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Las torturas a las que se someten los jugadores por

indicación del entrenador se asemejan a los del cuartel.


observa Alexander Mitscherlich acerca del
adiestramiento futbolístico “los métodos de
entrenamiento representan un máximo de rudeza, un
adiestramiento rayano en los límites masoquistas de la
tolerancia (…) Max Merkel uno de los entrenadores
futbolísticos de mayor éxito en la República Federal
Alemana, dice, refiriéndose a sí mismo: “pues bien, yo
soy la lanza” la confesión de Merkel ha hecho historia.

IP: Comentarios de los entrenadores futbolísticos


acerca de los entrenamientos.

1 IS: Las torturas a los que son sometidos los jugadores.


2 IS: La confesión personal de un entrenador acerca del
entrenamiento que aplica
3 IS: Los métodos de entrenamiento que rayan la
rudeza.

Los comentarios de ciertos entrenadores de futbol


europeos dan cuenta de cómo los métodos utilizados en
este deporte se perpetúan como métodos masoquistas,
acentuando que la tortura física, psicológica van más
allá de la tolerancia de los jugadores.
Según estos comentarios y los resultados obtenidos en
los certámenes futbolísticos es bien claro, que, como en
los cuarteles militares donde se aplica entrenamientos
de adiestramiento nos indica que se necesita esta
aplicación disciplinaria para lograr buenos resultados.
1 ¿Porque crees que en el texto se pone énfasis en el hambre como problema
de los niños?
¿Pasan hambre también los adultos? Argumento.

El problema de hambre en los niños en Colombia, no indica que es su problema, se


hace énfasis en ello, porque simplemente son los más vulnerables y los más débiles
frente a la problemática; ellos forman parte de un núcleo familiar en el que la
pobreza, la desigualdad y la inequidad forman parte de este núcleo en el que sus
clamores no hacen eco en el gobierno para que se cumplan las políticas sociales y
acceder de una vez por todas a los benéficos a los que tienen derecho
constitucionalmente.
Son en los adultos en los que recae toda esa carga de pobreza en los estratos 1 y
menos de este digito los que también sufren el hambre, porque la sienten y como
seres omnívoros que casi somos podemos subsistir en el medio con cualquier cosa
que se consuma, cosa contraria con los niños de entre 1 y 5 años que sus
organismos son mucho más débiles y frágiles y con una alimentación especializada
para ello, la que no está a su alcance y las consecuencias se suponen.

2 El texto fue escrito en el 2007 ¿Se podría afirmar que el problema de hambre
va en aumento?

Evidentemente es la triste realidad miremos, por ejemplo, En 2018 la pobreza


monetaria llegó al 27%, lo que quiere decir que en Colombia 13‘073.000 personas
se encuentran en situación de pobreza monetaria, si miramos las cifras del año
inmediatamente anterior, 2017 había 12‘883.000 colombianos en esta situación, lo
anterior significa que 190.000 personas ingresaron a esta categoría.

Otros datos indican cifras aún mayores por ejemplo que en Colombia hay 2,4 millones de
personas sufren el flagelo del hambre.
La principal razón de ese incremento se encuentra en Sudamérica, que acoge a la
mayoría de las personas desnutridas de la región.

El número de personas que pasan hambre en Latinoamérica y el Caribe creció en


2018 por tercer año consecutivo hasta afectar a 42,5 millones de personas, en parte
por la desaceleración económica y la situación en Venezuela, según la ONU.

Nuevamente a Colombia lo azota la guerrilla con su rearme, las migraciones de


extranjeros especialmente venezolanos, los cultivos ilícitos, esto conlleva a que
haya más desplazamiento, mas pobreza y desigualdad, más inequidad lo que
implica mucha más hambre cada vez.

3. ¿Qué explicación se podría dar al hecho de que el hambre está muy


presente en las ciudades con más crecimiento económico?

Crecimiento económico implica la existencia de empresarios, industriales,


terratenientes, poder económico, poder político, que defienden sus intereses, lo que
implica que existen otros grupos menos favorecidos que se someten a las políticas
leoninos de los de la elite que va en detrimento de la clase obrera los que subsisten
con un mísero salario que lejos de subsanar las necesidades se les agudiza más ,
lo que genera desigualdad, traducible en desempleo, carencia de recursos y luego
hambre.

4. ¿Cuál cree que es la relación que existe entre hambre, pobreza e inequidad?

Desde Acción contra el hambre sabemos que la relación entre pobreza y hambre es casi
inevitable. Los pobres de hoy serán los desnutridos del mañana y los desnutridos de hoy
serán los pobres del mañana.
La falta de estabilidad, de educación, de medios y de voluntad política, así como los
conflictos y los desastres naturales, hace del hambre y la pobreza un ciclo contra el que
luchamos y del que se puede salir.
En lo tocante a la inequidad también como factor generador de pobreza representa
una diferencia entre los grupos o clases que forman una sociedad. La desigualdad
de oportunidades para acceder a bienes y servicios como vivienda, educación o
salud se señala como una de las causas, pero también como una de las
consecuencias de esta situación.
No existe ningún fenómeno social que vulnere tan profundamente los derechos humanos
como la pobreza. La pobreza erosiona o anula derechos económicos y sociales como el
derecho a la salud, a la vivienda adecuada, a la alimentación y al agua apta para el
consumo, y el derecho a la educación. Lo mismo ocurre con los derechos civiles y políticos,
como el derecho a un juicio justo, la participación en la vida política y la seguridad personal.

5. La autora del texto afirma diversos aspectos del problema. Argumento esta
afirmación.

“El problema no es de poca oferta de alimentos, sino de falta de plata para


conseguirlos”

Responderemos esta pregunta con un tema sacado textualmente de


internet el cual considero da respuesta a lo preguntado. Hambre en Chocó
Antes del desplazamiento por la violencia en el Chocó, sus habitantes, afros e
indígenas tenían la comida al alcance de la mano; hoy es muy cara y el que no tiene
dinero, sencillamente muere de desnutrición.
Patricia Valencia revuelve un chicha amarilla, de maíz, que se cuece en un caldero
puesto sobre un fogón de leña. A su alrededor, mujeres y niños dejan ir el ojo sobre
la comida caliente que será embotellada y vendida en el mercado de Quibdó. Ellos
almorzarán plátano cocido con jugo de ‘mil pesos’, que sacan de los frutos dátiles
de las palmas silvestres. ¡No hay más!

La escena se presenta en el asentamiento Cabí, que hace parte del cordón de


miseria de Quibdó, en el que intentan sobrevivir las comunidades embera katío que
hace 12 años huyeron de la violencia y ahora son amenazadas diariamente por el
hambre.
En Chocó, un departamento con el 79 % de las necesidades básicas insatisfechas,
los afros e indígenas que tuvieron que abandonar sus territorios comparten una
misma realidad: el dolor por haberlo perdido todo y el vacío que se apodera del
estómago cuando no hay plata en el bolsillo.
La desnutrición en Chocó golpea a los niños con rudeza. Según las cifras oficiales
del Ministerio de Salud, a 2013 (las más recientes consolidadas), en ese
departamento 35 de cada 100.000 niños mueren por desnutrición aguda severa. La
cifra está incluso por encima de La Guajira, donde 32 de cada 100.000 fallecen por
esa causa.
Chocó es una contradicción. Es una tierra bendita por el agua y las posibilidades de
productividad, pero azotada por diversos actores armados que arrinconaron a los
nativos y los obligaron a hacinarse en centros poblacionales a los que les falta de
todo, lo principal, comida.
En el campo accedían con facilidad y a muy bajo costo al bacalao y al caracol –que
lo preparan con leche de coco–, y a una gran variedad de pescado y frutos como el
borojó y el chontaduro. Si ahora quieren comerlos, deben comprarlos a precios
elevados. Cuatro bocachicos medianos cuestan en la orilla del río Atrato, 40.000
pesos.
Ante la escasez y los altos niveles de pobreza, al Chocó han llegado diversas
entidades a solventar la crisis humanitaria que se ha vivido por años en el
departamento, pero los alimentos que llegan no son los de la dieta básica de los
habitantes de esta región ni los culturalmente aceptados. Aun cuando parezca
extraño, las comunidades afro y las indígenas no están enseñadas, por ejemplo, a
comer lentejas.
La sostenibilidad alimentaria de los habitantes del Chocó, que está en riesgo de
manera permanente, intenta ser mitigada por otras acciones, como los restaurantes
escolares, que le otorgan al estudiante un complemento alimenticio; pero la realidad
para muchas comunidades en el Chocó es que se convierten en la única posibilidad
de que los niños al menos tengan una comida segura al día. De 0 a 5 años los
pequeños son llevados a los antes llamados hogares comunitarios y allí son
atendidos por mujeres que siguen haciendo la multiplicación de los panes.
En los colegios, los estudiantes deben recibir los beneficios del Programa de
Alimentación Escolar. Sin embargo, la realidad es que la corrupción y la politiquería
permearon la iniciativa perjudicando a los chicos, según los informes de
Procuraduría, Contraloría y Defensoría del Pueblo, que advirtieron sobre la
desfinaciación del programa de alimentación escolar y las irregularidades en su
prestación. .
Mientras el Gobierno intenta corregir las fallas y ponerle contención al manejo de
los recursos para mitigar el impacto de la desnutrición en el Chocó, algo difícil
porque en 7 años el departamento ha tenido 10 gobernadores, los pobres de la
región pasan hambre y trabajo. El índice de desempleo es el más alto del país: 14,6
%, el doble del promedio nacional establecido por el Dane en noviembre del 2015,
en 7,3 %. A los pobladores de las zonas rurales no les queda más remedio que
emplearse en la minería ilegal, arriesgando su vida como única posibilidad de seguir
subsistiendo.
Los supervivientes del hambre se pasean por las calles del centro pidiendo ayuda,
además, para comprar las tablas necesarias para levantar una casa en un barrio
carenciado. Lo más lamentable es que se les acaban las energías para avanzar
como quisieran, porque apenas si comen una vez al día. Hace poco menos de una
semana les dijeron que a Quibdó iría el papa Francisco, algunos comienzan a hacer
la lista de peticiones para ver si se hace el milagro de que lleguen los alimentos y
con ello la calidad de vida.

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