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En su texto, Caballo (2009) refiere desde la perspectiva de la Terapia Dialéctica que el TLP
constituye un desorden del sistema de regulación emocional producto de la interacción entre
irregularidades biológicas y un ambiente invalidante. La disfunción o desorden en la
regulación emocional se traduce en una alta vulnerabilidad emocional unida a dificultades
importantes en la modulación de los afectos.
Por otro lado, la American Psychiatric Association (APA, 1994), refieren que el trastorno
límite de la personalidad (TLP) es una alteración persistente en la capacidad de manejar
emociones, tolerar la soledad, mantener relaciones estables y confiadas, y de auto controlar
los impulsos autodestructivos.
- Impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para sí mismo (gastos,
sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida).
- Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (episodios de
intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días)
- Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira (muestras frecuentes de mal
genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) ha sido definido por el Manual Diagnóstico del
DSM-IV (2002), como un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales,
la autoimagen y la efectividad, y una notable impulsividad, que comienzan al principio de la
edad adulta y se dan en diversos contextos.
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Trastorno Límite de la Personalidad Norith Isuiza Gomez
En el CIE10 (1992), esta definición ha sido dada como una marcada predisposición a actuar
de un modo impulsivo sin tener en cuenta las consecuencias, junto a un ánimo inestable y
caprichoso. La capacidad de planificación es mínima y es frecuente que intensos arrebatos
de ira conduzcan a actitudes violentas o a manifestaciones explosivas; éstas son fácilmente
provocadas al recibir críticas o al ser frustrados en sus actos impulsivos. Se diferencian dos
variantes de este trastorno de personalidad que comparten estos aspectos generales de
impulsividad y falta de control de sí mismo: tipo impulsivo y el tipo límite.
Teniendo en cuenta la descripción antes otorgada por estos dos manuales usados en el
diagnóstico clínico se procede a contextualizarlo y definirlo dentro del marco de la terapia
cognitiva conductual.
En su texto, Caballo (2009) nos refiere que el TLP es una serie de pensamientos automáticos
negativos que reflejan una serie de distorsiones cognitivas. Así mismo; este autor manifiesta
que la inestabilidad afectiva que experimenta el TLP, muestra reacciones polarizadas de ira
inapropiada y de falta de control de impulsos, por un lado, y profundos sentimientos de
abatimiento, apatía, vergüenza y culpabilidad.
Young, Klosko y Weishaar (2003); refiere que el TLP posee esquemas precoces
desadaptativos que son los recuerdos, emociones, sensaciones corporales y cogniciones
asociadas con aspectos destructivos de la experiencia infantil del individuo, organizados en
patrones que se repiten lo largo de la vida. Los esquemas maladaptativos que poseen estos
pacientes son en su gran mayoría los que Young presenta en su teoría; especialmente los de
abandono, desconfianza/abuso, privación emocional, insuficiente autocontrol, subyugación
y castigo.