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RETIRO ESPIRITUAL

2019-II
“Y ustedes, ¿quién dicen
que soy yo?”
Mt. 16, 15

Convento de Santo Domingo – Bogotá


Octubre 6 de 2019
1
Laudes
Domingo XXVII del Tiempo Ordinario
III Semana del Salterio

INVITATORIO
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Ant. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la roca que nos


salva. Aleluya.
Salmo 99
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Se repite la antífona

Sabed que el Señor es Dios:


que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Se repite la antífona

Entrad por sus puertas con acción de gracias,


por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
Se repite la antífona

"El Señor es bueno,


su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades."
Se repite la antífona

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Se repite la antífona

2
Himno
Las sombras oscuras huyen,
ya va pasando la noche;
y el sol, con su luz de fuego,
nos disipa los temores.
Ya se apagan las estrellas
y se han encendido soles;
el rocío cae de los cielos
en el cáliz de las flores.
Las creaturas van vistiendo
sus galas y sus colores,
porque al nacer nuevo día
hacen nuevas las canciones.
¡Lucero, Cristo, del alba,
que paces entre esplendores,
apacienta nuestras vidas
ya sin sombras y sin noches!
¡Hermoso Cristo, el Cordero,
entre collados y montes! Amén.
SALMODIA
Ant. 1 El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.
Salmo 92

El Señor reina vestido de majestad,


el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
3
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 El Señor es admirable en el cielo. Aleluya.

Ant. 2 Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.
Cántico Dn. 3, 57-88.56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos bendecid al Señor. 4
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor;
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre ...

Ant. 2 Tú, Señor, eres alabado y ensalzado por los siglos. Aleluya.

Ant. 3 Alabad al Señor en el cielo. Aleluya. +


Salmo 148

Alabad al Señor en el cielo,


+alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles,
alabadlo todos sus ejércitos,
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará. 5
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar.
Rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes.
Montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros.
Fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo.
Los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.

Alaben el nombre del Señor,


el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Alabad al Señor en el cielo. Aleluya.

LECTURA BREVE Ez 37,12b-14

Así dice el Señor: "Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir
de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y
cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros,
pueblo mío, sabréis que yo soy el Señor: os infundiré mi espíritu y
viviréis, os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo el Señor lo digo
y lo hago." Oráculo del Señor.

6
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

V. Tú que está sentado a la derecha del Padre.


R. Ten piedad de nosotros.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.Dice el Señor: El que no renuncia a todos sus bienes no puede


ser mi discípulo.
Cántico de Zacarías Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,


porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con
nuestros padres, recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

7
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.Dice el Señor: El que no renuncia a todos sus
bienes no puede ser mi discípulo.

PRECES.
Invoquemos a Dios Padre que envió al Espíritu Santo, para que con
su luz santísima penetrara las almas de sus fieles, y digámosle:
Ilumina, Señor, a tu pueblo.
-Te bendecimos, Señor, a ti que eres nuestra luz, y te pedimos que
este domingo que ahora empezamos transcurra todo él consagrado a
tu alabanza.
-Tú, que por la resurrección de tu Hijo quisiste iluminar el mundo,
haz que tu Iglesia difunda entre todos los hombres la alegría pascual.
-Tú, que por el Espíritu de la verdad adoctrinaste a los discípulos de
tu Hijo, envía este mismo Espíritu a tu Iglesia para que permanezca
siempre fiel a ti.
-Tú, que eres luz para todos los hombres, acuérdate de los que viven
aún en tinieblas y abre los ojos de su mente para que te reconozcan a
ti, único Dios verdadero.

Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto nos atrevemos a
decir: Padre nuestro.

ORACIÓN.
Dios nuestro, que nos has enviado la redención y concedido la
filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, y
concédenos, por nuestra fe en Cristo, la verdadera libertad y la
herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. 8
CONCLUSIÓN.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna. R. Amén.

9
PRIMERA PREDICACIÓN
La Iglesia y su relación con Jesucristo

Sobre la destrucción del tempo: Marcos 13, 1–23


Cuando salía del templo, le dijo uno de sus discípulos:
—Maestro, mira qué piedras y qué construcciones. Jesús le contestó:
—¿Ven esos grandes edificios? Pues se derrumbarán sin que quede
piedra sobre piedra. Estaba sentado en el monte de los Olivos,
enfrente del templo. Pedro y Santiago, Juan y Andrés le preguntaron
aparte: —¿Cuándo sucederá todo eso? ¿Cuáles la señal de que todo
está para acabarse?
Jesús empezó a decirles:
—¡Cuidado, que nadie los engañe! Se presentarán muchos en mi
nombre diciendo: Soy yo, y engañarán a muchos. Cuando oigan ruido
de guerras y noticias de ellas, no se alarmen. Todo eso ha de suceder,
pero todavía no es el final. Porque se alzará pueblo contra pueblo,
reino contra reino. Habrá terremotos en diversos lugares, habrá
carestías. Es el comienzo de los dolores de parto.
Ocúpense de ustedes mismos. Los entregarán a los tribunales, los
apalearán en las sinagogas, y por mi causa comparecerán ante
magistrados y reyes para dar testimonio ante ellos. Pero antes se ha
de anunciar en todas las naciones la Buena Noticia.
Cuando los conduzcan para entregarlos, no se preocupen por lo que
tendrán que decir; lo que Dios les inspire en aquel momento es lo que
dirán. Porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo.
Un hermano entregará a su hermano a la muerte, un padre a su hijo;
se levantarán hijos contra padres y les darán muerte. Serán odiados
por todos a causa de mi nombre. Pero el que aguante hasta el final se
salvará. Cuando vean el ídolo abominable instalado donde no debe –
el lector que lo en-tienda–, entonces los que viven en Judea que
escapen a los montes. El que esté en la azotea no baje ni entre en casa
a recoger algo; el que se encuentre en el campo no vuelva a buscar el
manto. ¡Ay de las embarazadas y de las que tengan niños de pecho en
aquellos días! Recen para que no suceda en invierno.

10
Aquellos días habrá una tribulación tan grande como no la hubo
desde que Dios creó el mundo hasta ahora, ni la habrá en el futuro. Y
si el Señor no abreviara aquella etapa, no se salvaría ni uno. Pero,
acortará esos días a causa de los que quiere salvar. Entonces, si
alguien les dice que el Mesías está aquí o allí, no le crean. Porque
surgirán falsos mesías y falsos profetas, que harán milagros y
prodigios, hasta el punto de engañar, si fuera posible, a los elegidos.
Ustedes estén atentos, que yo los he prevenido de todo.

El futuro de la Iglesia
“La Iglesia del mañana será pequeña, y en gran medida tendrá que
comenzar desde el principio. Ya no podrá llenar muchos edificios
construidos en tiempos de esplendor. Junto con el número de fieles
perderá muchos de sus privilegios en la sociedad. Se presentará
sobre todo como una comunidad a la cual se ingresa sólo por una
decisión voluntaria. Como comunidad pequeña exigirá mucho más
la iniciativa de sus miembros. Seguramente adoptará nuevas formas
en su ministerio y ordenará sacerdotes a cristianos probados
profesionalmente… Será una Iglesia de una espiritualidad más
profunda… Pero de esta Iglesia más espiritual y sencilla brotará una
gran fuerza. Porque los hombres de un mundo completamente
planificado padecerán de una soledad indecible. Cuando Dios
desaparezca de sus vidas experimentarán su total y terrible pobreza.
Así pues, descubrirán la pequeña comunidad de creyentes como algo
completamente nuevo, como una esperanza, como una respuesta que
en lo oculto siempre estaban buscando”.
Prof. Joseph Ratzinger, 1969.

11
SEGUNDA PREDICACIÓN
¿Cuál es el origen de tu relación con Cristo?

Si no: ¡habríais creído en vano! 1 Corintios 15, 1–6


Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis
recibido y en el cual permanecéis firmes, por el cual también sois
salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué. Si no, ¡habríais
creído en vano! Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez
recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;
que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras;
que se apareció a Cefas y luego a los Doce; después se apareció a más
de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte
viven y otros murieron.

Pautas para la reflexión en los diferentes grupos:


- El texto que se presenta es lo que se constituye en el mensaje
Kerigmático, es decir, la base y el núcleo central de la fe, el primer
anuncio que hace incluso que muchos hayan dado su vida por la
causa del evangelio.
- Dar la vida por la causa del Evangelio: ¿vale la pena en el siglo XXI?
Sitúese en un ambiente de persecución, piense en aquellos cristianos
que todos los días muere por ratificar su fe en Jesús. ¿Usted sería
capaz de dar su vida? (No olvide también el pasaje de la negación de
Pedro)
-Haga memoria, en este momento del motivo por el cual usted
decidió creer en Cristo. ¿Fue obligado (a)? ¿Lo hizo por presión
social?
-Piense en las características que tiene Jesús para usted. ¿Se asemeja
al Jesús predicado por Pablo?
-La Iglesia debe volver a sus orígenes en medio de una predicación
kerigmática para encontrar a Cristo y creer verdaderamente en él.
¿Qué le dice a usted esta frase?
- ¿Qué usa usted para entrar en un ambiente de oración? ¿Se ayuda
de medallas, cadenas, imágenes, crucifijos, agua bendita, etc.? ¿Qué
pasaría si no tuviera nada de esto? ¿Su relación con Dios sería igual?
12
-Ante las cuestiones anteriores, ¿se siente desprotegido y
desamparado de la misericordia de Dios al no tener objetos concretos
de devoción en su poder?
- ¿Qué opina de los cristianos que no acostumbran usar medallas, o
cadenas u objetos de piedad? ¿Tienen una visión mutilada de Cristo?
-Actualmente se presentan razones por las cuales las personas se
acercan a la Iglesia y dicen creer en Jesús:
Creer le hace sentir bien y tranquilo
Cree porque ha recibido algún favor de parte de Cristo
Cree porque le ha curado
Cree porque se le ha aparecido en un sueño o visión
Cree porque le da miedo ir al infierno
Cree porque le da un status en su comunidad
-La mayoría de devociones, costumbres, celebraciones,
sacramentales, etc. se instituyen en la Edad Moderna, por tanto,
nunca los Santos y los cristianos de la antigüedad tuvieron
experiencias como: la adoración eucarística, medallas, muchas
advocaciones, agua bendita, etc. Si esto es así, ¿todos ellos no
pudieron vivir la experiencia cristiana? Si la respuesta es negativa
¿qué les llevó, entonces, a vivir plenamente la acción de Cristo en sus
vidas?
Estas reflexiones no se orientan a desacreditar el uso de objetos de
devoción, sino que quieren invitarle a pensar sobre la realidad de su
seguimiento de Jesús, buscan la purificación de su fe y su acción
cristiana, teniendo en cuenta que el amor a Cristo no se puede limitar
a la tenencia o no de un objeto. El Señor se presenta en su vida y en
la de sus hermanos, es el contenido del Kerigma el que nos permite
conocer al Cristo sin aditamentos, tal como Él es, el primer anuncio
evangélico hizo que muchos dieran su vida por Él.

Mártires y con seminarios clandestinos: la realidad de los


cristianos perseguidos en China
Felipe –no puede dar su nombre completo por seguridad– es un
joven sacerdote de origen chino que, actualmente, estudia en Roma.
Una oportunidad que no solo se le presenta a él, sino que es un signo
13
de esperanza para la Iglesia en China del futuro, ya que su diócesis
“quiere crear un instituto eclesial” donde los jóvenes puedan
prepararse para el sacerdocio. Y es que en China seguir la vocación
puede poner en riesgo la propia vida. En este contexto en el que los
cristianos son perseguidos, el Centro Académico Romano Formación
(CARF) se dedica a promover la oración por sacerdotes como Felipe.
“El seminario de mi diócesis está dividido en varios lugares, y cada
grupo vive en las casas de católicos”. En este seminario no se celebra
la liturgia, ya que pueden ser escuchados. “Todo es clandestino y
escondido”, añade el sacerdote, que explica a Vida Nueva que,
cuando se preparaba para su ministerio, “no podíamos hablar en voz
alta, no podíamos cantar en la misa, rezábamos en voz muy baja”,
llegando incluso a no salir a la calle en más de seis meses. Son los
seminarios clandestinos. “En esta situación tan difícil, los
seminaristas, estamos muy agradecidos por el don de la vocación, y
muy contentos con la llamada del Señor”, asevera, señalando que a
los jóvenes cristianos les “estimulan mucho los testimonios de los
sacerdotes”.
“Sabemos que en muchos países los cristianos están siendo
perseguidos por causa de la fe, ellos no la pueden vivir con libertad,
y son humillados por el nombre de Cristo y China es uno de estos
países”, denuncia Felipe. Además, el joven aclara que la Iglesia en su
país es “muy joven”, pero que durante el transcurso de su historia “no
han faltado las persecuciones, que han dejado muchos mártires”.
“En algunas diócesis es muy difícil celebrar la misa, ya que el
gobierno no nos permite construir iglesias, ni reunirnos para el culto
divino”, explica Felipe. “Muchos sacerdotes han estado en la cárcel o
han sido sometidos a palizas o torturas similares”, añade, llamando
a estos sacerdotes ‘Confesores de la fe’ por resistir las torturas e
incluso, en algunos casos, dar la vida por su fidelidad al Papa y a la
Iglesia. “Su fidelidad para nosotros es un ejemplo vivo”, remarca, al
igual que el de algunos fieles que han llegado a ir a la cárcel por el
mismo motivo.
Fuente: https://www.vidanuevadigital.com/2019/04/24
14
TERCERA PREDICACIÓN
Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

La pregunta planteada en el título aparece en primer lugar en el texto


de Mt.16, 14 y se repite en Mc 8, 27 y Lc 9,18. Es básicamente el
mismo y la pregunta es invariable. Está dirigida primeramente a los
discípulos, Jesús les pregunta a ellos: ¿Quién dice la gente que soy
yo? en otras palabras, ¿Qué han escuchado ustedes entre los vecinos
acerca de quién soy yo? Y la respuesta es bien conocida: “Unos dicen
que es Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o uno
de los profetas”, señala Mateo. En Marcos la respuesta es: “Unos
dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que uno de los
profetas” y Lucas dice casi lo mismo, aunque añade: “…y otros que
uno de los antiguos profetas ha resucitado”. Todos los evangelistas
dicen lo mismo, con el mismo argumento y con escasas diferencias.
Esa pregunta en boca de cualquier ser humano no sería extraña, pero
escucharla en boca de Jesús sí lo es; ¿Por qué necesitaba Jesús saber
lo que la gente pensaba acerca de Él? Lo cierto es que es una pregunta
extraña, sobre todo si viene de parte Jesús. Ahora bien, la respuesta
que dan los discípulos de lo que la gente decía no deja de ser
interesante. Se dice que podría ser Juan el Bautista, un profeta
contemporáneo a Jesús mismo (quien ya había muerto), incluso el
mismo Herodes sospechaba que era Juan (Mc.6, 16), otros decían
que era Elías, un profeta de la antigüedad judía, otros indicaban que
quizás sería Jeremías un profeta que estuvo activo durante cuatro
décadas bajo los cinco últimos reyes de Judá (Isaías, Joacaz, Joacim,
Joaquín, y Sedequías), Y al final sólo se dice, en términos generales,
que era “uno de los profetas”, es decir, que la gente creía que Jesús
era un profeta, una persona con una autoridad dada por Dios. La
oración interrogativa nos llama la atención: primero Jesús desea
averiguar lo que la gente dice acerca de Él, pero la segunda parte es
todavía más interesante porque, al parecer, la respuesta recibida no
cumple con sus expectativas, y hace la pregunta de forma directa a
los suyos: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Ya no se espera una
respuesta general, ahora se supone que aquellos que estaban más
cerca de Él deberían tener un mejor conocimiento de quién era este 15
Hijo del Hombre, como se llamó Jesús a sí mismo. Él espera una
respuesta diferente de los que le habían acompañado durante
algunos años.
Intempestivamente Pedro salta, y en nombre de todos, hace una de
las mayores afirmaciones que se puede leer en el texto sagrado: “Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, según nos dice Mateo,
porque en Marcos y Lucas sólo se nos ofrece la primera parte de la
afirmación: “El Cristo”, afirmación griega de la versión hebrea “el
Mesías” y que significan lo mismo: “El Ungido”. La reacción de Jesús
ante esta declaración es atractiva de analizar. Jesús, ante tal
afirmación dice “Dichoso – Bienaventurado… porque eso no te lo
reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo.”(Mt 16, 17).
Esta afirmación tan radical de Pedro comienza diciendo quien es
Jesús: “El Cristo”, y luego dice lo que el mismo Padre dijo cuando su
Hijo estaba siendo bautizado: “…Este es mi Hijo amado, en quien
tengo complacencia.” (Mt 3, 17) Declaraciones categóricas sin ápice
de duda.
Ahora bien, lo más extraño viene después de todo este dialogo,
cuando Jesús mismo indica: “Entonces mandó a los discípulos que
no dijesen a nadie que él era el Cristo.” (Mt 16, 20), No hay una
respuesta clara, pero lo cierto es que la indicación de Jesús es que sus
discípulos guarden silencio al respecto, al menos de momento.
Parece que la revelación que Pedro recibe de parte del Padre es lo que
realmente le importa a Jesús. Él está a punto de comenzar su camino
hacia la cruz, y es importante para él que quede bien claro quién es
en realidad, y que sus discípulos también lo tengan claro, porque
ellos serán los encargados de llevar esa enseñanza a todas las
naciones.
Por tanto, la enseñanza que nos deja este texto no es que Jesús
estuviera interesado en saber lo que la gente pensaba de Él, sino, si
sus seguidores lo tenían claro, ¡eso era lo importante! Para nosotros
hoy, lo importante no es lo que la gente dice de Jesús, lo importante
es saber quién es Jesús para nosotros, si este es el Cristo, el Mesías
de nuestras vidas. Aquí lo más significativo no es parecer cristianos,
sino serlo de corazón.
16
Con base en esta reflexión, si alguien te pregunta: ¿Y para ti quién es
Jesús?... ¿Qué responderías? La respuesta debe buscarse en lo más
profundo de tu ser, pues eso definirá el testimonio de tu experiencia
cristiana.
Trabajo:
En un momento de silencio responde la pregunta: ¿Y para ti quién es
Jesús?, ponla por escrito. Apela a tu experiencia de fe cristiana.

Carta a quienes critican a las personas que creen en Dios


Debo confesar que a veces me siento aburrida de ser el blanco de
burlas de quienes no comparten mi fe, pero sí se dicen defensores de
las libertades. Soy cristiana hace más de 10 años y diferente a lo que
muchos podrían pensar, porque se supone vivimos en un mundo que
hace alarde de su libertad de culto, creer en Dios es cada vez más
difícil. Pienso en quienes han dado su vida en pos de vivir con plena
libertad su fe, compartirla a otros o ayudando a sus comunidades en
medio de vetos, conflictos y guerras y me pregunto por qué no
volvimos a hablar de esos héroes anónimos. Porque, aunque no sea
un tema que ocupe las primeras planas de los medios a diario, la
verdad es que siguen muriendo o siendo perseguidas personas por
confesar sus creencias.
He entendido el valor de respetar a quienes piensan diferente a mí
esperando recibir lo mismo de vuelta, pero, para ser sincera, es cada
vez más común soportar el ser descalificada por otros simplemente
por decir que creo en Dios. Sé que escribir sobre estos temas en un
medio de comunicación es llamar a una “tormenta de arena virtual”,
pues más de uno, sin ni siquiera leer el texto, te va a ofender y sacará
a relucir los lugares comunes que siempre adornan este tipo de
conversaciones. Por eso, lejos de hacer de este escrito un debate por
quién tiene la razón, es una invitación a que nos escuchemos y nos
hablemos con respeto de parte y parte. Nos tratan de “godos”,
“cerrados de la cabeza”, “ignorantes”, “estúpidos” entre otras
expresiones que demuestran que en ocasiones se nos olvida que el
termino tolerancia se debería aplicar no solo para esas comunidades
a las que somos afines sino también a aquellas que no entendemos o
que simplemente desconocemos. 17
No, no soy de los que creen porque sí, de los que van a una iglesia por
convención social o heredad familiar, ni tampoco me extirparon el
cerebro en mi camino a Dios. Al contrario, he logrado entender que
Él no quiere que deje mi cerebro en la puerta, sino que sea una mujer
intelectualmente preparada en todos los roles de mi vida: como hija,
hermana, amiga, vecina, ciudadana y en mi oficio como periodista.
Seguir a Jesús me desafía a diario a amar a los otros, a tratar de ser
coherente y a promulgar mi fe con argumentos fuertes.
Trabajo para aprender a escuchar a los demás, así como me gustaría
ser escuchada: con atención y respeto. Creo que seguir a Dios no se
trata de religión, sino de una relación diaria para conocerle y
experimentarlo personalmente, alejada de tradiciones o protocolos
replicados a control remoto. No me gusta el licor o el cigarrillo, no
me divierten las fiestas porque sencillamente no es mi ambiente y sí,
creo en eso de esperar hasta el matrimonio. No lo hago por obligación,
nadie me está presionando o me lo ha prohibido, lo hago por
convicción. ¿Por qué es tan difícil de entender? ¿Qué le hace creer a
las personas que por ser esa mi opción de vida soy menos feliz o no
disfruto lo suficiente mi juventud? Y de paso, si alguna vez le causó
curiosidad, le respondo: ¡Me siento feliz y plena viviendo así!
Entre más pasan los años más convencida estoy de que ha sido mi
mejor decisión. Por eso, apreciaría que en vez de insistir una y otra
vez en que cambie mi elección, decida respetar mis creencias. Sé que
en ocasiones las iglesias han cometido errores como institución, que
hay testimonios que desilusionan, pero: ¿Por qué culpar a Dios de las
fallas de las personas? ¿Por qué medir a todos los que seguimos a
Jesús por equivocaciones individuales? Aunque parece que el decir
que se cree en Dios para algunos está pasado de moda o es impopular,
vuelvo y lo escribo: sí, creo en Dios, leo la Biblia, voy a una iglesia y
no me da pena decirlo.
Diana Ravelo.
Publicación periódico El Tiempo - Columna de opinión - 25 de abril de 2017

Pregunta: Si alguien que piensa distinto se burla de tu fe, ¿Qué le


dirías? ¿Cómo sintetizarías tu experiencia y testimonio de fe?
Reflexiona y escribe tu respuesta.
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Horario de la Jornada

Hora Actividad
7:00-7:30 a.m Laudes
7:30-7:45 a.m Refrigerio
7:45-8:30 a.m Predicación 1
8:30-9:00 a.m Lectura y meditación personal 1
9:15-10:00 a.m Predicación 2: tres grupos
10:00-10:30 a.m Lectura y meditación personal 2
10:30-11:00 a.m Onces
11:00-12:00 m. Taller: Tres grupos
12:15-1:30 p.m Almuerzo
1:30-2:00 p.m Oración de contemplación: en el Templo
2:15-3:00 p.m Predicación 3: tres grupos
3:00-3:30 p.m Lectura y meditación personal 3
3:30-4:00 p.m Onces
4:00-4:45 p.m Plenario general
4:45-5:45 p.m Celebración Eucarística

Recomendaciones para la plena vivencia del retiro:


- Absténgase totalmente del uso de aparatos electrónicos como celulares o
computadoras, estos elementos podrían entorpecer su experiencia espiritual.
- Permita que los demás también tengan una experiencia espiritual, por lo que le
pedimos que colabore con su silencio y disposición total.
- Evite charlas innecesarias y estar en lugares que no le corresponden.
- Preste total atención a las indicaciones dadas.
- Tenga apertura de pensamiento y corazón para que pueda acoger las reflexiones
que se le proponen.
- Se le pide puntualidad y agilidad.
- Usted tiene una escarapela que le identifica dentro de un grupo concreto, pórtela
siempre y ubíquese siempre en el grupo que le corresponde.

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