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Bienvenid@s a nuestra quinta semana de trabajo, la cual tiene como

título “De la Revolución Cubana a las dictaduras militares”. En la misma


realizaremos las siguientes actividades:

Resumen de los impactos de la Revolución cubana en América Latina, en


el ámbito político, militar y cultural.

El proceso de transformación económica, social, política, ideológica y cultural


que se inicia en 1959, en Cuba, la mayor de las Antillas, no tiene parangón en
América Latina. Con una permanente movilización y protagonismo del pueblo
cubano --en sintonía con una dirigencia sensible, unida y consensuada--, esta
revolución ha tenido la habilidad y fortaleza de resistir con éxito por 50 años al
poder imperialista más poderoso que haya conocido la humanidad, el cual ha
pretendido someterla por las vías militares abiertas y encubiertas, y por medio
de un criminal bloqueo que subsiste hasta el día de hoy.

El giro radical que tomó el proceso revolucionario desde su inicio en favor de


esas profundas transformaciones concitó inmediatamente el apoyo de los
pueblos de Nuestra América y del mundo entero. Desde los primeros meses de
la revolución, muchas fueron las represiones sufridas en América Latina por
defender el derecho a existir y resistir del pueblo cubano. En muchas
ocasiones, en un 26 de julio, las fuerzas represivas en nuestros países
embistieron con furia sobre los manifestantes solidarios con el proceso
revolucionario cubano, siendo incluso una de estas brutalidades policíacas en
la ciudad de México el hecho circunstancial que origina el movimiento
estudiantil popular de 1968.
Con la consigna de ¡Cuba sí, yanquis no!, los latinoamericanos intentan romper
la cadena histórica de guerras de conquista como la de México de 1846 a
1848; incursiones e invasiones militares a México, República Dominicana,
Cuba, Nicaragua, Panamá, entre otras; tratados leoninos como el del Canal de
Panamá, la Enmienda Platt, los de Bucareli; golpes de Estado como el de
Victoriano Huerta, Castillo Armas, Fulgencio Batista, Augusto Pinochet y el
apoyo incondicional a feroces dictaduras militares; asesoría policíaca y de
inteligencia (con las consiguientes desapariciones forzadas, asesinatos,
torturas, persecuciones, exilios, cárceles); dependencia estructural, apropiación
de recursos naturales y estratégicos, fuga de cerebros, racismo y
discriminación en la metrópoli imperial.

En el ámbito cultural

Una de las dimensiones más interesantes se dio en el plano de la literatura,


cuando surgió y se consolidó el llamado Boom latinoamericano. Su punto de
unión fue precisamente la fascinación política por la Revolución Cubana, a la
que adhirieron personas como el mexicano Carlos Fuentes, el colombiano
Gabriel García Márquez, el peruano Mario Vargas Llosa o el cubano Alejo
Carpentier. Ellos son parte de una generación literaria pero también de una
herencia política, que va a pervivir durante un tiempo hasta que estalle el
famoso caso Padilla y se produzca la decepción de algunos, como Vargas
Llosa, mientras otros siguieron fieles a la dictadura de Castro. En carta firmada
en Paris el 20 de mayo de 1971, un grupo importante de intelectuales
manifestó su “vergüenza y cólera” por el “desprecio a la dignidad humana” que
significaba la confesión pública de Heberto Padilla, una verdadera farsa
pública. La historia nunca volvería atrás.

Otro caso fue el de Pablo Neruda, poeta chileno, comunista, y que también hizo
las loas correspondientes a “Fidel y los libertadores de Cuba”, en su
libro Canción de Gesta (La Habana, 1960). Ahí se refirió “al hemisferio oscuro
que esperaba por fin una victoria verdadera” y manifestó su lealtad permanente
hacia el proceso, adelantando que se presentaría al “Juicio Final” para
“defender frente al insulto muerto, Cuba tu gesta revolucionaria”. En 1966, y
con ocasión del viaje del poeta al Pen Club de Nueva York, un grupo numeroso
de escritores de la isla escribieron una Carta abierta a Pablo Neruda, porque
consideraban una traición su viaje a los Estados Unidos. “Necesitamos saberte
inequívocamente a nuestro lado en esta larga batalla que no concluirá sino con
la liberación definitiva”, concluía la diatriba firmada por el propio Carpentier,
Nicolás Guillén, Roberto Fernández Retamar y una larga lista de literatos
funcionales al régimen, lo cual ciertamente distanciaría los afectos del poeta
que, pocos años después, recibiría el Premio Nobel de Literatura.
En el ámbito político

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