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El petróleo (del griego: πετρέλαιον, lit.

«aceite de roca») es una mezcla de compuestos orgánicos, principalmente


hidrocarburos insolubles en agua. También es conocido como oro negro, petróleo crudo o simplemente crudo.

Se produce en el interior de la Tierra, por transformación de la materia orgánica acumulada en sedimentos del
pasado geológico1 y puede acumularse en trampas geológicas naturales, de donde se extrae mediante la perforación
de pozos.

En condiciones normales de presión y temperatura es un líquido bituminoso que puede presentar gran variación en
diversos parámetros como color y viscosidad (desde amarillentos y poco viscosos como la gasolina hasta líquidos
negros tan viscosos que apenas fluyen), densidad (entre 0,66 g/ml y 0,9785 g/ml), capacidad calorífica, etc. Estas
variaciones se deben a la diversidad de concentraciones de los hidrocarburos que componen la mezcla, esto hace
que el petróleo de cada pozo o fuente sea distinto de otro.

Es un recurso no renovable y actualmente también es la principal fuente de energía y materia prima para la
generación de una gran variedad de derivados, entre los que se incluyen la mayoría de los plásticos. El petróleo
líquido puede presentarse asociado a capas de gas natural, en yacimientos que han estado enterrados durante
millones de años, cubiertos por los estratos superiores de la corteza terrestre.

Debido a la importancia fundamental como materia prima, la venta del petróleo y sus derivados es un pilar
fundamental del mercado mundial y la política exterior de varios países.

El gas natural es un hidrocarburo mezcla de gases ligeros de origen natural. Principalmente contiene metano, y
normalmente incluye cantidades variables de otros alcanos, y a veces un pequeño porcentaje de dióxido de carbono,
nitrógeno, ácido sulfhídrico o helio. Se forma cuando varias capas de plantas en descomposición y materia animal se
exponen a calor intenso y presión bajo la superficie de la Tierra durante millones de años. La energía que
inicialmente obtienen las plantas del sol se almacena en forma de enlaces químicos en el gas. Constituye una
importante fuente de energía fósil liberada por su combustión. Se extrae, bien ya sea de yacimientos independientes
(gas no asociado), o junto a yacimientos petrolíferos o de carbón (gas asociado a otros hidrocarburos y gases).1

De similar composición, el biogás se genera por digestión anaeróbica de desechos orgánicos, destacando los
siguientes procesos: depuradoras de aguas residuales (estación depuradora de aguas residuales), vertederos, plantas
de procesado de residuos y desechos de animales.

Como fuentes adicionales de este recurso natural, se están investigando los yacimientos de hidratos de metano, que
podrían suponer una reserva energética superior a las actuales de gas natural.

Los combustibles fósiles se forman mediante un proceso de descomposición parcial de la materia orgánica. Se trata
de un proceso de transformación de millones de años debido a la presión y temperatura que varias capas de
sedimentos ejercen sobre la materia orgánica.

Se han originado de forma natural por un proceso de fosilización en anoxia (falta de oxígeno) ambiental: la materia
orgánica no se ha degradado por microorganismos (que no pueden vivir), sino que permanece en forma de
moléculas orgánicas más complejas, sólidas (carbón), líquidas (petróleo) o gas (gas natural). La energía de estas
moléculas es la que se libera en utilizarlos como combustible.

Este proceso de millones de años es el que convierte los combustibles fósiles en una fuente de energía no renovable,
ya que se consume mucho más rápido que no se genera.

Importancia de los combustibles fósiles

Los combustibles fósiles tienen un alto poder calorífico que los convierte en una muy importante fuente de energía
útil para generar energía térmica.

El uso de los combustibles fósiles ha permitido el gran crecimiento económico y demográfico ligado a la revolución
industrial del siglo XIX. En la actualidad son fundamentales para nuestra economía. En 2007 la combustión de
carbón, petróleo y gas natural representó 86,4% de la energía primaria mundial.
Consecuencias del uso de los combustibles fósiles

Los combustibles fósiles son altamente impopulares por los grupos ecologistas. Su combustión genera gran cantidad
de gases. Estos gases se convierte en una en una de las principales fuentes de contaminación atmosférica debido a
que contribuien a aumentar el efecto invernadero y, en consecuencia, al calentamiento global.

A día de hoy, el uso de los combustibles fósiles supone un importante problema de sostenibilidad, tanto por motivos
ambientales, como económicos (los recursos del planeta son limitados y algún día se agotarán).

Tipos de combustibles fósiles

Se distinguen tres tipos principales de combustibles fósiles: son el petróleo (líquido), el carbón (sólido) y el gas
natural (gas).

Petróleo

El petróleo es un aceite mineral, constituido por hidrocarburos, contenido en grandes bolsas a los estratos
superiores de la corteza terrestre.

Este combustible fósil, una vez refinado, da una gran cantidad de productos empleados como fuente de energía,
especialmente en la automoción y los motores térmicos. Entre estos productos destacan la gasolina, el gasóleo, el
fuel, etc. También se pueden utilizar como materia prima de la industria petroquímica.

Carbón

El carbón o carbón mineral es una roca sedimentaria de color negro, muy rica en carbono y con cantidades variables
de otros elementos, principalmente hidrógeno, azufre, oxígeno y nitrógeno.

Otro de los combustibles denominados fósiles es el carbón, que es un mineral del cual existen diversos tipos aunque
todos provienen de restos vegetales de hace millones de años. Con el proceso mencionado en el primer apartado,
con capas de sedimentos encima, cambios de presión, temperatura y otros cambios químicos, se formó el carbón
que puede ser de distintos tipos según si es más o menos compacto. Esta característica cambia según la zona y la
profundidad a la que se ha formado.

Lo hemos usado como combustible para fábricas, transportes, calefacción, etcétera, de hecho, fue el combustible
usado para las máquinas de vapor. En su extracción y en su uso, al quemarlo, se produce gran contaminación, sobre
todo por CO2.

Los tipos de carbón son cuatro:

Turba

Lignito

Hulla

Antracita
Gas natural

El gas natural es una fuente de energía fósil, al igual que lo son el carbón o el petróleo. Está constituido por una
mezcla de hidrocarburos, unas moléculas formadas por átomos de carbono e hidrógeno. Su poder calorífico varía
mucho según su composición, pero los más elevados se encuentran entre las 8.500 y las 10.200 kilocalorías por
metro cúbico de gas.

Se trata de la energía fósil más limpia en cuanto a residuos y emisiones atmosféricas, y del combustible más eficiente
para la obtención de electricidad en las centrales térmicas, con una eficiencia total de un 50,7% frente al 25,7 % del
fuel, el 26,1% del uranio (central nuclear) y el 26,8% del carbón.

El gas natural se puede utilizar directamente sin necesidad de transformarlo previamente en electricidad. Esta
característica le permite tener una eficiencia mucho mayor, de un 91,2%. Su almacenamiento es más económico y
más fácil que el carbón y los derivados del petróleo.

Se comenzó a utilizar a partir de los años 60 como combustible preferente excepto en el transporte, donde continúa
predominando el petróleo. Ademàs de ser una fuente de energía no renovable también se usa también como
materia prima de numerosos productos químicos.

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