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Fallo Fontevecchia:

Hechos: Se trató de 2 publicaciones de una revista, donde se vinculaba al Presidente Carlos Menem con la existencia de un
presunto hijo no reconocido por él. Fontevecchia y D’Amico son periodistas que se desempeñaban como editores en dicha
revista.

Menem demandó civilmente a la editorial así como a Fontevecchia y D’Amico. El objeto de dicha acción era obtener un
resarcimiento económico por el alegado daño moral causado por la supuesta violación del derecho a la intimidad,
consecuencia de las publicaciones de la revista.

El juez de primera instancia rechazó la demanda interpuesta por Menem. La sentencia fue apelada y la Cámara revirtió la
decisión y condenó a la editorial y a Fontevecchia y D’Amico a pagar la suma de $150.000,00. Los demandados
interpusieron un recurso extraordinario federal. La CSJN confirmó la sentencia recurrida, aunque modificó el monto
indemnizatorio, reduciéndolo a la suma de $60.000,00.

Luego de cumplir con el pago de la reparación económica, los periodistas acudieron al sistema interamericano. Entendían
que la sentencia de la CSJN vulneraba su derecho a la libertad de prensa y de expresión, por lo que solicitaban que se
declarara la responsabilidad internacional del Estado argentino.

Fallo de la CIDH: Declaró que el Estado argentino había violado la libertad de expresión de los periodistas. Juzgó que su
resolución era en sí misma una reparación de esa violación y que un resumen de ella, que debía preparar la Corte Suprema,
tenía que publicarse en el boletín oficial y en un diario de amplia circulación del país. Además, dispuso dejar sin efecto la
condena civil impuesta a Fontevecchia y D’Amico, así como todas sus consecuencias.

Procuradora General: Consideró que, en primer lugar, debía darse traslado al ex Presidente. En segundo término, la Corte
Suprema debía dejar sin efecto su propia sentencia, revocar la decisión de la Cámara y rechazar la demanda iniciada por el
ex Presidente. El traslado se cursó y Menem respondió que no había sido parte en el juicio internacional y que nada tenía
que expresar al respecto, aludiendo a un principio constitucional como lo es el debido proceso y a otro procesal como lo es
la legitimación.

Fallo CSJN: Se interroga acerca de si la CIDH tiene competencia para ordenar dejar sin efecto la condena civil dictada por la
CSJN y si, además, podría cumplir con esa orden. La mayoría de sus integrantes respondió que no. El juez Maqueda, en
disidencia, respondió que sí.

Razones de la mayoría: Afirmaron que las sentencias de la CIDH son, en principio, de cumplimiento obligatorio para los
estados pero lo decidido debe mantenerse dentro del marco de las potestades remediales. Los remedios deben surgir de la
Convención y deben poder ser cumplidos a la luz del ordenamiento constitucional nacional.

Luego de recordar que la Convención tiene carácter subsidiario y que la CIDH no tiene carácter de tribunal de apelación o
casación de los organismos jurisdiccionales locales, la mayoría llega a la conclusión de que la convención no contempla la
posibilidad de que la CIDH deje sin efecto una sentencia dictada en sede nacional. También afirma que pretender revocar
una sentencia firme de la CSJN implica privarla de su carácter de órgano supremo del Poder Judicial y sustituirlo por un
tribunal internacional, en clara transgresión a los artículos 27 y 108 de la CN.

Razones de la disidencia: El juez Maqueda manda cumplir la sentencia sin condicionamiento alguno en base al artículo 27
de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, afirmando que no se pueden invocar disposiciones de derecho
interno para incumplimir un tratado (pacta sunt servanda).

El fallo de la CSJN va de nuevo a la CIDH: La CIDH considero que no se puede invocar disposiciones de derecho interno
para incumplir un tratado. Además, estableció que dejar sin efecto no era necesariamente revocar la sentencia, sino que el
estado debía identificar y adoptar las acciones que consideren necesarias para cumplir con lo ordenado por la CIDH (por
ejemplo la eliminación de la publicación de la sentencia en páginas web de la CSJN o que se mantenga su publicación pero
se le realice algún tipo de anotación indicando que esa sentencia fue declarada violatoria de la convención.). También
recordó que esa misma reparación de dejar sin efectos sentencias internas ha sido cumplida por otros Estados y por la
Argentina misma en casos similares.

La CIDH también analizo ciertos considerandos del fallo de la CSJN: Dijo que no le corresponde a la CSJN determinar cuándo
una sentencia del tribunal internacional es obligatoria o cuando el tribunal internacional actúa en el marco de su
competencia, además de que puntualizo que la posición asumida por la CSJN contrasta ampliamente con su línea
jurisprudencial anterior.

Última palabra de la CSJN: Como la CIDH aclaro que su decisión no implicaba que la CSJN tuviese la necesidad de revocar
su sentencia y que podía cumplir con lo mandado adoptando algún otro tipo de acto jurídico como, por ejemplo, la
realización de una anotación indicando que esa sentencia fue declarada violatoria de la convención por la CIDH, la CSJN
ordenó que se anote en la sentencia que fue declarada incompatible con la Convención.

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