Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hacia el año 13000 a.C. las placas de hielo empiezan a fundirse. Las temperaturas
globales habían subido, se liberaron aguas retenidas y se inundaron tierras y aumentó
el agua de precipitación que redujeron los desiertos formados en los trópicos.
Cambios climáticos que mejoraron la colonización de plantas y animales en numerosas
partes de la tierra que hicieron crecer los recursos. Disponer de suministros abundantes
de alimentos fue uno de los factores que ocasionó el crecimiento constante de las
poblaciones humanas. Los primeros agricultores cultivan cosechas en Oriente Próximo
hacia el 9000 a.C. Podían mantenerse comunidades enteras con las cosechas y el
almacenamiento del grano facilitaba la vida sedentaria.
* Hacilar Huyuk.
* Aldea de Eridú.
* Jericó.
* Çatal Huyuk.
Europa encontramos una corriente monumental que no se hizo para uso práctico, sino para
necesidades emocionales, rituales y simbólicas y que además imita la naturaleza. Esta primera
corriente es la que conocemos como megalitismo. Se extiende por el N. de África, Península Ibérica,
Francia, Gran Bretaña, Córcega, Cerdeña, Dinamarca y parte de Italia.
La llamamos así porque está hecha con grandes bloques de piedra unidos sin mortero, La técnica
constructiva se basa en el poste y el dintel. Con los bloques construían tumbas y templos, pero
siempre clavando en el suelo un gran ortostato, otro enfrente y otro formando un dintel. Muchos
siglos después encontramos esta técnica en Egipto y en Grecia.
En esta primera corriente encontramos que no se soluciona el problema práctico del cobijo de una
familia sino que se usa para ceremonias funerarias y religiosas. Se emplean grandes bloques macizos
a veces cubiertos con tierra (túmulos) para una mayor protección. En ocasiones se utiliza la técnica
de la mampostería de bloques submegalíticos con hiladas que forman la cubierta de algunas tumbas
megalíticas.
Las sociedades neolíticas atribuyen a esta tipología mucha importancia, lo que compensa el esfuerzo
social y económico. Hay una parte de la mano de obra que se dedica a la construcción. Extraen la
piedra de la cantera y la transportan en barcazas y trineos. Aprovechan corrientes fluviales si las
hay. Abundaba la mano de obra. Usan rodillos para mover los bloques, que luego levantan con
palancas y planos inclinados.
Aún no sabemos cómo consiguieron levantar exactamente estas estructuras, ya que solo contaban
con herramientas muy básicas.
1. Las tumbas (dólmenes) Todos los tipos de tumbas solían estar cubiertos con túmulos. Podían
ser colectivos o individuales.
- Tumba de pasillo. Cámara rectangular o poligonal a la que se llega por una vía de entrada. Se le
añade a la tumba de cámara una entrada formada por dólmenes.
Las tumbas son importantes porque son una manifestación de la arquitectura megalítica que
conforman necrópolis, no están aisladas, son el único testimonio de que allí ha existido un
asentamiento humano en el Neolítico. No nos queda constancia de la ciudad de los vivos, ya que
esta se hace con materiales perecederos.
carece de uso funerario, son templos. Hay restos en Sicilia, Cerdeña, Malta y las Islas Británicas. Son
incluso más notables que las tumbas y están relacionados con alguna forma de adoración.
- Hal Tarxien. En Malta, encontramos importantes restos de templo megalítico construido con
enormes bloques de piedra, puertas adinteladas, techos en voladizo, altares… Construido sobre
poste y dintel. Ortostatos (bloques o losas verticales) cubriendo el acceso y las distintas
dependencias de los templos.
Los cromlech son característicos de las Islas Británicas. Parece que no tuvieron uso funerario, sino
que están destinados a funciones de carácter religioso. Probablemente tengan alguna relación con
el estudio astronómico, repercutiendo en la vida de agricultores, porque construían mientras
crecían las plantas.
- Avebury. Franja circulas de 396m de diámetro que encerraba varios anillos de piedra (ortostatos
clavados verticalmente). Algunos dispuestos como menhires y otros sosteniendo un dintel
- Túmulo de Silbury. El mejor conservado de todos, pudo tener uso como templo. 152m de
diámetro y 40 de alto. También relacionado con el ciclo de la vida, culto de gran importancia
entonces.
El circulo exterior (32m) es la parte más monumental, formada por monolitos de piedra de 4m
de altura que sostenían un dintel continuo. Tras este anillo había un círculo de pequeñas piedras
marcadoras movibles dispuestas en 56 hoyos separados por la misma distancia. Sería el límite
interrumpido por una línea de acceso marcada por menhires. El monumento quedaría aislado
del espacio circundante mediante una zanja.
Se ha intentado conocer todo lo posible sobre Stonehenge, la primera explicación es que sirve
como reloj astronómico, porque hay una piedra puntiaguda llamada Heel Stone que marcaba el
día exacto del solsticio de verano, ese día el sol subía exactamente por el ápice de esta piedra.
Es un hecho importante porque el hombre necesita conocer el tiempo, de alguna manera quiere
controlarlo y así incrementar su posibilidad de supervivencia.
Es posible que también haya alguna relación con la adoración al sol y en general a los astros,
lo que explicaría la disposición de los monolitos. Le han intentado aplicar a cada piedra un signo
astrológico, como si fuera un observatorio. El mismo sentido tendrían las piedras móviles en
relación con el movimiento de la bóveda celeste. Por tanto, podemos decir que sus significados
pueden ser, culto al sol, reloj de sol gigante, observatorio astronómico o como lugar para
ceremonias elaboradas.
ARQUITECTURA EGIPCIA
Aunque su historia sufrió declives (Períodos Intermedios), el arte rompe con esa idea
porque lo que intenta siempre es imponerse sobre la realidad (eternidad y continuidad
frente a lo impredecible de la vida real). Sin embargo, su estatismo sólo está roto por un
fenómeno: la mencionada división territorial de Egipto en Alto y Bajo. El Nilo, en su
larguísimo recorrido, alentó esta división, que perduraría en la mentalidad social,
llevando incluso los faraones doble corona: del Alto (más alargada y casi papal) y Bajo
Egipto (trasera y más picuda). Los símbolos también los diferenciaban religiosamente
(sacerdotes de Tebas…etc). Debajo de su unidad histórica se esconde un largo viaje, una
gran expansión geográfica y temporal, que también afecta al arte (las Pirámides tienen
casi mil años de diferencia con el Templo –que no tumba- de Abu Simbel.
Casi todo lo que se conserva se fabricó para preservar la vida del faraón y la nobleza. El
Faraón (“Casa Grande”) era Dios e hijo de Dioses. Sus súbditos y la corte le pertenecían.
En sus tumbas se enterraban su cadáver y los dobles o nombres de todos aquellos que
formaban parte de su gran familia (conceptos de divinidad y endogamia).
El faraón es como un delegado de Dios en la Tierra, por lo cual su tumba debe ser
magnífica. El concepto de vida después de la muerte recoge una decisiva recuperación
en el arte funerario (el ka). Después del faraón había varias instituciones importantes:
los funcionarios imperiales, los escribas, los arquitectos, ingenieros… y finalmente la
base social (campesinos, artesanos…).
Otro aspecto clave por su repercusión artística era el concepto de la vida, de la mente y
del hombre que tenían: éste se componía de tres elementos: el material (cuerpo), el ba
(alma), y el ka (la plasmación del difunto en el Más Allá, en donde se reunía su
currículum, sus virtudes, hechos favorables y negativos…, de mayor repercusión artística
y de compleja definición). Este ka, una representación virtual perfecta, es lo que se
imprime en las tumbas, en sus retratos. Es, como decimos, la imagen virtual e idealizada
del difunto en la otra vida, ¿cómo resucitará? ¿cómo volverán a unirse alma y cuerpo?
Eso define al ka. Por ello se escoge la imagen del hombre joven y fuerte, cuando mejor
estuvo en vida, y con actitud de suma dignidad (nunca con las piernas cruzadas…). Como
el faraón tenía muy diversos menesteres, unas veces se le representaba de pie, otras
sentado, como sacerdote, como rey, etc… para que la divinidad lo reconociese más fácil
y rápidamente (Osiris).
Imperio Antiguo.
Las Mastabas.
El recinto, configurado por un rectángulo, está amurallado (con gran belleza mediante
la impresión de hendiduras en los muros), porticado (todas falsas menos una), y
presenta otras importantes novedades: además de, como hemos dicho, utilizarse por
vez primera los sillares de piedra, destaca también la presencia de la jerarquización y la
complejidad distributiva de las secciones (patios, edificaciones, decorados...). Impacta
el esfuerzo físico y económico desplegado sólo en la elaboración de una simple
escenografía funeraria.
Después se llevó a cabo una búsqueda de la forma perfecta piramidal (III-IV Dinastías),
en lo que estribaba la obsesión de Snefru, que construyó tres pirámides, no sintiéndose
satisfecho con las dos primeras: la de Medún y la de Dashur (quebrada). Con la llamada
“Roja” (2605 a.C.), sí se contentó, la cual poseía una cámara interior de 8’35 m de ancho
y 14’65 de alto. Es la primera de forma canónica triangular. Su bóveda (de la mencionada
cámara principal) está hecha a base de aproximación de hiladas (como en la Cueva del
Romeral, 800 años más temprana).
Keops (2600 a.C.), Kefrén (2560 a.C.) y Micerinos (2525 a.C.) son los tres grandes
faraones de la IV Dinastía. El arte que promulgaron estaba pensado para la eternidad,
para perpetuar su recuerdo. Y así lo consiguieron. Las tres pirámides que componen el
complejo se construyeron relativamente en poco tiempo. Son un perfecto enlace entre
la divinidad y los mortales. Presentan una estructuración jerarquizada (como en
Saqqara), consistente en un Templo llamado “del Valle”, que llegaba a la ribera del río,
una rampa que arrancaba de él (qui simbolizaba, como en el pozo de las mastabas, el
camino hacia el Más Allá), cubierta, que subía hasta el Templo Funerario propiamente
dicho (el de Kefrén, con dinteles prismáticos, se conserva casi intacto), detrás del cual
se ubicaba la pirámide (que protegía la tumba). Alrededor de la de Keops, por ejemplo,
se construýo un mar de mastabas, que muestran la idea de su sistema ecuménico
complejo (ciudadanos acogidos por la figura faraónica). Esta Pirámide de Keops, la
mayor, mide aproximadamente 145 m de alto (su base no está bien definida), es de
piedra caliza extraída de canteras cercanas (el poblado de los obreros se ha descubierto
recientemente), recubiertas de piedra marmórea (pulida), que se traía de lejos a través
del Nilo.
La pirámide es prácticamente maciza, excepto por unos pasillos interiores que
comunican sus tres cámaras: una subterránea, otra intermedia (para la reina, la cual se
trasladó al exterior posteriormente) y la que constituye el corazón de la estructura: la
tumba del faraón.
Los sillares usados en la obra pesan entre una y tres toneladas, lo que da una idea de la
dificultad de la construcción. Están constituidas en hiladas perfectas.
Al parecer, se alinean con el Cinturón de Orión (que representa a Osiris) y con la estrella
Sirius (Isis), relación establecida por la disposición de los pasillos y los propios huecos
interiores. Incluso los estudios revelan que conocían el número pi, ya que tal cifra surge
de diversas combinaciones matemáticas de sus medidas.
Construcción.
Es una incógnita cómo se construyeron. La idea tradicional defiende que utilizaron unas
rampas para transportar los bloques de piedra, lo cual resultaría muy difícil a cuanta más
altura (dichas rampas deberían ser kilométricas). Este problema intentan resolverlo
otros estudiosos, como el francés Jean-Pierre Houdin, que teoriza que pudieron utilizar
túneles internos para moverse por la obra, ya que estudios de microgravedad de 1986
revelan anomalías de densidad formando una espiral alrededor de la pirámide. De todas
formas, es indudable que su complejidad constructiva y simbólica es notable,
mostrándonos una vez más el mito de la montaña, que une tierra y cielo, teniendo al
Faraón como intermediario (no habría esperanza sin él).
IMPERIO MEDIO
Hipogeos.
En esta época van desapareciendo las pirámides poco a poco, y surgen los Hipogeos. La
última pirámide destacable es la de Sesostris I (XII Dinastía), que presentaba unos muros
de carga en forma de costillares, en disposición vertical, siendo el resto de ladrillo (con
lo que se perdía un poco la idea de eternidad, que permanecía aunque el coste de las
antiguas construcciones ya no se puediese afrontar). Amenemmes ya se enterró en
bóvedas escarzadas con columnas ornamentales (cámaras subterráneas), y Seremput II
y Paheti. A veces estos hipogeos imitan estancias o jardines de sus palacios interiores, y
frecuentemente aparecen motivos vegetales de decoración (en las columnas,
protodóricas). El capitel es el propio ábaco superior. La estructura más relevante es el
Templo-Tumba de Mentuhotep II en Deir-el-Bahari. Presenta una gran superposición de
terrezas y pórticos puramente ornamentales, que enfatizan su volumen, cuyo centro se
corona por un Templo cuya parte superior ha sido discutida por si presentaría una
pirámide, una cúpula… . Después había un patio y otro Templo hipóstilo que precedía la
Tumba en el interior de un cerro.
IMPERIO NUEVO
Esta arquitectura se desarrolló principalmente desde el año 1530 a.C. hasta el dominio
romano de Egipto. En ella se produce la gran eclosión de la Arquitectura Templaria, con
tipologías y funciones distintas a las de las construcciones anteriores. Están
normalmente dedicados a Amón u otros Dioses Locales. También nace la gran necrópolis
faraónica llamada “El Valle de los Reyes”, situado en un ámbito semidesértico, entonces
presentando montes poco elevados y apenas manipulados. La antigua monumentalidad
exterior se transforma en la arquitectura de espacio (de aire interno), no de volúmenes.
que los Templos presentaban una tipología muy concreta: el primer elemento constaba
de la Avenida de Esfinges o Carneros (Dromos) hacia su entrada, lo que constituía el
pasillo ceremonial (donde los fieles permanecían en las grandes fiestas), y que
terminaban en los Pilonos (las fachadas monumentales del Templo), que eran unos
troncos de pirámides muy verticales, truncados. En ellos se disponían relieves
narrativos, o podían presentar símbolos de linaje o grandeza (banderolas, estandartes,
retratos de los faraones patrocinadores y a veces los Obeliscos, y que representaban los
rayos del Sol petrificados, rematados por el Piramidón, de oro, metal de dioses, puro e
incorruptible, como el alma faraónica).
Después se pasaba al primer patio, una sala exterior, llamada Hípetra, abierta, rodeada
de columnas, y era el último lugar al que podía acceder el pueblo llano.
Detrás se encontraba la Sala Hipóstila, que generalmente presentaba columnas, y era
la más monumental, y de la que podía haber varias.
Por último, se pasaba al Sancta Sanctorum, que era la Cámara Sagrada, el lugar que
guardaba la imagen de la Divinidad (y podía tener otras dependencias para oficios
litúrgicos).
El Templo estaba cerrado por fuera con pequeños postigos de acceso restringido, las
únicas entradas la de los Pilonos y la de la Sala Hipóstila, cuyo escalonamiento permitía
la entrada de la luz (muy tamizada, con celosías muy caladas, que sólo dejaban una
semipenumbra).
El templo descendía en altura hasta la cámara sagrada, como un embudo. Otros
elementos notables son la regularidad del concepto arquitectónico, la gran
geometrización (con ejes que juegan con los cuadrados, columnas y círculos) y las
columnas palmiformes, lotiformes y papiriformes.
El Valle de los Reyes es el escenario principal de la extensión del Hipogeo como tipo de
enterramiento faraónico y nobiliario. El valle era un espacio sacro, con unos perfiles
geográficos característicos (de orografía quebrada), que estaba protegido por una
muralla con vigilantes soldados (para evitar las profanaciones y expolios). En la llanura
de la que arrancaba es donde se construían los Templos (una especia de capillas), en los
que se podía seguir rogando por los difuntos (en uno se encuentran los Gigantes de
Memnón, el de Amenofis III). Los hipogeos constituían una inmensa e intrincada red de
túneles subterráneos, complejos y luengos, con sus escaleras, rampas y dependencias,
que llegaban a la más amplia cámara funeraria, que a su vez podía presentar capillas
anexas. Éstos hipogeos solían ser alargados y rectos, aunque a veces se quebraban para
no acercarse y profanar otros cercanos. Entonces se incorporan los textos sagrados en
las paredes (aportación fundamental), representándose (además de los libros de los
muertos y de las horas), todo tipo de labores y menesteres que nos hablan de sus vidas
diarias, no siendo adornos, sino símbolos trascendentes, verdaderas guías históricas.