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LA VUELTA AL MUNDO
POR LAS CORBETAS

AL MANDO DEL CAPITÁN I)K NAVIO

D. A L E J A N D R O MALASPINA

DESDE 1789 Á 1794

PUBLICADO CON UNA INTRODUCCIÓN

EN 1885

P O R EL T E N I E N T E DE NAVÍO

D. PEDRO DE NOVO Y COLSON

MADRID
IMPRENTA DE LA VIUDA É HIJOS DE ABIENZG
ISABEL LA C A T Ó L I C A , 4 Y P A Z , 6

1885
VIAJE POLÍTICO-CIENTÍFICO

A L R E D E D O R D E L M U N D O
VIAJE POLÍTICO-CIENTÍFICO

ALREDEDOR DEL MUNDO


U . í
POR LAS CORBETAS O w

DESCUBIERTA y ATREVIDA
AL MANDO DE LOS CAPITANES DE NAVIO

D. A L E J A N D R O MALASPINA

D O N J O S É D E B U S T A M A N T E Y G U E R R A

DESDE 1789 Á 1794

PUBLICADO CON UNA INTRODUCCIÓN

POR

DON PEDRO DE NOVO Y COLSON

T E N I E N T E DE NAVÍO

ACADÉMICO CORRESPONDIENTE DE LA REAL DE LA HISTORIA

MADRID
IMPRENTA DE LA VIUDA É HIJOS DE ABIENZO
ISABEL LA CATÓLICA, 4 Y PAZ, 6

1885
EXCMO. S R . D . J U A N B. A N T E Q U E R A Y B O B A D I L L A

MINISTRO DE MARINA

EXCMO. SEÑOR:

Animado por mi entrañable amor á imestra Armada, me atrevo hoy á dar á htz la in-
apreciable joya que durante cien años estuvo encerrada en el polvo de los archivos; y al buscar
el nombre de un navegante contemporáneo á quien dignamente pudiera dedicársela, he
hallado que á V. E. asiste el mejor derecho, nó por la alta posición que ahora octcpa (cual-
quiera que sea la gloria que en. ella logre), sino por los grandes méritos que contrajo como
jefe de la fragata Numancia en su asombroso viaje de circunnavegación.
No es dudoso que V. E. verá con sumo agrado enaltecidos al fin, por sus propias obras,
á esos marinos eminentes que dirigieron la famosa expedición de las corbetas DESCUBIERTA

y ATREVIDA. YO me felicito de que este verdadero desagravio se efectúe en momentos de en-


contrarse al frente de la Marina el antiguo Comandante del primer acorazado que dio la
vuelta al mundo, con sorpresa de Europa, y en momentos de hallarse ápunto de emprender
un viaje igual la fragata Blanca, á cuyos Oficíales reportará esta obra grande instrucción
y noble estímulo.
Con la mayor consideración y respeto sabido á V. E. y B. S. M.,

PEDRO DE N O V O y C O L S O N .

Madrid, Mayo de 1S85.


« El viaje de Malaspina es el más brillante testimonio que á fines del siglo pasado dio nuestro Gobierno del lau-
«dable interés que se tomaba en aumentar los conocimientos de la ciencia de nuestro globo

» Útil para el mundo, y honroso para la Nación española hubiera sido la publicación de este viaje, coordinado por los
•¡¡Oficiales de la expedición y sabios que los acompañaron; pero por un trastorno de ideas inconcebible, las resultas
«de la desgracia, causa y prisión de su Comandante Malaspina, alcanzaron d una empresa que nada tenia que ver
«con sus supuestos crímenes, y en odio del autor ó Jefe de la expedición, se sepultaron todos los trabajos propios de
«los hombres científicos y aplicados que llevó á sus órdenes. Mucho costó sacar de manos de los escribanos y gentes
«que entendieron en el proceso, los Diarios, derroteros y descripciones del viaje. El que suscribe tuvo la satis-
facción de contribuir eficaznwite á lograrlo, á reunir cuantos papeles se pudo, y depositarlos en la Dirección de
«Hidrografía, que se instituyó entonces, cuyas tareas debían comenzar por las cartas y demás trabajos marinos de esta
«expedición Quedáronse sin imprimir todos los derroteros y excelentes relaciones del viaje, llenas de luminosas
«observaciones astronómicas y mineralógicas, de descripciones físicas y políticas, y de nocio?ies nuevas sobre la Histo-
«ria Natural de los países recorridos.-*

M A R T I N FERNANDEZ DE N A VARRETE.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE L A CONVENIENCIA D E PUBLICAR ESTA OBRA

Pocos días hace que, entregado á mi lectura favorita, fijé la atención en una página de
la Historia general de los Desabrimientos Marítimos, famosa obra de W . Desborough
Cooley. Con más disgusto que sorpresa, encontré en ella las apreciaciones que transcribo
literalmente:
«En 1 7 7 5 , dos buques españoles, bajo las órdenes de D. Juan de Avala y de D. A n -
»tonio Maurell, contribuyeron en algo á los progresos de la Geografía, examinando su-
»perficialmente la costa N. O. de América entre los 47 y 5 7 de latitud. Esta expedición
o

»había recibido orden de llegar hasta el paralelo de 6 5 ; pero los navegantes españoles no
o

»habían estudiado tanto como los de otras naciones la ciencia de levantamientos de planos
»y su examen de la costa no pasó de los 5 7 . Una gran bahía ó estrecho en 5 7 1 7 ' de
o o

«latitud, fué nombrado por ellos Puerto Bucarelli, en honor del Virey de Méjico El re-
»sultado de este viaje pareció satisfactorio al Virey, pues en 1 7 7 9 envió una segunda ex-
»pedición para que continuara el examen de la costa desde los 58 á los 7 0 . Como la o

^ignorancia de los españoles igualaba en esta época á su R E S E R V A y su SILENCIO, es posible


»que el Virey no supiese la existencia de un navegante inglés llamado James Cook, el
»cual había hecho este estudio el año anterior, con el firme propósito de comunicar sus
«resultados á todo el universo. Aquella nueva expedición no añadió nada á los conocí-
»mientos geográficos Maurelle, á su vuelta, quiso levantar una carta exacta de la costa;
»pero se sabe que en 1 7 7 9 los españoles calculaban todavía sti longitud según la estima,
«mientras que los franceses y los ingleses se servían ya, desde algunos años, de cronóme-
»tros y de O B S E R V A C I O N E S LUNARES.»

Si no fuera tan ilustre y respetado el nombre ele Desborough Cooley, habría yo leído
impasible una vez más ese cúmulo de inexactitudes é injusticias, cosecha añeja y frecuente
que recibimos del extranjero; pero el notable historiador británico, es, desde mediados
del siglo, el oráculo de muchos eruditos y escritores, así como su obra pasto casi univer-
sal de los estudiosos; y esto ya merece que conteste España vindicándose, no por conducto
1
II INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

de sus sabios, que fuera inoportuna cortesía, sino por uno de los más humildes oficiales
de su Armada, lo que toma carácter de severo castigo.
Tantos nombres y tantos hechos acuden á mi memoria; tan grande es el número de
nuestros marinos ilustres, que necesito concretarme á los que lo fueron solamente por su
sabiduría, y de ellos citaré nada más, como aludidos, á los que durante esos años de 1 7 7 0
á 1780 surcaban el Océano sin otra ayuda que la brújula y la corredera, según afirmación
del historiador inglés.
¿Será cierto que D. Francisco Maurelle, ignorase en su segundo viaje al N. O. de Amé-
rica, que Cook existía y navegaba, y que se proponía comunicar al mundo sus trabajos?
Quizás. Pero, en cambio, no admite duda que este famoso marino tuvo perfecto conoci-
miento de la primera expedición de Maurelle y que su DIARIO sirvió de gtáa y consulta á
Cook, quien aprovechóse de las noticias y descubrimientos consignados en sus páginas.
Más adelante fué impreso el Diario de Maurelle por Sir Barrington en su libro las Misce-
láneas (1) Maurelle efectuó muchas exploraciones y una notabilísima en la fragata Princesa,
en 1780, desde Manila á Nueva España al través del Pacífico, tardando 10 meses. Formó
una tabla de la situación de los bajos é islas vistos durante el viaje.
Según Desborough Cooley, los españoles eran incapaces de levantar planos con exac-
titud en 1 7 7 9 y desconocían el uso de los cronómetros y de las observaciones lunares
Con efecto, prueba todo lo contrario el hecho sabidísimo que siete años antes de aquella
fecha (navegando en la fragata Vemis, por cercanías del Cabo de Buena Esperanza), un Ofi-
cial español, D. José de Mazarredo, fué inventor (que así puede llamarse), del procedimiento
para hallar la longitud valiéndose de las distancias lunares.
Era la noche despejada; cerca de la luna brillaba Alclevarán, y contemplándolas el sa-
bio joven, imaginó obtener la situación de su nave, tomando simultáneamente las alturas
de ambos astros y su distancia, y resolviendo los triángulos esféricos precisos para lograr
la longitud de la luna como base de partida. Consultó Mazarredo á su Comandante, que
lo era el insigne Lángara, y éste, lleno de fé, se dispuso á ayudarle en unión de otro inte-
ligente Oficial, Ruiz de Apodaca. L o s trabajos duraron dos días y fueron ímprobos, porque
aún no se habían generalizado los almanaques náuticos ingleses, donde se daban las ta-
blas de distancias de ¿una á estrellas, publicación que casi comenzaba. El éxito más feliz
coronó la idea de Mazarredo, y pudo enorgullecerse de haber inventado un método im-
portantísimo, que si bien ya había sido indicado por Lecaille, era aún totalmente descono-
cido para el marino español y para la inmensa mayoría de los navegantes (2). Seis años
después, en 1 7 7 9 , usábanse mucho estos cálculos en nuestra Marina y apenas se halla un
Diario de aquella época en que no se vean reunidos los adelantos todos de la Astronomía
náutica.
Ninguna nación pudo jactarse de enseñar mejor á su juventud que nuestro país, desde
que en 175 1 el ilustre Jorge Juan fué nombrado Capitán de Guardias Marinas. No existía
por entonces en Europa obra más perfecta que su Compendio de Navegación. Quien
dude de la superioridad de este sabio, recuerde el curioso fruto de su viaje á Inglaterra

(1) V é a s e en la B i b l i o t e c a d e l D e p ó s i t o H i d r o g r á f i c o d e M a d r i d . O b r a t i t u l a d a Establecimientos Ultrama-


rinos, t o m o IV, p á g . 5 3 8 .
(2) P a r a m a y o r e s d e t a l l e s c o n s ú l t e n s e , e n t r e o t r a s o b r a s , la Biblioteca Marítima d e D . M a r t í n F e r n á n d e z
d e N a v a r r e t e y la Galería Biográfica de Generales de Marina, p o r el V i c e a l m i r a n t e Pavía.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA III

en 1749. Fué comisionado por el Gobierno para estudiar y aprenderlos métodos de cons-
trucción naval en aquella Monarquía, y á poco de hallarse allí, inventó un nuevo sistema,
tan ventajoso y admirable, que los ingleses, abandonando todos los suyos, adoptaron in-
mediatamente el ideado por Jorge Juan; y este método fué el único que presidió desde en-
tonces y aún hoy preside para las construcciones de los buques de vela.
Discípulo del autor de la inmortal obra Examen Marítimo, fué D. Juan de Lángara,
hidrógrafo excelente, quien á su vez difundió los últimos descubrimientos de la ciencia entre
la pléyade de Oficiales que navegaron con él; y desde 1772 á 1 7 7 6 efectuó trabajos que lle-
naron de asombro á los marinos ingleses y franceses, capaces de comprenderlos (1).
Bajo las órdenes de Lángara sirvieron: D. Diego Alvear y Ponce, quien de Alférez de fra-
gata fué nombrado Comisario de la demarcación de límites de España y Portugal en Améri-
ca, y de cuyo curiosísimo Diario (cinco tomos folio) se conserva una copia con gran estima-
ción en el Museo Británico de Londres; D. Bruno de Heceta, que en 1 7 7 3 hizo importantes
descubrimientos en la Alta California y construyó cartas y planos excelentes de sus puertos;
D. Francisco Millau, que en 1 7 7 6 determinó los límites entre Buenos Aires y Paraguay;
levantó los planos de Rio Grande, en la América del Sur, de su costa y también de las Mal-
vinas; D . Juan Várela, que en 1 7 7 4 ayudó eficazmente á marcar la situación verdadera de
la Isla Trinidad y poco más tarde la de las islas del Golfo de Guinea, las de Santa Cata-
lina en el Brasil y de los puertos del Rio de la Plata, mereciendo el título de Correspon-
diente de la Real Academia de París; y por último, el ilustre Mazarredo, que ya se ha cita-
do, así como otros muchos brillantes Oficiales que sería prolijo enumerar.
Es por cierto sorprendente que desde época bastante anterior á 1 7 7 9 se dieran tan
buena traza para sacar partido del atraso de la cosmografía tantos marinos españoles reza-
gados en el estudio ó enemigos de la ciencia. A s í lo prueban D. Vicente de Doz, Alférez de
fragata, que en 1760 levantó el plano del Rio Orinoco y en 1769 observó en California el
paso de Venus por el disco solar, y determinó la longitud exacta de la misión de San
Jorge; D. Gabriel de Aristizábal, de quien por sus profundos conocimientos dijo Mazarredo
dirigiéndose al Ministro: «Suponiendo que cada Oficial de Marina valiera un ciento por
ciento más que yo, no valdrían, sin embargo, todos juntos la mitad que Aristizábal.» Sus
trabajos hidrográficos en Turquía y sus apuntes para la obra Viaje á Constantinopla,
dieron más tarde disculpa al apasionado elogio. D. Santiago de Zuloaga, autor de las
Maniobras Navales y de la demarcación de límites en Cumaná de Venezuela, en 17 5 1;
D. Domingo Boenechea, descubridor de varias islas del Pacífico y constructor del plano de
la de Otahiti; D. Juan Herrera Dávila, que levantó planos de casi todos los puertos de la
Costa Firme septentrional; D. Gonzalo López de Haro, que reconoció é hizo cartas clel
Estrecho de Juan de Fuca; que antes había recorrido la costa N. O. de América hasta
los 6 0 , levantando su plano, y después señalado los límites del puerto de Nutka y
o

reconocido y formado los planos de la California, la Sonora é islas inmediatas; D. Joa-


quín Fidalgo, que en los bergantines Empresa y Alerta realizó un amplísimo é impor-
tante trabajo hidrográfico en las costas de Tierra Firme, desde la provincia de Cumaná
á Darien clel Norte y Portobello, mereciendo ser en su ancianidad nombrado Director clel

(1) L a m a y o r p a r t e d e sus t r a b a j o s y d e sus o b r a s se c o n s e r v a n e n el D e p ó s i t o H i d r o g r á f i c o . Su s i m p l e


i n s p e c c i ó n d a i d e a d e l m é r i t o d e este m a r i n o .
IV INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

Depósito Hidrográfico y luego Director también del Observatorio Astronómico Pero


¿qué manifestación más elocuente é irrefutable de la altura que había alcanzado España
en las ciencias positivas que la ofrecida al mundo en 1 7 3 5 , con motivo de la medición del
grado de Meridiano en la América Central? Recuérdese que entonces nombró Francia para
el objeto á tres sabios ilustres, miembros de su Academia, y España, por su parte, envió,
llena de confianza, á dos imberbes Guardias Marinas, que hubo necesidad de ascender á
Tenientes de navio á fin de que pareciera menos escandalosa la desproporción de catego-
rías, ya que lo eran tanto las edades. Aquellos sabios franceses, los Sres. Bouguer, Godin y
la Condomine, aceptaron por compañeros á los dos españoles con despecho y desdén pro-
fundo en un principio; despecho y desdén que más tarde se trocaron en admiración sin lími-
tes. ¿Cómo no, si aquellos jóvenes se llamaban D. Jorge Juan y D. Antonio de Ulloa?
Del primero he hablado lo indispensable; del segundo, ¿qué puedo decir de nuevo á la
Europa culta?
A más respeto y justicia eran acreedores nuestros antepasados en el ilustre cuerpo de
la Armada. Haríase interminable la relación de los que le dieron honra con su ciencia;
pero no he querido mencionar sino aquellos que por haber gozado larga vida y alcanzado
altos puestos, consolidaron sus reputaciones envidiables, y en todo tiempo se prestan
fácilmente al análisis del historiador. No cito, pues, á los que por su corta existencia sólo
recogieron primeros laureles, si bien éstos son inmarcesibles y constituyen una gran parte
del tesoro de nuestros Archivos.
Atento á dicho propósito, evocaré á algunos más de universal renombre, como
D . Vicente Tofiño, constructor del grandioso Atlas marítimo de España, celebrado por
propios y extraños; astrónomo eminente, en concepto de Borda, Lalancle y otros de
igual fuste. D. Julián Sánchez Bort, verdadero genio en el arte de construir, á quien
se deben las mejores obras de nuestros arsenales, el que (desde 1748 á 1785, que fa-
lleció siendo Capitán de navio), logró innumerables triunfos, citándose por lo difícil el
gran muelle que cierra la dársena de Ferrol, levantado en 24 metros de agua. D. José
de Mendoza y Rios, geómetra excelente al par que hábil maniobrista, autor de la Na-
vegación Astronómica, libro que le conquistó el empleo de Capitán de fragata cuando aún
era menor de edad; el que compuso y publicó las voluminosas 'labias que llevan su nom-
bre, primera y única obra de su género que se hacía en Europa, y que adquirieron con avi-
dez todos los marinos del mundo civilizado como objeto indispensable para las navegacio-
nes prolongadas; sin las Tablas de Mendoza era largo y dificilísimo el cálculo de la longi-
tud por las distancias lunares: con ellas cualquier pilotín mal instruido puede utilizar este
método de situación. D. Gabriel de Ciscar, comparable al marino que antecede por su
ciencia profunda, y el primer hombre de la Nación considerado por sit saber matemático,
según escribía al Rey el Ministro Lángara al proponerle que el Capitán de navio Ciscar
representara á España en un Congreso de sabios convocado por el Instituto de Francia.
Y por último, D. Martín Fernández de Navarrete, miembro de todas las Academias impor-
tantes, y tan alabado como erudito, que apenas se recuerdan los diez y siete años que
navegó y que combatió, ya con los franceses, ya con los ingleses, así como tampoco es
del vulgar dominio que en las ciencias sobresalía hasta el punto de admirar á hombres de
la talla del Barón ele Zach, de Humbolt, ele Washington Irving, ele Prescott, de Berthelot
y ele Miguet.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA V

Con lo expuesto, basta para contestar á las apreciaciones del historiador británico.
Ahora debo añadir que no era suya la culpa de la ignorancia que demuestra respecto á los
méritos contraídos por navegantes españoles: debíase en gran parte á la reserva y el si-
lencio que guardábamos, como acertadamente dice Desborough Cooley. Reserva y silencio
que inspiraron al ilustre Vargas Ponce estas reflexiones amargas ( i ) . «Aquellas circuns-
tancias (las razones políticas que aconsejaron el sigilo) perdieron su valor, y la calidad de
tales negocios y navegaciones no sufría un absoluto secreto; y con todo ocultaba nuestro
Gobierno papeles tan instructivos. Empezaron otras naciones á hacer gala de sus trabajos
marineros y á publicar, así las cartas nuestras, de que se apoderaban, según aconteció al
Almirante Anson, como las que corregían con superiores auxilios; y todavía continuaba
nuestro y a insensato misterio. D e aquí que busquemos con ansia en viajes y derroteros
extraños el conocimiento de nuestros estrechos y mares, de que fuimos los más escrupulo-
sos investigadores; de aquí que atormentemos nuestros oídos y forcemos nuestra pronun-
ciación con nombres peregrinos y rudos para entrambos, trascordados los primitivos
españoles con que se bautizaron; y de aquí que recibamos con admiración y como recien-
tes noticias y objetos que supimos y con que nos familiarizamos los primeros de Europa.
Si en las Islas de Salomón y tantas del Pacífico no fuera esto tan patente, bastaría citar el
aparato con que se nos vendió como descubrimiento ageno la proyección ele la California,
que el Piloto Castillo, su primer descubridor, y a le señaló como península. A pesar de tan
bochornosas lecciones, no há veinte años que los documentos marítimos que perdonó la
polilla y el polvo yacían dispersos en distintos depósitos, tan ocultos como cuando se so-
terraban á principios de la dinastía austríaca, para que no se divulgaran los nuevos rum-
bos á las Molucas.»
Es verdaderamente sensible la indiferencia cuando nó la oposición demostrada por
nuestros Gobiernos hacia las tentativas de dar á luz tantas brillantes demostraciones de lo
que ha valido siempre la Armada española. Creeríase, quizás, que el abandono ó falta de
propósito de nuestros marinos, hicieran difícil la compaginación y arreglo ele sus apuntes
para ser publicados, mas por el contrario, suspenden y arroban el espíritu las metódicas
é interesantes narraciones que manuscritas yacen condenadas á perpetuo encierro. Por
suerte, en ocasiones (raras) una mano audaz ó generosa arranca del estante algún legajo
y lo arroja á la prensa. Esto hago yo ahora, no audaz ó generoso, sino verdaderamente
subyugado, aturdido, lleno de emoción gratísima y de patrio orgullo, ante la lectura del
asombroso al par que desconocido viaje ele circunnavegación efectuado por los españoles
desde 1789 á 1794, á bordo de las corbetas DESCUBIERTA y ATREVIDA.

¡Es triste considerar que. el inapreciable tesoro de gloria y ciencia cosechado en esta
expedición ha permanecido oculto cerca de cien años, á causa de la venenosa política que
asomó su cabeza de Medusa; recordar que aquel tesoro estuvo condenado á desaparecer,
á ser destruido por odio ó envidia á un hombre eminente, y tocar como resultado de este
anatema, que no sólo los extranjeros, sino los españoles, poseen una muy vaga idea de la
notabilísima expedición, y también ideas vagas ele su importancia, sólo por presentimiento
ó por lo que han escuchado á algún erudito!

(1) Importancia de la Historia de la Marina Española, pág. 98.—Discurso p o r D. José d e Vargas y P o n c e .


M a d r i d , 1807.
VI INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

Para disponer el ánimo á seguir los rumbos de las corbetas DESCUBIERTA y ATREVIDA,

necesito valerme de un término de comparación exacto y oportuno. L o s viajes (publica-


dos) de D. Antonio de Córdoba en 1785 á bordo de la fragata Nuestra Señora de la Ca-
beza y en 1788 mandando los paquebots Santa Casilda y Santa Eulalia, rindieron un her-
moso estudio descriptivo é hidrográfico del Estrecho de Magallanes; pues bien: con no
menor amplitud los Jefes de las corbetas estudiaron, levantaron planos y recorrieron cuanto
solicitaba entonces la curiosidad científica, desde las cercanías de Beering á Nueva Holan-
da, desde la Alta California al Cabo de Hornos, desde el Círculo Boreal hasta las barreras
del Polo Sur. Y si en las expediciones de Córdoba brillaron Oficiales tan entendidos como
D. José de Garcloqui, D. Alejandro Belmonte, D. Miguel de Zapiain; de tan sobresaliente
mérito como D . Francisco Javier de Uriarte, que por espacio de un mes reconoció en un
débil bote el proceloso Estrecho descubriendo islas y puertos, de los cuales uno lleva su
nombre; D. Dionisio Alcalá Galiano, que efectuó trabajos admirables; D . Ciríaco Ceva-
llos y D. Cosme Churruca, que unidos soportaron, con valor inaudito, la inclemencia de
aquellas regiones, tripulantes de otra lancha, mientras levantaban planos de la Tierra del
Fuego en la totalidad de su costa, desde Cabo Dunes hasta el Pacífico , es lo cierto que
también á las órdenes de Malaspina y Bustamante, Jefes de las corbetas, sirvieron (escogi-
dos por el primero) además de los mismos señores Cevallos y Alcalá Galiano, infatigables
y entusiastas, el famoso sabio D. Felipe Bauza, cuyos servicios fueron solicitados más
tarde, aunque sin fruto, por los ingleses; el inimitable en la construcción de cartas, de las
que legó un sinnúmero de portentosa exactitud, D. José de Espinosa y Tello, cuyo saber
pregonan el reconocimiento que hizo de los canales de Nutbea y de los mares de la India,
y años después las extensas Memorias que dio á luz siendo primer Director del Depósito
Hidrográfico; D. Juan Gutierrez de la Concha, digno compañero de los anteriores y á quien
estaba reservado alcanzar en América la palma de la gloria y la palma del martirio; D. Ca-
yetano Valdés, el más joven de esta Oficialidad, pero no el menos inteligente, según lo
prueba su exploración difícil del Estrecho de Juan de Euca, hecha con rapidez y maes-
tría. Y por último, los hermanos D. Arcadio y D. Antonio Pineda, notabilísimo naturalista
éste, que á su muerte, acaecida durante el viaje, legó al primero el arreglo y continuación
de sus observaciones y escritos.
Con tan valiosos auxiliares no sorprenderá que transcurridos los cuatro años de nave-
gación hubiera presentado al Gobierno de España el ilustre Malaspina, para que vieran la
luz pública, además de la RELACIÓN GENERAL D E L VIAJE, verdaderos tratados de cada una
de las ciencias que fueron objeto de sus estudios,- á saber: Astronomía, Hidrografía, Física,
Historia Política é Historia Natural (1).
Antes de dar más amplias noticias de Malaspina, de su viaje y de su proceso, debo re-
petir las palabras del epígrafe: que es conveniente pttblicar esta obra:
Primero: á fuer de vindicación cumplida, y dato irrefutable que hará impresión en el
pueblo inglés, marítimo por excelencia y gran maestro en las empresas navales.

(1) P a r a f o r m a r j u i c i o d e l a e x t e n s i ó n c o n q u e s e h i c i e r o n e s t o s e s t u d i o s , b a s t a d e c i r q u e e l Tratado de
Historia Natural o c u p a c i n c o t o m o s d e 500 p á g i n a s c o n c e r c a d e 4 0 m a p a s y d i b u j o s . P a r a p e n s a r l o s y e s c r i -
b i r l o s su p r i n c i p a l autor, D . A n t o n i o P i n e d a , tuvo p o r guía valiosa u n p l a n ó instrucciones q u e e l c é l e b r e n a -
turalista d e M ó d e n a , L á z a r o S p a l l a n z a n i , h a b í a r e m i t i d o á M a l a s p i n a .
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA VII

Segundo: porque España debe á aquellos nobles hijos suyos un desagravio, aunque
tardío, mostrando al mundo sus prendas eminentes y abriéndoles paso á la inmortalidad
ganada por su ciencia, ya que no todos, afortunados como Galiano y Valdés, la merecie-
ron por las armas.
Tercero: porque tanto se adelantaron á su tiempo aquellos sabios Oficiales y tan pro-
funda y discretamente meditaba Malaspina, que, comenzando por los preparativos de los
buques y concluyendo por el desarme de los mismos á su regreso, son hoy (¡pasado un
siglo!) enseñanzas provechosísimas todas sus páginas para la marina actual, y más direc-
tamente para los que se disponen á emprender el viaje de circunnavegación en la fragata
Blanca.
A tan buenas razones fáltanos añadir la más poderosa; evitar que España reciba una
lección que le avergüence, pues vergonzoso sería que otro país, anticipándose, diera á luz
esta misma obra. No era remoto el peligro. Me consta que un hombre de ciencia y alto
funcionario de Chile ha sacado copia (por orden de su gobierno y con autorización del
nuestro), de todos los manuscritos, cartas y hasta dibujos pertenecientes al viaje de las
corbetas. Trabajo ímprobo y costoso que honra á aquella República modelo y que una vez
más confirma su cultura y amor al estudio. Ignoro si su propósito es publicarlos ó enrique-
cer sus bibliotecas con las copias; pero en tal caso á nadie perjudica, el que impreso, fa-
cilite yo á todos una lectura selecta. Si era éste también su móvil, entonces perdóneme
la patriótica Chile, considerando que desde los tiempos bíblicos es divino mandamiento el
D A R A L CÉSAR L O Q U E E S D E L CÉSAR.

II

DON ALEJANDRO MALASPINA.—Su VIAJE.—Su PROCESO.

Este ilustre marino nació el 5 de Noviembre de 1754, descendiente de la casa sobe-


rana de Lunagiana y de Mulazzo (famosa entre los güelfos y defensora de Italia contra
Federico Barbaroja). Era su padre el Marqués Carlos Morello y su madre Catalina Melilupi,
de la familia de los Príncipes de Soragna, circunstancia que facilitó á Malaspina cruzarse
de Caballero de Justicia en la Orden de San Juan de Malta apenas hubo sentado plaza de
Guardia Marina, en Cádiz, en 1 7 7 4 , entrando al servicio ele España. D o s años después,
con el empleo de Alférez de fragata, navegó por el Atlántico, Océano Indico y mar de
China. En 1778 ascendió á Teniente y en 1 7 7 9 tomó parte en el glorioso combate del
Cabo de Santa María, á las órdenes de Lángara. Su navio (el San Juliaii) fué uno de
los cuatro que con aquel ilustre caudillo mantuvieron el choque de las triples fuerzas
inglesas ( 1 4 buques españoles contra 31) para salvar á los restantes. En 1788, ya de Te-
niente de navio, asistió al terrible bombardeo de aquella plaza inespugnable y fué de los
que tripularon las famosas baterías flotantes (imaginadas por el francés d'Arson) que tan
VIII INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

en cuidado pusieron al General Eliot por los extragos que hacían en las murallas. Como
recurso supremo, aunque opuesto al derecho de gentes, Eliot empleó contra ellas balas
rojas de grueso calibre, que las incendiaron muy pronto merced al huracán deshecho que á
la sazón reinaba. Más de i .000 hombres perecieron ahogados ó carbonizados. Malaspina
logró salvarse, y poco después embarcaba en la escuadra de D. Luis de Córdoba, que atacó
en la boca del Estrecho á la del Almirante Scrope (Conde de Howe), el cual se batió en
retirada.
En 1782 ascendió Malaspina al inmediato empleo, y obtuvo el mando de la fragata
Asunción, con la que efectuó un largo viaje por Asia y Oceanía, hasta 1784 que, de re-
greso á Cádiz, fué nombrado Teniente de la compañía de Guardias Marinas, cuyo destino
abandonó pronto para mandar la Astrea, magnífica fragata de condiciones excepcionales,
y citada con frecuencia por Malaspina en la presente obra. En ella dio la vuelta al mundo,
recorriendo primeramente varios puertos de la costa occidental de América, y, doblado el
Cabo de Hornos, otros importantes de la occidental; luego muchas islas del Pacífico, las
Filipinas, regresando al fin por el Cabo de Buena Esperanza á Cádiz. Este largo y penoso
viaje habíale rendido mucha enseñanza y había templado su espíritu para emprender el
que hoy se publica, y para llevarlo á término tan feliz como de resultados asombrosos, y a
se consideren estos resultados bajo el punto de vista científico, ó político, ó histórico ó
marinero. No quiero anticipar á los lectores lo que han de hallar escrito por el ilustre na-
vegante en estilo poco correcto sí, pero lleno de frescura, de espontaneidad y de sencillez,
condiciones preferibles á todas las otras. Me concretaré, por tanto, á decir lo que no pudo
ni aun sospechar que le ocurriera cuando volvió á España ceñido de laureles.
Publícanse una serie de documentos que, á más de lo curiosos, encierran útil enseñanza.
L a solicitud de Malaspina y Bustamante pidiendo dirigir la expedición; la respuesta y ob-
servaciones del gran Ministro D. Antonio Valdés; las cartas de Malaspina al insigne Ulloa
y al Proto-Méclico Salvaresa; las que el mismo escribió al Subinspector de Arsenales y al
sabio Ingeniero Muñoz, son buenos testimonios del profundo conocimiento, sentido práctico
y escrupulosidad con que atendía y lo preparaba todo hasta en sus menores detalles; así
como las Instrucciones que comunicaba á su inmediato subalterno, el Comandante de la
ATREVIDA son un modelo de previsión, sagacidad, cordura y sabiduría. Sólo estas Instruccio-
nes revelan que Malaspina era un hombre superior: el Discurso preliminar convence de
que sus ideas políticas eran liberales (quizá con exceso para aquella época), sobre todo en
lo referente á las colonias; y la Relación de su viaje persuade de la justicia con que de él decía
el Ministro Valdés: «Que por sus conocimientos, cuna, nobleza y elegancia de la persona y
maneras, arrogante presencia, afabilidad, firmeza de carácter y talento de sociedad, era Ma-
laspina el primero de la Armada española y el único para aquel cargo, alma de la culta y
distinguida sociedad que nuestros marinos debían representar en los países americanos, para
influir favorablemente en el ánimo de los criollos y ayudar á la política y demás fines que
la expedición llevaba.»
Poquísimos antecedentes se conocían ele tan insigne navegante, hasta que, por fortuna,
el Académico de la Historia y eruditísimo escritor Sr. Jiménez de la Espada publicó (1) un
amplio estudio con el título de Una- causa de Estado lleno de revelaciones interesantes sobre

(1) Revista Contemporánea, a ñ o d e 1 8 8 1 . — C a r t a d i r i g i d a al Sr. D . G a s p a r Muros


INTRODUCCIÓN HISTÓRICA IX

el proceso de Malaspina. Y como dicho estudio es originario de las únicas fuentes que exis-
ten, á él necesito concretarme y referirme casi en absoluto, para lo que me doy por con-
cedida la venia del distinguido Académico y buen amigo mío.
Dice el Sr. Jiménez de la Espada «que resulta de varios papeles, unos reservados y
»confidenciales, otros probablemente destinados al público, aunque no me consta que sa-
l i e r a n á luz, que la causa del insigne navegante se relacionaba con un grave suceso político-
»amoroso, que estuvo á punto de dar al traste con la más larga y felicísima privanza de
»las que influyeron en los destinos ó fueron Destino de nuestra patria en el pasado siglo.»
Ello es que Malaspina, á su regreso, fué cariñosamente recibido en la corte y con toda
bondad por María Luisa; sábese que en aquellos días algunas sombras nublaban la estrella
de Godoy; pero que este favorito poseía medios para sobreponerse á las veleidades de la
Reina.
Véase la luz que acerca de estos puntos nos da D. Joaquín Lorenzo Villanueva, con-
temporáneo de Malaspina:
«A todos nos causó sorpresa su arresto cuando estábamos aguardando la publicación
de su viaje. Por largo tiempo se estuvieron haciendo castillos en el aire sobre este inci-
dente; atribuíanle unos á escritos suyos; otros á haber comentado la vida de la Reina María
Luisa, que poco tiempo antes había aparecido en Francia. Para mí lo más verosímil, y pu-
diera decir cierto, es que aquel célebre marino fué víctima de una intriga entre la Reina y
dos clamas suyas, que fueron la Matallana y la Pizarro, y el Príncipe de la Paz. E n un
intervalo de desafecto y resentimiento en que andaba la Reina á caza de medios para cortar
la privanza del valido, fué buscado Malaspina por estas damas para que á la vuelta de la
Lombardía, su patria, á donde iba con licencia, trajese realizado el plan de cierta carta que
había de influir con el Rey para tan santa obra. Este plan, escrito incautamente por Ma-
laspina y guardado por la Reina en una gaveta, fué revelado á Godoy por la Pizarro, es-
trechada ele él por sospechas que le inspiró una indeliberada expresión de la Reina. L a Ma-
tallana, de quien exigió primero la revelación del secreto, se negó á ello constantemente.
El plan, descubierto y pintado por Godoy á Carlos IV con los colores que le convenían, sir-
vió de instrumento de su venganza. L a Matallana fué presa y desterrada de la corte. A
Malaspina, después de haber sido preso en el cuartel de Guardias de Corps y confinado
en el castillo de San Antón de la Coruña, se le permitió restituirse á su país, previnién-
dole, so pena de muerte, que no volviese á territorio ninguno ele la Monarquía española.
Los achaques contraídos en sus viajes y en el encierro deterioraron su robusta salud en
términos que, á poco tiempo de haber llegado á la Lombardía falleció con el desconsuelo
de no haber podido volver á España, la cual llamaba patria suya en las cartas de sus amigos.»
«Lo que nunca pude atinar fué qué pecados cometió para el Príncipe de la Paz, en
aquella ocasión, el docto Padre Manuel Gil, Clérigo menor de Sevilla, para que fuese lle-
vado de Madrid á aquella ciudad á la casa de corrección llamada Los Toribios, de que
había sido Director. Habíasele dado la comisión de poner en buen lenguaje español la
relación del viaje de Malaspina; en su intriga nadie creyó que hubiese tenido parte ninguna,
y por lo mismo fué mayor la sorpresa ele los que le conocimos al ver tratado á un eclesiás-
tico tan digno con aquella especie de escarnio. Estos frutos amargos de la desmedida de-
ferencia de los Reyes á las pasiones de sus validos, no se cogen sino en las Monarquías
despóticas. En ellos he visto yo envueltos aún á algunos de los que las aman.»
II
X INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

«Hé aquí por qué perdió la causa literaria ele la Marina europea la publicación de aquel
viaje y de las observaciones de los sabios matemáticos que lo desempeñaron á costa de
grandes trabajos y de largas expensas de la nación. Por fortuna pudieron salvarse la rela-
ción del derrotero, las observaciones hechas durante la expedición en las costas de Amé-
rica, Nueva Holanda, Macao y Manila; las de Espinosa y Bauza, en el interior de la Amé-
rica Meridional, con los demás documentos que se acopiaron en aquella empresa. Mas esto
se debió á la suma reserva con que se depositaron tan preciosos tesoros en la Secretaría
de Marina, de donde, formado ya el Depósito Hidrográfico, venciendo dificultades, pudieron
trasladarse á este Establecimiento. En las Memorias sobre las Observaciones astronómicas
que publicó el año 1809, se imprimió una noticia de los descubrimientos y observaciones
de Malaspina, única muestra de sus viajes que ha visto la luz pública.»
Este Padre Manuel Gil, era hombre de erudición y perspicacia, y aunque tal vez ageno
á los planes del marino, no dejaba de agitarse en la política, pues á ello debió más tarde
haber sido Embajador en Sicilia y andar en candidatura el año 1 8 1 2 , para Regente del
Reino. Este cura escribió en la casa de los Toribios un gran tomo con la historia prolija de
su proceso y su defensa, que apenas terminado en 1797, envió al Príncipe de la Paz, sin
resultado favorable por el pronto. L a lectura de algunos párrafos de esta Defensa impon-
drá al lector cumplidamente de cuanto importa saber.

D E F E N S A D E L P A D R E GIL, H E C H A P O R E L MISMO

E l Marqués de Matalfana había servido los Ministerios del R e y en P a r m a y Ñapóles con acep-
t a c i ó n , y l a M a r q u e s a l o h a b í a a c o m p a ñ a d o e n e l l o s y h a b í a p a r t i c i p a d o y aun c o n t r i b u i d o á a q u é -
lla. A c a b a b a n de darse al Marqués los honores del Consejo de E s t a d o y la e m b a j a d a de Venecia y
l a S e c r e t a r í a de éste á s u c u ñ a d o , h e r m a n o de l a M a r q u e s a , el T e n i e n t e de navio D . José Conock;
y finalmente, aquellos dos meses antes de su prisión, había recibido de la R e i n a nuestra Señora la
p r u e b a m á s s e ñ a l a d a d e s u r e a l a g r a d o e n el n o m b r a m i e n t o y a d m i s i ó n á l a R e a l o r d e n d e D a m a s
Nobles de María Luisa.
M a l a s p i n a g o z a b a i g u a l y aun q u i z á m a y o r a p r e c i o . A l l u c i m i e n t o y b r e v e d a d c o n q u e había
hecho su carrera, se había j u n t a d o la felicidad de la expedición g r a v í s i m a que se le e n c o m e n d ó ,
d e l a c u a l y d e l o s c o n o c i m i e n t o s a d q u i r i d o s e n e l l a , s e h a b í a d a d o n o t i c i a e n l a Gaceta con muchos
elogios de aquél, y anunciando la historia que se haría y publicaría de este viaje. A pesar de los
a p u r o s del E r a r i o con m o t i v o de l a g u e r r a , se h a b í a n f r a n q u e a d o á M a l a s p i n a p o r el Ministerio l a s
considerables cantidades que había juzgado necesarias y pedido, para que n a d a faltase á la histo-
ria y su impresión, ni de utilidad, n i d e a d o r n o , n i aun d e m a g n i f i c e n c i a . S e h a b í a n , á p r o p u e s t a
s u y a , p r e m i a d o los Oficiales de la expedición; n o se h a b í a n olvidado los C a p e l l a n e s , Cirujanos y
d e m á s e m p l e a d o s d e ella; el m i s m o M a l a s p i n a h a b í a sido, s i n c o n s u l t a r l a a n t i g ü e d a d , promovido
al grado de Brigadier, y acababa de solicitar y obtener licencia p a r a p a s a r á Italia con circunstan-
cias que manifestaban la gracia en que se Hallaba.
Considerado m i estado, carácter y genio, podría acaso decirse que eran a ú n mayores las honras
q u e s e m e h a b í a n h e c h o . S i n q u e p r e c e d i e s e p r e t e n s i ó n m í a , d e s e o , n i aun p e n s a m i e n t o d e t a l d e s -
t i n o , s e m e p r o p u s o p o r el M i n i s t e r i o d e M a r i n a y n o m b r ó p o r el R e y , p a r a e s c r i b i r l a h i s t o r i a d e l
v i a j e d e M a l a s p i n a ; e m p r e s a l i t e r a r i a s u m a m e n t e difícil p o r la m u l t i t u d d e m a t e r i a s q u e h a b í a d e
abrazar, todas gravísimas y algunas bien distintas de mi profesión, y la m á s importante también y
de extraordinario honor, así por estas razones como por la espectación y ansia con que la aguar-
d a b a la E u r o p a sabia. L a expresión verdaderamente singular de la Real o r d e n d e 26 d e Julio
d e 1795, e n q u e s e m e e n c o m e n d ó l a c o m i s i ó n , e l s u e l d o y f a c u l t a d e s q u e p o r e l l a s e m e c o n c e d e n ,
y s o b r e t o d o , l a h o n r o s a a p r o b a c i ó n q u e e n 28 d e S e t i e m b r e s e s i r v i ó e l R e y d a r a l plan de la his-
toria que había presentado, autorizándome p a r a q u e , como yo proponía, pudiese escribir y entre-
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XI

gai- a l M i n i s t e r i o l a s Memorias secretas que e s t i m a s e n e c e s a r i a s p a r a el b u e n g o b i e r n o d e l a s A m é -


r i c a s , s o n y s e r á n p e r p e t u a m e n t e el t e s t i m o n i o m á s a l t o , n o s ó l o d e l a c o n f i a n z a q u e se t e n í a e n m i
l i t e r a t u r a , s i n o aun t o d a v í a d e m i p r u d e n c i a , d e m i a m o r á l a N a c i ó n y a l R e } ' , d e m i s conoci-
m i e n t o s p o l í t i c o s , y de l a r e c t i t u d , e x t e n s i ó n , s o l i d e z y p r o f u n d i d a d q u e con f u n d a m e n t o ó sin él, se
les a t r i b u í a . P o d í a n a ñ a d i r s e las públicas y no c o m u n e s señales de estimación con que m e distin-
g u í a n los E x c m o s . Sres. Príncipe de la P a z y D . Antonio V a l d é s , Ministros de E s t a d o y de M a r i n a .
¿ Q u é a n s i e d a d , p u e s , q u é p a s m o y aun q u é t e m o r n o d e b i e r o n m o v e r l a r e p e n t i n a p r i s i ó n de
t r e s p e r s o n a s d e e s t a c l a s e , el i m p e n e t r a b l e s e c r e t o d e l a s u m a r i a d e s p u é s , y finalmente, las gra-
v í s i m a s p e n a s q u e se les h a n i m p u e s t o ? Si h e m o s d e c r e e r á l a v o z p ú b l i c a , la M a t a l l a n a , d e s t e r r a d a
del R e i n o con la terrible condición de no p o d e r unirse á su m a r i d o en Venecia; Malaspina, privado
d e s u s g r a d o s y h o n o r e s y e n c e r r a d o e n el c a s t i l l o d e S a n A n t o n i o d e l a C o r u ñ a ; y o , s i n duda,
d e s t i n a d o á la c a s a de los T o r i b i o s de Sevilla h a s t a n u e v a orden.
X X X I V . — Y o t r a t a b a á M a l a s p i n a , y e s t e t r a t o , y el h a b e r m e p r o p u e s t o p a r a escribir l a His-
toria de su viaje, d e n o t a b a n confianza de aquél conmigo. Se h a querido decir también que mi tal
cual erudición se extendía á la política
X X X V . — S e m e hizo desde luego la p r e g u n t a de qué papeles suyos m e h a b í a dado á leer Ma-
l a s p i n a . R e s p o n d í s e ñ a l á n d o l o s : i . ° A l g u n a s m e m o r i a s s u e l t a s de s u v i a j e , el d i a r i o d e é s t e , y l o s
p l a n e s d e s u h i s t o r i a . 2.° U n a m e m o r i a s o b r e e l e s t a b l e c i m i e n t o i n g l é s d e B a h í a B o t á n i c a . 3 . 0
Un
t o m o de d i s e r t a c i o n e s s o b r e v a r i o s r a m o s de M a r i n a , q u e m e ofreció y n o llegó el c a s o de darme.
4. 0
U n p l a n de t r a t a d o de p a z con F r a n c i a . Y h a b i e n d o yo declarado que M a l a s p i n a m e h a b í a m a -
nifestado t a n t o s papeles suyos de materias físicas, económicas, políticas y de t a n varia literatura,
¿no r e c a í a , c o m o p o r n e c e s i d a d y l e g a l m e n t e , l a p r e g u n t a d e si m e h a b í a c o m u n i c a d o t a m b i é n a l -
g u n o s s o b r e el G o b i e r n o ó p a r a m u d a r el s i s t e m a d e l a c t u a l ?
X X X V I . — P o r q u e acaso no h a b r á ocasión de h a b l a r o t r a vez de los expresados papeles de Ma-
l a s p i n a , es m u y i m p o r t a n t e a ñ a d i r , q u e n i n g u n o d e los q u e m e confió e r a r e s e r v a d o , s i n o el t r a t a d o
de p a z con F r a n c i a , p u e s los d e m á s los t e n í a f r e c u e n t e m e n t e e n c i m a de la m e s a y p o d í a leerlos
cualquiera de los que e n t r a b a n en su c u a r t o . A d e m á s , á excepción del t o m o de disertaciones, los
otros papeles los h a b í a p r e s e n t a d o al Ministerio m u c h o t i e m p o había, y la m e m o r i a sobre Bahía
B o t á n i c a creo le oí decir q u e la h a b í a r e m i t i d o e s t a n d o en L i m a .
X X X V I I . — M e r e c e e s p e c i a l m e m o r i a el p l a n d e l t r a t a d o d e p a z c o n F r a n c i a . M a l a s p i n a lo h a -
b í a t r a b a j a d o y e n t r e g a d o a l M i n i s t e r i o e n D i c i e m b r e d e 1794, c u a n d o ni m e t r a t a b a , ni yo h a b í a
v e n i d o á A r a n j u e z , q u e n o lo h i c e h a s t a M a r z o del a ñ o s i g u i e n t e , q u e es decir q u e n o p u d e c o n c u -
r r i r á é l . P o r e n t o n c e s , p a r e c e q u e o c u l t ó e n t e r a m e n t e e l p l a n y s u p r e s e n t a c i ó n , aun de aquellos
de q u i e n e s t e n í a m á s c o n f i a n z a ; y en e f e c t o , y o n o oí h a b l a r á n a d i e d e s u s a m i g o s j a m á s del
tal plan.
H e c h a l a p a z , t u v e l a p r i m e r a n o t i c i a d e él p o r u n a i n s i n u a c i ó n d e l s e ñ o r P r í n c i p e d e l a P a z ,
q u e m e h i z o c o n o c e r el p l a n d e a q u e l l a q u e h a b í a p r e s e n t a d o M a l a s p i n a y l o s p r i n c i p i o s f a l s o s y
contrarios á los intereses y gloria de la Nación, sobre que giraba. Sorprendióme esta noticia, á que
contesté por p a l a b r a s g e n e r a l e s , p u e s no p o d í a de otra m a n e r a , p o r q u e n a d a sabía del tal plan;
p e r o i n m e d i a t a m e n t e , sin r e v e l a r el c o n d u c t o p o r d o n d e l a t e n í a , l a c o m u n i q u é a l C a p i t á n d e f r a -
g a t a D . L u i s M a r í a S a l a z a r , Oficial d e l a S e c r e t a r í a de M a r i n a , y á D . J u a n J a c o b o G a n h , Cónsul
general de Suecia en Cádiz, que estaban en San Ildefonso y t r a t a b a n m u c h o á Malaspina. A d m i -
r a m o s t o d o s la p o c a reflexión de é s t e e n h a b e r s e , sin n i n g u n a o r d e n y p o r sí m i s m o , i n t r o d u c i d o á
escribir en m a t e r i a t a n grave, secreta y delicada de E s t a d o ; pero n a d a le dijimos aunque poco
después pasó á aquel sitio.
V i n e y o e n p r i n c i p i o s d e O c t u b r e á M a d r i d , y e s p o n t á n e a m e n t e m e dio M a l a s p i n a á l e e r e l e x -
p r e s a d o p l a n y c o n t ó su p r e s e n t a c i ó n . P r e g u n t ó m e d e s p u é s s u d i c t a m e n sobre él, y le r e s p o n d í con
p a l a b r a s d e p u r a a t e n c i ó n y c o r t e s a n í a . P r o c u r é c o n t o d o , c o n a r t e , s a b e r d e él c ó m o h a b í a r e c i -
b i d o e l p l a n e l M i n i s t e r i o , y m e c o n t e s t ó q u e muy bien-, f u n d á n d o s e e n l o q u e d i j e e n m i declara-
ción, y no hace m u c h o h o n o r á sus conocimientos de corte. I n m e d i a t a m e n t e después de esta con-
versación vi á Ganh, á quien había ya también c o n f i a d o el p l a n d e M a l a s p i n a , y r e n o v a m o s l a
c e n s u r a de él, p a s m á n d o n o s de la o s a d í a de h a b e r l o p r e s e n t a d o .

§ 3. —-Los indicios que hubo de mi complicidad con Malaspina,


0
fueron levísimos, etc., etc.

VII.—TRATO. L a s p r e g u n t a s q u e s e m e h i c i e r o n s o b r e el o r i g e n y t i e m p o d e l m í o c o n Malas-
pina, y sobre t a n t a s p a r t i c u l a r i d a d e s m u y m e n u d a s y secretas de la vida p r i v a d a é interior de éste,
manifiestan que las personas que las extendieron suponían había entre los dos u n t r a t o antiguo,
XII INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

í n t i m o , familiarísimo, al cual n a d a se escondía r e c í p r o c a m e n t e . Se e n g a ñ a r o n sin duda en este


j u i c i o , y por mi declaración y por notoriedad, resultó la siguiente historia de mi t r a t o con M a l a s -
p i n a , su origen, progresos y estado al t i e m p o de la prisión.
M a l a s p i n a l l e g ó á C á d i z d e v u e l t a d e s u f a m o s a e x p e d i c i ó n e n J u l i o d e 1794, á cuya sazón me
h a l l a b a y o en a q u e l l a c i u d a d . N o le c o n o c í a a n t e s ni e n t o n c e s lo vi, h a s t a u n d í a e n q u e c o m i ó en
la casa en donde yo estaba h o s p e d a d o , y s e g u n d a vez en la del C o n d e de P r a s c a , á d o n d e también
comimos j u n t o s c a s u a l m e n t e . Hícele en u n a y otra ocasión m u c h a s p r e g u n t a s de curiosidad, y no
sé e n c u á l d e e l l a s m e p r e v i n o q u e m e e n s e ñ a r í a , c o m o así lo h i z o , u n a c o l e c c i ó n d e m o n e d a s de
Asia p a r a D . F r a n c i s c o de B r u n a , Oidor decano de la R e a l Audiencia de Sevilla, con honores
a h o r a del C o n s e j o y C á m a r a . N o le visité, n o s u p e d ó n d e vivía, ni le volví á v e r ni s a b e r de él,
h a s t a q u e e n M a r z o d e l a ñ o s i g u i e n t e d e 1795, h a b i e n d o yo v e n i d o á A r a n j u e z , lo h a l l é e n e s t e sitio
y lo t r a t é o t r a vez en las c a s a s del Sr. Valdés, Ministro entonces de Marina, y de D . J u a n Ja-
cobo G a n h .
E n la de éste se j u n t a b a n varias gentes por las m a ñ a n a s á conversación, y entre ellas M a l a s -
p i n a y yo, y l a s m i s m a s y o t r a s n o s u n í a m o s p o r la t a r d e p a r a el p a s e o , y l a s m á s n o c h e s en la t e r -
t u l i a d e l S r . V a l d é s . D u d o si m e v i s i t ó M a l a s p i n a e n e s t a j o r n a d a ; y o l o v i s i t é a l g u n a s v e c e s , y
a u n q u e , p o r q u e debe hacerse j u s t i c i a á t o d o s , y m á s al desgraciado, los m o d a l e s de M a l a s p i n a , la
variedad y amenidad de su erudición, sus costumbres y otras circunstancias, hacían su trato muy
a p r e c i a b l e , yo n o m e d i s t i n g u í en él, ni el m i ó llegó j a m á s á l a f r e c u e n c i a é i n t i m i d a d q u e t e n í a y
era público, con m u c h a s p e r s o n a s de las m á s altas de la corte.
V í n e m e á Madrid, y no obstante que estaba ya h e c h a por M a l a s p i n a la p r o p u e s t a y admitida
p o r m í l a c o m i s i ó n d e e s c r i b i r l a h i s t o r i a d e s u v i a j e , m e v i s i t ó s ó l o u n a v e z , y y o á él c u a t r o ó
c i n c o c o n m o t i v o d e l p a s e o d e l R e t i r o , á d o n d e í b a m o s p o r l a t a r d e v a r i o s a m i g o s , y p a r a el cual
e r a c a m i n o l a c a s a e n q u e e s t a b a h o s p e d a d o M a l a s p i n a , á s a b e r , l a d e l P r í n c i p e d e M o n f o r t e , a l fin
d e la calle de Alcalá.
E n fines d e J u l i o m a r c h é y o á S a n I l d e f o n s o , á d o n d e p a s ó t a m b i é n M a l a s p i n a p a r a el d í a d e
San Luis. N o m e visitó; nos vimos algunas tardes en el p a s e o , y por la n o c h e en la tertulia
del Sr. Valdés.
V o l v i ó s e e n p r i n c i p i o s d e S e t i e m b r e á M a d r i d , y y o l o h i c e e n 24 d e l m i s m o . N o m e v i s i t ó t a m -
p o c o , y yo le visité d o s veces p a r a h a b l a r de los d o c u m e n t o s de la h i s t o r i a y de la colección célebre
d e los pertenecientes á Indias, que h a j u n t a d o y posee D . Manuel Pérez, del Consejo de éstas.
P a r t í e n 6 d e O c t u b r e á A n d a l u c í a , y n i él m e e s c r i b i ó n i y o l e e s c r i b í , a u n q u e l o h i c e á casi
t o d o s los a m i g o s de la corte. Volví en 7 de N o v i e m b r e al E s c o r i a l , en donde e s t a b a M a l a s p i n a , y
n o m e hizo visita, y yo le hice sola u n a citado p o r él, en la c u a l t r a t a m o s : i.° D e la Memoria de
s u v i a j e , s o b r e el p l a n d e c u y a h i s t o r i a m e e n t i e g ó u n a l a r g u í s i m a c a r t a , c o n f e c h a d e 3 d e Octu-
b r e . 2. 0
D e l m o d o d e r e c o g e r y a p r o v e c h a r l a c o l e c c i ó n d e P é r e z . 3. 0
De u n a pretensión á favor de
los Cirujanos de la expedición que seguía, y de la cual m e h a b í a n h a b l a d o los i n t e r e s a d o s en
Cádiz.
. L a s m á s tardes nos p a s e á b a m o s j u n t o s con otros amigos, dándonos frecuentemente Malaspina
q u e j a s d e q u e , a u n q u e s u p o s a d a e s t a b a a l p a s o , j a m á s l e a v i s á b a m o s n i aun por una seña para
q u e b a j a s e , y t e n í a s i e m p r e q u e b u s c a r n o s en o t r a p a r t e ; y si c u a n d o l l e g a b a h a b í a m o s salido, c o m o
s u c e d i ó a l g u n a s v e c e s , se q u e d a b a sin c o m p a ñ í a p a r a el p a s e o . C o m i m o s d o s v e c e s j u n t o s con o t r a s
g e n t e s y u n a d e é s t a s f u é e n el d í a 18 d e N o v i e m b r e , e n q u e t o m a m o s e n s u p o s a d a e l c o c h e y
n o s v i n i m o s á M a d r i d , e n d o n d e e l 22 d e l m i s m o , á p r e s e n c i a d e s u s c r i a d o s y o t r o s , m e entregó
l o s d o c u m e n t o s p a r a l a h i s t o r i a , y el 23 f u i m o s p r e s o s .
L V I I I . — T é n g a s e presente, que desde Mayo m e habló Malaspina p a r a la Comisión; que en J u n i o
se hizo la p r o p u e s t a formal; que en Julio se expidió la R e a l orden de m i n o m b r a m i e n t o ; que aquél
se m a r c h a b a á Italia; q u e e r a preciso q u e a n t e s m e e n t r e g a s e los m u c h o s y v a r i o s documentos
originales de la historia y q u e m e i n s t r u y e s e de p a l a b r a de u n a m u l t i t u d de h e c h o s y c i r c u n s t a n -
cias, que por los papeles, ó no podía e n t e n d e r ó e n t e n d e r í a con m u c h o t r a b a j o é i m p e r f e c t a m e n t e ;
en s u m a , que la comisión de escribir u n viaje que a b r a z a b a t a n t o s y t a n diversos r a m o s y conoci-
m i e n t o s , y del cual h a b í a sido C o m a n d a n t e Malaspina, pedía, p o r necesidad, p a r a d e s e m p e ñ a r s e ,
m u c h a s conferencias privadas con aquél y un trato grande, continuo, íntimo y reservado. L a R e a l
o r d e n , a t e n d i e n d o á e s t a s c o n s i d e r a c i o n e s , m e lo e n c o m e n d ó e x p r e s a m e n t e c o n l a s p a l a b r a s e n c a -
r e c i d a s q u e s i g u e n : « C o n e s t a f e c h a ( l a d e 26 d e J u l i o d e 95) d o y e l c o r r e s p o n d i e n t e a v i s o á Don
«Alejandro Malaspina, y le p r e v e n g o q u e a c o r d á n d o s e V . R . c o n él, le e n t r e g u e lo q u e s o b r e l a
« m a t e r i a t i e n e y a t r a b a j a d o , y l e entere d e e l l o p a r a s u g o b i e r n o , y e n a d e l a n t e irá suministrando
»á V. R. los materiales que haya juntado, según las órdenes, agregando á ellos lo que le dicten sus distin-
»guidos conocimientos, al mis completo logro del objeto.))
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XIII

No hubo con todo n a d a de esto. (Las conferencias íntimas y privadas que pudo y debió haber
p a r a cumplir su orden). Dios, por su admirable providencia, dispuso que, haciendo yo violencia á
m i carácter, no tuviese n i n g u n a j u n t a secreta con M a l a s p i n a , f a l t a n d o en cierto m o d o al d e s e m p e ñ o
d e l a c o m i s i ó n . N o e s t u v i m o s , p u e s , encerrados u n a s o l a v e z ; no escribimos; no hicimos apuntaciones;
no hablamos jamás reservadamente.
L X . — Y q u e se h a p e n s a d o así ( q u e la p r o p u e s t a de M a l a s p i n a p a r a la c o m i s i ó n es indicio de
d e l i t o ) , lo d i c e n m a n i f i e s t a m e n t e l a s dos r a r í s i m a s p r e g u n t a s q u e se m e h i c i e r o n , d e «quién m e h a -
bía p r o p u e s t o al R e y p a r a escribir la historia del viaje y p o r qué m e h a b í a S. M. n o m b r a d o para
esta comisión.» Se vé q u e n a d i e como S. M. p u e d e e s t a r instruido de estos dos h e c h o s ; yo, sin
e m b a r g o , contesté sencillamente las p r e g u n t a s con las p a l a b r a s de la R e a l orden, que dice: «que á
p r o p u e s t a de M a l a s p i n a , y p o r la confianza q u e el R e y t i e n e en m i l i t e r a t u r a »
H a b í a M a l a s p i n a escogido varios Oficiales de la R e a l A r m a d a y otros p r o f e s o r e s p a r a q u e t r a -
b a j a s e n en los m u c h o s y dificultosísimos r a m o s á que h a b í a de e x t e n d e r s e la historia; velaba ince-
s a n t e m e n t e sobre t o d o s , y a u n dos Oficiales le e s c r i b í a n dentro de su casa desde la primavera
a n t e r i o r ; ú l t i m a m e n t e h a b í a y a p r o p u e s t o al R e y p a r a q u e d u r a n t e el v i a j e q u e iba á h a c e r á I t a l i a ,
q u e d a s e e n s u l u g a r el C a p i t á n d e F r a g a t a D . C i r í a c o C e v a l l o s , m u y d i g n o d e e s t e c a r g o p o r s u s
talentos
L X I . — L a s m i s m a s circunstancias particulares que sobrevinieron en mi propuesta y cuanto ha
seguido á ella, m u e s t r a m i inocencia a ú n sobre los d e m á s . Yo vine á A r a n j u e z . M a l a s p i n a había
l e í d o a l g u n o s papelejos m í o s impresos y oído á p e r s o n a s que m e eran apasionadas; preocupóse y n o
s e d e s e n g a ñ ó c o n m i t r a t o : o c u r r i ó s e l e el e x t r a ñ í s i m o p e n s a m i e n t o d e q u e r e v i s a s e y c o r r i g i e s e las
M e m o r i a s que h a b í a escrito de su viaje: m a n i f e s t ó l o a n t e s q u e á m í á varios; se lo a p r o b a r o n y ce-
l e b r a r o n ; m e lo declaró á m í y m e q u e d é a t ó n i t o ; m i a g r a d e c i m i e n t o , origen de c u a n t o h e p a d e c i d o
e n m i v i d a , m e r e p r e s e n t ó c o m o u n a o b l i g a c i ó n n o n e g a r m e á p r o p u e s t a t a n h o n r o s a e n sí misma
y e n el m o d o con q u e se h a c í a : a l g u n o s a m i g o s m e d i s u a d í a n su a d m i s i ó n p o r r a z o n e s h a r t o g r a v e s ,
q u e a c a s o h u b i e r a n h e c h o i m p r e s i ó n e n o t r o , p e r o q u e n o l a h i c i e r o n e n m í ; y d i a l fin, el funesto y
triste sí q u e m e h a t r a í d o t a n t o s y t a n h o r r i b l e s m a l e s . N a d a h u b o e n t o d o e s t o d e m i s t e r i o s o n i r e -
s e r v a d o e n t r e m í y M a l a s p i n a . E s t á n vivos los Oficiales de la S e c r e t a r í a de M a r i n a y o t r a s p e r s o -
n a s q u e c o n c u r r i e r o n á ello, lo s u p i e r o n y p u e d e n d e p o n e r d e s u v e r d a d y p u b l i c i d a d .
A las primeras conversaciones penetró Malaspina que no conveníamos en algunas ideas políticas;
y esto le inspiró desconfianza de m í , q u e se d e s c u b r e con claridad en e s q u e l a s u y a q u e e s t á en a u t o s
y l a c u a l s e c o n f i r m ó c u a n d o s u p o d e oficio q u e y o h a b í a p r e s e n t a d o , y el R e y s e h a b í a dignado
aprobar, p l a n p a r a la H i s t o r i a que en m u c h o s p u n t o s era d e r e c h a m e n t e opuesto á los f o r m a d o s y
e n t r e g a d o s a l M i n i s t e r i o p o r él
L X I I . — S u p o M a l a s p i n a lo a n t e r i o r q u e yo h a b í a obrado en la comisión, p e r o i g n o r a a c a s o o t r a s
cosas que hice t a m b i é n y que, á h a b e r tenido noticia de ellas, h u b i e r a n sido m a y o r e s y m á s fun-
d a d a s sus desconfianzas conmigo. C u a n d o se m e hizo la propuesta, h a b í a ya obligación gravísima
en m í de m o s t r a r todo respeto y deferencia al E x c m o . Sr. P r í n c i p e de la P a z y no p o d í a con h o n o r
a d m i t i r l a sin su expreso b e n e p l á c i t o . S e la m a n i f e s t é , p u e s ; la celebró m u c h o ; i n s i n u ó no le a g r a -
d a b a e l m o d o d e p e n s a r d e M a l a s p i n a , q u e l e h a c í a e s t a r c u i d a d o s o s o b r e e s t a h i s t o r i a p o r el i n -
t e r é s g e n e r a l q u e e n e l l a t e n í a el E s t a d o : m e h o n r ó d i c i é n d o m e q u e m i n o m b r a m i e n t o l o l i b r a b a
e n t e r a m e n t e d e a q u e l c u i d a d o y m e m a n d ó a d m i t i r l a y q u e a v i s a s e lo q u e o c u r r i e s e .
E n cumplimiento de este encargo, previne que se h a b í a n facilitado á Malaspina, por la Secre-
taría de Gracia y Justicia y de Hacienda sus archivos y se'tomó providencia. Remití después copias
d e m i p l a n d e 20 d e S e t i e m b r e y d e l a R e a l a p r o b a c i ó n d e 28, y e l s e ñ o r P r í n c i p e d e l a P a z m e c o n -
t e s t ó a l a b a n d o m i c e l o . F i n a l m e n t e , a l d e s p e d i r m e d e S . E . e n el E s c o r i a l e n 17 d e N o v i e m b r e , l e
r e n o v é m i s p r o t e s t a s de r e s p e t o y volví á r e c l a m a r s u a l t a p r o t e c c i ó n p a r a el feliz éxito del t r a b a j o
q u e i b a á e m p r e n d e r , l o q u e r e p e t í e n c a r t a d e 20 d e l m i s m o , e s t o e s , t r e s d í a s a n t e s d e m i p r i s i ó n .

L X V . — L a h o r a escogida p a r a l a visita al c o n f e s o r del R e y e r a l a de b e b e r y c o n v e r s a c i ó n , nó


la m á s á propósito p a r a t r a t a r a s u n t o s reservados.
L X V I . — L a t a r d e en c u y a n o c h e hizo M a l a s p i n a su s e g u n d a visita al c o n f e s o r del R e y , m e p r e -
g u n t ó e n el p a s e o d e l a n t e d e t o d o s si iría en aquella noche á despedirme de la tal persona. L e respondí
con incertidumbre.
E n l a p r i m e r a visita, a c a b a d o el p a s e o , n o s e s p e r a m o s u n i d o s en la L o n j a del Escorial p a r a
hacer hora de aquélla; nos s e p a r a m o s después del paseo en esta segunda, testimonio evidente de
que no estábamos conformes en hacerla aquella noche j u n t o s .
L X V I I I . — P e r o lo q u e d e j a t o d o en s u m a c l a r i d a d es lo q u e m e s u c e d i ó á m í con l a t a l p e r s o n a
( e l c o n f e s o r d e l R e y ) e n el m a r t e s 17 d e N o v i e m b r e , e n q u e l o v i s i t é p a r a t o m a r s u s ó r d e n e s .
XIV INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

g 4. —Pruébase que no ha habido en mí ninguna complicidad criminal


0
con Malaspina.

L X X I . — L a n a t u r a l e z a de los m i s m o s p r o y e c t o s ofrece la p r i m e r a reflexión. A m í n o se m e h a n


m o s t r a d o ni a u n d a d o idea c l a r a de ellos; p e r o por las p r e g u n t a s que se m e h a n h e c h o , c o n j e t u r o y
c a s i n o m e q u e d a d u d a e n q u e el designio d e M a l a s p i n a e r a que se mudase t o d o el M i n i s t e r i o , y q u e
había escogido como medio p a r a conseguir esta mudanza, persuadir al R e y , que de p e r m a n e c e r
aquél, corrían peligro las preciosísimas vidas de S. M. y de la R e i n a N u e s t r a Señora, y con ellas la
M o n a r q u í a , á fin d e q u e a s u s t a d a s u r e l i g i o s a c o n c i e n c i a i m p i d i e s e e s t o s h o r r i b l e s m a l e s e n l a des-
gracia y entera separación del Ministerio actual. E x t r e m e c e sólo el decir q u e h a y a n p o d i d o c o n c e b i r s e
ideas tan abominables, etc., etc.
L X X I I . — P e r o aún hay todavía más: lejos de tener esta (confianza) M a l a s p i n a conmigo, ni de
h a b e r c o n t r a í d o e n a q u e l p o c o t r a t o a l g u n a a m i s t a d , d e s d e el p r i n c i p i o d e él m e m i r ó c o n d e c l a r a -
d a desconfianza, que creció en vez de acabarse, y se fué haciendo c a d a d í a m a y o r h a s t a el d e l a
p r i s i ó n . V e á m o s l o p o r el o r d e n d e l o s t i e m p o s .
Marzoy Abril de 1795. Había precedido habernos visto c a s u a l m e n t e dos de las veces en Cádiz,
y e n A r a n j u e z n o h a b í a m á s q u e l a c o n c u r r e n c i a g e n e r a l y c o m ú n a l p a s e o 3' c a s a s d e l S r . V a l d é s
y de G a n h .
Mayo, Junio y Julio. U n suceso de este t i e m p o descubre la confianza que podría h a b e r entre m í
y M a l a s p i n a , m i carácter, y la r e s i s t e n c i a y estorbos q u e ofrecía éste á la c o m u n i c a c i ó n de los p r o -
yectos.
M a l a s p i n a m e d i o á l e e r a l g u n a s Memorias s u e l t a s d e s u v i a j e p a r a q u e i n g e n u a m e n t e l e d i j e s e si,
como estaban, podrían imprimirse. No faltó alguno de sus amigos que m e aconsejó disimulase ó t e m -
p l a s e m i d i c t a m e n , y n o h i r i e s e el a m o r p r o p i o d e a q u é l . N i m i c a r á c t e r , n i el h o n o r d e l a N a c i ó n ,
ni aun del Rey, que yo creía interesados en la publicación de aquellas Memorias, permitieron que
siguiese este c o n s e j o . D i j e l e a b i e r t a m e n t e q u e yo podía e n g a ñ a r m e ; pero q u e m i juicio del m é r i t o
d e s u s Memorias era que, como tales ó documentos p a r a la H i s t o r i a , lo t e n í a n n o c o m ú n , m a s que
n o e r a n verdaderamente historia, ni c o n v e n í a que se i m p r i m i e s e sin d a r l e s otro orden, claridad y estilo.
Algo sorprendió á Malaspina la franqueza ó sea d u r e z a de este parecer
L X X I I I . — M a l a s p i n a m e h a b í a p r o p u e s t o p a r a censor d e s u o b r a s o l a m e n t e , ó c o m o u n s u b a l -
terno que t r a b a j a s e bajo su dirección. E l R e y n o t u v o á bien c o n f o r m a r s e con su p r o p u e s t a y m e
n o m b r ó redactor principal y sin dependencia. Conocí, desde luego, cuan temible había de serle esta
m u d a n z a y q u e acaso la a t r i b u i r í a á m a n e j o m í o , q u e c i e r t a m e n t e no h u b o , y así m e esforcé á t e m -
p l a r su queja, escribiéndole que ya t e n í a otro subalterno de quien disponer. E n respuesta, m e dice
a b i e r t a m e n t e q u e el s u b a l t e r n o lo es él, y q u e y o h e q u e d a d o j e f e . E n t r e m i s p a p e l e s se hallará
esta esquela, que manifiesta con toda cortesía, pero con no menos claridad su resentimiento.
LXXIV.—Creció é s t e y s u d e s c o n f i a n z a e n Agosto, Setiembre, Octubre y Noviembre. Una es-
quela s u y a de este t i e m p o , que se puso en a u t o s , descubre aquéllos con s u m a evidencia. Me dice,
en ella q u e m e h a b í a escrito o t r a con cosas h a r t o g r a v e s (no recibí ésta); q u e a c a b e de manifes-
t a r l e m i s i d e a s , p o r q u e si n o m e h e d e c o n f o r m a r y s e g u i r l a s s u y a s , m á s b i e n q u e c o n c u r r i r á l a
h i s t o r i a , s e e c h a r á á e s c r i t o r d e l Diario, y usa otras expresiones que indican evidentemente que no
se a s e g u r a b a de m i m o d o d e p e n s a r , q u e t e m í a q u e e r a o p u e s t o al s u y o , y q u e e s t e t e m o r lo t e n í a
en cuidado y desconfianza.
L X X V . — C o n f i r m ó s e é s t a y l l e g ó a l m á s a l t o g r a d o , c u a n d o e n fin d e S e t i e m b r e s e l e p a s ó d e
oficio c o p i a d e l a R e a l o r d e n d e 28 d e l m i s m o , e n q u e l e a p r o b a b a el p l a n d e l a h i s t o r i a q u e y o h a -
b í a p r e s e n t a d o c o n f e c h a d e 20. V e í a e n e f e c t o u n p l a n c o n t r a r i o á l o s d o s q u e él h a b í a dispuesto
y e n t r e g a d o al Ministerio m u c h o t i e m p o a n t e s ; q u e lo h a b í a yo f o r m a d o y p r e s e n t a d o sin acuerdo
n i l a m e n o r n o t i c i a s u y a ; q u e s e h a b í a a p r o b a d o s i n q u e él i n f o r m a s e ; q u e s e m e m a n d a b a e s c r i b i r l a
h i s t o r i a c o n a r r e g l o á l o q u e p r o p o n í a , y q u e d e él n o s e h a b l a b a n i s e l e c o m u n i c a b a s i n o p a r a s u
inteligencia y gobierno. ¡Cuántos y cuan graves motivos de dolor y queja!
A g r e g ó s e á e s t o , el q u e c u a n d o r e c i b i ó e s t a R e a l o r d e n t r a b a j a b a u n a l a r g a c a r t a p a r a q u e m e
s i r v i e s e d e p l a n ; q u e el d í a a n t e s d e r e c i b i r a q u é l l a , m e h a b í a l e í d o g r a n d e s r e t a z o s d e e s t a c a r t a
y yo ni a u n le había, i n s i n u a d o el p l a n q u e h a b í a p r o p u e s t o en la Secretaría, y cuya aprobación
presumiría, y n o se e n g a ñ a b a , que yo sabía, p u e s acababa de llegar del Sitio. L o vi, é hice,
p u e s , el m a y o r e m p e ñ o e n s a t i s f a c e r l o ; l e m o s t r é el b o r r a d o r d e m i p l a n , l a s r a z o n e s s ó l i d a s en
q u e l o f u n d a b a y l o s e l o g i o s q u e e n el m i s m o h a c í a d e s u t r a b a j o y c e l o ; l e p e d í c o n t i n u a s e y a c a -
base su carta, c u y a s a d v e r t e n c i a s m e serían m u y p r o v e c h o s a s y leería s i e m p r e con agradecimiento
y con respeto; p e r o por m á s q u e doré la p i l d o r a , no p u d e q u i t a r l e la a m a r g u r a q u e t e n í a v e r d a d e - .
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XV

r a m e n t e y c u y o s e f e c t o s f u e r o n : i . ° C o r t a r l a c a r t a e n el e s t a d o e n q u e s e h a l l a b a , e x p r e s a n d o s i n
d i s i m u l o lo h a c í a p o r q u e j u z g a b a i n ú t i l c o n t i n u a r l a , p u e s m i p l a n a p r o b a d o y a , m a n i f e s t a b a n o e s -
t á b a m o s c o n f o r m e s e n l a i d e a s . 2° No e n t r e g á r m e l a , sino dirigirla á la Secretaría de M a r i n a y so-
l i c i t a r q u e s e m e c o m u n i c a s e d e oficio p a r a o b l i g a r m e p o r e s t a m a n e r a i n d i r e c t a á a d o p t a r y s e g u i r
sus principios y máximas.
T r a b a j ó e n e s t o t o d o el m e s d e O c t u b r e q u e e s t u v e y o e n A n d a l u c í a ; p e r o c o m o n a d a hubiese
c o n s e g u i d o , m e e n t r e g ó a l fin d i c h a c a r t a c o n f e c h a 23 O c t u b r e , á m i v u e l t a d e l E s c o r i a l e n el d í a
d e N o v i e m b r e , q u e e s t a r á d e m i l e t r a a l fin d e e l l a . A d v i e r t o q u e e s t a n o t a , q u e a c a s o p a r e c e r á
i n ú t i l , y l a c o n s e r v a c i ó n d e l a s c a r t a s y aun d e l a s e s q u e l i t a s d e M a l a s p i n a , t e n í a p o r fin d e p a r t e
m í a , el q u e c o n s t a s e en t o d o t i e m p o , n o s ó l o d e m i c o r r e s p o n d e n c i a literaria con aquél, sino aun
de las m á s p e q u e ñ a s circunstancias de la privada nuestra; prevención que creí merecería m u y bien
l a i m p o r t a n c i a de la o b r a de q u e e s t á b a m o s e n c a r g a d o s , y el t e m o r d e q u e p o d r í a interrumpirse
nuestra buena harmonía.
LXXVII.—Pero busquemos y a p r u e b a s de m i inocencia en h e c h o s m á s públicos, d a n d o , en
e f e c t o , m u c h a s y m u y e f i c a c e s el t r a t o y c o n v e r s a c i o n e s d e l a s demás personas que nos acompañaban.
C u a l q u i e r a q u e h a y a o b s e r v a d o con a t e n c i ó n la I t a l i a m o d e r n a , ó en el t r a t o con s u s n a c i o n a l e s
ó e n s u s h i s t o r i a d o r e s , h a b r á de convenir en que u n o de los vestigios m á s claros q u e c o n s e r v a n del
a n t i g u o d o m i n i o del m u n d o que g o z a r o n , es la v i o l e n t í s i m a p r o p e n s i ó n que los a r r a s t r a al e s t u d i o de
l a p o l í t i c a y d e l g o b i e r n o q u e c o n v i e n e á l o s d e m á s p u e b l o s , y aun á t o m a r p a r t e en sus acaeci-
m i e n t o s y r e v o l u c i o n e s . A d m i r a el a r d o r c o n q u e , aun en su situación actual (escribíase esto en
D i c i e m b r e d e 1796) hablan d é l o s intereses de las naciones grandes, de sus leyes y medios de a u m e n -
t a r s u p o d e r ; l o s p a r t i d o s q u e f o r m a n y aun el f u r o r con q u e d i s p u t a n á p e s a r de su a p a r e n t e y
estudiada flema. Observándolos yo con pasmo, m e pareció, m á s de u n a vez, que no discurrían con
m á s empeño y calor de aquellos p u n t o s de política, en el A u g u s t o S e n a d o d e R o m a , l o s m i s m o s
Silas, Antonios, Marcelos, Flavios, Pompeyos y Césares cuando verdaderamente gobernaban desde
allí el U n i v e r s o y e r a n s u s s e ñ o r e s y q u i z á s su a z o t e .
M a l a s p i n a e s t a b a d o m i n a d o s u m a m e n t e d e e s t e p r u r i t o p o l í t i c o d e s u p a í s ; s u l i t e r a t u r a le h a b í a
d a d o g r a n a u m e n t o ; e l v i a j e y l a f a c i l i d a d y aun o r d e n q u e t u v o p a r a r e c o g e r e n él l o s p a p e l e s m á s
ú t i l e s y aun l o s m á s r e s e r v a d o s p e r t e n e c i e n t e s a l c o m e r c i o , f r u t o s , c u l t i v o y s i s t e m a d e g o b i e r n o
d e n u e s t r a s I n d i a s , c o n v i r t i ó y d e t e r m i n ó e n él e s t e e s t u d i o g e n e r a l d e l a p o l í t i c a á l a particular
que convenía á aquéllas, y creció después h a s t a parecer como u n a especie de m a n í a . E l ejemplo de
l a s o t r a s n a c i o n e s ; l a l e c c i ó n d e t a n t o s c o m o m o d e r n a m e n t e , s i n c o m i s i ó n y aun c o n t r a l a v o l u n t a d
d e M i n e r v a , s e h a n t o m a d o el a l t o y d i f i c u l t o s í s i m o oficio d e l e g i s l a d o r e s d e l m u n d o ; e l superficial
c o n o c i m i e n t o d e l a h i s t o r i a d e n u e s t r a s I n d i a s , d e l o r i g e n , m o t i v o y o c u l t o s fines d e m u c h a s d e s u s
l e y e s , y q u i z á t a m b i é n el d e s e o d e a d q u i r i r u n a g l o r i a , ó s e a c e l e b r i d a d , s e m e j a n t e á la b u e n a ó
mala de que ciertas gentes h a n encubierto al Abate R a y n a l y á otros eternos habladores como él,
i n s p i r a r o n á M a l a s p i n a a l g u n a s i d e a s s o b r e l a l e g i s l a c i ó n o p o r t u n a p a r a n u e s t r a s A m é r i c a s , q u e él
c r e í a , sin d u d a , s ó l i d a s y p r o v e c h o s a s , c o m o lo c o n v e n c e n l a m i s m a p u b l i c i d a d con q u e l a s e s p a r c í a
y la confianza con que las h a dirigido al Ministerio; pero que en la verdad eran de utilidad m u y
d u d o s a , y aun s i n t e m e r i d a d s e p u e d e p r o n o s t i c a r q u e , e s t a b l e c i d a s , ó d e s t r u i r í a n aquellas pose-
s i o n e s , ó t u r b a r í a n , si n o a c a b a b a n d e l t o d o , el j u s t o i m p e r i o d e E s p a ñ a s o b r e e l l a s .
E s t a , pues, insanable comezón política de Malaspina hacía que apenas podía moverse en su
p r e s e n c i a , c o n v e r s a c i ó n q u e , ó d e r e c h a m e n t e ó c o n a r t e , 110 l a t r a j e s e al comeixio, industria, r e l a -
ciones de los p u e b l o s e n t r e sí, y d e m á s r a m o s de la legislación, con la aplicación de t o d o esto á las
A m é r i c a s . L o e x ó t i c o d e a l g u n a s d e s u s i d e a s , y aun d e l a s e x p r e s i o n e s c o n q u e l a s manifestaba,
p o r q u e á l a v e r d a d , n o p o s e í a el i d i o m a e s p a ñ o l c o n l a p e r f e c c i ó n q u e él s e h a b í a p e r s u a d i d o , le
hicieron un lenguaje propio suyo, y m u y extraordinario por no decir m á s . I m i t á b a m o s l o aun á s u
p r e s e n c i a l o s d e m á s b u r l o n a m e n t e y c o n el u s o d e l a s s o n o r a s p a l a b r a s intereses sociales y coloniales; de
establecimientos, ora mineros, ora agricultores, ora comerciantes, y otras de esta especie, mostrábamos,
y yo acaso m á s que t o d o s , n u e s t r a d e s a p r o b a c i ó n , y qué sé yo qué m á s de a q u e l l a s ideas y p o l í t i c a
e x t r a v a g a n t e s . P u e d e n d e p o n e r e n e s t a v e r d a d el B r i g a d i e r D . J o s é B u s t a m a n t e y G u e r r a , s e g u n d o
C o m a n d a n t e del viaje; los C a p i t a n e s de navio D . Alberto Sesma y D . Dionisio Galiano, el Ca-
p i t á n d e f r a g a t a D . L u i s M a r í a S a l a z a r , el T e n i e n t e d e n a v i o D . J o s é C o n n o k , D . Juan Jacobo
Ganh, y cuantos concurrían á nuestros paseos y tertulia, y además D . Francisco Saavedra, del
Consejo de G u e r r a , á quien hablé yo de esto por la experiencia y profundos conocimientos que
tiene de las A m é r i c a s .
E n m i d e c l a r a c i ó n h i c e e s p e c i a l m e m o r i a , y aun d i j e d e s e a b a q u e s e c o n s e r v a s e y r e c o g i e s e u n a c a r t a
que h a b í a yo escrito á S a l a z a r t r e s días a n t e s de mi prisión, en la cual r e m e d a b a este estilo m e -
dio a r a b e s c o de M a l a s p i n a , y d e s c u b r í a e n t r e l a s b u r l a s m i n i n g ú n a p r e c i o p o r su s i s t e m a político
XVI INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

Imposibilidad moral de que Malaspina me comunicase sus proyectos; necesidad moral


de que, comunicados, yo los reprobase y solicitase que no tuviesen ejecución.

L X X X V . — M a l a s p i n a t e n í a t o d a la reserva, cautela, disimulación, por no decir doblez, p r o p i a s ,


del país en que nació. L o s talentos, la educación, la lección, el c o n o c i m i e n t o y e x p e r i e n c i a del
m u n d o y de las cortes, h a b í a n perfeccionado y llevado en el m á s a l t o p u n t o a q u e l l a s calidades.
B a s t a v e r l o s p r o g r e s o s q u e h a h e c h o e n s u c a r r e r a y l a r a p i d e z d e e l l o s ; el a r t e c o n q u e h a a p r o -
vechado ó buscado, como dirían sus émulos, las ocasiones de adelantarse; y finalmente, la buena
h a r m o n í a y s u b o r d i n a c i ó n que m a n t u v o en los b u q u e s de su m a n d o en su largo y p e n o s o viaje, p a r a
persuadirse á que M a l a s p i n a sobresalía en p r u d e n c i a política, en esta ciencia dificultosísima que al-
c a n z a n t a n pocos, y que pide t a n t o tino y discernimiento de conocer los h o m b r e s , su carácter, vir-
t u d e s , p a s i o n e s , i n c l i n a c i o n e s y aun v i c i o s , a p l i c a r l o s á l o s d e s t i n o s m á s a n á l o g o s á a q u é l l a s , m a n e -
j a r l o s , m o v e r l o s y aun d o b l a r l o s a l fin q u e s e d e s e a y s a c a r d e e l l o s t o d o el p a r t i d o p o s i b l e .
( E l P a d r e Gil h a c e la p i n t u r a de su carácter, e n t e r a m e n t e o p u e s t o al de M a l a s p i n a ) .
Malaspina había conocido tan perfectamente este carácter mío, que hizo la descripción más
c a b a l d e él e n u n a s o l a p a l a b r a . E s el c a s o q u e él y l o s d e m á s q u i s i e r o n s o s p e c h a r q u e y o tendría
p r o n t a m e n t e d e s t i n o , y t e m i e r o n q u e n o m e e n c a r g a r í a d e l a c o m i s i ó n , ó q u e , aun cuando la ad-
mitiese, no concluiría la obra. Malaspina detuvo algún tiempo la propuesta por estos temores, y
m e e s t r e c h ó m u c h a s veces á q u e lo d e s e n g a ñ a s e c o n i n g e n u i d a d . D í j e l e q u e l a s s o s p e c h a s s u y a s y
d e los d e m á s c a r e c í a n d e t o d o f u n d a m e n t o ; p e r o q u e lo t u v i e s e n ó n o , y a u n q u e se verificase lo q u e
sospechaban, dada mi palabra, como la daba, de e n c o m e n d a r m e de la historia del viaje, n i n g ú n
i n t e r é s , n i n g ú n h o n o r , n i n g ú n d e s t i n o q u e se m e p r o p u s i e s e p o d r í a h a c e r q u e n o lo a c a b a s e .
S i n e m b a r g o , a ú n h i z o l a p r o p u e s t a c o n d u d a ó m i e d o d e si l a a d m i t i r í a ; l a a d m i t í y e n r e s -
puesta, entre otras chanzas, m e da este título, que no había usado antes ni usó j a m á s después:
Citoyen noir, c u y o e s p í r i t u y m o t i v o d e él n o h a b r á q u i e n n o p e n e t r e .
X C . — N i olvidaré tampoco, la singular con que continuó honrándome su m u y digno sucesor
(de V a l d é s ) en el M i n i s t e r i o d e M a r i n a , D . P e d r o de V á r e l a . E s t á n s e l l a d a s en m i e s p í r i t u las p a -
l a b r a s c o n q u e s u c o r t e s a n í a y a f e c t o , p a r a e s t i m u l a r m e s i n d u d a el d e s e m p e ñ o d e l a c o m i s i ó n , me
h a b l ó a l d e s p e d i r m e e n e l E s c o r i a l e n l a n o c h e d e l 17 d e N o v i e m b r e : « L a M a r i n a ( m e d i j o ) n o p o -
d r á a g r a d e c e r b i e n el o b s e q u i o q u e V . l e h a h e c h o e n h a b e r s e e n c a r g a d o d e l a h i s t o r i a d e l viaje.
C u e n t e V . c o n m i g o y c o n c u a n t o y o p u e d a . » ¿Y p o r q u é j u r a r y o l a p é r d i d a d e p e r s o n a s q u e m o s -
traban apreciarme tanto?

C C X I I I . — C o n c l u i r á tan fastidiosa relación lo q u e h a p u e s t o la C o r o n a á m i s t a l e s ó c u a l e s


m é r i t o s , h a s t a casi e n v a n e c e r m e , á s a b e r : C o m i s i ó n q u e el R e y sin p r e t e n s i ó n y a p e n a s n o t i c i a m í a
s e s i r v i ó e n c a r g a r m e . H o n r e m o s e s t a d e f e n s a c o p i a n d o á l a l e t r a l a R e a l o r d e n q u e d e c í a a s í : «A
propuesta del Brigadier D. Alejandro M a l a s p i n a y por la confianza que el Rey tiene en la literatura
de V. R., se h a d i g n a d o confiarle la redacción y arreglo de los r e s u l t a d o s del viaje, que al mando
d e a q u e l O f i c i a l h a n e j e c u t a d o l a s c o r b e t a s DESCUBIERTA y ATREVIDA, y p a r a c u y a e m p r e s a s e h a
prestado el c e l o d e V . R . q u e h a m o v i d o el R e a l a p r e c i o .
« D e j a S . M . a l arbitrio de V . R . la o r d e n a c i ó n de este t r a b a j o en los t é r m i n o s q u e le dicten s u s
conocimientos; pero sin a p a r t a r s e de los h e c h o s , c o m o debe s u p o n e r s e , y e m p l e a n d o en su narra-
c i ó n l a s e n c i l l e z c o n v e n i e n t e para cabal instrucción de todos y p r i n c i p a l m e n t e d e l C u e r p o d e l a A r -
mada.
» C o n e s t a f e c h a d o y el c o r r e s p o n d i e n t e aviso á D . Alejandro M a l a s p i n a y le prevengo, q u e
a c o r d á n d o s e V . R . c o n é l , l e e n t r e g u e l o q u e s o b r e l a m a t e r i a t i e n e y a t r a b a j a d o y l e e n t e r e de ello
p a r a su gobierno; y en a d e l a n t e irá s u m i n i s t r a n d o á V . R . los m a t e r i a l e s q u e h a y a j u n t a d o según
l a s órdenes, a g r e g a n d o á ellos los q u e le dicten s u s d i s t i n g u i d o s c o n o c i m i e n t o s y s e a n conducentes
al m á s completo objeto.
« P a r a los g a s t o s q u e h a de p r o d u c i r á V . R . este e n c a r g o , le h a s e ñ a l a d o S. M . mil y q u i n i e n -
t o s r e a l e s v e l l ó n a l m e s ; p e r o e s t o s e e n t i e n d e sin perjuicio de mayor asignación si l e f u e r e n e c e s a r i a
ó lo e x i g i e s e n laá u r g e n c i a s p a r a la a d q u i s i c i ó n d e l i b r o s , m a n u s c r i t o s ó p a g o d e e s c r i b i e n t e s ; pues
a s í c o m o S . M . s e p e r s u a d e q u e e l e s t a d o r e l i g i o s o d e V . R . n i s u voluntad y desinterés que ha mani-
festado, le p e r m i t e n fijar el v a l o r d e s u t r a b a j o , t a m p o c o q u i e r e dejarlo sin recompensa.
«Comunicólo á V. R . de R e a l orden p a r a su inteligencia, en la de que S. M. no duda que co-
r r e s p o n d e r á á e s t a confianza con t o d o el e s m e r o q u e exige su i m p o r t a n c i a . Dios, etc. = San Ilde-
f o n s o , 26 d e J u l i o d e iyg^. = Valdés. = R. P . M a n u e l Gil de los Clérigos m e n o r e s . »
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XVII

C C X I V . — A u n q u e sean t a n t a s y t a n distinguidas las expresiones de honor hacia m í con q u e


se extendió esta R e a l orden, como q u e se descubre algo m á s g r a n d e y extraordinario en la q u e se
m e c o m u n i c ó a p r o b a n d o el p l a n q u e p r e s e n t é , d e c í a a s í : « E l R e y s e h a e n t e r a d o d e l a s reflexio-
n e s q u e c o m p r e n d e l a r e p r e s e n t a c i ó n d e V . R . d e 20 d e l q u e a c a b a , s o b r e e l m é t o d o conveniente
e n l a p u b l i c a c i ó n d e l v i a j e d e l a s c o r b e t a s DESCUBIERTA y ATREVIDA, y S . M . las ha hallado muy
oportunas y c o n f o r m e á l a s i d e a s q u e d e b e n s e g u i r s e e n l a o b r a . A e s t e fin, a r r e g l a r á V . R . s u s p e n -
samientos, omitiendo t o d o lo q u e n o d e b a s a b e r el p ú b l i c o e n c u a n t o a l g o b i e r n o i n t e r i o r d e l a s
p r o v i n c i a s d e A m é r i c a y l a s v a r i a c i o n e s q u e c o n v e n g a h a c e r e n é l , y t r a t á n d o l o por Memorias sepa-
radas y secretas en la forma q u e p r o p o n e V . R . , p a r a hacer en los Ministerios á que competan el u s o
que fuere conveniente.»
« B a j o e s t e p r i n c i p i o y el d e q u e e s t a b l e c e n j u i c i o s a m e n t e l a s m i s m a s reflexiones, d e q u e d e b e n
indicarse p o r s e p a r a d o , y con l a extensión científica q u e se r e q u i e r e , los diversos r a m o s q u e h a d e
abrazar esta obra, de Historia Natural, Botánica, Medicina, etc., se arreglará V . R. á los tratados
que con distinción escriban los profesores de aquellos ramos, p a r a q u e , dando noticia en la histo-
r i a g e n e r a l del v i a j e de lo q u e s e a preciso e n a q u e l l a s c l a s e s , se eviten l a s r e p e t i c i o n e s d e lo q u e
abracen y t r a t e n con t o d a la prolijidad q u e se requiere los profesores de las m i s m a s ciencias.
» Y p a r a r e s o l v e r c o n t o d a s u e x t e n s i ó n e s t a o b r a , s e f a c i l i t a r á n á V . R . l o s libros, manuscritos
y d o c u m e n t o s q u e c o n c e p t ú e p r e c i s o s d e l o s a r c h i v o s d o n d e se h a l l a r e n , y a d e m á s p e d i r á V . R . el
escribiente ó escribientes que necesitase.
« P o r S e c r e t a r í a s e a b o n a r á á V . R . e l g o c e d e l o s 1,500 r e a l e s v e l l ó n a l m e s q u e e l R e y l e h a
señalado y h a de percibir desde la fecha de su concesión.
» T o d o l o q u e p r e v e n g o á V . R . p a r a s u i n t e l i g e n c i a y g o b i e r n o . D i o s , e t c . = S a n I l d e f o n s o , 28 d e
S e t i e m b r e d e 1795. = F a W é s . = A 1 P a d r e M a n u e l G i l , d e l a C o n g r e g a c i ó n d e l o s C l é r i g o s m e n o r e s . »

Además de las anteriores amplísimas noticias que nos da el astuto é hipócrita Padre
Gil (pues no obstante extremecerse ante la idea de un cambio de ministerio más tarde
presidió una Junta revolucionaria), copio otras muy interesantes debidas al señor Conde de
Greppi, Embajador que fué de Italia en España (1) y cuyo abuelo tuvo relaciones íntimas
de amistad con Malaspina.
Dice el Conde de Greppi respecto al ilustre marino:
«En su ánimo apasionado, este viaje (la vuelta al mundo) le hizo impresionarse por la
felicidad de sus semejantes, pensando en la absoluta precisión de un cambio radical en el
sistema de gobierno y de la legislación de las colonias. No expresa en sus cartas la ma-
nera de conseguirlo, pero bastante se comprende, porque insistía en la necesidad de qui-
tar todo cuanto estorbase al libre desarrollo, tratando de hermanar aquel imperio con
más amplias y recíprocas relaciones, para que no se consideren tan lejanos dominios como
depósitos de ricas minas, sino como una inmensa región capaz de todas clases de produc-
tos y apta para formar la felicidad de millones de individuos. Entre las cosas que decía,
hay un concepto ele singular belleza, que pronto fué el grito del siglo:
»La harmonía de la naturaleza, no obstante el torcido rtimbo de tantos años que ha pro-
curado sofocar los clamores, se oye aún gritar pidiendo que no la opriman, y atiendan sólo
á encarrilarla en los lindes de su verdadero camino.
»En medio de estos argumentos, confesaba él mismo que tenía la cabeza algo ca-
liente, y conservaba, sin embargo, bastante prudencia para comprender que era temible el
acreditarse ele proyectista en tal ocasión. El olvido de esta máxima fué causa de su
ruina »

W D e un l e g a j o q u e existe en la A c a d e m i a d e l a H i s t o r i a , y q u e c o n t i e n e m u c h o s d a t o s biográficos d e
Malaspi pina y multitud d e c a r t a s d i r i g i d a s p o r éste á D . P a o l o G r e p p i . E l s e ñ o r C o n d e d e G r e p p i h i z o á la A c á -
d e m i a el d o n a t i v o d e e s t e l e g a j o .
in
XVIII INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

»En el abandono ele sus confidencias epistolares con Greppi, se revelan sus intencio-
nes, no ya sediento de poder y ele gloria, sino dulcemente melancólico y demasiado deli-
cado para sostener mucho tiempo los combates de la vida real, como nuevo Fausto, ó
como decía un escritor francés, «un hombre ocupado en los negocios de la vida, pero
anhelante del reposo de una contemplación filosófica.»•
»En la persuasión que tenía de poder servir á España, y por lo que deseaba partici-
pación en el Gobierno, le daban ciertas esperanzas que pronto se convirtieron en desen-
gaños. Decía Malaspina (en 24 de Diciembre de 1794): He escrito manto mis ideas me sujo-
rían para poder ser útil á este país en momentos tan tempestuosos: un solo día me hubiera
bastado para explicar mi sistema: todo lo he visto, todo lo he visitado; con un pequeño paso
quizá se hubiera podido entrar en buen camino y en la sana filosofía; todo parecía pres-
tarse á ello; me encontraba ligado con cuanto había de más virtuoso y mejor en el país,- se
me concedía grandísima atención, rectitud en mi corazón y una devoción absoluta al bienes-
tar general sin egoísmo y sin preocupaciones; pero el súbito advenimiento del SULTÁN (esto
es, del primer Ministro Godoy) lo hacen todo difícil: cuanto le rodea cae en la confusión y
en la inacción.
»N0 se desanimaba por eso, pues el 27 ele Febrero escribía: En este momento pende
de una nada el que yo sea destinado á cosas de la mayor entidad respecto á la prosperidad
del Reino en todas sus partes, y que yo vicelva á mi antiguo oficio de marinero.
»N0 se sabe si por maquiavélicas artes ó para perderlo, continuaba el Gobierno tra-
tándole con mucha consideración. Así, en Marzo de 1 7 9 4 el Rey le nombraba Brigadier;
en Mayo pedía licencia y le era lisonjeramente rehusada; en A g o s t o , los íntimos de Godoy
decían que podía ser Ministro en lugar de Valdés; en Octubre, Godoy mismo, en pública
corte y en su presencia, había hecho un gran elogio desús méritos; las numerosas relaciones
que él envió al Ministerio (convertidas luego en otros tantos capítulos de cargos), le habían
sido agradecidas generosamente. Esto no obstante, los presagios de los más expertos le
eran siempre desfavorables, y en informes de un Ministro de Malta, Jacinto Malaspina, se
expresaba el temor de que á su hermano le tocase la suerte de Colón, así como Greppi se
esforzaba en inculcarle prudencia
»Lo verdadero es que él se creía con la misión ele iluminar al Rey y al país, de haberlo
hecho con honradez, siendo precisa consecuencia ele ello ó la ruina ó el triunfo. En citanto
á mi ánimo (decía desde la cárcel), juróte que no puede estar más tranquilo, no abrigando
el temor de que me desvíe de mi camino ni una despreciable apatía ni una baja precipita-
ción. La causa que aquí me ha conducido me hace repetir que, en iguales circicnstandas,
MIL VECES VOLVERÍA Á HACER LO MISMO.»

Malaspina permaneció encerrado en el castillo de San Antonio, de la Coruña, hasta 1803.


Debióse su libertad á influencias del Conde de Melzi cerca de Napoleón; este gran guerrero
solicitó y obtuvo del Gobierno ele España la libertad de Malaspina, que fué desterrado á
Milán. Apenas llegado le ofrecieron el cargo de Ministro ele la República italiana; pero el
insigne marino lo rehusó y prefirió retirarse á su casa de Ltmigiana, donde murió á 9 de
Abril de 1809, á los cincuenta y cinco años de su edad.
Y a hemos visto que para este hombre superior eran contrariedades de fácil consuelo
su prisión y su ruina; pero acaso no fuere exagerado señalar como causa de su muerte pre-
matura, el estúpido decreto que sepultaba en el olvido más injusto todo el caudal de sus
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XIX

trabajos; esto es, su nombre, su gloría, su eterna fama, tan costosa y honradamente adqui-
rida hora por hora, en cuatro años consecutivos de estudios y penalidades.
Como testimonio de las últimas huellas que el pié de Malaspina dejó en España, pu-
blicamos á continuación varios documentos que llenan el alma de melancolía. También in-
sertamos, á fin de que pueda apreciarse en toda su excelencia, el plan QUE PARA ESCRIBIR SU

VIAJE entregó el ilustre marino al clérigo Gil, cuyo plan no quiso terminar cuando supo
que aun antes de conocido, estaba desaprobado.
Tanto este notabilísimo trabajo, como las cartas escritas á varios prohombres de su
época, y las Instrucciones que dio á Bustamante, han sido copiadas de borradores origi-
nales de puño y letra de Malaspina y se han impreso con todas sus incorrecciones de estilo,
por respeto al autor y culto á la verdad.
El Sr. Conde de Greppi, tan amante ele la memoria de su ilustre compatriota, termi-
naba los datos biográficos con estas palabras: «Un voto me queda que espresar; y es que
desenterradas las muchas revelaciones y memorias, goce el público del fruto de tantas medi-
taciones sobre España y sobre América y saboree el estilo del viajero generoso».
Y a está, pues, complacido.
Y ahora, hablen solamente Malaspina y sus dignos compañeros; sean sus relatos bri-
llantes manifestaciones de saber, timbres gloriosos que hoy surgen y se estampan en el li-
bro de la Historia, dejándome como gratísimo premio el honor y la ventura de haber en-
riquecido con tan hermosas páginas nuestra C R Ó N I C A NAVAL.

PEDRO DE Novo Y COLSON.

Madrid, 8 de Mayo de 1S05.


A P É N D I C E

A L A INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

SOBRE E L DE STIE RRO DE MALASPINA (i)

« Е х с м о . S R . : P o r el a d j u n t o p a r t e original q u e en 2 d e l c o r r i e n t e m e d i o el C a p i t á n d e e s t e p u e r t o , se
e n t e r a r á V. E . d e lo o c u r r i d o c o n el t r a s b o r d o q u e i n t e n t ó y verificó e n el C a b o d e las Salinas, d e esta isla,
D o n A l e x a n d r o M a l a s p i n a y su c r i a d o , p r o c e d e n t e d e Cádiz, c o n d e s t i n o á G e n o v a , e n la fragata mercante
e s p a ñ o l a , su C a p i t á n S a n t i a g o M a n t i c a .
« I n m e d i a t a m e n t e q u e r e c o n o c í e n los t é r m i n o s q u e i b a e x t e n d i d o el p a s a p o r t e , d o n d e s e a d v e r t í a la cir­
c u n s t a n c i a d e n o p o d e r d i c h o M a l a s p i n a saltar e n tierra d e E s p a ñ a , d i s p u s e , n o t a n s o l a m e n t e el q u e se m a n ­
tuviese en c u a r e n t e n a el p a t r ó n A n t o n i o R o c a c o n su l a ú d , á cuyo b o r d o se h a l l a b a M a l a s p i n a , sino q u e
m a n d é d i e s e la v e l a sin p é r d i d a d e t i e m p o p a r a restituirlo á la fragata, c o n la e s t r e c h a p r e v e n c i ó n y p r e c e p t o
d e n o saltar á tierra en la costa, caso d e n o h a l l a r l a , y d e r e g r e s a r á e s t e p u e r t o c o m o lo verificó.
« L u e g o d e restituido y m a n t e n i é n d o s e e n la c u a r e n t e n a c o n c e n t i n e l a s d e vista, m a n d é se l e p r o v e y e s e al
P a t r ó n R o c a d e los víveres q u e n e c e s i t a s e y d e s p a c h a r l o p a r a las c o s t a s d e F r a n c i a , c o n los d o s p a s a j e r o s ,
sin c o n v e n i r m e c o n la p r o p o s i c i ó n q u e m e hizo M a l a s p i n a d e p e r m i t i r l e su e m b a r c o p a r a B a r c e l o n a , d e s d e
d o n d e p o r tierra, p a s a r í a á F r a n c i a . T o d o lo c u a l p o n g o e n n o t i c i a d e V. E . , p o r si c r e y e s e c o n v e n i e n t e ele­
v a r l o á la d e S . M .
»Dios g u a r d e á V. E . m u c h o s a ñ o s . = P a l m a , 7 d e F e b r e r o d e i S o 3 . = E x c m o . S r . = J u a n Miguel de Vivcs.=
E x c m o . Sr. D . P e d r o d e Cevallos.» (Original).
Al m a r g e n d e esta c o m u n i c a c i ó n va el s i g u i e n t e d e c r e t o : «A V i v e s , q u e a r r e s t e á M a l a s p i n a si d e s e m b a r c a
e n la extensión d e su m a n d o y q u e avise. I g u a l o r d e n al C a p i t á n G e n e r a l d e B a r c e l o n a p a r a q u e a r r e s t e al
m i s m o M a l a s p i n a si d e s e m b a r c a en B a r c e l o n a ó en o t r o p u e r t o d e su d e p a r t a m e n t o . »
D e b a j o d e e s t e d e c r e t o y d e o t r a letra: « C o n t e s t a d o así, m e n o s lo d e B a r c e l o n a , q u e se p u s o e n o r d e n
a p a r t e , c o m o t a m b i é n á V a l e n c i a , en 5 d e M a r z o , s e g ú n m i n u t a . »
E l p a r t e original d e l C a p i t á n d e l p u e r t o d e P a l m a , d i c e así:
« E l P a t r ó n A n t o n i o R o c a , m a l l o r q u í n , d e l l a ú d la Virgen del Carmen, c o n tres m a r i n e r o s , v e n i d o d e Al­
c u d i a , d e d o n d e salió el día 31 d e l p a s a d o , d i c e q u e en el día d e a y e r p o r la m a ñ a n a , á las 1 1 , h a l l ó fon­
d e a d a e n el C a b o d e las Salinas u n a fragata e s p a ñ o l a , su C a p i t á n S a n t i a g o Ma.ntequí (sic), q u e h a b í a salido d e
Cádiz el día 21 d e l p r ó x i m o p a s a d o , c o n c a r g o d e azúcar y c a c a o p a r a G e n o v a . Q u e d e d i c h a fragata se l l a m ó
al d e c l a r a n t e y se l e e m b a r c ó un p a s a j e r o l l a m a d o D . A l e j a n d r o M a l a s p i n a , c o n su c r i a d o , cuyo p a s a p o r t e y
b o l e t a a c o m p a ñ o . D i c h a fragata, d e s d e q u e salió d e Cádiz, n o lia t e n i d o r o c e ni c o m u n i c a c i ó n c o n e m b a r ­
c a c i ó n alguna; p o r lo q u e m e p a r e c e , s i e n d o d e la a p r o b a c i ó n d e V. E . , se le p u e d e a d m i t i r á l i b r e plática.
D i c h o p a s a j e r o q u e r í a escribir á V. E . y l e h e d i c h o tuviese paciencia.=Z?¿<Ms Orell.»
L a R e a l o r d e n c a u s a d a d e l d e c r e t o m a r g i n a l d e la c o m u n i c a c i ó n d e V i v e s , d i c e :
« E X C M O . S R . : H a b i e n d o s a b i d o el R e y q u e D . A l e x a n d r o M a l a s p i n a á quien se e m b a r c ó p a r a l l e v a r l o fuera
d e los d o m i n i o s d e S. M . c o n p r e v e n c i ó n d e q u e n o p u d i e s e saltar e n tierra d e E s p a ñ a , h a i n t e n t a d o d e s ­
e m b a r c a r e n la Isla d e M a l l o r c a , h a l l á n d o s e á b o r d o d e un b u q u e m e r c a n t e , q u i e r e el R e y q u e si e f e c t u a r e
su d e s e m b a r c o en a l g ú n p u e r t o ó costa d e la P e n í n s u l a se l e a r r e s t e i n m e d i a t a m e n t e y se d é p a r t e á S. M. D e
R e a l o r d e n lo c o m u n i c o á V. E . p o r lo q u e p e r t e n e c e á e s e P r i n c i p a d o d e su m a n d o (el d e Cataluña.)=
D i o s , e t c . » — A l d e V a l e n c i a se le dijo a d e m á s : P r e v i n i é n d o l e lo p a r t i c i p e c u a n t o a n t e s al G o b e r n a d o r d e
C a r t a g e n a . » = A r a n j u e z , 5 d e Marzo d e 1803.»

(1) A la amabilidad de D. Gaspar Muro debo estos documentos, que fueron hallados y copiados en el archivo de Alcalá de Henares (legajo 3.013) por
el Sr. Jiménez de la Espada.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XXI

J u n t o c o n la a n t e r i o r m i n u t a y los d e m á s p a p e l e s c o p i a d o s , h a y e s t o s o t r o s :
«EXCMO. Sn.: R e f e r e n t e á lo q u e dije á V. E . c o n f e c h a d e 7 d e l p a s a d o F e b r e r o , l e incluyo el certificado
original d e l V i c e c o m i s a r i o d e c o m e r c i o d e S. M. en el p u e r t o d e P o r t v e n d r e q u e m e h a e n t r e g a d o el P a t r ó n
A n t o n i o R o c a , q u e r e g r e s ó el 26 d e l m e s ú l t i m o , a c r e d i t a n d o el d e s e m b a r c o d e la p e r s o n a d e D . A l e x a n d r o
Malaspina.
»Dios g u a r d e á V. E . m u c h o s a ñ o s . = P a l m a , 2 de M a r z o d e i 8 c > 3 , = E x c m o . S r . — J u a n Miguel de Vives.-=
E x c m o . Sr. D . P e d r o C e v a l l o s . » (Original?)
E l certificado es c o m o sigue:
« D o n J o s e f M i g u e l Burria, V i c e c o m i s a r i o d e C o m e r c i o d e S . M . C. en el p u e r t o d e P o r t v e n d r e :
«Certifico: C o m o el P a t r ó n A n t o n i o R o q u e (sic), d e la m a t r í c u l a d e M a l l o r c a , e m b a r o ó el d i a seis F e b r e r o
en el p u e r t o d e P a l m a , en la d i c h a isla c o m o c o n s t a d e su p a s a p o r t e , al Sr. D . A l e x a n d r o M a l a s p i n a , i t a l i a n o ,
y q u e h o y diez y o c h o m i s m o F e b r e r o lo d e s e m b a r c ó e n e s t e p u e r t o ; l l e g a n d o el d i c h o P a t r ó n c o n su b a r c o
la Virgen del Carmen.=Y p o r q u e c o n s t e á d o n d e c o n v e n g a , d o y el p r e s e n t e certificado, q u e firmo y sello c o n
el P . S. d e e s t e V i c e c o m i s a r i a d o . = P o r t v e n d r e , á 18 F e b r e r o d e i 8 o 3 . = P o r el s e ñ o r V i c e c o m i s a r i o d e E s p a ñ a ,
Luis Bronzoni.»
Sello e n l a c r e r o j o .
E s t o , n o o b s t a n t e , el C a p i t á n G e n e r a l d e C a t a l u ñ a dirigía al m i n i s t r o d e E s t a d o e s t e oficio:
« E X C M O . S R . : L a j u s t i c i a d e l p u e r t o d e P a l a m ó s m e avisa, q u e s e g ú n n o t i c i a d a d a p o r a q u e l C o m a n d a n t e
militar d e M a r i n a , D . A l e x a n d r o M a l a s p i n a d e s e m b a r c ó e n M a r s e l l a , a d o n d e lo c o n d u j o un b a r c o m e r c a n t e
d e M a l l o r c a , s e g ú n c o n s t a b a e n el rol d e e q u i p a j e d e su P a t r ó n . L o n o t i c i o á V. E . c o n s e c u e n t e á lo q u e se
sirvió p r e v e n i r m e d e o r d e n d e S. M. e n 5 d e e s t e m e s .
D i o s g u a r d e á V . E . m u c h o s a ñ o s . = B a r c e l o n a , 22 d e Marzo d e i 8 o 3 . = E x c m o . Sr.=El Conde de Santa
Clara.=Si. D . P e d r o Cevallos. (Original.)
(Archivo g e n e r a l c e n t r a l d e A l c a l á d e H e n a r e s , legajo 3013.)

P L A N P A R A ESCRIBIR SU VIAJE, D A D O P O R M A L A S P I N A A L P. GIL.

C u m p l i e n d o c o n u n a o r d e n d e S. M . la cual m e p r e s c r i b e el q u e e n t r e g u e á V. P . R m a . t o d o lo q u e s e a
relativo á la p a r t e h i s t ó r i c a y p o l í t i c a d e l viaje d e las c o r b e t a s DESCUBIERTA y ATREVIDA p a r a q u e d e e s t e
m o d o l l e g u e á ser p ú b l i c o c o n m a y o r b r e v e d a d y p e r f e c c i ó n , a n t e s m a n i f e s t a r é la d e b i d a c o m p l a c e n c i a p o r
u n a t e r m i n a c i ó n q u e c i e r t a m e n t e refluirá t o d a á beneficio d e la i n s t r u c c i ó n p ú b l i c a y l u e g o p r o c u r a r é e n l o s
siguientes párrafos d a r u n a i d e a t a n e x a c t a c u a n t o lo p e r m i t a la e x t e n s i ó n d e un oficio, d e l m é t o d o q u e me
h a b í a prefijado p a r a la d i c h a p u b l i c a c i ó n y d e l e s t a d o e n el cual se h a l l a h o y e n día la m i s m a o b r a .
L a i n t r o d u c c i ó n g e n e r a l , la cual p r e c e d e á la n a r r a c i ó n d e l viaje, b a s t a r í a á la v e r d a d p o r sí sola p a r a el
o b j e t o p r o p u e s t o : la h e e n t r e g a d o c o n el m i s m o diario á V. P . R m a . y si b i e n n o h a y a a ú n m e r e c i d o la R e a l
a p r o b a c i ó n la p a r t e q u e e n ella se c o m p r e n d e y es r e l a t i v a á las m a t e r i a s p o l í t i c a s , d e b e t r a n q u i l i z a r m e e n
m u c h o el q u e , aún n o a p r o b a d a , en n a d a t r a s t o r n a las d e m á s p a r t e s d e l p l a n p r o p u e s t o .
P u d i e r a h a c e r s e , sin e m b a r g o , d i g n o d e r e p a r o el estilo algo enfático d e l cual va v e s t i d a . L o h e p r e f e r i d o
con el solo i n t e n t o d e c o n v i d a r á la N a c i ó n á r e u n i r s e h a c i a u n G o b i e r n o p r u d e n t e , q u e sacrificará c u a l q u i e r a
p r e o c u p a c i ó n ó d e s c a n s o al d e s e o d e l b i e n p ú b l i c o . V á la v e r d a d , e n el e s t a d o d e p l o r a b l e e n el c u a l se
hallan n u e s t r a H a c i e n d a , el c r é d i t o p ú b l i c o y aun la s e g u r i d a d i n d i v i d u a l , ó es p r e c i s o q u e las m a t e r i a s polí-
ticas se t r a t e n c o n a q u e l o b j e t o , ó q u e n o p r e s e n t e n sino el infeliz e s p e c t á c u l o d e un h o m b r e e n t r e g a d o á la
a d u l a c i ó n y al c u i d a d o d e sí m i s m o P e r o h a b l a r é m á s d i f u s a m e n t e d e e s t a m a t e r i a e n su lugar; b á s t e m e p o r
ahora el r e p e t i r , q u e el d e s c u b r i r la A m é r i c a , s e a e n c u a n t o á sus orillas, ó en c u a n t o á su e s t a d o interior, c o m o
por p r e c i s i ó n l o h a r á la n a r r a c i ó n a ú n m a s superficial d e l viaje, sería un a c e l e r a r ó las i n v a s i o n e s m á s t e m i b l e s
d e las n a c i o n e s rivales, ó el d e s m e m b r a m i e n t o d e sus p a r t e s p o r a q u e l l a m i s m a r e a c c i ó n q u e a g i t a en el día
á las s o c i e d a d e s r e u n i d a s e n los siglos p a s a d o s .
A n e x o á la i n t r o d u c c i ó n p u e d e c o n s i d e r a r s e el l e g a j o n ú m e r o 1 d e los p a p e l e s o r i g i n a l e s : en él se c o m -
p r e n d e e s e n c i a l m e n t e t o d o lo q u e se refiere al o b j e t o d e l viaje y á las m e d i d a s t o m a d a s p a r a su e j e c u c i ó n
en los d i f e r e n t e s r a m o s , sean científicos ó d e policía, o r d e n , s e g u r i d a d y c o n s e r v a c i ó n . L a s c o r r e s p o n d e n c i a s
originales d e a l g u n o s s a b i o s d e E u r o p a y d e varios oficiales d e los más e x p e r t o s d e la A r m a d a , h á l l a n s e en-
c e r r a d a s en el m i s m o l e g a j o . P u d i e r a p o r la m i s m a r a z ó n d a r s e la e x t e n s i ó n q u e se quisiera á la m i s m a intro-
d u c c i ó n , d e t a l l a n d o á la p a r d e las h i s t o r i a s d e los viajes e x t r a n j e r o s , c u a n t o h u b i é s e m o s t e n i d o p r e s e n t e en
los a p r e s t o s . P e r o lo h e o m i t i d o así p o r ser estas m a t e r i a s ya h a r t o r e p e t i d a s e n t r e las d i f e r e n t e s naciones
m a r í t i m a s , c o m o p o r h a l l a r s e la m a y o r p a r t e r e c o r d a d o s ó en la m i s m a n a r r a c i ó n y en la o b r a m é d i c a , si se
refieren á la policía, ó b i e n e n el d i a r i o a s t r o n ó m i c o y m a t e r i a l e s d e las c a r t a s , si se refieren á las c i e n c i a s ,
que más d e c e r c a p r o c u r á b a m o s a b r a z a r .
L a n a r r a c i ó n d e l viaje d e b í a r e u n i r p r e c i s a m e n t e tres objetos: 1,° L a r e s p o n s a b i l i d a d mía inseparable
XXII INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

d e l h o n o r n a c i o n a l . 2.° L a m a y o r a m e n i d a d ó d e s c r i p c i ó n m e n o s m o l e s t a d e las c o s a s a c a e c i d a s . 3 . L a ins-


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t r u c c i ó n g e n e r a l d e la A r m a d a , p a r a la c o n d u c t a m á s p r o p i a en los m a r e s y c o l o n i a s d i s t a n t e s d e los d o m i -
n i o s d e S. M. C o n igual a t e n c i ó n h e p r o c u r a d o n o p e r d e r d e vista los tres o b j e t o s i n d i c a d o s , y si b i e n hallé
q u e la d e m a s i a d a r e p e t i c i ó n d e las t a r e a s h i d r o g r á f i c a s , sea a l g o c a n s a d a en el total, h e d e b i d o sin e m -
b a r g o d e c i d i r m e á n o h a c e r l a más superficial p o r q u e era i n d i s p e n s a b l e el d a r u n a i d e a c l a r a d e la proliji-
d a d c o n la cual h a b í a m o s t r a b a j a d o en la p a r t e p r i n c i p a l d e l viaje q u e s e r e d u c í a á la c o n s t r u c c i ó n d e l a s
c a r t a s d e l M a r Pacífico. O p i n a r í a p o r c o n s i g u i e n t e q u e ni el o r d e n ni la e x t e n s i ó n d e l d i c h o d i a r i o p u e d e n
variar c o n s i d e r a b l e m e n t e ; sólo sí d e b o a d v e r t i r q u e faltan en él d o s capítulos c o r r e s p o n d i e n t e s al libro ter-
c e r o y d e b e n tratar: el p r i m e r o , d e l viaje d e la c o r b e t a ATREVIDA á M a c a o d e s d e la b a h í a d e Manila, y el se-
g u n d o , d e l viaje d e la m i s m a c o r b e t a e n 1793 y 94 d e s d e la C o n c e p c i ó n d e C h i l e h a s t a el p u e r t o d e M o n t e -
v i d e o : su C o m a n d a n t e , el B r i g a d i e r D . J o s é B u s t a m a n t e y G u e r r a , h a t o m a d o á su c a r g o el p o n e r en o r d e n
a q u e l l o s dos capítulos y r e m i t i r l o s d e s p u é s al E x c m o . Sr. Ministro d e M a r i n a . I n c l u y o , n o o b s t a n t e , p a r a
cualquier e v e n t o las copias d e su d i a r i o o r i g i n a l , d e las cuales sería fácil d e d u c i r los m i s m o s capítulos y d e b o
a ñ a d i r c o m o p r e v e n c i o n e s s o b r e esta m a t e r i a , p a r a mí h a r t o d e l i c a d a , en p r i m e r lugar, q u e D . J o s é B u s t a -
m a n t e d e s e a b a e x t e n d e r en u n capítulo a p a r t e el viaje d e la ATREVIDA s e p a r a d a d e la DESCUBIERTA en los m a -
r e s d e N i c a r a g u a , el cual yo h e r e a s u m i d o con otras m a t e r i a s p a r a el m a y o r o r d e n y b r e v e d a d : s e g u n d o , q u e
el m i s m o o r d e n d e l a . n a r r a c i ó n m e h a c o n d u c i d o á c o n s i d e r a r e n fines d e l a ñ o d e 1793 s e p a r a d a s l a s c o r b e -
tas tan sólo d e s d e la C o n c e p c i ó n d e C h i l e , c u a n d o en la r e a l i d a d d e b i a n c o n s i d e r a r s e c o m o tales d e s d e
L i m a : t e r c e r o , finalmente, q u e e r a el á n i m o d e B u s t a m a n t e ( m a n i f e s t a d o así al E x c m o . Sr. Ministro d e M a -
rina), d e c o m p r e n d e r en el capítulo del viaje á M a c a o u n a d i s e r t a c i ó n ó m e m o r i a s o b r e el c o m e r c i o d e los
e u r o p e o s en la C h i n a , o b r a q u e sería sin d u d a útilísima p a r a la instrucción p ú b l i c a , p o r q u e s e g ú n el p l a n
a d o p t a d o , n o sería fácil e m b e b e r e n la n a r r a c i ó n histórica d e l viaje.
E s t a s tres p r e v e n c i o n e s exigirán c i e r t a m e n t e q u e V. P . R m a . se c o r r e s p o n d a c o n el m i s m o B u s t a m a n t e ,
q u i e n se h a l l a a c t u a l m e n t e en Cádiz. P o r m i p a r t e n o d e s e o sino el q u e q u e d e c o m p l a c i d o , c u a n d o sus i d e a s
p a r e z c a n p l a u s i b l e s , y d e t o d o s m o d o s c r e e r é a c e r t a d o el q u e se c o n s u l t e n á la s u p e r i o r i d a d c u a n d o ya e s t é n
á la vista los m a t e r i a l e s r e m i t i d o s , a c c e d i e n d o yo d e m u y b u e n a v o l u n t a d á c u a l q u i e r p a r t i d o q u e p a r e z c a
p r e f e r e n t e , visto el t o d o d e la o b r a p o r j u e c e s i m p a r c i a l e s é i n t e l i g e n t e s : van t a m b i é n anexos á esta p a r t e e n
el legajo n ú m e r o 2 los diarios o r i g i n a l e s c u a l e s se r e m i t í a n al E x c m o . Sr. M i n i s t r o d e M a r i n a d e s d e los
diferentes p u e r t o s d o n d e l l e g a b a n las c o r b e t a s . P u e d e n servir á las v e c e s p a r a a c l a r a c i ó n d e a l g u n o s p á r r a -
fos o s c u r o s , á v e c e s d e f e h a c i e n t e s d e la v e r d a d m á s e s c r u p u l o s a en la n a r r a c i ó n r e s p e c t o á h a b e r s e e s c r i t o
p u n t u a l m e n t e en el viaje y h a b e r s e p r e s e n t a d o á la oficialidad d e g u e r r a p a r a su c o n f r o n t a c i ó n c o n la v e r d a d
m á s exacta.
Y a la c o m p o s i c i ó n d e l s e g u n d o t o m o aún n o b i e n o r d e n a d a , p i d e u n a a p l i c a c i ó n difusa la cual sírvase
V. P . R m a . d e m i r a r c o n l a m a y o r reflexión, p u e s e n v u e l v e en sí n o sólo el t r a b a j o c o m p l i c a d o d e m u c h o s ,
sino t a m b i é n el fin principal d e la o b r a ; esto es, la u t i l i d a d p ú b l i c a .
U n e s t u d i o n o superficial d e la A m é r i c a m e h a b í a c o n v e n c i d o a ñ o s a n t e s , q u e c u a n t o s o b r e ella se h a b í a
e s c r i t o , m á s b i e n servía p a r a confundir q u e n o p a r a ilustrar á la n a c i ó n p o s e e d o r a . G e m í a n los a r c h i v o s , ó
p ú b l i c o s ó p a r t i c u l a r e s , b a j o el fárrago i n m e n s o d e las a c u s a c i o n e s r e c í p r o c a s d e los G o b e r n a d o r e s , ó mili-
t a r e s ó eclesiásticos, d e los p r o y e c t o s s o ñ a d o s d e la fuerza y riqueza n a c i o n a l e s ; d e las d e s c r i p c i o n e s p o m p o -
sas d e los países i n v a d i d o s y d e las leyes i n c a u t a s y n o o b e d e c i d a s d e un G o b i e r n o a c o s a d o d e la n e c e s i d a d
é i m p o s i b i l i t a d o d e e x a m i n a r c o n c o r d u r a lo q u e d e b í a j u z g a r . Q u í s o s e o r d e n a r un país i n m e n s o d e m o d o q u e
s o b r e p u j a s e en p o c o s a ñ o s á las riquezas, al p o d e r í o y á la p o b l a c i ó n d e l a E s p a ñ a ; y la m i s e r i a , la d e b i l i d a d
y la d e s p o b l a c i ó n , fueron las c o n s e c u e n c i a s i n m e d i a t a s d e a q u e l s i s t e m a funesto; p e r o s o b r e t o d o el m a l o g r o
d e unos p r o y e c t o s t a n p l a u s i b l e s n o p u d o m e n o s d e a c a r r e a r con la justificación d e c a d a u n o , las d e s c r i p -
c i o n e s m á s e q u i v o c a d a s d e los p a í s e s d e los c u a l e s se h a b l a b a . L a A m é r i c a se h a l l ó á p o c o t i e m p o á la d i s -
p o s i c i ó n a b s o l u t a d e sus G o b e r n a d o r e s , los c u a l e s i n v a d í a n ó a b a n d o n a b a n c e n t e n a r e s d e l e g u a s , ya en u n a ,
ya en o t r a d i r e c c i ó n . E l suelo, los p r o d u c t o s , los h a b i t a n t e s i n d í g e n a s , los m i s m o s p r o y e c t o s d e n u e v a s c o l o -
n i a s , ya en las orillas d e l m a r , ya en las c u m b r e s d e los m o n t e s los m á s e l e v a d o s d e l o r b e , fueron d e s c r i t o s ó
c o n p a r c i a l i d a d ó c o n i g n o r a n c i a . L a m i s m a i m p o s i b i l i d a d d e descifrar l a v e r d a d e n t r e t a n t a s c o n t r a d i c -
c i o n e s hizo a b a n d o n a r el e s t u d i o d e u n país t a n i n m e n s o , y fué n u e s t r a ú n i c a f e l i c i d a d el q u e , o c u l t a d a s p o r
n a t u r a l e z a d e s c r i p c i o n e s t a n e q u í v o c a s y c o n t r a d i c t o r i a s , los extranjeros se v i e s e n a r r a s t r a d o s en p o s d e n o s -
o t r o s á las m i s m a s i d e a s e r r a d a s s o b r e l a c u a l i d a d d e nuestras A m é r i c a s , y finalmente, t a n t a s c a u s a s r e u n i d a s
á la superficialidad c o n la cual se e s c r i b e h o y en día, d i e s e n d e a q u e l l o s p a í s e s u n a i d e a a ú n m á s e r r a d a d e
la q u e t e n í a m o s en los principios d e la c o n q u i s t a .
A la v e r d a d , los límites d e n u e s t r o s d e s t i n o s á las orillas d e l m a r ; las o p e r a c i o n e s hidrográficas y a s t r o n ó -
m i c a s q u e d e b í a n o c u p a r n o s i n c e s a n t e m e n t e ; la m i s m a c e l e r i d a d c o n la cual d e b í a m o s c o r r e r d e u n o á o t r o
e x t r e m o d e la A m é r i c a , p a r e c í a n d e s t i n a r n o s á c o n t r i b u i r m á s b i e n al a u m e n t o q u e á la d i s m i n u c i ó n d e
a q u e l l o s e r r o r e s , c u a n d o h u b i é s e m o s q u e r i d o m e z c l a r n o s en m a t e r i a s t a n o s c u r a s y c o m p l i c a d a s ; p e r o c o m o
q u i e r a q u e visitásemos d e c a m i n o á las d i f e r e n t e s c a p i t a l e s d e los v i r e i n a t o s , q u e en ellas se a g o l p a s e n a l r e -
d e d o r d e n o s o t r o s los h o m b r e s m á s i l u s t r a d o s , c r e y e n d o h a c e r u n b u e n servicio á la p a t r i a y al G o b i e r n o , q u e
l o s Vireyes y G o b e r n a d o r e s n o s f r a n q u e a r a n las n o t i c i a s m á s exactas y r e s e r v a d a s , q u e n o s o t r o s m i s m o s , ó ya
c o n l a i m p a r c i a l i d a d d e u n o s m e r o s c a m i n a n t e s , ó ya c o n e n t r o m e t e r n o s e n t r e los c a m p o s y e n t r e los natu-
r a l e s d e las clases aún m á s a b y e c t a s , c o m o lo exigían n u e s t r a s e x c u r s i o n e s , tuviésemos l u g a r á c o n f r o n t a r l a s ;
finalmente, c o m o quiera q u e los m i s m o s p r o g r e s o s d e las ciencias d i e s e n l u g a r a h o r a á q u e se e x a m i n a s e n
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XXIII

a q u e l l o s p a í s e s p o r los c o l o n o s c o n m a y o r e m p e ñ o y u t i l i d a d , p u e d e , p o r ú l t i m o , c o n o c e r q u e ni c a r e c í a m o s
d e los m a t e r i a l e s n e c e s a r i o s p a r a d a r á la N a c i ó n u n a i d e a c a b a l d e sus colonias, ni esta e m p r e s a d e b í a o m i -
tirse c u a n d o se p r e t e n d i e s e e x a m i n a r p o l í t i c a m e n t e l a d e f e n s a d e la A m é r i c a d e las invasiones externas ó d e
las r e v o l u c i o n e s interiores.
A ñ a d í a s e á estas c o n s i d e r a c i o n e s otro r e p a r o d e n o m e n o r e x t e n s i ó n , y era el s e m b l a n t e q u e d e b í a m o s
d a r á los o b j e t o s é historia d e l viaje: casi el t o d o d e él h a b í a t e n i d o l u g a r en las c o l o n i a s n a c i o n a l e s , d e las
cuales h u b i e r a s i d o a b s u r d o , d e s p u é s d e tres siglos c o r r i d o s d e s d e su d e s c u b r i m i e n t o , el d a r u n a i d e a super-
ficial, q u e suele d a r s e d e un país visitado p o r la p r i m e r a vez, en d o n d e las n o c i o n e s aun m á s i m p e r f e c t a s y
frivolas, sirven ó d e instrucción ó d e e n t r e t e n i m i e n t o p a r a los l e c t o r e s . P o r c o n s i g u i e n t e , la d e s c r i p c i ó n sen-
cilla d e p o c a s m i n a s , algunas p i e d r a s , etc., d e n a d a servía sino es d e un n u e v o a u m e n t o p a r a la m i s m a confu-
sión s o b r e el e s t u d i o d e la A m é r i c a , q u e p r o c u r á b a m o s evitar. M a y o r e m p e ñ o , i d e a s m á s e x t e n d i d a s nos p r e s -
cribía n u e s t r a situación i m p e r i o s a m e n t e , y se dirigían á d a r u n a i d e a c a b a l d e t o d a la A m é r i c a e s p a ñ o l a , p o r
m a n e r a q u e se r e a s u m i e s e n en u n a sola m a s a t o d a s las n o t i c i a s útiles y v e r í d i c a s , s e p a r á n d o l a s d e las falsas
é i m p e r t i n e n t e s , y el l e g i s l a d o r y el vasallo p u d i e s e n l e e r sus d e b e r e s r e s p e c t i v o s en un espejo fiel, en d o n d e
la n a t u r a l e z a g r a b a s e c o n los c o l o r e s d e la r e a l i d a d lo q u e fué l a A m é r i c a , lo q u e es y lo q u e será, s i g u i e n d o
p o r u n a p a r t e el o r d e n suyo i n a l t e r a b l e y p o r la o t r a los o b s t á c u l o s q u e i n t e n t a p o n e r l e la d é b i l m a n o d e l
h o m b r e , c o n s p i r a n d o t a n s ó l o á su p r o p i a infelicidad y d e s t r u c c i ó n .
C o n e s t e s o l o intento tuvo á b i e n S. M. p r e s c r i b i r á los h e r m a n o s d e l difunto D . A n t o n i o P i n e d a , q u e re-
u n i e s e n á n u e s t r a o b r a los a p u n t e s ó n o t a s d e a q u e l hábil o b s e r v a d o r , sin escribir otro viaje s e p a r a d o , el cual
c i e r t a m e n t e ó d e b í a c e ñ i r s e á p o c a s i d e a s i n c o n e x a s y n a d a útiles p a r a los p r o g r e s o s d e la ciencia, ó a d o p -
tar c o m o suyos a q u e l l o s c o n o c i m i e n t o s q u e p e r t e n e c í a n á la sola e x p e d i c i ó n : c o n este intento los h á b i l e s b o -
tánicos D . L u i s N e e y D . T a d e o H e e n k e , tributaron s i e m p r e al m i s m o p l a n a q u e l l a p a r t e d e sus d i a r i o s q u e
tuviese r e l a c i ó n con el e x a m e n d e la n a t u r a l e z a cual nos la h a b í a m o s prefijado, sin d e s c e n d e r c o n particula-
r i d a d á u n a ú otra c i e n c i a . E s t e i n t e n t o , finalmente, fué el q u e m a n i f e s t ó c o m o e s e n c i a l la o r d e n a c i ó n d e la
o b r a en M a d r i d , en d o n d e ú n i c a m e n t e p o d í a n h a l l a r s e , ó los m a n u s c r i t o s p r e c i s o s p a r a formarla, ó l o s h o m -
bres ilustrados y testigos d e vista q u e p u d i e s e n ratificar aquellas i d e a s . Cuál s e a la p r i n c i p a l división d e la
o b r a , y cuáles los m o t i v o s q u e así lo h a n d i c t a d o , lo d e m u e s t r a la I n t r o d u c c i ó n c o n la m a y o r c l a r i d a d . E r a
p r e c i s o dividir la A m é r i c a M e r i d i o n a l d e la S e p t e n t r i o n a l y d e las F i l i p i n a s . L a u t i l i d a d , las r e l a c i o n e s e n t r e
sí y c o n la matriz d e c a d a una d e estas p a r t e s , eran tan d i f e r e n t e s , q u e n o alcanzaría á reunirías la i m a g i n a -
ción más viva y a r r e b a t a d a . S i g u i e n d o , p u e s , el m i s m o o r d e n , h a b l a r é a h o r a c o n distinción d e c a d a uno d e
los libros p r e m e d i t a d o s .

T O M O P R I M E R O

Descripción física de la América Meridional comprendida entre los Cabos de Valdés y Hornos

y el Istmo de Panamá.

CAPÍTULO I.° T r a t a r é d e l m a r q u e c e r c a a q u e l país i n m e n s o , d e los golfos, d e las islas, d e las s o n d a s ,


d e los v i e n t o s d o m i n a n t e s . G r a n d e s h a r m o n í a s d e la n a t u r a l e z a e n t r e los v a r i o s e l e m e n t o s q u e la c o m p o n e n .
2.° T r a t a r é d e los t e m p e r a m e n t o s y d e las d i f e r e n t e s z o n a s c o r r e s p o n d i e n t e s . D e Sur á N o r t e , país m o n -
tuoso y país l l a n o . T é r m i n o d e las e s t a c i o n e s v a r i a b l e s y d e las c o n s t a n t e s y c o n f o r m e s á la a c c i ó n
del sol, e t c .
3. 0
P o b l a c i ó n g e n e r a l d e la A m é r i c a m e r i d i o n a l . I n d i o s p r i m i t i v o s . Invasión d e los p e r u l e r o s . I n v a s i o n e s
d e los e u r o p e o s . E s t a d o actual d e las c o l o n i a s . I d e a n a t u r a l d e d e s t e r r a r t o d o s los n o m b r e s d e t r i b u y fa-
milias p a r a u n e x a m e n s e m e j a n t e : n o se individualizan castas y n ú m e r o s .
4. 0
T r á t a s e d e l R i o d e la P l a t a y d e las P a m p a s h a s t a el P a r a g u a y y T u c u m a n . N a t u r a l e z a d e este t e r r e n o .
L o s g a n a d o s , sus u t i l i d a d e s , su m u l t i p l i c a c i ó n , su r e t i r o .
5." D e s c r i p c i o n e s i n d i v i d u a l e s d e l país r e c o n o c i d o p o r n o s o t r o s a l r e d e d o r d e M o n t e v i d e o y B u e n o s A i r e s .
6.° D e s c r i p c i o n e s d e l P u e r t o D e s e a d o y P u e r t o E g m o n t .
7. 0
R e t í n e n s e estas noticias á las d e los d e m á s n a v e g a n t e s e s p a ñ o l e s y se f o r m a u n a i d e a c a b a l d e las tie-
rras P a t a g ó n i c a s y d e l F u e g o .
8." D e s c r i p c i ó n d e la isla d e C h i l o é y d e la p a r t e m e r i d i o n a l d e l c o n t i n e n t e n o sujeta á la dominación
española.
9. 0
R e c o p i l a c i ó n d e las d i f e r e n t e s n a c i o n e s q u e h a b i t a n el país i n m e n s o d e s d e la latitud d e 36" y m e d i o
hasta el C a b o d e H o r n o s . Sus c o s t u m b r e s , sus e n l a c e s , su n ú m e r o . H i s t o r i a d e los C é s a r e s y d e los p r o y e c -
tos d e F o l - K a n e r .
10. D e s c r i p c i ó n d e C h i l e : sus n a t u r a l e s d e t o d a s e s p e c i e s , su suelo, sus m a n u f a c t u r a s , su t e m p e r a m e n t o ,
m i n a s , c o m u n i c a c i o n e s i n t e r i o r e s c o n el P e r ú y las provincias d e l V i r e i n a t o d e B u e n o s A i r e s , M e n d o z a , San
Luis d e la P u n t a y las P a m p a s .
XXIV INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

1 1 . D e l T u c u m a n , d e l P a r a g u a y , d e las m i s i o n e s d e Moxas y C h i q u i t o s , clases b i e n d i s t a n t e s d e los p e -


ruleros.
12. D e s c r i p c i ó n d e las c o s t a s d e s d e C o q u i m b o h a s t a L i m a ; m i n e r a l e s y v o l c a n e s . Uvas y a c e i t e s . C a l i d a d e s
d e l m a r y d e los v i e n t o s r e i n a n t e s . T r á n s i t o s d e c o m u n i c a c i ó n d e los p a s a j e r o s , a c a r r e o d e m u í a s . Varias c o -
m u n i c a c i o n e s c o n la c a p i t a l d e L i m a . T e m b l o r e s , ingenios d e azúcar.
13. L a Sierra d e l P e r ú , su n a t u r a l e z a y m i n a s . P e r u l e r o s q u e la h a b i t a b a n al t i e m p o d e la c o n q u i s t a . I m -
p e r i o d e l C u z c o . L a g u n a s d e C h u c u i t o . País d e las Y a n g a s . E l e v a c i ó n d e los m o n t e s . T e m p e r a m e n t o y es-
t a c i o n e s q u e la d i m a n a n ; vicuña y l l a m a . M i n e r a l e s d e a z o g u e d e G u a n c a v e l i c a .
14. D e s c r i p c i ó n d e L i m a , sus c o s t u m b r e s ; los c o l o n o s , los n e g r o s , los indios; m e z c l a d e castas, influjo d e
las c o s t u m b r e s d e l a c a p i t a l s o b r e t o d a la c o s t a . Agricultura del valle d e R i m a c . I n d u s t r i a d e los paises in-
m e d i a t o s d e l a Sierra. C o s t u m b r e s a n t i g u a s d e los p e r u l e r o s c o n s e r v a d a s en la Sierra; su naturaleza; viaje
d e los Sres. P i n e d a , H e e n k e y N e e . C o n c h a s altas, c a l i d a d d e los m o n t e s ; causas d e l c a r á c t e r actual d e los
l i m e ñ o s , vicios, e t c .
15. Pais c o m p r e n d i d o e n t r e L i m a y G u a y a q u i l . N a v e g a c i ó n , p e s c a s . L í m i t e singular d e las e s t a c i o n e s en
Payta.
16. R e i n o d e Quito. L a q u i n a , el c a c a o y los d e m á s p r o d u c t o s . M i s i o n e s y curso d e l rio d e l a s A m a z o n a s
ó Marañón.
17. M o n t e s d e C h i m b o r a z o P i c h i n c h a y J u r i g u r a g u a . O b s e r v a c i o n e s d e los A c a d é m i c o s f r a n c e s e s y Ofi-
ciales e s p a ñ o l e s . C a m i n o s d e P o p a y a n y m i n e r a l e s d e o r o .
18. D e s c r i p c i ó n d e l Brasil en c u a n t o se c o m b i n a c o n las m e d i d a s n u e s t r a s . N a v e g a c i ó n d e l M a r a ñ ó n .
P r o d u c t o s útiles p a r a el c o m e r c i o . L í m i t e s n a t u r a l e s p a r a la c o n v e n i e n c i a r e c í p r o c a . D e s e m b o c a d e r o d e
n u e s t r o s frutos p o r el O r i n o c o .
19. B o c a s d e l O r i n o c o y g o b e r n a c i ó n d e C a r a c a s . C o s t a s d e M a r a c a i b o , e t c .
20. C u r s o d e l rio d e la M a g d a l e n a hasta Santafé y P o p a y á n . N a t u r a l e s i n d ó m i t o s q u e los h a b i t a n . N e g r o s
y m u l a t o s q u e a t i e n d e n á la a g r i c u l t u r a . E s t a d o d e las m i n a s .
2 1 . E l C h o c o y el D á n o n .
22. I s t m o d e P a n a m á .
23. R e s u m e n d e la p o b l a c i ó n y p r o d u c t o s d e la A m é r i c a m e r i d i o n a l . Beneficio d e sus m i n a s ; sus industrias
r u r a l e s y azogues; c o s t u m b r e s d e sus h a b i t a n t e s y causas físicas q u e se o p o n e n p o r l a r g o t i e m p o á su p r o s -
peridad.
L o s m a t e r i a l e s p a r a e s t o s capítulos se h a l l a n t o d o s r e u n i d o s , en m i e n t e n d e r , c o n u n a m á s q u e m e d i a n a
claridad:
1.° En las o b r a s d e los E x c m o s . S r e s . J u a n y U l l o a , y p a r t i c u l a r m e n t e en las noticias a m e r i c a n a s .
2° En las m e m o r i a s m a n u s c r i t a s d e los m i s m o s Oficiales, p r e s e n t a d a s al G o b i e r n o á su r e g r e s o .
3. 0
En los viajes y reflexiones físicas d e los S r e s . B o u g u e r y C o n d a m i n e .
4. 0
En la e x c e l e n t e c o l e c c i ó n d e los m e r c u r i o s p e r u a n o s .
5.° E n la historia d e C h i l e d e l A b a t e M o l i n a .
6.° E n las d o s o b r a s d e los S r e s . A l c e d o , p a d r e é h i j o .
7." E n a l g u n o s a p u n t e s d e l M é d i c o d e L i m a , D . C o s m e B u e n o , c o n o c i d o s b a j o el n o m b r e d e L a z a r i l l o s d e
los C i e g o s .
8.° E n los p a p e l e s m a n u s c r i t o s d e D . A n t o n i o P i n e d a , d e los c u a l e s va u n a p a r t e o r d e n a d a .
9.° E n las d e s c r i p c i o n e s físicas o r d e n a d a s d e s d e B u e n o s Aires h a s t a C o q u i m b o inclusivo, q u e r e m i t i m o s
d u r a n t e el viaje.
10. E n las Guías d e f o r a s t e r o s d e L i m a y B u e n o s Aires d e estos últimos a ñ o s , q u e se h a l l a r á n e n los a r c h i -
vos d e H a c i e n d a y G r a c i a y Justicia.
11. E n la c o l e c c i ó n n u e s t r a d e p a p e l e s m a n u s c r i t o s relativos á las C o s t a s P a t a g ó n i c a s , M a l v i n a s , C h i l e , e t c .
12. E n los m a n u s c r i t o s y diarios d e los S r e s . H e e n k e y N e e , los c u a l e s h a n a t r a v e s a d o filosóficamente la
América meridional.
13. F i n a l m e n t e , en los archivos d e H a c i e n d a y G r a c i a y Justicia, p o r lo q u e t o c a á la p o b l a c i ó n y m e j o r a s
i n t e r i o r e s , y en la e x c e l e n t e c o l e c c i ó n d e m a n u s c r i t o s d e l Sr. D . M a n u e l d e A y a l a .
P e r o aun c u a n d o s u p u s i é s e m o s q u e los escritos n a c i o n a l e s n o a d o l e c i e s e n d e l d o b l e m a l i n e v i t a b l e d e h a -
b e r s e s i e m p r e o r d e n a d o c o n el interés n a t u r a l d e los e m p l e a d o s q u e los r e m i t í a n y d e l r e s p e t o , ó m e j o r d i c h o ,
e s c l a v i t u d á las leyes y c o s t u m b r e s p a t r i a s , s i e m p r e el s e m b l a n t e t a n vario q u e t o m a á c a d a p a s o la A m é r i c a
y el p o r m e n o r d e los p a s a j e s d e los cuales se i n t e n t a t r a t a r en la o b r a , exigirían i r r e m e d i a b l e m e n t e q u e l e con-
sultasen á viva voz los m u c h o s h o m b r e s instruidos y d e a u t o r i d a d q u e d e s d e el Ministerio d e l M a r q u é s d e la
S o n o r a h a n r e c o r r i d o y o r g a n i z a d o la A m é r i c a cual se h a l l a h o y en día. L o s e s c e l e n t í s i m o s S r e s . Ex-Vire-
yes Vertiz y L o r e t o , p o r lo q u e t o c a al R i o d e la P l a t a y p r o v i n c i a s i n t e r i o r e s d e a q u e l V i r e i n a t o ; D . N . Ma-
rien y los Dire'ctores d e l a C o m p a ñ í a m a r í t i m a d e P e s c a s p o r l o q u e c o r r e s p o n d e al P u e r t o D e s e a d o ;
•el Sr. D . T o m á s d e A c e v e d o , V i s i t a d o r d e C h i l e ; D . J o r g e E s c o b e d o , I n t e n d e n t e d e l P o t o s í y V i s i t a d o r d e l
P e r ú , y D . J o s é G a r c í a d e L e ó n y Pizarro, V i s i t a d o r d e l R e i n o d e Q u i t o ; el C o r o n e l d e I n g e n i e r o s D . N . R e -
q u e n a , ú l t i m o G o b e r n a d o r d e la p r o v i n c i a d e M a y n a s ; D . F r a n c i s c o S a a v e d r a y el M a r q u é s d e l S o c o r r o , ex-
G o b e r n a d o r e s d e C a r a c a s ; D . V i c e n t e d e Rivas, e x - D i r e c t o r d e la C o m p a ñ í a d e a q u e l l a s p r o v i n c i a s ; D o n
N . Galvez, e x - P r e s i d e n t e d e C h a ñ a s , y D . V i c e n t e O r e , C o r r e g i d o r en la Sierra d e l P e r ú , s o n o t r o s t a n t o s su-
g e t o s q n e d e b e n c o n s u l t a r s e p r u d e n t e m e n t e , p o r m a n e r a q u e ni se m a l o g r e n las e x c e l e n t e s noticias q u e h a n
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XXV

a c o p i a d o , ni la o b r a d e c l i n e i n s e n s i b l e m e n t e al p l a n d e r e f o r m a q u e p r o c u r a r o n i n t r o d u c i r y t a n t o s i n c o n v e -
n i e n t e s h a p r o d u c i d o en la A m é r i c a . E n c u a n t o á Misiones, p o d r í a n t a m b i é n suministrar noticias i m p o r t a n t e s
los P r o c u r a d o r e s d e los diferentes C o l e g i o s q u e r e s i d e n en esta C o r t e , y en p a r t i c u l a r el d e S a n t a Cruz d e
O c o p a ; así c o m o serán útilísimas la Historia física del Paraguay, escrita p o r el C a p i t á n d e n a v i o D . Félix Azara,
d e s t i n a d o en la línea divisoria d e l Brasil, y la d e la p r o v i n c i a d e B u e n o s Aires d e l O i d o r d e a q u e l l a A u d i e n -
cia D . R a f a e l d e V i d e s i g u e ; p e r o estos d o s t r a t a d o s n o h a n s i d o aún r e m i t i d o s á M a d r i d ; el p r i m e r o se h a
p e d i d o á R o m a al E x c m o . Sr. D . Nicolás d e Azara, su h e r m a n o , q u i e n lo r e c i b i ó en el a ñ o p a s a d o , y el s e -
g u n d o d e b e h a b e r s e p r e s e n t a d o a h o r a al n u e v o Virey D . P e d r o M e l ó . A l g o q u e d a p o r d e c i r s o b r e la in-
t e r e s a n t í s i m a c o l e c c i ó n d e m a n u s c r i t o s d e D . M a n u e l d e Ayala; e s t e c e l o s o individuo ha e m p l e a d o , n o s ó l o
una g r a n p a r t e d e su v i d a , si t a m b i é n la m a y o r p a r t e d e sus c a u d a l e s , en a c o p i a r la d i c h a c o l e c c i ó n , la cual,
ofrecida r e i t e r a d a m e n t e á S. M. p a r a q u e se c u s t o d i a s e c o n l a d e b i d a r e s e r v a y sirviese al m i s m o t i e m p o d e
n o r m a p a r a los varios a s u n t o s q u e se ofrecen t r a t a r en su C o n s e j o d e E s t a d o , d e b í a p r o d u c i r á su autor, n o
sólo los d e b i d o s a p l a u s o s d e t o d o el q u e se i n t e r e s a en el b i e n p ú b l i c o , si t a m b i é n a l g ú n p r e m i o q u e r e s a r -
c i e s e en p a r t e los sacrificios h e c h o s d e l t i e m p o y d e l d i n e r o . Sería t a n i m p r u d e n t e d e su p a r t e c o m o d e l a
n u e s t r a el q u e la o b r a a h o r a p r o y e c t a d a a p r o v e c h a s e d e t o d a s las n o t i c i a s allí c o m p r e n d i d a s , d e j a n d o d e s -
pués un caput mortorum inútil a b s o l u t a m e n t e p a r a t o d o lo q u e fuese r e l a t i v o á la ¿América. E s t o p a r e c e d i c t a r ,
y así lo h a r é p r e s e n t e á S. M. ( d e n t r o d e p o c o s días), q u e finalmente se a d q u i e r a con r e g u l a r e s c o n d i c i o n e s la
c o l e c c i ó n i n d i c a d a y q u e la a p r o v e c h e en p r i m e r l u g a r n u e s t r a o b r a , e x t r a c t a n d o l i b r e m e n t e t o d o lo q u e pa-
rezca c o n v e n i r p a r a su m a y o r u t i l i d a d y h e r m o s u r a .
L a d e s c r i p c i ó n d e l Brasil n o n e c e s i t a r á en n u e s t r o p l a n t a n t a extensión c o m o la exigen las p o s e s i o n e s
n a c i o n a l e s ; b a s t a q u e el l e c t o r e s t u d i o s o s e p a la c a l i d a d d e su s u e l o , la c l a s e d e sus m o r a d o r e s , s e a n i n d í -
g e n a s ó c o l o n o s , sus industrias m i n e r a l e s y c o m e r c i o , p a r a q u e p u e d a v a l u a r d e s p u é s ó la fuerza r e a l d e l e n e -
m i g o d o m é s t i c o , ó los principios d e d i s c o r d i a é i n q u i e t u d q u e p u e d e c a u s a r l e su i n m e d i a c i ó n ; se h a c o n s u l -
t a d o en esta p a r t e c o n la m a y o r e s c r u p u l o s i d a d t o d o lo q u e ha escrito el A b a t e R a i n a l , y m e r e c e , s e g ú n l o s
m i s m o s p o r t u g u e s e s , m u y p o c a ó n i n g u n a fé; m u c h o m e j o r e s d a t o s p o d r á n d e r i v a r s e ó d e las n o t i c i a s v e r b a l e s
del C o r o n e l R e q u e n a , ya n o m b r a d o , ó d e las q u e ya h a e n v i a d o y seguirá e n v i a n d o el E x c m o . Sr. M a r q u é s
d e Oyra, P2mbajador d e S. M. en la C o r t e d e L i s b o a .
C o m o lo h i c e ver en la I n t r o d u c c i ó n , la d e s c r i p c i ó n física d e la A m é r i c a , d i r i g i d a al b i e n sólido n a c i o n a l ,
d e b e t e n e r s i e m p r e á la vista los tres p u n t o s e s e n c i a l e s : i . ° L a p r o s p e r i d a d y m u l t i p l i c a c i ó n d e la e s p e c i e h u -
m a n a , c u a l e s q u i e r a s e a n las castas d e q u e se c o m p o n e ó los climas q u e h a b i t a . 2 . L a r e u n i ó n d e la s o c i e d a d ,
0

esto es, d e las c o l o n i a s y d e la matriz, d e m o d o q u e sus l a b o r e s é industria c o n s p i r e n u n á n i m e s á la f e l i c i d a d


c o m ú n , s i e m p r e l i g a d a c o n los s u g e r i m i e n t o s d e la naturaleza, m a d r e y m a e s t r a c o m ú n , cuyos p r e c e p t o s , m a l
a t e n d i d o s , se c o n v i e r t e n i n m e d i a t a m e n t e en otros t a n t o s r i g o r e s i m p o s i b l e s d e c o n t r a r e s t a r s e . 3 . F i n a l m e n t e ,
0

en la d e f e n s a d e t o d a la s o c i e d a d , la m e n o s m o l e s t a y más segura q u e d i c t e n l a s c o n v e n i e n c i a s l o c a l e s y l o s
p r o g r e s o s d e la o p u l e n c i a . F á c i l m e n t e , c o n estos p r i n c i p i o s á la vista, se p o d r á c o n d u c i r al filósofo d e s a p a -
s i o n a d o , á c o n s i d e r a r en la A m é r i c a m e r i d i o n a l las c u a t r o e s p e c i e s d i f e r e n t e s d e h a b i t a d o r e s q u e h a n c o n -
tribuido c o n tanto vigor al c h o q u e continuo d e sus leyes y s i s t e m a . L o s salvajes i n d í g e n a s ; los s e r m b e r o s inva-
sores; los e s p a ñ o l e s i n t r o d u c i d o s d e s p u é s , y ú l t i m a m e n t e la c o n t i n u a c o n d u c c i ó n d e los n e g r o s , b a s t a r í a n p o r sí
solos p a r a constituir la n e c e s i d a d d e un e x a m e n s e p a r a d o d e n u e s t r a e s p e c i e ; a g r e g ú e s e á esto el afán n a c i o n a l
p a r a b u s c a r las m i n a s c o l o c a d a s p o r lo c o m ú n en los t e r r e n o s m á s á r i d o s , e l e v a d o s y d e s i e r t o s ; c o n s i d é r e s e
el efecto q u e esa m i s m a clase d e industria, s e m e j a n t e á la del j u g a d o r , d e b í a p r o d u c i r en la r o b u s t e z del h o m b r e ,
en la c o l o c a c i ó n d e los p u e b l o s , en la i n g r a t i t u d d e los cultivos y en la s u a v i d a d d e las c o s t u m b r e s . L a his-
toria civil d e la A m é r i c a d e s c u b r i r á i n m e d i a t a m e n t e á los ojos d e l o b s e r v a d o r d e s a p a s i o n a d o las causas d i -
rectas d e su e s t a d o actual; l e h a r á r e m o n t a r p o c o d e s p u é s p o r u n o r d e n sencillo al e s t a d o en el cual s e
h a l l a b a al t i e m p o d e la c o n q u i s t a , y le c o n d u c i r á e n t r e el c a o s d e las c o s a s v e n i d e r a s , á descifrar la s u e r t e d e
aquella g r a n d e porción- d e l g l o b o y d e l o s i n d i v i d u o s q u e la h a b i t a n . Y a n o es t a n difícil, al m e n o s t a n
c o m p l i c a d o , el tratar c o n u t i l i d a d y a m e n i d a d el s e g u n d o l i b r o q u e a b r a z a la A m é r i c a s e p t e n t r i o n a l d e s d e el
Istmo d e P a n a m á hasta los límites más e l e v a d o s d e la California y p r o v i n c i a s internas; sus capítulos p u d i e r a n
dividirse d e tal m o d o q u e la provincia d e C o s t a R i c a y V e r a g u a , a b r a c e n el p r i m e r o ; el s e g u n d o el r e i n o d e
G u a t e m a l a ; los otros seis s i g u i e n t e s el r e i n o d e Méjico l i b r e d e i n v a s i o n e s ; el sétimo las p r o v i n c i a s internas d e l
Oriente; el o c t a v o las d e l O c c i d e n t e ; el n o v e n o las Californias a n t i g u a y m o d e r n a ; el d é c i m o las c o s t u m b r e s
mejicanas en t o d a s sus p a r t e s c o m p r e n s i v a s d e l r e i n o d e G u a t e m a l a : el u n d é c i m o las c o s t u m b r e s d e los salvajes
h a b i t a d o r e s d e la C o s t a R i c a y V e r a g u a al Sur y d e las Californias al N o r t e ; el d u o d é c i m o nuestras i n d a g a c i o -
nes físicas h e c h a s s o b r e las orillas d e l m a r Pacífico; el t r e c e la c o s t a y p r o v i n c i a d e C a m p e c h e ; el c a t o r c e la
Nueva O r l e a n s y F l o r i d a , c o n a l g u n a s n o c i o n e s d e K e n t u k i y d e la G e o r g i a ; el q u i n c e los e s t a b l e c i m i e n t o s
ingleses d e la c o s t a d e H o n d u r a s ; el dieciseis, finalmente, el e s t a d o d e la i n d u s t r i a y p o b l a c i ó n d e t o d o s los
d o m i n i o s n a c i o n a l e s , y c o m o ya lo h e m o s m a n i f e s t a d o en el capítulo p r i m e r o , las trazas e v i d e n t e s d e la h i s t o r i a
d e la conquista y los indicios d e lo q u e d e b e n p r o d u c i r en u n a é p o c a d e t e r m i n a d a m a n c o m u n a d o s c o m o l o
están en el día la n a t u r a l e z a , la l e g i s l a c i ó n y el s i s t e m a n a c i o n a l , si p u e d e l l a m a r s e así.
N o se e x t i e n d e n las reflexiones d e e s t e libro á los paises más s e p t e n l r i o n a l e s del N u e v o Méjico, inclusas
las costas d e F u c a , N u t k a y los p a i s e s i n m e d i a t o s á la Siberia, p o r q u e los individualizarán con más p r o p i e d a d
y extensión los Oficiales e n c a r g a d o s d e la r e d a c c i ó n del viaje d e las g o l e t a s Mexicana y Sutil al E s t r e c h o d e
F u c a ; y p o r lo q u e t o c a á u n a i d e a d e la Isla d e H a b a n a y d e las otras Antillas, el m i s m o o r d e n d e las ideas
irá d i c t a n d o si d e b e c o n s i d e r a r s e c o m o útil ó c o m o supérflua.
IV
XXV f INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

L a s m a t e r i a s p a r a este libro d e b e n s a c a r s e p r i n c i p a l m e n t e d e las C a r t a s d e C o r t é s , d e la H i s t o r i a d e Cla-


vijero y d o los m u c h o s m a n u s c r i t o s útiles d e l A r c h i v o d e Ayala. L o s j e s u í t a s y el O i d o r h o n o r a r i o D . J o s é
Velazquez han descrito también con m u c h a ciencia y elegancia diferentes provincias d e esc gran Imperio;
y c o m o d e s d e la visita d e l E x c m o . Sr. D . J o s é d e Gálvez, y sus d i s p o s i c i o n e s sucesivas c u a n d o fué Ministro,
s e h a l l a n p e r f e c t a m e n t e s i s t e m a d a s sus d i f e r e n t e s p r o v i n c i a s , sea en c u a n t o á n u m e r a c i ó n d e p u e b l o s , vigor d e
l a s l e y e s , beneficio d e las m i n a s y cultura d e los c a m p o s , c o m o p o r lo q u e m i r a á los d e s e m b o c a d e r o s al
m a r y c o m u n i c a c i ó n c o n la m a t r i z d e los p r o d u c t o s útiles y n e c e s a r i o s ; resulta q u e n o es t a n n e c e s a r i a u n a
c o n f r o n t a c i ó n n i m i a d e estos e l e m e n t o s c o n las p e r s o n a s q u e la h a n a d m i n i s t r a d o estos ú l t i m o s a ñ o s , t a n t o
m á s q u e el v o t o í n t e g r o y p e r s p i c a z d e t o d o s ellos p u e d e c o n s i d e r a r s e r e u n i d o en u n a sola p e r s o n a , y e s t e es
el E x c m o . Sr. C o n d e d e R e v i l l a g i j e d o . A estos d o c u m e n t o s a g r é g a n s e t o d o s los q u e h e m o s a d q u i r i d o y van
c o m p r e n d i d o s en el p a q u e t e n ú m e r o 3. Su m i s m o í n d i c e d e n o t a su i m p o r t a n c i a , y p o r lo q u e t o c a á las p r o -
v i n c i a s internas y c o s t a s d e California, p u e d e n c o n s i d e r a r s e e x t r a c t a d o s los m e j o r e s d o c u m e n t o s en la
M e m o r i a q u e f o r m é en a q u e l e n t o n c e s y a h o r a a c o m p a ñ o i g u a l m e n t e c o n los p a p e l e s i n d i c a d o s . E n n u e s t r o
p l a n t o d o el c o n t i n e n t e d e la A m é r i c a , d e l cual so h a h e c h o m e n c i ó n h a s t a aquí, d e b í a m a n i f e s t a r s e p o r
m e d i o d e cartas geográficas, las c u a l e s s e p a r a s e n en p r i m e r l u g a r las p o s e s i o n e s n u e s t r a s d e las e x t r a n j e r a s y
e n t r e aquéllas dividiesen aun á la vista del m e n o s reflexivo, los p a í s e s d e m i s i o n e s y l o s q u e h a b i t a n l o s
p u e b l o s salvajes, d e los que siguen r a d i c a l m e n t e y sin v i o l e n c i a n u e s t r a s c o s t u m b r e s , n u e s t r a r e l i g i ó n y n u e s -
tras leyes. E s t a s e p a r a c i ó n , l i b r e de, t o d o s a q u e l l o s n o m b r e s d e p u e b l o s y n a c i o n e s e r r a n t e s q u e sólo sirven
p a r a c a n s a r la vista y la m e m o r i a d e l q u e q u i e r e o c u p a r s e en estas m a t e r i a s , y c e ñ i d a á la m i s m a r a z ó n t a n
s ó l o p o r l o s p u n t o s fortificados y r e s i d e n c i a d e Jefes, G o b e r n a d o r e s y O b i s p o s , facilitaría el e s t u d i o c a b a l d e
n u e s t r o s d o m i n i o s ; y ú l t i m a m e n t e d i c t a r í a p o r sí solo cuáles son las Misiones q u e d e b e n p r o m o v e r s e , cuáles
l o s t e r r e n o s q u e p u e d e n p o b l a r s e , d ó n d e el c o l o n o p o d r á e s t a r s e g u r o sin m á s r e u n i ó n q u e la d e su familia,
d ó n d e n e c e s i t a r í a f o r m a r u n a s o c i e d a d n u m e r o s a p a r a resistir á las h o s t i l i d a d e s t r a i d o r a s d e l o s salvajes,
cuáles son, c u fin, los d e r e c h o s territoriales d e c a d a n a c i ó n d e las q u e h a n t o m a d o p a r t e en la p o s e s i ó n d e l a
A m é r i c a : s e m e j a n t e e m p r e s a 110 está fuera d e l a l c a n c e d e n u e s t r a s fuerzas. H á s e a d q u i r i d o y se van a d q u i r i e n d o
m a t e r i a l e s i m p o r t a n t í s i m o s , p e r o d e n i n g u n a m a n e r a p u d i é r a m o s p r o m e t e r n o s el l l e v a r l a á d e b i d o e f e c t o ,
m i e n t r a s D . F e l i p e Bauza, p a r t i c u l a r m e n t e e n c a r g a d o d e este r a m o , n o a c a b e el Atlas H i d r o g r á f i c o , e n el cual
s e halla hoy día totalmente ocupado.
E s t e s e g u n d o libro será, p o r su n a t u r a l e z a , m u c h o m á s e n t r e t e n i d o y m e t ó d i c o q u e el p r i m e r o . L a u n i d a d
d e M é j i c o y varias otras d e las p r i n c i p a l e s d e l R e i n o , l l e v a n c o n s i g o el s e m b l a n t e d e la o p u l e n c i a , d e l o r d e n
y d e las a n t i g u a s c o s t u m b r e s e s p a ñ o l a s . E n las m i n a s s i t u a d a s aquí en t e r r e n o s m e n o s altos y estériles q u e e n
el P e r ú , c o m b i n a n p a r a su l a b o r y beneficio los b r a z o s n e c e s a r i o s , la subsistencia fácil y los f o n d o s i n a g o t a -
b l e s ; á b r e n s e c a d a d í a n u e v o s o b j e t o s útiles en la agricultura, s e a p a r a el p r o p i o c o n s u m o ó p a r a la expor-
t a c i ó n extranjera; y si b i e n á la i n v e r s a d e l P e r ú faltan aquí rios n a v e g a b l e s q u e faciliten l a c o m u n i c a c i ó n
-de u n o á otro e x t r e m o d e l R e i n o , p u e d e n c o n s i d e r a r s e c o m o ventajas casi e q u i v a l e n t e s la n o m u c h a d i s t a n c i a
d e los d o s m a r e s , la i g u a l d a d d e los p r o d u c t o s en t o d a s sus p a r t e s , y el i n m e n s o n ú m e r o d o m u í a s , cuya
d e s t r u c c i ó n n o es tan c o m ú n p o r la m a y o r s u a v i d a d d e l s u e l o . L o s m e j i c a n o s , b i e n sea p o r u n a a g r i c u l t u r a
m e j o r o r d e n a d a , ó p o r otras m i l causas q u e a h o r a es i m p o r t u n o el i n d a g a r , se h a n p r e s t a d o m u c h o m á s
p a r a m a n c o m u n a r s e c o n los c o n q u i s t a d o r e s d e lo q u e se h a y a n p r e s t a d o los p e r u l e r o s , d e lo cual h a d i m a -
n a d o , c o m o e r a natural, el q u e las leyes t e n g a n m á s vigor; q u e la m a n o d e o b r a s e a m á s b a r a t a y p e r i ó d i c a ;
f i n a l m e n t e , q u e en t o d a s las e m p r e s a s relativas á las i n d u s t r i a s d e l s u e l o , p u e d a c a l c u l a r s e c o n la m i s m a p r o -
b a b i l i d a d c o n la cual se c a l c u l a en E u r o p a . Saldrán, p o r c o n s i g u i e n t e , muy luego á la vista d e l o b s e r v a d o r
r a c i o n a ! , los a c o p i o s i n m e n s o s d e a l g o d o n e s q u e d e las p r o v i n c i a s m e r i d i o n a l e s p a s a n á t e j e r s e á P u e b l a :
l a s g r a n a s d e O a x a c a , los añiles y a z ú c a r e s q u e a h o r a se m u l t i p l i c a n c o n t a n t a r a p i d e z y p r o s p e r i d a d . L a s
p r o v i n c i a s d e Y u c a t á n y C a m p e c h e ofrecerán al p a s o tinte: l a N u e v a O r l e a n s l a s m a d e r a s , y las m i s m a s
p r o v i n c i a s s e p t e n t r i o n a l e s , a u n q u e n o b i e n s i s t e m a d a s , c o n t r i b u i r á n sin e m b a r g o , á l a p r o s p e r i d a d y r e u n i ó n
de la M o n a r q u í a c o n a q u e l l o s p r o d u c t o s , d e los cuales n o es c a p a z u n país s i t u a d o e n la Z o n a T ó r r i d a y en
p a r t i c u l a r c o n la v a r i e d a d y c r e c i d o n ú m e r o q u e ú n i c a m e n t e p u e d e n e q u i l i b r a r en cierto m o d o n u e s t r o c o -
mercio del Asia.
L a s M i s i o n e s en la A m é r i c a s e p t e n t r i o n a l q u e a h o r a t e n e m o s á la vista, n o son t a m p o c o p o r su m i s m a
p o s i c i ó n , tan d e s o r d e n a d a s c o m o en la A m é r i c a m e r i d i o n a l . L a s h a y t a n sólo e n los d o s e x t r e m o s d e l Sur y
d e l N o r t e , p o c o útiles á la v e r d a d , t a n t o h a c i a el I s t m o d e P a n a m á c o m o h a c i a los p u e b l o s r a y a n o s d e n u e s -
tras p r o v i n c i a s internas; p e r o q u e n o sería, sin e m b a r g o , p r u d e n t e el a b a n d o n a r , así p o r p r o m e t e r m u c h o s
y m e j o r e s efectos en a m b a s Californias, c o m o p o r q u e son p o r n a t u r a l e z a otras t a n t a s g u a r d i a s v i g i l a n t e s s o b r e
la m a y o r e x t e n s i ó n d e n u e s t r o s límites r e l a t i v a m e n t e á las p o t e n c i a s rivales d e la E u r o p a , y la m e n o r aproxi-
m a c i ó n d e los salvajes á nuestras c o l o n i a s o r d e n a d a s . P e r o p a r a los r a z o n a m i e n t o s m á s f u n d a d o s d e l s i s t e m a
p o l í t i c o n a c i o n a l , i m p o r t a m u c h o el e x a m i n a r filosóficamente a q u e l l o s países, y ver h a s t a d ó n d e la n a t u r a l e z a
y la l e g i s l a c i ó n h a n influido p a r a llevarlas al e s t a d o en el cual se h a l l a n h o y en día. U n a a t e n c i ó n p a r t i c u l a r
n o p u e d e o m i t i r s e r e l a t i v a m e n t e al e x a m e n , d e l cual a h o r a t r a t a m o s , y es el v e r d a d e r o e s t a d o d e las provin-
cias d e S o n o r a y P i n c e r i a , d e l cual, si b i e n h e p r o c u r a d o d a r u n a i d e a c a b a l en l a M e m o r i a i n d i c a d a d e l a s
p r o v i n c i a s i n t e r n a s , l a c r e o , sin e m b a r g o , m á s b i e n c o n c i s a c u a n d o se t r a t e d e destruir definitivamente l o s
c o n c e p t o s e r r a d o s q u e a ñ o s há se h a b í a n f o r m a d o d e a q u e l l o s países, y q u e a h o r a p u d i e r a n c o n d u c i r n o s á
c o n s e c u e n c i a s m u y funestas c u a n d o se t r a t a s e d e e s t a b l e c e r los límites d e l I m p e r i o s o b r e las d e s c r i p c i o n e s
emprendidas.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA xxvir

P e r o ya es t i e m p o d e p a s a r al t e r c e r o y ú l t i m o l i b r o , el cual h a b l a r á d e las p o s e s i o n e s e s p a ñ o l a s en
Asia, esto es, d e las M a r i a n a s y F i l i p i n a s . E n esta p a r t e , p a r a el filósofo o b s e r v a d o r , la n a t u r a l e z a n o es m e n o s
e n t r e t e n i d a q u e la s e g u n d a , y la sola Isla d e L u z ó n , e x a m i n a d a p o r n o s o t r o s c o n b a s t a n t e exactitud, es c a p a z
d e suministrar m a t e r i a l e s fecundísimos p a r a la instrucción n a c i o n a l . C o n la diferencia d e p o c a s h o r a s , p u e d e
c o n d u c i r s e al l e c t o r , a t ó n i t o d e la s u m a f e r t i l i d a d d e un suelo c u l t i v a d o c o n t o d o el a r t e q u e p u e d a d e s e a r s e i
á unos b o s q u e s i m p e n e t r a b l e s y h ú m e d o s , d o n d e el m i s m o sol n o t i e n e c a b i d a a l g u n a . D e unos p u e b l o s civili-
z a d o s , t r a n q u i l o s y el r e t r a t o d e l a d o c i l i d a d d e l m a l a y o y d e su feliz m u l t i p l i c a c i ó n , á unas tribus e r r a n t e s ,
m o n t a r a c e s y p a r e c i d a s m á s b i e n á las fieras q u e á los h o m b r e s . Y d e la s u m a s e q u e d a d á la lluvia casi
c o n t i n u a d e seis m e s e s .
L a s a l u b r i d a d d e l c l i m a d o las Filipinas; su p o s i c i ó n e s e n c i a l m e n t e útil p a r a el c o m e r c i o c o m b i n a d o d e
Asia con la E u r o p a y l a A m é r i c a ; la m i s m a facilidad c o n la cual allí se multiplica la especie h u m a n a p o r m a -
n e r a q u e p u e d a n surtirse f á c i l m e n t e la n a v e g a c i ó n y las e m i g r a c i o n e s p e r i ó d i c a s en una M o n a r q u í a tan ex-
t e n d i d a c o m o la n u e s t r a , h a n m e r e c i d o ya en este siglo la a t e n c i ó n y la envidia d e las n a c i o n e s c o m e r c i a n -
tes y e u r o p e a s , y e x i g e n a h o r a d e n u e s t r a p a r t e u n e x a m e n reflexivo y d i r i g i d o d e l solo b i e n n a c i o n a l . L a
n a c i ó n m a l a y a m e r e c e p o r sí el e x a m e n d e l filósofo. P r o p e n s a c o n e x t r e m o á la n a v e g a c i ó n , h a e m i g r a d o
ella sola c o n m á s tino y facilidad q u e nuestros e u r o p e o s , en c u a l q u i e r a siglo se o b s e r v e ; p r o p e n s a á la multipli-
c a c i ó n , h a a d o p t a d o los a l i m e n t o s , los trajes y la legislación q u e m á s l e c o n v e n í a n p a r a este intento; tan
a p a c i b l e e n las s e m e n t e r a s y en las c h o z a s , c o m o feroz en la g u e r r a , se ha a m o l d a d o , sí, á n u e s t r o sistema;
p e r o al m i s m o t i e m p o h a m o d i f i c a d o , p a r a h a c e r l o s l l e v a d e r o s , los varios arbitrios q u e h a b í a m o s i n t r o d u c i d o
e n a m b a s A m é r i c a s . F i n a l m e n t e , d e l s u m o g r a d o d e civilización c o n el cual se p r e s e n t a n en n u e s t r a s Filipi-
n a s , h a n p o d i d o p a s a r al s u m o g r a d o d e r u s t i c i d a d y l i b e r t a d política, c o n el cual se p r e s e n t a n en las varias
islas d e l M a r Pacífico, sin a b a n d o n a r , sin e m b a r g o , su instinto primitivo: el d e vivir s u b o r d i n a d o s , m u l t i p l i c a r s e ,
trabajar p a r a su s u s t e n t o ú n i c a m e n t e y llevar u n a v i d a a l e g r e y d i v e r t i d a .
N o d e b e inferirse d e las h o s t i l i d a d e s y r e n c o r q u e c o n t r a n u e s t r o s isleños e s p l a y a n los m á s m e r i d i o n a l e s
d e B o r n e o , M a c a s a r , e t c . , q u e la especie n o sea la m i s m a d e unos y o t r o s . L a s invasiones e u r o p e a s ; la tiranía
c o d i c i o s a d e los h o l a n d e s e s ; n u e s t r a s g u e r r a s p o c o a d v e r t i d a s d e l siglo p a s a d o en a q u e l l a p a r t e d e l m u n d o ;
el m i s m o afán i m p r u d e n t e d e i n t r o d u c i r la r e l i g i ó n y á su s o m b r a la v i o l a c i ó n d e los d e r e c h o s , son las v e r d a -
d e r a s causas q u e h a n a t i z a d o y c o n s e r v a n aún esta g u e r r a fatal, la cual nos d e s p o j a a n u a l m e n t e d e seiscientos
á o c h o c i e n t o s vasallos y n o s h a c e m a l o g r a r los i n m e n s o s p r o d u c t o s d e un c r e c i d o n ú m e r o d e islas fértilísi-
m a s . N o es a r r o j o el a s e g u r a r q u e h a l l a d o u n arbitrio p a r a q u e c e s a s e esta g u e r r a c o n t i n u a , l a p o b l a c i ó n d e
las Filipinas p u d i e r a c r e c e r i n m e n s a m e n t e y s u b s a n a r , siquiera en p a r t e , la d e s t r u c c i ó n p e r i ó d i c a d e h o m b r e s
q u e la p o s e s i ó n d e la A m é r i c a , y m u c h o m á s el beneficio d e las m i n a s , c a u s a n c o n s t a n t e m e n t e á n u e s t r a P e -
nínsula.
D e lo d i c h o se infiere q u e la d e s c r i p c i ó n física d e las Islas Filipinas d e b í a tratar c o n distinción en p r i m e r
lugar d e l c l i m a , p o s i c i ó n y f e r a c i d a d d e l s u e l o , y d e s p u é s d e sus m o r a d o r e s y d e las c o s t u m b r e s q u e los dis-
tinguen, s e a en c u a n t o á a g r i c u l t u r a , i n d u s t r i a y a r t e s , c o m o al i d i o m a , m ú s i c a , v i d a d o m é s t i c a y g e n i o
militar.
N o m e r e c e n m e n o r a t e n c i ó n las d o s clases diferentes d e p u e b l o s q u e h a b i t a n los m o n t e s i n t e r i o r e s d e la
Isla d e L u z ó n , y son los i g o r r o t e s y los n e g r i l l o s . O c ú p a n s e c o n t i n u a m e n t e los m i s i o n e r o s en r e t r a e r l o s d e la
vida b r u t a l á la cual están e n t r e g a d o s e n t r e los b o s q u e s ; p e r o la legislación, ó p o r m e j o r decir, a q u e l l a s e r i e
d e ó r d e n e s q u e se lleva á d e b i d o efecto, se l e o p o n e d i r e c t a m e n t e ; y así en este m o m e n t o m á s b i e n h e m o s
p e r d i d o q u e a d e l a n t a d o en esta p a r t e e s e n c i a l d e n u e s t r o s p a s o s , ni es fácil c o n o c e r si d i s m i n u y e n d o el n ú -
m e r o d e a q u e l l o s salvajes en razón d e l m é t o d o c o n el cual viven, p o d e m o s esperar p a r a las é p o c a s v e n i d e r a s
un día en el cual ó se d e s t r u y a n e n t e r a m e n t e ó se a g r e g u e n á n u e s t r a s o c i e d a d los p u e b l o s i n d i c a d o s .
L a s Islas M a r i a n a s , cuales son en el día, n o suministran m a t e r i a l e s p a r a u n e x a m e n t a n d e t a l l a d o . Son cier-
t a m e n t e falsas las p o n d e r a d a s d e s c r i p c i o n e s d e su n u m e r o s a p o b l a c i ó n al t i e m p o en q u e las c o n q u i s t a m o s .
Al c o n t r a r i o , n o es en n a d a p o n d e r a d a la d e s c r i p c i ó n d e su f e r t i l i d a d ; p u e d e n c o n s i d e r a r s e c o m o el límite
d e las M o n z o n e s q u e c a u s a n la fertilidad en los m a r e s d e l Asia; hay, sin e m b a r g o , b a s t a n t e h u m e d a d p a r a
que los frutos d e la agricultura, incluso el beneficio d e la azúcar, p u d i e s e n sustentar un n ú m e r o g r a n d í s i m o
d e h a b i t a d o r e s , y su división en varias islas, fáciles á c o m u n i c a r s e una c o n otra, d a r í a tal vez l u g a r á q u e la
repartición d e los r a m o s d e i n d u s t r i a fuese m á s m e t ó d i c a , c o m o t a m b i é n la s e g r e g a c i ó n d e l o s d í s c o l o s , l a
i n t r o d u c c i ó n d e los c o l o n o s e m i g r a d o s d e las Islas C a r o l i n a s , e t c . E s á la v e r d a d b i e n sensible q u e c a r e z c a n
a b s o l u t a m e n t e d e p u e r t o s p a r a un c r e c i d o n ú m e r o d e b u q u e s . E l p e q u e ñ o p u e r t o d e A p r a ó S a n L u i s , a p e n a s
p u d i e r a c o n t e n e r tres ó cuatro e m b a r c a c i o n e s d e n o m u c h o p o r t e ; p e r o en d e s q u i t e las r a d a s d e H u m a t a y
Finían, son a c c e s i b l e s y seguras en casi t o d o el a ñ o .
D e s p u é s d e las i d e a s i n d i c a d a s d e las Islas M a r i a n a s y Filipinas, era mi á n i m o el p r e s e n t a r al l e c t o r u n
extracto j u i c i o s o d e los p r o d u c t o s y climas d e las d e m á s islas q u e c i ñ e n el m a r Pacífico p o r el O e s t e . S o n
g e n e r a l m e n t e h a b i t a d a s , ó p o r los m a l a y o s ó p o r los n e g r o s . T a l vez exigen alguna a t e n c i ó n los h a b i t a d o r e s
d e la N u e v a C a l e d o n i a , N u e v a H o l a n d a y N u e v a Z e l a n d a , los cuales p a r e c e n derivar en su o r i g e n p r i m i t i v o
d e otras castas distintas.
C o n c l u i d o aquí lo q u e se refiere al s e g u n d o t o m o , es t i e m p o ya d e p a s a r al t e r c e r o ; esto es, al e x a m e n
político d e la A m é r i c a . O b r a d e l i c a d í s i m a , la cual exige tal vez m a y o r pulso y c a u t e l a d e las q u e c a b e n en mi
m é t o d o d e t r a t a r estas m a t e r i a s . Y o h a b í a c o m p r e n d i d o q u e d e s p u é s d e la i n m e n s i d a d d e p r o y e c t o s q u e
d e s d e la conquista se h a b í a n p r o p u e s t o al G o b i e r n o en diferentes t i e m p o s , el p r o p o n e r n u e v a s e s p e c i e s q u e
XXVIII INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

n o v a r i a s e n d e a q u e l m é t o d o h u b i e r a s i d o c a n s a d o , inútil y tal v e z ofensivo p a r a l o s d e p o s i t a r i o s d e l o r d e n


p ú b l i c o , los cuales en el día vigilan m á s d e c e r c a y con m a y o r e s c o n o c i m i e n t o s s o b r e la b u e n a a d m i n i s t r a -
c i ó n d e t o d a la M o n a r q u í a . A d v e r t í en las d i f e r e n t e s é p o c a s y en los d i f e r e n t e s países d e la A m é r i c a q u e iba
r e c o r r i e n d o , q u e el m a l primitivo y la c a u s a sola d e n u e s t r o s d e s ó r d e n e s e s t r i b a b a en la C o n s t i t u c i ó n . M e
c o n v e n c í a d e esto m i s m o así al r e c o r r e r las historias políticas n a c i o n a l e s c o m o al t e n e r á la vista t o d o s l o s
a s u n t o s relativos á la A m é r i c a q u e o c u p a b a n h o y en día al G o b i e r n o ; ni á la v e r d a d n u e s t r o m é t o d o d e a d m i -
n i s t r a r a q u e l l o s d o m i n i o s , p o d í a l l a m a r s e r e c t a m e n t e una C o n s t i t u c i ó n c u a n d o a t e n d i é s e m o s las d i f e r e n t e s
causas q u e d e s d e los R e y e s D . F e r n a n d o y D o ñ a I s a b e l h a s t a n u e s t r o s días, ya h i c i e r o n d e la A m é r i c a el t e a t r o
d e mil h a z a ñ a s d e p a r t e d e n u e s t r o s c o n q u i s t a d o r e s a v e n t u r e r o s , ya s e p a r á n d o l a d e l C o n t i n e n t e casi en el
m i s m o m o d o en el cual e s t a b a antes d e d e s c u b r i r s e , la h i c i e r o n fácil p r e s a ó d e los p i r a t a s s a l t e a d o r e s q u e
p o r u n o y otro m a r la b l o q u e a b a n e x t e r i o r m e n t o , ó d e los q u e g o b e r n a b a n en el país i n t e r i o r los i n d i o s y los
c o l o n o s , ó ya, finalmente, e n las últimas é p o c a s v a r i a r o n t a n t a s v e c e s el m é t o d o d e g o b e r n a r l a y d e f e n d e r l a
c u a n t o s d i e r o n c a b i d a á los m u c h o s p r o y e c t o s q u e se p r e s e n t a b a n p a r a este i n t e n t o . C o n f u n d i é r o n s e indis-
t i n t a m e n t e c o n el n o m b r e d e A m é r i c a los p a í s e s d e s i e r t o s d e la p a r t e m e r i d i o n a l , las p o b l a c i o n e s c o l o c a d a s
s o b r e las c u m b r e s m á s altas d e los m o n t e s y la's q u e g o z a b a n d e l c o n v e n i o y n a v e g a c i ó n d e la orilla. C o n -
f u n d i é r o n s e los p a i s e s s u g e t o s á n u e s t r a s leyes con los q u e h a b i t a b a n los salvajes aún n o d o m e s t i c a d o s ; n u e s -
tros e n l a c e s territoriales c o n las p o t e n c i a s rivales e u r o p e a s se h i c i e r o n c a d a d í a m á s o s c u r o s y c o m p l i c a d o s ;
p r e t e n d i ó s e aplicar al R e i n o d e Méjico y á las Filipinas lo q u e tal vez p o d í a ser o p o r t u n o p a r a las provin-
cias d e la P l a t a ó d e l P e r ú ; finalmente, los p e d r i s c o s á r i d o s y d e s i e r t o s d e las Malvinas y c o s t a P a t a g ó n i c a
y los m i s e r a b l e s anfibios d e la c o s t a d e Nutka, c a u s a r o n á la n a c i ó n c o n q u i s t a d o r a m a y o r e s gastos y ries-
g o s q u e los q u e tal vez l e c a u s a r o n las tierras fértilísimas y las c i u d a d e s p o p u l o s a s d e l R e i n o d e Méjico y las
Filipinas.
E s t e p e q u e ñ o e x t r a c t o d e la historia n a c i o n a l p e d í a m a y o r a t e n c i ó n c u a n d o lo refiriésemos al e s t a d o a c -
t u a l d e las cosas; a ú n i g n o r á b a m o s los límites d e l I m p e r i o . U n Virey p r o p o n í a invadir lo q u e otro h a b í a
a b a n d o n a d o ; la u t i l i d a d d e l s i s t e m a r e l i g i o s o en las Misiones se confundía c o n su vida e s c a n d a l o s a en los
p u e b l o s g r a n d e s ; ya se e q u i v o c a b a n los a b u s o s c o n las causas y las c a u s a s c o n los efectos; finalmente, no
h a b í a cálculos ni m e d i d a s q u e a l c a n z a s e n á definir r e c t a m e n t e cuál e r a la influencia d e las c o l o n i a s s o b r e la
matriz; cuáles los d e r e c h o s l e g a l e s d e e n t r a m b a s , cuál su u t i l i d a d r e c í p r o c a , y cuál, finalmente, el efecto d e
u n a tan g r a n d e e x t e n s i ó n d e d o m i n i o s s o b r e la felicidad individual y s o b r e la v e r d a d e r a fuerza r a c i o n a l .
U n d e s o r d e n t a m a ñ o d e i d e a s , r e m o n t a b a n a t u r a l m e n t e h a s t a las é p o c a s d e la c o n q u i s t a . E r a m e n e s t e r d e -
cidir estas g r a n d e s c u e s t i o n e s : si el d e s c u b r i m i e n t o d e la A m é r i c a y los a c c i d e n t e s q u e d e él h a n d i m a n a d o
h a s t a el día, p u e d e n c o n s i d e r a r s e c o m o u n a f e l i c i d a d p a r a la E s p a ñ a actual; y si a t e n d i d a s t o d a s las c i r c u n s -
t a n c i a s d e la M o n a r q u í a , y c o m b i n a d a s c o n el e s t a d o político d e t o d o el g l o b o , d e b e p r o m e t e r s e u n a g r a n d e
p r o s p e r i d a d d e la a d m i n i s t r a c i ó n ó s i s t e m a n u e v a m e n t e p r o p u e s t o . P o r q u e , R m o . P a d r e , j a m á s p o d r á p a r e c e r
p l a u s i b l e una r e f o r m a si n o se d e m u e s t r a n e v i d e n t e m e n t e los m a l e s q u e d i m a n a r a n d e l s i s t e m a a n t e r i o r ;
j a m á s p o d r á h a b e r h a r m o n í a en las leyes y a m o r d e t o d a la s o c i e d a d h a c i a ellas, si n o c o m p r e n d e n l o s h o m -
b r e s reflexivos, ó su n e c e s i d a d ó su u t i l i d a d .
E s t o s u p u e s t o , m e p a r e c e q u e el t r a t a d o p o l í t i c o p r o y e c t a d o d e b í a t o m a r su o r i g e n á i m i t a c i ó n d e l s e ñ o r
R o b e r s t o n , d e l e s t a d o d e E s p a ñ a al t i e m p o d e l d e s c u b r i m i e n t o d e la A m é r i c a . N o se exigen aquí a q u e l l a s
p a r t i c u l a r i d a d e s , p r o p i a s t a n sólo d e l h i s t o r i a d o r , q u e d e s m e n u z a n las é p o c a s , los t r a n c e s , el c a r á c t e r d e los
sujetos, y c u a n t o c o n d u c e al c o n o c i m i e n t o d e l a s c o s a s p a s a d a s . E l político., p a r t e d o n d e a c a b a el h i s t o r i a -
d o r ; el u n o d e s c r i b e lo q u e h a a c a e c i d o en o t r a s é p o c a s ; el o l r o , c o m b i n a n d o lo p a s a d o y lo p r e s e n t e , p a s a
á investigar y á dirigir c o n a c i e r t o lo v e n i d e r o . P e r o al m i s m o t i e m p o o c u r r í a s e u n a dificultad c o n s i d e r a b l e , y
e r a la d e fijar c o n c e r t e z a el e s t a d o d e o p u l e n c i a en el cual se h a l l a b a la M o n a r q u í a al t i e m p o d e sus c o n -
quistas u l t r a m a r i n a s . L a f a m o s a feria d e M e d i n a , t o m a d a p o r n u e s t r o s e s c r i t o r e s políticos c o m o l a p i e d r a d e
t o q u e d e l a a n t i g u a o p u l e n c i a n a c i o n a l , c i t á n d o l a t o d a p o r la sola a u t o r i d a d d e S a n c h o d e M o n e a d a , p a r e c í a
d e s p u é s d e un e x a m e n m o d e r n o s u m a m e n t e e q u i v o c a d a , ó b i e n se c o n s u l t a s e n los a r m a m e n t o s d e C o l ó n y
C o r t é s en sus c a r t a s al E m p e r a d o r C a r l o s V, ó e x a m i n á s e m o s las n o t a s á las O r d e n a n z a s d e M a r i n a d e l R e i n o
d e A r a g ó n , c o p i a d a s y p u b l i c a d a s p o r D . A n t o n i o C a p m a n y ó r e c o r r i é s e m o s , finalmente, c o n el escritor p e r s -
p i c a z d e la historia d e l P o t o s í , a q u e l l o s t i e m p o s en los c u a l e s J a c o b o I, R e y d e A r a g ó n , o r d e n a b a q u e nin-
g u n o p u d i e s e c o m e r m á s d e d o s v i a n d a s , sin e x c e p t u a r s e él m i s m o d e esta ley. F e r n a n d o el C a t ó l i c o d e c í a á
su tío el A l m i r a n t e d e Castilla: « Q u e d a o s á c o m e r c o n N o s , q u e t e n e m o s pollas.» Y el m i s m o , p i d i é n d o l e l a s
C o r t e s d e Castilla d e j a s e e n t r a r p i m i e n t a y c a n e l a q u e h a b í a e m p e z a d o á venir d e P o r t u g a l p o r la I n d i a , d e c í a :
« E x c u s e m o s e s t o , q u e b u e n a e s p e c i a es el ajo.»
S i n ' a t r e v e r m e á p e n e t r a r a h o r a en lo m á s s a g r a d o d e n u e s t r a s historias n a c i o n a l e s y en la p r e s e n t e crítica
c o n la c u a l d e b e n i n t e r p r e t a r s e , d i r é , sin e m b a r g o , q u e m e r e c e s u m a a t e n c i ó n esta m a t e r i a p a r a d e d u c i r c o n
c o r d u r a d e l influjo del d e s c u b r i m i e n t o y g o b e r n a c i ó n d e la A m é r i c a , s o b r e la p r o s p e r i d a d n a c i o n a l . Ni n o s
a l u c i n e n ó las a b u l t a d a s fábricas d e - S e g o v i a , ó los m u c h o s t e l a r e s d e Sevilla y G r a n a d a . T a l vez n o existieron,
tal vez n o a l c a n z a r a n en el e s t a d o d e los t e l a r e s d e e n t o n c e s , á vestir m e d i a n a m e n t e l a sola N a c i ó n , c u a n d o
p o r otra p a r t e l o s f r a n c e s e s , i n g l e s e s y m o r i s c o s , h a l l á b a n s e a ú n en m a y o r p o b r e z a q u e n o s o t r o s , y l o s italia-
n o s se a b a s t e c í a n p o r sí m i s m o s d e las ferias m á s o p u l e n t a s d e A l e j a n d r í a . D e m o s t r a d o q u e l a N a c i ó n e r a
p o b r e al t i e m p o d e la c o n q u i s t a ; q u e sus esfuerzos m i l i t a r e s e n la A m é r i c a n o p u d i e r o n c a u s a r su d e s p o b l a -
c i ó n y d e b i l i d a d ; que d e s p u é s d e la expulsión d e l o s m o r i s c o s , ni siquiera l a s g u e r r a s d e F l a n d e s é Italia
p u e d e n c o m p a r a r s e en c u a n t o á d e s t r u c c i ó n á las g u e r r a s civiles d e I n g l a t e r r a , F r a n c i a é Italia; es p r e c i s o ,
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XXIX

finalmente, i n d a g a r una causa d e la cual d i m a n e r e c t a m e n t e la d e s p o b l a c i ó n , la p o b r e z a y el d e s o r d e n natu-


ral d e E s p a ñ a ; y esta causa n o es otra, en mi e n t e n d e r , q u e la p o s e s i ó n i l i m i t a d a y la g o b e r n a c i ó n d e s o r d e -
nada de América.
P e r o sería el d a r u n a extensión e n f a d o s a á estos a p u n t e s , si quisiese analizar u n o p o r uno los d i f e r e n t e s
r a z o n a m i e n t o s q u e m e han g u i a d o en esta s e n d a oscura, p a r a d e s e n v o l v e r los i n c o n v e n i e n t e s políticos d e la
p o s e s i ó n d e n u e s t r a s c o l o n i a s y los r e m e d i o s q u e p r e s e n t a n sus c i r c u n s t a n c i a s . E n un m o m e n t o en el cual
t o d o s los lazos d e l o r d e n social se h a n e x a m i n a d o s e p a r a d a m e n t e y u n i d o s e n t r e sí; en un m o m e n t o en el
cual so h a n t r a í d o á la práctica t o d o s los a b u s o s d i c t a d o s p o r el d e m a s i a d o a b a n d o n o d e los metafísicos á sus
i m a g i n a c i o n e s e x a l t a d a s , n o será tal vez difícil el d e m o s t r a r q u e el s i s t e m a d e las c o l o n i a s , d e q u i e n d i m a n a
el s i s t e m a m e r c a n t i l , h a sido y será el o r i g e n d e m u c h o s m a l e s q u e a g o b i a n á la E u r o p a en el día. C o n esta
a t e n c i ó n , m e h a p a r e c i d o , p u e s , más o p o r t u n o el o r d e n a r t a m b i é n esta p a r t e d e la o b r a en los capítulos s i g u i e n -
tes, los c u a l e s a b r a z a n ó el t o d o ó el m a y o r n ú m e r o d e los o b j e t o s q u e d e b e n t e n e r s e á la vista en el t r a t a d o
p r o p u e s t o . Sírvase V. S. r e c o r r e r l o s c o n a l g u n a a t e n c i ó n y s e g u i r m e d e s p u é s en las reflexiones i m p o r t a n t e s q u e
d e allí m i s m o d e b e n d i m a n a r .

TOMO III

Examen político de los dominios ultramarinos de España.

INTRODUCCIÓN

CAPITULO I . ° S e analiza el v e r d a d e r o e s t a d o d e la o p u l e n c i a n a c i o n a l al t i e m p o d e la c o n q u i s t a d e
América.
2." Se h a c e un r e s u m e n d e las e m i g r a c i o n e s q u e h a c a u s a d o á la m a t r i z su p o s e s i ó n . I n c o n v e n i e n t e s d e l
sistema militar; esto es d e c i r , p o c a s m u j e r e s y m u c h o s c é l i b e s .
3. 0
Se e x a m i n a n las c o s t u m b r e s p o l í t i c a m e n t e y su influjo n a t u r a l , s o b r e el n o r e g r e s a r los e m p l e a d o s ó
e m i g r a d o s n u e v a m e n t e á E s p a ñ a . Útil efecto en esta p a r t e d e l c o m e r c i o l i b r e .
4. 0
C o r r e s p o n d e n c i a d e los diferentes p e r i o d o s d e la historia n a c i o n a l en A m é r i c a y en E u r o p a , y ó r d e n e s
R e a l e s p a r a q u e p r o c u r e n beneficiar en la n u e v a E s p a ñ a la s e d a y el c á ñ a m o , y en los r e i n o s d e Murcia y
V a l e n c i a el añil y g r a n a .
5. 0
Análisis d e l s i s t e m a n a c i o n a l d e las m i n a s . H i s t o r i a d e l valor d e los m e t a l e s ricos en A m é r i c a , en
E u r o p a y en el Asia, d e s d e la c o n q u i s t a h a s t a a h o r a . P o r qué á m e d i d a d e h a b e r c r e c i d o el p r o d u c t o d e las
minas, h a c r e c i d o la i n t r o d u c c i ó n d e l p a p e l m o n e d a . D i s c u s i ó n s o b r e la l i b e r t a d d e la i n t r o d u c c i ó n d e l a z o g u e
é historia d e los c o n t r a t o s y a b a s t o s d e este m e t a l d e s d e E u r o p a , A m é r i c a y Asia.
6.° Análisis d e l s i s t e m a d e e m i g r a c i ó n y a g r i c u l t u r a a m e r i c a n a .
7. 0
Influjo d e e n t r a m b o s s i s t e m a s en la l e g i s l a c i ó n y a d m i n i s t r a c i ó n d e las r e n t a s d e A m é r i c a .
8.° í d e m en la a d m i n i s t r a c i ó n r e l i g i o s a .
9. 0
í d e m en el s i s t e m a militar d e m a r y tierra p a r a su c u s t o d i a y d e f e n s a .
10. R e t r o a c c i ó n d e estas c a u s a s en el s i s t e m a n a c i o n a l d e l C o n t i n e n t e y a m a l g a m a viciosísima d e los in-
tereses r e c í p r o c o s d e éste y d e l a s c o l o n i a s .
11. E s t a d o p o l í t i c o d é l a E u r o p a en la é p o c a actual y p r i n c i p i o s sociales á q u e p r o p e n d e .

LIBRO PRIMERO

Examen político del continente meridional de la América, desde el Istmo de Panamá hasta el Cabo de Hornos.

CAPITULO I . ° P o r qué t o d a esta p a r t e extensísima d e la A m é r i c a , d e b e , c o m o en las p r i m e r a s é p o c a s d e l a


conquista, formar u n a sola g o b e r n a c i ó n . D i s t i n c i ó n en ella d e los paises agrícolas y d e las m i n a s .
2.0
E n l a c e s y r e u n i ó n r e c í p r o c a d e los diferentes paises q u e c o m p o n e n esta r e g i ó n , sus p r o d u c t o s y sus n e -
c e s i d a d e s . Sus r e l a c i o n e s c o n el C o n t i n e n t e a n t i g u o y sus e n e m i g o s i n t e r n o s y e x t e r n o s .
3.0
Sistema d e l e g i s l a c i ó n q u e r i g e en el día; sus c o n t r a d i c c i o n e s y su d e b i l i d a d .
4-° M é t o d o p a r a su s i s t e m a militar, relativo á las invasiones e x t e r n a s .
5.0
M é t o d o p a r a su s i s t e m a d e a g r i c u l t u r a , c o m e r c i o y p o b l a c i ó n .
6.° C o l o c a c i ó n d e las diferentes a u t o r i d a d e s y m e d i o s p a r a evitar los c h o q u e s e n t r e u n a s y o t r a s .
7.0
E n q u é p u e d e c o n t r i b u i r al b i e n g e n e r a l d e la M o n a r q u í a y cuáles son sus d e r e c h o s p a r a q u e ésta sea
garante d e su c o n s e r v a c i ó n territorial.
9. 0
Sistema relativo á las c o l o n i a s d e l Brasil.
10. í d e m á las c o l o n i a s d e O r i n o c o y G u a y a n a .
11. S i s t e m a d e las Misiones y r e f o r m a del e s t a d o eclesiástico.
12. Subsistencia d e la p a r t e c o r r e s p o n d i e n t e d e la A r m a d a .
13. D e t e r m i n a c i ó n d e n u e s t r o s límites y su ratificación c o n las p o t e n c i a s d e la E u r o p a .
XXX INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

LIBRO SEGUNDO

Examen de la América septentrional desde el Istmo de Panamá hasta las fronteras del Norte.

CAPITULO I . ° E s t a d o d o l a s m i n a s e n el r e i n o d o Méjico, e n l a s p r o v i n c i a s i n t e r n a s y e n el r e i n o d e
G u a t e m a l a y T i e r r a F i r m e e n el Sur.
2. E s t a d o d e su a g r i c u l t u r a y p r o d u c t o s d o i n d u s t r i a .
0

3. E n q u é n e c e s i t a l a A m é r i c a s e p t e n t r i o n a l e s p a ñ o l a el auxilio d e las d e m á s p a r t e s c o n s t i t u y e n t e s d e l a
0

M o n a r q u í a p a r a su p r o s p e r i d a d i n t e r n a .
4. U t i l i d a d d e las r e f o r m a s d e l s e ñ o r M a r q u é s d e S e ñ o r a .
u

5. Su-sistema d e c o m e r c i o .
0

6.° Su sistema d e m i s i o n e s .
7. E n e m i g o s e x t e r n o s é i n t e r n o s c o n l o s cuales d e b e lidiar.
0

8.° S e e x a m i n a p a r t i c u l a r m e n t e l a invasión inglesa d e l r e i n o d e N i c a r a g u a .


9.0 L í m i t e s c o n l o s E s t a d o s - U n i d o s d e la A m é r i c a , d e t e r m i n a c i ó n d e n u e s t r a frontera d e l N o r t e y su r a t i -
ficación c o n l a s p o t e n c i a s d e E u r o p a
10. S u b s i s t e n c i a s d e la p a r t e c o r r e s p o n d i e n t e d e A m é r i c a .
11. S i s t e m a e c o n ó m i c o y militar d e esta p a r t e d e l a M o n a r q u í a .
12. H a s t a d ó n d e p u e d e contribuir á l a p r o s p e r i d a d n a c i o n a l y cuáles s o n l o s e n l a c e s suyos c o n l a m a t r i z .
13. S i s t e m a d e l e g i s l a c i ó n q u e r i g e e n el d í a y sus i n c o n v e n i e n t e s y d e b i l i d a d .
14. N u e v a c o l o c a c i ó n d e l a s d i f e r e n t e s a u t o r i d a d e s y m e d i o s d e evitar sus c h o q u e s .
15. E n l a c e s d e esta p a r t e d e l m u n d o c o n e l A s i a .
16. E m i g r a c i ó n d e l a C h i n a sustituida á l a d e l o s n e g r o s .

LIBRO TERCERO

Sobre los establecimientos nacionales de las Filipinas y Marianas.

CAPITULO I.° Cuál es l a u t i l i d a d d e las M a r i a n a s y b a j o d e q u é s i s t e m a d e b e n c o n s e r v a r s e . E m i g r a c i ó n


d e l a C h i n a y d e l a s C a r o l i n a s á su favor. E m i g r a c i ó n , c a u s a y g u b e r n a t i v a d e l o s e u r o p e o s y filipinos.
2. P r o y e c t o s a c t u a l e s d e a g r i c u l t u r a e n la Isla d e L u z ó n .
0

3.° D e s p o b l a c i ó n y p o c a s e g u r i d a d d e las d e m á s Islas F i l i p i n a s .


4. C a u s a s d e esta d e s p o b l a c i ó n y m é t o d o d e atajar estas irrupciones d e l o s s o l v a n o s y m i n d a n a o s .
0

5." S o b r e l a civilización d e l o s i g o r r o t e s y n e g r i l l o s d e l a Isla d e L u z ó n .


6." S o b r e la c o n s e r v a c i ó n d e l o s p r e s i d i o s d e B a t a n e s y M i n d a n a o .
7.° E s t a d o d e las n a c i o n e s e u r o p e a s e n el Asia y sus c o n e x i o n e s c o n l a s Filipinas.
8.° S i s t e m a n u e s t r o d e d e f e n s a e n e l Asia.
9. S i s t e m a n u e s t r o militar p a r a hostilizar.
0

10. C o m e r c i o d e l a E u r o p a c o n l a C h i n a y u t i l i d a d d e h a c e r l o d i s c r e t o c o n la A m é r i c a .
11. M a n u t e n c i ó n e n las Filipinas d e la p a r t e c o r r e s p o n d i e n t e á l a A r m a d a .
12. S i s t e m a religioso e n l a s Islas F i l i p i n a s .
13. Futilidad q u e p u e d e n r e n d i r d i c h a s Islas a l total d e l a M o n a r q u í a y sus d e r e c h o s p a r a s e r d e f e n d i d a s .
14. S i s t e m a d e g o b i e r n o y r e s i d e n c i a s d e l o s diferentes d e p o s i t a r i o s d e l a a u t o r i d a d p ú b l i c a .

CONCLUSIÓN

CAPITULO I.O R e s u l t a d e la n a t u r a l e z a d e l o s principios s e n t a d o s , q u e el C ó d i g o a n t i g u o d e l a l e g i s l a c i ó n


d e A m é r i c a n o p u e d e subsistir, y q u e e n el n u e v o d e b e n a t e n d e r s e las c i r c u n s t a n c i a s d e c a d a u n a d e las tres
p a r t e s i n d i c a d a s , p o r m a n e r a q u e l a l e g i s l a c i ó n d e la u n a n o s e a p l i q u e á l a s o t r a s .
2.0 U n i d a d d e l s i s t e m a religioso y d e l militar c o n l a matriz.
3.0
G r a n d e s franquicias d e n a v e g a c i ó n , industria, c o m e r c i o y agricultura.
4.° I n d i f e r e n c i a á favor d e las m i n a s .
5.0
Influencia d e l a p o s e s i ó n d e l a A m é r i c a e n l a p o b l a c i ó n y c o s t u m b r e s d e l a E s p a ñ a . E m i g r a c i ó n , e d u -
c a c i ó n , h o l g a z a n e r í a ; n i n g ú n a m o r á la patria, i n c o n s t a n c i a y d e b i l i d a d d e las leyes. I d e a e r r a d a d e las r i q u e -
zas. E f e c t o d e la c i r c u l a c i ó n v i o l e n t a d e la p l a t a .
6.° S e p r o p o n e u n sistema d e c o m e r c i o p a r a la A m é r i c a , q u e s e a útil, m a s n u n c a p u e d a ser p e r n i c i o s o á
nuestro continente.
7. 0
I d e a d e u n p u e r t o franco e n E s p a ñ a p a r a e l c o m e r c i o extranjero c o n l a A m é r i c a .
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA XXXI

8.° Reflexiones s o b r e el i m p u e s t o d e nuestro c o n t i n e n t e .


g.o D e r e c h o s r e c í p r o c o s d e la m a t r i z y d e las c o l o n i a s .
10. E m a n c i p a c i ó n m o d e r a d a d e las c o l o n i a s y p r o s p e r i d a d y fuerza r e s p e c t i v a d e la matriz.
1 1 . U n i ó n l e g a l d e t o d a la M o n a r q u í a .
D o s reflexiones d e la m a y o r e n t i d a d son las que- nos v i e n e n al e n c u e n t r o d e s p u é s d e la difusa e n u m e r a c i ó n
q u e p r e c e d e ; la p r i m e r a , si e f e c t i v a m e n t e el tratar d e la e m a n c i p a c i ó n d e las c o l o n i a s d i v i d i d a s en los tres
g r a n d e s trozos ó c o n f e d e r a c i o n e s q u e se h a n i n d i c a d o , es u n a p r o p o s i c i ó n en r e a l i d a d t a n o d i o s a y t e m i b l e
cual lo p a r e c e á p r i m e r a vista; la s e g u n d a , si el t r a t a d o p r o p u e s t o p u e d e ó d e b e sin r i e s g o a l g u n o ser p ú b l i c o
p a r a t o d a la N a c i ó n y aun p a r a las d e m á s n a c i o n e s , ó é m u l a s ó s u p e r i o r e s á n o s o t r o s en fuerzas.
E n c u a n t o á lo p r i m e r o , d i c e lisa y l l a n a m e n t e q u e e n t o d o s t i e m p o s , d e s d e l a conquista, y m u c h o m á s e n
el día, t a n t o los e m p l e a d o s en A m é r i c a p o r p a r t e d e S. M., c o m o las m i s m a s c o l o n i a s , h a n sido arbitras d e
eludir c u a l e s q u i e r a ó r d e n e s q u e se o p u s i e s e n d i r e c t a m e n t e á sus i n t e r e s e s . P o c a s v e c e s c o n la violencia, d e l a
cual, sin e m b a r g o , h a y e j e m p l o s i m p u n e s en a m b a s A m é r i c a s y en las F i l i p i n a s , y p o r lo c o m ú n c o n el s o b o r n o
h a n triunfado s i e m p r e d e las t r a b a s d e la l e g i s l a c i ó n , y bastaría a l e g a r á favor d e lo q u e aquí se asienta, casi
t o d o s los artículos d e n u e s t r a s leyes, casi t o d o s los asuntos o c u r r i d o s ó p e n d i e n t e s en el C o n s e j o d e las I n d i a s
y en la vía r e s e r v a d a p a r a d e m o s t r a r q u e en el m i s m o c h o q u e d e las a u t o r i d a d e s y d e la m i s m a i d e a equivo-
c a d a q u e a c á se r e c i b e d e t o d o s los n e g o c i o s d e a l l e n d e , d i m a n a n p o r u n a r e a c c i ó n n a t u r a l la i n u t i l i d a d d e
las ó r d e n e s , la n i n g u n a r e s p o n s a b i l i d a d en q u i e n m a n d a y en q u i e n o b e d e c e , y ú l t i m a m e n t e t o d o s l o s s í n t o m a s ,
aunque solapados, d e una anarquía incurable.
L e j o s d e m í a q u e l l a s i d e a s d e l i b e r t a d y d e i n d e p e n d e n c i a q u e , sacrificando el b i e n p ú b l i c o p e r m a n e n t e
al e g o í s m o m o m e n t á n e o y p o r lo c o m ú n e n g a ñ o s o , s ó l o c o n s p i r a n á subvertir el o r d e n d e la s o c i e d a d y á
h a c e r d e los h o m b r e s m a n s o s y a p a c i b l e s u n a s fieras c a p a c e s d e d e v o r a r s e u n o s á o t r o s . P e r o t a m p o c o se
c o n c i b a la m e n o r e s p e r a n z a d e q u e p a í s e s s u m a m e n t e distantes y q u e n o t i e n e n e n t r e sí la m e n o r c o n e x i ó n ,
p u e d e n sacrificarse u n o p o r o t r o , ó b i e n en el l i b r e a l b e d r í o d e sus c o n v e n i e n c i a s ó en el a b a n d o n o g e n e r o s o
d e sus h o g a r e s y d e su v i d a d o m é s t i c a .
H a y , e m p e r o , u n a g r a n d e c o n v e n i e n c i a en la r e u n i ó n política d e las s o c i e d a d e s n u m e r o s a s y es la m a y o r
facilidad p a r a resistir á los e n e m i g o s e x t e r n o s ; c o n tal q u e el suelo q u e se d e f i e n d e sea p r o p o r c i o n a d o al
n ú m e r o d e d e f e n s o r e s ; c o n tal q u e la ofensa d e u n solo individuo d e la s o c i e d a d sea t r a s c e n d e n t a l á los d e -
más; con tal, finalmente, q u e las fuerzas d e t o d o s e a n p r o p o r c i o n a d a s á las d e l ofensor, estos r e p a r o s d e m u e s -
tran c o n e v i d e n c i a q u e si b i e n n o sea j u s t o ni útil el d e s m e m b r a r l a M o n a r q u í a , es sin e m b a r g o p r e c i s o el
t e m p l a r l a d e tal m o d o , q u e d i v i d i d a en c u a n t o á sus i n t e r e s e s y g o b e r n a c i ó n interiores, sólo se h a l l e r e u n i d a
e n un solo c e n t r o , c u a n d o se t r a t e ó d e los g r a n d e s esfuerzos n a c i o n a l e s , ó d e a q u e l l a e q u i d a d intrínsica q u e
e x c l u y e n d o los m o n o p o l i o s y t r a b a s , sólo s e d i r i g e á la m a y o r c o m o d i d a d , t r a n q u i l i d a d y s e g u r i d a d d e sus
individuos.
E s t e es el s i s t e m a d e la I n g l a t e r r a , la cual, d e s p u é s d e las l e c c i o n e s r e c i b i d a s en la A m é r i c a s e p t e n t r i o -
nal ha e m a n c i p a d o la I r l a n d a , y a p e n a s c o n q u i s t a d a la C ó r c e g a , la h a m i r a d o c o m o p a r t e i n t e g r a n t e d e l E s -
t a d o y n o c o m o u n a c o l o n i a ó u n a c o n q u i s t a . Así en la a n t i g u a d o m i n a c i ó n d e la E s p a ñ a , la F l a n d e s , el
P o r t u g a l y la Italia, n o d e p e n d í a n d e ella sino en la p a r t e militar; así, finalmente, h o y en día la n u e v a C o n s t i -
tución francesa h a a c o m u n a d o los d e r e c h o s d e la s o c i e d a d á t o d a s las p a r t e s d e l m u n d o y á t o d a s las c a s t a s
que quisieren a g r e g a r s e . N o s o t r o s m i s m o s (si r e c o r r i é s e m o s c o n a l g u n a a t e n c i ó n n u e s t r a s leyes), n o vería-
m o s a c a s o los d e r e c h o s c o n c e d i d o s d e c o m u n i d a d á t o d a s las c i u d a d e s p o p u l o s a s d e la A m é r i c a , los fueros
d e c i u d a d a n o s ratificados mil v e c e s á los p e r u l e r o s , m e j i c a n o s y filipinos; los t r a t a d o s s o l e m n e s q u e n o s
r e ú n e n á t o d o s en u n a sola m a s a , la m i s m a i n m u n i d a d y d e r e c h o d e r a d i c a r s e , c o n c e d i d o s c o n t a n t a justi-
cia c o m o n e c e s i d a d á los n e g r o s . Y, en fin, si d e s p u é s d e r e c o n o c i d o el suelo tan feraz d e n u e s t r a s A m é r i c a s
y c o m p a r a d a su d e s p o b l a c i ó n a c t u a l , t a n t o c o n el África c o m o c o n las islas fértilísimas d e l Asia q u e bajo
d e un m i s m o c l i m a a l i m e n t a n u n n ú m e r o g r a n d í s i m o d e h o m b r e s , p u e d e a ú n c r e e r s e q u e t e n g a n r e m e d i o l o s
males políticos d e a q u e l l a p a r t e d e l m u n d o p o r los m e d i o s a d o p t a d o s d e s d e la c o n q u i s t a : siga e n h o r a b u e n a
nuestra Constitución; y la d e s p o b l a c i ó n , la d e b i l i d a d y la i n d e p e n d e n c i a s o l a p a d a d e n u e s t r a s c o l o n i a s , s e a n
los únicos g a r a n t e s d e a q u e l l a p a z interior q u e c o n tanta r a z ó n a n h e l a m o s .
S o b r e la n e c e s i d a d d e h a c e r p ú b l i c o s estos r a z o n a m i e n t o s c u a n d o h u b i e s e n m e r e c i d o l a s a n c i ó n d e S. M.
y d e sus Ministros, ya n o es p r e c i s o insistir m u c h o . C u a n d o el s i s t e m a d e g o b i e r n o n o es p ú b l i c o y cons-
tante, c a d a u n o , a l e g a n d o ó la i g n o r a n c i a ó el n o a c c e d e r á ello, es i n o c e n t e si c o n s p i r a á v i o l a r l o en a q u e l l a
sola p a r t e q u e se refiere á sí m i s m o . N o a s í - c u a n d o t o d o s son s a b e d o r e s d e lo q u e p o r su p a r t e d e b e n h a c e r
c u a n d o c u e n t a n con la e s t a b i l i d a d d e las m e d i d a s t o m a d a s c o n las r a z o n e s q u e las a p o y a r o n al t i e m p o d e
a d o p t a r l a s y c o n las c i r c u n s t a n c i a s q u e p u e d e n en un t i e m p o h a c e r t a n útil u n a r e f o r m a c o m o a n t e s h u b i e r a
sido p e r n i c i o s a . . . P e r o m e es p r e c i s o d e j a r la p l u m a . R e c i b o en este m o m e n t o u n a o r d e n d e S. M . q u e a p r u e b a
el plan p r o p u e s t o ú l t i m a m e n t e p o r V . P . , y se r e d u c e á t r a t a r estas m a t e r i a s c o n r e s e r v a y s e p a r a d a m e n t e l a s
unas d e las otras. P o r mi p a r t e c o a d y u v a r é en c u a n t o p u e d a á e s t e m i s m o plan, y ojalá d e r i v e n d e él t o d o s
bienes y f e l i c i d a d e s q u e h e d e s e a d o c o n s t a n t e m e n t e á la M o n a r q u í a y á la N a c i ó n q u e m e a d o p t ó p o r suyo.
Concluyo, p u e s , o f r e c i é n d o m e d e n u e v o á las ó r d e n e s d e V. P . R m a . , cuya v i d a r u e g o á D i o s g u a r d e p o r
m u c h o s a ñ o s . = M a d r i d , á 3 d o O c t u b r e d o 1795.
De cómo tuvo origen el viaje de las corbetas

DESCUBIERTA y ATREVIDA.

PLAN de un viaje científico y político alrededor del mundo, remitido al Excmo. Señor
Bailío D. Antonio Valdés, Ministro de Marina, por los Capitanes de fragata
D. Alejandro Malaspina y D. José Bustamante.

E X C M O . S R . : D e s d e veinte a ñ o s á esta p a r t e , las dos naciones inglesa y francesa, con u n a noble


emulación, h a n e m p r e n d i d o estos viajes, en los cuales la n a v e g a c i ó n , la G e o g r a f í a y la h u m a n i d a d
m i s m a h a n h e c h o m u y r á p i d o s p r o g r e s o s : la historia de la sociedad se h a c i m e n t a d o sobre investi-
g a c i o n e s m á s g e n e r a l e s ; se h a e n r i q u e c i d o la H i s t o r i a N a t u r a l con u n n ú m e r o casi infinito d e d e s c u -
brimientos; finalmente, la conservación del h o m b r e en diferentes c l i m a s , en travesías d i l a t a d a s y
entre unas tareas y riesgos casi increíbles, ha sido la requisición m á s interesante que h a hecho la
navegación.
Al c u m p l i m i e n t o de estos objetos se dirige p a r t i c u l a r m e n t e el v i a j e que se propone; y esta
p a r t e , que p u e d e l l a m a r s e la p a r t e científica, se h a r á con m u c h o acierto, siguiendo las t r a z a s de
los S r e s . C o o k y la P e r o u s e .
Pero un viaje hecho por navegantes españoles debe precisamente implicar otros dos objetos:
el u n o e s l a c o n s t r u c c i ó n d e c a r t a s h i d r o g r á f i c a s p a r a l a s r e g i o n e s m á s r e m o t a s d e l a A m é r i c a , y
de derroteros que p u e d a n g u i a r con acierto la poca e x p e r t a n a v e g a c i ó n m e r c a n t i l ; y la otra la inves-
tigación del estado político de la A m é r i c a , así r e l a t i v a m e n t e á España como á las naciones ex-
tranjeras.
E l estado del comercio de cada provincia ó reino por sus p r o d u c t o s n a t u r a l e s ó artefactos; su
facilidad, dificultad p a r a resistir u n a invasión enemiga ó suministrar fuerzas para intentarla con-
tra los m i s m o s e n e m i g o s ; la situación de los p u e r t o s m á s c o n d u c e n t e s á f a c i l i t a r el c o m e r c i o recí-
proco; finalmente, los interesantes r a m o s de construcción ó productos navales, serán otros t a n t o s
puntos cuya investigación, c a u s a y secreto no será inútil al E s t a d o ; t a n t o m á s que p r o c u r a r á n i v e -
larse á diferentes axiomas políticos sobre la prosperidad nacional, c u y a admisión ó r e p u l s a depen-
derá de a n t e m a n o de j u e c e s r t s p e t a b l e s que h a y a n de e x a m i n a r estas t a r e a s ; d e b e r á n por consi-
guiente q u e d a r divididas en dos p a r t e s : la u n a pública, que c o m p r e n d e r á a d e m á s del posible acopio
d e c u r i o s i d a d e s p a r a el R e a l G a b i n e t e y J a r d í n B o t á n i c o , t o d a l a p a r t e g e o g r á f i c a é histórica; la
o t r a r e s e r v a d a , q u e s e d i r i g i r á á l a s e s p e c u l a c i o n e s p o l í t i c a s y a i n d i c a d a s , y e n l a s c u a l e s , si el G o -
b i e r n o lo h a l l a s e c o n v e n i e n t e , p o d r á c o m p r e n d e r s e el e s t a b l e c i m i e n t o r u s o d e C a l i f o r n i a y l o s I n -
gleses de B a h í a B o t á n i c a y L i q u e y o s ; p u n t o s todos i n t e r e s a n t e s , así p a r a las c o m b i n a c i o n e s de co-
mercio como de hostilidad.
L a R e a l A r m a d a p o d r á s u m i n i s t r a r todos los s u g e t o s p a r a esta Comisión, m e n o s los dos b o t á -
nicos ó n a t u r a l i s t a s y los dos d i b u j a n t e s de p e r s p e c t i v a , q u e s e r á posible y a u n fácil h a l l a r en Ma-
drid v o l u n t a r i o s . E n c u a n t o á la clase de b u q u e s y calidad de a r m a m e n t o , p o d r á n f á c i l m e n t e c o m b i -
n a r s e l o s t r e s p r i n c i p a l e s o b j e t o s d e s e g u r i d a d , c o m o d i d a d y e c o n o m í a ; el a r m a m e n t o d e c a d a ' u n o
de los dos b u q u e s n e c e s a r i o s se r e d u c i r á p r ó x i m a m e n t e á u n o s cien h o m b r e s . E l d e t a l l , así de c a d a
clase como de los a p a r e j o s , r e p a r t i c i ó n interior, calidad y n ú m e r o de e m b a r c a c i o n e s m e n o r e s y p e r -
trechos, y finalmente, c a n t i d a d y calidad de víveres, es d e m a s i a d o prolijo p a r a exponerse en esta
ocasión; a d e m á s , que no p u e d e d e t e r m i n a r s e con precisión h a s t a que S. M. no tuviese á bien p r e -
fijar los límites de la expedición p r o p u e s t a .
2 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

E l p l a n s i g u i e n t e p u d i e r a o c u p a r p r ó x i m a m e n t e el e s p a c i o d e t r e s a ñ o s y m e d i o , á empezarse
d e s d e i . ° d e J u l i o d e 1789, época en la cual p u d i e r a n s a l i r l a s d o s e m b a r c a c i o n e s , si S . M . , dig-
n á n d o s e a p r o b a r d e s d e a h o r a lo p r o p u e s t o , ó en u n t o d o ó modificado, diese u n o s o c h o m e s e s d e
t i e m p o á l o s q u e h a n d e e j e c u t a r l a , a s í p a r a el a c o p i o d e t o d o s l o s m a t e r i a l e s p r e c i s o s , c o m o para
l o s e s t u d i o s p r e l i m i n a r e s , y p r i n c i p a l m e n t e el e j e r c i c i o d e l a a s t r o n o m í a p r á c t i c a .
L a s d o s c o r b e t a s s a l d r á n d e C á d i z e n i . ° d e J u l i o d e 1789 y se dirigirán á Montevideo, en
d o n d e se h a r á n u e v o arreglo de r e l o j e s , las posibles observaciones a s t r o n ó m i c a s y t o d a s las i n d a -
gaciones de H i s t o r i a N a t u r a l . Se adquirirán allí t a m b i é n varias clases de víveres p a r a la m a n u t e n -
ción sucesiva de las t r i p u l a c i o n e s , c o m o p a r a las experiencias que h a n de hacerse: desde este p u e r t o
s e r e c o n o c e r á n l a s M a l v i n a s , y s i el G o b i e r n o lo h a l l a s e p r u d e n t e , l a b a h í a d e l B u e n S u c e s o , e n el
E s t r e c h o L e Maire; pues que parece ya evidente que este pasaje será la escala m á s cómoda y m á s
b a r a t a p a r a la n a v e g a c i ó n del C a b o d e H o r n o s . D e s d e la b a h í a del B u e n S u c e s o se h a r á d e r r o t a
á m o n t a r el C a b o d e H o r n o s : s e p r o c u r a r á r e c o n o c e r el C a b o V i c t o r i a y a l g u n a T i e r r a d e l A r c h i -
piélago de Chonos; finalmente, s e f o n d e a r á e n C h i l o é , l o q u e p o d r á v e r i f i c a r s e h a c i a fines d e l a ñ o
d e 89. T o d o e l a ñ o d e 1790 se e m p l e a r á en las costas occidentales de América, desde Chiloé
hasta San Blas. Procurará simplificarse la navegación desde G u a y a q u i l , Acapulco, etc., hasta
L i m a . Se b u s c a r á n las Islas del G a l l e g o , y desde A c a p u l c o se h a r á u n a excursión á M é j i c o .
E l r e c o n o c i m i e n t o d e l a s I s l a s S a n d w i c h o c u p a r á l o s p r i m e r o s t r e s m e s e s d e l a ñ o 1791. Luego
se c o s t e a r á la C a l i f o r n i a , se s e g u i r á al N o r t e , e n t r e el A s i a y la A m é r i c a , h a s t a d o n d e lo permitan
l a s n i e v e s , y h e c h a e s c a l a e n el K a m s c k a t k a (si el G o b i e r n o l o t u v i e s e á b i e n ) , s e s e g u i r á al Can-
tón p a r a vender las pieles de n u t r i a en favor de las m a r i n e r í a s .
L a s a l i d a d e e s t e p u e r t o t e n d r á , p u e s , l u g a r h a c i a O c t u b r e ó N o v i e m b r e d e 1791. Se aprovecha-
rá esta E s t a c i ó n p a r a reconocer los Cabos B o g e a d o r y E n g a ñ o , en la contra-costa de L u z ó n ; luego
s e p a s a r á á M a r i a n a s , y d e s d e a l l í s e t r a b a j a r á p r o l i j a m e n t e l a c a r t a d e l a n a v e g a c i ó n p o r el E s t r e -
cho de San Bernardino hasta Manila.
D e s d e esta capital se h a r á d e r r o t a al reconocimiento de M i n d a n a o , y d e s p u é s á p a s a r entre
C é l e b e s y M o l u c a s , y p a s a n d o a l N . d e l a N u e v a H o l a n d a , d e s e m b o c a r e n el O c é a n o I n d i c o .
C o s t e a d a t o d a l a p a r t e o c c i d e n t a l d e l a N u e v a H o l a n d a , s e h a r á d e r r o t a ( h a c i a M a r z o d e 92) á l a
B a h í a B o t á n i c a ; se v i s i t a r á n luego las Islas de los A m i g o s y de la Sociedad, y h a c i a O c t u b r e ó N o -
viembre la N u e v a Zelanda, de donde finalmente se h a r á r u m b o al S u r , p a r a d e s p u é s n a v e g a r al
N o r o e s t e , y y a m o n t a d a la N u e v a H o l a n d a , e n t r a r en d e r r o t a p a r a el C a b o de B u e n a E s p e r a n z a , y
de allí r e g r e s a r á E u r o p a en Abril ó Mayo de 1793.
L o s C a p i t a n e s de f r a g a t a D . A l e j a n d r o Malaspina y D. José Bustamante y Guerra, deseosos
d e e m p l e a r t o d a s s u s f a e n a s e n el s e r v i c i o d e l E s t a d o , s e o f r e c e n á l a e j e c u c i ó n d e e s t e p l a n , l i s o n -
jeándose que concurrirán á d i r i g i r l o s p a r a el m a y o r a c i e r t o , n o s ó l o l a i l u s t r a c i ó n y p e n e t r a c i ó n
del G o b i e r n o , sino t a m b i é n c u a n t a s noticias p u e d a n facilitar los p a r t i c u l a r e s , así del Continente
n u e s t r o c o m o de t o d a s las A m é r i c a s . E n c u a n t o á los s u b a l t e r n o s , la especie de C o m i s i ó n exige q u e
s e a n t o d o s v o l u n t a r i o s y que se c o n o z c a n r e c í p r o c a m e n t e , así p o r lo q u e t o c a á r o b u s t e z c o m o á
c a p a c i d a d . = I s l a d e L e ó n , 10 d e S e t i e m b r e d e 1788.

De la pronta y categórica contestación de un gran Ministro á un brillante Oficial,


aceptando sti ofrecimiento de dar la vuelta al mundo con dos breques: oficio modelo
de sobriedad, previsión, sencillez y sentido práctico.

« H a m e r e c i d o l a a c e p t a c i ó n d e l R e y el p r o y e c t o d e d a r l a v u e l t a a l m u n d o e n l o s t é r m i n o s q u e
p r o p o n e V m . e n c a r t a d e 10 d e S e t i e m b r e ú l t i m o ; y q u e r i e n d o S . M . q u e s e l l e v e á e f e c t o y q u e
p a r a ello q u e d e V m . relevado de la t e n e n c i a de la c o m p a ñ í a de G u a r d i a s M a r i n a s de ese D e p a r t a -
m e n t o d e Cádiz , c o m o así lo p r e v e n g o al C a p i t á n C o m a n d a n t e d e e s t e c u e r p o p a r a q u e p u e d a V m .
1

desde ahora dedicarse como desee á las ilustraciones y preparaciones que necesita para desempe-
ñ a r c o n el f r u t o q u e o f r e c e e s t a C o m i s i ó n , lo p r e v e n g o á V m . p a r a su gobierno; y t a m b i é n , que
e n el c o n c e p t o d e q u e a s í e n b u q u e s (los quz Vm. elija), sus aparejos, respetos y víveres, como
en oficialidad, pilotos, tropa y marinería ha de aprontarse e s t a e x p e d i c i ó n á entera satisfacción
de Vm., medite y proponga sobre estos puntos y demás que c o m p r e n d e el p r o y e c t o c u a n t o n e c e -
s i t e , á fin d e q u e dándose las c o r r e s p o n d i e n t e s ó r d e n e s se apronte todo como Vm. lo considere mis
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA

conveniente á su mejor desempeño. D i o s g u a r d e á V m . m u c h o s a ñ o s . = S a n L o r e n z o , 14 d e Octu-


b r e d e iy88.— Valdés.~Sr. D. Alejandro Malaspina, Isla de León.»

Recomienda el Ministro que los Oficiales elegidos para la expedición guarden reserva hasta
el momento oportuno.

« C o n f o r m á n d o s e el R e y c o n l o q u e V m . p r o p o n e e n s u c a r t a d e l 21 d e l c o m e n t e c o m o c o n s e c u e n t e
á la aprobación de S. M. q u e mereció su proyecto, m e m a n d a decir á V m . que e n c a r g u e á todos los
O f i c i a l e s c o n q u i e n t r a t e , s o l a m e n t e d e l o s p u n t o s q u e c i t a , l a r e s e r v a , p u e s el q u e á f a l t a r e e l l a n o
i r á a l d e s t i n o y m e r e c e r á el d e s a g r a d o d e S . M . P a r t i c i p ó l o á V m . d e s u R e a l o r d e n p a r a s u i n t e -
ligencia y c u m p l i m i e n t o . Dios g u a r d e á V m . m u c h o s años. = S a n Lorenzo, 28 d e Octubre de 1788.=
Valdés. = Sr. D . Alejandro Malaspina.»

Pide Malaspina que se constrttyan dos corbetas expresamente para el viaje, y el Ministro
se defiende del gasto, mandando hacer -una y reformar otra de buenas condiciones.

« C o n f o r m á n d o s e el R e y s o b r e la elección de b u q u e s y p e r t r e c h o s q u e V m . h a h e c h o en vista del


reconocimiento que h a practicado en la M a r i n a R e a l y m e r c a n t e , h a resuelto S. M. que de la b o m -
b a r d a Santa Rosa de Lima se saque partido para corbeta, y se c o n s t r u y a ahí otra según acuerdo
del I n g e n i e r o C o m a n d a n t e D . T o m á s M u ñ o z , c o n los q u e h a y a n de n a v e g a r í a ; lo q u e participo
á V m . d e o r d e n d e S . M . á fin d e q u e t r a t e c o n M u ñ o z s o b r e el e x p r e s a d o a s u n t o p a r a q u e s e v e r i -
fique en t é r m i n o s q u e se consigan las ventajas que Vm. manifiesta. D i o s g u a r d e á A^m. muchos
a ñ o s . = S a n L o r e n z o , 17 d e N o v i e m b r e d e 1788. = Valdés.— Sr. D . Alejandro Aíalaspina.»

El Ministro se ratifica en la misma decisión.

«Los a s u n t o s de la comisión de que está V m . e n c a r g a d o , así relativos á M a r i n a como al Minis-


t e r i o d e I n d i a s , h a d e t r a t a r l o s V m . p o r a q u é l , p u e s y o l e s d a r é el g i r o q u e á c a d a u n o c o r r e s p o n d a ;
pero h a de p r o c u r a r dividir con claridad las materias, por ser método conforme á la m á s fácil ex-
pedición. Lo que a d v i e r t o á V m . p a r a s u g o b i e r n o e n r e s p u e s t a d e s u c a r t a d e 21 d e l q u e s i g u e ;
p r e v i n i é n d o l e a l m i s m o t i e m p o n o h a b e r c o n v e n i d o el R e y e n l a c o n s t r u c c i ó n d e o t r a c o r b e t a á m á s
d e l a m a n d a d a f a b r i c a r , r e s p e c t o d e s e r l a Santa Rosa un b u q u e apropósito p a r a la expedición pro-
y e c t a d a y c o m o t a l e l e g i d o p o r V m . , c u y a v i d a g u a r d e D i o s m u c h o s a ñ o s . = S a n L o r e n z o , 28 d e
N o v i e m b r e d e I J S S . = Valdcs. = Sv. D . A l e j a n d r o M a l a s p i n a , I s l a d e L e ó n . »

Pero Malaspina no se conforma con buque viejo c insiste en que se deben construir las dos
corbetas. El sabio Almirante comprende, sin duda, que él solicitaría lo mismo en caso
eq-uivaleute y vuelve sobre su acuerdo de buena volimtad.

« S i n e m b a r g o d e t e n e r el R e y r e s u e l t a l a h a b i l i t a c i ó n d e l a b o m b a r d a Santa Rosa p a r a la ex-


pedición á que está V m . d e s t i n a d o , m e d i a n t e á h a b e r l a considerado a p r o p ó s i t o p a r a el o b j e t o ; no
queriendo S. M. e s c a s e a r á V m . n i n g u n o de los m e d i o s q u e p u e d a n c o n d u c i r al c o m p l e t o logro de
l o s fines á q u e h a d e d i r i g i r s e el v i a j e ; s e h a s e r v i d o c o n d e s c e n d e r á l a s o l i c i t u d d e V m . d e q u e s e
4 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

c o n s t r u y a otra n u e v a corbeta, en v i r t u d de lo cual c o m u n i c o con esta f e c h a la correspondiente


R e a l orden al C a p i t á n G e n e r a l de la A r m a d a p a r a que disponga su fábrica con exacta i g u a l d a d á
la m a n d a d a c o n s t r u i r con acuerdo de Vm., cuya vida guarde Dios m u c h o s años. = Madrid, 9 de
D i c i e m b r e d e ij88. = Valdés. = Sr. D . Alejandro Malaspina.»

Concede el Ministro á Malaspina que elija á su gusto hasta el último marinero de las
tripulaciones.

« E n e f e c t o , l a t r i p u l a c i ó n d e l o s b u q u e s q u e h a n d e h a c e r el v i a j e c o n f i a d o á V m . d e b e r á c o m -
p o n e r s e de m a r i n e r o s de e n t e r a satisfacción, así por su conducta como por su robustez, habi-
lidad, etc., s e g ú n expresa V m . en su c a r t a de 7 del p a s a d o ; y p a r a que p u e d a j u n t a r s e con la con-
v e n i e n t e a n t i c i p a c i ó n l a g e n t e n e c e s a r i a , m e d i r á V m . el n ú m e r o d e l a q u e h a y a d e d e s t i n a r s e d e
l a s p r o v i n c i a s de G a l i c i a , A s t u r i a s y M o n t a ñ a , i n d i c a n d o al m i s m o t i e m p o l a s c i r c u n s t a n c i a s q u e
h a n d e c o n c u r r i r e n e l l a , á fin d e e x p e d i r e n c o n s e c u e n c i a l a s ó r d e n e s q u e c o r r e s p o n d a n . D i o s g u a r d e
á V m . m u c h o s a ñ o s . = M a d r i d , 9 d e D i c i e m b r e d e ij88. = Valdés. = Sv. D. Alejandro Malaspina.»

Donde se vé que el Ministro, con exquisito tacto, rechaza ciertas innovaciones y acepta otras
que sobre la policía de á bordo propone Malaspina, llevado del mejor deseo ( 1 ) .

« S e h a e n t e r a d o e l R e y d e c u a n t o V m . t i e n e e x p u e s t o e n c a r t a s d e 9 y 16 d e l q u e r i g e , y á c o n -
s e c u e n c i a se h a servido S. M . resolver lo s i g u i e n t e :
L a dotación de c a d a corbeta se c o m p o n d r á del n ú m e r o de individuos que V m . h a propuesto
con a u m e n t o de C o n t a d o r y D e s p e n s e r o ; p u e s ni á los Oficiales conviene d i s t r a e r l o s de su p r i m o r -
dial objeto r e c a r g á n d o l o s con las funciones de aquél, ni p u e d e s u p r i m i r s e éste, t a n necesario p a r a
el a r r e g l o , c u i d a d o y d i s t r i b u c i ó n d e l o s v í v e r e s ; y c o m o e l p r i m e r o p u e d e c o n t r i b u i r t a m b i é n a l
d e s e m p e ñ o de los o b j e t o s de la c o m i s i ó n , p r e v e n g o á ese I n t e n d e n t e e l i j a en d i c h a c l a s e los dos
s u g e t o s q u e le p a r e z c a n m á s a p r o p ó s i t o , así p o r su r o b u s t e z y aplicación c o m o por su instrucción
y b u e n o s m o d a l e s , p r o c e d i e n d o e n e s t o de acuerdo con Vm., quien indicará al m i s m o I n t e n d e n t e los
d o s i n d i v i d u o s q u e le acomodase llevar por despenseros.
L o s s u e l d o s h a n d e g r a d u a r s e d e s d e el d í a d e l a s a l i d a d e l a e x p e d i c i ó n d e e s e p u e r t o , h a s t a el
d e s u r e g r e s o , p o r el R e g l a m e n t o d e t e r m i n a d o p a r a l a m a r d e l S u r : a d e m á s s e a b o n a r á á la tripu-
l a c i ó n el i m p o r t e d e v i n o ; y q u e d a á l a c o n s i d e r a c i ó n d e S . M . el p r e m i a r á c a d a u n o c o n gratifi-
caciones c o r r e s p o n d i e n t e s al m é r i t o que c o n t r a i g a .
L a reducción del n ú m e r o de criados, a u n q u e será m u y conveniente, h a de hacerse por convenio
e n t r e V m . y el C o m a n d a n t e d e l a o t r a c o r b e t a c o n s u s r e s p e c t i v o s Oficiales, p u e s como interesa-
d o s t o d o s en l a m a y o r c o m o d i d a d , a c o r d a r á n lo c o n v e n i e n t e ; b i e n e n t e n d i d o , q u e c u a l q u i e r a q u e s e a
el n ú m e r o q u e se d e t e r m i n a s e , se l i b r a r á n los s a l a r i o s p o r c o m p l e t o .
E n cuanto á las funciones de cada uno á bordo, n a d a h a y que prevenir respecto á las que deter-
m i n a la O r d e n a n z a ; así como declara las facultades d e l o s C o m a n d a n t e s p a r a el establecimiento
del m e j o r servicio, orden y policía á bordo de los b a g e l e s : b a j o este s u p u e s t o , p o d r á V m . arreglar
s u s disposiciones s e g ú n le p a r e c i e r e c o n d u c e n t e , e m p l e a n d o á c a d a u n o sin s u j e c i ó n á a n t i g ü e d a d
ni escala en los encargos que m e j o r p u e d a d e s e m p e ñ a r ; p e r o c a m i n a n d o e n e l c o n c e p t o d e q u e el
D e t a l l h a d e l l e v a r l o el p r i m e r T e n i e n t e d e l n a v i o , y d e l d e q u e si b i e n e l G u a r d i a M a r i n a d e b e r á
instruirse c o m o m a r i n e r o y P i l o t o , n o h a d e a l t e r n a r c o n e l l o s e n el s e r v i c i o ; p u e s h a d e h a c e r l o
con la distinción q u e la m i s m a O r d e n a n z a le c o n c e d e , a l o j á n d o s e d e s p u é s del C o n t a d o r y a b o n á n -
d o s e á V m . p o r él l a g r a t i f i c a c i ó n d e m e s a p o r e n t e r o .
T a m p o c o a l C a p e l l á n y C i r u j a n o p u e d e p r e c i s á r s e l e s á m á s t r a b a j o q u e el d e s u s o b l i g a c i o n e s
r e s p e c t i v a s ; p e r o c o m o q u i e r a que ha de ser de elección de Vm., n o le s e r á difícil e n c o n t r a r s u g e t o s q u e

(1) L o s a r g u m e n t o s d e M a l a s p i n a s o b r e e s t e p u n t o v é a n s e en las Instrucciones que da á Bustamante.


CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 5

p u e d a n c o n t r i b u i r á l o s fines d e l v i a j e p r e s t á n d o s e á l a e j e c u c i ó n d e l o s e n c a r g o s q u e V m . l e s c o -
metiese; cuyo mérito les será r e c o m e n d a b l e . E l segundo, c o m o i g u a l m e n t e el p r i m e r P i l o t o , s e
alojarán después del primero y t e n d r á n gratificación de m e s a .
R e s p e c t o de q u e los Oficiales de m a r h a n de ser de la confianza y elección de V m . adquiriendo
i n f o r m e s d e l o s D e p a r t a m e n t o s , me indicará los que le pareciese apropósito para providenciar su destino.
M e d i a n t e á q u e n o h a y r a z ó n d e u t i l i d a d e n l a s u s t i t u c i ó n d e l t í t u l o d e O f i c i a l e s d e m a r c o n el
d e O f i c i a l e s d e s e g u n d o o r d e n , n i e n el d e m o z o s d e c a r p i n t e r o y c a l a f a t e c o n el d e a y u d a n t e s de
los m i s m o s , n o d e b e r á i n t r o d u c i r s e e s t a n o v e d a d en la a c t u a l p r á c t i c a .
C o m o p o d r á s e r m u y n e c e s a r i o e n e l d i s c u r s o d e l a c a m p a ñ a el s e r v i c i o d e l o s b u z o s y n o s e r á
m u y fácil h a l l a r a r t i l l e r o s d e m a r q u e lo s e a n , p o d r á V m . elegir dos de los de ese A r s e n a l q u e t a m -
b i é n p u e d a n d e s e m p e ñ a r l a s f u n c i o n e s d e C a b o s d e g u a r d i a e n el s e r v i c i o o r d i n a r i o : p o r e s t o , a d e m á s
del s u e l d o , se les d a r á e n c a d a f a e n a e x t r a o r d i n a r i a u n a gratificación p r o p o r c i o n a d a á lo q u e en e l l a
hayan trabajado, llevando V m . u n a cuenta exacta y circunstanciada p a r a rendirla á su regreso.
A u n q u e los individuos de M a e s t r a n z a no deben, s e g ú n está m a n d a d o , percibir estipendio a l g u n o
p o r l o s t r a b a j o s d e s u oficio q u e e j e c u t e n e n e l b u q u e d e s u d e s t i n o , y s ó l o el m e d i o j o r n a l c u a n d o
vayan destinados á otros, les d e t e r m i n a r á V m . las gratificaciones q u e le p a r e c i e r e en l a s o c a s i o -
n e s e x t r a o r d i n a r i a s q u e se o f r e z c a n , e j e c u t a n d o lo p r o p i o c o n l a s d e m á s c l a s e s s i e m p r e q u e h a g a n
a l g ú n d i s t i n g u i d o m é r i t o é i n d i v i d u a l i z a n d o el m o t i v o e n l a i n d i c a d a c u e n t a .
Conforme V m . lo solicita, comunico al C a p i t á n G e n e r a l de F e r r o l la conveniente R e a l orden
p a r a q u e el T e n i e n t e de n a v i o D . A n t o n i o T o b a A r r e d o n d o elija de la m a r i n e r í a de a q u e l Arsenal
l a q u e c o n s i d e r e a p r o p ó s i t o p a r a el v i a j e , y que si aquélla no la contemplase apropósito, lo manifieste
al G e n e r a l p a r a q u e , o f i c i a n d o c o n el I n t e n d e n t e , se traiga de las provincias con las circunstancias
que Vm. insinúa.
Desde que quede elegida esta m a r i n e r í a , c u y a conducción á ese p u e r t o se e n c a r g a r á al mismo
Oficial, d i s f r u t a r á s u s u e l d o de Europa, y antes de salir p a r a el v i a j e s e r á socorrida, como el
resto de la dotación de los b u q u e s , con c u a t r o p a g a s de anticipación; y d u r a n t e la c a m p a ñ a podrá
t o d o el q u e l a e j e c u t a s e d e j a r l a m i t a d d e s u s u e l d o p o r a s i g n a c i ó n d e s u familia.
T o d o lo c u a l a d v i e r t o á V m . p a r a su inteligencia y gobierno. Dios guarde á Vm. muchos
a ñ o s . = M a d r i d , 30 d e D i c i e m b r e d e iy88. = Valdés. — Sr. D. Alejandro Malaspina.»

De cómo los documentos del Archivo de Indias y de otros Archivos saldrán al eucuetitro
de Malaspina merced á una orden del ilustre General, para quien todo lo qite es
provechoso le parece conveniente.

«Se f r a n q u e a r á n l o s d o c u m e n t o s q u e V m . p i d e d e l A r c h i v o d e I n d i a s a l T e n i e n t e d e n a v i o D o n
José E s p i n o s a , y c o m u n i c a r é al V í r e y de L i m a la correspondiente R e a l orden para que remita á
Chiloé los que desea V m . e n c o n t r a r á su llegada; pero no podrá hallarlos en Buenos Aires por
falta de t i e m p o p a r a su o p o r t u n o envío. Adviértolo á V m . p a r a su gobierno, en contestación á sus
dos c a r t a s de 23 del pasado. Dios g u a r d e á V m . m u c h o s a ñ o s . — M a d r i d , 6 de Enero de 1789.=
Valdés. = Sr. D. Alejandro Malaspina.»

El gran Ministro aprtieba en absoluto el plan de operaciones propuesto por su subalterno.


De éste será, pites, toda la gloria y toda la responsabilidad. Obtuvo cuanto quiso, para
asegurar el éxito. Valdés y Malaspina eran dignos uno del otro.

« H a v i s t o el R e y , y s e h a s e r v i d o a p r o b a r , e l plan de operaciones que V m . , según indica en


c a r t a d e 23 d e l p a s a d o , s e h a p r o p u e s t o p a r a el p r i m e r a ñ o d e s u c a m p a ñ a , y lo a v i s o á V m . para
su i n t e l i g e n c i a y g o b i e r n o . D i o s guarde á Vm. muchos años. = Madrid, 6 de E n e r o de 1789.=
Valdés. = S r . D . A l e j a n d r o M a l a s p i n a . »
CARTAS que escribió el Capitán de fragata D. Alejandro
Malaspina al Teniente General de la Armada D. Antonio
Ullocí) solicitando de su sabiduría algunos consejos.

u
Excmo. Sr. D, Antonio Ulloa:

Al m o m e n t o de h a b e r recibido la orden de S. M. p a r a e n c a r g a r m e de u n viaje m a r í t i m o y cien-


tífico a l r e d e d o r d e l m u n d o , c o n o c í e v i d e n t e m e n t e q u e l a p a r t e m á s difícil de e s t a c o m i s i ó n , á V . E .
m á s bien que á m í se h a b í a confiado. S u s vastos conocimientos, su v e r d a d e r o a m o r al progreso só-
lido de las ciencias, y finalmente su bondad constante y casi p a t e r n a l hacia mí, son otros t a n t o s
t í t u l o s q u e a f i a n z a n a q u e l c o n c e p t o . Y a s í e s t o y s e g u r o q u e V . E . n o d e s d e ñ a r á el s a t i s f a c e r á m i s
p r e g u n t a s , que p a r a m a y o r orden y m e n o s molestia s u j e t a r é en a l g u n a s c a r t a s .
E s t a t r a t a r á p a r t i c u l a r m e n t e de las costas e s p a ñ o l a s de la A m é r i c a Meridional, h a c i a d o n d e se
dirigirán m i s p r i m e r o s p a s o s . S u e x a c t a investigación, así por la p a r t e hidrográfica c o m o por la de
H i s t o r i a N a t u r a l i m p o r t a n s u m a m e n t e al E s t a d o , y no h a de ser indiferente á las d e m á s naciones
e u r o p e a s si S . M. t u v i e s e á b i e n m a n d a r l a p u b l i c a r .
i." L a parte hidrográfica se dividirá por m í e n d o s r a m o s . A b r a z a r á el u n o l a c o n f i g u r a c i ó n y
s i t u a c i ó n a s t r o n ó m i c a de las c o s t a s : el otro t r a t a r á de los v i e n t o s , m a r e a s , c o r r i e n t e s , variaciones,
objetos extraños visibles, y finalmente, de t o d o lo que p u e d a i l u s t r a r al n a v e g a n t e que trille a q u e l l o s
m a r e s c o n el ú n i c o o b j e t o d e t r a n s i t a r d e u n a á o t r a p a r t e .
2. a
D e s d e B u e n o s A i r e s h a s t a el C a b o d e H o r n o s , d e b e c o n s i d e r a r s e s i n d u d a l a c o s t a c o m o u n
p u n t o m u y interesante de la navegación española, y por consiguiente tenga V. E . á bien acompa-
ñ a r m e e n el e x a m e n d e l o q u e h a y h e c h o y d e l o q u e h a y p o r h a c e r e n a q u e l l a p a r t e .
3. a
Si las o p e r a c i o n e s del Capitán de navio D . José Várela n o se h u b i e s e n extendido hasta
d e t e r m i n a r a s t r o n ó m i c a m e n t e los límites de la boca del R i o de la P l a t a en los C a b o s de S a n A n t o -
nio y S a n t a María, la extensión de los bancos s a l i e n t e s por u n a y o t r a p a r t e y la v e r d a d e r a posi-
c i ó n d e l a I s l a d e L o b o s y B a n c o I n g l é s , m e p a r e c e i n d i s p e n s a b l e el v e r i f i c a r l o .
4. a
P u e d e n considerarse c o m o g u í a s desde este p a r a j e , los viajes de Anson, B i r o n , Wallis y
C o o k ; l o s r e c o n o c i m i e n t o s h e c h o s p o r l o s c h a m b e q u i n e s Andaluz y Aventurero; los p l a n o s q u e se
h a y a n s a c a d o de la b a h í a de S a n J u l i á n y s u s i n m e d i a c i o n e s al t i e m p o de e s t a b l e c e r allí la d e s g r a -
ciada colonia q u e luego se retiró; finalmente, t o d a s las noticias i m p o r t a n t e s que se h a l l a r á n com-
p r e n d i d a s e n el v i a j e h e c h o ú l t i m a m e n t e a l E s t r e c h o d e M a g a l l a n e s p o r l a f r a g a t a d e S . M . Nuestra
Señora de la Cabeza. E n cuanto á las Malvinas, h a b r á sin d u d a m u c h a s noticias por n u e s t r a p a r t e
q u e p o d r á n c o m b i n a r s e con las de ingleses y franceses. Pero lo dicho hasta aquí corresponde
sólo á la configuración de costas, sobre la cual, por consiguiente, p o d r e m o s referirnos en m u c h a
p a r t e á los d o c u m e n t o s anteriores.
5." N o e s t a n f á c i l e s t r e c h a r l a p a r t e a s t r o n ó m i c a y fiarse d e l o h e c h o h a s t a a q u í . Los relojes
marinos y las distancias lunares serán desde luego nuestros principales medios para fijar longi-
t u d e s , a s í c o m o l o s s e x t a n t e s d e t e r m i n a r á n p o r lo c o m ú n l a s l a t i t u d e s . P a r e c e q u e e n c u a n t o á l a
costa p a t a g ó n i c a (que se p r o c u r a r á no perder de. vista), será b a s t a n t e colocar por este método to-
dos aquellos puntos que proporcione una navegación nó interrumpida, dando sólo por precisos
el c a b o B l a n c o , el p u e r t o D e s e a d o , l a b a h í a d e S a n J u l i á n y l a s i n m e d i a c i o n e s d e l E s t r e c h o d e M a y r e
por una y otra parte.
6. a
P o r lo q u e t o c a á M a l v i n a s , n o s e r á p o s i b l e v i s i t a r sino l a p a r t e o c c i d e n t a l , p o r n o perder
l a e s t a c i ó n o p o r t u n a . S i p a r e c i e s e p r e c i s o a v i s t a r el e x t r e m o o r i e n t a l p a r a d e t e r m i n a r a s t r o n ó m i c a -
m e n t e s u s l í m i t e s , s e p r o c u r a r á c o m b i n a r m á s b i e n e n el ú l t i m o a ñ o d e n u e s t r a s t a r e a s , atrave-
s a n d o d e s d e el C a b o d e B u e n a E s p e r a n z a .
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 7

7." E l segundo r a m o de la p a r t e hidrográfica, no podrá reducirse á la verdad, sino á conjeturas,


b i e n q u e el p r o l i j o r e c o n o c i m i e n t o de m u c h o s diarios, c o m b i n a d o con la experiencia, concurrirá
sin d u d a á h a c e r l a s m á s p r o b a b l e s . E n e s t a p a r t e , d e s e a r a q u e V . E . e s p l a y a s e en t o d a su e x t e n -
sión sus p e n s a m i e n t o s l i m i t a n d o n u e s t r a s p e s q u i s a s á lo útil, p a r a q u e ni los derroteros carezcan
d e a q u e l l o s a v i s o s q u e p u e d a a p r o v e c h a r el n a v e g a n t e , n i s e a n p o r o t r a p a r t e u n c o n f u s o a c o p i o
d e i n c e r t i d u m b r e s , m á s b i e n p a r a d i s t r a e r l e d e l a v e r d a d q u e p a r a d i r i g i r l e . E n el i m p o r t a n t e p u n t o
de c o r r i e n t e s , se h a r á u s o c o n t i n u o del m é t o d o c o m ú n de e x a m i n a r l a s p o r m e d i o de u n botecito
referido á la embarcación; pero creo que los p u n t o s diarios de observación c o m p a r a d o s con esta
e x a c t a e s t i m a , s o n el m é t o d o m á s s e g u r o y d e s d e l u e g o s i r v e n d e c o m p r o b a c i ó n a l p r i m e r o . I n d i -
q u e m e V . E . si h a l l a ú t i l e s a l g u n a s p r u e b a s en la c o r r e d e r a d e M r . B o u g u e r q u e en a l g u n o s días
de n a v e g a c i ó n N . S. sin a t e n c i ó n á l a s c o s t a s p u d i é r a m o s e x a m i n a r con p r o l i j i d a d , á imitación de
L o r d M u l g r a v e e n s u v i a j e h a c i a el p o l o N o r t e .
8. a
U n o d e l o s o b s t á c u l o s m á s t e r r i b l e s e n l a n a v e g a c i ó n m e r c a n t e a l S u r , h a s i d o h a s t a a q u í el
e n c u e n t r o de los b a n c o s de n i e v e . H a l l á n d o m e en las a l t a s l a t i t u d e s m e r i d i o n a l e s ¿cree V . E . q u e
s e r í a d e a l g u n a u t i l i d a d el s e g u i r a l S u r h a s t a e n c o n t r a r l o s h i e l o s e n u n a e s t a c i ó n c o m o l a d e l o s
meses de Diciembre y Enero?
g. a
P a s e m o s ya á los objetos de H i s t o r i a N a t u r a l ; y a n t e s de t r a t a r de los que p r e s e n t a en su
s e n o l a t i e r r a , n o d e s a g r a d a r á á V . E . u n p e q u e ñ o e x a m e n d e l o s q u e e n c i e r r a el m a r y p u e d e n s e r
útiles, ó en g e n e r a l á los c o n o c i m i e n t o s físicos, ó en p a r t i c u l a r al a u m e n t o de la p r o s p e r i d a d n a -
cional. E n t r e , e s t o s o c u p a s e g u r a m e n t e el p r i m e r l u g a r l a a b u n d a n c i a d e c e t á c e o s en la costa
p a t a g ó n i c a , c u y a p e s c a y sucesivo beneficio p u d i e r a n ser de m u c h a u t i l i d a d á la M o n a r q u í a . ¿Cuáles
s e r á n , p u e s , en e s t e c a s o n u e s t r a s i n v e s t i g a c i o n e s p a r a d e c i d i r e s t e p u n t o q u e y a t a n t a s v e c e s se h a
s u j e t a d o ó al d i s c u r s o ó á l a e x p e r i e n c i a , y q u e n o o b s t a n t e q u e d a a ú n sin decidirse? S u t a m a ñ o ,
calidad y c a n t i d a d referidas luego á los d e m á s r a m o s que c o m p o n e n esta p e s c a y particularmente
(por lo q u e á n o s o t r o s c o r r e s p o n d e ) á los t i e m p o s y p a r a j e s en q u e h a y a de hacerse, ¿serán datos
suficientes p a r a u n juicio fundado?
10. E l r e n o v a r l a e x p e r i e n c i a d e l a c e i t e e n l o s m a r e s s u m a m e n t e a g i t a d o s , el c o m p a r a r el c a l o r
d e e s t e a g u a c o n el g r a d o d e l a q u e e s t á e n c a l m a y e l e x a m i n a r l o s d i f e r e n t e s g r a d o s d e c a l o r á
las diferentes a l t u r a s de la m i s m a a g u a , ¿serán experiencias que p u e d a n ser de a l g u n a utilidad?
Y e n t a l c a s o , ¿ c u á l e s s e r á n l o s i n s t r u m e n t o s m á s o p o r t u n o s y el m o d o m á s e x a c t o p a r a e j e c u t a r l a s ?
11. N o c r e o q u e e n e s t a p a r t e d e m a r n o s s e a p o s i b l e n i a u n a l c a n z a r lo q u e h a n e x a m i n a d o e n
cuanto á las p r o d u c c i o n e s t e r r e s t r e s los S r e s . B a n k s , S o l a n d e r y F o r s t e r por lo que toca á la T i e r r a
del F u e g o . E l t i e m p o a l g o e s c a s o p a r a l a s o p e r a c i o n e s s u c e s i v a s en las c o s t a s d e s d e C a b o Victoria
h a s t a C h i l o é , n o m e d e j a r á arbitro e n e s t a p a r t e d e c o m p l e t a r l a s i n d a g a c i o n e s d e u n r a m o t a n i n -
t e r e s a n t e . Y a s í s e r í a m u y b u e n o p a r a el c o m p l e t o a p r o v e c h a m i e n t o d e l t i e m p o , q u e V . E . m e i n -
dicase a q u e l l a s cosas h a c i a d o n d e m á s útil fuera dirigir n u e s t r o s esfuerzos en los intervalos, a u n q u e
breves, que p a s e m o s fondeados.
12. Sobre las c o s t u m b r e s de los p a t a g o n e s y de los indios P e c h a r i s , t a n r o b u s t o s y sociables
aquéllos c o m o éstos e n d e b l e s y, d i g á m o s l o así, los m á s infelices de la especie h u m a n a , n o o m i t i r e -
mos t a m p o c o t o d a s a q u e l l a s i n d a g a c i o n e s que las ocasiones, los e n c u e n t r o s y n u e s t r o a l c a n c e nos
digan. P e r o como quiera que la p e n e t r a c i ó n en aquellos países, p a r t i c u l a r m e n t e de los p a t a g o n e s ,
es u n o b j e t o d e m u c h a e n t i d a d p a r a l a h i s t o r i a d e l a p r o p a g a c i ó n d e l a e s p e c i e h u m a n a , t a l v e z l a
perspicacia de V . E . en estas m a t e r i a s p u d i e r a dictarnos ó a l g u n a s confrontaciones de c o s t u m b r e s
ó voces, ó a l g u n o s e x á m e n e s q u e sirviesen ó de parcial ó de c o m p l e t a aclaración á este p u n t o .
13. A n t e s d e a b a n d o n a r el C a b o d e H o r n o s m e e s p r e c i s o h a b l a r d e l a b a h í a d e S a n F r a n c i s c o ,
d e q u e V . E . h a c e m e m o r i a al fin d e s u v i a j e p a r a l a M e r i d i a n a . ¿ N o p u d i e r a s e r é s t a l a m i s m a q u e
C o o k e n s u s e g u n d o v i a j e d e n o m i n ó e l Cristinas Sound p o r h a b e r p a s a d o en ella el d í a de N a v i d a d
de 1774? O b i e n , a u n q u e n o l o s e a , ¿no p o d r á c u a l q u i e r n a v e g a n t e q u e p i e n s e h a c e r e s c a l a e n a q u e -
llos p a r a j e s , c o n t e n t a r s e con la s e g u n d a , en d o n d e u n a e n t r a d a n o difícil, u n a g r a n d e a b u n d a n c i a
d e a g u a , d e p á j a r o s y a n t i e s c o r b ú t i c o s , y , e n fin, l a a g r a d a b l e v i s t a d e l a e s p e c i e h u m a n a , aunque
en el s e m b l a n t e m e n o s l i s o n j e r o , c o n v i d a n u n á n i m e s á ciarle l a p r e f e r e n c i a ?
14. L a f a l t a d e t i e m p o s e r á q u i e n n o s o b l i g u e á a b a n d o n a r a q u e l r e c o n o c i m i e n t o y aun á s e p a -
rarnos de la v i s t a de la T i e r r a del F u e g o p a r a t e n e r m á s f r a n c a y m á s e s p e d i t a n u e s t r a e n t r a d a en
el m a r P a c í f i c o .
15. D e n i n g ú n m o d o m e d e s e n t e n d e r é de r e c o n o c e r l a s i n m e d i a c i o n e s de los C a b o s P i l a r e s y
Victoria y t e r m i n a r así con b u e n a s o b s e r v a c i o n e s las p e n o s a s t a r e a s del E s t r e c h o de M a g a l l a n e s .
Será preciso omitir la p a r t e de la T i e r r a del F u e g o e n t r e Cabo N e g r o y Cabo P i l a r e s , no sólo p o r q u e
se n o s h a r í a m u y d i f í c i l el n a v e g a r c o n t r a v i e n t o y c o r r i e n t e , s i n o t a m b i é n p o r q u e e s e s t e paraje
el q u e m e n o s h a d e s e r f r e c u e n t a d o e n l a n a v e g a c i ó n c o m ú n .
8 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

16. D e s d e Cabo Victoria, ó por m e j o r decir, desde los E v a n g e l i s t a s , e m p e z a r á n n u e s t r o s cuida-


dosos c o n o c i m i e n t o s ; y a u n q u e desde l u e g o las n a v e g a c i o n e s de los N o d a l e s de N a t b o r o s e g h , Sar-
m i e n t o s y de los dos b u q u e s de la e s c u a d r a de A n s o n , c o m o t a m b i é n las n o t i c i a s q u e V . E . especi-
fica e n l a a c l a r a c i ó n ó i l u s t r a c i ó n d e s u c a r t a , p u e d a n s u m i n i s t r a r m u y b u e n a s c o n j e t u r a s s o b r e
estas costas, mucho nos queda aún por investigar; No nos empeñaremos en el A r c h i p i é l a g o de
C h o n o s s i n o c u a n t o d i c t e l a p r u d e n c i a . P a r a l a n a v e g a c i ó n c o m ú n f u e r a b a s t a n t e el c o n o c e r s u s
extremos m á s o c c i d e n t a l e s ; p e r o c o m o q u i e r a q u e el r e c o n o c i m i e n t o d e e s t a p a r t e n o p u e d e v e -
rificarse sin a l g ú n r i e s g o , y q u e es y a casi la ú n i c a q u e en la superficie del g l o b o n a v e g a b l e queda
p o r r e c o n o c e r , p a r e c e q u e el h o n o r n a c i o n a l e x i g e e s t e t r i b u t o d e n u e s t r a e m p r e s a , y a s í m e serán
m u y agradables cualesquiera indagaciones útiles que V . E . m e insinúe r e l a t i v a m e n t e á la p a r t e
d e c o s t a c o m p r e n d i d a e n t r e el C a b o V i c t o r i a y C h i l o é . N o c r e o q u e l a e s p e c i e h u m a n a , n i l a v e -
getación en g e n e r a l , s e a n m u y b r i l l a n t e s en a q u e l l a s r e g i o n e s . N o o b s t a n t e , los p r o d u c t o s y cos-
t u m b r e s d e C h i l o é , y aun l a s n o t i c i a s c o m u n i c a d a s p o r a q u e l l o s i n d i o s , c i a r á n m a r g e n t a l v e z á q u e
nuestras pesquisas sean más útiles y acertadas.
17. D e orden del G o b i e r n o , en estos ú l t i m o s a ñ o s D . J o s é M o r a l e d a , P i l o t o de la R e a l A r m a d a ,
h a r e c o n o c i d o y b a j a d o l a c o s t a d e s d e L i m a h a s t a C h i l o é ; p e r o c r e o q u e lo i n t e r i o r d e l g o l f o d e e s t e
nombre n o e s t á a ú n b i e n r e c o n o c i d o . E n t a l c a s o , n o f u e r a i n ú t i l e l i n t e n t a r el p a s o e n t r e l a I s l a
y la T i e r r a F i r m e , y abrir así m a y o r abrigo y navegación m á s s e g u r a en esta colonia a ú n algo arries-
gada.
18. H a s t a fines d e A b r i l n o c o n s i d e r o q u e s e a t e m e r i d a d el p e r m a n e c e r e n l a t i t u d e s a l t a s m e r i -
dionales. B a s t a r á por consiguiente que á esta época las dos corbetas p u e d a n fondear en Chiloé.
19. Franqueadas las inmediaciones de Chiloé, y a p u e d e considerarse la c o s t a s i n el menor
r i e s g o , y a s í e s m i á n i m o el s e p a r a r l a s d o s c o r b e t a s p a r a q u e el s u c e s i v o r e c o n o c i m i e n t o y colo-
cación a s t r o n ó m i c a de las costas, sin p e r d e r n a d a de su exactitud, d u p l e en celeridad y n o se m a -
logre u n tiempo precioso.
20. S i el t r á n s i t o p o r t i e r r a ó d e s d e V a l d i v i a , C o n c e p c i ó n ó V a l p a r a í s o h a s t a L i m a e s f á c i l , s e r á
m u y ú t i l y d e s u m o a d o r n o p a r a l a c o m i s i ó n el h a c e r p e q u e ñ a s c u a d r i l l a s q u e e n l a s t i e r r a s inme-
d i a t a s a d q u i e r a n los posibles c o n o c i m i e n t o s , y con vistas d i b u j a d a s , con p r o d u c c i o n e s n a t u r a l e s , con
d e s c r i p c i o n e s , y a n a t u r a l e s , y a g e o g r á f i c a s , d e n á l a o b r a a q u e l ú t i l r e s a l t e q u e e l . c u r i o s o ó el p ú -
blico n o n a v e g a n t e s u e l e n b u s c a r en t a l e s c o m i s i o n e s . E s t a s c u a d r i l l a s d i r i g i d a s p o r instrucciones
claras y ceñidas á u n n ú m e r o d e t e r m i n a d o de objetos útiles, p u d i e r a n irse d e s e m b a r c a n d o en dife-
rentes p u n t o s por la corbeta delantera (llamémosla así), recogerse después por la postrera, propor-
cionando de este m o d o la n e c e s a r i a v e n t a j a de t i e m p o á las t a r e a s de t i e r r a sobre las de m a r .
21. D í g a m e , p u e s , V . E . c u á l e s el m o d o m e j o r y m á s e x p e d i t o d e v e r i f i c a r e s t o s t r á n s i t o s , y
cuáles son las indagaciones m á s oportunas que han de hacerse relativamente á las ciencias. D e b e n
existir en los pueblos de la E n s e n a d a de Arica diferentes rastros m u y apreciables de antigüedad.
E l representarlos á la curiosidad europea con dimensiones y colores exactos fuera desde luego
agradable, y tal vez no dejaría de ser útil.
A c a b o y a e s t a c a r t a , c u y a m o l e s t i a n o t u v i e r a d i s c u l p a e n m í si s u s r e s u l t a s n o s e r e f i r i e s e n a l
bien público y al h o n o r nacional: dos objetos q u e desde t a n t o t i e m p o ocupan las útiles é incesantes
tareas de V. E . , cuya vida ruego á Dios guarde por m u c h o s años.»

CARTA II

" Excmo. Sr. D. Antonio Ulloa:

C o n t i n u a n d o en solicitar n u e v a s é interesantes noticias sobre los p a r a j e s á d ó n d e h a y a de eli-


girse la expedición p u e s t a á mi cargo, no parezca á V . E . molesto que a ñ a d a á mi p r i m e r a carta
a l g u n a s o t r a s p r e g u n t a s que p a r a m a y o r orden s e g u i r á n a q u e l l o s n ú m e r o s á los c u a l e s V . E . con
t a n t a b o n d a d s u y a é ilustración m i a se h a servido r e s p o n d e r .
22. A d e m á s de los c a s c a b e l e s y a l g ú n g a l ó n falso de oro y p l a t a , ¿cuáles s e r á n los o b j e t o s más
o p o r t u n o s p a r a c a m b i o s con los indios de los países m á s m e r i d i o n a l e s que Chiloé?
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 9

23. R e i n a n d o sobre l a s costas de Chile y Chiloé h a c i a principios del invierno los vientos N o r t e s
t a n t e m i b l e s c o m o t e m p e s t u o s o s , s u e l e n s a l t a r de c o n t r a s t e y con i g u a l f u e r z a al O e s t e y O e s u d -
oeste; V. E . indicó y a en su viaje que h a b í a a l g u n a s señales que a n u n c i a b a n esa alteración t e m i b l e
y aun l a e n t r a d a d e l N o r t e , s e g ú n l a p r á c t i c a d e a q u e l l o s m a r e s . ¿ C o n s i d e r a , p u e s , V . E . , q u e s e r í a
t e m e r i d a d a v e n t u r a r s e sobre las costas en aquel tiempo?
24. L a n a v e g a c i ó n d e s d e A c a p u l c o , P a n a m á y G u a y a q u i l á L i m a , al p a s o q u e es u n o b j e t o n a d a
indiferente p a r a la comunicación recíproca de aquellos puertos, es t a n duradera, que inciertos h a s t a
a q u í l o s n a v e g a n t e s si p r e f e r i r l a d e r r o t a q u e l l a m a n d e a l t u r a á l a c o s t a n e r a , s u m i n i s t r a n a n u a l -
m e n t e e j e m p l o s de u n o s riesgos v e r d a d e r a m e n t e considerables, y á veces de u n s i n g u l a r m a l o g r o del
v i a j e . E n e l a ñ o d e 1757 n o h u b o en L i m a navio p r o c e d e n t e de G u a y a q u i l que no t a r d a s e en su
travesía cerca de cien días. V . E . hace m e m o r i a en la narración de sus viajes de otro bien s i n g u l a r
q u e t a r d ó cerca d e siete a ñ o s . ¿No p o d r á c o m b i n a r s e u n a d e r r o t a q u e , sin d e p e n d e r del a c a s o y e s -
tribando más bien s o b r e l a s e s t a c i o n e s , d i c t e m e d i o s d e a c o r t a r m u c h o a q u e l p l a z o ? E n el t i e m p o d e
mi demora en L i m a no dejaré de inquirir en aquellos diarios todo cuanto sea conducente á este
punto i m p o r t a n t e ; pero V . E . atravesó aquellas costas con t o d a s las luces de u n físico, y en a q u e -
llos m a r e s poco trillados, de d i c h a ciencia, m á s bien q u e de la m e r a práctica, h a n de e s p e r a r s e los
p r i n c i p i o s s ó l i d o s q u e a f i a n c e n el b i e n e s t a r y l a f e l i c i d a d d e l o s q u e h a b i t a n s u s o r i l l a s . Además,
q u e d e s c u i d a d o a l m a y o r p u n t o el p i l o t a j e e n t a n i n d o l e n t e s c o s t a s , ni e n c u a n t o á v i e n t o s ni á
corrientes podrán deducirse allá noticias seguras y claras para formar buenos razonamientos.
25. Sobre las Islas de los G a l á p a g o s y del G a l l e g o , éstas m á s occidentales que aquéllas, creo
que no tendré otras nociones que las que V . E . se sirva c o m u n i c a r m e . A la verdad, su situación
no las h a r á j a m á s i n t e r e s a n t e s ni á la g e o g r a f í a ni á la n a v e g a c i ó n . P e r o c o m o q u i e r a q u e es im-
p o r t a n t e el q u e s e e x a m i n e n s i q u i e r a s u l a t i t u d y l o n g i t u d , s u s p r i n c i p a l e s p r o d u c t o s y s u s mora-
d o r e s (si l o s h a y ) , n o s s e r á s u m a m e n t e ú t i l el t e n e r d e a n t e m a n o a l g u n a s n o c i o n e s q u e a l mismo
tiempo dirijan nuestros pasos y nuestras pesquisas.
26. L l a m a n v u l g a r m e n t e e n a q u e l l o s m a r e s engorgonarse ( c o m o V . E . lo i n d i c a ) el ensenarse
hacia la G o r g o n a en u n a s c a l m a s t a n d u r a d e r a s , que h a n c a u s a d o siempre, y con j u s t a razón, mu-
cho terror á los n a v e g a n t e s . E l t i e m p o i n f r u c t u o s a m e n t e perdido, la escasez de víveres, los fre-
c u e n t e s r i e s g o s d e l r a y o n o t i e n e n c o m p a r a c i ó n c o n el p e l i g r o e x t r e m o d e l a c o n s e r v a c i ó n d e l o s
h o m b r e s e n u n p a r a j e e n d o n d e el á n i m o y el c u e r p o h a n d e s e r i g u a l m e n t e a t o r m e n t a d o s . No
o b s t a n t e , h e m o s d e t r a z a r s u s c o s t a s y aun t r a b a j a r e m o s c o n m u c h o t e s ó n e n e s t a p a r t e d e m a r ,
p a r a c u y o fin s í r v a s e V . E . i n d i c a r n o s c u a n t o l e p a r e z c a ú t i l e n e l l a s , n o s ó l o p o r l o q u e t o c a á
Geografía, sino también á la Física.
27. E s tiempo ya de hablar de dos cuestiones físicas que por m u c h o tiempo h a n ocupado la cu-
r i o s i d a d d e l o s s a b i o s ; e s t o e s , el n i v e l d e l o s d o s m a r e s , A t l á n t i c o y P a c í f i c o , s u p o n i é n d o s e m á s a l t o
el P a c í f i c o , y q u e r i e n d o c o n e s t o e x p l i c a r l a c o r r i e n t e c o n t i n u a q u e p o r el C a b o d e H o r n o s s e d i r i g e
al E s t e y la u n i ó n de los m i s m o s m a r e s . S o b r e e s t a ú l t i m a p a r t e , á l a v e r d a d , y a se sirvió V . E.
m a n i f e s t a r m e c u á n t o la creía f u e r a del alcance de la posibilidad, n o sólo por lo q u e m i r a á los celos
d e l a r t e , s i n o t a m b i é n á l o s d e l a n a t u r a l e z a ; p u e s q u e l a s c o r d i l l e r a s e n el I s t m o d e P a n a m á pa-
r e c í a n h e c h a s p a r a a t e r r a r á l a p r i m e r a m i r a d a c u a l q u i e r a i d e a d e e s t a e s p e c i e . M a s p o r lo q u e t o c a
al n i v e l i n d i c a d o , q u e d e s d e l u e g o (si l o h a y ) s u p o n g o d e u n a d i f e r e n c i a m u y l e v e , f u e r a ú t i l el i n -
tentar averiguarlo, a u n q u e dé por s u p u e s t o que ni las operaciones geodésicas ni las del b a r ó m e t r o ,
aun corregida la escala de Mr. de L a n c , p u e d a n d e t e r m i n a r l a . C r e o , n o o b s t a n t e , q u e el p r i m e r
m é t o d o e s el q u e d e b e p r e f e r i r s e , si s e h a d e a d o p t a r a l g u n o ; y c o m o n o c o n o z c o l o l o c a l d e a q u e -
l l o s c o n t o r n o s , q u i s i e r a q u e V . E . m e m a n i f e s t a s e el m o d o y e l d e r r o t e r o q u e m á s a c e r t a d o fuera
elegir p a r a i n t e n t a r esta c u r i o s a a v e r i g u a c i ó n .
28. N o creo q u e s e a y a p r u d e n t e , d e s p u é s d e lo h e c h o h a s t a a q u í p o r los n a v e g a n t e s e s p a ñ o l e s ,
i n g l e s e s y f r a n c e s e s , el i n v e r t i r u n t i e m p o p r e c i o s o e n b u s c a d e l p a s o a l A t l á n t i c o p o r l o s Estre-
chos de F o n t e ó J u a n de F u c a . T o d a s las noticias relativas á este i m p o r t a n t e d e s c u b r i m i e n t o p a r e -
cen i n f u n d a d a s , á m e n o s q u e no h a y a u n a ú o t r a n o p ú b l i c a , ó a l g u n a t r a d i c i ó n p r o b a b l e q u e dé
margen aún á nuevas investigaciones.
29. S i e n l a s c o s t a s d e s d e G u a y a q u i l h a s t a S a n B l a s (ya. h a r t o c o n o c i d a s ) h u b i e s e , a l p a r e c e r
d e V . E . , a l g o q u e e x a m i n a r c o n p a r t i c u l a r i d a d , a d e m á s d e l o q u e d i c t a el o r d e n c o m ú n d e e x p l o -
r a c i ó n , f u e r a m u y ú t i l q u e s e n o s i n d i c a s e , s i n g u l a r m e n t e e n lo q u e t o c a á d r o g a s m e d i c i n a l e s , de
que parece a b u n d a n aquellos contornos.
Acabo ya con renovar á V . E . la utilidad que nos h a de producir su dictamen, sus preceptos, y
e l a g r a d e c i m i e n t o y el r e s p e t o q u e a s í p o r e s t e n u e v o f a v o r c o m o p o r l o s q u e a n t e s h e r e c i b i d o ,
p r o f e s a á V . E . S . S . S . Q . S . M . B . = C á d i z , á 31 d e E n e r o d e 1789.

2
IO VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

CARTAS que el Sr. D. Alejandro Malaspina escribió al señor


D. José Salvar esa, Proto-Médico de la Real Armada,
sobre varios pimíos dietéticosy del régimen profiláctico
que deberán observarse en el acopio de víveres para
el viaje de la vuelta al mundo.

C o n m u c h a s a t i s f a c c i ó n m í a a p r o b ó S . M . ( q u e D i o s h a y a ) el q u e c o n s u l t a s e c o n V m . s o b r e l o s
a n t i e s c o r b ú t i c o s m á s o p o i t u n o s p a r a u s a r s e e n el d i l a t a d o v i a j e q u e s e m e h a c o n f i a d o : n o m o -
l e s t e á V m . el q u e y o m e e x t i e n d a s o b r e u n p u n t o d e t a n t a i m p o r t a n c i a . L a c o n s e r v a c i ó n d e l h o m -
b r e es el o b j e t o m á s d i g n o de s u s s e m e j a n t e s .
P a r a p r o c e d e r c o n el o r d e n p o s i b l e e n e s t a m a t e r i a , l a d i v i d i r é e n t r e s p a r t e s , q u e s e r á n o b j e t o
de otras tantas cartas: i n d a g a r e m o s e n l a p r i m e r p a r t e el m e j o r m é t o d o p a r a conservar sano al
m a r i n e r o , y se c o m p r e n d e r á n p o r consiguiente en esta c a r t a los c o m e s t i b l e s de ración y la policía,
a s í e n el p u e r t o , c o m o e n l a m a r . L a s e g u n d a c a r t a t r a t a r á d e l n a v e g a n t e , ó c o m o y a p r ó x i m o á
enfermar ó como ya enfermo; finalmente, la tercera, se dirigirá p a r t i c u l a r m e n t e sobre aquellas
c o s a s q u e c o m p o n e n m á s b i e n la c o m i d a d e l Oficial q u e del m a r i n e r o .
A l g u n a s advertencias h a n de apuntarse, que servirán como base á nuestros razonamientos su-
c e s i v o s , y s e r á n : 1. a
Q u e s e d a p o r s u p u e s t a l a s u m i n i s t r a c i ó n d e t o d a el a g u a n e c e s a r i a y s u r e n o -
v a c i ó n e n b o d e g a t o d a s c u a n t a s v e c e s s e a p o s i b l e . 2. a
Q u e la m a r i n e r í a y p a r t e de los Oficiales de
m a r , será de las provincias septentrionales de E s p a ñ a , esto es, asturianos, m o n t a ñ e s e s y gallegos.
3. a
Q u e h a de ser, así e s t a g e n t e , c o m o los Oficiales m a y o r e s , libres de t o d a e n f e r m e d a d habitual,
y d o t a d o s p o r c o n s i g u i e n t e d e a q u e l l a r o b u s t e z y r e s i s t e n c i a , q u e t a n t o s o b r e s a l e n e n el n a v e g a n t e
español.
El m é t o d o q u e yo considero m á s ú t i l p a r a la c o n s e r v a c i ó n del m a r i n e r o español es, no t a n t o
a q u e l l a e s t ú p i d a d i s c i p l i n a q u e fácil es de g u a r d a r p a r a los del N o r t e , c o m o u n freno r a c i o n a l , y
vario, s e g ú n las ocasiones, a d a p t a d o p r i n c i p a l m e n t e á las pasiones vivas de aquéllos y á los r a z o -
n a m i e n t o s q u e d e e l l a s d i m a n a n . E l a d j u n t o e x t r a c t o d e m i s r e f l e x i o n e s e n el ú l t i m o v i a j e d e l a
Astrea p o r l a R e a l C o m p a ñ í a d e F i l i p i n a s , m a n i f e s t a r á á V m . c o n l a m a y o r i n d i v i d u a l i d a d el c a -
r á c t e r del m a r i n e r o español; y a u n q u e en la preferencia á las provincias septentrionales h a y a pro-
c u r a d o precaver, c u a n t o es posible, esta sensibilidad excesiva, creo q u e c o n v e n d r e m o s en ser é s t a
c a r a c t e r í s t i c a propia t a m b i é n de aquéllos, bien que no en t a n t o grado como de los a n d a l u c e s .
E l e n t r e p u e n t e s s e r á d e s d e l u e g o e s p a c i o s o , y c a d a m a r i n e r o t e n d r á su coi, p a r a q u e los m i a s -
m a s del q u e a c a b a de l e v a n t a r s e , y p a r t i c u l a r m e n t e de su r o p a , n o t r a s p a s e n al q u e le s u c e d e in-
m e d i a t a m e n t e en el d e s c a n s o . E l fogón e s t a r á i g u a l m e n t e en l a m i s m a c u b i e r t a en d o n d e duerme
l a m a r i n e r í a ; el h u m o y el f u e g o e s p e l e r á n a s í n a t u r a l m e n t e m u c h a p a r t e d e l a i r e i n f e c t o , t a n t o
m á s q u e de t i e m p o en t i e m p o y con acción m a y o r del m i s m o fuego, p u e s t o o p o r t u n a m e n t e en c u a l -
q u i e r p a r a j e , se f r o t a r á n las m a d e r a s de las c u b i e r t a s . E n c u a n t o al aseo de r o p a , al abrigo opor-
t u n o de los soles y de las a g u a s , á u n a s c h a q u e t a s con c a p u c h a a d e c u a d a al frío, al estar c o m u n -
m e n t e en g u a r d i a s de tres c u a r t o s en l u g a r de dos; al lavar su r o p a con a g u a dulce m á s bien q u e
con salada, y finalmente, á c u i d a r el a s e o d e l b u q u e y d e t o d o c u a n t o c o n t e n g a , p u e d e V m . estar
seguro, que m á s bien sobresaldrá nuestra prolijidad, á t o d o c u a n t o h a n u s a d o h a s t a a q u í los Oficia-
les de la Real A r m a d a .
D o s c o s a s ú n i c a m e n t e p r e g u n t a r é á V m . antes d e p a s a r a l s e g u n d o o b j e t o y s o n : i . a
Si consi-
d e r a V m . p r e f e r e n t e a l u s o d e l f u e g o el d e l v i n a g r e , ó y a r o c i a d o ó p o r v a p o r e s , p a r a c o n s e g u i r e n
l a s c u b i e r t a s el a i r e m e n o s i n f e c t o . 2. a
Si en los r á p i d o s t r á n s i t o s del m u c h o frío al m u c h o calor,
debe ser preferente á exponer la m a r i n e r í a á unos resfriados siempre temibles, el molestarlos
(contra su genio s i e m p r e a b a n d o n a d o ) con u n a c a r g a excesiva de r o p a de abrigo.
P a s e m o s y a á los c o m e s t i b l e s ; éstos p u e d e n m u y bien referirse á c u a t r o cosas p r i n c i p a l e s : p a n ,
m e n e s t r a s , c a r n e s s a l a d a s y tocino, á los c u a l e s luego por vía de c o n d i m e n t o , deben considerarse
a g r e g a d o s el a c e i t e , e l v i n a g r e y e l v i n o .
E n c u a n t o al p a n , u n o de n u e s t r o s principales alimentos, yo creo q u e conviene m u c h o q u e lo
t e n g a m o s de un trigo fuerte, m á s bien que de otro de m e n o s sustancia, en c u y o c a s o , el de A n d a -
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA II

lucía y Castilla s e r á n desde luego preferentes al de Sicilia, C e r d e ñ a y B e r b e r í a ; conviene t a m b i é n ,


q u e n o s e a el p a n m u y a b i z c o c h a d o , p u e s m e p a r e c e q u e c u a n t a m e n o s c o c h u r a tenga, tanto
m e n o s h a b r á e x h a l a d o de a q u e l l a s p a r t í c u l a s , que h a c e n á éste y á los d e m á s v e g e t a l e s t a n s a n o s .
A la v e r d a d a d q u i e r e entonces u n cierto sabor correoso, q u e desde luego no es a g r a d a b l e al p a l a -
d a r , y q u e p u e d e aun s e r d e u n a d i g e s t i ó n a l g o m á s d i f í c i l . Quisiera que puestas en u n a balanza
estas dos v e n t a j a s c o n t r a d i c t o r i a s de la m u c h a ó poca c o c h u r a del p a n y los i n c o n v e n i e n t e s q u e l a s
a c o m p a ñ a n , V m . m e i n d i c a s e su p a r e c e r p a r a dirigir, a c o r d e á él, la f á b r i c a de este i m p o r t a n t e
r a m o . F u e r a o p o r t u n o a l m i s m o t i e m p o , i n d a g a r si c o n v i e n e a l t e r n a r c o n e l p a n d e t r i g o , l o s d e
m a í z y c e n t e n o , p u e s e m b a r c a d a s h a r i n a s de u n a y otra semilla, p u d i e r a n h a c e r s e á bordo u n a s
t o r t a s q u e s i r v i e n d o d e v a r i e d a d , f u e s e n al m i s m o t i e m p o m á s s a l u d a b l e s . A lo m e n o s s e r á útil
que V m . nos dicte a l g u n a s experiencias que podrán servir de cimiento á las que h a y a n de hacerse
e n lo v e n i d e r o s o b r e u n p u n t o t a n i n t e r e s a n t e .
L a s m e n e s t r a s son d o t a d a s por sí de c u a l i d a d e s antiescorbúticas; y c o m o q u i e r a que así en este
C o n t i n e n t e c o m o e n el d e A m é r i c a a b u n d a n ó y a u n a ú o t r a e s p e c i e , p u e d e n d e s d e l u e g o c o n s i d e -
r a r s e c o m o el a l i m e n t o m á s ú t i l p a r a l a n a v e g a c i ó n . E n el v i a j e q u e a c a b o d e h a c e r , n o h e p o d i d o
examinar sino la s e g u n d a de las dos propiedades que h a n de investigarse en sus clases, esto es, la
m a y o r ó m e n o r b o n d a d r e l a t i v a y la m á s ó m e n o s fácil c o n s e r v a c i ó n r e l a t i v a en c a m p a ñ a s d i l a t a d a s ,
y p a r t i c u l a r m e n t e en los climas t e m i b l e s de entre T r ó p i c o s . N o d e s a g r a d e á V m . q u e analice a l g ú n
t a n t o e s t o s c o m e s t i b l e s : el a r r o z e s el v e g e t a l q u e y o h e h a l l a d o d e m e n o r e v a p o r a c i ó n á b o r d o y
a u n e n t i e r r a , á l o m a n o s e n t r e T r ó p i c o s ; s í g u e s e á é s t e el g a r b a n z o , c o n p r e f e r e n c i a á l a g a r b a n z a ,
y finalmente la lenteja: el frijol, a s í b l a n c o c o m o cocacho, el c h í c h a r o y l a s h a b a s , a q u í c o n o -
c i d a s b a j o el n o m b r e d e T a r r a g o n a , s o n o t r a s t a n t a s e s p e c i e s q u e , c o n i g u a l ó m a y o r c u i d a d o que
las d e m á s , no h a n a b s o l u t a m e n t e resistido al calor y h u m e d a d , que con t a n t o d a ñ o se h a l l a n m e z -
clados en t a n s u m o grado e n t r e T r ó p i c o s .
P e r o c o m o l a c o n s e r v a c i ó n n o e s n i el ú n i c o n i d i g á m o s l o a s í el p u n t o p r i n c i p a l e n e s t e ramo
d e v í v e r e s , e s j u s t o i n v e s t i g a r si l a b o n d a d r e s p e c t i v a h a c e m á s b i e n p r e f e r e n t e s o t r a s semillas,
tanto m á s que no siempre en n u e s t r a navegación h a b r á de requerirse la duración, y que u n a g r a n
p a r t e de n u e s t r a s t a r e a s serán m i s bien en climas fríos que en calientes. E s t a p a r t e , q u e más
corresponde á un análisis químico que á las experiencias m a r í t i m a s , será peculiar de V m . , y cual-
q u i e r a a d v e r t e n c i a q u e V m . n o s e s p e c i f i q u e s e r á d e u n a u t i l i d a d r e a l p a r a el m e j o r a c i e r t o e n l a
delicada elección de víveres.
S o b r e l a c a r n e s a l a d a y t o c i n o , d i r é l i s a y l l a n a m e n t e q u e e s ya. c a s i u n a x i o m a e n l a Armada
q u e el s e g u n d o h a de p r e f e r i r s e á l a p r i m e r a , y q u e , en m i e n t e n d e r , la r a z ó n m i s m a afianza e s t e
c o n c e p t o , m u c h o m á s si e n el s a l a d o d e l t o c i n o ( p a r t i c u l a r m e n t e e n t r e T r ó p i c o s ) s e u s a n todas
aquellas precauciones que con t a n t o provecho h a n i m a g i n a d o los Sres. Cook y la P e r o u s e , y p o r
cuyos m é t o d o s hice yo ú l t i m a m e n t e m i s salados en M a n i l a . D e s d e luego á c a u s a de la a b u n d a n c i a
de v a s o s s a n g u í n e o s y de o t r a s s u s t a n c i a s n u t r i t i v a s i m p o s i b l e s de e x t r a e r s e , h a d e s e r m á s pro-
p e n s a á l a p u t r e f a c c i ó n l a c a r n e q u e el t o c i n o , y a u n q u e l a c a l i d a d m á s p o r o s a d e éste le h a g a
n a t u r a l m e n t e m á s p r o p e n s o á la m a y o r p e n e t r a c i ó n de la s a l , t a m b i é n le h a c e luego m á s fácil de
expelerla con las dos a g u a s en que se infunde por largo t i e m p o antes de cocerse. Sigúese, pues,
d e e s t o q u e el t o c i n o e s s e g u r a m e n t e d e m a y o r d u r a c i ó n y p r o b a b l e m e n t e d e m e n o r d a ñ o q u e la
carne salada, á m e n o s que en la diferencia de calidades entre las carnes de puerco y vaca no h a y a
t a l v e z (lo q u e i g n o r o ) u n a s u f i c i e n t e c o m p e n s a c i ó n de los inconvenientes y a indicados. Mr. la
P e r o u s e u s ó del v i n a g r e p a r a s u s s a l a d o s , t e n i e n d o el t o c i n o t r e s d í a s en u n a m o d e r a d a infusión,
y después embarricándolo sin salmuera, con solo u n a capa superior de sal m a r i n a . E s t e m é t o d o es
bien costoso, t a n t o m á s q u e h e e x p e r i m e n t a d o que los v i n a g r e s de n u e s t r a s A m é r i c a s no t i e n e n l a s
propiedades necesarias para esta operación; no o b s t a n t e , es m é t o d o q u e m e r e c e ser preferido á
t o d o s l o s c o n o c i d o s h a s t a el p r e s e n t e .
P o r lo q u e t o c a al a c e i t e , t e m o m u c h o q u e n o p u e d a g e n e r a l i z a r s e s u u s o t a n t o c o m o v e r á V m .
q u e h e h e c h o e n l a Astrea. Y a n o se t r a t a de n u t r i r u n a m a r i n e r í a a n d a l u z a , sino u n a de las c o s t a s
s e p t e n t r i o n a l e s , en d o n d e el a c e i t e a p e n a s se c o n o c e y y a n o es u n a p r o d u c c i ó n n a t u r a l . Quisiera
que V m . m e d e t e r m i n a s e los p r u d e n t e s l í m i t e s de su u s o , p a r t i c u l a r m e n t e p o r lo q u e t o c a á s o p a s ,
ó como a l m u e r z o ó como cena, y que m e indicase a l g u n a s señales por donde p u e d a venir en conoci-
miento cuando los efectos no sanos de su crasitud y dificultad de digerirse, prevalecen á l o s b u e n o s
de su v e r d a d e r o a l i m e n t o y de u n g u s t o a g r a d a b l e .
F u e r a o m i s i ó n el n o t r a t a r a q u í d e l g a z p a c h o ; ¿ s e r á n t a n ú t i l e s s u s e f e c t o s c o m o e n l a s m a r i -
r i n e r í a s d e e s t a s p r o v i n c i a s ? ¿Y d e b e r e m o s i n s i s t i r e n s u u s o c a s i c o n t i n u o , a u n q u e l a marinería
lo r e p u g n a s e a l g ú n t a n t o ?
F i n a l m e n t e : en c u a n t o á v i n o s h a l l o preciso s u u s o casi c o n t i n u o ; y p o r r e p e t i d a s experiencias
VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO
12

e s t o y c o n v e n c i d o q u e la e s p i r i t u o s i d a d del de S a n l ú c a r le h a c e p r e f e r e n t e á c u a l e s q u i e r a otros d e
n u e s t r a E s p a ñ a . M e q u e d a n sólo d o s d u d a s q u e V m . p o d r á r e s o l v e r m e ; es l a p r i m e r a si la c a n t i d a d
de u n m e d i o cuartillo es suficiente p a r a h a c e r u n efecto s a l u d a b l e , p a r t i c u l a r m e n t e d e s p u é s que
e l v i n o c o n u n a l a r g a n a v e g a c i ó n h a a d q u i r i d o n u e v o v i g o r ; l a s e g u n d a si c o n v i e n e q u e e s t e e x c e -
l e n t e digestivo y antiescorbútico se s u m i n i s t r e m á s bien por la m a ñ a n a q u e al medio dia; m á s bien
á esta h o r a que por la n o c h e .
L a t o t a l e x c l u s i ó n d e l a g u a r d i e n t e y d e l p e s c a d o s a l a d o ( i n c l u s o el b a c a l a o ) son dos cosas en
q u e creo no d i s c r e p e m o s : en c u a n t o al queso, q u e t a m b i é n suele u s a r s e en n u e s t r a ración de Ar-
m a d a , h a l l o difícil de c o m b i n a r su u t i l i d a d , si n o se refiere á l a s o c a s i o n e s de t e m p e s t a d en q u e s e
h a l l e e x p u e s t o el u s a r d e l f u e g o , y é s t o s s e r á n l o s ú n i c o s c a s o s e n q u e l o u s e m o s .
A c a b o e s t a c a r t a con r e n o v a r á la m e m o r i a de V m . c u á n t o i n t e r e s a á l a h u m a n i d a d y al p a t e r n a l
a m o r d e S . M . el q u e e s t e p u n t o d e l a c o n s e r v a c i ó n d e l o s e q u i p a j e s s e e x a m i n e c o n t o d a exten-
sión y c u á n t o aprecio hará del parecer de V m . su m á s afecto y agradecido amigo Q. S. M. B.=
C á d i z , á 23 d e D i c i e m b r e d e 1788.

CARTA I I

Si la conservación del h o m b r e en g e n e r a l , y en p a r t i c u l a r de la especie preciosa del m a r i n e r o ,


m e h a arrastrado u n a y otra vez á reflexiones médicas, en cuanto h a y a n de combinarse con los de-
b e r e s d e u n O f i c i a l d e M a r i n a , y si el p r ó x i m o v i a j e m í o m e o b l i g a a h o r a á e x p o n e r l a s c o n el s o l o
objeto de verlas ó aprobadas ó destruidas, sírvase V m . m i r a r l a s como procedentes ú n i c a m e n t e de
u n v e r d a d e r o celo y c o m o d i r i g i d a s al solo a l c a n c e de la v e r d a d .
N a d a p u e d e c o m p a r a r s e al h o m b r e e n f e r m o e n l a m a r : el a l o j a m i e n t o , l a f a l t a de quietud, la
e v a p o r a c i ó n ó f e r m e n t a c i ó n de l a s m e d i c i n a s , los a l i m e n t o s , el a i r e q u e r e s p i r a , t o d o c o n c u r r e á
h a c e r l e el m á s i n f e l i z d e l a e s p e c i e h u m a n a , y á c a u s a r u n a s e n s a c i ó n n o i n d i f e r e n t e h a s t a a l m a -
rino m á s sordo á las voces de la n a t u r a l e z a .
Sírvase V m . , p u e s , a c o m p a ñ a r m e en este e x a m e n del n a v e g a n t e ó próximo á e n f e r m a r ó y a en-
f e r m o ; u n i d a s n u e s t r a s investigaciones ó m á s bien u n i d o s los p r e c e p t o s de V m . á la e x a c t i t u d m i a
en ejecutarlos, tendremos desde luego la satisfacción de ocuparnos con tesón de la conservación
del m a r i n e r o , y conseguiremos tal vez la de coadyuvar eficazmente á este p u n t o i m p o r t a n t e de la
prosperidad nacional.
S u p u e s t o en n u e s t r o caso al m a r i n e r o de u n a n a t u r a l e z a no viciada con enfermedades habi-
t u a l e s ni acosado del t r a b a j o , sus e n f e r m e d a d e s p u e d e n reducirse á tres únicas causas; la calidad
del a l i m e n t o , la calidad del aire q u e respira y u n t r á n s i t o d e m a s i a d o rápido del s u m o calor al s u m o
frió ó al c o n t r a r i o : las dos p r i m e r a s i n c l i n a d a s d i r e c t a m e n t e á la p u t r e f a c c i ó n , y é s t a ú l t i m a á u n a
t o t a l f a l t a d e t r a s p i r a c i ó n si e l t r á n s i t o e s a l f r í o , ó á u n e x c e s i v o e n a r d e c i m i e n t o e n l a s a n g r e s i s e
p a s a al calor. E n las n a v e g a c i o n e s m u y p r o n t o d e j a n verse al especulativo varios s í n t o m a s q u e d e -
n o t a n el efecto de a q u e l l a s c a u s a s c u a n d o y a e m p i e z a n s u a c c i ó n : s o n é s t a s p r i n c i p a l m e n t e u n a
e s p e c i e de l e t a r g o ó s e a u n s u e ñ o excesivo, u n a sed f r e c u e n t e , u n a g r a n d e d e j a d e z ó flojera en el
trabajo, y finalmente, u n a náusea á la comida; señales todas que no pueden ocultarse cuando diaria-
m e n t e se asiste por m e r o e n t r e t e n i m i e n t o á los r a n c h o s y en t o d a concurrencia c o n el m a r i n e r o s e
dirigen los r e p a r o s á su conservación ó e s t a d o de s a l u d . Ni es de e x t r a ñ a r q u e se h a g a n visibles
e s t o s e f e c t o s , si se c o n s i d e r a q u e a l i m e n t a d o s , a l o j a d o s y a t a r e a d o s t o d o s de u n m i s m o m o d o , p o r
diferentes que sean las n a t u r a l e z a s , no h a n de ser m u y diferentes los m a l e s de que se adolezcan.
E s t e e s el m o m e n t o e n q u e , á m i e n t e n d e r , d e b e n o b r a r c o n v i g o r l o s m é t o d o s c u r a t i v o s ; l o e x i g e n
así la n a t u r a l e z a de la sangre a ú n no m u y viciada, la utilidad saludable de u n t r a b a j o moderado
q u e sabe considerarse como indispensable y los efectos a ú n m u y limitados del aire respirado, que
por consiguiente puede no causar enfermedad epidémica.
E s , p u e s , m í á n i m o , si V m . l o a p r u e b a , q u e l u e g o q u e l o s m á s p r o p e n s o s á e s t a s e n f e r m e d a d e s
declaren con los s í n t o m a s y a referidos, y otros s e m e j a n t e s , que e m p i e z a á viciarse la sangre, se
a d o p t e i n m e d i a t a m e n t e p a r a s u a l i m e n t o el Sowrkrout y e l Malt de cerveza: p a r a su bebida, sudorí-
ficos con m u c h o a z ú c a r , y a u n el a g u a i m p r e g n a d a d e a i r e fijo; finalmente, que por algún tiempo
s e l e s p r i v e d e t o d o s a l a d o , p a r a l o c u a l p o d r á n s u s t i t u i r l e , c o n l a s m e n e s t r a s m e j o r e s , el c a l d o e n
pastillas, ó alguna carne reservada en aceite.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 13

No permite la manutención de muchas gentes á un tiempo, que con todos haya de usarse con-
tinuamente un método seguro. El solo uso de carnes saladas bastaría para trastornar cualesquiera
otras medidas, ni el carácter del marinero, aun considerándose éste sano, le permitiría el sobre-
llevar con paciencia y sin desorden un método largo de alimento no agradable por lo común á su
paladar y ceñido á una cierta dieta. Esta reflexión es la que me ha inducido (con buen éxito hasta
aquí) á no molestar al marinero ni al Erario con una especie de perenne método curativo, sino más
bien atender á si se declaran en uno ú otro los primeros síntomas nada temibles del vicio é inme-
diatamente sujetarlos á un régimen tan sano como inalterable, apoyado tan eficazmente por la dul-
zura como por la disciplina.
De este modo habrá en nuestros buques una clase media entre los verdaderamente sanos y los
absolutamente enfermos; y así como es difícil el reponer á éstos sin aquellos auxilios, que rara vez
en la mar pueden proporcionarse, fácil será recurrir á unos remotos principios de enfermedad si el
Comandante, con un régimen oportuno de aseo y trabajo, y el médico con remedios uniformes y ac-
tivos, concurren unánimes á rebatirlos.
Sobre la mezcla del aire fijo con el agua potable según los preceptos de Prestley, creo también
que fuera inoportuno el usarla para todos en todos tiempos, aun suponiendo que el aparato químico
para impregnarla fuese más sencillo; pero también el omitir su uso con los que se inclinen ya á
enfermar, creo que fuera culpable en un tiempo en que tantos sabios se ocupan de la felicidad de
los navegantes y las repetidas experiencias confirman la utilidad de estos inventos. De los buenos
efectos del Sowrkrout ó coles agrias no debe quedar ya duda alguna. Queda únicamente por exa-
minar la utilidad del Malt ó cebada fermentada, aunque ciertamente convendremos que en el caso
de excluirla se le haya de sustituir algún equivalente que contenga mucho aire fijo.
Una especie de crasitud inseparable de las pastillas de caldo, puede tal vez representarlas
como perniciosas; pero no recayendo este uso sino sobre personas de un estómago aún fuerte, esto
es, apenas propensas á la enfermedad; y por otra parte, debiendo únicamente sustituir al tocino,
creo que en el indicado estado medio entre la salud y la enfermedad pueden considerarse como
muy útiles.
Fuera mucha satisfacción para mí, que Vm. al justo examen de las reflexiones anteriores se sir-
viese también añadir su parecer en cuanto al método de servicio para esta clase media; esto es, si
debemos inclinarlos al sudor con preferencia al respirar un aire libre, en cuyo caso podrán propor-
cionárseles faenas interiores en lugar de las que se hacen sobre cubierta; si el relente, el frío, el
agua, le son muy nocivos; finalmente, si en las latitudes altas, en donde según muchas experiencias
el aire está más saturado de sales, puede seguirse para esta clase de gentes el mismo método que
en los climas templados de trópicos.
No entraré en el detall del hombre ya enfermo; esta parte será totalmente del Cirujano: yo me
ceñiré á desearle todo el acierto y á contribuir en cuantos modos puedan combinarse al más fácil
logro de lo que haya menester; no obstante, varias cosas que á mí me corresponden aún en este
ramo, han de exponerse ahora á la perspicacia de Vm., para que ni en esto carezca de sus instruc-
ciones.
Por muchas razones, así de disciplina como de utilidad real á los enfermos, nuestra enfermería
no será de firme: la sustituirá un repuesto de catres ingleses que colocados unos sobre otros, si la
necesidad lo pidiese, y rodeados el total de una lona pintada pero movible, tendrán las ventajas de
poderse aumentar cuanto se quiera, de estar cada enfermo separado del otro, así en cuanto á per-
sona como á ropa, de ser la curación más fácil, y sobre todo, de no tener ni la madera embebida de
unas exhalaciones tan perniciosas, ni imposibilitados el continuo aseo y ventilación de los parajes
más recónditos. Fácil será remediar los pequeños inconvenientes que se ocurren á primera vista
sobre la instabilidad de estas camas para las operaciones quirúrgicas, la dificultad de bajar y subir
los enfermos de las camas altas, y la sujeción inmediata de todos los utensilios necesarios para
un enfermo. Creo que esta distribución merecerá la aprobación de Vm., quien conoce cuantos incon-
venientes'dimanan de nuestro método actual de enfermería.
Una duda, nada indiferente, se servirá Vm. resolverme sobre esta especie de enfermos, pues que
de ella dimana el mayor acopio de unos más bien que de otros efectos. Supuesta, como es natural,
la falta de carnes frescas en las travesías largas que hagamos, ¿hasta dónde podrá extenderse para
los enfermos el uso de los caldos de repuesto, ó será más útil sustituirles en muchas ocasiones el
aceite? El acopio de medicinas propuesto por nuestros cirujanos ha sido ya por Vm. aprobado; por
consiguiente omitiré el hablar de él; su conservación me merecerá un cuidado particular, y aun para
esto estimaré á Vm. me indique algunas precauciones, si lo hallase oportuno.
Al concluir esta carta, sólo repetiré á Vm. que he procurado que las mismas voces denoten n o
ser mi ánimo tratar de una facultad, cuyos umbrales conozco apenas. La existencia á bordo de un
14 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

estado medio entre la salud y la enfermedad, y las útiles consecuencias que dimanan de esta dis-
tinción de clases, particularmente por lo que toca á las medidas del Comandante, han producido
los párrafos que anteceden. Puedan éstos llevarme á obrar con acierto en un punto de tanta impor-
tancia y acreditar con repetidas pruebas cuánto aprecia el dictamen de Vm. su más afectísimo y
seguro servidor, etc. = Cádiz, i.° de Febrero de 1 7 8 9 .

CARTA III

Muchos Oficiales se han ocupado hasta el día de hoy de la conservación del marinero en cuanto
á alimentos; ninguno ha examinado aún la del Oficial, en quien, para los altos fines á que está
destinado, debemos exigir, no sólo la material conservación del físico, sino una buena disposición
en las potencias intelectuales, para que esté más ágil en las fatigas y más dispuesto á la reflexión
y al estudio. A la verdad, debe atribuirse este silencio, más bien que á descuido, á un natural pun-
donor en los Capitanes, quienes, recelosos de que se confundiese el espíritu de orden con el de eco-
nomía, han preferido á cualquier otro partido el callar; muchas veces, aun con evidente daño propio
y del servicio, el inclinarse más bien á una mesa demasiado expléndida que á una frugal.
Por mi parte, deseoso únicamente del acierto, y unánime en esto con los Oficiales que han de
acompañarme, sin mezclarme en otros reparos que es fácil luego destruir, tendré aún más cuidado
en el método de mesa del Oficial que en la comida del marinero, con tanta más razón cuanto
ma)'or y más progresiva es la utilidad de aquél sobre la de éste.
Tenga Vm., pues, á bien afianzar mis conceptos si los hallase justos, ó rechácelos, si parecie-
sen infundados. Me alegraré mucho ver guiados mis pasos de la razón y de una autoridad tan res-
petable.
Convendremos desde luego que en unas campañas en donde cada uno ha de ejercitarse dia-
riamente en tareas y cálculos complicados, es casi indispensable un trastorno de horas para
las comidas; esto es, que servido á las ocho de la mañana un buen almuerzo de algunos fiam-
bres, puede diferirse la comida hasta las seis de la tarde, y á las diez de la noche usar de una
merienda de chocolate ó té, con pan tostado y manteca; consigúese así, además de un espacio más
largo para las excursiones científicas ó marítimas en los puertos, un trabajo más seguido y na-
tural en el mar; un plazo mejor y más libre para la digestión; finalmente, un par de horas bien
necesarias ó para el reposo ó para el sosiego después de comer.
Ocúrrense algunas dudas para adoptar unos ú otros comestibles, unas ú otras bebidas, y las voy
á exponer á Vm. inmediatamente. L a carne ahumada del Norte, según muchas experiencias hechas
en los mares de Noruega, parece fácilmente expuesta al escorbuto; ignoro si prefiriendo para con-
servar las verduras el aceite á la salmuera, se logra un beneficio en su bondad, desentendiéndome
de su duración.
El uso del té y del café, éste algo flojo, creo que puede emplearse mucho, pues con el azúcar
que se le agrega es un grande antiescorbútico, y también su calor coadyuva mucho á la digestión.
Para condimentos deben, á mi entender, abandonarse las especias y casi todo lo craso; de suerte
que las salsas en general deben mirarse como nocivas, y repetir cuanto sea posible el asado. Consi-
dero también como muy dañosa la manteca de puerco; ignoro hasta dónde puede ser útil la masa;
y en cuanto á la manteca salada, creo su uso continuo, si no saludable, á lo menos necesario, para
gentes acostumbradas en Andalucía.
Omito otros muchos detalles que parecerían demasiado frivolos, y aun no carecen de este as-
pecto los que anteceden, si no se considera que, relativamente á la salud, no hay punto desprecia-
ble, y que por lo común en nuestro método de mesas se ha atendido más bien á la abundancia que
á la calidad.
El bien de la humanidad, los progresos de la nación y del Real servicio, las recientes órdenes
de S. M., el ejemplo de las demás naciones, la amistad misma que á Vm. merezco, todo concurre
á que yo no me acuse de haberle molestado; y Vm. se sirva guiar con sus respuestas al que es y
será siempre su más afecto servidor y amigo, etc. = Cádiz, á 5 de Febrero de 1 7 8 9 .
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
15

Reflexiones sobre la conservación de la salud de los equipajes.

«Fuera digno de reprensión el preferir otro punto alguno al de la conservación de la salud en


el mar, dictado al mismo tiempo por la humanidad y por el interés, y no obstante descuidado
hasta aquí de tal modo en las navegaciones al Perú, que ha costado pérdidas considerables al co-
mercio, y á la Nación el sacrificio casi anual de excelente marinería, sin que por esto hayan aún
escarmentado, ó movídose á compasión los armadores de los buques que navegan á la mar del Sur.
Séame permitido no confundir en esta parte la Real Compañía con los demás, y lisonjearme
que no le serán desagradables los apuntes, aunque algo extensos, sobre este interesantísimo punto,
relativo á las ventajas nacionales y á la total seguridad de sus expediciones venideras.
Ojeando algún tanto los viajes modernos extranjeros, en particular los del Capitán inglés
Cook, y reparando aunque levemente, en la policía de los buques de las diferentes compañías eu-
ropeas del Oriente, parecerá desde luego que pueda hallarse un manantial inagotable entre ellos de
preservativos. Embarcaciones ventiladas y sahumadas interiormente, mucho espacio interior libre
para el acomodo de cada uno; comidas sanas y abundantes; finalmente, una disciplina vigorosísima
para el aseo de las personas y del buque, son los puntos esenciales de la policía extranjera en este
ramo, los que adoptados, deberían al parecer prometer tan buenos efectos en los buques españo-
les. Es de advertir en esta parte, que las navegaciones ordinarias de los buques españoles al Perú
no pueden ser igualadas de ninguna de las que en el día emprende el comercio europeo á las de-
más partes del globo, pues ninguna ofrece más desigualdad de climas, menos abrigo contra las
enfermedades y las averías, ni mares tan tempestuosos, á quienes arrostran después de tres y á
veces de cuatro meses de navegación.
Pero en desquite, puede asegurarse que la marinería española está dotada de una robustez y de
una resistencia muy aventajada á las demás naciones extranjeras; de suerte que, haciendo éstas
contrapeso con los mayores riesgos de la navegación por el Cabo de Hornos, parece, finalmente,
que pudiera deducirse la evidencia del buen éxito de todos los preservativos extranjeros.
Arraigado yo mismo en esta idea, desprecié en mi interior muchas veces la que me ofrecía una
meditación constante de una serie de campañas de diez ú once años, sobre la necesidad de otros
bien diferentes preservativos para la salud del marinero español en la mar. Mil veces comprendí
(estudiado á fondo el carácter nacional) que el sosiego de ánimo era más interesante á nuestra
marinería que todo lo que le rodeaba exteriormente, y mil veces creí infundada semejante idea,
y la deseché, no obstante de poder sujetar esta lucha de ideas á la experiencia.
El viaje de la fragata Astrea acaba de cerciorarme de la verdad de aquella sospecha y de ani-
marme en el día con tanto vigor á la necesidad de este preservativo con preferencia á todos los de-
más, cuanto había sido antes el que me hacía interponer á todo el seguir ciegamente en esta parte
la policía de los buques del Norte; ni se podrá tachar de imperfecta mi experiencia (bajo el funda-
mento de que un Capitán no tiene conexión inmediata con la marinería) cuando se sepa que mis
compañeros D. Luis de Concha y D. Francisco Viana, movidos de un corazón verdaderamente no-
ble y caritativo, y á su imitación los Contramaestres, han coadyuvado diariamente á la demostra-
ción de esta verdad, aun con mayores pruebas de las que yo podía desear.
La tripulación de la Astrea se componía en mucha parte de excelente marinería de la carrera
mercantil de Lima. Desde luego unos 6 0 entre ellos habían estado una, dos, tres y cuatro veces en
las tempestuosas mares del Cabo de Hornos, se habían hallado en arribadas, en epidemias, etc., lo
habían pasado en invierno y en verano y habían experimentado, finalmente, la escasez como la suma
abundancia. Se nos hacía, no obstante, reparable en las primeras conversaciones que cariñosamente
trabábamos con ellos, el que en medio de la abundancia y en las mares sumamente benignas, todas
sus reflexiones se parasen en los riesgos muy distantes del Cabo de Hornos, y que aun entre éstos
despreciasen casi el hablar de la poca ó mucha comida, de la poca ó mucha ropa de abrigo, y fijasen
más bien su atención en la continua incertidumbre de su suerte, y especificasen, en lo tocante á esa
navegación, las más mínimas circunstancias con una puntualidad propia más bien de un político
que de un marinero; ni cabía el pensar que esto pudiera ser de miedo, cuando al mismo tiempo se
arrojaban con el mayor denuedo entre los peligros, y aun veíamos entre los polizones, alguno que
por seguir tan solamente uno ó dos amigos habían preferido, aun sin ropa y sin dinero, esta navega-
ción á otras más cómodas y menos inciertas á que estaban contratados á la sazón. Inferíamos desde
luego con estos datos que el marinero nuestro, bien diferente en esta parte del extranjero, era su-
VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

mámente sensible y capaz de reflexión, y nuestro natural hacia ellos nos hizo aumentar las prue-
bas casi sin conocerlo. Sabían el rumbo que debíamos ó pensábamos seguir, y á cada paso se arri-
maban á la aguja á ver cuánto distaba de aquél el que seguíamos por necesidad. Oían con el ma-
yor agrado, y aun nos preguntaban á veces, nuestras observaciones diarias de latitud. El día del
mal tiempo todo les era insufrible; un soplo de buen viento los volvía á su primera docilidad, y
finalmente, á medida que descubrían en nuestra unánime conducta una mezcla de cariño, de amor
al trabajo, de inteligencia, iba aumentando en ellos, a u n en proporción adecuada, una mezcla
de amor y respeto, hacia nosotros. Ya en el largo tiempo que nos contrarestaron los vientos varia-
bles de las inmediaciones dé la Línea se nos hizo patente el buen efecto de adoptar este prin-
cipio. Yo prefería el día de viento contrario al de mal tiempo para mejorar sus comidas con carne
fresca y distraerlos con el saludable vino de Sanlúcar. Se toleraron en las maniobras y aun en su
misma conducta, algunos defectos leves, que nos era luego fácil remediar ó cortar enteramente en
el día de buen tiempo; aumentaron nuestros halagos y premiábamos y fomentábamos á los que do-
tados de un genio alegre podían excitarlo en los demás; no se hacía un zafarrancho ni otra ma-
niobra de aseo que no concurriese un poco de vino y nuestros razonamientos á hacer menos gravosa
la disciplina, y esta conducta, seguida con constancia, nos proporcionó ya la agradable perspectiva
de verlos después de veintiocho días de chubascos, turbonadas, calma y contrariedades, más ro-
bustos aún de lo que habían salido de Cádiz. Concurrió á cimentar este anhelo nuestro de darles
gusto, la derrota que nos proporcionó el reloj marino de la Equinoccial hasta la Ascensión. Nave-
gamos á viento largo cuando los pilotos vociferaban el riesgo de no montar (aun ciñendo) el Cabo
de San Agustín en la costa del Brasil, y les proporcionamos por rumbo oblicuo la vista de la
Ascensión, que les convenció y les hizo confesar por sí mismos, que nuestras navegaciones al O.,
para salir de la costa de África en las inmediaciones de la Equinoccial y el no haber ceñido los S. E . ,
habían desde luego aventajado de quince á veinte días el viaje de la Astrea. Los temporales de la
costa patagónica dieron nueva fuerza á nuestro amor recíproco; las maniobras se mandaron con
método y con la posible seguridad. Ellos las ejecutaron con el mayor ardor; si fué preciso varias
veces ó el exponer algún tanto las gavias ó el maniobrar á cada paso, ya sabían y entendían que
nuestra situación lo requería, y sacaban de los mismos peligros el mayor buen humor, de suerte
que finalmente todas las contrariedades de la costa patagónica, y los semblantes de un viaje al
sumo largo y dilatado, se deshacían fácilmente en su imaginación con las razones, ó ya aparentes ó
ya verdaderas, que les alegábamos. A la llegada al Cabo eran más bien nuestros amigos que nues-
tros subditos; sin faltarnos al respeto, nos manifestaban sus necesidades, ó sus deseos, ó sus ideas,
ó sus aventuras; mezclaban á esto algunas chanzas y veían en nuestros rostros cuánto gustábamos
de ellas; llegamos aún á complacerles en sus caprichos moderados, ó ya relativamente á comida ó
bebida, ó bien en cuanto á algunos puntos de disciplina. Los veíamos así siempre alegres y aptos
al trabajo, y aumentaba su robustez casi á medida que se aumentaba la campaña.
A pesar de estas bellas disposiciones, pero en prueba de su grande sensibilidad, les trastornó
muy mucho en las inmediaciones del Cabo Pilares, el ver tomar de nuevo las muras estribor, y
aunque no duraran estas nunca un día entero ni nosotros nos descuidásemos en hacer compren-
der á fondo nuestra ventajosísima situación, y aun en reprimir los más tercos, se conocía luego en
los semblantes la mura que llevábamos.
No les faltaba cosa alguna; antes bien, crecía con el mal tiempo su ración y nuestra toleran-
cia, y no obstante menores que todos los trabajos que en el Cabo hacen consigo las muras estribor,
desmayaban, y aun entre sí caracterizaban ya á cualquier leve achaque de escorbuto. Nuestra
derrota al N. disipó todas aquellas ideas, y los buenos tiempos sucesivos nos han proporcionado de
verlos ya en inmediaciones de Concepción en la mayor unanimidad, buen humor y tranquilidad de
ánimo, y en un estado de robustez proporcionado, á aquellos resortes.
No se crea, no obstante, que este preservativo, que por su novedad exigía toda la atención que
se le ha dado, nos hiciese descuidar en el uso de otros muchos; hemos contribuido al aseo personal
de todos (que en verdad no necesitaba de mucho estímulo) con nuestro ejemplo, y con algunos
premios, muchas alabanzas y tal cual reprensión, y no les ha sido un auxilio indiferente la repar-
tición de ropa embarcada por cuenta de la Real Compañía, y perteneciendo más bien al ramo de
aseo que al ele abrigo. Daba ciertamente el mayor gusto el verles peinarse y lavar su ropa casi dia-
riamente en los días de mayor frío; y como se tuvo la precaución de comprender en la repartición de
camisas á los mismos polizones, aunque no tuviesen con qué descontar su valor para con la Com-
pañía, puede asegurarse que el aseo personal en la fragata Astrea ha llegado al punto más alto.
Los zafarranchos, viceversa, no fueron tan frecuentes como parecía exigirlo nuestro anhelo por
la conservación de la salud; pero se omitieron varias veces, ya porque no eran necesarios, ya por-
que hallábamos muy sensible al marinero la molestia de descolgar su coi cuando necesitaba más
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 17

bien dormir en él que limpiarlos. Los más tardos en esta parte, que fueron siempre muy pocos, se
aguijonaban con premio, arma que hemos hallado infinitamente más poderosa que el castigo.
La ventilación interior, el sahumar y rociar con vinagre los parajes menos ventilados, fueron
preservativos que empleamos con la posible frecuencia; y á este fin aun en las mares más tempes-
tuosas, se aprovechaban los posibles instantes para abrir algunas portas del combés y de las esco-
tillas, y desterrar así cualquiera enfermedad y malos hábitos.
Por lo que toca al frío, se procuraron remediar con la mayor igualdad las urgencias de todos,
libertando finalmente del servicio sobre cubierta y empleando en otros menesteres de la fragata en
lugar de pajes, aquellos polizones que ni habían alcanzado lo bastante en la repartición, ni traían
por sí prenda alguna. Fué también menester remediar las necesidades de los reclutas de trasporte;
además se tuvo la precaución en los dias de agua y frío, no sólo de hacer las maniobras con aten-
ción á estos dos fuertes obstáculos de conservación de la salud, sino también de proporcionarles el
posible abrigo en las guardias, para cuyo fin se entregaron á cada una diferentes capotes, que sir-
viesen precisamente al marinero que se hallase en puesto desabrigado.
En el régimen importantísimo de comida, se procuró combinar del mismo modo que en las de-
más cosas, el conocimiento del carácter y naturaleza española, con las luces que nos sugerían los
extranjeros. Preferimos algunas veces lo más vario á lo más sano; el vino de Sanlúcar fué el prin-
cipal antiescorbútico que adoptamos, así para los calores como para los fríos; la carne fresca se dio
de ración una ó dos veces á la semana; hasta la altura de Buenos-Aires no se escaseó absolutamente
el agua; las calabazas y el Sowrkrcr.it alternaron en hacer más saludables y más sazonadas las co-
midas; y el gazpacho por cena, sólo se suspendió en las latitudes muy crecidas, para sustituirles
sopa en aceite, que dimos también con el almuerzo durante el tiempo de los fríos. No titubeamos
en este último partido, aunque generalmente la crasitud del aceite sea muy propensa al escorbuto,
ya porque nuestros aceites eran de la mejor calidad, y ya porque esta especie de comida es muy
homogénea á la naturaleza andaluza. No nos pareció conveniente distinguir en el trato unos más
que otros; se suministró de un mismo caldero á los marineros, á los polizones, á los soldados de
marina y á los reclutas, y todos igualmente tuvieron parte en la distribución del vino y aguardiente;
finalmente, en esta nueva entrada de los calores, después de la recalada á Concepción, han crecido
nuestros cuidados hacia ellos, tratándolos aún con mucho más cariño y afabilidad, proporcionán-
doles el preciso descanso, y dándoles por almuerzo un abundantísimo plato de Sowrkrout, acompa-
ñado con medio cuartillo de vino de Sanlúcar, y por cena un buen gazpacho: precauciones que no
parecerán inútiles al que advierta en los mayores estragos que ha causado en las navegaciones al
Perú la entrada de los calores más bien que la de los fríos.
Si después de un régimen como éste y de las razones que lo apoyan, puede creerse que la robustez
de la tripulación de la Asirea sea uno de los muchos acasos favorables que suelen experimentarse
en las navegaciones al Perú, hágasenos al menos la justicia de no dudar, que este punto principal,
así relativamente á la humanidad como al buen éxito y concepto de las expediciones de la Compa-
ñía, ha ocupado incesantemente nuestros desvelos, nuestra conducta y nuestra aplicación, y que
hemos sido bastante dichosos para lograrlo, hasta el punto de ver en un estado, ó nada peor, ó algo
mejor de los plumeros dias de la salida hombres gravemente enfermos de mal venéreo que en todo
el viaje no han podido salir de la enfermería y que parecían, por consiguiente, destinados á ser
víctimas del escorbuto.»

RESPUESTA del Sr. D. y osé Salvaresa á las cartas que


anteceden del Sr. D. Alejandro Malaspina.

RESPUESTA PRIMERA

Con el debido reconocimiento al favorable concepto que á Vm. merezco; deseoso de corresponder
á la superior confianza y del desempeño en puntos que tan de cerca se refieren al beneficio de la
humanidad, expondré bajo la consideración de Vm. algunos apuntamientos en contestación á su
muy apreciable carta de 24 de Diciembre pasado, reduciéndome á solo aquellos artículos sobre que
su anhelo por el acierto y su modestia no le permiten resolver con la seguridad y mano maestra
que relucen en todas las providencias anticipadas por Vm. que se sirve comunicarme y doy por
3
i8 YIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

supuestas. No puedo, sin embargo, desentenderme de las reflexiones que, dimanadas de un estudio
profundo y experiencia aprovechada, extiende Vm. sobre el carácter de nuestra marinería y medios
de manejarla con ventaja á la de cualquiera otra nación. ¡Ojalá prendan estas ideas en todos los
que hayan de mandar, superando sin desaire de la gerarquía los obstáculos que susciten el amor
propio y el destemple natural!
Concibo, pues, en orden al primer punto, que son preferentes en la eficacia las depuraciones
del aire por el fuego en las cubiertas á las practicadas por medio del vinagre. Puede, no obstante,
el estado de la atmósfera caliente y seco, exigir se rocíen con dicho licor, cuyas exhalaciones ofre-
cen con la virtud antipútrida bastante recreo y atemperación; y en este caso, es mejor el rocío que
el vapor, por el que se disminuye la fuerza y pureza del ácido.
Por lo que respecta á graduar las resultas del desabrigo en los rápidos tránsitos del mucho frío
al mucho calor y las del excesivo abrigo por la carga de ropa, hallo ser más temibles las primeras;
pues por poco que se radique un resfriado en el marinero y haga tiro al pecho, lo consume insensi-
blemente hasta inhabilitarlo; y el exceso de ropa sólo ocasionará una molestia que se irá haciendo
tolerable con el convencimiento del motivo y más á los del Norte de España, de genio menos desali-
ñado en sus personas y más acostumbrados á andar cubiertos. Dejo, no obstante, en su lugar, lo
que exija la ocasión, en que á presencia de excesivo calor puede quizás ser de impedimento á las
maniobras ejecutivas la mucha ropa.
E n materia de comestibles, siendo de tanta consideración el objeto del pan, he reflexionado
mucho sobre su cochura, pesando y comparando entre sí las ventajas y perjuicios de que esta ope-
ración sea diminuta; y me parece que toda la salubridad que quedaría en el pan poco cocido, se
desvanecería por las digestiones trabajosas y proximidad á criar humores glutinosos, que resulta-
rían obstrucciones en las visceras del vientre, y en esta situación el escorbuto hace fácilmente
presa, siendo también del caso no despreciar la poca satisfacción del paladar en el uso de un ali-
mento cuotidiano.
Considerando con igual prolijidad las resultas de la alteración del pan de maíz y centeno con
el de trigo, se presenta desde luego la bondad de aquéllas semillas y su sabor no ingrato; pero in-
duce algún temor su mayor tenacidad y crudeza, especialmente en forma de tortas infermenta-
das, y mucho más en uso repetido. Reflexionando, no obstante, que es alimento de gente robusta
y laboriosa, y á que están acostumbrados los habitantes de nuestras provincias septentrionales, no
desapruebo la tentativa de otras tortas sin frecuentarla, hasta asegurarse en lo posible, de la resis-
tencia de sus estómagos. No por eso ocultaré que propendo más á que se suministren las harinas
de estas semillas con parte de la de trigo, en forma de poleadas, y con suficiente azúcar, que ade-
más de su especial virtud antiséptica avivaría su digestión. E n esta preparación es más domable
la tenacidad de dichas subsistencias, que el fuego no penetra con tanta inmediación á causa del
vehículo del agua. E l día de este alimento podía ser menor la ración de pan.
Por lo que dice á las menestras, cuya virtud antiescorbútica es evidente, hecho cargo de que
deben calificarse respectivamente á dicha calidad y á cualquiera otra saludable con preferencia á
su conservación y duración bajo las circunstancias verificables en la dilatada navegación de
que Vm. se halla encargado; y en el concepto que alcanzo á formar de que la análisis química en
esta parte no sugiere fundamentos decisivos, se hace preciso recurrir á experiencias, que derivadas
en lo ocurrente en el ejercicio de la práctica médica, adquieren alguna presunción de asentadas.
Estas me han enseñado que en el arroz y los garbanzos se encuentra cuanto beneficio contienen las
demás de uso sin la tenacidad y la aspereza de las otras.
Por tanto las contemplo más oportunas; y sólo para evitar el fastidio de la uniformidad, juzgo
se dé lugar para alguna alternativa á los fríjoles blancos.
Aunque el objeto de la conservación y de la duración sean distintos de virtud, estoy muy incli-
nado á creer, que en razón de ésta se verifiquen aquéllos en muchas sustancias; entendiéndose por
conservación la corta evaporación del espíritu rector especial que las caracteriza intrínsecamente,
y cuya existencia y diuturnidad no se determina por las afecciones externas. Ocúrreseme apuntar
que en el arroz del Piamonte, y en el veronés, aunque de exterior menos agradable y menos blanco,
se encuentra más proporción para el gusto de la nutrición.
Toda la ventaja que lleva en lo saludable la carne de vaca al tocino en estado fresco, se des-
vanece con palpable desmedro é inferioridad en el de salada, y por lo mismo se reputa como casi
proscrita de la Armada. Conozco lo costoso del atocinado, y más en vista de la debilidad de los
vinagres de América; pero el caso exige esforzar lo mejor conocido, esperando de las experiencias
ulteriores todo lo que sin perderlo sea compatible con la prudente economía.
Sobre el artículo del aceite, á pesar de que no deben considerarse los marineros septentrionales
de España como habituados á su uso, y que por lo mismo no extrañarían su falta; la bondad de
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
ig

este condimento alimenticio, la recomendable calidad del nuestro, y el que no les desagrada, per-
suade se le dé lugar entre las provisiones de boca.
En cuanto á determinar su uso prudente, me parece se destine á las sopas por almuerzo, ó cena
en los climas fríos, y por sólo cena á los gazpachos en los calurosos; cuidando que su cantidad-
se tase á solo objeto de un moderado aderezo. En el segundo modo se doma algún tanto su acritud
con el vinagre y tendencia á la rancidez, y en el primero mucho más agregando azúcar. No es esta
muy conforme á mi paladar, pero conozco la casi natural afición de nuestros nacionales, y que esen-
cialmente se opone á la putrefacción. Ni tampoco me atrevo á determinar si su coste excederá con-
siderablemente los límites de una amplitud arreglada.
En los términos que van apuntados, concibo que el gazpacho será útilísimo; pero de ningún
modo me parece se insista en su uso repetido si un fastidio verdadero lo hace menos tolerable aun
en amago á gente no acostumbrada á él: espero, sin embargo, que se aficionen.
Un principio de pesadez, y menos soltura de los miembros con algún enronquecimiento, serán
á mi ver indicios de que se van espesando los humores, y amonestarán se desista de tomar comi-
das con aceite hasta su disipación: cuidando no confundir estas señales con los efectos del frío ex-
cedente, que son más pasajeras.
Sobre los puntos relativos al importantísimo renglón del vino, aunque no hallo escasa para un
efecto saludable la cantidad de medio cuartillo por la medida mayor que equivale á ocho onzas,
me inclinaba á que se agregasen dos onzas más; y en este caso á que se compartiese en la comida
de medio día y cena cuando ésta no fuera de gazpacho, pues entonces, siéndolo, podría suminis-
trarse en el almuerzo este eficaz digestivo. Y de todos modos reputo por más oportuna ocasión la
de la comida más fuerte del medio día.
La exclusión del aguardiente y del pescado salado, incluso el bacalao, me parece acertadísima,
como solídala determinación de circunstancias bajo que pueda darse lugar al uso del queso.
Es cuanto, ansioso por el acierto, he alcanzado á deducir de las más serias reflexiones; debiendo
sinceramente confesar, que la precisión, solidez é inteligencia con que trata Vm. el asunto en su
carta, me han hecho la costa para satisfacerla. Espero los demás artículos referentes á materia tan
importante, y órdenes del agrado de Vm., en cuyo obsequio se empleará gustoso su más apasio-
nado y afecto servidor y amigo Q. S. M. B.—Cádiz, 5 de Febrero de 1789 (1).

CARTA de Malaspina al Subinspector de Arsenales, por la


que se infiere la inteligencia, celo é iniciativa del Jefie de la
expedición hasta en los más insignificantes pormenor es.

Sr. D. Fermín de Sesma, Capitán de Navio y Subinspector de Arsenales:

Expondré á V. S. con el posible detalle, las pocas ideas que tengo presentes sobre armamento
de las dos corbetas para la próxima expedición, no tanto para que puedan ser de alguna utilidad en
el sumo caudal de conocimientos relativos particularmente á este ramo que V. S. posee, como
para cumplir una orden que nos impone S. M., y manifestar por escrito aquellos sentimientos de
respeto y concepto que desde tanto tiempo en mí se hallan grabados.
El aparejo pendiente (para proceder según orden de inventario) estará por completo al arbitrio
de V. S. Ambos Comandantes conformes en este particular, estamos seguros que nada nos quedará
que desear, y sólo atentos al número de gente que tendremos para la maniobra y á los parajes que
con más frecuencia habremos de trillar y á la duración del viaje, nos aventuraremos á hacer las
siguientes insinuaciones, remitiéndolas no obstante todas á la absoluta determinación de V. S.
Conviene que las menas en general, así de cabos como de motones (comprendidas aun las jar-
cias mayores) sean más bien con algún exceso delgadas que gruesas; que la motonería del propao

(1) S u p r í m e n s e las s e g u n d a y t e r c e r a c a r t a s , p o r ser éstas ininteligibles, á c a u s a d e lo d e t e r i o r a d o q u e se


halla el manuscrito.
VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO
20

gire sobre pernos, como en la fragata Astrea, y que se eviten en general todos aquellos casos de re-
fuerzo, que, propios tan solamente de mares tempestuosos, en los apacibles sólo sirven de atraso en
el andar y de un grave deterioro en los pertrechos. Doy por supuesto que el aparejo, crucetas, guinda
y cruzamen de los juanetes y sus velas, han de seguir aquella excelente proporción que admiraban
hasta los extranjeros en la Astrea. Supongo que se facilitará con rolletes el manejo de los cables y
que en el laboreo en general de la maniobra se preferirá, con prudente método, no tanto un excesi-
vo aligeramiento y desembarazo, como una sólida compensación de fuerzas que no necesite alte-
rarse á cada paso.
En cuanto á la arboladura de respeto, sólo añadiremos á la dotación general de los buques
de S. M., una jimelga y dos masteleros de juanete en lugar de astas de hierro. L a igualdad de
ambos aparejos de popa y proa, excepto los palos y vergas mayores, es una de aquellas ventajas
indecibles que desde luego V. S. nos ha dictado y llevará á debido efecto.
Las anclas podrán llegar al número de seis, dos de á 2 2 quintales y cuatro de á 1 8 . Nos ceñire-
mos á cuatro anclotes, dos de nueve quintales, uno de siete y otro de cinco, los cuales, si tuviesen
cepos de hierro para su más fácil manejo y acomodo interior, desde luego podrían no estorbar el
fácil iríanej o de anclas. Los cabos y calabrotes correspondientes á estas anclas, pueden, á nuestro
entender reducirse á los siguientes: tres cables de 1 5 pulgadas, cuatro ídem de 1 3 , tres calabrotes
de siete y tres de cinco y media. Podrán omitirse los viradores y simplificarse el número de orin-
ques, refiriendo unos y otros á las guindalezas y veteria en piezas completas, en las cuales por con-
siguiente, se envolverán todas las piezas colladas, especificadas en el inventario con el nombre de
jarcia de respeto. La cantidad de guindalezas y veteria de repuesto será pues adecuada, no sólo
á esas necesidades en atención á cuatro años de un trabajo continuo de amarras, sino también á
los climas ordinariamente destructivos de la zona tórrida bajo la cual serán mucha parte de nues-
tras tareas.
De la jarcia alquitranada de peso llevaremos toda la posible, y^áun mucho mayor cantidad de
jarcia trozada en cables, que nos servirá también para estiva, pues que en cualquiera escala nos
será tan fácil un acopio de leña como difícil, y aun imposible, uno de jarcia trozada, necesaria,
por otra parte, para la conservación del aparejo.
En la motonería, herrajes y piezas sueltas, dependerán éstas enteramente del aparejo pendiente.
Sólo sí llevaremos por duplicado, si pareciese oportuno, los cuadernales de tumbar que considero
también suficiente para varar, si fuera preciso, una ó entrambas embarcaciones.
Los utensilios del Contramaestre y los betunes necesitarán por lo común de aumento. A estos
últimos será preciso añadir una cantidad considerable de aceite de linaza y un buen acopio de pin-
turas en polvo.
En el velamen de lona podrá facilitar su manejo, sin disminuir de resistencia, el que sea todo
de lona de gavias de fragatas, ó si fuera posible de otra más fina. Podremos llevar tres juegos com-
pletos y otras dos gavias sin relingas. El velamen de vitre podrá en general ceñirse á dos juegos;
cuando más se le añadirá un juanete (según lo convenido) común á entrambos palos. En los tejidos
de respeto pueden considerarse las mismas necesidades que en la jarcia. Si pareciese más conve-
niente para los consumos de ese Arsenal, pudiéramos emprender la salida de aquí, y por consi-
guiente, el primer corte de la línea, siempre destructivo para el velamen, con un juego ya usado ó
de media vida. Los utensilios para coser velas y el número de cois serán proporcionados al viaje.
Treinta catres ingleses por embarcación reemplazarán los de madera para Oficiales de mar y la en-
fermería.
Nada diré por ahora sobre utensilios de piloto, si no es que nos serán precisas impar de agujas
azimutales por corbeta, ó á lo menos una.
Nuestra artillería será (si á V. S. parece lo más conveniente) de 2 2 cañones de á seis, arreglada
su carga á 5 0 tiros, 2 5 con bala, 1 0 con palanqueta y 1 5 con metralla. Sólo sí, que cerradas para
mayor comodidad de los alojamientos las primeras tres portas de popa, reservaremos en estiva ca-
ñones y cureñas correspondientes, y para esto será sumamente útil, el que se entreguen desarmados
y en pequeños atados los herrajes y maderas de dichas seis cureñas. Dos cañones de á cuatro y un
disparador de cohetes, entrambos para señales, y finalmente, un repuesto, no grande, de utensilios,
uno muy abundante de balas para fusil y pistola, un excelente armamento, inclusas en él bayone-
tas, cinturones y vainas para sables, y cuatro ó seis pedreros sin recámara. El cargo de Armero, in-
dispensable para nuestra comisión, se fiará á dos soldados elegidos oportunamente. Responderá de
sus utensilios el Condestable.
Sobre los cargos de Carpintero y Calafate será preciso hacer algunas innovaciones en atención á
las circunstancias del buque, á las faenas de una varada no muy extraordinaria, y á la existencia
á bordo de un herrero. Cuanto más se disminuya el cargo de estos Oficiales de segundo orden, tanto
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 21

más cómodo será el situar cada cosa en su lugar sin franquear á cada una paraje seguro, que en
un buque, nó demasiadamente espacioso, siempre ha de ser incómodo. E l visitar algunas islas del
Mar Pacífico hará preciso el no fiar á muchos, antes bien el no fiar sino al Contramaestre los uten-
silios sueltos de hierro y en particular la clavazón; y esta atención exigirá una alteración no indi-
ferente en los cargos, único modo de que no sea luego ofensiva una precaución tan necesaria como
al parecer inoportuna.
En cuanto al número, calidad y aparejos de embarcaciones menores, no parezca á V. S. im-
propio el que suspenda el hablar de ellas hasta que sistemado todo lo relativo á los buques prin-
cipales, y por otra parte, enterado ya más al pormenor de los diferentes destinos de la expedición,
podamos con más acierto ocuparnos de este ramo secundario, bien que no menos importante. Des-
de luego, constituidos en nuestro método de poca gente, á no nombrar patrones de las distintas
embarcaciones menores, tendremos que fiar este nuevo cargo al Contramaestre, del mismo modo
que en los buques de S. M. se hace con los sereníes.
Hasta aquí no nos hemos separado de los cargos comunes, de las embarcaciones de la Real Ar-
mada; pero no se ocultará á V. S. que una expedición de esta especie há menester de otros mil
utensilios, sin los cuales cada paso fuera un tropiezo y aun á veces temeridad el empeñarse en
cosas de algún riesgo. Tales son particularmente los fogones con destilador y ventilador seme-
jantes al que ha usado en la última campaña el Navio San Sebastián; unas fraguas bien manejables
y adaptadas á todas las necesidades que pueden ofrecerse de estas excelentes máquinas; los opor-
tunos utensilios de pesca y caza, tomados entrambos objetos en toda su extensión; varias bagate-
las interiores que, á pesar de referirse á principios de comodidad, son de perdonarse en unas per-
sonas constituidas á vivir tres ó cuatro años en la mar, á encontrar no pocos riesgos, y particu-
larmente áemplear en cálculos y detalles bien prolijos las horas libres del servicio marítimo ó del
preciso descanso.
Acabo ya esta narración casi del todo inútil, si bien se considera la inteligencia y celo que
guian á V. S. en cuanto mira al Real servicio ambas cualidades, de las cuales ya desde mucho
tiempo así Bustamante como yo somos tan buenos testigos como elogiadores.
Nuestro Señor guarde á V. S. muchos años. = Cádiz, á 2 de Enero de 1789.

íC
Sr. D. Tomás Mimos:

Combinado el espíritu de la última Real orden sobre el establecimiento de pararayos á bordo de


los buques de S. M., con lo que han escrito y experimentado los físicos y con las últimas lecciones
de Mr. Le Roi, oídas en París por los Sres. de Ureña y Betancourt, he podido deducir para las cor-
betas DESCUBIERTA y ATREVIDA, la siguiente aplicación que expongo ahora al juicioso examen
de V. S., á fin de ponerla en práctica si mereciere su aprobación.
Desde luego, la acción del pararayo con la cadena eléctrica, no exige en el largo de nuestras
corbetas que sea sino uno; y éste, en mi entender, podrá colocarse del siguiente modo:
La aguja será de hierro y del largo de cinco p i e s , Lormando figura cónica sobre una base de
una pulgada próximamente. Esta base podrá enroscarse con bastante fuerza en un macho igual-
mente de hierro puesto en el tope y macizado con resina. Encajará en la aguja con el largo de una
vara desde la cúspide, una vaina ó contera de latón que termine agudísima y tenga dorada como una
pulgada en su extremo superior.
Estará igualmente firme en el macho del tope el principio de la cadena, que será del largo de
siete p i e s , y de un alambre grueso. Esta pieza se abarbetará á la encapilladura de modo que pueda
zafarse cuando se quiera, ó unirse á la cadena larga cuando amenace el rayo.
La cadena para su mayor acomodo y aun colocación, será de eslabones de un pié de largo, fá-
ciles á doblarse y aun á zafarse cuando se hayan de quitar algunos trozos según la diferente po-
sición del mastelero de juanete. Desde el canto popel y exterior de cada mesa de guarnición mayor,
VIAJE AL REDEDOR DEL MUNDO
22

bajará algo más grueso y hecho firme en el mismo canto otro trozo de la cadena con un peso
inferior; y de este modo, firme un extremo de la cadena movible en el remate del trozo alto, y el
otro en el principio del trozo bajo, se logrará la deseada comunicación desde la cúspide del para­
rayo hasta el agua.
Las prevenciones oportunas para el mejor logro de esta conducción, serán principalmente las
tres siguientes: i." Un brandalito á cada banda del juanete mayor de jarcia blanca, cuya encapi­
llaclura superior á todo, aproxime cuanto sea posible con el macho firme del tope. 2. Un botalón
a

de dos p i e s de quita y pon para desatracar el conductor de la cruceta, cuando el juanete esté cala­
do, ó sustituirle el asta de hierro. 3." Un botalón en la borda del alcázar ó en la mesa de guarnición
de mesana que desatraque del costado y llame algo para popa el último trozo de cadena. Para la
firmeza de este botalón se le pondrán amantes al tercio y tendrá en su extremo un guardacabo
embutido en la madera y macizado igualmente con resina, de suerte que la cadena sujeta de este
modo, ni se aproxime á las cadenas de la mesa de guarnición, ni toque al forro de cobre en la cum­
bre del agua.
Serán, por tanto, precisos para este efecto los materiales siguientes: Un suncho de hierro de
cuatro pulgadas de largo, dos pulgadas de base y una leve disminución en la parte superior en
figura de cono truncado. E l pararayo en forma de cono truncado, cuyo largo sea de tres y me­
dio pies y sus diámetros proporcionados á la base del suncho y á la parte que falta á la cúspide.
L a otra mitad de latón enroscará en el hierro y sobre un largo de dos pies tendrá toda la agudeza
posible, dorándose su extremo alto como el largo de dos á tres pulgadas. Finalmente, la cadena en
tres trozos, el uno de diez p i e s para hacer firme en el suncho; el otro de ciento diez para venir
desde éste á la mesa de guarnición, y el último de quince para pasar de la mesa de guarnición al
agua.' El modo de engancharlos uno con otro, se elegirá el más expedito y seguro. E l grueso de los
eslabones podrá ser algo mayor de una línea; su largo de un pié ó dos, y sólo los últimos eslabones
tangentes al agua, serán de un grosor doble ó triple en proporción para gravitar con más facilidad
y solidez.
E n cuanto al cabo blanco y los botalones, probaré primero usar una de las drizas de seña y de
piezas sueltas de á bordo. Si fuesen necesarios, se pedirán luego los correspondientes efectos.
Nuestro Señor guarde á V. S. muchos años. A bordo de la DESCUBIERTA, á 22 de Ivfayo
de 1789.

CARTA del У efe de Escuadra D. Gabriel de Aristizábal


á
D. Alejandro Malasftina* en la que tan insigne marino se excusa
modestamente de aconsejarle sobre гиг plan hidrográfico.

Apruebo las sabias medidas que V. S. toma para desempeñar la Real confianza, tan digna­
mente depositada en V. S.: su importancia y objeto exigen el ímprobo trabajo y las noticias fun­
dadas que V. S. pretende acumular; como materiales náuticos y físicos para la obra que emprende,
y cuya utilidad deseo se logre en lo futuro.
Yo estimo en mucho el concepto que á V. S. merezco, cuando ha creído que mis conocimientos
podrían ciarle luces para ilustrar la parte hidrográfica de su plan en el Archipiélago Filipino; el in­
terés con que justamente miro los progresos de la navegación, las glorias de nuestro Cuerpo (en
sus empresas militares y científicas) y el mayor lustre y desempeño de un amigo como V. S., me
estimularían siempre, aun sin la espuela de querer responder dignamente á su consulta, á recor­
dar cuantos conocimientos me proporcionó en aquellos mares la experiencia de cinco años, cuantos
pude adquirir de los prácticos, cuantos me pudieron prestar archivos y papeles que ciertamente
consulté con varios motivos en distintas representaciones al Rey nuestro Señor en aquel tiempo, y
alambicando todo lo menos inútil hacer á V. S. un corto presente, para que conociese mi voluntad
de contribuir á sus lucimientos, más que la profundidad ni extensión de mis indagaciones; pero al
cabo de catorce años que he regresado de aquellas regiones, y habiendo estado durante este tiempo
empleado en tan varias comisiones como á V. S. consta, apenas conservo unas ideas remotas que
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 23

comparadas con las vivas y nuevas que V. S. logró de resultas de repetidos últimos viajes, hacen
desvanecerse la conjetura de su utilidad. Tampoco conservo documentos ó copias de mis citadas re-
presentaciones al Rey desde allí como Comandante de aquella Marina, ni desde aquí como consul-
tado; pero se hallarán en la Secretaría del Despacho universal de Marina de Indias, si acaso mere-
cieron aceptación al Soberano y sus Ministros en aquel tiempo; todo esto es cuanto puedo repro-
ducir á V. S. en respuesta á su favorecida del 17 de Marzo de este año, asegurándole mi eterna
gratitud y deseos de su prosperidad y aciertos futuros, como la justa estimación que me me-
rece V. S., á quien Dios guarde muchos años.=Ferrol, 8 de Abril de 1789. = Sr. D. Alejandro Ma-
l a s p i n a = Gabriel Aristizábal.

PRUEBA de las DESCUBIERTA y ATREVIDA según nota


de Malaspina.

Estas corbetas, construidas por el Ingeniero Comandante de este Departamento, D . Tomás


Muñoz, se probaron el dia 5 de Julio á presencia de este Oficial y del Excmo. Sr. D. Antonio Ulloa,
uno y otro embarcados en la DESCUBIERTA. Varios otros Oficiales de la Armada asistieron á las
mismas pruebas en la A T R E V I D A .
Se examinaron cuidadosamente los calados y se hallaron:

En la DESCUBIERTA.

Pies. Pulgadas.

Cala de popa , 14 00
Cala de proa 13 6
Batería al medio 5 00

En la ATREVIDA.

Pies. Pulgadas.

Cala de popa 13 11
Cala de proa 13 5
Batería al medio. . 5 4

Los pesos en la DESCUBIERTA eran los siguientes sobre una aproximación de 150 quintales y
deducidos del pormenor de cada una componiéndose de muchas cada partida de las que aquí se
expresan:

Quintales.

00
. . . . . . 393 5°
00
63
25
35 00

10
70
75
836 5°
00
00
00
•' 9 00
00
150 00

TOTAL 7,311 75
24 VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

Los pesos de la ATREVIDA podían considerarse próximamente los mismos, pero su estiva estaba
más bien proporcionada, aligerada la proa de cerca de 2 0 0 quintales de lastre, y hecha la reparti-
ción de efectos con atención á lo que se advertía en la DESCUBIERTA, cuyos trabajos se anticiparon
siempre unos quince dias, intervalo con el cual se botaron al agua.
La variedad de efectos embarcados; la precisión de tenerlos casi todos á mano; los mismos
plazos de su apresto, y finalmente, la ninguna práctica del mismo buque y de sus verdaderas capa-
cidades difíciles de graduarse de un solo golpe de vista, nos aseguran que estamos muy lejos de
haber acertado en esta ocasión con el mejor modo de estiva, bien que nos dan esperanzas de po-
derlo acertar en lo venidero cuando se haga nuevo arreglo.
Consideramos nuestros repuestos existentes hoy á bordo, en la proporción que sigue. Toda espe-
cie de pertrechos para cuatro años supuestas unas regulares pérdidas y deterioros, así en las altas
latitudes por los temporales, como en las inmediaciones de la Equinoccial por los efectos del sol
y de las lluvias. L a aguada y víveres son para diez meses, menos el pan que compone solos seis
meses de ración completa. E l vino de Sanlúcar, coles agrias, vinagre y aceite, pueden conside-
rarse suficientes para un plazo de dos á tres años. L a s medicinas, todos los libros, instrumentos
simples y utensilios que corresponden á la Historia Natural y á la Astronomía, todo lo necesario á
dar de quilla y habilitar entre la tripulación varios obreros de Calafate, Carpintero y Herrero, y
finalmente, un acopio, grande y aun excesivo de géneros de cambios, regalos y de vestuarios para la
gente, forman una cantidad de efectos difícil de combinarse con la apariencia exterior de las embar-
caciones cuyo calado no excede de catorce pies, y en cuyo buque se ha dejado sitio bastante para
los acopios de Historia Natural.
Las corbetas dieron la vela á las siete y media de la mañana sobre las gavias, juanetes, foque
y mesana. L a marea era entrante con la velocidad correspondiente á las inmediaciones del pleni-
lunio y el viento bonacible del O. Fué menester pairear un buen rato, para que la ATREVIDA con-
cluyese sus faenas de ancla; luego, con el mismo aparejo y la mura babor, empezamos las pruebas
al mismo tiempo de comparación de los buques entre sí y de sus cualidades absolutas. Viramos á
las diez á un tiempo por avante y se dieron las mayores y los estays; reviramos sobre los bajos de
San Sebastián y dado nuevo bordo á las costas de Rota, nos hallamos bien franqueados y volvimos
á virar al S. O., con viento del O. */ N. O.
4

A la una nos pusimos al pairo, y mareado nuevamente todo aparejo á las tres, se hicieron en
diferentes bordos y sin sujeción u n a á otra, varias pruebas hasta las seis y media de la tarde, á cuya
hora arribamos, y con trinquete, gavias y juanetes logramos fondear de nuevo en bahía al ponerse
el sol.

Deducción de las pruebas.

El andar, gobierno y aguante de ambas embarcaciones, puede considerarse igual según todas
las pruebas de este día. L a ATREVIDA en dos ocasiones ganó algún barlovento á la DESCUBIERTA,
pero esto debe atribuirse tal vez al mejor estado de su estiva, que ya se ha manifestado.
Las corbetas han virado por avante en dos minutos con gavias, juanetes y foques, viento de
cuatro millas y marea contraria. E n un minuto, con todo aparejo de bolina, andar de cinco millas
y marea contraria; en dos minutos y medio con el timón á la vía, todo aparejo de bolina, marea
favorable y andar de seis millas; han virado en redondo en dos minutos, andar de seis millas, todo
aparejo y marea contraria; bien que fué menester dilatar la virada por no poderse preparar el apa-
rejo con la debida celeridad; finalmente la DESCUBIERTA ha virado en redondo, con el aparejo de
proa en facha en dos minutos y la ATREVIDA había casi alcanzado la virada por avante que inten-
taron ambas sobre las gavias, juanetes y estays, con la sobremesana en facha y la mesana cargada;
siéndole sin duda obstáculo además de la marea, la ola bien picada de la virazón.
Hemos ceñido constantemente en diez cuartas en las dos vueltas. Nuestro mayor andar ha sido
de siete millas corredera larga, en cinco cuartas y todo aparejo largo; y al mismo tiempo la inclina-
ción de la batería era en la ATREVIDA de tres p i e s y dos pulgadas y en la DESCUBIERTA de tres pies
y una pulgada. E n la una se determinaban las inclinaciones con un aplomo desde el batiporte ex-
terior; en la otra servía un aplomo interior en el puntal proel de la escotilla mayor, comparados sus
largos á la semimanga. El abatimiento no ha sido mayor de cuatro á cinco grados. Bien casado
todo el aparejo de popa se necesitaban tres cabillas ó arribar para equilibrar el aparejo, y hasta
esta circunstancia era igual en ambas corbetas.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 25

Como la colocación de las embarcaciones menores, que llegan á cinco y todas sobre cubierta,
podía parecer difícil ó á lo menos peligrosa, se han metido las dos que deben contener las otras dos
más chicas. E l último bote, destinado particularmente para pescar y medir la corriente, tiene sólo
once pies de quilla, igual á popa y proa. Su acomodo, por tanto, no debe dar el menor cuidado.
Se ha conocido palpablemente que ni en los mares más tempestuosos correrán el menor riesgo estas
cinco embarcaciones menores.
Debía hoy examinarse por medio de pesos conocidos una inclinación que resultase en la batería
para deducir luego las fuerzas comparativas necesarias á lograr la mayor inclinación. No lo han
permitido las circunstancias, pero se hará á la primera ocasión oportuna.
Entre tanto, debemos asegurar que cuantas propiedades hemos examinado en ambas corbetas,
al paso que acreditan más y más la pericia de su autor, nos dan las esperanzas más lisonjeras de
poder desempeñar con acierto el destino que S. M. se ha servido poner á nuestro cargo.

"Excmo. S r. D. Luis de Córdova:

Ехсмо. SR.: L a adjunta noticia cerciorará á V. E. de las principales ocurrencias del día de
ayer relativamente á las pruebas hechas á la vela en las corbetas de S. M. DESCUBIERTA y A T R E ­
V I D A , que han fondeado nuevamente en esta bahía en la misma tarde.
Nuestro Señor guarde la vida de V. E. por muchos años. = Corbeta DESCUBIERTA, á 7 de Julio
de 1789. = Alejandro Malaspina.»

RESUMEN de los aprestos para гиг viaje alrededor del mundo


emprendido por las corbetas DE SCUBIE RTA y ATRE VIDA.

Interesados igualmente el paternal amor de S. M. en beneficio de sus vasallos y su constante


anhelo de fomentar los conocimientos marítimos, ha determinado |su Real ánimo destinar las cor­
betas de la Marina Real DESCUBIERTA y ATREVIDA á un viaje alrededor del mundo, con el doble
objeto de continuar la grande obra de las cartas esféricas, en todas las costas de sus casi inmensos
dominios y de contribuir á los progresos de la Geografía, de la navegación y de la Historia Natural
en todos sus ramos.
Han sido proporcionados á unos fines tan humanos y tan grandes los aprestos de aquellos
buques; y no debe parecer molesto el por menor, así del armamento como de las tareas que han
•de emprenderse.

Buques y pertrechos.

Confesando de antemano que la extensión de los dominios de S. M. en las diferentes partes del
globo disminuyen mucho las necesidades del navegante español en un viaje de esta especie, y que
por tanto los acopios, particularmente de comestibles, no han de ser tan crecidos; podemos aspirar
en cualquiera otra relación en que se miren, al concepto de ser nuestras embarcaciones las más idó­
neas para el intento, de todas las que se han hecho hasta aquí. Un calado de catorce pies esca­
sos, sobre una capacidad de 342 toneladas, y un aguante, gobierno, andar y barloventear, cual lo
han acreditado las últimas pruebas, nos hacen creer que no habrá costa cuyo reconocimiento nos
sea imposible y que no habrá cala en donde no podamos ponerlas al abrigo.
Al mismo tiempo la casi total igualdad de propiedades que han manifestado entrambas y la ven­
tilación y acomodo interior de todos, nos ponen casi á salvo de una separación involuntaria ó de
unas perniciosas enfermedades. E l plano número 1 deja ver claramente que la decencia y comodidad
de los Oficiales y demás individuos adictos á la parte científica, están combinados con un regular
alojamiento en los'Oficiales de mar y con el mejor que puedan desear la tropa y marinería, de los
4
20 VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

cuales ni uno deja de tener su coi colgado. L a misma distribución de alojamientos que ha propor-
cionado el buque, ha dado lugar al establecimiento metódico de nuestra disciplina, de la cual,
siendo bien arraigada, pende casi todo el buen éxito de estas empresas.
Durante esta primera navegación, que ni da cuidados ni ocupaciones, correremos el tingladillo
de la popa y abrigaremos algún tanto la proa para resistir con más seguridad á los temporales. De
este modo, sin perder ninguna de sus buenas cualidades, las corbetas proporcionarán el mayor
abrigo á la gente y aun á las plantas ó animales que se quisieran conservar en climas fríos. L a s
maderas con que se han construido estas corbetas son de las más selectas y bien sazonadas. Ade-
más, se ha tenido la precaución de masijar las ligazones y calafatearlas. L a tablazón del firme, el
zulaque, el forro de madera con clavos de metal, y últimamente el de cobre, son otros tantos pre-
servativos que nos ponen al abrigo de muchos peligros á que estuviera expuesta una embarcación
de las comunes.
L a colocación del cabrestante mayor en el combés y de las embarcaciones menores sobre cu-
bierta, ha parecido á muchos imprudente, ó á lo menos aventurado. Hemos experimentado ya la
fuerza del cabrestante y la facilidad de su manejo por medio de un retorno. E l uso constante de
las embarcaciones inglesas de la India Oriental; el poco peso de nuestras embarcaciones menores;
su mismo número y necesidad de usarlas frecuentemente, deben justificarnos en cuanto al segundo
partido.
El número de nuestros botes, que llegan á cinco, nos suministra los mayores recursos para el
objeto primitivo de las tareas hidrográficas, combinadas con las precisas atenciones á la Historia
Natural, á la pesca, á la caza y á las urgencias naturales de aguada, leña, etc. L a lancha resistirá
á levar nuestras anclas de menor peso. Con mares bonancibles pueden embarcarse á un tiempo 9 5
hombres. L a aguada se hará con suma facilidad por medio de barricas que se han preparado para
el intento. Los aparejos de estos botes aún no se han perfeccionado; pero la experiencia misma irá
dictando diariamente, con la pericia de manejarlos, los que más convengan á cada especie.
Las capacidades del buque, á pesar de lo que hemos dicho al principio, son tales, que nos dan
lugar á embarcar dos años de toda especie de provisiones de boca, menos el agua y la leña, que
deben reducirse á seis meses, cantidad excesiva para unos buques destinados al reconocimiento
constante de las costas. E n el día, en que los pertrechos navales están arreglados á cuatro años;'
el vinagre, el aceite y el vino, á tres; las menestras y tocino, á un año; el pan á seis meses, y el
agua y la leña, á diez; se acomodan, no obstante, un grande repuesto de efectos de cambios y ves-
tuario; muchos efectos para las operaciones de todas especies; muchos utensilios correspondientes
á las ciencias con que intentamos abrazarnos, y por último, todos los equipajes correspondientes
en la misma proporción.
Navegamos, no obstante, con cinco pies de batería, y el día en que hemos hecho las pruebas,
un andar de siete millas, corredera larga en cinco cuartas, no nos precisó á cerrar las portas de
Santa Bárbara. Estos efectos, dimanados de la inteligencia y celo del Ingeniero D. Tomás Muñoz,
han sido perfectamente correspondidos en cuanto al aparejo y repuestos por el Brigadier D. Fermín
de Sesma. Brillan en todo nuestro aparejo pendiente el primor y la resistencia, y á pesar de la
poca pericia de una tripulación no reunida ni conocedora aún sus Oficiales, la maniobra, ni las
voces, en el día de las pruebas la ATREVIDA ha virado por avante con todo aparejo en un solo mi-
nuto desde las seis cuartas de una amura á las seis de la otra; lo ha verificado la DESCUBIERTA en
pocos segundos más y entrambas han ceñido siempre en cinco cuartas. Nuestras mayores son pro-
porcionadas á la manga, las gavias algo menores, los juanetes son grandes y en las mares apacibles
nos dan un considerable aumento de vela, que en las tempestuosas no es incómodo, echados abajo
mastelero y verga.
Seis anclas, cuatro anclotes, siete cables y seis calabrotes, forman todas nuestras amarras.
Cerca de 200 quintales de jarcia trozada nos proporcionan conservar en buen estado el aparejo.
Tres juegos de velas, un buen repuesto de arboladura y los cuadernales correspondientes á dar de
quilla ó varar la corbeta para carenarla, todo nos pone al abrigo de los muchos incidentes que
suelen hacer fatal una varada ó un viaje excesivamente largo.
A imitación de los Sres. Cook y la Perouse, parecía natural la precaución de la lancha en
piezas c a p a z de recoger y llevar á graneles distancias toda la dotación con los víveres coi-respon-
dientes. Nosotros hemos creído inútil esta precaución por dos razones: i . E n los dos extremos pe-
a

ligrosos de nuestros establecimientos del mar Pacífico, podrán las colonias inmediatas de Chiloé y
Monterey, suministrarnos embarcaciones oportunas con las cuales puedan aún reconocerse más in-
dividualmente todas las calas y sinuosidades de las costas, y trabajar con más perfección sus
cartas y descripciones. 2." Que ambos navegantes, a u n trillando mares más peligrosos, no las han
necesitado.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 27

No es tan fácil como á primera vista aparece, la pérdida de una embarcación, aunque navegue
en mares tempestuosas ó sobre costas muy peligrosas, ni fueran útiles las precauciones de la cons-
trucción misma del buque, de todos los utensilios para dar de quilla, varar, etc., si se tratase
en una urgencia de abandonar el mismo buque.
No debe omitirse hablando de pertrechos, el hacer mención del fogón de hierro con destilador y
ventilador, de que irán provistas ambas corbetas. Cuáles sean las ventajas de uno y otro, lo de-
muestran evidentemente, además de los razonamientos, las pruebas hechas en el navio de S. M. San
Sebastián, en el pasado año de 1 7 8 8 . A la verdad, no es tanta la economía de leña como en un número
crecido de raciones á bordo de un navio de 7 4 cañones; pero si para cocer los tres calderos que
usa nuestra marina en las navegaciones largas se necesitan próximamente diez horas de tiempo,
nos aseguran repetidas pruebas que el mismo tiempo y la misma leña suministran en un solo alam-
bique media ración de agua á cada individuo de los que componen la total dotación de una corbeta.
Tenemos, no obstante, otro alambique que puede destilar por el caldero cuando unos balances ex-
cesivos ó una suma escasez hiciesen necesaria una destilación más dilatada, y al contrario cuando
fuese necesario cocinar para las dos dotaciones, el caldero de destilar fuera más que suficiente á
este doble aumento. Los hornos, la cocina de los Oficiales y las hornillas para dos ollas de Oficiales
de mar, son otras tantas comodidades de esta excelente máquina, á la cual da la mayor perfección
el ventilador. Aunque nadie en nuestros buques habite en los parajes poco ventilados, lo usaremos
para la salubridad de la bodega y particularmente de la sentina; el humo mismo en la cubierta
habitada, será, aunque incómodo, un nuevo principio de conservación. Ambos fogones tienen un
excelente acopio de repuestos; la duración por tanto no debe darnos ni el menor sobresalto.
A los utensilios de repuesto hemos añadido también una fragua y una cocinita portátil para ex-
pediciones de Oficiales. Las herramientas de Calafates y Carpinteros, se han multiplicado para que
soldados y marineros.hábiles puedan trabajar en cualquier apuro. Dos trozos de cadena para ama-
rrar y otros dos para cables, nos aseguran también de no tener pérdidas en parajes de mal fondo.

INSTRUCCIONES notables que D. Alejandro Malaspina


comunicó á D. José de Bustamante {segundo Jefe de la
expedición) sobre la policía de los buques.

Fuera agravio recíproco el llamar instrucción á los siguientes apuntes, en los cuales expresaré
únicamente el método que ha de seguirse en la DESCUBIERTA para que Vm., si gustase, lo adopte
también en la corbeta de su mando.
El fin que entrambos nos hemos prefijado al abrazar esta comisión, es uno mismo: de servir á
la Nación con tareas particulares, acreditar el honor que nos anima y hacernos dignos de la con-
fianza pública y del aprecio de los Oficiales que se han brindado á encontrar bajo nuestras órdenes
una serie bien dilatada de fatigas y de peligros. Pero podemos variar en el concepto de lo que nos
guíe más directamente á conseguir aquel fin; y como la uniformidad es, sin la menor duda, la base
esencial del servicio, podemos aún, guiados de un mismo celo y de una misma inteligencia, acer-
tando aún entrambos en la elección de los medios, destruir sus buenos efectos con el solo incon-
veniente de haber tomado diferentes sendas.
Esta reflexión es la que me hace creer que no parecerá á Vm. frivola la muchedumbre de cosas
que he de exponerle; si le pareciese temprana, puede considerar que los cimientos son los que de-
ciden de la solidez del edificio, y que han de influir mucho en el concepto general las primeras
ideas que aquí se formen de la expedición puesta por S. M. á nuestro cargo.
Están tan estrechamente ligadas en un buque la disciplina y la conservación de la salud; depen-
den tan inmediatamente una de otra la disciplina que llamaremos de policía y la militar; final-
mente, dimana tan directamente de esos principios la poca ó mucha utilidad científica que puede
producirla expedición, que fuera imprudencia el no eslabonar entre sí estas materias, y contraer-
las como á un mismo centro al más cabal cumplimiento de las ideas de S. M. Así la distinción
de materias me ha parecido en este caso perniciosa, pues al paso de ser más dilatada traía t a m -
28 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

bien consigo la idea de que pudiesen mirarse estos objetos desunidos y que el uno tuviese algún
rigor si se descuidase el otro.

En un viaje de esta especie ha de prevalecer precisamente un método opuesto al de los buques


ordinarios de la Armada. En éstos la disciplina militar es la que rige; en aquél debe apartarse
cuanto sea posible; ni se ocultará la razón de semejante necesidad cuando se considere que la parte
militar no há menester para su buena harmonía de que concurra la voluntad gustosa del s u b d i t o ;
pero en la científica, que abraza un número infinito de combinaciones, sólo puede lograrse un buen
resultado si cada uno, nó lo que le mandan, sino más bien lo que pueda, haya de practicar para el
intento.
Multiplicados en un solo individuo los cargos á medida que se ha disminuido su número, y la
misma comisión arrastrando consigo tales deberes que ya se hacen despreciables los que parecen
más graves en otro buque, ¿cómo puede el rigor militar por sí solo obligar á un soldado ó un mari-
nero que sufra el insulto de un indio, que coma más bien una cosa que otra, que se transforme, se-
gún las ocasiones, en cazador, ó en pescador ó en artesano á medida que lo exijan los infinitos acasos?
Dejando aparte la disparidad de carácter del español con el francés septentrional ó el inglés, se
deja ver que en esta clase de expediciones los que nos han precedido siempre han dado la prefe-
rencia al cariño sobre el rigor, han tolerado más bien que la disciplina militar sufriese graves ultra-
j e s , que no truncar aquella grata harmonía del s u b d i t o con el Jefe, que hace suaves los mismos
sufrimientos y suministra fuerzas y vigor para que una sociedad de pocos se alcance á sí misma y
saque de los mismos peligros de que está rodeada nueva seguridad para su mejor conservación. El
ejemplo de los Oficiales era la única arma en los buques del Capitán Cook para persuadir á los ma-
rineros á comer cosas, sanas sí, pero asquerosas. Resistióse la marinería en la bahía del Rey Jorge,
que es la navegación desde el Norte á las islas de Sandwich, á beber el extracto de la caña de azú-
car fermentada, y se usaron el ejemplo, las persuasiones, nunca la fuerza, para atraerlos á esta
útil medida; y finalmente, para conseguir la quietud en tierra y evitar un roce intempestivo vio el
sabio Capitán lleno su buque de mujeres entregadas á la sed insaciable del marinero, y lo v i o con
indiferencia porque aquéllas eran voluntarias, y la conducta de éste y su sufrimiento en los trabajos
exigían un premio análogo á su carácter.
Así es mi ánimo en esta parte que la razón y la uniformidad sean las armas siempre preferidas
al rigor militar y que éste sólo se emplee agotados ya todos los demás medios para el buen orden
de la sociedad y el buen éxito de la empresa.
Miro, no obstante, el rigor militar como cosa bien diferente de la disciplina militar, y seré tan
exacto en dar á ésta cotidianamente el útil lugar que se merece, como resistente y aun opuesto á
sentar el ejemplo aún más suave del primero.

II

Sentado ya que ha de constar, no sólo á los ojos de los s u b d i t o s , sino también á los del público,
que la razón y el mejor desempeño de la empresa son casi la única base de nuestro sistema, ha de
fijarse la consideración en otro punto igualmente importante, y que apoya el principio anterior; es
á saber: que se mirará como supérfluo, y por consiguiente se apartará muy luego todo lo que dis-
tante de aquellos dos agentes tenga sólo en su favor, ó el ejemplo de otros, aunque para mí su-
mamente respetables, ó el deseo de alcanzar cierta a u r a popular que, como una ola impelida del
viento á la playa, es tan fácil á entrar como á retroceder.

III

Supuesto que en esta comisión es la parte facultativa más bien que la militar la que ha de
contribuir á la utilidad pública, he creído que deben variar también las reglas del buen orden á
bordo, esto es, que el Comandante ha de aproximarse mucho al subalterno, y aun si es posible so-
brepujarlo en el ejercicio de todo lo que corresponde á la parte facultativa, aunque distase mucho
de la militar. Mil razones, y nuestra misma felicidad, exigen que seamos pocos para muchas
cosas: esto envuelve en sí el que todos hayan de hacer lo que puedan, y si es honorífico para un
militar, cualquiera sea su esfera, el correr el primero al encuentro del enemigo, creo no será menos
gloria para el facultativo humano el correr á tirar ó arriar un cabo más bien que despertar uno
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 2g

que duerme libre de su guardia, ó atrasar y á veces contrarestar los buenos efectos de una ma-
niobra.
Las ideas son unas en todos los hombres: la comparación nos hace felices ó infelices: la falta
de una pequenez da á veces una idea perniciosa de debilidad que desalienta. El Comandante, di-
vidiendo con prudente economía, y nunca sin necesidad, el trabajo de sus inferiores, ya lo hace
suave en lugar de ser molesto; y además, infundiendo en cada uno nuevo aliento, les inspira aquel
vigor que tantas veces suple al número, y da la más alta idea del propio alcance y resistencia. Son
muchos los que en un buque de S. M. están exentos de trabajo personal: nadie lo está cuando el Co-
mandante establece con su ejemplo un principio contrario, ni parecerá inútil el acomunar esta idea
si se considera que los peligros, ó por mejor decir, las ocasiones de practicarla, serán casi diarias,
antes bien serían continuas, pues que el desempeñar más ó menos lo que espera de nosotros la
Nación, pende precisamente de las mayores ó menores fuerzas con que contemos.

IV

Como es natural me arrastrará lo que acabo de expresar, al principio de que la aproximación


del Jefe con el s u b d i t o en esta clase de destino, no sólo al trabajo, sino también debe extenderse á
la manutención. Mientras llega el hablar del reparto de ración, diré á Vm. que estoy firmemente
decidido á verificar esta aproximación cuanto sea posible. Nunca llegará el caso de que el en-
fermo carezca del alimento más saludable mientras lo haya para el hombre sano de cualquier
clase que sea. La proporción de alimento desde el más alto hasta el ínfimo individuo, ha de ser
siempre una misma así en la cantidad como en la calidad; antes bien, así como espero qu e el
ejemplo mío sea para los Oficiales (si lo necesitasen) un nuevo estímulo para los sufrimientos, lo
será la tranquilidad de éstos también para el marinero. En éste no prevalece otra razón que la n e -
cesidad; tal pudiera representársele por otra parte si condenado á nutrirse de alimentos igualmente
escasos y malos, viese en la abundancia á los.que deciden de su suerte y tal vez hasta el fruto han
de coger de sus sufrimientos.
El buque además no admite en sí un gran número de cosas frescas; y en cuanto al uso de las
saladas, queriendo S. M. que no se economice gasto á favor del marinero, y entregada á nosotros
la dirección del apresto, no hay motivo para que sea mejor lo de unos que lo de otros ó p a r a que
las cantidades sean tan desproporcionadas, que el uno sufra escaseces mientras el otro se halla en
la abundancia. •
Empero esto no implica que la uniformidad sea rigurosamente la misma. Este partido sería
pernicioso aun á los fines que me he prescripto, é injurioso al Oficial cuya cuna y sucesiva edu-
cación le hacen ya necesarias diferentes cosas, que al soldado ó al marinero fueran más bien mo-
lestas. El aseo de comida y el repuesto de varias cosas agradables que ni apetece el marinero ni
ocupan demasiado buque, ni son emblemas de la abundancia, serán siempre un distintivo conside-
rable que dividirá las clases una de otra y un alivio no indiferente para el Oficial.
La costumbre hace suaves, y a u n bien agradables muchas cosas que llevaban en sí el sem-
blante de sufrimientos. Hay quien aborrece los manjares más delicados. No pocos hacen de-
pender su felicidad y su conservación del mismo método de vida que á otro fuera insufrible. L a
misma costumbre es la que á primera vista nos representa como insufrible la falta de variedad de
las comidas, como imposible de sustituir al excelente sabor de vacas, carneros y aves domésticas y
de las verduras de nuestros huertos, el de un guanaco, de un ave de mar, de una yerba silvestre.
Pero también es positivo que en la clase de viajes como este á que nos hemos comprometido, he-
mos de ser felices ó infelices según nuestra costumbre logre mirar con indiferencia unas ú otras pri-
vaciones.

Es mi ánimo, pues, por lo que toca á esta necesaria aproximación de comida, el seguir el
siguiente plan. Se procurará adaptar á la mesa de plana mayor todo el aseo posible, la abundancia
necesaria y la indispensable buena calidad. El uso de las harinas, del té, café, chocolate y algu-
nas especies más delicadas de vinos, serán la distinción constante de los demás; al paso que pro-
porcionando las primeras una diversidad grande de manjares agradables, y suministrando los
segundos ó por sí ó mezclados con el azúcar un entretenimiento saludable, ni con el tiempo
pierden su buena calidad, ni el volumen que ocupan es nocivo para otras cosas de mayor impor-
tancia. Nunca me sujetaré para el acopio de cosas frescas á la duración de la siguiente cam-
30 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

paña; de suerte que suponiendo que en los correspondientes sitios destinados no quepan más de
quince terneras y cien gallinas, la misma cantidad se embarcará para un viaje de dos meses, desde
Cádiz á Buenos Aires, que para uno de veinte desde Manila al Cabo de Buena Esperanza por las
islas del mar Pacífico y la Nueva Zelanda. Algunas veces será aún más sensible la privación, pues
que siendo el ánimo de S. M. que los rastros de esta expedición en los países no sujetos á la Mo-
narquía derive más bien de efectos de humanidad que de medallas ó instrumentos destructivos, de-
beremos propagar en varios parajes las castas de animales más útiles á la sociedad, y por consi-
guiente el pescado y las carnes silvestres serán á veces nuestro alimento, mientras tendremos á la
vista animales de carnes sumamente apetitosas.

VI

Bien se deja ver que semejantes privaciones, aunque guiadas de la razón, por lo común saluda-
bles y á veces necesarias, fueran, no obstante, muy sensibles si no las atemperase un método uni-
forme, en el cual se combinen con recto equilibrio las ocasiones de mucha escasez con las de mucha
abundancia. Las diferencias y las privaciones resultan así menos reparables; la necesidad misma
dicta nuevos recursos, y finalmente, se establece como sistema la debida aproximación de todos los
que naveguen en un mismo buque, como ya se ha indicado.

VII

Entiendo, pues, que el método proyectado debe empezar al mismo principio del armamento.
Debe quedar convencido de la constancia de este sistema, no sólo el que haya de navegar con nos-
otros, sino también el público, sean ó no injustas las consecuencias que luego se deduzcan de aqué-
llos, dadas por gentes arrastradas de la ignorancia á veces de la emulación. A esta vista irán la
seguridad de que no es el capricho el que dicta semejante medida; el navegante podrá deponer
cualquiera idea de superfluidad, se irá familiarizando con una vida bien diferente de la que ha se-
guido hasta aquí, y podrá pesar sus fuerzas y su constancia con datos mucho más ciertos y des-
agradables. El público, por otra parte, verá grabadas en nuestro sistema la unidad, el buen orden,
el ejemplo del sufrimiento, la independencia de todo lo que pudiera ó atrasar ó hacer más gravosas
al erario nuestras operaciones; finalmente, aquel deseo natural de que emulen nuestros navegantes
la constancia tan admirada de los que nos han precedido en semejantes empresas.

VIII

Admitida esta necesidad, y bajo la consideración de que el alimento es más bien un tributo á la
naturaleza que un recreo para los que se han fijado satisfacer las potencias espirituales con prefe-
rencia á las animales, se hace presente que en esta especie de comisiones, no sólo ha de privarse
uno á sí mismo de lo supérfluo, sino lo ha de extender á los demás, evitando, por consiguiente,
toda clase de banquetes. Nuestro objeto en el día es conservarnos, no desperdiciar buque, ocupar-
nos enteramente de los altos fines á que se nos ha destinado y acreditar esta verdad, si es posible,
á la vista de todos. Cuatro cosas se oponen al banquete. Es pernicioso á la salud, implica el
embarco de mil superfluidades, distrae muchas horas útiles, y finalmente, borra la reminiscencia
de aquellos mismos trabajos que se hacen sólo sufribles por el deseo de ser admirados de los demás
hombres.
El que busque examinar de cerca nuestras tareas; el que quiera añadir á este favor el de disfru-
tar de la compañía de los Oficiales en la hora en que esté más reunida, más agradable y más
chancera, será admitido con aquella confianza y agradecimiento que exige un lazo amistoso de esta
naturaleza. Se le manifestarán estos sentimientos de modo que no pueda dudar de ellos. Comerá
con aseo y con abundancia, pero será muy luego que el deseo de merecer su aprobación se apoya
más bien en el esta'do de nuestros buques, nuestra disciplina, nuestras tareas y nuestras máximas,
que en un número ostentoso de platos útiles únicamente al paladar, muchas veces fatales al es-
tómago.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 31

IX

Consecuente á este sistema será el número de criados que se embarquen. Los he ceñido á un
Mayordomo, un Repostero, un Cocinero y un Panadero, todos bien asalariados, pero constituidos á
trabajar por sí cada uno en su ramo, y ayudarse recíprocamente siempre que el caso lo requiera.
Seguirán á éstos otros cuatro criados, el uno como familiar del Comandante, dos para servir á los
seis Oficiales y el Guardia Marina, y uno para los de las demás clases que alternen con los mismos
Oficiales. Este arreglo se ha hecho de común acuerdo, según lo prescribía la Real orden correspon-
diente. S. M. abona el número completo, aunque no se embarquen, habiéndolo así mandado al
señor Intendente general de Marina.

La ociosidad, temible en todas las clases embarcadas, lo es aún más en la de criados, por la
facilidad con que pueden brindarse y cautivar otros regalando una ú otra cosa de rancho. Con pru-
dente método han de intervenir los nuestros en los trabajos, particularmente en todo lance que ne-
cesite un mayor número de brazos. Pero como quiera que se les haría sumamente gravosa tal nove-
dad, contraída á la comparación con los demás buques de S. M., han de atraerse á esta costumbre,
nó con la violencia ni con demasiada prontitud, sino más bien con el tiempo, con el ejemplo y con
el aprovechamiento de ocasiones oportunas; causas todas que sin el menor desagrado arrastrarán
seguramente la realización del fin deseado.

XI

Contribuirá mucho á hacer útil y aun más dócil esta clase de individuos, comunmente díscolos
en todos los buques de S. M., el hacerles entender que no están depositados'en ellos ni nuestra
felicidad ni nuestro lucimiento, y que reduciéndose á pocas cosas el cabal desempeño de su oficio,
pueden muy bien ocuparse del trabajo á que mejor se hallen dispuestos y diariamente en las mu-
chas horas ociosas contribuir con sus mismos brazos al justo equilibrio de tareas con todas las
demás clases.

XII

Será su alojamiento parte en la repostería y parte en la Santa Bárbara: en entrambos parajes,


muy próximos al escotillón de la escala. Tendrán catres ingleses ó cois, según sea posible acomo-
darlos, y así estarán más separados del roce con las demás clases de á bordo, más próximos á la
Oficialidad á quien han de servir, y más fácil la inspección de su conducta, lo que considero ne-
cesario.

XIII

En la bahía de Cádiz y aun al salir de la Carraca, se dividirán indistintamente las clases por
alojamiento y comida según el método establecido; esto es, que el Piloto, Cirujano, Contador y
Guardia Marina, se tratarán en un todo con uniformidad al Oficial, atento no obstante á la diferen-
cia de confianza del Comandante, que será proporcionada á unos y á otros; el Contramaestre, Pilo-
tines, Condestable, Sargento y Sangrador, comerán y alojarán juntos en un rancho á estribor de
la repostería, adaptado su tamaño al acomodo de los seis catres ingleses correspondientes al primer
Carpintero, primer Calafate, dos Guardianes, Armero, Velero y Tonelero, tomarán igual sitio á
babor.

XIV

La Real orden que acompaño con el número 1 , enterará á Vm. del ánimo de S. M. sobre los
diferentes puntos relativos á disciplina que había propuesto anteriormente. Era mi ánimo con el
nombre de mozos, aproximar los segundos Carpinteros y Calafates al trato y servicio de marineros,
32 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

disminuyendo así la clase de Oficial de mar y simplificando el régimen interior. Intentaré conse-
guirlo aunque se miren como Oficiales de mar; pues su número haría muy gravoso el alojarlos y
aumentar la comida de éstos.

XV

He indicado ya cuanto considero necesario para el buen orden, toda la posible distancia en el
roce entre las tres clases primordiales de á bordo: i." Oficialidad de guerra. 2 . Oficialidad de mar.
a

Y 3 . " Tropa y marinería. Será tanto más sólida y segura y tanto menos desagradable, cuanto más
temprano sea su establecimiento. Se han dispuesto á este fin las comunicaciones de la cubierta con
el alcázar, las reparticiones de comida y alojamiento y el mismo espíritu de disciplina. Bastará
por consiguiente una muy leve inclinación á la balanza, para que propenda hacia este partido tan
saludable. Con avisar á cada uno cuando entre á bordo con quiénes ha de familiarizarse y á quié-
nes ha de evitar, indicándole blandamente si anduviese errado en sus pasos, y procurando al prin-
cipio promover la buena harmonía y amistad entre los que componen una misma clase, se hará el
enlace tan sólido que será luego superior á cualquier acaso que quisiese trastornarlo.

XVI

Conviene mucho que los buzos sean de la misma clase de marineros, ó si la ciega obediencia á
las Reales ordenes y la necesidad obligase á admitirlos de esta clase propietaria, sólo en el nom-
bre se mirarán como Oficiales de mar; su agregación, por lo que toca á comida, coi y servicio, será
exactamente á la clase marinera. Los que han servido mucho tiempo en esta clase, sea en los ar-
senales ó en los buques armados, tienen por lo común dañado el pecho y además son muy inclina-
dos á la bebida. Espero que los marineros suplan muy bien esta plaza.

XVII

He extendido á dos el núm ro de cocineros del equipaje para que tengan á su cargo no menos
el caldero del equipaje que las ollas de Oficiales de mar y de la enfermería. De este modo, excluida
toda necesidad de ranchero, pues un Grumete de la guardia ó el mismo Cocinero podrán llevar la
comida al rancho; y por lo que toca al aseo del alojamiento, á una misma hora y con igual inter-
vención del Oficial de guardia, se vigilará por medio de los grumetes sobre éste y sobre el que
corresponde á la marinería.

XVIII

Al Oficial de mar se dará diariamente ración de vino y ración de carne fresca cuatro veces á la
semana. El modo de recibir esto de la provisión es los domingos y miércoles; para extenderla á los
jueves y lunes se determinará con la menor incomodidad de los buques menores, según el paraje
en donde estén fondeadas las corbetas. Con este equivalente, con buenas menestras y tocino, y
con una variedad agradable y proporcionada á las circunstancias, apoyaré el partido de que nadie
embarque para su uso particular comestibles de cualquier especie que sean. Importa mucho
borrar las ideas de ranchos, que al paso que ocupan un crecido número de brazos, son manantial
inagotable de discordias, de desórdenes y de enfermedades. L a ración que se suministrará será
abundante; serán tres las comidas calientes. Habrá alguna distinción en favor del primer rancho
de los dos que componen esta clase. Se determinará, aunque no invariable, la cantidad y calidad
de comestibles por cada día de la semana, y con este antecedente se prohibirán toda clase de
raciones, todo cambio de efectos comestibles que no sea en la misma despensa y con interven-
ción y anuencia del Oficial del Detall; finalmente,> toda venta particular de cualquier clase que
sea, y se singularizará entre éstas la de vino ó licores, que será grave delito, aun por la pri-
mera vez. '

XIX

Apartándome nuevamente del método común de los buques de S. M., así como el Sar-
gento y Condestable rozarán mucho con Oficiales de mar, rozará igualmente la tropa con la mari-
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 33

nería, coadyuvando yo mismo y los Oficiales á que se familiaricen unos con otros y sea tan deposi-
taría de la autoridad la marinería como ejecutiva la tropa de todo trabajo. He indicado ya que no
es el rigor militar quien ha de mover las ruedas de nuestra disciplina, y que ha de brindarse cada
uno voluntariamente al trabajo, no ignorando desde el principio que es de su obligación todo lo que
esté en la esfera de sus alcances y de sus fuerzas.

XX

De ningún modo opino que hayan de nombrarse patrones fijos de las embarcaciones menores.
Muy luego formarían una nueva clase que se consideraría superior á los demás, y los gavieros,
timoneles y cabos de guardia absorberían inmediatamente casi todo el número de marineros. E l
contramaestre ó guardián que esté de servicio, inspeccionará todos los días el estado de las embar-
caciones menores y de sus pertrechos, y dimanando de él el nombrar de la gente existente aquellos
que parezcan más oportunos, quedará con rapidez pronta la embarcación, y lo que más importa,
todos se irán adiestrando en su manejo, práctica sin la cual nos hallaríamos envueltos en mil impo-
sibles. Los botes chicos procurarán meterse dentro siempre que no hayan de enviarse á ninguna co-
misión; y en general, las mareas y el viento se combinarán y aprovecharán cuanto sea posible para
sus movimientos, debiendo por lo común preferirse la lentitud á un excesivo trabajo de remos y á
la necesidad.de emplear mucha gente en los botes.

*
XXI

Hallo muy importante el infundir desde el mismo principio en todos los individuos de las cor-
betas una idea harto útil en lo venidero; y es que no hemos de contar con otros auxilios que los
de nosotros mismos. Será oportuno bajo este supuesto el valerse de nuestras gentes, de nuestros
botes y de nuestros pertrechos para muchas cosas que con más facilidad conseguiríamos pidiendo
auxilios extensos á los buques de S. M., á la Capitanía del puerto ó al Arsenal. Por ejemplo, cual-
quiera faena de anclas, muchos transportes de efectos cuando los buques menores estén sin des-
tino; el mismo amontonarse muchos efectos en los primeros y en los últimos días de nuestra estada
en puerto, serán otras tantas lecciones útiles del alcance de las fuerzas al que ha de mandar y al
que ha de obedecer. El uno moderará algún tanto el natural principio de celeridad que se mira
como único en los demás buques del Rey; el otro se irá insensiblemente amoldando á no graduar
por el número de brazos el éxito de las faenas por pesadas que parezcan, y sobresaldrá en este
temple de tareas la inteligencia de los Oficiales de guardia y el buen ejemplo de los Oficiales
de mar.

XXII

La debida atención á la comodidad respectiva, y el no hallarse aún reunidos todos los Oficiales
destinados á la comisión, ha hecho que indistintamente se ocupasen otros en aquellos objetos que
ya desde algún tiempo requerían la presencia del Oficial. Al principio del armamento es muy pro-
bable que ya no haya otra atención extraña sino la Astronomía, en la cual se ocuparán únicos los
dos Oficiales nombrados en cada corbeta, agregándoles un Piloto para copiar y confiar el diario. Al-
ternarán, por consiguiente, los demás Oficiales y el Guardia Marina en el servicio de á bordo, y
particularmente en la asistencia al armamento. Sin superfluidades, procuraré no obstante que nada
se omita de lo que implica el acto formal é importante que á la sazón llena el Oficial. A éste, sin
molestarlo al principio, se procurará atraerlo cuanto a n t e s á la asistencia á bordo a u n de noche, y
con esto será tan fácil ocurrir á cualquier urgencia que necesite la intervención de un Oficial, como
agradable é instructivo el no ocuparse ya de otras cosas cuando los aprestos, los estudios y los
mismos ejercicios exigen todo nuestro tiempo y toda nuestra atención. Es este justo sacrificio para
los más jóvenes; al cabal desempeño de lo que S. M. ha fiado á nuestro honor, verá el público con
mucho agrado que no serán vanas nuestras promesas, y la expedición, desde su misma cuna, adqui-
rirá tal vez aquel patrocinio de los hombres sabios, sin cuyas luces y dictamen, particularmente en
la parte científica, fueran muy arriesgadas nuestras empresas y muy dudoso el buen éxito de ellas.

5
34 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

XXIII

Sin urgente motivo ó de servicio, de salud ó de habilitación propia, el Guardia Marina y el Pi-
lotín no empleado en la Astronomía, estarán continuamente á bordo. Aquél se inclinará á la vida
activa de aparejar, asistir personalmente á la estiva, transporte y colocación de pertrechos en las
lanchas ó botes, ó vigilar sobre la exacta observancia de las órdenes, ó soltarse en su manejo al
remo ó á la vela. Esotro tendrá corrientes los libros de Detall, atenderá á las señales, será el ins-
trumento de comunicación con el Observatorio, y se encargará, finalmente, de toda la práctica del
Detall científico á que no pueda alcanzar el Guardia Marina.

XXIV

Alternarán en la guardia de puerto, uno de los cuatro Oficiales restantes como Jefes, y el Sar-
gento y Condestable como subalternos. El traje de uno y otros indicará el destino en que se hallan.
L a tropa estará dividida igualmente en babor y estribor. Bastarán para el buen orden dos centi-
nelas; uno sobre cubierta, y otro en el combés hacia el paraje en donde esté el fogón. Los indi-
viduos de brigada harán la guardia unidos á la tropa de marina; se dividirán, no obstante, en los
dos cuartos para que no falte diariamente quien pueda manejar la artillería si fuese menester
alguna maniobra ó saludo. ,

XXV

E n la división de sollado he atendido á un paraje oportuno para encerrar las cajas de la oficia-
lidad de mar y marinería, pues de ningún modo se permitirá á los primeros sobre cubierta más que
un baúl y una frasquerita, y á los otros más que la ropa que quisieren tener dentro del coi. Se guar-
dará todo lo demás en el pañol indicado, abriéndose precisamente una hora antes de mudar la
guardia, y accidentalmente siempre que el Oficial ó el Sargento de guardia lo hallen oportuno para
que cada uno pueda tomar ó guardar la ropa que le pareciese. El Sargento ó Condestable de guar-
dia serán depositarios de esta llave. Las cajas y mochilas podrán dividirse por ranchos, y por ran-
chos bajar también al pañol los individuos, ó subir de tiempo en tiempo su ropa para orearla.

XXVI

Casi todas las operaciones periódicas de la embarcación, así por lo que mira á la parte cientí-
fica como á la del Detall, se reducirán á un método uniforme con el auxilio de pliegos impresos en
los cuales el alta y baja de víveres, agua y gente, los accidentes relativos al cuadernillo de bitá-
cora y todas las observaciones meteorológicas, lograrán su lugar sin confusión de materias ni de
estilo. Pero fuera imprudente el coordinar estos pliegos con demasiada anticipación, faltando aún
la mayor parte de los instrumentos meteorológicos, é ignorándose hasta dónele en la situación
local de nuestros buques podrá extenderse su uso. Así, estos pliegos no se imprimirán sino poco
antes de la salida. Con la precaución de anotar metódicamente los acontecimientos, será luego fácil
trasladarlos á aquellos impresos, logrando ya que rija un solo método desde el principio hasta el
fin de la campaña y consiguiéndose de este modo una más fácil reducción de noticias en la muche-
dumbre de cosas que precisamente abrazará la comisión.

XXVII

El papel número 2 de los que acompaño, dará á Vm. una idea cabal del estado de dotación de
cada corbeta. En la de Vm. podía suprimirse el velero. Basta uno para dirigir el obrador ó reco-
rrida del velamen de ambas corbetas, y por otra parte, el Contramaestre y guardianes, son siempre
un equivalente á un Maestro de velas.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
35

XXVIII

Me ha parecido oportuno (y lo he verificado ya) enterar á los subalternos de la razón que di-
rige las innovaciones prefijadas. Debía combinarse con ellos, según la orden de S. M., el número
oportuno de criados. Hallé esta la mejor ocasión para indicarles al mismo tiempo que el ejemplo
en los sufrimientos, y un noble desprecio de toda superfluidad y distracción, serían lo caracte-
rístico de nuestra empresa; que se seguiría precisamente de aquellas máximas una reforma en
la mesa, adaptada, no menos á la estrechez del buque y á la dilatada ausencia de todo paraje que
proporcionase repuestos de aquella clase, sino á las reflexiones de aproximación nuestra con el
Oficial de mar, el soldado y el marinero, y que para combinar con este método inalterable el na-
tural exceso de las gratificaciones asignadas por S. M. en este viaje, se haría un fondo sobrante
reversible después así en aquellos gastos extraordinarios relativos á la comisión, que comunmente
suelen ser gravosos á cada uno en particular, como en un dividendo último igual entre todos los
comprendidos en el abono de las mismas gratificaciones.
Este aviso me pareció tanto más necesario cuanto mayor sería mi tesón en llevar á debido efecto
desde sus mismos principios el plan adoptado de evitar toda superfluidad, y cuánto más temible
sería en mis jueces externos una siniestra interpretación de mis ideas. El primer cuidado del hom-
bre debe ser el de evitar las acusaciones de su mismo corazón; pero el inmediato es no incurrir en
la crítica de los demás. Siendo un mero administrador de esta parte, la más gravosa del mando,
yo evito las acusaciones así de mi corazón como de los externps; puedo libremente entregarme á los
reparos de buen orden, moderación, buen ejemplo, humanidad y disciplina; puedo, finalmente, no
aventurar mi propiedad ni mi honor en una administración cuyas pérdidas nadie ha de participar,
y las ganancias, si las hubiere, pueden, por los dictados de mi misma conciencia, pertenecer legíti-
mamente á otros.

XXIX

Acompaño á Vm. en el papel número 3 , las pocas señales que servirán en puerto para l a
inteligencia mejor de las corbetas. Embarcados los relojes marinos, podrá examinarse su marcha
por una misma señal, desde tierra, referida á entrambas corbetas y aun referida al resultado de las
alturas correspondientes observadas por distintos observadores, como sea en un mismo péndulo.
Esto es lo que por ahora he creído preciso manifestar á Vm., no tanto, como dije al principio, por
que me parezcan preferibles estos métodos á otros, como porque constituido cada uno en el día á
satisfacer á muchos, ó superiores ó amigos, sobre las medidas aun más frivolas de la expedición,
muy l u e g o incurriríamos en una discrepancia de pareceres trascendental á nuestro concepto, al buen
orden interior y á la satisfacción de los que sirvan á nuestras órdenes, cuando es fácil después en el
dilatado tiempo de nuestras navegaciones, practicar todas aquellas cosas que, apoyadas en la razón,
merezcan sujetarse á la experiencia aunque de su utilidad ó necesidad no quedásemos entrambos
convencidos. = Cádiz, á 1.° de Abril de 1789.
RELACIÓN GENERAL DEL VIAJE

DISCURSO PRELIMINAR
POR

D. ALEJANDRO MALASPINA

Quien comparase el viaje de las corbetas DESCUBIERTA y ATREVIDA de la Marina Real, á los
ingleses y franceses que le han precedido desde el año 1765, erraría ciertamente sobremanera. Cua-
lesquiera que sean los puntos de vista bajo los cuales se miren uno y otros, son otras tantas las dis-
paridades que presentan, y bastará el enumerar aquí algunas para que sea fácil inferir las demás
sin recelo de error.
En el año de 1789, época en la cual se emprendió el viaje, cuyos resultados presentaremos
ahora al público, ya el globo habitable podía considerarse enteramente conocido. Fijados en uno y
otro polo los límites de la navegación por el hielo constante; detalladas las costumbres, el nú-
mero y el origen de los habitantes de las orillas del mar Pacífico; examinadas sus producciones y
combinadas las derrotas más seguras y más breves que pudiesen comunicar entre sí los puntos
más remotos de la tierra; el intentar un nuevo viaje de descubrimientos hubiera merecido el des-
precio de los sabios y aun la mofa de aquellos pocos que buscan en esta especie de narraciones, ó
el entretenimiento de una ociosidad perpetua, ó el origen de nuevos sistemas, bien sean políticos ó
referidos á las ciencias.
Los progresos de la navegación habíanme llevado á un punto todavía más alto: ni los aparejos,
ni las carenas, ni la calidad y cantidad de los víveres, ni los acopios precisos de agua potable, ni
finalmente, la mezcla á bordo de un trabajo continuo y desordenado, con la rápida variación de
climas y con la perpetua respiración de un aire infecto, podían mirarse como obstáculos para na-
vegar directamente hacia los puntos más distantes del globo: todo lo venció la navegación mo-
derna, y variado el semblante de la cuestión, se halló tan fácil, tan sencilla y barata la conserva-
ción del hombre de mar ó en los países desiertos, ó en aquél mismo Océano que parecía amenazar
por todas partes, como era difícil en los parajes poblados y particularmente en las colonias euro-
peas del Asia y de la América.
No eran, pues, los adelantamientos de la Hidrografía y de la navegación en general los que
pudiesen mover el viaje actual con la esperanza de algún suceso; pero una mirada aunque leve
al estado de los conocimientos y combinaciones europeas sobre la América y el Asia, debía descu-
brir luego al punto otros objetos de igual ó mayor importancia que prestasen un justo motivo
para emprenderle, y prometiesen á la Nación aquella utilidad, si no aquel lustre, al cual habían
aspirado los últimos navegantes extranjeros.
Esta variedad del fin propuesto, no podía menos de influir directamente en la suma discrepan-
cia de los medios para ejecutarle. Debíamos visitar la mayor par-te de nuestras colonias del mar
Pacífico y franquear la navegación fácil de unas á otras: debíamos, si fuese posible, apurar los co-
nocimientos físicos y «astronómicos para vencer, ó los riesgos, ó la rutina de las especulaciones
mercantiles. ¿Cómo pudiéramos conseguirlo, sin detallar con una suma prolijidad las costas, sin
hacer una larga demora en las colonias principales, sin buscar las estaciones favorables á una y otra
parte de la Equinoccial, en fin, sin exponer á cada momento, al influjo combinado de los vicios y
38 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

del clima unas tripulaciones que hubiera sido más fácil preservar en el mar, ó en las soledades de
las Malvinas, de la Nueva Zelanda y de la costa Noroeste de la América?
E n una palabra, dirigía á los pasos ingleses el afán de hallar nuevas posesiones y nuevas ra-
mas de comercio en los países aún no bien conocidos; y de allí la celebridad, la novedad, la econo-
mía, el feliz triunfo de mil obstáculos en la navegación y la fácil conservación de los navegantes;
nuestras miras, al contrario, se dirigían al conocimiento cabal de unas posesiones inmensas, al
prudente desprendimiento de las que fuesen inútiles ó perniciosas, y á la reunión precisa de los di-
ferentes puntos de una Monarquía tan extendida, de donde dimanaban por precisión la nimiedad
hidrográfica y política, la lentitud, los costos, los menores riesgos de la navegación, las ideas más
trilladas, y sobre todo, la mayor dificultad de conservar las tripulaciones en buen orden y buena
salud.
Sin embargo, como la ocasión fuese oportuna, debían sujetarse á una experiencia constante y
advertida las diferentes ideas para viajes largos y distantes que sugerían las narraciones ya publi-
cadas de ingleses y franceses. Hubiera sido tan reprensible el adoptarla sin reflexión y con una servil
admiración, hija á lo menos de la desidia, cuando no lo fuese de la ignorancia, como poco cuerdo
el graduar su utilidad por nuestra sola esperiencia sin sujetarlas antes y después á los razonamien-
tos nacionales. Son bien distintas la educación, el carácter y la constitución de nuestras marinerías;
es tan varia la disposición interior de nuestra disciplina y nuestros buques, y son tantas las colo-
nias españolas esparcidas sobre toda la superficie del globo, que la mayor parte de las precaucio-
nes dictadas por el Capitán Cook para esta especie de viajes, serán siempre en nuestra Marina ó
perniciosas ó impracticables.
Indicados ya. los objetos generales que dictaron como útil el viaje actual y como prudente el no
prefijarse una imitación servil de los viajes ingleses, es fácil descender á las ideas de donde dimanó
el pormenor de su ejecución. La construcción de un Atlas Hidrográfico p a r a l a s navegaciones dis-
tantes de los buques nacionales, ora atendiesen al abasto recíproco de las colonias con la matriz,
ora á un comercio más extendido con los países independientes de la Europa, era por sí un objeto
suficiente para mover hacia el mar Pacífico buques y sujetos que lo verificasen: sin mayores costos
era fácil después combinar con este examen nimio de las costas algunos progresos en la Historia
Natural, referidos esencialmente al hombre y luego al suelo y á los diferentes animales que lo ha-
bitan. Pero sin publicar los resultados de aquellas indagaciones, se malograría su fruto más bien
para los nacionales que los extranjeros, y publicándolos, caería finalmente el telón espeso y miste-
rioso que había ocultado hasta ahora á unos y á otros el semblante real de la América á fuer de su
misma extensión. Entonces sí que la confesión auténtica de nuestra misma debilidad convidaría á
la codicia siempre voraz de los europeos á invadirnos por todas partes y con acierto; entonces nues-
tro entusiasmo para la defensa general sería tan inútil y desmayado, como los esfuerzos que debían
incitarle ¡Triste situación que parecía dictarnos como más útil el caos y la falta de sistema y
de conocimientos, que una mirada cabal, generosa y científica á los límites, á la calidad y á los in-
convenientes de lo que componía la inmensa Monarquía española!
Pero en fin, ¿esta debilidad podía ocultarse? Y aun oculta, ¿debíamos mirarla como un vicio
irremediable? ¿O bien existía un choque directo de los principios sociales con la naturaleza capaz
de trastornar los cimientos más juiciosos de la legislación? Semejante cuestión debió, en fin, con-
vencer á un Ministerio cauto y reflexivo, que cualquiera fuesen los males inherentes á la constitu-
ción actual de la Monarquía, no lo habría ciertamente peor que el de no analizarla por unos prin-
cipios sencillos y naturales. Decidióse la publicación del Atlas Hidrográfico y con ella se decidió
por precisión un examen político de la América, el cual manifestase con una filosófica indiferencia
nuestros males y nuestros remedios, nuestra debilidad y nuestros recursos, nuestros errores pasa-
dos y los principios más cabales de nuestra administración del día.
¡Ojalá que semejante encargo, capaz por sisólo de reunir al mismo centro de las virtudes so-
ciales al Monarca, á sus Ministros y á las diferentes clases constituidas á obedecer, ojalá que
hubiese recaído en unas manos capaces de tratarle como se merece! Pocas verdades aisladas é in-
dependientes del fárrago de sistemas que nos abruma en el día, bastarían tal vez para variar el
semblante de la Monarquía. El trabajo común, ya no tuviera otro objeto sino la común utilidad
ceñida en cada individuo á unos deseos aprobados y asequibles; suelos y climas tan fértiles y tan
varios, tributarían un fruto abundante, ó al propietario ó al colono; no habría una lucha continua
entre los mismos miembros de la sociedad; cesarían la esclavitud política y la mercantil; satis-
fechos de nuestra misma felicidad social, ya no miraríamos con envidia ó co'h temor los pasos age-
nos, y esta sola indiferencia política bastaría por una parte para hacernos respetables á las nacio-
nes extrañas, y por la otra, para enfrenar el abuso del sistema militar.
¡Oh! Si alcanzase para tamaño encargo la filantropía más enérgica, el estudio más asiduo de la
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
39

naturaleza, un examen desapasionado del instinto y del derecho del hombre, referidos á la socie-
dad; una reflexión lenta y razonada sobre los tristes desórdenes del día; los sugerimientos, en fin,
de la gratitud más viva y más indeleble al Monarca que me ha distinguido y á la Nación que
me ha adoptado por suyo, no cesarían, no, mis voces para el intento; los pasatiempos del día
y las vigilias de la noche fueran un tributo igualmente sencillo á la felicidad general; miraría
como dicha más bien el guiar la opinión pública hacia la tranquila prosperidad social, que el con-
ducir una falange militar contra un enemigo, quien ignora por lo común cuáles son sus motivos y
los nuestros para pelear Pero no; es en vano el aspirar al cabal desempeño de tal empresa;
otros más hábiles franquearán muy luego los cortos límites que á mí han prescripto á la par la falta
de estudios políticos y las distracciones del mar; seré feliz, sin embargo, si las pocas verdades que
he de sentar y son el fruto de las tareas de muchos años, sirven siquiera de un primer escalón para
el alto edificio del poderío y prosperidad nacionales.
Si dejásemos á un lado para los razonamientos políticos y económicos las ideas elementales que
desde la conquista de la América y de una parte del Asia han establecido su imperio en nuestra
Europa, evitaríamos, ciertamente, el ser difusos y el luchar contra una serie de principios endure-
cida con el tiempo, con la costumbre y con las conveniencias de cada uno. Pero al mismo tiempo,
ó dejaríamos en la misma oscuridad en que yace el origen verdadero de nuestros males, ó sin to-
carlos, pretenderíamos infundadamente elevar un edificio sólido y permanente sobre unos cimientos
débiles y mal distribuidos. Un nuevo proyecto, parecido tal vez y ya más cansado que los escritos
del Abate Raynal, entretendría por breve tiempo al lector ocioso y superficial, al paso que alentaría
al Gobierno á mirar los subditos, más bien como enemigos que como una parte de sí mismo; y
tal es la propensión de la opinión pública, que la misma insuficiencia de los remedios propuestos
serviría para desalentar la práctica de los que pudiesen seguirle con mayor utilidad en lo venidero.
Es, por consiguiente, necesario en el examen propuesto de la América, abandonar el hilo de
los razonamientos adoptados hasta ahora; y después de una ojeada instructiva é imparcial á ese
vasto continente y á la utilidad real de sus productos y de su comunicación con la Europa, es pre-
ciso descender particularmente á la naturaleza de las posesiones españolas; á las condiciones so-
ciales que las unen entre sí; á los motivos que condujeron á su formación; al estado en que se
hallan en el día, y finalmente, á los medios que suministran ellas mismas sin violencia para resta-
blecerse y contribuir á la felicidad pública.
El objeto de las asociaciones humanas no es otro, sin duda, que la propia seguridad y defensa
y una mayor facilidad de los cambios recíprocos que conduzcan directa ó indirectamente á una vida
tranquila y agradable. Pródigo el Creador hacia el hombre, al paso que su infancia penosa, su ve-
jez inmóvil, sus armas débiles y su cutis delicado, le hacían tal vez el animal más expuesto ó á la
fiereza de los otros ó á la inconstancia de los elementos, dióle un instinto y una disposición á pen-
sar, con las cuales pudiese, sí, señorearse con facilidad sobre toda la naturaleza; pero se viese in-
clinado al mismo tiempo á ejercerlas contra su misma especie, movido de la envidia más bien que
de la necesidad. De allí dimanan los diferentes periodos de la sociedad: triunfan al principio la
edad y la fuerza para abatir los bosques y vencer las fieras que los habitan: los dictados del en-
tendimiento se ejercen después para el abrigo de las intemperies y la fácil adquisición del ali-
mento: sigúese, en fin, muy de cerca la tercera época, la cual se dirige, ya no á triunfar de los
obstáculos de la naturaleza, sino es á subyugar á sus semejantes y hacerles que trabajen á su fa-
vor: de aquí han derivado en diferentes tiempos según la varia constitución casual de las socieda-
des, las guerras externas para la adquisición de esclavos y la extensión de dominios; y las internas
ó civiles para la destrucción de las facciones ó de las opiniones; el aprovechamiento de la navega-
ción para los cambios y transportes voluminosos, y el afinamiento del discurso para simplificar las
artes y las labores; de aquí ha dimanado, por último, el sistema de las conquistas lejanas y de Ul-
tramar, sistema que ha acarreado consigo la multiplicación del lujo y ha confundido todos los có-
digos de gobierno en el solo código mercantil.
Este es el vicio social que triunfa hoy en día de las opiniones; el que elogian con tanto afán los
escritores políticos, unos en pos de otros, y es este por la misma razón el que debe sujetarse á una
discusión juiciosa antes que otro alguno, semejantes al cultivador industrioso, que no pudiendo
ciertamente evitar que llegue á su tiempo la estación rigurosa del invierno, escoge, planta y abriga
los diferentes árboles, por manera, que resistan á sus efectos; así nosotros, indagando el mal en su
mismo origen y teniéndole á cada paso presente, ya no pretenderemos violentar la naturaleza, para
que destruya las leyes que ella misma se ha prescripto, sino más bien sujetaremos las medidas so-
ciales al recto equilibrio que debe siempre conservar con el instinto inconstante del hombre.
No parezca violento este orden de los razonamientos propuestos, cuando se presentan á un
mismo instante á la vista del hombre reflexivo, el estado de nuestra Europa, el de las colonias en
40 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

general, y el de los pueblos rudos en los primeros grados de la sociedad. Estos son los elementos
invariables que la naturaleza ha prescripto para nuestro estudio: sus costumbres, sus leyes, su si-
tuación física y sus ideas morales, demuestran con bastante evidencia que el antojo ha de luchar
siempre con aquella maestra, que la imaginación no cesará de labrar allá en el caos de las cosas
venideras, mil compensaciones de los males que nos agobian en la realidad, que el mismo antojo
será el que trastorne las mejores instituciones sociales, y haga, por consiguiente, necesaria su re-
forma periódica; finalmente, que si son ó infructuosas ó temibles por lo violento las reformas que
no estriben sobre la opinión pública y uniforme del legislador y del que obedece, son, al contrario,
precisas y agradables las que lleven por base el convencimiento universal.
Si preguntásemos sencillamente ala España, estoes, á t o d a la reunión que forma la Monarquía
española: i.° cuáles son en el día sus necesidades reales; 2.° cuáles sus temores; 3 . cuáles los
0

contratos legítimos de su constitución interior, ciertamente la hallaríamos bien confusa para res-
ponder; ni por otra parte, pudiera tacharse con razón á persona alguna que exigiese de antemano
la clara y general respuesta de aquellas dudas para fundar sus razonamientos con acierto. Titubea-
ría aún mucho más si persistiésemos en preguntarle cuáles son las necesidades reales para cuya ad-
quisición ó dominio puede y debe usarse la fuerza pública. Si son inalterables en cualquiera es-
tado de la sociedad los deberes del individuo, ¿hasta qué grado son útiles el comercio, la industria y
las colonias? Finalmente, ¿qué es lo que entiende por el sumo grado de opulencia al cual pueda y
desea llegar?
Ya una mirada, la más sencilla á esta clase de cuentos políticos, le demostraría que es pre-
ciso reconcentrarse en sí misma; que son por lo común engañosos, tanto los temores de una dema-
siada robustez de las demás^naciones, como el afán de imitarlas ó excederlas en la opulencia, y
que la naturaleza de sus posesiones ultramarinas, el deseo ilimitado de nuevas conquistas, y el
juicio no cabal de lo que ellas valen, no sólo han formado un todo débil y mal urdido, sino que
han alucinado también sus pesquisas constantes sobre las causas de un mal tamaño.
Al plan de una reforma útil de la constitución nuestra colonial (si pareciese últimamente nece-
saria), debían, pues, preceder en un orden claro é inconcuso, antes una idea cabal de lo que son hoy
en día nuestras colonias, de lo que serán mediante el impulso lento y contradictorio de la legisla-
ción actual, y del influjo verdadero que causaron á la España su conquista, su posesión y sus pro-
ductos; luego un examen sencillo de los derechos originales de cada una de las partes que compo-
nen la Monarquía, y sobre todo un examen de sus conveniencias, sean internas ó externas; débese
procurar después el reunirías en el nuevo plan de legislación hasta donde lo permitan los vicies
inherentes al hombre en sí, al hombre nacido en un clima y en una situación determinadas, y á los
inconvenientes inevitables de la demasiada extensión de dominios ¿A qué servirían ó un espejo
fiel de la legislación del día engendrada por la necesidad sostenida por las distracciones que ella
misma causaba y robustecida por los órganos que debían impedir su acrecentamiento, ó unos cla-
mores vanos sobre la debilidad nuestra, sobre la fuerza imaginaria de las demás naciones, y sobre
las miradas tímidas, sospechosas y traidoras con las cuales debiésemos acecharnos una á otra en
cada individuo, en cada palmo de terreno, en cada vara detegidos pertenecientes á todas? Sería este
un nuevo fárrago de ideas mezquinas y cansadas, tan importunas y aun despreciables para el Go-
bierno y para la Nación, como ignominiosas para quien se encargase de ordenarlas. Llevarían es-
tampadas en su frente las marcas odiosas ó de la adulación, ó de la ignorancia, y sería digno de
reprensión y castigo, el que intentase ó alucinar ó seducir al público.
Examinada de este modo la Monarquía, descubrirá sin duda al político nacional una nueva
perspectiva agradable. La variedad de los productos en suelos y climas tan varios y tan extendi-
dos, le presenta innumerables medios de ocurrir á sus necesidades y á sus deleites, sin auxilio de
otra nación alguna. La inmensidad de sus territorios desvía de un golpe así las discordias internas
en el choque continuo de los poseedores oprimidos, como las externas en el interés mal entendido
de los enlaces políticos de la Europa: conocidos los hábitos, la naturaleza, el instinto y el derecho
délos indios sujetos, ya los mira como una parte preciosa de sí misma, los despierta, los hace fe-
lices con la alternativa del trabajo y del goce, y los multiplica sin temor de que le ofendan; ceden
enteramente al blando halago de la vida sociable y á los pasos lentos, sí, pero pacíficos de los misio-
neros, todas las tribus errantes que habitan los bosques y los rios internos; ya no es el espíritu de
dominio el que mueve nuestros pasos interiores. Nos basta verlos tranquilos é inclinados á la re-
unión y al trabajo, para que el legislador vea el fruto de sus medidas y el colono el de sus gastos.
Avalúanse después en la balanza de la felicidad pública los metales ricos, los tintes, los simples
medicinales, la industria, la agricultura, la de las pescas y todo cuanto tributa ó puede tributar el
continente americano á nuestra Europa y á las demás partes del globo. La prosperidad de las co-
lonias es una misma con la nuestra. No hay estancos; crece la población, su reunión es sencilla y
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
41

agradable; más fácil su defensa, más suave el impuesto, menos intrincadas y quebradizas las le-
yes; más enérgico, sí, pero más coartado el sistema militar; y mirados, finalmente, con una igual
predilección el minero y el agricultor, el colono y el habitante de la matriz, el fabricante y el co-
sechero, la emigración y el radicarse donde parezca. La sola idea de un semblante tan halagüeño,
bastaría para excitar el patriotismo; esto es, aquella persuasión firme, de que sean útiles y justos
los sacrificios prescritos al individuo para el bien público; del patriotismo, en una sociedad que
nada necesita y que convida á su seno á otros muchos con la abundancia de las tierras fértiles,
con la dulzura de su legislación y con la facilidad de su defensa, derivaría inmediatamente el cré-
dito público; esto es, el concepto que adquiere una nación consigo misma y con las demás, de ser
poderosa en su defensa, justa en sus pretensiones y legal en sus contratos; del crédito público,
finalmente, se vería dimanar aquella noble indiferencia, con la cual deben respetarse los derechos
y las propiedades de cada nación sea más ó menos poderosa, más ó menos distante y con la cual
ya no se da cabida al sistema político adoptado en Europa; esto es, un sistema en donde los pasos
de las sociedades envuelven en sí antes la lucha de ellas mismas con su gobierno, y luego la lu-
cha de unas con otras sin objeto y sin utilidad.
¡Oh! si por un acaso feliz entre las convulsiones terribles que agitan la especie humana y cons-
piran contra su propia multiplicación; si fuese destinada la España á contener una mayor efusión
de sangre y á cicatrizar unas llagas cuyos efectos serán tal vez funestos por más de un siglo á la
Europa desventurada; si descollando con un noble sosiego entre la colisión general de principios y
de intereses, descubriese al mismo tiempo una moral no violenta, una religión pura, una adhesión
gustosa á su constitución enérgica y cariñosa, un poder extenso brotado casi repentinamente del
suelo que habita, y ceñidos los límites de su territorio; unos medios indecibles para aprovecharle
y defenderle, porque no sería capaz ella sola de llamar otra vez la opinión pública hacia el orden;
y al sosiego de fijar los límites de la autoridad y de la subordinación; de derivar el coloso de una
soñada balanza política, la cual haría consistir el bien propio en la debilidad ó en la ruina de los
demás; en fin, de presentar un abrigo tranquilo y uniforme á los que quisiesen adoptar sus leyes,
su gobierno y sus derechos nacionales.
Después de estos antecedentes, ya es preciso dar una idea del método seguido ahora para la
publicación, el cual no podrá parecer extraño ni será tal vez desagradable. Atento á la división
necesaria para tratar las materias políticas, hemos considerado los dominios ultramarinos de la
España divididos en tres grandes trozos: la América meridional desde el Cabo de Hornos hasta el
Istmo de Panamá; la septentrional (comprensiva de las Antillas), desde el Istmo hasta sus límites
inconcusos al Norte; y las Islas Marianas y Filpinas en los mares del Asia, agregándoles como era
natural los intereses nacionales en aquella parte del mundo y en el mar Pacífico, ora se refieran á
las colonias europeas, ora á los habitadores independientes de aquellas regiones: á esta división
preliminar ha sucedido otra inmediatamente y ha sido la de separar las materias hidrográficas de
las que más directamente se referían á la instrucción y entretenimiento comunes: aquéllas no
podían ser útiles ni exactas, si no las desmenuzásemos con una tal prolijidad y evidencia, que la vida
de los navegantes y las propiedades del comercio pudiesen considerarse seguras en las partes
más remotas del globo; esotras, al contrario, debían unir lo útil á lo agradable y convidar á su
lectura con la novedad del objeto, con la claridad del método y con la seducción de las mate-
rias. ¿Cuál no sería el placer del lector patriótico, si después de una corta suspensión de ánimo al
ver la lucha del navegante con la tempestad, las escaseces, la variedad del clima y aquel afán
constante que le deben causar la estrechez, la monotonía, la incertidumbre de su suerte y los vicios
de su imaginación, se hallase luego trasplantado en un sólo instante entre los laboratorios más
prodigiosos de la naturaleza, en donde se ven reunidas la fecundidad natural de la tierra, con la
suma variedad de los climas, con la acción perpetua de un Océano inmenso que la rodea y con los
efectos de un sol más directo y penetrante? Qué, ¿no se complacería aún más si viese inmediata-
mente después el estado del hombre en medio de tantos agentes para multiplicarse y destruirse,
para vivir errante y reunirse en sociedad, para trabajar con fruto y entregarse á una ociosidad per-
petua? Y finalmente, ¿cuál no sería su satisfacción, si viese casi instantáneamente y por un orden
natural referidos esos pasos y esas reflexiones á la prosperidad nacional?
Este ha sido, pues, el fin que nos hemos propuesto en la división de las materias; los asuntos
hidrográficos se refieren sólo al navegante, al legislador y á los que quieran por su propia aplica-
ción penetrar en el pormenor de la una ó la otra ciencia. La narración del viaje y la descripción
física y política de los países visitados, comprenden á cualquiera clase de los hombres estudiosos;
deben darle una idea justa, si no completa, de los establecimientos nuestros de Ultramar, y condu-
cirle al verdadero patriotismo, demostrándole las ventajas permanentes de la Monarquía, la debili-
dad de los males que la impiden medrar, y la actividad de los remedios que nos suministra la na-
42 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

turaleza; el todo lleva en sí además la división primordial de las diferentes partes de la Monar-
quía. Así es fácil á cualquiera no sólo el adquirir y el estudiar la sola mitad de la obra que crea
útil, sino también el estudiarla con un método uniforme, por manera que á la par de no poderse
confundir en nuestra Europa el clima, el suelo, la navegación, los habitantes y las costumbres de
la Rusia y de la España, no se confundan tampoco en adelante las nevadas montañas de Chile
y de la costa Noroeste de la América, con los volcanes y las inundaciones del Reino de Guate-
mala y de las Filipinas ó con los llanos inmensos de las provincias de la Plata y de la costa Pata-
gónica.
Entrando ya á detallar con una mayor individualidad el plan seguido en cada una de las dos
partes indicadas y dejando por ahora las materias hidrográficas, hablaremos con alguna extensión
de lo que comprende la primera parte, esto es, la narración del viaje.
Hállase ésta dividida en tres tomos y cada tomo en tres libros; aquéllos llevan en sí la división
natural de la descripción del viaje; de la descripción del suelo y de sus habitantes, y de la descripción de la
legislación juntamente con la reforma que parece adecuada al todo de los objetos é intereses
actual,
nacionales: los tres libros, como ya se indicó, comprenden la América meridional, la América sep-
tentrional y nuestros dominios del Asia.
La descripción del viaje, ó sea el diario, es por su naturaleza más bien cansado; pero era indis-
pensable el dar una idea aunque fuese mediana, del método seguido en nuestras tareas y particu-
larmente de los objetos que han devorado el largo espacio de cinco años; era indispensable el tribu-
tar á cada uno de los hábiles individuos que han servido en la expedición la parte de trabajo y los
elogios que le correspondiesen; debíamos, en fin, señalar con una especie de sinceridad marinera
los inconvenientes relativos á la navegación que, ó fuesen hijos de la constitución general de la
Monarquía ó pudiesen con mayor probabilidad atribuirse á defecto de nuestros armamentos y con-
ducta: de la mejor voluntad confesaremos que en ningún modo pudiéramos aspirar á nivelar este
viaje con los que ha hecho el Capitán Cook; nuestros sufrimientos y nuestros riesgos han sido en
mucho menores á los de aquel navegante esclarecido; tal vez el ansia de imitarle más de cerca no
auxiliándonos igual fortuna, nos hubiera conducido precipitadamente y sin fruto alguno sobre las
huellas, ó del desgraciado Conde de la Péyrouse en la costa Noroeste de la América, en las Islas de
los Navegantes y en los bancos no distantes de la Nueva Caledonia, ó del Capitán Rion, casi su-
mergido con el Guardián por acercarse á una banca de nieve, ó del Capitán Hunter, náufrago con
el Supply sobre la Isla de Norfolk, ó de la Pandora, igualmente perdida sobre las tierras de Salo-
món; repetirémoslo una vez más todavía; el nuestro no ha sido un viaje de descubrimientos: lle-
vaba por objeto el conocimiento de la América para navegar con seguridad y aprovechamiento
sobre sus dilatadísimas costas, y para gobernarla con equidad, utilidad y métodos sencillos y uni-
formes.
Ya el segundo tomo abraza en sí materias mucho más amenas é instructivas. En él, atendida
siempre la división de los tres libros, se examinan el suelo con sus producciones, los habitadores
indígenas y los colonos. En cada uno de estos objetos, sin omitir particularidad alguna de las que
hemos advertido en el viaje, reunimos luego en un solo punto de vista todas las indagaciones na-
cionales, y de allí resultan por una parte las vicisitudes que han causado y deben causar en aquel
continente, el tiempo, los trámites de la naturaleza y los trabajos lentos, débiles y á veces contra-
dictorios del hombre; por la otra las dos especies de habitantes, que se hallan en toda ella y en las
Filipinas al tiempo de la conquista; esto es, unos hombres embrutecidos, errantes en corto número,
entregados á la desnudez, al bosque y á la caza; sin principios sociales, sin leyes, sin gerarquía y
sin religión; débiles en sus fuerzas, ilimitados en sus apetitos; y otros procedentes de una emigra-
ción antigua, civilizados, unidos, amantes del orden y del gobierno, bastantemente provectos en
algunas artes, y sin otra inferioridad á las asociaciones europeas, más que la falta de conocer el
uso de la pólvora, del hierro, del caballo y de la navegación: á estas dos perspectivas que presenta
la América relativamente á su población antigua, sigúese luego la tercera, y es la que deriva de las
conquistas europeas, comprendiendo las castas y costumbres mixtas que ha producido y rigen en
el día: cuanto más nos acercaremos en estas discusiones interesantes á los informes nacionales, ó
impresos ó manuscritos y al rastro incapaz de borrarse que dejan tras sí la conquista, la legislación
y el abuso, tanto más fácilmente veremos derivarse y caer por su propio peso la mayor parte de
las novelas y de los sistemas que se han forjado relativamente á la América: sistemas y novelas
dignas á la verdad de disculpa, cuando miradas con tanto halago por las naciones extrañas cuanta
era la indiferencia con la cual las escuchaban los españoles, tenían además á su favor ora las exa-
geraciones militares, ora los clamores de un celo intempestivo, ora las maravillas y milagros de una
credulidad por lo común maliciosa.
La mayor parte de este libro será por consiguiente una redacción de obras agenas, más bien que
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
43

un trabajo original. E n ella tendrán una parte esencialísima las observaciones locales del Coronel
D. Antonio Pineda, las de los hábiles naturalistas D. Tadeo Heenke y D. Luis Nee, pero siempre
desprendidas de aquellas descripciones nimias y ordenadas que corresponden más bien al estu-
dio científico de la Historia Natural y deben por la misma razón formar una obra separada. Las
leyes unas veces, otras las historias auténticas, y por lo común manuscritos é informes fidedignos
de nuestra misma época, serán los cimientos de la descripción de lo que no hemos visto. Y sin nom-
brar á persona alguna cuando las materias pudiesen parecer odiosas, tendremos sin embargo un
particular cuidado por medio de las notas, de tributar á cada uno lo que es suyo y autorizar nues-
tra obra con sus mismos nombres; por la misma razón deberemos citar á cada paso al Sr. D. An-
tonio de Ulloa. Este observador filósofo, que ha seguido la verdad con no seguir los sistemas, y ha
estudiado los habitadores de la América con una asiduidad constante y por el largo espacio de veinte
años, merecerá tal vez un nuevo aprecio entre los sabios por la claridad y sencillez de sus des-
cripciones; y las épocas, bastantemente distantes de sus escritos y los nuestros, serán un nuevo
apoyo de los pasos ordenados de la naturaleza en aquella parte del mundo.
Pero ya es tiempo de dar una idea algo más difusa del tercer tomo, que trata de las materias po-
líticas: la prosperidad y la defensa de la América, y sus enlaces directos y naturales con la matriz,
son los puntos esenciales ó más bien los únicos que debemos tener á la vista: la historia de la con-
quista y de la conservación de nuestras posesiones, descenderá por consiguiente muy luego á la
descripción de las demás posesiones europeas; veremos cuáles fueron las causas que las arrancaron
de nuestras manos, cuáles las ventajas directas ó indirectas que de ellas sacan los poseedores, y
cuáles los daños reales que á nosotros resultan de su inmediación; y demostrada la poca importan-
cia de todos estos objetos, se procurarán establecer de tal modo nuestros derechos territoriales, que
puedan evadirse de una vez en lo venidero las desavenencias que semejantes cuestiones, natural ó
maliciosamente mal entendidas, han originado hasta ahora en tanto número/Fijados ya los límites
del imperio relativamente á las demás potencias europeas en una parte, y á nuestra conveniencia
en otras, es justo examinar en la inmensidad de países que aún quedan, cuáles son los que forman
una parte efectiva de la Monarquía gobernados ya por nuestras leyes y capaces de contribuir en
algún modo á la defensa de la república, y cuáles son los que no debemos considerar como sujetos
á la autoridad nuestra. ¿Convendría sujetarlos por las armas, ó dejar al tiempo, á las misiones
bien ordenadas y á un comercio ligado con la humanidad el que se opere paulatinamente esta cri-
sis deseada?
Sea como fuere, ya cada parte de los que constituyen la Monarquía ultramarina así determi-
nada, debe organizarse de tal modo, que suministre para su propia defensa y para una cierta mo-
derada progresión de su opulencia, antes de contribuir á la matriz. Deben, por consiguiente, estable-
cerse el pié militar de paz y guerra para los salvajes y para los invasores antes de determinar el
impuesto, examinando al paso qué es lo que contribuye neto en el día á la matriz, y disminuirle,
continuar ó aumentarle según sean sus fuerzas cabalmente reconocidas.
Con estos razonamientos será fácil ver, que la existencia de nuestra marina, aplicada directa-
mente á las colonias, no sólo suministrará unos medios eficaces para la defensa y reunión recí-
proca de unas costas tan extendidas, sino que aumentándose rápidamente en razón de los mismos
auxilios que le presta la naturaleza, vivificará la industria de las colonias, al paso que disminuirá
en mucho los gastos de la Armada recargados al Erario de España.
Organizados de este modo los límites y la defensa así externa como interna de cada parte ul-
tramarina de la Monarquía y dejados á ella misma los medios de atender á su prosperidad local,
y aquella administración sencilla de policía y de justicia, que jamás pudiera ligarse ó con una
pauta uniforme para todas las provincias, ó con una inmutabilidad perpetua, por cuanto varían las
circunstancias y las necesidades; el orden mismo de las ideas nos guía directamente á desenvolver
los derechos legítimos de las colonias y sus deberes sociales entre sí y con la matriz. ¿Cuáles son
en el día los sacrificios recíprocos y cuáles las ventajas? Este solo examen, reducido á los objetos
de necesidad, de utilidad y de superfluidad, y sujetado á la enorme diferencia del derecho que
traen en sí el comercio interno ó nacional y el externo ó extranjero, descubrirá con un orden sen-
cillo el verdadero valor de los metales ricos, su circulación irresistible, su daño real en nuestro
Continente, adoptadas las trabas del día y su mayor daño en la América por la persuasión errada
de que sea el símbolo de la riqueza. De allí la* indiferencia de la legislación en pro de esta indus-
tria; de allí la indiferencia del Continente para amontonarle con violencia; de allí, en fin, el estu-
dio de los errores políticos que nos han conservado por tres siglos en la misma debilidad y no nos
han permitido enfrenar ó hacer útiles los pasos de nuestros conquistadores.
Luego hay un medio para que las colonias nuestras de la América sean felices, se fortalezcan,
puedan defenderse, y entrando en la asociación natural de la Monarquía como parte activa, tributen
44 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

á la fuerza y prosperidad pública aquella cuota que les corresponda. ¿Cuáles son, pues, estos enla-
ces legítimos de la América con la Europa, enlaces que nos deben conducir á una independencia
absoluta de las potencias rivales, á un sistema de gobierno y de impuestos más moderado y más
equitativo, á una población y una educación más adecuadas á nuestro estado actual, y á unos prin-
cipios de legislación y de opulencia que tan impresos en el español de Ultramar como en el de
Europa, en el legislador como en el subdito, no presenten ya para una misma sociedad un choque
continuo de miras, de intereses y de la fuerza parcial de cada uno?
Semejantes reflexiones, sin las cuales fuera inútil, antes bien, sería pernicioso un examen polí-
tico de la América, nos conducen irresistiblemente á un examen de la administración pública de
España. Emancipadas, digámoslo así, las colonias por manera que deban considerarse una parte
alícuota más bien que una parte secundaria de la Monarquía, y examinada su influencia directa en la
fuerza y opulencia del continente, el comercio natural de unas con otras debe inferirse por precisión, y
deducir de allí el sistema del impuesto comerciante, distinguiendo lo que damos y consumimos de la
Nación de lo que damos y consumimos del extranjero; aquí debemos inmediatamente probar cuán-
tos son los vicios de la legislación actual de la Europa y en particular de la España, la cual, con-
virtiéndose de golpe en una nación colona industriosa y comerciante, ha hecho casi necesaria una
emigración que prohibe y ha abandonado el cultivo de los mismos alimentos que necesita. Sin la
infinidad de vicios políticos dimanados de la confusión de nuestros intereses con los de las colonias
y de los intereses de las colonias con las discordias parciales de la Europa, acaso el desnivel de
nuestros precios sería tal que los trigos de Beauce y del Orleanois, distante ciento y tantas leguas
del mar, pudiesen llegar á Cádiz más pronto y con una economía de ciento por ciento en su tras-
porte cotejados con los de Palencia, que sólo distará 40 leguas de Santander (1). ¿Acaso el soldado
y el minero español, que en su país no pueden lograr las más veces el pago moderado de un tra-
bajo asiduo y enfadoso, se convertirían luego al punto en la América en otros tantos ministros de
la autoridad pública, distinguidos, ricos y sin necesidad de trabajar?
Pero sobre todo, desembarazada la España de los cálculos políticos en los cuales la envuelven
ya la asociación, ya la defensa, ya la administración de sus colonias; sabidos los auxilios ó perió-
dicos ó extraordinarios, que la pueden tributar; conocidos á la par los esfuerzos militares á que se
halla ligada por los mismos contratos, y desterradas lejos de sí misma aquellas semillas inagota-
bles de discordia, ora relativamente al territorio, ora al comercio, ora á los celos políticos con las
demás naciones, ¿por qué no podrá ya reflexionar tranquilamente sobre sí misma y sin pensar en
una mejor ó peor situación de la que permitan la naturaleza, sus brazos reunidos y los auxilios
equilibrados de las demás partes de la Monarquía? ¿Por qué no podrá arreglar su impuesto, resta-
blecer su erario, emplear directamente sus fondos para su propia opulencia y hacerse respetar sin
necesidad de otro alguno por las demás potencias de la Europa?
De allí derivaría tal vez un nuevo plan del derecho público confundido en el día, como ya se ha
dicho, con el derecho comerciante; derivarían la mutua dependencia de las colonias con la matriz,
con medios tan directos, justificados y naturales, cuanto son torcidos, injustos y perniciosos los
que rigen en el día; derivaría, finalmente, el método de captar en cada año la opinión pública y el
amor al Gobierno, con hacer públicas la administración y la existencia de los caudales y fondos de
la Nación. Pero esta empresa pertenece á un ramo particular que no está comprendido en nuestra
esfera, y es la organización interior de la España. Para nosotros bastará el sacudirla de los pesa-
dísimos grillos que la causan las posesiones de Ultramar, y presentarle un plan general de re-
unión, con el cual sean todas felices y no teman las invasiones externas, ni apetezcan las riquezas
agenas.
El deseo de dar una idea algo clara del plan propuesto en la verificación y en la publicación del
viaje, nos ha hecho difusos; pero era indispensable, tanto para justificar el método adoptado, como
para hacer ver desde el principio el último término que hemos llevado á la vista en nuestros pasos,
y es la prosperidad sólida de la Monarquía. Ahora volveremos á reasumir el hilo de la publicación
para dar idea de los demás ramos que abraza el total de la obra.
A los tres tomos indicados se sigue otro relativo también á la narración, y trata del viaje que ve-
rificaron en 1792 sobre la costa Noroeste de la América, las goletas Mejicana y Sutil, del Departa-
mento de San Blas, á las órdenes de los Capitanes de navio D. Dionisio Galiano y D. Cayetano
Valdés, sirviendo en clase de sus subalternos los Capitanes de fragata graduados D. Juan Ver-
naci y D. Secundino Salamanca. Galiano y Vernaci han sido los redactores. Comprende además
de los descubrimientos interiores del decantado Estrecho de Juan de Fuca, los trabajos hechos de
mancomún con la expedición inglesa del Capitán Vancoover, una idea bien clara de las costumbres.

(1) Memoria mos. de D . Gaspar Jovellanos sobre la Agricultura de España.


CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 45

y ritos de aquellas naciones, y cuanto conduzca á aclarar indubitablemente las ventajas y alcances
del comercio europeo en aquellos mares. Le han añadido después una narración extractada de
todos los viajes nacionales hechos hasta el día sobre aquella costa, y últimamente han procurado
dar una idea no menos exacta de los establecimientos rusos de la Siberia, y de las utilidades que
prometen comparados á los gastos y á las pérdidas que han causado hasta ahora.
Tal vez podrán comprenderse como apéndices á este mismo tomo, los extractos de otras tres ex-
pediciones que han dimanado de la de las corbetas; y son la del Capitán de fragata D. José Melén-
dez del Departamento de San Blas á las costas de Tecoantepeque y Soconusco, en los Reinos de
Nueva España y Guatemala; la de los Pilotos D. Juan Maqueda y D. Jerónimo Delgado en las
Islas Visayas ó Filipinas meridionales y la del Capitán de fragata D. Juan de la Concha, con los
Pilotos D. José de la Peña y D. Juan Inciarte, al Golfo de San Jorge en la costa Patagónica orien-
tal, entre los paralelos de 4 5 y 4 7 de latitud meridional.
o

Corresponden á estos cuatro tomos en una masa común setenta diseños, cuyo objeto es el de dar
una idea á las veces de las costumbres de algunos países aún no bien conocidos de los europeos, á
las veces de los pobladores, ó indígenas ó colonos de nuestros dominios ultramarinos, y á las veces
de la situación y hermosura de algunas capitales de América. Son todos sacados del natural por los
hábiles sugetos que en diferentes épocas nos han acompañado, y de los cuales daremos una rela-
ción individual al tiempo de hablar de los armamentos de las corbetas.
A esta parte del viaje, la cual hemos mirado como preferente, sólo porque se refería á un
mayor número de personas, síguense ya los trabajos hidrográficos que distinguimos con el nombre
de Atlas de la América meridional, de las demás costas de la Monarquía en el Mar Pacífico, y de las
Islas Marianas y Filipinas. Se le han añadido después por una parte las cartas necesarias para las
navegaciones nacionales en el Océano Atlántico desde las Islas de Cabo Verde, término de las pu-
blicadas por los Jefes de escuadra D. Vicente Tofiño y D. José Várela, y por la otra todas las que
indiquen los descubrimientos modernos y las derrotas antiguas nacionales. Reunida esta colección
á la de los mares de la India, trabajada por los navegantes ingleses y franceses; y á la del seno me-
jicano, actualmente entre manos de orden de S. M., el navegante nacional tendrá siempre á la
vista datos individuales y bien claros para dirigir sus viajes con igual seguridad y presteza á do le
llamen ó el servicio del Estado ó sus intereses particulares. Comprenderá nuestro Atlas unas se-
tenta cartas, parte esféricas, parte de los planos de los puertos y parte con las vistas de las costas.
Aunque el diario ó el primer tomo de la narración del viaje aclare en cierto modo la escrupulo-
sidad con la cual hemos mirado esta parte esencialísima de nuestro destino, nos ha parecido, sin
embargo, un deber anexo á la nimiedad que piden semejantes trabajos, el de individualizar antes
los materiales de donde han dimanado, y luego los derroteros que hagan más fácil, menos cansado
y más general su aprovechamiento.
Todos los objetos indicados se comprenderán en dos tomos: el primero se formará con el volu-
minoso diario astronómico, las observaciones meteorológicas hechas en los puertos y en el mar,
y los estados de la declinación de la aguja; lo hará luego sumamente útil é instructivo un tratado
de navegación y geodesia que le hará preceder D. Dionisio Galiano, aplicando á una práctica bien
comprobada, varios métodos tan útiles como nuevos que le ha sugerido el estudio constante de la
Astronomía y de los demás ramos que corresponden al pilotaje sublime; últimamente, en una Me-
moria separada, el Capitán de fragata D. Ciríaco Cevallos, expone con mucha claridad el resumen
de nuestras experiencias sobre la gravedad de los cuerpos, hechas con el péndulo simple constante
en diferentes paralelos de entrambos hemisferios, y las refiere al mismo tiempo á la figura de la tie-
rra, nó tan simétrica como se suponía, y luego á una medida universal, cuya comprobación cons-
tante é invariable en diferentes parajes, dependa sencillamente de los resultados de las experien-
cias hechas hasta ahora, ó por nosotros ó por los viajeros que nos han precedido.
Corresponderán después al otro tomo, que será el sexto de la obra general, la recopilación de los
elementos que han servido de base á nuestras cartas y los derroteros de las navegaciones que éstas
comprenden. Un tratadito sobre los vientos y las corrientes y otro sobre las derrotas más breves
por alta mar de uno á otro paraje del globo, cualesquiera sean las estaciones del año, hará ver á
continuación, cuántas son las vías, y cuánto son fáciles para comunicarse continuamente entre sí
la América, el Asia y la Europa.
Siguiendo por naturaleza en los trabajos indicados, por una parte las noticias astronómicas
que se nos han comunicado ó sabíamos de antemano, y por la otra la serie casi inmensa de los na-
vegantes nacionales que nos han precedido para los reconocimientos parciales de la América, pro-
curaremos no defraudar á persona alguna el fruto de sus fatigas, bien que dejando aparte aque-
llas cuestiones hidrográficas sobre la primacía y la legitimidad de los descubrimientos, que ya
tantas veces han sido agitadas en la Europa y siempre decididas por el público imparcial á favor
4 б VIAJE AL REDEDOR D EL MUNDO

de la navegación antigua española. E l mejor modo de dispersar las acusaciones, con las cuales á
su salvo varios escritores han tachado la E spaña hasta estos últimos años, será ciertamente el de
no impugnarlos sino con los hechos cuando se hallasen infundadas, ó el demostrarles, cuando fue­
sen fundadas, que ni eran absurdos nuestros misterios pasados, ni era otro, tal vez, el objeto de la
publicación de sus viajes, sino el mismo que manifestaba la ocultación de los nuestros ó como pru­
dente, ó como necesaria.
Con los seis tomos ya indicados, concluiría la obra que ahora presentamos al público, si la habi­
lidad y la aplicación constante de los Cirujanos de ambas corbetas, D. Francisco Flores Moreno y
D. Pedro González, no diesen ocasión de añadirles otro tomo relativo á la conservación de la salud
de los navegantes españoles. E n balde intentaremos recomendar esta obra tanto como ella merece;
se hallan aplicados á la práctica con igual felicidad los conocimientos más modernos sobre la di­
gestión animal, los inventos más preciosos para la depuración del aire y del agua, los métodos más
seguros para preparar y conservar los víveres, y finalmente, los muchos medios que para la con­
servación del navegante en los climas temibles de la Zona Tórrida suministra la naturaleza en las
posesiones españolas: se comparan ahora con la reflexión y tino correspondientes, la calidad del
marinero español y la de los navegantes ingleses; los vicios que produce el mar y los que dimanan
de los países inmediatos á la E quinoccial. E l escorbuto, las fiebres pútridas y las catarrales, junta­
mente con las causas que las producen, pasan por un examen igualmente científico, claro é inteli­
gible; se enumeran las muchas bebidas fermentadas que es fácil aplicar á la navegación; tráense
luego á una comparación exacta con los principios prescritos, las varias enfermedades acaecidas
últimamente en nuestras escuadras; y finalmente, se prescriben por una parte los temperamentos
y métodos de vida que más bien correspondan á los muchos climas que presentan nuestras pose­
siones dilatadísimas, y por otra el sistema de disciplina que parezca más propio para los buques
de S. M., reunidos en un sólo punto de vista los objetos militares, los de policía y economía y los
de la conservación del individuo.
Estos son los límites actuales de la publicación del viaje. Se seguirán luego, con un plazo pro­
porcionado á la multiplicidad é importancia de los materiales, las diferentes obras científicas que
se refieren más directamente á la Historia Natural. Los hermanos y herederos del difunto D. Anto­
nio Pineda, tributarán ciertamente de mancomún con la Nación entera este nuevo homenaje á las
ciencias y á la memoria de aquel hábil filósofo.
Luego que regrese D. Tadeo Heenke, el cual ha recorrido por un año más la América meridio­
nal con indecible ventaja de los varios ramos de la Historia Natural, serán públicas igualmente las
colecciones botánicas y zoológicas que ha formado, y describirá á la par con el otro botánico, Don
Luis Nee. Tal vez no sería aventurado el asegurar que las colecciones formadas en el viaje son las
más selectas que existan en el día, por sus rarezas, variedad y número. E l de las plantas no es
ciertamente menor de 1 4 . 0 0 0 .
Describirá después el mismo Heenke, con la elegancia que le es propia, los importantes países
que ha recorrido últimamente en los Vireinatos del Perú y Buenos Aires, penetrando á Guamanga
y Guancavelica, el Cuzco, Arequipa, la Paz, Potosí, los Yungas, Chucuito y el fértil país de los
Moxos; las antigüedades peruleras, estudiadas ahora en el Cuzco, darán nuevo material para cono­
cer la arquitectura de aquellos pueblos, que ya D. Fernando Brambila había estudiado y descrito
con tanto acierto á la par de la arquitectura mejicana. E n fin, cuantas ideas hayamos adquirido y
cuantas podamos adquirir en lo venidero sobre los objetos que abraza el viaje, otras tantas se pre­
sentarán al público como un tributo que le es debido y como una prueba de nuestro deseo incesante
de coadyuvar á las intenciones benéficas de S. M.
Aclarado con alguna individualidad el objeto del viaje y el método ahora adoptado para su pu­
blicación, debemos con igual claridad manifestar cuáles fueron los aprestos y las medidas tomadas
para el intento; serán éstos una prueba bien evidente de la generosa protección del Rey á favor de
las ciencias y de la navegación, y harán ver las razones por las cuales nos hemos apartado á las
veces y otras hemos imitado servilmente á los navegantes que nos han precedido en esta senda.
Las dos corbetas con las cuales se ha verificado el viaje eran absolutamente iguales, y en ellas
reunió el Brigadier D. Tomás Muñoz, Ingeniero Director y Comandante del Arsenal de la Carraca,
todas las propiedades que parecieron más ventajosas, así p a r a l a resistencia como para la capacidad
y comodidad del buque: sobre 1 2 0 pies de eslora, 3 1 */ de manga y 1 5 de puntal, manifestaban un
2

arqueo de 3 0 6 toneladas; macizadas las cuadernas y calafateadas sus juntas, presentaban un se­
gundo costado inaccesible al agua del mar, aun cuando el fatal encuentro de algún escollo hubiese
roto la tablazón exterior; eran los fondos forrados antes con madera sujeta con clavos de metal y
luego con planchas de cobre, por manera que se destruyesen los perniciosos efectos de éstas sobre
la clavazón interior de hierro. E l calado no excedía á popa de 1 3 '/„ pies, facilitando así el poder
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 47

internar en cualquiera cala de poco fondo. Y proporcionadas luego las dimensiones de la arbola-
dura, para que no se opusiese un aguante extraordinario de vela á una regular velocidad, habíase
logrado un excelente gobierno y una deriva más bien moderada, particularmente cuando se hiciese
el debido uso de las mayores. Podían contener los buques en su bodega y sollado dos años de víveres
para la dotación asignada, y seis meses de aguada y leña; los pertrechos de todas especies y par-
ticularmente de hierro, lona y jarcias, eran adaptados á la falta absoluta de estos efectos, que ha-
llaríamos en los diferentes puertos de la América. Eran igualmente crecidos los repuestos para ves-
tuario de la marinería y para efectos de cambios. Las embarcaciones menores llegaban á cinco para
ocurrir á los diferentes objetos de la aguada, leña, caza, pesca, observatorio, Historia Natural y
comunicación continua de los buques con la playa; aumentadas las lanchas y aprestadas con cu-
bierta de hierro, como lo verificamos después en Guayaquil y San Blas, podían las tres embarca-
ciones mayores contener toda la dotación de los buques en el caso de un naufragio. Al mismo
tiempo, los fogones de hierro para dulcificar el agua del mar, con dos alambiques, aplicado el se-
gundo al caldero de la comida, suministraban el agua necesaria para la subsistencia de todos. Y lo
que nos pareció lo más interesante; ni había persona alguna que no alojase en la cubierta principal,
esto es, en un paraje bien ventilado y en donde el mismo fogón, con una acción continua, debía re-
novar frecuentemente el aire, ni en los alojamientos dejaba de haber aquel método y diferencia que
exigen, sí, la conservación de una buena disciplina por largo tiempo. Sería cansado, mas no total-
mente inútil, el repetir uno á uno los diferentes reparos que se tuvieron presentes para esta distri-
bución de alojamientos, la cual, luego por lo que toca á la Oficialidad de guerra reunía, los objetos
de una total independencia entre sí, de la debida quietud para las tareas científicas y de sitio có-
modo y oportuno para reunirse y no olvidar los halagos de la vida sociable, sea con el auxilio de
la música ó con la lectura de libros igualmente amenos y entretenidos.
Ni en lo que mira á la buena calidad de los aparejos, velámenes y otros pertrechos, fué menos
eficaz el Brigadier D . Fermín de Sesma, Subinspector del Arsenal de la Carraca. Todo era de la
mejor calidad y proporciones, y para un facultativo será buena prueba de esta aserción, el que le
aseguremos haber sido una misma la driza de gavia que ha servido en la DESCUBIERTA durante el
largo espacio de cinco años y dos meses.
A estas dos clases de aprestos, de las cuales dependía en mucha parte la seguridad del viaje,
siguiéronse luego las no menos importantes que se referían á la conservación de las tripulaciones.
No ignorábamos (como se ha hecho ver ya), que nuestras escalas repetidas en los varios puertos de
las colonias nacionales, proporcionarían el renovar los víveres cuantas veces fuese necesario; pero
teníamos también á la vista el que mil alimentos de los que suministran las últimas navegaciones,
pudieran á veces presentar objetos de variedad y de economía aun cuando no ofreciesen (lo que
parecía difícil), ventaja alguna para la conservación de la salud.
Adoptáronse con esta atención el Sowrh'out y las salazones del tocino, éstas por ambos méto-
dos usados por el Capitán Cook y por el Conde de la Péyrouse: hicimos grande uso del vino de
Sanlúcar, al cual sustituyóse el de Chile, y finalmente, el Groog ó aguardiente aguada. Turnaban
después la suministración de las comidas calientes y del gazpacho, el uso de las bebidas fermen-
tadas y la diferente distribución de horas, según los climas y las estaciones en los cuales nos ha-
llamos. A la vez se premió el baño, siempre se animó el ejercicio con tal que fuese moderado, ni
nosotros, cuando no le hallásemos absolutamente necesario, prescribimos el trabajo en las horas de
la mayor fuerza del sol estando en los climas más temibles de la Zona Tórrida. Por la misma razón
de promover un ejercicio frecuente en todas las clases de los armamentos, se procuró que la ma-
rinería y tropa estuviesen siempre á dos guardias y que los demás individuos fuesen también com-
prendidos por lo general en este útil servicio. Nunca se omitieron, cuando estuvimos fondeados, la
pesca, la caza y el aprovechamiento en el caldero de aquellas yerbas saludables que ofrece la na-
turaleza al navegante aun en los parajes más áridos y desiertos. L a narración del viaje manifes-
tará después que muchas veces, más bien debimos reponer en el mar los armamentos harto debilita-
dos en los puertos, que no expresar en éstos el restablecimiento de los efectos harto comunes de la
navegación.
Pero el resorte principal que adoptamos para la conservación de nuestro hombre de mar, fué
sin duda alguna la tranquilidad del ánimo. E n balde intentaremos suponer en el marinero espa-
ñol aquella misma insensibilidad, que tantas veces se advierte y parece incorregible en el mari-
nero del Norte. Los nuestros raciocinan, preven, y en una larga enumeración, por lo común abul-
tada según los mismos efectos de la imaginación, conservan la idea de todas las desgracias acae-
cidas en las navegaciones harto aventuradas del mar del Sur; de allí aquel entremetimiento
impertinente en todas las providencias adoptadas y en los obstáculos que se encuentran casi dia-
riamente; de allí aquel vuelo indecible de la suma valentía á la suma abyección, según los trances
4 8 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

reales ó imaginarios que se le presenten; de allí, finalmente, un tránsito igualmente acelerado de la


salud más robusta a u n a enfermedad epidémica; enfermedad que agravan luego más y más los mis-
mos indicios de su fatal existencia á bordo. Por ventura un verdadero espíritu de subordinación les
hace tener las miradas siempre fijas en la Oficialidad de guerra que los gobierna. Basta que éstos
sepan templar con tino el rigor y la dulzura, la fatiga y el descanso, la severidad y la persuasión,
el acomunarse en cierto modo con ellos y el apartarse repentinamente á mucha distancia, para que
la generosidad nacional se despierte luego al punto y obre con toda la energía debida para infundir
a n t e s la tranquilidad del ánimo y triunfar después de los mayores obstáculos. Pero de las ideas relati-
vas á la conservación de la salud, se hablará con la debida extensión en el séptimo tomo ó tratado mé-
dico. Nos ceñiremos aquí á ratificar lo que había demostrado con la mayor evidencia el Capitán Cook,
y es que relativamente á los víveres y á la conservación económica del navegante, no ha)'plazo, no
hay clima, no hay punto alguno de la tierra en donde no sea fácil conseguirlo, con tal que se mo-
difiquen las reglas generales á los hábitos y calidades de cada nación. Por lo que toca á nuestros
aprestos, el Swrkrout se mantuvo por dos años largos de buena calidad, exceptuándose, sin embargo,
aquellas barricas que por falta de sal ó por una introducción del aire atmosférico entre las tongas
no bien comprimidas, pudriéronse muy luego y despedían una fetidez extraordinaria. Los tocinos
salados por uno y otro método, han durado por el espacio de tres años, con tal que se les renovase de
tiempo en tiempo la salmuera. No resistieron tanto las menestras sin ser invadidas por el gorgojo; lo
mismo sucedió al pan. No así á las harinas, particularmente de Filadelfia, las cuales conservaron
la misma excelente calidad después de dos años de haberse embarcado en Cádiz. Hízose también
una prueba escrupulosa con las carnes saladas de Montevideo. Las tuvimos fabricadas en el año
de 1 7 8 6 , y después de haber navegado por cuatro años y medio, se conservaban aún de buena
calidad en Marzo y Abril de 1 7 9 4 .
A estos aprestos para la conservación del hombre, fueron después proporcionados los que
exigía con justa razón el hombre enfermo. Las pastillas de caldo se fabricaron por diferentes mé-
todos, los más introducidos en Europa. Dispúsose un abundante acopio de zumos de naranja y de
limón. No descuidamos el embarcar algunas barricas con cebada fermentada y molida. Las cajas
de medicina variaron mucho del método común de los buques de S. M., varió también el sistema
de enfermería, evitando el embarcar dietas vivas y el destinar paraje fijo para los enfermos. Cuál
haya sido el fruto de cada una de estas medidas, se manifestará después con verdad y método al
tiempo de hablar, en el tratado médico, de éstos y de los aprestos que se indicaron en los párrafos
anteriores. Aquí añadiremos, que en la dirección de nuestras medidas para este ramo, intervino de
orden de S. M. el Proto-Médico de la Real Armada, D. José Salvaresa, cuyo dictamen sobre la
conservación de la salud en el mar, se halla comprendido ^n tres cartas responsivas á otras tantas
que manifestaban nuestras dudas ó incertidumbre para apartarnos unas veces de los métodos na-
cionales y otras de los que nos prescribían casi invariablemente los extranjeros.
Ya es tiempo de decir algo también sobre los objetos científicos que se prefijaron en el viaje y
sobre los medios empleados para conseguirlos. Han sido muchos; nos han ocupado incesantemente;
los dirigían por la mayor parte hombres bien conocidos en la república literaria, y el sabio Minis-
tro que dio el primer impulso á la expedición y la ha protegido después con igual constancia y ge-
nerosidad, condescendió desde luego á que se consultasen, con aquella docilidad que es siempre in-
separable de la ciencia verdadera y del deseo de coadyuvar con la mayor extensión'á la utilidad
sólida de nuestros semejantes. Franqueáronse desde el mismo principio los archivos de las Secreta-
rías de Indias y Marina, para extractar los materiales hidrográficos que en ellas hubiese. Este pri-
mer examen manifestó de nuevo la necesidad del viaje próximo á emprenderse, pues confundidos
en una sola masa, materiales á las veces excelentes y otras perniciosos ó en una perpetua contradic-
ción los unos con los otros, si descubrían por una parte los esfuerzos repetidos y costosos que
habia hecho constantemente el Gobierno á favor de la navegación, convencían por la otra cuánto
era fácil ó debilitarlos ó hacerlos inútiles con la sola insuficiencia de los medios adoptados para
conseguirlo. Tuvimos, igualmente, una orden circular para que se nos franqueasen en las diferen-
tes capitales de la América los archivos de los expulsos jesuítas, en donde con mucha probabili-
dad se hallarían rastros recientes de los reconocimientos y viajes interiores que aquellos religiosos
habían verificado en el siglo pasado y en el actual, ó con el objeto de coadyuvar á la conversión
de las naciqnes no conquistadas, ó para auxiliar al Gobierno en el estudio é investigaciones de un
país de tanta extensión; pero frustráronse también aquellas medidas, hallándose aquellos archivos
en parte maltratados, y despojados en parte de lo que tuviesen de más precioso. Fué, finalmente,
preciso recurrir á los autores impresos, bien que con la felicidad de poder comparar en las dife-
rentes capitales de nuestros reinos ó provincias aquellas nociones que sirviesen de base para la
historia de la América con los manuscritos é ideas locales que de allí mismo pudiésemos derivar.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 49

Sin omitir de indicar lo más difusamente en los parajes de los tomos siguientes que por naturaleza
lo exijan, no debemos en esta ocasión pasar en silencio que hemos hallado en todas las personas
ilustradas de la América, á cualquier ramo á que correspondiesen, otros tantos socios de nuestra
empresa, los cuales, por consiguiente, la han facilitado sobremanera y han ratificado así, tanto la
necesidad de una reforma, como las causas, harto complicadas, que han llevado la América al es-
tado en el cual se halla hoy en día.
A estos elementos esenciales para el acierto de nuestros pasos y á los encargos más estrechos
del Gobierno á los Vireyes y Capitanes Generales de las provincias para que auxiliasen esta em-
presa con cuantos medios les dictasen su celo y los conocimientos locales, vimos añadirse des-
pués con indecible utilidad del servicio varios dictámenes bien importantes de los Excmos. Seño-
res D. Antonio de Ulloa, D. Juan de Lángara y D. José Mazarredo, sobre la Hidrografía y la cons-
titución física de la América meridional, sobre la adquisición y el uso déla mayor parte de los ins-
trumentos astronómicos, y sobre algunas experiencias relativas al nivel de los dos mares, Atlántico
y Pacífico, y sobre varias modificaciones en el casco, en las maniobras y en la disciplina de nues-
tros buques. Consultóse también al Teniente General D. Gabriel de Aristizábal. El Marqués de
Ureña dio varias nociones sobre la aplicación de los aires fijos á diferentes enfermedades y sobre
el mejor uso de los eudiómetros, y D. José Armenteros, Secretario en Manila por la Real Compañía
de Filipinas, á instancia del Gobierno, agregó á las nuestras todas las reflexiones físicas y políticas
sobre aquellos establecimientos que le había suministrado el estudio más asiduo de veintidós años.
Tantos auxilios bastaban por sí solos para alentar á la empresa los hombres aún más tibios y des-
confiados de sus propias fuerzas. ¿Pues qué, cuando concurrieron al mismo intento varios doctos
ex-jesuitas residentes actualmente en Italia, los abates Córdoba de Castro, Jiménez y de Cesaris,
el Marqués Gerardo Rangone y el abate Spallanzani de la misma Italia; el Sr. La Lande, de
París, y los Sres. Banks y Dalrymple, de Londres? Debérnosles, ó unas direcciones oportunas sobre
aquellos puntos á los cuales con más acierto pudiesen dirigirse nuestras investigaciones siguien-
tes, ó aquellas correspondencias sucesivas que aclarasen particularmente, por lo que toca á la As-
tronomía, las dudas que debían dimanar por precisión de unas operaciones aisladas é independien-
tes hechas á tamaña distancia de la Europa.
Intervino después el Sr. D. Alejandro Dalrymple en el acopio hecho en Londres de la mayor
parte de los instrumentos astronómicos, de los cuales se dará una-razón más extensa en el diario
de las observaciones. Empero no fuimos tan felices por lo que toca á una excelente colé cción de
instrumentos hecha en París para los progresos de la física. No llegó á Cádiz á tiempo de poderla
embarcar en las corbetas, y equivocadas después las marcas con otras remesas correspondientes á
la minería de Méjico, jamás pudimos recibirla por cuanto fuesen eficaces nuestras diligencias para
el intento en los diferentes puertos en donde estuvimos.
No faltaron, sin embargo, al genio sumamente laborioso del Teniente Coronel D. Antonio Pi-
neda, bastantes medios para esplayar constantemente su amor indecible á los diferentes ramos de la
Historia Natural y aquella actividad que finalmente le trajo al fin desgraciado de su vida. Tuvo á
sus órdenes una excelente librería, acopiada en parte en Madrid y en parte en París. Los hábiles
botánicos D. Luis Nee 3' D. Tadeo Heenke, además de atender con la mayor asiduidad á su objeto
principal, no descuidaron el auxiliarle con cuantas indagaciones útiles le viniesen á mano, especial-
mente en la Litología. Pintores y disecadores procuraron conservar cada cual en el modo que su
profesión les permitía, los objetos más raros que la naturaleza iba desplegando á su vista en los
varios países que recorríamos. Encargábanse otros al mismo tiempo de la caza y de la pesca. Pre-
miábase altamente á los naturales que presentasen algo útil para las colecciones y el estudio. Así
pudimos remitir en diferentes ocasiones al Real Gabinete de Madrid unas 70 cajas con esos mis-
mos acopios ¡Oh! si la suerte nos hubiese concedido el reconducir sano á su patria al mismo Pi-
neda, ¡cuánta utilidad no debía ésta prometerse de un examen científico, tan extendido como él
había procurado abrazarle y de su carácter tan investigador como filántropo. No defraudaremos á
lo menos cosa alguna á su memoria en la actual recopilación del viaje, bien sea conservada en sus
manuscritos ó deducida de sus conversaciones verbales; tiempo vendrá en que siendo públicas tam-
bién con el detalle debido todas sus descripciones zoológicas y los muchos objetos particulares
sobre los cuales se extendieron sus incesantes observaciones, la Nación conozca la pérdida que ha
tenido.
Concluiremos ya esta introducción, bastantemente difusa, con recordar al lector la juiciosa
advertencia de Mr. de Bouganville al tiempo de escribir la narración de su viaje, viendo cuánto
debían por naturaleza apartarse uno del otro, el estilo bronco y árido del hombre de mar, del más
ameno, elegante y entretenido, que por sí exigen las narraciones de un viaje. Felices nosotros si
pueden compensarlas, á lo menos en parte, la verdad, la sencillez y el amor del bien público que
50 VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

no hemos perdido un solo instante de vista. Felices, finalmente, si en la ejecución y en la publica-


ción de esta obra hemos acertado á obedecer completamente las benéficas órdenes de S. M. y las
sabias providencias de su Ministerio (i).
Las corbetas, arreglada la marcha de los relojes marinos en el Real Observatorio de Cádiz, pro-
vistas de cuanto les fué necesario y examinadas de antemano sus propiedades marineras, se ha-
llaron prontas para dar la vela en los últimos días del mes de Julio; eran voluntarios todos los in-
dividuos que en ellas navegaban. Los carpinteros, calafates, herreros y 45 marineros, procedían
del Departamento de Ferrol; completáronse los demás en Cádiz. Los armamentos, al tiempo de
dar la vela, se hallaban en el pié que á continuación se expresa:

Corbeta DESCUBIERTA.

Comandante D . Alejandrò Malaspina.


' Cayetano Valdés.
Manuel Novales.
Fernando Quintano.
Oficiales Subalternos.
Francisco Javier Viana.
Juan Vernaci.
Secundino Salamanca.
Guardia Marina Fabio Aliponzoni.
Oficial Director de las cartas y
planos Felipe Bausâ.
Capellán José de Mesa.
Contador Rafael Rodriguez de Arias.
Cirujano Francisco Flores Moreno.
Encargado de los ramos de His-
toria Natural »
E l Teniente Coronel D. Antonio Pineda.
1)
José del Pozo.
Profesor de Pintura
¡ i)
José Sánchez.
Pilotines \ »
Joaquín Hurtado.
16
Total de las clases anteriores
Oficialidad de mar de todas clases 14
Tropa de marina con un Sargento y dos Cabos 15
Tropa de brigadas con un Condestable 4
Artilleros de mar 35
Grumetes • 10
Criados 8

TOTAL 102

Corbeta ATREVIDA.

Comandante D. José Bustamante.


Antonio Tova Arredondo.
Dionisio Galiano.
„ , „ J » Tuan Gutiérrez de la Concha.
Oficiales Subalternos ( i
Jose Robredo.
Arcadio Pineda.
Martin de Olavide.
Guardia Marina Jacobo Murphy.
Capellán Francisco de Paula Anino.
Contador . . . . Manuel Ezquerra.
Cirujano Pedro Maria Gonzalez.
Botánico Luis Nee.

O) On doit tout espérer sous un Roi si juste,


Mais sans un Mecenas a quoi sert un Auguste.

BOIL.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
51

Piloto D. Juan Maqueda.


Disecador y Pintor Botánico. . . » José Guio.
» Jerónimo Delgado.
Pilotines
» Juan Inciarte.
Total de las clases anteriores
Oficialidad de mar de todas clases 14
Tropa de marina con un Sargento y dos Cabos
Tropa de brigadas con un Condestable 4
Artilleros de mar '. 35
Grumetes 10
Criados 8

TOTAL,
102

Agregáronse l u e g o á la expedición, como se verá en el diario, el Botánico D. Tadeo Heenke en


Santiago de Chile; los Tenientes de navio D. José Espinosa y D. Ciriaco Cevallos, y los Profe-
sores de pintura D. Fernando Brambila y D. Juan Ravenet, en Acapulco; y se separaron D. José
del Pozo, en la primera escala en Lima; D. Dionisio Galiano, D. Cayetano Valdés, D. Juan Ver-
naci, D. Secundino Salamanca y el Pintor José Guío, en Acapulco; D. Martín de Olavide, D. Juan
Maqueda, D. Jerónimo Delgado y D. José María Sánchez, en Manila; D. Tadeo Heenke en la se-
gunda escala en Lima; y finalmente, D. Juan de la Concha y D. Juan Inciarte en la segunda es-
cala en Montevideo; todos con diferentes destinos relativos á la misma comisión esencial de las
corbetas, excepto los dos Pintores y el Piloto D. José Sánchez, á los cuales obligó á este partido el
mal estado de su salud.
En los seis meses que estuvimos sobre la costa Noroeste de la América, nos acompañó tam-
bién, en clase de Profesor de Pintura, el Académico de Méjico D. Tomás Suria.
LIBRO P R I M E R O

Navegación de las corbetas desde Cádiz á Montevideo, costa


Patagónica, Maluinas, Chile, Perú, Guayaquil y Panamá.
Acaecimientos y tareas en los puertos que visitaron.

CAPITULO PRIMERO cantiles, á un número no menor de 5 0 y 6 0 indi-


viduos.
Navegación desde Cádiz á Montevideo. En la misma tarde desembocamos con viento
favorable entre la Gran Canaria y Tenerife;
17S9 Recibidas las últimas instrucciones para ve- eludiéronse después á la media noche las apa-
' 3
rificar la salida, dimos la vela en la mañana riencias de huracán, que indicaban probable, así
del 3 0 de Julio, y el viento, ya declarado al Nor- el plenilunio como el descenso excesivo del mer-
deste desde el día anterior, nos fué tan favora- curio en el barómetro marino; antes del amane-
ble, que pudimos alcanzar la Punta de Naga, en cer navegábamos de nuevo con fuerza de vela
A . 3 la Isla de Tenerife, al medio día del 3 de Agos- para dirigirnos á pasar entre la costa y las Islas
G

to. La longitud determinada á esta Punta nos dio de Cabo-Verde.


lugar á comparar los relojes marinos, entre los Muy luego nos abandonaron las brisas, tanto
cuales manifestaron mucha exactitud el cronóme- que en latitud de 1 9 empezaron á experimen- o

tro 6 1 de Arnold, y el número 1 0 de Berthoud. tarse calmas, cerrazones y lluvias: las corrien-
En la corbeta ATREVIDA disipóse de nuevo tes, según las observaciones diarias, parecían
con marcaciones al Pico de Teidé, la sospecha del dirigidas al Este.
Capitán Cook sobre el error de las longitudes Ya próximos á las Islas de Cabo-Verde, al-
determinadas por D . José Várela; sus resultados canzamos algunas embarcaciones que seguían
y comparaciones fueron las siguientes: nuestros rumbos. Se reconoció la una, cuyo Con-
tramaestre vino á bordo, y era la Philips-Stevens,
de Liverpool, que con cinco semanas de navega-
L o n g i t u d d e l P i c o d e T e i d e , p o r el nú-
m e r o 10 ( o c c ' d e Cádiz) 10.21.44
ción desde Inglaterra, se dirigía á Old-Calebar
P o r el reloj 105 10.23.17 para cargar de negros. Se le avisó de su situación
Por el c r o n ó m e t r o 71 2
3-49 en longitud, pues traía errada la estima en
E r a n l a s deter-[ B e r d u n , B o r d a y P i n g r é . . 21.30 grado y medio al Oeste.
minaciones del D . José Várela 21.00 No bien había llegado la lancha á su bordo y
los s e ñ o r e s . . .( E l C a p i t á n C o o k 43.00 nosotros marcado todo aparejo , cuando nos so-
brecogió una turbonada fuerte, la cual dio lugar
A este tiempo se habían ya manifestado en la á experimentar la resistencia de los buques y
DESCUBIERTA cuatro polizones ( 1 ) , y otros dos en aparejos, ya que nos era contraria para la de-
la ATREVIDA, los cuales habían podido frustrar rrota. Con la noche calmó el viento y al medio
nuestras pesquisas bien eficaces para evitar este día siguiente nos hallamos en latitud de 1 6 2', y
o

desorden. L a esperanza de una fácil subsisten- en longitud de 1 4 6 ' . No distaba el centro del
o

cia en América, y el no inclinarse con esta mis- Sol de nuestro zenit, sino 4 0 ' .
ma esperanza la educación plebeya á un trabajo Se aprovecharon los variables en los tres
asiduo y uniforme, son el verdadero principio de días siguientes, y a u n en la mañana del 1 2 se
esta emigración constante que hemos visto as- logró observar algunas distancias del Sol á la
cender en muchos buques, particularmente mer- Luna, de las cuales resultó la longitud de 1 2 3 8 '
o

igual con los relojes 6 1 y 1 3 .


Los vientos luego se declararon del Sudoeste,
(1) Se d i s t i n g u e n c o n este n o m b r e ó el d e llovi-
dos los q u e s e e s c o n d e n e n las e m b a r c a c i o n e s p a r a
tempestuosos y acompañados de una lluvia tan
emigrar á l a A m é r i c a sin l i c e n c i a . copiosa como constante; nos aproximaron hacia
54 VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

la costa de África, haciendo mucho más arries- de la ATREVIDA. Los dos cronómetros recien lle-
gada la conservación de la salud de la mari- gados de Londres, eran por consiguiente los
nería. únicos, cu} o movimiento parecía aún no bien
r

En la mañana del 1 5 , nuestra estima, traída sentado y uniforme.


desde las últimas observaciones, había contraído Un objeto nada agradable y del cual es pre-
un error de 4 4 ' al Este, y 4 7 ' al Norte, y este ciso hablar particularmente, hubo, no obstante,
error, reunido á unos rumbos poco ventajosos, de ocupar mucha parte de nuestras conversa-
nos había llevado á las sondas de la costa inme- ciones. E n ambas corbetas, al abrir los pañoles
diata y á solas 1 6 leguas de la Isla Poilón en la- del pan, concluido á los siete ú ocho días de la
titud de 1 0 n , y longitud g° 46'.
o A
salida el que nos había quedado de la diaria, ha-
Tomamos las muras á babor y continuaron bían hallado toda la galleta infestada con una
nuestros esfuerzos para aproximarnos á la línea, oruga, que D. Antonio Pineda después de ha-
malogrados en mucha parte, ó por las calmas ó berla maduramente examinado en todas sus
por la contrariedad de las corrientes. transformaciones y procedimientos, describió del
Toda la tarde y noche siguientes, conserva- siguiente modo:
ron los cielos y horizontes su acostumbrado velo «Es una oruga que forma su crisálida, mem-
de celajería neblinosa. Velo que, si bien se con- branosa, transparente y amarillenta, de donde
sultase la inmediación del Sol á aquellos para- sale una palomita de las que llaman polillas,
lelos, debiera manifestársenos como un nuevo blanquecina y pequeña, la que pone unos hue-
rasgo de la Providencia, pero que el navegante vos amarillentos, pegados entre sí como hilitos
no aprecia, sólo con ser un símbolo de calmas y de araña.
vientos contrarios para su viaje, cuyo término »La oruga á simple vista tiene como cuatro
ocupa naturalmente todas sus ansias y pensa- ó cinco líneas de largo y algo más de media de
mientos. ancho, blancuzca, con tuberculitos y pintas co-
Las ventolinas varias y calmosas del tercer loradas, que la dan un elegante tinte de este co-
cuadrante, que habían hecho en la noche nues- lor; la cabeza de color castaño; de los tuberculi-
tra navegación tan molesta como poco prove- llos nacen unos pelitos blancos. •
chosa, nos compensaron en la siguiente mañana »A1 microscopio simple ó con una lente de
con proporcionarnos por la primera vez una vi- aumento, en la cabeza se registran dos grandes
sita recíproca de la Oficialidad y gente de am- ojos, que verosímilmente serán compuestos de
bas corbetas. otros muchos, pues se ven tuberculados; poco
Ya distábamos quinientas leguas del paraje detrás hay dos chapetitas. L a boca se compone
en donde iros habíamos separado la última vez de chapetitas y manecillas; el cuerpo de 1 9 ó 2 0
y además una estrecha amistad y un verdadero anillos; se le registran seis p i e s en el pecho
aprecio ligaban íntimamente ambas Oficialida- más distantes que los demás, terminados en pun-
des, á las cuales imitaba, como es natural, toda tas; luego, á distancia de tres ó cuatro anillos,
la demás gente. hay cuatro pares de pies y un par de éstos junto
No parezca, pues, extraño, que aquellas dos al ano, de figura cónico-truncada, cuyas plantas
solas causas, sin aventuras ó riesgos que con- están bordadas alrededor, de puntos colorados.
tarse, ó sin haber pasado en nuestra separación Sobre el lomo de esta oruga reinan cuatro lí-
más plazo que el de dieciocho días, infundiese neas de tubérculos puestos longitudinalmente y
en todos una alegría poco común. colorados, de donde nacen unas cerdas ó pelos
Hasta el medio día, los botes transitaron finísimos.
constantemente, ya unos, ya otros, á bordo de «Este insecto, cuando llega al estado de su
las dos corbetas. Los marineros de la ATREVIDA mayor crecimiento, deja su piel ó camisa y se
regalaron á los nuestros un tiburón recien pes- convierte en una crisálida membranosa amari-
cado; las agradables noticias de una constante llenta, tinturada de castaño; de ella sale una pa-
buena salud, infundían en todos nuevo aliento, lomilla blanca, cuyas antenas van en disminu-
y las mismas ventolinas, ya del Oestenoroeste ción desde la base hacia la punta, y son poco
que al medio día nos obligaban á separarnos para mayores que el tórax ó pecho. L a lengua es es-
seguir la derrota, nos daban esperanza de unas piral, y las manecillas ó barbillones que tiene
próximas singladuras más favorables. junto á la boca, son plumosas.
Metidos los botes poco después del medio día, »Las alas superiores tienen su posición hori-
navegamos coii fuerza de vela al Sur. Las ob- zontal, son más cortas que el cuerpo, blancuz-
servaciones de la altura meridiana del Sol, nos cas con manchas algo negruzquillas. L a s alas
determinaban la latitud de g° 42'. Casi acordes inferiores son la mitad menos anchas y también
los números 6 1 y 1 3 daban la longitud-de 1 1 o
blancuzcas. El cuerpo es grande y bastante abul-
4 0 ' de la cual discrepaban insensiblemente el 1 0 tado, más que las otras partes. E l ano termina
de Berthoud, y el 105 de faltriquera de Arnold en punta aguda; se compone el abdomen de siete
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 55

17 anillos. E l tórax es de color más oscuro. L a s tud 1 7 2 4 ' por los relojes marinos y 1 7 o' por
o o

patillas son de color negruzco. Esta polilla pone setenta series de distancias lunares.
un grupo de huevos en la galleta, que se unen Cortada la línea, las brisas refrescaron hasta
por filamentos como telas de araña. Estos hue- causar en la DESCUBIERTA la rendidura de dos
vos son amarillitos y algo cilindricos, y se en- masteleros, y se inclinaron de tal modo al Este,
cuentran parduscos en toda la sustancia de la que nos fué fácil alcanzar los meridianos de la
galleta. Isla Trinidad. E r a importante la determinación
»La oruga que sale primero se forma entre en longitud de esta isla, pues discrepaban consi-
ellos como una tienda de tela de araña; y des- derablemente los resultados de los últimos viajes
pués entre la miga forma unos agujeritos de nacionales deducidos de los relojes marinos y
donde saca la cabeza, y que agranda al paso que de las distancias lunares, con los que se habían
come, hasta que, llegando á su estado de perfec- inferido de las solas distancias en el viaje de la
ción, sigue las transformaciones á que la natu- fragata Santa Rosalía, de la Marina Real (año
raleza los destina. de 1 7 7 4 ) . Estos se inclinaban á prefijarle la lon-
«Por lo visto, esta paloma es del género Tie- gitud de 2 4 1 2 ' ; aquéllos la limitaban próxima-
o

nes; Geofroi Tennia, de Linneo. Y la especie se mente á 2 3 o'. o

acerca más á la 1 9 de Geofroi; pero ni su des- E n la tarde del 5 , se dio vista á la isla y na-
cripción ni las que trae Fabricio, cuadran á lo vegamos en la noche siguiente de tal modo, que
que se ha observado en ésta; y así debe tenerse al amanecer fuese aún bien visible para deducir
por variedad ó especie diversa de la Tennia Gra- su posición del rumbo y distancia navegada, y
nitella y de la Fannalis, pues esta oruga difiere de las dos marcaciones en los extremos, cuyas
de las que dan aquella polilla.» latitudes y longitudes mirábamos por otra parte
La introducción de este insecto que nos mani- como seguras, pues las unas derivaban del solo
festaba como homogéneo al pan, el no haberse medio día próximo; las otras, estaban observa-
comunicado á muchos sacos de menestras depo- das en el mismo extremo. Resultó, agregados á
sitados en los mismos pañoles, nos dio fundados los promedios de 6 3 series de distancias á Anta-
recelos, de que desde su misma conducción á res y Alta del Águila, que la longitud de la me-
bordo, el pan tuviese consigo á lo menos los hue- dianía de la isla era de 2 3 J 3 5 " ; su latitud se
o
f

vecillos del gusano que el mismo calor interior supuso cual se había determinado en la fragata
hizo luego fermentar y multiplicar rápida- Santa Rosalía, de 2 0 3 2 ' o".
o

mente. Al cortar el Trópico de Capricornio, empe-


Pero como quiera que ni las calidades del gu- zaron á desmayar las brisas: el viento se incli-
sano eran nocivas á la salud, ni faltaba oportu- naba al Norte y eran los días sumamente placen-
namente nuestro ejemplo para vencer el asco teros y templados: siguiéronle vientos variables
natural en sus principios, muy luego se había á veces aturbonados: luego sobre contraste se
conseguido en ambas corbetas el no extrañar decidieron del tercero al segundo cuadrante y
este mal, y la concurrencia de este día, haciendo arreciando mucho por esta parte, con mares su-
común á entrambas la misma suerte, sirvió desde mamente gruesas, lluvias continuas y frios bien
luego á suavizarla. sensibles, nos dieron lugar á navegar en buena
Atento siempre D. Antonio Pineda á cuanto derrota, precavidos sí en el aparejo, en cuanto lo
pudiese cooperar á los progresos de sus ciencias exigiesen las corbetas, las cuales acreditaban su
favoritas, había sacado de la calma de la misma igualdad de andar y sus buenas propiedades con
mañana otras dos ventajas; la una, en conseguir exceso uniformes.
que un botecillo nuestro le cogiese dos Galeras Hasta el medio día del 1 3 , no conseguimos
Holothuria pliisalis, de Linneo, que inmediata- nuevas observaciones, las cuales nos manifes-
mente sujetó al más prolijo examen: la otra, en taron hallarnos en latitud de 3 1 4 8 ' y longitud
o

experimentar por primera vez un vaso de su in- de 4 0 2 ' . Después de una noche tempestuosa,
o

vención para sacar el agua del mar á una pro- los relámpagos y la cerrazón indicaban la proxi-
fundidad determinada. Aunque ésta no se sacase midad del viento pampero ó Sudoeste. Pudimos
sino á diez brazas debajo de la superficie, dio no á pesar de esto ver disipadas por la tarde aque-
obstante medio grado de diferencia de tempera- llas apariencias y desde el día siguiente dirigir-
mento, sumergido inmediatamente en una y otra nos con tiempo claro á la entrada del Rio de la
el termómetro de Farenheit. Plata.
Finalmente, en la mañana del 2 2 , alcanzada No nos habían abandonado desde algunos
la latitud de 6 o' vimos entablada la brisa del
o
días varias especies de pájaros bobos, tableros,
Sur, con la cual nos dirigimos á la Equinoccial; pardelas y pamperos ó martín-placas y aun pocas
pero como se mantuviese escasa y aun las aguas horas antes habíamos visto una mata de sargazo,
tuviesen una dirección á el Oestenoroeste, el cor- que en aquellos paralelos (según voz común),
te de la línea se retardó hasta el 2 9 en longi- suelen verse de ciento cincuenta á doscientas
VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

Sci. 13 leguas de la embocadura del rio. Pudieron des- vias, y se prescribió con la bocina igual manió- Set.
pués observarse distancias del Sol á la Luna que bra á la A T R E V I D A . Fué la noche excesivamente
ratificaron nuestros conceptos de que el cronó- lóbrega hasta las doce. A esta hora roló rápida-
metro 7 2 había variado su movimiento; y al con- mente el viento al Sur y Sursudeste primeramen-
trario, que le conservaba con una suma aproxi- te con lluvia y últimamente con no mucha cerra-
mación el cronómetro 6 1 . 5 6 series de distancias zón, y á las cuatro, habiendo ya arreciado y la
lunares indicaban la longitud de 4 1 2 2 ' . E r a la
o
mar engruesado mucho, nuestras anclas, que
del número 6 1 al medio día, de 4 1 2 4 ' , latitud
o
hasta entonces habían aguantado sobre medio
observada, 3 2 7 ' .
o
cable, empezaron á garrear, de suerte que des-
Al aproximarnos á la embocadura, empeza- caecíamos considerablemente sobre la costa.
mos á esperimentar una densa neblina, la cual Toda tentativa para cobrar el ancla fué, pues,
por dos días nos precisó á valemos de los caño- inútil; se procuró resistir á la mar con el estai
iv nazos para la conserva recíproca. Seguimos con de gavia, la mesana y los foques, y no pudimos
fuerza de vela, y al anochecer del 1 8 sonda- cobrar jamás ni dos brazas de cable. Parecía im-
das 3 2 brazas, arena y conchuela, arribamos á prudente aventurar otra ancla. Así, fué preciso
ponernos en el paralelo de la Isla de Lobos, en últimamente picar el cable y marear con las cua-
cuya demanda se navegó luego desde la media tro principales, las gavias en dos rizos, para
noche sin acostar de aparejo. montar las puntas inmediatas.
19 L a neblina continuaba espesa en la maña- Muy luego lo conseguimos, y como después
na siguiente y a u n el viento ya del Nornoroeste el viento aminorase su fuerza, nos dirigimos,
arrafagado, nos amenazaba de una próxima alte- guiados de la sonda, á la Isla de Flores, la cual,
ración contraria; no obstante, pareció preferente poco después del medio día, nos demoraba al
el seguir en derrota y se avisó á la A T R E V I D A que Norte distancia de una milla; últimamente, con
nos siguiese de cerca. Las sondas desde las ocho fuerza de vela y un andar de nueve millas, nos
hasta las doce fueron entre 1 5 , 1 3 y 1 4 brazas. dirigimos á Montevideo, y precaviéndonos de
Arena fina, negra y blanca y á rato alguna con- los arrecifes de las Puntas Brava y de las Ca-
chuela y caracolillo, y como este fondo y el rretas, logramos dar fondo en el puerto á las
de 1 2 '/., brazas que cogimos un momento hacia tres y media de la tarde y á los cincuenta y un
las diez nos indicase que estábamos algo al Sur, días de navegación.
orzamos al Noroeste, partido que acreditó la Hallamos en él la fragata Santa Sabina y la
observación de la latitud al Mediodía, aunque los corbeta San Gil, entrambas de la Marina Real;
horizontes sumamente coi-tos con la neblina, no la primera de armadilla y al mando del Capitán
le diesen toda la confianza necesaria. de navio D. José Orozco, y la segunda, próxima
Las sondas aumentaban paulatinamente has- á salir para los puertos de la costa Patagónica
ta 1 8 y 1 9 brazas; luego encontróse la lama, y al mando del Teniente de navio D. Pedro de
y finalmente, á las cuatro, despejada algún Messa; dos bergantines pertenecientes á la plaza
tanto la neblina, logramos avistar la Isla de Lo- y confiados á Pilotos de la Armada; las fragatas
bos por la serviola de babor. No tardóse en correos de S. M. el Colón y la Princesa; otras
atracarla á distancia de una legua escasa por siete fragatas mercantes y veintidós embarca-
fondo de 1 5 á 1 7 brazas: se tomaron horarios, ciones de dos palos completaban el total de bu-
y últimamente, con tiempo despejado se consi- ques surtos en el puerto, perteneciendo todos al
guió ver claras todas las sierras de Maldonado, comercio de Europa, si se exceptúa una que
hasta Solis-chico. pertenecía al de Lima.
Los carices claros y apacibles nos anuncia-
ban la continuación del Nordeste; así, nos que-
damos con poca vela para proporcionar la dis- CAPÍTULO II
tancia hasta la mañana siguiente y para sondar
con mayor comodidad; nuestro andar con las Estado en Montevideo.—Excursiones desde el mismo
gavias arriadas era de tres á cuatro millas. La puerto y aprestos para la campaña sucesiva.
corriente ó maréanos parecían favorables. A pe-
sar de tan bellas apariencias, no bien había ano- La noche apacible nos dio lugar á concluir
checido cuando empezó á cerrarse el tiempo por casi de un todo la faena de amarrarnos según la
el Oeste y poco después tuvimos ventolinas del costumbre del puerto, tendiendo por largo y pol-
Norte y Noroeste con algunos truenos, muchos la proa dos cables, uno al Sudoeste y otro al
relámpagos y mal cariz. Pareció el mejor partido Sudeste, y sujetando la popa con un calabrote al
el de dar fondo á un ancla, pues que el viento Norte. E n esta posición demoraban, la cumbre
variaba en los cuatro cuadrantes y la corriente del cerro al Oeste; su punta saliente con Restin-
(según las sondas), nos aconchaba hacia tierra; gas al Oestesudoeste; las piedras negras del fon-
al mismo tiempo se tomaron dos rizos á las ga- deadero al Norte'3° O; el fondo 1 6 p i e s , lama
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 57

suelta con vientos del Sur y 13 con las vaciantes y otra hacia la punta de las Carretas, 3' con mar- Sei,
del Norte. Distábamos como un cable y medio caciones correspondientes emprendiese el plano
de la Sabina y dos y medio del muelle. La A T R E - del Puerto y la situación de los puntos adyacen-
V I D A se amarró del mismo modo y á corta dis- tes. Fué luego en la mañana del 2 6 á marcar con
tancia de nosotros. el teodolito desde lo más alto del monte Urde o
No parecía á primera vista asequible el le- todos los puntos á la vista, entre los cuales el
vantar el plano del rio. Debía ser objeto más Pan de Azúcar y la Isla Flores tomada en sus
bien de muchos meses que de pocos días. El em- extremos, eran objetos de la mayor importancia
prenderlo sin esperanzas de concluirlo bastaba para nuestro intento.
para retraernos de toda idea de esta especie, ni Le acompañaron también D. Antonio Pineda
por otra parte debíamos sacrificar á esta obra y D. Luis Nee. Habían ya herborizado y cazado
un día siquiera del próximo verano, destinado en las inmediaciones del pueblo; encontraron,
con preferencia á las costas Patagónicas y tierras no obstante, en qué pacer su curiosidad y con-
del Fuego. firmaron la primera idea de la suma abundancia
Pero examinados con más madurez estos obs- en aquel suelo de plantas aún no bien conocidas
táculos y bien graduadas así nuestras fuerzas, en las descripciones botánicas;
como el tiempo indispensable de nuestra perma- Las primeras comparaciones de los relojes
nencia en el puerto, no sólo por la estación tem- nos habían indicado que su movimiento era bien
prana, sino también por los muchos aprestos que diferente del que le habíamos determinado en
necesitaban los buques, empezaron á disiparse Cádiz. El 6 1 había disminuido de 3 " diarios pró-
las dificultades y á parecer fácil el que una Ofi- ximamente. Había aumentado su retardo el nú-
cialidad activa é inteligente y un acopio de ins- mero 1 3 hasta 1/ 1 1 " diarios y el número 7 2 ace-
trumentos astronómicos y geodésicos, cual era el leraba de 1 4 " á 16" por cada día medio. Pero re-
de las corbetas, combinasen en sus pasos esta ducidos sus resultados á la Isla de Lobos situada
nueva utilidad. por las observaciones astronómicas hechas por
Establecido el observatorio en Montevideo, el Brigadier D. José Várela en Montevideo, podía
en el cual al mismo tiempo se comparasen coti- conjeturarse que sólo el 7 2 había padecido esta
dianamente los relojes marinos y se emprendie- alteración en la época en que lo habíamos sos-
se una serie no interrumpida de tareas astronó- pechado. Los 1 3 y 6 1 combinaban su marcha
micas, así para la determinación de la longitud primitiva con una longitud tan aproximada, que
como para coadyuvar á los progresos de la mis- el primero sólo daba 4 ' menos y el otro 1 4 de
ma astronomía, podíamos mirar este punto como la que inferimos después de nuestras operacio-
el centro ó reunión de nuestras excursiones, y nes ( 1 ) , y así nos confirmaban en la seguridad
convidaban á ello no menos su posición casi que la situación determinada á la isla Trinidad
equidistante de todos los parajes importantes y sujetada particularmente al 1 0 , poco ó nada se
que debía abrazar la carta, si también el para- apartaba de la verdadera.
dero en él de las corbetas, el cual nos daba lu- La diferencia de meridianos entre la Isla
gar á trabajar con más descanso y á no omitir Lobos y Montevideo fué de I 2 4 ' 4 2 " por el nú- O

el apresto más breve de ambos buques. mero 6 1 . Resultó la de i° 2 4 ' 8 " por un prome-
Desde el día siguiente quedó, pues, decidido dio de los números 1 0 y 1 0 5 de la A T R E V I D A
que D. José Bustamante y los Oficiales subal- conformes con nuestras operaciones trigonomé-
ternos Valdés, Quintano, Concha y Vernaci pa- tricas.
sasen en una sumaca (1) á Buenos Aires; y de Ya el 2 7 D. José Bustamante y los Oficiales
allí, con los auxilios que el señor Virey les pres- destinados á Buenos Aires habían determinado
tase, emprendiesen el reconocimiento de la costa emprender el camino por tierra hasta la Colonia
meridional del rio desde aquella capital hasta el del Sacramento y de allí con la chasquera ó
Cabo de San Antonio. Tomaron otros á su cargo embarcación del correo transitar inmediata-
el reconocimiento de la costa hasta Maldonado. mente á aquella capital. Quedó Vernaci con el
No quedaría después sino la parte comprendida cuidado de conducir por agua la colección de
entre Montevideo y la Colonia del Sacramento, instrumentos de la A T R E V I D A y el cronómetro 6 1
la cual sería fácil explorar al regreso de Mal- y tuvieron orden de acompañarle un pilotín y un
donado. soldado de Marina. El camino á la Colonia, que
Los tiempos no permitieron navegar á Bue- los naturales suponen de 4.23.44. leguas apartán-
nos Aires antes del 2 8 . En el entretanto se apro- dose mucho de la orilla para vadear con más se-
vecharon todos los instantes para que D. Felipe
B a u s a midiese una base en el fondo de la rada
(1) C o m o se verá más e x t e n s a m e n t e en el Diario
Astronómico, las o b s e r v a c i o n e s c o r r e s p o n d i e n t e s á las
(1) S u m a c a es u n a e s p e c i e d e g o l e t a c o n c u b i e r t a nuestras h a n a p r o x i m a d o m u c h o más a q u e l l o s resul-
y sirve s o b r e m a n e r a p a r a la n a v e g a c i ó n d e l rio. tados.
8
58 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

guridad los arroyos, resulta, no obstante, mucho Desde el 2 9 del pasado Setiembre, sistema-
más corto en nuestros planos. Pasa por el Cane- das como ya se indicó todas las medidas para
lón, el Campamento, San José, Jufre, el Rosa- la prontitud de los aprestos, se había emprendi-
rio y el Sauce, en donde hay puestos de drago- do por tierra también el reconocimiento de la
nes con caballos del Rey. Estos se franquean al costa desde Montevideo hasta el Cabo de Santa
pasajero, con un dragón que le acompaña me- María. Iban el reloj 1 0 5 del Comandante de la
diante un pase ú orden de auxilios del Gobierno A T R E V I D A , algunos sextantes, un teodolito y
de Buenos Aires ó Montevideo. Los chasques ó todos los utensilios para medir bases y sondar,
extraordinarios, los correos periódicos y la comu- y se habían unido á D. Felipe Bausa y á en-
nicación hasta los puestos del rio Grande por trambos naturalistas, el Capitán de fragata don
Maldonado, llegan así á su destino con una bre- Santiago Liniers, segundo Comandante de la
vedad de la cual fuera difícil dar una cabal idea Sabina, y el Piloto D. José de la Peña, siendo
sin temer de ser tachados de exageración. No de la mayor utilidad así la pericia del segundo
faltan en el camino algunos pueblos y aun mu- en el conocimiento de las costas, como la des-
chas estancias (i) en donde el pasajero pueda treza del primero en acopiar por medio de la caza
encontrar un buen acogimiento. La carne y la mil objetos útiles á la Historia Natural.
leche allí, son frutos más bien de la naturaleza El 3 0 , por la noche, estuvieron al pié de la
que de la industria y pueden caracterizarse de montaña denominada el Pan de Azúcar. Con este
ningún valor. motivo, á la siguiente mañana determinaron su-
Los Oficiales llegaron á la Colonia en la no- bir á su cúspide Bausa y Peña para hacer mar-
che del 2 8 , y en la mañana siguiente á Buenos caciones con el teodolito á todos los puntos de
Aires, casi al mismo tiempo en que fondeaba la la costa. Pineda, Nee y Liniers, con el de exa-
sumaca en la cual Vernaci conducía instrumentos minar científicamente un suelo montuoso que
y relojes. En una travesía de pocas horas y su- en aquellos países debía dar otro semblante á
jetado á comparaciones anteriores y posteriores, la naturaleza, del que presentan las inmensas
había determinado el número 6 1 la diferencia pampas ó llanuras que le componen por todas
de meridianos entre nuestro observatorio de partes.
Montevideo, y la casa de cabildo de Buenos Ai- Era bien el fin del crepúsculo, cuando llega-
res de 2 1 0 ' 2 2 " , igual absolutamente á la que
o

ron á Maldonado los instrumentos y poco después


había deducido de sus observaciones el Briga- en dos trozos las diferentes personas que habían
gadier D. José Acárela. subido al monte. La Litología y la Botánica, lo-
La actividad de nuestros Oficiales encontró la graron en esta excursión de unas ventajas consi-
correspondiente protección en el señor Marqués derables: las marcaciones daban ya. sujetos todos
de Loreto, Virey á la sazón de aquellas provin- los puntos principales de la costa y á pesar de lo
cias. Establecieron un observatorio, en el cual escarpado del monte, ni los instrumentos ni los
diferentes distancias meridianas al zenit, to- viajeros habían padecido el más leve daño.
madas al Norte y al Sur con el cuarto de círcu- El día 1.° de Octubre se les presentó con t

lo, determinaron la latitud de 3 4 6 1 ' 3 9 ' ' . Em-


o
un semblante aún más favorable. Empren-
prendieron una serie de triángulos sobre base dieron inmediatamente el levantar el plano del
medida, llevándola hasta la ensenada de Barra- puerto, el cual, con un trabajo constante hasta
gán, sin permitirles el terreno penetrar más las cinco, quedó concluido en todas sus partes.
al Este; y dispusieron la total habilitación del Los naturalistas y Liniers, los cuales habían em-
paquebot Belén y una chalupa, pues era preciso pleado la mañana en poner orden á las muchas
preferir un reconocimiento por mar á los que adquisiciones hechas en el camino, fueron pol-
pudieran intentarse por tierra, no menos por las la tarde al pueblo Chico, población distante de
dificultades que ofrecían las distancias y cami- Maldonado como dos leguas y compuesta ó de
nos, como por el riesgo funesto á que podía arras- familias portuguesas expatriadas del Brasil ó de
trarlos la suma proximidad de los indios pampas españolas traídas en los últimos años para po-
a l a s orillas del Cabo San Antonio. Se encargaron
bladoras de la costa Patagónica y depositadas
de esta operación importante los Oficiales Con-
entonces en las inmediaciones de Maldonado.
cha y Vernaci, embarcándose en el Belén. El 1 0
El 2 , concluidas ya las operaciones y exa-
se perdieron de vista ambos buques, y el 1 2 re-
minado el país inmediato en cuanto el tiempo lo
gresaron á Montevideo D. José Bustamante,
permitiese, emprendióse el viaje de regreso, y
D. Cayetano Valdés y D. Fernando Ouintano,
hechas marcaciones en diferentes puntos de la
con una travesía de veinticuatro horas.
costa, cuales fueron Punta de Ballena, Punta
Negra y la embocadura de Pando, lograron res-
tituirse á bordo en la tarde del 4 , viendo con
(1) L l a m a n estancia en la provincia d e B u e n o s
Aires á un t e r r e n o d e t e r m i n a d o en d o n d e haya pastos mucha complacencia que no se había alterado
y ganado vacuno. la marcha del 1 0 5 , y que sus resultados, confor-
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
59

oct, 4 mes con las primeras determinaciones, no discre- arroyo de la Caballería, desde donde por medio o a
paban sino pocos segundos de las operaciones de algunas marcaciones se tomó la dirección de
trigonométricas traídas al Pan de Azúcar, desde la costa al Este en cuanto alcanzase la vista.
Maldonado y desde Montevideo. En el entre- Los Sres. Pineda y Nee habían ya herbori-
tanto, D. Francisco Viana, á cuyo cargo había zado en la misma tarde con mucha felicidad. La
quedado la corbeta por enfermedad de D. Ma- tuvieron aún mayor en la siguiente mañana, en
nuel Novales, adelantaba considerablemente los la cual, habiendo pasado á la Isla de San Ga-
aprestos. briel, paraje oportuno para las observaciones de
Todos los trabajos emprendidos procedían latitud y longitud, juntaron en poco tiempo tal
con igual actividad. No era menor en la A T R E - variedad de arbustos, yerbas y flores, que pare-
V I D A la del Teniente de navio D. Antonio Tova; cía más bien fruto del examen de un país entero
y D. Dionisio Galiano, siguiendo con tesón las que de una isla pequeña.
operaciones astronómicas, había observado en la Retirados así poco después del medio día á
mañana del 2 7 la inmersión del segundo satélite bordo de la sumaca, y hechas nuevas marcacio-
de Júpiter; determinada después la marcha del ciones, dimos la vela para Buenos Aires con
péndulo y de los relojes marinos, observadas casi vientos del Sur y Sudeste galenos. Nuestro rum-
diariamente la inclinación y declinación de la bo fué, por largo rato al Oeste y Oeste cuarta al
aguja, y por diferentes alturas meridianas de es- Sudoeste, con el cual, y á una distancia andada
trellas bien determinadas en el catálogo de Mr. de de cuatro y media á cinco leguas, avistamos las
Lambre, deducida la latitud del observatorio. El torres de Buenos Aires por el Sudoeste y logra-
trazar diariamente la órbita de la Luna y calcu- mos fondear al ponerse el Sol, en sus inmedia-
lar con operaciones gráficas la hora y paraje de ciones. La corriente, á la sazón, era muy lenta
las ocultaciones de las estrellas, había sido un para fuera.
trabajo, que si bien infructuoso hasta entonces, Nuestra demora en Buenos Aires fué única-
denotaba no menos la exactitud de aquel Oficial mente de cuatro días. Tuvimos, sin embargo, la
astrónomo, que la utilidad que sacaríamos en lo satisfacción de ver regresar á los Sres. Concha
venidero de este examen incesante' de la marcha y Vernaci, concluida completamente su comi-
de la Luna. sión; y examinada á nuestra vuelta en Montevi-
Los Guardias Marinas y los Pilotos desti- deo la marcha del 1 0 5 , después de una travesía
nados á sondar el puerto interior y exteriormente, de pocas horas en la sumaca, no sólo se halló
no se habían tampoco descuidado en este exa- ésta conforme con las determinaciones anterio-
men preciso para la exactitud de nuestros planos, res, si también se halló conforme la diferencia
bien que lo hacía siempre dudoso la diferencia en longitud que había asignado el número 6 1
del nivel del agua en el puerto, más baja por lo entre Buenos Aires y Montevideo.
común de cuatro á cinco pies con los Nordestes No menos había sido favorable esta última
y Noroestes, de lo que lo es con los vientos del época para el doble objeto de completar el plano
Sudeste, Sur y Sudoeste. del rio, sin causar la menor demora en los apres-
i 3 Ya regresado Bustamante á Montevideo, em- tos ni en la salida. Bustamante y Valdés habían
prendióse el 1 3 de Octubre nueva excursión á concluido casi en un todo las obras interiores de
Buenos Aires. El tiempo, algo indeciso, nos de- los buques y el embarco de víveres y aguada.
terminó á ir por tierra: los Sres. Pineda y Nee En una pequeña balandra fletada para el in-
prefirieron la sumaca y tuvieron la felicidad de tento, los Sres. Robredo, B a u s a y Peña, lle-
llegar al día siguiente por la tarde á la Colonia vando consigo el cronómetro 7 2 , habían ob-
del Sacramento, pocas horas antes que los demás. servado la longitud y latitud en el paralelo y
Era nuestro ánimo llevando un sextante, el meridiano del banco Inglés, sondando hasta
una aguja y el reloj 1 0 5 , el examinar desde los las inmediaciones de la Isla Flores y por su
parajes más cómodos la continuación de la cos- banda del Norte. Con la misma balandra Don '
ta hacia el Oeste, de suerte que esta parte que- Antonio Tova y el Guardia Marina Aliponzoni,
dase bien ligada y sujeta áenfilaciones como las se hallaban ahora en el rio de Santa Lucía para
demás: pero como fuese que el camino se apar- examinar aquel fondeadero, buscar un bajo no
taba mucho de la orilla, hallamos difícil esta distante de la punta del Espinillo, y seguir los
empresa sin el sacrificio de dos ó tres días, el triángulos lo más al Oeste que fuese posible; y
cual parecía tanto más considerable cuanto ma- entretanto, no se olvidaba el sondar las inme-
yor era el riesgo de que unos tiempos más os- diaciones del Puerto, y Galiano continuaba sus
curos no permitiesen luego el observar en la Co- tareas astronómicas en el observatorio.
lonia, cuya latitud y longitud debían sujetar El 2 6 regresaron de Buenos Aires los seño-
oportunamente la dirección y extensión de la re Pineda y Nee; el primero había hecho en una
costa intermedia. Con estas reflexiones seguimos excursión á las Conchas, nuevas adquisiciones
el camino directo apartándonos sólo hacia el importantes para la Historia Natural. El segundo
6o VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

había examinado las inmediaciones de aquella El día 5 al amanecer, nuestro sobresalto era
capital, y entrambos, desembarcándose en Mar- por precisión muy grande. Una porción crecida
tín García, dentro de la embocadura del Pa- de celajería oscura parecía querer inutilizar los
raná, habían después, en un viaje de cinco días, aprestos. No podían conseguirse siquiera dos al-
reconocido el terreno comprendido entre aquel turas seguidas del Sol en el cuarto de círculo
puerto y Montevideo. Finalmente,'el 3 1 , con la para las correspondientes de la tarde: se habían
reincorporación de los Sres. Concha y Vernaci, preparado los eliómetros, y, sin embargo, no
logramos ver reunida toda la Oficialidad. bien disipada aún la celajería fué absolutamente
Se reemplazaron con este mismo motivo los imposible el ver el ingreso del planeta; pero lue-
marineros díscolos, los enfermos y los deserto- go se observó su ruta por Galiano con el cuarto
res, librada una paga á la Oficialidad de mar, de círculo y por Vernaci en el eliómetro. L a
tropa y marinería, y se hizo señal de aprontarse emersión pudo determinarse con entera satisfac-
para dar la vela. ción de entrambos.
Con haber anticipado á la marinería el leve En la misma noche observóse la inmersión y
socorro que indicamos, era nuestro ánimo el de la emersión de ^ Tauro por la Luna; y finalmen-
manifestarles un premio al trabajo, hacer una te, en la siguiente del 6 fué también una obser-
nueva experiencia de su conducta y desapego del vación de mucha importancia la inmersión del
desorden, y finalmente, no enturbiar con sus primer satélite de Júpiter á las 3 h 3 ' y xi"
vicios, si se inclinasen á ellos, las próximas de la mañana, observación que comparada á
fiestas que en Montevideo se preparaban para la las horas de las Efemérides dio para el obser-
jura de S. M., felizmente reinante. Concluidas vatorio la longitud occidental de Cádiz de 5 0 o

las faenas á bordo, se dio licencia á todos para


5' y 45"
que fuesen á tierra por tres días. Se detuvieron
Tomadas el día 7 las alturas correspondien-
para el servicio de las embarcaciones menores
tes para la exacta determinación de la marcha
ó los que habían tomado nuevamente plaza en
del péndulo, se encajonaron todos los instru-
reemplazo de los enfermos y desertores ó los
mentos y sólo atendióse á ordenar los planos y
que enfermos desde la salida de Cádiz, sin haber
los acopios relativos á la Historia Natural. El
aliviado á sus compañeros en el trabajo, se ha-
señor Virey había agregado á las dos corbetas un
llaban en el día perfectamente restablecidos.
bergantín de la plaza mandado por el Piloto Don
Los primeros días del mes de Noviembre José de la Peña. Debía seguirnos al andar de la
eran demasiado favorables para la Astronomía, costa Patagónica y regresar desde allí ó desde
para que no intentásemos aprovecharlos, tanto las Malvinas con los pliegos y noticias que se le
más, que no quedaba aún bien segura la lon- diesen; con este motivo le comunicamos ahora
gitud de Montevideo, ó por las circunstancias las instrucciones oportunas y se le dieron los
poco favorables de las observaciones del primer auxilios necesarios para que estuviese pronto.
satélite de Júpiter, ó por la órbita de la Luna, Concluidos así todos los objetos que podía-
que aún no había proporcionado ocultación al- mos abrazar en aquella parte de los dominios
guna visible de las estrellas hasta de sexta mag- de S. M., metidas las embarcaciones menores y
nitud. D. Dionisio Galiano había preparado los ya desamarrados, creímos poder dar la vela en
cálculos preliminares. El eclipse de la Luna y el la mañana del 1 2 ; pero ni el viento fué favora-
paso de Mercurio por el disco del Sol, merecían ble ni dejaba de inquietarnos la nueva deserción
toda la atención. Podía no proporcionarse esta de algunos individuos en ambos buques. Lo avi-
observación en Europa, por la oscuridad bien samos la noche antes al Mayor de la armadilla
natura] en los principios del invierno; ni allá para que trajese algunos reemplazos volunta-
podía ser visible la emersión del planeta, la cual rios. Fué preciso traerlos violentos y la mayor
debía acaecer en Montevideo entre dos y tres de parte inútiles; apenas la A T R E V I D A pudo com-
la tarde. pletar su dotación; faltaban aún cuatro hombres
En la noche del 2 , que fué sumamente clara, en la DESCUBIERTA. Hízose con este motivo una
pudo observarse el eclipse parcial de Luna: em- leva de gente vaga; á las seis de la tarde tuvi-
pezó á las 7 h 4 1 ' , tiempo verdadero, y feneció mos á bordo los cinco hombres que nos falta-
á las 9 h 4 8 ' . Ya á esta hora habíamos observado ban, desechado uno inútil. L a A T R E V I D A com-
la ocultación de la go" de Mayer por la Luna; tu- pletó y mejoró su tripulación.
vimos luego la de la 9 3 del mismo catálogo. Asis- Amaneció con vientos del Nornordeste al
tieron todos los Oficiales libres, y en los inter- Nordeste, frescos y algo arrafagados; emprendi-
valos que dejaban las observaciones indicadas, mos inmediatamente el dar la vela y lo hubiéra-
se ocuparon en medir distancias de la Luna á mos verificado en el instante si el Capitán del
las estrellas, cuyos resultados quedaron luego bergantín no viniese personalmente á avisarnos
agregados á los que se habían observado ante- que el agua extraordinariamente baja y los mis-
riormente. mos horizontes cargados por el Sudoeste, le ha-
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 6l

cían creer no tardaría el tiempo sino pocas ho- que bastaba un verano para perfeccionarlas,
ras para declararse contrario y tempestuoso. De- adaptando tan solo á las tareas anteriores los
sistimos inmediatamente de la primera idea, y últimos progresos de la astronomía náutica y
no bien habíamos echado abajo las vergas de las útiles indagaciones de la Física, en cuanto
juanete y calado sus masteleros, cuando el viento lo permitiese la vida errante y desaliñada del
se declaró al Noroeste, Nordeste y Este, tem- hombre de mar.
pestuosos. El agua había bajado aún más que en En el entretanto, la navegación emprendida
el día anterior y ambas corbetas estaban varadas llevaba consigo el semblante más favorable y
con proa al Nordeste. A la fuerza del viento, que halagüeño. Puestas las corbetas y el bergantín en
ya en la tarde podía llamarse un verdadero hu- una línea de frente y á regular distancia unas
racán, acompañaron una lluvia abundante y no de otras, seguían tres líneas bien simétricas de
pocos truenos y relámpagos. Sólo á las dos de la sonda; repetíanse las marcaciones á Montevideo,
mañana cesó el temporal y amaneció con vento- así para la colocación de las mismas sondas,
linas del cuarto cuadrante, las cuales cedieron como para la rectificación de los relojes mari-
luego al Sudoeste fresquito con semblantes apa- nos; habíamos alcanzado y propasado el veril
cibles. del Banco, por un fondo de cinco brazas, cas-
La noche inmediata fué tranquila; amaneció cajo y piedra, y el viento, aunque flojo, conti-
hermoso y con viento bonancible del Nordeste nuaba favorable del Norte y Nornordeste; sin
y Norte, con el cual emprendimos inmediata- embargo, no bien el Sol hubo pasado del meri-
mente el dar la vela. diano, cuando empezaron á asomarse todas las
apariencias de una revolución inmediata del
tiempo, y por la misma razón fueron precisas de
CAPÍTULO Iií nuestra parte otras medidas bien diferentes de
las que habíamos seguido hasta entonces. Hí-
Navegación desde Montevideo hasta el Puerto Desea- zose fuerza de vela, abandonando ya el bergan-
do.— Varios reconocimientos de la costa intermedia. tín, cuyas cualidades con extremo zorreras nos
Acaecimientos en aquel puerto y algunas concurren- habían atrasado considerablemente y cuyo ca-
cias con los Patagones. lado y maniobras hacían arbitro á su Capitán
de cualesquiera partido más seguro. Navega-
Nuestra derrota, como es natural, debía mos al Sursudeste y Sudeste sin abandonar la
guiarnos á pasar al Oeste del banco Inglés; exa- sonda, la cual se conservaba de 1 2 brazas; se
minando al mismo tiempo aquellas sondas para tomaron algunas precauciones en el aparejo; y
que fuese en lo venidero más fácil y más se- así cuando al anochecer el tiempo empezó á de-
gura la navegación del rio, y aproximándonos clararse vario y más bien tempestuoso, ya ha-
paulatinamente para la continuación de las ta- bíamos conseguido una posición bastantemente
reas hidrográficas á los 3 7 y ¡ de latitud, o i aventajada para esperarle sin el menor recelo
1

término de los reconocimientos de los señores de la costa ni del Banco.


Concha y Vernaci. Empero en las tareas indi- Efectivamente, las primeras horas de la no-
cadas, debíamos también tener á la vista no che no podían ser más lóbregas ni más con-
sólo el que no se repitiesen ahora inútilmente, trarias á nuestro intento. Después de algunos
reconocimientos hechos hasta entonces particu- aguaceros acompañados con truenos y relámpa-
larmente por los Pilotos Tafor, Peña y Villa- gos por los cuatro cuadrantes, el viento fué ro-
rino en sus navegaciones harto frecuentes so- lando al Estesudeste y nos obligó á virar al Nor-
bre la costa patagónica y las Malvinas, si tam- deste; calmó. Declaróse al amanecer por el Sur
bién el que se economizase de tal modo la esta- y Sursudoeste fresco. Nuestra derrota pasada, el
ción favorable del verano, que no fuese difícil rumbo del Estesudeste, que seguimos inmediata-
verificar igualmente los reconocimientos opor- mente con fuerza de vela, y el fondo de 1 0 bra-
tunos en las costas occidentales hasta Coquimbo, zas, arena negra, en el cual nos hallábamos, nos
término verdadero de los efectos harto temibles persuadían unánimes que no tardaríamos en son-
del invierno. Dejaremos para un lugar más opor- dar las 1 4 y 1 5 brazas, prueba segura de tener
tuno el desplegar en un solo punto de vista las ya una navegación libre por una y otra parte.
diíerentes expediciones, que con muy varios obje- Debió, pues, sorprendemos muy mucho el caer
tos y suerte bien varia han precedido á la nues- á las siete de la mañana en solas seis brazas
tra. Baste el decir por ahora, que el no haberlas arena, accidente tanto más desagradable, cuanto
reunido y publicado, era su mayor, ó tal vez, su que no dictaba partido alguno conveniente para
único defecto; que no desmentían ni la genero- mejorar la derrota en el caso de ser peligrosa la
sidad del Erario, ni la intrepidez de nuestros na- que actualmente seguíamos. Por largo rato se
vegantes, ni el sistema hasta aquí temido y ais- conservó el fondo indicado; creció luego paula-
lado de nuestras medidas políticas; finalmente, tinamente hasta las 1 0 y las 1 4 brazas, y como
62 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

hubiese continuado en este intervalo el viento y á pesar de que en la noche del 2 3 nos sobreco-
fresco, al medio día nos hallamos por las obser- giese de nuevo un contraste vivo de los vientos
vaciones, en 3 5 5 2 ' de latitud y unas 1 5 leguas
o
del tercero y primer cuadrante con los truenos y
al Este de Montevideo. Libres ya de este riesgo aguaceros acostumbrados, ya poco después del
y con una navegación abierta, cualesquiera fue- medio día del 2 4 estábamos á la vista de la costa
sen los vientos que hubiéramos de experimentar, por latitud de 4 1 2 4 ' y longitud de 5 6 1 5 ' . Co-
o o

debimos mirar como un acaso bien feliz el ha- rría del Norte al Oeste toda igual suavemente
ber preferido la derrota del Sur á la que solía alomada en la orilla, y no quedaba duda, si
comunmente practicarse por el Norte del banco consultásemos el fondo de 2 5 , 2 4 y 1 9 brazas
Inglés. La inconstancia y la contrariedad del cascajo y chinitos, por el cual á la sazón nave-
viento nos hubieran precisado á dar fondo hacia gábamos, que sería la que conduce desde la em-
la Isla Flores; con el Sur fresco, probablemente bocadura del Rio Negro á la Punta de Belén y á
hubiéramos garreado sobre la costa. Las anclas, las costas interiores del puerto de San José.
cuando no los mismos buques, hubieran sido un Parecían formarla unas capas horizontales de
nuevo tributo á las inmediaciones harto temibles tierra franca algo negra, otras blanquecinas,
del Rio de la Plata. rojizas, y sobrepuestas una á otra en número
Hasta el día 2 0 , el viento se mantuvo al de veinte próximamente, y se compondrían todas
Oeste Sudoeste tempestuoso, y nuestra navega- probablemente de arenas, margas, arcillas, etc.,
ción fué por la misma razón lenta y precavida. presentando un suelo más bien estéril y despe-
Habíamos alcanzado la latitud de 3 8 3 1 ' , apar-
o jado en un todo, no sólo de árboles grandes, si
tados ya de la sonda, y ahora procurábamos que también de cualquiera especie de arbustos.
con los vientos del Norte el volvernos á apro- En éste y en el día siguiente nuestra nave-
ximar á la costa y emprender su reconocimiento, gación debió ceñirse al examen del golfo indi-
el cual ya no tendría lugar sino desde las in- cado, que los navegantes antiguos solían distin-
mediaciones del rio Negro, atento á la mucha guir con el nombre de Bahía sin fondo, y á pesar
extensión de los bajos del Colorado y á la im- de que los vientos coadyuvasen muy poco á
posibilidad de retroceder al Norte sin un sacri- nuestros deseos, siendo ya varios, ya calmosos,
ficio demasiado considerable de tiempo. y á veces ocultándonos el sol con una densa ne-
A las seis de la tarde conservábamos toda- blina y tal cual llovizna, pudimos, sin embargo,
vía un andar de siete á ocho millas, cuando una alcanzar la vista de la sierra San Antonio, colo-
densa calina por el Sudoeste nos avisó que muy cada precisamente en el fondo, y últimamente,
luego cesaría el viento favorable. Efectiva- torcer hacia el extremo septentrional de la Pe-
mente fué así, y aturbonándose en un momento nínsula San José. Corridas diferentes bases y
cielos y horizontes amenazaban una tempestad repetidas las observaciones astronómicas hasta
violenta. Ya los truenos y relámpagos fueron donde las circunstancias las permitiesen ó las
temibles y repetidos. El viento rolaba instantá- hiciesen útiles. La sonda en este intervalo
neamente del Sudoeste al Norte, y según variase había aumentado hasta las 7 0 brazas lama.
la atmósfera, variaba sensiblemente el grado de Volvió luego á disminuir hasta las 4 5 y 5 0 bra-
calor; una media hora de lluvia terminó al pa- zas, así que nos aproximamos á la Península.
recer esta lucha, quedando un viento flojo del La mañanita del 2 6 , con un semblante apacible
Norte, muchos relámpagos muy vivos y una car- y hermoso, debió, pues, mirarse por nosotros
gazón fuerte desde el Oeste hasta el Sur; sin como el principio de una época mucho más feliz
embargo, á las nueve el tiempo volvió á tomar un en cuanto á tiempos de la que habíamos disfru-
semblante horrible, al cual sucedieron luego un tado hasta entonces. Soplaban vientos del Norte
fuerte granizo, muchos truenos y relámpagos, y y Nornordeste fresquitos. La mar era apacible,
algunas ráfagas del Sudoeste; cedieron éstas, y frecuentada ya por las ballenas, ya por los
pero para que les sucediesen una hora después lobos, ya por mil especies de aves acuáticas, las
carices aún peores, una incesante variedad de cuales volateaban alrededor de las corbetas.
vientos y una lluvia abundante, la cual no cesó Una atmósfera pura descubría sobre la costa los
sino á las cinco de la mañana, á cuya hora, ha- objetos aún más pequeños; finalmente, el Sol,
biendo entablado viento galeno del Norte, pudi- brillando constantemente sobre el horizonte,
mos emprender de nuevo nuestra derrota y na- daba lugar á multiplicar las operaciones geodé-
vegar con fuerza de vela. sicas y astronómicas con una exactitud, y sin em-
bargo con un aprovechamiento de tiempo, que
No fué difícil con el rumbo y viento indicados
poco antes apenas hubiéramos alcanzado á de-
el alcanzar en poco tiempo la sonda. Al medio
sear. Usábamos frecuentemente de la medida de
día, por latitud de 3 9 y un medio grado al Oes-
o

la altura del tope para deducir una base exacta;


te de Montevideo, estábamos en 5 2 brazas arena
se repetían los horarios, los azimutes y la sonda.
fina negra; variación magnética 1 5 y 1 3 " Nordes-
o

Con la claridad del día cesaban l u e g o á un mis-


te, siguióse luego una navegación más bien feliz,
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA

Nov. fi mo tiempo (si bien por pocas horas) nuestras


2 unas 3 0 leguas de la orilla septentrional del Nov. 3°
tareas y la continuación del viaje. Así era fácil Golfo, bien que sin poder alcanzar su término;
al día siguiente coger por principio de los trián- y esta única excursión fué la que dio nuevo
gulos los mismos extremos de las tareas de la realce á las aseguraciones de los Patagones so-
tarde anterior, y nuestros progresos eran por bre el extenderse aquel Golfo unas 7 0 leguas
la misma razón igualmente útiles y acelerados. próximamente al Oeste y no distar, por consi-
3o En la tarde del 3 0 ya las corbetas se hallaban guiente, el mar Atlántico del Pacífico en esos
inmediatas al puerto de San Gregorio, por lati- paralelos sino unas 2 0 á 3 0 leguas (1).
tud de 4 5 9 ' , longitud 5 9 2 0 ' . Habían, por
o o
La naturaleza de las costas reconocidas por
consiguiente, en los cuatro días anteriores reco- el Piloto Tafor, todas ellas pedregosas, rodeadas
nocido un trozo bien considerable de costa, en de arrecifes y extremadamente áridas, bastaba
el cual estaban comprendidas las inmediaciones por sí sola para disuadirnos de este reconoci-
del puerto nuevo de San Antonio, Santa Elena y miento, el cual, por otra parte, ni dejaría de
la Bahía de los Camarones. absorber la mayor parte del verano, ni evitaría
El clima, el abrigo y la seguridad de la na- el hacer inútiles las corbetas, debiéndose em- r>¡c.
vegación sobre aquellas costas, son otros tantos prender con lanchas y éstas permanecer separa-
incentivos para que en lo venidero las frecuen- das por largo tiempo y sufrir por su debilidad y
ten con menos recelo, así los buques que nave- tamaño unos riesgos y fatigas que pudieran muy
gan al Perú, como los que en las épocas felices, bien remediarse si se adoptasen con el regreso
y no muy distantes de la Monarquía, abracen los nuestro á esas costas unos auxilios más preme-
varios objetos de la pesca con toda aquella ex- ditados y más eficaces para el conseguimiento
tensión de la cual es capaz y puede refluir tan deseado.
extraordinariamente hacia el bien público y la Hízose con estas reflexiones derrota directa
opulencia nacional. desde la caída de la tarde hacia el Cabo Blanco;
Al aproximarnos al Puerto 'de San Gregorio, se mantuvieron las sondas de 4 9 á 5 2 brazas,
habíamos experimentado unos remolinos bien arena lamosa y fango; el viento fué constante-
vivos, los cuales á veces llegaban á alucinar á mente bonancible del Norte al Nornordeste, y 1.°
los vigías de nuestros topes hasta hacerles creer así no fué difícil el que poco después del medio
que serían restingas; otras veces nos hacían ó día siguiente avistásemos nuevamente la costa,
difícil ó imposible el gobierno de los buques. observadas ya la latitud de 4 6 3 3 ' , la longitud o

Así atravesamos el canal entre las Islas de Leo- de 5 9 1 8 ' y la variación magnética de 1 9 1 5 ' .
o o

nes y Arce por una parte y la Isla Rasa por la Había precedido á este aparecimiento, la ilusión
otra; así navegamos luego á reconocer otra islita harto frecuente en esos parajes, de una calima
exterior guarnecida con arrecifes, la cual no era en el horizonte perfectamente parecida á la ex-
fácil descubrir á los navegantes cuando se halla- tructura común de las costas. Por más de una
sen muy aterrados; así, finalmente, se nos pre- hora no hubo en entrambas corbetas quien no
sentaba ésta como una nueva razón para que asegurase su extensión verdadera desde el Sur
omitiésemos á la sazón como ageno de nuestros por el Occidente hasta el Norte, ni bastaban á
objetos esenciales el reconocimiento del Golfo desengañarnos ó los avisos del Comodoro Bi-
inmediato de San Jorge. ron, después de haber caído en una equivoca-
ción semejante, ó las noticias de nuestros na-
Era, á la verdad, bien extraño que la extre-
vegantes, los cuales mil veces la habían visto
mada internación de este Golfo (á lo menos se-
correr desde el Cabo Blanco hacia el Oeste di-
gún las noticias adquiridas por los Patagones)
rectamente.
se hubiese totalmente ocultado á los hidrógrafos
europeos, aun de las épocas más modernas. Ha- Disipada finalmente esta ilusión, á las tres
bía muy pocas nociones de ella entre nosotros; la de la tarde pudimos dar nuevamente principio
derrota de Lord Anson en la carta que acompa- á nuestras tareas acostumbradas. La costa era
ñaba á la narración de su viaje seguía en esos la misma que había señalado al medio día la
paralelos una tal inmediación á la costa, que na- A T R E V I D A y la que Anson llamaba el Cabo Blan-

die pudiese dudar que la llevaba continuamente co, bien que fuese en realidad el Cabo de Tres
á la vista. El mismo Comodoro Biron, á pesar Puntas. Desde el verdadero Cabo Blanco, fácil
que aterrase sobre el Cabo Blanco y viese correr de conocerse por un islote que tiene inmediato
la costa hacia el Oeste, no indicaba siquiera sus y que teníamos á la vista, corre como al Esnor-
sospechas sobre la existencia del Golfo. La na- deste hacia el Cabo ya dicho de Tres Puntas,
tural actividad de nuestros navegantes fué la desde donde sigue luego hacia el Este y forma la
que en los últimos años aceleró é hizo evidente
esta singular internación de la costa. El Piloto fi) Se verá d e s p u é s p o r el viaje d e l C a p i t á n d e
fragata D . J u a n d e la C o n c h a , verificado con un f a -
D. Bernardo Tafor, partiendo desde el Puerto
l u c h o y u n a l a n c h a en D i c i e m b r e d e 1 7 9 4 , q u e esta
San Gregorio con una lancha, reconoció hasta i n t e r n a c i ó n n o es t a n t a c o m o d e b í a m o s s u p o n e r l a .
VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

parte meridional del Golfo de San Jorge. Con- las vimos disminuir de nuevo á 5 5 , 5 0 y 4 5 bra- r>¡.
venía con bastante exactitud una vista de este zas arena y lama.
trozo de costa inserto en el viaje de Lord Anson, No podíamos desear situación más agrada-
y no quedaba duda que el Comodoro Biron había ble de la en que nos hallamos á la siguiente ma-
llamado Cabo Blanco al mismo punto que el Al- ñanita. E l tiempo sumamente claro, la costa y
mirante distinguía con aquel nombre. el mismo Cabo Blanco á la vista y á no mayor
A la distancia de tres á cuatro leguas eran distancia de tres leguas, la mar agradablemente
nuestras sondas de 5 0 brazas chinitos y fango; llana y muchos ballenatos que surcaban el agua
pero muy luego con el rumbo del S u r , cuarta con tanta tranquilidad como majestad, todo
Sudoeste, aproximándonos como á dos leguas, anunciaba que a u n en estos climas desiertos al-
caímos en 2 8 y 2 3 brazas piedra. Costeamos á canzaban los benignos efectos de la primavera.
esta distancia y próximamente con el mismo Con las ventolinas del Sur que reinaban á
fondo por largo rato, consiguiendo así, no sólo las cinco de la mañana gobernamos á aproximar-
un cabal reconocimiento de aquellas orillas, sino nos aún más. Luego se midieron bases, y como
también el observar por dos veces la longitud nos hallásemos aún con poco viento y distantes
en el meridiano del islote del Cabo Blanco y ele la costa sólo una legua escasa, ceñimos al
últimamente el disponer la base de las corbetas primer cuadrante el viento flojo del Sudeste, el
en la dirección más oportuna para que las mar- cual últimamente, llamando al Este después de
caciones en los extremos tuviesen la seguridad habernos desatracado algún tanto de la costa,
posible. nos dio lugar á navegar zafos de ella con rumbo
Hechas estas operaciones y observados azi- del Sursudeste. A las seis habíamos caído de las
mutes magnéticos, como quedase aún poco más 4 3 á las 3 0 brazas.
de una hora de día, pareció lo más oportuno el El fondo que tuvimos en las restantes horas
emplearla en el examen del bajo hallado por el hasta el medio día, fué de 1 9 , 2 0 y 2 1 brazas
Comodoro Biron, en cuyo arrumbamiento con el chinitos y conchuela. E r a nuestra latitud de
Cabo Blanco nos hallábamos próximamente á la 4 7 2 9 ' y la longitud 5 9 o'.
o o

sazón. Hecha, por consiguiente, señal a l a A T R E - Pasado el Sol del meridiano el viento tomó
V I D A de navegar por la popa, nos dirigimos á algún leve incremento y se declaró favorable al
conservar la misma marcación alargando la dis- Norte, con el cual navegábamos á distancia de
tancia hasta las cinco leguas que señala el Como- una ó una y media leguas de la costa, conser-
doro. Navegábamos sobre las gavias y sin dejar vando un fondo igual de 2 2 , 2 0 y 18 brazas chi-
el escandallo; la mar, excesivamente llana, debía nitos. A las tres de la tarde se declaró virazón
hacernos más desconfiados sobre cualquier peli- fresquita del Este y con ella pudimos ya navegar
gro que no descubrirían en esta ocasión las rom- en demanda del Puerto Deseado, el cual no debía
pientes. estar distante cuando veíamos clara la Isla de
No tardamos de las 2 0 brazas en caer en 1 6 , Reyes. Acechada por la misma razón la piedra
1 4 y 1 3 chinitos de una á otra escandallada. E l en figura de torre que sirve de marca para hallar
rumbo del Nordeste nos apartaba de la costa, y la entrada algo difícil del puerto, logramos avis-
por consiguiente, todo contribuía á confirmar la tarla como á las cuatro y luego que la vimos de-
existencia del bajo hacia aquella parte. Era de- morar al Oeste arribamos sobre la costa, dando
masiado tarde para destinar embarcación menor últimamente fondo á poca distancia de la boca
á un examen más prolij o y era temerario empren- del puerto en siete brazas cascajo.
derlo con la corbeta, tanto más que, según Bi- La marea era aún vaciante con velocidad de
ron, el peligro era oculto y la sonda no indicaba una milla. La A T R E V I D A lo verificó poco después
su proximidad. Así, persuadidos, no sin razón, á poca distancia de nosotros. No tardamos en
de su existencia, siguióse nuevamente rumbo avistar una lancha que salía del puerto con remo
del Este y de Sudeste y muy largo caímos en 18
y vela, y que conocimos inmediatamente ser la
y 2 0 brazas.
del bergantín Carmen con su Capitán D. José de
Según nuestra costumbre, la navegación de la Peña. Vino inmediatamente á bordo de la
la siguiente noche debía proporcionarse para DESCUBIERTA y avisándonos que parada la ma-
amanecer al Sur del Cabo Blanco y á no mucha rea era entonces ocasión oportuna de entrar en
distancia de él. Se conservaba el tiempo suma- el puerto, instó á que lo verificásemos sin per-
mente placentero y debíamos ya tener algunas der tiempo, para lo cual se ofrecía á servir de
esperanzas de su duración. Navegamos del Sud- práctico aunque ya no quedasen sino pocos mi-
este al Sur una distancia de ocho leguas y las nutos de crepúsculo.
sondas pasaron casi instantáneamente de las 2 0 á
La marea en el puerto y particularmente en
las 3 0 , 4 0 y 4 8 brazas piedra. Luego fueron de 6 0
su boca, corre con una velocidad difícil de imagi-
y 6 6 arena y lama; últimamente, aproximándonos
narse, á lo cual se agregan los muchos escollos
á la costa con pairear de la vuelta del Sudoeste
y el poco lugar que hay para fondear. Debe se-
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA

DÍC. z guramente considerársele como uno de los puer- puerto habían tomado alguna idea de nuestro DÍC 3

tos de más difícil acceso (i). idioma y nuestras costumbres.


Pero en esos paralelos el tiempo favorable Cambiada, pues, la marea de la mañana y
era un don con el cual no debía contarse por mu- disipada la esperanza, como ya se insinuó, de
cho tiempo. No titubeamos, pues, en dar la vela, que la A T R E V I D A fondease antes de la noche,
manifestándolo así á la A T R E V I D A , la cual se pensamos aprovechar el día en el examen del
dispuso luego á seguirnos, pero sin poderlo últi- puerto, á cuyo objeto se reunía naturalmente el
mamente verificar por habérsele corrido el cable deseo de trabar, si fuese posible, una correspon-
ya suspendida el ancla. dencia amistosa con los Patagones.
Eran ya cerca de las nueve cuando la D E S - Iban en el bote D. Antonio Pineda, D. Ca-
C U B I E R T A estuvo á la vela, con velacho sobre me- yetano Valdés y dos soldados armados: nos ha-
sana y foques. El viento se conservaba bonanci- bíamos prevenido con algunas bagatelas de re-
ble del Estenordeste, la mar era llana y la marea galo, y mientras atendíamos á la caza en la costa
entraba con alguna fuerza. Antes ceñimos al del Sur, acechábamos con ansia el aparecimiento
Norte para atracarnos á aquella costa y franquear de los Patagones en la costa opuesta. Finalmen-
la boca huyendo de los arrecifes que salen de la te, al medio día se dejó ver uno de ellos á caballo
punta Sur del puerto. Luego arribamos en busca en un altito no distante. Fuimos con el bote hacia
de las piedras del medio, y avistadas éstas las él, y dejada la escopeta al tiempo de saltar en
elejamos por estribor, penetrando así muy luego tierra, le ofrecimos algunas bagatelas, lo cual
en paraje oportuno para dar fondo. A las nueve visto por los demás de la tribu, que á muy corta
y media dejóse caer el ancla de estribor en seis distancia de nosotros estaban en espera detrás
brazas y combinadas después las horas de la de un montecito, fueron poco á poco aproximán-
marea para las diferentes faenas de amarrarnos, dose todos á caballo, y últimamente enviaron en
conseguimos que para el amanecer ya estuviese busca de las mujeres, que no tardaron en reunirse
la corbeta bien segura sobre dos anclas. y echar pié á tierra. Se componía entonces la
Había, pues, la A T R E V I D A debido desistir de tribu de unas 4 0 personas, de las cuales eran 1 0
la idea de entrar en aquella misma noche, ya las mujeres y 1 2 los niños, entre ellos tres ó cua-
que no podía seguirnos de cerca. D. José de la tro aún de pecho; dos mujeres solas eran ancia-
Peña, con su acostumbrada actividad, volvió á nas, y á pesar de esto sumamente ágiles. Entre
3 salir del puerto para servirle de práctico; pero el restante número de hombres, el Cacique y otro
como en toda la mañana soplase viento algo eran ancianos, y habría otros cinco cuyos años
fresco del Sudoeste, que aún la hizo garrear con- podían más bien corresponder á la pubertad que á
siderablemente, no consiguió dar la vela sino á la la virilidad. En general eran todos (inclusas mu-
caída de la tarde, y aún por largo rato no podía jeres y niños) de una cuadratura agigantada. La
contrarestar la marea. Declarada ésta favorable talla era inferior á aquella proporción, pero natu-
como á las ocho, le permitió finalmente entrar y ralmente alta. El Cacique Junchar, medido excru-
dar fondo en las inmediaciones nuestras. El ber- pulosamente por D. Antonio Pineda, tenía de
gantín Carmen, para lograr una menor fuerza en alto seis pies y 1 0 pulgadas de Burgos. La an-
las mareas, estaba fondeado como una milla más chura de hombro á hombro era de 2 2 pulgadas
adentro. Su Capitán nos informó que en la no- y 1 0 líneas.
che de nuestra separación en el Rio de la Plata Sentados ya en cerco, y desechada por una y
había arribado á la costa de Samborombon y otra parte toda desconfianza, empezó á esplayar-
permanecido cuatro días á su abrigo. De allí, se el deseo innato en el hombre de querer cono-
abonanzado el tiempo, había hecho derrota di- cer más de cerca á su semejante.
recta al Cabo Blanco, y abierto el pliego de re- En esta escena, compuesta naturalmente más
unión que fijaba á este Cabo por primer punto bien de gestos que de palabras, las mujeres pa-
de crucero, había creído preferente no exponer tagonas no tardaron en abrogarse la principal
su débil embarcación á nuevos riesgos y entrar parte, y ó fuese curiosidad ó una mayor propen-
en el puerto. En la tarde anterior había tenido sión al discurso, muy luego se hicieron cargo de
a su bordo un Cacique y algunas otras personas, nuestras preguntas, y no faltó entre ellas quien
la mayor parte conocidas suyas de una corta tri- esforzándose en usar palabras españolas con
bu de Patagones, la cual en el día vagaba por aquella volubilidad de lengua que siempre han
aquellos contornos. La componían precisamente admirado los viajeros, añadiese á este nuevo
muchos, así hombres como mujeres, que al tiem- cebo de la conversación un cierto agrado que aun
po de nuestro desgraciado establecimiento en el entre un traje y unas costumbres extrañas, de-
jaba traslucir esta característica principal del
sexo.
()
l
C o n m o t i v o d e h a b e r s e e s t a b l e c i d o allí la Les regalamos varios adornos de vidrio, al-
C o m p a ñ í a m a r í t i m a d e P e s c a s , se ha c o n s e g u i d o una
práctica m u c h o m a y o r d e la e n t r a d a y f o n d e a d e r o s . o-unas cintas y algunas gargantillas; nos dieron
66 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

en desquite una piel y un bezoar de guanaco y cebaba aun á los más inexpertos, fué el entrete-
un guanaco vivo pequeño, al cual podía muy nimiento diario de toda la Oficialidad en sus ho-
bien aplicarse la elegante pintura que el Como- ras de recreo. Nuestra mesa no se cubrió sino
doro Biron había hecho de otro animal seme- con el fruto de nuestras excursiones y pudo la
jante. marinería hallar en el marisco, el pescado y las
Se dirigían particularmente nuestras pregun- muchas aves acuáticas de buen gusto, una va-
tas al conocimiento de su idioma y costumbres. riedad de comida tan agradable como abundante.
Convinimos con D. Antonio Pineda en cuanto al Destacados en la misma mañana los Tenien-
idioma, que trabajaríamos separados; que hecho tes de fragata Quintano y Salamanca, para re-
un pequeño acopio de palabras en una sesión, conocer las aguadas de la costa inmediata del
procuraríamos confrontarlas todas en la sesión Sur, en donde se había provisto el Comodoro
siguiente antes de aprender otras; finalmente, Biron, las hallaron tan escasas y distantes de la
que siendo sumamente equívoco el enterarse de playa, que les parecía bien incómodo el hacer una
las costumbres mientras no se tuviese la menor provisión mediana. Prefirióse con este motivo la
idea del idioma, dejaríamos en mucha parte aguada de la población antigua, la cual, aunque
este objeto para las visitas sucesivas, en las distante de las corbetas como tres leguas, debía
cuales nos acompañase el Piloto Peña: así lo hi- parecemos más cómoda porque las lanchas po-
cimos, y como ya se ha indicado, nos fueron dían ir directamente á ella con el auxilio de las
principalmente útiles dos mujeres que sabían no mareas, sin atención á los vientos, pero siempre
pocas palabras castellanas, y conocían los Pilo- eran inconvenientes de alguna entidad el que á
tos Tafor y Peña. media marea no pudiese entrar ni salir lancha al-
Desde el principio, los naturales habían so- guna del estero y que la misma escasez del agua
licitado que se apartasen los dos soldados arma- no permitiese llenar sino unas doce pipas en vein-
dos; se les complació inmediatamente, y esta ticuatro horas. El viaje, además, era peligroso
confianza nos ligó al parecer de tal modo, que por las revesas ó remolinos que en diferentes re-
habiéndole preguntado D. Cayetano Valdés si codos formaba la marea, en contraposición al
extrañarían que tirase á un ave no distante, con- impulso del viento. Así, para la seguridad de
descendieron los hombres á ello, mas oponién- ambas lanchas, las cuales navegan juntas y en
dose mujeres y niños que hacían ademán de nada sobrecargadas, se destinó un tercer bote
asustarse y aun de quererse ausentar, lo omitió con un Oficial para que las dirigiese. Con esta
prudentemente y con esto causó una satisfacción precaución, habíamos ya conseguido el día 6
general. dos viajes de cada lancha dirigidos con mucha
Eran las dos y media de la tarde, cuando inteligencia por los Tenientes de navio Valdés y
pensamos en separarnos después de recíprocas Tova, cuando en esa misma tarde nos obligó un
aseguraciones de la amistad más estrecha y con nuevo acaso á dar otro destino á las embarcacio-
la esperanza en nosotros de que viniesen al día nes menores. Con una ráfaga fuerte del Nor-
siguiente á bordo, á donde los habíamos con- noroeste y la marea vaciante había faltado á la
vidado y prometídoles crecidos regalos. Fué- A T R E V I D A el cable del Oeste, y aunque sus ma-
ronse todos á caballo. Nosotros con la marea niobras fuesen sumamente vivas y acertadas, no
ya favorable, no tardamos en regresar á bordo había podido evitar el que su ancla de esperanza,
y no omitimos el buscar entre las muchas aves en lugar del fondo, agarrase nuestro cable del
que nos pasaban á tiro aquellas que pudiesen Oeste y ella misma nos abordase por babor, sin
suministrar nuevos objetos para la Historia Na- causar, sin embargo, daño alguno considerable.
tural. No fuimos poco felices en suspender el ancla
Fondeada la A T R E V I D A , debió ocuparnos esen- agarrada á nuestro cable antes que le rozase ó
cialmente desde el día siguiente, el aprovechar rompiese, y después por medio de calabrotes, en
los instantes para hacer tan breve y útil cuanto devolverla á su buque sin lancha; finalmente,
pudiésemos nuestra demora en el puerto. cambiando la marea á las nueve, la A T R E V I D A
Desde la misma noche habíamos convenido pudo volverse á amarrar, bien que con una de-
con el Piloto Peña, en una señal que nos avisase masiada inmediación á algunas piedras.
cuando los Patagones estaban á la vista para ir Como en un paraje de mareas tan vivas no
á su encuentro, con cuya precaución economizá- fuese posible el uso de las boyas y de los orin-
bamos el tiempo que hubiéramos empleado en ques, el ancla carecía de este útil medio de re-
buscarlos infructuosamente y en el entretanto cobrarse; fué, pues, preciso emplearlas dos lan-
la caza, la pesca, la aguada, las tareas hidrográ- chas en rastrearla, maniobra difícil por los pocos
ficas y astronómicas y las investigaciones de los instantes en que está la marea parada, únicos,
naturalistas, progresaban con un paso uniforme
por otra parte, para que un buzo pudiese pasar
y bastantemente acelerado.
el orinque. Se trabajó inútilmente en la mañana
Muy luego, la caza, que por su abundancia del 8, pero en la del 9 tuvimos la felicidad de
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA

6 encontrarla, y pasado un orinque por el buzo de que nada se aventuraba en establecerse hacia el
la A T R E V I D A , se levó en la misma tarde y se res- Sur, tanto más que siempre dirigíanse hacia el
tituyó á su bordo. mismo lado todos los que deseasen ir á tierra
En el trabajo del plano del puerto, extendido ó con objetos de entretenimiento ó de caza. Fue-
por su parte exterior hasta las Islas Reyes, ha- ron infructuosos en las primeras noches los es-
bía explayado D. Felipe Bausa su acostumbrada fuerzos de D. Dionisio Galiano para las obser-
actividad é inteligencia. En la mañana del 7 , me- vaciones de la Luna. Dedujo, sí, la latitud de 4 7
dida una base en la costa del Sur, había después grados 4 5 ' 3 3 " por alturas meridianas de estre-
pasado á diferentes puntos de la misma costa en llas al Norte y al Sur. La variación en la aguja
donde pudiesen hacerse marcaciones útiles para del teodolito fué de 1 9 5 0 ' al Nordeste y reunidos
o

ligar los parajes esenciales del puerto; luego, los Oficiales de entrambas corbetas, observaron
en un bote, había atravesado al extremo Norte en la mañana del 9 , 1 9 1 series de distancias lu-
de la boca; finalmente, ó con enfilaciones ó con nares, cuyo resultado fué de 9 2 9 ' al Occidente
0

nuevas marcaciones del teodolito, había exten- de Montevideo, longitud algo más oriental de la
dido poco á poco los triángulos hacia dentro, na- que determinaban los relojes.
vegando últimamente del 1 0 al 11 con el Teniente Más felices en sus tareas los Sres. Pineda y
de fragata Quintano y el Piloto Peña, hasta don- Nee, habían aprovechado todos los instantes para
de pudiese internarse el botecillo que los llevaba. aumentar sus respectivas colecciones científicas;
Marcaban alternativamente en una y otra orilla, el primero, adicto particularmente al examen de
prefiriendo tal cual paraje alto que sobresale y las piedras, de las conchas, de los cuadrúpedos
domina á las muchas islas de que está sembrado y de las aves, encontró tan crecido número de
el canal. No omitían tampoco las sondas, guia- curiosidades, que podían muy bien suministrarle
dos de las excelentes noticias del Piloto Peña; material de estudio en la siguiente campaña algo
así, con la excursión actual podía considerarse dilatada alrededor del Cabo de Hornos. D. Luis
también concluido otro ramo, tal vez el más esen- Nee, con su acostumbrada perspicacia, constancia
cial de nuestra comisión. y asiduidad, logró á pesar del semblante árido
El examen de la marcha de los relojes mari- que tenían aquellos contornos, recoger muchas
nos emprendido desde los primeros días por me- plantas de una rareza y méritos singulares.
dio de las alturas absolutas del Sol, medidas con Pero volvamos ya á los Patagones, cuya au-
el sextante, había indicado en todos ellos una va- sencia por el espacio de cinco días debía parecer-
riación tan extraña del movimiento asignádoles nos con exceso extraña, después de la amistad
en Montevideo, que nos fuese preciso el descon- con la cual nos habíamos separado en la primera
fiar de estos resultados y echar mano de las ob- concurrencia.
servaciones astronómicas, aunque contra la pri- Al medio día del 8 , hizo señal el bergantín
mer idea nuestra arrastrasen consigo el estable- que estaban á la vista, y no tardamos en ir á su
cimiento de un puesto en tierra y los repetidos encuentro, acompañándonos el pintor D. José del
viajes de las embarcaciones menores así de no- Pozo. A nuestra llegada al bergantín, hallamos
che como de día. En la mañana del 5 plantóse la al Cacique con otros subalternos y tres ó cuatro
tienda del observatorio en la costa del Sur, en- mujeres con algunos niños de pecho. Dormían
frente de las corbetas. Se llevaron á ellas el éstos tranquilamente á poca distancia de la ca-
cuarto de círculo grande y el cronómetro 7 2 y marita; los demás, así hombres como mujeres, no
D . Dionisio Galiano debía intentar la deducción habían cesado de comer galleta y menestras, ya
de la longitud por los pasos de la Luna al Meri- crudas, ya cocidas, mezclándoles repetidas veces
diano, comparados á una estrella, ya. que no se el uso del cigarro y del vino. Nosotros mismos
proporcionaban á la sazón observaciones de los los vimos fumar y beber otra vez y no pudo que-
satélites de Júpiter, ni ocultaciones de las estre- darnos duda que el uso del aguardiente, ni les
llas por la Luna. era nuevo, ni dejaba de serles agradable. La fuga
de sus caballos había sido la causa de no volver
Para seguridad del observatorio y aun para
en los días anteriores, viéndose precisados á des-
el buen orden de la gente que diariamente fuese
tinar á los más jóvenes para buscarlos, los cuales
á tierra, se plantó en sus inmediaciones una ba-
no los habían encontrado sino al tercer día de su
rraca, en la cual estaban constantemente un cabo
comisión.
y dos soldados. Se puso el asta para las señales
de correspondencia con las corbetas, así de día No nos habíamos descuidado en llevar aque-
como de noche, y siempre desde el anochecer llas bagatelas para regalo, que pudiesen serles
hasta la siguiente mañana se mantuvo uno de agradables; algunas tijeras ycuchillitos regalados
los dos Guardias Marinas encargado de la res- generalmente á todos, un cuchillo grande y un
ponsabilidad del puesto. Como ya se hubiese de- espejo dados con preferencia al Cacique y algu-
jado conocer el genio pacífico de los Patagones nos adornos que presentamos á las mujeres,
y no desamparasen la costa del Norte, pareció arraigaron de tal modo nuestra amistad recípro-
68 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

DÍC. s ca, que fué fácil sacar sus retratos y la conver- bien dimanase de nuestro número algo crecido, DÍC. 9

sación se trabó larga é interesante. Rectificamos ó del cabello rubio y de los trajes de la mayor
las palabras aprendidas en la primera sesión, á parte de la Oficialidad, lo cual podía (según
éstas se agregaron muchas nuevas, pudieron ad- Peña) hacerles sospechar fuésemos de otra na-
quirirse ideas claras de algunas de sus costum- ción: debimos, por consiguiente, contentarnos
bres y en particular de sus enlaces de parentesco con repetir sobre la orilla una larga sesión, ani-
y del amor hacia los padres y los hijos; final- mada como era natural con varios dones, parti-
mente, como procurásemos aún con el auxilio de cularmente de comestibles y dirigida ó bien á
Peña adquirir algunas nociones de su religión, estrechar una amistad recíproca ó á progresar
esto nos fué llevando poco á poco á hablarles de cuanto fuese posible en las nociones adquiridas
su morada actual, distante como tres leguas de la sobre sus costumbres y principios sociales: adver-
playa, la cual nos manifestamos dispuestos á vi- timos en esta ocasión cuan macilentos eran sus
sitar al día siguiente si trajesen algunos caballos caballos, débiles y pequeños los perros y cuál
para nuestro uso. En esto se aproximaba ya la era el afán con el cual comían, todas pruebas
hora en que debían retirarse. Peña les habia dado nada dudosas de una subsistencia más bien mez-
un buen repuesto de galletas y menestras secas; quina é incierta en todos esos contornos.
debían llevarlas al resto de la tribu y cada cual, Aproximándose ya el Sol al horizonte, fué
fuesen hombres ó mujeres, parecía igualmente finalmente preciso el separarnos: dio el Cacique
afanado, ó con el cuidado de acrecentar sus re- la orden para que la tribu montase á caballo, y
puestos, nombrando ya unos, ya otros de los obedecido con puntualidad, no tardó en empren-
ausentes, ó con la dificultad de transportarlos no der la marcha, bien que dejando atrás algunos
pudiendo hacer sino unos sacos pequeños con los que ó no habían sido tan expeditos en apretar
extremos de las pieles que formaban sus trajes. sus toscos arneses ó esperaban con este pretexto
Hízose en esta ocasión digna de reparo una joven algún otro regalo capaz de hacerles más felices
patagona de edad de catorce años próximamente, que á los demás: en este número se hallaba ca-
cuyo regular parecer, mucho agrado y singular sualmente la joven patagona, cuya modestia ha-
sagacidad, había hecho que se le prefiriese á las bíamos reparado en la tarde anterior. No se
demás para ser retratada. La piel que la cubría, había desviado de su padre, y su mayor atención
por cuanto se adaptase al intento, no era capaz ó más bien cuidado, era en aquel momento el de
de dar cabida á los muchos dones que había re- montar á nuestra vista sin ofender en modo al-
cibido y que destinaba con mucho amor para sus guno á su pudor: usan allí las mujeres el montar
padres: no quería abandonarlos; consultaba á sí á caballo en el modo siguiente: forman con la
misma, consultaba á los suyos, todos le aconse- brida una especie de estribo, en el cual hacen
jaban que usase del poncho que llevaba en forma firme el pié derecho; asidas luego con la rodilla
de camisa debajo de la piel del guanaco; pero izquierda sobre la coyuntura alta de la mano del
era preciso desnudarse á presencia nuestra; y caballo, tienen finalmente lugar para sentarse
luchaban á porfía sobre el partido que debiese trepando sobre la albarda y después pasar la
adoptar, la honestidad por la una parte y por la pierna derecha al otro lado; parecíanle, pues,
otra el consejo de los demás; venció, finalmente, arriesgados para su extremo pudor estos movi-
no tanto éste cuanto el amor filial; se decidió á mientos. Ya pedía á su padre que la ayudase, ya
quitar el poncho para envolver los comestibles; que se ocupase más bien en ocultarla de nuestra
mas lo verificó con tal arte y tal modestia, que dio vista, y mientras tanto quedaba casi sola: deter-
un nuevo resalte no menos á sí misma que al sexo minóse por último á montar, pero fué esto con
en general, en quien es característica aquella ca- tal cuidado é incomodidad, que mal asegurada
lidad y sobresale hasta en los pueblos más incul- sobre el caballo, apenas se ausentó de nosotros
tos. Despidiéronse, finalmente, y nosotros regre- unos doscientos pasos cuando volvió á apearse
samos á bordo. para montar con aquella libertad que le era ne-
9 Puntuales al día siguiente, concurrieron en cesaria. Un grado tan sobresaliente de honesti-
dad entre un pueblo casi desnudo y bárbaro, no
mayor número á la orilla acostumbrada, y no
puede menos de producir en el filósofo moral
tardó la mayor parte de la Oficialidad en ir á su
y amante de nuestra especie, algunas reflexiones
encuentro: conducían un solo caballo para la vi-
que la vistan tal vez á sus ojos con unos colores
sita proyectada en sus hogares; pero como en
menos viciosos y propensos naturalmente á la
este caso hubiese sido mucha imprudencia el
vida brutal.
aventurar uno'solo de nosotros á tanta distancia
de cualesquiera recursos que hiciesen temibles si- Concluidas en el entretanto todas las opera-
quiera las consecuencias de un insulto, les mani- ciones que nos hacíáh ó útil ó necesario el puerto,
festamos, que desistíamos del viaje propuesto, y tocándose á cada paso con mano los muchos
y les convidamos por la misma razón á que vi- riesgos que en él sufrían amarras, embarcacio-
niesen á bordo: fué imposible el persuadirlos ó nes menores y los mismos buques, pareció final-
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA

9 mente lo más acertado el abandonarle. Diéronse


instrucciones al bergantín Carmen, atento á su CAPÍTULO IV
corto andar y á la práctica de su Capitán sobre
aquellas costas, para que navegase sólo y recono- Navegación de las corbetas á las Islas Maluinas y de
ciese los rios de Santa Cruz y Gallegos, al Sur allí alrededor del Cabo de Hornos hasta el puerto de
del Puerto San Julián. Debían las corbetas na- San Carlos de Chiloc.—Reconocimientos de las
vegar en derechura al extremo occidental de las Tierras del Fuego y otros accidentes ocurridos en
Maluinas, y allí, con una travesía directa al Cabo aquel tiempo.
de las Vírgenes, ligar en uno y otro extremo con
las tareas del año anterior, de los paquebotes Nuestros conceptos no iban errados cuando
Eulalia y Casilda, de la Marina Real; y como los al amanecer habíamos procurado dar la vela con
Patagones no se dejasen ver más en los contor- la posible precipitación. Apenas propasada la
nos del puerto, se aceleraron de tal modo los boca del puerto, declaróse al mismo tiempo la
aprestos, que en la noche del u pudimos consi- marea contraria y calmó totalmente el terral. En
derarnos prontos para dar la vela, reincorporados diferentes ocasiones la A T R E V I D A se vio casi pre-
ya en aquella hora los Sres. Pineda, Bausa y cisada á dar fondo. Ambas corbetas eran arras-
Quintano, los cuales, como ya se dijo, habían tradas rápidamente hacia la costa del Norte; pero
internado en la ría con un bote chico, y dado á las ocho empezó á entablar viento galeno del
cada cual nuevo ensanche á las tareas útiles de Sur y las muras á estribor con fuerza de vela
su profesión. nos franquearon á poco tiempo de aquellas in-
El viento al Norte que había soplado con mediaciones, de suerte que pudiésemos conside-
mucha violencia en toda la tarde, nos había per- rar como libre la navegación siguiente, cuales-
suadido á meter dentro los botes; y pues que en quiera fuesen los vientos que debiésemos expe-
el día siguiente la continuación del mismo viento rimentar.
no nos daba lugar á desamarrarnos, la emplea- Un nuevo bordo hacia la costa antes del me-
mos en sistemar la marcha de los relojes, y tra- dio día, nos dio lugar á multiplicar en la restante
zar la carta de la costa que habíamos reconoci- tarde las tareas hidrográficas, las cuales debían
do entre el rio Negro y Puerto Deseado. ligar varios puntos externos con el extremo in-
Poco después de salir el Sol al día siguiente, terior de nuestros triángulos; repitiéronse tam-
pareció entablar viento bonancible del Sur, la bién las observaciones astronómicas; diferen-
marea debía cambiar á la vaciante hacia las diez tes azimutes manifestaron la variación de 2 0 4 ' o

y como por la proximidad de la A T R E V I D A á la Noroeste. Al ponerse el sol ya decoraba la Isla


piedra no era posible quedase sobre su ancla del Reyes al Sur 4 0 Oeste, distancia de seis le-
o

Oeste, aprovechamos entrambas la marea en- guas; la mar era llana y los vientos empezaban
trante para levar aquella ancla. A las diez ya es- á entablar por el Norte y Noroeste, favorables
tábamos á pique de la otra y enteramente prontas sobremanera para nuestra derrota.
á dar la vela: el bergantín que según las señales Emprendimos, pues, el atravesar directamen-
hechas de antemano lo había verificado ya, vio te al extremo occidental de las Islas Maluinas;
imposible poder montar unas isletas que media- crecieron las sondas hasta las 6 0 y 6 5 brazas
ban entre él y nosotros, y volvió á dar fondo. fango duro; creció también rápidamente la va-
No fué otra tampoco la suerte deTa DESCUBIERTA riación de la aguja hasta los 2 3 . Las ballenas, o

por haberse declarado en el mismo instante de los lobos, las muchas aves acuáticas, solazándo-
dar la vela ventolinas flojas del Este. Así pasa- se frecuentemente alrededor de los buques, ha-
mos entrambas el restante día, en el cual el viento cían más divertida la navegación, al paso que ati-
se mantuvo flojo; por la misma parte, la marea zaban nuestros deseos de ver cuanto antes abier-
con velocidad de tres y media á cuatro millas, y el to por medio de las pescas este nuevo ramo, tal
tiempo no sólo neblinoso, sino también por la vez inagotable ele la industria nacional.
tarde algo aturbonado con truenos distantes. Si- Los rumbos del Sursudeste y Sudeste que se-
guiéronse porla noche algunos chubasquillos, los guíamos constantemente, no podían menos de
cuales, finalmente, produciendo á las cuatro de conducirnos en breve tiempo al término prefi-
la mañana siguiente algunos soplos del terral del jado. Fueron casi momentáneas las contrarieda-
Oeste, dieron lugar á que en pocos instantes, pa- des que experimentamos de los vientos del Sur,
rada la marea, ambas corbetas estuviesen á la los cuales, aunque al principio oscuros y tempes-
vela y franqueasen, aunque con algún riesgo, tuosos, no tardaban en rolar más claros y apaci-
la boca del puerto. El bergantín, fondeado más bles al Sudoeste y Oeste. Así no nos fué difícil
adentro, no pudo seguirnos'y le perdimos inme- para la tarde del 17 el avistar á larga distancia
diatamente de vista. los Salvajes, Islas Altas, las más occidentales de
las Maluinas, y poco después, favorecidos extra-
ordinariamente del viento, el emprender en ese
70 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

mismo extremo las tareas hidrográficas acostum- viento favorable del Oeste, en internar en el
bradas. Importaba mucho en aquellos contornos puerto: navegábamos con gavias, foques 3' vela
su máxima exactitud, en cuanto debían compa- de estai de gavia; costeábamos las orillas del
rarse al mismo tiempo con las del Capitán inglés Oeste á un tiro de fusil, por fondo de 1 2 , 1 1 y 1 0
Mac-Bride y servir de norte en las navegaciones brazas arena, y acechábamos cualquier riachuelo
venideras de los buques nacionales al mar del Sur, para dar fondo enfrente de él. Le vimos muy
para que ni se retardasen los viajes con unos bor- luego y era fácil apercibir en sus inmediaciones
dos retrógrados, á veces infundados, ni con las muchos fragmentos de la colonia antigua ingle-
oscuridades harto frecuentes en esos mares, peli- sa; así no diferimos un instante en dar fondo y
grase algún buque en las inmediaciones de la Isla á poco tiempo quedaron amarradas las dos cor-
Rasa, difícil á ser vista á una mediana distancia. betas á corta distancia la una de la otra y en una
Con este intento fué nuestro objeto en la res- excelente disposición páralos objetos que se ha-
tante tarde el de reconocer de cerca aquella isla bían prefijado. Algo más adentro estaba fon-
y costear después entrambos Salvajes. En cada deada una sumaca del Rey, procedente pocos días
meridiano se observaban longitudes con los relo- antes del establecimiento de la Soledad, en el
jes marinos, sondábamos frecuentemente, aun- extremo oriental de las Maluinas.
que sin encontrar fondo con n o brazas de son- En el entretanto, se habían destacado algu-
daleza; observábamos desde los topes con cuanta nos Oficiales para reconocer con un bote los pa-
vigilancia fuese dable, los diferentes canales que rajes inmediatos y dirigir con el mayor acierto la
allí forman un laberinto sumamente complicado aguada. Nada había en aquellos contornos que
de islas, pero ya veíamos imposible el alcanzar no debiese recordar al navegante los dones pró-
hasta la mañana siguiente el puerto Egmont, digos de la naturaleza, siempre uniforme en sus
en donde .era nuestro ánimo el dar fondo y com- hechos, siempre superior á cuanto pudiesen sumi-
binar con un nuevo examen de la marcha de los nistrar el arte y el trabajo lento, mezquino y
relojes marinos, el reemplazo completo de la contradictorio del hombre. En el fondo de una
aguada y un mediano reconocimiento físico de ensenadita ó más bien dársena, descendía al mar
aquellos contornos. un arroyuelo cuyas aguas cristalinas apenas á no
Fué, por consiguiente, preciso el procurar mucha distancia de allí asomaban unidas, desplo-
mantenernos hasta la mañanita siguiente en la mándose de los altos inmediatos; cuando se agol-
misma posición. Se seguían los bordos más opor- paban á aprovechar de sus derrámenes y á de-
tunos, ya con las solas gavias, ya agregándoles berles una subsistencia lozana y saludable, varios
mayores y estáis; y sin embargo, como tuviése- gramenes, la codearía y el apio silvestre: éstas
mos una comente bastantemente fuerte al Nor- dos plantas, destinadas especialmente á la con-
te, nuestra distancia de los Salvajes al amane- servación del navegante, reúnen en sí la otra ven-
cer no era menor de unas cinco leguas. Inme- taja no menos apreciable de su constante inme-
diatamente, entablado viento fresco del Oeste diación al agua. Tanto es hallar la una cuanto en-
volvió á atracarse al mismo extremo de la tarde contrar el otro. Queda casi suspenso á la primera
anterior; costeamos varias islitas, á muy corta vista, el que pisando apenas la tierra se ha apro-
distancia, dejando las unas á estribor y á babor ximado por el solo instinto á una ú otra de estas
las otras y no tardó mucho cuando ya empezaron cañaditas; unas veces extasiado contempla la
á descubrirse las inmediaciones del puerto y pu- inagotable abundancia de lo que poco antes le era
dimos dirigirnos hacia él. imposible el conseguir; el suave murmullo con el
Estas inmediaciones, formadas por la mayor cual desciende, le recuerda un momento el rápido
parte de islas, son por lo común altas y acanti- correr de la vida humana y de sus trances ó los
ladas; si hay una ú otra punta baja, despide al- más felices ó los más desgraciados; pero atónito
gunas restingas, las cuales, viniendo del Oeste, y casi olvidado de sí mismo, teme perderla de
se dejan á la izquierda; el mismo inconveniente y nuevo. El apetito por una parte, el agradeci-
el de un bajo al Sur de otra isla, indica, como miento por la otra, le arrastran hacia ella: no
preciso, el atracarse mucho á la derecha y muy bien ha satisfecho sus ansias, no bien ha besado
luego se hace notable el blanquizar de arena, mil y mil veces en este símbolo de la vejetación
del cual hizo memoria el Comodoro Biron, como la próvida mano de la naturaleza, cuando mira en
un paraje oportuno para dar fondo, cuando el torno y ve moverse por un vientecillo suave ó
viento ó la noche impidan internar en el puerto por el mismo salpicar de las aguas, el apio y la
Egmont, pues sobre un braceaje de 1 2 á 2 0 bra- codearía: las coge, las masca, las bendice: el
zas arena, puede un buque estar bien cerca de cansancio y la quietud le excitan un breve sueño;
tierra, abrigado de todos los vientos que sean disipa en un momento aquella languidez que le
contrarios á la entrada, y con un riachuelo á la oprimía poco antes.
vista que le suministre en el entretanto el agua
que necesite. No tardamos, continuando á un E intanto obblia
La nosa, é il mal de la passata via.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 71

Las aves acuáticas varían luego esta escena, vatorio la longitud siguiente occidental de Mon-
pero sin aminorar su semblante agradable: las tevideo.
hay de hermosa pluma; las hay de mil tamaños:
C r o n ó m e t r o 61 3° 5 ' 3 ^ "
2

sus voces allí no son los símbolos ó de una cons-


C r o n ó m e t r o 72 3° S ' S "
1 2

tante emigración según las estaciones, ó de la 155 series d e distancias d é l a L u n a al Sol. 3" 4 9 ' 1 5 "
pérdida sufrida poco antes de la compañera fiel El p r o m e d i o d é l o s relojes d e la ATREVIDA,
y de los tiernos hijuelos. Denotan tan solo aquel b i e n c o n f o r m e s e n t r e sí 3° 52' 3 0 "
afán natural con el cual se hacen casi indivisi- L a t i t u d , 5 1 2 1 ' 3 " por astros al Sur y
o

bles entre sí, con el cual se llaman cuando mudan al N o r t e . V a r i a c i ó n m a g n é t i c a , 2 2 34'


o

de morada ó de aposento y se convidan cuando ó al N . E .


el mar les presenta una subsistencia diaria y abun- Las observaciones de la latitud, habían á la
dante ó las costas no trilladas del hombre les verdad encontrado un obstáculo cual no era fácil
brindan con la facilidad de solazarse y de volatear imaginarle. La hermosura del día, la conclusión
á su albedrío. Ni es menos entretenida la vista de las faenas de á bordo, y la misma útil nece-
del mar, en donde los peces, los anfibios y aveces sidad de alejar á veces la marinería de aquel
las mismas ballenas, ignorantes de su propio po- yugo constante y opresivo de la disciplina, el
der y del genio destructivo del hombre, se presen- cual en una nación sumamente viva, si bien no
tan casi con emulación para saludarle y no ima- cause frecuentemente la desesperación, debe cau-
ginan jamás que esto baste para ser destruidas. sar á lo menos la melancolía, nos habían dictado
Con un semblante tan favorable cual acaba- como prudente, el permitir á entrambas mari-
mos de describir, y sin la interrupción de aque- nerías que pasasen en tierra la mayor parte del
llas distracciones que en los países habitados son día. Repartiéndoles jabón para que lavasen su
inseparables del navegante, ó ya para precaverse ropa, tolerando en otras y particularmente en
de las tretas, ó para ultrajar los derechos, ó la tropa, el que llevasen el fusil para cazar, de-
finalmente, para ser víctima de los halagos en- bían errar á su albedrío por aquellos contornos
gañosos de sus semejantes, no parezca extraño y no reunirse en la orilla sino á la entrada de la
que muy pocos días bastasen para cuanto nos noche: dispersados así en muy poco tiempo, no
habíamos propuesto en aquella escala. En la tardaron en dar muestras de su genio natural,
misma tarde tuvo cada corbeta una lancha con inclinado al desorden y á la destrucción. Pren-
agua; siguióse llenando el vacío durante la no- dieron fuego á un montón de turba en donde esta
che, y al día siguiente, no bien el Sol había disi- planta se hallaba más espesa, y en un momento,
pado la calima, cuando estuvieron cada cual ocu- no sólo vimos arder por diferentes partes el
pados con ansia en las tareas de su destino. Los monte inmediato, sino que el humo que salía del
naturalistas, los hidrógrafos, los astrónomos, los incendio, ocultábalos objetos aun más cercanos.
cazadores y los que se habían destacado para la Fué, pues, preciso enviar utensilios de la D E S -
pesca, subieron los primeros al monte de la Vi- C U B I E R T A para atajarle. Oficiales, Contramaes-

gía, en donde D. Felipe Bausa hizo marcaciones tres y cuanta marinería estuviese á mano, traba-
bien importantes con el teodolito, y D. Antonio jaban con igual vigor, pero inútilmente. Era im-
Pineda reconoció el suelo, las plantas que le posible el asolar de un todo aquellos contornos,
vestían y los animales que le habitaban; D. Dio- y era por otra parte imposible el extinguir el
nisio Galiano y D. Juan Vernaci, establecieron fuego como quedase una mata siquiera. Así, des-
el observatorio y empezaron con las alturas co- pués de repetidos esfuerzos y de las esperanzas
rrespondientes del Sol, el examen de la marcha por tres veces frustradas de haberlo conseguido,
de los relojes marinos. Midiéronse por los demás debimos, finalmente, retirar la gente á las nueve
Oficiales muchas series de distancias lunares; de la tarde y dejar que á más del destrozo siem-
pre nocivo, nos inundase una columna de humo,
sondaban los Pilotos; oíanse frecuentes y siem-
la cual á veces imposibilitaba el vernos de una
pre con buen éxito, los tiros de los cazadores; la
á otra corbeta. Debiéronse con este motivo apro-
aproximación de la noche debía por la misma
vechar todas las claras que los vientos quisiesen
razón presentar á bordo un espectáculo más bien
proporcionarnos. Apenas se pudieron observar
agradable, cuando llegaban por todas partes y se
en la noche inmediata dos alturas meridianas de
veían uno sobre otro los barriles del agua, los
astros al Sur del zenit, En la mañana siguiente,
atados del apio silvestre, los peces, las aves y los
en la cual debíamos deducir de las alturas de los
anfibios, presentando cada uno, ó en su pluma y
topes la distancia verdadera de una á otra cor-
en sus caracteres, si estuviesen muertos, ó en sus
beta para que nos sirviese de base, fué preciso
graznidos y movimientos si viviesen aún, aquella
acechar por largo rato una clara favorable antes
variedad continua que hace el mayor adorno de
de poderlo conseguir.
la Naturaleza.
Referidos al medio día del 2 0 los resultados En esta última operación tuvimos también la
de las tareas astronómicas, dieron para el obser- casualidad bien extraña de no poder jamás com-
72 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

i)¡c. -i binar una medida uniforme en las dos corbetas, pasado el canal entre los Hermanos y las Pie- D¡
si bien la mar estuviese en una completa calma dras blancas, islotes fronteros y distantes unas
y la elevación de los topes fuese positivamente dos leguas de la boca del puerto, considerar ya
igual. Parece difícil el adoptar para esta clase libre la navegación siguiente hacia la costa pa-
de operaciones una mayor prolijidad de la que tagónica. Al medio día era la latitud de 5 1 2',
o

solía usarse en las corbetas. Excelentes instru- la longitud de 4 5 ' de Montevideo y demoraba al
0

mentos, medidas exactas, cálculos rigurosos, mu- Sur verdadero, el extremo occidental de los Her-
chos observadores bastantemente expertos, no manos.
podían, sin embargo, evitar el que incurriésemos Calmosa, sí, pero despejada la tarde inme-
frecuentemente en errores de mucha monta, los diata, nos dio lugar á repetir á la vista del puer-
cuales últimamente nos han convencido que en to las observaciones de longitud por las distan-
la necesaria multiplicación de las tareas hidro- cias lunares: 1 0 2 series observadas en la DESCU-
gráficas, sin descuidar este método realmente B I E R T A sólo discreparon en tres minutos de la

exacto, deben, sin embargo, emplearse constan- longitud asignada á aquel meridiano por los re-
temente las bases por corredera. lojes marinos. Era ésta una nueva evidencia del
Frustradas de este modo, ó ya por el humo grado de exactitud que solía comunmente alcan-
de la quema indicada, ó á veces por las nubes zar esta especie de observaciones tan útil en el
que ofuscaban el cielo particularmente cuando mar y tan fácil á repetirse.
reinasen vientos del Norte, varias observaciones Hasta la media noche quedamos en la misma
astronómicas que debían acaecer en el corto inter- posición; pero entablado á aquella hora casi re-
valo de nuestra demora en el puerto, fué preciso pentinamente viento fresco del Norte, pudimos in-
acelerar la salida. Se había ya sustituido á la mediatamente aprovecharle con fuerza de vela y
primera base otra medida con cadena en el corto propasar antes de las seis á distancia de cuatro
terreno que permitían las orillas; se habían re- leguas las Islas Salvajes y la Rasa. Con las
petido las marcaciones en diferentes parajes al- cuatro principales y los foques, llevábamos un
tos, los más oportunos para ligar interior y andar de nueve á diez millas. El viento era muy
exteriormente los triángulos, y completada la fresco y arrafagado: la mar ya gruesa y los carices
aguada, hecho un cuantioso acopio de apio silves- bastantemente aturbonados. Emprendido de este
tre, y dispuestos últimamente velamen y aparejo modo el atravesar de nuevo á la costa patagónica
para la próxima navegación alrededor del Cabo y el ligar sobre el Cabo de las Vírgenes nuestras
de Hornos pensábamos dar la vela en la mañana tareas con las de los paquebotes Eulalia y Casil-
del 2 3 , para lo cual se había ya levado un ancla y da, la navegación debía ser naturalmente sencilla
metidas las embarcaciones menores. y expedita. Los vientos fueron sumamente va-
-¿3 Debió, pues, parecemos bien inoportuno el riables, pero comunmente frescos y achubasca-
viento al Norte, el cual, tomando en aquella mis- dos. Los ceñíamos ya de la una ya de la otra mu-
ma mañana mucho incremento, nos hizo desistir ra, rara vez decidiéndose por el Oeste nos aparta-
de la idea de dar la vela. Calmó sin embargo pol- ban de una derrota directa. Era común á pesar de
la tarde, roló poco después al Noroeste y decla- las cerrazones el conseguir las observaciones de la
rado finalmente al Sursudoeste, después de una latitud. Para la variación magnética, después de
leve garúa, nos dio lugar para que á las cuatro muchas desigualdades que la hacían vacilar entre
de la siguiente mañana entrambas corbetas estu- los 2 2 y 2 5 ° , habíamos adoptado en la tarde del
viesen á la vela y franqueasen poco después la 2 6 la de 2 2 3 0 ' dimanada de muchos azimutes
o

boca del puerto. de bastante satisfacción, y en la tarde del 2 8 de-


o.
t Empero, apenas distaríamos de él unas dos clarados nuevamente vientos favorables después
millas, cuando las ventolinas calmaron entera- de algunas turbonadas recias del Sudoeste es-
mente, se ocultaron con calima la mayor parte perábamos de uno á otro instante la vista opor-
de las islas inmediatas y un marullo grueso del tuna del Cabo de las Vírgenes.
Norte y Noroeste empezó á aconcharnos sobre la Le avistamos efectivamente á las cinco y
costa occidental del puerto. Sondamos 1 9 brazas media de la tarde. Demoraba al Oeste '/,, Sud-
arena y á pesar que trabajásemos constantemente oeste verdadero y su longitud, atracádole después
para hacer algo menos arriesgada nuestra posi- á la sola distancia de tres leguas escasas, resul-
ción, veíamos á cada paso aminorar la distancia taba por nuestras observaciones, bien conformes
de los arrecifes del Este. Permanecimos cerca de entre sí los relojes marinos de entrambas corbe-
una hora en esta posición poco agradable, en la tas, de 1 2 1 2 ' al Occidente de Montevideo.
o

cual además la suma variedad de las ventolinas Conseguido este objeto, y siendo nuestro
nos exponían frecuentemente al riesgo de un ánimo el atracar á la costa del Fuego desde el
abordaje con la A T R E V I D A ; pero alas ocho, enta- Cabo de Espíritu Santo, hízose señal á la A T R E -
blado finalmente viento fresquito del Sudoeste V I D A para que pasase á nuestra voz, y se encargó
pudimos con fuerza de vela continuar la derrota y á D. José Bustamante, que pues tenía á su bordo
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
73

los diarios de Sarmiento, navegase aquella no- inmediata al Cabo de Penas. Las sondas se con-
che de tal modo que pudiésemos pasar entre la servaban de 3 9 y 3 5 brazas fango. Viramos al
costa y el bajo que indicaba aquel navegante, Norte, y poco después rolando el viento al Este,
adquiriendo al paso aquellas señales sobre su le ceñimos al primer cuadrante, aumentándolas
existencia que las circunstancias dictasen por á 4 4 , 4 2 y 4 0 brazas, chinitos y caracolillo. Ya
prudente. Se le prescribía después, que la distan- no se descubría la costa y aun á ratos se nos
cia por navegar hasta la mañanita siguiente, no hacía difícil la conserva con la A T R E V I D A . Calmó
fuese mayor de diez leguas, lo cual logrado, luego en un todo el Nordeste hacia las diez, y á
estaríamos seguramente á la vista del Cabo de la media noche ya se había declarado al Sur y
Espíritu Santo. El viento á la sazón era del Sursudeste bonancible. Amaneció con tiempo
Norte, los horizontes cerrados con garúa y los hermoso; distábamos de la costa unas cinco le-
rumbos adoptados por la A T R E V I D A , variaban, guas y todo nos convidaba á dirigirnos inme-
según las sondas, del Sursudeste al Sudeste de diatamente á su reconocimiento y situación, tan-
la aguja. to más que alcanzábamos en las tareas de este
Fueron éstos tan acertados, que á la hora in- día la vista del Cabo de Penas, en el cual ha-
dicada, nuestra posición era en efecto cual nos bían concluido las bases del día anterior.
la habíamos propuesto. De la A T R E V I D A nos di- En efecto, la costa desde este paraje empie-
jeron á la voz que en la noche le había dismi- za á ser alta y nevada, pero no con tal horror
nuido el fondo hasta las 1 4 brazas y aumentado que no descubra en las inmediaciones del mar
después á las 4 5 . La tierra se conservaba aún diferentes valles y llanuras, en donde la vegeta-
fosca y el tiempo muy calimoso y vario. ción parece esplayar todo su verdor y hermosu-
Pero declarado poco después viento bonanci- ra. La nieve ó hielo sólo deja verse en las cimas
ble del Nordeste y despejada algún tanto la tierra, agudas de los montes hacia la parte del Sur, y
pudimos dirigirnos á reconocer su verdadera po- sembrada, digámoslo así, en pequeños monto-
sición, precavido, sí, en los rumbos, pues que el nes en los cuales brilla el Sol, representa un
viento parecía quererse mantener fresco y la di- contraste más bien agradable de las dos estacio-
rección de la costa se inclinaba mucho más al nes más opuestas entre sí. Esto nos dio lugar á
Este de lo que la indicasen las cartas del Capitán congeturar que el verano estaba más bien ade-
Cook y del viaje al Magallanes. Desde luego, lantado sobre las costas, concurriendo unánimes
guiados del derrotero de los Nodales, aunque bien i á apoyar aquella idea, los tiempos apacibles eme
confuso, pudimos reconocer la costa inmediata habíamos disfrutado á lo largo de la costa pata-
al Cabo. Dejamos con Anson el nombre de Cabo gónica y la serenidad y temple agradable que
de la Reina Catalina á la punta más Sur de la experimentábamos en aquel día. A medida que
tierra medianamente alta que es contigua al pri- íbamos entrando en meridiano, de diferentes
mero, y ya nuestro principal deseo se dirigía á puntos notables se observaban longitudes con el
fijar los términos del Canal de San Sebastián, número 6 1 . El todo se ligaba con pequeñas bases
con cuyo objeto costeábamos la tierra baja á dis- y aun para no alterarlas se habían puesto las
tancia de dos á tres leguas. Pero como el tiempo sondas al cargo de la A T R E V I D A , la cual nos se-
volviese á ser bastantemente calimoso, y el vien- ñaló á las ocho 3^ á las diez 4 0 y 3 7 brazas de
to ya fresco del Esnordeste hiciese más bien fondo, distando entonces como dos leguas de la
imprudente el descaecer demasiado sobre las cos- costa.
tas, quedó finalmente alguna duda sobre el extre- Las tareas astronómicas del Capitán Cook
mo Sur de dicho canal, nó a l a verdad porque ca- empezaban en el Cabo Santa Inés, desde cuyo
reciésemos de muchos datos bien probables para punto hasta el Cabo San Juan de la Isla de los
determinarle, sino porque no era posible combinar Estados y hasta la Isla de la Recalada al Oeste
su latitud con la que habían indicado los Noda- del Cabo Negro, nos aseguraba aquel navegante
les. Convenía en general su configuración, parti- que todas las longitudes estaban ligadas entre sí
cularmente la señal de empezar las tierras altas por medio de los relojes marinos y sujetas á la
y nevadas, desde el extremo Sur del Canal de San que había determinado al Cabo de Hornos, por
Sebastián y desde el Cabo de Penas. Era nues- muchas series de distancias lunares en 6 1 3 0 ' de o

tra latitud de 5 3 2 3 ' y la longitud de n ° 1 4 ' Cádiz. Cualquiera fuese, por consiguiente, el
o

3 0 " , deducida ésta de un promedio de las obser- error de esta determinación que el mismo Capitán
vaciones de la mañana con la tarde, y traídas sospechaba pudiese llegar á un cuarto de grado,
con la estima, en la cual no se hacía visible debía manifestarse en el Cabo Santa Inés, del
efecto alguno de corrientes. mismo modo que en cualquiera otra parte de las
El viento, inclinado ya al Estenordeste, fué determinadas.
arreciando con la tarde y oscureciendo la tierra, Con esta atención, luego que estuvimos en
de la cual no distaríamos á las cuatro sino dos á posición oportuna, hicimos señal á la A T R E V I D A
dos y media leguas, y era en nuestro entenderla de observar longitudes y las observamos nosotros
10
74 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

i)¡c. o con el número 6 1 , de cuyo movimiento casi uni-


3 mantuviésemos paireando al abrigo de la costa, m-.. so

forme y aun sujeto á una corrección en sus pe- El atravesar desde el Cabo San Diego á la Isla
queñas alteraciones, no nos dejaban la menor de los Estados, debió, pues, ocupar la poca clari-
duda las comparaciones diarias con los otros re- dad del cha que aún nos quedaba; de suerte que
lojes; sus resultados fueron para el Cabo de eran bien las nueve cuando estuvimos Norte-Sur
Santa Inés de 6 0 4 0 ' .
o
con el Cabo San Antonio, distancia de dos le-
Pero no fueron tan uniformes con las suyas guas. El viento al mismo tiempo habia girado al
nuestras ilaciones de las siguientes longitudes, Noroeste fresco y arrafagado y por un acaso di-
que referidas al Cabo San Diego en la entrada fícil á precaverse, apenas habíamos atracado la
del Estrecho de Maire y al Cabo San Juan en el isla, cuando nos sobrecogió una corriente tan
extremo Oriental de la Isla de los Estados, de- fuerte al Sur que nos aconchaba sobre la costa,
notaron unánimes que las longitudes del Capitán de la cual no distaríamos á las diez sino dos mi-
inglés determinadas en su segundo viaje, estaban llas escasas.
afectadas de un error de 2 1 ' próximamente en Fué, pues, preciso orzar al Nordeste y resistir
longitud que las inclinaba demasiado al Oeste. una fuerza desproporcionada de vela, la cual, sin
Al medio día estábamos en latitud de 5 4 1 0 '
o
embargo, llevándonos á las once á propasar las
y en longitud occidental de Montevideo 1 0 1 9 ' ,
o
islas del Año Nuevo á muy corta distancia, nos
variación magnética por diferentes azimutes 2 5 permitía finalmente á las doce navegar al Este
grado:; 1 9 ' Nordeste. Marcábamos el Cabo Santa corregido, con un aparejo regular. No podían ser
Inés al Oesnoroeste distancia de cuatro leguas y más exactas la configuración y la dirección de
el Cabo San Vicente á la entrada del Estrecho aquellos contornos de lo que los habia descrito el
de Maire nos demoraba al Sueste cuarta al Este Capitán Cook. Las islas que forman el fondea-
distancia de 2 0 leguas. dero del Año Nuevo, se dejan ver á regular dis-
Navegamos con fuerza de vela hasta las tres tancia y como sobresalen mucho al Norte, siendo
de la tarde, que arreciando mucho el viento del al mismo tiempo bajas mientras toda la tierra de
Oesnoroeste y cerrándose con carices cargados la Isla de los Estados es alta y escarpada, puede
los cielos y horizontes, aferramos las velas me- mirarse aquel fondeadero como el menos equí-
nores y con gavias y trinquete seguimos costean- voco para venir en busca suya.
do de modo que no se ocultasen ni la configura- A las tres de la mañana ya nos era fácil tomar :¡>
ción de la costa, ni las longitudes de sus puntas algunas vistas de la costa. Midiéronse después
salientes, ni finalmente aquellas vistas que sir- horarios en diferentes horas y marcaciones y
viesen de guía para las recaladas venideras. dieron unánimes al Cabo San Juan la longitud
Entre las últimas merecen el primer lugar los de 7 25^ al Occidente de Montevideo, atendien-
0

Tres Hermanos y el Pan de Azúcar; la posición do sólo al número 6 1 , pues que los 1 3 y 7 2 se
que les da Frezier, nos ha parecido equivocada, apartaban de aquél considerablemente, el uno al
aunque merezca los elogios del Lord Ansón. Es Oeste y el otro al Este, dando, no obstante, un
sumamente exacta la que indica en su carta el promedio enteramente igual á los resultados del
Capitán Cook. primero.
Hasta las seis de la tarde no pudimos alcan- Desde la mañanita, el viento, á veces claro
zar el Cabo San Vicente, del cual distaríamos á á veces achubascado, había rolado al Oeste y
dicha hora una legua y media; las corrientes no Sursudoeste. Le ceñimos á ratos, otras veces na-
habían influido en modo alguno en nuestra derro- vegamos algo arribados para contrarestar una
ta, pues unánimes lo denotaban así las diferentes corriente viva la cual nos arrastraba al Sur y hacia
bases corridas, las muchas longitudes observadas el Cabo San Juan; pero á las once, con una tur-
y la misma exacta uniformidad de nuestras lati- bonada del Sudoeste ya se declaró viento fresco
tudes estimadas con las correspondientes de la por aquella parte, y engruesando luego el mar,
costa, según la carta del Capitán inglés. nos obligó á precavernos con dos rizos en las
No siendo nuestro ánimo el fondear en la gavias y con éstas y el trinquete á seguir el bordo
bahía del Buen Suceso, ya debía parecemos pre- del Sursueste
ferente el costear la Isla de los Estados por la Siguió en toda la tarde bien fresco y arrafa-
banda del Norte. Combinábanse así un reconoci- gado; al anochecer eran las mares excesivamente
miento más prolijo de las inmediaciones del puer- gruesas, y nuestro aparejo se había reducido al
to del Año Nuevo, una determinación más segu- solo trinquete y á la gavia en tres rizos, arriada
ra de la longitud del Cabo San Juan, para que en ó izada según lo exigiese la mejor conserva con
lo venidero dirigiese con más acierto las recala- la ATREVIDA.
dlas de los buques nacionales y también un mayor Sólo en la mañana siguiente empezó el tiem- ¿ / 9
i.«

aprovechamiento de tiempo ya que contraria á la po á minorar su contrariedad. El viento luego fué


sazón la marea y amenazando el viento de incli- rolando hasta el Oeste y últimamente al Sursu-
narse rápidamente al Sur, era preciso que nos doeste. Tomáronse las muras á estribor con fuer-
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 75

za de vela y esto nos condujo para el medio día Restituidos poco después los vientos á su an- En.
del 2 á la latitud de 5 7 3 8 ' y longitud 5 7 6 ' .
o o
tiguo semblante apacible é inclinándose paulati-
Desde esta época la navegación del Cabo de namente del Noroeste al Norte y Nornordeste
Piornos fué para nosotros más bien una de las volvieron nuestros progresos en longitud á ser
más placenteras de entretrópicos, que de las pe- más bien considerables; los rumbos que procurá-
nosas á que la embarcación y el ánimo del nave- bamos seguir torcían al Norte, aprovechábase tal
gante están ya bien dispuestos. La mar fué cual hora de calma para comunicarnos con la
constantemente llana, los vientos variables del otra corbeta aquellas dudas ó noticias las cuales
Nornoroeste al Sur, por lo común bonancibles y pudiesen acelerar la ordenación de las pasadas
á veces acompañados ó de neblina ó de garúa ó tareas 'y hacer útil en cierto modo la inacción
de alguna granizada casi momentánea; observa- hidrográfica en la cual vivíamos en la actualidad.
mos siempre la altura meridiana del Sol y los ho- Repetíanse las observaciones y los exámenes
rarios para la longitud. En los días 4 y 5 se pro- sobre los relojes marinos, y considerándonos ya.
porcionó observar azimutes, los cuales dieron en el Mar Pacífico, vencida la longitud de 2 2 3 3 '
o

unánimes la variación de 2 6 3 0 ' .


o
de Montevideo, se avivaba la esperanza de poder
Las distancias lunares observadas en la ma- cuanto antes emprender de nuevo y para mucho
ñana del 8, en número de 5 6 series, aproximándo- tiempo aquella serie de operaciones científicas á
se mucho á los relojes, dieron lugar á la espe- la cual nos habíamos contraído.
ranza de que su marcha se conservase uniforme. La situación del navegante en aquellos ma-
El 6 había sido la mayor latitud observada res y en unas regiones tan distantes de las que
de 6 0 4 3 ' . Las diferencias con la estima eran
o
le vieron nacer, es sin duda alguna de las más
considerables, pero unas veces al Sur y otras al extraordinarias que puedan acontecerle.
Norte. En la longitud no las hubo de entidad al La incertidumbre le rodea á cada instante;
principio; pero desde el 8 hasta el 12 se mani- una sola mirada hacia las costas más cercanas le
festaron corrientes bastantemente rápidas hacia recuerda en una complicada perspectiva el nau-
el Este entre los paralelos de 5 7 y 5 9 .
o o
fragio, el frío, el hambre y la soledad. Vuélvese
Fué también muy feliz para nosotros en aque- al Polo, y una nueva clase de peligros, aún más
llos días el encuentro que tuvimos de la fragata temibles, se desplega instantáneamente á su
del comercio de Cádiz, Santa María Magdalena, imaginación; campos inmensos de escollos de
su Capitán, Piloto y Maestre D. Martín Antonio hielo, amenazan la frágil nave. No basta procu-
de Iturriaga, la cual, con 1 1 2 días de navega- rarlos evadir con cuantos auxilios dicta un arte
ción, se dirigía á los puertos de Valparaiso y falible: ellos mismos son los perseguidores, y su
Arica. La tripulación, en número de 4 4 perso- posición, variable á cada instante y con tantas
nas, gozaba de la mejor salud, ni le hacia falta direcciones cuantas son las islas, aumenta el
la menor cosa para concluir su navegación, se- riesgo y la desconfianza. La tenacidad de los
gún lo aseguraron al Teniente de navio D. Ca- Oestes parece al mismo tiempo oponerse direc-
yetano Váleles, el cual había ido desde la mañana tamente á la continuación del viaje: su violencia
á reconocerla. no permite á veces sino poca vela, las olas mo-
Metido el bote á las tres de la tarde, procura- vidas con un impulso tan violento y tan cons-
mos aprovechar para nuestra derrota las diferen- tante agitan la nave con balances extraordinarios
tes ventolinas que se nos presentaban y las cuales y la exponen á cada paso á desarbolar. Las co-
(si se exceptúa un chubasquillo del Este casi mo- rrientes le son al mismo tiempo contrarias, el re-
mentáneo) nos dejaron casi siempre sin gobier- troceso ignominioso y mil veces fatal á su mis-
no. Sólo por la mañana entabló viento flojo del ma conservación. Tales son las contrariedades
cuarto cuadrante, que ceñimos inmediatamente que opone la navegación en aquellos parajes, y
con todo aparejo al Sudoeste. Hablóse a l a A T R E - que, sin embargo, vencen cada día con más faci-
V I D A para comunicarle las noticias adquiridas el
lidad, reunidas á porfía la codicia y la ciencia del
día antes, y supimos en aquella ocasión, que la arte marinero.
longitud de sus relojes, conformes entre sí, coin- Pero ya en la posición en la cual nos hallá-
cidía al medio día anterior en el minuto, con bamos, debíamos considerarnos libres de los pe-
nuestras longitudes sujetadas al número 6 1 . La ligros indicados, pues los vientos tempestuosos
latitud fué de 5 8 6 ' y la longitud de 2 0 2 4 ' 3 0 ' '
o o
del Sudoeste podían ceñirse constantemente con
al Occidente de Montevideo. La fragata mercante las muras á babor, y este rumbo nos conducía á
distaba de nosotros unas tres leguas al Sudeste, disminuir rápidamente la latitud. En efecto, para
y como no tardase el viento en pasar del cuarto el medio día del 1 8 , aunque hubiésemos sufrido
cuadrante al tercero y aquélla le ciñese de la temporales recios, nuestra latitud era de 5 2 " 3 5 ' .
vuelta del Sur opuesta á la que seguían las cor- El Cabo Victoria nos demoraba al Este 4 9 ó 5 0
betas, se perdió de vista hacia las seis de la leguas.
tarde. En esta disposición, y franqueado el paso al
7 6 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

Mar Pacífico, debíamos tomar á la vista los ob- cual nos obligaba á precavernos con otros rum-
jetos de la expedición para dirigir con más acierto bos de los que habíamos. seguido hasta en-
la derrota siguiente. Eran éstos de fijar los lími- tonces.
tes en longitud de la costa occidental patagónica, Empero como á este tiempo hubiésemos al-
sin exponer intempestivamente los buques, de re- canzado una distancia de la costa no mayor de
unir nuestras tareas á las que se hubiesen hecho 17 leguas, y por otra parte, antes de cerrarse los
anteriormente y mereciesen alguna confianza; horizontes, pudiésemos con toda certeza fijar la
finalmente, de llegar á Chiloé en estación opor- extensión de nuestras visuales hasta unas 1 0 le-
tuna para continuar el reconocimiento prolijo y guas, los límites en longitud para aquel cabo
científico de la costa siguiente al Norte, el cual podían considerarse determinados con una cer-
debía ocuparnos en todo el año de 1 7 9 0 ; no igno- teza evidente, á lo menos por lo que tocaba á
rábamos al mismo tiempo que los vientos reinan- una posición más occidental de la que le supo-
tes sobre la costa eran travesías tempestuosas nía la carta agregada á la narración del último
con mares gruesas, y que en los meses siguien- viaje al Estrecho de Magallanes.
tes de Febrero y Marzo no sería tampoco extraño La noche fué lluviosa con viento arrafagado
el aparecimiento de los vientos Nortes, los cuales y mares gruesas; siguióse la vuelta del tercer
por su fuerza, duración y cerrazones, han sido cuadrante hasta la mitad de ella; viramos luego
siempre temidos en aquellos mares. El Cabo con vientos del Oeste al Nornoroeste; así al me-
Victoria y los Evangelistas podían ya considerar- dio día siguiente, por latitud de 5 1 1 7 ' , el Cabo
o

se como situados con la mayor exactitud hidro- Santiago demoraba al Este 2 1 " Norte 2 2 leguas
gráfica, dependiendo directamente de las obser- próximamente; y pues el tiempo había tomado
vaciones de los Tenientes de fragata D. Cosme un semblante algo más favorable volvían á revi-
Churruca y D. Ciríaco Cevallos ( 1 ) . Por otra vir nuestras esperanzas de avistar la costa.
parte, la expedición del Piloto Machado desde El cogerla al Norte del Cabo Santiago y el
San Carlos de Chiloé en 1 7 6 5 , conducía las mar- cogerla temprano para que recorriéndola por
caciones por allí hasta el Cabo Corso en latitud todo un día nos condujese á la vista del Cabo
de 4 9 3 0 ' . Así no quedaba realmente para reco-
o

Corso, debió ser por la misma razón el objeto


nocerse sino el trozo comprendido entre aquellos esencial de la navegación siguiente; continuá-
extremos ó entre los paralelos de 5 3 y 4 9 , en o o

ronse en la tarde rumbos del Norte; arribamos


donde podían mirarse como algo dudosas las de- al anochecer hacia el Este, y hechas desde la me-
terminaciones del Capitán Sarmiento, si bien he- dia noche algunas horas de pairo, ya que la ca-
chas por un navegante tan experto é interpreta- lima nos avisaba de hallarnos en muy buena po-
das luego con exquisita crítica por los Tenientes sición, logramos efectivamente á las tres y me-
de navio D. Dionisio Galiano y D. Alejandro dia del 2 2 la vista de un trozo considerable de
Belmonte ( 2 ) . costa.
No tardó mucho, adoptado ya el plan que Las tierras avistadas se extendían desde el
dimanaba de aquellas reflexiones, en manifestár- Nordeste hasta el Esueste, eran altas, entrecor-
senos tiempo al parecer oportuno para el in- tadas y semejantes en un todo á las que había-
tento. En la noche del 1 9 , sobre algunos chu- mos- visto en la parte oriental, y á pesar que no
bascos con granizo, se declaró viento fresco del distásemos de ellas sino unas cinco ó seis leguas,
Sur y Sursudoeste, el cual, convidándonos á na- ni la sondaleza alcanzaba el fondo con 1 2 0 bra-
vegar hacia la costa y prometiendo la ocasión zas, ni veíamos á nuestro alrededor aquel núme-
favorable para hacer al mismo tiempo algunas ro de pájaros que suele comunmente solazarse
observaciones, ya para el medio día siguiente en los días placenteros á la vista de la costa.
por latitud de 5 1 1 7 ' , nos había aproximado á
o
Creímos desde luego unánimes con los Oficiales
unas 2 0 leguas del Cabo Santa Lucía. No pare- de la A T R E V I D A , que era este trozo el compren-
cían, pues, infundadas nuestras esperanzas de dido en las narraciones de Sarmiento entre los
empezar en aquella misma tarde los reconoci- Cabos de Santiago y Tres Morros; veíase un ca-
mientos proyectados; pero muy luego debimos nal el cual debía ser el del Oesudoeste. Ambos
recordarnos del paraje en el cual nos hallába- extremos parecían sin tierra contigua; su direc-
mos, siendo así que á las cuatro nos había al- ción era del Norte */ Noroeste y Sur */ Sueste
t 4

canzado viento tempestuoso del Oeste con las verdaderos y se veían pospuestas á larga distan-
acostumbradas cerrazones y mares gruesas, el cia otras sierras sumamente altas y nevadas,
próximamente en la dirección del Norte-Sur, las
cuales serían con mucha probabilidad una conti-
(1) E n la e x p e d i c i ó n d e los p a q u e b o t e s Eulalia y
Casilda (año d e 1789) m a n d a d a p o r el Brigadier^ D o n nuación de la Cordillera de los Ancles. Todo pre-
Antonio de Córdoba. sentaba á la vista un semblante árido y (por cuan-
(2) F u e r o n d e s t i n a d o s en 1786 al E s t r e c h o d e Ma- to pudiese conjeturarse á tan larga distancia)
g a l l a n e s en la fragata Cabeza, m a n d a d a p o r el Briga-
dier D . A n t o n i o d e C ó r d o b a , parecía ser su masa de granitooscuro.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 77

No tardamos un instante en emprender las costa. Además, que siendo momentáneos los En.
tareas correspondientes; se repetían las alturas vientos del Sur, igualmente cerrados y tempestuo-
del Sol, medidas con el sextante para deducir los sos los del Noroeste y siempre inmediata á ellos
horarios, se corrían bases ordenadas, aprove- la travesía del Oeste, ni sería asequible recono-
chando toda vela; observáronse hacia el medio cimiento alguno, ni pudiera á veces evitarse el
día unas ochenta series de distancias lunares, y ser cogidos á poca distancia de la costa, con un
como se consiguiese también el observar la al- riesgo evidente de naufragar. E n el entretanto
tura meridiana del Sol, justamente cuando mar- nuestras circunstancias, sea en cuanto al tempo-
cábamos á larga distancia el cabo Corso, no de- ral ó en cuanto al aparejo, eran en mucho
bió parecemos enteramente malogrado nuestro peores de las que habíamos sufrido en los días
intento, aunque el viento hubiese sido débil en anteriores. Fué preciso ceñir de nuevo hacia el
toda la mañana, y muy luego le sustituyese el Sur y resistir una fuerza extraordinaria de vela;
Noroeste y Oesnoroeste tempestuoso con las ma- se nos hizo á ratos peligroso el solo aparejo del
res y cerrazones que solían acompañarle. Nues- trinquete y la gavia en dos rizos arriada: pasá-
tra latitud había sido de 5 0 4 ' 3 0 " ; la longi-
o
ronse así días enteros entre esta lucha continua
tud de 2 0 i r / al Occidente de Montevideo; la
o
con los elementos, y era, sin embargo, una pers-
variación magnética por diferentes azimutes de pectiva para nosotros bien desagradable, la que
2 1 2 0 ' y el resultado medio de las distancias
o
nos recordaba que en el espacio de seis días,
lunares, diferentes de los relojes solamente en apenas habíamos ganado un medio grado en
ocho minutos. Podía deducirse de los datos indi- latitud, si bien los masteleros y los mismos bu-
cados, que la latitud del cabo Corso sería de 4 9 o
ques se hubiesen comprometido más de una vez
2 7 ' 3 0 " y su longitud al Occidente de Cádiz entre las ráfagas y contrastes que nos ocasiona-
de 6 9 4 0 ' algo más occidental de lo que mani-
o
ban frecuentemente.
festaba la carta al Magallanes, pero mucho más
Pareció, pues, haber llegado el tiempo opor-
al Este de lo que había sospechado el Sr. D. An-
tuno para que abandonásemos unas regiones tan
tonio de Ulloa.
directamente opuestas á la navegación y pensá-
Cerrado casi enteramente el tiempo con llu- semos en transferirnos á Chiloé. Alejados de la
via, ráfagas y mares tempestuosas, fué preciso costa con los bordos que habíamos debido se-
navegar al Oesudoeste de la aguja, con el solo guir en los días anteriores, pudimos conservar
trinquete y la gavia en dos rizos; á ratos se nos el del Norte, y éste, conduciéndonos muy luego á
hacía difícil la conserva con la A T R E V I D A , los ba- latitudes más suaves, nos presentó ya por algu-
lances nos amenazaban á cada instante de algu- nos momentos las ideas casi olvidadas de los cli-
nas averías en la arboladura. Pocas aves y algu- mas apacibles de los trópicos. Nos hallamos el
nos lobos marinos eran los únicos compañeros 2 8 en latitud de 4 7 4 1 ' y longitud 2 2 5 0 ' de
o o

que dividían con nosotros en estos climas de- Montevideo; la variación magnética por ambos
siertos la tenacidad de los elementos, constantes métodos de los azimutes y de las amplitudes era
sólo en su dureza y contrariedad. de 1 9 o al Nordeste.
o A

Al medio día del 2 4 fué cuando pudimos con- Debía á la sazón complacernos mucho el es-
cebir de nuevo algunas esperanzas de lograr tado bien robusto de una y otra tripulación. L a
unos tiempos algo más favorables: con vientos A T R E V I D A nos dijo que no tenía enfermo alguno
del Oeste menos recios y algo más despejados de entidad. En la DESCUBIERTA, tres ó cuatro
reviramos al Norte y fué nuestro intento el re- marineros que habían tenido algunos principios
sarcir las pérdidas adquiridas en la latitud, las de calenturas catarrales ó tal cual ardentía de
cuales, más bien por efecto de las corrientes, sangre, se hallaban curados en pocos días; y lo
que del rumbo seguido, no habían sido menores que debía parecer extraño, á pesar de los fríos y
de 5 0 á 6 0 minutos. Nos fué fácil en esta oca- de las lluvias, apenas se hacían perceptibles en
sión el alcanzar la latitud de 4 9 3 2 ' y el em-
o
uno ú otro los síntomas terribles del mal vené-
prender inmediatamente después rumbos direc- reo. Atento á los principios adoptados para la
tos hacia la costa, siendo nuestro ánimo el atra- conservación de la salud, y de los cuales clare-
carla por los 4 9 , de tal modo, que ligásemos
o
mos en otro lugar una idea más individual, cesó
con las tareas del día 2 2 sobre el cabo Corso, las en estos paralelos la distribución del cuartillo
que ahora se nos pudiesen proporcionar; pero no diario de vino, se le sustituyóla ración de Sowr-
bien habíamos empezado en la tarde del 2 5 á krout ó coles agrias por tres veces á la semana.
aproximarnos de nuevo á la costa, cuando volvi- El gazpacho tomó el lugar de las sopas de aceite,
mos á vernos rodeados de las contrariedades y la ventilación, el aseo y la tranquilidad del
acostumbradas. ánimo, fueron nuevamente los resortes princi-
Este tercer ensayo ya no dejaba duda de la pales que se adoptaron por nuestra parte para la
constancia de los vientos contrarios, tanto más conservación sucesiva de la salud, la cual en es-
recios, cuanto mayor fuese la inmediación á la tos tránsitos rapidísimos del calor y el frío, me-
78 VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

rece sin duda alguna la atención más prolija y del Oeste, los cuales nos proporcionaban diferen- 1
reflexiva. tes bordos, no alcanzásemos hasta las tres de la
Abandonadas como se ha dicho las costas oc- tarde á resolver enteramente las eludas contraí-
cidentales que acabábamos de visitar en parte y das desde el principio de la mañana. Echamos
en parte debíamos mirar como inaccesibles, ya el bote al agua, paireóse algún tiempo á media
nuestra derrota debió acercarnos rápidamente á legua de la playa, en la cual„ finalmente disipada
las costas de Chiloé. también la neblina que la ofuscaba, se conoció
En la tarde del 3 0 , rodeados de una neblina claramente que en lugar de abra sólo había una
espesísima, sondamos 9 0 brazas piedra, lo cual continuación peligrosa de arrecifes; el fondo era
nos hizo sospechar que estaríamos inmediatos á de 2 2 brazas conchuela y cascajo; al medio día
la Isla de Guafos, no distante al Sur de la de le habíamos hallado de 3 0 brazas, misma ca-
Chiloé; y sobrecogidos en la noche siguiente de lidad.
un fuerte contraste del Sudoeste, el cual nos pre- Fué, pues, preciso ceñir con todo aparejo para
cisó á navegar con dos rizos en las gavias, pro- separarnos algo de la costa; hízose señal á la
curamos al principio seguir tales rumbos, que ATREVIDA, la cual estaba á barlovento nuestro,
nos alejasen algo de la costa, avistada al parecer para que reconociese con mayor individualidad
hacíala media noche; después volvimos de nue- las inmediaciones del puerto, y efectivamente,
vo á dirigirnos hacia ella para atracarla y apro- señaló poco después el que las distinguia clara-
ximarnos al puerto. mente al Norte de la punta de Cocotuya; nos-
La tierra á la vista era bastantemente eleva- otros entonces ya nuevamente á media milla de la
da; bajaba luego desde su medianía para el Norte costa, debimos revirar al tercer cuadrante y na-
y presentaba un semblante tan agradable por lo vegar hacia el Oeste, tanto por la proximidad de
frondoso de sus bosques, como horrible por lo la noche, como porque las apariencias del tiempo
escarpado de sus costas, cuyas desigualdades sin amenazaban próximo un temporal. E n esta oca-
embargo no descubrían entrada ó puerto que las sión perdióse la ATREVIDA de vista, la cual no
hiciese accesibles. Eran las que corren desde los distinguiendo la señal de unión se habia conser-
altos de Cucao hasta la punta septentrional de la vado á barlovento. Y pues la noche y el día si-
isla y cuya vista si continuase el viento fresco guiente fueron con exceso cerrados y tempestuo-
del Sudoeste, hacía esperar que no sería difícil sos obligándonos sólo á cuidar del aparejo y de
alcanzar para el día siguiente el puerto de San los bordos que nos conservasen en buena dispo-
Callos. sición, no fué fácil el reincorporarnos hasta la
Paireamos en la noche con el mismo intento tarde del 3 ; en la noche anterior la DESCUBIERTA
hasta que siguió el viento fresco: abonanzado és- había atracado nuevamente la costa, y paireado
te, arribamos hacia aquel extremo; así, al ama- á dos leguas de ella; pero reconociéndola con
necer no distábamos sino tres leguas de la costa más claridad por la mañana de suerte que estu-
y nuestra posición era tal que en pocas horas hu- viese aún distante al Norte la boca del puerto, le
biéramos podido internar en el puerto; pero nos fué preciso revirar y con este motivo encontrar
estaba destinada una extraña equivocación la cual la ATREVIDA, la cual navegaba de la mura
debía en parte apoyar con la experiencia cuánta opuesta.
fuese la necesidad de unos planos exactos de No permitieron los vientos sumamente varia-
aquellas costas; el que nosotros teníamos era bles y lluviosos, el conseguir ventaja alguna en
evidentemente equivocado en la escala de las la restante tarde y en la noche inmediata; pero
distancias y en la posición respectiva de las pun- finalmente, en la mañana del 4 entablado viento
tas que formaban la boca, lo cual nos persuadió fresco del Sur y Sudoeste nos fué fácil, hecha
á que la entrada estuviese en una ensenadita toda vela, el atracar la punta de Cocotuya, y á
al Sur de la punta de Cocotuya, confundida ésta pesar de la contrariedad de la marea el alcanzar
con la Punta Capitanes en el Continente. Es para el anochecer las inmediaciones del puerto,
aquella ensenada no muy honda, con algunos is- en donde extinguidas casi al mismo tiempo las úl-
lotes entresembrados y unos ahitos notables en timas ventolinas de fuera, dejóse caer un ancla
la tierra alta, los cuales hacen de tal modo en- en seis brazas fango: en esta posición la batería
gañosa la proyección real de la costa, que á la de la punta de Yaqui, extremo occidental del
distancia de dos leguas no es fácil apercibir el puerto, nos demoraba al Sudoeste distancia unos
error, tanto más que coincide la latitud con la cuatro cables; no tardamos en la mañana siguien-
del pueblo interior y como sucede frecuentemente te en aprovechar de la marea para internar en el
no se distingue otra tierra al Norte. puerto con el auxilio de los remolques. Al medio
Con estos antecedentes no parecerá extraño día entrambas corbetas estuvieron amarradas en
que continuase nuestro error aun después de ob- buen paraje y todo dispuesto para acelerar cuan-
servada la latitud, y que aprovechando los vien- to fuese posible las operaciones que debían de-
tos variables á las veces del Norte, á las veces tenernos en el puerto.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 79

F eb. 5 En efecto, desde las primeras horas ele la ma- tento una música no muy grata y compuesta de ¡'oh. c,
ñana se había remitido á la población la mayor algunas cañas largas y huecas, cerrado casi del
parte de los instrumentos astronómicos, y fran- todo el un estremo con hojas de árboles; los más
cjueada casa oportuna desde donde fuese fácil la robustos soplaban con mucha fuerza por un agu-
comunicación por señales con las corbetas, se jero lateral y cuando estuviesen cansados les
había armado el péndulo y dispuesto el cuarto reemplazaban algunos otros inmediatamente.
de círculo. Así en la noche inmediata, los Oficia- Puestos nosotros en torno, los viliches, á
les astrónomos pudieron observar diferentes al- imitación del Cacique, fueron desfilando y dán-
turas meridianas de estrellas al Sur y al Norte donos la mano uno á uno, acompañada esta
6 del zenit, malograda por la interposición casi muestra de amistad con la voz de compá, la cual
momentánea de algunas nubes la observación de seguramente aludía al epíteto de compadre. Em-
una estrella ocultada por la Luna; y en la maña- prendió después una arenga bien larga el Cacique
na del 6 ya las lanchas y botes se ocupaban con Catiguala. Recordaba al Gobernador el largo
tesón de los reemplazos de agua y leña, mientras plazo en el cual había sido interrumpida la co-
los restantes Oficiales atendían cada cual á mul- municación recíproca; veía con mucha compla-
tiplicar los objetos útiles de la expedición. cencia un suelo que habían habitado sus ante-
Era á la sazón Gobernador de la Isla de Chi- pasados, y debía mirarse como una prueba evi-
loé el Coronel D. Pedro Garoi; guarnecían á la dente de la sinceridad de sus proposiciones, el
plaza, además de una plana mayor, algunas que ahora viniese á visitarle y á estrechar con
compañías de infantería, artillería y dragones. más solidez los vínculos ya entablados de una
Y pues cjue en las últimas combinaciones del Go- amistad duradera. Respondió el Gobernador ase-
bierno relativamente á la América Meridional, se gurándole en nombre de S. M., que sería por su
había particularmente comprendido aquella parte parte inviolable la fé de los tratados; que verían
hasta entonces olvidada de los dominios ultra- en los dones repetidos una prueba nada equí-
marinos, las primeras medidas útiles para este voca, así de la generosidad del Monarca, como
intento eran las de atraer por una parte la amis- de su deseo de atraerlos á una vida tranquila y
tad y confederación de los pueblos contiguos no sociable; y que en el entretanto podrían descan-
bien sujetos á la Monarquía; por la otra, de re- sar de sus fatigas pasadas, pues se les darían en
conocer y describir con la posible exactitud hi- nombre de S. M. habitación, alimento y cual-
quiera otra cosa que solicitasen. Con el mismo
drográfica las costas y los muchos puertos útiles
orden y una igual formalidad, hablaron después
de toda la isla. Apenas habia concluido este ob-
otros caciques inferiores; y seguramente inclina-
jeto el Piloto de la Armada D. José Moraleda
dos por naturaleza á esta especie de arengas so-
con algunas piraguas. Entendían con asiduidad
lemnes, las hubieran continuado por mucho tiem-
en la pacificación indicada, así el Presidente y
po si no les interrumpiese oportunamente el
Gobernadores de la frontera del Chile, como los
refresco compuesto casi en un todo de licores es-
de Valdivia y Chiloé, haciendo respetar á las
pirituosos, á los cuales son por naturaleza extre-
veces el nombre español cuando hubiese alguna
madamente propensos. Bebieron por largo rato,
traición que quebrantase la buena fé de los tra-
pasearon después las calles y en breve tiempo
tados, á las veces agasajando con regalos cuan-
hicieron conocer que la música que los acompa-
tiosos á aquellos caciques y soldados que más
ñaba era más bien una instancia para que los
bien se inclinasen á la vida sociable y amistosa
convidasen de nuevo á beber, que un obsequio y
con nuestras colonias. una muestra de las ideas pacíficas que les ani-
Debió, pues, parecemos una verdadera felici- maban.
dad, la que nos proporcionaba en los mismos días
de nuestra llegada el conferenciar por la una parte No había sido menos oportuno (como ya se
con el mismo Moraleda sobre el éxito de su pa- dijo) el encuentro del Piloto D. José Moraleda,
sada comisión y por la otra el asistir á las con- el cual no sólo había trabajado y conservado las
currencias de algunos caciques y soldados vili- cartas más detalladas de las costas del Perú, si
ches, los cuales por primera vez hacían una visita también habiendo navegado por muchos años en
al Gobernador. Tuvieron éstos su primera audien- aquellos mares, conocía mejor los vientos, las
cia en la mañana del 6 ; eran unos cuarenta y cua- estaciones y los parajes más ó menos trillados,
tro, presididos del Cacique Catiguala; dos ó tres los cuales debiésemos visitar. Por orden del Vi-
rey del Perú nos entregó dichas cartas y los
Capitanes de amigos procedentes de Valdivia y
planos y derroteros últimamente trabajados so-
acostumbrados á vivir entre ellos desde mucho
bre toda la isla de Chiloé; el Gobernador de la
tiempo les servían como intérpretes; y para dar
plaza nos franqueó al mismo tiempo varias no-
una mayor solemnidad á la visita, habíase de nues-
ticias relativas al conocimiento verdadero de s
tra parte reunido la Oficialidad, y por parte de
aquellos contornos, y pudieron los Tenientes de
ellos, se procuraba conservar en la comitiva un
navio Tova, Valdés y Quintano, hacer una breve
cierto orden; la acompañaba con el mismo in-
8o VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

8 excursión hasta la capital de Castro, situada en pudieron verificarse por algunos días, porque
la costa oriental de la isla, con el objeto de in- las inmediaciones del novilunio inclinaron des-
dagar más de cerca el país interior y las costum- de aquella misma tarde los vientos al Norte
bres de los naturales. y al Noroeste, tempestuoso, con cerrazones y
Los días siguientes, por lo común serenos y lluvia; de suerte que tuviésemos interrumpida
templados, dieron lugar á que no procediesen á veces hasta la comunicación de los botes y se
con lentitud los muchos ramos científicos que in- hiciese infructuosamente arriesgada la conduc-
tentábamos abrazar. D. Antonio Pineda, con un ción de los instrumentos. Así sólo en la noche
Guardia Marina, extendió sus excursiones unas del 15 pudimos ver concluidas aquellas medidas
veces hacia Chacao, otras hacia las orillas del y restituido el tiempo á su antiguo semblante
Oeste. D. Felipe B a u s a , levantado el plano in- apacible, disponernos sin perder tiempo para la
terior del puerto, seguía luego los triángulos por salida. No se omitió en aquella misma noche la
medio del teodolito, hasta donde lo permitiese observación en la plaza inmediata de la emersión
nuestra demora en aquellos contornos. Algunos del primer satélite de Júpiter, la cual, compara-
soldados cazadores suministraban nuevos obje- do inmediatamente con señales de pistola, el
tos de curiosidad y de instrucción para la Histo- reloj conducido á tierra con los demás de á bordo,
ria Natural; admiraba D. Luis Nee, vagando ya confirmó con iguales resultados la longitud que
á una ya á otra parte con una actividad singu- habíamos deducido en la noche del 6 .
lar, la variedad indecible de las plantas y la fer- Un solo ramo en el entretanto había tras-
tilidad del suelo. Finalmente, los Oficiales as- tornado en cierto modo la felicidad con la cual
trónomos, aunque á veces contrariados por las habíamos podido abrazar en pocos días los dife-
nubes, habían sin embargo llevado sus tareas rentes objetos del viaje; y era éste la conserva-
con tal felicidad, que el examen de la marcha de ción á bordo de una disciplina exacta, cual con-
los relojes y la determinación segura de la lon- venía, ó más bien era necesaria en los muchos
gitud podían mirarse como bien conseguidas al trances en los cuales debíamos encontramos en
poco tiempo de nuestra llegada. lo venidero. El puerto á do nos hallábamos, no
La inmersión del primer satélite de Júpiter podía á la verdad ser más oportuno para que de-
observada en la noche del 6 , manifestó (corre- jando algún tanto la rienda á la disciplina mili-
gidos los errores de las tablas) que el obser- tar, intempestiva por otra parte en esta comi-
vatorio estaría 6 7 3 6 ' o'' al Occidente de Cádiz. sión, fundásemos sobre la experiencia, más bien
o

Los relojes uniformados con las ecuaciones co- que sobre tradiciones ó caprichos, el método más
rrespondientes, determinaban 1 7 4 8 ' 3 0 " entre oportuno que habíamos de seguir en los demás.
o

el mismo observatorio y el de Montevideo. Final- El vecindario de Chiloé (mediante su ninguna


mente, 8 0 series de distancia del Sol á la Luna, comunicación con la matriz) carecía enteramente
indicaban la longitud de 6 7 zx menor en 1 5 ' , de españoles, lo cual daba un nuevo realce á los
o r

de la que se había deducido del primer satélite ex- que procediesen directamente de los puertos del
presado; variación de la aguja por muchos azimu- Continente; y los representaba á las veces como
tes, 1 7 2 0 ' Nordeste; latitud Sur, 4 1 5 1 ' 5 0 " . poseídos del mismo valor, constancia y domina-
o o

ción de los conquistadores, á las veces como los


Solicitada por nosotros, tuvo lugar á bordo
únicos capaces de dirigir y fomentar una familia
en la mañana del 1 1 una visita de todos los vi-
entre las labores del campo y la industria del
liches, de los cuales se ha hecho memoria: co-
comercio. Reuníase después á estos anteceden-
mieron abundantemente, manifestaron su cons-
tes, por sí razonables, una suma mezquindad en
tante propensión á las bebidas; hubo lugar para
las mujeres, naturalmente propensas al liberti-
que el pintor D. José del Pozo retratase con mu-
naje, una cierta indolencia incorregible en los
cha propiedad á Catiguala y á su hijo; pudimos,
hombres, la cual les hacía como necesaria la
finalmente, en una larga y bien ordenada conver-
bebida; finalmente, un desmayo indispensable
sación, enterarnos de muchas costumbres suyas y
en el sistema gubernativo, para que unas veces
de su roce y comunicación con las tribus de los
mirase la presencia de nuevos colonos como
Patagones.
un aumento feliz de su fuerza y autoridad, otras
Reconcentradas el mismo día á su destino
no hallase resortes oportunos para refrenar los
las diferentes partidas que se habían destacado,
pasos uniformes de la colonia al tiempo ó de vi-
y completados los acopios de agua y leña, se de-
ciarlos ó de seducirlos. Tantas razones reunidas
terminó acelerar la salida, y en el observatorio
no podían menos de dar, finalmente, al hom-
tuvieron orden'los Oficiales para que hacia el 1 3 ,
bre de mar, una errada idea de la felicidad. Por
observadas, si era posible, algunas otras inmer-
una parte todo le convidaba al desorden y á
siones de los satélites de Júpiter; se fijase por
la deserción; por la otra recordaba aún las fati-
medio de las alturas correspondientes del Sol,
gas y peligros pasados en la navegación del Cabo
la última época relativa al examen de la mar-
de Hornos. ¿Cómo resistiría á tamaña perspec-
cha de los relojes. Empero estas medidas no
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA Si

Feb. 15 tiva y no se decidiría, finalmente, á variar de asomar sino á las dos de la tarde las primeras " - ^ ¥ h

suerte abandonando el buque de su destino y ol- ventolinas del Oesudoeste al tiempo que apuntaba
vidando en un solo instante su patria y su fa- la vaciante, sólo á esa hora pudimos entrambas
milia? dirigirnos con todo aparejo hacia la boca del
Así, casi en los primeros momentos de nues- puerto, y empezar una lucha con los tiempos
tra comunicación con el pueblo de San Carlos, contrarios, la cual no imaginábamos jamás que
pudo advertirse la falta casi constante á la hora debiese durar por el espacio de cuatro días. Em-
señalada para el regreso á bordo del mayor nú- pero era tanta la variedad y flojedad de los vien-
mero de nuestros soldados, marineros y criados; tos y tal la facilidad de la marea en oponerse
algunos permanecieron varios días en tierra á directamente á nuestro intento ó en aconcharnos
pesar de una expresa prohibición para verificar- sobre los muchos bajos é islotes del Este, que
lo; muchos se entregaron con abandono á la be- en balde en el intervalo indicado estuvimos ma-
bida; no tardó después un soldado de la ATREVI- niobrando á lo menos cuatro veces al día para
DA, el cual solía permanecer en tierra para cus- levarnos y dar fondo, pues siempre teníamos que
todia de las fraguas y de la ropa lavada de los volver á nuestra antigua posición con elfinde no
marineros, en ceder á las seducciones de un la- exponernos ó al albedrío de las mareas ó á un
brador no distante, quien le convidó á la deser- golpe repentino de vientos contrarios y tempes-
ción y al robo de muchos utensilios de la misma tuosos. El bosque espeso que cubre casi toda la
fragua y de toda la ropa que tuviese á mano. Ta- isla, es sin duda alguna la causa más activa para
maños desórdenes exigieron por sí unos reme- que reinen en aquellos contornos con tanta fre-
dios bastantemente activos; y por la misma ra- cuencia los vientos del Norte, húmedos en sí y
zón, al paso que se ofrecieron premios á cual- directamente opuestos á la salida del puerto.
quier paisano que entregase ó soldados ó mari- Suelen durar en el invierno hasta treinta ó cua-
neros, después de haberse separado los botes del renta días seguidos. En los veinte de la estación
embarcadero, se castigaron los delincuentes con favorable del verano que habían corrido después
de nuestra venida á la costa, á lo menos diez
algún rigor, según los métodos establecidos en la
habían sido lluviosos y dominados del mismo
Armada. Aprehendióse también por la actividad
viento.
del Teniente de fragata D . Francisco Viana, el
soldado de la ATREVIDA que había robado los Procurábamos, sí, de eludir esta especie de
utensilios de la fragua, y se le castigó con tres inacción, con inquirir por medio de la caza y de
carreras de baquetas reunida la tropa de entram- la pesca algún nuevo tributo para los progresos
bas corbetas. Esto no bastó, sin embargo, para de la Historia Natural; y como se nos proporcio-
. que pudiésemos cortar del todo la deserción y el nase á veces el poder medir alturas absolutas del
desorden; y al tiempo de dar la vela echábamos Sol con el sextante, no habíamos descuidado un
aún de menos ocho marineros: los cinco, de la nuevo examen del movimiento de los relojes ma-
ATREVIDA, y tres de la DESCUBIERTA. Quien con- rinos, el cual era ahora tanto más necesario,
sidere con alguna atención cuánto se apartaba cuanta mayor prolijidad nos habíamos propues-
por necesidad en una comisión como la nuestra to para las operaciones venideras: efectivamen-
el método de disciplina del que siguen comun- te, en los relojes de la DESCUBIERTA habían su-
mente los buques de S. M., conocerá que era im- cedido alteraciones de mucha consideración, lo
posible el no abandonar mil veces al marinero cual, combinado con las ecuaciones dimanadas
á sí mismo, siendo así que cinco embarcaciones de la comparación diaria, daba el siguiente re-
menores estaban en un continuo trabajo; que la sultado:
sola caída maliciosa de un instrumento al tiem-
po de embarcarlos ó echarlos en tierra pudiera Longitudes
del ór. 1 <OU¿¡UlC « d e l 72. Longituc es del

causarnos una pérdida irreparable; finalmente, Días. por


que la quietud y una subordinación habitual y marcación. Directa. Corregí Directa. Cor>'(>g'. Directa.
li
Carrea."

voluntaria serían los medios seguros para aque-


lla harmonía de nuestras fuerzas y ocupaciones, 18 o c ' 1 ' 4 " i ' 3 i " 6' l o ' 1' 1 6 " 4' 2 9 " o ' 4 3 "
» 1' 9 " 0' 3 0 " 0' 1 5 " 4' 4 2 " 0' 5 1 ' '
sin la cual no se hallarían á cada paso, sino in- 9
I
4' 4 4 " 0' 5 1 ' '
convenientes y lentitud.
16 Todo así dispuesto para dar lávela en la ma- Finalmente, en la tarde del 1 9 , declarado
ñanita del 1 6 , cuando aún fuese favorable la viento favorable y llamados inmediatamente los
marea, estuvimos efectivamente á pique con las botes, pudimos dar la vela ayudándonos la marea
primeras claras del día, y la DESCUBIERTA, ayu- de tal modo en aquella ocasión que para el ano-
dada de los remolques, emprendió el aproximarse checer, cuando calmó el viento, ya marcásemos
á la Punta de Yagui para estar algo más fran- la Punía Capitana al Norte y" Oeste, la de Gue-
queada y aprovechar la otra marea. La ATREVIDA chucucui al Sur 2 3 Este y el Farallón Mayor
o

no varió de posición, y como no empezasen á de Carelmapú al Sur 6 2 Este. o

11
83 VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

direcciones de la costa, ya para el anochecer F e

CAPÍTULO V marcábamos las puntas ele Rumena y Lavapiés,


y las primeras claras del día 2 3 nos descubrían
Navegaciones y tareas hidrográficas desde C-hiloé á un mismo tiempo las Tetas de Viovio al Este, y
hasta Lima.—Escalas cu los puertos de Concepción, al Sur la Isla ele Santa María, á distancia de una
Valparaíso, Coquimbo, Arica y Lima. - Excursión legua. El viento abonanzó entonces mucho, aso-
de algunos Oficiales á Santiago.—Varios acaeci- mado ya. el Sol sobre el horizonte. El abrigo de
mientos ocurridos en aquel tiempo. la costa presentó una mar sumamente tranquila,
en la cual se veían ballenas y lobos marinos en
Las contrariedades sufridas por el espacio de mucho número. Emprendiéronse al mismo tiem-
ocho días en el puerto de San Carlos de Chiloé po la derrota para el puerto y los reconocimien-
antes de verificar la salida, y las noticias adqui- tos de la costa intermedia. Así, para las ocho y
ridas sobre la constancia de los mismos vientos media ya habíamos atracado á muy corta distan-
en el puerto de Valdivia, debieron hacemos de- cia el extremo Sur de la Isla Quiriguina, y nues-
sistir de la idea de visitarle, tanto más, que con tros bordos sucesivos para internar en la bahía
motivo de las diferentes fortificaciones y de los hasta el fondeadero de Talcahuano fueron tan
alcances de sus baterías, repetidas veces los inge- felices, que á las dos y media pudimos dar fondo
nieros del ejército habían levantado su plano es- en siete brazas lama arenosa, como tres cables
crupulosamente y le habían examinado después ai Oeste de la batería de Gálvez, y quedar poco
el mismo Piloto Moraleda y algunos otros Oficia- después amarrados con dos anclas en la direc-
les de la Armada. ción de Norte-Sur.
Nuestra derrota debía por la misma razón Era á la sazón Gobernador Intendente de
conducirnos al anclar de la costa hasta la bahía la provincia el Brigadier D. Francisco de la Mata
de Penco ó Talcahuano, donde haríamos nueva Linares, el cual, si bien ocupado en la visita de
escala, y al paso de repetir las acostumbradas Chillan, pueblo interior de unas 3 0 leguas, había
tareas, reconoceríamos con alguna escrupulosi- manifestado su ánimo de regresar á la ciudad
dad aquel verdadero término ó frontera de nues- luego que llegásemos, y sin embargo, estaban
tras posesiones en el hemisferio austral. tomadas las medidas más eficaces para que ni
No debió sorprendernos en el entretanto el aun en ese corto intervalo careciésemos de cuan-
ver poco después de que hubiese anochecido en- tos auxilios nos fuesen necesarios. El Coro-
tablar de nuevo vientos flojos del Norte y Norno- nel D. Pedro Quijada, el cual mandaba interi-
roeste con la llovizna y calima acostumbradas. namente, explayó entre tanto una atención y una
Los ceñimos con las muras á estribor y con poco generosidad que sería difícil describir. No había
aparejo. Su continuación en todo el día siguiente una persona, no había una choza en aquel suelo
nos desvió de la costa; y una extraña ilusión en feliz, en donde no sobresaliesen á porfía la recti-
ambas corbetas en la mañana del 2 1 (entablado tud y la unanimidad de los Comandantes y la fe-
ya viento fresco y claro del Sur) hizo que no la licidad y subordinación de los subditos. Desde el
pudiésemos atracar de nuevo, sino en la tarde primer día de nuestra llegada, cuantos objetos
inmediata, siendo las tierras que ahora teníamos nos rodeaban, otras tantas muestras teníamos á
á la vista, las que conducen desde las inmediacio- la vista de la sencillez é inocencia de la vida
nes del rio Bueno hasta la entrada de Valdivia. campestre.
A las seis de la tarde ya nos hallamos á tres le- Apenas los habitantes de la provincia empe-
guas del puerto: se determinó su longitud pol- zaban á verse libres de los estragos sumamente
los relojes marinos; tomáronse algunas vistas de funestos de una epidemia de viruelas, la cual, en
las costas y puntas inmediatas; la ATREVIDA no la sola ciudad de la Mocha y en sus inmedia-
encontró fondo con 1 2 0 brazas de sondaleza; 6 2 ciones, había arrebatado casi instantáneamente
series de distancias del Sol á la Luna observadas la vida á unas dos mil quinientas personas sin
en la DESCUBIERTA y bien conformes entre sí, sólo distinción de sexos, edades ni condiciones. L a
discrepaban en dos minutos al Oeste de la longi- inoculación no se había introducido hasta enton-
tud determinada por los relojes. Se continuó ces, porque jamás penetraba la epidemia hasta
luego la navegación entrada la noche, ya que los aquella latitud. Pero en el día ya se había adop-
vientos, sumamente favorables, nos convidaban tado aquel preservativo por medio de un mulato
á aprovechar en objetos de mayor importancia recién llegado de -la capital de Santiago, y pu-
los pocos restos de la estación benigna del vera- dieron, finalmente, contenerse los progresos ul-
no. De este modo, en la siguiente mañana tenía- teriores del mal; muy tarde, sin embargo, para
mos á la vista la Isla Mocha y una parte no me- que á más de las víctimas indicadas no quedase
diana de las costas fronteras. Con el anclar del también en mucho despojada de sus atractivos
día nuestra derrota fué después tan favorecida exteriores la mayor parte del sexo mujeril, el
del viento, que si bien siguiésemos las diferentes cual poco antes podía sin recelo alguno de pon-
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA

cb . 23 deración caracterizarse como uniformemente examine con una mirada política las veces que i-vb. 2S
hermoso y digno de la admiración de los de ha sido regado con la sangre de nuestros valero-
af uera. sos antepasados; quien vea finalmente ó en las
Era también un objeto nuevo para nuestras maderas esquisitas y monstruosas de la cordille-
indagaciones en aquellos contornos, el seguir de ra inmediata ó en la fertilidad demasiada del
cerca las huellas de la expedición francesa de las suelo ó en la abundancia de los lobos, ballenas,
gabarras la Brújula y el Aslrolabio, mandadas congrios, etc., de sus orillas, los muchos y ricos
por el Conde de la Peyrouse y el Vizconde de dones que debiera ofrecer con su propio acrecen-
Langle. Sus pasos, sus operaciones, el régimen tamiento no sólo á la matriz sino también á las
interior de aquellos buques, nada debía parecer- ciernas colonias que componen la casi inmensa
nos indiferentes ó bien para que procurásemos Monarquía española, no puede á menos de ensal-
imitarlos ó para que atizasen con nuevo vigor zar mil y mil veces una voz patriótica hacia los
aquella especie de emulación que es el móvil depositarios de la legislación y del bien público,
principal de semejantes empresas. Habían per- para que sacudan de una vez los grillos que allí
manecido unos veinte días en la bahía, en la cual puso á la misma naturaleza una época menos
nos hallábamos, y abastecidos particularmen- advertida y más tímida, y vean finalmente pros-
te de un buen repuesto de vinos, al paso que no perar un país al cual llamaba con mucha razón
descuidasen muchos ramos científicos que pro- el docto Sr. Venegas, el Reino á porfía rico y
curaban abrazar, habían después seguido en pobre del Chile.
Marzo de 1 7 8 6 una breve derrota hacia las Islas Asegurada en el entretanto la continuación
Sandwich y la costa Noroeste de la América. de tiempos favorables conforme nos lo indicaban
Debían á la sola actividad del Mariscal de casi cotidianamente las apariencias y las noti-
Campo D. Ambrosio O-Higgins, Gobernador en- cias unánimes de los habitantes, ya el plan de
tonces de la provincia, el que se hubiese evitado nuestras operaciones en aquella parte del mar
la deserción de una parte no mediana de sus tro- Pacífico pudo mirarse más bien como ligado al
pas y marinerías, las cuales, ó fuesen los atrac- progreso sólido de las ciencias en general, que
tivos del país ó la natural inconstancia del hom- como sujeto á las estaciones y á la frecuencia
bre de mar, ya no pensaban en seguirles. Los de tiempos contrarios y lluviosos: cualquiera
resultados de sus tareas, sea en cuanto á las ob- fuese el plazo de la llegada de las corbetas al
servaciones astronómicas ó á los trabajos geo- Callao debían luego esperar que cesase en las
désicos, habían sido envueltas en un profundo costas de Panamá y Guatemala la estación llu-
silencio. Finalmente, sus atenciones y miramien- viosa del vendabal y le sucediesen los Nortes y
tos hacia todos los individuos de la colonia, me- Nordestes, los cuales nunca suelen reinar con al-
recían aún en el día que se recordasen á cada guna fuerza, sino en la mitad ó fines del mes de
paso sus nombres unidos con la idea de la afabi- Noviembre: así podíamos contar con un plazo
lidad y de un amor constante al bien público. bastantemente largo para permanecer sobre las
Movidos pues nuestros pasos con igual acti- costas del Chile y Perú, las cuales favorecidas
vidad, del ejemplo indicado, cielos auxilios de la de la naturaleza con unos tiempos constante-
=3 colonia 3? del tiempo favorable, el cual después de mente apacibles y con unos vientos galenos siem-
algunos días del viento lluvioso del Norte pare- pre firmes entre el Sursudeste y Sursudoeste
cía haber nuevamente establecido un imperio du- convidaban igualmente á la navegación y á las
radero, debieron por precisión corresponder en tareas científicas: debían éstas luego ramificarse
cuanto fuese posible al cúmulo de objetos que hacia la Hidrografía, la Astronomía, los muchos
procurábamos abrazar. Se habían aprovechado objetos de la Historia Natural y el conocimien-
de antemano varios intervalos de una mar tran- to físico y político de aquellos dominios de S.M.
quila para sondar sobre marcaciones seguras de Todo por consiguiente concurría á indicarnos el
dos teodolitos, algunos bajos peligrosos, los cua- actual teatro, como el más oportuno para des-
les interceptan la navegación libre de la bahía: plegar cuanta actividad pudiesen alcanzar los
emprendióse ahora con tesón el levantar su pla- ai mámenlos.
no; se estableció el observatorio en el mismo pa- Con estas atenciones la separación de las
raje donde le había tenido Mr. Dagelet: corrían corbetas pareció desde luego indispensable; dié-
luego á su albeclrío por las campiñas, bosques y ronse á la ATREVIDA los mejores instrumentos
habitaciones no distantes D. Antonio Pincela, astronómicos y algunos Oficiales de la DESCU-
D. Luis Nee y la mayor parte de los Oficiales, B I E R T A , para eme navegando al andar ele la costa
admirando á veces la prodigalidad y otras la va- hasta Valparaíso, continuase los reconocimien-
riedad hermosa de la naturaleza en ese clima tos acostumbrados, hiciese luego en aquel puerto
feliz. una demora más larga, y mientras que los Ofi-
ciales astrónomos trabajasen cotidianamente en
Ciertamente, quien recorra aunque por poco
tiempo el país fértil que baña el Viovio; quien el catálogo de las estrellas meridionales, otros se
8 4

Mar. ocupasen ó en el examen del país hasta la capi- siempre temibles del legislador, debían, final-
tal de Santiago ó en conducir hacia ella, si las mente, nuestros resultados aproximarse tanto
circunstancias lo dictasen prudente, una serie de más á la verdad cuanto mayor era después nues-
triángulos que afianzase con datos positivos su tro empeño de compararlas con las noticias y
situación en latitud y longitud. Quedó al cargo observaciones de los que presidían con tanto
de la DESCUBIERTA el reconocimiento prolijo de juicio y patriotismo á la administración pública.
la bahía en la cual nos hallábamos y de otros Vencidos aquellos objetos muy á nuestro pla-
dos puertos no distantes; el indagar las ventajas cer, fué preciso abandonar sin mayor dilación
locales para la construcción de buques, ora fue- los contornos de Talcahuano y emprender la
sen mercantiles ó de guerra; y después el atra- navegación proyectada hacia las Islas de Juan
vesar á entrambas Islas de Juan Fernández para Fernández. L a latitud del observatorio se había
que ni su extensión ni su posición geográfica deducido por las distancias meridianas al zenit
admitiesen ya la menor duda en lo venidero.
de muchas estrellas, de 3 6 4 2 ' . L a variación
o

No tardó la A T R E V I D A en llevar á efecto por magnética observada con el teodolito fué de 1 5 o

su parte el plan propuesto: determinada de an- 20/ Nordeste y el establecimiento de la marea


temano la latitud del observatorio, y atendido en los días de la oposición resultó para las 1 0
con las alturas correspondientes el movimiento horas 4 0 ' de la mañana, siendo su mayor eleva-
.. actual de los relojes marinos, dio la vela en la ción de 5 V, pies
á6 de Burgos. Por lo que toca
mañana del 2 de Marzo, y favorecida con vien- á los relojes, quedó bien comprobada la cons-
tos galenos del Sur, en pocas horas salió de la tancia del movimiento asignádoles en Chiloé
bahía, ocultándosenos con la interposición de la y su determinación de la longitud, aplicadas
Isla Quiriguina: aceleráronse al mismo tiempo las pequeñas ecuaciones por los desvíos diarios,
los diferentes objetos que debía desempeñar la fué uniforme en diferentes días, de 3 8 ' 2 2 " al
DESCUBIERTA, tanto que en aquel día ya empe- Oriente del último meridiano, esto es, de 66° 5 8 '
zaban á recibirse á bordo veinte pipas de vino, de Cádiz, menor tan solo en seis minutos de la
correspondientes á los repuestos de las dos cor- que al principio del siglo había observado el pa-
betas para las campañas venideras y la mayor dre Feuille por medio de varias inmersiones del
parte de los Oficiales se destinaban á los varios primer satélite de Júpiter, correspondidas en Pa-
reconocimientos de la costa. rís por los Sres. Cassini y Maraldi.
Nos ocuparon aquéllos incesantemente has- Sobre la deserción de la tropa y marinería,
8 ta el 8 : los puertos de San Vicente, del Tomé y en lugar de que hallásemos alguna ventaja en las
del Coliumo, más ó menos abrigados del viento medidas eficaces que habíamos adoptado con los
Norte, y por la misma razón preferentes en cierto pasados escarmientos, concurrieron más bien to-
modo al fondeadero de Talcahuano, fueron pro- das ellas á manifestarnos, que en balde lucharía-
lijamente reconocidos; sondáronse la bahía, el mos con una infinidad de abusos tan añejos como
canal que fórmala Quiriguina con la Tierra Firme la conquista y tan arraigados como las costum-
y los alrededores de la misma isla; D . Fernando bres de nuestras colonias; ofreciéronse por nues-
Quintano y D . Secunclino Salamanca emprendie- tra parte treinta pesos fuertes por cada desertor
ron el navegar con un botecito el rio Andariel
que se aprehendiese: el Gobernador-Intendente
hasta donde fuese accesible, y combináronse con
destacó por la suya varias partidas de tropa y
tal felicidad las maixacion.es, que últimamente
personas activas y prácticas del país. Nada bastó
los triángulos dimanados del teodolito se exten-
para nuestro intento, y finalmente, al dar la vela
diesen por la embocadura del Viovio hasta la
la DESCUBIERTA, los desertores de ambas corbe-
Isla Santa María y la Nueva Mocha, mientras
tas no eran en menor número de ocho, tres sol-
por el Norte llegaban desde los extremos de la
dados artilleros, uno de marina y cuatro artille-
Quiriguina hasta las inmediaciones del Coliu-
ros de mar.
mo: solíamos en estas excursiones pasar indis-
En la mañana del 1 0 estuvimos ya prontos
tintamente las noches en la choza de un labrador
para dar la vela, reunido á su destino D . Anto-
ó en las casas de los vecinos más acomodados:
nio Pineda, el cual en los ocho días anteriores
no nos afanaba el cuidado de la comida, pues la
había reconocido los campos y fortificaciones no
encontrábamos en todas partes igualmente ex-
quisita, barata y abundante. El marinero, el la- distantes de la frontera. Reinaron ventolinas del
brador, el hacendado, descubrían cada cual en Norte hasta las cuatro de la tarde; pero entabla-
sus conversaciones entretenidas cuáles fuesen do finalmente en aquella hora viento galenito
sus circunstancias, cuáles sus deseos y la posibi- del Sur, pudimos aprovecharle con toda vela y
lidad ó rectitud de conseguirlos. Así acomuna- hacia el anochecer hallarnos fuera de la bahía.
dos frecuentemente con ellos y llevando las con- La derrota para la primera Isla de Juan Fer-
ferencias más bien el objeto indiferente de un nández, no debía mirarse en modo alguno como
entretenimiento que el de unas indagaciones sujeta á errores de una mediana consideración,
pues habían sido determinados su distancia y
§5

Mar. JO arrumbamiento con la Isla Santa María por una sospechará primera vista. Molestáronle mucho J
' , : , r
- 7
I

estima llevada con la mayor exactitud por el se- las neblinas, calmas y la mar gruesa del Sud-
ñor D. Antonio Ulloa; y siendo los vientos pro- oeste, unas veces separándole de la costa, otras
porcionados para que la navegación fuese direc- haciéndole casi indispensable el dar fondo con
ta, nada podía oponerse á que desempeñásemos un anclote: había, sin embargo, trazado con la
con toda brevedad la excursión emprendida. mayor exactitud las costas desde la Quiriguina
Arreciaron mucho los Sures luego que con el por las bocas del rio Itata, hasta la Ensenada
andar de la noche nos fuimos alejando de la cos- del Sorro, las inmediaciones del Morro de Topo-
ta; á ias veces nos era preciso arriar las gavias calma, los bajos de Rapel, las playas de Carta-
á medio mastelero y eran bastantemente frecuen- gena, y finalmente, el trozo comprendido entre
tes los golpes de mar que se nos introducían á las puntas de Coronmilla y los Angeles. Ya el
bordo. Esto, sin embargo, aceleró de tal modo observatorio se hallaba establecido en el ángulo
12
nuestro viaje, que al amanecer del 1 2 ya está- del Norte del Castillo del Rosario. Los Tenien-
bamos á la vista de la Isla. Observáronse latitud tes de navio Galiano, Concha y Vernaci, agre-
y longitud en las mejores posiciones, reconocióse gádoles un pilotín y un soldado, alojaban en sus
de cerca el extremo Sur y navegamos después inmediaciones para que las tareas de la noche
con fuerza de vela para alcanzar en el día si- pudiesen seguirse sin la menor interrupción. Las
guiente las inmediaciones de la Isla Matafuero. solas cerrazones y neblinas habían podido es-
Pero en aquella ocasión, mucho más calmo- torbar que no estuviese ya empezado el proyec-
sos los vientos de lo que debíamos esperarlo, tado catálogo de las estrellas del hemisferio aus-
tral. No había tampoco diferido el Teniente de
causaron una tal lentitud en la navegación pro-
navio D. Ca3 etano Valdés en transferirse á la ca-
r
13
puesta, que al amanecer del 1 3 aún distábamos
pital de Santiago, y ahora avisaba que el Maris-
de ella unas nueve leguas, sin que pudiésemos
cal de Campo D. Ambrosio O-Higgins, Capitán
contar sino con ventolinas variables del Oeste
General y Presidente del Reino, volvería inme-
al Noroeste, las cuales no nos permitían una base
diatamente de los baños á do se hallaba, para
ordenada siquiera; por ventura despejadas una y
coadyuvar con aquel celo y actividad que le eran
otra isla, y bien determinados sus extremos, da-
naturales, al ma} or aprovechamiento de la ex-
T

ban medios para ligar en cierto modo con tal


pedición. Vagaba á su albedrío D. Luis Nee por
cual evidencia el total de nuestras operaciones;
aquellos contornos; no diferiría tampoco D. An-
esto bastó para que conseguidas al medio día
tonio Pineda en internar hacia Santiago, y la
unas observaciones exactas de latitud y longitud,
cordillera inmediata; finalmente, nuestra demora
volviésemos nuevamente la proa al Este, y con
en la bahía, debiendo ser algo más dilatada con
la brisa, que entabló fresquita por la tarde, atra- atención á las observaciones indicadas, podía
cásemos la isla de adentro por su extremo del también un número competente de Oficiales trans-
Norte, del cual distaríamos al anochecer unas ferirse á Santiago, y allí multiplicar en varios
cinco leguas: Matafuero quedó situado por nues- modos las tareas útiles de la expedición. No pa-
tras operaciones en latitud de 3 3 4 1 ' Oeste ven
o

recía á la verdad, asequible la conducción de los


longitud de 6 4 4 ' 3 0 " al Occidente de Chiloé. El
o

triángulos por el terreno intermedio, como nos


extremo Norte de la de adentro en 3 3 3 7 ' 3 9 " y
o

le habíamos propuesto. Ese tránsito, aunque


longitud 5 6 ' 3 0 " . La distancia de una á otra
0

corto, es todo pedregoso y con muchas vueltas;


isla era por las mismas ilaciones de 7 9 millas. atraviesa tres hileras de montes, los cuales au-
A medida que nos apartábamos de ellas, an- mentan considerablemente su elevación á me-
clada en la noche una regular distancia, volvie- dida que se aproximan al pié de la cordillera; la
ron la mar y el viento á la misma fuerza que ha- primera llanura es de bastante extensión, y al-
bíamos experimentado en la travesía anterior. gún tanto aprovechada, ó en pastos ó en siem-
Recibimos algunos golpes de mar, nos fué pre- bras: el lugarejo de Casa Blanca hace más amena
ciso navegar con menos aparejo, los tiempos .y útil la segunda; y si se exceptúan los valles de
mantuviéronse claros lo más frecuentemente; la Viñilla y Puangni, entrambos de muy corta
>s nuestra derrota, interrumpida en la noche del 1 5 extensión, el tercer llano es el hermoso valle
por el arrumbamiento inexacto de las costas en que baña el Mapocho, y en donde á las faldas de
las cartas trazadas hasta entonces, y en el día la cordillera de los Ancles, está situada la ciu-
siguiente por varias ventolinas del Norte entre- dad de Santiago: algunas haciendas intermedias
mezcladas con algunas calmas, solónos permitió hacen á la verdad más fácil y más entretenido el
el avistar nuevamente la costa en la tarde del 1 6 , camino, explayando los que las poseen un tal
y fondear en la bahía de Valparaíso al medio día grado de hospitalidad generosa, que á pesar de
'7 del 1 7 . ser ésta una propiedad casi innata del carácter
Hallábase fondeada desde el 1 1 la corbeta español, allí sobresale con unos colores y ador-
ATREVIDA, cuya navegación desde Talcahuano nos difíciles para describirse; pero como los
había sido más dilatada de lo que debiésemos
86 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

Mar. 17 montes sean por sí casi inaccesibles, y que á penosas; pues si bien apenas determinada su ad- AI,
más del tiempo que debiera absorber la coloca- misión á instancias del Consejero Born 3' del se-
ción previa de las marcas en los parajes opor- ñor Jacquín de Viena, emprendiese precipitada-
tunos fuesen también temibles en aquella es- mente su viaje desde Alemania, no había podido
tación los rigores del Estío, debe finalmente llegar á Cádiz sino en el mismo día en el cual
inferirse, que la operación proyectada excedía las corbetas ciaban la vela; y después, á más de
los límites del tiempo y de las fuerzas, que po- no alcanzarnos en Montevideo, había padecido
díamos á ia sazón sacrificarle. naufragio en las inmediaciones de aquel puerto,
Apoyaron estos inconvenientes la necesidad con la pérdida lastimosa de casi todos sus libros,
de que se transfiriese á Santiago la segunda co- papeles y equipaje. Con un verdadero amor á
lección de los instrumentos astronómicos, 3' allí las ciencias 3' particularmente á la botánica,
se repitiesen observaciones directas para fijar la consideraba sin embargo resarcidos en mucha
posición geográfica de aquella capital: hízose así parte los sufrimientos pasados, pues le habían
en efecto, 3' si bien el mal estado del reloj 1 0 5 deparado la casualidad de atravesar las Pampas
no permitiese deducir por él la longitud, como lo ó llanuras ele Buenos Aires y las cordilleras del
habíamos intentado, pudieron suplirle dos obser- Chile, logrando acopiar hasta 1 . 4 0 0 plantas, la
vaciones del primer satélite de Júpiter, las cua- mayor parte nuevas ó no bien caracterizadas.
les determinaron (hechas las correcciones de las En Valparaíso no habían sido los pasos de la 9
tablas) la de 6 4 2 6 ' 3 0 " ; latitud, 3 3 2 6 ' 1 6 " ; va-
o o
expedición menos activos y felices. Una asidui-
riación de la aguja, 1 3 2 0 ' al Nordeste. Deja-
o
dad indecible de los Oficiales astrónomos (agre-
remos para otro lugar más oportuno el dar una gad ose ahora nuevamente D. Juan Vernaci) ha-
idea adecuada de la feracidad de las tierras y cía que ni se malograse hora alguna en las no-
de la amabilidad de los moradores de los contor- ches claras, ni fuese por la misma razón ya. me-
nos de Santiago y Valparaíso. Obra es esta que nor de 3 0 0 el número de las estrellas, cuya de-
pide una ma}'or extensión de la que permiten clinación y ascensión recta podían determinarse
los límites de un diario, 3' cuyo detall, si bien di- ó rectificarse con toda seguridad. Se habían re-
fuso, no podrá menos de parecer importante á petido las observaciones de los satélites de Jú-
los que sigan.de cerca la prosperidad de la Mo- piter, levantado el plano de la bahía y sondada
narquía y el bienestar de sus conciudadanos. Por ésta con la mayor escrupulosidad, observadas
ahora baste el decir que los primeros días de 3 6 1 series ele distancias del Sol á la Luna, 3' final-
nuestra permanencia en la capital, nos descu- mente dispuestos los buques y aparejos por ma-
brieron una tan feliz unión de los depositarios
nera que, abastecidos de agua y leña, efectos bien
ele la autoridad pública con la satisfacción su-
escasos en la costa siguiente al Norte, pudiesen
bordinada de los pueblos y con los dones pródi-
dar la vela al primer instante oportuno.
gos de la Naturaleza, que en balde procurarían
Ya no debíamos extrañar los nuevos desórde-
el tiempo ó la multiplicidad de objetos nuevos,
nes de la tropa y marinería en un puerto don-
el borrar jamás de nuestra memoria un espec-
de todo estaba dispuesto para seducir 3' fomentar
táculo tan agradable.
los vicios entre las marinerías harto díscolas de
D. Antonio Pineda hizo al mismo tiempo la carrera mercantil de Lima; ni por nuestra parte
una excursión á lo alto de la cordillera en las mi- ó por la de la plaza cabía otro arbitrio, sino el
nas de plata denominadas de San Pedro Nolas- de sufrir más bien que comprometer el decoro de
co. Sirvió ésta á aumentar con algunos conoci- la autoridad descubriendo la debilidad de sus
mientos de la maj'or importancia la idea cabal resortes. Así, contentándonos con que no desma-
que procuraríamos dar á la Nación de esos de- yase la disciplina á bordo ni hubiese la menor
pósitos peligrosos ele su opulencia y de su mi- demora en las tareas emprendidas, vimos casi
. seria. con indiferencia la deserción de otros 15 indivi-
Tal vez una mirada filosófica hacia ellas, duos, ya soldados, ya marineros de las dos cor-
guiada de la humanidad y ele lo que realmente son betas. Repitiéronse sí los ofrecimientos de los
en sí, volverá finalmente la cuestión á pocos treinta pesos fuertes por cada desertor que se nos
principios sencillos, y nuestros cálculos económi- presentase en Lima, y al señor Capitán General
cos reducirán los diferentes productos ele la tierra se remitieron listas exactas que pudiesen coadyu-
y del trabajo del hombre á su nivel verdadero: var en cierto modo' á una pesquisa más exacta
el de las necesidades recíprocas de cada uno. sobre este punto importante del servicio.
Conforme á las medidas tomadas ele ante- Aprovechada, finalmente, toda la noche
mano nos alcanzó también en la capital de San- del 1 3 para las observaciones celestes, y embar-
tiago el hábil Botánico D. Tacleo Heenke, el cual cadas por la mañanita siguiente la tienda, el
había sido agregado á la expedición por órdenes cuarto de círculo y el péndulo, únicos efectos
posteriores de S. M. Sus peregrinaciones hasta que habíamos dejado, levamos la amarra de tie-
aquella época podían mirarse como sumamente rra, quedando sobre un solo calabrote, y nos dis-
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 8 7

pusimos á dar la vela al primer soplo de viento año anterior el Ingeniero D. Pedro Rico había
favorable. La cuenta de los relojes marinos se levantado el plano, así de aquella rada, como de
había cerrado para el medio día del 1 2 , y desde la siguiente de Pichichangue ó del Gobernador.
el 7 se había colocado sobre esferas el cronóme- Pasamos la mayor parte de la noche en cal-
tro 7 2 , para ver si aquella situación le era efec- ma y rodeados de una densa neblina; al amane-
tivamente tan ventajosa como lo había sido cer declaróse viento favorable del Sursueste con
para el número 7 1 de la A T R E V I D A . el cual, aunque flojo, gobernamos al Nornordeste
En lugar de suceder el viento Sur á las horas y Nordeste para atracar la costa; ésta, á la sa-
cle_ calma comunes al principio de la mañana, zón, se nos presentaba confusa y cargada de
declaróse una neblina espesa procedente del neblina aunque no distásemos de ella sino unas
Norte, que imposibilitaba la vista de los objetos tres leguas. A las ocho pudimos ya avistar
aun más cercanos; y manteniéndose sin asomo ; distintamente como al Sudeste / Este el puer-
d
4

de viento hasta las cuatro de la tarde, ya casi tecito de Quintero, hasta donde habían llegado
nos había precisado á desistir de la esperanza de j nuestros reconocimientos desde Valparaíso. No
dar la vela en el mismo día. Pero en fin, habién- distábamos, por consiguiente, ni del Papudo ni
dose disipado la neblina con algunas ventolinas de la Ligua, y pues la costa se distinguía con
del Sur, pareció que el buen andar de las corbe- bastante claridad con motivo de la poca distancia,
tas, el auxilio de los remolques y de la corriente, empezamos á correr bases con todo aparejo en
y la muy corta distancia que era preciso nave- vuelta del Norte '//,. Noroeste, siendo el viento á
gar para considerarnos libres de todo peligro, la sazón muy flojo del Sursueste al Sur. A las
nos proporcionarían el verificar la salida en el nueve y media, á distancia de dos leguas escasas,
plazo prefijado y sin exponernos á que las ven- la sonda dio 9 2 brazas arena gruesa blanca; á las
tolinas del Norte, bastantemente comunes en el doce, la boca del Papudo nos demoraba al Este,
mes de Abril, nos detuviesen algunos más días y la costa avistada hasta entonces parecía bajar
en el puerto. Así entrambos buques emprendí- • con algunos playazos, particularmente hacia la
Ligua; había tal cual islote entre el Papudo 3'
mos luego el cobrar el cable del Norte, reco-
el puerto de Quintero, 3' se veían algunos arreci-
giendo el calabrote de tierra.
fes en las inmediaciones del segundo: al Norte
A las cuatro y media levamos el ancla, y re- ¡
del Papudo se presentaba un monte aislado, que
molcados de la lancha, procuramos con las
podía servir de reconocimiento para buscarle.
gavias, juanetes y estai, aprovechar las ventoli-
nas favorables del Sur. Al principio fueron lentos En un paraje en el cual no debíamos dudar
nuestros progresos y estuvimos algo aconchados de un efecto considerable de las corrientes y en
sobre las piedras de la entrada, luego fué mejo- donde la dirección ele la costa no variaba del
rando nuestra situación; al anochecer ya había- Sur al Norte, la falta de la latitud observada
mos ganado dos millas al Norte de la punta de era precisamente un mal que debía alarmarnos
la Batería, y las ventolinas aún nos permitían el para la exactitud de las tareas emprendidas.
gobernar. La A T R E V I D A nos siguió de cerca y Acechábamos dos alturas del Sol en cualesquiera
con igual buen éxito. Metimos la lancha y de- claras, aunque momentáneas, que se nos presen-
terminamos á las seis por Puerto Salido según tasen. Pero no nos fué posible alcanzar sino la
las marcaciones, la latitud de 3 3 o', y la longi- una á las dos y cuarto ele la tarde, de la cual,
o

tud de 2 7 ' 3 9 " al Oriente de San Carlos de sin la latitud, no deduciríamos sino una longi-
o

Chiloé. Era nuestro primer ánimo el fondear en tud sumamente dudosa. La A T R E V I D A había ya
el puerto del Papudo, distante 1 0 ó 12 leguas de sondado 8 5 brazas; 3* como el viento tomando
Valparaíso, porque nos habían persuadido que algún vigor conservase su dirección del Sur, con-
tendría algún abrigo; indicándolo así por otra tinuáronse las bases hasta el anochecer, y á esta
parte el que le frecuentasen mucho los buques hora nos pareció preferente el seguir también la
iranceses, cuando al principio del siglo concu- derrota, siendo así que 3-a sabíamos por una tra-
rrían en tanto número á las costas del Perú y dición envejecida, que los tiempos sobre aquella
Chile. Tuvieron allí muchas bodegas, de las costa, eran por lo común igualmente oscuros 3'
cuales aún subsistían las ruinas, bien que siem- calimosos.
pre fué más bien el comercio ilícito que otra La noche fué apacible, pero igualmente ce-
causa cualquiera, la que los guiaba hacia aque- rrada con calima; viéronse algunas candeladas;
llos parajes menos habitados. El señor Presidente á la una de la mañana no se encontró fondo con
previno de antemano á los Subdelegados del par- todo el largo del cordel; le hallamos sí á las
tido para que concurriesen á auxiliarnos; pero cinco en 8 0 brazas, lama y chinitos; y como se
en fin, debimos desistir de aquella idea, no sólo hubiesen hecho algunas horas de pairo, pudimos
por la escasez del tiempo, por los nuevos riesgos amanecer á corta distancia de la costa, por ma-
de la deserción y el actual semblante calmoso y nera, que antes de salir el sol se empezasen á
oscuro de los horizontes, si también porque en el correr bases, navegando con todo aparejo al Ñor-
88 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

noroeste. La costa que teníamos á la vista, era posible. Los azimutes indicaban la variación A h

la que desde la silla del Gobernador por la punta de 1 4 al Nordeste. Al ponerse el sol nos hallá-
o

del Negro, corre hasta las inmediaciones de Con- bamos casi al Esteoeste con el extremo Sur de
chalí. Se veía aquel pueblo y la tierra parecía los altos de Chuapa y la última tierra al Norte
bastantemente alta, advirtiéndose en nuestra po- distaba de nosotros unas seis leguas.
sición por cuanto pudiésemos combinarla con la En las horas del pairo que debimos mantener-
de la tarde anterior, que no había sido excesivo nos en la noche siguiente, se conoció claramente
el error contraído por las corrientes, limitándose el efecto de la corriente al Norte en la dificultad
á dos ó tres leguas solamente. La falta de las de orzar que tenía la corbeta. Conjeturamos des-
observaciones en el segundo día, debió inquie- de luego, que debía atribuirse á aquellas horas la
tarnos ya mucho más que en el anterior, pues no mayor parte de los errores que encontrásemos
solo iban multiplicándose los errores irremedia- en la latitud del día siguiente: amanecimos en
bles en la navegación y dimanados de las corrien- efecto algo más al Norte de lo que debía supo-
tes de la marejada y de otras causas, sino que nerse. El rio de Chuapa y la Quebrada de Lima-
ya nos quedaba á la espalda un trozo no mediano rí, punto de tierra bien notable, eran los parajes
de la costa sin sujeción alguna en sus posicio- que teníamos más inmediatos. No distaríamos
nes respectivas; pero acechando las claras, aun- sino unas cuatro millas de la costa. Nuestros
que repentinas, por ventura fuimos algo más fe- rumbos de bases fueron el Norte y después el
lices que en el día anterior; tuvimos varias altu- Nornoroeste, con los cuales, y un anclar de tres
ras del Sol con diferentes intervalos y algunas no millas con todo aparejo, se conservaba la costa
distantes del medio día, cuyos resultados nos á regular distancia. Observáronse al medio día
prometían una latitud bastantemente aproxima- la latitud de 3 0 3cj'y la longitud de i S ' al Oeste
o

da á la verdadera. Finalmente, despejado pol- de Valparaíso. La Quebrada de Limarí demoraba


la tarde el cielo, pudimos á las tres y á las cua- al Sueste corregido de tres á cuatro leguas, y
tro observar dos series de alturas, las cuales, mul- parecía la Lengua de Vaca la última tierra que
tiplicando las combinaciones con las de la ma- se alcanzaba á la distancia de seis leguas. Con
ñana, afianzaban con mayor probabilidad nues- mucha propiedad en la navegación costanera se
tras pesquisas sobre la latitud, al paso que ciaban
ha ciado este nombre á la punta de tierra baja,
la verdadera longitud según el útil método halla-
muy saliente al mar, desde donde empieza ha-
do por D. Dionisio Galiano.
cia el Norte la grande ensenada, la cual condu-
Adoptáronse á -este fin las últimas dos series ce al puerto de Coquimbo y Frezier llama de
de la tarde y una altura en la cual dos observa- Tongoy.
dores habían convenido á las n horas 3 9 ' de la Fué luego más feliz y más acelerada nuestra
mañana. Acordes entre sí entrambos resultados, navegación en aquella tarde, habiendo refresca-
dieron la latitud al medio día de 3 1 3 6 ' 1 6 " di-
o
do mucho la brisa sin que se acelajasen los cie-
ferente en 1 9 ' al Norte de nuestra estima. La los y horizontes. Así, para el anochecer ya ha-
longitud deducida fué de 1 2 ' al Este de Valpa- bíamos propasado la punta indicada de la Lengua
raíso, la altura meridiana á las seis y cuarto dio de Vaca, sobre la cual sondamos 71 brazas arena
la latitud de 3 1 3 0 ' 3 " la cual, confirmando la
o
blanca, y veíamos como á unas seis leguas de
del medio día, servía al mismo tiempo de ratifi- distancia la entrada del puerto de Coquimbo,
cación á nuestras longitudes, délas cuales aqué- de suerte que paireando en la noche inmediata
lla había dimanado. no nos fuese difícil el alcanzarle al otro día con
Las irregularidades de los relojes 6 1 y 1 3 y los primeros soplos de la brisa.
la uniformidad de la marcha del 7 2 , nos habían Descaecimos de tal modo en las horas del
precisado á adoptar al último por magistral, aun- pairo, especialmente por el efecto de las corrien-
que nos fuese fácil igualar los otros por medio tes al Norte, que al amanecer del 18 apenas dis-
de la ecuación diaria: sus resultados, compara- taríamos una legua de la entrada del puertecito
dos á las longitudes estimadas y á la que ha- de la Herradura. El viento del Sur, á la sazón
bíamos observado en la tarde del 1 5 , nos pro- flojo, parecía deber tomar algún incremento lue-
porcionaron el corregir la latitud de aquel medio go que saliese el sol, lo cual, combinado con el
día y pudo deducirse, finalmente, de tan feliz natural deseo de reconocer de cerca las inme-
combinación, que los errores habían sido propor- diaciones de un puerto importante, nos indujo
cionales y que nuestra posición inferida en los á atracar la costa á distancia de una milla esca-
dos medios días anteriores era muy aproximada á sa. Así hízose rumbo del Este en vuelta de la
la verdadera. Punta de Lobo, de la cual ya no distaríamos á
L u e g o que empezaron á entablar ventolinas las ocho sino la milla prefijada.
del Sudoeste y Sur con hermoso semblante, hi- Pero en aquel momento y en aquella situa-
cimos proa del Nornoroeste siguiendo así la costa ción, contra todas nuestras espectativas, dieron
á regular distancia para ligarla con la exactitud algunas ventolinas del Nordeste, las cuales y la
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 89

Ab. 18 mareta gruesa del Sur, nos hicieron al mismo gundo y primer satélite de Júpiter. El 7 2 acre- AÜ. is
tiempo imposible el gobierno, por cuanto inten- dito en aquella ocasión, que no habían sido in-
tásemos auxiliarle con la maniobra y fueron fundados nuestros conceptos sobre su marcha
causa para que entregados á la revesa, nos vié- uniforme: se había deducido y cerrado la cuenta
semos arrastrados con rapidez hacia la costa in- de los relojes el día 12 en Valparaíso, y las al-
mediata, de la cual ya á las nueve y media no turas correspondientes del 1 3 nos habían indi-
distaríamos sino unos cuatro cables. Ni el bote cado que los tres habían tenido alguna altera-
que habíamos echado de antemano al agua, ni ción en las veinte y cuatro horas anteriores; pero
la lancha que echamos á la sazón, podían vencer la del 7 2 mucho más corta que la de los 6 1 y 1 3 ,
el embate de la ola para ponernos en dirección y en todos procedente tal vez del cañonazo de
de aprovechar las ventolinas de la virazón, que leva, que habíamos disparado en la mañana
ya empezaban á dejarse sentir. Finalmente, del 1 2 .
atando al mismo tiempo la lancha por la proa y La sucesiva deducción de su marcha en el
el bote por la popa en sentido contrario, conse- observatorio de Coquimbo, ratificó esos mismos
guimos caer de la vuelta de tierra y ponerla proa conceptos y pudimos determinar los siguientes
al Nornordeste, largando toda vela y haciéndonos resultados:
al mismo tiempo remolcar de las embarcaciones Corrección Longitud que
menores. La A T R E V I D A , que había podido man- en
tiempo.
resulta
de Valparaíso.
tenerse algo distante del peligro y se había va-
N ú m . 72 3 " 7S E 15' 17"
lido de los remos, aunque con la mortificación
N ú m . 61 2 9 " 40 15 47
de romper el mayor número de ellos, envió in-
N ú m . 13 18 22 16 54
mediatamente su lancha á auxiliarnos. Se man- L a s d o s e m e r s i o n e s del pri- \
tuvo ésta corto rato por la proa, hasta que em- m e r satélite d e J ú p i t e r , o b - j
pezando á tomar vigor la virazón, la devolvimos s e r v a d a s en la n o c h e a n t e - f 0 ,
á su bordo y metimos la nuestra, dejando sólo . . } 73 38 3°
el bote en el agua al remolque y ayudado de sus n o r y en la siguiente del 20 í
velas. y c o r r e g i d a s d e los e r r o r e s 1
d e las T a b l a s . . . . . . . . I
A las doce ya habíamos pasado la boca de la Mientras así procedían con actividad las di-
Herradura, y pues el viento se mantenía flojo, diferentes tareas que debíamos abrazar en el
pareció tan aventurado como inútil el entrar en puerto, emprendimos la mejor parte de los Ofi-
el puerto por el canal que forma el islote de ciales una excursión á la ciudad no distante de
adentro con la tierra firme: se hizo rumbo á Coquimbo ó la Serena. El camino es en mucha
dejar por estribor el Pájaro Niño de fuera, y parte por la playa, agradable al tiempo de la baja
antes de la una pudimos atracarle y costearlo á mar, si bien algo molesto cuando la marea está
tiro de pistola. Ciñóse luego por estribor; y sobre alta. Luego interna para huir del terreno pan-
el mismo bordo acercándonos mucho á las pie- tanoso que media entre el mar y el terreno algo
dras sumamente acantiladas, conseguimos alcan- más elevado en el cual está situada la ciudad.
zar el fondeadero: algunas espías nos internaron Según los naturales, son tres leguas las que com-
después en paraje oportuno, y la corbeta quedó prende; pero pueden andarse con comodidad en
amarrada á distancia de un cable de tierra en 4 5 ó 5 0 minutos.
fondo de cinco brazas. Bajamos demorando la La situación de la ciudad no puede ser más
punta Sur de la boca del puerto Norte 8 Oeste o

amena ni más cómoda. La vista de la marina,


y la Torre de Santo Domingo de Coquimbo al la abundancia de aguas cristalinas, las llanuras
Nordeste. inmediatas todas capaces de riego, un rio cons-
La A T R E V I D A fondeó como cable y medio al tantemente caudaloso aunque sin riesgo de inun-
Norte, y quedó amarrada casi en la misma dis- daciones, el cual al mismo tiempo fecundiza los
posición que nosotros. campos y da varias acequias para molinos y
En la orilla inmediata á las corbetas, había . trapiches; las minas no distantes y ricas; el puer-
unos almacenes bien acondicionados y pertene- to excelente; la mar abundante en peces; los ali-
cientes á un vecino de Coquimbo, los cuales se mentos sabrosos y baratos y el clima agradable-
nos franquearon inmediatamente para que allí mente templado y uniforme en todo el año, for-
estableciésemos el observatorio. En la mañana man uno de aquellos enlaces maravillosos de la
siguiente, dos destacamentos de marinería los naturaleza, que parecerán más bien ficciones poé-
asearon y ordenaron en cuanto fuese necesario, ticas que realidad á los que ciñan sus combina-
y armado inmediatamente el péndulo, se adoptó ciones al solo examen de una parte nó la más
el cronómetro 7 1 para las alturas correspon- feliz del globo.
dientes mientras se sistemase en cierto modo su Contribuyen la labor de las minas y la fer-
movimiento. Ya en la noche anterior se habían tilidad de los campos á que la ciudad parezca
observado en la playa dos emersiones del se- desierta. Ambas orillas del rio siguen pobladas
• 12
VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

Ai). i3 hasta la cordillera, hasta donde llegan también Guancavelica, ó tal vez diese en lo venidero las AI,. ,S
las pesquisas y el beneficio de las minas, aun- crecidas cantidades que la Nación solía recibir
que disten del mar unas 4 0 ó 5 0 leguas. Así la de los minerales de Alemania. Reuníanse á es-
población de Coquimbo puede considerarse com- tos objetos, por sí de la mayor importancia,
puesta de unos 15 ó 2 0 comerciantes mercade- las observaciones del eclipse de Luna y de dos
res que habilitan á los mineros; de seis ú ocho ocultaciones de estrellas que debían proporcio-
familias de conquistadores bien acaudaladas; de nársenos de allí á pocos días; y en el entretanto
algunos empleados por el Rey y de un número no serían tampoco inútiles ó las excursiones con-
crecido de religiosos de San Francisco, Santo tinuas de los botánicos, ó un estudio algo más
Domingo, la Merced, San Agustin y San Juan prolijo de las costumbres y riqueza intrínseca de
de Dios; ocupan los Agustinos la casa de los ex- aquellos contornos. Quedó pues decidido, que
pulsos jesuítas. la salida de las corbetas para la continuación de
El Subdelegado D. José Antonio Corvera, nos sus tareas no tendría lugar sino en el día 3 0 , y
había prevenido una comida igualmente abun- que mientras por la una parte atendiésemos al
dante y sabrosa; pero como el día se mantuviese estudio de los contornos de la ciudad y á las dis-
despejado, lo que no es frecuente en aquellos posiciones necesarias para las observaciones in-
parajes, nos pareció preciso el restituirnos casi dicadas, por la otra D. Luis Nee no abandonaría
todos inmediatamente al observatorio para me- sus excursiones botánicas, y los señores Pineda y
dir algunas distancias de la Luna al Sol. Entre Heenke, con el Teniente de navio D. Fernando
dos y tres de la tarde 8 0 series observadas con Quintano, internarían hacia las minas de Ancla-
muy buenas circunstancias, determinaron para eolio y Punitaqui para visitarlas y ensanchar sus
el observatorio la longitud media al Oriente de conocimientos físicos en cualesquiera oíros ra-
Chiloé de 2° 3 4 ' 5 0 ' ' . Igual número y con igua- mos que les viniesen á mano. Acompañábales el
les circunstancias nos indicó al medio día si- Administrador Superintendente de Punitaqui Don
guiente la de 2 1 5 ' : así el promedio de 1 6 0 se-
o
Miguel José Lastarría. El Teniente Coronel Don
ries manifestaba la longitud occidental de París Tomás Shee, Oficial cuyas prendas morales se
de 7 3 5 6 ' mayor tan solamente en 1 5 á la que
o

describirán con la individualidad correspondiente


señalaban las observaciones del primer satélite en las reflexiones siguientes, dirigía más de cer-
de Júpiter. ca el examen nuestro en las inmediaciones de la
Una situación tan placentera como la que ciudad. La caza, la pesca, el cuidado de las tri-
acabamos de describir, la tranquilidad del puerto pulaciones, con una mezcla ordenada de traba-
y el temple agradable del clima, debieron preci- jos y de entretenimientos, finalmente, la instruc-
samente acalorar también las operaciones geo- ción militar de la tropa con unos ejercicios dia-
désicas del mismo modo que lo habíamos conse- rios de fusil, repetidos después con fuego y
guido con las observaciones astronómicas. En los algunos tiros al blanco, eran otros tantos objetos,
dos días indicados, alternando los Guardias Ma- que reunidos á la suma hermosura del tiempo,
rinas en el cuidado de las sondas y repitiéndose debían hacer nuestra demora en el puerto con
las bases y las marcaciones del teodolito en extremo agradable y entretenida.
cuantos puntos fuesen necesarios para el plano Cuantos objetos nos habíamos propuesto, 29
exacto del Puerto Grande, del de la Herradura otros tantos efectivamente se llevaron con la ma-
y para la configuración de la costa hasta donde yor felicidad á debido efecto. Reconcentráronse
alcanzasen las visuales, pudieron considerarse á bordo los naturalistas y botánicos; se lograron
concluidos también aquellos objetos; por manera, las observaciones de los eclipses con tanta ma-
que inferida en la noche anterior la latitud del yor complacencia, cuanto mayor había sido
observatorio por diferentes alturas meridianas de nuestro temor de malograrlas por el cielo siem-
estrellas al Norte y al Sur del zenit, á las cua- pre fosco después de los dos días primeros; y ob-
renta y ocho horas de nuestra llegada á Coquim- servadas el 2 9 las alturas correspondientes del
bo ya hubiéramos podido emprender de nuevo la Sol para el último arreglo del movimiento de los
continuación del viaje, si la sola Hidrografía hu-
relojes, quedaron embarcados en aquella misma
biese sido el objeto de nuestras tareas.
tarde los instrumentos, y todo dispuesto para dal-
Pero el país en el cual nos hallábamos, ade- la vela en la siguiente mañana.
más de contener en sí una cantidad indecible No habían sido en el entretanto menos es-
de minas de oro, plata y cobre, había sido tam- candalosas las deserciones en aquel puerto, de
bién en estos últimos años un objeto de nuevas las que habíamos experimentado en los puertos
especulaciones importantes para la Monarquía, visitados anteriormente. Y lo que debía causar-
con descubrir en las minas no distantes de Pu- nos una mayor extrañeza, era el que hubiesen
nitaqui la esperanza de una nueva suministra- incurrido ahora en ese delito, aquellos precisa-
ción abundante de azogue, la cual, ó alcanzase mente de los cuales debíamos tener mayor con-
á reemplazar los beneficios bien desmayados de fianza y en un momento en que ni los desórde-
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA

Ab. =9 nes diarios de la población, ni una demasiada desde Valparaíso, acreditando así no sólo las Ab. o 3

fatiga ó un excesivo rigor en las corbetas, podían determinaciones que sobre él se habían hecho
convidarlos siquiera remotamente á abandonar antes, si también el partido tomado de colocarle
su destino; pero ó fuese aquella una ocasión de sobre esferas: el 6 1 , al contrario, continuaba con
las que llevan á su albedrío el ánimo de la gente una extraña irregularidad en su movimiento, el
nuestra de mar, exactamente como una ola im- cual determinado en Valparaíso de 5 8 ' ' 1 6 llega-
pelida del viento en una dirección cualquiera, ó ba en este puerto á 1 ' 3 " 4 5 , promedio de todas
bien (lo que no parece imposible) precediesen su- las observaciones bien diferentes una de otra: el
gestiones y promesas de los vecinos para aumen- número 1 3 ya no daba la menor esperanza de que
tar su número con personas bastantemente ro- llegase á ser ni medianamente exacto: variaba
bustas y trabajadoras,'ello es que en la misma no considerablemente de un día á otro, aunque en
che del 2 8 , viéronse faltar á la lista tres soldados, la mayor quietud, en el temperamento más uni-
un artillero y un marinero de la D E S C U B I E R T A ; forme y manejado con el posible cuidado; el
y después se halló también abandonado el bote, cronómetro 7 1 y el reloj 1 0 5 ele la A T R E V I D A ,
el cual debía reconducirnos á bordo concluidas continuaban con una marcha regular; se había
las observaciones astronómicas. En balde desde notado alguna alteración en el número 1 0 , reloj
el amanecer del día siguiente D. Fernando Quin- de una exactitud sobresaliente hasta aquella
tano recorrió á caballo las chozas más distan- época.
tes, por si alguno de los fugitivos hubiese que- No dejó de aprovechar D . Felipe Bausa la
dado en ellas durmiendo, acosado del vino ó del situación de la tarde misma para hacer nuevas
cansancio. Su regreso á las dos y media de la tar- marcaciones al cerro del Guanaquero y á la May.
de, sólo sirvió para convencernos, mediante las punta de Lengua de Vaca, las cuales, ligadas
• noticias adquiridas, que la fuga era efectiva: los actualmente con los puntos bien situados de las
soldados procuraban hacerla más expedita con inmediaciones del puerto, ratificasen nuestras
dos muías que habían tomado violentamente: determinaciones traídas desde el Sur al tiempo
cuando los marineros fueron vistos, iban aún á de dirigirnos á Coquimbo: tuvimos la satisfac-
pié, pero alcanzarían muy luego el auxilio de los ción de verlas confrontar con una exactitud que
caballos para alejarse con más rapidez. no podíamos esperar, mucho más cuando se le
Desertaron casi al mismo tiempo otros dos agregaron las marcaciones de la mañana siguien-
marineros de la A T R E V I D A . Un accidente apoplé- te, pues teníamos aún á la vista los mismos
tico arrebató en pocas horas al mejor gaviero de puntos de la tarde anterior.
la D E S C U B I E R T A . Tantas pérdidas y tan repetidas, Hasta la mañana del 3 de Mayo nuestras ta-
no podían á menos de debilitar con extremo los reas hidrográficas pudieron continuar con el
armamentos, y no sólo hacer arriesgada en lo método y exactitud acostumbradas. Reconocié-
venidero nuestra navegación, si también indicar ronse bien de cerca los fondeaderos del Guaseo y
bien próximo el momento en el cual, si acaecie- del Totoral; las observaciones repetidas de lon-
sen nuevas deserciones, ya las corbetas se halla- gitud dieron un nuevo grado de exactitud á las
rían imposibilitadas para navegar hasta Lima. bases por corredera. Tomáronse varias precau-
Esas reflexiones nos persuadieron finalmente ciones para no propasar en la noche los extre-
como el mejor partido, el de cortar toda comuni- mos de los reconocimientos hechos en la tarde
cación con la tierra. Se aceleró la salida para el anterior. Así alcanzamos, finalmente, las inme-
día siguiente, y la precaución de hacer embarcar diaciones del Morro de Copiapó, á cuya vista
en cualquier bote un Oficial de guerra con dos debían separarse de nuevo las dos corbetas, la
soldados armados, debió tranquilizarnos sobre la una para atravesar al reconocimiento de las Islas
conservación de los pocos restos de la mari- de San Félix y describir á su regreso la costa
nería. del Perú desde la latitud de 1 5 3 0 ' hasta Lima;
o

3° Finalmente, en la mañana del 3 0 , entablado la otra para continuar sus tareas al anclar de la
viento bonancible del Oeste Noroeste, ambas costa hasta aquella latitud, fondeando antes en
corbetas pudieron dar la vela, y con todo aparejo Arica, y reincorporándose después en Lima. Se
emprender sobre bordos la salida del puerto. Al abrazó la A T R E V I D A con el segundo destino, y
medio día el Pájaro Niño de fuera demoraba al por la misma razón se reforzó su armamento con
Oeste Sudoeste. Al anochecer ya distábamos ocho hombres de la D E S C U B I E R T A ; hízose nueva
unas tres leguas de la boca del puerto, y le mar- comparación de los relojes marinos para su
cábamos al Norte 43° Este de la aguja: varia- mayor exactitud, y á las tres de la tarde apenas
ción magnética por varios azimutes 1 3 grados al se decidían las primeras ventolinas de la brisa,
Nordeste. cuando ya recogidas las embarcaciones menores,
navegaron las dos corbetas, cada cual al rumbo
En el último examen de la marcha de los re-
de su destino. Perdiéronse después de vista ape-
lojes, el número 7 2 había manifestado la misma
nas entrada la noche. La D E S C U B I E R T A , al ama-
exactitud que se le había conocido en la travesía
9 2 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

necer del día siguiente ya se hallaba engolfada P o r las d i s t a n c i a s . . 3" 5 5 ' 1"
y con vientos más variables de los que solían P o r los r e l o j e s . . . . 3 53 38
experimentarse sobre la costa. Diferencia. . . 1' 2 3 "
Pero á medida que aprovechados aquellos
vientos la distancia andada aumentaba conside- El cielo, por lo regular calimoso ó nublado
rablemente, los tiempos iban tomando el más en las horas próximas al amanecer, no dio lugar
hermoso semblante, y los vientos, aunque cal- á observar distancias con astros occidentales á
mosos, inclinándose más al Sur y Sueste, nos la Luna como lo hubiéramos deseado; tal vez nos
daban lugar á progresar en nuestra derrota. Se darían alguna luz sobre las causas verdaderas
conoció por las observaciones diarias un efecto de una diferencia tan extraña, que de ningún
de corrientes al Oesnoroeste; y como ya en la modo podía atribuirse á los sextantes ratificados
tarde del 7 avistásemos un lobo marino y algu- con la mayor prolijidad y siendo casualmente de
nos pelícanos, hallándonos aún en latitudes los mejores artífices ingleses Ramsdem, Do-
de 2 6 2 5 ' arribamos en aquella misma noche,
o
llond, Nairne, Stanchff, Wright y Troughton.
logrando así en la mañana siguiente observar En la tarde del 9 se avistó al Oessudoeste
la latitud de 2 6 0 1 ' y longitud al Oeste de Co-
o
y á larga distancia, la Isla bien alta de San Am-
quimbo de 5 5 1 ' . La variación magnética, por
0
brosio, y con el objeto de descubrir las otras de
una serie no interrumpida de observaciones de San Félix en la mañana siguiente, continuá-
azimutes y amplitudes hechas con circunstancias ronse en la noche rumbos proporcionados con
las más favorables, se había conservado hasta fuerza de vela; por manera, que al anochecer
esta época de 1 3 á 1 2 Nordeste. o
pudiésemos marcar la primera al Norte 1 7 o

Como es natural, habíamos aprovechado el Oeste, distancia de tres leguas, y avistar las
cuarto menguante de la Luna para observar sus otras más occidentales que parecían merecer el
distancias al Sol. Las considerábamos como un nombre más bien de pedruscos que de islas.
nuevo apoyo de la posición que determinásemos Varios chubasquillos, con una extraordina-
á las Islas de San Félix con los relojes marinos, ria variedad en el viento hasta las dos de la tar-
de cuya exactitud ya debíamos tener la más fun- de, hicieron luego algo más complicados, bien
dada seguridad, particularmente después de que no menos exactos, los reconocimientos que
haber colocado ambos cronómetros sobre esfe- intentábamos. Lográronse las observaciones de
ras: así las emprendimos desde la mañana del 5 , la latitud y longitud. Reconocimos bien de cerca
y en los siguientes días 6 , 7 y 8 , se procuró las calidades de la masa pedregosa de la cual se
aplicarles toda la exactitud que estuviese á componía la isla mayor, y á las cuatro, pare-
nuestro alcance, así en cuanto á las observacio- ciéndonos ya supérflua cualquiera ulterior demo-
nes como á los cálculos. Debe pues imaginarse ra en aquellos contornos los más áridos y mal-
cuál sería con aquellos antecedentes nuestra aventurados que puede presentar la Naturaleza,
sorpresa en ver sus resultados bien distantes de pusimos de nuevo la proa hacia el Continente
los relojes marinos: confirmábanse una á otra las con brisa galena del Sursudeste.
observaciones anteriores con las posteriores. Con- El Archipiélago reconocido se compone de
currían el conocimiento de tiempos y el almana- una isla grande, tres medianas y un islote, ade-
que náutico en las mismas determinaciones de más de algunos pedruscos aislados que se hallan
los lugares de la Luna; nuestras deducciones inmediatos al extremo oriental de la isla grande,
para el meridiano de Coquimbo no podían apo- y otro que está á igual distancia en el extremo
yar sobre datos de mayor confianza; finalmente, occidental. Todos presentan un semblante igual-
nuestra uniformidad en observar tan crecido nú- mente horrible y escarpado. Las dos capas que
mero de distancias y la misma correspondencia componen su masa, parecen contener muchas
entre las diferencias diarias en longitud deduci- partículas férreas; son algo inclinadas al hori-
das de las distancias y las que indicaban los re- zonte, y las negras ó ferruginosas son mucho
lojes, parecían exigir tanta confianza en los unos más espesas que las coloradas, ó de una sustan-
como en los otros. cia córnea. La isla grande de San Ambrosio es
ciertamente inaccesible por todas partes, pudién-
Días en Longitud medida Los relojes Diferencia de dose considerar como cortada á pico, si bien de
que se Número por las dis- las distancias
observó. de series. tancias de París. mismo tiempo. á los relojes. una elevación no menor de 1 9 0 á 2 0 0 toesas.
Sólo se advierte en una especie ele meseta alta
5 49 '74° 5 3 ' 2 1 " 75° 32 3° E 39' 30" una vegetación bien mezquina, compuesta de po-
6 143 76 47 57 77 26 00 38 00
7 88 78 6 10 78 47 00 40 50
cos arbustos de dos á tres pies y de algunos gra-
8 16 78 48 22 79 26 00 38 40 menes; ningún rastro de agua, ningún semblante
de abrigo que pueda convidar al navegante ha-
Así la diferencia andada en longitud desde cia ella. Las mismas aves y los lobos marinos
el día 5 hasta el 8 era: que debían considerarse en crecido número en
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA
93

este asilo, el más seguro y el más templado para mismo bordo dar fondo en paraje oportuno, ha-
la subsistencia, parecen ahuyentados de su sem- cia las once de la mañana.
blante horrible. No debe quedar duda que sean En el entretanto la A T R E V I D A , la cual, como
igualmente francos para la navegación todos los se dijo ya, debía seguir sus reconocimientos y
canales que forman entre sí las islas y los is- tareas al anclar de la costa, no había sido menos
lotes. La latitud del extremo Oeste de la misma feliz que la DESCUBIERTA. Distingüese general-
isla grande, es de 2 6 2 0 ' 1 5 " , su longitud de
o
mente con el nombre de ensenada de Arica y
8 2 8 ' al Occidente del observatorio de Coquim-
o
puertos intermedios, toda la costa comprendida
bo. La variación magnética ha quedado algo du- entre Coquimbo y la Nasca. Concurren á ella
dosa, pues fuese casualidad ó realmente un diferentes embarcaciones costaneras con el ob-
efecto de las muchas partículas ferruginosas de jeto, ó de cargar el guano para la mayor fecundi-
las cuales se ha hecho mención, no tuvimos sino dad de las tierras, ó de extraer los diferentes fru-
8 al Nordeste en aquellas inmediaciones, cuan-
o
tos de la provincia de Arequipa, ó finalmente, de
do en la tarde anterior, á una distancia de 12 proveer la misma y las Intendencias inmediatas
leguas, observábamos 1 1 3 0 ' , cantidad propor-
o
con los pocos efectos de Europa que pueda ne-
cional á las que habíamos observado en las tra- cesitar el corto número de sus moradores. La
vesías desde la costa. ensenada ó puerto de Arica, con el mismo inten-
Nada ocurrió en la navegación siguiente que to de hacer más fácil la internación de los efectos
merezca ser referido. Los cielos fueron comun- europeos á las minas inmediatas, ha logrado ser
mente foscos, los vientos galenos del segundo comprendido entre el número de los puertos ha-
cuadrante, y nuestros rumbos por lo común los bilitados, lo cual, reunido á lo mucho que fué
que permitiese una bolina descansada. Arribóse frecuentado por los navegantes franceses cuando
últimamente al Norte y en la mañana del 1 6 por al principio del siglo se extendieron en tanto nú-
latitud de 1 6 2 9 ' ya teníamos á la vista una par- mero sobre las costas del Perú, decidió la pre-
o

te no mediana de costa, la cual, á distancia de ferencia á su favor para un reconocimiento más


unas cinco leguas, demoraba desde el Norte has- exacto de lo que pareciesen exigirle las demás
ta el Este corregido. ensenadas de Cobija, el General, Nuestra Seño-
Compónense allí las costas de unas andanas ra, Mejillones, Iquique, lio y Quilca, todas
altas de arenales, prolongadas en su misma di- menos frecuentadas y generalmente con la sola
rección y terminadas hacia el Oeste con puntas ventaja para llamarse fondeaderos, de que haya
uniformes desde las cuales empieza nuevamente un paraje abrigado de la mar del Sudoeste, no
y en forma de escalón la otra andana; se advier- tanto para fondear, cuanto para atracar los botes
te igualmente en todas partes un semblante casi y embarcar ó alijar los efectos.
desierto; hay algunas calas, pero son de poco En aquella parte bien extendida de costas,
abrigo, particularmente en donde bate la mar corren siempre constantes los vientos del Sur al
constante y siempre temible del Sudoeste. Este, caracterizándose luego según el día ó la
Nuestros reconocimientos desde el paraje in- noche con el nombre de terrales y virazones. No
dicado hasta Lima, si bien emprendidos con son raras las calmas acompañadas por lo común
cuanta exactitud pudiésemos alcanzar, debieron de algunas ventolinas casi imperceptibles del
sin embargo ceder á las veces á la mucha con- Norte. La mar del Sudoeste es el único peligro
trariedad que allí ponen las corrientes y las ca- del cual debe precaverse el navegante, ó fondea-
limas casi con emulación una de otra. No es fá- do ó á la vela. Jamás hay un temporal, jamás la
cil en algunas ocasiones el no dejarse arrastrar lluvia y el trueno interrumpen el trabajo ó el
de las corrientes en las noches largas que hay descanso del marinero. Todo allí anuncia la na-
en aquellas latitudes. Las nubes impiden otras turaleza tranquila, feliz y reposada, y sin em-
veces ó las observaciones ó la vista de la costa bargo, en cuanto se extienda algo más adelante
más inmediata. Es preciso, que en la mucha re- una mirada filosófica se apercibe inmediatamente
petición de operaciones se deslice algún error; el contraste, ó en la sequedad indecible de los
empero, los que hayamos cometido jamás serán desiertos de Atacama y en los contornos de Co-
tales que arrastren el menor riesgo al navegante piapó y Guantajaya, ó en los repetidos extragos
aun más descuidado, particularmente desde la del volcán harto temible de Arequipa. Rara es la
Nasca y el Morro Quemado á donde suelen pol- vez, por otra parte, en la cual el Sol vivifique
lo común recalar los que vienen de las costas de con su brillo encantador las tierras, las plantas
Chile ó de las inmediaciones del Cabo de Hor- ó los pocos moradores de aquellos contornos.
nos. Nos ocuparon aquellos objetos hasta la ma- Tantos inconvenientes y tantas ventajas, compo-
ñana del 2 0 , en la cual, finalmente avistada la nen, en fin, aquella compensación universal del
Isla de San Lorenzo y montado su extremo sep- mal y del bien, sin la cual, soberbio el hombre
tentrional á distancia de un tiro de fusil, logra- y entregado al albedrío de su propia imagina-
mos internar en la bahía del Callao y sobre el ción, muy luego declararía la guerra al mismo
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cielo y apenas bastaría su propia ruina para re- los relojes, y se adquirieron, finalmente, todas ¡u
traerle otra vez del vuelo desmedido al cual se aquellas noticias sobre los países inmediatos,
había entregado. que pudiesen dar una idea mediana así de su
Después de una enumeración como la que opulencia interior como de sus relaciones políti-
antecede, de las diferentes circunstancias que cas con la matriz.
debía encontrar la A T R E V I D A recorriendo las cos- Muy poco correspondían los vientos al ansia
tas indicadas, parecerá más bien extraño, que natural de abandonar el fondeadero con la ma-
sus tareas fuesen igualmente exactas y expeditas yor presteza; fué, pues, preciso valerse de los
en la dilatada extensión que le había tocado en botes para remolque, ya que las ventolinas del
suerte. Sustituíanse á la altura meridiana del terral no alcanzaban en la mañanita del 1 9 a
Sol para la deducción de la latitud, otras alturas apartar la corbeta á una mediana distancia de la
medidas en ocasiones oportunas y calculadas costa, ni bastó todo aquel día para que granjea-
por los métodos más exactos. El excelente reloj sen una tal distancia cuanta era necesaria para
número 1 0 del Sr. Ferdinando Berthoud, con un perder el puerto de vista.
movimiento inalterable, suministraba nuevas Ya desde allí, con un mejor semblante del
combinaciones no violentas para el mismo in- tiempo y vientos algo más frescos y favorables,
tento, ó para la deducción de las longitudes, ó pudieron acelerarse y ser más exactos los reco-
finalmente, para la sujeción de las bases de cor- nocimientos siguientes. La costa menos fosca,
redera. Los pairos durante la mayor parte de las bases más arregladas y varios montes inter-
la noche y una suma aproximación á la costa du- nos que servían para enlazar oportunamente las
rante el día, compensaban luego la estrechez de marcaciones más distantes, veíanse, por otra
los horizontes y la tosquedad de las tierras. Así parte, correspondidas con una mayor frecuencia
pudiéronse recorrer uno á uno los diferentes fon- en las observaciones, las cuales daban al todo
deaderos, de los cuales se ha hecho memoria; y un grado de seguridad hidrográfica cual no debía
finalmente, fondear en Arica en la noche del 1 4 . fácilmente esperarse en aquellos contornos. Al-
Son una excelente marca para el fondeadero canzados así los paralelos del Morro de Acarí,
de Iquique, el cerro de Tarapacá que está un en donde habían empezado de nuevo los recono-
poco más al Sur de la boca del puerto, unos nié- cimientos de la D E S C U B I E R T A , omitióse sólo el
ganos de arena que hay dentro de la misma en- pairear en una parte de la noche, pero se apro-
senada y una punta al Norte formada de piedras vecharon de tal modo los dos días siguientes
blancas del guano ( 1 ) : el Morro de Arica no lo para repetir las mismas operaciones favorecidas
es menos para buscar la entrada del puerto ó ahora con una presencia casi constante del Sol,
bahía de ese nombre. que pudo darse á las primeras un nuevo grado
Atento á los objetos que allí debía desempe- de perfección, y sin embargo, alcanzar el fon-
ñar la A T R E V I D A , y á la epidemia de tercianas deadero del Callao en la noche.del 2 8 , quedando
que según costumbre acosaba en aquella estación inmediatamente amarrada y desaparejada al
á la mayor parte de los habitadores de los contor- lado de la corbeta compañera.
nos, fueron sólo cuatro días los que permaneció Ya en el plan propuesto y aprobado por Su
fondeada. En ese intervalo, sin embargo, fueron Majestad, se envolvía una demora en Lima que
repetidas las observaciones de latitud y longitud diese lugar á un nuevo acopio de víveres, á la
por medio del sextante, y nó sin algún riesgo pol- recorrida de las embarcaciones y de sus pertre-
la mucha mar al tiempo de desembarcarse, lo- chos, al examen prolijo de un país de tanta im-
graron el Comandante y algunos Oficiales el portancia para la Monarquía, y sobre todo á la
levantar el plano exacto del puerto, valiéndose ordenación de los muchos materiales hidrográfi-
de las bases de cadena y de las marcaciones del cos que habíamos acopiado, y que ya nó sin mu-
teodolito bien multiplicadas, por manera, que cha confusión se iban aglomerando y en cierto
no cupiese el menor error bien en los puntos modo destruyéndose en la imaginación, se agre-
interiores ó en la costa siguiente por una y otra gaba que en la costa siguiente al Norte reinaría
parte hasta donde se le alcanzase á la vista. Al
á la sazón el vendaval lluvioso enteramente
mismo tiempo se sondaron á las órdenes del Te-
opuesto á nuestras tareas, y que, por consi-
niente de navio D. José Robredo todos los pa-
guiente, á ninguna parte pudiéramos dirigirnos
rajes útiles para fondear: se observaron muchas
que no envolviese á lo menos igual sacrificio de
series de distancias lunares, se examinó de nuevo
tiempo para retroceder á las costas desde Gua-
con la posible escrupulosidad el movimiento de
yaquil á Acapulco, en donde sólo por Diciembre
empiezan á entablarse las brisas.
(1) G u a n o es el estiércol del s i n n ú m e r o d e ga- Con estos objetos, desde Chile habíamos su-
viotas q u e h a b i t a n s o b r e a q u e l l a s c o s t a s y p o s a n en al-
plicado al señor Virey que tuviese á bien inter- 1
g u n o s islotes desiertos. Su c a n t i d a d y u t i l i d a d p a r a el
beneficio d e la Agricultura, se d e t a l l a r á n d e s p u é s con poner su influjo con los religiosos de la Bue-
la m a y o r c l a r i d a d . na Muerte, para que nos dejasen establecer el
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 95

real en su casa del pueblo de la Magdalena, sin la menor demora y acompañándole muy lue-
mientras las corbetas permaneciesen desarma- go algunos de los Oficiales, al paso que vigila-
das en el Callao. ban sobre el buen orden y acomodo de cada co-
Es la Magdalena, un pueblecito de indios, sa, acecha.ban cualesquiera momentos favorables
como muchos que amenizan el hermoso valle del para las observaciones astronómicas, tan difíci-
Rimac, sito al de la ciudad y no distante de ella les de conseguirse en el cielo continuamente nu-
sino dos millas marítimas: la amenidad de su blado de aquellas inmediaciones.
suelo, la salubridad de sus aires y aguas, la tal Los días que á la sazón corrían, eran preci-
cual separación de la vida bulliciosa de Lima, le samente los que la ciudad de Lima había desti-
hacen concurrido de muchos enfermos y conva- nado para la entrada pública del nuevo Virey del
lecientes, para los cuales el cielo de la ciudad Perú, el Teniente General D . Francisco de Gil
es conocidamente pernicioso y funesto. y Lemus. Este General reunía á su alto carác-
Muchas razones habían demostrado la nece- ter y á unos talentos y cualidades personales
sidad de que nuestro real se estableciese algo dignas de mucha admiración, aquel amor hacia
distante del Callao y de Lima, de modo que com- nosotros que debía dictarle el ser el mismo un
binásemos la reunión necesaria de todos para individuo de la Real Armada, lo cual, al paso
las muchas tareas á que debíamos arrostrar, con que nos hacia participar de aquellos regocijos
aquella natural independencia que es sola el pri- públicos, excitaba también una natural curiosi-
mer móvil del descanso y del recreo. El Callao, dad, hija de unos aprestos tan magníficos cua-
además de ser conocidamente expuesto á unas les eran los que por todas partes se nos presen-
tercianas constantes, nos arrimaba demasiado á taban á la vista. El Sr. D . Antonio de Ulloa, en
los armamentos para que ni dejasen de incomo- la narración de sus viajes, ha descrito el porme-
darnos á cada paso con su método poco arre- nor de esas funciones con tanta puntualidad y
glado de vida, ni á la inversa les incomodásemos elegancia, que fuera reprensible el describirlas
con nuestra presencia demasiado frecuente, la nuevamente, tanto más, que restituidas ahora á
cual no nos diera lugar á disimular uno ú otro su antiguo lustre todas las ceremonias propias
desorden. Además, que si la Oficialidad estuviese de aquella ocasión, en nada podía la narración
tacharse de poco exacta, si no es en el número
distante de Lima y precisada á unas, tareas casi
j'a mucho ma3 or del pueblo y en las aclamacio-
r

diarias, mal pudiera dedicar las pocas horas que


nes procedidas ahora de un afecto más vivo ha-
le quedaban a l a vida sociable y no menos instruc-
cia el augusto Soberano noblemente represen-
tiva con que le brindaba la capital inmediata.
tado á tamaña distancia del trono.
. No era tampoco oportuno el establecernos
dentro de la ciudad misma, así porque serían las Verificada la incorporación de la corbeta
distracciones y la dificultad de reunimos mucho ATREVIDA, fueron las primeras atenciones en
más frecuente, como porque la misma curiosidad entrambos buques la de examinar el movimiento
y ociosidad natural arrastrarían continuamente de los relojes con alturas absolutas del Sol, me-
hacia el centro de nuestras tareas un número didas con el sextante. La buena posición de ver-
crecido de personas, con un grave perjuicio de ticales en las primeras horas de la tarde, facilita-
la mayor economía del tiempo que nos propo- ban mucho la exactitud de aquel método; así para
níamos. En la Magdalena, además de evadir los los primeros días del mes de Junio, conseguido
inconvenientes indicados, disfrutaríamos de un el examen indicado, pudimos proceder sin mayo-
cielo algo más despejado para nuestras observa- res dilaciones al arreglo de las cartas, las cuales
ciones, de un clima mucho más sano, y particu- debían abrazar las costas reconocidas hasta en-
larmente de una cierta libertad campestre inse- tonces. Tuvimos también sobre pocas claras, la
parable del sosiego. casualidad de poder observar para el anochecer
Así, desde el momento en el cual la D E S C U - del día 5 la emersión del primer satélite de Jú-
B I E R T A fondeó en el Callao, como pasase el Te-
piter, la cual, según los métodos adoptados, de-
niente de navio D . Cayetano Valdés á cumpli- bía ligar las deducciones de los relojes marinos
con los resultados de las observaciones celestes.
mentar al Virey y por la tarde lo verificasen
también los demás Oficiales con los Sres. Pine- El primer día de Junio había sido la época
da y Heenke, quedó aprobado por su excelencia el en la cual empezamos el método de disciplina
plan propuesto y accediendo los religiosos de la últimamente adoptado. D . José Bustamante, con
Buena Muerte á la total cesión de la casa ya in- su Oficialidad, se había establecido en una her-
dicada, pudieron en la mañana siguiente tomar- mosa casa de campo del Conde de San Carlos, á
se medidas bien activas para la verificación del m u 3 poca distancia de la Magdalena. Cada Ofi-
r

establecimiento y particularmente del observato- cial tuvo muy luego un caballo con el cual nues-
rio. Los instrumentos astronómicos y geodési- tras visitas al Callao, nuestra concurrencia casi
cos, los acopios de Historia Natural, la mayor diaria á Lima, y á veces nuestros paseos, eran
parte de los libros y planos, se transfirieron allí tan fáciles y frecuentes como sanos y entreteni-
VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

dos. La misma recopilación de los materiales distribución sólo debía verificarse en Manila,
acopiados que se hacía de mancomún en ambas como porque eran acreedores á premios los po-
casas y que trabadas precisamente entre sí las cos que en las costas de Chile no se habían aban-
diferentes materias exigía la solución continua donado á la deserción ó al desorden, dictó el me-
de una ú otra duda, se hizo de este modo muy dio más oportuno de reunir los objetos de interés
fácil, destacándose en el mismo traje de caza una á la conservación de una disciplina tan poco mo-
ú otra persona á caballo que las preguntase y re- lesta como lo permitiese el buen servicio del Rey.
solviese. Empero muchos más objetos debieron Bajo de estos principios, se estableció que en
tenerse presentes para adaptar á aquellas cir- los meses en que permaneciesen las corbetas en
cunstancias un método general y oportuno, por el Callao, además de la ración, se abonarían á
manera que en las clases subalternas tuviésemos cada marinero que asistiese al trabajo, cuatro
á la vista la menor familiaridad entre sí, una reales diarios á cuenta de sus pagas; por manera
distracción no enfadosa de los vicios harto co- que, sujetado á las listas, no sólo el ausente no
munes en el Callao, una regular asistencia á triunfase de sus faltas ó vicios, sino que perdiese
sus deberes, la ninguna deserción, y si fuese po- una parte correspondiente de su paga á favor de
sible la conservación de una salud robusta en la Real Hacienda; debía también preferirse esta
medio de ios muchos riesgos que la rodeaban. especie de castigo pecuniario, á los que deslizán-
Con dichos objetos, en el mismo día primero pasó dose en alguna falta digna de castigo, quisiesen
á acuartelarse en la Magdalena la tropa de ba- lavarla con el trabajo en lugar de vegetar ocio-
tallones y brigadas de ambas corbetas, haciendo samente en el cepo. A la tropa, pilotines y Ofi-
que los destacamentos á bordo fuesen de cuatro cialidad de mar, para mayor decoro, se dio la
hombres á las órdenes del sargento, condesta- paga á principio de cada mes, reservándose, no
ble ó primer cabo. Un solo Oficial ele guerra, al- obstante, el detenerla oportunamente á los que
ternando los de una y otra corbeta y los mismos no siguiesen un método arreglado de vida. Fi-
Guardias Marinas, quedó encargado de la guar- nalmente, para los enfermos se adoptó, sí, el
dia "de entrambos buques fondeados en una gran- hospital muy bien asistido de Bellavista, pero en
de inmediación uno de otro. Pasaron también á una sala separada, bajo la inspección de nues-
la Magdalena los pilotines y pintores y el san- tros cirujanos y al cargo inmediato del sangra-
grador de la D E S C U B I E R T A , para encargarse de dor de la ATREVIDA.

las disecaciones y aprestos correspondientes á la Entretanto, . nuestras tareas científicas se


Historia Natural. Se permitió á la Oficialidad de habían emprendido y llevaban adelante con todo
mar vivir indistintamente á bordo ó en tierra en aquel vigor que debía exigir nuestro anhelo, de
el Callao, siempre que su conducta no fuese es- que correspondiesen á las intenciones de S. M. en
candalosa; sólo sí que el Contramaestre y dos guar- pro de la navegacióli nacional. Se examinaron
dianes, debían precisamente turnar en dormir de nuevo y arreglaron sobre datos más proba-
á bordo con la tercera parte de la tripulación, á bles las marchas de los relojes marinos, parti-
cuyo cargo estarían la lancha, bote y chinchorro cularmente en las épocas comprendidas desde
varados en paraje oportuno, para menor distrac- Buenos Aires á Chiloé, resultando con esto al-
ción las otras dos embarcaciones menores. En el terada la posición en longitud del Puerto De-
día de trabajo ninguno estaría exento de él si no seado. Los diarios meteorológicos, los estados de
precediese licencia, cuyo término se encargaba á variaciones y mareas, el diario astronómico, las
los Oficiales de guardia no excediese de tres días, tablas de las variaciones diarias en el movi-
castigando por otra parte severamente los que miento de los relojes, todo recibió un nuevo
interrumpiesen aquella distribución equitativa. orden debido á los diferentes Oficiales á cuyo
Pero aunque no hubiésemos conocido de an- cargo se puso; se repasaron y extractaron las
temano los desórdenes de la marinería en el Ca- observaciones de latitud ó de longitud que sir-
llao, no hubiéramos podido ocultarnos que se- viesen de base á las operaciones hidrográficas;
mejantes providencias en poco ó en nada se lle- se emprendieron los derroteros por los señores
varían á efecto, si no ligasen con agentes mu- Quintano y Vernaci, y D. Dionisio Galiano en
cho más poderosos que los consejos ó el castigo; una bien hilada disertación que hizo preceder á
aquéllos poco eficaces, cuando el halago, los ej em- las observaciones astronómicas, explicó por ex-
plos, el clima, la ociosidad y una fácil subsis- tenso los instrumentos relativos así á aquella
tencia, convidaban al vicio; éstos otros difíciles ciencia, como á la Física, y los métodos con que
de realizarse cuando la fuga era tan fácil como el hasta entonces se habían aplicado á la Hidro-
delito. El interés debió, por consiguiente, pare- grafía los principios más sólidos de la Astro-
cer la única arma propia en aquella ocasión, y la nomía. No estaban tampoco ociosos los natura-
misma necesidad en que nos hallábamos de dar listas; antes bien, encontrando por todas partes
algunas pagas á las marinerías, así para que no nuevos objetos de admiración enlos diferentesra-
echasen á menos la gratificación del vino, cuya mos de Historia Natural, aprovechaban de aquel
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 97

clima uniforme para vagar á su albedrío los en los navios mercantes habían venido de Euro-
contornos del ameno valle de Rimac. D. Antonio pa en aquel mismo año, ó con los que llegasen en
Pineda, á cuyo cargo estaban los ramos de la la fragata Liebre de la Marina Real, destinada
Historia Natural, excepto la Botánica, no pudo según los últimos correos á la mar del Sur y
á la verdad apartarse tan luego de la Magdalena; particularmente al puerto del Callao.
pero los Sres. Nee y Heenke, ya desde la mitad La policía del puerto, harto abandonada des-
de Junio emprendieron excursiones dilatadas y de que no le frecuentaban los buques de la Ma-
de la mayor importancia, dirigiéndose el primero rina Real, fué otro objeto que debió precisa-
hacia las Quebradas de Canta, y el segundo por mente ocuparnos mientras no hubiese otra em-
Tarma al otro lado de la cordillera hasta Gua- barcación que le tomase á su cargo. Se prescri-
nuco, cuyo rio, vertiendo ya sus aguas hacia el bieron á este fin á los Capitanes de los buques
Este, comunica con el Marañen y empieza á ser mercantes las precisas instrucciones sobre an-
navegable. Se prescribieron á D. Luis Nee solos clas, amarradero y número de gente á bordo,
treinta días de ausencia; se amplió hasta cin- particularmente de noche, para su seguridad.
cuenta días la de D. Tadeo Heenke; y les Debía rondar el Oficial de guardia para el exac-
acompañaban los Sres. Tafallas y Pulgar, bo- to cumplimiento de la instrucción indicada; de-
tánicos pensionados por S. M. en Lima y dos bía examinar el estado de los buques que salie-
dragones milicianos medianamente prácticos del sen, para que, poco advertidos, no careciesen de
idioma indio. aquellas precauciones que son indispensables
Todas las medidas indicadas necesitaban á aun en la más extricta economía mercantil; fi-
cada momento ó bien la autoridad ó el influjo nalmente, debían por sí cortar con igual dul-
del señor Virey. No nos faltaron uno ni otro, zura, rectitud y prudencia, todas aquellas quejas
en cualquiera ocasión que los solicitásemos; antes diarias que ya el Capitán, ya el marinero, en los
bien, franqueando S. E. á D. Cayetano Valdés, buques mercantes, encuentran en sus ideas harto
á cuyo cargo había puesto el examen del Archi- contrarias y opuestas entre sí. Estas precaucio-
vo de temporalidades, cuantas noticias pudiesen nes no alcanzaron sin embargo á evitar, que en
conducir al mayor ensanche de nuestra obra, la noche del 7 de Junio un buque mercante, in-
vimos que el plan propuesto podría llevarse á cendiado por descuido del Oficial de mar y pocos
debido efecto en cuantos ramos nos permitiese marineros que le habían abandonado, pusiese en
extenderle el tiempo de nuestra demora en aque- evidente riesgo las mismas corbetas y particu-
llas inmediaciones. larmente la D E S C U B I E R T A , á cuyo orinque del
Los armamentos de entrambas corbetas, har- ancla del Norte quedó por largo tiempo agarra-
to desmembrados así en cuanto á tropa como á do con el timón. El Guardia Marina D. Jacobo
marinería desde que entramos en el mar Pací- Murphi y los dos primeros contramaestres de
fico, exigían también una atención tanto más se- las corbetas con ambas lanchas, desplegaron en
ria por lo que toca á su reemplazo, cuanto que aquella ocasión una actividad é inteligencia dig-
debíamos temer que las escalas siguientes de nas de elogio, logrando remolcar y varar en la
Guayaquil, Panamá y Acapulco, nos arrastrasen playa del Ancón el buque incendiado, ya que se
nuevas deserciones y desórdenes. Para la tropa habían frustrado todos sus esfuerzos para apa-
y brigadas suplicamos desde luego al señor Vi- garle ó aprovechar los palos y alguna otra parte
rey que nos permitiese completarlas con aquella de sus pertrechos.
gente voluntaria que del regimiento Fijo de Li- En los buques mercantes recién llegados de
ma ó de la Artillería, quisiese pasar á nuestras Europa, el Intendente general de Marina en la
banderas. Exigíamos las cualidades de robustez, Isla de León, nos había dirigido varios efec-
buena conducta y de que procediesen de los re- tos que aún no estaban prontos al tiempo de
gimientos veteranos de Soria y Extremadura, nuestra salida. Entre ellos tuvimos la satisfac-
los cuales, al tiempo de regresar á España, ha- ción de ver comprendida una ecuatorial de Do-
bían completado dicho regimiento, y dejábamos llón, la colección de libros acopiados en París
al arbitrio de D. Cayetano Valdés el decidir, para los objetos de Historia Natural, y dos cajas
después del examen más prolijo, cuáles entre los de cristales, casi todos utensilios pertenecientes
muchos que se brindaron voluntariamente, fue- á las experiencias de los aires, siendo entre ellos
sen ó no oportunos para el intento. En cuanto á dos máquinas de mucha importancia, los eudio-
la marinería, conociendo el genio inconstante metros de los Sres. Volta y Fontana; pero no
de esa clase infeliz, y pudiendo combinar con el pudimos menos de extrañar y hallar sumamente
corto número que á la sazón nos había quedado perniciosa para los objetos que nos proponía-
así el desempeño de las faenas diarias como mos seguir en el viaje, la falta no sólo de la exce-
una prudente economía al Erario, elejamos pa- lente colección de instrumentos físicos que aco-
ra el último mes de nuestra estada en el Ca- piada en París por disposición del Excelentísimo
llao el completarla, ó bien con los muchos que Señor Conde de Fernán-Núñez estaba ya embar-
13
98 VIAJE ALREDEDOR D E L MUNDO

cada en Rúan al tiempo de nuestra salida de Cá- impune el autor de una muerte, ni quedase entre
diz, si también los pararayos y algunos otros la tropa y marinería un principio de rencor que
utensilios que debían remitirnos del Arsenal de la después de largo tiempo pudiera acrecentar y ser
Carraca en las primeras ocasiones. Nos entre- funesto.
gamos entre tanto de todo lo que había llegado, Añadidas á estas muestras de escarmientos la
y no tardó D . Antonio Pineda en examinar la ocupación diaria, el cebo del jornal y la natural
salubridad de los diferentes aires atmosféricos disciplina militar, haciendo la marinería fre-
que se respiraban en los contornos de Lima. cuentes ejercicios de cañón y los de fusil la tro-
Casi al mismo tiempo habían llegado á Lima, pa, juntamente con las revistas de armas y ropa,
remitidos por los correspondientes Gobernadores, guardia de prevención, toques de retreta dia-
casi todos los desertores de Chiloé, y entre los de ria, etc., lográbamos ver, nó sin mucha compla-
Chile un marinero quedado en Coquimbo y otro cencia, que el buen orden, el amor recíproco de
y un cabo de escuadra de la DESCUBIERTA de- las diferentes clases y de los mismos individuos
sertados en Valparaíso; se les trató con mucha entre sí, finalmente, que la robustez misma, iban
menos severidad de la que debían esperar, obli- precisamente cimentándose en el paraje donde
gándolos sólo á que descontasen á bordo con un más bien debíamos recelar su última destruc-
grillete ó cadena el premio de su aprehensión; ción.
no les quedó tampoco cortado todo medio de eva- En los primeros días de Julio vimos llegar la
dirse de nuevo, y sólo al cabo de escuadra se fragata Liebre de la Marina Real, al mando del
obligó á que sirviese en la ATREVIDA en clase de Capitán de navio D. Tomás Geraldino; siguieron
soldado raso, hasta que manifestase en su con- luego con mediana actividad nuestros aprestos
ducta datos tales, que pudiesen borrar el error para las próximas campañas; así, al concluir del
pasado harto escandaloso. E n nuestro sistema mismo mes, las corbetas aparejadas de un todo,
de armamentos, en los cuales por ningún motivo la tonelería y velamen recorridos con la mayor
podíamos admitir gentes cuya custodia y con- escrupulosidad, reemplazados ó compuestos los
ducía exigiesen la ocupación constante de otros diferentes pertrechos, completadas aguada y ví-
muchos, esos rasgos de dulzura eran más bien veres, recibido el número de tropa que nos fal-
necesarios que oportunos, ni dejaron de influir tase a u n excluido uno ú otro individuo de los
mucho en ligar el amor de la marinería al servi- antiguos, ó como enfermo ó como inútil, y la es-
cio, pues que además de que los marineros apre-
tación oportuna para seguir nuestras tareas ya
sados eran buenos.}'generalmente amados de sus
muy próxima, todo nos avisaba que era tiem-
compañeros, no les quedó duda que la autoridad
po de arrostrar de nuevo unas ocupaciones que
en nuestras manos era inseparable de la compa-
por tanto tiempo debían tenernos á tamaña dis-
sión y que al paso de perseguirles con el mayor
tancia de la patria. Incorporados j-a por otra
tesón donde estuviesen, no era esto con ánimo ó
parte los Sres Nee y Heenke, después de unas
de emplearlos violentamente-y casi por necesidad
excursiones tan útiles como penosas, y no
en la misma comisión, ó desplegar sobre ellos un
debiendo ser sino de muy pocos días la ausencia
rigor militar intempestivo. Al mismo tiempo se
de D. Antonio Pineda, que intentaba un nuevo
examinó en Consejo de guerra junto á bordo de
reconocimiento de la cordillera en aquellas in-
la ATREVIDA, el delito cometido en Valparaíso
mediaciones, debimos poner un término á nuestro
por un soldado de marina de su guarnición, que
deseo de que nada faltase ni en la exactitud ni
había mal herido á un marinero, muerto después
á bordo más bien por haber ocultado por largo en la multiplicidad, ni. en el orden ni en el aseo,
tiempo la herida que por su gravedad al princi- en todo lo que había de componer nuestra remesa
pio. D . Secundino Salamanca, en una defensa de las tareas pasadas y más bien inclinarnos á
bien ordenada, recordó á los jueces las circuns- aquellos objetos cuyo cumplimiento exigiese in-
tancias del delito, la dificultad de resistir á unos dispensablemente nuestra demora en el Callao.
ultrajes contra su misma clase y servicio en un Quedó por consiguiente determinado para el
soldado que voluntario se había alistado en el 20 de Agosto el principio de las tareas hidrográ-
servicio de las corbetas cuando podía gozar quie- ficas y del restablecimiento de la mayor parte de
to de una paz duradera; finalmente, la gallardía la Oficialidad á bordo. Debía hacerse cargo del
con la cual solo y con armas inferiores se había Real de la Magdalena D. José Bustamante, á
defendido de dos marineros; y el Consejo, refle- quien dos meses de calentura casi continua, ha-
xionando en estas circunstancias, le sentenció á cían necesaria mucha quietud y una regular con-
seis meses de prisión, contando la que ya había valecencia. Sería el otro establecimiento á bordo
sufrido, y á un recargo de cinco años en el servi- de la DESCUBIERTA para acelerar las últimas ta-
cio militar, bien que debía tener lugar en la fraga- reas y disponernos á la salida, con cuyas pre-
ta Liebre más bien que en nuestros buques, para cauciones, cada uno de los individuos de las
•que ni los armamentos tuviesen á la vista casi corbetas lograría indistintamente del necesario
descanso, comodidad y acogimiento donde sus
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 99

ocupaciones principales le detuviesen, bien sea á Bailío D . Antonio Valdés, y fueron éstas la se-
bordo ó en la Magdalena. Aquí debían perma- paración del pintor D . José del Pozo del des-
necer particularmente todos los encargados del tino al cual se había contraído, no pudienclo su-
ramo de la Historia Natural; D. Felipe Bausa, jetarse ni á aquella natural subordinación que
el piloto Maquéela y dos pilotines para conti- sola es el principio y cimiento del buen orden,
nuar el trabajo de cartas; y los Tenientes de ni á aquel tesón y asiduidad en el trabajo que
navio Galiano y Concha que intentaban arreglar exigían así el ejemplo de los demás, como la
antes de la salida el catálogo de las estrellas harmonía de los objetos que teníamos entre
observadas en Valparaíso. Al cargo de D. Juan manos. La segunda, fué el que no faltaron en
Vernaci estaría el arreglo de la marcha de los los últimos días de nuestra demora en el Callao
relojes marinos, formado el observatorio muy algunos desórdenes en ambos armamentos, in-,
oportunamente en una de las torres de la ciu- separables á la verdad del marinero cuando
dadela del Callao, y el mismo Bausa, medida abandonando un país lleno en su entender de
una base en las inmediaciones de la Magdalena, halagos y atractivos para arrostrar las fatigas
extendería poco apoco los triángulos desde el ob- del mar, intenta sepultar en un goce momentáneo
servatorio hasta la catedral de Lima, Pachaca- la idea de los peligros que le esperan. Muchas
mac, Lurin y el mismo puerto de donde le en- veces la dulzura y muy pocas el rigor, se em-
contraríamos nosotros con otra serie de triángu- plearon para contenerlos: la Oficialidad, ya casi
los emprendidos sobre otra base para extender toda reconcentrada á bordo, alternó en este útil
hacia las islas de Pachacamac. objeto; y finalmente, pudo conseguirse que se
La constante benignidad del tiempo, que hace reuniesen á bordo en el día anterior á la salida
el mérito principal del hermoso clima de aque- todos los individuos de la D E S C U B I E R T A , si se
llas costas y su menor fosquedad, pues ya con exceptúa un. soldado de Marina y otro de los re-
la caída del invierno se iba poco á poco disipan- cién pasados del regimiento Fijo. No fueron
do, hicieron que las medidas indicadas pudiesen mayores las faltas de la A T R E V I D A , según avisó
llevarse á debido efecto casi con la misma pre- su Comandante por medio de D . Francisco Ja-
cisión con que las habíamos dispuesto, y así vier Viana, y así, nada oponiéndose ya en la
para los primeros días de Setiembre estaban con- tarde del 1 9 para la verificación de la salida, es-
cluidas las operaciones hidrográficas, sondado peramos con ansia la mañanita siguiente, meti-
prolijamente el puerto, usando de teodolitos das ya dentro algunas de las embarcaciones me-
para la colocación de los bajos, bien encami- nores y cortada cuanto fuese posible la comuni-
nado el arreglo de los relojes, y hecha por el pi- cación con tierra.
loto Maqueda una excursión al Ancón y los Pes-
cadores, para ligar aquella parte adonde no al-
canzasen nuestras marcaciones, examinar sus CAPÍTULO VI
sondas y hacer una ú otra observación de latitud.
Sólo D. Manuel Novales, quien con el Guardia Navegación desde el Callao al andar de la cosía
Marina Alí debía en el falucho de las Rentas re- hasta el Puerto de Perico cu el Golfo de Panamá.
conocer los islotes foranos de las Hormigas y de- Ocurrencias en Guayaquil y en aquel puerto.
terminar con buenas observaciones su latitud y
longitud, tuvo la desgracia de no poderlo verifi- Eran las diez de la mañana cuando pudimos
car completamente acosado de un viento extra- dar la vela con la brisa ya entablada. Al medio
ordinariamente fresco del Sur, el cual, engrue- día, el estremo Noroeste de la Isla San Lorenzo,
sando mucho el mar, ni le permitió permanecer nos demoraba próximamente al Norte distancia
fondeado entre aquellos pedruscos, ni dejó de
de media milla, y el rumbo emprendido del
exponerle á mucho riesgo é incomodidad para
Oeste '/,, Noroeste debía conducimos directamen-
alcanzar nuevamente el puerto. Completamos
te á dar vista á los Islotes de las Hormigas, cuya
al mismo tiempo, con marineros de la fragata
posición intentábamos rectificar, malograda en
Liebre ó de otros buques, todos los que falta-
mucha parte por el temporal del Sur la expedi-
ban, y así para el 15 de Setiembre, época en la
ción del Teniente de Navio D. Manuel Novales,
cual cerróse la cuenta de los relojes, pudimos
de la cual se hizo memoria. Los avistamos efec-
considerar ya todo dispuesto para dar la vela.
tivamente á las tres y media de la tarde, cuando
Dos cosas habían no obstante contribuido á desde la cofa de mesana se alcanzaba todavía
la sazón á enturbiar considerablemente la natu- la vista de la Isla de San Lorenzo. Fué fácil des-
ral complacencia que debía causarnos, no sólo pués reconocerlos de cerca, y finalmente, á las
la perspectiva de nuestras tareas del primer cinco, sondadas 9 4 brazas arena y conchuela, y
año, si también la aprobación de S. M. á nues- observados algunos horarios, arribar el Norte pa-
tras operaciones del Rio de la Plata, que acaba- ra continuar las tareas emprendidas. Los dos ís-
b a de manifestarnos en carta de Marzo el señor lotillos indicados y ya bien reconocidos por Don
100 VIAJIi ALREDEDOR DEL MUNDO

Manuel Novales, el cual había fondeado entre á una legua de la costa. Paireábamos la mayor
ellos, serían seguramente un peligro no mediano parte de la noche; solíamos medir una ú otra
en aquellas navegaciones, así por su poca eleva- altura de los montes más elevados. La variación
ción, como por sus restingas salientes en varias de la aguja disminuía paulatinamente desde el
direcciones; pero por ventura tienen buen fondo Nordeste y los derroteros antiguos, los nombres
á una milla de distancia, y además es fácil eva- conocidos en nuestras historias de la conquista,
dirlos saliendo de la Isla de San Lorenzo para 3^ sobre todo, los rastros apreciables de la expe-
el Oeste: viniendo á Lima siempre se costea dición de los Sres. D. Jorge Juan y D. Antonio
la tierra firme á corta distancia, ni hay motivo Ulloa se seguían tan de cerca, cuanto lo permi-
alguno que pueda precisar á otro partido. Nues- tiesen los límites de la exactitud que nos había-
tras observaciones combinadas con la estima, mos prefijado para la descripción hidrográfica
determinaron para el islote mayor la latitud de de unas costas tan extendidas.
I I ° 5 4 ' 4o y la longitud de 3 4 ' o" al Occidente

Para el amanecer del día 2 7 estuvimos efec-
del Callao. tivamente en las inmediaciones de Paita. Largas
No hay tal vez en la dilatada extensión de las insignias, atracóse el fondeadero por sondas
las costas de la América sobre el Mar Pacífico, de 1 4 y 1 5 brazas. Reconocimos con bastante
una parte más oportuna para las tareas hidro- exactitud ese teatro harto célebre de las haza-
gráficas, de la que se halla comprendida entre ñas militares del Almirante Anson; algunos bu-
Lima y Paita, debiéndose considerar este último ques mercantes fondeados, dos balsas grandes á
puerto como el verdadero término por una parte la vela á pesar del mucho viento, muchas canoas
de los vientos siempre constantes del Sur, por la varadas en aquellas inmediaciones, eran objetos
otra del imperio de las dos monzones opuestas que hacían más agradable la vista del puerto, y
del Sudoeste y del Nordeste. Son allí los cielos como no tardasen en ceder los últimos soplos del
algo menos calimosos que sobre las costas de terral á la brisa nuevamente fresca del Sur, á
Coquimbo y Arica, en donde por la misma razón las nueve nuestra derrota ya nos conducía di-
no pueden repetirse con tanta frecuencia las rectamente hacia el Cabo Blanco, y para el ano-
observaciones, los vientos son muy frescos y checer habíamos conseguido el montar aquel
largos, las costas menos desiertas y por eso más Cabo, orzando después inmediatamente para el
frecuentes los fondeaderos ó abrigos, las sondas golfo de Guayaquil.
no se extienden á menos de cinco leguas mar en Aquí anocheció con viento galeno y sem-
fuera, finalmente, frecuentan á esas orillas feli- blante algo calmosos. Navegamos dos ó tres le-
ces un número tan crecido de aves acuáticas, de guas con poca vela, 3' luego nos atravesamos de
anfibios, de ballenas y de peces, que el navegan- la vuelta de tierra con ánimo de aprovechar
te halla por todas partes nuevos objetos agrada- cuanto fuese posible la mañanita siguiente, y si
bles para satisfacer á su codicia ó al entreteni- la virazón se declarase fresca, alcanzar el fon-
miento de su imaginación. Córrense así unas tras deadero de Punta de Arenas en la Isla de la Pu-
de otras cerca de doscientas leguas de costa casi na. La mar gruesa sorda que oíamos romper en
todas en la dirección Norte-Sur. Se ven en la las orillas 3' la vista de la costa, nos avisaban en
orilla del mar los diferentes pueblos que sirven las horas del pairo, que nos aproximábamos con-
como otros tantos albergues, para los que transi- siderablemente á la tierra; pero como el fondo se
tan por tierra desde Paita á Lima. La cordillera mantuviese aún ma3'or de 8 0 brazas y el viento
de los Andes, sumamente elevada, descúbrese galenito de la brisa pareciese no querer cesar de
pospuesta á poca distancia, siempre calimosa y un todo, continuamos el pairo hasta las cuatro
formadas al parecer sus cimas por materias are- de la mañana, en cuya hora marcamos sobre las
niscas y cenicientas; siguen después los arenales gavias algo desviados de la dirección de la costa.
de Pascamayo, Cherrepe y Cechura. Las ciuda-
Al amanecer no distaba ésta efectivamente
des de Trujillo y Paita son las más considerables
sino una legua escasa y parecía según las noti-
y las que por diferentes razones atraen á sí algún
cias, la comprendida entre las ventas de Mero 3-
comercio, sea de los productos naturales ó de
Mancova: el Cabo Blanco y la costa reconocida
los artefactos.
en la tarde anterior aún estaban á la vista. Era
Nuestra navegación hasta Paita ó más bien el fondo de 6 0 y 6 5 brazas arena lamosa. No tar-
hasta el Cabo Blanco, debió con aquellos ante- damos un instante en emprender las bases con
cedentes ser igualmente sencilla y agradable. toda vela; pero el desmayar considerablemente
Las bases de corredera y las observaciones, el viento hizo que adelantásemos poco hasta el
sean de latitud ó de longitud, se daban constan- medio día, tanto más, que la precisión de reco-
temente la mano unas con otras. La A T R E V I D A rrer la costa ya algo baja, no nos permitía se-
de hora en hora examinaba las sondas, las cua- ; pararnos de ella 3' hacer rumbos directos al is-
les desde las. 8 0 brazas á cinco leguas mar en j lote el Amortajado. Observóse la latitud de
fuera, solían últimamente alcanzar de 1 6 á 2 0 3 4 0 ' y la longitud de 3 4 1 ' 2 5 " al Occidente
0 0
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA IOT

del Callao. Floja aún la virazón después del servar la latitud, mientras nosotros alejándonos Se
medio día, quedó la atmósfera tan cargada de va- algún tanto, proporcionaríamos una regular dis-
pores, que se nos dilató la vista del Amortajado tancia y dirección para medir una base por altu-
hasta ponerse el Sol. A la sazón veíamos tam- ras de topes sobre la cual los puntos principales
bién á distancia de dos leguas la Punta de Mal- á la vista, quedasen al mismo tiempo bien situa-
paso y las rompientes inmediatas, y nos hallá- dos entre sí y sujetos á una cabal posición astro-
bamos en fondo de 2 0 brazas lama. La noche nómica.
fué lóbrega, la marcación al Amortajado y la En efecto, al medio día la D E S C U B I E R T A
sonda no nos dejaban, sin embargo, el menor re- había abierto una regular base sobre la cual se
celo sobre nuestra derrota; antes bien, navegá- hicieron las operaciones indicadas, conviniendo
bamos algo orzados con el objeto de avalizarnos una y otra corbeta en el ángulo medido. Nos di-
de nuevo con aquel islote y evadir los bajos de rigimos luego con fuerza de vela á la Punta ele
Poyana que salen muy afuera del rio de Tum- Arenas, en cuyas inmediaciones fondeamos á las
bes. Empero contra nuestras expectativas, cuan- tres de la tarde en 12 brazas arena, habiendo
do ya nos considerábamos próximos á dicho navegado por 1 5 y 18 brazas igual fondo. La ma-
islote á las nueve y media de la noche y le ace- rea á la sazón entraba con fuerza de tres millas
chábamos por entre la oscuridad, caímos de escasas.
las 2 0 brazas lama en 15 arena, y la A T R E V I D A Toda la noche permanecimos en la misma
sondó nueve brazas piedra. No nos quedaba du- posición; y caída, según costumbre, la brisa an-
da que habíamos caído sobre bajos; orzamos tes del amanecer, le sucedió un terral flojo, con
por consiguiente, y hallamos de nuevo las 2 0 el cual y con carices bastantemente neblinosos,
brazas lama que en un momento llegaron á 3 0 . salió el Sol, dejándose ver poco después el bote
Por este fondo, ya puestos nuevamente en de- que regresaba de la P u n a . Sólo á las diez de la
rrota, avistamos á las n por nuestro babor el noche había alcanzado aquel pueblo atracada
Amortajado, que supusimos distase una y media por equivocación la Punta Salinas en lugar de la
leguas, y considerándonos ya en buena derrota de Arenas, é inmediatamente embarcados los
nos dirigimos hacia la P u n a . prácticos, habían emprendido el regresará bordo.
Era la voz común, que desde el Amortajado El pilotín que iba destinado para las sondas, las
con el Nordeste cuarta al Este, se subía próxima- había ejecutado muy oportunamente. Como á
mente á la Punta de Arenas, aminorando el fon- las siete de la mañana se nos presentaron algu-
do hasta 1 0 brazas lama. Este fué, pues, el rum- nas claras que aprovechamos inmediatamente
bo que seguimos con toda vela desde las once de para observar distancias lunares, sus resultados
la noche; pero como encontrásemos á las dos indicaban una longitud 3 8 ' más corta que la in-
solas 1 0 brazas, inciertos del cantil hacia el dicada por los relojes. Las distancias observa-
cual nos habíamos aproximado, dimos fondo á das en la A T R E V I D A fueron aún más cortas que
un ancla, y precedida la señal correspondiente las nuestras.
lo verificó á poco rato la A T R E V I D A . Este acaso Hasta después de las dos de la tarde, ni ami-
en la mañanita siguiente, debió parecemos bien noró la fuerza de la marea contraria, ni entabló
favorable, pues nos hallábamos en la posición la brisa regularmente fresca para que pudiése-
más oportuna de hacer buenas marcaciones á las mos aproximarnos al fondeadero. Dimos pues
Puntas de la Salina y Arenas en la P u n a , al la vela, y antes con proa del Este para rebasar
Amortajado y á varios puntos de la costa de el bajo de Mala, luego arribando paulatina-
Tumbes, sobre la cual habíamos caído con rum- mente por fondo de siete á ocho brazas lama,
bos demasiado del Este. navegamos la restante tarde para aproximarnos
En el entretanto, calmado enteramente el á la P u n a . El viento escaso en sus inmediacio-
viento, ó más bien, declarado el terral, fué nes nos obligó á dar un repiquete hacia los bu-
nuestro primer paso el de enviar el bote con un ques fondeados, pero alargándose después dio
sargento al pueblo de la P u n a para que saliesen lugar á que nos propasase la A T R E V I D A , y que
prácticos del rio á encontrarnos en Punta de entrambas favorecidas con extremo de la brisa y
Arenas. Algo elevado después el Sol sobre el la marea, alcanzásemos la boca del rio, en cuya
horizonte, se observaron algunos horarios. Fi- angostura nos dirigían unánimes la sonda, y
nalmente, no queriendo malograr el tiempo que ambas orillas que veíamos claras, aunque la
la brisa algo tarda nos obligase á pasar fondea- noche fuese bastantemente lóbrega.
dos, destacamos por cada corbeta un bote con un Se aprovechó hasta las once la marea favo-
pilotín para que á diferentes rumbos empren- rable navegando dentro del rio; dimos luego fon-
diesen dos líneas de sonda. A las diez y media do cerca de la Punta de Piedras en cinco brazas
empezó á declararse la virazón; llamamos luego lama, para esperar que se declarase de nuevo la
los botes y avisamos á la A T R E V I D A que se man- otra entrante, la cual, aprovechada desde las
tuviese fondeada hasta el medio día para ob- seis de la mañana siguiente con los remolques
103 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

y las ventolinas variables, nos condujo para el Los relojes de la A T R E V I D A daban al mismo (
medio día á fondear á solas dos leguas de la tiempo los resultados que siguen:
ciudad. Finalmente, en aquella misma tarde á Niim. io. N1Í111. 71. Niim. 103.

favor de la virazón y cesada la fuerza ele la marea


Diferencia de Me-
vaciante, volvimos á emprender la navegación
ridianos 10'41" io"' 11. 4.40 10.50.20
para adentro, y auxiliadas de la sonda fondearon •
Ecuación 4 00 27.40 13-4°
á las siete de la noche entrambas corbetas en
frente de la ciudad y distantes como un cable de Diferencia corre-
gida 10 37 10 10.37.00 10.36,30
la orilla. La faena de amarrarlas á son de marea
En graduaciones y Occidente
ocupó después muy poco tiempo, 3' para evitar
del Callao 2 39' 1 3 "
0

las vueltas procedentes de la alternativa de las


mareas, se tomaron los dos cables á estribor, Tanta uniformidad, ya no sólo debía tranqui-
abozándolos uno con otro. lizarnos sobre la diferencia considerable que
No bien había amanecido, cuando se presentó hallábamos con la longitud deducida por la es-
á la vista de todos y particularmente de los que tima desde Quito por el Sr. D. Antonio Ulloa
no habían frecuentado los paises amenos de la la cual era mucho más oriental que la nuestra,
Zona Tórrida, un espectáculo tan nuevo como si también nos autorizaba á emprender la cons-
placentero. Las orillas agradablemente vestidas trucción de la carta de las costas reconocidas,
de varios verdes cuyas graduaciones mismas con sin esperar los resultados de las observaciones
un nuevo contraste aumentaban el primor de la astronómicas, ó en la Luna ó en los satélites de
escena, muchas aves enteramente nuevas así por Júpiter, que 3 a no discreparían sino muy poco
7

el canto como por los colores, las balsas, las y de una cantidad, que sólo pudiéramos emplear
canoas, la mezcla de casas, árboles, agua y em- al tiempo de dar la última mano á la obra. Fué
barcaciones casi en un sólo grupo; todo recor- al mismo tiempo muy buena precaución de los Ofi-
daba al espectador admirado, que la naturaleza ciales astrónomos, la de deducir por la posición
tan varia como extendida, excede en sus primo- nuestra 3' la del Chimborazo en la carta de Don
res maravillosos á las imaginaciones aun más Antonio de Ulloa, el rumbo y elevación á que debía
vivas y arrebatadas. verse si el tiempo claro fuese en esta parte fa-
Los Oficiales astrónomos no tardaron un solo vorable á nuestros deseos: debía demorar al Nor-
instante en dar principio á sus tareas; 3' á pesar te 5 9 4 0 ' , E . i° 2 0 ' , ángulo apreciable sobre la
o

de la imposibilidad de valerse de casa alguna horizontal de Guayaquil, y desde luego según


para la colocación del péndulo 3' del cuarto de los puntos hacia donde decían verle estos habi-
círculo; aquél porque la cimbra de los tablones tadores confrontara su posición en la aguja con
que forman el piso alto causaba un movimiento la que sospechábamos. Los pasados incidentes en
extraordinario con el solo andar de las personas, cuanto á los desórdenes ó extravío de la tropa y
el otro porque la inmediación del Sol al zenit marinería, el riesgo de malograr otros con tanto
hacía que los techos fuesen desde muy temprano ma3 or sentimiento cuanto majares eran los
r

un estorbo irremediable, combinaron la posición objetos de que se habían libertado los pocos re-
de uno y otro instrumento en la plazuela inme- zagos de los armamentos primitivos; finalmen-
diata con tanta actividad, que pudo deducirse en te, las noticias no favorables del país, en el cual
medio día en el péndulo por medio de alturas nos hallábamos á la sazón, precisaban á imagi-
correspondientes y referirse por las comparacio- nar nuevos resortes, que sin violencia ni sujeción
nes á los relojes de una y otra corbeta. Nues- consiguiesen el fin deseado. A este intento uná-
tras deducciones fueron las siguientes: nimes entrambos Comandantes fijamos nuestro
Niim. 13. Nüm. I Ó . Ntim. 72.
sistema para la conservación de la disciplina y
M e d i o día v e r d a -
de la salud, en una ocupación constante mas no
d e r o en Guaya- violenta, en una ración diaria algo crecida en dine-
quil 8.17.56.40 2.10.38.55 7.36.48.10 ro, que les franquease sí algún pequeño desahogo
I d . en el C a l l a o . 8. 7.15.25 1.59.57.23 7.26. 8.14 mas le sujetase á un pronto castigo 3' á la lista
Diferencia de Me-
diaria; finalmente, en una frecuente suministra-
ridianos 10.41.15 10.41.32 10.39.56 ción del vino por vía de ración, que apagándoles
Ecuaciones c o n - algún tanto el deseo innato de la bebida los apar-
frontadas con tase insensiblemente del desorden, tan opues-
el m í m . 10.. . . 2.52 3.09 1.33 to á la salud como á la disciplina. Una idea
R e s u l t a la d i f e - aunque remota de libertad, en dejarles elegir á
rencía corregi- su albedrío la clase de comida, debía concurrir
d a
10-38.23 10.38.23 10.38.23 á hacerles más agradable este refresco; nuestra
En graduaciones y Occidente intervención sólo sería necesaria cuando el des-
del Callao 2° 39' 3 6 " orden ó el abandono lo requiriesen, y entre tanto
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA 103

Oct. 2 el uso constante de los refrescos sazonados se- te para los progresos, particularmente de la Bo- o
gún sus antojos, ahorraba para nuestros pasos tánica.
venideros una igual cantidad de víveres de re- Todo el día siguiente se empleó en disponer
puesto. No por esto se permitió la subdivisión del nuestras excursiones principales, las que en
caldero: con igual método que en Lima, siempre efecto tuvieron lugar en las mañanas del 4 y 5 ,
se preparó una sola olla para la marinería y otra según el plan que nos habíamos propuesto; muy
para la tropa; se repitieron las comidas calientes poco pudo proseguirse la parte astronómica, por-
tres veces al día y á las horas más regulares para que las inmediaciones del novilunio, al paso que
la recta distribución del trabajo; finalmente, su- con una revolución natural en el tiempo tuvie-
ministrada á cada uno después de la lista de la ron los cielos por lo común nublados y aun á ve-
mañanita la ración igual á la de Lima, se les ces achubascados, imposibilitaban toda especie
permitió que pactasen la cantidad diaria que ha- de observaciones por la Luna. No debían pro-
bía de invertirse en los comestibles, y la que so- porcionarse antes del 1 7 las primeras observa-
brase se dividiese entre todos por igual porción ciones de los satélites de Júpiter.
diaria ó semanalmente. En cuanto al trabajo, se Nuestras excursiones científicas, según el
ciñó por ahora á los dos objetos del aseo y del ser- plan propuesto, debían pues, dirigirse á los ob-
vicio de embarcaciones menores. La segunda par- jetos siguientes: los Tenientes de navio Tova y
te era bastantemente penosa así por las ocurren- Robredo de la A T R E V I D A , con un piloto de la
cias nuestras diarias de observatorio, Historia D E S C U B I E R T A se dirigieron en una balandra del
Natural y comunicación recíproca, como por las rio, fletada para el intento, á desembocar por el
muchas excursiones que se requerían para el cabal naranjal y costear por Tenguel y Máchala hasta
reconocimiento del rio y para el reemplazo mis- la embocadura de Tumbes; quedó al arbitrio de
mo de la aguada, que la mucha internación de las dichos Oficiales el internar ó no hasta Tumbes;
mareas precisaba buscar á una distancia consi- pero se les recomendó estrechamente que pro-
derable. curasen observar á la vista de los bajos de Po-
Tanta individualidad en nuestras medidas yana. El cronómetro 6 1 y los sextantes, sumi-
para el mejor régimen cíe la marinería, parecerá nistrarían en esta navegación los datos princi-
tal vez tan afectada como importuna si no se pales; pues las mareas harían por lo común
tienen presentes el natural desaliño de todo ma- muy difícil é inexacto el método de las bases.
rinero, las pasiones sumamente vivas de la ma- La lancha de la D E S C U B I E R T A , provista con 1 5
rinería española y los extragos harto destructivos días de ración y á las órdenes de D. Juan Ver-
á que se ve sujeto en aquellos climas el europeo nací, con otro pilotín, fué destinada á internar
transeúnte. Cuanto más sencillo ó bien desco- por el rio hasta las bodegas de Babahoyo. Lle-
nocido fuese nuestro sistema para unas gentes vaba el cuarto de círculo pequeño y el reloj 1 0 5 ,
naturalmente opuestas á toda monotonía, tanto con los cuales no sólo pudiese hacer las precisas
mayor debía ser nuestro arrimo hacia él; y á la observaciones astronómicas, si también renovar
verdad no dejaba de alentarnos á la empresa la la medida geométrica del Chimborazo sobre ba-
vista agradable de una suma robustez y del sem- ses exactas para aproximarnos con estos datos
blante de una satisfacción natural en los rostros á las precisas observaciones de la meridiana de
de entrambos armamentos. En el mismo paraje Quito. Con buenas guías, D. Antonio Pineda y
en donde se habían observado las primeras altu- D. Luis Nee debían penetrar hasta el mismo
ras, se colocó después la tienda de Observatorio Chimborazo; y el uno con objetos físicos y el otro
y se le cercó con un recinto de caña, tomando la con los botánicos, aprovechar cuanto fuese po-
precaución, que un soldado de marina en las ho- sible el plazo de quince días que se les prefijaba.
ras del día y uno de la plaza en las de la noche, Las dos expediciones dieron la vela en la
vigilase sobre la seguridad del cuarto de círculo mañanita del 4 con las dos mareas oportunas.
y el péndulo. D. José Elizalde, cuya casa estaba En la del 5 lo verificó también la lancha de la
bien inmediata, nos franqueó al mismo tiempo A T R E V I D A á cargo del Alférez de fragata Murphy
los cuartos oportunos para que atendiésemos con y del piloto Maqueda. Debían reconocer la Isla
la mayor comodidad al dibujo, á la pintura y á de la Puna por las puntas de Arenas y Salinas,
tocios los demás ramos de la Historia Natural, hacer las observaciones oportunas con el cronó-
y un balcón por medio del cual los pistoletazos metro 7 1 y los sextantes, y finalmente, determi-
de comparación indicasen al medio día á ambos nar la extensión de los bancos de Mala. Un
buques las horas del péndulo. teodolito, una aguja y los escandallos, eran
Las pequeñas excursiones que los natura- utensilios de que 1 1 0 carecían ninguna de las tres
listas emprendieron en el primer día, muy lue- expediciones. Quedaba á D. Tadeo Heenke el
go les dieron una idea grandiosa de la natu- examen físico y botánico de los contornos y una
raleza. Todo les prometía un caudal grande de excursión á los montes de Taura, depósito de las
nuevas adquisiciones y excitaba su celo ardien- mejores maderas; finalmente, los demás Oficia-
104 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

Oa.45'5 les se ocuparían ya en una, ya en otra parte del como de plantas, que traían para las colecciones oa. s
rio con los objetos reunidos de la Hidrografía, de la Historia Natural. Tuvimos también á bor-
de la pesca, de la caza, de las mareas y del buen do un lagarto, caimán ó cocodrilo vivo, cuya
orden á bordo. descripción, extendida á algunos objetos ana-
Ya no nos quedaba otro cuidado que el de la tómicos, ocupó la atención prolija del señor
aguada, cuyo corto reemplazo confiamos á un Heenke.
bote chico de cada corbeta, despachándole dia- Hasta el día 2 1 puede decirse que estuvie- 2I

riamente rio adentro hasta que entrase la ma- ron en una acción continua todos los individuos
rea, para llenar á la baja mar siguiente; estas de la expedición. D. Juan Vernaci se había in-
precauciones, que son las acostumbradas en el corporado el 1 1 : el Alférez ele fragata Murphy
país, suministran desde luego un agua entera- regresó al día siguiente: vimos llegar el 1 5 la
mente dulce y de mucha duración para las em- balandra de los Sres. Tova y Robredo: del 17
barcaciones, pero arrastran el sacrificio de tres al 19 otro destacamento de un Oficial y un pi-
mareas, el cual nos pareció excesivo para los loto había penetrado hasta el Morro para exten-
usos á que debía destinarse; así, se determinó der desde allí las marcaciones á la Punta de
que nuestras embarcaciones penetrasen rio aden- Santa Elena y regresar por el canal que forma
tro en las últimas dos horas de la marea entran- la Puna con las bocas del rio: estaban bien
te, esperasen dos horas de vaciante para empe- cerca los Sres. Pineda, Nee y Heenke; final-
zar á llenar, y con las últimas dos horas de la mente, logradas por los Oficiales astrónomos la
misma vaciante se restituyesen últimamente á vista del Chimborazo y varias otras observacio-
bordo. nes importantes para la longitud, todo nos anun-
La obra intentada de agrandar y disponer las ciaba no distante el plazo en el cual debiésemos
lanchas para expediciones dilatadas, era dema- verificar la salida y alcanzar el Golfo de Pa-
siado fácil y barata en el país donde nos hallá- namá antes que allí cambiase la monzón del
bamos, para que omitiésemos el emprenderla; Nordeste.
pero pareció más oportuno el trabajar antes la D. Antonio Pineda había penetrado por Gua-
una que la otra, para que cualesquiera defectos rancla hasta el Chimborazo, y después hasta la
que se advirtiesen en stf construcción ó en su apa- cima del volcán del Tunguragua. Este monte,
re jo, pudiesen remediarse con mayor facilidad cuyas faldas con producir abundantes los clones
en la segunda. Lograríamos así también el ocu- de la naturaleza abrigan y mantienen un número
par con mucha economía de tiempo la maestran- considerable de familias indias y mestizas, arro-
za de ambas corbetas en un solo buque; la can- ja aún por diferentes bocas ó cráteres un humo
tidad y excelencia de los cedros del Realejo, espeso compuesto en la mayor parte de vapor
Amapala y San Blas, nos darían lugar á innovar acuoso. Examinóse la boca inmediata á la línea
la de la A T R E V I D A con igual facilidad en cual- ele la nieve, hallándose que por unas grietas de
quiera de aquellos puertos á donde los objetos un palmo de ancho y á veces de seis ú ocho va-
de Hidrografía é Historia Natural nos detuviesen ras de largo, era por donde el volcán arrojaba
por diez ó quince días. No diferimos un instante flores de antimonio y otras sustancias metálicas
con este concepto para encargar el preciso aco- que se veían pegadas á las piedras inmediatas.
pio de maderas, disponer la fragua y emplear En el año de 1 7 7 2 la erupción había sido temi-
algunos aserradores. Al cargo del Teniente de ble y á primera vista se dejaban ver también los
navio D. Cayetano Váleles, las medidas corres- rastros de otra mayor y más antigua; no quedaba
pondientes á ese ramo debían precisamente pro- tampoco duda que el Chimborazo era un volcán
ceder con la mayor actividad é inteligencia. extinguido: tanto abundaban en él las piedras
Tuvimos los días siguientes por lo común pómez, las lavas, las piedras alteradas por el
foscos y á veces achubascados, las mareas se ma- fuego y las tierras puzolánicas, bien que fuesen
nifestaban con una viveza y elevación conside- éstas comunmente calificadas con un color de
rable; el calor fué á ratos bien sensible cuando el ceniza.
chariduí ó viento periódico del Oesudoeste y Los resultados de las observaciones astronó-
Sudoeste, cedía á la calma ó á los terrales, y un micas y geodésicas no habían sido menos favo-
temblor repentino que pudo percibirse también á rables á nuestro intento, como ya se ha indicado.
bordo á las tres de la tarde del 7 , atemorizó La elevación del monte se midió con ambos
• algún tanto los ánimos de los poco acostumbra- cuartos de círculo. Su posición verdadera rela-
dos á ese azote temible de la Naturaleza. En la tivamente al observatorio, se dedujo del ángulo
•¿ mañana del 8 los Sres. Váleles, Heenke y Arias, medido entre la cúspide y un objeto no distante,
hecha con el auxilio de las mareas una excursión referido éste en la mañana siguiente al Sol, cu-
al rio Daule, regresaron no menos complacidos yos azimutes se observaron y calcularon. No
de la amenidad de las orillas que habían recorri- parecerá tal vez molesta una enumeración pro-
do, que de las nuevas adquisiciones, así de aves lija de aquellos resultados.
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA

dizo. Pero, por ventura, los altos de la P u n a y


ELEVACIÓN DEL CHIMBORAZO los de Taura, se descubrían casi desde todas
La Dife-
partes, de modo que bien colocados éstos con
Toesas. nuestra. rencia. operaciones trigonométricas, sería fácil luego
Por los E x c m o s . Sres. J u a n y por medio de marcaciones, determinar cuales-
Ulloa 3-380 3.161.7 218.3 quiera puntos intermedios y á ellos referir el
P o r los S r e s . B o u g u e r y L a - pormenor de las orillas, ligadas entre sí con en-
condamine. 3.217 3.161.7 55.3 filaciones. En cuanto á las sondas y posición de
los diferentes bajos, nos parecía lo más opor-
En cuanto á la longitud de Guayaquil dedu-
tuno el hacerlas depender principalmente de
cida por el medio indicado en ambos mapas es-
nuestras dos navegaciones de ida y vuelta, de
pañol y francés, que manifestaban el rumbo y
los informes de los prácticos más acreditados y
distancia del Chimborazo relativamente á Quito,
expertos, que constantemente le sondan para
podía mirarse bajo los aspectos siguientes:
conducir las embarcaciones grandes, que vienen
Según los Excmos. Sres. Juan y Ulloa. á carenar ó salen construidas ó carenadas; final-
mente, á los exámenes parciales que con nues-
Longitud occidental
de París. tro bote se harían, siempre que la ocasión lo exi-
P o r las o b s e r v a c i o n e s d e los satélites giese al tiempo de bajar las corbetas á la P u n a .
d e J ú p i t e r h e c h a s en Q u i t o 81.59.34 Con esas reflexiones, D. Felipe B a u s a midió
Por la o b s e r v a c i ó n del satélite d e Ca- una base en una de las calles de Guayaquil, la
yambe 82.12.04 cual, referida después al terreno de la orilla, en
P r o m e d i o d e cuatro d e t e r m i n a c i o n e s donde fuera inasequible una medida igualmente
por un eclipse d e L u n a o b s e r v a d o en exacta, se hicieron marcaciones á diferentes
Yaruqui y c o r r e s p o n d i d o en París p o r puntos, y particularmente al alto de Guayaquil
el Sr. L e M o n n i e r 82.06.00
y un cerrito opuesto. Continuáronse después las
Promedio d e siete determinaciones del
mismas tareas en los días siguientes, y como en
m i s m o eclipse c o r r e s p o n d i d o en Pa-
los altos indicados se alcanzase la vista de los
rís p o r el Sr. G r a n d J e a n d e F o u c h i . 82.04.38
de la P u n a y de varios otros hacia Babahoyo y
Según Mr. Bouguer. \ el Morro, pudimos, examinadas también prolija-

Promedio de varias determinaciones ¡ mente la dirección, extensión y posición de los


por un eclipse de Luna y algunas ! edificios principales de la ciudad, considerar para
inmersiones y emersiones de saté- ! el día 2 5 concluida aquella parte principal de
lites de Júpiter observadas en Quito. Si.38.49 la comisión nuestra.
Según nosotros.
Ya para que verificásemos la salida en la tar-
de del 2 8 , como lo deseábamos, fué preciso ace-
Por la observación del primer satélite lerar con exceso la construcción de la lancha,
en Lima corregida de los errores de j
dejando para un mayor despacio la perfección
las tablas y con los relojes marinos. 82.00.45 !
de la arboladura, aparejo, velamen y varios
Debía, á la verdad, sernos tanto más agra- utensilios; se encargó á todos los que compo-
dable el logro de estos resultados, cuanto que nían el ramo de Historia Natural que pusiesen
le habíamos conseguido en poco tiempo y bajo término á sus indagaciones científicas. Los ob-
un cielo no tan favorable á la Astronomía, que jetos de Astronomía debían ceñirse ya á la sola
no se frustrasen dos observaciones en el primer conclusión de la marcha de los relojes; ni los
satélite de Júpiter visibles en aquel meridiano; las cielos, por lo común nublados, hubieran permi-
distancias lunares no habían tampoco logrado tido mayores progresos en aquel ramo.
una mejor suerte, aunque intentásemos obser- j A la sazón había fondeado en el rio un pa-
varias en la tarde que pareció la más oportuna quebot costanero procedente de Panamá, el cual
y despejada. Una espesa calima que solía oscu- ! en una travesía anterior, alucinado en mucha par-
recer toda la atmósfera desde la media noche ¡ te por las corrientes y en mucha por la impericia
hasta el medio día siguiente, se aparecía también ] del Piloto, había recalado á las Islas de los Ga-
algunas veces al anochecer, aunque menos es- lápagos, y navegado entre ellas creyendo al prin-
pesa, y ya no se disipaba en toda la noche. j cipio estar sobre la costa firme. Varias razo-
Era difícil, ó más bien imposible, el conti- j nes habían precisado al Gobernador de Panamá
miar nuestros triángulos desde Guayaquil á la ] á detener el Piloto, y su diario, reemplazándole
Puna, por las diferentes puntas y ensenadas que para la seguridad del regreso con otro suma-
iorman así el brazo principal y navegable del mente práctico de las costas del Choco, en las
rio, como los muchos esteros, que ó en plea- cuales había navegado desde su edad más tierna.
mar ó á todas mareas, circundan una porción de La adquisición de este práctico pareció, pues,
islas de que se compone aquel terreno anega- un objeto de mucha entidad para la mayor per-
106 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

e lección de nuestra obra; y así, se le contrajo in- oeste, y muy estrecha y aun sembrada de bajos la o
mediatamente á la dotación de la D E S C U B I E R T A ; canal navegable, es costumbre y casi siempre
en cuanto al diario é informe del Piloto sobre precisa el entregarse á la marea para bajar á la'
la navegación de la Copacavana, á los Galápa- Puna; paireando siempre que se esté á media
gos; se dejó el encargo al Gobernador D . José canal, y valiéndose de las gavias únicamente
Aguirre para que nos le remitiese á Madrid para arrimarse á una ú otra orilla, según el caso
como parte de los documentos relativos á nues- lo requiera: á veces es oportuno el navegar á
tra comisión; según las noticias de algunos pa- popa para que el plazo en que se pueda buscar
sajeros, las islas eran muchas, y algunas tan la canal, sea algo más largo; y entonces la in-
grandes, que formaban un estrecho de 20 leguas: mediación de los árboles, reunida á la mayor ac-
carecían por la mayor parte de agua, según lo tividad de la marea, presenta el espectáculo di-
denotaba su sequedad, y el mismo suelo por la vertido de una navegación de retroceso: la tran-
mayor parte de pómez (del cual dieron muestras quilidad del agua, la amenidad de los contornos,
á D. Antonio Pineda) las manifestaba como un y el vientecillo, contrario sí, pero templado; la
fragmento de varios volcanes, destinados por la seguridad misma de poder con un anclote evadir
Naturaleza á ser probablemente un desierto: cualquier peligro, hacen aquel tránsito á lo me-
unánimes avisaban la duración constante de cal- nos divertido, ya que debe ser muy lento: en al-
mas y chubascos, en la inmediación de aquellas gunas paites disminuye el fondo ele tal modo
islas, y su distancia de la costa en 1 6 0 leguas, en la bajamar que ya no son navegables; y en
siendo su latitud próximamente entre 1" al Sur aquel caso es preciso, aun sacrificando una parte
y i° al Norte de la Equinoccial. de la marea favorable, dar fondo para esperar el
Estas noticias, y una voz envejecida entre paso con el agua alta al principio de la vaciante.
los prácticos, de que los Galápagos se extendían El estar la Luna en el cuarto menguante hacía
mucho hacia el Este, debieron precisamente ha- que las mareas á la sazón fuesen lentas y poco
cernos cautos sobre el partido más oportuno, elevadas.
para que ni el tiempo dejase de aprovecharse Las causas indicadas, y principalmente la
cuanto fuese posible, ni bien comprometiésemos del poco fondo entre la punta Sur de Santay y
por cosas de poca entidad los plazos y destinos la Punta Gorda, nos obligaron á fondear como á
que nos habíamos propuesto en los puntos im- las cuatro y media de la tarde, andadas sólo dos
portantes de la costa siguiente al Norte. De leguas; no obstante, no se malogró el tiempo
ningún modo podía determinarse una separación enteramente, pues se dirigieron algunos Oficiales
de las corbetas cuando nuestras tareas en Pa- á reconocer unos bajos no distantes y marcar en
namá, extendidas tal vez hasta Puertovelo, se- una punta de la costa del Oeste. Luego que se
rían muchas, penosas y delicadas; cuando sería declaró á las diez y media de la noche la otra
aquel partido probablemente necesario en las marea favorable, nos levamos de nuevo, y algo
costas de la Nueva España, cuyos productos y favorecidos del viento, á veces con bordos cor-
situación debían mirarse como muy interesantes tos, á veces con otros más largos, alcanzamos á
para la Monarquía; finalmente, cuando toda an- fondear entre la Punta Miel y la Punta León, no
ticipación en la llegada nuestra á San Blas distantes de las bocas de Taura.
arrastraría precisamente graneles utilidades para Ya á las once, declarada con alguna fuerza
la próxima campaña sobre la costa Noroeste. la vaciante, pudimos levar nuevamente el ancla,
Finalmente, en la tarde del 2 7 , deducido el y continuar paulatinamente nuestra derrota, la
medio día por las alturas correspondientes, y cual nos condujo al Sur ele la Punta de Piedras,
cerrada la cuenta de los relojes, se embarcaron proporcionándose también á D. Felipe Bausa el
los instrumentos astronómicos y geodésicos; se salir con el bote á reconocer la piedra sola, que
habían encajonado ya las aves y cuadrúpedos di- angosta mucho el canal en esta parte, bien que
secados, y los herbarios de los Sres. Heenke y le compensa ventajosamente, el mucho fondo
Nee; y votada al agua al anochecer la lancha, que hay así á píeme de la misma piedra, como
ya casi concluida, no faltaba cosa alguna para de los árboles de la costa. El chanduy no nos
dar la vela. permitió en la tarde el aprovechar toda la va-
La marea del 2 8 no debía declararse á la va- ciante, con la cual, siendo muy endeble, no era
ciante hasta el medio día; por consiguiente, sólo fácil contrarestar el impulso opuesto del viento:
á las diez de la. mañana, cedida un poco su fuer- dimos fondo al ancla á las dos y media, y per-
za, suspendimos ambas corbetas la amarra del manecimos en la misma disposición hasta la si-
Norte y quedamos á pique de la otra; y última- guiente marea. Debía ésta conducirnos hacia la
mente, á la una ele la tarde, con prácticos del Isla Verde; pero como en la dificultad de con-
rio en uno y otro buque, dimos la vela con las servar la media canal, se hiciesen temibles los
solas gavias. bajos inmediatos á la Isla Mondragón, á las dos
Como el viento, por lo común, sea del Sud- de la mañana, y con solas dos horas de vaciante
io7

volvimos á dar fondo entre la Punta de Alca- nos aproximamos á la costa firme. L a lama nos oa.
traces y aquella isla. Luego que amaneció fué avisaba que conservábamos la canal, y las dife-
un bote de cada corbeta á la orilla inmediata rentes marcaciones á los muchos puntos en tor-
para cortar leña, y medida una base en la Punta no, entre los cuales ya conseguíamos también la
de Alcatraces, se ligaron oportunamente con las vista del Amortajado; nos daba lugar á reunir con
marcaciones hechas en Guaj'aquil los diferentes las actuales, las tareas de los Sres. Tova, Robre-
puntos importantes á la vista, que ceñían aque- do y Murphy y aun las que las mismas corbe-
lla parte exterior del rio. Al medio día pudimos tas habían verificado á la venida: era el tiempo
ya dar nuevamente la vela, y antes buscando la agradablemente placentero, y la mar únicamente
medianía de la canal, y conservándola después, algo picada de la virazón. L a noche siguiente
vernos finalmente como á las cuatro y media de fué algo más penosa por la necesidad continua
la tarde, casi franqueados de la Isla Verde. Su- de maniobrar, con elfinde conservar sobre bordos
cesivamente con el auxilio de la virazón y con el canal entre la costa de Tumbes y la P u n a .
todo aparejo, pudimos dar un bordo con las mu- Preferimos este partido al de dar fondo, como
ras á estribor, del cual revirando últimamente á por lo común debe verificarse en aquel tránsito,
las cinco, alcanzamos al ponerse el Sol el fon- porque no teniendo ya los efectos de la marea,
deadero de la P u n a , en donde dejamos caer el deseábamos no perder momento á pesar de ser
ancla algo distante de la población, así por el el viento algo flojo y vario. Nuestros bordos
efecto ya sensible de la marea contraria, como fueron, por consiguiente, repetidos, y siempre
por la mejor disposición para continuar en la si- con atención á que nos encontrásemos sobre la
guiente noche nuestra derrota. Hízose así efec- costa de la P u n a antes del amanecer para apro-
tivamente. Tuvimos la sonda de cinco á siete vechar con más ventaja los terrales del Noroes-
brazas lama; y como no diésemos fondo hasta te. Conservamos el fondo lama, y alcanzába-
las cinco de la mañana, precisados de la calma mos por lo común las 1 0 brazas en uno y otro
y de la marea contraria, pudimos ya hallarnos extremo, no extendiéndose los bordos á más de
Esteoeste con los altos de las Salinas en la Isla dos leguas, y viéndonos muchas veces precisados
de la P u n a , demorando la Punta de Jambeli al á virar rápidamente, porque pocos minutos nos
Sur 5 Este de la aguja ( i ) .
0
hacían caer de las 1 5 á las nueve brazas.
Desde las nueve de la mañana siguiente em- Al amanecer vimos con mucho agrado que Nov.
pezaron á declararse ventolinas favorables del nuestros esfuerzos no habían sido infructuosos;
Noroeste, con las cuales, ya casi parada la por fondos ele 1 7 brazas lama, nos hallábamos
marea contraria, dimos la vela con ánimo de entre el Amortajado y los Islotes de Payana que
proporcionarnos mejores bordos al tiempo de luego conducen á Tumbes; y la vista del alto
entablar la virazón, con cuyo fin inclinamos de las Salinas, nos proporcionaba un nuevo en-
también nuestros rumbos hacia la Punta de Sa- lace de marcaciones con nuestra posición de
linas y el Amortajado: no pudimos á la sazón Guayaquil. Demoraba el Amortajado al Nor-
desentendemos de las distancias de Sol á Luna te 70° Oeste de la aguja, distancia tres á cuatro
que por un corto intervalo se nos presentaban leguas; á la sazón calmó enteramente el viento y
fáciles y seguras, para agregar aquel dato por creímos vernos precisados á dejar caer un an-
medio ele los relojes marinos, á los demás que clote, pues la marea nos arrastraba considera-
nos habían suministrado la longitud de Guaya- blemente sobre la punta de los Manglares; pero
quil. Treinta series observadas á bordo de la por ventura no bien habían llegado las ocho,
DESCUBIERTA poco antes del medio día, y cal- cuando un viento galeno del Nornoroeste nos
culadas con la mayor exactitud por las fórmu- dio lugar á ceñir al Oeste y apartarnos algo de
las del caballero B o r d a , dieron una longitud de la costa de Payana: las bases corridas en aque-
3 0 ' 2 6 " más oriental que la de los relojes; por lla ocasión debían destruir por medio de la la-
consiguiente, muy aproximada á nuestras de- titud observada algunas eludas sobre la ver-
ducciones por las observaciones hechas en Gua- dadera latitud del Amortajado originadas de la
yaquil. demasiada proximidad del Sol al zenit, al tiem-
Entablada poco después la virazón y despe- po de nuestras primeras observaciones con las
didos los prácticos, continuaron nuestros bordos corbetas. E n efecto, observada al medio día la
según lo exigían las circunstancias. No tardó el latitud de 3 2 0 ' 3 0 " , y tomados de antemano
0

fondo en aumentar hasta 1 6 brazas, disminu- diferentes horarios, nos cercioramos que la
yendo luego paulatinamente á 1 0 á medida que latitud del extremo Sur del Amortajado, era
de 3 1 4 ' , y su longitud de o° 3 2 ' 4 0 " al Oeste
o

de Guayaquil.
(1) P a r e c e r á d e m a s i a d o difusa y c a n s a d a la d e s -
cripción d e la s a l i d a d e las c o r b e t a s d e la ría d e G u a - Franqueada la navegación con el aprove-
y a q u i l , si n o se a t i e n d e á q u e s o n i m p o r t a n t e s a q u e -
chamiento de la virazón de la tarde, y evadidos
llas n o t i c i a s p a r a las i d e a s sucesivas d e la n a v e g a -
c i ó n y d e f e n s a ele a q u e l l o s c o n t o r n o s . al día siguiente los efectos ele algunas turbona-
VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

. i » das con mantenernos sobre poca vela casi en una nalmente, en la tarde del 5 , por fondo de 4 0 y Xov.
posición uniforme, ya en la tarde del 3 de No- 45 brazas lama, ya marcábamos el Cabo Pasado
viembre pudieron empezar de nuevo las tareas al Este á distancia de tres leguas, y por consi-
acostumbradas al andar de la costa. Debíamos guiente se aproximaba muy mucho nuestro in-
atravesar ahora los límites constantemente llu- greso en el hemisferio del Norte.
viosos de las dos estaciones opuestas en aquellos Efectivamente, como siguiesen los vientos
mares; debíamos luchar al mismo tiempo con las favorables del Sur y Sursudoeste y nosotros en
calmas, las corrientes, las lluvias y las turbona- la navegación de la noche continuásemos siem-
das que casi á porfía dominan allí en todo el pre con las mismas precauciones de no propasar
año; la Isla del Gallo, la Gorgona, la bahía de los límites de la tarde anterior en los extremos
San Buenaventura eran nombres hasta entonces de la costa, ya al día siguiente observamos la
temidos con mucha razón en aquellas inmedia- latitud de o° 4 9 ' al Norte de la Equinoccial. La
ciones, y sin embargo, debíamos reconocerlas y longitud era de solos 1 5 ' al Oeste de Guayaquil.
sujetarlas á observaciones exactas de latitud y El cabo San Francisco se veía al Sur 2 5 Esteo

longitud; finalmente, las costas á donde se diri- y la Punta de la Galera al Este; en las proxi-
gían ahora nuestros pasos, si bien sujetas á la midades del rio de las Esmeraldas, la sonda-
Monarquía, no podían á menos de reunir á nues- leza en aquella misma tarde no alcanzaba el
tra vista en una sola perspectiva, los sufrimien- fondo con cien brazas, cuando á las dos y á las
tos de los primeros navegantes españoles, las tres habíamos navegado por 1 0 y 17 brazas arena,
invasiones de los filibusteros y la despoblación prueba evidente, que el placer que desde la Punta
natural de un país aún no desmontado, y sujeto de la Galera se extiende hasta la Gorgona sale
por la misma razón á unas lluvias y tempestades á veces con el poco fondo hasta dos leguas mar
tan duraderas. afuera, y conforme con los derroteros hace aque-
Atracada en el entretanto la costa para las lla navegación bastantemente arriesgada.
dos de la tarde, ya que la calima no había per- Nunca la navegación nuestra fué más fe-
mitido el distinguirla hasta entonces, conocimos liz que en los días siguientes, en los cuales,
que nuestra posición, al paso de facilitarnos la como ya se manifestó, debíamos luchar con
reunión prolija de las tareas emprendidas, con unos obstáculos tan constantes como difíci-
las que se habían efectuado en las excursiones les de vencerse. Las lluvias, lo más frecuente-
al Morro desde Guayaquil, exigía una no media- mente, eran sólo copiosas durante la noche; y
na precaución en los rumbos siguientes, los los días, al contrario, despejados, nos propor-
cuales, si nos descuidásemos en no hacerlos con- cionaban al mismo tiempo la vista individual de
trarestar á la corriente, pudieran muy bien arras- las costas y la repetición necesaria de las ob-
trarnos sobre los muchos arrecifes de que están servaciones: verificadas éstas oportunamente y
llenas aquellas costas: demoraba la punta Santa combinadas en una masa común las latitudes,
Elena al Norte 1 8 Oeste, las costas de Chanduy
o
las longitudes y las marcaciones, descubrían una
y los altos del Tambo, se extendían hasta el á otra los errores respectivos, por manera que
Esnordeste. fuese fácil en las bases de corredera hacer fren-
Vencida en la noche aquella punta, y pro- te á las variaciones complicadas y oscuras de las
porcionándose después de algunas horas de pairo corrientes, las cuales ya daban diariamente un
el marcarla de nuevo en la mañana siguiente, al error á lo menos de 2 0 ' en latitud y otros tantos
tiempo que un vientecito favorable y galeno nos en la longitud estimada. Recorriéronse así y pu-
conduc la con bastante velocidad hacia el Norte, dieron describirse con mucha exactitud, las cos-
ya la navegación emprendida dejó aproximarnos tas . que desde el cabo San Francisco corren pol-
rápidamente hacia la línea Equinoccial. Pasá- las Puntas de Mangles y Salaonda, por las Islas
ronse el pueblo de Colonche, la Isleta Salango, la del Gallo y la Gorgona y por la ensenada de
Isla de la Plata y el Cabo San Lorenzo: atraca- San Buenaventura, hasta la Punta de Chirami-
mos luego el fondeadero de Manta, paraje fre- ra y el Cabo Corrientes. En las inmediaciones
cuentado ó bien por un pequeño comercio de co- del cabo ya las tierras son bien altas, cesando
mestibles y manufacturas, ó bien por las muchas los Manglares que vienen sin interrupción desde
arribadas de las embarcaciones, que navegando el cabo San Francisco; no se encuentra fondo
desde las costas del Norte á Guayaquil ó al Perú, á tres leguas de la costa con cien brazas de son-
se ven al mismo tiempo contrariadas del viento daleza. Finalmente, siguen allí muchos ríos de
de la marea y efe la corriente, y como carezcan los que inundan el Choco, tributando al mar
de agua y víveres, les es preciso el reemplazarlas al mismo tiempo, los despojos de una vejetación
en aquel paraje. La observación de un eclipse de siempre lozana y las arenas de oro, que con su
Luna hecha por Mr. Bouguer en el pueblo de brillo engañoso atraen hasta aquellos bosques
Monte-Christi, dio allí un nuevo dato importante al hombre codicioso.
para la comparación de nuestras longitudes. Fi-
Las inmediaciones del Cabo Corrientes fue-
IOCJ

ron para nosotros el verdadero término del mé- amanecido, cuando entrambas corbetas mejora-
todo de tareas seguido hasta entonces con tanta ron su posición y quedaron amarradas. Los es-
felicidad. Ya las lluvias eran igualmente copio- collos y el poco fondo que rodean las orillas de
sas y constantes; los estallidos de los rayos nos Panamá, y su desabrigo con los vientos del Su-
indicaban próximo .otro peligro mayor. Las co- doeste, han dado la preferencia para el fondea-
rrientes sumamente rápidas, no podían corregirse dero á la parte Nordeste de las dos isletas de
por medio de las observaciones, ni era posible Perico y Flamencos, faltas á la verdad de agua
con aquellos tiempos el conservar siempre á la y leña, pero bien cultivadas, favorecidas con un
vista una cosía á las veces baja, á las veces co- buen fondo de arena, y sobre todo, no distantes
ronada de peligros. Navegábamos, ya con mucho, de la ciudad sino una legua escasa.
ya con poco aparejo, ya al Nordeste ya al Nor- Era el paraje donde nos hallábamos, el más
oeste según parecían dictarlo las circunstancias importaníe íal vez de cuantos habíamos visitado
y carices, ó lo pedían imperiosamente los vien- hasta-entonces, bien le refiriésemos á los ob-
tos varios desde el Sudoeste al Oesnoroeste y en- jetos científicos de la Hidrografía y de la Histo-
tremezclados con algunas calmas. ria Natural, ó á los objetos políticos de las con-
Aprovechábase, finalmente, cualquier clara quistas nacionales y de la prosperidad actual de
para reconocer los trozos intermedios de la cos- la Monarquía; combinábanse allí, á muy poca
ta, la cual seguíamos á distancia de cuatro le- distancia unas de oirás y en una tan grande in-
guas, pero las inmediaciones del Golfo de Pana- mediación de la Equinoccial, unas playas fértiles
má pusieron finalmente un término á los obs- y amenas, un país áspero y montuoso, varios bos-
táculos indicados, y en la tarde del n , restituida ques apenas trillados, y una variedad inmensa de
la serenidad á los cielos y horizontes, fué fácil maderas, gomas, aves, cuadrúpedos y conchas,
descubrir las costas que desde el Puerto de Pi- dignas cada una por sí de la mayor atención del
nas conducen á la Punta de Garachine, extremo naturalista. Era precisa la determinación más
occidental del Golfo. En el día siguiente, á me- escrupulosa de la longitud, en cuanío á la po-
dida que atracábamos aquella punta, se perci- sición nuestra tan inmediata á los puertos de
bían más eficaces los impulsos de la marea, y Chagres y Portovelo; podría arrastrar errores
con este auxilio, más bien que con el del viento, incompatibles en los arrumbamientos del Istmo
la pudimos marcar al anochecer hacia el Este; por ambos mares, si las observaciones astronó-
veíanse al mismo tiempo una parte considerable micas no fuesen conformes con las que debían
de la costa del Darien, varias islas de las Perlas, repetir en las orillas del Atlántico los Oficiales
la de la Galera y la de San Telmo. destinados á las cartas de la América Occiden-
La entrada del Golfo de Panamá se hace tal. Por otra parte, un golfo "importaníe y las
algo cuidadosa por una laja sumergida llamada Islas renombradas de las Perlas, nos recordaban
el Bajo de San José, la cual media entre la Punta al mismo tiempo, ó el tránsito de tantos millones
de Garachine y la Isla Galera. Las vaciantes lle- de numerario ó el antiguo comercio de los ga-
van hacia ella con bastante rapidez; las entrantes leones, ó finalmente, los extragos y proezas de
arrastran hacia el Darien también sembrado de los corsarios filibusteros. Era aquel el primer
bajos. Así, cuando el viento calma, parece el paso que había conducido nuestros antiguos con-
partido preferente el de fondear; y éste fué efec- quistadores al mar del Sur, y debíamos mirarle
tivamente el que tomamos á las ocho de la no- todavía como el centro de las expediciones ma-
che, ya que se reunía á la marea contraria un logradas de los Almirantes ingleses Vernon y
viento flojo y directamente opuesto á nuestra de- Anson; su fortificación y sus fuerzas, suficientes
rrota. Pero aquella situación no duró mucho, pues apenas aunque con extremo costosas, para hacer
á las tres de la mañana ya estábamos nueva- frente á los indios inmediatos del Darien; sus
mente á la vela para aprovechar las mareas y los calles desiertas, sus casas arruinadas y el puerto
vientos variables hasta alcanzar el puerto de Pe- abandonado; todo hacía un contraste singular
rico. Quien conozca la flojera inseparable de los en nuestra imaginación, de las vicisitudes del
navegantes de aquellos mares y la clase de sus tiempo, de los progresos actuales de la navega-
buques, no extrañará que muchas veces la sola ción y de la diferente robustez de la Monarquía
navegación desde la Punta Garachine á las Islas en este y en los siglos anteriores.
de Perico, les detenga después de repetidos ries- Desde luego el Brigadier de la Real Arma-
gos, por un plazo de diez ó doce días. Nosotros, da D. losé Domas y Valle, á la sazón Gober-
sin dar nuevamente fondo y coníraresíados di- nador y Capitán General de la provincia, acce-
rectamente del viento, el cual á veces calmaba, dió gustoso á coadyuvar á nuestras medidas para
á veces desfogaba con algunas turbonadillas va- que aquellas atenciones no dejasen de realizarse
riables, no tardamos sino dos días; á las dos hasta donde lo permitiese el plazo prefijado de
de la mañana del 1 6 se dejó caer un ancla á nuestra demora; era entonces tanto más necesa-
poca distancia del fondeadero, y apenas hubo ria una cierta precipitación en nuestros pasos.
110 VIAJE ALREDEDOR DEL MUNDO

cuanto que en los días inmediatos debían propor- de dirigirse á Cruces, y ele allí por el rio hasta Nov.
cionársenos algunas observaciones las más im- Chagres, con el objeto de referir la longitud á
portantes para el objeto prefijado déla longitud; la orilla del otro mar.
en efecto, en la misma tarde del 1 6 quedó esta- La lancha de la D E S C U B I E R T A , con otro Pilo-
blecido el observatorio en las inmediaciones de tín, un práctico natural, el cronómetro 7 1 , dos
un bastión, desde el cual era fácil'comunicar sextantes y un teodolito, se puso en el cargo del
á las corbetas, por medio de fusilazos, las horas Teniente de navio Novales, para que recorriese
del péndulo referidas á los relojes marinos, y el y trazase cuidadosamente todas las islas, que
día 1 8 , malogradas algunas observaciones por la bajo el nombre de las Perlas y del Rey, compo-
interposición de las nubes, pudo á lo menos de- nen aquel Archipiélago. Debía examinar el bajo
ducirse la longitud por los relojes y compararla de San José, medio entre la Punta Garachine y
á algunos otros resultados. la Isla de San Telmo; y debía procurar que to-
La longitud deducida fué la siguiente: do este trabajo ligase con los otros por medio
de marcaciones hechas en algunos altos con teo-
Núm. 61. Niim. 72. Núm. 10. dolito y aguja.
Adelanto. Atraso. Airaso. Quedaba luego al cargo de D. Felipe Bausa
Tiempo medio de y del Piloto D. Juan Maquéela, el poner orden á
3 ° i S ' o " ' " 3.4S.2S. 4 3 . 4 9 . 3 0 . 1 4
1 1
los materiales hidrográficos acopiados. Los botá-
I d . d e G u a y a q u i l . 3. 1 6 . 2 s . 1 5 . 3-46.50.5S 3.48. 9.36
nicos y D. Antonio Pineda debían correr á su
Diferencia de me- albedrío, ó el país llano ó el montuoso, á do les
1.22.4 1-37- 9 1.20.38 llamase su actividad indecible; ocupábanse al
E c u a c i ó n p o r las
c o m p a ra c io -
'mismo tiempo algunos individuos en las diseca-
n c s . At.° . . . . 4.42 20. 6 4.12 ciones, y un joven bastantemente experto de la
corbeta D E S C U B I E R T A había tomado á su cargo
Diferencia co-
rregida
el representar con el dibujo los objetos más pro-
1.17.22 1.17. 3 1.16.26
pios, ó bien fuesen de perspectiva ó relativos á
Cuyo p r o m e d i o d a b a la l o n g i t u d Orien- la Historia Natural. La sondas, el corte periódi-
tal d e G u a y a q u i l en g r a d o s o° 1 9 ' 1 4 " co de la leña y el cuidado diario ele los buques y
Que referidos á aquel Meridiano según sus pertrechos, donde era tan temible, el efecto
n u e s t r a s series 73.24.15 de la bruma, como el de las lluvias y del Sol
con exceso ardiente, fueron últimamente otros
D a b a n finalmente á P a n a m á la longitud
tantos objetos más bien de entretenimiento que
o c c i d e n t a l d e Cádiz d e 73.05.01
de fatiga para la demás gente de entrambas tri-
E r a la d e d u c c i ó n p o r la o b s e r v a c i ó n d e
Mr. B o u g u e r e n M a n t a t r a í d a c o n
pulaciones; se añadían á la ración algunos re-
nuestros relojes 73.06.06 frescos y vino, se les permitía un esparcimiento
Y 243 series d e d i s t a n c i a s d e la L u n a útil en las playas inmediatas, en donde frecuen-
al Sol o b s e r v a d a s en los días 1 3 , 1 4 temente les convidábamos con el ejemplo á ba-
y 15 y t r a í d a s c o n los r e l o j e s m a r i - ñarse; rara vez iban al pueblo, y correspondien-
nos, daban. 73.21. o do felizmente los efectos á las medidas indica-
Del 1 9 al 3 3 se dispusieron y emprendieron das, lográbamos combinar con el trabajo continuo
todas las excursiones científicas de cuyo regreso una robustez y alegría que no pueden ser comu-
dependería únicamente el plazo de nuestra de- nes en aquellas regiones.
mora en el puerto. Al cargo de D. Secundino Fueron allí más frecuentes y nocivas que en
Salamanca iba la lancha de la A T R E V I D A con un otra parte alguna las inmediaciones y la sombra
Pilotín, y sus operaciones debían limitarse á de- del árbol del manzanillo. Los botánicos, movidos
terminar con buenas sondas el fondo de tres bra- seguramente de un cierto pundonor, y nuestras
zas al anclar de la costa desde Panamá la Vieja gentes destinadas al corte de la leña por un
hasta las Islas de Majaguar y el Pelado: debía efecto á las veces de su antojo, á las veces de su
particularmente determinar la verdadera exten- ignorancia, en cuantas ocasiones se arrimaron á
sión del bajo de la Punta Manglares, hacer en ese árbol extraño, en otras tantas sufrieron con-
los puntos más altos marcaciones con el teodo- siderablemente. La hinchazón en diferentes par-
lito, que reuniesen el pormenor de toda aquella tes del cuerpo, una grande propensión al vómito
costa con las tareas que se emprenderían en el y un dolor general en todo el cuerpo, eran efectos
puerto, y se le'encargaba que observase algunas repentinos de su sombra, los cuales no se disi-
latitudes, ligándolas, si fuese posible, con el ex- paban sino después de muchas horas. Es aún
tremo de una ú otra base. más extraño el que siendo tan temible la som-
D. Juan Vernaci con un Pilotín de la D E S - bra, ó lo que es lo mismo, la emanación en las
C U B I E R T A , el cuarto de círculo de Ramsden, el hojas causada por la acción del Sol, el tronco al
reloj 1 0 5 de Arnold y un teodolito, tuvo orden mismo tiempo no sea en modo alguno nocivo, y
CORBETAS DESCUBIERTA Y ATREVIDA III

ó conviértase en leña para quemar, ó se aplique ron, sin embargo, agregarse á los que ya se han D:
•i diferentes usos de la vida sociable, nunca cau- expresado los resultados siguientes:
se al tiempo de emplearle el menor daño ó mo- Longitud occidental
de Pa.ís.
lestia.
P o r la o c u l t a c i ó n de la 88 d e l c a t á l o g o
La actual mudanza de la estación lluviosa
de Mayer p o r la L u n a , c a l c u l a d a p o r
del Sudoeste con la otra seca y despejada del
las tablas de Mr. M a s ó n 81.44.32
Nordeste, la cual, como ya se ha insinuado, de-
P o r la 243 d e l m i s m o c a t á l o g o (no o b -
bía proporcionarnos la continuación fácil de las s e r v a d a c o n igual confianza} 81.57.15
tareas hidrográficas al andar de las costas de P o r l a s diferencias a s c e n c i o n a l e s d e l a
la Nueva España, no pudo menos de acarrearnos L u n a d e d u c i d a s p o r las c o m p a r a c i o -
en aquellos días muchas lluvias mezcladas á ve- nes á R é g u l u s , y al c o r a z ó n d e l a H i -
ces con ráfagas violentas y con algunos rayos. d r a con el cuarto d e c í r c u l o . . . . . 81.43.22
Seguíase luego naturalmente el correr los vien- U n a i n m e r s i ó n d e l p r i m e r satélite d e Jú-
tos calmosos con rapidez por toda la aguja. En- piter c o r r e g i d a d e los e r r o r e s d e l a s
tablado, finalmente, el Norte y el Noroeste, vol- tablas 81.51.00
vía el tiempo á su antiguo semblante hermoso, y O c u l t a c i ó n d e aj) Virgo 81.46.21

á medida que se aproximaban los primeros días Estos resultados, cuando alcanzásemos á co-
de Diciembre, iban esos vientos arraigando más rregirlos é igualarlos por medio de los errores de
su imperio. Estas alternativas del tiempo debie- las tablas averiguados en algún observatorio de
ron precisamente causar alguna lentitud en las Europa, debían ya tranquilizarnos sobre el obje-
excursiones emprendidas; hicieron malograr va- to primero de evitar una contradicción ó discre-
rias observaciones astronómicas, y ocasionaron el pancia con las determinaciones hechas en la
naufragio de una lancha de la ATREVIDA carga- orilla del mar Atlántico; pues la diferencia de
da de leña, la cual, rota la amarra por una re- 29/ 11" al Este, que indicaba el reloj 1 0 5 para
saca extraordinaria, se desfondó sobre las pie- el observatorio de Panamá relativamente al de
dras é hizo infructuosos los esfuerzos de la gente, Chagres, bastaba para la exacta comparación de
que procuraba libertarla. E n una playa desierta, unos y otros elementos. Finalmente, en la tarde
mojada, sin ropa para mudarse y sin comida, del '7 vimos también reincorporarse la lancha
debió por naturaleza sufrir mucho en la noche de la DESCUBIERTA á las órdenes del Teniente
siguiente. Los auxilios que le condujo al otro de navio Novales. Como lo habíamos sospecha-
día D. Antonio Tova fueron por la misma razón do, desde el día 2 estaba detenido en la Pacheca
recibidos con el gozo correspondiente; se com- acosándole los vientos contrarios, los cuales, una
prendía también entre los náufragos una partida vez le habían rendido el palo mayor y otra he-
de cazadores dirigida por el Cirujano de la A T R E - dióle peligrar en el mismo fondeadero. Eran
V I D A , la cual debió malograr en aquella ocasión frutos de esta excursión, el prolijo reconocimien-
varias adquisiciones preciosas para nuestras co- to de todo el Archipiélago de las Perlas y del bajo
lecciones naturales. Todos, finalmente, volvie- de San José, una multiplicidad grande de marca-
ron á bordo, y poco después el Teniente de na- ciones á los puntos más distantes de ambas cos-
vio Robredo, con maniobras bien entendidas, tas, y una serie de observaciones de latitud y
condujo también la lancha para vararla en las longitud que no podían ya dejar la menor duda
playas inmediatas y atender á su composición. sobre la posición verdadera de cada punto.
El día 4 de Diciembre, ya se hallaron recon- Así, concluidos los diferentes objetos que
centrados á bordo, además de la lancha del Te- hacían ó útil ó necesaria nuestra estada en el
niente de fragata Salamanca, la cual lo había puerto de Perico y auxiliados al mismo tiempo
verificado mucho antes, también todos los natura- los almacenes de la plaza enteramente exhaustos
listas y D. Juan Vernaci. El primero, además de con aquellos pocos efectos que pudiesen sumi-
los reconocimientos que se le habían encargado, nistrar nuestros repuestos, ya no debió diferirse
había hecho marcaciones bien importantes en los por más tiempo la salida de las corbetas.
altos de las Islas Chapera y Pacheca, precisado El 1 2 la transferimos al fondeadero de la
á ir á ellas por falta de agua. El último había Isla de Taboga, donde debíamos reemplazar la
con la mayor felicidad repetido las observacio- aguada, lo cual verificado en los dos días si-
nes en Chagres y conseguido al mismo tiempo guientes muy á nuestro placer por la amenidad
el observar dos inmersiones del primer satélite del sitio, la abundancia, la comodidad y la pu-
de Júpiter y un nuevo examen en Cruces para la reza de las aguas; y sobre todo por la facilidad
marcha más segura del reloj 1 0 5 . Tampoco fue- de repetir allí también varias tareas importan-
ron menos felices los Oficiales astrónomos en el tes relativas á los objetos esenciales de nuestra
conseguimiento de unos datos exactos para la comisión; finalmente, en la mañanita del 15 di-
deducción de la longitud y á pesar que se hubie- mos la vela para la continuación de los recono-
sen malogrado diferentes observaciones, pudie- cimientos emprendidos.

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