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Esta película gira en torno a una persona con discapacidad quien figura como

padre de una niña abandonada por la madre al nacer. La trama se desarrolla en un


momento histórico y social donde las personas que presentan discapacidades físicas e
intelectuales son más aceptadas dentro de la sociedad para desarrollar algunas actividades
ocupacionales de forma independiente, pero son considerados como poco capaces de criar
y educar a un niño.

El argumento se centra en el cuestionamiento que hace la sociedad y las


autoridades que representan y custodian sus reglas, sobre la capacidad de Sam para criar
y educar a su hija Lucy, a la cual le da su amor y le brinda las comodidades necesarias
para su mantenimiento y sostenimiento. Esto con escaso apoyo de una vecina llamada
"Anny" los primeros 7 años de vida de "Lucy".
Los conflictos inician cuando la menor "Lucy" en la vida escolar debe acceder a
nuevos conocimientos mostrando resistencia intencional a aprender para no superar a su
padre en conocimientos.
A Sam se le cuestiona debido a que se le valora como una persona con
discapacidad mental, se le califica con una madurez afín a un niño de 7 años y con poco
control de sus emociones. Razones por las que se consideraba que él implicaba un peligro
para su hija y deciden separarlos.
Al respecto, en la película se ven dos posturas: la primera es representada
por cuatro amigos de Sam quienes también presentan alguna discapacidad. Con ellos
Sam ha establecido relaciones caracterizadas por actividades rutinarias. Estos amigos han
acompañado y apoyado a Sam en el cuido y desarrollo de Lucy. Con lo que han
favorecido en Lucy la comprensión y empatía ante las personas con discapacidad.
Así, Lucy está familiarizada a convivir con personas que presentan discapacidad a la vez
que su propia capacidad de razonamiento le permite diferenciar la "normalidad" de la
sociedad y la del círculo cerrado en el que convive.
La segunda postura está representada por la trabajadora social, el abogado y la
madre adoptiva de Lucy, quienes opinan que el rol padre y cuidador de Sam no sería
posible por sus características y las dificultades que tendría para darle un manejo
adecuado a Lucy en su proceso más que todo escolar y de comportamiento conforme
crezca.
Como se especifica en las reflexiones introductorias al curso en que se enmarca
este análisis, la inteligencia ha sido asociada al pensamiento lógico y racional basado
en la deducción de premisas objetivas. En ese escenario, la relación inteligencia y
emoción es considerada antagónica y la primera se ve perjudicada por la segunda. Esta
situación se observa especialmente en el papel de Margaret (trabajadora social) quien es
poco flexible y se muestra normativa. Al pretender ser tan lineal minimiza "amor y
sentimentalismo" considerándolos como un factor disociado del actuar profesional.
Margaret se limita a comunicar a las autoridades sin analizar el contexto. Informa
situaciones y comentarios textuales que al no ser contextualizados hace que se perciban
extremamente como graves y riesgosos para la Lucy.
Esta disyuntiva entre razón y emoción se observa en la trama cuando el centro
educativo al que asiste Lucy notifica al Estado por medio de sus instituciones protectoras
de la niñez, la situación de "riesgo" en la que vive Lucy. Se justifican en que el padre no
cuenta con las habilidades intelectuales que la niña requiere para ser guiada durante su
desarrollo escolar. Por tal motivo, padre e hija son separados temporalmente e inicia el
procedimiento jurídico por la custodia de la menor.
La mayor parte de la película se centra en los argumentos y acciones legales para
justificar la mejor ubicación de Lucy. Se aprecia en la trama las razones consideradas por
la sociedad y expresadas por medio de los procedimientos y requerimientos
institucionales y los argumentos del padre basados en su experiencia de vida y el aporte
de las emociones al sano desarrollo de la niña. En dicha pugna se presentan como
antagónicas las posiciones que mantienen como deseable en un adulto, el uso de la razón,
el cálculo y la lógica. En contraposición con la otra lectura de la realidad: el uso de la
sensibilidad y las inteligencias emocionales (intrapersonales e interpersonales) para la
solución de los problemas cotidianos. Demostrando la utilización de otras habilidades
diferentes a la razón y la lógica matemática.
Al intentar responder a la pregunta ¿Cómo el proceso de socialización y la cultura
regulan la expresión emocional? Es clara la respuesta en el argumento de la película en
cuanto a la tendencia a reprimir y relegar la emoción. Son las instancias institucionales
y legales los instrumentos socializadores más protagónicos en la película para tal fin.
Claramente se observa la supremacía de las normas sociales y la obligatoriedad de su
cumplimiento bajo la presión institucional que los testimonios y deseos de Lucy no son
tomados en cuenta. La niña defiende la estancia con el padre basada en lo mucho que
quiere a su padre y que no necesita más que amor de él, sin embargo, lo que Lucy
manifieste y lo que Sam argumente no son elementos suficientes para que el Estado y la
Juez consideren que Sam pueda responsabilizarse de su hija. Por lo que determinan darla
en adopción.
El rol inicial de Rita, la abogada defensora de Sam, también se ve caracterizado
por una visión positivista y racional de la vida, cerrada a la influencia de las
emociones. Rita al principio se muestra como una persona indiferente y niega la ayuda
profesional a Sam. Se caracterizaba por ser valorada como una persona egocéntrica y con
dificultades de interacción en el trabajo y con la familia. Es la necesidad de demostrar a
sus compañeras de trabajo, su capacidad bondadosa junto a la perseverancia de Sam, las
condiciones que se conjugaron para que aceptara representar al padre en el proceso legal.
Conforme avanza la trama de la película, la relación frecuente entre Sam y Rita
es la lleva al surgimiento de un vínculo caracterizado por la presencia de emociones
intensas en ambos. En el caso de Sam, la emocionalidad era su forma de resolver los
problemas y le llevaban generar cambios adaptativos en su vida. En el caso de Rita, las
habilidades emocionales de Sam la pusieron en contacto con sus propias emociones
generándose empatía en la relación.
Es la conjunción entre inteligencia cognitiva e inteligencia emocional
representadas en Sam y Rita dentro de las estrategias de defensa de la custodia de Lucy,
la que lleva a la flexibilidad en la valoración que se hace de capacidad intelectual humana.
Frases claves en el argumento que demuestran el cambio en la concepción de inteligencia
se observan en expresiones como las siguientes: el argumento de la abogada al mencionar
que “La capacidad intelectual de una persona no tiene que ver con la capacidad de
amar” y la conclusión a la que el mismo Sam llega “Hay inteligencias en los dos
(refiriéndose a él y la niña) pero solo son diferentes”.
Sam pudo demostrar ante la institucionalidad y la sociedad, que podía generar
cambios adaptativos basados en el uso de sus inteligencias emocionales para resolver.
Mantuvo su espontánea expresión de sentimientos y la defensa del valor de la modulación
de las emociones como herramientas para aprender a vivir en sociedad. Esto
generó flexibilidad y apertura al reconocimiento del valor de otras inteligencias además
de la racional

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