de la
trascendencia y la espiritualidad humanas. De modo paralelo, el psiquiatra alemán Karlfried Dürckheim,
quien se había iniciado en la práctica del tiro de arco desde una perspectiva budista Zen durante una estancia
previa en Japón, fundaría el Centro de Desarrollo Psicológico Existencial en 1948. Ubicado en medio de la
Selva Negra alemana, en el pueblo de Rütte, este centro ofrecería asistencia psicológica y entrenamiento
profesional en una orientación denominada psicología y terapia iniciática, que combina aspectos de la
psicoterapia occidental tradicional, de la versión mística del cristianismo sobre todo la visión del místico
europeo Meister Eckhart y del budismo Zen. Por diversas razones, la influencia del trabajo de Dürckheim ha
permanecido limitada; no obstante, debe ser considerado uno de los principales precursores de la
psicoterapia transpersonal. Otros personajes de importancia en términos del tema que nos ocupa, dentro de
la psicología humanista-existencial, serían el psiquiatra alemán Frederick Perls, creador de la terapia Gestalt
(quien pasaría algunos meses en un monasterio budista en Asia y cuyo trabajo sería, en ocasiones,
comparado con ciertos aspectos del Zen), y el psiquiatra europeo Medard Boss, quien escribiría un libro con el
sugerente título A Psychiatrist Discovers India durante 1965.

Dentro de los frentes psicoanalíticos más vanguardistas, que se empezaban a alejar cada vez más de la
ortodoxia freudiana, el interés en la filosofía y las prácticas orientales, focalizado más que nada en el
budismo Zen, se acentúa entre las décadas de 1940 y 1950. El psicoanalista alemán Erich Fromm, se
interesaría en profundidad por las relaciones entre psicología, psicoterapia y religión (por ejemplo,
Psicoanálisis y religión, publicado en 1950), y crearía lo que él mismo calificaba de psicoanálisis humanista.
Sus inquietudes lo llevarían a sumergirse en la obra del místico cristiano medieval Meister Eckhart y sus
escritos maduros, como Tener o ser (1976), están impregnados de reflexiones agudas en torno a temáticas
que lindan con la espiritualidad o que se refieren a ella de forma directa. Fromm había sido introducido a D.
T. Suzuki, al igual que la prestigiosa psicoanalista Karen Horney y sus colaboradores Harold Kelman, David
Shainberg y Antonio Wenkert, por parte del psiquiatra japonés Akihisa Kondo durante algunos seminarios
que Suzuki había dirigido en la Columbia University, Nueva York, en los años ´40. Horney ya utilizaría algunas
ideas budistas a partir de su libro Nuestros conflictos interiores (1945) y, en 1952, poco antes de su muerte,
viajaría a Japón junto a Suzuki para observar la vida diaria de un monasterio budista Zen y dar varias
conferencias sobre psicoanálisis. En sus Final Lectures, publicadas póstumamente en 1987, instaría a la
comunidad psicoanalítica a aprender de las sutiles enseñanzas psicológicas de la filosofía budista. Fromm
mismo organizaría, en 1957, un seminario de una semana de duración sobre “Budismo Zen y psicoanálisis”
en Cuernavaca, México. Entre los expositores estarían D. T. Suzuki, el profesor universitario de religión
Richard De Martino, y los analistas jungianos Ira Progoff y James Kirsch; la presencia adicional de Charlotte
Selver, que dirigiría algunas experiencias dentro de su propio enfoque llamado Consciencia Sensorial,
causaría una gran impresión a los asistentes. Fromm publicaría su primer artículo sobre psicoanálisis y
budismo Zen en 1959, y una revisión de ese trabajo aparecería junto a las ponencias presentadas por Suzuki y
De Martino en 1957 bajo el título Budismo Zen y psicoanálisis (1960), que hoy puede ser considerado un
clásico dela literatura transpersonal. En la misma línea de Fromm y Horney, la psicoanalista francesa Maryse
Choisy había comenzado a explorar las relaciones entre el hinduismo y el psicoanálisis en su Yoga y
psicoanálisis, que data de 1949. Otros analistas atraídos por la filosofía oriental serían Edward Maupin, el ya
mencionado Harold Kelman, Herbert Fingarette y algunos otros, quienes publicarían diferentes
contribuciones entre las décadas de 1960 y 1970; a ellos se agregarían algunos profesionales asiáticos, como
Koji Sato, Takeo Doy y Akihisa Kondo, interesados en tender puentes entre la psicología psicoanalítica y los
conceptos psicológicos de las tradiciones orientales. De modo muy similar a la situación que comentamos
acerca de los representantes de la psicología humanista-existencial, también entre los seguidores del
psicoanálisis se dividirían las opiniones respecto del campo de la psicología transpersonal, destacando como
partidarios de este último los psicólogos clínicos Jack Engler, Daniel Brown y Jack Kornfield y el psiquiatra
norteamericano Mark Epstein. Según Suler (1993), el número de los psicoanalistas que reconocen el potencial
para incrementar el nivel de la salud mental implícito en las experiencias religiosas y místicas fue
aumentando continuamente hacia los años ´80 y ´90 (p. 22) en especial entre los círculos de profesionales
inmersos en el enfoque teórico de las relaciones objetales y en la aproximación de la psicología del self del
psicoanalista Heinz Kohut. Quizás la existencia de publicaciones como Psychoanalytic Object Relations Theory
and the Study of Religion (1983), de JohnMcDargh, Contemporary Psychoanalysis and Religion: Transference
and Trascendence, escrito por James Jones en 1991, u Object Relations Theory and Religion, editado por
Mark Finn y John Gartner en 1992, pueda ser considerada Paul.Schultes, R. & Hofmann, A. (1979)”.

En la década de los 60`s aparece la figura de Mario Rodríguez Cobos (Silo), alejado geográficamente de la
región asiática y de las corrientes orientalistas en boga en esta época, sin embargo, su doctrina desprende
una fuerte espiritualidad. En su primera alocución pública en el paraje de Punta de Vacas en la cordillera de
los Andes y que es conocida como La Curación del Sufrimiento, Silo dice: “Si has venido a escuchar a un
hombre, de quien se supone se transmite la sabiduría, has equivocado el camino porque la real sabiduría no
se transmite por libros ni arengas; la real sabiduría está en el fondo de tu conciencia como el amor verdadero
está en el fondo de tu corazón…” A continuación Silo expone una tesis muy simple, en varias partes: 1. Se
comienza por distinguir entre el dolor físico y sus derivados, sosteniendo que pueden retroceder gracias al
avance de la ciencia y de la justicia, a diferencia del sufrimiento mental que no puede ser eliminado por ellas;
2. Se sufre por tres vías: la de la percepción, la del recuerdo y la de la imaginación; El sufrimiento delata un
estado de violencia interna; 4. La violencia tiene como raíz el deseo; 5. El deseo tiene distintos grados y
formas. Atendiendo a esto, por la “meditación interna” se puede progresar; 6. El deseo motiva la violencia
que no queda en el interior de las personas sino que contamina el medio de relación; 7. Se observan
distintas formas de violencia y no solamente la primaria que es la violencia física; 8. Es necesario contar con
una conducta simple que oriente la vida: aprender a llevar la Paz, la Alegría y sobre todo la Esperanza.

Conclusión: La ciencia y la justicia son necesarias para vencer el dolor en el género humano y la superación
de los deseos primitivos es imprescindible para vencer el sufrimiento mental.

Silo es el precursor de esto que venimos llamando la psicología trascendental a la que el mismo se refiere en
diferentes escritos, charlas y conferencias en diferentes momentos de su vida, entre estos escritos se
encuentran La Mirada Interna (incluido recientemente en el libro El Mensaje de Silo 2002), El Paisaje Interno
(en el libro Humanizar la Tierra), Psicología de la Imagen (en el libro Contribuciones al Pensamiento),
Experiencias Guiadas y Apuntes de Psicología. Su extensa obra por otra parte, no se limita al campo de la
psicología, sino que se desarrolla activamente en las áreas de lo social, lo político, lo cultural, lo filosófico en
una producción recogida en los dos volúmenes de sus obras completas, así como innumerables conferencias
e intervenciones públicas y en grupos de estudio.
El Mensaje de Silo

Antecedentes

El Mensaje dado por Silo se formalizó a través de El Libro (La Mirada Interna), La Experiencia (Ceremonias) y
El Camino (frases de meditación). Algunas obras como El Paisaje Interno y el Paisaje Humano, han ayudado a
comprender El Mensaje.

El Mensaje es expresión de lo “Profundo”, de la interioridad del espíritu humano capaz de trascender los
tiempos y espacios en que se mueve nuestro “yo”. Es el medio capaz de ponernos en presencia de lo
Sagrado

LA EXPERIENCIA

Lo Sagrado se manifiesta desde la profundidad del ser humano, de ahí la importancia que tiene la
experiencia de la Fuerza como fenómeno extraordinario que podemos hacer irrumpir en el mundo cotidiano.
Sin la experiencia todo es dudoso, con la experiencia de la Fuerza tenemos evidencias profundas. No
necesitamos de la fe para reconocer lo Sagrado. La Fuerza se obtiene en algunas ceremonias como el Oficio y
la Imposición. También en las ceremonias de Bienestar y Asistencia se pueden percibir los efectos de la
Fuerza.

El contacto con la Fuerza provoca una aceleración y aumento de la energía psicofísica sobretodo si
cotidianamente se realizan actos coherentes que, por otra parte, crean unidad interna orientando hacia el
nacimiento espiritual. La Fuerza se puede exteriorizar a distancia y mayor es su influencia si actúan
numerosas personas. Entre familiares, amigos y seres queridos, la acción de la Fuerza aumenta.

En el librito “Comentarios al Mensaje de Silo” Silo dice:

Volvamos ahora a los capítulos relacionados con la Fuerza… Los temas de la Fuerza, el Centro Luminoso, la
Luz Interna, el Doble y la Proyección de la Energía admiten dos visiones diferentes. Primera: Considerarlos
como fenómenos de experiencia personal y, por tanto, mantenerlos en una relativa incomunicación con
aquellas personas que no los han registrado, limitándolos en el mejor de los casos a descripciones más o
menos subjetivas. Segunda: Considerarlos dentro de una teoría mayor que los explique, sin apelar a la prueba
de la experiencia subjetiva. Tal teoría mayor que podríamos considerar como derivada de una Psicología
Trascendental, es de una complejidad y profundidad imposible de exponer en estos simples “Comentarios a
‘El Mensaje de Silo’”.

Por otra parte, las investigaciones en el campo de la antropología en el orden de la Escuela inspirada por
Silo, cuenta con un importante acervo de aportes en forma de monografías e investigaciones de campo que
enriquecen día a día el interés por profundizar en esta experiencia de lo trascendente, citaremos algunos
que nos acercarán al estudio y comprensión de la temática de esta exposición, la Psicología Trascendental: 4
vías de predisposición a la adivinación en Mesopotamia y en el mundo helenístico de Claudie Baudoin,
Acerca del “Registro psicológico del Tiempo”, o más simplemente: acerca del transcurrir de Víctor Piccininni,
La conciencia inspirada en el chamanismo siberiano-mongol y el budismo tibetano en Buryatia y Mongolia y
el trabajo Intencionalidad en la evolución humana y universal de Hugo Novotny, Comentarios Sobre El
Eneagrama Sextenario de Daniel Zimmermann, El campo de copresencia en la estructura conciencia-mundo
de Jano Arrechea, El Budismo en Camboya de Marcos Pampillón, Estudio de las Culturas de Eduardo Gozalo,
Estudio de la relación del buen conocimiento y Aura Mazda de Ernesto de Casas, Ignacio de Loyola La vía
alegórica para la transformación interna de Juan Espinosa por mencionar sólo algunos de los aportes de esta
riquísima producción que tiene por base los Parques de Estudio y Reflexión inspirados por Silo a lo largo del
mundo.

LA CONCIENCIA PERTURBADA Y LA CONCIENCIA INSPIRADA, LAS VÍAS DE ACCESO A LO PROFUNDO

En Psicología IV, Silo explica sobre la Conciencia Perturbada:

“Existen diametrales posiciones del yo, entre estados alterados que van desde la actividad cotidiana a la
emoción violenta y estados ensimismados que van desde la calma reflexiva hasta la desconexión con el
mundo externo…” y más adelante: “… Debemos considerar también las perturbaciones accidentales
cotidianas. Estas se manifiestan en los cambios de humor súbito, tales como los accesos de cólera y las
explosiones de entusiasmo que en mayor o menor medida, nos permiten experimentar el desplazamiento
del yo hacia la periferia mientras cae la reversibilidad y el estado se hace más alterado…”

En el Seminario “Esbozo de una historia de la psicología transpersonal” de André Sassenfeld, encontramos


esta explicación sobre lo que podríamos considerar estados alterados de conciencia:

Estas experiencias, aún cuando puedan sobrevenir de manera espontánea y con cierta independencia del
conjunto de las actividades específicas en las cuales la persona está vitalmente involucrada, las más de las
veces son el resultado directo o indirecto del tipo de prácticas y procedimientos que el psiquiatra
transpersonal Stanislav Grof (2000) ha calificado de tecnologías de lo sagrado (pp. 4, 10). Con esta
designación alude al vasto depósito de métodos que la humanidad ha creado, a lo largo de su historia, con la
finalidad explícita de modificar su estado habitual de consciencia y acceder, de modo más o menos
permanente, a dominios experienciales de carácter trascendente.

Las tecnologías de lo sagrado incluyen diferentes formas de percusión, música, cantos y danzas rítmicas; el
aislamiento sensorial y/o social prolongado, implicado en muchos de los llamados ritos de paso que se
celebran en diferentes culturas; intervenciones fisiológicas extremas como el ayuno, la deprivación de sueño,
la deshidratación y el dolor físico; la ingestión ritual tradicional de una extensa variedad de plantas
consideradas visionarias y otras sustancias psicoactivas.

Sobre la Conciencia Inspirada nos explica Silo en su Psicología IV: “ La Conciencia Inspirada es una estructura
global, capaz de lograr intuiciones inmediatas de la realidad. Por otra parte, es apta para organizar
conjuntos de experiencias y para priorizar expresiones que se suelen transmitir a través de la Filosofía, la
Ciencia, el Arte y la Mística. En orden a nuestro desarrollo, podemos preguntar y responder un tanto
escolarmente: ¿Es la Conciencia Inspirada un estado de ensimismamiento o de alteración? ¿Es la Conciencia
Inspirada un estado perturbado, una ruptura de la normalidad, una extrema introyección o una extrema
proyección? Sin duda que la Conciencia Inspirada es más que un estado, es una estructura global que pasa
por diferentes estados y que se puede manifestar en distintos niveles. Además, la Conciencia Inspirada
perturba el funcionamiento de la conciencia habitual y rompe la mecánica de los niveles. Por último, es más
que una extrema introyección o una extrema proyección ya que alternativamente se sirve de ellas, en
atención a su propósito. Esto último es evidente cuando la Conciencia Inspirada responde a una intención no
presente pero que actúa copresentemente…”

Una parte que quisiéramos destacar de lo descripto por Silo en su Psicología IV es lo referido al modo de
“disponerse” para facilitar la inspiración, ya como un fenómeno deseado, no sólo accidental u ocasional.
Silo dice: “Hemos reconocido estructuras de conciencia que se configuran accidentalmente. También
observamos que ocurren configuraciones que responden a deseos, o a planes de quien se "pone" en una
particular situación mental para hacer surgir el fenómeno. Desde luego, tal cosa a veces funciona y a veces
no, como ocurre con el deseo de inspiración artística, o con el deseo de enamoramiento. La conciencia
inspirada, o mejor aún, la conciencia dispuesta a lograr inspiración se muestra en la Filosofía, en la Ciencia,
en el Arte, y también en la vida cotidiana con ejemplos variados y sugestivos. Sin embargo, es en la Mística
especialmente donde la búsqueda de inspiración ha hecho surgir prácticas y sistemas psicológicos que han
tenido y tienen desparejo nivel de desarrollo.”

UN NUEVO PARADIGMA PARA UNA NUEVA CIVILIZACIÓN: LA PSICOLOGÍA TRASCENDENTAL HOY Y LOS
CAMINOS ABIERTOS

Estamos asistiendo al amanecer de una nueva civilización, una nueva civilización que dejará definitivamente
la prehistoria humana y se conformará en una sociedad humana universal o una Nación Humana Universal
por primera vez en la historia de este planeta, el ser humano lanzado hacia los infinitos mundos será
impulsado cada vez más hacia su propio centro, y es en ese sentido que los impulsores de esta psicología
trascendental debemos dirigir nuestra intencionalidad, nuestros estudios, experiencias y comprensiones, a
mi forma de ver, otra cosa no tendría sentido.

A mi forma de ver también, la psicología en sus medios académicos y clínicos podría ayudar facilitando en las
personas el acceso a estos niveles profundos, si se parte del encuadre de que la misma vida, desde su
comienzo es una estructura que está condicionada por leyes.

Una psicología trascendental, debería ayudar al individuo y a los grupos humanos a modificar
comportamientos para lograr una adaptación creciente al medio en que se desarrolla en una dirección
evolutiva.

Se debería hacer énfasis en la característica intencional del ser humano para superar cualquier
determinismo o intento de domesticación para tratar de “adaptarlas” a un medio deshumanizado y violento.
Nos referimos a la Psicología Evolutiva.

Debería también, desarrollar herramientas o técnicas que contribuyan mediante el autoconocimiento, a la


superación de los propios condicionamientos para avanzar desde el campo de la determinación, hacia el
campo de la libertad. Nos referimos a la Psicología del Comportamiento.

Finalmente, se debería de orientar para desentrañar el camino, o los caminos de acceso a lo profundo como
finalidad última de una psicología puesta al servicio del ser humano, de su liberación de sus temores (siendo
el temor a la muerte el mayor de ellos) y trascendencia en relación al tiempo y el espacio que le toca vivir, un
contacto con lo profundo que le ponga en presencia de su propia divinidad, de eso que nos descubre nuestra
verdadera naturaleza y la de todo ser vivo, a ese destino mayor de nuestra especie.

Sin duda este sería un enorme aporte desde la praxis de una ciencia psicológica el coadyuvar al
descubrimiento de un sentido de la vida más allá de la muerte, un alegre sentido que sin duda redundará en
una mejor salud mental y una mejor relación del individuo consigo mismo y con los demás.

Con respecto a la práctica de la Espiritualidad con el Mensaje de Silo, han surgido en mí algunos
descubrimientos que me hacen plantearme las siguientes preguntas, a saber:
Si se puede desarrollar un acercamiento hacia lo profundo, lo numinoso (*) desde la psicología, también
podríamos asegurar que desde otros campos como la filosofía, el arte, la antropología, la mística, la ciencia
pura, la historiología o la religión se pueden encontrar fenómenos de conciencia inspirada, ampliaríamos la
posibilidad de una cierta “espiritualidad” a éstas y otras áreas del quehacer humano?

¿Será entonces, que esta cualidad de la espiritualidad no se debe ceñir estrictamente al campo de la
psicología ya que encontramos manifestaciones y experiencias en una gran diversidad de campos incluyendo
las mismas experiencias personales cotidianas?

¿Podríamos entonces hablar de una Filosofía trascendental? ¿De un Arte trascendental? ¿De una
Antropología trascendental? ¿Una Mística trascendental? ¿Una Ética trascendental? ¿Una Ciencia
trascendental? ¿O una Religión trascendental? ¿Una Historiología y una Arqueología trascendental? Etc.

Bueno, seguramente habrá que responder desde cada una de estas disciplinas del conocimiento, serán los
especialistas en cada una de estas áreas los que tendrán la oportunidad de profundizar a través de sus
conocimientos en buscar respuestas a estas hipótesis, este, desde luego no es mi caso.

Así que hay quedan una serie de caminos abiertos para profundizar en la experiencia espiritual,
personalmente, en esta participación, he querido apenas esbozar las profundas raíces de esta Psicología
Trascendental y el horizonte que se abre a partir del estudio de las enseñanzas de Silo y las investigaciones
que se desarrollan desde los Parques de Estudio y Reflexión a lo largo del planeta.

Muchas gracias.

(*) Termino acuñado por el teólogo alemán Rudolf Otto.

BIBLIOGRAFÍA:

· Apuntes de Psicología, Silo. Editoriales Betha Hydri, Kipus y Fe de Erratas, Bolivia 2012.

· El Mensaje de Silo, Editorial Betha Hydri, Bolivia 2011.

· Psicología de la Imagen, Contribuciones al pensamiento Silo. Editorial Plaza & Valdés, México 1991.

· Experiencias Guiadas, Silo. Editorial Plaza & Valdés, México 1990.

· Diccionario del Nuevo Humanismo, en obras completas volumen II de Silo.

· Seminario “Esbozo de una historia de la psicología transpersonal” de André Sassenfeld.

· Plantas de los dioses. México: Fondo de Cultura Económica.Schwartz, 1995.

· Die Psychologie des Kundalini-Yoga: Nach Aufzeichnungen des Seminars 1932.

· Introducción a Jung. Madrid: Cambridge University Press 1981.

· Más allá de la psicoterapia, la Psicología del Nuevo Humanismo. Javier Zorrilla Eguren, Perú 2007.

· Autoliberación, Luis A. Ammann. Editorial Plaza & Valdés, México 1989.

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