¿Qué tanto podemos imprimir?

Ensayo argumentativo
Acto humano

Brenda Alitzel Morán Burgos

Diana Abril Orta Berumen
Karina Pérez Chávez
María Rojas Gómez
Alexa Irazú Villegas Rosas

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

Expresión Verbal en el Ámbito Profesional

Mtra. ​Fátima Acela Aguila López

21 de octubre del 2019

 ¿Qué tanto podemos imprimir?

Ensayo argumentativo
¿Qué tanto podemos imprimir?

El mundo experimenta a diario múltiples cambios a diferentes niveles, éstos nos crean una
sociedad cada vez más compleja y con hambre de novedades. Esta constante evolución nos ha
llevado a nuevos procesos como lo es la impresión 3D, un nuevo proceso de manufactura en
áreas como la medicina, el diseño industrial, la arquitectura, la cocina e inclusive la
educación. Siendo una herramienta nueva, la impresión 3D causa polémica debido a la falta
de reglamentación y los sacrificios que se deben hacer en su nombre.​ ​Como parte de nuestra
formación profesional en la Licenciatura en Diseño Industrial, nos parece de alta relevancia el
conocimiento de las ventajas y desventajas de dicho proceso, con el propósito de opinar
respecto a esta situación y concientizar en cuanto a su uso.

Este revolucionario proceso comenzó en la década de los 80’s en Estados Unidos, con
antecedentes como la estereolitografía y diferentes patentes registradas a diferentes
investigadores como Oliver de Witte, Alain Le Méhauté, Jean Claude y Hideo Kodama. Sin
embargo, no fue hasta que Chuck Hull lo empezó a promocionar en su empresa “3D Systems
Corporation” en la cual definió el proceso como “​sistema para generar objetos
tridimensionales mediante la creación de un patrón transversal del objeto a formar”. ​ Al ser
este método uno de los más usados en las industrias creativas y ser ofertado como dentro de
los más flexibles, se estudian las posibilidades con él en todo el mundo. La creatividad en
este momento es la barrera a vencer, ya que tenemos ejemplos impactantes de las creaciones
que podemos alcanzar. Por mencionar algunos de ellos, en Reino Unido hay restaurantes que
sirven comida recién salida de una máquina, en Alemania es común la impresión de órganos
y en Estados Unidos se imprimió la primera arma funcional. Estos ejemplos son una prueba
de la amplia gama de aplicación que tiene este método.

La impresión 3D es versátil en muchos aspectos y, si bien algunas de estas opciones

incrementan su costo hablando en términos de fabricación, en el proceso total de muchas
industrias la impresión 3D ha podido mejorar las cifras considerablemente. Un ejemplo de
esto son los datos revelados por la empresa Leon 3D de origen español. En 2017 dieron a
conocer las implementaciones de dichas tecnologías en la industria aeronáutica en un artículo
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informativo titulado ​Aplicaciones de la impresión 3D en la aeronáutica,​ donde explican que

“los motores que se fabrican con tecnología aditiva son hasta 30% más. (...) Cabe destacar
que algunos de los materiales utilizados para su fabricación son el titanio y el níquel
potentes”. Como un beneficio global para la industria se puede notar una reducción en el
tiempo de diseño de hasta 15 meses, lo que obviamente se ve reflejado en las ganancias de las
empresas (Lion2). Algunas empresas que ya implementan este tipo de tecnologías son
Airbus, ITPAero, Aciturri, Addimen y muchas otras de las que habla Juan Samaniego en el
artículo ​Fabricación aditiva: así se está imprimiendo el futuro de la industria​. Por estos
motivos, la impresión 3D va agarrando cada vez más prominencia en la fabricación de
prototipos y patentes.

De igual manera, este método ha llegado a revolucionar la medicina a través de la impresión

de prótesis personalizadas, medicamentos elaborados a pedido y modelos de órganos para
procedimientos quirúrgicos. Como menciona Chuen, J. (2017) “en estos momentos, la
impresión 3D está a la vanguardia de la investigación médica, pero en el futuro, el
conocimiento y uso de esta tecnología por parte de todos los profesionales de la asistencia
sanitaria se dará por sentado”. Un claro ejemplo de los beneficios y efectividad en la
medicina se encuentra en las prácticas quirúrgicas. Los cirujanos pueden imprimir órganos en
3D para practicar procedimientos en sus pacientes (lo cual disminuye las complicaciones
traumáticas y los costos), como hacer copias de órganos para remover tumores de los
originales, o adaptar prótesis al hueso de los pacientes en un reemplazo de cadera. Distintas
asociaciones se han enfocado en la impresión de prótesis mediante este método, ayudando a
personas de bajos recursos y países en desarrollo que a menudo no pueden costear este tipo
de aparatos médicos. La asociación LimbForge ha diseñado varios modelos de prótesis que
pueden imprimirse en 3D, incluyendo partes como brazos, codos, antebrazo, muñecas y
manos. Cada parte tiene la opción de adaptarse al cuerpo de la persona que lo requiera y se
imprime en un material que puede tomar un color distinto dependiendo del paciente. La
ventaja es que con una sola máquina se pueden hacer una gran variedad de partes, ya que no
están limitadas a hacer uno solo como las maquinarias industriales que se utilizan
actualmente. Debido a su gran adaptabilidad a diferentes áreas, la impresión 3D seguirá
reduciendo sus costos y tiempo de producción, mientras que su área de oportunidad seguirá
creciendo constantemente, especialmente dentro de la medicina.
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Sin embargo, la impresión 3D también tiene sus riesgos, como lo es la impresión de drogas.
La universidad de Glasgow desarrolló una impresora 3D que permite crear medicamentos y
dosis personalizadas para las personas. Esta tecnología podrá estar a la mano del público en
general, ya que no será necesario tener un título para poder hacer uso de ella. La creación de
cualquier sustancia química abre las puertas a la experimentación y creación de drogas no
legalizadas y mucho menos reguladas (Cronin, L., 2012). El profesor Cronin (Presidente de
Química), asegura que el desarrollo de productos químicos en el hogar puede disminuir
costos para los consumidores y generar posibles ganancias, un dinero que no sería regulado
conforme la ley. La idea inicial surge como una opción para familias que dependen del uso
constante de medicinas y necesitan generarlas a costos más accesibles lo que ha evolucionado
a la creación de sustancias no solamente adictivas si no que no son controladas ni verificados
los porcentajes de químicos que podrían traer graves daños a la salud de los consumidores
(Lluís, G., 2015). Si bien la impresión de drogas podría beneficiar a un sector de la población,
también pone en riesgo a la mayoría.

Es bien sabido que los países que usan esta tecnología pelean constantemente con el
desprendimiento de gases en el proceso de impresión (los materiales que generan más gases
contaminantes son el PLA y el ABS, de los más utilizados en este método). El momento de
fusión entre el láser y el plástico genera partículas que son aspiradas y terminan afectando
directamente los pulmones, provocando enfermedades respiratorias. En la actualidad se tiene
conocimiento de las posibilidades para reutilizar plásticos, lo que no se menciona es que solo
el 30% de estos materiales puede ser fundido y tratado con procedimientos industriales que
muchas veces tienen peores consecuencias que no reciclarlos. Existe un ciclo de vida para
cada producto y las empresas que proporcionan los diseños para impresión 3D no se hacen
responsables de los agentes contaminantes que pueden desatarse en su producción casera o
industrial. En un documento Informativo de Aplicación Tecnológica llamado Recycling and
Design – Recommendations for Design and Production (2015) ​Bayer​ asegura que el impacto
ambiental de cada producto es resultado del consumo de recursos así como de energía,
generando dos tipos de emisiones: directas e indirectas de contaminantes. Por estos motivos,
la impresión 3D representa un peligro para el medio ambiente dado que sus materiales no son
reciclables y causan enfermedades respiratorias.
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Sumado a esto, la impresión 3D no sólo es altamente contaminante, sino que al ser un método
de fabricación relativamente nuevo, carece de leyes que regulen qué se puede hacer con ella y
quién la puede utilizar. En primer lugar, tenemos la cuestión de que, conforme la impresión
3D se vuelva más popular y esté a mayor alcance del público, no pasará mucho tiempo para
que se fabriquen réplicas ilegales de productos existentes en el mercado, como por ejemplo,
páginas en línea que vendan archivos CAD de autos Hot Wheels o de muñecas Barbie . Al no
tener un registro de qué es lo que la gente está imprimiendo, es difícil saber si dicha
impresión atenta contra la propiedad intelectual de ciertos productos (Krassenstein, B., 2015;
Paz, E., 2014). En segundo lugar, derivado de esto, tenemos la falta de leyes que prohíban la
impresión casera de armas. Hoy en día es posible encontrar páginas web que comparten
archivos descargables para imprimir pistolas desde tu propia casa. Estas armas son
funcionales, pero al estar fabricadas de plástico, pueden pasar sin problema por controles de
seguridad en aeropuertos y otras áreas protegidas. Aunado a esto, el plástico de las armas es
fácil de desechar, por lo que no se requiere de mucho para destruir evidencia de un crimen
(Krassenstein, B., 2015; La controversia de la impresión 3d de armas, 2012; Paz, E., 2014).
Estos motivos establecen dos de los tantos riesgos que trae consigo la impresión 3D a falta de
leyes que la regulen.

A pesar de todas las cosas ilegales en las que se puede aplicar, la verdad es que en la
actualidad la impresión 3D no puede ser utilizada en todo momento, ya que está limitada a
los materiales y al volumen de la pieza a imprimir; por lo que si bien el uso medicinal podría
ser barato, en otros sectores no aplicaría lo mismo. El material predilecto para la impresión
3D es el plástico, ya que permite que se elaboren piezas de manera mucho más rápida y
económica (Paz, E., 2014). Sin embargo, para componentes que requieren de mayor
resistencia (como los rines de un automóvil), el plástico no es una buena opción. Hay algunos
proveedores que ofrecen filamentos de metal, pero estos no son completamente densos y,
además de ser difíciles de conseguir, son muy caros. Si bien el plástico es el material más
rápido y barato de trabajar. estos dos factores dependen del objeto a imprimir. Mientras
mayor volumen tenga, o más material de apoyo necesite, más tardado y costoso será. Por lo
mismo, no cualquier objeto es imprimible en 3D, ya sea por las características físicas que
requiere o por los factores tiempo-costo (Pearson, A., 2018).
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En conclusión, la impresión 3D es una nueva técnica de trabajo que ha beneficiado mucho

tanto al Diseño Industrial como a la medicina, al brindar un método mucho más rápido,
barato y preciso para fabricar patentes y productos. Sin embargo, su misma novedad deja
varios espacios por trabajar, como por ejemplo, el impacto que tiene sobre el medio ambiente
y la falta de leyes que lo regulen. Dentro de todo, la impresión 3D es un método que se
mantendrá en constante crecimiento y que, conforme se hagan nuevos hallazgos, definirá sus
propias reglas legales y ambientales.
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_BwE
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