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Del mamut a la Cultura del

Anáhuac
Introducción

Quiero empezar por una aclaración. Mi tesis doctoral es sobre el


pueblo momozca y sus descendientes en la actual alcaldía de Milpa
Alta y la lucha que ha venido dando por la defensa de su territorio
ancestral.
He tenido que abordar el tema de los mamuts de la cuenca de México,
por una necesidad vital para mi investigación.
La primera dificultad que encontré al revisar el Estado del Arte de
Milpa Alta es que, no obstante la cantidad de textos históricos aún no
se ha identifica con claridad y precisión el origen étnico del pueblo
indígena momozca.
Por comodidad, o por falta de fuentes documentales rigurosas, el
pueblo momozca ha sido clasificado por diversos investigadores como
descendiente del pueblo azteca, olmeca, tolteca, chichimeca, otomí, o
una mezcla de alguno de estos pueblos1. Esto me parece una
dificultad relevante para iniciar mi investigación.
Aún cuando sostengo que son los pueblos –y no los libros ni los
especialistas– los que hacen la historia, no puedo iniciar un dialogo
con la comunidad asumiendo de entrada que da lo mismo que sea de
origen azteca, olmeca o chichimeca o preguntando al sujeto social ¿y
tu quien eres?2.
La otra opción que tenía, el atajo fácil, era sustituir olmeca, tolteca,
otomí, chichimeca o azteca, por “indígena” para zanjar el tema, pero
yo no busco mediante generalización encontrar un concepto que
abarque distintas identidades nacionales originales, sino precisamente
lo contrario, esclarecer cual es el proceso constitutivo del que forma
parte.
Dilucidar en términos generales el origen étnico del pueblo momozca

1
La versión con más adeptos es que el señorío Momozca se habría formado luego de que los aztecas
sometieron a los chichimecas que a su vez habían sometido o expulsado a los Toltecas.
2
Todo esto me recordaba un caso simétrico desde los niños del pueblo de Lajas en Durango, que
empiezan la narrativa de su historia así: “... Entonces vinieron los franceses y los rojos y los judiciales,
hicieron una matazón en el pueblo”. A mi no me queda claro quien hizo la matazón, pero a ellos si: Los de
afuera. El asunto es que esto no funciona a la inversa.
era vital para comprender la organización de los sujetos sociales que
constituyen el territorio en estudio. Para entender el proceso opté por
ampliar mi escala de estudio en lo que se refiere a los orígenes del
pueblo momozca, investigando el proceso histórico del cual forma
parte. Así que amplié mi investigación (sólo en la parte de la formación
étnica) al nivel de la cuenca de México. Al cambiar a una escala mayor
se buscaba profundizar en la historia hasta llegar no a lo más
complejo, sino a lo más simple.

Y aquí es donde entran los


mamuts.
Empecé por preguntarme sobre los pueblos existentes en la cuenca de
México antes de la conquista española y tuve que terminar, dadas las
contradicciones que observaba, en preguntarme sobre el origen de los
primeros pobladores.
¿Cómo llegaron los primeros pobladores a la Cuenca de México? ¿De
donde vinieron las personas que habitaron Cuicuilco y construyeron
Teotihuacan? ¿qué idioma hablaban?
Para no darle muchas vueltas al asunto, descubrí que los primeros
pobladores de la cuenca de México llegaron a esta, persiguiendo a los
mamuts. Los primeros habitantes humanos llegaron a esta región
persiguiendo contenedores biológicos de 4 o más toneladas de carne
fresca.
Descubrí que los datos aparentemente inconexos, en realidad no lo
eran si avanzábamos en la dirección de entender el cómo los primeros
habitantes de la cuenca resolvieron su producción material de
alimentos y como las características materiales, geográficas,
posibilitaron la sedentarización de grupos nómadas y como esto llevó
al descubrimiento o invención de la agricultura como una actividad
productiva que finalmente fue determinante para en arribo a otras
formas de organización social, como las ciudades -Estado, y a la
conformación de lo que otros autores han denominado LA CULTURA
DEL ANÁHUAC.
El documento que presento a continuación refleja el como fui llegando
a esas conclusiones.
Debo aclarar que una vez que en términos general entendí lo que me
proponía, regresé al tema de investigación, que como ya dije es La
Lucha del Pueblo Indígena Momozca, y ahora sus descendientes, en la
defensa de su territorio. Fin de la Introducción.
Hace más de 10 mil años (Urrutia, 2011, p. 20) seguramente
persiguiendo a los mamuts que avanzaban hacia el sur del continente
americano por los efectos del cambio climático, llegaron los primeros
pobladores humanos a lo que hoy conocemos como cuenca de
México.
Por la localización de los vestigios arqueológicos identificados,
podemos suponer que los mamuts venían avanzando por el corredor
natural que se forma entre la Sierra Madre Occidental y la Sierra
Madre Oriental, esto es, el altiplano de México (Urrutia, 2011, p. 22).

Ilustración 1. Ilustración 1 Imagen tomada de Urrutia Odabachian, Araxi y Urrutia Fucugauchi,


Jaime (2011). El poblamiento temprano de América. UNAM. México.

Cuando llegaron a la cuenca de México los mamuts se encontraron


con el hecho de que además de la
abundancia de agua dulce, alimentos
vegetales y sal, la parte sur de la cuenca
era un corral natural con forma de
herradura, las laderas de las montañas de
la Sierra Las Cruces- Ajusco-Chichinautzin
y la Sierra Nevada (Popocatépetl,
Iztacíhuatl y Cerro Tláloc de Texcoco) con
sus intrincados bosques de encinos y
coníferas seguramente no fueron de fácil
acceso para su tamaño y sus toneladas
de peso, considerando que dichas serranías, eran un hábitat muy
diferente a sus acostumbradas tundras, praderas y pastizales.
Cuenca de México al final del Pleistoceno

Los primeros habitantes de la


cuenca de México
Para los hombres y mujeres americanos que
pisaron por primer a vez la Cuenca de México, esta
debía parecerles un paraíso. Además de todas las
ventajas que los mamuts habían encontrado, había
suficiente carne de mamut3. Pero no sólo eso,
también había pesca abundante, crustáceos e
insectos comestibles.
Los restos del mamut más antiguo en la cuenca de
México –de 21 mil a 24 mil años de antigüedad–
fueron encontrados en lo que hoy es la Base de la
Fuerza Área de Santa Lucía Estado de México. Los
huesos estaban junto a una lasca de obsidiana y
dos lascas de andesita de fabricación humana, lo
que indica que fue aprovechado por los humanos de aquel tiempo4.
Posiblemente la abundancia de mamuts y de otros animales, algunos

3
Es un hecho que toda la cuenca de México contó con una gran abundancia de Mamut, desde Tultepec y
Tepexpan en el actual Estado de México, hasta Santa Ana Tlacotenco en Milpa Alta, como se demuestra
con los restos descubiertos recientemente.
4
Lo cual no necesariamente significa que haya sido cazado por ellos, pues aún persiste un debate
académico sobre si los primeros habitantes humanos de la cuenca de México cazaban y daban muerte a
los mamuts, o si sólo los aprovechaban.
de ellos hoy extintos, fauna y flora lacustre, así como la existencia de
sal, contribuyó a que los primeros grupos humanos de recolectores-
cazadores de lo que hoy conocemos como cuenca de México se
convirtieran en sedentarios antes de que apareciera la agricultura.
Posiblemente esa circunstancia también contribuyó al descubrimiento
local de la agricultura.

La aldea Tlapacoya
En Tlapacoya, Ixtapaluca, Estado de México, en lo que fue una
playa del lago, han sido encontrados restos de seres humanos con
una antigüedad de hasta 25 mil años y junto a estos, huesos de
animales de especies ya extintas. También se encontró una gran
lasca, navajas de sección triangular, otros artefactos hechos con
andesita local y desechos de talla de obsidiana, un material ajeno
al lugar. La aldea de aquel entonces estaba en una península que
se adentraba en el lago de Chalco y que con el crecimiento del
nivel del lago en ocasiones se convertía en isla.

Zohapilco
Muy cerca de Tlapacoya, en Zohapilco, se
descubrió un grupo de hogares que
muestran actividades en temporadas
húmedas y secas, esto es un
comportamiento estacional, aunque no
sedentario. Ahí fueron encontrados los
restos de cerámica más antiguos de
Mesoamérica, se trata de una pequeña
figurilla de mujer con el vientre abultado
hecha de arcilla.

Peñón de los
Baños
En este lugar se han encontrado restos del esqueleto de una Mujer
cuya antigüedad es de 12,700 años, además de otros cuatro cráneos
humanos y huesos de fauna, entre ellos de un mamut colombino5.

5
Proceso, 30 NOVIEMBRE, 2014. México.
Nacimiento de la agricultura en la cuenca
de México
Pasaron 20 mil años de la muerte del mamut de Santa Lucía. En ese lapso la mega fauna se
extinguió y empezó a desarrollarse la actividad agrícola en la cuenca de México.

Tlatilco
Tlatilco fue una de las primeras aldeas en asentarse en la
cuenca, contó con una incipiente agricultura y estuvo localizada
a las orillas del lago, donde actualmente se encuentra la zona
industrial de Naucalpan, Estado de México.
Por los restos encontrados se sabe que los habitantes de Tlatilco
dominaban la alfarería, la cerámica y combinaban la caza, pesca
y recolección con la agricultura. El primer poblamiento de
Tlatilco se hizo en forma dispersa, la gente ocupó las márgenes
de los ríos de los Cuartos, Hondo y Totolica –más ventajosos para los cultivos– y
desarrollaron una cultura sencilla durante un largo periodo de tiempo. Previa o
simultáneamente se desarrollaron las aldeas de El Arbolillo, Ticomán y Zacatenco. Ya en ese
periodo la agricultura se convirtió en la principal fuente de alimentación de la población
humana asentada en el área.
Algo similar sucedía en la región del golfo y en lugares mas al Noroeste, de Michoacán a
Colima, igualmente situados en las vertientes del Eje Neo Volcánico Transversal. Por los
vestigios encontrados en la aldea Tlatilco que reflejan dos etapas distintas de desarrollo en
la producción de cerámica, se puede concluir que hubo contacto entre esta aldea y la
cultura que más tarde llamaríamos Olmeca en el Golfo de México, así como la desarrollada
en Chupícuaro Michoacán.
Con el desarrollo de la agricultura la obtención de
los alimentos resultaba ahora menos riesgosa que
la caza, buceo y recolección; además su
obtención era mas cierta y hasta determinado
momento acumulable para otros momentos del
año agrícola. Este incremento en la disposición de
alimentos trajo consigo el aumento en el número
de habitantes, una verdadera explosión
demográfica, y la creación de más de 100 aldeas,
Ilustración 2. Museo INAH Cuicuilco algunas de las cuales llegaron a pasar de los mil
individuos. Esto a su vez implicó la reorganización
de los grupos, clanes y familias en una forma más compleja.
La dependencia de los grupos humanos de la agricultura requirió el ordenamiento
estacional de los periodos de siembra y cosecha, ello propició la observación y registro del
ciclo anual del sol y la construcción de un primer calendario estacional.
Con el contacto hacia 1300 A. C. de los habitantes de la cuenca de México con grupos de la
cultura Olmeca dio comienzo a un período de mayor progreso cultural. Los Olmecas habían
avanzado en la observación astronómica y para ello habían alcanzado altos niveles en la
producción de alimentos y en la consecuente organización de la sociedad. La observación
astronómica había propiciado el desarrollo de la arquitectura de los instrumentos de
observación de los astros que hoy ordinariamente conocemos como “pirámides”.
Todos estos factores y otros no menos importantes, llevarían mas tarde a la fundación de la
primera gran ciudad de la Cuenca de México: Cuicuilco, inscrita de lleno en un sistema de
relaciones interregionales que incluían al Golfo de México, y Occidente, que tenían en
común una agricultura desarrollada, una forma de organización social más compleja que
pasó de un conglomerado de aldeas a convertirse en una ciudad-Estado y que desarrollo un
mecanismo de observación astronómica multianual determinante para la agricultura que
hoy conocemos como calendario mesoamericano.

Cuicuilco

Cuicuilco fue fundada en el extremo sur de la cuenca como asentamiento agrícola unos mil
años antes de nuestra era, aproximadamente a 4 km del lago de la cuenca de México y muy
cerca de la Sierra del Ajusco. Se infiere que llegó a abarcar 400 hectáreas y una población
estimada de 20 mil habitantes. Contaba con manantiales y corrientes de agua. Entre el 800-
600 antes de nuestra era se inició la construcción de las estructuras arquitectónicas que
hoy observamos en el actual sitio arqueológico.
La ciudad creció alrededor de un gran complejo arquitectónico que incluía plazas y calles
bordeando una serie de reservorios de agua pequeños y poco profundos que eran
alimentados desde las colinas cercanas de Zacayuca y Zacaltepet. En su auge se convirtió en
el más importante centro urbano de la cuenca de México, una capital regional en contacto
con otros sitios de la Cuenca de México, Morelos, Chupícuaro Michoacán y como ya dije,
con relaciones con la cultura Olmeca.
Cuicuilco fue
abandonado como
capital regional antes
del 250 de nuestra era,
debido a la erupción
del volcán Xitle, cuya
lava sepultó la ciudad6.
Este desastre provocó
la reubicación de la
organización-Estado,
que fue determinante
para la fusión de aldeas que se convertirían en la ciudad de Teotihuacán, nueva capital de
la cuenca de México.
Aunque en la academia observo que conviven pacíficamente varias interpretaciones, en
realidad no es un enigma indescifrable qué fue lo que pasó con los pobladores de Cuicuilco.
El Estado de Cuicuilco no prevalecía solamente sobre la ciudad sino seguramente sobre la
mayoría de los asentamientos del Valle de México y sus alrededores. La ciudad capital
regional pudo haberse reasentado en las numerosas áreas de la cuenca subordinadas que
no fueron afectadas de manera determinante por las nubes volcánicas, las cenizas y la lava
ardiente del Volcán Xitle o ser el factor determinante de la formación exprofeso de
Teotihuacán, ciertamente a partir de las aldeas precursoras, pero no como evolución
espontanea de estas, sino como una determinación de la organización-Estado que tuvo su
asiento en Cuicuilco. Seguramente lo que sucedió fue lo segundo.
Lo que si es determinante para mi investigación es esclarecer que la erupción volcánica
acabó con la gran ciudad, pero no necesariamente acabó con los habitantes de la parte sur
de la cuenca de México, ni con su organización. Se ha demostrado arqueológicamente que
los habitantes del sur de la cuenca mantuvieron presencia en la región de Chalco y
Amecameca, entre la erupción del Xitle y los mil años que siguieron antes de la ocupación
de la región por los grupos llamados convencionalmente Chichimecas.
Es importante establecer este elemento porque de otra manera no se explica el
florecimiento de las 7 tribus chichimecas asentadas posteriormente en la cuenca de México
y sus alrededores que aparentemente pudieron desplegar portentos arquitectónicos, una
lengua común y artefactos altamente precisos para la medición del tiempo, luego de 200
años de peregrinación desde Chicomostoc.
Es claro que los bastos conocimientos arquitectónicos, científicos y tecnológicos que se les

6
Nota. Algunos investigadores afirman que Cuicuilco empezó a despoblarse tras una erupción del Xitle ocurrida 50 años antes de la era
actual y fue totalmente abandonada cien años después, cuando nuevas erupciones la cubrieron por completo de lava, esto es, en el año
50 de la era actual. De acuerdo con Antonio García Cubas una erupción del Xitle tuvo lugar el día Nahui-Quiahuitl del año Tecpatl, que
corresponde el 24 de abril del año 76 de la era cristiana. Otras fuentes basándose en el estudio de las cenizas de los bosques incendiados
por la erupción afirman que la erupción del Xitle tuvo lugar hace aproximadamente 1600 años, esto es por el año 400 de nuestra era.
Estas diferencias no son determinantes para la investigación, pues lo que se busca es identificar es el proceso en si.
atribuyen a los aztecas hasta 1521 y que maravillaron a los españoles cuando los
conocieron, en realidad era el fruto de la evolución humana de 25 mil años, que dio lugar a
Cuicuilco, Teotihuacán y Tula y que estaba íntimamente vinculada la hoy llamada cultura
Olmeca y Maya.

Teotihuacan
Teotihuacán es la continuación por otros medios de lo que fue la ciudad-Estado de
Cuicuilco. Se trata evidentemente de una ciudad altamente planeada y que muestra un
mayor desarrollo. Mientras en Cuicuilco se habla de 20 mil habitantes conviviendo en una
ciudad de 400 hectáreas, en Teotihuacan se calcula una población de 100 mil a 200 mil
habitantes y una superficie de casi 2 mil 100 hectáreas, esto es, por lo menos 5 veces
mayor.
Durante 500 años Teotihuacán formó parte del complejo cultural mesoamericano, su
presencia de se dejó sentir en Cholula, Cacaxtla, Monte Albán, Tajín, y en ciudades tan
lejanas como Tikal en Guatemala, Palenque Chiapas y Monte Albán en Oaxaca, pero en el
siglo VII, se inició el declive de la ciudad Estado, debido seguramente a un importante
cambio climatológico que sucedió en el mundo, llamado en Europa “Periodo Cálido
Medieval” (Arturo Souza 2009). Estudios realizados en Los Tuxtlas y en la Zona Maya hablan
de este cambio climático, consistente en reiteradas sequias que acabaron con la
producción agrícola y contribuyeron al colapso de las civilizaciones del Periodo Clásico
(Caballero, et al, 2011, p49).
Los últimos descubrimientos arqueológicos hablan de rebeliones internas que
probablemente también fueron determinantes para el colapsó de Teotihuacan en el siglo
VIII, ya que además de la reiterada sequía, seguramente también se obtenía una tasa
decreciente de maíz, originada por la sobre explotación agrícola de los suelos, en
condiciones de mayor demanda de alimentos para una población creciente, lo que
seguramente generó inestabilidad política.
El declive de Teotihuacan
La civilización de la cuenca de México,
como parte del entramado cultural
mesoamericano –que originalmente
logró establecer una relación entre el
movimiento de los astros y el clima y
que lograron derivar de este
conocimiento las conclusiones prácticas
para una agricultura que fuera dando
satisfacción a las necesidades humanas
crecientes (por el mismo efecto del
crecimiento de la disposición de
alimentos, la ciencia y la tecnología)– se
convirtió en una sociedad altamente
polarizada, donde se fue conformando
una clase que se aprovechó de su
dirección y control de la producción
agrícola y fue separándose
paulatinamente del resto de la
sociedad, al grado de lograr la
acumulación de riqueza que se aprecia
en las inmensas obras que aún brillan
en Teotihuacán.
Esta clase dirigente luego de 600 años
de explotación ininterrumpida de la
tierra y de la apertura a la agricultura de
regiones cada vez más lejanas, terminó
separándose antagónicamente de la
población de la que había surgido y fue
parte de una guerra en la que fue
vencida y prácticamente destruida.
Seguramente el declive de Teotihuacan
no fue sólo una revuelta de
trabajadores o clases subalternas que
fue aniquilada por la fuerza del Estado,
pues, aunque más débil este podía
seguir existiendo y reproduciéndose en
el mismo Teotihuacán ahora con menos
gente que alimentar. Tampoco se trató
de una revuelta en la que las clases
subalternas logran imponer a las clases
dirigentes determinadas políticas que suavicen su situación. Fue una lucha tan encarnizada
que contribuyó a la destrucción de los dos bandos en pugna, al colapso de esa sociedad, en
el marco de una desesperada lucha por los recursos alimenticios luego de algo más
profundo que una temporada de sequía, un verdadero cambio climático.

La diáspora teotihuacana
Algunos de los elementos de las clases dirigentes de Teotihuacán se
refugiaron probablemente en Xochicalco que fue una ciudad altamente
fortificada fundada en el año 750 de nuestra era. Otros más debieron
llegar a Cacaxtla que fue fundada en el año 400 llegó a su fin alrededor
del año 900 y que también debió ser refugio Cholula, fundada 300 años
antes de nuestra y que colapsó casi simultáneamente a Teotihuacan, en
el año 600. Xochicalco a su vez tuvo un fin violento en el año 900 de
nuestra era, fecha en que inicia el auge de la ciudad de Tula. Es un hecho
que otros miembros de la clase dirigente de Teotihuacan se trasladaron a
Palenque y a Tajín, ciudades con las que se tenía un contacto o con las
cuales eran parte de una cultura mayor.
En los siguientes 500 años de la caída de Teotihuacan, con la dispersión
de sus antiguos habitantes termina lo que fuera la primera civilización de
la Cuenca de México. Otras ciudades como Amecameca, Chalco,
Xochimilco, Tlaltenco, Tula se reconstituirían como ciudades-Estado en la
cuenca de México, y aunque se reprodujeron ahí los elementos de esa
cultura, de la que también antes formaban parte, y los conocimientos
más profundos respecto a la astronomía quedaron fijas en construcciones
aún imperecederas, ya no tuvieron el mismo nivel de organización, ni
esplendor que aún se puede percibir en Teotihuacán.
Todo ello me lleva a concluir que los pueblos que hoy llamamos chichimecas en la cuenca
de México: Texcoco, Azcapotzalco, Chalco, Amecameca, etc. en realidad eran ciudades
Estado que quedaron desperdigadas luego de la extinción de Teotihuacan, que fue la mas
alta señal de esplendor de la cultura del Anáhuac; que el idioma que predominaba en la
cuenca a la llegada de los Chichimecas era el náhuatl, que por supuesto fue impactado por
la lengua original de los chichimecas; y que los mayores poblamientos de hablantes de
lengua náhuatl en el país, se dieron en los momentos de mayor esplendor de la Cultura del
Anáhuac y no precisamente por la conquista azteca a diversas regiones del país antes de la
llegada de los españoles.
Pero de eso trata el siguiente epílogo.
Los Chichimecas
Siguiendo el mismo corredor
natural que un día caminaron los
mamuts –y con ellos los primeros
habitantes humanos de la cuenca
de México– desde lejanas y aún
desconocidas tierras fueron
llegando las tribus que más tarde
conoceríamos como Los
Chichimecas.
Los llamados Chichimecas no eran
precisamente una cultura de
cazadores recolectores, sino
seguramente una cultura mas
desarrollada que conocía la
agricultura, y que también había
tenido contacto con culturas
derivadas de la civilización
mesoamericana, pero que por
graves cambios climáticos se había
visto forzada a abandonar sus
territorios.
Lo primero que se encontraron los
clanes más adelantados al llegar a la
cuenca de México fue la ciudad de Tula, que seguramente había
sido construida por la cultura del Anáhuac como una forma de
protección de la cuenca, pero que igualmente unos 600 años
después entró en decadencia y ya no era más que la sombra de lo
que alguna vez fue.
Así en 1168 de nuestra era llegó a Tula un grupo de Chichimecas
comandado por el caudillo Xólotl. Los habitantes de Tula,
fortificados en la ciudad, debieron desarrollar una feroz resistencia
de tal manera que este grupo fue rechazado de la ciudad, no
obstante, el grupo encabezado por Xólotl logró apropiarse de un
extenso territorio al norte de la cuenca de México, que por ello fue
llamado Chichimecatlalli (Códice Xólotl).
Con el tiempo, luego de un gran rodeo hacia el noreste de la
cuenca, el grupo se estableció en Tenayuca mediante alianzas con
los señores locales obligadas por su innegable fuerza.
Mas tarde, el hijo del caudillo
Xólotl, Nopaltzin se casó con una
princesa de Culhuacán de nombre
Azcaxochitl o Atotoztli.
Culhuacán era una de las
ciudades-Estado que formaron
parte de la cultura de la cuenca de
México que se reasentaron en
torno al lago luego de la extinción
de Teotihuacán y el debilitamiento
de Tula. Aunque había formando
parte de la civilización de la
Cuenca de México, esto es, de la
Civilización del Anáhuac, algunos
autores la ha identificado como
una ciudad Tolteca en alusión a su
relación con la última gran ciudad
de esta cultura: Tula.
De este matrimonio nació Tlotzin,
el primer jefe Chichimeca
descendiente también de la
cultura del Anáhuac, o de
“tradiciones toltecas” como lo
identifican algunos autores.
Nopaltzin organizó en Tenayuca la
llamada “Corte Chichimeca”
(Fernando Alba ixtlaxochitl).
Posteriormente esta corte se
trasladó a la región Acolhua
(Texcoco, otra ciudad Estado
descendiente de la Cultura del
Anáhuac) en tiempos de Quinatzin
hijo de Tlotzin.
Mientras tanto las oleadas
migratorias de otras 6 tribus o
clanes chichimecas siguieron
arribando a la cuenca de México,
los últimos en llegar fueron los
que luego llamaríamos aztecas,
quienes se establecieron
temporalmente en Tula, que
finalmente había sido vencida por la fuerza de los inmigrantes norteños que huían de la
gran sequía que se había apoderado de sus regiones de origen.
En 1299 durante el reinado de Techotlala, Tenayuca es conquistada y quedó sujeta al
señorío tepaneca (Azcapotzalco), El señorío tepaneca tenía una matriz Chichimeca
semejante a la del señorío de Tenayuca, al igual que esta, una tribu Chichimeca se había
apoderado de Azcapotzalco.
La conquista de Tenayuca fue llevada a cabo con la participación de los aztecas, como ya
dije, la última de las tribus Chichimecas en llegar a la cuenca de México. En ese tiempo los
aztecas estaban sujetos al señor de Azcapotzalco. En uno de los enfrentamientos resultó
muerto el hijo de Techotlala, Ixtixóchitl, quien a su vez fue el padre de Nezahualcóyotl.
Viene al caso, pero no voy a referirme a todo el proceso de sobra divulgado sobre como se
constituyó la triple alianza y como los aztecas terminaron apropiándose de la cuenca de
México y de un basto territorio alrededor. Es un tema bastante conocido, aunque también
bastante poco comprendido, pues la historia Azteca, con su esplendor, ha velado la gran
historia de la formación de la civilización mesoamericana de la Cuenca de México,
presentando a los ancestros como enajenados por los mitos, los dioses y comedores de
niños.
Detrás de las cámaras
Buscando fuentes a nivel de cuenca me encontré con dos problemas:
1.- La especialización de las disciplinas científicas que desde distintos ángulos han abordado
la formación del territorio en el llamado Valle de México y en Mesoamérica, desde la
arqueología, antropología, biología, geografía, astronomía, economía, la historia y muchas
otras, parece llevarlas a encerrarse en sus propias epistemologías que dan lugar a
afirmaciones en ocasiones insuficientes. Conclusiones contradictorias, o excluyentes aún
dentro de las mismas disciplinas, coexisten pacíficamente sin que forme parte de las
preocupaciones de especialistas avanzar en la dilucidación de las afirmaciones yuxtapuesta.

2.- A esto hay que agregar que diversas instituciones han caído en acciones rutinarias, o en
la inactividad, producto de la pesada línea de mando que impide el estudio verdadero y la
construcción de nuevas miras. Un ejemplo en el terreno de la arqueología y la historia, pero
que incumbe a las demás ciencias, son los descubrimientos que se producen en las muchas
excavaciones que se hacen necesarias para la construcción de un nuevo edificio. Hablando
de la Cuenca de México, cuando por azares del proceso constructivo de un nuevo negocio
se da con develamientos vitales para continuar con el estudio de la ciencia, restos del
preclásico por tomar un caso, la línea de mando gubernamental, ordena un rápido registro,
tomar unas cuantas muestras y tapar con rapidez el descubrimiento, al grado de destruir
los elementos encontrados para no retrasar las obras. En aras del “progreso económico”
los nuevos descubrimientos científicos se pueden ir al olvido burocrático.

Probablemente por ello (por la demolición de huesos de mamut o por el tapamiento


apresurado de restos arqueológicos) es que la construcción de la historia nacional oficial se
inicia con el descubrimiento de un águila devorando una serpiente y todo lo anterior a este
hecho se nos presenta como la suma de misteriosas apariciones y desapariciones de
culturas de las cuales ni siquiera sabemos su auto denominación.
Del primero de estos problemas se deduce que se requiere abordar los diferentes saberes
disciplinarios que se encuentran disponibles, con una mirada multidisciplinaria.
Del segundo problema se deduce que en este país hace falta un cambio respecto a la
investigación y reguardo de los recursos arqueológicos. Espero que el actual cambio de
gobierno sea el inicio de ese cambio.

David Cilia Olmos


19 de enero de 2019

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