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Dolor del miembro fantasma:

características clínicas y factores


psicológicos

Esta semana, en este post, pretendemos dar a conocer las principales


características clínicas del dolor del miembro fantasma, tal como dar a
conocer la implicación de factores psicológicos en este tipo de dolor. La
incidencia del dolor fantasma parece ser independiente del género, del
nivel de la amputación y de la edad en adultos. El dolor fantasma
continúa siendo menos frecuente en niños y jóvenes, y prácticamente
no existe en sujetos nacidos sin una extremidad. Aunque menos
frecuente en pacientes jóvenes, datos evidencian que estos pacientes
tienen sensaciones y dolor del miembro fantasma similares a de los
adultos (Krane & Heller, 1995).
Características clínicas
El dolor del miembro fantasma es una consecuencia común de una
amputación. La prevalencia de una sensación general del miembro
fantasma puede llegar al 100% en pacientes amputados, y la gran
mayoría de estos pacientes, entre el 60% y el 90%, manifiesta dolor de
la zona amputada. El dolor en el miembro fantasma es similar al dolor
que la persona sentía en el miembro antes de su amputación.
De esta manera, el dolor del miembro fantasma se caracteriza como: (1)
una sensación de dolor localizada en el miembro amputado, (2) un dolor
de origen neuropático; (3) un tipo de dolor asociado a altos niveles de
cronicidad y (4) un dolor difícil de tratar (Weeks et al., 2010). A pesar
que este tipo de dolor es más común después de una amputación de un
brazo o una pierna, también puede ocurrir después de la extracción de
otras partes del cuerpo, como el pecho, el pene, los testículos, los ojos,
la lengua o los dientes. Parece ser más frecuente en personas que
antes de la amputación tenían dolor crónico. Por otro lado, parece ser
menos frecuente si la amputación se realizó cuando la persona era muy
joven.
Factores psicológicos
El dolor de miembro fantasma depende de factores tanto periféricos
(ej.: impulsos ectópicos desde el neuroma del muñón y el ganglio de la
raíz dorsal; activación simpática o pérdida selectiva de fibras tipo C)
como centrales (ej.: reorganización del córtex somatosensorial y motor;
neuroplasticidad o alteraciones en la actividad glial y neuronal) siendo
estos determinantes. Los factores psicológicos no parecen ser la
causa del problema, pero pueden influir en su evolución e intensidad.
El dolor fantasma puede ser desencadenado y exacerbado por factores
psicológicos. Por ejemplo, estudios longitudinales demuestran que
existe una relación significativa entre el estrés, y la evolución y
exacerbación de episodios de dolor fantasma, probablemente mediado
por la actividad del sistema nervioso simpático y aumento de la tensión
muscular. Por otro lado, los factores cognitivos también juegan un papel
importante en la modulación del dolor fantasma: los pacientes que
carecen de estrategias de afrontamiento y esperan lo peor cuando
confrontan nuevos episodios de dolor, son los más afectados por el
dolor y evidencian mayor interferencia del mismo comparado con
pacientes que afrontan adecuadamente su problema.
Aún así, los factores psicológicos que anteceden la amputación también
pueden ser predictivos del dolor fantasma; por ejemplo, los pacientes
que reciben menos apoyo antes de la amputación manifiestan más dolor
fantasma. Estos pacientes además suelen ver afectada su calidad de
vida, ya que presentan también problemas de ansiedad, depresión y
alteraciones del sueño y problemas funcionales graves.
Finalmente, nos gustaría remarcar que los principales tratamientos no
farmacológicos que se llevan a cabo en este tipo de dolor son:
estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET), la terapia
electroconvulsiva (TEC), la terapia del espejo, la acupuntura, la
estimulación cerebral profunda y de la médula espinal, el biofeedback
electromiográfico y termal, la terapia cognitivo conductual, el
entrenamiento en discriminación sensorial y la hipnosis. Sin embargo,
sigue la necesidad de desarrollar tratamientos adecuados para las
principales necesidades de estos pacientes.
Al día de hoy, sabemos que el diagnóstico y tratamiento de los
síndromes relacionados con la amputación de una parte del cuerpo en
muchas ocasiones es difícil, y plantea situaciones frustrantes tanto para
los pacientes como para los profesionales de salud. Así, es muy
importante tener en cuenta un abordaje multidisciplinario que abarque
tratamientos farmacológicos, intervencionistas, quirúrgicos y la terapia
psicológica.
Fuentes de consulta en caso que le interese saber más:
1 Flor, H. (2002) Phantom-limb pain: characteristics, causes and
treatments. The Lancet Neurology, 1: 182-189
2 Krane EJ & Heller LB. (1995). The Prevalence of Phantom Sensation
and Pain in Pediatric Amputees. Journal of Pain and Symptom
Management, 10(1): 21-29
3 Flor H, Birbaumer N & Sherman RA (2001). Dolor de miembro
fantasma. Rev Soc Esp Dolor, 8: 327-331
Catarina T. Pires, ALGOS. Recerca en Dolor
Universitat Rovira i Virgili, Tarragona

http://app.dolorinfantil.urv.cat/miembrofantasma/

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