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Dialéctica de Una Derrota PDF
Dialéctica de Una Derrota PDF
inmediata
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si lo veintiuno editores, sa
C E R 8 DEL AGUA 248. MEXICO ñ). D.F.
U N PAlZTIDO SINGULAR
Necio sería negar que Chile se destaca. dentro del Continente por la larga
trayectoria de su movimiento popular, que en las variadas circunstancias de
su historia, merced a sus luchas y esfuerzos, ha logrado estructurar en
nuestra patria un sistema político considerablemente más evolucionado y
maduro que el resto de las hermanas repúblicas. Y por eso mismo, es en
Chile también donde se hacen más evidentes los límites y las inconsecuencias
de estos sistemas políticos formalmente democráticos. La experiencia de hoy
y la de ayer -como ya dijimos- demuestra que el sistema democrático se
mantiene hasta el momento en que las clases dominantes empiezan a con-
siderar amenazados sus interese? fundamentales, y cuando eso ocurre, no
vacilan en romper el esquema institucional que antes les servía para defender
por la fuerza su situación privilegiada.
leto Estado burgués sucumbía ante "la incorporación masiva del pue-
blo al poder estatal".
En la construcción de la nueva economía -por supuesto planifi-
cada- su objetivo central era remplazar la estructura económica vi-
gente "terminando con el poder del capital monopolista nacional y
extranjero y de'l latifundio, para iniciar la constrncción del socialismo".
Núcleo capital de la trasformación económica era la constitución
de un área estatal dominante: "el Area de Propiedad Social". Ésta
debía conformarse con las empresas nacionalizadas de l a gran mine-
ría del cobre, salitre, hierro y carbón; todo el sistema financiero, en
especial la banca privada y los seguros; ila totalidad del comercio
exterior; los monopolios industriales estratégicos y, en general, "aque-
llas actividades que condicionan el desarrollo económico y social del
país".
Junto a la proyectada área social dominante, la cual cubría la
mayor parte de la actividad económica nacional, se establecían los
límites de un área mixta y otra de propiedad privada.
Una importante tarea programática era también la profundización
de la Reforma Agraria, estableciéndose tres sistemas de tenencia de la
tierra: las cooperativas, que pasaban a ser hegemónicas; la propiedad
individual y las empresas estatales.
En el orden educacional, se propugnaba un sistema democrático,
único y planificado, orientado a entregar "las más amplias y mejores
oportunidades educacionales". Disponía la estructuración de "una
escuela unificada" (básica y media) ; impulsaba métodos destinados
a enfatizar la incorporación activa y crítica de los estudiantes y garan-
tizaba la participación de maestros, trabajadores, estudiantes, padres
y apoderados en la trasformación del sistema. Finalizaba señalando
que "el nuevo Estado tomará bajo su responsabilidad los estableci-
mientos privados, empezando por aquellos planteles que seleccionan
sus alumnos por razones de clase social, origen nacional o confesión
religiosa".
De otra parte, tampoco se olvidaba reglamentar la orientación y
propiedad de los medios de comunicación de masas al determinar que
"deberá imprimírsele una orientación educativa y liberarlos de su
carácter comercial, adoptando medidas para que las organizaciones
sociales dispongan de estos medios, eliminándose de ellos la presencia
nefasta de los monopolios". En otras palabras, se establecía que la
radio, la TV, las empresas editoriales, la prensa y el cine, deberían
abrirse a las "organizaoiones sociales", es decir, a los trabajadores, y se
prohibía su dominio por los monopolios.
Finalmente, en el capítulo de la política internacional se consig-
naba: la autonomia política y económica de Chile; establecer relacio-
UN VACÍOINEXCUSABLE 43
U N VACÍO INEXCUSABLE
Han sido el hombre anónimo y la ignorada mujer de Chile los que han
hecho posible este hecho social trascendente. Miles y miles de chilenos sem-
braron con su dolor y su esperanza esta hora que al pueblo pertenece.
Y desde otras fronteras, desde otros países, se mira con satisfacción pro-
funda la victoria alcanzada. Chile abre un camino que otros pueblos de
América y del mundo podrán seguir. La fuerza vital de la unidad romperá
los diques de las dictaduras y abrirá el cauce para que los pueblos puedan
ser libres y puedan construir su propio destino. Dije y debo repetirlo: si la
victoria no era fácil, difícil será consolidar nuestro triunfo y construir
la nueva sociedad, la nueva convivencia social, la nueva moral y la nueva
patria.
Fue esta una inmensa tarea para un gobierno que debió construir
superando obstáculos de todo orden. Indudablemente el balance arroja
un saldo espectacular si se le mide en el marco de factores coyun-
turales sobrevinientes que confluyeron a asfixiar su esfuerzo: una
baja violenta y sostenida d d precio del cobre en el mercado interna-
cional; la paralización de la inversión foránea y una gran restricción
de la nacional, y un fuerte bloqueo financiero impuesto por los orga-
nismos internacionales y privados extranjeros. En los dos últimos años,
el Gobierno Popular debe además absorber el alza del precio inter-
nacional de los productos agropecuarios y de diversas materias primas.
Parece justo preguntarse: qué país ha desarrollado un proceso
tan profundo de trasformaciones estructurales al ritmo que lo hizo la
Unidad Popular, sin enfrentar -por esa sola circunstancia- una
dislocación de sus actividades económicas?
Lo concreto es que en Chile, pese a los poderosos agentes externos
e internos mancomunados en la faena de anarquizar y destruir la
economía d d país, ésta no sólo se mantuvo sino aumentó su ritmo
durante los años 1971 y 1972. La desarticulación se produce básica-
mente cuando el imperialismo y la burguesía, devenida en burguesía
especulativa, estimulan planificadamente el caos económico; adminis-
tran el mercado negro; promueven y financian la subversión empre-
sarial y el terrorismo; crean deliberadamente desde el Parlamento
factores de presión inflacionaria; y finalmente amarran las manos del
gobierno, impidiéndole enfrentar en el plano de la institucionalidad
13 situación artificialmente provocada.
Los resultados antedichos no hubieran sido posibles sin un aporte, en
términos d e capacidad, compromiso, imaginación creadora e incluso
eficiencia, compartido por todos los niveles de dirección del proceso.
Mandos altos y medios descubren una gigantesca capacidad realiza-
dora, sin precedentes en la historia de Chile. No se habrían alcanzado,
de otra manera, los extraordinarios índices de producción, salud, cons-
trucción y educación. Todo ello a despecho del empeño de la burgue-
sía por producir el caos, la anarquía y la inseguridad.
Pero el impulso trasformador no puede ser atribuido solamente a la
decisión y consecuencia revolucionaria de las vanguardias. Por encima
y más ailá de ellas, estuvo siempre presente el protagonista principal
del proceso: el puebIo.
El creciente conflicto sccial y la aguda lucha de clases libera toda
la potencialidad creadora y el espíritu combativo de las masas. Parti-
cipan en la conducción del proceso y exhiben allí toda la inmensa
variedad de sus aptitudes. Cuando el adversario cerca la economía,
los trabajadores se movilizan para reactivarla; cuando los patrcnes
paralizan sus industrias, la clase obrera las ocupa de inmediato po-
niéndolas en marcha con eficiencia sorprendente; cuando la burguesía
ahíta de odio destruye, el pueblo con la alegría inmensa de una obra
que la sabe propia, construye.
En el gobierno de Allende el pueblo palpó la expresión cabal de
sus intereses. Comprende desde la primera hora que las deficiencias
de conducción en el desarrollo de su propia participación, en el ma-
nejo del poder y en la dinámica misma de la lucha, serán superadas.
Entiende el proceso, como la vivencia de una empresa revolucionaria
que la historia medirá, más allá de sus errores, por la grandiosa
experiencia escrita.
Hasta el instante mismo de la derrota multiplicará incansablemente
su energía creadora en centros vecinales, comités campesinos, juntas
de abastecimiento, comandos comunales, cordones industriales; en
incipientes órganos de defensa del proceso.
Jamás un pueblo vivió instantes de mayor exaltación nacional, de
mayor motivación colectiva. Frente a la burguesía torva, intoxicada
por el rencor, poseída por un odio irracicnal de clase, el pueblo daba
su lucha con la alegría plena de saberse parte de una vida que antes
siempre se le mostró ajena. Mientras el enemigo vomitaba resenti-
miento, los trabajadores llenaban los aires de Chile con su canto de
victoria.
Esta es en definitiva la gran obra de la Unidad Popular, indestruc-
tible y luminosa. Un pueblo entero conoció la dignidad y se asomó
a una vida nueva. Tuvo conciencia de su fuerza y selló e1 supremo
LOS MIL DIAS DE LA UNIDAD POPULAR 55
~ i quienes
a ~ sostienen en el seno de la izquierda chilena que la deter-
minación del carácter de la vía armada o no armada es sólo un pro-
blema táctico, sujeto a la correlación de fuerzas en las coyunturas
decisivas de la lucha por el poder. De ello se desprendería, que cons-
truir una estrategia revolucionaria resolviendo anticipadamente si
habrá o no insurrección armada, es innecesario.
Dilucidar este tema tiene máxima relevancia, no sólo en el recuento
del pasado, sino en el contexto de un debate proyectado sobre el que-
hacer futuro del movimiento popular. La vía es una previsión
estratégica indispensable en todas las fases del desarrollo de la lucha
revolucionaria.
Los grandes pensadores marxistas siempre previeron una vía pro-
bable. Ella no puede minimizarse al extremo de convertirla en una
"especie de sonrisa de la esfinge o -en una respuesta que se guarda
hasta el último día en la rodilla d e los diosesy' (Rodney Arismendi,
La Revolución y América Latina).
Lenin prevé la vía de la Revolución rusa con doce años de ante-
lación, y además formula la consigna de la "insurrección armada" no
como un llamamiento directo, sino como una conclusión indispensable.
(Dos tácticas, 1905.) Definir la evolución probable del proceso en el
escenario de la realidad concreta es obligación ineludible de la direc-
ción. Es también imprescindible para la preparación subjetiva de las
masas y de los cuadros revolucionarios.
Uno de los más sólidos teóricos del marxismo-leninismo en Amé-
rica Latina, el secretario general del PC uruguayo, Rodney Arismendi,
expone el problema en los siguientes términos:
Finalmente decimos :
1. Cultivadores directos
2. Comerciantes
3. Artesanos y otros
IIc. Categoría Particular
111. Clase Obrera
1. Agricultura
2. Industria y Construcción
3. Otras 'actividades
- --
ESENCIA Y APARIENCIA DE LA DC
LA DC Y E L GOBIERNO DE ALLENDE
Claro que el señor Frei también es ingenuo, porque cree quc tal dictadura
militar sería sólo de transición, para llevarlo a él a la postre a la presi-
dencia. -Estamos absolutamente convencidos que históricamente el refor-
mismo que se busca a través del diálogo con los que nos han traicionado
una y otra vez, es el camino más rápido hacia el fascismo. -Hasta hace
poco "fascismo" era solamente una palabra que no todos los companeros
comprendíamos. Teníamos que rec~rrira lejanos o cercanos ejemplos: Brasil,
España, Uruguay, etc. -Pero ahora ya lo hemos visto en carne propia, en
114 PODER POPULAR: EXIGENCIA DE LAS MASAS
en este país habrá no una guerra civil, que ya está en pleno desarrollo, sino
una masacre fría, planificada de la clase obrera más consciente y organizada
d e América Latina y la destrucción y dcscabezamiento quizás a qué plazo
y a qué costo sangriento, de no sólo el proceso revolucionario chileno, sino
también el de todos los pueblos de Latinoamérica que están luchando por
.el socialismo.
F O W , EL CINISMO Y LA CIA
Comparto su frustración sobre esta situación, pero como usted bien sabe
esto es algo que ha estado sucediendo también en otros países durante mu-
chos años.. . No creo que la investigación a fondo por parte del Comité de
Relaciones Exteriores, produciría mucho más de lo que ya sabemos, y aun-
que produzca más, no hay nada que podamos hacer, a menos que haya un
F O ~EL~ CINISMO
, Y LA CIA 135
blemas para sustituir los harapos morales de sus más prominentes per-
soneros: los respetables partidos de orden; los engolados custodios de
las grandes tradiciones nacionales; los titulares exclusivos de los altos
valores patrióticos, no podrán sacudir el estigma de la traición. Algu-
nos dólares más, algunas vergüenza menos.
Quedará en pie, no obstante, la frustración de una nación, cuando
termine por descubrir que sus profundos anhelos, las más caras aspi-
raciones, y la voluntad que creía expresar libre y soberanamente en e1
sufragio, en la actividad creadora, en la confianza entregada a líderes
burgueses, aparentemente incorruptibles, han sido manipulados, tan
lenta como imperceptiblemente, por hombres e intereses de un paG
extranjero.
Sería ingenuo pretender, que la interferencia infame en la vida de
nuestro país y la amplitud inescrupulosa de los métodos empleados,
sean un hecho excepcional, difícil de volver a producirse. En tanto
10s países latinoamericanos sean detectados como simples marionetas
en el cumplimiento del "gran destino", las amenazas -reales o ima-
ginarias- que sus luchas suponen, determinarán inexorablemente nue-
vas y más groseras intervenciones.
Hace apenas algunos meses, cuando ya se conocían las escandalosas
conclusiones de la Comisión senatorial, Thomas Farer, representante
del Departamento de Estado, formuló con franqueza descarnada las
reglas del juego. Su auditorio, integrado por personalidades políticas
y académicas de América Latina, escuchó sorprendido una afirmación
conminatoria: "En la política de Estados Unidos hacia América La-
tina lo prioritario es la seguridad nacional norteamericana, y por ello
fueron necesarias intervenciones directas y también encubiertas en el
pasado. Seguramente en los próximos diez años no habrá interven-
ciones como las de la República Dominicana; sin embargo, es previsi-
ble que haya intervenciones encubiertas?'
Finalmente y para que nadie se llamara a engaño, señaló categó-
ricamente, que cualquier modelo de relaciones entre su país y América
Latina, "para ser viable debe tener en cuenta los intereses y la ideología
de EU", agregando que "no es concebible que América Latina sea so-
cialista'', y "que a lo sumo Estados Unidos podrá tolerar que se des-
arrolle un capitalismo na~ional".~
Medida en su conjunto, la ofensiva montada por EU para derri-
bar el Gobierno Popular y hacer abortar la experiencia revolucionaria,
pasa a ser un factor determinante de la derrota final.
Del país que Salvador Allende describió con voz emocionada ante
e s c e p t i ~sobre
i ~ ~ la situación en el interior de las Fuerzas Armadas,
,,pesó textualmente:
<-i Qué inconcebible error han cometido ustedes! i Cómo no apro-
vecharon la oportunidad de cambiar las jerarquías del ejército, desig-
nando --por ejemplo- un capitán como comandante en jefe!"
Cuando uno de sus interlocutores le preguntó sorprendido: ";Pero
ello era posible?", respondió de inmediato: "-i Sí! Era posible. Al
iniciarse el gobierno era posible. i Hoy no!"
En otro pasaje de la entrevista, cuando argumentábamos sobre lo
de los infundios que se atribuían al PC y al movimiento popu-
lar en el seno de las Fuerzas Armadas, en tono casi exasperado nos
dice :
"-De ello no me convenzan a mí. Yo sé que el PC ha mantenido
una conducta seria y responsable en la gestión de gobierno. Pero el
problema es otro: es el anticomunismo irracional que existe en el in-
terior de las Fuerzas Armadas. Éstas están dispuestas a aceptar cual-
quier propósito descabellado atribuido al PC."
Vistos desde este ángulo, pareciera que los problemas económicos del
Gobierno Popular debieran ser atribuidos fundamentalmente a errores
de los equipos técnicos de la UP. Ni tanto ni tan poco.
Los errores cometidos fueron gruesos y visibles, pero mayores aún
fueron los provenientes de una inadecuada percepción política de la
inevitabilidad del conflicto interno y externo, provocado por la mate-
rialización de la línea económica central, y las dificultades crecientes
que dicho conflicto impondría a la realización del programa de tras-
formaciones básicas y al funcionamiento de las estructuras modificadas.
La política de cambios estructurales estaba destinada -por su
parte- a superar los obstáculos históricos al desarrollo y a crear
las promisas institucionales para permitir una reorientación del patrón
de crecimiento. Sus fallas de concepción y de irnplementación -uni-
das a la obstrucción del adversario- no permitieron cumplir las metas
mencionadas. En Ia medida que los objetivos políticos estratégicos,
destruir la base real de sustentación del bloque hegemónico y estable-
cer los embriones de nuevas relaciones de gestión y de poder, tampoco
pudieron lograrse, se produjo una causación recíproca negativa entre
aspectos.
PREPARAN SU GUERRA
Nosotros, los marinos ailtigolpistas de tropa buscamos por todos los mtu,,-
comunicarle al pueblo y al gobierno de este golpe de Estado que planificaba
la oficialidad golpista de la Armada. Para nosotros era vital evitar esta
gran masacre contra el pueblo que estaba ya planificada con fecha defi-
nitiva entre el 8 y el 10 de agosto, por datos e informaciones concretas,
sumando a éstas las diferencias de nuestros jefes para con nosotros la tropa
donde nos explicaban que por tales o cuales razones el gobierno marxista
debía ser derrocado y limpiado el pueblo de dirigentes "marxistas". Para
ellos todo dirigente de izquierda -era sin duda el "Plan Yakartam- de-
bía ser eliminado, como nosotros mismos habíamos logrado saber por
ellos y corroborado en el proceso que se nos sigue.. . En tanto a hechos,
por ejemplo: a uno de nosotros el comandante Bilbao, fiscal, le preguntó
de cómo se iba a restituir la legalidad, cuando no iba a quedar después del
golpe ningún líder de izquierda vivo. También para nosotros, dentro de este
plan, la suerte era incierta.. . nuestro delito? Oponernos a un golpe de
Estado. Se nos ha flagelado y torturado criminalmente. Se nos ha ofrecido
no flagelarnos más, inclusive dejarnos en libertad, con tal que nosotros
cooperemos y digamos que los señores Altamirano, Garretón y Enríquez
nos dirigían, y que nos habían ordenado bombardear Valparaíso, Viña, la
Escuela Naval y otras cosas por el estilo. Como nos negábamos, nos seguían
golpeando en la cruz, nos colgaban en ataúd, nos Iiacían tomar las rneadas
de los verdugos, nos colgaban de los pies y nos sumergías en el agua,
nos sumían en pozos de barro, nos aplicaban corriente, nos tiraban agua
caliente en el cuerpo, después fría y deccnas de cosas mis.
SALVADOR ALLENDE
U N MODELO CONTRAPJiEVOLUCIONARIO
"Se hizo entonces presente (en la reunión del 'Comité de los 40' efec-
tuada el 29 de septiembre de 1970) que probablemente no habría actuación
militar a menos que se pudieran dirigir sobre Chile presiones económicas.
Estas actuaciones del 'Comité de los 40', y el establecimiento de un grupo de
trabajo interacencia para coordinar las actividades económicas encubiertas en
contra de Chile, afectaron adversamente la economía chilena; siguió a ellas
un pánico financiero importante. Sin embargo el esfuerzo norteamericano
por generar una crisis económica, no tuvieron el efecto deseado en la votación
del 24 de octubre ni estimularon una intervención militar para impedir que
Allende asymiera el poder." "Entre el 5 y el 20 de octubre de 1970, la CXA
hizo 21 contactos en Chile con funcionarios claves militares y de Carabineros.
A aquellos que se inclinaban por dar un golpe de Estado se les aseguró un
fuerte apoyo de los más altos niveles norteamericanos, tanto antes como des-
pués del golpe." (Del Informe Church.)
L a guerra fue declarada en todos los frentes.
En el plano ideológico se orquesta una campaña con todos los
recursos inimaginables. Una formidable red de medios de comunica,
ción se homogeniza bajo la batuta del diario El Mercurio, financiado
y dirigido directamente por la cu, según quedó demostrado. La ~ v ,
las radiodifusoras, la prensa en general, cierran una gran cadena, junto
a libros, folletos, afiches, películas, octavillas. Todo fue utilizado con
eficiencia en la búsqueda de provocar un clima social, un "estado de
ánimo" susceptible de ser aprovechado en el momento oportuno.
Esta poderosa armazón publicitaria es orientada a envenenar la
atmósfera nacional con un ingrediente destinado a provocar estragos
antes y después del golpe militar: el odio, el odio dosificado científica.
mente, sobre todo en la pequeña burguesía y en el e j é r c i t ~ .Primero
~
se trabaja larvadamente; más tarde las consignas son públicas y des-
vergonzadas: ''¡Junten rabia chilenos!" ''¡ El único marxista bueno es
el marxista muerto!" "¡Ya viene Jakarta!" Y terminaron por juntar
odio. U n odio espeso, casi palpable. Odio al pueblo, al "roto", al tra-
bajador humilde. Este odio, envasado en los laboratorios CIA, a la vez
que apdizaba la lucha frontal de clases, se nutría en ella.
L a guerra decretada por el imperialismo fue dada sin cuartel en
el terreno político, institucional e ideológico. Las reglas del juego se
modifican sin rubor. El régimen presidencial, técnicamente caracteri-
zado por la preminencia del Poder Ejecutivo, deviene en parlamen-
tario por la manipulación coordinada de los demás centros de poder.
Después del asesinato de Pérez Zujovic -junio de 1971-, se suelda
el entendimiento estratégico entre las fracciones de la burguesía en
transitoria disputa. El Parlamento, el Poder Judicial y la Contraloría
General de la República, convergen sincronizadamente en sistemática
obstrucción a las tareas de gobierno. Se opera abiertamente, sin p a r -
dar apariencias se~doprinci~istas y por el contrario, con impúdico
abandono de las normas que hasta entonces habían reglado la institu-
cionalidad chilena. El Parlamento no despacha ningún proyecto de
ley de iniciativa gubernamental; aprueba proyectos de reajustes de re-
muneraciones sin financiamiento, a fin de incentivar el espiral infla-
cionario; remueve ministros atropellando el espíritu y la letra de la
Constitución. Los tribunales se autoclausuran frente a los desmanes
verbales y físicos de la burguesía insurrecta. Las reiteradas querellas
deducidas por el gobierno frente a los increíbles desbordes publicita-
rios de la oposición son archivadas o sobreseídas; en cambio, las plan-
ALCANCES NECESARIOS
UN BALANCE DEMOLEDOR
ITISTORIA DE LA DEPENDENCIA
TENSIONES EXPLOSIVAS
CRISIS DE VANGUARDIAS
8 Del discurso pronunciado por Armando Hart Dávalos, miembro del Buró
Político del PC cubano, el 21 de octubre de 1974, en el acto de homenaje a
Miguel Enríquez, secretario general del MIR,asesinado por el fascismo chileno.
254 ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA E N CHILE
Los trazos más nítidos y persistentes del perfil continental están de-
terminados por la presencia de las Fuerzas Armadas y de la Iglesia
católica. Ambas instituciones aportaron históricamente su fuerza y su
influencia para sostener el sistema de dominación, hasta constituir sus
pilares fundamentales.
Una y otra han sido receptivas a las trasformaciones, operadas más
allá de los claustros y cuarteles. Se han adecuado a la exigencia so-
cial, las más de las veces, para ahogarla, o al menos, mediatizar su
contenido revolucionario. Sería un error ignorar -al amparo del viejo
consignismo- la entidad y proyección de los cambios operados inter-
namente a partir de los años sesenta, y la necesidad de trazar, a con-
tar de ellos, los lineamientos de una política correcta, hasta nuestros
días ausente en la estrategia revolucionaria.
Agricultura 503 38.6 619 35 629 29.7 648 27.5 552 21.2
Industria 205 15.7 298 16.9 405 19.1 406 17.2 415 16
Servicios 255 19.6 429 24.3 489 23.1 568 24.1 730 28 .
Comercio 122 9.7 162 9.3 22 1 10.4 225 9.4' 303 11.6
j
Trasporte 85 6.5 74 4.2 95 4.5 120 5.1 155 6 f
S
m
Otras activ. 30 1.4 76 3.6 126 5.4 226 8.6 c,
C
C
Totales 1 304 1 766 2 117 2 354 2 604 (en miles)
sal. Esto es tanto más claro, en América Latina, donde las democra-
cias representativas apenas si languidecen, como manifestaciones for-
males, en no más de tres o cuatro países. En el resto, los uniformados
actúan directamente o por intermedio de testaferros civiles, en el go-
bierno de los asuntos nacionales. En la última década, como ha que-
dado dicho, han superado la vieja etapa de "simples guardianes" de
las oligarquías, para asumir el papel -mucho más complejo- de eje-
cutores directos e institucionales de políticas desarrollictas.
Sin embargo, a despecho de este nuevo papel institucional, asoman
en su interior inquietudes, que llevan a algunos sectores a adoptar po-
siciones democráticas, nacioilalcs y progresistas.
Chile no ha escapado a este fenómeno. La vorágine de crueldad,
que ha envuelto a las Fuerzas Armadas, compromete desde luego la
estructura misma institucional. Pero lejos de sofocar, estimula las con-
tradicciones inevitables que afloraron ya antes del golpe militar. La
conciencia de la ignominia, que subyace en el trasfondo de los estratos
castrenses, hace más relevantes esas contradicciones, aunque el terror,
transitoriamente, obstaculice su expresión cabal.
Ello facilita el esfuerzo que debe realizar el movimiento rcvolucio-
nario, en orden a desarrollar en su interior las condiciones que per-
mitan crear la estructura defensiva de un proceso de cambios. Muchos
factores -débiles aún- contribuyen a este propósito. A pesar de la
represión interna, subsisten las convicciones democr5ticas por las cua-
les sacrificaron sus vidas los generales Schneider, Prats, y Bachelet;
crece la comprensión del carácter de los intereses cuya defensa crimi-
nal les es impuesta. Los privilegios y la corrupción de grupos de la
oficialidad superior, ahondan el malestar de los uniformados y socavan
su disciplina; la faena desnacionalizadora de la junta y su sometimien-
to a los designios norteamericanos, hieren el patriotismo de muchos
que hoy mastican su rebeldía inexpresada; de una u otra manera se
detecta el grave daño ocasionado a la seguridad del país por el aisla-
miento internacional y la magnitud de la repulsa universal.
Existen pues elementos, que deterioran la compacta imagen insti-
tucional exhibida con posterioridad al golpe militar, y que en cierto
modo, son consecuencia directa de éste. Sobre ellos debemos trabajar.
Los ejércitos, no obstante el papel asignado por el Estado burgués,
no son impermeables a las contingencias de la comunidad donde habi-
tan. Naturalmente, como en toda organización jerarquizada, las Fuer-
zas Armadas son más refractarias a las influencias externas, lo cual
hará más lenta y difícil la concreción de una política tendiente a alte-
rar los mecanismos sicológicos, que las ubican automáticamente en
l a defensa del estatus. La obediencia, la disciplina, el espíritu de cuer-
po, el respeto a la jerarquia, han sido trabajados ideológicamente, para
impedir todo juicio reflexivo. Se ha desarrollado una pedagogía efi-
ciente para mutilar intelectualmente al subordinado, generando un for-
midable poder en la cúspide de la pirámide institucional.
Una correcta política hacia las Fuerzas Armadas, no sólo debe
estar orientada a desnudar los vicios del sistema capitalista y debilitar
el peso de la ideología burguesa, sino también, a quebrar los peli-
grosos dispositivos de inhibición intelectual y ética, que aplastan los
niveles inferiores de la estructura militar.