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T Tema IV (S-Z)

1. En base a la bibliografía dada por la cátedra y a la que cada cual quiera agregar

i
(gráfica, electrónica, etc) trazar un cuadro cognitivo de la prehistoria africana
buscando relacionar géneros de homínidos con industrias. Los límites
cronológicos son desde el comienzo del proceso de hominización hasta las
vísperas del proceso de la producción de alimentos.

g Homínidos
Procónsul (Kenya)
Industrias
Escasamente
utensilios.
especializado. No posee

r
Afarensis (Olduvai) Útiles de piedra (guijarros quebrados) →
<<pebble culture>>.
H. Habilis (África del sur y central) Poseía unas manos con capacidad prensil
entre el pulgar y los demás dedos, facultad

e
necesaria para la fabricación de los
primeros utensilios de piedra.
H. Ergaster (África subsahariana) Fabricación de los utensilios de piedra más
elaborados llamados hachas de mano.
H. Sapiens Las hachas de mano dieron paso a
utensilios de piedra más pequeños y
variados, diseñados para ser fijados en
varas de madera a modo de astil. A

d
diferencia de las hachas de mano, esos
pequeños utensilios evidencias variantes
regionales, debidas probablemente a una
mayor destreza en la explotación de los
entornos específicos.

o
Industria del primer estadio (estereotipo técnico australantropido). La cadena operatoria
está limitada a un solo gesto (a) que lleva al chopeer (b) al hacha elemental (e) por
adición de los puntos de choque y desprendimiento de la punta del útil (c-d).

Industria del segundo estadio (estereotipo técnico arcantropoide). La cadena primaria (a)
se enriquece con un segundo tipo de golpe (b). Los útiles, además de los fragmentos
directamente utilizables, son el destral (c) y el hacha de mano bifacial (d).

Industria del tercer estadio (estereotipo técnico LevalloisMusteriense). Las dos primeras
series de gestos (a y b) llevan a la extracción de un fragmento preparado (c). La adición
de la primera serie (d) y de la segunda determina un bifacial muy disimétrico, el nucleus
(f), de él se puede extraer el fragmento levalloisiense (g) o series de fragmentos laminares
(h). La preparación laminar da el fragmento necesario para la extracción de la punta
levalloisiense (i y j).
Extraído de ESPINAL PÉREZ, Cruz Elena EL CUERPO TECNO-CULTURAL Y/O
TECNONATURAL. Relaciones entre cuerpo, técnica y cultura en el marco de la definición
del «hombre» y sus conexiones con la « técnica», a partir de la «Paleoetnología» de
André Leroi-Gourhan y la «Antropobilogía» de Arnold Gehlen.

2. Siguiendo los mismos criterios de consulta de material que en el punto


precedente enumerar los rasgos salientes de las relaciones entre Egipto y el país de
Punt.
Desde la dinastía V se tienen referencias sobre el país de Punt, siendo el faraón
Sahura quien enviase una de las primeras expediciones egipcias. Pero además lo harían
otros faraones como Mentuhotep III y Sesostris III, llegando a quedar inscritas tales
expediciones en la Piedra de Palermo.

Las inscripciones encontradas en la costa del mar Rojo, al norte de Quseir, próxima a la
desembocadura del Wadi Gasus, posibilitan conocer las huellas de la actividad de los
egipcios en relación con Punt. Se puede llegar a la deducción de que los navíos egipcios
iban a buscar a Punt el valioso incienso y otros muchos productos hasta hacia poco
prestados por la Arabia meridional.

El vínculo entre Egipto y Punt conoció etapas sucesivas, la primera precede al reinado
de Hatshepsut, los egipcios no poseían entonces suficiente información sobre Punt;
obtenían el incienso por los intermediarios que incrementaban las leyendas sobre este
país a fin de elevar el precio del incienso. Punt cautivaba a los egipcios por sus riquezas,
en una inscripción de la XI dinastía se detalla como el tesorero Henu equipó una
expedición comercial a Nubia y Punt. Expediciones como estas eran acompañadas por
destacamentos de soldados, lo que les daba un carácter semimilitar. En la inscripción del
”tesorero del rey del Bajo Egipto y del jefe del palacio Hent-het-ur”, se dice, que él
“regresó felizmente de Punt”, además sus soldados estaban con él sanos y salvos y sus
barcos atracaron en Sau. Es probable que este puerto se encontrara situado en el litoral
del mar Rojo, más al norte de Kosier. En la inscripción hallada en el norte de Kosier, se
cuenta que en el primer año del reinado de Senusert II fue “construido su monumento en
el País de Dios” - como antiguamente denominaban a Punt-. El comercio con Punt existía
ya en los tiempos de la XIII Dinastía, en la inscripción de Neferhotep se habla de “las
substancias aromáticas de Punt” y de las “piedras preciosas del país de los dioses”. Pero
fue, sin duda, la expedición dirigida por la reina Hatshepsut, ya en la dinastía XVIII, de la
que más y mejores registros poseemos. Las paredes de su templo en Deir el Bahari son
testigos de su campaña. Hatsepsut abrió el segundo período, entonces, una flota de cinco
navíos fue enviada para volver con árboles del incienso. Después de Hatsepsut parece no
acontecer ninguna novedad, posteriormente los textos hablan de la llegada de habitantes
de Punt a Egipto. Punt figura en los sucesivo en las listas de los pueblos vencidos, lo cual
dada la distancia de ese país, parece bastante poco realista. Finalmente, aparecen
indicios de tráfico en los puertos del mar Rojo entre puntianos y egipcios y de tránsito de
mercancías llegadas de Punt por vía terrestre entre el mar Rojo y el Nilo. Cerca de el final
del reinado de Ramsés IV, las relaciones con Punt se detienen.

Bibliografía complementaria:
Historia económica y social del Antiguo Oriente I. V. I. Avdiev, Ediciones Akal

Cast of Hatshepsut's Punt Reliefs: Reception in Punt. The Metropolitan Museum of Art.
3. Trazar un cuadro general de la presencia púnica-cartaginesa en el norte de África
y su papel en la exploración de la costa Atlántica africana.
Cartago se interesó en ampliar sus territorios sobre suelo africano, esa política fue
tomada teniendo en cuenta que los cartagineses se veían cada vez más aislados por los
éxitos de los griegos en el Mediterráneo, primero durante las guerras Médicas contra los
persas en las que los fenicios sufrieron considerables pérdidas, y posteriormente contra
los etruscos en Italia. Esa nueva política territorial está asociada a la dinastía de los
magónidas, liderada en esa época por Hanón, hijo de Amílcar. El periplo de Hanón,
cuenta su expedición, en la que abundan paisajes pintorescos, hombres salvajes,
cocodrilos e hipopótamos, señala, sin embargo, dos puntos de referencia destacados: la
isla Cerne conocida, por otra parte, como un depósito de marfil y de pieles de fieras, y un
gran volcán denominado “carro de los dioses”, ultima etapa del itinerario de Hanon en las
costas africanas. La existencia de esos dos lugares será confirmada, en el siglo II antes
de la era cristiana, por el viaje del historiador griego Polibio.

La conquista de la península del Cabo Bon y de un vasto territorio situado al sur de la


ciudad, que se extendía al menos hasta Dougga, y comprendía algunas de las tierras más
fértiles de Tunicia fue de gran consideración, ya que esas tierras proveían lo esencial del
suministro de Cartago, y permitieron a la ciudad incrementar considerablemente su
población. Más tarde, numerosos cartagineses tomaron propiedades en cabo Bon, éstas
eran consideradas dominio público y sus habitantes se hallaban reducidos a una
condición de servidumbre. En las demás regiones conquistadas, las poblaciones tenían
que pagar tributo y suministrar tropas. El número de los establecimientos costeros fenicios
superará en lo sucesivo las propias colonias de Cartago. Se trataba de pequeñas
comunidades de algunos centenares de residentes, en los que las poblaciones locales de
las regiones vecinas iban a vender sus productos, como indica el nombre que les dieron
los griegos: “emporia” o mercados.

La frontera entre el imperio cartaginés y las colonias griegas de Cirenaica se localizaba


en el golfo de Sidra, pero los establecimientos no eran tan abundantes en la costa de
Libia. El principal se encontraba en Leptis, donde es posible que se estableciese un
puesto permanente cuando la expedición lanzada por Dorieus sobre la región vecina hubo
manifestado un peligro de invasión griega. Leptis se transformó en el centro administrativo
de las diversas colonias del golfo de Gabes, y se sabe que era una ciudad próspera al
final del periodo cartaginés.. El fundamento de la prosperidad de Leptis se otorga
generalmente al comercio transahariano, ya que la ciudad estaba instalada al final del
itinerario más corto, que por Cydamus conducía al Níger. La cultura fenicia persistió allí
durante más de un siglo luego de la ocupación romana. En el golfo de Gabes, existían
otros establecimientos: Zouchis, Gigthis y Tacapae. Más al norte, Thaenae ubicada en el
punto donde la frontera sur del territorio de Cartago se juntaba con el mar. Es interesante
mencionar que según la tradición, Leptis Minor y Hadrumeto habían sido fundadas por
Fenicia, no por Cartago. Hadrumeto logró ser la mayor ciudad de la costa este de Tunicia.
Finalmente, una ruta que cortaba la base del cabo Bon conducía de Néapolis a Cartago,
al oeste de Cartago se extendía Utique que era un puerto y es importante recalcar que
conservó su independencia durante mucho tiempo.

4. Enumerar los rasgos salientes de la sociedad romana en África del norte, sus
relaciones comerciales en el espacio subsahariano y su impacto en los
movimientos de los pueblos nómadas hacia el sur.
1) La organización municipal:
El primer siglo de ocupación romana fue para África una época de un pronunciado
retroceso, especialmente por una explotación desconsiderada de sus riquezas
territoriales. Al continuar la obra concebida por Cesar, Octavio Augusto dio origen a un
nuevo periodo en la historia de África, a una nueva disposición política y a un amplio
programa administrativo, militar y religioso. Los emperadores que relevaron a Augusto
continuaron su política, así contaron, bajo Marco Aurelio, más de treinta y cinco colonias
distribuidas sobre el conjunto de las provincias africanas. Los inmigrantes eran por regla
general veteranos y llegados de legiones disueltas con ocasión de la reorganización del
ejército.

En relación a la organización de las ciudades podemos ver las siguientes diferencias,


estaban las ciudades peregrinas, pobladas de no-ciudadanos, la mayor parte eran
estipendiaris, pero algunas estaban dotadas de la libertas, es decir, que su autonomía
estaba jurídicamente reconocida. Después las ciudades latinas: habían recibido por
concesión de conjunto, o porque habían sido pobladas de colonos latinos, bien el "jus latii
majoris", que concedía la ciudadanía romana tanto a los magistrados municipales como a
los miembros de la asamblea de los decuriones, bien el "jus latii menoris" que limitaba la
ciudadanía a aquellos que estaban establecidos en una magistratura o en un honos; el
resto de los habitantes tenía, no obstante, derechos civiles casi iguales a los de los
ciudadanos. Por último, en las colonias de derecho romano, los habitantes eran
ciudadanos romanos excepto, por supuesto, los esclavos, los extranjeros domiciliados y
los adtributi.

Al sur las provincias africanas, y sobre todo en las provincias mauritanas, las regiones
carentes de ciudades y dominadas por un régimen tribal eran supervisadas por
destacamentos poco importantes mandados por praefecti.

Considerando estos matices, se confirma que las ciudades africanas se inclinaban


cada vez más a asemejarse a los municipios italianos, en todas partes había una
Asamblea del pueblo, un Senado, y magistrados sujetos a la anualidad y a la colegialidad.
Los ciudadanos del populus estaban asociados en cuerpos intermedios llamados curias, y
estas eran consideradas por algunos como una supervivencia de una antigua institución
cartaginense. Sin embargo, la realidad del poder no dependía del populus, sino del
senado municipal, compuesto de un centenar de miembros que conformaban el ordo
decurionum, un orden senatorial a escala local.

2) La vida económica:
a) Agricultura: Se conoce el predominio de la agricultura en la economía antigua, en
África, en la época romana, la tierra era la fuente principal y más apreciada de la riqueza y
del prestigio social. África era el granero de roma porque, una vez dominada, fue forzada
a entregar su trigo, a titulo de tributo. La conquista romana ocasionó en primer lugar un
empeoramiento de la agricultura como también del conjunto de la economía africana, la
destrucción y el abandono de la arboricultura de la Chora cartaginesa fue llevado a cabo
porque Italia dominaba entonces el mercado del vino y del aceite e intentaba desechar
toda competencia relativa a los cultivos remuneradores. Solo el trigo perduró y aumentó
desde el reinado de Augusto.

Desde los comienzos de la invasión, la colonización romana se materializa por una


división agraria a cuadros, la centuriación, el suelo africano fue partido así en cuadrados
de 710 metros de lado, por medio de una red de líneas rectas tiradas a cordel y que se
cortaban en angulo recto. Las tierras transformadas en propiedad del pueblo romano,
como consecuencia de la conquista, se repartían en varias categorías, y su estatuto
jurídico era complicado y no cesó de cambiar..

b) La industria y el comercio: Las industrias más prósperas eran las de transformación


de los productos agrícolas, y especialmente la oleicultura. La importancia del aceite en la
economía antigua como principal alimento graso y también como único combustible de
iluminación y producto de aseo personal era esencial. La industria de la cerámica
comprendía, además del ámbito domestico, los de la iluminación y de los envases.

Con la conquista romana, la dependencia frente a los centros de producción exteriores


se hizo mayor: la región de Campania fue sustituida por Toscana y luego por los talleres
galos.
Las aldeas rurales celebraban nundines, tipos de ferias, que similares a los zocos
modernos, se dividían entre los días de la semana. En las ciudades, se levantaban
macella con una plaza bordeada de pórticos en los que ponían sus tenderetes los
mercaderes. Otros negocios y transacciones se celebraban en la plaza del foro o en las
tiendas y mercados de las ciudades (banqueros y cambistas, taberneros, mercaderes de
paños, etc.)

En tiempos de Augusto y de sus continuadores dos rutas de interés estratégico unieron


Cartago con el sudoeste, por el valle del Miliane, y con el sudeste por el litoral.

En relación con los países transaharianos, podemos decir que eran de gran
importancia ya que suministraban oro en primer lugar. El comercio de las caravanas
aportaba también esclavos negros, plumas de avestruz, fieras, esmeraldas y rubíes del
Sahara. A cambio, las provincias romanas proporcionaban vino, objetos de metal, vasijas
de alfarería, textiles y objetos de vidrio.

Sin embargo, también fue una zona de enfrentamientos, el uso cada vez mas extendido
del dromedario, a partir de los siglos II y III, en la zona de los confines saharianos por
donde pasan la pistas del sur y del este, reavivó el nomadismo permitiendo los
desplazamientos, la ganadería nómada y el saqueo de las caravanas y de los centros
sedentarios más o menos adeptos a la civilización romana.

A grandes rasgos la política latina puede resumirse rápidamente de este modo, el


anhelo de ocupación de los territorios agrícolas del Magreb requería de una cobertura
estrategica meridional. Ahora bien, en esas regiones, los nómadas saharianos eran
molestos. La historia romana, a lo largo de cuatro siglos, y particularmente en la época
tardía, está colmada de ejemplos en los que los saharianos de los confines meridionales
tripolitanos y cirenaicos, llegan a preocupar a la vez a la Libia marítima y a los oasis de
Egipto.

La estrategia romana, para evitar ese peligro, fue separar primero a los nómadas de
sus bases de retaguardia destruyendo rápidamente los estados saharianos más fuertes.
Nasamones y Garamantes fueron así aplacados a partir del alto imperio. En adelante solo
hacia falta ordenar escrupulosamente, en los siglos II y III, la protección del territorio de
colonización mediante una potente red de fortalezas, explanadas y vías de comunicación,
establecidas geográficamente en función de la ventajas locales del terreno. A eso se debe
la estructura desigual del limes romano, El control del nomadismo sahariano septentrional
garantizaba así estar asegurado, pero no lo estuvo siempre. A partir del siglo IV, la
gravedad del peligro de los camellos se duplicó, desgastando diariamente las tropas del
limes.

5. Analizar el proceso de formación de la civilización axumita poniendo especial


énfasis en el proceso de difusión del cristianismo desde el espacio egipcio-nubio y
del cercano oriente.
El período sudarabizante como su denominación señala, es aquel en que Etiopía del
norte registra una fuerte influencia sudárabiga. Plasmada en las semejanzas culturales,
políticas, y religiosas. Durante el período intermedio se hace más firme la opinión de que
una cultura local asumió las influencias extranjeras. El legado sudárabe siguió presente,
pero ya no directamente sino como un desarrollo interno del período precedente.

En cuanto a su organización política se cree que en sus inicios Axum fue un principado,
que con el tiempo se transformaría en la primera provincia de un reino feudal, que
conseguiría asegurar su supremacía sobre los estados segmentarios de la Etiopia
septentrional y conseguir unir estos en un solo reino. Desde final del siglo II hasta el
comienzo del IV, Axum formó parte de conflictos diplomáticos y militares que confrontaban
a los estados de la Arabia meridional. Posteriormente estos axumitas dominaron a las
regiones situadas entre la meseta del Tigre y el Valle del Nilo. En el siglo IV, llevó a cabo
la conquista del reino de Meroe. Así se fabricó un imperio que se extendía sobre tierras de
Etiopía septentrional, Sudan y Arabia meridional; abarcaba a todos los pueblos que
habitaban los países situados al sur de los límites del Imperio romano, entre el Sahara al
oeste y el desierto de Ruby el Hali, en el centro, al este. El Estado se dividía entre Axum y
su reino vasallos, cuyos monarcas eran súbditos del “Rey de reyes” de Axum, al que
pagaban tributo. Estos reinos vasallos se ubicaban en la meseta de Tigres y la región de
la bahía de Zula y luego de la victoria de Ezana se esparcieron hasta la Alta Nubia, entre
la 6° Catarata y Sennar. En el siglo IV, Ezana buscaba dominar o aprehender a los
vasallos rebeldes, soberanos hereditarios de los principados de Axum.

La unificación de una parte de África del Nordeste benefició a la aristocracia axumita,


que eran los que adquirían bienes de lujo de los romanos, árabes e indios. Los
ciudadanos de la capital igualmente se vieron beneficiados, mercaderías importadas
como pulseras de cobre, lanzas de hierro, vestidos de paño entraban a los mercados
locales y se hacían alcanzables a la población urbana y rural. Los monarcas axumitas y
los vasallos del reino de Axum, eran los principales proveedores de los mercaderes
extranjeros. El oro y la plata que se conseguían de las conquistas de guerra o del pago de
tributo, se transformaban en moneda y servían para pagar los productos extranjeros que
llegaban al rey y a sus nobles. En el siglo III, los Ptolomeo de Egipto aumentaron el
comercio a lo largo de las costas africana del Mar Rojo y del Océano Indicó, pero no fue
de larga duración.

La evolución de este imperio se evidencia también en la cultura y la ideología de Axum


durante el periodo que va del siglo II al IV. Los primeros soberanos de Axum eran
paganos. Ese paganismo era un politeísmo evolucionado con determinados aspectos de
los cultos a la ganadería y los trabajos agrícolas. Se cree que la mayoría de los axumitas
ejercían la agricultura y ganadería. Veneraban a Astar, a Beher y a Meder (divinidades
que representaban la tierra), también vinculaban a la divinidad lunar al dios Mahren, en la
inscripción bilingüe de Ezana, corresponde al nombre griego Ares (dios de la guerra). En
las inscripciones axumitas, Ares- Mahrem, es un dios de la guerra invencible y como dios
de la guerra y de la monarquía Mahrem reinaba sobre divinidades astrales y cristianas.
Las influencias ejercidas en Etiopía y Arabia por el cristianismo y otras religiones
monoteístas, llevaron a que esos países adquieran una perspectiva monoteísta, y las
mismas están testimoniadas en las inscripciones de Ezanas donde da gracias a dioses
paganos, a la vez que agradece al “señor de los cielos”, lo que se nota en las monedas de
Ezanas, es una profesión de fe, que es cristiana.

6. Enumerar los rasgos salientes de la ocupación bizantina de África nor occidental.


Señalar rupturas con el periodo del reino vándalo en el terreno político y religioso.
En el año 533 por mandato de Justiniano, un cuerpo expedicionario ordenado por
Belisario eliminó la autoridad vándala, y ese mismo pueblo desapareció de la historia. La
primera decisión bizantina, un celebre edicto del año 534, reajustando las estructuras
administrativas del país, señaló la tónica que se iba a proseguir, una política a la vez
militar y jurídica, inspirada en la de los romanos. La reconquista del país fue dificultosa,
una vez descartado el poder vándalo, el conquistador se encontró con la oposición de los
jefes indígenas y llegó a triunfar bien por la fuerza o por la astucia. Del 534 al 539, el
patricio Solomon, fue agredido y ulteriormente muerto por los montañeses de Lavdas, en
Aures. El espíritu ofensivo fue reemplazado entonces por una estrategia defensiva.

Inútilmente, al final del siglo VI, y a comienzo del VII, los emperadores Mauricio Tiberio
y luego Heraclio trataron de cortar los frentes, restringiendo la ocupación del territorio,
pero nada consiguieron. La expansión bizantina nunca pudo sobrepasar, hacia el oeste, la
región de Setif. Solo algunas ciudades costeras más alejadas, recibieron guarniciones,
pero, estrechamente bloqueadas por los “moros”. Por su parte, el dominio vándalo se
caracterizó por un debilitamiento militar continuo y una ineptitud de parte de sus
gobernantes de encontrar una forma de convivir con los grupos romanos.

En este contexto, la autoridad bizantina tuvo gran valor al actuar en los terrenos
administrativo y económico. Las ciudades romanas de antaño continuaron su decadencia
y su desplazamiento, al amparo de poderosas fortalezas que constituían sus reductos.
Las antiguas provincias, restauradas a veces artificialmente, recibieron gobernadores,
sometidos a un prefecto del pretorio instalado en Cartago, mientras que el poder militar
estaba disociado de él. Al final del siglo VI, un jefe supremo, el exarca, concentró
prácticamente en sus manos todos los poderes.

La política interior, derivada de los métodos romanos, tendieron a recobrar los


rendimientos fiscales de antaño. La anona, impuesto anual pagadero en trigo, fue
restaurada. Una vez expropiadas las propiedades reales vándalas, se devolvieron las
explotaciones privadas a sus antiguos propietarios. En todos los terrenos, la fiscalidad se
dejó sentir como algo agobiante. La vida económica, sin embargo, conoció una relativa
fortuna.

En el plano religioso el poder Bizantino restituyó el culto tradicional, es decir, el


catolicismo ortodoxo, y prohibió el arrianismo. Los vándalos practicaban el arrianismo,
considerado hereje por el clero católico tradicional. Esa coyuntura de crisis moral y social
estuvo ligada a su desmoronamiento.

7. Señalar los puntos de contacto e interacciones entre los siguientes procesos: a)


migración de los pueblos bantú parlantes; b expansión de la agricultura en el África
subsahariana; c) difusión de la técnica de utilización del hierro en África al sur del
Sahara.
Aunque se está de acuerdo sobre el origen primero de las lenguas bantúes en África
occidental, los puntos de vista difieren a propósito del centro de difusión inmediato. La
expansión de los Bantú fue a la vez veloz y prolongada. No fue ya un merodeo de
nómadas errantes, ni un proyecto de conquista militar. Fue un considerable proceso de
colonización y la entrada a tierras esencialmente desocupadas. Los pueblos que han
hablado el protobantú, antes de su dispersión, habrían conocido la metalurgia del hierro.
El trabajo y la utilización del hierro personificaron a los bantú, estos eran considerados
como el pueblo que comprendía los secretos de su metalurgia.

Hasta el final de los años 1950, se acostumbraba a creer que la aparición de la


agricultura no había sido, en la mayor parte de África subsahariana, más que un hecho
bastante tardío, contemporáneo a la práctica de la introducción de la tecnología del hierro
en todas partes, a excepción de algunas zonas occidentales de África y que esa
innovación, llegada del sudoeste de Asia, se había extendido alcanzando el valle del Nilo
y finalmente el resto del continente. Murdock ha sido el primero en cuestionar ese punto
de vista tradicional sobre los inicios de la agricultura en África, manifestando que los
cultivos de vegetales habían aparecido en lo esencial en esa región del África occidental
que corresponde a la cuenca superior del Níger y del Senegal en Futa Djalon. Está claro
que los ñames, cierta variedad de arroz, el sorgo, la palmera de aceite y otras materias
primas menos importantes son originarias de África Occidental.

Los comienzos de la agricultura ejercida en tierras de labranza, al menos en la mayor


parte de las regiones de África donde se habla bantú, fueron simultáneas a las de la
primera aparición de la metalurgia del hierro. Se admite también bastante comúnmente
que buen numero de los alimentos básicos consumidos muy antiguamente en el áfrica
bantú, tales como el plátano fructífero, la colacasia, la eleusina cultivada y el soro fueron
al fin introducidos allí pasando por áfrica occidental, o también, tratándose de los
plátanos, indirectamente desde Asia del sudeste. Los hallazgos de los arqueólogos
muestran perfectamente que la expansión principal de los pueblos de agricultores fue un
fenómeno que se remonta al primer milenio de la era cristiana en la mayor parte del áfrica
bantú.

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