Está en la página 1de 3

Psicología y ruralidad: ¿Estamos preparados los profesionales de la psicología en Colombia

para acompañar el fortalecimiento del campo y sus comunidades?


Por: Luisa Fernanda Mejía Gómez1
Lo rural, lo agrícola, el campo y la campesinidad son conceptos que en el mundo actual
comúnmente se relacionan con atraso, subdesarrollo y pobreza, situación que ha generado un
incalculable impacto negativo en millones de personas, en un alto porcentaje del territorio
mundial y por supuesto en el sostenimiento mismo de la especie. Como consecuencia de
dicha percepción los esfuerzos políticos, económicos, sociales, investigativos y académicos
se han focalizado casi que de manera exclusiva en el favorecimiento del “desarrollo” y la
calidad de vida de quienes habitan en los contextos urbanos, ignorando que la supervivencia
humana depende de la conservación y fortalecimiento de lo agrícola y en general del mundo
rural.
Hasta el año 2013 el 47% de la población mundial vivía en zonas rurales, cifra que año a año
se reduce teniendo en cuenta que el éxodo hacia las ciudades es cada vez mayor, quienes en
el entendido de que en la ciudad obtendrán un mayor bienestar, abandonan el campo, sus
modos de vida, sus costumbres, tradiciones y sus mismos sueños. El crecimiento poblacional
urbano se incrementa de manera exorbitante y la inversión mundial se focaliza en las grandes
ciudades, mientras el contexto rural, el cuidado de los recursos naturales y la agricultura a
pequeña escala decrecen y cada vez reciben menor atención de la humanidad. Este
abandono del mundo rural pareciera incomprensible teniendo en cuenta que allí yacen gran
parte de las bases para la vida –agua, aire, alimentación-, al tiempo que la agricultura es el
sector que más empleo produce en el mundo, suministra la forma de vida del 40% de la
población mundial, es la mayor fuente de ingresos y trabajo en los hogares pobres rurales y
como se acaba de indicar de ella depende la vida humana (ONU, 2016).
La realidad del campo en Colombia es un claro reflejo de lo identificado en el resto del
mundo. Los niveles de pobreza en el país son mayores en zonas rurales tanto si se miden por
ingresos como a través del índice de pobreza multidimensional (DNP, 2015; Jaramillo, 2006.).
La pobreza rural nacional se correlaciona con la falta de oportunidades socio económicas del
campo, en donde se reconoce que un 26% de la población todavía está en exclusión,
comparado con solo el 8% urbano; situación que explica parte de la razón de por qué ha sido
el campo el principal escenario de gestación y proliferación del conflicto armado interno vivido
en el país, lugar en donde a su vez se han experimentado las principales consecuencias de
dicho conflicto histórico y de otras múltiples formas de violencia.
Ante el reconocimiento de los fenómenos sociales que en la actualidad y desde hace varios
siglos caracterizan al mundo rural, cabe preguntarse aspectos como ¿qué ha hecho la
academia al respecto? ¿cuál ha sido el rol de la universidad y la investigación científica frente
al desarrollo rural? ¿qué tanto se ha priorizado el análisis de lo rural en los procesos de
formación universitarios, más allá de los programas que tienen una base agrícola? Sin duda
alguna, en el marco de las ciencias sociales disciplinas como la Antropología y en algunos
casos la Sociología han tenido una mayor conexión con contextos rurales y comunidades
campesinas, pero ¿qué ha pasado con las demás áreas del conocimiento? ¿cuál ha sido el rol
de la Psicología en relación al estudio e intervención rural?
La literatura indica que la psicología no se ha caracterizado por involucrarse en el estudio de
lo rural y sus comunidades, ello pese a que tal y como se ha venido indicado es allí en donde
se presentan las mayores inequidades y dificultades sociales. Por el contrario, diferentes
autores coinciden en afirmar que “la psicología tradicionalmente se ha enfocado en las
problemáticas urbanas, así como en su accionar en la práctica clínica” (Bianqui, Et. Al, 2015.
Pp. 260; Martín-Baró, 1986; Landini, 2015; Méndez, 2015; Migliaro, 2015).
Si la Psicología es en esencia una “ciencia” social, encargada de estudiar y comprender el
comportamiento humano, tanto individual como colectivo, ¿por qué no ha priorizado el estudio
de lo rural? Al respecto Landini (2015) plantea que la exclusión de lo rural como un aspecto
determinante para la disciplina psicológica podría remontarse al origen de su perspectiva
positivista experimental, desde donde se suponía la necesaria consolidación de un saber
universal que derivaría de la psicología como ciencia natural, en donde la consideración de
diversos escenarios de actuación humana, entre ellos lo rural como variable de estudio
implicaría la negación del carácter universal de su saber; “Percibir como extraño hablar de
psicología rural pone en evidencia la persistencia de esta matriz epistemológica en nuestra
concepción de psicología” (Landini, 2015. Pp. 26).
¿Qué tenemos para decir al respecto los profesionales de la Psicología en Colombia? en
especial teniendo en cuenta que, en la actualidad, el contexto nacional demanda a la
Psicología la posibilidad de poner en el centro de sus análisis, modelos, métodos y estrategias
de acompañamiento a los fenómenos sociales más característicos de la sociedad nacional,
dentro de los que sobresale por su abandono histórico el campo y la nueva ruralidad.
¿Cómo acompañaremos desde la Psicología la Reforma Rural Integral? Eje del actual
proceso de paz. Al respecto es vital partir de que no podemos imaginar lo rural como un
simple ámbito de aplicación de la Psicología, o exclusivamente como un área de
especialización o una sub disciplina psicológica, puesto que de hacerse de ese modo se
correría el riesgo de llevar la psicología urbana al campo. En palabras de Landini (2015) la
psicología rural debería ser entendida como un “motor de pensamiento”, como un “campo de
problemas” en los que se articula Psicología y ruralidad.
¿Se nos ha formado a los profesionales de la Psicología en Colombia para atender de
manera ética e integral el mundo rural y sus comunidades? A mi modo de ver debemos
empezar por una necesaria reflexión intradisciplinar que nos lleve a generar las mejores y
más pertinentes estrategias para comprender y acompañar nuestro desarrollo rural y esto
implica: debatir, ampliar el espectro de la discusión psicológica más allá de lo urbano, abrir los
campos de investigación, abrir los escenarios de práctica profesional, estudiar los fenómenos
en contexto, construir modelos y perspectivas desde los territorios, y en especial cuestionar
muchas estructuras disciplinares hoy concebidas como inamovibles en la Psicología nacional
e internacional.
Los retos que asume la Psicología de cara al fortalecimiento de la vida rural, nos involucran a
todos los profesionales de ésta área, en especial a aquellos encargados de establecer los
criterios de nuestra formación disciplinar. Además de la comprensión de los marcos
epistemológicos, paradigmáticos, éticos y metodológicos debemos imaginar cuáles deben ser
los núcleos problémicos sobre los cuales debe reflexionar la Psicología en Colombia, no es
posible que muchos de nuestros profesionales sigan ignorando el análisis e intervención de
nuestras mayores dificultades sociales. Colombia requiere del compromiso de todos sus
ciudadanos para avanzar en la construcción social de la paz y la Psicología asume al
respecto, una gran responsabilidad, en donde el fortalecimiento del mundo rural debe ser una
de nuestras grandes prioridades.

Referencias
Bianqui, V. Bandini, F. Mathot, M. Vásquez, L. (2015). Reflexiones en torno a un campo
posible: psicología, extensión y desarrollo rural. en F. Landini (compilador), Hacia una
psicología rural latinoamericana (pp.251-268), Buenos Aires: CLACSO.
Departamento Nacional de Planeación –DNP-. (2015). El campo colombiano: un camino hacia
el bienestar y la paz: Misión para la Transformación del Campo. Bogotá: Nuevas Ediciones
S.A.
Jaramillo, P. (2006). Pobreza rural en Colombia. Revista Colombiana de Sociología. ISSN
0120-159X Nº 27. pp. 47-62.
Landini, F. (2016). La noción de psicología rural y sus desafíos en el contexto
latinoamericano. en F. Landini (compilador), Hacia una psicología rural latinoamericana (pp.21
- 34), Buenos Aires: CLACSO.
Martín-Baró, I. (1984). Guerra y salud mental. Conferencia. Guerra y salud mental.
Conferencia Inauguración de la "I Jornada de la Salud Mental" y publicada en "Estudios
Centroamericanos", 1984, nº 429/430, p. 503-514., (pp. 503-514). San Salvador.
Méndez, A. (2015). Psicología ambiental y ruralidad. en F. Landini (compilador), Hacia una
psicología rural latinoamericana (pp.307-312), Buenos Aires: CLACSO.
Migliaro, A. (2015). Psicología rural: pensar lo que se hace y saber lo que se piensa. en F.
Landini (compilador), Hacia una psicología rural latinoamericana (pp.239-250), Buenos Aires:
CLACSO.
Organización de las Naciones Unidas (2016). Objetivos del Desarrollo Sustentable.
1
Psicóloga, Magister en Estudios Políticos e Internacionales, experta en asesoría, desarrollo y evaluación de programas sociales
desde la Política Pública con un especial énfasis en posconflicto y construcción de paz. Se ha especializado en el análisis de
fenómenos como: salud mental, enfoque psicosocial, reintegración, atención integral a víctimas del conflicto armado, desarrollo
social y ruralidad, siendo éste último ámbito uno de sus principales focos de investigación e intervención en la actualidad. Sus
análisis e intervenciones han intentado conciliar aportes de diferentes disciplinas y campos del conocimiento, especialmente de la
Psicología, los Estudios Políticos y la Antropología. Actualmente es Consultora de la Organización Internacional para las
Migraciones, asesora de proyectos de asociatividad y desarrollo rural, evaluadora de proyectos sociales, docente e investigadora
en temas afines a sus campos de especialidad.

También podría gustarte