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Los Dilemas de Una Democracia para La Paz en Colombia
Los Dilemas de Una Democracia para La Paz en Colombia
Paz .
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La participación política es una de las demandas histórica de la movilización social. En estas negociaciones de
paz existe el desafío de garantizar el paso de la política con armas a la política sin armas. Ya comenzó el debate
sobre el segundo punto de la agenda de La Habana.
Q
ue el punto de “participa- menos salvaje de la
ción política” esté incluido democracia, los revo-
en la agenda de los diálo- lucionarios liberales
gos en La Habana no res- promueven el esta-
ponde solamente a un asunto proce- blecimiento de un Es-
dimental para facilitar el tránsito de tado que arbitre tales
la insurgencia al escenario político y disputas, buscando
electoral del país, aunque ello tam- condiciones de igual-
bién es importante. La participación dad entre los ciudada-
política representa una de las deman- nos respecto al acce-
das históricas de la movilización so- so al poder, e incluso
cial, buscando una mayor inclusión más, proclamando
en las instancias de poder. Lo que se fraternidad (solidari-
pueda avanzar en tal sentido requie- dad) y respeto de la
re tener presentes dos características: libertad política.
por un lado, que cualquier régimen Estos principios de
democrático actual se balancea en- la revolución francesa y del Estado liberal Insurgencia y democracia
tre la “política real” (realpolitik) y la hacen parte de la utopía de la democracia. restringida
“política ideal”, que en buena medi- Con frecuencia, tanto élites establecidas
da encarnan los revolucionarios; por como competidores recurren a la violencia El surgimiento de las guerrillas está
otro, que el proceso de instauración como mecanismo de lucha por el poder. asociado, en buena porción, a procesos
de la democracia en Colombia ha con- Pero esta recurrencia conduce a un punto de exclusión política. El acuerdo de alter-
tenido altas dosis de exclusión violen- crítico cuando es el Estado mismo, o las nancia en la presidencia y el reparto de la
ta, por lo que el asunto de la partici- élites establecidas en el Estado, el que ejer- burocracia estatal entre los partidos Libe-
pación política se debate en medio de ce violencia con el propósito de contraer el ral y Conservador durante el período del
la tensión conflicto y paz.La ciencia nivel de competencia de sectores sociales Frente Nacional (1958-1974), enmarcó
política muestra cómo la democracia que demandan los pretendidos principios el surgimiento de grupos armados insur-
consiste en una constante negociación de igualdad, fraternidad (solidaridad) y gentes en el país. Así, la creación de las
y disputa del poder por parte de fuer- libertad. En esto consiste el juego de las FARC se da tras la ofensiva de las fuerzas
zas políticas y sociales. Quien concentra democracias; mayores o menores dosis de militares oficiales a Marquetalia en mayo
mayores recursos, controla más escena- realismo o idealismo, mayor o menor ac- de 1964, bajo la pretensión de afianzar la
rios y manipula mejor los mecanismos, ción violenta en la tramitación del poder, autoridad bipartidista instalada en el po-
se establece en el poder… y lo defien- mayor o menor control por parte del Esta- der, en contra de las que fueron denomi-
de. En contraste, en una perspectiva do en el ejercicio de la política. nadas “Repúblicas independientes”1 y
No. 78 | Marzo - Mayo 2013
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en desarrollo del “Plan Laso”, diseñado cer una participación más directa en la democracia -la democracia política, la
por los Estados Unidos de América en la toma de decisiones. Un cambio al que democracia social y la democracia eco-
lucha contra el comunismo en América las élites dominantes se han opuesto nómica- proveería de razón el carácter
Latina. Por su parte, la aparición pública constantemente. político de la demanda de los sectores
del ELN en la toma de Simacota (San- sociales. Para Sartori la democracia
tander) el 7 de enero de 1965, deja ver Perspectiva democrática en la política “es condición necesaria de las
entre sus motivaciones el asunto de la movilización social y política otras (dos)”, llamándola por eso de-
exclusión política en el Programa leído mocracia mayor, explica que “la demo-
aquel día; en el primer punto, determi- Vale recordar que los procesos de paz cracia en sentido social y/o económico
nan textualmente: de finales de los años 80 y comienzos de amplían y completan la democracia en
La toma del poder para las clases po- los 90 se sellaron con la Constitución Po- sentido político”, mas “si falta la de-
pulares, la instauración de un gobier- lítica de 1991, abriendo el espectro de la mocracia mayor, con facilidad faltan
no democrático y popular que libere a acción política para los diversos sectores las democracias menores” (Sartori,
nuestro país de los monopolios interna- sociales. Lo preocupante en el transcur- 1994, p.8). Esto nos sugeriría la rela-
cionales y de la oligarquía criolla y que so de las dos décadas subsiguientes, es ción existente entre la restricción a la
garantice la plena igualdad de nuestro que persiste la recurrencia a la violencia participación política en las instancias
pueblo, que otorgue plenas libertades contra los líderes que se han movido en de decisión del Estado y la precariedad
democráticas a los sectores populares, la esfera de la participación política, ha- de las políticas sociales y económicas
que conceda a la mujer sus legítimos ciendo del historial de la democracia en para resolver los profundos problemas
derechos, que libere las fuerzas crea- Colombia un proceso violento. estructurales del país.
doras de las masas, que garantice el De aquí que un acuerdo sustancial, En esto consiste la crisis del sistema
respeto a la dignidad humana y el libre producto de una negociación de fondo de representación al que hicimos men-
desarrollo de los colombianos. y lejos de la ingenuidad y el entusias- ción, en el sentido que los sectores so-
mo, es aceptar el amplio espectro de los ciales y políticos excluidos, que en el
actores políticos existentes y pactar la caso colombiano son los muchos y no
posibilidad de jugar en el campo de la los pocos, consideran que sus intereses
democracia, con todas sus tramas, sin no están siendo tramitados en las ins-
La participación política repre- recurrir a la violencia. No sólo la insur- tancias de poder2. Ello conduce a la ne-
senta una de las demandas históri- gencia en armas está pidiendo pista po- cesidad de derogar a sus representantes
cas de la movilización social, bus- lítica, sino el conjunto de los sectores y cambiar el sistema de representación
cando una mayor inclusión en las sociales inconformes con el sistema po- por un sistema de participación más di-
instancias de poder. lítico que ha sido excluyente. recta; esto es, en el marco de la demo-
Una relectura de los planteamientos cracia, la necesidad de ejercer el poder
del politólogo italiano Giovanni Sarto- constituyente a fin de cambiar el poder
ri, quien caracteriza tres formas de la constituido.
Del mismo modo, el M-19 nace a
partir de lo que los líderes que lo pro-
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* Fernando Sarmiento Santander Investigador del CINEP/Programa por la Paz. Coordinador del equipo Iniciativas de Paz.
Notas
1
Entre las que contaban también a Guayabero, El Pato y Riochiquito.
2
Archon Fung y Erik Olin Wright (2003) reflexionan sobre este punto en el Proyecto Utopías Reales. Ellos afirman que “resulta cada vez más claro que tales
mecanismos de representación política no corresponden a los ideales centrales de la política democrática, que se resume en los siguientes: forjar un con-
senso político a través del diálogo, diseñar e implementar políticas públicas que fundamenten una economía productiva y una sociedad saludable; y, en las
versiones igualitarias más radicales del ideal democrático, asegurar que todos los ciudadanos se beneficien de la riqueza de la nación”.
3
Hoy cursa en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la demanda contra el Estado colombiano por el genocidio de la UP, cuyo fallo podría
obligarlo a devolver a este partido su Personería Jurídica, anulada por el Consejo Nacional Electoral en 2003.
4
Gonzalo Sánchez (1991) se refiere a la democratización frustrada, viendo en ello “una confrontación creciente entre clases dominantes y clases subalternas,
que coexiste, por supuesto, con otras oposiciones no clasistas, como la populista y la partidista”.
Referencias
www.cinep.org.co