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DIRECCIÓN DE COOPERACIÓN TÉCNICA


PROGRAMA DE COORDINACIÓN TRANSVERSAL
AGRICULTURA, MANEJO DE RECURSOS NATURALES Y CAMBIO
CLIMÁTICO

LA AGRICULTURA
SUSTENTABLE en el
Instituto Interamericano de
Cooperación para la
Agricultura - IICA
Jeanette Cárdenas
Programa de Recursos Naturales y cambio climático

17 de julio 2012
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CONSIDERACIONES CONCEPTUALES DE LA AGRICULTURA SUSTENTABLE ............................................................. 3


AGRICULTURA SUSTENTABLE EN EL IICA ................................................................................................................. 5
ANTECEDENTES ........................................................................................................................................................ 5
ESTRATEGIA DEL IICA PARA FORTALECER LA AGRICULTURA SUSTENTABLE. .............................................................................. 7
La transversalidad de la agricultura sustentable en la cooperación técnica del IICA ......................................... 7
Los objetivos del IICA para promover el desarrollo de la agricultura sustentable. ............................................ 7
1) Bienestar comunitario ............................................................................................................................. 7
2) Equilibrio agroambiental ......................................................................................................................... 8
3) Responsabilidad social corporativa ............................................................ ¡Error! Marcador no definido.
EL FUTURO DE LA AGRICULTURA SUSTENTABLE EN LA COOPERACIÓN TÉCNICA DEL IICA………………………………………..……..……..11

LITERATURA CITADA.............................................................................................................................................. 12
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Consideraciones Conceptuales de la
Agricultura Sustentable

El término sustentable1 fue utilizado y conceptualizado en sus primeras aproximaciones dentro


del sector forestal y pesquero, donde a partir de la década de 1960 se estudiaban maneras
alternativas para el aprovechamiento de los recursos naturales que consideraran las limitaciones
provocadas por la tasa de renovación de las poblaciones. Dicha definición recalcaba la
aplicabilidad del término sobretodo dentro de la dimensión ecológica (Dixon y Fallon, 1989).

El concepto de desarrollo sostenible fue introducido oficialmente en 1987 en el marco de la


Comisión Mundial sobe Medio Ambiente y Desarrollo, o Comisión de Brundtland, como una
alternativa para ampliar el concepto de desarrollo y hacer referencia en la necesidad de integrar la
temática social, ambiental y económica (SARD and FAO, 2007).

En el Informe de Brundtland, “Nuestro Futuro Común”, se define el desarrollo sostenible de la


siguiente manera: “En esencia, desarrollo sostenible es un proceso de cambio en el cual la
explotación de los recursos, la dirección de las inversiones, la orientación del desarrollo tecnológico
y el cambio institucional se encuentran en armonía y mejoran el potencial actual y futuro para
satisfacer las necesidades y aspiraciones humanas."(UN-WCED, 1987).

Posteriormente, en el marco de la Cumbre de Río se crea la Comisión para el Desarrollo Sostenible


(CSD), encargada de dar un seguimiento efectivo a los temas abordados y se designa a la FAO
(Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la CSD para trabajar
coordinadamente y revisar los avances en la implementación de la Agenda 21 en la Cumbre
Mundial sobre Desarrollo Sostenible del 2002 en Johannesburgo. (UN, 1992; UN, 2002; UN Division
for Sustainable Development, 2005).

Ante esto, FAO asume un rol protagónico en el impulso de la agricultura y desarrollo sostenible
(ADRS) y la define como un proceso que cumple los siguientes criterios:

 Satisface cualitativa y cuantitativamente los requerimientos nutricionales básicos


de las generaciones presentes y futuras y, a la vez, provee una serie de productos
agrícolas.
 Genera empleo estable, ingresos suficientes y condiciones de vida y de trabajo
dignas para todos aquellos involucrados en la producción agrícola.

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El concepto sustentable se deriva de sustentar cuyo origen latino es: sustentāre, intens. de sustinēre, y es entendido
también como sostenible que de acuerdo al diccionario de la real academia española: Adj. que significa: “Dicho de un
proceso: Que puede mantenerse por sí mismo, como lo hace, p. ej., un desarrollo económico sin ayuda exterior ni merma de
los recursos existentes y/o que se pueda sustentar o defender con razones” e involucra el tema de desarrollo. En el contexto
de los recursos naturales y del medio ambiente sustentar significa mantener prolongar el uso productivo de los recursos, y la
integridad de la base de recursos. Para el IICA ambas palabras significan lo mismo y son intercambiables.
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 Mantiene y, en lo posible, aumenta la capacidad productiva de toda la base de los


recursos naturales y la capacidad regenerativa de los recursos renovables, sin
romper los ciclos ecológicos básicos ni los equilibrios naturales, evitando así la
destrucción de las cualidades socioculturales de las comunidades rurales o la
contaminación del medio ambiente.
 Reduce la vulnerabilidad del sector agropecuario frente a factores naturales y
socioeconómicos adversos y otros riesgos.

Actualmente la FAO, en respuesta a dos de los más grandes retos que afronta la agricultura: el
cambio climático y la seguridad alimentaria; ha ampliado la aplicación de la agricultura sustentable
bajo dos conceptos clave, “La intensificación sostenible de la producción agrícola (ISPA)” y “La
agricultura climáticamente Inteligente (ACI)”.

La intensificación sostenible se ha definido como “el incremento de la producción a partir de la


misma área de tierra al tiempo que se reducen los efectos negativos para el medio ambiente y se
aumenta la contribución al capital natural y el flujo de servicios ambientales”. La intensificación
sostenible de la producción agrícola (ISPA) es el primer objetivo estratégico de la FAO. Para
alcanzar dicho objetivo la FAO ha aprobado el empleo del “enfoque ecosistémico” en la gestión
agrícola. Básicamente, el enfoque ecosistémico se fundamenta en la utilización de insumos como
la tierra, el agua, las semillas y el fertilizante para complementar los procesos naturales que
respaldan el crecimiento de las plantas, tales como la polinización, la depredación natural para
luchar contra las plagas y la acción de la biota del suelo que permite a las plantas acceder a los
nutrientes (FAO, 2011).

Por otra parte se define la agricultura climáticamente inteligente como “aquella agricultura que
incrementa de manera sostenible la productividad, la resiliencia (adaptación), reduce/elimina GEI
(mitigación) y fortalece los logros de metas nacionales de desarrollo y de seguridad alimentaria”
(FAO, 2010).

De tal manera se puede identificar cómo el concepto de agricultura sustentable se ha reorientado


a través del tiempo, desde el momento en que fue acuñado en el marco de la definición de
desarrollo sostenible y su conceptualización actual. En donde la puesta en práctica del concepto se
ha visto influenciada por la incorporación de los temas ambientales, de los temas relacionados a la
calidad de vida del productor y del sector rural y de las incidencias que deben afrontar a raíz del
cambio climático, sumado a los retos que proponen la reducción de la pobreza y la crisis
alimentaria mundial.
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AGRICULTURA SUSTENTABLE EN EL
IICA
Antecedentes

El IICA tiene una larga historia de apoyar y promover los conceptos del desarrollo sustentable de la
agricultura en Latinoamérica, motivado inicialmente por la Comisión de Brundtland (UN, 1987). En
respuesta a la Agenda 21, el IICA modificó su estrategia y basó su Plan de Mediano Plazo 1994-
1998 en los conceptos del desarrollo sustentable en la agricultura, el manejo de los recursos
naturales y el desarrollo rural. Uno de los retos identificados por la Agenda 21 fue la necesidad de
definir indicadores para monitorear el estado de la sustentabilidad.

El IICA, en cooperación con el CATIE y apoyado por la Cooperación Alemana, respondió a esta
demanda con la publicación del análisis ¿Cómo medir la sostenibilidad? Una propuesta para el área
de Agricultura y de los Recursos Naturales (Müller 1996). Este documento evalúa la agricultura
sustentable en tres dimensiones:
 Sustentabilidad ecológica: El ecosistema mantiene sus principales características que son
fundamentales para su supervivencia en el largo plazo.
 Sustentabilidad económica: El manejo sustentable de los recursos naturales produce una
rentabilidad que hace atractiva su continuación.
 Sustentabilidad social: Los beneficios y costos de la administración del sistema se
distribuyen equitativamente entre los diferentes grupos y generaciones y se obtiene un
grado de satisfacción de las necesidades que hace su continuación posible.

Los agroecosistemas sustentables son resultado del manejo racional de sus recursos suelo, agua,
flora, fauna y energía y su funcionamiento en términos de manejo y desempeño. En principio, la
agricultura sustentable busca maximizar la producción sin perjudicar la base de los recursos
naturales. Ya que existe una interacción elemental entre estos diferentes recursos dentro de los
agroecosistemas, así como entre las tres dimensiones de la sustentabilidad, el IICA aplica un
enfoque integral cuando se refiere a la sustentabilidad agrícola.

Según Hünnemeyer et al. (1997), las cuatro características fundamentales de los agroecosistemas
sustentables son: productividad, estabilidad, resiliencia y equidad. La productividad se refiere a la
relación producto por insumo y depende del nivel técnico que se aplica al agroecosistema. La
estabilidad indica la constancia de la productividad en el tiempo. La resiliencia se refiere a la
capacidad del agroecosistema de mantener la productividad bajo estrés, tanto biótico como
abiótico. La equidad refleja la distribución justa de los costos y beneficios de los agroecosistemas
en la comunidad, tanto intra- como inter-generacional.
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Los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, y están atentando contra la
sustentabilidad de la agricultura actual. Los efectos más visibles en nuestro hemisferio incluyen
desfases en los patrones históricos de precipitación, sequías prolongadas, inundaciones, y
tormentas severas cuya intensidad y frecuencia han aumentado en muchos países miembros del
IICA (Mijares et al. 2009). Esta fragilidad ambiental es susceptible a incrementarse aun más por la
presencia de terremotos y erupciones volcánicas (Balzer et al. 2010).

Según los pronósticos, en pocos años desaparecerán los glaciares Andinos, y con esto se perderán
fuentes importantes de agua para el sector agrícola en estos países (Harmeling, 2012; Herzog et al.,
2011; Bradley et al., 2007). El aumento de temperatura va a incidir en la distribución y composición
de la flora y fauna. Las plagas y enfermedades tienen capacidades mayores a la plantas para
adaptarse a los cambios, lo cual va a llevar a nuevas incidencias de ellas que aún son difíciles de
prever o modelar (Harmeling, 2012). La adaptación de los agroecosistemas sustentables al cambio
climático se reconoce como el problema más urgente de resolver, porque afecta directamente su
productividad, estabilidad y resiliencia.

En algunos países existen condiciones políticas, sociales y económicas que impiden la adaptación y
aprovechamiento del concepto de la agricultura sustentable observándose claramente falta de
equidad. Sobre todo, los países afectados por altos índices de pobreza y pobreza extrema tienen
pocos recursos y capacidades para adoptar e implementar las prácticas necesarias para
transformar su producción a sistemas sustentables. En Haití, por ejemplo, el 80% de la población
vive en pobreza y la mayor parte localizada en zonas rurales, dedicándose a agricultura y comercio
de pequeña escala con pocas posibilidades de mejorar su situación económica.

El IICA promueve la agricultura sustentable como respuesta importante al reto de la seguridad


alimentaria en América Latina y el Caribe. En su Plan de Mediano Plazo 2010-2014, el IICA apunta
su cooperación técnica hacia “una agricultura que, además de ser competitiva, sea sustentable,
precisa del uso racional y la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad. El nuevo
paradigma tecnológico debe potenciar las capacidades de los países de las Américas para hacer un
uso eficiente de la base de los recursos naturales, con el fin de aumentar la producción
agroalimentaria sin dañar el ambiente y colocarla en los mercados.” (IICA, 2010).
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Estrategia del IICA para fortalecerla agricultura sustentable.


La transversalidad de la agricultura sustentable en la cooperación técnica del IICA

El trabajo de cooperación técnica que realiza el IICA para el desarrollo de la agricultura sustentable
en las Américas, se orienta mediante un enfoque interdisciplinario que involucra cada uno de sus
programas de concentración técnica y los de coordinación transversal.

(insertar aquí un organigrama re-dibujado de los Programas del IICA)

En ese sentido, el concepto de la agricultura sustentable esta incorporado en la visión y orientación


de cada uno de sus programas. Dentro de este marco conceptual, se han definido tres objetivos
que responden a la experiencia y las capacidades del Instituto para brindar cooperación técnica a
sus países miembros. De esta manera, los objetivos para el desarrollo y la promoción de la
agricultura sustentable incorporan el trabajo que realiza el IICA desde cada uno de sus programas
técnicos y transversales.

Los tres objetivos del IICA para promover la agricultura sustentable están orientados a (1) el
bienestar comunitario, (2) el equilibrio agroambiental, y (3) la responsabilidad social corporativa.

Los objetivos del IICA para promover el desarrollo de la agricultura sustentable

1) Bienestar comunitario

El bienestar comunitario es uno de los requisitos y objetivos claves para la agricultura sustentable.
Para alcanzar dicho objetivo se requiere de un proceso sinérgico en las relaciones sociales,
económicas y culturales de las personas en las comunidades, así como también de una clara y
coherente aplicación de políticas que permitan una articulación proactiva de inversiones
productivas y sociales.

Las acciones puntuales en que participa el IICA para alcanzar el bienestar comunitario son:
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 Seguridad alimentaria

 Apoyar el desarrollo de políticas, estrategias y fortalecimiento de la institucionalidad


de los países miembros del IICA, para que sus esfuerzos sean más efectivos y
fortalezcan el aporte de la agricultura, en especial la de pequeña y mediana escala a
la seguridad alimentaria.

 Adicionalmente, apoyar al sector agropecuario mediante herramientas innovadoras


y a la generación de capacidades para mejorar la producción, productividad y el
acceso de los productos a los mercados y con ellos mejorar la disponibilidad y
estabilidad de alimentos sanos e inocuos para consumo de la población.

 Organización e institucionalidad territorial

 Fortalecer la capacidad institucional pública y privada de los países miembros, que


facilite la definición de las acciones estratégicas necesarias en torno al desarrollo y
bienestar de los territorios rurales.

 Apoyar procesos de construcción y fortalecimiento de la institucionalidad de las


organizaciones y sectores claves en los procesos de gestión territorial.

2) Equilibrio agroambiental

El sector agropecuario debe desarrollarse bajo esquemas productivos responsables en el uso de los
recursos naturales existentes en los ecosistemas de los que depende para lograr la producción
agropecuaria. En la actualidad, el sector agropecuario es responsable de un 70% del uso mundial
del agua2. A través de los años, la producción de alimentos se ha aumentado gracias a la expansión
de la superficie cultivada y por incrementos en los rendimientos por unidad de cultivo. No
obstante, el suelo se ha visto degradado por las consecuencias que conllevan la deforestación y las
labranzas agrícolas intensivas.

La diversidad genética presente en los ecosistemas es el elemento fundamental que les permite
evolucionar y adaptarse al cambio. La agrobiodiversidad representa, en su conjunto, la base
biológica de la producción agrícola. La conservación y uso apropiado de la agrobiodiversidad—por
ejemplo como recursos genéticos para producir variedades mejoradas de cultivos—son
fundamentales para que la agricultura pueda adaptarse a las variaciones climáticas, a las nuevas
plagas y enfermedades, y a las impredecibles demandas futuras del mercado. Además de esto, la
biodiversidad contenida en los agroecosistemas sustentables, igual que en los ecosistemas
naturales, suministra valiosos servicios ambientales que son bienes públicos indispensables para la
viabilidad de la agricultura y los seres humanos a través del tiempo.

2 OECD, 2010, Manejo sustentable de los recursos hídricos en la agricultura.


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En la producción agropecuaria, la energía La energía es un componente muy importante. Existe un


gran potencial de aprovechamiento de fuentes alternativas como pequeñas hidroeléctricas para
producir electricidad en territorios remotos, secadores solares para granos y frutas, así como en el
uso más eficaz y sostenible de la biomasa, tales como estufas de leña mejoradas, o el
aprovechando del biogás generado mediante procesos de biodigestión.

En ese sentido, resulta crucial que se tomen en cuenta los procesos de regeneración de los
recursos naturales, los ciclos biológicos de los ecosistemas, y sus límites de absorción y
neutralización de desechos. De esta manera, la actividad agrícola asume el carácter
multidimensional en la utilización del espacio ambiental.

Las acciones que se desarrollan en la agricultura deben considerar su impacto sobre del agua, el
suelo, la biodiversidad, la energía y el cambio climático; ya que, todos son factores que tienen un
vínculo muy estrecho con la producción sustentable.

 Agua
 Incidir en la ordenación de las estrategias de acceso y uso del agua, ya que la
productividad de la tierra y la estabilidad de los rendimientos depende fuertemente
en la disponibilidad de dicho recurso.

 Suelo
 Diseminar buenas prácticas, como la labranza mínima y los fertilizantes orgánicos,
que contribuyen a la conservación del suelo y la promoción de mecanismos que
mejoren los procesos recuperativos del mismo, evitando su erosión y degradación.

 Biodiversidad

 Apoyar a los países en el desarrollo de políticas, metodologías e instrumentos para


mejorar la conservación y uso de la biodiversidad.
 Gestionar la biodiversidad agrícola, y particularmente la diversidad genética de los
cultivos nativos de los cuales la Región está especialmente bien dotada. Estos
recursos fitogenéticos abarcan todas las especies de plantas cultivadas, incluyendo
los cultivos menores y poco sembradas, sus variedades locales y mejoradas y sus
parientes silvestres.
 Apoyar para asegurar la disponibilidad y facilitar el aprovechamiento de dichos
recursos para que puedan contribuir a la producción agrícola y a la seguridad
alimentaria de actuales y futuras generaciones.

 Energía

 Fomentar no solamente el uso de la energías renovables para la producción


agropecuaria, sino también el uso más eficiente de la energía eléctrica a nivel
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nacional. Existe una gran oportunidad para que los países miembros diseñen y
ejecuten una nueva visión en la gestión de la energía, aprovechando el uso
sostenible de los recursos naturales, lo que también reducirá las emisiones de los
gases de efecto invernadero al minimizar el uso de combustibles fósiles.

 Cambio climático
 Fomentar la formulación de políticas y la promoción de actividades que conducen a
la mitigación de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura y la
adaptación al cambio climático para disminuir la vulnerabilidad de los países y de la
región.

 Fortalecer las capacidades de las instituciones públicas y privadas, y para impulsar


alianzas operativas entre los Ministerios de Agricultura, Ambiente, y las otras
instituciones nacionales que trabajan en los temas de reducción de vulnerabilidad,
mitigación y adaptación al cambio climático.

 Gestionar conocimientos y tecnologías que fomenten prácticas responsables con el


ambiente, con el fin de procurar que la agricultura logre adaptarse al cambio
climático y sus consecuencias, mientras mantiene o aumenta su productividad y
competitividad, y al mismo tiempo minimiza sus emisiones de gases de efecto
invernadero.

3) Responsabilidad social corporativa

Un componente importante para propiciar el desarrollo de la agricultura sustentable recae en el


sector agro empresarial, el cual debe asumir el reto de aumentar la rentabilidad y la estabilidad
económica de los sistemas productivos, sin que esto implique un deterioro de la base de los
recursos naturales sobre los que se sustentan y a la vez potencie el capital humano que interactúa
responsablemente con dichos sistemas a lo largo de las cadenas productivas apoyando al
desarrollo social y a la sustentabilidad.

El término agro empresa inclusiva hace referencia a un esquema productivo que es capaz de
internalizar sus impactos sobre el medio ambiente y además beneficiar y retribuir a las
comunidades con las que interactúa, potencializando sus capacidades productivas y garantizando
su sostenibilidad financiera en el tiempo.

Dentro de este esquema, el IICA ha definido tres líneas de acción clave para facilitar el desarrollo
de agro empresas inclusivas.

 Seguros Agrícolas
 Acompañar a los países para el desarrollo conjunto de políticas que involucren a los
Ministerios y actores públicos y privados clave, en el establecimiento de plataformas
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de seguros que contemplen los riesgos asociados al cambio climático y los riesgos
propios de la actividad agropecuaria sustentable.

 Mercados
 Promocionar y gestionar la información sobre mercados para productos
agropecuarios y forestales sustentables, para que los productores y el sector
agroindustrial tengan acceso a nichos de mercado que les permitan comercializar
sus productos con un valor agregado.

 Sistemas Financieros
 Facilitar el acceso a las líneas de crédito, fuentes de financiamiento o incentivos
financieros disponibles para impulsar sistemas agropecuarios y forestales
sustentables.

Con estos claros objetivos consideramos que la Agricultura Sustentable

Es un sistema de producción integral que satisface la seguridad


alimentaria y mejora la calidad de vida de los productores y su
capital social, haciendo un uso responsable de los recursos
naturales y servicios ecosistémicos.

EL FUTURO DE LA AGRICULTURA SUSTENTABLE EN LA


COOPERACIÓN TÉCNICA DEL IICA
Es claro que las acciones de la agricultura sustentable son un proceso en construcción continua. Lo
importante es capitaliza es una gran diversidad y heterogeneidad de experiencias, de perspectivas,
de ideas y de estrategias. La dinámica evolución de estas experiencias y sus relaciones con el
sector agropecuario demuestra la necesidad de combinar producción y conservación de los
recursos naturales para tener: diversidad, desarrollo y equidad.

En IICA está convencido que la agricultura sustentable definitivamente demanda mayor inversión.
Esto se contabiliza, como investigación y desarrollo de variedades mejor adaptadas frente al
cambio climático previsto, así como la gestión y uso del agua mediante tecnologías de riego más
eficientes y de sistemas productivos responsables con el ambiente. También, el rescate de la
agrobiodiversidad, sistemas productivos locales y originarios, conocimientos tradicionales y
productos alimenticios que contribuyan a diversificar la dieta. Auspiciar la promoción de hábitos
alimenticios más saludables y en el desarrollo de productos y sistemas productivos con mínimo
impacto ambiental, como por ejemplo, en términos de requerimientos de agua, energía y
generación de gases de efecto invernadero (agricultura climáticamente inteligente). Además se
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debe tener muy en cuenta los mecanismos financieros y no financieros de gestión de riesgos,
tanto asociados al mercado como a la variabilidad climática.

Con este documento se quiere dar un marco de referencia conceptual que permita al especialista y
técnico y actores relacionados con la comunidad de la agricultura de las Américas tener la guía y
orientación mediante un enfoque interdisciplinario para tener las herramientas necesarias que
encamine su trabajo y pueda desarrollar, reconocer y/o identificar y aplicar los aspectos definidos
para una excelente cooperación técnica con este enfoque de agricultura sustentable.

LITERATURA CITADA
Balzer, D., Jäger, S y Kuhn, D. (2010): Manual para la Evaluación de la Exposición al Riesgo frente a
Amenazas Naturales en Centroamérica - El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.- Proyecto
de Cooperación Técnica ‘Mitigación de GeoRiesgos en Centroamérica’: 121 páginas; 26 imágenes;
44 tablas; 35 mapas; San Salvador, Ciudad de Guatemala, Tegucigalpa, Managua, Hannover

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