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Etimología

El nombre leprechaun proviene de la palabra irlandesa luprachán. Sin embargo,


muchos estudiosos piensan que dicha palabra deriva del gaélico leith bhrogan, que
significa el que hace un zapato.

Hay varias etimologías posibles para el nombre leprechaun. Una de las teorías más
comúnmente aceptada es que el nombre proviene de la palabra irlandesa leipreachán,
definida por Patrick S. Dinneen como "un enano, un duendecillo, un leprechaun; para
luchorpán"; Dinnen lo define finalmente como "un enano, un leprechaun; una especie
de duendecillo acuoso";2 esta palabra ha sido interpretada como "de medio cuerpo",
o "de cuerpo pequeño". Esta etimología es la que da el Collins English Dictionary.3

Aspecto
Las imágenes modernas de los leprechauns, especialmente las que se ven cuando se
acerca el día de San Patricio, suelen mostrar un hombrecillo vestido de verde. Sin
embargo, según cuenta la tradición, era posible verlos vestidos con chaqueta roja
de brillantes, botones plateados, calzas azules o marrones, zapatos grandes con
hebillas gruesas de plata y sombrero tricornio de copa alta.

Su estatura varía entre los quince centímetros y algo más de medio metro, y pueden
tener cara traviesa y digna a la vez. Muchos tienen barba y fuman en pipa. Cuando
están trabajando, suelen usar un delantal de cuero de zapatero y un pequeño
martillo con el que fabrican o arreglan pequeños zapatos de talla de hada.

Aparentemente, los leprechaun no tratan a sus compañeras hadas mucho mejor que a
los humanos, ya que sólo les hacen un zapato, nunca el par completo.

Personajes similares
En el norte de España, en las regiones de Galicia, Asturias, Cantabria y León, al
leprechaun se le identifica con la figura del trasgo, trasgu o trasno (que se
nombra en el tradicional conjuro de la queimada).

Cuentos típicos
Un cuento típico empieza con un viajero que sigue el débil sonido de un martillo,
proveniente de un espeso bosque. Cuando el leprechaun ve que le han descubierto,
suele mostrarse amable hasta que su visitante le pide que le diga dónde esconde el
oro. Entonces puede agarrar un berrinche tremendo, niega tener oro y señala un
imaginario enjambre de abejas o un árbol a punto de desplomarse, o hace lo que sea
para distraer a su captor. En el mismo instante en que el humano le quita los ojos
de encima, el leprechaun se esfuma. Si falla este truco, le quedan aún muchos
recursos. Por ejemplo, puede volverse sorprendentemente generoso y, en un abrir y
cerrar de ojos, comprar su libertad con una bolsa repleta de monedas de oro. Pero
cuando los leprechaun los rocían con el oro, es mejor no endeudarse demasiado
pronto, pues su regalo se convierte enseguida en cenizas o desaparece por completo.
Se dice que, si el leprechaun es recompensado con algún objeto valioso, te dará
mucha suerte, en el hogar y durante tu vida si es de buena fe.

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