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Tfe002420 PDF
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Autor/es
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Curso Académico
2016-2017
Lateralidad, organización y estructuración espacial en niños con dificultades,
trabajo fin de grado de Aroa Vega Ezquerro, dirigido por María Esther Gargallo Ibort
(publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative
Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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E-mail: publicaciones@unirioja.es
Trabajo de Fin de Grado
LATERALIDAD, ORGANIZACIÓN Y
ESTRUCTURACIÓN ESPACIAL EN
NIÑOS CON DIFICULTADES
Autor:
Fdo.
Titulación:
Abstract
3
allowed to evaluate the laterality of the subject, its organization and spatial structure,
and to detecting the psychomotor needs of this one.
Based on these results, some proposed activities to improve their laterality and spatial
organization and structuring have been done. Following the implementation of the
activities, the tests have been passed again, for testing the results and establishing
conclusions about the subject's learning.
4
Índice
1. Introducción ............................................................................................................... 7
1.1. Justificación........................................................................................................ 8
2. Objetivos.................................................................................................................... 9
3.2. Lateralidad........................................................................................................ 18
4. Proyecto ................................................................................................................... 25
4.1. Justificación...................................................................................................... 25
5. Conclusiones............................................................................................................ 33
6. Bibliografía .............................................................................................................. 35
7. Anexos ..................................................................................................................... 37
5
Índice tablas y figuras
6
1. Introducción
El presente trabajo constituye el trabajo de fin de grado de Educación Primaria
de la Universidad de La Rioja. Se ha realizado por la necesidad de adquirir nuevas
estrategias pedagógicas para poner en práctica con niños con algún problema o
deficiencia en el desarrollo de la lateralidad motora, la cual, repercute y se relaciona
con ciertas dificultades de aprendizaje, como la disgrafía y la disortografía, con una
mala adquisición del esquema corporal. Autores como Piaget (1984), Le Boulch (1987)
o Mesonero (1994) afirman que las alteraciones de la psicomotricidad, del esquema
corporal y de la estructuración espacial, así como la dificultad de distinguir entre
derecha e izquierda, es decir la lateralidad o predominancia lateral, provocan
dificultades lecto-escritoras.
El desarrollo de este trabajo, ha consistido en la realización de una búsqueda de
información sobre el proceso de lateralización y la organización y estructuración
espacial de los niños/as, además de diseñar actividades para favorecer el proceso de
lateralización.
El trabajo está dividido en varios apartados, en el primero se ha realizado una
justificación del tema seguido de los objetivos.
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Para finalizar, he recogido toda la bibliografía utilizada para la realización de
este trabajo e incorporo varios anexos.
1.1. Justificación
He querido realizar el trabajo sobre este tema debido al interés y motivación por
investigar sobre un tema que nunca he tratado con tanta profundidad. El principal
motivo por el que me decidí centrar este trabajo en el proceso de lateralización y
organización y estructuración espacial, se debe a un familiar que tengo con una leve
lesión cerebral. Por lo que con este trabajo vi una oportunidad muy buena para ayudarle
en su desarrollo y aprender con ello.
Para poder llevar a cabo el TFG, se ha investigado el proceso de lateralización,
el cual es el tema principal, además de cómo es nuestro cerebro y su funcionamiento.
Además de realizar una búsqueda de recursos motores y didácticos, a los cuales
poder recurrir para ayudar a personas con dificultades y a mí misma en mi futuro como
docente.
Tener una buena lateralidad es importante, ya que ayudará a evitar problemas en
el desarrollo motor, en el proceso de aprendizaje o en la lectoescritura entre otros. Para
que el niño tenga una buena lateralidad, es imprescindible que el niño tenga conciencia
de la lateralidad en su propio cuerpo, es decir, ser consciente de cuál es su lado derecho
y cuál es el izquierdo. También es importante trabajar como se organiza y se estructura
el espacio. Ya que cuando tenga conciencia de ambas cosas, el niño podrá orientarse de
forma adecuada en el espacio. Se dice que se tiene una buena lateralidad, cuando la
identificación de derecha e izquierda está automatizada. Por lo que la adquisición de la
lateralidad es muy importante para el aprendizaje de conocimientos escolares, así como
para movernos adecuadamente en nuestro entorno, evitando que se produzca dislexia o
problemas en el dibujo, entre muchos.
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2. Objetivos
Profundizar en la lateralidad, describir el término y conocer las diferentes
clasificaciones
Evaluar la lateralidad del sujeto permitiendo detectar sus necesidades
psicomotrices
Diseñar un programa de intervención para mejorar la lateralidad y la
organización y estructuración espacial.
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3. Enfoque teórico
Cuando un niño nace, las conexiones entre los tres cerebros, sólo son
superficiales. Durante los primeros años de vida, a través de los movimientos del niño y
la estimulación que recibe del entorno, formará millones de nuevas conexiones
cerebrales, las cuales serán las que establezcan las bases de su comportamiento y
aprendizaje futuros. Estas conexiones se realizan siguiendo una jerarquía, de arriba-
abajo, es decir, desde las partes inferiores del cerebro, hasta las superiores.
Hoy en día, nos podemos encontrar con niños que no han terminado de
desarrollar esta etapa y las secuelas pueden ser falta de convergencia visual, estrabismo,
falta de activación del cuerpo calloso; niños con rabietas y agresivos por causa de una
emoción. Para solucionar esto, lo que se suele hacer es gatear (dentro de una
reorganización neurofuncional), y terapia emocional (donde se relaja la corteza para que
deje de pensar y podamos actuar directamente sobre la amígdala).
Dentro de esta pared del cerebro, se desarrollan las funciones ejecutivas y los
hemisferios cerebrales, es decir, la división del córtex en dos partes: hemisferio derecho
y hemisferio izquierdo. Esta parte es exclusiva de los humanos.
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Figura 1. Las tres partes del cerebro.
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Control motor: parte derecha del cuerpo. Control motor: parte izquierda del cuerpo.
Poco controlador del espacio. Control espacial y funciones
visioespaciales.
Control de los movimientos relacionados Control de los movimientos relacionados
con el lenguaje con habilidades no verbales
Tabla 1. Funciones de los hemisferios cerebrales (Ortigosa, 2004:44).
3.1.1.3. Conexiones
El desarrollo físico y neuronal empieza, se nutre y progresa con el movimiento.
Si no hay movimiento, no hay conexiones, porque el movimiento es lo que hace que se
generen un mayor número de sinapsis entre las neuronas, y estas a su vez, crean un
número mayor de redes neuronales.
A partir del esquema del desarrollo cerebral de De Jager (2010) que podemos
ver en el anexo1, se explica el cerbero Tri-uno, que está formado por el cerebro de
supervivencia (1º Desarrollo físico hasta los 14 meses), el cerebro emocional (2º
Desarrollo Emocional y Social, de los 14 meses hasta los 4 años) y el cerebro pensante
(3º Desarrollo Intelectual, de los 4 a los 11 años).
Según De Jager (2010), el cuerpo tiene dos leyes importantes para el desarrollo
físico, primero la ley cefalocaudal, es decir, desarrollamos desde la cabeza hasta los
pies, y luego la proximodistal. El cerebro y el movimiento se desarrollan a través de
estas leyes, aunque se desarrollan antes los sentidos que están más cerca al tronco se
desarrollan antes que los que están fuera de éste; por ejemplo: un bebé de lo primero
que tiene control es de la cabeza, luego sujeta los hombros y el tronco. Con esto
decimos que el niño va desarrollando sinapsis a nivel cerebral cuando sujeta la cabeza, y
esta sensación supone que tengo que sujetar el peso, el tono, la fuerza y el equilibrio.
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Este cerebro inconsciente, el de supervivencia se desarrolla en dos órdenes, el
primero: cuello y boca, tronco, hombros, brazos, caderas, piernas, manos, dedos, pies y
ojos. Y el segundo los sentidos, primero el tacto, luego los sentidos internos en el cual
se diferencian dos tipos de sentidos, los remotos (tacto, olfato, fusto, oído y vista) y los
sentidos próximos que reúne el sistema propioceptivo (es el sistema que ayuda a
situarme y controla la tensión muscular de cómo tengo el cuerpo), el sistema vestibular
(se encuentra en el oído, está relacionado con el equilibrio y el control espacial) y la
kinesis (es el movimiento o la activación de un organismo o una célula en respuesta a
un estímulo, por ejemplo: es el que le dice que coja el libro y lo cierre., lo que implica
intención). La segunda parte también reúne el olfato, el gusto, la audición y la visión.
Se debe desarrollar en este orden para que se generen las conexiones adecuadas
y el desarrollo de todo adecuada para que luego no haya ningún tipo de bloqueo, si no
ocurre de esta manera, el niño no tendrá una buena organización espacial. De Jager
(2010), dice que para que esto se desarrolle, también se tienen que llevar o no llevar los
reflejos primitivos, ya que algunos no realizan su función completamente o no se retiran
y quedan como obstáculo en el desarrollo. A través de los sentidos recibimos la
información, el cerebro la procesa y los músculos nos dan una respuesta. Estos
músculos se desarrollan sentado, de pie, hablar y escribir.
Tras haber conseguido conectar verticalmente con el niños, se va a pasar con las
conexiones horizontales, las cuales corresponden al cerebro pensante, que está dividido
en dos partes: hemisferio derecho y hemisferio izquierdo. El cerebro consciente no
funciona si no se ha desarrollado previamente el cerebro de supervivencia y el
emocional.
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Cada mitad del cerebro está dividida luego en cuatro lóbulos, lo que implica que
el procesamiento y la organización de la información de los sentidos se procese en un
lado u en otro.
Las interconexiones nerviosas (sinapsis) son las redes nerviosas que se forman
cuando los reflejos primitivos inician movimientos de reacción para conectar los
sentidos, el cerebro y los músculos de modo que funcionen globalmente.
Por tanto, para solucionar las dificultades de aprendizaje en estos niños, tenemos
que trabajar doblemente, primero para enseñarles y segundo, para ponerlos bien, e
intentar unir. Según Jové (2013), esto se puede conseguir enseñando con los parámetros
de intensidad, frecuencia y duración, además de simplificar contenidos.
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Intensidad: Se refiere al número de veces que enseñemos un mismo concepto,
por ejemplo: Si vamos a enseñar la suma, debemos comenzar con la correspondiente
progresión de sumar dos números de 1 cifra y hacer 100, 200 o las sumas que haga falta
de dos números de 1 cifra. Luego haremos lo mismo con la suma de dos números de 2
cifras, y así progresivamente. Se machacan conceptos, no se mezclan, porque si no se
perdería la intensidad del aprendizaje.
Frecuencia: Se refiere a que el concepto hay que trabajarlo todos los días, hasta
que se adquiera. Por ejemplo, realizar 10 sumas de dos números de 1 cifra en clase y
otras 10 en casa, y así cada día, hasta que se adquiera el concepto.
Duración: Se refiere a los tiempos, Jové (2013) dice que es mejor espaciar los
ejercicios a lo largo del día, que realizarlos seguidos. Es decir, si va a realizar 10 sumas,
es mejor realizar una suma cada 10 minuto, que realizar las 10 sumas seguidas.
Con todo esto, lo que se hace es dar empujones a las conexiones cerebrales para
que se hagan más fuertes, ya que es la manera para que el cerebro responda. Si se
explicase sin intensidad, frecuencia y duración a niños con dificultades, se podrá
conseguir que las aprenda, pero no se habrán creado conexiones fuertes y no se
establecerá una base sobre la que se apoyen los futuros aprendizajes. Por lo que no
estaremos solucionando las dificultades de aprendizaje del niño.
Jové (2013), nos muestra los pasos necesarios para que un niño adquiera algo
que le cuesta o se le resiste. Estos pasos son:
3.- Practicarlo diariamente hasta que lo adquiera, a cada uno le costará un tiempo
adquirirlo.
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encuentra en la amígdala. Para eso, debemos crear una emoción positiva con lo que está
aprendiendo y eso es fácil de conseguir si lo puede aplicar en su contexto actual.
3.2. Lateralidad
La lateralidad o predominancia lateral, es una la preferencia del individuo para
escoger un segmento u otro del cuerpo a la hora de realizar una acción motriz la cual
requiere de precisión. Existen diversos conceptos sobre la lateralidad que han sido
mostrados a lo largo del tiempo por algunos autores:
“Preferente utilización y la superior aptitud de un lado del cuerpo frente al otro”
(Harris, 1961:78).
Es la agrupación de las predominancias específicas de las partes simétricas del
cuerpo respecto a las manos, los pies, ojos y oídos (Rigal, 1979).
Defontaine define lateralidad como la preferencia de usar un lado del cuerpo o una
parte, como la mano, el ojo, el pie y el oído, en las acciones que demanden un
ejercicio unilateral. (Defontaine, 1981).
La traducción de un predominio motor exteriorizado a través de los segmentos
derecho e izquierdo (Le Boulch, 1997).
Conde y Viana dicen que la lateralidad es el uso práctico de una parte del cuerpo
sobre la otra. Esto se presenta en la distinción de utilizar selectivamente un miembro
determinado (mano, pie, ojo y oído) para ejecutar acciones específicas. (Conde y
Viciana, 1997)
Todas estas definiciones tienen varios puntos en común, entre los que destacan el
predominio de uno de los segmentos corporales (izquierdo o derecho). Por lo tanto, y
haciendo referencia a la dominancia del hemisferio, y en concreto a la especialización
funcional hemisférica, varios son los componentes que integran la lateralidad: motor,
sensitivo, perceptivo, conceptual, simbólico, social, etc… por lo que se llega a la
conclusión general de que la lateralidad nos otorga el primer parámetro referencial para
tener conciencia de nuestro cuerpo y su relación con el espacio que nos rodea, por lo
tanto es consecuencia de la maduración del sistema nervioso y de la experimentación.
Por consiguiente es una habilidad necesaria para la escolaridad y ésta depende
del desarrollo y estimulaciones desarrolladas desde una temprana edad, cuando la
lateralidad es mayor modificable.
Así que, en el Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece
el currículo básico de la Educación Primaria (LOMCE) aparecen los criterios de
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evaluación y de Educación Primaria. Tres de ellos están relacionados con el proceso de
lateralización y por lo tanto contribuyen a su desarrollo en el área de Educación Física.
Dichos Criterios son:
1. Resolver situaciones motrices con diversidad de estímulos y condicionantes
espacio-temporales, seleccionando y combinando las habilidades motrices básicas y
adaptándolas a las condiciones establecidas de forma eficaz.
3. Resolver retos tácticos elementales propios del juego y de actividades físicas,
con o sin oposición, aplicando principios y reglas para resolver las situaciones motrices,
actuando de forma individual, coordinada y cooperativa y desempeñando las diferentes
funciones implícitas en juegos y actividades.
7. Valorar, aceptar y respetar la propia realidad corporal y la de los demás,
mostrando una actitud reflexiva y crítica.
Por tanto la lateralidad juega un importante papel en el desarrollo general del
niño, ya que si el alumno crece con alguna dificultad motriz, es muy posible que tenga
mayores problemas de aprendizaje. Por ello si existe una cierta relación entre los
problemas de aprendizaje y aspectos como la mala adquisición de la lateralidad, los
problemas de orientación espacial y las dificultades de discriminación entre derecha e
izquierda, los profesionales de la educación física debemos trabajar desde dos
vertientes: por un lado identificando esas dificultades entre nuestros alumnos y por otro
lado ofreciendo un apoyo psicomotriz adecuado e individualizado.
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Diestro: se refiere a la persona que tiene preferencia del uso del lado
derecho en mano, pie, ojo y oído. El hemisferio que organiza la
estimulación que entra y organiza la respuesta motora es el
izquierdo.
Zurdo: es la persona que tiene preferencia en el uso del lado
izquierdo en mano, pie, ojo y oído izquierdos. El hemisferio que
organiza la estimulación entrante y organiza la respuesta motora es
el derecho.
La lateralidad no integral son los principales trastornos que existen en la
lateralidad como consecuencia de otro aspecto, como hábitos familiares,
religiosos... Diferenciamos:
Zurdería contrariada: el lado dominante es el izquierdo, pero utilizan
el lado derecho, provocando una falsa dominancia diestra. Utilizan
este lado derecho bien por influencia cultural, social o por imitación
a otras personas.
Ambidiextrismo: son personas que utilizan indistintamente los dos
lados de su cuerpo. No es muy frecuente. Autores como Ribes et al.
(2008:72) dicen “La mayoría de los casos de ambidextrismo son en
realidad una falta de dominancia lateral, con las consecuencias
negativas que esto puede tener de cara a la orientación espacial”. Por
lo que se podría decir, que se puede reforzar a una persona para que
tenga un lado dominante.
Lateralidad cruzada: se produce cuando los índices dominantes no se
sitúan en el mismo lado del cuerpo. Por ejemplo, en caso de ojo
izquierdo, pie izquierdo y mano y pie derechos, es un caso de
lateralidad cruzada.
Cuando solo se cruza un índice, se suele decir que hay un cruce. Por
ejemplo, si todos los índices están en el izquierdo y el ojo dominante
es el derecho, se dice que es una persona zurda con cruce visual.
Zurdo falso: ocurre cuando una persona por un accidente o
enfermedad esta inhábil para utilizar el lado derecho del cerebro.
Diestro falso: ocurre cuando una persona por un accidente o
enfermedad está inhábil para utilizar el lado izquierdo del cerebro.
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3.2.2. Test de lateralidad
Del mismo modo que los autores no tienen un mismo concepto sobre la
lateralidad, tampoco tienen la misma visión de análisis, por lo que se pueden encontrar
muchas formas de estudiar el predominio lateral en una persona. Mayolas, M (2003)
muestra algunos de estos autores y sus test:
Stern y Schilf (1932) expone pruebas para hallar la lateralidad del pie.
Roudinesco y Thyss (1948): plantean pruebas para la mano, pie y ojo.
Subirana y Leiser-Eggert (1952), proponen un test para demonstrar la lateralidad
ocular. El test cuenta con un total de cuatro pruebas.
Kramer (1961) plantea un total de 15 pruebas para evidenciar la tendencia a la
zurdería manual.
El test de Sovák (1968) sirve para saber cuál es el odio que predomina.
Tesnière (1974) propone 11 pruebas, de las cuales siete de ellas son para evaluar
el miembro superior, dos para el inferior y dos para el ojo.
Al igual que Roudinesco y Thyss (1948), Georges Lerbert (1977), presenta tres
grupos de pruebas, para la mano, el pie y el ojo.
Margarite Auzias (1977): su prueba está formada por 20 ítems, los cuales
permiten evaluar la lateralidad manipulativa en gestos finos.
René Zazzo (1984): consiste en un estudio del movimiento y de las diferentes
maneras de predominio posibles en el conjunto de la motricidad de un individuo.
Cuenta con un total de 15 pruebas para el miembro superior, el inferior, giro y
ojo.
De las 15 pruebas que proponía Zazzo, Nadine Galifret-Granjon (1984) sólo
conservó seis, dos para la mano, dos para el ojo y dos para el pie.
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conocimiento del mundo externo tomando como referencia el propio yo (esquema
corporal).
Para Le Boulch (1972) es "El espacio es la diferenciación del "yo"
corporal respecto del mundo exterior".
Fernández se refiere a la organización espacial como el medio en el que
se sustentan nuestros desplazamientos, limitados por las personas (intervención
personal) y por los acontecimientos (intervención temporal), en el que cada persona
constituye una disposición de sus conocimientos en relación al vínculo que tiene
con el medio, llegando a tener un Feed-back (Fernández, 2003).
El conocimiento de la estructuración y organización del espacio se
adquiere con una graduación que va desde una situación egocéntrica a una objetiva.
(Batlle, 1994). También la explica como que las actividades para comprender el
espacio, intenta fomentar que el niño sea capaz de reconocer el espacio que ocupa
su cuerpo y dentro del que puede orientarse (Batlle, L.R. 1994).
La Organización Espacial se reconoce como la manera de disponer los
elementos en el espacio, en el tiempo o en ambos a la vez; es decir, la forma de
establecer relaciones espaciales, temporales o espacio - temporales entre elementos
independientes (relación de vecindad, proximidad, anterioridad o posterioridad,
sobreposición). Se caracteriza por poseer un distinto desarrollo según se produzca en
etapas preoperatorias u operatorias del niño. En relación con el tema Piaget propone una
distinción entre el espacio perceptivo (figurativo) y el espacio intelectivo
(representativo).
El espacio figurativo de tipo perceptivo se presenta en los períodos evolutivos
sensomotores (aprox. entre los 0 y 2 años), y los preoperatorios o intuitivos (aprox.
entre los 2 y 7 años). Se caracteriza por la vivencia motriz y perceptiva inmediata que el
niño posee del espacio, la cual le permite establecer relaciones cada vez más complejas
mediante la exploración y la experimentación dentro del entorno más cercano.
El espacio representativo de tipo intelectivo, aparece durante el periodo
operatorio, a partir de los 7 u 8 años, cuando el niño adquiere progresivamente la
capacidad de analizar los datos perceptivos inmediatos y elabora relaciones espaciales
mucho más complejas. En ese momento se manifiesta una descentración respecto al
propio cuerpo, una objetivación de los puntos de vista y juicios sobre las relaciones
espaciales logrando superar el egocentrismo cognitivo.
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Las dificultades en el ámbito de organización espacial se expresarán, por
ejemplo, en el desarrollo de la lectura y la escritura. A primera vista nos puede parecer
que esta relación no pueda ser tan importante, no obstante, resulta clave. La importancia
reside en el hecho de que tanto las actividades de lectura como las de escritura se
encuentran insertas en una direccionalidad muy específica, siguen una direccionalidad
clara de izquierda a derecha, es decir, empezamos a leer desde la izquierda y
terminamos en la derecha. En el momento en que no tenemos clara esta direccionalidad
es cuando se suelen dar las inversiones en la lectura, las rotaciones de letras como son
la b y la d o la p y la q, estas rotaciones se deben a la simetría existentes entre estos
caracteres y pueden provocar importantes deficiencias en la lectoescritura, deficiencias
que en algunas ocasiones pueden ser confundidas con dislexia. Aunque también se
puede presentar en el cálculo, por ejemplo, al momento de escribir cifras como 418 por
841 o 184 por 481.
Este tipo de inconvenientes no alcanza a ser percibido por el alumno, ya que se
convence de haber realizado en forma exacta su actividad, es decir, escrito o
representado correctamente la palabra o número requerido.
Por otra parte, el bajo desarrollo de la orientación espacial también puede incidir
en otros aspectos básicos del desarrollo de los niños/as, como son el deporte,
pudiéndose mostrar poco hábiles ante todo en deportes que exigen saberse ubicar en
superficies grandes. Al mismo tiempo, que si además de las dificultades espaciales han
tenido un desarrollo psicomotor pobre, pueden presentar dificultades en el sentido de
mostrarse más bien torpes.
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organizar su acción en función de parámetros como: cerca/lejos, dentro/fuera,
grande/pequeño, ancho/estrecho… El espacio se domina antes a nivel de acción que de
representación.
Diversas investigaciones realizadas, aportan que la noción de estructuración
espacial no es innata, sino que se elabora y construye mediante la acción y la
interpretación de un gran bagaje de datos registrados por los sentidos (registros
sensoriales).
Se compone según Piaget (1981), de tres categorías fundamentales, las cuales
deberán ser, manejadas por los niños con el fin de capacitarse en la organización
espacial, estos son:
Relaciones topológicas (entre los 4 y 7 años): sistema de referencia
egocéntrico en el que las relaciones espaciales que tiene en cuenta son la
proximidad y la separación. Por ejemplo: la separación que hay entre el sujeto y un
objeto.
Relaciones proyectivas (a partir de los 7 años): responden a la necesidad
de situar, en función de una perspectiva dada, los objetos o los elementos de un
mismo objeto en relación con los demás. (Permite ver al niño los objetos desde otro
punto de vista.)
Relaciones euclidianas o métricas: es la capacidad de coordinar los
objetos entre sí, en relación con un sistema o unas coordenadas de referencia, lo que
supone la utilización de medidas de longitud, de capacidad y de superficie. (Por
ejemplo: el niño puede escribir y dibujar la trayectoria de un automóvil)
En la estructuración espacial, los niños/as podrían presentar dificultades en la
escritura espontánea caracterizado por exhibir problemas de concordancia en género,
número o conjugación verbal, separará o unirá palabras sin respetar la estructura del
lenguaje, sólo se guiará por claves fónicas. Por ejemplo: "mimamá me dio laleche" en
vez de "mi mamá me dio la leche".
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4. Proyecto
4.1. Justificación
Con este proyecto se quiere intervenir en el proceso de lateralización y de
organización y estructuración espacial a través de una serie de actividades que se han
diseñado específicamente. Para trabajar la noción topológica de orientación, la cual
consta de: izquierda - derecha, arriba - abajo y delante - detrás.
Todas las actividades se realizan de manera que haya un movimiento motriz por
parte del sujeto.
4.2. Objetivos
Afirmar la lateralidad.
Diferenciar entre izquierda y derecha.
Discriminar arriba - abajo.
Discriminar delante - detrás.
Posicionar el propio cuerpo respecto al espacio u otros objetos.
4.3. Metodología
Existen varios test de evaluación de la lateralidad, tales como Harris (1957),
Subirana (1952), Bergés (1985), se ha pasado el test de Lázaro (2010) (anexo 2). Se ha
elegido este autor porque se considera que en función del sujeto que se va a evaluar y
las características que tiene, se adecua más a su condición.
Este sujeto tiene diez años de edad cronológica, pero tiene una lesión cerebral,
por lo que su edad neurológica no es igual a la cronológica, sino mucho menor. Al tener
diez años, las acciones cotidianas las tiene más o menos adquiridas, pero con el test de
Lázaro (2010), se puede observar la lateralidad con acciones cotidianas y con acciones
que probablemente no haya realizado.
También se ha pasado la batería de Piaget-Head (anexo 3), en la cual se evalúa
la orientación derecha - izquierda, mediante el manejo derecha - izquierda de la mano,
el ojo y la oreja, a través de la ejecución de movimientos con la orden verbal y la
reproducción de movimientos de la figura humana. Es una prueba fácil aunque
agotadora.
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4.4. Cómo se aplica
Para poder valorar la lateralidad del sujeto, se ha pasado una serie de pruebas
basadas en ejercicios muy sencillos, a través de los cuales, se ha ido recogiendo la
dominancia ocular, auditiva, manual y podal, además de la orientación espacial.
El primer test que se ha pasado, el test de Lázaro 2010, está divido en diez partes
y cada una de ellas evalúa las diferentes dominancias laterales. Cada parte consta de
entre 2 a 4 pruebas. Para que cada ejercicio fuese válido, se recogieron tres intentos en
cada prueba, marcando a su vez si se realizaba, dicha prueba, con la parte izquierda o
con la derecha del cuerpo.
Las diez partes que se evalúan en dicho test son: la preferencia manual en
actividades realizadas con una mano, preferencia manual en actividades realizadas con
las dos manos, prevalencia de miembros superiores, preferencia de miembros inferiores,
prevalencia de miembros inferiores, evaluación del tono muscular en miembros
superiores, preferencia ocular, preferencia del oído, lateralidad vestibular. y juegos para
determinar la lateralidad .
Comentar que se encontró una limitación en ambas prueba, la cual fue por parte
del sujeto, que se cansaba de forma rápida y se confundía con más facilidad, por
consiguiente las pruebas, se llevaron a cabo en dos días diferentes cada una de ellas,
durando el test 4 días.
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4.5. Actividades
A lo largo de todo el proyecto, se van a trabajar las nociones topológicas de
orientación: derecha-izquierda, arriba-abajo y delante-detrás. Además, cada día se
realizarán durante 15 minutos unos ejercicios de estimulación de hemisferios, que están
pensados para realizarlos antes de trabajar tareas cognitivas más complejas y
específicas.
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A medida que vaya realizando los ejercicios no se le pintará un punto en
la mano.
Repasamos las manos: el sujeto repasará sus manos derecha e izquierda con un
rotulador sobre un papel.
Observará las diferencias entre ambas manos.
Recortará los dos dibujos de sus dos manos.
Observará las diferencias entre ambas manos recortadas.
Asignar nombre de derecha e izquierda a cada mano (se pintará de
distinto color cada mano, la mano derecha de rojo y la izquierda de azul).
Repasamos los pies: la niña repasará sus pies izquierdo y derecho con un
rotulador sobre un papel.
Observará las diferencias entre ambos pies.
Recortará los dos dibujos de sus dos pies.
Observará las diferencias entre ambos pies recortados.
Asignar nombre de derecha e izquierda a cada pie (al igual que con las
manos, se pintará el pie derecho del mismo color que la mano derecha,
rojo, y el pie izquierdo igual que la mano izquierda, azul).
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deberá ir realizando saltos de rana colocando en cada salto sus pies y manos en
las correspondientes plantillas.
Nos dibujamos: se realizará el contorno del cuerpo del sujeto en un papel, con
brazos y piernas bien extendidas. Una vez dibujado se recortará y se colgará en
la pared. Sobre la plantilla, se realizarán diferentes actividades para que el niño
diferencie la parte izquierda de la parte derecha. Las actividades que va a
ejecutar son:
Se trazará una línea vertical en el centro, y el sujeto indicará cuáles son
sus manos y pies derechos e izquierdos, sin cambiar de simetría.
Sobre la plantilla se le hará dibujar los ojos y orejas constatando el ojo y
oreja derechos, y el ojo y oreja izquierdos.
Respondemos preguntas: el sujeto responderá preguntas sobre el
conocimiento de sus partes derechas e izquierdas, primero en su propio
cuerpo y luego sobre el contorno dibujado. Ejemplo "¿Cuál es tu mano
derecha?" "Coloca tu mano derecha encima de tu cabeza..."
¿Qué está a cada lado?: sentado en medio de la habitación, la niña irá diciendo
las cosas que tiene a su derecha o a su izquierda.
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Tras haber dicho las cosas que están a su derecha o a su izquierda, el
sujeto irá diciendo las cosa que están a la derecha o a la izquierda de la
profesora, estando primero a su lado y luego enfrente de ella.
¿Qué tenemos arriba y qué tenemos abajo?: el sujeto observará e irá diciendo
las partes de su cuerpo que están arriba y que están abajo, partiendo de su
cintura. Después de ver dónde están situadas las partes de su cuerpo, irá viendo
las cosas que le rodean si están arriba o abajo. Para ello se realizarán dos
ejerciocios:
La niña irá diciendo las cosas que le rodean que está por encima de ella
y las cosas que están por debajo.
La niña dirá las cosas que están encima o debajo de otros objetos.
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coloque encima de algo amarillo. Simón dice.. que el niño se ponga algo sobre
la cabeza...
A continuación, se seguirá relazando el mismo juego pero se darán
órdenes las cuales incluyen objetos, como por ejemplo: "Simón dice que
cojas un vaso y metas dentro un bolígrafo", "Simón dice que cojas un
plato y lo pongas debajo de un vaso"...
Estas actividades para discriminar delante - detrás, se van a trabajar con los días
de la semana, ya que el sujeto se sabe los días de la semana pero no el orden. Por lo que
las actividades nos servirán para que la niña discrimine delante - detrás, y adquiera el
orden de los días de la semana.
¿Que vemos?: el niño deberá decir las partes del cuerpo que le ven al profesor
por la parte de adelante.
Realizará lo mismo que antes, pero por la parte de detrás.
Deberá decir las cosas que están delante de ella.
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Comprobamos: encima de una mesa se le dejará al sujeto un montón de prendas
de vestir, las cuales el sujeto deberá observar la parte delantera y la parte trasera.
También se realizará con objetos en los que el sujeto pueda distinguir la parte de
delante y la parte de detrás, como por ejemplo un armario, un cuadro, una silla...
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5. Conclusiones
En primer lugar he decir que cuando tomé la decisión de afrontar la lateralidad y
la organización y estructuración espacial en niños con dificultades relacionado con la
neurociencia como temas principales de mi TFG, a pesar de pensar de que se tratasen de
unos temas de gran interés, me surgieron dudas relacionadas con la posibilidad de que
se convirtiese en un trabajo poco original y atractivo y no contar con el suficiente
trasfondo de un trabajo de esta envergadura.
Se pasó dos test a al sujeto, uno sobre lateralidad y otro sobre la organización y
estructuración espacial. La primera vez que se pasaron ambos test, nos sirvieron para
ver cuáles eran las necesidades del sujeto y en base a los resultados obtenidos, se
decidió crear una propuesta de intervención para favorecer el desarrollo motor y
neurológico y la necesidades del sujeto respecto a estos dos temas centrales.
Tras la puesta en práctica de las actividades, se pasaron de nuevos los test, esta
vez para ver si la niña había mejorado ambos aspectos. En los resultados, se pudo
observar que el sujeto había mejorado en su lateralidad y ya es capaz de situar objetos
respecto a su propio cuerpo y disponer elementos en el espacio o en el tiempo. Esto
último es un gran progreso en la niña, ya que antes no era capaz de situarse objetos
respecto a su propio cuerpo, o viceversa, y ni organizar elementos en el tiempo o el
espacio.
En cuanto a las dificultades que he tenido a lo largo de este trabajo, una de ellas
ha sido a la hora de encontrar información, porque no resultó fácil encontrar variedad de
fuentes fiables y actualizadas. Otra dificultad que me he encontrado a lo largo del
trabajo, ha sido a la hora de programar las actividades y del tiempo para llevarlas a
33
cabo, ya que podría haber realizado actividades más variadas para que el sujeto
adquiriese del todo dichos.
34
6. Bibliografía
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36
7. Anexos
Anexo 1. Esquema Desarrollo Cerebral, De Jager, M (2010).
EL
G
R
A
D
4- 11 años (Consciente) O
CEREBRO
PENSANTE D
E
C
3º Desarrollo Intelectual O
M
P
L
E
J
CEREBRO EMOCIONAL I
(Inconsciente) D
A
D
S
E
14 meses - 4 N
años S
O
R
I
A
2º Desarrollo Emocional y L
Social
Y
1º Desarrollo Físico M
Hasta los 14 CEREBRO DE SUPERVIVENCIA O
meses (Inconsciente) T
5. Visión 1. Cuello + boca R
I
4. Audición 2. Tronco Z
3. Olfato + gusto 3. Hombros
VA
2. Sentidos 4. Brazos
internos: EN
5. Caderas
- Propioceptivo
6. Piernas A
- Vestibular U
7. Manos
M
- Kinestésico
8. Dedos E
1. Tacto N
9. Pies
T
10. Ojos O
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Anexo 2 Test de lateralidad, Lázaro (2010)
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40
41
42
43
Anexo 3. Batería Piaget Head , (Zazzo, R. 1963)
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Anexo 4. Estimulación de los Hemisferios cerebrales I
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Anexo 5. Estimulación de los Hemisferios cerebrales II
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