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LAS CURAS TERMALES

La medicina termal actúa de modo eficaz sobre numerosas patologías: procesos degenerativos,
alergias o enfermedades inmunológicas tales como asma, disfunciones metabólicas e, incluso,
afecciones dolorosas como artrosis, reumatismo y ciáticas.
Aunque no se sabe exactamente si fueron los chinos, los egipcios o los romanos quienes pueden
reivindicar la paternidad de la aplicación de las primeras curas termales, la cuestión fundamental es
que, si bien mejorada en el transcurso del tiempo, esta medicina milenaria ha permanecido fiel a su
principio fundador: tratar a través de las aguas minerales.

La particular composición química de estas aguas les confiere virtudes terapéuticas reconocidas por
la Academia de Medicina.
Las aguas minerales son clasificadas en cinco grandes categorías (bicarbonatadas, sulfatadas,
sulfuradas, cloradas y oligometálicas débilmente mineralizadas) y son utilizadas en doce
orientaciones terapéuticas.
La medicina termal actúa de modo eficaz sobre numerosas patologías: procesos degenerativos,
alergias o enfermedades inmunológicas tales como asma, disfunciones metabólicas e, incluso,
afecciones dolorosas como artrosis, reumatismo y ciáticas.

Puede ser utilizada como complemento de tratamientos "clásicos", aunque también es una
alternativa en la absorción de medicamentos. La medicina termal constituye una aproximación
terapéutica ideal respecto a la mejora de calidad de vida.
Las curas termales comprenden, en general, tres semanas de cuidados. Es el tiempo necesario para
que puedan hacerse notar los efectos beneficiosos del tratamiento. Esta duración permite también
provocar una rotura saludable con el entorno habitual del paciente.

Se debe entender que, aunque los cuidados termales constituyen lo esencial del tratamiento, la
eficacia de la cura radica también en la calidad de la estancia.

Como complemento del trabajo termal, la mayoría de los establecimientos proponen, además,
acciones de sensibilización y de prevención con el fin de permitirle al paciente aprender a vivir mejor
con su enfermedad.
Por otra parte, un valor adicional está dado por las sesiones colectivas. Estas le permiten a los
pacientes dialogar con otras personas que padecen sus mismas afecciones.
DEFINICIÓN DE AGUAS TERMALES
Las aguas termales son aguas con una elevada cantidad de mineralesque brotan del suelo de
manera natural y a una temperatura que supera en 5°C la temperatura registrada en la superficie.
Dichas aguas tienen su origen en los estratos subterráneos del planeta y por eso son cálidas, algo
que las diferencia del agua del mar o de los ríos.
Muchas veces las aguas termales se ubican en la zona de fallas geológicas: por estas fallas penetran
las aguas subterráneas que, al alcanzar mayor profundidad, se calientan. Luego regresan a zonas
superficiales ya más calientes o incluso a modo de vapor.
De acuerdo a los minerales que incluyen, las aguas termales pueden clasificarse de distinto modo.
En este sentido puede hablarse de aguas sulfuradas (con elevado índice de azufre), aguas
cloruradas (que incluyen cloro) y aguas ferruginosas (tienen hierro), entre otras. En cuanto a
su temperatura, existen las aguas supertermales (que están a más de 100°C), aguas
hipertermales (entre 45°C y 100°C), aguas mesotermales(de 35°C a 45°C), aguas
hipotermales (entre 20°C y 35°C) y otras.
La mineralización del agua y su temperatura hacen que las aguas termales sean
consideradas terapéuticas. Muchos especialistas aseguran que bañarse en aguas termales ayuda a
minimizar diversas dolencias y permite combatir el estrés. Por eso es frecuente que se construyan
centros turísticos en torno a las fuentes de aguas termales, con hoteles, restaurantes, etc.
Argentina, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, México y Uruguay son algunos de
los países que cuentan con complejos de aguas termales.
Beneficios de las aguas termales
Como se menciona más arriba, las aguas termales son famosas por los beneficios que puede
otorgarnos en el cuidado de nuestra salud, tanto para prevenir diferentes trastornos como para
tratar otros. Sin embargo, a pesar de las muchas ventajas que pueda tener bañarnos en ellas, es
importante saber que el exceso o las prácticas inadecuadas pueden tener consecuencias negativas,
como ser bajadas de tensión y mareos.
Con respecto a la formas en las que se usan las aguas termales para aprovechar sus propiedades
sanadoras, los baños son la más normal, aunque también se utilizan para calefaccionar ambientes,
se pueden inhalar e irrigar. Es importante mencionar que la curación de enfermedades con ayuda
de estas aguas no es algo propio de nuestra época: ya desde el 2000 a. C. existen evidencias de su
uso por parte de civilizaciones antiguas con este y otros fines, como ser fomentar las relaciones
sociales.
Los efectos que las aguas termales causan en el cuerpo del ser humano pueden dividirse en tres
grupos, aunque todos tienen lugar de forma simultánea: biológicos, químicos y físicos. Bañarse en
ellas incrementa la temperatura del cuerpo, elimina virus y gérmenes, aumenta la presión
hidrostática, la oxigenación y la circulación de la sangre, con lo que promueve la disolución y la
eliminación de las toxinas.
Al aumentar la oxigenación también provoca que los tejidos se alimenten de forma más eficiente,
colabora con el metabolismo y estimula las secreciones del hígado y del estómago, con la
consecuente mejora del proceso digestivo.
Repetir los baños en aguas termales a lo largo de varias semanas puede resultar en la normalización
de las funciones endócrinas y del rendimiento general del sistema nervioso. Por otro lado, se sabe
que el sistema inmune también percibe beneficios, como ser una mayor producción de endorfinas,
la regularización de las funciones glandulares y una relajación mental ideal para afrontar las
dificultades propias de la vida adulta.
Con ayuda de baños periódicos en aguas termales, sobre todo en aquellas que contienen azufre, es
posible combatir ciertas enfermedades de la piel, entre las que se encuentran los hongos, la
dermatitis y la psoriasis. La curación de heridas y de otras lesiones en la piel también se potencia
gracias a estos tratamientos.
REFERENCIAS
Autores: Julián Pérez Porto y Ana Gardey. Publicado: 2015. Actualizado: 2017.
Definicion.de: Definición de aguas termales (https://definicion.de/aguas-termales/)
Las curas termales
Este procedimiento ancestral utiliza con fines terapéuticos las propiedades físicas y químicas del
agua. El termalismo utiliza el agua dulce y los lodos, al contrario que la talasoterapia que, por su
parte, saca partido a las virtudes del agua marina y las algas.
¿Cuál es su interés en la osteoartritis?
Algunos estudios sobre la osteoartritis de rodilla, cadera y dedos destacan los efectos benéficos
que la cura tiene sobre el dolor, la movilidad y el bienestar del paciente. También permitiría una
disminución de los medicamentos analgésicos y anti-inflamatorios.
La osteoartritis es, actualmente, la primera indicación de curas termales en reumatología.
Concierne a todas las partes del cuerpo:
la cadera: la cura es, a menudo, útil en caso de imposibilidad quirúrgica
los dedos, incluido el pulgar
la rodilla, la columna vertebral
También se recomiendan cuanto, tras una operación, hay dolores persistentes o residuales,
especialmente tras una operación de la columna vertebral.
Contraindicaciones:
Se desaconseja hacer una cura termal si se encuentra en uno de los siguientes casos:
está atravesando una crisis de reumatismo inflamatorio (poliartritis reumatoide, reumatismo
psoriásico,…)
padece un cáncer con metástasis óseas
sigue un tratamiento inmunosupresor
tiene una inmunosupresión adquirida o congénita
¿Qué tipos de tratamientos se realizan?
Los tratamientos generales corresponde a:
aplicaciones de lodos;
baños calientes a base de vapor;
chorros – duchas sub-marinas;
sesiones individuales o colectivas de kinesiterapia;
masajes;
movilizaciones en piscina;
a veces, baños de lodo que pueden favorecer el movimiento.
Los tratamientos locales agrupación:
aplicaciones locales de lodo;
baños templados;
masajes;
las pedi-duchas o duchas de pies; las mano-duchas o duchas de manos; sesiones de kinesiterapia
practicadas en el agua;
utilizaciones de vapor que actúan en el dolor o los edemas.

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