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EL DERECHO AL DISENSO EN UN CONTEXTO ANDRAGÓGICO DE

PENSAMIENTO DIVERSO COMO FUENTE DE NUEVOS SENTIDOS

En respuesta a la postura ortodoxa de jurados de tesis doctorales

José Rafael Zaá Méndez*

Los esfuerzos de una investigación teórica como ésta, marchan en


dirección contraria a todo vestigio de racionalidad moderna. Sin embargo, la
apuesta está echada y toda nuestra energía intelectual está empeñada en la
exploración de los campos fantasmáticos del conocimiento y sus caprichos.
Hacemos lo que hacemos comprometidos con una reflexión con destino.
Nuestro amor por el conocimiento no es tan desinteresado como para trabajar
en cualquier dirección y para cualquier postor. Aquí la noción de compromiso
marca el ritmo, a pesar de todo lo problemático que resulta medir, comparar,
seleccionar, juzgar. Aun así, creemos que una investigación filosófico-
epistemológica centrada y un debate teórico-educativo con destino, garantizan
que la lógica interna del trabajo intelectual no se convierta en juez y parte de
todo cuanto hacemos. En medio de la deriva de criterios echamos mano a la
única regla que nos justifica: construir un espacio colectivo para pensar la
emancipación del yugo del reduccionismo, deconstruir la gramática de la
dominación en todos los espacios donde aparezca. En este sentido, es
necesario ir poco a poco puesto que el camino es largo.

En el documento que contiene el ejercicio hermenéutico científico


doctoral, hemos querido matizar en todo momento los contornos de tesis,
conceptos y propuestas con el propósito deliberado de preservar la apertura al
diálogo y, con la expresa intención de sobreponernos a los juicios sumarios y a
las condenas de principios. El juego ha estado claro de entrada. Se trata de
construir una lectura radical de todas las lógicas dominantes. El encuentro con
una cierta tónica postmoderna está cifrado en esta clave. Ello marca el sesgo
de nuestras lecturas y a esa única regla nos remitimos. Nos parece
imprescindible que este presupuesto sea tomado suficientemente en serio para
evitar confusiones innecesarias.
Consecuentes con las ideas precedentes, nos parece mucho más
enriquecedor y especialmente fecundo el encuentro con planteamientos de gran
potencial crítico y creador, pero también nos permitimos tomar distancia, sin
ambigüedades, de toda esa tónica reverberante de la retórica de gastados
paradigmas.

Así pues, este discurso tiene su propia lectura, la cual abre nuevas
posibilidades de diálogo. Asumido plenamente en sus implicaciones teóricas,
esta investigación define una regla transparente para el debate. Allí no debería
haber equívocos. Somos tan interesados y parciales como cualquier otra
posición. Nuestra falta de inocencia nos delata línea a línea. Así que el lector no
se llevaría ninguna sorpresa respecto al compromiso declarado y visible de la
lectura que hacemos y del discurso sugerido. Por consiguiente, en aras de
seguir contribuyendo con nuestra lectura, es necesario puntualizar:
1. Todo trabajo doctoral siempre tendrá un carácter filosófico porque es
producto de la reflexión de un pensador. Desde esta perspectiva, un
estudio doctoral va tras la búsqueda de una epistemología, no como
sinónimo de racionalidad sino como sinónimo de argumentabilidad del
discurso.

2. La reflexión doctoral no está dirigida exclusivamente a un tema


determinado, este es un discurso científico y por lo tanto, toma el
ámbito de toda la ciencia, de la ciencia universal.

3. Entre la investigación y la educación hay un ir y venir recursivo, es decir,


aquel que investiga está nutriendo a la educación, pero también está
nutriendo a la ciencia universal. Es este el principio de
complementariedad, todas las ciencias están aportando tanto al
conocimiento, a la reflexión, a la enseñanza, como a la educación en
general.
4. No es intención de este trabajo emitir definiciones acerca de
epistemología, gnoseología y ontología. El deslinde entre estos términos
ha sido objeto de debate por muchos pensadores y múltiples escuelas
durante mucho tiempo. El escenario de esta tesis es completamente
diferente. Por otra parte, el definir es contradictorio con el discurso
doctoral que no debe limitar, sino que por el contrario ha de crear,
derribar fronteras de pensamiento, abriendo espacios para seguir
deviniendo, pensando, lo cual es el motor del doctor en este proceso de
investigación, de construcción del saber.

5. La universidad es un escenario para pensar, para recrearse, para recrear


ideas, para crear nuevos senderos, para descubrirnos a nosotros mismos
como personas y redescubrir a la humanidad. En este sentido, la
universidad es formadora del ser en devenir, de ese ser que traspasa el
escenario de la modernidad para ir en pos de un escenario entretejido,
amalgamado, de nuevos pensamientos, de materia e inmateria, para
seguir pensando el universo, para seguir recreando el universo. Por lo
tanto, esta reflexión doctoral busca dar énfasis a la universidad en una
dimensión trascendente ubicada en el ser en devenir, que es
conocimiento en devenir, que es investigación en devenir, ente universal
en devenir.

6. Esta tesis doctoral no comporta un piso epistémico visto desde la óptica


lineal cartesiana, se sustenta en un entramado global, el cual puede ser
circular, general, espiral o un tejido global. Tampoco existen elementos
epistémicos emergentes. Lo emergente en todo caso es que pasamos de
la estructura al proceso, a una realidad sistémica, desmontamos el
discurso de la modernidad y pasamos a la postmodernidad.

7. Este discurso no pretende mostrar a la investigación como una


dimensión de la educación, de ser así estaríamos ante una concepción
lineal: primero la educación, luego investigación. Desde nuestra
perspectiva, la realidad es recursiva, global, integral. Una cosa no se da
primero que la otra, sino simultáneamente. No se efectúa un deslinde
entre conocimiento, investigación y educación, esto iría en contra de la
integralidad. Aquí investigar es para generar conocimiento, pero un
conocimiento en un contexto de pensamiento y de reflexión y es obvio
que esto alimentará a la educación. Este no es un discurso sobre
didáctica, enseñanza, educación. Todo intento por reducir al hombre y el
discurso que lo explica a una sola dimensión es contrario a la
transdisciplinariedad o al paradigma emergente. Mi ontología es integral,
no concibe parcelas, por ello no se plantea que es cada cosa. El
pensamiento que compartimenta, recorta, aísla, permite a los
especialistas y expertos ser muy cumplidores en sus compartimientos y
cooperar eficazmente en sectores de conocimiento no complejos. Pero la
lógica a la que obedecen extiende sobre la sociedad y las relaciones
humanas las restricciones y los mecanismos inhumanos de la máquina
artificial, y su visión determinista, mecanicista, cuantitativa y formalista
ignora, oculta o disuelve todo lo que es subjetivo, afectivo, libre,
creativo.

8. En este de discurso el logos es argumental, que permite hacer las


urdimbres y el entramado. Este último se asume como una estructura
teórica que surge del cruce de urdimbres. Se construye a través de las
relaciones subyacentes que surgen entre los elementos que intervienen
en cada urdimbre. En este sentido, es necesario señalar que la
hermenéutica lingüística ha calzado muy bien las metáforas para dibujar
escenarios novedosos. Por consiguiente, la hermenéutica lingüística dejó
de ser comprensiva sobre la base de significados de palabras
(etimología) para pasar a lo que son los significados de las metáforas en
el nuevo escenario cognitivo.

9. Un tejido argumental que refleja múltiples relaciones que se entrelazan,


combinan y trasladan no debe ser entendido vulgarmente como “un
rollo”; y éste mal podría ser sinónimo de entramado. Entramado es
complejidad, es multidimensionalidad e interdependencia. Es metáfora,
es una nueva narrativa que presenta más que un conjunto de
posibilidades reales y potenciales a nivel epistemológico, filosófico,
metodológico, y operativo, un acto liberador que permite al
investigador sacudirse de una serie de dogmas, esteriotipos y fórmulas
rígidas, los cuales le impiden enfrentarse al estudio de la realidad con
una actitud despreocupada y libre de preconcepciones y modelos
inmodificables.

10. Una crítica desde ninguna parte puede parecer un arrebato pulsional.
Concebir que en un discurso existen debilidades, no es congruente ni
pertinente con la lectura que debe realizarse a un trabajo doctoral.
Señalar que un discurso posee debilidades es admitir que se tiene una
postura completamente superior y que se es capaz de calificar como una
debilidad una postura inferior. Eso significa, en otras palabras, que se
posee la verdad y que cualquier otra postura es débil. En el nivel
doctoral lo pertinente sería la argumentación, el ubicar escenarios, el
diálogo sin atenuar el disenso, fuente de nuevos sentidos.

*Profesor de Epistemología en los programas doctorales de UC, ULA, UNERG, UNESR y


UNEG

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