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Posición anatómica

La posición anatómica es la forma en la que se ubica el cuerpo


humano en el espacio al momento de ser descrita cada una de sus
partes. Es un principio básico del estudio de la anatomía. La
posición anatómica surgió como una estandarización que permitió
que, al momento de describir las diferentes partes del cuerpo, sus
órganos y sistemas, todos los anatomistas hablaran el mismo
idioma.
Para proceder a describir la anatomía de cualquier región, se toma
como posición anatómica la siguiente:
El cuerpo humano se considera como si estuviera de pie con los
brazos y piernas extendidos, cabeza erguida mirando al frente,
antebrazos girados con las palmas de las manos ubicadas hacia
adelante y los pies uno al lado del otro apoyados en el piso.
A partir de esta ubicación se deberá describir una determinada
estructura ubicándola espacialmente en relación con otras
estructuras de acuerdo con los siguientes términos.
Superior. Lo que se encuentra por arriba.
Inferior. Lo que se encuentra por debajo.
Adelante o ventral. Lo que se ubica por delante.
Atrás o dorsal. Lo que se ubica por detrás.
Cefálico o proximal. Lo que se ubica en posición superior o más
cercano a la cabeza.
Caudal o distal. Lo que se ubica en posición inferior o más cercano
a los pies.
Medial. Lo que se ubica más cerca de la línea media.
Lateral. Lo que se ubica más alejado de la línea media.
Derecho. Ubicado a la derecha del cuerpo objeto de estudio
(izquierda del observador).
Izquierdo. Ubicado a la izquierda del cuerpo objeto de estudio
(derecha del observador)
Superficial. Lo que se ubica más próximo a la superficie del cuerpo.
Profundo. Lo que se ubica más cercano al interior del cuerpo.
Homolateral o ipsilateral. Lo que se ubica del mismo lado.
Contralateral. Lo que se ubica del lado contrario.
Esta terminología se emplea de forma constante, aunque el cuerpo
se encuentre de pie, boca arriba, boca abajo o de lado. Por ejemplo,
en un cuerpo colocado boca arriba, el corazón siempre estará en
posición cefálica o superior al estómago, el hígado siempre será
lateral a la columna vertebral, los riñones siempre serán inferiores o
caudales a las glándulas suprarrenales.
Por esto se denomina posición anatómica,
porque independientemente de cómo se ubique el cuerpo en el
espacio los hallazgos se describirán tomando en consideración que
el cuerpo se halla en posición anatómica, es decir, de pie y como ya
se describió más arriba.
Aparato locomotor
El aparato locomotor o sistema musculoesquelético está formado
por el sistema óseo (huesos, articulaciones y ligamentos) y
el sistema muscular (músculos y tendones que unen los huesos).
Permite al ser humano o a los animales en general interactuar con
el medio que le rodea mediante el movimiento o locomoción y sirve
de sostén y protección al resto de órganos del cuerpo.
Se fundamenta en tres elementos:

 Huesos.
 Articulaciones
 Músculos
El aparato locomotor no es independiente ni autónomo, pues es un
conjunto integrado con diversos sistemas, por ejemplo, con
el sistema nervioso para la generación y modulación de las órdenes
motoras. Este sistema está formado por las estructuras encargadas
de sostener y originar los movimientos del cuerpo y lo constituyen
dos sistemas.
 Sistema óseo: Es el elemento pasivo, está formado por los
huesos, los cartílagos y los ligamentos articulares.


 Sistema muscular: Formado por los músculos los cuales se unen
a los huesos y por lo tanto al contraerse provocan el movimiento
del cuerpo.
Además de estos, hay que agregar el sistema nervioso, ya que este
es el responsable de la coordinación y la estimulación de los
músculos para producir el movimiento.

 Los huesos
El hueso es un órgano duro, blanco y resistente que forma parte del
esqueleto de los vertebrados. Está compuesto principalmente por
tejido óseo, un tipo especializado de tejido conectivo constituido por
células, y componentes extracelulares calcificados. Al principio del
desarrollo embrionario, los huesos son blandos y están formados
por un tejido que recibe el nombre de cartílago, más adelante sobre
este tejido se van depositando sales minerales y calcio, dándole
consistencia y transformando el cartílago en hueso.
Después del nacimiento, casi todo el cartílago se ha transformado
en hueso y sólo permanece en los extremos de éste. Esta zona de
cartílago permite al hueso crecer y alargarse hasta la edad
aproximada de los veinte años, cuando este tejido desaparece.
Es un tejido resistente a los golpes, presiones y tracciones, pero
también elástico. Los huesos proporcionan inserción a los
músculos, protegen órganos vitales como el corazón, pulmones,
cerebro, etc., así mismo permite el movimiento de partes del cuerpo
para la realización de trabajo, movimiento de traslado, equilibrio y
otras actividades, estableciendo así el desplazamiento del individuo.

 Las articulaciones
Una articulación en anatomía es el punto de contacto entre dos
huesos del cuerpo. Es importante clasificar los diferentes tipos de
articulaciones según el tejido que las une. Así se clasifican en
fibrosas, cartilaginosas, sinoviales o diartrodias. El cuerpo humano
tiene diversos tipos de articulaciones, como la sinartrosis (no móvil),
sínfisis (con movimiento monoaxial) y diartrosis (mayor amplitud o
complejidad de movimiento).

 Los músculos
El músculo es cada uno de los órganos contráctiles del cuerpo
humano y de otros animales, formados por tejido muscular. Los
músculos se relacionan íntimamente bien con el esqueleto, forman
parte de la estructura de diversos órganos y aparatos. La unidad
funcional y estructural del músculo es la fibra muscular.
El músculo es un tejido formado por células fusiformes constituidas
por el sarcolema que es la membrana celular y el sarcoplasma que
contienen los organelos, el núcleo celular, mioglobina y un complejo
entramado proteico de fibras llamadas actina y miosina cuya
principal propiedad, llamada contractilidad, es la de acortar su
longitud cuando son sometidas a un estímulo químico o eléctrico.
Estas proteínas tienen forma helicoidal o de hélice, y cuando son
activadas se unen y rotan de forma que producen un acortamiento
de la fibra. Durante un solo movimiento existen varios procesos de
unión y desunión del conjunto actina-miosina.
Sistema circulatorio.

, donde el oxígeno entra en la sangre y el dióxido de carbono sale


de ella. Después, la sangre regresa por las venas pulmonares hasta
la aurícula izquierda y sistema circulatorio humano son el corazón,
la sangre, y los vasos sanguíneos. El corazón tiene 4 cámaras, la
sangre sigue 2 circuitos diferentes: la circulación pulmonar que lleva
la sangre del ventrículo derecho a los pulmones para que se
oxigene y la circulación sistémica que lleva la sangre oxigenada del
ventrículo izquierdo a todos los órganos y tejidos del organismo. Un
adulto promedio contiene aproximadamente 5 litros de sangre, lo
que representa aproximadamente el 7 % de su peso corporal total.
La sangre se compone de plasma, glóbulos rojos, glóbulos
blancos y plaquetas.
Funciones del sistema circulatorio

El aparato circulatorio es sobre todo un sistema de transporte que


facilita el desplazamiento por el organismo de diferentes sustancias,
principalmente el oxígeno y los nutrientes. No obstante, la lista de
funciones es muy amplia e incluye las siguientes:1

Transportar oxígeno desde los pulmones a los tejidos y dióxido de


carbono desde los tejidos a los pulmones para su eliminación a
través del aire espirado.

Distribuir los nutrientes a todos los tejidos y células del organismo.


Transportar productos de desecho que son producidos por las
células hasta el riñón para que sean eliminados a través de la orina.

Transportar sustancias hasta el hígado para que sean


metabolizadas por este órgano.

Distribuir las hormonas que se producen en las glándulas de


secreción interna. Gracias al sistema circulatorio las sustancias
hormonales pueden actuar en lugares muy alejados al sitio en el
que han sido producidas.

Proteger al organismo frente a las agresiones externas


de bacterias y virus haciendo circular por la
sangre leucocitos y anticuerpos.
La sangre llega a todos los órganos y tejidos gracias a una
completa red de conductos que se llaman vasos sanguíneos.
Pueden distinguirse las arterias que transportan la sangre que sale
del corazón y las venas que hacen el recorrido inverso y transportan
la sangre que entra en el corazón.
Las arterias se ramifican en arteriolas que son de calibre más
pequeño. Las arteriolas dan origen a los capilares que son vasos
muy finos sin capa muscular y es donde se produce el intercambio
de sustancias con los tejidos. En el camino de vuelta al corazón la
sangre pasa de los capilares a pequeñas vénulas que se reúnen
para formar las venas
La sangre es un tipo de tejido conjuntivo fluido especializado, con
una matriz coloidal líquida, una constitución compleja y un color rojo
característico. Tiene una fase sólida (elementos formes), que
incluye a los leucocitos (glóbulos blancos), los eritrocitos (glóbulos
rojos), las plaquetas y una fase líquida, representada por el plasma
sanguíneo.
La linfa es un líquido transparente que recorre los vasos linfáticos y
generalmente carece de pigmentos. Se produce tras el exceso de
líquido que sale de los capilares sanguíneos al espacio intersticial o
intercelular, y es recogida por los capilares linfáticos, que drenan a
vasos linfáticos más gruesos hasta converger en conductos que se
vacían en las venas subclavias
El corazón humano tiene el tamaño aproximado de un puño cerrado
y pesa alrededor de 300 gramos, dispone de 4 cavidades,
dos aurículas y dos ventrículos. La aurícula derecha se conecta con
el ventrículo derecho a través de la válvula tricúspide, mientras que
la aurícula izquierda se conecta con el ventrículo izquierdo mediante
la válvula mitral. El corazón se sitúa en el centro del tórax, por
encima del diafragma, entre el pulmón derecho y el izquierdo, está
desviado hacia el lado izquierdo, por lo que alrededor de las dos
terceras partes del órgano se localizan en el hemitórax izquierdo y
solo un tercio está ubicado en el hemitórax derecho.
El corazón se contrae automáticamente a una frecuencia media en
reposo de entre 60 y 80 latidos por minuto. Los latidos cardiacos
normales son controlados por el propio corazón. Para que el
corazón funcione se necesita de un nódulo sinoauricular, que se
encuentra en la aurícula derecha. Este nódulo dispara
aproximadamente cada segundo, un impulso nervioso en forma de
onda de contracción que hace que las aurículas se contraigan,
posteriormente este impulso nervioso llega a otro nódulo que se
encuentra entre los dos atrios llamado nódulo auriculoventricular,
inmediatamente encima de los ventrículos, este último nodo tiene
como función llevar el impulso nervioso a través del sistema de
conducción cardíaco hasta los ventrículos para provocar su
contracción.
El corazón de una persona en reposo impulsa alrededor cinco litros
de sangre por minuto, es decir 75 ml por latido. Durante los 70 años
de vida promedio de un individuo, su corazón late unos 2600
millones de veces. Cada latido cardiaco consta de una contracción
o sístole, seguida de relajación o diástole. Entre cada latido el
corazón descansa aproximadamente 0.4 segundos.2

En el ciclo cardiaco Las venas principales que devuelven la sangre


de la cabeza y los brazos se juntan para formar la vena cava
superior. La sangre de la parte inferior del cuerpo es llevada hacia
el corazón por la vena cava inferior, tanto la vena cava superior
como la vena cava inferior desembocan en la aurícula derecha.
La arteria pulmonar surge del ventrículo derecho y se divide en dos
ramas que llevan la sangre hacia los vasos capilares de
cada pulmón de allí, pasando por la válvula mitral, llega al ventrículo
izquierdo. El ventrículo izquierdo empuja la sangre a través de
la válvula aórtica hacia la arteria aorta, quien lleva la sangre
nuevamente oxigenada a todos los capilares de nuestro cuerpo y
así se completa el ciclo.3
La circulación pulmonar es la parte del sistema cardiovascular en la
que la sangre pobre en oxígeno se bombea desde el corazón
derecho, a través de la arteria pulmonar, a los pulmones y vuelve,
oxigenada, al corazón a través de la vena pulmonar.4 La sangre
pobre en oxígeno parte desde el ventrículo derecho del corazón por
la arteria pulmonar que se bifurca en sendos troncos para cada uno
de los pulmones. En los capilares situados en los alveolos
pulmonares la sangre se oxigena a través de un proceso conocido
como hematosis y se reconduce por las cuatro venas pulmonares
que dirigen la sangre rica en oxígeno hasta la aurícula izquierda
del corazón.
Sistema respiratorio.

La respiración no podría producirse sin la ayuda del sistema


respiratorio, que incluye nariz, garganta, laringe, tráquea y
pulmones.
.
En la parte superior del sistema respiratorio, los orificios
nasales (también denominados narinas) toman el aire, llevándolo a
la nariz, donde el mismo se entibia y humidifica. Los pequeños
vellos, denominados cilios, protegen los conductos nasales y otras
partes del tracto respiratorio, filtrando el polvo y otras partículas que
entran a la nariz a través del aire que respiramos.

El aire también puede inhalarse por la boca. Estas dos aberturas de


la vía respiratoria (la cavidad nasal y la boca) se unen en la faringe,
o garganta, en la parte posterior de la nariz y la boca. La faringe es
parte del sistema digestivo y del sistema respiratorio porque
transporta tanto alimento como aire. En la base de la faringe, este
conducto se divide en dos, uno para el alimento (el esófago, que
llega hasta el estómago) y el otro para el aire. La epiglotis, una
pequeña lengüeta de tejido, cubre el conducto del aire cuando
tragamos, evitando que la comida y el líquido penetren en los
pulmones.

La laringe, o caja de la voz, es la parte superior del conducto del


aire. Este pequeño tubo contiene un par de cuerdas vocales que
vibran para producir sonidos.
La tráquea se extiende hacia abajo desde la base de la laringe.
Parte de ella lo hace por el cuello y parte, por la cavidad torácica.
Las paredes de la tráquea están reforzadas con rígidos anillos
cartilaginosos que la mantienen abierta. La tráquea también está
revestida de cilios, que eliminan los fluidos y las partículas extrañas
que hay en la vía respiratoria para que no entren en los pulmones.

En su extremo inferior, la tráquea se divide a izquierda y derecha en


conductos de aire denominados bronquios, que están conectados a
los pulmones. En el interior de los pulmones, los bronquios se
ramifican en bronquios más pequeños e incluso en conductos más
pequeños denominados bronquiolos. Los bronquiolos terminan en
minúsculas bolsas de aire denominadas alvéolos, donde tiene lugar
el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Cada pulmón
alberga alrededor de unos 300 o 400 millones de alvéolos.

Los pulmones son los dos órganos más grandes del aparato
respiratorio; su forma es semejante a dos grandes esponjas que
ocupan la mayor parte de la cavidad torácica. El pulmón izquierdo
es ligeramente menor que el derecho porque comparte el espacio
con el corazón, en el lado izquierdo del tórax. Cada pulmón está
dividido en secciones (lóbulos). El pulmón derecho está compuesto
por tres lóbulos y el izquierdo por dos.
Los pulmones también contienen tejidos elásticos que les permiten
inflarse y desinflarse sin perder la forma, y están cubiertos de una
membrana denominada pleura. Esta red de alvéolos, bronquiolos y
bronquios se conoce como árbol bronquial.
La cavidad torácica, o tórax, es una caja hermética que alberga el
árbol bronquial, los pulmones, el corazón y otras estructuras. Las
costillas y los músculos anexos forman la parte superior y los
costados del tórax; la parte inferior está formada por un músculo de
gran tamaño denominado diafragma. Las paredes torácicas forman
una caja protectora alrededor de los pulmones y otros contenidos
de la cavidad torácica.
El diafragma, que separa el pecho del abdomen, juega un papel
muy importante en la respiración. Se mueve hacia abajo cuando
inhalamos, aumentando la capacidad de la cavidad torácica cuando
tomamos aire por la nariz y la boca. Cuando exhalamos, el
diafragma se mueve hacia arriba, lo que hace que la cavidad
torácica reduzca su tamaño y los gases de los pulmones suban y
salgan por la nariz y la boca.
Sistema nervioso.

Se llama sistema nervioso al conjunto de órganos y estructuras de


control e información del cuerpo humano, constituido
por células altamente diferenciadas conocidas como neuronas, que
son capaces de transmitir impulsos eléctricos a lo largo de una
vasta red de terminaciones nerviosas.

El sistema nervioso es común al ser humano y la mayoría de los


animales cordados, los artrópodos, los moluscos, platelmintos y
cnidarios. Otros grupos animales, como los protozoos, los poríferos
y las plantas, en cambio, no poseen sistema nervioso diferenciado.

Este aparato de transmisión de energía química y eléctrica recorre


el cuerpo entero y permite la coordinación de los movimientos y
acciones del cuerpo, tanto las conscientes como las reflejas, a partir
de lo cual se distinguen dos tipos de sistema nervioso: el somático y
el autónomo. El primero se ocuparía de la conexión entre las
extremidades del cuerpo y el cerebro, mientras que el segundo se
ocupa de las acciones reflejas e involuntarias.

Estudios sobre la evolución del sistema nervioso indican que ya el


filo de las esponjas, a pesar de no tener células nerviosas,
mostraban las bases genéticas para la aparición de este
sistema. Se cree que la primera neurona apareció hace 635
millones de años, en el período Ediacárico, y su evolución correría
paralela con el desarrollo de los ojos y otros sentidos complejos en
los animales primitivos.

El sistema nervioso del cuerpo humano se divide en dos conjuntos:

Sistema Nervioso Central (SNC). Encargado del procesamiento de


la información recopilada por los sentidos y de la toma de acciones
conscientes. Lo integran los siguientes órganos:

 El encéfalo, su parte más voluminosa, que abarca el cerebro,


dividido en sus dos hemisferios; el cerebelo, que integra las
funciones motoras y está en la región de la nuca; y el tallo
cerebral que conecta la médula espinal al encéfalo,
compuesto por mesencéfalo, protuberancia anular y bulbo
raquídeo.
 La médula espinal, prolongación del encéfalo que va por
dentro de los huesos de la columna vertebral y a la que se
conectan todas las terminaciones nerviosas del cuerpo.

Sistema Nervioso Periférico (SNP). El sistema nervioso periférico se


compone de nervios, que recorren el cuerpo y se dividen en dos
grupos: Nervios craneales. Son 12 pares de nervios ubicados, como
su nombre lo indica, en la cabeza, en donde controlan la
información pertinente al rostro, cuello y sentidos principales,
conectándolo todo al cerebro.
Nervios espinales. Son 31 pares de nervios que controlan la
información del tronco y de las extremidades, conectándose a la
médula espinal.

Como se ha dicho antes, el sistema nervioso tiene la función básica


de conectar los centros de procesamiento nervioso como el cerebro,
con la periferia de las extremidades y los diversos órganos del
cuerpo.

El primer lugar, esto permite activar la musculatura y propiciar el


movimiento, tanto voluntario (caminar, sujetar cosas, etc.) como
involuntario (los movimientos del intestino, la respiración, los
reflejos, etc.). En segundo lugar, permite la coordinación sensorial
de los estímulos, como el dolor y el tacto, y su transmisión para
ocasionar respuestas, lo cual es vital en la protección del organismo
como un todo.

Las neuronas son las células que constituyen la unidad fundamental


básica del sistema nervioso, se encuentran conectadas entre sí de
manera compleja y tienen la propiedad de generar, propagar,
codificar y conducir señales por medio de gradientes
electroquímicos(electrolitos) a nivel de membrana axonal y
de neurotransmisores a nivel de sinapsis y receptores. Los tejidos
de sostén o mantenimiento están formados por las células gliales
(neuroglia) y un sistema vascular especializado.
Sistema digestivo.

El aparato digestivo es el conjunto de órganos encargados del


proceso de la digestión, es decir, la transformación de
los alimentos para que puedan ser absorbidos y utilizados por
las células del organismo.1 La función que realiza es la de
transporte de alimentos, secreción de jugos digestivos, absorción de
nutrientes y excreción mediante el proceso de defecación.

El tubo digestivo mide aproximadamente once metros de longitud,


se inicia en la cavidad bucal y terminan en el ano. En la boca
empieza propiamente la digestión, los dientes trituran los alimentos
y las secreciones de las glándulas salivales los humedecen e inician
su descomposición química transformándose en el bolo alimenticio.
Luego, el bolo alimenticio cruza la faringe, sigue por el esófago y
llega al estómago, una bolsa muscular de litro y medio de capacidad
cuya mucosa segrega el potente jugo gástrico. En el estómago el
alimento es agitado hasta convertirse en el quimo.
A la salida del estómago se encuentra el intestino delgado que mide
seis metros de largo y se encuentra muy replegado sobre sí mismo.
En su primera porción o duodeno recibe secreciones de las
glándulas intestinales, la bilis procedente de la vesícula biliar y los
jugos del páncreas. Todas estas secreciones contienen gran
cantidad de enzimas que degradan los alimentos y los transforman
en sustancias solubles simples como aminoácidos. El tubo digestivo
continúa por el intestino grueso, de algo más de metro y medio de
longitud. Su porción final es el recto, que termina en el ano, por
donde se evacuan al exterior los restos indigeribles de los
alimentos.
El aparato digestivo está formado por el tubo digestivo y las
glándulas anexas (glándulas salivales, hígado y páncreas). El tubo
digestivo procede embriológicamente del endodermo, al igual que
el aparato respiratorio y presenta una sistematización prototípica,
comienza en la boca y se extiende hasta el ano. Su longitud en el
hombre es de 10 a 12 metros, siendo seis o siete veces la longitud
total del cuerpo. En su trayecto a lo largo del tronco, discurre por
delante de la columna vertebral. Comienza en la cara, desciende
por el cuello y atraviesa las tres grandes cavidades del
cuerpo: torácica, abdominal y pélvica. En el cuello está en relación
con el conducto respiratorio, en el tórax se sitúa en
el mediastino posterior entre los dos pulmones y el corazón, y en
el abdomen y pelvis se relaciona con los diferentes órganos
del aparato genitourinario
Sistema urinario.

El sistema urinario o sistema renal es el encargado de la excreción


de agua, sales minerales y sustancias de desecho que han
ingresado a la sangre. En los seres humanos, el sistema urinario
está formado por dos riñones, dos uréteres, la vejiga y la uretra.

A través de la orina, el sistema urinario elimina la mayor parte de los


productos de desecho metabólico, como la urea y el amoniaco.

Los riñones son los órganos encargados de la formación de orina.


Tienen forma de frijol o haba, situados en la pared posterior del
abdomen, uno a cada lado de la columna vertebral. Pesan
alrededor de 150 gr y miden 12 cm de largo, 6 cm de ancho y 3 cm
de espesor.

El uréter es un conducto muscular que sale del riñón y baja hasta la


vejiga. Tiene forma cilindro de, con 26 a 30 cm de largo y 5 a 6 mm
de diámetro. Presenta cuatro porciones

la vejiga es un órgano muscular elástico que sirve de receptor y


almacenamiento de la orina que proviene del uréter. Está situada en
la pelvis, detrás del pubis, y tiene una forma globosa u ovoide,
dependiendo de si está llena o vacía. Sus dimensiones son las
siguientes: 11-12 cm de diámetro vertical (de arriba a abajo), 8 a 9
cm de diámetro transversal (de izquierda a derecha) y de 6 a 7 cm
de diámetro anteroposterior (de adelante hacia atrás).

La capacidad media de la vejiga es la cantidad de orina que


contiene cuando necesitamos necesidad de orinar, que está entre
los 150 y los 250 gramos. La capacidad fisiológica máxima es la
cantidad que contiene cuando el esfínter no puede ya luchar contra
la reacción de las paredes que tienden a expulsarla, que es de 300
a 350 gramos.

La uretra es un conducto por el cual la orina, después de un tiempo


de ser almacenada en la vejiga, es expulsada al exterior.

En el hombre: la uretra es un conducto largo (entre 14 y 20 cm)


que se extiende desde la vejiga hasta la extremidad libre del pene;
sirve a la vez para la evacuación de la orina y del esperma. Parte de
la uretra está en la pelvis (uretra superior o intrapélvica) y otra fuera
de la misma (uretra inferior o extra pélvica).

En la mujer: mide apenas 3,5 cm de largo por 7 mm de diámetro. El


orificio inferior o meato está situado por delante de la entrada
vaginal.

La orina es un líquido de color amarillento, formado por agua, urea,


ácido úrico, creatinina, pigmentos biliares y sales minerales. La
orina se elabora en el nefrón por un proceso de filtración de la
sangre.

El volumen de orina de una persona en condiciones normales


durante un día es de aproximadamente 1 a 2 litros. Este depende
de varios factores:

 ingestión de agua,
 la presión arterial,
 la temperatura corporal,
 la actividad física,
 el consumo de diuréticos, entre otros.
Aparato reproductor.

Cuando se habla del aparato reproductor masculino, se hace


alusión al conjunto de órganos internos y externos.

Órganos externos.

Testículos. El principal órgano del sistema se encarga de producir


tanto las hormonas sexuales masculinas (testosterona,
principalmente) como los espermatozoides (células reproductivas).
Se encuentra alojado en el escroto, una envoltura de tejidos y de
piel que los recubre y protege.

Pene. Es el órgano copulador del sistema, formado por tres


instancias: el glande, que es la punta y la región más sensible; el
cuerpo esponjoso, tejido del que forma parte el glande y que
sostiene la uretra durante la erección para permitir el paso del
semen; y los cuerpos cavernosos, ubicados en la parte superior del
pene, los cuales se llenan de sangre y proveen de dureza y firmeza
al pene erecto. Está normalmente cubierto por el prepucio, una
capa de piel que forma parte del escroto. También sirve al aparato
excretor para expulsar la orina del cuerpo.

Epidídimo. Se encuentra en la reunión de los conductos


seminíferos, y se encarga de la maduración y activación de los
espermatozoides.

Conductos deferentes. Conectan el epidídimo con los conductos


eyaculatorios, permitiendo la salida del semen
órganos internos.

Vesículas seminales. Producen un líquido alcalino y viscoso cuyo


cometido es neutralizar la acidez de la uretra (producto de la orina)
y salvaguardar a los espermatozoides. Este líquido forma parte del
40% del semen. Las vesículas se hallan junto a la próstata, detrás
de la vejiga urinaria.

Próstata. Este órgano glandular es exclusivo del género masculino


y se ubica detrás del recto, justo en la base de la vejiga urinaria.
Produce mucho del contenido seminal que nutre a los
espermatozoides en su viaje hacia el útero y además bloquea la
salida de la orina durante el coito, para que no se mezclen las
funciones excretora y reproductora.

Uretra. El conducto que lleva la orina de la vejiga hasta afuera del


cuerpo también sirve en el caso del hombre para llevar el semen
hasta afuera.

Glándulas bulbouretrales. Llamadas también glándulas de


Cowper se ubican bajo la próstata y segregan el líquido preseminal,
que limpia el ducto de la uretra y neutraliza su acidez, allanando el
camino para la eyaculación.

El aparato genital femenino (o aparato reproductor femenino)


se compone de dos partes: el útero, que alberga el feto en
desarrollo, produce secreciones vaginales y uterinas, y traslada
el semen a las trompas uterinas o de Falopio; y los ovarios, que
producen los ovocitos o gametos femeninos. Estas partes son
internas; la vagina es el canal que comunica con los órganos
externos en la vulva, que incluye los labios genitales, el clítoris y el
meato de la uretra. La vagina está unida al útero a través de
la cérvix, mientras que el útero está unido a los ovarios vía las
trompas uterinas. La trompa y el ovario están próximos, pero no
pegados. Se encuentran unidos por un ligamento, 1pero las trompas
tienen cierta capacidad de movimiento para poder captar
el óvulo que se expulsa a la cavidad abdominal. Además, estas
estructuras no están en plano, tienen forma de C, de manera que
los ovarios quedan por delante del útero. Si durante el tránsito se
encuentra con semen, un espermatozoide o más puede introducirse
y fusionarse con el óvulo, fecundándolo.
Órganos internos

Ovarios: son los órganos productores de gametos femeninos u


ovocitos, de tamaño variado según la cavidad, y la edad; a
diferencia de los testículos, están situados en la cavidad abdominal.
El proceso de formación de los óvulos, o gametos femeninos, se
llama ovogénesis y se realiza en unas cavidades o folículos cuyas
paredes están cubiertas de células que protegen y nutren el óvulo.
Cada folículo contiene un solo óvulo, que madura cada 28 días,
aproximadamente. La ovogénesis es periódica, a diferencia de la
espermatogénesis, que es continua. Los ovarios también
producen estrógenos y progesterona, hormonas que regulan el
desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, como la
aparición de vello o el desarrollo de las mamas, y preparan el
organismo para un posible embarazo.

Trompas uterinas: conductos de entre 10 a 13 cm que comunican


los ovarios con el útero; en mamíferos en su interior ocurre la
fecundación; a medida que el cigoto se divide viaja por las trompas
hacia el útero.3 En raras ocasiones el embrión se puede desarrollar
en una de las trompas, produciéndose un embarazo ectópico. El
orificio de apertura de la trompa al útero se llama ostium tubárico.
Útero: órgano hueco y musculoso en el que se desarrollará el feto.
La pared interior del útero es el endometrio, el cual presenta
cambios cíclicos menstruales relacionados con el efecto de
hormonas producidas en el ovario, los estrógenos.

Vagina: es el canal que comunica con el exterior (físico), conducto


por donde entran los espermatozoides. Su función es recibir
el pene durante el coito o relación sexual, dar salida al bebé
durante el parto y proteger frente a agresiones debido a la flora de
su mucosa, formada sobre todo por Lactobacillus acidophilus,
encargado de prevenir infecciones manteniendo un pH vaginal
ácido (4-4.5) en edad fértil y durante el embarazo (en la
menstruación, en la niñez y a partir de la menopausia es neutro)

Órganos externos.

En conjunto se conocen como la vulva y están compuestos por:

Clítoris: Órgano eréctil y altamente erógeno de la mujer y se


considera homólogo al glande masculino.

Labios: En número de dos a cada lado, los labios mayores y


los labios menores, pliegues de piel salientes, de tamaño variables,
constituidas por glándulas sebáceas y sudoríparas e inervados.

Monte de Venus: Una almohadilla adiposa en la cara anterior de


la sínfisis púbica, cubierto de vello púbico y provista de glándulas
sebáceas y sudoríparas.
Vestíbulo vulva: Un área en forma de almendra perforado por
cuatro orificios, el meato de la uretra, el orificio vaginal,
las glándulas de Bartolino y las glándulas para uretrales de Skene.
La forma y apariencia de los órganos sexuales externos femeninos
varía considerablemente de una mujer a otra.

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