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cómo puede la dieta cambiarte el epigenoma

Cristina Florean

Traducido por Silvia Manzanero.

Eres lo que comes, casi textualmente. La dieta puede influenciar los minúsculos cambios en el
genoma que subyacen muchas enfermedades como el cáncer y la obesidad.

La hélice de ADN

Imagen cortesía de mstroeck /

Wikimedia Commons

Puede que cuando te miras al espejo te preguntes: “Si todas las células de mi cuerpo contienen
el mismo ADN, ¿cómo es que mis órganos son en apariencia y en función tan diferentes?”. Esto
lo estamos empezando a entender gracias a los recientes avances en epigenética. Ahora
sabemos que las células utilizan el material genético de formas distintas; los genes se
encienden y se apagan creando el extraordinario nivel de diferenciación de nuestros
organismos.

La epigenética describe los procesos celulares que determinan si un gen dado ha de ser
transcrito y traducido a su correspondiente proteína. El mensaje se puede transmitir mediante
modificaciones químicas de la cromatina pequeñas y reversibles (figura 1). Por ejemplo, la
adición de grupos acetilo (acetilación) a las proteínas de soporte del ADN (histonas) fomenta la
transcripción. Por el contrario, la adición de grupos metilo (metilación) a ciertas regiones
reguladoras del ADN frena la transcripción de los genes. La importancia de estas
modificaciones y de otros mecanismos reguladores aumenta durante el desarrollo, cuando la
coordinación temporal de la activación genética es crucial para asegurar una correcta
diferenciación celular, pero su efecto continúa en la vida adulta.

Las modificaciones epigenéticas pueden darse en respuesta a estímulos ambientales, y uno de


los más importantes es la dieta. A pesar de que los mecanismos por los cuales la dieta altera la
epigenética no se conocen bien, existen algunos ejemplos claros.

Haga click en la imagen para

ampliarla. Figura 1: Los

cambios epigenéticos de la
estructura de la cromatina

incluyen principalmente la

acetilación de las histonas,

que fomenta la transcripción,

y la metilación del ADN, con

la unión covalente de grupos

metilo a las citosinas que

hace que la estructura de la

cromatina sea menos

accesible. Estos cambios son

reversibles, permitiendo que

la actividad genética se

adapte a cambios en las

condiciones ambientales o en

las señales.

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13 May 2014. Imagen cortesía

de Cristina Florean

En el invierno de 1944-1945, la ocupación alemana sumió a los Países Bajos en un periodo de


hambre en el que la ingesta nutricional de la población bajó a menos de 1000 calorías diarias.
Las mujeres siguieron concibiendo y dando a luz, y los niños nacidos entonces son ahora
adultos de más de sesenta años. Según estudios recientes estas personas, expuestas a
restricciones calóricas cuando se encontraban en el útero de sus madres, son más propensas a
sufrir enfermedades crónicas como la diabetes, trastornos cardiovasculares y obesidad que sus
hermanos. Los primeros meses de embarazo parecen haber tenido el mayor efecto en el riesgo
de enfermedad.

¿Cómo es posible que lo que ocurrió antes de que nacieras influya en tu vida hasta 60 años
después? La respuesta parece estar en las adaptaciones epigenéticas del feto en respuesta a la
disponibilidad limitada de nutrientes.

Todavía se desconocen los detalles de estas alteraciones epigenéticas, pero se ha descubierto


que las personas expuestas al hambre cuando se encontraban en el útero tienen un nivel más
bajo de metilación en un gen implicado en el metabolismo de la insulina (el gen del factor de
crecimiento insulínico tipo II) que sus hermanos no expuestos (Heijmans y col., 2008). Esto
implica que, sorprendentemente, aunque los cambios epigenéticos son en teoría reversibles,
los cambios útiles que ocurren durante el desarrollo embrionario pueden sin embargo persistir
en la vida adulta, aunque ya no sean útiles y puedan ser incluso perjudiciales. Algunos de estos
cambios pueden persistir hasta varias generaciones, afectando a los nietos de las mujeres
expuestas (Painter y col., 2008).

Figura 2: Dos larvas de abeja

reina en su celda real. Las

larvas de abeja reina se

alimentan exclusivamente de

jalea real, que desencadena

el desarrollo del fenotipo de

abeja reina permitiendo la

reproducción.

Imagen cortesía de Waugsberg

/ Wikimedia Commons

Los efectos tempranos de la dieta en la epigenética son también claramente visibles entre las
abejas melíferas. Lo que diferencia a las abejas obreras estériles de la fértil reina no es la
genética, sino la dieta que toman cuando son larvas (figura 2). Las larvas destinadas a
convertirse en reinas se alimentan exclusivamente de jalea real, una sustancia producida por
las abejas obreras que inicia un programa genético que promueve la fertilidad en la abeja.

Otro ejemplo sorprendente de la influencia de la nutrición en la epigenética durante el


desarrollo se da en ratones. Los individuos con un gen agutí activo tienen el pelaje amarillo y
son propensos a la obesidad. Sin embargo, la metilación del ADN puede apagar este gen. Si una
ratona agutí embarazada recibe a diario suplementos dietéticos (como el ácido fólico o la
colina) capaces de liberar los grupos metilo, los genes agutí de los cachorros se metilan y
consecuentemente se inactivan. Estos cachorros llevan el gen agutí pero pierden el fenotipo
agutí: son de pelaje marrón y no presentan una tendencia mayor a la obesidad (figura 3).

Haga click en la imagen

para ampliarla. Figura 3:

El modelo de ratón agutí.

El fenotipo depende de la

dieta de la madre durante


el embarazo. A: Normalmente,

el gen agutí se asocia con el

pelaje amarillo y la tendencia

a la obesidad. B: Los ratones

cuya madre ha recibido

suplementos dietéticos de

donantes de grupos metilo

tienen un gen agutí metilado,

y por consiguiente

inactivado, que da lugar a un

fenotipo de pelaje marrón y

fino.

Imagen cortesía de Cristina

Florean

La toma insuficiente de ácido fólico se relaciona con enfermedades del desarrollo humano
como la espina bífida y otros defectos del tubo neural. Para prevenir estos problemas se
recomienda a las mujeres embarazadas y a las que esperan quedarse embarazadas que tomen
suplementos de ácido fólico (ver Hayes y col., 2009).

¿Y cómo afecta la dieta a la epigenética en la edad adulta? En la comida hay muchos


componentes con potencial para causar cambios epigenéticos en las personas. Por ejemplo, el
brécol y otros vegetales de la familia de las crucíferas contienen isotiocianatos, capaces de
aumentar la acetilación de las histonas. Por otro lado, la soja contiene la isoflavona genisteína,
que se piensa que puede disminuir la metilación del ADN en ciertos genes. El compuesto
polifenol del té verde epigalocatequina-3-galato tiene muchas actividades biológicas
incluyendo la inhibición de la metilación del ADN. La curcumina, un componente de la cúrcuma
(Curcuma longa) puede tener efectos múltiples en la activación genética porque inhibe la
metilación del ADN y también modula la acetilación de las histonas. La figura 4 muestra otros
ejemplos de moléculas con actividad epigenética.

Mercado de fruta en España

Imagen cortesía de Marcel

Theisen / Wikimedia Commons

La mayoría de los resultados obtenidos hasta ahora sobre estos compuestos provienen de
experimentos in vitro, en los que las moléculas purificadas se añadieron a líneas celulares y se
midieron sus efectos en los objetivos epigenéticos. Todavía está por probar si el comer los
alimentos correspondientes tiene el mismo efecto detectable que en los modelos celulares
(Gerhauser, 2013).

Sin embargo, estudios epidemiológicos han sugerido que las poblaciones que consumen
grandes cantidades de algunos de estos alimentos parecen ser menos susceptibles a ciertas
enfermedades (Siddiqui y col., 2007). Pero es posible que la mayoría de estos compuestos no
sólo tenga efectos epigenéticos, sino que también afecte a otras funciones biológicas. Un
alimento puede contener muchas moléculas con actividad biológica, por lo que es difícil trazar
una correlación directa entre la actividad epigenética y el efecto general en el organismo. Por
último, los alimentos sufren muchas transformaciones en nuestro sistema digestivo, así que no
está claro qué proporción de los componentes activos alcanza sus objetivos moleculares.

Al ser sus efectos de gran alcance, los cambios epigenéticos forman parte del desarrollo de
muchas enfermedades como ciertos cánceres y enfermedades neurológicas. Cuando las células
se vuelven malignas, o cancerosas, las modificaciones epigenéticas pueden desactivar los genes
supresores tumorales que evitan la proliferación celular excesiva (Esteller, 2007). Como las
modificaciones epigenéticas son reversibles, hay gran interés por encontrar moléculas
(especialmente las que provienen de la dieta) que puedan corregir estos cambios nocivos y
evitar el desarrollo del tumor.

Todos sabemos que una dieta rica en fruta y verdura es buena para nuestra vida diaria, pero
está cada vez más claro que puede que sea mucho más importante que eso, al tener
importantes implicaciones en la salud a largo plazo y la esperanza de vida.

Referencias

Esteller M (2007) Epigenetic gene silencing in cancer: the DNA hypermethylome.Human


Molecular Genetics 16(1): R50-R59. doi:10.1093/hmg/ddm018

Gerhauser C (2013) Cancer chemoprevention and nutri-epigenetics: state of the art and future
challenges. Topics in Current Chemistry 329: 73-132. doi:10.1007/128_2012_360

Hayes E, Maul H, Freerksen N (2009) Ácido fólico: por qué los jóvenes tienen que conocerlo.
Science in School 13: 59-64.

Heijmans BT et al. (2008) Persistent epigenetic differences associated with prenatal exposure to
famine in humans. Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA 105: 17046-
17049. doi:10.1073/pnas.0806560105

Painter R et al. (2008) Transgenerational effects of prenatal exposure to the Dutch famine on
neonatal adiposity and health in later life. BJOG: An International Journal of Obstetrics &
Gynaecology 115: 1243-1249. doi:10.1111/j.1471-0528.2008.01822.x
Siddiqui IA et al. (2007) Tea beverage in chemoprevention and chemotherapy of prostate
cancer. Acta Pharmacol Sinica 28(9): 1392-1408. doi:10.1111/j.1745-7254.2007.00693.x

Recursos

Para una sencilla introducción a la epigenética, ver:

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