Aporte ICBF Al Lineamiento Pedagógico

Aportes a la construcción del Lineamiento Pedagógico
para la Educación Inicial desde el Proyecto

Pedagógico Educativo Comunitario del ICBF
Dirección de Primera Infancia
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
Noviembre de 2012

República de Colombia
Departamento Administrativo para la Prosperidad Social
Cecilia de la Fuente de Lleras
Subdirección de Gestión Técnica para la Atención a la Primera Infancia
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Sede de la Dirección General
Avenida carrera 68 No. 64c - 75
Línea gratuita nacional ICBF 01 8000 91 8080
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Director General
Diego Andrés Molano Aponte
Director de Primera Infancia
Germán Alberto Quiroga González
Subdirector de Gestión Técnica para la Atención e la Primera Infancia
Carlos del Castillo Cabrales
Subdirectora de Operación para la Atención de la Primera Infancia
Natalia Velasco Castrillón

Noviembre de 2012
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Este documento se elaboró con el aporte de las siguientes personas:
Subdirección de Gestión Técnica para la Atención de la Primera Infancia
Ana María Ortiz Hoyos
Gladys Nubia Hernández Beltrán
Gloria Carvalho Vélez
Luz del Carmen Montoya Rodríguez
Luz Marina Hoyos Vivas
Milbany Vega Salinas
Subdirección de Operaciones para la Atención de la Primera Infancia
Yaneth Cecilia Romero Gamarra
Equipos de pedagogas y pedagogos y psicosociales de las Direcciones

Regionales y Centros Zonales del ICBF
Con el apoyo técnico de la Fundación Centro Internacional de Educación y

Desarrollo Humano - CINDE
Nisme Yurani Pineda Báez
Juan Carlos Garzón Rodríguez
Diana Bejarano
Iván Moreno Acero
Alejandro Acosta Ayerbe
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CONTENIDO
PRESENTACIÓN .................................................................................................................................. 5
1. PROYECTO PEDAGÓGICO EDUCATIVO COMUNITARIO –PPEC- ..................................... 8
2. LAS FORTALEZAS DEL DOCUMENTO BASE DEL LINEAMIENTO PEDAGÓGICO
NACIONAL –LPN- .............................................................................................................................. 11
3. CONCEPCIÓN DE NIÑO Y NIÑA Y DESARROLLO INFANTIL ............................................ 13
4. CONCEPCIÓN DE EDUCACIÓN INICIAL ............................................................................... 17
4.1. Estrategias pedagógicas .................................................................................................. 20
4.2. Rol del agente educativo .................................................................................................. 22
4.3. Rol de la familia y la comunidad ..................................................................................... 22
5. RECOMENDACIONES Y SUGERENCIAS .............................................................................. 26
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................................. 31
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PRESENTACIÓN
El documento que se presenta a continuación, se realizó a partir de de los aportes de

un equipo de pedagogas y pedagogos de las diferentes Direcciones Regionales y
Centros Zonales del ICBF, y el equipo de la Dirección de Primera Infancia de la Sede
de la Dirección General; el cual tiene como objetivo brindar elementos que permitan
fortalecer la propuesta que guiará al país en materia pedagógica para la educación
inicial de los niños y niñas en la primera infancia, propuestos en el “Documento base
para el lineamiento pedagógico nacional”.
Los análisis y aportes que se presentan aquí, se formulan desde la experiencia del
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF- a través del Proyecto Pedagógico
Educativo Comunitario –PPEC-, que ha sido el orientador de las acciones pedagógicas
en las distintas modalidades de atención a la primera infancia desde su formulación y
hasta la fecha para un grupo mayoritario de niños y niñas en todo el territorio
colombiano.
Para la elaboración de los análisis y las reflexiones, se consideró importante recoger la

información, conocimiento y saberes que desde la experiencia del PPEC se han
generado a través de su implementación. De esta manera se revisaron los documentos
que sustentan la propuesta del PPEC (propuesta técnica, documento con la concepción
del desarrollo infantil, ficha integral y escala cualitativa de valoración del desarrollo
infantil), se diseñó un taller nacional con los equipos de pedagogos de todas las
regionales del país y se realizaron encuentros de discusión con el equipo de primera
infancia de la Sede Nacional del Instituto.
El taller nacional de pedagogos del ICBF, tuvo como objetivo disponer un espacio de
reflexión colectiva de los equipos pedagógicos y equipo interdisciplinario de la Sede
Nacional de la Dirección General en torno al documento base del LPN, a la luz de su
experiencia y vivencias del PPEC en las regiones. De esta manera desde el ICBF se
envió previamente la documentación requerida para su lectura y análisis individual. El
desarrollo del taller se orientó con un conjunto de preguntas guía, que permitieron
focalizar las reflexiones del grupo para identificar las fortalezas y aspectos a mejorar en
la propuesta formulada para el LPN. Este taller tuvo dos días de duración, y las
relatorías elaboradas a partir de las discusiones y plenarias fueron organizadas y
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sistematizadas para ser parte integral del contenido de este informe. Participaron un
total de 70 personas de distintas regionales y equipo Sede de la Dirección General.
Algo similar ocurrió con las reuniones del equipo profesional de la Dirección de Primera
Infancia de la Dirección General, para las cuales a través de una guía de preguntas con
iguales categorías que las usadas en el taller nacional de pedagogos del ICBF, se
establecieron los principales ejes de los análisis para incorporarlos en la reflexión que
se desarrolla a continuación.
Desde esta convergencia de miradas, experiencias y saberes, se ha construido este

documento, para poner al servicio del país, la experiencia, aprendizajes y
construcciones colectivas con las que el ICBF cuenta desde el marco del PPEC, en el
entendido que, siendo un tema fundamental para el desarrollo de la Política de Primera
Infancia, y en la perspectiva de fortalecer las construcciones y bases que se están
sentando desde la Comisión Intersectorial de la Estrategia de Cero a Siempre, se
pueda aportar en miradas, puntos críticos, enfoques y experiencia pedagógica de
quienes en Colombia tiene un mayor recorrido en el campo de la educación inicial para
la primera infancia.
Se entiende que lo formulado en el documento base para el LPN se encuentra abierto a

la interpelación de otras experiencias, miradas y posturas que le permitan fortalecerse,
para revertirse con pertinencia y oportunidad en las orientaciones que genere el país
para la garantía del derecho a la educación de niños y niñas desde el momento mismo
de su nacimiento y a lo largo de sus primeros años de vida.
Desde este interés, este documento se estructura de tal manera que en un primer
momento se hace una breve presentación del PPEC con sus elementos estructurales y
bases fundamentales con el propósito de evidenciar el marco de sentido desde el cual
se realizan las reflexiones y aportes. A continuación, se señalan los principales aciertos
del LPN, identificados a la luz de la lectura crítica desde el saber y experiencia del
Instituto, en el marco de la implementación del PPEC.
En los apartados que le siguen, se presentan las reflexiones en torno a dos ejes que
parecen ser los centrales en el análisis de la propuesta del documento base del LPN: 1)
la concepción de niño y niña y de su desarrollo en los primeros años de vida 2) la
concepción y horizontes de sentido de la educación inicial, la que incluye el análisis del
papel de los agentes educativos, los escenarios de desarrollo y las estrategias
pedagógicas implementadas.
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En un último apartado se presentan, derivadas de los análisis de los ejes anteriores, las
recomendaciones y sugerencias para el ajuste del LPN.
Con la expectativa que los contenidos y aspectos que se aportan sean leídos,
interpretados e incorporados en los LPN, se espera contribuir a la consolidación de
ambientes de desarrollo cada vez mejores para toda la niñez en Colombia, y
particularmente de la primera infancia.
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1. PROYECTO PEDAGÓGICO EDUCATIVO COMUNITARIO –PPEC-
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ha venido construyendo el Proyecto

Pedagógico Educativo Comunitario como una herramienta que orienta los procesos de
atención integral para la promoción del desarrollo de los niños y niñas de la primera
infancia. Ha sido pensado como un proyecto en permanente construcción, que se
enriquece y dinamiza con la participación de los diferentes agentes educativos que
interactúan con los niños y las niñas.
El Proyecto Pedagógico Educativo Comunitario posibilita, en este contexto, el

aprendizaje y la construcción a partir de las experiencias locales y regionales de
atención a la primera infancia, la recuperación de la memoria institucional y comunitaria,
la reflexión sobre las prácticas educativas que tienen lugar en los entornos locales y la
inclusión de los niños, niñas y familias desde un enfoque que tiene en cuenta las
particularidades socioculturales que componen el país.
Desde la perspectiva del Desarrollo Humano, el Proyecto Pedagógico Educativo

Comunitario apunta a la ampliación de las oportunidades y la mejora de la calidad de
vida, de modo que las personas puedan desarrollar sus libertades individuales,
políticas, económicas y sociales a partir de su participación en la vida común. Desde
una perspectiva de derechos humanos, procura entonces posibilitar la construcción de
un orden centrado en la creación de relaciones sociales basadas en el reconocimiento,
el respeto mutuo y en la transparencia, de modo que la satisfacción de las necesidades
materiales y subjetivas de todas las personas y colectividades, sin excepción alguna,
constituya una obligación jurídica y social, buscando construir mecanismos jurídicos y
políticos que transformen las instituciones, y consecuentemente la vida social y
cotidiana de las personas con base en una nueva ética del desarrollo humano.”
(Guendel; 1999.:3).
Así mismo, desde una perspectiva de interculturalidad, este proyecto afirma que las
interacciones que tienen lugar entre los niños, niñas y los adultos significativos de su
entorno constituyen el motor del desarrollo infantil. El Proyecto, se concibe como un
proceso de Educación para la ciudadanía que promueve el ejercicio de los derechos de
los niños y las niñas en la primera infancia en el cual los lenguajes creativos,
entendidos como “procesos dinámicos de construcción y negociación de sentidos”
(ICBF, 2011, p. 28) y la promoción de ambientes de aprendizaje constituyen referentes
fundamentales para propiciar su participación y autonomía.
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El Proyecto Pedagógico Educativo Comunitario se apuntala así en el trabajo con los

padres de familia y la comunidad, el desarrollo de los lenguajes creativos -que
trascienden al arte-, el desarrollo de las potencialidades de los niños y las niñas a partir
de sus experiencias cotidianas y de las prácticas socioculturales del entorno, las
interacciones consigo mismo, con los otros y con el entorno y el trabajo colaborativo y
cooperativo. En este contexto, la familia y la comunidad son concebidas como
escenarios potencializadores de las capacidades de los niños y las niñas y de cada uno
de sus integrantes. La familia y la comunidad hacen parte fundamental del PPEC, como
protagonistas de este, creando y dando sentido al que hacer, saber y ser de los niños y
las niñas.
Con este marco, el proyecto toma forma alrededor de seis momentos pedagógicos:
Bienvenida, Vamos a Explorar, Vamos a Crear, Vamos a Jugar, Vamos a Comer y
Vamos a Casa. Estos momentos organizan, pedagógicamente, el tiempo y el espacio
de las interacciones que buscan la promoción del desarrollo infantil. Los momentos
pedagógicos presuponen un ejercicio de planeación, esto es, la organización de
situaciones y experiencias educativas, un proceso de implementación y ejercicios de
evaluación dirigidos a comprender en qué medida se alcanzan las intencionalidades
pedagógicas trazadas. Los momentos no se conciben de forma lineal sino dinámica, en
cuanto propician la interacción afectiva de los niños y niñas y su empoderamiento como
gestores de sus propias vidas.
El momento de Bienvenida tiene como finalidad la socialización de experiencias previas

y la ambientación para nuevos aprendizajes; es un momento de encuentro
motivacional, en el que se ponen en común los saberes y sentires que los niños y las
niñas han construido en sus hogares y comunidades, motivando de este modo su
participación activa. Vamos a explorar, por su parte, promueve el conocimiento y la
exploración de los objetos, la identificación de situaciones, fenómenos físicos o
naturales y la indagación en el medio sociocultural y comunitario, apostándole a la
creatividad y la investigación de los niños y las niñas. Vamos a comer busca el disfrute
de la relación grupal, el aprendizaje de normas y el fomento de hábitos alimentarios
saludables. Vamos a crear fomenta los lenguajes expresivos, incentiva la capacidad
creativa de los niños y las niñas y posibilita el desarrollo de habilidades artísticas, la
apreciación artística y el reconocimiento de la expresión simbólica de la realidad,
potencializando el pensamiento creativo y lógico. Vamos a jugar promueve el desarrollo
de la imaginación, la creación de normas, la comunicación y convivencia y la
participación. Vamos a casa genera, por sus parte, reflexiones sobre los aprendizajes,
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acuerdos grupales y comprensiones sobre la realidad cotidiana. Desde los momentos

se apunta a promover espacios pedagógicos que potencialicen el desarrollo integral e
integrador de los niños y niñas, con el aporte significativo de los escenarios familiar,
comunitario e institucional.
El Proyecto Pedagógico Educativo Comunitario es transversalizado por unas

estrategias de cualificación que potencializan las capacidades de los niños, niñas,
familias y comunidades para hacerlas converger en torno a la promoción del desarrollo
de los niños y las niñas. Estas estrategias incentivan y estimulan “los múltiples y
diversos lenguajes niños y niñas, el desarrollo de sus diferentes dimensiones, y la
puesta en marcha de una cultura ciudadana desde la primera infancia” (ICBF, 2011, p.
35).
Fiesta de lectura
Esta estrategia se orienta a potenciar “el desarrollo de los lenguajes y de las

posibilidades expresivas, comunicativas y creativas de los niños y niñas desde la
primera infancia” a través de “la conformación de Bibliotecas Infantiles y la formación, el
acompañamiento y seguimiento permanente a los Agentes Educativos involucrados en
la estrategia” (ICBF, 2011, p. 35).promoviendo la lectura desde la gestación y movilizar
a las familias
Huertas institucionales
Esta estrategia tiene como finalidades la promoción de la seguridad alimentaria, la

participación comunitaria y la educación de las familias alrededor del cumplimiento del
derecho a la alimentación y a la salud de los niños y las niñas. Esta estrategia motiva la
participación de las familias en el proceso de atención a los niños y niñas de su
comunidad, promoviendo el principio de corresponsabilidad.
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2. LAS FORTALEZAS DEL DOCUMENTO BASE DEL LINEAMIENTO

PEDAGÓGICO NACIONAL –LPN-
El documento base del LPN reconoce al igual que lo hace el ICBF, la importancia de la
primera infancia como una etapa crítica en el proceso del ser humano, en la que la
calidad de la educación deja inscritas huellas que marcan condiciones particulares de
vida para las personas.
En este orden de ideas plantea también unas acciones intencionadas que respondan a
las particularidades de los contextos y las características de los grupos de niños y de
niñas a las que se brinda la atención educativa, dando así un papel importante a la
valoración de las diferencias individuales y culturales, en lo que se coincide también con
la postura del Proyecto Educativo Comunitario.
Reconoce además que existen elementos comunes dentro del proceso de desarrollo, a
los que denomina “hitos” y que se convierten en puntos de referencia para el
seguimiento al desarrollo infantil, en función del establecimiento de alertas que permitan
identificar acciones especiales para establecer si el curso del desarrollo de un niño o
niña en particular puede estar afectado por algún motivo, de tal manera que se puedan
ejecutar acciones pertinentes y oportunas.
Lo anterior porque se reconoce también la alta variabilidad de formas y rutas que puede
asumir el desarrollo o los desarrollos en la primera infancia, lo que se complejiza aún
más por la diversidad de contextos y elementos culturales que se trazan en un país
como Colombia.
Se destaca también en el documento base del LPN que la educación inicial no debe
concebirse como una etapa preparatoria para el ingreso a la escuela, postura que
también es compartida por el PPEC, en tanto se asume que en sí misma la educación
inicial tiene sentido propio, finalidad y dinámicas pedagógicas particulares en función
de la vida cotidiana actual y presente de los niños y de las niñas, así como de sus
características y en la perspectiva de generar las mejores condiciones para el desarrollo
humano de ellos, ellas y sus familias.
Cercano a lo anterior, presenta un planteamiento que es especialmente importante en

la construcción y consolidación de una pedagogía propia para la primera infancia y que
la constituye el hecho de destacar que en la educación inicial no se busca que niños y
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niñas realicen cosas que son propias de edades más avanzadas, sino de reconocer en
cada caso su capacidad, fortaleza y potencial, para desde allí promoverlo al máximo
desarrollo posible. Sin duda esto marca un derrotero importante en el sentido de la
orientación y la práctica pedagógica con niños y niñas en este rango de edad.
El documento base del LPN también exalta la particularidad de cada niño o niña desde
su identidad propia, histórica, única e irrepetible, y la necesidad de que desde la
atención brindada en los escenarios de la educación inicial se sienta cuidado,
contenido, amado, valorado, escuchado y respetado por los adultos. Elemento que sin
duda es de gran relevancia en el marco del lineamiento, en tanto posiciona el papel del
afecto, la contención y el respeto (MEN, 2012, p. 30), en función de la diversidad y
pluralidad característica de la primera infancia. En este sentido, converge con el
planteamiento del PPEC en tanto a través de todo ello se logra lo que este proyecto ha
postulado como la humanización de la educación inicial, desde la sensibilización de los
actores sociales con los que interactúan los niños y niñas e sus principales escenarios
de desarrollo.
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3. CONCEPCIÓN DE NIÑO Y NIÑA Y DESARROLLO INFANTIL
El PPEC plantea de forma categórica una mirada de los niños y las niñas como seres
sociales, en tanto comprende el desarrollo humano desde un enfoque alternativo a una
mirada meramente biológica, centrada en la satisfacción de las necesidades que
aseguran su supervivencia. En contraste, define lo esencial de la especie humana en el
marco de los saberes, las conquistas y las prácticas culturales, y en este sentido, sitúa
a los niños y niñas como protagonistas, para referirse a su capacidad de participar en la
cultura y ser constructores de ella, así como al ejercicio que realizan permanentemente
en torno al desarrollo de su identidad.
De este modo, se entiende que los niños y niñas siempre están inmersos en una trama
de relaciones sociales, y por tanto, actúan, sienten y piensan como sujetos sociales.
Son seres interdependientes que, aún cuando cuentan con un saber propio, necesitan
de la interacción con los demás para apropiar el mundo y la cultura y construir su
identidad. Por esto, interpretan, construyen y significan su entorno a través de las
interacciones que establecen consigo mismos, con los demás y con el mundo que los
rodea. Por lo tanto, su proceso educativo abarca además del escenario institucional, los
escenarios familiar y comunitario.
Por su parte, el documento base para el LPN considerando las discusiones más
recientes sobre el desarrollo infantil lideradas desde el MEN, entiende a los niños y
niñas como seres competentes desde su nacimiento para actuar y comprender el
mundo que los rodea. Los niños y niñas son seres particulares, con una identidad
específica, y por tanto, gustos e intereses propios, que derivan de las condiciones
físicas, culturales y sociales en que ocurre su desarrollo.
Con este contexto, al realizar una lectura conjunta del PPEC y el documento base para
el LPN, es posible señalar que existe una diferencia en el enfoque que orienta cada una
de las propuestas, en tanto desde el documento base se privilegia una mirada centrada
en el niño, y en los procesos intrapsicológicos relacionados con la construcción del
conocimiento. En el mismo sentido, si bien considera a los niños y niñas protagonistas
de su desarrollo y seres competentes, las interacciones sociales parecieran ubicarse en
un lugar secundario, en tanto se definen de manera genérica como variables físicas,
sociales y culturales, que permiten el despliegue de las capacidades de los niños y
niñas. Por su parte, desde el PPEC se posicionan las interacciones sociales de manera
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contundente y la construcción de la cultura desde las prácticas y saberes humanos,

como se ha mencionado.
En este sentido, un primer aspecto clave para la discusión tiene que ver con el lugar
que ocupan las interacciones en las transformaciones que definen el desarrollo
infantil. Allí, el PPEC es enfático al afirmar cómo el desarrollo infantil depende de la
calidad de las relaciones que se generan entre los cuidadores y adultos significativos y
los niños y niñas, así como de las interacciones entre pares y de las posibilidades que
se configuren desde los escenarios que habitan. Por esto, establece una línea de
argumentación clara donde el eje para la comprensión de los niños y niñas, su
desarrollo y el horizonte de la educación, lo constituyen las prácticas, saberes y
conquistas culturales.
A partir de allí, es posible afirmar que en la propuesta del LPN no es claro el enfoque
teórico que orienta la concepción de niño y niña y de desarrollo infantil, en la medida en
que si bien enuncia la cultura y las interacciones sociales, no puede inscribirse en un
enfoque sociocultural, interaccionista ni ecológico del desarrollo. Por otra parte, aún
cuando retoma la mirada descrita desde el MEN en torno al desarrollo de competencias
durante la primera infancia, no podría decirse que es ésta la mirada que articula la
propuesta en su conjunto, en tanto no se vislumbra como el hilo conductor de la misma.
Adicional a esto, para el PPEC, el desarrollo infantil se sitúa en la vida cotidiana y se

moviliza a través de la apropiación de prácticas culturales en el juego, la exploración del
medio, la tradición oral y el arte. Así, se lee en el marco del “…proyecto histórico de ser
humano en los espacios formales e institucionalizados –familia, iglesia, instituciones
jurídicas y civiles-, en los grupos espontáneos e informales –la vecindad, la calle, el
barrio, los grupos de amigos- y en todas las formas humanas de vida en sociedad.”
(ICBF, 1990b, p. 20).
Desde esta perspectiva, se insta a la familia, la comunidad y el Estado, como actores

clave en la garantía y promoción del desarrollo infantil, y se entiende que el desarrollo
depende de la articulación y el trabajo mancomunado en prevención, atención,
seguimiento y protección, que van más allá de las acciones puntuales que se
desarrollan en los centros de desarrollo infantil.
Un segundo aspecto para la discusión, se relaciona con el enfoque explicativo del

desarrollo infantil. Al revisar una y otra propuesta, es posible señalar como punto de
convergencia, su comprensión como un proceso discontinuo, no lineal y heterogéneo.
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En este sentido, tanto el documento base del LPN como el PPEC mencionan como
elemento explicativo de los saltos cualitativos del desarrollo infantil, los reordenamientos
o reorganizaciones que acaecen a lo largo del proceso.
No obstante, es posible señalar que hay una diferencia en la comprensión de los

cambios cualitativos que caracterizan el desarrollo infantil, ya que para el PPEC existen
cambios cualitativos generales que dan cabida a etapas y períodos de crisis, y para el
LPN aparecen hitos o momentos de transformaciones que son comunes a los niños y
las niñas, en medio de la heterogeneidad del desarrollo, y que responden a la
irregularidad del proceso, en términos de los avances y retrocesos que explican su
discontinuidad.
Al respecto, es importante mencionar que desde el PPEC la propuesta que define las
etapas del desarrollo no supone la linealidad, sino el cambio en el ordenamiento de las
relaciones que establece el niño consigo mismo, con los demás y con el mundo que lo
rodea. Así, resultaría relevante traer al debate, la idea sobre cómo este sistema de
relaciones define una actitud particular del niño frente al mundo, y unas exigencias a los
adultos con respecto a sus necesidades e intereses (ICBF, 1990a, p. 17).
Un tercer aspecto para la discusión tiene que ver con la mirada de la integralidad. Si
bien tanto el LPN como el PPEC comprenden la educación inicial como un proceso
intencional que propende por el desarrollo de los niños y niñas integralmente, la mirada
de desarrollo por dimensiones propuesta por el LPN orienta una lectura fragmentada de
los niños y las niñas, frente a la postura del PPEC que enmarca el desarrollo en un
sistema amplio de relaciones sociales. En este sentido, aún cuando se enuncia desde
el LPN la necesidad de leer integralmente a los niños y niñas, el PPEC hace un aporte
importante al definir la totalidad, más allá de la sumatoria de las partes, en términos de
una categoría orgánica, como un todo complejo donde el problema central es la
comprensión de las articulaciones y las relaciones que establecen las especificidades
con lo general (ICBF, 1990b, p. 18).
Por último, un cuarto aspecto se enmarca en la valoración y el seguimiento al

desarrollo infantil, frente al cual existe una gran distancia entre el LPN y el PPEC.
Es conocido que el ICBF cuenta con un conjunto de herramientas que permiten realizar
un proceso periódico de valoración y seguimiento al desarrollo de los niños y niñas que
participan en sus programas. Así, la Ficha Integral, la Escala de Valoración Cualitativa
del Desarrollo Infantil y el sistema de seguimiento nutricional, se conjugan para obtener
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una mirada global del estado de desarrollo de los niños y niñas, como posibilidad de
aportar al trabajo de planeación y al quehacer pedagógico de los agentes educativos.
A partir de allí, la valoración y el seguimiento aparecen como estrategias que soportan

la promoción del desarrollo infantil, por vía de identificar las características de las
poblaciones, que son definitivas a la hora de planificar las acciones y propuestas
pedagógicas. Así mismo, es una herramienta potente para cualificar las relaciones entre
adultos y niños y niñas, en la medida en que sugiere caminos que van desde las
acciones pedagógicas más próximas, hasta transformaciones en la concepción de la
infancia como grupo social.
En este sentido, el LPN enfrenta el reto de abrir y clarificar el debate en torno a la

valoración y el seguimiento al desarrollo, como estrategia que aporta tanto a la
propuesta pedagógica que se asuma, como a la articulación de acciones en el marco
de la promoción del desarrollo y el ejercicio de derechos de los niños y niñas.
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4. CONCEPCIÓN DE EDUCACIÓN INICIAL
Como se ha mencionado, el PPEC está fundamentado en la recuperación y

cualificación de las prácticas educativas diarias con los niños y niñas de tal manera que
se valore y se resalte el papel de la familia y de la comunidad como agentes educativos
claves en la creación de un ambiente social en el que las interacciones a lo largo de sus
primeros años de vida, sean de calidad, cuidado, atención y de buen trato.
En tanto ello, se concibe la educación no sólo como un proceso formal que se brinda al
interior de una institución, sino como un proceso complejo que se suma a la red de
relaciones que están inmersas en los contextos familiares, sociales y culturales de
cualquier persona desde el momento mismo en que nace.
Es desde este horizonte de sentido desde el cual se traza el PPEC, como un proceso
permanente e intencional orientado hacia el desarrollo humano integral y en el que se
entienden las relaciones cotidianas de los niños y niñas, como espacios de circulación
de los procesos educativos, de tal manera que se puedan desplegar en ese ámbito de
la vida cotidiana “la libertad, el amor, la fraternidad, la moral la ética y la justicia” (ICBF,
1990b, p. 8), entre otros.
De esta manera, la educación inicial se entiende como un proceso integral para

potenciar el desarrollo de los niños y niñas en todas sus dimensiones, desde el enfoque
de las propias culturas y desde la premisa fundamental de ser mejores seres humanos
y el saber convivir en el marco del sistema de relaciones: consigo mismo, con los
demás y con el mundo que lo rodea.
En este orden de ideas, tiene como intencionalidad explícita la promoción de todo ese
conjunto de interacciones que pueden afectar las condiciones para mejorar el desarrollo
en la primera infancia, y por ello destaca el papel no sólo del niño y la niña en la
institución o centro de desarrollo infantil, sino además de la familia, la comunidad y de
todos aquellos con los que converge el interés de promover un mejor desarrollo y por lo
tanto en la garantía de todos sus derechos.
Este es uno de los puntos en los que se distancia la propuesta del documento base del
LPN, pues si bien enuncia las relaciones como un elemento dentro del desarrollo infantil
y por tanto de las interacciones pedagógicas, se queda corto en la manera en que se
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vinculan a los procesos pedagógicos esos otros actores sociales diferentes a los
agentes educativos institucionales.
De esta manera queda reducida la potencialidad de un enfoque interaccionista que

posibilita estratégicamente por un lado, fortalecer la corresponsabilidad no sólo de la
familia sino de la sociedad en general frente a la garantía de la educación como un
derecho de todos los niños y las niñas, y por otro, la de posicionar la atención integral
como un elemento que tiene cabida desde la oferta de servicios y atención desde otros
sectores e instituciones, y que también representan escenarios de trabajo y de
exploración externos al espacio físico de los centros de desarrollo infantil.
Es desde este enfoque desde el que se traza la perspectiva de la atención integral en el

PPEC, pues asume que estando el desarrollo infantil enmarcado desde un marco
interaccionista, las planeaciones y estrategias pedagógicas deben involucrar tanto a los
actores como a los recursos de los entornos más inmediatos de los niños y las niñas. La
educación inicial es así, además de un derecho de la primera infancia, un tipo de
atención que debe buscar articularse con pertinencia y oportunidad en el amplio
espectro de los servicios integrales que se les brinda.
Esta fuerte circunscripción de la educación inicial al ámbito de lo meramente

institucional que plantea el documento base del LPN, genera a su vez otras distancias y
vacíos importantes dentro de la concepción de educación inicial. Por ejemplo, en
relación a la manera como la cultura se asume dentro de los procesos pedagógicos.
Desde el PPEC se establece que esa apropiación de la cultura, de sus valores,

ideologías y prácticas sociales, se hace posible si se interactúa con ella. En otras
palabras, el acceso tanto a la cultura como a sus bienes, se hace por medio de la
experiencia. Es por ello que vivir el barrio, la vereda, la cuadra, o en general esos
entornos comunitarios próximos o posibles (como en el caso de los museos, los
parques, ludotecas, bibliotecas, por mencionar tan sólo algunos) vehiculizan su
apropiación, y ello no se evidencia en el documento base del LPN.
El PPEC, en tanto vincula de manera directa a todos los actores cercanos a estos
escenarios, le da a los procesos pedagógicos un carácter participativo, en el que se
construye lo educativo con el aporte de todos y en respuesta a las características
particulares tanto de los grupos como de los contextos sociales y culturales.
Dado que la intencionalidad de la educación inicial para el PPEC está en función del
jalonamiento del desarrollo de los niños y niñas a través de la potenciación máxima de
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sus habilidades y capacidades, en el contexto de una cultura y condición histórica

particular, supone que las interacciones pedagógicas deben atender a la identificación,
respeto, y valoración de las características culturales y sociales que fundamentan esos
nichos a los que pertenecen los niños, las niñas y sus familias. Dada la ausencia de
contenidos que desarrollen de manera amplia y suficiente esta relación, sería necesario
que el documento base para el LPN presentara con más fuerza este horizonte de
sentido como aspecto clave en el desarrollo de los lineamientos pedagógicos que se
postulen para la atención a la primera infancia en el país.
Lo anterior se establece a través de una educación inicial que diferencie sus procesos
en función de las características de los niños, niñas y sus familias, y lo haga a través de
acciones claras e intencionadas en las que se conocen y reconocen las dinámicas
familiares, las condiciones reales de la calidad de vida, los recursos, las potencialidades
y las necesidades e intereses de quienes son beneficiarios de este tipo de atención.
¿Cómo se informa el centro de desarrollo infantil de las condiciones familiares, sociales,

culturales, económicas de la familia?, ¿cómo se usa ello en la planeación de las
actividades pedagógicas? La experiencia del ICBF a través del PPEC es que con la
caracterización que se hace de la familia de cada niño o niña, se cuenta con
información que se convierte en insumo estructural de los procesos de planeación
pedagógica, haciendo evidente así el reconocimiento y atención a esas particularidades
y condiciones únicas de cada persona y grupo.
Algo similar ocurre con la Escala de Valoración Cualitativa, en tanto se convierte, como
se mencionó anteriormente, en una herramienta pedagógica para el seguimiento
individual y grupal del desarrollo de los niños y niñas que se atienden.
Para que las prácticas pedagógicas que se inscriben en los procesos de la educación
inicial sean de calidad, se requieren primero, procesos permanentes de reflexión a
través de estrategias de formación del talento humano que lidera los procesos;
segundo, que se integren en ellas distintos actores sociales en la perspectiva de que los
involucre en su cualificación, y tercero, que posibilite a través de los procesos que se
dan en ello, el fortalecimiento de la planeación y realización de lo pedagógico con el
mismo marco de pertinencia.
En este sentido, el documento base del LPN plantea que es necesaria la actualización
de los marcos de referencia del qué y del cómo se trabaja con la primera infancia para
enriquecer y consolidar una mejor y más sustentada pedagogía de la primera infancia.
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Esto es un acierto que plantea el documento, pero es necesario brindar elementos que
permitan identificar aspectos claves en la orientación de esos procesos de
actualización y cualificación, en lo cual la experiencia del PPEC puede aportar a través
de las estrategias implementadas: grupos estudio trabajo, escuela de padres, por dar
un par de ejemplos.
4.1. Estrategias pedagógicas
Las estrategias pedagógicas dentro del PPEC, adquieren su fundamento en una

concepción humanizante de la acción educativa, por medio de la cual se orienta el
quehacer pedagógico. Resulta así, en la medida en que reconoce al niño en medio de
sus condiciones cotidianas sociales, familiares y culturales de las cuales no se le puede
desprender. Por lo que la intención de las estrategias pedagógicas está orientada hacia
el desarrollo integral del los niños y las niñas, un desarrollo que les permite reconocer al
otro, dialogar y convivir activamente.
Por medio de las actividades pedagógicas se suscita el desarrollo humano integral. Por
lo que promueven procesos de aprendizajes significativos, plenos de sentido y
representativos para los niños y niñas. Es así que dentro del PPEC las actividades
hacen posible la participación, la autonomía, la autoexpresión, el fortalecimiento del
auto-concepto, la exploración y la experimentación. Condiciones que llevan a que niños
y niñas se apropien, desde sus intereses y necesidades, de unos conocimientos que les
permitirá asumir posiciones frente a la vida.
Cada una de las estrategias pedagógicas que se promueven dentro del PPEC, toman
sentido cuando se presentan en relación con un ambiente lúdico, en el que los niños y
las niñas, su cotidianidad, y su contexto, son el fundamento desde el que se parte para
propiciar su desarrollo integral. Estos ambientes lúdicos son lugares que motivan y
provocan por medio del juego, el conocimiento de sí mismo y del otro, y por otro lado, la
formación de conceptos sobre el mundo, y del lugar que el niño ocupa en él. En este
sentido, “El concepto de actividad no es la representación de prácticas aisladas, sino la
praxis humana, entendida como la expresión total del hombre en la que se cruzan y
fecundan la sensibilidad, el pensamiento y la acción.” (ICBF, 1990b, p. 17)
Derivado de allí y en coherencia con las actividades rectoras que propone la

conceptualización sobre el desarrollo infantil, el PPEC reconoce tres estrategias
pedagógicas:
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 El juego de roles, que constituye la actividad central del proceso educativo, como
la actividad que permite el despliegue de potencialidades de los niños y niñas,
como escenario de creación y recreación, y, como medio para acceder a las
prácticas culturales de su grupo social de referencia.
 La vida del grupo infantil, que favorece y hace posible la participación y la toma
de decisiones, la construcción de normas y el desarrollo de la autonomía, desde
la confrontación de su punto de vista con el de los demás.
 La vida familiar y comunitaria, como escenarios para la investigación y para el

acercamiento a los saberes, las tradiciones y las prácticas de los grupos sociales
de los que hacen parte los niños y las niñas. Así mismo, como escenarios que
amplían las posibilidades de creación de niños y niñas, en el juego de roles.
En los ambientes lúdicos la creación desde la expresión musical, la expresión corporal,

la expresión literaria, la expresión plástica y la expresión teatral, se presentan como
actividades estructuradas que son fundamentales para los niños y las niñas y para los
agentes educativos, ya que son unos escenarios placenteros que facilitan la
potenciación de las capacidades que ellos poseen, así como su libertad, su creatividad,
la autonomía y su condición como ser social. Para el PPEC, cada uno de estos
ambientes lúdicos, tiene la intención de desarrollar: la percepción (tomar algo como
verdadero), la sensación (conciencia del cuerpo), la acción (exploración interior y
creación) y la reflexión (tomar conciencia del recorrido).
El éxito de cada una de las estrategias pedagógicas reside en la estructuración de la

acción pedagógica diaria, en la capacidad de los agentes de hacer significativa cada
actividad; es decir, en la capacidad de integrar lo cotidiano para el niño, y en la
consolidación de ambientes lúdicos en el que el juego sea un elemento que conduzca a
los niños a descubrir el mundo, a descubrir al otro y a descubrirse a sí mismo por medio
de esto. Pero también se debe reconocer que una parte del éxito de las estrategias
pedagógicas depende de la valoración continua que se hace al niño por medio de la
Escala de Valoración Cualitativa del Desarrollo Infantil y la Ficha Integral, las cuales son
dentro del contexto del PPEC, un elemento que permite orientar, al igual que construir
una imagen del proceso de desarrollo que tiene o que han adelantado los niños. De
esta manera, la Escala de Valoración Cualitativa del Desarrollo del niño es un elemento
central dentro de las estrategias, pues da la información pertinente para emprender las
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actividades pedagógicas sin que estas estén desfasadas con la condición de desarrollo
en la que se encuentra el niño o con sus necesidades puntuales en el marco de su
contexto sociocultural.
En general el PPEC, propone con base en una intención pedagógica clara orientada por
el desarrollo humano integral, unas estrategias pedagógicas, en las que desde una
concepción humana y holística del niño, se emprendan procesos significativos en los
que se integre su cotidianidad, es decir el conjunto de vivencias que experimenta en su
familia y su comunidad, ya que es aquí desde donde los niños adquieren la
comprensión de sí mismos, de los otros y de su mundo. Cada una de las estrategias
mencionadas contempla las necesidades e intereses del niño y la niña, pero también
contempla la necesidad de potenciar en ellos los elementos que el requiere para poder
comunicarse y vivir en sociedad.
En relación con el documento base para el LPN, tal como se ha señalado, debe
destacarse el lugar que ocupan los pilares dentro de la propuesta pedagógica, y en este
sentido, cabe valorar la relevancia que se da al juego, el arte, la literatura y la
exploración del medio. No obstante, es necesario abrir la discusión en torno a las
posibilidades que ofrece el escenario familiar y comunitario, así como la posibilidad de
situar las actividades pedagógicas en la praxis humana, en el ámbito de la vida
cotidiana.
4.2. Rol del agente educativo
El agente educativo como el encargado de promover, orientar y dinamizar todas las

actividades pedagógicas dentro del proyecto del PPEC, cumple una función esencial en
el desarrollo integral, así como en la defensa y promoción de los derechos, de las niñas
y niños. Esta labor le otorga un rol irreductible en la potenciación de las capacidades
que necesitan los niños para su desenvolvimiento en cada una de las actividades de su
vida, pero también le confiere un sentido humano a la labor del agente, pues su trabajo
aunque posee un pleno sentido pedagógico también está dirigido hacia la consolidación
de un ambiente o de unas condiciones idóneas para el desarrollo pleno del niño. En
este caso el agente se articula alrededor de un lineamiento pedagógico, pero también
alrededor de un principio humano que le permite reivindicar, con cada una de sus
acciones en las que se involucran distintos sujetos, la dignidad de los niños.
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Dentro del PPEC la relación que se urde entre los agentes educativos y los niños y
niñas, se convierte, entonces, en la oportunidad para establecer un espacio de
aprendizaje pero además un espacio vital, que por medio de las interacciones
cotidianas les permite darle un sentido significativo a su mundo, a su comunidad y a su
familia. Esta relación se transforma en un escenario formativo, en el que las acciones
educativas alimentan la capacidad que se posee de vislumbrar en cada una de las
situaciones de su vida un aspecto nuevo del mundo. La forma en que el agente
educativo comprende a los niños y la manera en que desde esta comprensión
establece relaciones plenas de sentido, se convierte en una oportunidad para que el
niño a partir del encuentro fraterno se comprenda a partir de otro sujeto, un otro, que
por medio de sus acciones o conductas habituales le permite establecer una relación
duradera, en la que el diálogo, el respeto común y el reconocimiento de las diferencias,
es la base que fundamenta la relación de reciprocidad.
En este sentido, ambas propuestas comparten un adulto que jalona, que crea
andamiajes para generar condiciones pedagógicas que contribuyan a un mejor
desarrollo infantil, desde las perspectivas pedagógicas en las que se enmarca cada
propuesta.
La mayor debilidad del rol de agente educativo en el marco del LPN no está referida al
rol mismo que plantea para el maestro sino a la concreción de su acción al contexto de
la institución, dejando por fuera el acompañamiento que puede hacer en otros espacio o
escenarios de la vida cotidiana de los niños y niñas, tal como se ha venido
mencionando anteriormente.
En el PPEC el adulto cumple una función pedagógica caracterizada inicialmente por la

comprensión holística del niño y la niña, pero no como sujetos aislados en el centro de
desarrollo infantil, sino en relación a su contexto macro y micro, ya que lo ve como un
sujeto social de derechos que se constituye en medio de la relación integral entre el
centro, su familia y su comunidad. De igual modo el agente educativo, estructura y
orienta sus actividades con el fin de que el aprendizaje sea una experiencia placentera.
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4.3. Rol de la familia y la comunidad
La construcción del PPEC se ha caracterizado por articular el desarrollo de los niños y

las niñas a procesos contextuales de desarrollo humano y de participación de las
familias y las comunidades. En este sentido, se entiende que la garantía de derechos
del niño y la niña y la educación inicial no tiene que ver, solamente, con la atención
directa que realizan los agentes educativos en el marco de los centros de desarrollo
infantil, sino con la incidencia del Proyecto Pedagógico Educativo Comunitario en la
estructura de relaciones del niño y de la niña en los ámbitos familiar y comunitario.
De este modo, el Proyecto Pedagógico Educativo Comunitario parte de reconocer a las

familias como educadoras, de lo cual se deriva que dicho proyecto opera como ámbito
de construcción de sentido, de intercambio de conocimiento y de relaciones entre las
prácticas pedagógicas y las prácticas educativas del contexto. Así, es clave considerar
para el documento base del LPN que éste no se puede reducir solo a orientar las
prácticas pedagógicas sino que en general debe orientar las prácticas educativas
entendidas en el marco de las relaciones sociales y las culturas del entorno local en el
que tiene lugar el desarrollo infantil.
La educación inicial involucra así el trabajo pedagógico con las prácticas culturales del
entorno y con las redes de relaciones presentes en el territorio. El territorio se constituye
entonces en un campo de articulación de acciones (familiares, comunitarias,
pedagógicas, sectoriales) en función de la garantía de derechos en la primera infancia;
la realidad territorial posibilita, entonces la articulación sectorial. Por esta razón, la
mirada del PPEC presupone que, además de los procesos de formación en desarrollo
infantil y prácticas de crianza, es clave el trabajo que se realiza en función de propiciar
la participación y la organización de las familias en tanto actores comunitarios. En este
sentido, enlaza la construcción de los adultos como agentes que potencian el desarrollo
infantil, con su construcción como actores que ejercen sus propios derechos en el
marco de procesos de desarrollo local. Las familias se empoderan, como actores que
tienen capacidad de gestión, control y exigibilidad en dirección a la garantía de los
derechos de los niños y niñas en la primera infancia. La familia y la comunidad juegan
un papel clave que permite pasar de una lógica de protección y restauración de
derechos de los niños y las niñas a una lógica de prevención y ejercicio de los mismos.
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El PPEC, plantea, entonces, que el centro de desarrollo infantil no puede constituirse en

un ámbito educativo aislado de la dinámica territorial, sino que la educación inicial debe
englobar los distintos ámbitos y entornos que inciden en el desarrollo infantil, y
reconocerlos como escenarios de aprendizaje significativo.
Es clave, así, que el documento base del LPN no solo reconozca nominalmente a la
familia como actor importante, sino que además cuente con una intencionalidad
explícita de fortalecer a la familia y a la comunidad como contextos educativos de la
primera infancia, y de potenciar el papel que juegan otros agentes educativos en la
promoción del desarrollo de los niños y niñas. En este sentido el lineamiento
pedagógico de la educación inicial debe contener una mirada diferencial que posibilite
la creación y el desarrollo de proyectos pedagógicos contextualizados en las
cosmovisiones de las comunidades.
En este sentido, el PPEC posee, de base, una concepción de la educación inicial como
instancia mediadora entre el niño y su proceso de constitución y la dinámica cultural de
su contexto, lo que implica al mismo tiempo concebir que la familia constituye un eje
articulador de los procesos de educación de la primera infancia. Ahora bien, implica
dimensionar el papel que juega la cultura en los procesos de subjetivación de los niños
y niñas, reconociendo el papel de andamiaje que juegan el conocimiento y las prácticas
locales en los procesos de desarrollo infantil.
Con todo este acumulado de experiencia y aprendizajes, una preocupación que surge
frente al documento base del LPN y la redefinición del campo de la atención integral de
la primera infancia tiene que ver con la pérdida de perspectiva respecto de la
importancia de articular los procesos comunitarios con las prácticas de educación
inicial. En este sentido, algunas experiencias de delegación de la atención de la primera
infancia a operadores externos al PPEC evidencian que se puede perder el
protagonismo de las familias y comunidad en la garantía de derechos de la primera
infancia.
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5. RECOMENDACIONES Y SUGERENCIAS
Este apartado señala algunos puntos de tensión y retos para el LPN, así como
recomendaciones y sugerencias en el marco de las lecciones aprendidas en la
formulación e implementación del PPEC.
 Es necesario que el LPN defina con mayor claridad el enfoque que orienta la
comprensión del desarrollo infantil, pues aún cuando el documento base del LPN
enuncia algunos elementos clave, no profundiza en su comprensión, dejando en el
terreno una mirada etérea del desarrollo, particularmente, al referirse al lugar de las
interacciones en la comprensión del desarrollo infantil y como marco de
comprensión que da sentido y orienta la mirada de la educación inicial, en relación
con los actores y escenarios implicados.
 En el mismo sentido, debe considerar la configuración teórica desde los sistemas de

relaciones sociales frente a la mirada por dimensiones del desarrollo y sus
implicaciones sobre el enfoque de integralidad. Se requiere así, la explicitación de la
manera en que es posible ponerlas a dialogar en el mismo escenario y sentido que
se busca generar para la orientación de la educación inicial en el país.
 Desde la mirada del desarrollo infantil propuesta por el ICBF, puede considerarse
como un aporte para fortalecer el LPN, la posibilidad de entender los cambios
globales en el desarrollo infantil como oportunidades de orientación de la práctica
pedagógica desde la definición de su intencionalidad, más allá de la valoración del
desempeño de los niños y las niñas.
En relación con el sentido y orientación de la educación inicial se recomienda:
 Visibilizar mucho más el papel de las interacciones pedagógicas con los niños y
niñas, no sólo en función de lo que se hace al interior de los centros de desarrollo
infantil, sino también en relación con los entornos cotidianos en los que se lleva a
cabo su desarrollo. El documento base del LPN refiere que “es fundamental
garantizar la equidad de oportunidades de desarrollo y aprendizaje desde la primera
infancia, ofreciendo unas relaciones de la mejor calidad a fin de que su competencia
pueda aflorar y desarrollarse” (MEN, 2012, p. 29) pero no se desarrolla de manera
explícita y clara la manera en que ello se logra a través de las orientaciones
presentadas en el documento.
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 Derivado de lo anterior, es necesario que el planteamiento de este lineamiento,

extienda el sentido de las interacciones en relación con esos otros marcos de acción
del quehacer educativo que vinculan los procesos pedagógicos, no sólo al interior de
la institución sino de sus entornos y actores más inmediatos. Esto es, el
reconocimiento de que el barrio, la localidad, la vereda o el municipio, según el caso,
son parte de los recursos y fundamentos con los que cuenta la educación inicial
para brindar una educación que haga real el criterio de integralidad.
 Así, es posible hacer más visible también la vinculación a los procesos de educación
inicial, la construcción de ciudadanía desde las más tempranas edades, lo que a su
vez posibilita la inclusión del ejercicio de la participación de niños y niñas y la
promoción de la formación para el ejercicio genuino de la misma, tal como lo
plantean los teóricos en este campo (Hart, Cusianovich, Tonucci, entre otros).
 Es necesario explicitar las orientaciones frente a la manera en que se ha de recoger,

analizar y usar la información referente a las condiciones familiares de cada niño y
niña, y con qué sentido usarla en función de la planeación y apuestas de desarrollo
que se trazan como fundamento de la educación inicial y para cada niño y niña en
particular.
 El lineamiento debe explicitar de forma clara y concreta la manera en que se han

llevar a cabo tanto el seguimiento como la valoración de los procesos de desarrollo
de los niños y niñas, en concordancia con las orientaciones brindadas para y desde
lo pedagógico. La valoración del desarrollo no puede ser un tema marginal en la
educación inicial, pues ella hace parte de un proceso reflexivo, analítico y
permanente, que facilite por un lado, la toma de decisiones pedagógicas en
concordancia con la evolución de las prácticas, las actualizaciones de los marcos de
referencia teóricos del desarrollo infantil, social y humano, en general en el marco de
los cambios en las dinámicas sociales en las que se inscribe el desarrollo infantil; y
por otro, como aporte a la información que requiere el país para dar cuenta del
estado de desarrollo de los niños y niñas en la primera infancia y que pueda
articularse sinérgicamente con los lineamientos que el país genere para ese tema en
particular.
 El LPN debe abrirse al debate sobre los aportes a las transformaciones en las
prácticas y concepciones sobre el desarrollo infantil que pueden movilizarse desde
la valoración y el seguimiento. Así mismo, debe orientar la construcción de
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conocimiento del niño y la niña, y generar una discusión alrededor de la valoración

del desarrollo infantil, sin perder el norte de lo pedagógico.
 Matizar el marcado énfasis que se coloca a la educación inicial en el entorno

institucional, pues si bien la oferta del servicio se presta allí, ello no representa que
deba quedar inscrita en una práctica pedagógica centrada de manera casi exclusiva
en la relación maestra- niño/a, porque corre el riesgo de ser fácilmente subsumida
por las lógicas de la educación institucional formal, rompiendo así con la coherencia,
tanto de la postura de desarrollo infantil como con la de educación inicial que se
postula.
 Establecer explícitamente que los procesos de cualificación del talento humano para
el mejoramiento de las prácticas pedagógicas en la educación inicial, ha de nutrirse
de la experiencia del ICBF en concordancia con las orientaciones que el
correspondiente lineamiento nacional establezca para tal fin.
Frente a las estrategias pedagógicas se recomienda:
 Construirlas desde la concepción que se hace de la educación inicial como una

práctica educativa no formal, con un carácter reflexivo, incluyente y respetuoso de
los derechos de los niños y niñas, en el que la lúdica ocupa un lugar preponderante,
pues es un factor que facilita la construcción de sentido, por medio del cual los niños
se acercan, se apropian y transforman su cotidianidad.
 Las estrategias pedagógicas aunque están definidas por un horizonte formal,

también se encuentran definidas por uno material, ya que los espacios de
aprendizaje deben responder a las necesidades específicas de los niños, al igual
que a la protección, preservación y mantenimiento de la calidad de su vida. Lo
formal y lo material conducen a la consolidación de un escenario que antecede la
puesta en escena de las estrategias pedagógicas, el escenario como el ambiente
pedagógico debe ser rico pero esta riqueza ha de estar acompañada por la reflexión
intencionada sobre lo que cada objeto o espacio genera en los niños.
 Por otra parte, las estrategias pedagógicas deben contemplar el horizonte cultural,
social, y familiar del niño, pues la inclusión del contexto facilita la familiarización
significativa del niño con los aprendizajes que empieza a desarrollar. El
reconocimiento del contexto, se convierte entonces en la oportunidad para que se
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reconozca la cotidianidad, y la carga vivencial que los niños poseen; una carga
vivencial que debe ser aprovechada para la planeación de las actividades, pues es
desde ahí desde donde se puede generar una reflexión continua sobre la pertinencia
y los alcances que tienen los saberes en la vida del mismo niño. Al igual que la
inclusión del contexto enriquece el proceso pedagógico, también debe favorecer la
construcción de unas estrategias que reconozcan la diversidad cultural que
constituye a cada uno de los territorios, pues tales estrategias deben ser la
oportunidad para incentivar en los niños el reconocimiento reciproco con otros, pero
desde las diferencias; unas diferencias que conducen a la consolidación de un
contexto plural en el que se incentive el respeto y la exaltación de las
particularidades.
 En general cada una de las estrategias debe involucrar a los niños y sus familias,
sus intereses y sus necesidades particulares, sin perder de vista la intención
primordial que mueve o dinamiza la labor del agente educativo. Y valorar si se está
alcanzando el objetivo y la intención inicial con la que se fundamentó la estrategia,
depende en gran medida de la utilización de instrumentos de medición que permitan
verificar y analizar el impacto en los niños, la familia y la comunidad que está
teniendo la estrategia pedagógica, lo que facilitaría la retroalimentación y el
replanteamiento de los procesos.
Frente al rol del agente educativo, se sugiere:
 Reivindicar el rol protagónico (social y pedagógico) que posee el agente educativo y

que no se puede reducir tan solo al espacio de un proyecto pedagógico, sino que
debe ser pensado e impulsado dentro de un panorama más amplio de acción, pues
cada una de sus actividades trasciende socialmente dicho proyecto así como
trasciende del aula. De esta manera desconocer la trascendencia de su labor en
cada comunidad, con cada familia y con cada niño, y a la vez omitir que su trabajo
encuentra un sentido al interior de las necesidades que él identifica en cada
contexto, se convierte en un problema, pues él pierde su rol como traductor e
intérprete de las necesidades particulares del niño y su contexto social o familiar, por
lo que se reduce su fuerza como agente formador y dinamizador de cambios, con lo
que su acción formativa se reduce a la realización de una actividad técnica, y no al
desarrollo de un proceso significativo y fundamental para potenciar unas habilidades
que le permiten a los niños vivir en comunidad.
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 No se puede desligar al agente educativo de la familia y la comunidad, pues si se

rompe esta relación orgánica, se desestiman los logros alcanzados en la articulación
entre las políticas y los procesos pedagógicos. De esta manera se debe fortalecer la
unidad que existe, ya que cada uno de los protagonistas del proceso pedagógico
comparte una tarea conjunta: el bienestar de los niños y niñas, pero la realización
plena de esta tarea depende de la articulación que exista, así como de la capacidad
de trabajo mancomunado entre el agente educativo, la familia y la comunidad. De
este modo se debe entretejer y propiciar una relación dinámica, que tienda hacia la
consolidación de procesos pedagógicos integrados, que le permitan al niño sentir
que existe continuidad y coherencia entre los procesos que cada uno de los
partícipes de la comunidad educativa adelanta, ya que no puede ser un proceso
individuado, pues si se fragmentan las acciones se reducen las posibilidades de que
haya un impacto profundo y duradero en la vida de los niños.
Frente al rol de las familias y comunidades, se sugiere que el LPN:
 Prevea el diseño de proyectos pedagógicos que constituyan una sombrilla para

orientar y dinamizar las prácticas locales de promoción del desarrollo infantil en
diferentes entornos, entre ellos, el Centro de Desarrollo Infantil, la familia y la
comunidad.
 Apunte a la construcción de proyectos pedagógicos que no solo promuevan el

desarrollo infantil desde las prácticas pedagógicas, sino que lo potencien en el
marco de procesos más amplios de construcción de capital social y de generación
de alianzas con organizaciones comunitarias que promuevan la participación.
 Apunte a fortalecer los espacios de Consejos de Política Social y veedurías

ciudadanas.
 Desarrolle procesos de formación a familias y a agentes comunitarios que no se

reduzcan a acciones puntuales de capacitación, sino que propicien la educación
inicial como instancia de promoción de la participación en el entorno local.
 Genere articulación intersectorial tomando el territorio como base de planeación y

realización de las acciones.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. (1990a). El desarrollo infantil. Una

conceptualización desde el ICBF. Santa Fé de Bogotá.
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. (1990b). El proyecto pedagógico educativo

comunitario en el ICBF. Santa Fé de Bogotá.
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. (1995). Escala de valoración cualitativa del

desarrollo infantil. Santa Fé de Bogotá.
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. (2011). Guía para la implementación del

proyecto pedagógico educativo comunitario en la primera infancia. Bogotá.
Ministerio de Educación Nacional. (2012). Una propuesta pedagógica para la educación

de la primera infancia. Documento Base para la Construcción del Lineamiento
Pedagógico de Educación Inicial Nacional.
31
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Aporte ICBF Al Lineamiento Pedagógico

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Aportes a la construcción del Lineamiento Pedagógico

para la Educación Inicial desde el Proyecto

Dirección de Primera Infancia

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar

Este documento se elaboró con el aporte de las siguientes personas:

Subdirección de Gestión Técnica para la Atención de la Primera Infancia

Ana María Ortiz Hoyos

Gladys Nubia Hernández Beltrán

Gloria Carvalho Vélez

Luz del Carmen Montoya Rodríguez

Luz Marina Hoyos Vivas

Milbany Vega Salinas

Subdirección de Operaciones para la Atención de la Primera Infancia

Yaneth Cecilia Romero Gamarra

Equipos de pedagogas y pedagogos y psicosociales de las Direcciones

Con el apoyo técnico de la Fundación Centro Internacional de Educación y

Nisme Yurani Pineda Báez

Juan Carlos Garzón Rodríguez

Iván Moreno Acero

Alejandro Acosta Ayerbe

El documento que se presenta a continuación, se realizó a partir de de los aportes de

Para la elaboración de los análisis y las reflexiones, se consideró importante recoger la

Desde esta convergencia de miradas, experiencias y saberes, se ha construido este

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