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La Historia de Tacna PDF
La Historia de Tacna PDF
Vida la
Historia
La
Vida la
Historia
ISSN 2312-9115 Núm. 4, 1er Semestre, 2015
Tacna-Perú
UNIVERSIDAD NACIONAL JORGE BASABRE GROHMANN
VICERRECTORADO ACADÉMICO
OFICINA GENERAL DE INVESTIGACIÓN
Autoridades Universitarias:
Dr. Miguel Ángel Larrea Céspedes - Rector
Dr. Lorenzo Walter Ibárcena Fernández - Vicerrector Académico
Mgr. Ramón M. Vera Roalcaba - Vicerrector Administrativo
La Vida & la Historia es una revista multidisciplinaria de publicación semestral. Publica artículos de investigación
científica y cultural relacionada a las ciencias sociales, humanidades y artes. Los artículos recepcionados son
evaluados según las normas editoriales.
Director
Dr. Edmundo Motta Zamalloa - Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann (Tacna-Perú)
Comité Editorial
Dr. Eusebio Quiroz Paz Soldán - Universidad Nacional de San Agustín (Arequipa-Perú)
Dr. Ernesto Yepes del Castillo - Docente emérito de la Universidad Nacional Agraria La Molina y Pontificia
Universidad Católica del Perú (PUCP) (Lima-Perú)
Dr. Luis Cavagnaro Orellana - Universidad Privada de Tacna (Tacna-Perú)
Fredy Gambetta Uría - Poeta, Cronista y Periodista Cultural de Tacna. (Tacna-Perú)
Revisión de lenguaje:
Mgr. Santos Isidro Conde Lucero
Mgr. Rubén Mamani Flores
Lic. Azucena Uncata Cutipa.
Portada : Pintura “Fontana” del artista Pablo Josué Roque Almanza. Técnica: Oleo sobre lienzo.
PRESENTACIÓN 5
Del Kero Colonial al Kero Republicano. [From Colonial Kero to Republican Kero.] 7
Elard Vladimir Chaiña Flores
SECCIÓN LITERARIA
El Director
1
Elard Vladimir Chaiña Flores
RESUMEN
El presente artículo se ocupa de los cambios en la forma y ornato del kero ocurrido entre los siglos XVIII y
XX en el contexto geográfico del actual departamento de Puno. El análisis iconológico y de variaciones
estilísticas encontró que después del movimiento social de Túpac Amaru II, los keros se hispanizaron en
desmedro de la tradición inca.
ABSTRACT
This article deals with the changes in the form and decoration of the kero occurred between the eighteenth
and twentieth centuries in the geographical context of the present department of Puno. The iconological
and stylistic variations analysis found that after Tupac Amaru II's social movement, keros hispanicized
detrimenting Inca tradition.
¹ Doctor en Ciencias Sociales, Magister en Arte, Licenciado en Arte. Docente de la Facultad de Ingeniería Civil,
Arquitectura y Geotecnia de la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann. Tacna-Perú.
Correo electrónico: ee012126@hotmail.com
miento de Túpac Amaru II, las autorida- beber, de madera o plata, de cualquier
des coloniales eliminaron a la nobleza hechura que sea. + Akilla: es lo mismo si
indígena y acrecentaron la represión es de plata” (p. 593); también existieron
contra lo andino. Areche pidió la anula- “los “keros” de oro incaicos, dicen los
ción “de todo vestigio artístico, folclóri- cronistas que fueron de hoja gruesa,
co y cultural, así como de los privilegios muy hermosa y que llegaron a un peso
y prácticas ceremoniales que evocaban de más de dos kilogramos”, (Sabogal,
la memoria de los antiguos emperadores 1952, p. 12).
Incas” (Cahill, 2006, p. 90). Las manifes- Estos vasos son siempre un par,
taciones culturales se vieron afectadas un vaso era para un individuo y el otro
por mantener en el imaginario colectivo para invitar a otra persona o deidad a
el concepto de lo Inca, como los keros; los beber juntas, “fueron hechos para ser
esfuerzos para erradicar cualquier usados en los brindis ceremoniales que
recuerdo ancestral dio como resultado el contribuían a reforzar los lazos de cohe-
inicio del cambio en la forma y ornato de sión en las actividades sociales, especial-
los keros que hoy se encuentran en pleno mente las vinculadas con la familia, la
proceso de desaparición. economía, la política, la religión” (Koun,
2003, p. 213).
El Kero El kero Inca se deriva formalmen-
Kero o Quero, del quechua: qiru, te de los keros tiahuanacotas. Se trata de
moderno q'iru, madera, frecuentemente un vaso de base plana y paredes diver-
escrito como kero, es un vaso ceremo- gentes que muchas veces tienen un resal-
nial, habitualmente de madera, de forma te o argolla en su parte media. En algu-
troncocónica, más ancho por la boca que nos casos tiene un asa en forma de un
por la base, típico de varias culturas sur animal que se encarama sobre el borde,
andinas. Mencionado ya en Lexicón o siendo alguno de estos vasos antropo-
Vocabulario de la lengua general del morfos, zoomorfos.
Perú de 1560, Fray Domingo de Santo Los keros eran generalmente deco-
Tomas (2006): “Q´IRU: cuba de madera rados con lujo y pintado a mano los dise-
[…] cuba para vino”(p. 434); en 1608 es ños geométricos que siguen a las técni-
mencionado como “Quero: Vaso de cas tradicionales de alfarería. Otros, sin
madera” (Gonzalez Holguín , 1989 , embargo, pueden ser pintados con esce-
p. 305); y en 1612 en aymara también se nas narrativas que podrían ser aconteci-
conoció como “Qiru: vaso para beber, de mientos históricos. “Los inkas aprendie-
madera o plata, de cualquier hechura ron la técnica de pintar con ’laca’ sobre
que sea” (Bertonio, 2004, p. 593). madera poco antes del contacto con los
Si bien quero significa madera y europeos. Esta habilidad alcanzó nota-
esta forma de vasija se confeccionaba ble desarrollo a fines de los siglos XVII y
principalmente en este material “los XVIII, cuando comienzan a producirse
“keros”, realizados en duras maderas y los “vasos de colores”, con representa-
ornamentados con solida pintura” (Sa- ciones complejas de temas de intrincado
bogal, 1952, p. 12), también se hacían de simbolismo, en los que los artistas indí-
arcilla, “sencilla y sin decoración; los genas dieron cauce a sus habilidades
casos excepcionales exhiben líneas inci- pictóricas” (Koun, 2003, p. 213). Así mis-
sas en forma de grecas horizontales” mo, Teresa Gisbert (2008) menciona que
(Matos, 1999, p. 127-128); de plata como en la colonia “los keros adquieren su
menciona Ludovico (2004): “Vaso para carácter policromo y desde entonces su
vas. Así, y como parte de estas transfor- iconografía de los qeros, […] la figura
maciones pictóricas, surgieron los deno- está de pie en primer plano, en una pose
minados queros de transición. de contrapostto, sosteniendo en una
Las escenas temáticas comienzan mano un escudo y un yauri o bastón en la
a ser expresados en keros de tradición otra” (Cummis, 2003, p. 55), escenas
inca pero con “un idioma visual euro- relacionadas con la pintura virreinal
peo. Algunas veces el préstamo es casi porque recoge las composiciones figura-
literal. Por ejemplo, la imagen del Inca, tivas y las imágenes narrativas introdu-
que es un elemento dominante en la cidas en el Perú desde España.
CMD010 CPA005
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memorar la “Gloria eterna a los héroes particular adyacente al Parque Pino con
que en Junin y Ayacucho conquistaron columnas de capitel Corintio, ambos
para siempre la independencia de la capiteles correctamente decorados con
patria”, también decora el monumento hojas de acanto. (Figura 2 y 3).
aparte del escudo patrio, una alegoría a El Neoclasicismo presente en la
la libertad, con vara y gorro frigio - escu- arquitectura posee como motivo la hoja
do con la leyenda "libe ta" que debió de acanto ( Acanthusmollis ), presente
decir libertad. también en los keros CMD008, CMD012,
La presencia en Puno del libro Trai- CPA002, CPA004, CPA007, constituye
té Elémentaire Practique D´Architecture un motivo iconográfico muy usado en la
ou Étude des Cinq Ordres, edición del república, el acanto una especie vegetal,
siglo XIX de Jacques Barozzio “Vignola” nativa de la región mediterránea (Kin-
constituye “un libro claro, sistemático, dersley, 2008, p. 81). Las hojas de acanto,
erudito, bien estructurado y eminente- “fue un motivo muy usado en la arqui-
mente práctico, donde la parte gráfica, con tectura y el diseño clásicos. Sus hojas
sus 29 láminas […] fue asumido como un simbolizan la sabiduría y las artes […]
manual didáctico” (Urquiza y García, asociado a la inmortalidad”. Porque “los
2012, p. 70), documento muy popular que héroes han triunfado sobre las dificulta-
se volvió a poner de moda tras las influen- des de su labor” (Chevalier & Gheer-
cias ideológicas de la naciente república. brant, 1986, p. 47).
Como se evidencia en el Colegio La difusión estética del neoclasi-
de Ciencias y Artes de Puno, el “local fue cismo europeo, alcanza no solamente a
inaugurado el 2 de febrero de 1851” (Ve- la arquitectura civil provinciana puneña
ra, 2008, p. 112), hoy colegio Gran Uni- si no también a elementos utilitarios de
dad Nacional San Carlos, con columnas tradición autóctona como los keros,
de capitel compuesto; y una vivienda correspondientes a este periodo,“el fenó-
Variaciones estilísticas
La investigación, se centró en el
análisis, iconológico de los keros,
habiendo realizado la caracterización
detallada de forma e íconos; presenta-
mos la interpretación y comprensión
iconológica, que permite determinar
variaciones estilísticas, método que per-
mite situar temporalmente creaciones
estéticas, los cambios estilísticos están en
función del tiempo y el espacio debido a
la influencia de factores políticos, socia-
les y económicos sobre el creador de la
Figura 7. Kero de madera mostrando a obra de arte.
un soldado patriota. El estilo artístico permite estable-
Fuente: Majluf (2006, p. 236). cer “nexos de carácter histórico-cultural
a través del tiempo y el espacio territo-
figurativa pintada […] aparecen orienta- rial. […] que permite tener un instru-
dos a lo largo de una o más bandas hori- mento sumamente valioso e ilustrativo a
zontales” (Lizarraga, 2009, p. 43). la hora de establecer comparaciones
Los keros republicanos, mantie- interculturales o interestilísticas” (Alci-
nen como rezago de los campos o bandas na, 1998, p. 131). Lo que permitirá esta-
horizontales de decoración del kero inca blecer secuencias de variaciones estéti-
y de transición; una franja zigzagueante cas de forma cronológica.
dentro de una doble franja – anillo, kero En la tabla 3 se aprecia las varia-
CPA008, CPA009, CPA013 (figura 9), ciones estilísticas del kero, en donde se
excepcionalmente se aprecia otro tipo de aprecia una evolución de la forma clásica
íconos como franjas, rombos eslabona- (Troncocónica invertido) del kero, a la
dos y hojas. representación occidental de la copa
A un despojo de todo elemento (Copa, fuste íntegro y basa).
KERO – CPA005. KERO – CPA009. KERO – CPA013. KERO – CPA008. KERO – CPA009. KERO – CPA013.
1750 1760 1770 1780 1790 1800 1810 1820 1830 1840 1850
Figura 10. Escala del tiempo de la transición histórica del Kero colonial y republicano
1
Arturo Toledo Gonza
RESUMEN
El artículo trata sobre los acontecimientos artísticos sucedidos en el Perú en la década de los 80 en res-
puesta a los problemas socioculturales de carácter directamente contestatario de un grupo de artistas
denominado Huayco, portador de un mensaje visual-conceptual. Es un arma de comunicación, una de
las cualidades o su principal cualidad del arte contracultura es que sus propuestas desencajan nítida-
mente de los patrones escolásticos en el acabado de una obra de arte. De acuerdo con el artista plástico
Herbert Rodríguez, las propuestas de contracultura o arte antisistema se origina n en Lima, teniendo su
punto de partida en las experiencias del “Arte no Objetual” creación que es resultado de la reflexión
artística entendida como provocación, compromiso contestatario y enfrentamiento a un orden estableci-
do.
ABSTRACT
The article is about the artistic events that took place in Peru in the 80s in response to sociocultural issues
of directly confrontational character of a group of artists called Huayco (avalanche) that carried a visual-
conceptual message. It is a weapon of communication; one of the qualities or its main quality is that
counterculture art proposals do not fit clearlyb with those of the scholastics patterns in finishing a work
of art. According to artist Herbert Rodriguez counterculture proposals or anti-art were originated in
Lima, taking as their starting point in the experiences of the "no object art", creation that is the result of
artistic reflection seen as provocative, confrontational engagement and confrontation to an established
order.
1986, p. 11). En ese sentido toda acción ti), fotocopias, serigrafía, pintura esmal-
está determinada por un lenguaje que te, materiales reciclados, collage, etc. Y
nos permite comprender la realidad u ese es justamente el sentido del arte con-
otras realidades siendo esta la importan- tracultural. Se trata de propuestas que se
cia de los gráficos. entroncan en una cultura urbana, pro-
yectos jóvenes que están inmersos en un
Arte y contracultura peruana clima de desencanto social. Pero provis-
Una de las cualidades o la princi- tos de una visión crítica de la realidad y
pal cualidad del arte contracultura es de lo que asumen como lo establecido,
que sus propuestas desencajan nítida- sistema excluyente, que con todo el dere-
mente de los patrones con los que usual- cho del mundo ellos cuestionan.
mente se pueden entender el acabado de Según Mariátegui “el artista que
una obra artística. Lo que importa es el no sienta las agitaciones, las inquietu-
valor de la obra en tanto se inserte en una des, las ansias de su pueblo y de su épo-
realidad, en un contexto y asuma su ca, es un artista de sensibilidad medio-
momento y su rol como medio de revela- cre, de comprensión anémica”(1988,
ción de la verdad que sistemáticamente p. 8). Su ideología “no puede salir de las
se oculta. asambleas de estetas; tiene que ser una
Ese acto fundamental daría pie a ideología plena de vida, de emoción, de
propuestas igual de inquietas como las humanidad y de verdad; no una concep-
de arte correo, movidas subterráneas, ción artificial, literaria y falsa”. Pero aún
arte crítico, etc. podemos añadir que estos alientos acti-
El artista plástico Herbert Rodrí- vos identifican al artista con el destino de
guez también sostiene que el artista teje su pueblo, lo compelen a expresar espe-
una suerte de historia. Dice: “Esta memo- ranzas y zozobras de sus gentes, por eso
ria critica de las propuestas contracultu- “el gran artista no fue nunca apolítico”,
rales limeñas nace de mi voluntad de no fue nunca un ente vegetativo y con-
tener una voz propia para hablar de lo formista. Por eso “el arte es esencial y
que considero una realidad objetiva. eternamente heterodoxo”.
Existe una secuencia de propuestas
alternativas, coherentes, sistemáticas, Grupo Huayco
valiosas, igualmente silenciadas y eso De acuerdo con el artista plástico
me subleva. Ese es el origen de mi Herbert Rodríguez las propuestas de
inquietud de asumir responsabilidades contracultura o arte antisistema se origi-
como teórico, además son propuestas naron en Lima, teniendo su punto de
que actúan no por oposición, sino como partida en las experiencias del “Arte no
expresión de libertad individual pero Objetual” del grupo Huayco, allá por los
comprometida con el drama del Perú” tempranos 80 recordado por su osada
(Villacorta, 1996, p. 98). instalación “Sarita Colonia (La Santa no
El autor cuestionó también la Oficial)” pintada sobre latas de leche
validez de un arte hegemónico y plantea recicladas, instaladas en los cerros conti-
la interrogante: ¿Cómo se relacionan guos a San Bartolo.
arte culto y arte popular en un proyecto “La decisión de Huayco de dejar
compartido? el espacio de la galería comercial, en el
Resulta que el arte popular (el que en un principio había trabajado,
contra-arte, el no arte), se expresa por para realizar una instalación en el kiló-
medios distintos como murales (graffi- metro 54 de la Panamericana sur, ubica a
Denuncia y silencio
En el año 1980 se vendrían las
acciones de Sendero Luminoso, conside-
rado al principio como un grupúsculo
Figura 1. Sarita colonia, del grupo Huay- insignificante, con el correr de la década
co,1981. Kilómetro 54 de la Panamerica- actuaría como un ejército invisible,
na Sur, instaladas en los cerros contiguos implacable en la aniquilación y la des-
a San Bartolo. trucción del Estado y la sociedad perua-
Configuración del rostro de la santa popular, na. El fracaso de la izquierda unida en
objeto de un culto religioso no oficial, hecho con proponer y promover un discurso ideo-
más de 10 000 latas vacías de leche evaporada - lógico urgentemente necesario frente al
reciclada, pintadas y dispuestas a manera de
alfombra.
ascendiente de raíz maoísta del líder de
CONCLUSIONES
1
George Velazco Agramonte
RESUMEN
El arte musical puede observarse desde perspectivas muy diferentes. La más habitual es la de considerar
la música como arte. Un evento artístico, un concierto es un acto musical, pero también es un acto social;
según los contextos puede ser también un acto de afirmación de sentido de tiempo, espacio, generacional,
clase, etnicidad y género. En esta dimensión ya no consideramos a la música solo como un arte sino como
un acto social capaz de generar y articular realidades sociales; lo que la convierte en variable indepen-
diente frente a las realidades sociales.
Palabras clave: Adscripción, espacio, etnicidad, desarrollo, organización, tiempo, simbolismo, valores
e interdisciplinariedad.
ABSTRACT
The musical art can be seen from very different perspectives. The most common is to consider music as
art. An artistic event, a concert is a musical act, but also a social act; depending on the context it can also
be an act of affirmation of time sense, space, generational, class, ethnicity and gender. In this dimension
we not only consider music as an art but as a social event that can generate and articulate social realities;
making art as an independent variable against social realities.
Keywords: Ascription, space, ethnicity, development, organization, time, symbolism, values and
interdisciplinarity.
¹ Doctor en Ciencias Sociales, Magister en Artes, Licenciado en Artes. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales,
Escuela Profesional de Arte, Especialidad de Música, Universidad Nacional del Altiplano. Puno – Perú.
Correo electrónico: jorgeva77@hotmail.com
fuera como fenómeno étnico y con carác- aprendizaje, es decir que mientras que el
ter representativo para una sociedad. aprendizaje constituye siempre un acto
Pero el entramado semántico propio de consciente y dirigido generalmente de
la realidad carnavalesca es realmente tipo vertical, la enculturación implica la
mucho más complejo que una simple asunción de los contenidos culturales de
observación descontextualizada. la propia sociedad tanto de manera cons-
De todo esto podemos deducir ciente como inconsciente, es decir, verti-
que para unos, el bailar en carnavales cal y horizontal.
representa un acto de afirmación nacio- Los aspectos funcionales de las
nalista, para otros alude, por el contra- prácticas musicales deben ser incluidos
rio, a un tibio regionalismo. Mientras también en este tercer nivel, así como las
que para unos bailar constituye un acto relaciones que se establecen entre el
popular y democrático (por tanto abierto sistema musical estudiado con los
a todo el mundo), para otros, es algo medios de producción económica o sim-
propio de los del lugar. Mientras unos bólica, con las estructuras de poder (po-
ven la danza sana y moral, otros la ven lítica) de la sociedad, etc. Este estudio
irremediablemente atávica y cursilona. requeriría un tratamiento predominan-
Mientas que unos consideran una activi- temente de la idea de función y finalidad,
dad plenamente participativa, otros la donde los actores del sistema sociocultu-
consideran aburrida e insulsa. Mientras ral no son siempre conscientes de las
que unos se niegan a identificarla como funciones de los diferentes elementos de
danza folclórica y le otorgan el carácter la cultura. Es decir, función se refiere al
de danza popular, para otros no existe papel consciente o inconsciente que
ninguna diferencia entre ella y la otra. cualquier elemento de la cultura juega
Mientras que para unos los carnavales se dentro del sistema sociocultural, es
identifican con el contexto festivo, para decir, la “contribución que aporta una
otros esta misma actividad no es sino el actividad parcial a la actividad total de la
resultado de la inercia y rutina adminis- que forma parte”. La finalidad, en cam-
trativa de las comisiones de fiestas de los bio, pertenece a las categorías que impli-
pueblos y ciudades. can siempre conocimiento y volición.
Al respecto, un tratamiento dia-
El nivel social estructural crónico podría delinear el cambio y la
Para comprender este nivel de historia. ( Ver figura 1).
análisis ya no bastarían la observación y la Este modelo epistemológico ape-
indagación sino que el investigador debe- nas esbozado implica un artificioso sec-
ría deducirla mediante la elaboración de cionamiento del ámbito de estudio con
las informaciones conseguidas de los fines analíticos sin olvidar, no obstante,
primeros niveles y las relaciones que que estas diferentes secciones se encuen-
pueda establecer con el sistema sociocul- tran íntimamente relacionadas y que
tural general. Este nivel lo forman aque- atañe al investigador establecer estas
llos “elementos sistémicos” de los cuales relaciones. El holismo conlleva precisa-
los actores pueden ser o no conscientes; mente un proceso de síntesis creadora.
estos elementos son los que, en definiti- Tener conciencia de la interrelación exis-
va, permiten que el sistema funcione. En tente entre pautas fenomenales, pautas
este nivel de análisis encontramos los ideacionales, pautas estructurales (proce-
fenómenos relativos a la enculturación sos dinámicos) que caracterizan a un
que deben ser distinguidos del simple sistema vivo-abierto, como es el caso del
ACONDICIONAMIENTO IDIOCINÉTICO Y EL
CARNAVAL DE ICHU - PUNO
Idiocinetic Conditioning and Ichu Carnival – Puno
1
Irene Benita Gil Quispe
RESUMEN
Las manifestaciones dancísticas autóctonas de la región Puno son variadas, destacando las danzas de
carnaval, ejecutadas intuitivamente, carentes de técnica; se analizó e interpretó los movimientos corpo-
rales del carnaval de Ichu, y su aplicación de técnica clásica. En tal sentido, el acondicionamiento cuerpo
– mente, proceso de visualización e integración de conciencia y control (ideocinética) se enmarca en la
metodología de la investigación cualitativa. Además, se determina que la práctica de técnica clásica
conduce al logro de una mayor calidad en la ejecución de los movimientos corporales.
ABSTRACT
Native dancistic manifestations of the Puno region are varied, highlighting the carnival dances, per-
formed intuitively, lacking of technique; the body movements of Ichu Carnaval and their application in
classic techniques were analyzed and interpreted. In this sense the body – mind conditioning, visualiza-
tion and awarenes sintegration and control (ideocinetic) is part of the methodology of qualitative
research. In addition, it is determined that the practice of classical technique leads to achieve higher
quality in the execution of body movements.
¹ Magister en Arte, Licenciada en Arte. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del
Altiplano. Puno-Perú.
Correo electrónico: igilquispe@yahoo.com
1
Mónica Milagros Lanchipa Bergamini
RESUMEN
Palabras clave: Medio ambiente, reciclaje, aprendizaje colaborativo, prácticas sociales, Tecnologías de
Información y Comunicaciones.
ABSTRACT
“Building cardboard books, we protect the environment and foster social practices of reading and writ-
ing, through ICT” is a project aimed at students in fifth and sixth grade in Holy Child Mary School of
Tacna-Peru and students, teachers, parents, authorities, etc. participate in its implementation. The
target population is 300 people every year. The problem that helps mitigate the Project is the environ-
mental deterioration. By reusing cardboard obtained from the markets of Tacna, to make creative books,
and make clear that recycling is possible and necessary. After, with the use of cardboard booklets the
process of reading and writing and social practices were promoted, using Information and Communica-
tion Technologies (ICT) to strengthen reading skills, and raise environmental awareness. To get this
aim, a face learning environment mediated by ICT was designed, in which a number of strategies and
activities that were shared on the web through blog and Facebook were proposed. This practice was
implemented in 2009 and improved over the years, being awarded several times.
nunca una educación que forme a las vidos por los lineamientos de política
personas capaces de convertir ese poten- educativa nacional, regional y/o local.
cial en oportunidades de desarrollo y
progreso para todos. Personas que, CONSTRUYENDO LIBROS
desde la diversidad que nos caracteriza, CARTONEROS
hagan suyo el compromiso de fortalecer
nuestra identidad común, de hacer de la Descripción
democracia una manera deseable de El proyecto se denomina “Cons-
vivir y de gobernarnos a nosotros mis- truyendo libros cartoneros, protegemos
mos. Este proyecto educativo está rela- el medio ambiente y fomentamos prácti-
cionado con la finalidad de la educación cas sociales de lectura y escritura a través
en el Perú (Ley General de Educación), de las TIC”, más conocido durante todos
que es formar personas capaces de estos años (desde el 2009 en adelante)
lograr su propia realización. Para ello, como “Niñita Cartonera” en honor a la
deben desarrollar competencias en cua- patrona de nuestra institución educativa
tro ámbitos: la afirmación de su identi- “Santísima Niña María” de Tacna. El
dad y autoestima, el ejercicio de su ciu- proyecto está inmerso en el Plan Anual
dadanía en armonía con su entorno de Trabajo (PAT) de la I.E. Santísima
social y ambiental, la vinculación al Niña María.
mundo del trabajo y los retos en el Esta experiencia está dirigida al V
mundo del conocimiento. He aquí nues- ciclo (quinto y sexto grado), y participan
tro aporte en lo que se refiere a mejorar la en su ejecución alumnas, profesores,
conciencia ambiental, promover la lectu- padres de familia, personajes de la comu-
ra y escritura y estimular la creatividad. nidad, autoridades, etc. La población
Los ocho aprendizajes fundamen- beneficiaria asciende a 300 personas.
tales que propone la tercera versión del Además se encuentra en concordancia
marco curricular como horizonte común con las prioridades y planes de desarro-
para todo el país, no son disonantes, con llo local, regional y nacional. Coincide
nuestro proyecto cartonero. Específica- con el objetivo de protección y conserva-
mente se relacionan con las áreas de ción del medio ambiente y los recursos
Comunicación eficaz, de forma escrita a naturales. El problema que se trata de
través de las creaciones plasmadas en los resolver o mitigar con el presente pro-
libros cartoneros y la comunicación oral yecto cartonero, es el deterioro del
al compartir las creaciones con sus pares; medio ambiente, y al desarrollar la expe-
el cuidado de la naturaleza, promovien- riencia se ayudará a preservarlo y a fre-
do la protección del medio ambiente y nar la contaminación. Por eso reutiliza-
generando una conciencia ecológica en mos el cartón, obtenido de los mercadi-
las niñas, además de aplicar conocimien- llos de Tacna, para confeccionar libros
tos científicos y tecnológicos al compar- creativos y divertidos, y hacer evidente
tir sus aprendizajes en los blog y redes que el reciclaje es posible y necesario.
sociales del proyecto; Arte y creatividad, Otro de los objetivos que pretendo
al diseñar las tapas de los libros cartone- lograr con la experiencia, es mejorar el
ros con originalidad; Personal Social, proceso de lectura y escritura, para
actuando con plena conciencia de sus lograr la competencia lectora, tan impor-
derechos y deberes ambientales; es tante dentro del Proyecto Educativo
decir, el proyecto está alineado a los Nacional, así como despertar la capaci-
consensos y prioridades que son promo- dad creadora en las alumnas con el fin de
Figura 1. Recojo del cartón de los mer- Figura 3. Diseño y pintado de las tapas
cadillos de Tacna. del librito cartonero.
Figura 5. Creación de textos en los libri- Figura 7. Las creaciones se difunden a tra-
tos cartoneros. vés del blog y redes sociales del proyecto.
Figura 6. Los textos creados fueron com- Figura 8. Se realizaron aprendizajes cola-
partidos con sus pares. borativos con las compañeras de aula.
1
Oscar Panty Neyra
RESUMEN
Los gobernantes incas y aztecas personificaban a un Estado Teocrático, no expropiaban tierras a los
ayllus y calpullis, pero se erigieron en propietarios simbólicos que distribuían parcelas en usufructo y les
extraían tributos.
ABSTRACT
The Inca and Aztec rulers personified a theocratic state; they did not expropriate land to the ayllus and
calpullis, but were erected as symbolic owners distributing plots in usufruct and extracted tribute from
them.
1
Willard Marcelo Díaz Cobarrubias
RESUMEN
El presente artículo expone un conjunto de concepciones sobre el estilo literario “cuento”, que fueron
analizadas con el objetivo de sustraer cuatro características que definen el estilo literario estudiado.
ABSTRACT
This paper presents a set of ideas about the "story" literary style, which were analyzed with the aim of
removing four characteristics that define the literary style studied
Todos sabemos qué es un cuento. rios, las escuelas, los estilos y las defini-
Hemos oído algunos de labios de nues- ciones. No es mucho lo avanzado hasta
tra madre o los hemos leído en nuestros la fecha, pero podemos utilizar algunas
libros de infancia, en el colegio o en nues- ideas de la academia a fin de orientarnos
tros ratos de ocio. El cuento es parte casi en el trabajo creativo y evitar usuales
natural de la educación en sociedad, de embrollos.
modo que sería innecesario definirlo. Y Cuando nos preguntamos qué es
además, parece una empresa imposible: un cuento estamos tratando de definir el
entre la gran cantidad de cuentos que se género literario llamado cuento, esto es,
han escrito hasta la fecha se puede hallar hallar lo que hay común en todos los
multitud de tipos, temas, estilos, tonos. cuentos y que permite, por ejemplo,
¿Cómo meterlos en un solo cajón? convocar a un “Concurso de Cuentos”.
No obstante, los teóricos de la Las definiciones de cuento que
literatura se han esforzado por elaborar existen son muy variadas. Juan Bosh,
conceptos y por crear cierta regularidad profesor de García Márquez, dice: “un
justificable que permita agrupar las cuento es el relato de un hecho que tiene
numerosas obras literarias que se han indudable importancia”. La escritora
escrito, a fin de trabajar mejor con ellas. norteamericana Flannery O´Connor:
Así es como surgen los géneros litera- “Un cuento es una acción dramática
¹ Maestro en Ciencias: Literatura. Docente Principal de la Escuela de Literatura de la Universidad Nacional de San
Agustín. Arequipa-Perú.
Correo electrónico: puquina@gmail.com
completa, y en los buenos cuentos, los tejidos en una trama donde las tensiones
personajes se muestran por medio de la y distensiones, graduadas para mante-
acción, y la acción es controlada por ner en suspenso el ánimo del lector, ter-
medio de los personajes”. El crítico, tam- minan por resolverse en un desenlace
bién norteamericano, Norman Fried- estéticamente satisfactorio”. Y así
man: “una narración ficticia breve escri- podríamos seguir largamente.
ta en prosa”. Cortázar usa una bella metá- Un filósofo de la ciencia, Michael
fora: “una síntesis viviente a la vez que Polanyi, ha precisado que hay en los
una vida sintetizada, algo así como una objetos tres niveles de características que
gota de agua dentro de un cristal, una podemos usar para hacer clasificaciones:
fugacidad en una permanencia”. Edgar- 1) los rasgos evidentes, 2) los conocidos
do Rivera Martínez: “una narración pero que no son fáciles de analizar, y 3)
corta, de carácter generalmente ficticio”. los rasgos indeterminados, que solo
Kurt Spang en su libro “Géneros litera- futuros descubrimientos revelarán.
rios”, de 1996, dice que “Las característi- Sobre esa base el crítico norteamericano
cas del cuento se pueden resumir con los Charles May propone tres modos de
términos condensación y síntesis, es abordar una definición de cuento. El
decir, se construye como evento único, que emplea los rasgos más evidentes,
con pocas figuras que tienden, en una como en la definición de Edgardo Rivera
evolución dinámica, hacia el final”. El Martínez o la del crítico norteamericano
argentino Enrique Anderson Imbert en Norman Friedman; el que piensa que
su “Teoría y técnica del cuento” lo define hacer una definición es difícil e innecesa-
como “una narración breve en prosa rio porque todos intuitivamente sabe-
que, por mucho que se apoye en un suce- mos lo que es un cuento; y el tercer modo
der real, revela siempre la imaginación usado por quienes sostienen que no hay
de un narrador individual. La acción ninguna definición posible de cuento
—cuyos agentes son hombre, animales porque se trata de un objeto inacabado,
humanizados o cosas animadas— cons- un género abierto y cambiante.
ta de una serie de acontecimientos entre- Parece justo y apropiado aceptar
no solo una sino las tres opciones. Pode- el resultado de esa acción—, y como
mos emplear en el trabajo creativo una lectores debemos pasar del comienzo al
definición formal de cuento solo para final de la historia siguiendo alguna
fines didácticos, sabiendo que son nece- lógica interna. Donde no hay esa suce-
sarias más investigaciones teóricas y sión no hay relato; una pura descripción
precisiones; y que no puede sorprender- por más poética que sea no es un relato
nos que un día todo el sistema clasifica- sino una acumulación de datos caracte-
torio se venga abajo ante alguna nove- rísticos.
dad radical en el arte de contar. Hay que añadir que, en los
Con estas advertencias, trabajare- hechos, no todos los cuentos presentan
mos entonces solo en el primer nivel. las tres partes clásicas, a veces basta la
Partamos de la definición escueta crisis y su desenlace, a veces el estado
de Friedman según la cual un cuento es inicial y el momento crucial, a veces solo
“una narración ficticia breve escrita en el momento de la transformación o crisis.
prosa”. Es concisa y fácil de recordar,
pero cada término en ella requiere una 2. Ficticia
breve explicación. Un cuento es una narración corta
lo mismo que una noticia de un diario o
1. Narración. una anécdota personal. Lo que distingue
Una narración, a diferencia de a un cuento de otros relatos breves es la
una descripción, según la moderna ficción. Por la forma son semejantes,
narratología es la representación verbal pero por la intención práctica son radi-
de una sucesión de acontecimientos calmente distintos.
unidos entre sí por alguna intención. La ficción es la naturaleza de aque-
Para que haya narración (o relato) se llos relatos que no pretender ser verdad,
necesitan al menos tres partes —un esta- que no son científicos o documentales o
do inicial, alguna acción que lo altere, y testimoniales o ejemplares. La ficción es
Fui un niño solitario entre personas mayores. No me criaron mis padres. Leí
desde la primera infancia y escribí poesía. Mi primer poema reconocido fue el
elogio lírico a la reina de mi colegio (1964). Gané un concurso de cuentos, en
mis años de estudiante universitario (1967).
Publiqué catorce poemarios con el título Sobre todo el Amor (1997). Son
poemas dedicados a mi ciudad natal; al amor; a mártires como Víctor Jara; a
personajes bíblicos; a animales; a mí gato Nabucodonosor; a varias ciudades,
al frenesí de la vida.
He escrito cuentos, un ensayo biográfico, investigado épocas de la historia de
Tacna y ensayado escribir obras de teatro. Y crónicas, cientos de crónicas.
Sigo escribiendo poesía.
Pertenezco a la que se puede llamar “generación de los 70” En esta breve
antología recojo poemas éditos. Desde 1997 otros versos esperan que les
“devuelva la mirada” para ver la luz.
LO QUE TU ERES
III
Víctor Jara
sobre tu recuerdo
vuela
una
paloma
herida
(“TE RECUERDO, VÍCTOR” – A la memoria del compositor y cantante Víctor Jara, asesinado en el Estadio
Chile el 12 de setiembre de 1973 - 1977)
EPIGRAMA II
A la oveja
que escapó del rebaño,
primero le enviaron un memorándum,
después una notificación
y, por último,
la muerte en un sobre con cintas rosadas.
CANTO CUARTO
Felino
ojos de cielo,
libre correteas
por los sentimientos
más puros
de los que habitamos
tu casa.
(“OCHO CANTOS PARA NABUCODONOSOR” – Para mamá María que velaba los sueños de Nabucodono-
sor, mi gato - 1974)
VUELO DE GAVIOTA
A Livio Gómez
Sobre el infinito
universo de una ola.
EL ORIGEN
JEREMIAS
EL DIOS DE LA MUERTE
CASA DERRUÍDA
No esperaba el calendario
un día de mañanas abaleadas.
(“DESPUÉS DE LA SANGRE” –a Manuel Moreno Jimeno – con prólogo de Manuel Moreno Jimeno - 1981)
NADA INVENTAMOS
UN BURRO FUNCIONARIO
A pesar de todo,
se ponía furioso
cuando lo llamaban por su nombre.
(“REINO ANIMAL” – Para mi hijo Mauricio - 1981)
HE SIDO FELIZ
(“SOBRE TODO EL AMOR” – a Lula, mi compañera - Prólogo de Augusto Tamayo Vargas, Director de la
Academia Peruana de la Lengua – 1982)
cura Octavio Casas nos estaba observando con extrema curiosidad. Había sobrepara-
do su caballo tras el muro del pasacalle.
--Mismo Nicolás Zamalvides –dijo, dirigiéndose a mi madre.
A un tiempo movió los ojos en la dirección de las montañas azules del sur, en
cuyos flancos los abismos no tienen límite.
Yo estaba en la luna. Me cayó como un puñete en la cara saber que otro Nicolás
Zamalvides, como yo, vivía allá por los flancos donde se encadenaban los cerros azu-
les que miraba el cura, y quizá al igual que yo tenía su ponedora preferida. ¿Será ver-
dad? Dudaba. Conociendo al cura, quizá una más de las bromas que se gastaba cada
vez que salía en el bayo a dar un paseo por los campos y volvía con las alforjas reven-
tando de maíz. Aunque más parecía un chacarero por su modo de hablar y vestir, y
ese sombrero de paja que caía sobre su cabeza como un paraguas, el cura Octavio
Casas era el único de los pocos que pasaron por Pumanchy en llevar agua bendita en
una botella de cerveza para bendecir el trabajo en las chacras. Tenía que ser Octavio
Casas, decía la gente, un hijo de este pueblo, al igual que los choclos de Layme o las
papas de Aticio. Los domingos antes de celebrar misa se armaba de valor y escuchaba
sentado no encima del bayo sino en el confesonario de la iglesia, con la oreja pegada a
la rejilla los pecados de las mujeres, entre las que iba mi tía Evita Ávila. Ella se postra-
ba de rodillas, la cabeza envuelta con velo negro, y se echaba a llorar mientras se saca-
ba del alma cada una de sus culpas en voz muy bajita y entrecortada. Después se
movía a la banca del baptisterio y rezaba las oraciones de la penitencia. De las cosas
que se enteraba el cura. Yo estaba intrigado por saber los pecados de mi tía Evita
Ávila y varias veces estuve tentado de preguntarle al cura, pero me daba vergüenza y
callaba. Siempre tuve curiosidad por las cosas que ella hacía, porque era chiquita y
tetona, ojos grandes y brillantes como el capulí de retoño, la nariz delgada y curvada
como el pico de una gallina, piernas gruesas pero menudas y las manos pequeñas que
terminaban en uñas con colorete. Eso sí andaba animado con la idea de que más tarde
cuando fuera grande quería ser cura y no policía, ni preceptor, y menos domador de
potros.
Antes de continuar su itinerario el cura se apeó del bayo, revolvió mi cabello y
tocó con un dedo la cabeza de Cristina oprimida bajo mi brazo. Yo sentí como si fuera
la mano de un hermano mayor.
--Oye, Nico, así que te gustan las ponedoras.
En una pequeña canasta mi madre contó no sé cuántos huevos que se los dio al
cura. Ella estaba contenta porque había sido una buena cosecha y como cada vez que
estaba contenta recordaba a mi hermana ausente, a mi padre viajero, a mis tíos que
andaban por cualquier lado de la tierra, acaso pensando que podía enviarles una
parte de la cosecha.
Había sido un día arduo por el trabajo de cortar y apilar el maíz y por el calor
de los mil infiernos que hacía en el pueblo.
Junto a Cristina habían cuarenta ponedoras que andaban picoteando en el
solar el día entero. Estaban tan gordas que parecían unas marranas. El maíz no se
acababa nunca y yo tenía que repartir agua en vasijas de arcilla para que las ponedo-
ras no se murieran de sed. Cuando el sol se echaba a perder, marchaban en fila hacia
el dormidero, un tronco de eucalipto extendido entre la pared y el fogón de la cocina.
Estoy seguro que no faltaba ninguna y, sin embargo las contaba, uno dos tres cua-
tro…. hasta que hacían cuarentaiuno. Para estar seguro que no me había equivocado
las volvía a contar al revés. Aparte de las ponedoras había gallinas corrientes, gallos y
pollitos, en cantidad. Mi madre decía que teníamos bastante pero no tantos como los
que tenía mi tío Nicolás Zamalvides en su pueblo de Mollebamba.
Cuando mi madre dijo que Nicolás Zamalvides era su medio hermano, pensé
que era un enano. Tal vez un hombrecito de metro y pico de estatura, cosa que por lo
demás no me parecía extraño sabiendo que en Pumanchy los hombres eran retacos y
las mujeres chatas, un poco más subidas de porte que mi tía Evita, pero chatas. Tanto
que los forasteros decían que donde veían un sombrero con toda seguridad debajo
respiraba un pumanchino; si se juntaban en una asamblea en la plaza del pueblo, sólo
veían un montón de sombreros; si acaso se encontraban en el camino con un caballo
aparejado, pensaban que el caballo iba solo, y el jinete en la alforja. El propio cura
Octavio Casas era chato y regordete como el gallo que andaba detrás de las ponedo-
ras. Así debía ser mi tío Nicolás Zamalvides, pensaba yo.
--No—rió mi madre--, es mi medio her-
mano porque somos hermanos sólo por padre.
Nicolás Zamalvides era hermano de mi
madre, por el lado de mi abuelo Emigdio. Mi
abuelo tuvo diez hijos en mujeres distintas.
Como era arriero tuvo mujeres en cada pueblo
de la sierra que visitaba, y en cada una de ellas
puso su semilla.
Mi madre y su medio hermano se cono-
cieron cuando ya eran jóvenes. Mi madre nació
en Pachaconas pero vivía en Antabamba hasta
el día en que mi padre se la robó en la grupa de
su caballo. Mi tío Nicolás nació en Silco pero
vivía en Mollebamba. Mi tía Emilia vino al
mundo en Huancaray pero vivía en Chalhuan-
ca. Mientras pudo mi abuelo Emigdio iba de
un pueblo a otro tras una recua de mulas car-
gadas de lana cuando bajaba de la sierra a la
costa, y retornaba de los llanos cálidos con víveres y telas para los señores de la sierra.
Decía mi madre que supo por mi tío Nicolás que tenía un hermano negro habido en
una mulata de Nazca y que vivía en el puerto de Pisco dedicado a recoger mariscos.
Para no seguir el mismo camino que mi abuelo Emigdio, mi tío Nicolás se
había plantado en Mollebamba y dedicado a la agricultura. Se había casado joven y
ahora tenía tantos hijos como los tuvo mi abuelo Emigdio, pero todos en una sola
mujer.
En uno de mis viajes pasé por el pueblo de Mollebamba. Si no recuerdo mal,
era el año 1993. Caía el crepúsculo sobre los tejados del pueblo cuando el carro se
detuvo en la plaza. Me acuerdo el momento en que el carro ingresó al pueblo y el
ruido del motor espantó a una enorme cantidad de gallinas. Una mujer y tres chicas,
de unos quince a diecisiete años de edad, se afanaban en juntarlas para que el carro no
las aplastara.
--Son las gallinas de Nicolás Zamalvides—dijo el chofer.
Enseguida el chofer saludó a un hombre de regular estatura, alto si uno lo com-
paraba con los hombres de Pumanchy, gordo y bonachón. Iba apurado detrás de las
Con el correr de los años mi deseo de ser cura se había acentuado. Quizá es
cierto que los hijos van en sentido contrario a los deseos del padre. Y siendo mi padre
un declarado detractor de los curas, que era disipado en comer, beber y fumar, que
iba al templo a escuchar los sermones del padre Octavio Casas solo porque lo llevaba
mi madre arrastrándolo del brazo, era de esperar que los hijos, como quizá ocurría
por lo menos conmigo, quería ser precisamente cura. Después de asistir al padre Octa-
vio Casas de niño en el pueblo, anduve en la ciudad con monjas que me trataban
como a una mascota; si me preguntaban qué me gustaría ser de grande mi respuesta
inequívoca era, “cura”. Ellas celebraban mis ilusiones con estrépito, se alegraban
como niñas, y de premio doblaban mi ración de chancay; aunque luego se ponían
serias, me miraban a los ojos hasta el fondo del alma y terminaban diciendo que para
ser cura debía ocurrir algo más importante que la decisión de uno mismo, y ese algo
era la voluntad del Todopoderoso. Porque habían de los indecisos que se engañaban
a sí mismos, tan pronto se hacían curas y tiempo después enterraban su vocación
colgando el hábito, y tenían mujer e hijos como un hombre cualquiera. Para que eso
no ocurriera conmigo lo mejor que podía hacer era esperar hasta el momento en que
el Señor tuviera compasión de mi paciencia y me llamara. En algún momento, cuan-
do menos lo esperabas, de noche mientras dormías, de día aunque estuvieras jugan-
do, el Señor se manifestaba. Te tocaba tu espíritu y llamaba.
Me había hecho joven y seguía esperando el llamado del Señor. Estudiaba en
una universidad y por las tardes acudía al Seminario de San Jerónimo a hurgar en su
biblioteca. Cuando recorría sus silenciosos pasillos sentía envidia por los seminaris-
tas que vivían allí preparándose para ser ordenados como ministros de Dios; el espí-
ritu se regocijaba en la capilla inundada de luz celeste por los cristales azulados de la
bóveda o en los jardines rebosantes de rosas y gladiolos que daban el toque final para
sentirse en el paraíso. A más de eso tenían una amplia biblioteca con mesas de lectura
trapezoidales. No me cabía la menor duda, ese era el lugar perfecto para mí. Estaba
decidido, apenas sintiera el llamado del Señor me mudaría inmediatamente al Semi-
nario. Pasaban los años, y en vez de oír la voz del Señor, quien me llamó fue una
muchacha de ojos pardos y soñadores. Y tiempo después me llamó la que sería mi
mujer.
Mientras aguardaba el día en que el Señor se manifestara, allá en la biblioteca
del Seminario de San Jerónimo, abrí un viejo periódico del siglo XIX, del año 1893
para ser precisos, llamado La Bolsa, y en la página policial leí una nota acerca de la
muerte de un personaje cuyo nombre me sobrecogió tanto que por poco me sentí
como un resucitado. Se llamaba Nicolás Zamalvides, nada menos, de quien decían
era un honorable cargador, conocido y querido en el mercado San Camilo.
Según el cronista, Nicolás Zamalvides vivía en un hotel que pagaba con sus
ingresos diarios. Al terminar su jornada de trabajo descansaba un rato, se mudaba de
ropa y salía vestido con terno y corbata, como el caballero que era, pero sin zapatos, a
dar una caminata por los alrededores. En la tarde se encontraba con sus amigos y
dejaba correr el tiempo charlando sobre mujeres en una cantina de la calle Rosada
mientras amagaban la sed con unas botellas de cerveza.
Después se retiraba a su hotel andando en zigzag, sin hacer estragos en la calle
ni ofender a los transeúntes.
Entraba a su cama y dormía hasta la madrugada, feliz como una lombriz.
Iniciaba el día en la puerta del mercado San Camilo, ancha faja a la cintura y
cordel al brazo. La señora Asunción Venegas aguardaba con las jabas de gallinas que
Nicolás Zamalvides repartía entre las cocineras del mercado. Cumplida esta primera
labor se premiaba con doble fondo de caldo de gallina que le renovaban las fuerzas
para continuar la jornada hasta la tarde.
El celador del hotel lo tenía en gran estima, pues Nicolás Zamalvides era de
sangre dulce, parco en hablar y en cuanto al pago de la renta era puntual como la vieja
campana de Santo Domingo.
Solo que un día no amaneció, mejor dicho amaneció muerto. Hacía rato había
doblado la campana de Santo Domingo y él no daba señales de vida. En vano la seño-
ra Asunción Venegas esperó con las jabas repletas de gallinas. La señora Asunción
aguardó una hora, al cabo del cual llamó a un ayudante, pues parecía que Nicolás
Zamalvides no acudiría, cosa por demás extraña, tratándose de un hombre que se
levantaba con la aurora y que jamás había faltado a sus deberes.
--Va –dijo-- habrá tenido algún problema.
La mala noticia se expandió esa misma mañana. Extrañado por la inusual
demora de Nicolás Zamalvides, el celador del hotel fue en su busca con el propósito
de despertarlo. Al llegar a la puerta reparó que el pestillo que daba seguridad por
dentro continuaba corrido señal de que el hombre no había salido de su habitación.
Entonces decidió forzarlo con una palanca de metal. Como había temido en algún
momento, ante su silencio prolongado, Nicolás Zamalvides yacía muerto sobre su
cama.
Fue una muerte muy sentida entre los amigos y conocidos de Nicolás Zamalvi-
des en el mercado San Camilo y en la calle Rosada. El periodista reportó la noticia con
estas palabras: “honorable caballero que trabajaba como cargador en el mercado San
Camilo murió en su habitación del hotel al parecer de un infarto al corazón...”
Mientras esperaba el llamado del Señor, a mi me daba trabajo creer que hubie-
ran transcurrido tiempos en que ocurrieron bellezas de esa naturaleza. Lo decía un
periódico reputado de serio, y la nota policial no era una ficción humorística. Porque
cien años después a nadie se le ocurriría llamar caballero a un cargador y mucho
menos honorable, sencillamente porque esas cualidades se han desplazado a la antí-
poda del personaje. Imposible pensar que un cargador tenga la suerte de vivir en una
habitación de hotel por pobre que éste sea, y mucho menos que en las tardes dispon-
ga de su tiempo para salir de paseo vestido de terno y corbata, y menos aún que
pueda acompañar con cervezas una conversación con sus amigos.
Estaba asombrado. Tal vez Nicolás Zamalvides fue un caballero afortunado
que después perdió su fortuna, pero retuvo la condición de caballero, (dice la crónica
que usaba terno y corbata, aunque bien sabemos que el terno y la corbata no convier-
ten a un hombre necesariamente en caballero), y como tal seguía pensando que el
trabajo, cualquiera que fuese, honraba al hombre y así no tuvo reparo en hacerse car-
gador. Lo de honorable quizá fue porque Nicolás Zamalvides sabía honrar su pala-
bra y era honesto, cualidades que se pueden tener a pesar de ser cargador. De su
decencia podían dar testimonio la señora Asunción Venegas, las cocineras del merca-
do San Camilo y el celador del hotel.
Me encontraba ensimismado tratando de entender a ese singular personaje
nombrado Nicolás Zamalvides, cuando escuché una voz cavernosa como si se esca-
para de una catacumba. En algún momento llegué a pensar que era la voz, el llamado,
en fin, que estaba esperando.
--¡Zamalvides, debemos cerrar la biblioteca!
Era el reverendo Juan Tamo Fernández, rector del Seminario a quien le placía
llamarme por mi apellido.
No sólo me alejé del Seminario de San Jerónimo lo más que pude. Había deci-
dido mi destino. Ya no esperaba el llamado del Señor, al menos no en esta vida. Ter-
miné mis estudios, recibí un título que debía servir para algo. Bailé con varias mucha-
chas y al final senté cabeza. Parte de mi oficio era viajar a los orígenes. Preguntaba a
los vivos para saber de los muertos, tosía sobre libros viejísimos y acababa viajando a
pequeños pueblos de la sierra incrustados en las cumbres, cerca de las estrellas.
Al concluir la carrera, mi profesor de historia Mario Sotillo me obsequió como
recuerdo de despedida Memorias para la historia de Arequipa, del mercedario Víctor M.
Barriga, en el cual se daba cuenta acerca de la vida de los pueblos del sur, de los debe-
res y obligaciones de sus gentes y de sus gobernantes, en las postrimerías de la Colo-
nia, registrados por un acucioso visitador de la oficialía, con aparente propósito de
enmendar las injusticias que cometían los gobernantes. Si me fijaba bien, continuaba
de algún modo hablando con curas. Y tal vez quise ser cura para andar metido en
archivos como ratón de viejas historias, o para confesar a las monjas, que venía a ser
lo mismo, porque en los archivos o en el confesonario el cura anda hurgando en la
vida de los demás.
Allí me encontré otra vez con un nuevo Nicolás Zamalvides. Un poco más al
sur. Un poco más lejos en el tiempo.
Seguí la probable ruta del visitador Intendente y Vicepatrón Real Teniente
Coronel de los Reales Ejércitos Don Antonio Álvarez y Jiménez. Camino de herradu-
ra año cristiano de 1793. Destino Pueblo y Doctrina de San Benedicto de Abad de
Tarata.
Una ruta impresionante que abarcaba el desierto y los valles yungas, siguien-
do la rivera del Salado y la del Agua Dulce hasta la cabecera de Sama, donde los ojos
del Intendente y Vicepatrón Real se regocijaron con una cascada de terrazas en pleno
florecimiento.
Tras el bando y providencia que precedió a su llegada, el Intendente convocó
de primera intención al alcalde ordinario de españoles Nicolás Zamalvides. Con él
estuvieron el Cabildo de indios, los Segundos Mandones y Alguaciles, el indio Agus-
tín Luque, Alcalde Mayor de naturales.
Este Nicolás Zamalvides tenía graves acusaciones en su contra, pero la más
grave era haber cometido abusos en perjuicio de los indios. Empleaba sin descanso a
ayllus enteros de indios en el trabajo de sus tierras de cultivo y en la fábrica de su casa.
Una gran casa en el pueblo. Como corresponde a un alcalde español la suya debía ser
de dos plantas y con balcón a la plaza. A los muchachos los obligaba a llevar chala
para su ganado, y leña para la cocina una vez por semana. Además, ocupaba a ocho
personas en su servicio permanente para cubrir sus distintas necesidades: dos pon-
gos, dos mitanis, tres pastores de ganado y un gualpacho, este último encargado del
pastoreo de gallinas. Debía tener una gran cantidad de estas aves para que un hom-
bre se encargara exclusivamente de cuidarlas.
En su defensa, Nicolás Zamalvides dijo que no tenía más bienes que los que
podía tener un español, en funciones de alcalde. En asunto de animales tenía especial
predilección por las gallinas, sin que esa preferencia hiciese que descuidara vacunos,
caballos, y en los bofedales de Maure, Tulipita y Viluyo ovejas y alpacas. En el pueblo
y en sus alrededores cacareaban decenas de gallinas, y tras ellas corría un gualpacho.
Razón tuvo el Intendente en llamarlo alcalde español de gallinas. Y no le faltaba
razón, ¿cuántos españoles vivían en esa lejana villa del Señor? Aparte del propio don
Nicolás Zamalvides estaba el Recaudador de Tributos; y nadie más. Otros tres que no
eran indios ni españoles eran mestizos que, como todos los mestizos, no pagaban
tributos.
Demás está decir que los días que estuvo el Intendente como huésped del
alcalde Nicolás Zamalvides desayunaba ponche de huevo rociado con polvo de
habas y tortillas de huevo, almorzaba caldo de gallina en plato hondo con tupo de
plata y estofado de gallina en plato extendido, cenaba asado de gallina con papas
sancochadas. La mañana que el Intendente se retiró de Tarata, el alcalde Nicolás
Zamalvides ordenó a sus cocineras que llenaran las alforjas del Intendente con asa-
dos de gallina y tortillas de huevo.
Años después cuando el Intendente Antonio Álvarez y Jiménez, anciano ya y
próximo a morir, quiso saber acerca de la suerte de aquél singular alcalde español de
gallinas llamado Nicolás Zamalvides que conociera en la villa de San Benedicto de
Abad, le avisaron que había fallecido de un ataque al corazón, un mediodía de otoño
cuando regresaba de supervisar sus corrales de gallinas en los altos del ayllu Hanan
Lupaja.
Ahora vivo o sobrevivo en una habitación del segundo piso a la que llego por
una delgada escalera. Al girar la puerta encuentro en el piso un sobre manila en el que
leo mi nombre, y de momento pienso que es un cumplido del padre Gilmer Cervan-
tes invitándome a jugar un partido de ajedrez en su casa parroquia de Espíritu Santo.
Iré de todas maneras. Aparte de tabaco, jugar ajedrez es otro vicio que he contraído
2. ESTILO DE PRESENTACIÓN
2.1. Secciones
- Título
- Title: Es el título traducido correctamente en idioma inglés.
- Autor/es: Si el trabajo ha sido realizado en equipo, debe colocarse como primer autor, el
que tuvo mayor responsabilidad en la realización del trabajo.
- Afiliación: Institución a la cual pertenecen los autores (especificar departamento o área
por cada autor)
- Resumen
- Palabras clave: No deben ser menores a dos ni mayores a cinco, ordenadas alfabéticamen-
te.
- Abstract: Es el resumen con una correcta traducción al inglés.
- Key Word: Palabras clave correctamente traducidas al inglés.
- Texto: Contenido del Artículo.
- Agradecimiento: Incluirlos solamente si los hubiera, y solo se menciona a quienes contri-
buyeron con un apoyo muy importante (técnico) o las instituciones que han financiado la
investigación (si fuera el caso).
IMPORTANTE:
Los autores son responsables de asegurarse que su trabajo sea conducido de una manera
responsable y ética. La estructura y estilo son tan importantes como el contenido. Antes de
escribir su artículo, le recomendamos que lea la amplia literatura disponible para infor-
marse respecto a cómo escribir un buen artículo técnico.
Sección Literaria
http://ogin.unjbg.edu.pe/