El tercer tipo son los cacicazgos, que son las sociedades densamente pobladas que
son el eslabón entre la tribu y el estado, sus relaciones se basan en parentesco
haciendo un énfasis en la antigüedad de la línea genealógica y así es como se
organizan los cargos políticos dentro de la sociedad; los jefes, cuyos cargos son
permanentes y su trabajo consiste en la regulación económica: producción,
distribución y consumo. A partir de la redistribución se compartían los recursos, los
productos circulaban con base en una jerarquía, de los individuos comunes a los
jefes o viceversa, en ceremonias de retribución. Los grados de jerarquía se
calculaban tan elaboradamente en algunas islas, que había tantos rangos como
personas y por lo tanto era difícil trazar una línea entre élites y personas comunes,
sin embargo, en cuestión de estatus, si se trazaba una línea que respondía a un
tema de acceso diferencial a recursos que significaba poder, prestigio y riqueza,
resultando en el primer antecedente de la estratificación socioeconómica.
El ultimo es el estado, unidades políticas autónomas con clases sociales y un
gobierno formal centralizado, basado en leyes (Kottak, 2011, pp. 221) la
organización política no se da por relaciones de parentesco y las personas se
identifican con nuevos estatus, tanto adscritos como adquiridos y los individuos
poseen derechos y obligaciones, aunque siempre dentro de un marco de
desigualdad. El estado posee sistemas de estatus y funciones especializadas como
el control poblacional que se encarga de censos de la población dividida en distritos
y estados delimitados por fronteras (imaginarias y no imaginarias).
Sistema jurídico que se refiere a leyes que se aplican a los individuos y dictan el
comportamiento permitido dentro de la legalidad, pero también se usan en la
resolución de conflictos.
Un sistema de control y vigilancia que se refiere tanto al cumplimiento de las leyes
jurídicas como al uso de fuerzas militares en caso de conflictos armados y así
mantener el control social.
Sistema fiscal ya que el estado interviene en la producción, distribución y consumo
de recursos y se apoya de un modelo de redistribución a partir de un sistema de
impuestos, donde los ciudadanos tienen que entregar al Estado una parte sustancial
de lo que producen. De los recursos que el Estado colecta, reasigna parte para el
bienestar general y usa otra (con frecuencia mayor) para la élite.
En los estados arcaicos, esos subsistemas estaban integrados por un sistema
gobernante o un gobierno compuesto de funcionarios civiles, militares y religiosos
(Fried, 1960).
Comentario.
Es interesante notar la evolución de los distintos modos de organizarse de los
grupos a lo largo de la historia y como el estado del individuo también cambia, y
como cambian las nociones de prestigio e igualdad entre las personas, lo que
incumbe a su subsistencia, la división de tareas y obligaciones dentro del grupo, así
como las nuevas significaciones de las jerarquías a partir de la creación de los
nuevos estratos.
Si los estados oprimen a los individuos y fomentan la desigualdad es importante
reflexionar sobre la acción social y la influencia del activismo y otros grupos
organizados que se resisten a mantener ese estatus quo.