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¿Cuándo una sentencia con defecto

estructural vinculado con la motivación no


es inválida desde el punto de vista
constitucional?
¿Cuándo una sentencia con defecto
estructural vinculado con la motivación no
es inválida desde el punto de vista
constitucional? Con atención al proceso
penal seguido con el D.L. 957 denominado
NCPP

Oswaldo Huamán Rosales

Resumen: El defecto estructural de la


motivación de la sentencia, en particular
por infracción procesal, no conduce
necesariamente a determinar su invalidez
constitucional, ya que, aún siendo correcta
o errónea la decisión del juez, en la medida
que esta sea consecuencia de un proceso i)
intelectivo, ii) valorativo y iii) conclusivo,
será válidamente constitucional.
Lea también: Duberlí Rodríguez: «Indulto a Buscaglia es una bofetada en el rostro a
nosotros los jueces»

1. A manera de introducción
Es cierto y recurrente que muchas sentencias –cual fuera la instancia que la expida– no se
ajusten a la Constitución, al punto que son impugnadas ante un tribunal superior, o de ser
posible, mediante un proceso constitucional en tanto amenacen o vulneren derechos
fundamentales y constitucionales. De esta manera, si la sentencia per se no respeta los
derechos de las partes en el proceso y les causa agravio, se torna en una resolución judicial
inconstitucional.
Lea también: Casación N° 628-2015, Lima: Importancia de la motivación de sentencia
en la prueba indiciaria

2. Validez de la sentencia desde una óptica constitucional


Visto desde un perspectiva constitucional, la validez de una sentencia está condicionada al
cumplimiento del estándar de motivación suficiente. En palabras del maestro Manuel
Atienza[1] la «exigencia constitucional», en este caso, está establecida en el artículo 139°.5
de la Constitución Política como garantía procesal de tutela jurisdiccional, obligando al
juez que sus decisiones sean fundadas en derecho, esto es, con mención expresa de la ley
aplicable.

Lea también: ¿Qué opina el profesor Atienza sobre las funciones de la argumentación
jurídica?

En esa misma línea, el Tribunal Constitucional ha dejado establecido en reiterada


jurisprudencia como es el caso Giuliana Llamoja Hilares (Exp. N° 00728-2008-PHC/TC) y
el Caso Palomino Reinoso (Exp. N° 08439-2013-PHC/TC), que:

[E]l derecho a la debida motivación de las resoluciones importa que los jueces, al resolver
las causas, expresen las razones o justificaciones objetivas que los llevan a tomar una
determinada decisión. Esas razones, (…) deben provenir no sólo del ordenamiento jurídico
vigente y aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en el
trámite del proceso (…).

Así también, el fundamento 07 del Acuerdo Plenario N° 06-2011/CJ-116, del 06 de


diciembre de 2011, señala que:

[L]as resoluciones judiciales [sentencias], salvo los decretos, deben contener la exposición
de los hechos debatidos, el análisis de la prueba actuada, la determinación de la ley
aplicable y lo que se decide, de modo claro y expreso.”

En consecuencia, las resoluciones judiciales deben ser razonadas y razonables en dos


grandes ámbitos: i) en la apreciación –interpretación y valoración– de los medios de
investigación o de prueba, según el caso –se ha de precisar el proceso de convicción
judicial en el ámbito fáctico– , y ii) en la interpretación y aplicación del derecho objetivo.

Lea también: ¿Es lo mismo explicar que justificar? A propósito de la motivación de las
resoluciones judiciales

3. De una sentencia formalmente motivada a otra con


defecto estructural
Ahora bien, que una sentencia se encuentre constitucionalmente motivada –en fondo y
forma– respecto de otra que tenga un defecto estructural, no conduce a concluir que esta
última no haya cumplido con el estándar de motivación suficiente, y como consecuencia
sea considerado una resolución judicial inconstitucional; pues como explicaremos más
adelante, a pesar del defecto estructural, siempre y cuando la resolución provenga de un
proceso i) intelectivo, ii) valorativo y iii) conclusivo, la decisión será válidamente
constitucional, toda vez que habría alcanzado el nivel razonable de motivación.

a) Sentencia formalmente motivada

Los fundamentos para la estructuración de las sentencias en materia penal, se encuentra


regulado en el artículo 394° del Código Procesal Penal (CPP). Por su parte el artículo 398°
regula elementos específicos de la sentencia en el caso de una absolución, mientras que el
artículo 399° hace lo propio respecto a la sentencia de condena. En ese sentido, toda vez
que se cumpla con lo previsto es dichos artículos, las sentencia estará debidamente
motivado.

Lea también: La motivación de resoluciones judiciales y la argumentación jurídica en


el Estado constitucional

Veamos a continuación, las pautas que debe contener una sentencia[2]:

 El hecho criminal debe ser descrito claramente para su debida identificación. Ello
permitirá controlar que los hechos por los cuales se están juzgando a una persona,
sean idénticos a los hechos por los cuales fue acusado.
 Los hechos deben ser descritos de manera completa, de manera que se pueda
comprobar la exactitud y coherencia entra la parte resolutiva y la fundamentación de
la sentencia.
 La descripción de los hechos en el caso de la condena debe comprender también las
circunstancias de la ejecución del hecho criminal para poder decretarse el grado de
culpabilidad y así la determinación de la pena.
 Los fundamentos de la sentencia no deben solamente afirmar la exactitud de la
decisión sino también proporcionar los argumentos suficientes y necesarios que la
cimienten y avalen.
 La fundamentación debe ser libre de contradicciones sin atropellar los principios de
la lógica y las máximas de la experiencia.

b) Sentencia con defecto estructural de motivación por infracción procesal

A diferencia del caso anterior, esta sentencia adolece de ciertos elementos y/o pautas, pero
no al punto de ser considerada inválida constitucionalmente, menos aún sea sancionada con
nulidad absoluta por un Tribunal Superior vía apelación.

Lea también: Revisa aquí todos los decretos legislativos en materia penal, procesal
penal y penitenciario con sus respectivas fe de erratas
4. ¿Por qué una sentencia a pesar de tener
defecto estructural es constitucional?
Aun cuando de la sentencia se advierta que adolece de elementos y requisitos de la
sentencia vinculado con la motivación, será constitucionalmente válida si ha pasado por un
proceso i) intelectivo, ii) valorativo y iii) conclusivo. Por eso, cabe precisar,
independientemente sea correcta o errónea la decisión del juez, pero ha pasado por dicho
proceso, la decisión judicial será válidamente constitucional. Claro está que, de no
compartir con el razonamiento del juez por evidenciar un defecto estructural de motivación,
será pasible de impugnación, correspondiéndole al tribunal superior emitir una sentencia de
mérito previa subsanación del defecto [lo que no implica, necesariamente la nulificación de
la sentencia].

Lea también: Casación 326-2016, Lambayeque: Se vulnera derecho a la defensa si se


admite recurso impugnatorio sin correr traslado a las partes durante plazo prudencial

“El i) proceso intelectivo, consiste que el juez explique la razón que lo llevó a decidir de
una manera determinada; ii) proceso valorativo, permita conocer sus líneas generales que
fundamentan su decisión, esto es, expresar lo necesario para dejar de manifiesto que la
condena se hizo en base a una prueba justificadora de la realidad de los hechos que se
declaran ser probados; y el iii) proceso conclusivo, el juez debe dar cuenta del porqué llega
a una conclusión sobre la hipótesis acusatoria”[3].

De este modo, si el defecto estructural de la sentencia obedece a una infracción procesal –


por ejemplo, al dictarse la sentencia el juez de primera instancia no genera razonabilidad de
causa entre el hecho y la prueba[4] y esta es impugnada por apelación, el tribunal superior o
sala penal superior no debe sancionar con nulidad absoluta –nulificando todos los extremos
de la sentencia– sino disponer se remita al juez que corresponda para la subsanación a que
hubiere lugar (artículo 425.3.a. del NCPP).

Lea también: Relación completa de los 112 decretos legislativos dictados por el
Ejecutivo

5. El defecto estructural de motivación por


infracción procesal: ¿Es subsanable?
El defecto estructural, como se ha señalado, se presenta cuando la sentencia adolece de
ciertos elementos y/o requisitos de motivación. En tanto, la infracción procesal indica la
infracción de normas estrictamente procesales durante la emisión de la sentencia –v.gr.:
normas que conducen la valoración de la prueba–.

Entendido así, de advertirse que el defecto estructural implica la infracción de normas


procesales, nos encontraremos ante una situación de inobservancia de actuaciones
procesales, la cual es objeto de subsanación [por el tribunal superior o de apelación] del
vicio u omisión a instancia de parte mediante o de oficio, de conformidad con lo previsto en
el artículo 153° y 425°.3.a. del NCPP.

Lea también: ¿Cómo litigar en mi primer juicio oral? (Y no terminar con el cliente en
la cárcel en el intento)

6. La Casación N° 975-2016, Lambayeque


Recientemente, a propósito de lo expuesto, la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema,
emitió la Casación N° 975-2016, Lambayeque, estableciendo que “no todo defecto de
motivación para un órgano de instancia, a través de un recurso ordinario, como lo es de
apelación, conlleva a la sanción de nulidad. La premisa es que el Tribunal de Apelación,
luego de destacar el defecto y censurar la actuación del Juez de Primera Instancia, debe
subsanar las omisiones o , en su caso, errores de juicio, pues para eso se concibe un juicio
de apelación”.

Sin duda, marca una pauta muy importante, puesto que a través de esta sentencia casatoria,
señala que: “la motivación del juez de primera instancia no fue defectuosa desde el punto
de vista constitucional y, por ende , no merecía estimar que medió una infracción procesal
iudicando. Incluso, aún cuando fuera así, no era del caso dictar una sentencia procesal
anulatoria, sino debió subsanarse ese error y dictarse una sentencia de mérito definitiva.

Lea también: Casación 657-2014, Cusco: Mediante casación no se podrá cuestionar


reparación civil en el extremo del bien ya restituido, salvo que se trate de dinero en
efectivo

7. Conclusiones
El defecto estructural de la sentencia vinculada a la motivación por infracción de normas
procesales, no precisamente conlleva a considerarla como una decisión judicial
inconstitucional. En la medida, que la sentencia presente un proceso i) intelectivo, ii)
valorativo y iii) conclusivo, realizado por el juez, la decisión será constitucional. Y en caso
sea impugnado, corresponde al tribunal superior ordenar la subsanación, más no da merito a
nulificar la sentencia en todos sus extremos, pues ello, al mismo tiempo genera vulneración
de los derechos de las partes.

[1] ATIENZA RODRIGUEZ, Manuel. “La exigencia constitucional del deber de motivar”.
Lima: Adrus, 2012, p. 327.
[2] HORST SCHÖNBOHM.” Manual de sentencias penales”. Aspectos generales de
estructura, argumentación y valoración probatoria. Reflexiones y sugerencias. Lima: Ara,
2014, p. 71.

[3] Casación N° 975-2016, Lambayeque, de fecha 27 de diciembre de 2016.

[4] Artículo 394.-Requisitos de la sentencia. “(…) 3. La motivación clara, lógica y


completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se dan por probadas o improbadas,
y la valoración de la prueba que la sustenta, con indicación del razonamiento que la
justifique, (…)”.

Conoce los decretos legislativos que serían


inconstitucionales según algunos
congresistas
Después de emitidos los 112 decretos legislativos por el Ejecutivo, al amparo de las
facultades delegadas por el Congreso mediante la Ley 30506, corresponde ahora el control
parlamentario, a fin de verificar si el gobierno ha cumplido o no con lo señalado en la Ley
autoritativa.

Así las cosas, varios ministros asistieron a la Comisión de Constitución del Congreso de la
República con el objeto de defender los decretos emitidos que, como se sabe, tienen rango
legal; no obstante, varios parlamentarios han cuestionado la exposición del presidente del
Consejo de Ministros, Fernando Zavala, y de los ministros invitados.

Lea también: Decreto Legislativo Nº 1348 que aprueba el Código de Responsabilidad


Penal de Adolescentes

A continuación, les presentamos los decretos que han sido tachados de inconstitucionales
por varios congresistas. Si bien los dispositivos gozan de presunción de conformidad
constitucional, están sometidos a diversos controles específicos a cargo del Congreso, que
puede modificarlos o derogarlos. Sin perjuicio de ello, estos novísimos decretos también
podrían ser cuestionados ante el Tribunal Constitucional, mediante un proceso de
inconstitucionalidad.

Decretos legislativos 1289, 1302, 1303,


1305, 1306, 1346
El congresista fujimorista Segundo Tapia, observó la exposición de la ministra de Salud,
Patricia García, y aclaró que el Congreso no dio facultades para legislar en salud. «Señor
presidente, me sorprende que el Poder Ejecutivo hable de varios decretos legislativos y
sobre un nuevo organigrama del Ministerio de Salud, cuando el Parlamento no ha
autorizado dar facultades en esa materia», expresó en el seno de la Comisión.

Como se aprecia, el reproche es que el Ejecutivo no estaba autorizado para legislar en


materia de salud, sin embargo, la titular de la cartera Patricia García señaló que no habían
excedido las facultades, pues estas contemplaban la posibilidad de optimizar en favor del
ciudadano los servicios que prestan las entidades públicas. Una de las medidas más
cuestionadas es la disposición que autoriza que el INEN dependa del Ministerio de Salud.

Lea también: Conoce los decretos legislativos que serían inconstitucionales según
algunos congresistas

Decretos legislativos 1344 y 13450


Por su parte, el legislador Héctor Becerril Rodríguez (FP), se mostró en desacuerdo con el
Decreto Legislativo 1344, sobre los productos farmacéuticos y sanitarios porque, según
dijo, no hay control en los “productos cosméticos que se absorben por la piel y hay
reacciones bioquímicas haciendo daño a la salud de la población”.

La congresista y vicepresidenta del Congreso, Rosa María Bartra, expresó su


preocupación sobre los decretos legislativos 1344 y 1345, que transfieren productos
dietéticos y cosméticos al control de la Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA) y
no a la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID).

La parlamentaria consideró que optimizar los procedimientos para la comercialización de


los productos farmacéuticos no es cambiar o transferir a su vez las competencias para el
control y vigilancia sanitaria a la DIGESA, porque ya tiene otras competencias encargadas
y no cuenta ni con el personal, ni con la experiencia para resguardar la salud de los
peruanos. Tachó de inconstitucionales dichas normas por vulnerar la salud pública,
contenida en el artículo 59 de la Constitución.

Lea también: Relación completa de los 112 decretos legislativos dictados por el
Ejecutivo

Decreto Legislativo 1267


El fujimorista Octavio Salazar criticó el Decreto Legislativo 1267, que, en sus palabras,
constituye un «golpe de Estado a la Policía Nacional del Perú», porque la subordina a los
civiles. Asimismo, añadió que «esta nueva causal de pase a retiro de ‘manera excepcional’
a oficiales y suboficiales vulnera los derechos laboral de la Policía». El legislador indicó
que este decreto sería inconstitucional porque le ha quitado competencias al director de la
PNP y lo ha convertido en un cargo burocrático, pues sus funciones han sido pasadas al
Ministerio del Interior.

Lea también: El D.L. 1342 y el uso del lenguaje claro y accesible en las decisiones
judiciales

Decreto Legislativo 1246


El Decreto que aprueba diversas medidas de simplificación administrativa también fue
tachado de inconstitucional. La congresista Marisa Glave manifestó que atentaría contra
los derechos laborales, al no poder ahora inscribir los contratos laborales de plazos fijos.

Decreto Legislativo 1323


Juan Carlos Gonzales Ardiles, congresista fujimorista, criticó y propuso la derogación del
Decreto Legislativo 1323, que incluye las categorías de orientación sexual e identidad de
género en el delito de discriminación del Código Penal. «Estos temas deben ser debatidos
por el Congreso. Por eso pido al Ejecutivo que derogue este decreto», señaló.

Lea también: A propósito del D.L. 1258: Lo que todo trabajador debe saber para
deducir correctamente sus gastos para efectos del Impuesto a la Renta de cuarta y
quinta categoría

Decreto Legislativo 1326


Otro dispositivo que no ha pasado desapercibido por la Comisión de Constitución es el
que crea la Procuraduría General del Estado. Úrsula Letona, quien encabezará el grupo
de trabajo que revisará cada uno de los decretos, ha afirmado que esta norma «ha sido un
maquillaje». Señaló que el Gobierno pudo, en vez de mantener la facultad de elegir al
procurador general, encargar el proceso al CNM o formar una comisión que determine la
idoneidad de un procurador independiente. «Han preferido mantener el mismo esquema en
el que al procurador se le designa a dedo», dijo a El Comercio.

Duberlí Rodríguez sobre Fidel Castro: «La


historia lo ha absuelto mil veces, porque
muchas veces los jueces hacemos un papel
de verdugos, condenamos a inocentes»
Hace poco, el 25 de noviembre del año pasado, falleció Fidel Castro, quien fuera el líder
de la revolución cubana y mandatario de la isla cerca de 50 años (como primer ministro de
1959 a 1976 y como presidente de 1976 a 2008). Su muerte, al margen de las simpatías
ideológicas, marcó un hito en la historia política mundial, y generó un intenso debate sobre
su legado.

Lea también: Duberlí Rodríguez Tineo: «Mi secretario de confianza gana S/. 3,500»

Así, el flamante presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez Tineo, no fue ajeno al
influjo del extinto líder. Antes de que falleciera el líder cubano, el 2 de agosto del año
pasado, en el marco de las celebraciones por el Día del Juez, en un evento académico
intitulado “Cine y Justicia”, que se realizó en el Salón de Juramentos del Palacio Nacional
de Justicia, el reconocido magistrado se refirió a la figura del emblemático político:

Lea también: Duberlí Rodríguez: «Indulto a Buscaglia es una bofetada en el rostro a


nosotros los jueces»

No reglamentar leyes dentro del plazo


constituiría infracción constitucional
El Proyecto de Ley Nº 128/2016-CR, presentado por el grupo parlamentario Frente
Amplio por Justicia, Vida y Libertad, propone incorporar los incisos 4 y 5 al artículo 13º de
la Ley 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, con el objeto de sancionar la
desnaturalización de las leyes o su no reglamentación. De aprobarse esta iniciativa
legislativa, estos actos constituirían infracción constitucional.

Lea también: Leyes sin reglamento: zombis a la espera de un soplo de vida

PROYECTO DE LEY QUE SANCIONA LA FALTA DE


REGLAMENTACIÓN OPORTUNA
FÓRMULA LEGAL
Artículo 1.- Responsabilidad política por afectar indebidamente la potestad reglamentaria
Incorpórase los incisos 4 y 5 al artículo 13 de la Ley 29158, Ley Orgánica del Poder
Ejecutivo, con el siguiente texto:

Artículo 13.- Potestad reglamentaria


La potestad reglamentaria del Presidente de la República se sujeta a las siguientes normas:

1. El proyecto de norma reglamentaria es elaborado por la entidad competente. Se tramita


acompañado de la exposición de motivos, los informes, estudios y consultas realizados.
2. Los reglamentos se ajustan a los principios de competencia, transparencia y jerarquía. No
pueden transgredir ni desnaturalizar la ley. Se aprueban, dentro del plazo establecido,
mediante decreto supremo, salvo disposición expresa con rango de ley.

3. Los proyectos de reglamento se publican en el portal electrónico respectivo y por no


menos de cinco (5) días calendario, para recibir aportes de la ciudadanía, cuando así lo
requiera la Ley.

4. La desnaturalización de la ley a través del reglamento y el incumplimiento en el


plazo de la promulgación de la norma reglamentaria genera responsabilidad política
en el titular del sector respectivo, en tanto ambos actos constituyen infracción
constitucional.

5. El presidente del Consejo de Ministros informa por escrito al Congreso y bajo


responsabilidad, sobre el cumplimiento de la promulgación oportuna de las normas
reglamentarias. El informe se remite a la Presidencia del Congreso dentro de los
primeros días de iniciada cada legislatura ordinaria.

El incumplimiento en la emisión del reglamento previsto en el inciso 2, no suspende la


entrada en vigencia de la ley a partir del vencimiento de la reserva reglamentaria,
siendo exigible por la ciudadanía.

Como se sabe, la potestad reglamentaria, por orden constitucional, recae sobre el


presidente de la República (art. 108.8 de la Constitución), no obstante, el proyecto del
reglamento debe ser elaborado por el sector competente (arts. 8.2 y 13 de la Ley Orgánica
del Poder Ejecutivo), que debe publicarlo en su portal electrónico para recibir los aportes
de la ciudadanía.

Lea también: Proponen ley que faculta a fiscales decidir si solicitan el inicio del proceso
inmediato

De acuerdo con las normativa vigente, la potestad parlamentaria tiene dos límites: por un
lado, la no desnaturalización de las leyes de origen; y, por otro, el cumplimiento del plazo
en la emisión del reglamento que se encuentra precisado en la ley.

Sin embargo, aun cuando queda claro que existe el deber de reglamentación, lo cierto es
que actualmente no se encuentran reguladas expresamente las sanciones en caso de
incumplimiento. Es común que la reglamentación de las leyes no se produzca dentro del
plazo previsto, lo que genera que la legislación retrase indebidamente su vigencia, o que la
norma no alcance los fines para los que fue creada.

Lea también: Leyes sin reglamento: zombis a la espera de un soplo de vida

Entre algunas de las leyes zombis, vigentes pero ineficaces total o parcialmente, están por
ejemplo la Ley 30021, Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para niños, niñas y
adolescentes, o más conocida como de la comida chatarra, promulgada en mayo del 2013.
La Ley 29643, Ley que otorga protección al personal con discapacidad de las Fuerzas
Armadas y Policía Nacional del Perú, publicada el 31 de diciembre de 2010. El artículo 37
de la Ley 29571, Código de Protección y Defensa del Consumidor, promulgada en
setiembre de 2010, que regula el etiquetado de alimentos genéticamente modificados. La
Ley 29830, Ley que promueve y regula el uso de perros guía por personas con discapacidad
visual, promulgada el 6 de enero de 2012. La Ley 28551, Ley que establece la obligación
de elaborar y presentar planes de contingencia, publicada el 19 de junio del 2005. Y un
largo etcétera, ya que de acuerdo con el Reporte de Seguimiento a la Reglamentación de las
Leyes, correspondiente al periodo 2005-2016, elaborado por el Congreso de la República,
a la fecha existen 42 leyes que no han sido reglamentadas oportunamente.

La propuesta señala que, en aras de generar una cultura de reglamentación oportuna, el


presidente del Consejo de Ministros debe informar por escrito al Congreso y bajo
responsabilidad el cumplimiento de la promulgación de las normas reglamentarias. Este
informe se remitirá a la Presidencia del Congreso dentro de los primeros días de iniciada
cada legislatura ordinaria.

Cabe añadir que en nuestra legislación, el proceso constitucional de cumplimiento es la vía


judicial que tiene la ciudadanía para exigir la reglamentación, sin embargo, este mecanismo
no está generalizado en la conciencia ciudadana y tampoco define la responsabilidad de los
funcionarios a través de sanciones determinadas por la omisión.

Casación 2157-2015, La Libertad: Los


pisos o niveles no pueden ser objeto de
derechos singulares mientras integren un
mismo inmueble
SUMILLA: Las partes integrantes no
pueden, por regla general, ser objeto de
derechos singulares. La posibilidad de
establecer derechos singulares sobre el
subsuelo o sobresuelo de la propiedad
predial, reconocida legislativamente en el
Código Civil, encuentra fundamento en su
utilidad como medio para facilitar el
aprovechamiento del bien y, además,
presupone la voluntad del propietario
inicial.
Casación N° 2157-2015, La Libertad
BASE LEGAL: Artículos 887 y 938 del Código Civil

Lima, veintinueve de marzo de dos mil dieciséis.-

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE


LA REPÚBLICA; vista la causa número dos mil ciento cincuenta y siete – dos mil quince,
en audiencia pública realizada en la fecha y producida la votación correspondiente,emite la
siguiente sentencia:

I. MATERIA DEL RECURSO


En el proceso de mejor derecho de propiedad, el demandado Walter Benjamín García
Miñano, ha interpuesto recurso de casación mediante escrito de fecha siete de abril de dos
mil quince, obrante a fojas mil setecientos quince, contra la sentencia de vista de fecha
trece de noviembre de dos mil catorce, obrante a fojas mil seiscientos noventa y ocho, que,
revocando la sentencia apelada, declara fundada la demanda.

Lea también: Mejor derecho de propiedad: no es aplicable regla de concurrencia de


acreedores si títulos en disputa no provienen del mismo deudor

II. ANTECEDENTES
1. DEMANDA

Por escrito obrante a fojas cuarenta y tres, José Eduardo Reyes Solís, José Miguel Reyes
Lara y Nery Mary Reyes Velásquez interponen demanda en contra de Walter Benjamín
García Miñano, con el propósito de que el órgano jurisdiccional declare el mejor derecho
de propiedad que tienen respecto a éste último sobre la construcción o dominio útil
existente en el predio ubicado en la calle Gamarra N° 743 de la ciudad de Trujillo; y, como
consecuencia de ello, disponga:

i) La accesión del dominio útil y el dominio directo del predio


ii) El pago de una indemnización por los daños causados por los emplazados, al impedirles
hacer uso de la referida construcción.

Para sustentar este petitorio, los demandantes explican que, en el año 1971, sus causantes
(Inocente Reyes Zavaleta y Zita Solís de Reyes) llevaron a cabo la construcción del local
comercial existente actualmente en la calle Gamarra N° 743 de la ciudad de Trujillo,
contando para ello con la autorización expresa de la persona que en ese momento ostentaba
el derecho de propiedad sobre el terreno, la Sociedad Colectiva “Leonardo Risco de la
Torre & Cía.”, con quien mantenían una relación de arrendamiento. Es así como sus
causantes se convierten en únicos y exclusivos propietarios del dominio útil o fábrica del
predio, declarándolo así en la escritura pública de fecha treinta de noviembre de mil
novecientos setenta y dos, posteriormente aclarada e inscrita en los Registros Públicos.

Esta situación se mantuvo durante todo el tiempo en que se mantuvo vigente el


arrendamiento, hasta el año 1993, cuando los nuevos propietarios del terreno pretendieron
desconocer el derecho de sus causantes sobre la construcción existente en del predio,
iniciando para ello un proceso judicial de nulidad de escritura pública y accesión (por mala
fe), que posteriormente fue desestimado por el órgano jurisdiccional.

Finalmente, luego de diversas negociaciones infructuosas, llevadas a cabo con la intención


de solucionar las divergencias existentes entre los propietarios del terreno y los propietarios
de la construcción, el predio fue transferido indebidamente, como si se tratara de una sola
unidad, al ahora demandado, Walter Benjamín García Miñano, quien actualmente les
impide aprovechar el dominio útil del bien.

2. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

Por sentencia de fecha dieciocho de julio de dos mil once, obrante a fojas ochocientos
catorce, el Segundo Juzgado Civil Transitorio de Descarga de Corte Superior de Justicia de
La Libertad ha declarado improcedente la demanda, al considerar que en el presente caso se
encuentra acreditado que, por un lado, los demandantes son propietarios de la construcción
(dominio útil) existente en el inmueble ubicado en la calle Gamarra N° 743 de la ciudad de
Trujillo, como se desprende de la Partida Registral N° 03118069 del Registro de Predios de
la Zona Registral IX – Sede Trujillo (fojas quince) y, por otro, el demandado es propietario
únicamente del terreno (dominio directo) del mismo inmueble, conforme se desprende de la
Partida Registral N° 11058736 del Registro de la Propiedad Inmueble de la Zona Registral
V – Sede Trujillo (fojas ciento cincuenta y cinco).

En consecuencia, al no existir incompatibilidad en los títulos presentados por cada una de


las partes en este proceso (en tanto que una es propietaria de la construcción y otra, del
terreno), no se presenta en este caso ningún supuesto de oposición de derechos que deba ser
resuelto por el órgano jurisdiccional y, por tanto, la pretensión principal propuesta en la
demanda, de mejor derecho de propiedad, debe ser declarada improcedente y las
pretensiones acumuladas accesoriamente seguir la misma suerte.

Lea también: IX Pleno Casatorio Civil: Juez puede declarar de oficio la nulidad
manifiesta de un negocio jurídico
3. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

A través de la sentencia de vista objeto de impugnación, la Primera Sala Civil de la Corte


Superior de Justicia de La Libertad ha revocado la decisión antes descrita y, reformándola,
ha declarado fundada en parte la demanda en lo referido a la pretensión principal,
declarando que el mejor derecho de propiedad sobre la construcción existente en la calle
Gamarra N° 743 corresponde a los demandantes, únicamente en lo referido a los dos
primeros pisos de esta fábrica, sin afectar el derecho de propiedad del terreno y del tercer y
cuarto pisos de la construcción, que no han sido objeto de debate en este proceso.

Para fundamentar esta decisión, la Sala Superior señala que en este caso sí existe una
verdadera oposición entre los títulos presentados por la cada una de las partes, pues
mientras los demandantes han presentado la Partida Registral N° 03118069 del Registro de
Predios de la Zona Registral IX – Sede Trujillo, que les atribuye la propiedad de los dos
primeros pisos de la construcción existente en el predio ubicado en la calle Gamarra N° 743
de la ciudad de Trujillo, el demandado ha presentado la Partida Registral N° 11058736 del
Registro de Propiedad Inmueble de la Zona Registral V – Sede Trujillo, que no solo le
atribuye la propiedad del terreno ubicado en el mismo predio, sino también de la totalidad
de la construcción existente en él (Asiento B00001).

En consecuencia, al haberse producido una oposición de títulos respecto al derecho de


propiedad de un mismo bien (los dos primeros pisos de la construcción), es necesario
resolver la controversia en atención a lo previsto en los artículos 1135 y 2022 del Código
Civil, dando prioridad al título inscrito de mayor antigüedad; razón por la cual, teniendo en
cuenta que el título de los demandantes cuenta con la inscripción más antigua (veintisiete
de noviembre de mil novecientos ochenta y cinco), debe declararse que el derecho
exclusivo de propiedad sobre la construcción en disputa corresponde a éstos, sin que ello
afecte el derecho de propiedad del terreno y del tercer y cuarto pisos de la construcción, que
no han sido objeto de debate en este proceso.

III. RECURSO DE CASACIÓN


El demandado Walter Benjamín García Miñano ha interpuesto recurso de casación
contra el extremo de la referida sentencia de vista que declara fundada la pretensión de
mejor derecho de propiedad, el mismo que ha sido declarado procedente por esta
Suprema Sala, a través del auto calificatorio de fecha dos de noviembre de dos mil quince,
en base a las siguientes causales:

a. Infracción normativa de los artículos 887 y 938 del Código Civil.

Refiere que para la determinación de la propiedad de las construcciones debe aplicarse las
reglas sobre los bienes integrantes y accesión contenidas en estas disposiciones, pues la
declaración de fábrica no puede ser sustento para determinar el mejor derecho de propiedad
sobre un bien. Señala que se omite considerar que conforme al artículo 28 de la Ley N°
29090, la declaración de fábrica es una descripción de las condiciones técnicas y
características de la edificación, pero no es constitutiva de derechos de propiedad.
b. Infracción normativa del artículo 139 numerales 3 y 5 de la Constitución Política
del Estado.

Refiere que se ha omitido pronunciamiento referido a que en autos se acreditó que la


fábrica que obra construida sobre el terreno de su propiedad, conforme lo expresaron los
ingenieros peritos en la audiencia de ratificación, data del año dos mil cinco
aproximadamente (precisando que el recurrente adquiere la propiedad de sus anteriores
titulares en el año dos mil dos), lo que evidencia que no se trata de la fábrica cuyo mejor
derecho de propiedad alega la parte actora (ya que alega que su construcción data de mil
novecientos setenta y dos), situación que debía haber sido despejada por la Sala Superior, lo
que constituye un defecto en la fundamentación de la resolución que la invalida.

Sostiene que tampoco existe pronunciamiento referido a que el recurrente es el titular del
dominio útil y el dominio directo del inmueble, conforme se acredita con la Partida
Electrónica N° 11058736, quien a su vez lo adquirió de sus anteriores propietarios Luis
Alberto Risco La Torre y Blanca Debernardini Alva, y Constante Aguilar Cornelio y su
cónyuge María Cristina León Aguilar, teniendo esta partida como antecedente nominal la
Partida Electrónica N 03064180, cuya inscripción de propiedad del inmueble por parte de
sus primeros propietarios data del año mil novecientos treinta y tres, sin que en el tracto
sucesivo hasta la inscripción de la propiedad del recurrente exista derecho alguno o de
propiedad sobre el dominio útil a favor de la demandada.

Por otro lado, agrega que no se ha observado lo señalado en la Casación N° 4472-2012-La


Libertad, emitida anteriormente en este proceso

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por prescripción adquisitiva de dominio

IV. MATERIA JURÍDICA EN DEBATE


La materia jurídica en discusión radica en determinar, por un lado, si la argumentación
expresada en la sentencia de vista cumple con el estándar de motivación que requiere la
observancia del debido proceso y, por otro, analizar si es jurídicamente correcto que la Sala
Superior declare el derecho de propiedad exclusivo sobre una parte integrante de un bien
inmueble, independientemente del derecho de propiedad sobre el resto del bien.

V. FUNDAMENTOS DE ESTA SALA


SUPREMA
PRIMERO.- Según se ha expuesto precedentemente, el recurso de casación objeto de
pronunciamiento ha sido declarado procedente por la denuncia de infracción a normas de
carácter procesal (error in procedendo) y de carácter material (error in iudicando). En ese
sentido, dada la naturaleza y efectos del error in procedendo, este Colegiado emitirá
pronunciamiento, en primer término, sobre la denuncia de carácter procesal, pues resulta
evidente que de ser estimada, carecería de objeto pronunciarse sobre la restante, al
encontrarse perjudicada la validez de los actos procesales.

DENUNCIA DE CARÁCTER
PROCESAL
SEGUNDO.- El artículo 139 numeral 3 de nuestra Constitución Política consagra como
principio rector de la función jurisdiccional, dentro de nuestro ordenamiento jurídico, la
observancia del debido proceso; el cual, conforme a la interpretación que reiteradamente ha
sostenido la Corte Interamericana de Derechos Humanos, exige fundamentalmente que
todo proceso o procedimiento sea desarrollado de tal forma que su tramitación garantice a
las personas involucradas en él las condiciones necesarias para defender adecuadamente y
dentro de un plazo razonable los derechos u obligaciones sujetos a consideración.

TERCERO.- Uno de los principales componentes del derecho al debido proceso se


encuentra constituido por el denominado derecho a la motivación, consagrado por el
artículo 139 numeral 5 de la Carta Política, por el cual se garantiza a las partes involucradas
en la controversia el acceso a una respuesta del juzgador que se encuentre adecuadamente
sustentada en argumentos que justifiquen lógica y razonablemente, en base a los hechos
acreditados en el proceso y al derecho aplicable al caso, la decisión adoptada, y que,
además, resulten congruentes con las pretensiones y alegaciones esgrimidas por aquellas
dentro de la controversia.

CUARTO.- Este derecho no solo tiene relevancia en el ámbito del interés particular
correspondiente a las partes involucradas en la litis, sino que también juega un papel
esencial en la idoneidad del sistema de justicia en su conjunto, pues no debe olvidarse que
una razonable motivación de las resoluciones constituye una de las garantías del proceso
judicial, directamente vinculada con la vigilancia pública de la función jurisdiccional, por la
cual se hace posible conocer y controlar las razones por las cuales el juez ha decidido una
controversia en un sentido determinado;implicando, en ese sentido, un elemento limitativo
de los supuestos de arbitrariedad.

QUINTO.- Ahora bien, a fin de determinar si un pronunciamiento específico ha cumplido


con el deber de motivación, en los términos antes reseñados, conviene recordar que, según
lo ha sostenido esta Suprema Corte, “el cumplimiento de este deber no se satisface con la
sola expresión escrita de las razones internas o sicológicas que han inclinado al juzgador a
decidir la controversia de un modo determinado, sin importar cuáles sean éstas; sino que,
por el contrario, exige necesariamente la existencia de una exposición clara y coherente en
la sentencia que no solo explique, sino que justifique lógicamente la decisión adoptada, en
base a las pruebas y demás hechos acontecidos en el proceso, y en atención a las normas
jurídicas aplicables al caso”.

SEXTO.- En el presente caso, al dar lectura a la sentencia de vista objeto de impugnación,


puede advertirse que, la decisión de declarar fundada la pretensión de mejor derecho de
propiedad –extremo al que se restringe la casación–, adoptada en ella por la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, ha sido sustentada en base a las
siguientes razones:

– En el presente caso, se ha producido un conflicto respecto a la propiedad de los dos


primeros pisos (plantas) que forman parte de la construcción existente en el predio ubicado
en la calle Gamarra N° 743 de la ciudad de Trujillo. Por un lado, los demandantes han
presentado la Partida Registral N° 03118069 del Registro de Predios de la Zona Registral
IX – Sede Trujillo, que les atribuye la propiedad de dichas plantas, y, por otro, el
demandado ha presentado la Partida Registral N° 11058736 del Registro de Propiedad
Inmueble de la Zona Registral V – Sede Trujillo, cuyo asiento B00001 le atribuye la
propiedad a él.

– El artículo 2022 del Código Civil establece que para oponer derechos reales, sobre
inmuebles, a quienes también tienen derechos reales sobre los mismos, es preciso que el
derecho que se opone esté inscrito con anterioridad al de aquél a quien se opone, en tanto
que el artículo 1135 del mismo cuerpo legal prevé que cuando el bien es inmueble y
concurren diversos acreedores a quienes el mismo deudor se ha obligado a entregarlo, se
prefiere al acreedor de buena fe cuyo título ha sido primeramente inscrito.

– En este caso, el título presentado por los demandantes ha sido inscrito el veintisiete de
noviembre de mil novecientos ochenta y cinco, según se desprende de fojas mil trescientos
setenta y cuatro; mientras que el título presentado por los demandados ha sido inscrito
recién en el año dos mil siete, según se desprende de fojas mil cuatrocientos veintiuno. – En
consecuencia, el derecho de propiedad sobre los dos primeros pisos (plantas) que forman
parte de la construcción existente en el predio ubicado en la calle Gamarra N° 743 de la
ciudad de Trujillo debe declarase a favor de los demandantes, por ser quienes han inscrito
su derecho con anterioridad.

SÉTIMO.- En virtud a lo expuesto precedentemente, es posible identificar un hilo


argumentativo seguido por la Sala Superior para amparar la pretensión de mejor derecho de
propiedad propuesta en la demanda, el cual puede resumirse en los siguientes términos:

Primero, ambas partes han presentado títulos de propiedad sobre las dos primeras plantas
de una construcción.

Segundo, de acuerdo con los artículos 1135 y 2022 del Código Civil este conflicto debe ser
resuelto a favor de quien haya inscrito su derecho con anterioridad.

Tercero, los demandantes son quienes cuentan con inscripción más antigua y, por tanto, la
pretensión de mejor derecho de propiedad debe resolverse a su favor.

OCTAVO.- En este sentido, se desprende que la decisión contenida en la sentencia de vista


objeto de análisis se encuentre fundada en una argumentación que ha sido construida
válidamente por el ad quem sobre la base de premisas que no solo se encuentran
adecuadamente expuestas y sustentadas en atención a los hechos acreditados en los autos
(premisas fácticas) y el derecho aplicable a la controversia (premisas jurídicas), sino que,
además, evidencian una clara coherencia lógica capaz de arribar a la decisión adoptada
(para la Sala Superior se ha identificado a la parte que cuenta con derecho inscrito más
antiguo sobre el bien en disputa y, por tanto, es esta quien debe ser declarada como
propietaria de éste, conforme a ley).

NOVENO.- Ahora bien, es necesario recordar que el contenido del derecho a la motivación
–según los términos explicados precedentemente– no garantiza que la controversia sea
resuelta de un modo favorable para alguna de las partes, ni que la decisión adoptada por el
órgano jurisdiccional sea acertada.

Por tanto, aun cuando el acierto o desacierto del criterio sostenido por el ad quem puede ser
objeto de valoración por esta Suprema Sala en atención a la interpretación de las normas
jurídicas aplicables al caso, ello no deja de lado que las razones expuestas por este órgano
jurisdiccional hayan cumplido con el estándar de motivación exigido por nuestro
ordenamiento jurídico, independientemente de su mérito.

Razón por la cual debe desestimarse la primera denuncia casatoria.

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admite recurso impugnatorio sin correr traslado a las partes durante plazo prudencial

DENUNCIA DE CARÁCTER
MATERIAL
DÉCIMO.- El estudio de los bienes evidencia que mientras existen algunos que poseen una
estructura simple, otros, en cambio, poseen una estructura compleja, compuesta por
diversos elementos que, en su conjunto, le otorgan identidad. En relación a este último tipo
de supuestos, el artículo 887 del Código Civil establece: Es parte integrante lo que no puede
ser separado sin destruir, deteriorar o alterar el bien Las partes integrantes no pueden ser
objeto de derechos singulares.

UNDÉCIMO.- La primera parte de este artículo contiene el precepto general establecido


por el legislador para distinguir los supuestos en los que nos encontramos frente a un solo
bien de estructura compleja de aquellos otros en los que se trata más bien de diversos
bienes que, aun cuando se encuentran unidos por un vínculo de pertenencia o accesoriedad,
mantienen todavía su individualidad frente a la ley. La regla en este caso deberá ser la
posibilidad de separar los diversos elementos puestos en análisis sin destruir, deteriorar o
alterar su sustancia. En el caso de los bienes compuestos, la separación de los distintos
elementos que los conforman no es posible sin provocar la alteración o perjuicio de su
sustancia y, por esta causa, la ley se refiere en estos casos a partes integrantes de un único
bien; de tal modo que éstas son conceptuadas como “aquellos elementos que, referidos a un
bien principal, dependen de éste y no pueden ser separados sin destruirlo, deteriorarlo o
alterarlo”.

DUODÉCIMO.- La aplicación de esta regla deberá tener en cuenta, es cierto, diversos


tipos de criterios, como la apreciación social que el bien merezca, la funcionalidad
económica del bien o, incluso, las reglas que en forma particular pudiera haber establecido
el legislador para determinar el grado de unidad entre varios elementos. No obstante, lo
cierto es que la evaluación deberá convencer al operador que no es posible la separación de
los elementos objeto de análisis –que, en principio, podrían ser objeto de descomposición–
sin alterar o perjudicar la sustancia –física o jurídica– que conforman en su conjunto.

DÉCIMO TERCERO.- Para estos casos el segundo párrafo del artículo en mención ha
establecido que “las partes integrantes no pueden ser objeto de derechos singulares”;
impidiendo de este modo que los diversos elementos que conforman un bien de estructura
compleja puedan ser objeto de relaciones jurídicas desintegradas; a fin de evitar situaciones
en las que, por ejemplo, exista un propietario de las paredes y otro de las ventanas de una
misma casa o con derecho de prenda solo sobre el motor de un automóvil –en tanto aquel se
encuentre todavía unido a éste–, calificadas insistentemente por la doctrina como absurdas.

DÉCIMO CUARTO.- El fundamento de este precepto se encuentra en la intención de


preservar el valor económico o utilidad social de los bienes, dado que si, como se ha
explicado, las partes integrantes de un bien no pueden ser separadas de él –sin destruirlo,
deteriorarlo o alterarlo–, el reconocimiento de derechos singulares sobre ellas no solo
afectaría la propia unidad que otorga sustancia al bien, sino que forzaría una separación
económicamente irracional. Es evidente que cuando ellas hayan sido separadas, por
cualquier causa, podrán entonces ser objeto de derechos singulares, en la medida que ello
sea posible, pero en tanto no sea así la constitución de derechos singulares sobre ellas
producirá, por regla general, la desnaturalización y perjuicio al valor o utilidad del bien.

DÉCIMO QUINTO.- En el presente caso, a partir de la valoración probatoria realizada


por las instancias de mérito, puede evidenciarse que el bien que se encuentra involucrado
en la controversia está constituido por un inmueble de cuatro plantas, ubicado en la calle
Gamarra N° 743 de la ciudad de Trujillo (párrafo 3.9 de la sentencia de vista), respecto al
cual los demandantes exigen únicamente la propiedad de la construcción conformante del
inmueble (el petitorio contenido en la demanda no restringe el debate a la propiedad de las
dos primeras plantas y, por tanto, el objeto de debate no se encuentra restringido a ellas,
como lo sostiene la sentencia de vista) y no del terreno, reconociendo que este último
pertenece al demandado.

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DÉCIMO SEXTO.- Esta controversia ha sido resuelta por el ad quem declarando que los
demandantes tienen la propiedad exclusiva únicamente sobre las dos primeras plantas del
inmueble (pisos primero y segundo), sin emitir juicio de valor sobre la propiedad del
terreno y de las dos últimas plantas (pisos tercero y cuarto), por considerar que éstos no
habían sido objeto de debate. No obstante, como parte del análisis probatorio realizado por
las instancias de mérito se ha podido evidenciar que tanto el terreno como los pisos
restantes (pisos tercero y cuarto) corresponden al demandado (considerando sétimo de la
sentencia de primera instancia y párrafo 3.5 de la sentencia de vista). Y, en efecto, la copia
literal de la Partida Registral N° 11058736 del Registro de la Propiedad Inmueble de
Trujillo evidencia que aquel cuenta con la titularidad inscrita de la totalidad del terreno y
construcción del predio; en tanto que la copia literal de la Partida Registral N° 03118069
del Registro de Predios de Trujillo evidencia que los demandantes cuentan con la
titularidad inscrita sobre las dos primeras plantas de la construcción conformante del bien.
En consecuencia, el modo en que el ad quem ha resuelto la causa provocaría que, en los
hechos, los derechos sobre el inmueble ubicado en la calle Gamarra N° 743 queden
repartidos del siguiente modo: El terreno, de propiedad del demandado; la primera y
segunda plantas de la construcción, de propiedad de los demandantes; y la tercera y
segunda plantas, de propiedad del demandado.

DÉCIMO SÉTIMO.- Este resultado, no obstante, colisiona claramente con la regla


prevista en el segundo párrafo el artículo 887 del Código Civil, en tanto que –como se ha
explicado– ésta prohíbe que las partes integrantes de un bien puedan ser objeto de derechos
singulares. Y las distorsiones que esta infracción produce en la utilidad del predio son
evidentes, pues cabe preguntarse ¿En qué modo podrán ser útiles a su propietario
(demandado) las dos últimas plantas del predio si no tiene la propiedad de las dos primeras?
¿En qué modo deberán llevar a cabo los demandantes el aprovechamiento de las dos
primeras plantas si no tienen la propiedad del terreno? ¿Podrán accionar la reivindicación
de la construcción contra el propietario del terreno y de las dos últimas plantas? ¿Qué
provecho tendrá la propiedad singular del terreno sin la de la construcción? Como puede
apreciarse, la inobservancia de la regla contenida en el artículo en mención ha provocado
en este caso una grave afectación al valor económico y la utilidad del inmueble, pues, como
es de esperarse, las partes integrantes de él no pueden ser separadas sin perjudicar la
esencial del bien e, incluso, en este caso, destruirlo por completo.

DÉCIMO OCTAVO.- Ahora bien, es cierto que en el caso de la propiedad predial, el


artículo 955 del Código Civil ha previsto que el subsuelo o el sobresuelo pueden
pertenecer, total o parcialmente, a propietario distinto que el dueño del suelo, en tanto que
el artículo 958 del mismo cuerpo legal ha reconocido la posibilidad de la propiedad
horizontal; no obstante, en relación a este asunto es necesario realizar dos consideraciones:

a. En primer término, estas normas presuponen que la “descomposición” horizontal de la


extensión del derecho de propiedad predial tenga sustento en la voluntad del propietario
inicial, esto es, que esta “descomposición” haya sido dispuesta por quien tenía la calidad de
propietario original, cuyo derecho, de otro, se rige por la regla prevista en el artículo 954
del Código Civil, que declara que la propiedad del predio se extiende al subsuelo y al
sobresuelo. En este caso, no obstante, se observa que la descomposición de la propiedad en,
por lo menos, tres derechos horizontales singulares sobre el predio: sobre el terreno, sobre
las dos primeras plantas y sobre las dos últimas plantas (según los efectos que se obtienen
de la decisión adoptada en la sentencia de vista), ha sido impuesta por el propio órgano
jurisdiccional, sin haberse evidenciado la existiera de voluntad alguna en el propietario
original que le sirva de sustento.

b. Por otro lado, no debe perderse de vista que las reglas contenidas en los artículos 955 y
958 del Código Civil presuponen un medio de facilitar el aprovechamiento del bien y no lo
contrario. Esta es la única manera de encontrar sustento al reconocimiento legislativo de
estas reglas y de interpretarlas válidamente, pues considerar que éstas se justifican
únicamente en los alcances de la voluntad caprichosa del propietario o que reflejan el poder
absoluto que otorga el derecho de propiedad entraría en franca colisión con el carácter que
el artículo 70 de nuestra Constitución Política reconoce a la propiedad como “una
institución objetiva portadora de valores y funciones”.

La función social del derecho de propiedad no solo ha sido reconocida constitucionalmente,


sino también por la doctrina civil más autorizada, sosteniendo que ella implica “el
reconocimiento de que el derecho de propiedad no está puesto exclusivamente al servicio
del interés de su titular, sino que entraña el reconocimiento de que en la situación de
propiedad se concitan o pueden reconocerse otros intereses distintos y un interés público
general”.

Y en esta dimensión del derecho de propiedad, la posibilidad de aprovechamiento o utilidad


que reportan los bienes que son posibles de este derecho, juega un papel fundamental, pues
es justamente ella la que convierte a tal derecho en provechoso para la sociedad. Es por ello
que, aun cuando este propósito pueda no conseguirse en casos concretos, las reglas
previstas en los artículos 955 y 958 del Código Civil deben ser entendidas como medios
para favorecer el provecho de la propiedad y no para inutilizarla. Aun en los casos de
propiedad horizontal, la posibilidad de aprovechamiento independiente de cada unidad
desmembrada juega un papel indiscutible; en tanto que en el derecho de superficie, el
segundo párrafo del artículo 1030 del Código Civil evidencia la intención de consolidar la
propiedad. En este caso, no obstante, la descomposición operada por el ad quem ha
contrariado esta finalidad, pues la sentencia de vista no evidencia en modo alguno que la
construcción que conforma el inmueble objeto de debate permita que se pueda aprovechar
independientemente cada una de las partes en las que ha quedado dividida. Por el contrario,
los actores han sido claros al afirmar en su demanda que las disputas existentes entre ellos y
el demandado han terminado por hacer inútil para ella el bien, y el plano obrante a fojas mil
quinientos cuarenta y siete corrobora esta realidad, al evidenciar que la construcción de
cuatro plantas no es posible de aprovechamiento independiente, pues mantiene una unidad
inescindible (ya que cada planta se encuentra diseñada de tal modo que no solo son
inseparables en su distribución y acceso, sino que, además, cumplen funciones
complementaras entre ellas).

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DÉCIMO NOVENO.- Estas razones permiten evidenciar, entonces, que la decisión


adoptada por la Sala Superior en la sentencia de vista resulta errada. La solución que, en
cambio, propone nuestro ordenamiento para este tipo de situaciones, en las que se ha
producido la construcción de buena fe en un terreno ajeno, se encuentra dada por los
artículos 938 y 941 del Código Civil. Estas disposiciones evidencian en primer término que
la respuesta legislativa a estos supuestos no radica en reconocer derechos singulares a favor
del propietario del terreno y de la construcción, sino más bien en consolidar la propiedad,
integrando lo construido al terreno, a efectos, justamente, de no destruir el valor económico
de la nueva unidad real resultante. Empero, dejan ver también que en el caso específico de
la edificación de buena fe en terreno ajeno (como ha ocurrido en esta ocasión, en la que la
construcción se realizó con la autorización del propietario) el dueño tiene reconocida por el
legislador la atribución de elegir entre:
i) hacer suyo lo edificado (en cuyo caso la propiedad se consolidará a su favor)

ii) obligar al invasor a que le pague el terreno (en cuyo caso la propiedad se consolidará a
favor del constructor).

VIGÉSIMO.- Es cierto que esta atribución –de optar entre una y otra posibilidad– es
reconocida en primer término al dueño del terreno, pero ello no obsta en ningún modo para
que quien construyó pueda acudir al órgano jurisdiccional solicitando que aquel ejerza esta
opción y que, incluso, en caso de negarse, pueda ser ejercida por este último, pues una
interpretación que no permita esta posibilidad solo por no haber sido contemplada
expresamente en la ley no solo incurriría en un formalismo insostenible, sino que dejaría de
lado el fin de aprovechamiento de la propiedad que persiguen estas disposiciones.

VIGÉSIMO PRIMERO.- Puede evidenciarse, en este punto, que la pretensión principal


propuesta por los demandantes no se adecua al tratamiento que nuestro ordenamiento
jurídico ha dado a este tipo de supuestos, pues la declaración de derechos de propiedad
singulares (en este caso, se pretende la declaración de mejor derecho de propiedad) no es en
modo alguno una posibilidad jurídicamente válida en este caso.

Y aun cuando el petitorio de la demanda tiene acumulada también una pretensión de


accesión, existen dos razones que impiden que esta pueda ser acogida:

Primero, porque ha sido acumulada en calidad de accesoria y, por tanto, debe seguir la
misma suerte de la principal y, segundo, porque la sentencia de vista la ha desestimado, sin
que alguno de los integrantes de la parte actora la haya impugnado, por lo que queda fuera
de los alcances del pronunciamiento de este Colegiado. Razones por las cuales se concluye
que la demanda deviene en improcedente, dejándose a salvo el derecho de los actores para
que lo haga valer en el modo correspondiente.

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VI. DECISIÓN
En base a las consideraciones expuestas, esta Sala Suprema, en aplicación de lo señalado en
el artículo 396 del Código Procesal Civil:

a)Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el demandado Walter


Benjamín García Miñano, de fecha siete de abril de dos mil quince, obrante a fojas mil
setecientos quince; CASARON la sentencia de vista de fecha trece de noviembre de dos
mil catorce, obrante a fojas mil seiscientos noventa y ocho.

b)Actuando en sede de instancia: CONFIRMARON la sentencia dictada en primera


instancia por el Segundo Juzgado Civil Transitorio de Descarga de la Corte Superior de
Justicia de La Libertad, de fecha dieciocho de julio de dos mil once, obrante a fojas
ochocientos catorce, que declaró improcedente la demanda.

c) DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el diario oficial “El


Peruano”, bajo responsabilidad y los devolvieron; en los seguidos por José Miguel Reyes
Lara y otra, sobre mejor derecho de propiedad.

TELLO GILARDI
DEL CARPIO RODRÍGUEZ
RODRÍGUEZ CHÁVEZ
CALDERÓN PUERTAS
DE LA BARRA BARRERA

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