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Por: Laisvie Andrea Ochoa
libreandrea@gmail.com
Bogotá, Colombia. 2014
Publicado en iLetrada Revista de Capital Cultural. No 22. Publicación virtual.
Son de gran relevancia también los trabajos del coreógrafo francés Philippe
Decouflé, quien realiza destacadas investigaciones sobre las reglas de la óptica,
jugando con geometrías y cambios de perspectiva en videos como Codex
(1986), Shazam y Abracadabra (1998).
Shazam: http://youtu.be/9xnYO6YMDzw
Abracadabra http://youtu.be/KCcQnhxTxLU
Vale la pena resaltar que, a pesar de su rápida apropiación, sigue con una falta
de consenso sobre su identidad; como lo dice la artista colombiana Jenny
Fonseca “Videodanza parece tener problemas de género. ¿El videodanza? ¿La
videodanza? ¿Femenino o masculino? […] (El, la) videodanza es entonces un ser
transgénero. Está transitando entre lo masculino y lo femenino y de esa misma
manera se resiste a dejarse asignar una etiqueta, unos límites, unas
características ya sean formales o de contenido, una definición.” (Fonseca, 2010).
En inglés su falta de identidad es aún más acentuada, en tanto que se nombra de
diversas maneras: screen dance, dance on camera, dance for camera, dance
film, media dance y dance cinema, entro otros.
Ahora bien, en cuanto al espacio también hay una bifurcación muy interesante.
Una de las bondades de este género para la danza es que le posibilita salir de la
caja negra convencional y apropiarse de espacios antes vetados. En este
sentido, se encuentran infinidad de obras en playas, montañas, desiertos,
ciudades, etc. De hecho una de las aclaraciones más subrayadas que
especifican los festivales de video danza, es que el simple registro en video de
una obra de danza en un teatro, no es un video danza. Es decir, el mismo código,
sirviendo como filtro, delimita y excluye el espacio convencional, usado de
manera convencional.
Este es un video danza de mi autoría que trata sobre el cuerpo como espacio: https://vimeo.com/40063491
Sucede lo mismo con el tiempo, que en el video danza demanda decisiones tanto
en el diseño del movimiento, como en el diseño de la edición, repitiendo la doble
mediación y significación de la que ya hemos hablado. En este sentido existen
también infinidad de juegos que abre el video danza imposibles para la danza de
teatro, como acciones narradas en reversa, repeticiones imposibles, saltos
infinitos, etc.
En este sentido McLuhan tal vez hubiese dicho que el video danza es un medio
más caliente, en tanto que requiere menor participación por parte del usuario en
la generación de sentido, puesto que hay mayor mediación del contenido y así,
mayor direccionamiento de los realizadores. Pero a la vez, con el video danza el
espectador es ubicado en primera persona y puede escoger más libremente
cómo y cuándo acceder a la obra, entonces su rol es más activo y por lo tanto el
medio se enfría. Esto también implica que esta forma de arte puede ser más
accesible para un número mayor de personas, tanto porque utiliza los nuevos
medios de divulgación como la web que llega a casi todos los rincones del
planeta, como porque su dialecto es más popular, más cercano a los lenguajes
actuales.
Con el video danza creemos tener una mayor implicación sensorial, pero de
hecho perdemos la presencia del cuerpo en movimiento y lo que esto implica.
Podemos tal vez oír claramente la respiración capturada por un micrófono, pero
ya no compartimos el mismo aire con los bailarines. Es un producto de la aldea
global en todo su sentido en tanto que agrupa a sus seguidores sin importar el
tiempo o el espacio y además involucra la supremacía del individuo, pero a la
vez genera una nueva sensibilidad, en tanto que los medios son extensiones de
nuestros sentidos, como lo dijo Benjamin.