Está en la página 1de 4

Aseguramiento de flujo

Dada la cada vez más exigente demanda de energía y la disminución de recursos


energéticos es necesario desarrollar procedimientos que permitan llevar a cabo la
extracción de las reservas energéticas que por motivos económicos o tecnológicos
no han podido ser explotadas hasta el momento. El desarrollo de estos nuevos
métodos de extracción de crudos de petróleo en campos de difícil acceso ha
desarrollado un nuevo área de investigación conocida como aseguramiento de
flujo en crudos de petróleo. El trabajo principal de estos departamentos es conocer
los posibles problemas de obstrucción de las líneas de extracción de crudos de
petróleo que se pueden ocasionar en las adversas condiciones a las que se ve
sometido este tipo de procesos. Los principales problemas referentes al
aseguramiento de flujo que se estudian es la deposición de parafinas y asfaltenos
provenientes del crudo de petróleo debido a cambios de presión y temperatura y
las formación de incrustaciones inorgánicas a partir del agua que es extraída de
forma conjunta al crudo de petróleo o que se utiliza para mejorar los procesos de
recuperación. Todos estos compuestos producen la aparición de deposiciones
sólidas difíciles de remover y que disminuyen la sección de paso a través de las
tuberías y pueden llegar incluso a bloquear por completo un equipo paralizando el
proceso de extracción.

El aseguramiento de flujo son todas las estrategias y principios que existan para
asegurar que exista un flujo ininterrumpido de producción de hidrocarburos entre
el yacimiento y el punto de venta. Los impedimentos para el flujo de hidrocarburos
en los pozos y las líneas de flujo pueden surgir de una combinación
interrelacionada de efectos entre los que se encuentran la dinámica de flujo —el
flujo de fluido monofásico y multifásico— y la química de la producción. En
condiciones de presión y temperatura de yacimiento, los fluidos son monofásicos.
A medida que se desplazan hacia la instalación de producción, los fluidos
experimentan cambios en la presión y la temperatura que producen múltiples
fases de fluidos, además de la formación, acumulación y dispersión de sólidos
inorgánicos y orgánicos que pueden convertirse en impedimentos para la
producción. El flujo multifásico puede producir fenómenos tales como la formación
de bolsones de líquido y gas en las líneas de flujo submarinas y en los tubos
ascendentes. La depositación de sólidos puede producir el taponamiento de las
líneas de flujo en cualquier parte del sistema.

Históricamente, los impedimentos para la producción presentes en los pozos y en


las líneas de flujo son bien conocidos en los ambientes de tierra firme y de aguas
someras, en los que han sido manejados utilizando medios térmicos, mecánicos y
químicos. Las largas líneas de flujo que conectan un cabezal de pozo o un
colector múltiple con una instalación de producción están expuestas a bajas
temperaturas y altas presiones. En estos ambientes de aguas profundas, las
tecnologías y las operaciones de intervención de pozos son costosas porque
habitualmente requieren embarcaciones para aguas profundas o un equipo de
perforación/terminación. El personal responsable del aseguramiento del flujo debe
poseer un conocimiento profundo de la dinámica de flujo y la química de
producción.

Debido a las elevadas cantidades de dinero que pueden llegar a perderse si uno
de estos problemas ocurriese es de gran interés conocer las condiciones en las
que aparecen estos compuestos para prevenir de la mejor forma posible la
deposición de estos sólidos y los problemas que ellos conllevan. Y como último
remedio disponer de las herramientas adecuadas para realizar los procesos de
eliminación necesarios en cada caso.
La acumulación de sedimentos minerales es uno de los problemas de
aseguramiento de flujo que más preocupa a los ingenieros de producción. Se trata
de un conjunto de depósitos que se incrustan en los los revestidores, las válvulas,
las tuberías de producción, las bombas, y los equipos de completación del pozo.
Las incrustaciones se pueden depositar a lo largo de toda la trayectoria que sigue
el agua, desde los pozos inyectores hasta los equipos de superficie, pasando por
los yacimientos. La mayor parte de las incrustaciones que se encuentran en los
campos petroleros se forman por precipitación de minerales presentes en el agua
de formación, o bien como resultado de que el agua producida se sobresatura de
componentes minerales cuando dos aguas incompatibles se encuentran en el
fondo del pozo. Cada vez que un pozo de gas o de petróleo produce agua, o que
se utiliza inyección de agua como método para mejorar la recuperación, surge la
posibilidad de que se formen incrustaciones.

Las incrustaciones pueden desarrollarse en los poros de la formación en la


cercanía del pozo, con lo cual la porosidad y la permeabilidad de la formación se
ven reducidas. Asimismo, pueden llegar a bloquear el flujo normal cuando se
obstruyen las tuberías de producción. Pueden además cubrir y deteriorar equipos
de completación, como las válvulas de seguridad. Los efectos de las
incrustaciones pueden resultar dramáticos e inmediatos. Por debajo de las
incrustaciones pueden aparecer signos de corrosión y picaduras sobre el acero,
debido a la presencia de bacterias y gas sulfuroso, con lo cual se reduce la
integridad del acero.

Las incrustaciones inorgánicas de origen mineral más comunes formadas a partir


de las aguas de producción son el carbonato de calcio (CaCO3) y el sulfato de
bario (BaSO4). El origen de las incrustaciones de carbonatos se debe a la
presencia de iones de calcio y bicarbonatos en las aguas de producción, cuando
se produce un descenso de la presión o cambian otras condiciones, puede
precipitar la calcita (CaCO3). El sulfato de bario (BaSO4) se forma generalmente
cuando el agua de formación rica en iones bario se produce de forma conjunta con
el agua de mar rica en iones sulfato. Además de este tipo de incrustaciones se
pueden generan también sulfato de estroncio y calcio y carbonatos de bario y
estroncio aunque en menor medida que las anteriores.

Las técnicas utilizadas para eliminar las incrustaciones deben cumplir ciertas
condiciones: ser rápidas, no dañar el pozo, las tuberías ni el ambiente de la
formación, y ser efectivas en la prevención de nuevas precipitaciones en el futuro.
En los tratamientos de estimulación de la matriz de la formación, por lo general, se
emplean disolventes de incrustaciones con el fin de detener la caída de la
producción. Para poder decidir cuál es la mejor técnica, es necesario conocer el
tipo y la cantidad de incrustaciones y su composición física o su textura, ya que si
se elige un método inadecuado se puede llegar, en realidad, a incentivar el
depósito de incrustaciones.

El grado de resistencia y la textura de las incrustaciones presentes en las tuberías


revisten gran importancia en la elección de la técnica de eliminación. La
resistencia y la textura pueden variar desde hilos delicados y quebradizos o
cristales de alta microporosidad hasta capas de aspecto rocoso de baja
permeabilidad y porosidad. La pureza de las incrustaciones afecta su resistencia a
los métodos de limpieza.. El sulfato de bario puro es normalmente de baja
porosidad y totalmente impenetrable con agentes químicos, y solo se puede
eliminar lentamente utilizando alguno de los métodos mecánicos más
tradicionales. Las mezclas de sulfato de bario que por lo general contienen sulfato
de estroncio, sulfato de calcio o incluso carbonato de calcio, con frecuencia ceden
con distintos métodos de limpieza tanto químicos como mecánicos.

También podría gustarte