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Teoría de la Gerencia Pública

El Estado, reconocido como la organización política de una población para


establecer reglas de convivencia y oportunidades para el desarrollo de la persona
humana y la sociedad. En consecuencia la finalidad del Estado es lograr
condiciones adecuadas de vida y bienestar para la población.

La búsqueda de aquel bienestar conlleva a su población a determinar un


esquema de convivencia social acorde en función a intereses mutuos y buscar en
tal sentido, la identidad representativa.

Si a ello añadimos que un elemento constitutivo del Estado es el poder que se


ejerce a través de un gobierno, quien actúa y acciona mediante un conjunto de
instituciones que ha originado el mismo Estado, en las cuales se sustenta,
entonces surge la pregunta: ¿De qué se sirven las instituciones estatales,
conducidos por un gobierno en la representación del Estado, para actuar en
función de los intereses de la población, qué hace que su actuación sea ordenada,
eficaz o no, y produzca resultados para los ciudadanos?.

Esta representatividad institucional que se genera debe brindar la posibilidad a


cada población de aquel espacio definido un desarrollo con justas medidas que
logren beneficios equitativos para todos.

Por lo tanto el desempeño del Estado depende de la calidad y eficiencia de las


políticas y el desempeño de la gerencia pública. Sin políticas públicas
responsables y sostenidas, o una gerencia pública moderna, la estabilidad
macroeconómica y el desarrollo social terminan afectadas, haciendo poco útiles
los restantes esfuerzos para el desarrollo de la competitividad, el bienestar
colectivo y la reducción de la pobreza.

La competitividad institucional permite una real dimensión de la finalidad misma


del estado a través de sus entes formulados y eficaces, de allí radica el éxito de la
gerencia pública.

La relación entre poder y función marca la esencia de la Administración


Pública, donde a través de ésta se pone en práctica el ejercicio del poder,
mediante un gobierno en beneficio de la sociedad.

El funcionamiento del Estado, se origina en el cumplimiento de sus funciones,


del cual se desprenden un conjunto de actividades, operaciones, tareas para
actuar jurídica, política y técnicamente.

Se entiende por Administración Pública, en su enfoque procedimental, a todas


las instituciones y organismos públicos y privados que prestan servicios públicos.
La Gerencia Pública lo define, como el conjunto de acciones mediante las cuales
las entidades tienden al logro de sus fines, objetivos y metas, los que están
enmarcados por las políticas gubernamentales establecidas por el Poder
Ejecutivo.

En consecuencia podemos decir, que la Gestión Pública está configurada por


los espacios institucionales y los procesos a través de los cuáles el Estado diseña
e implementa políticas, suministra bienes y servicios y aplica regulaciones con el
objeto de dar curso a sus funciones.

Evolución Conceptual y Tendencias de la Gerencia Pública

Las transformaciones de la economía mundial, caracterizada hoy por la crisis


económica y financiera que origina escasez de recursos, desempleo, recesión,
entre otros aspectos, y el avance de la globalización, producen procesos
complejos y dinámicos, que ponen a la vista paradigmas emergentes en la
Gerencia Pública, para orientar mejor las políticas sociales y económicas para
atender la difícil y compleja demanda social.

Otro factor importante que exige más eficiencia en la gestión es la


competitividad nacional, es decir la eficiencia que no sólo debe ser efectiva por la
empresa privada sino también por las instituciones públicas y el compromiso social
de sus ciudadanos. Es decir estamos comprometiendo los diversos factores que
ahora debe abarcar la Gerencia Pública.

En los últimos 25 años del siglo pasado, las Ciencias de la Administración han
transitado de la Administración a la Gerencia, y de la Gerencia a la Gobernanza,
los modelos alternativos de Gerencia Pública describen un cambio permanente en
el enfoque de las Ciencias Gerenciales, desde el modelo burocrático de gestión
basado en la fragmentación de tareas y la subordinación jerárquica, hasta la
nueva Gerencia Pública que introduce nuevos requerimientos como el desarrollo
de una cultura de la cooperación y de capacidades específicas orientadas a la
gestión por resultados.

El Modelo de la Nueva Gerencia Pública

La Nueva Gerencia de la Administración Pública busca satisfacer las


necesidades de los ciudadanos a través de una gestión pública eficiente y eficaz.
Para este enfoque, es imperativo el desarrollo de servicios de mayor calidad en un
marco de sistemas de control que permitan transparencia en los procesos de
elección de planes y resultados, así como en los de participación ciudadana, la
Nueva Gerencia Pública es el paradigma donde se inscriben los distintos procesos
de cambio en la organización y gestión de las administraciones públicas.
Es un enfoque que intenta incorporar algunos elementos de la lógica privada a
las organizaciones públicas. Es decir, que la Nueva Gerencia Pública es un
búsqueda de lograr una mayor productividad en eficiencia colectiva, porque no
sólo se espera el cumplimiento de metas por parte de la responsabilidad de
liderazgo de quienes la dirigen sino y fundamentalmente es cuánto hemos
comprometido al ciudadano en aquel éxito.

En síntesis la Nueva Gestión Pública está fundamentada sobre:

a) La formulación estratégica de políticas de desarrollo y gestión.


b) La gradual eliminación del modelo burocrático hacia una gestión por resultados.
c) La creación del valor público.
d) El desarrollo de las instituciones y dimensionamiento adecuado del Estado.
e) El mejoramiento de las conquistas macroeconómicas y la equidad social.

Es una estrategia del Estado Venezolano el incremento de la eficiencia en los


servicios públicos y el mejoramiento en la atención y relación con la comunidad a
la cual sirve.

La Gerencia de la Administración Pública por Resultados

La Gerencia Pública por Resultados es un proceso estratégico, político y


técnico, que parte del principio del Estado contractual en el marco de la Nueva
Gestión, es decir la relación y vínculo formal que se da entre un principal
(sociedad) y un agente (gobierno) en el cual ambas partes acuerdan efectos o
resultados concretos a alcanzar con acción del agente y que influyen sobre el
principal, creando valor público.

Según Montesinos (1998):


"Es un enfoque de gestión que busca incrementar la eficacia y el impacto de la
políticas del sector público a través de una mayor responsabilidad de los
funcionarios por los resultados de su gestión".

El enfoque que debe orientar y marcar el paso de la modernización del Estado


es institucionalizar la Gerencia Pública por Resultados, a través del uso de
modernos recursos tecnológicos, como la planificación estratégica y concertada, la
incorporación de sistemas de monitoreo y evaluación, la rendición pública y
periódica de cuentas, la transparencia a fin de garantizar canales que permitan el
control de las acciones del Estado.

Con este nuevo enfoque de Gerencia Pública se ha buscado dinamizar la


eficiencia de las entidades públicas, basadas en metas concretas en periodos de
tiempo cada vez más precisos.

El Proceso de Gerencia Pública

La Gerencia Pública, como sistema, tiene un conjunto de principios,


concepciones, tecnologías e instrumentos que sustentan, orientan y ponen en
práctica las decisiones de gobierno, aplicando un ciclo ordenado y secuencial para
la provisión de servicios públicos que aporten a la generación de oportunidades
para el desarrollo del país, y dentro de ella de sus territorios de manera armónica y
articulada.

Los principios son razones y cánones que fundamentan y rigen el pensamiento y


la conducta del Estado y sus funcionarios y servidores públicos en cumplimiento
de sus competencias y atribuciones. Estos principios son:

a. Principio de Legalidad.
b. Principio de servicio al ciudadano.
c. Principio de Inclusión y Equidad.
d. Principio de participación y transparencia.
e. Principio de Organización, integración y cooperación.
f. Principio de Competencia.

b. Los sistemas de gestión publica

Son el conjunto de principios, normas, procedimientos, técnicas e instrumentos


mediante los cuales se organizan las actividades de la Gestión Pública, para que
las entidades gubernamentales ejerzan sus competencias y atribuciones.

Existen dos tipos de sistemas: los funcionales y los administrativos.

1. Los Sistemas funcionales


Los Sistemas Funcionales tienen por finalidad asegurar el cumplimiento de las
políticas públicas que requieren de la participación de todas o varias entidades del
Estado.

Los sistemas funcionales están relacionados con las funciones sustantivas que
caracterizan a cada una de entidades públicas.

2. Los Sistemas Administrativos

Los Sistemas Administrativos tienen por finalidad regular la utilización de los


recursos en las entidades de la administración pública, promoviendo la eficacia y
eficiencia en su uso.

Los sistemas administrativos tienen relación con las funciones de


administración interna que se ejercen en apoyo al cumplimiento de las funciones
sustantivas, están referidas a la utilización eficiente de los medios y recursos
materiales, económicos y humanos que intervienen en el ciclo de la gestión
pública para la provisión de servicios públicos.
La gestión combinada y complementaria de los sistemas funcionales y
administrativos origina la gerencia de la administración pública.

La Nueva Gerencia Pública es una respuesta a la necesidad de adaptación de


la Administración Pública al entorno socioeconómico reciente, puesto que el
Modelo Tradicional de gerencia pública no responde a los cambios que se van
produciendo en los distintos países. Es un enfoque que pretende comprometer al
ciudadano en las soluciones de los diversos problemas que le redituaran en
mejores beneficios.

No obstante, la aplicabilidad y efectividad de los postulados que configuran la


nueva gerencia pública es una tarea ardua para las Administraciones Públicas de
los distintos países, incidiendo con diferente intensidad en los mismos, incluso,
pudiendo variar considerablemente de un país a otro y de una jurisdicción a otra.
Anteriormente el establecimiento de la nueva gerencia pública ha cambiado
notablemente la forma de actuación de las distintas Administraciones Públicas,
volviéndolas más transparentes, más abiertas a los ciudadanos y con mayor
flexibilidad en su gestión.

Si bien es cierto que la nueva Gerencia Pública ha dinamizado la


administración de las instituciones de gobierno se hace necesario afianzar la
transparencia de gestión, en base no sólo al acceso virtual, sino también con la
formación de un organismo ciudadano que permita la verificación a través de la
contraloría ciudadana.

La Gerencia Pública por Resultados es un proceso estratégico, político y


técnico, que parte del principio del Estado contractual en el marco de la Nueva
Gestión, es decir la relación y vínculo formal que se da entre un principal
(sociedad) y un agente (gobierno) en el cual ambas partes acuerdan efectos o
resultados concretos a alcanzar con acción del agente y que influyen sobre el
principal, creando valor público.

Es un enfoque de gestión que busca incrementar la eficacia y el impacto de las


políticas del sector público a través de una mayor responsabilidad de los
funcionarios por los resultados de su gestión.

Los Gerentes Públicos

El funcionamiento de las entidades públicas se debe a la presencia de


autoridades políticas y servidores públicos que asumen un conjunto de
atribuciones de acuerdo al cargo que ocupa en el marco del mandato que le
asigna su ley de creación.

Las autoridades políticas, en su rol decisor y el servidor público como


ejecutante, tienen que actuar de manera articulada y complementaria, dentro del
escalón que les asigna la organización.

Los decisores políticos tienen la responsabilidad de adoptar políticas que


conlleven a enfrentar y resolver problemas que afectan a la comunidad en los
diferentes ámbitos de su responsabilidad. Estas políticas son adoptadas
individualmente o reunidos en el colectivo al que pertenecen (Consejo de
Ministros, Consejos Regionales, Concejos Municipales, un directorio, etc.). Por su
parte los servidores públicos ponen en práctica las políticas haciendo uso de un
conjunto de tecnologías de gestión e instrumentos de orden normativo y gerencial.

Los elementos que se deben tener en cuenta para que la actuación de políticos
y técnicos sea articulada e integral son:

1. Visión y liderazgo compartido


2. Sentido de misión
3. Agentes de cambio efectivo

De acuerdo a esto, se entiende como Gerentes Públicos todos los funcionarios


del Estado que toman o provocan decisiones acerca de cómo orientar los recursos
públicos (humanos, financieros e institucionales) para obtener determinados
objetivos. El gerente público tiene un mandato público y le reporta a la sociedad o
sus voceros y debe siempre valorar cómo se aprecian las prioridades en las reglas
de juego de tipo político.

La Gerencia Pública como concepto, nace de la urgente necesidad de la


incorporación de nuevas técnicas administrativas a la administración pública, que
coadyuven en la gestión gubernamental, para lograr la eficiencia y la eficacia de
los servicios que el gobierno proporciona a la ciudadanía.

La Gerencia Pública tiene como objetivo el mejoramiento de la capacidad de


gobierno para lograr un incremento de la gobernabilidad y tener en condiciones de
mejora continua los procesos administrativos, y así resolver de manera eficiente y
expedita los problemas que presenta la sociedad.

En la actualidad el Estado está alejado del manejo directo de las instituciones,


concentrado en funciones estratégicas de planeación y gestión del desarrollo
socioeconómico sin las cuales no habría la posibilidad de desarrollar esquemas de
competitividad productiva, social y comercial, ni se solucionarían los problemas
fundamentales del conjunto de la sociedad.

De hecho, los Gerentes Públicos de la actualidad deben trabajar en un mundo


en donde todo se interrelaciona con todo. El Gerente Público que no tenga en
cuenta este contexto puede tomar decisiones erróneas que, en un momento
determinado, pueden llegar a afectar negativamente la situación socioeconómica
de su entidad o municipio.
En este punto es necesario resaltar que el gerente público es el encargado de
propiciar e institucionalizar una determinada visión de la realidad en el interior de
la estructura orgánica de la entidad. De esta perspectiva se nutren las diferentes
dependencias y sobre ella proyectan sus acciones; si la visión de la realidad es
equivocada, toda la estructura estará equivocada.

La buena formación profesional del gerente público debe complementarse con


una serie de características individuales tales como capacidad de liderazgo y
organización empresarial, creatividad, manejo de técnicas modernas de
planeación y de sistematización de información, capacidad de análisis y de trabajo
en equipo; formación ética y una gran responsabilidad social.

En este contexto, un buen Gerente Público debe tener las siguientes


características:

El gerente público debe ser capaz de promover una relación con el ciudadano y
usuario de los servicios, que se guíe por la búsqueda constante de mejorar la
calidad de la atención. Esto, especialmente porque aún existe una percepción
deteriorada del usuario respecto a su relación con los servicios estatales, y por el
impacto de esto en el ejercicio de la participación.

En cuanto a su liderazgo, el gerente público debe considerar un criterio que


tiene relación con la disposición a conocer, e incorporar la cultura e historia de la
organización. Esto obviamente no es una característica o rasgo específico de la
persona, más bien es una disposición hacia construir un saber compartido, que
surge de las relaciones que se establecen entre los trabajadores y el directivo.

El gerente público debe ser una persona con una alta capacidad para
diagnosticar y aportar ideas al sector público, independiente de su procedencia.
Este interés se traduciría en una evaluación y conocimiento de sus problemáticas
y fortalezas, con una postura definida frente a este contexto.
El gerente público debe tener las características y habilidades personales que
faciliten que las personas se apropien de su trabajo y trabajen en forma
colaborativa, lo que significa constituir equipos de trabajo eficaces, y trabajar de
manera estimulante y alentadora con subalternos, reconocer y potenciar las
habilidades y contribuciones individuales dentro del equipo, construir sobre las
ideas de todos y crear una cultura de colaboración, e integrar equipos de trabajo
relacionándose adecuadamente con sus pares y aportando a la efectividad del
equipo directivo.

Para abrir puentes de diálogo en la institución, una condición sine qua non del
gerente público debe ser la comunicación efectiva, entendida como la disposición
para verbalizar con nitidez el propósito, sentido y posibilidades de las
conversaciones, interactuar con solidez y aplomo en distintos niveles, influir y
persuadir a otros para lograr apoyo o acuerdos, y hacerse cargo del escuchar
social, esto es, de la comprensión de los contenidos de la comunicación por parte
de los interlocutores y de las consecuencias que ello tiene.

El gerente público debe ser capaz de incorporar en su gestión elementos de un


estilo de trabajo democrático y participativo, es decir, tener la capacidad de
generar la participación de los integrantes de sus equipos en el producto final de
su trabajo. Debe ser capaz de reencantar a sus funcionarios con el sentido de
trabajar en el sector público, otorgándoles autonomía y responsabilidad para
generar cambios en el entorno.

Una capacidad del gerente público que debe considerar es la sensibilidad


social para reconocer las necesidades de los individuos, de la ciudadanía y su
institución. Esto implica una disposición a escuchar y acoger los puntos de vista de
los otros, e integrarlos a la toma de sus decisiones.
Sensibilidad ética de la función pública. El gerente público debe desplegar
todas sus capacidades para desarrollar sus funciones dentro de un marco
valorativo, de acuerdo a los intereses nacionales y el bien común.

Finalmente, un gerente público debe ser una persona que posea un proyecto
particular, que agregue valor social y genere cambios en el servicio público en el
que se insertará, lo que implicará una cierta sensibilidad hacia temas de coyuntura
pública-política, y una visión innovadora de las problemáticas y debilidades de la
administración del Estado.

En indudable que el reto para los administradores públicos es cada día mayor.
Esto implica cambiar de paradigma, y convertirnos en gerentes públicos, con el
cuidado que esto representa. No confundirnos con la administración privada, ya
que la diferencia radica en los fines.

La idea, entonces, es cambiar totalmente los procedimientos para que sean


encaminados hacia una lógica competencia y combatir ciertas prácticas cotidianas
de la administración pública como son: la falta de rendición de cuentas, la
corrupción, el gasto excesivo, el desarrollo de un sin número de controles que
impiden que los procedimientos administrativos tengan un cauce fluido, además
de la desconfianza de la ciudadanía hacia los funcionarios públicos, entre otras.

La gerencia pública propone un cambio en los administradores públicos. Éstos


deberán capacitarse para poder desarrollar las estrategias que les permitan crear
una nueva organización administrativa, dirigida a los valores del mercado y de la
eficiencia, con la pretensión de resolver los graves dilemas a los que se enfrenta la
administración pública tradicional, que ahora parecen encontrar respuesta en la
gestión pública.

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