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La Reforma de Córdoba

Vientre fecundo de la transformación


universitaria

Carlos Tünnermann Bernheim*

E ste año cumple noventa años el célebre


“Movimiento de Córdoba”, así llamado por
haberlo iniciado los estudiantes de la Universi-
ricanas, como fiel reflejo de las estructuras so-
ciales que la Independencia no logró modificar,
seguían siendo los “virreinatos del espíritu” y
dad de Córdoba, Argentina, en 1918. El Movi- conservaban, en esencia, su carácter de acade-
miento, que se extendió por todo el continente mias señoriales. Hasta entonces, Universidad
latinoamericano, promovió una reforma pro- y sociedad marcharon sin contradecirse, pues
funda de las universidades de esta región del durante los largos siglos coloniales y en la pri-
mundo, en las que hasta entonces sobrevivían mera centuria de la República, la Universidad
resabios coloniales incrustados en el modelo no hizo sino responder a los intereses de las
francés o napoleónico, que las nacientes re- clases dominantes de la sociedad, dueñas del
públicas hispanoamericanas adoptaron al mo- poder político y económico y, por lo mismo, de
mento de producirse la Independencia. la Universidad.
La Reforma de Córdoba fue el primer cues- El Movimiento de Córdoba, que se inició en
tionamiento serio de la Universidad latinoame- junio de 1918, fue la primera confrontación en-
ricana tradicional y, según algunos sociólogos, tre una sociedad que comenzaba a experimen-
marca el momento del ingreso de América Lati- tar cambios de su composición social y una
na en el siglo XX. Las universidades latinoame- Universidad enquistada en esquemas obsoletos.
La importancia de este Movimiento es tal que
varios estudiosos de la problemática universita-
* El autor es ex rector de la Universidad Nacional
Autónoma de Nicaragua y ex presidente del Consejo ria latinoamericana sostienen que ésta no pue-
Centroamericano de Acreditación de la Educación Su- de ser entendida, en su verdadera naturaleza y
perior (CCA). complejidad, sin un análisis de lo que significa la
Reforma de Córdoba, que dio un perfil propio a social” de la Universidad, por la cual abogó
la Universidad de nuestra región. el Movimiento, la elección de las autoridades
La clase media emergente fue la protagonis- universitarias por la propia academia y el co-
ta del Movimiento, en su afán por lograr acce- gobierno son postulados que hoy están consa-
so a la Universidad, hasta entonces controlada grados en las leyes y estatutos universitarios de
por la vieja oligarquía terrateniente y el clero. La la región. Córdoba marca un hito en la historia
Universidad aparecía a los ojos de la nueva cla- de la Universidad latinoamericana: “La Univer-
se como el canal capaz de permitir su ascenso sidad, después de 1918, no fue lo que ha de ser,
político y social. De ahí que el Movimiento pro- pero dejó de ser lo que venía siendo”, afirmó
pugnara por derribar los muros anacrónicos que Germán Arciniegas: “1918 fue un paso inicial, la
hacían de la Universidad un coto cerrado de las condición para que se cumpliera el destino de
clases superiores. La creciente urbanización fue la Universidad en América como Universidad”.
otro factor que, ligado a los anteriores, contribu- Por lo dicho se desprende la importancia
yó a formar la constelación social que desenca- que tiene la Reforma de Córdoba para una me-
denó el Movimiento, justamente calificado como jor comprensión de la problemática universita-
la “conciencia dramática” de la crisis de cambio ria latinoamericana actual. A noventa años del
que experimentaba la sociedad latinoamericana. Movimiento de Córdoba, varios de sus postu-
La Reforma de Córdoba trajo a las Universi- lados siguen vigentes, aunque con nuevos con-
dades latinoamericanas la autonomía universi- tenidos y significación. Otros, en cambio, han
taria, como su fruto mas preciado. Su conquista sido superados con el decurso de los años. En
ha sido fundamental para el desenvolvimiento conjunto, sin embargo, el legado de Córdoba
de las universidades. En cuanto a la “función sigue encarnando los ideales más generosos en
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torno a la Universidad latinoamericana. De ahí mundo. Ecos de este movimiento resonaron


que sea válido afirmar que con ella entroncan en el Mayo Francés, en los Estados Unidos,
los procesos que en nuestros días persiguen la en 1968, e incluso en la “Declaración Mun-
transformación de nuestras universidades. dial sobre la Educación Superior para el Si-
Si bien la Reforma no logró el cambio de glo XXI” (París, 1998). Y es que el “Grito de
nuestras universidades, en el grado que las Córdoba” no se ha extinguido. “Está aún en
circunstancias exigían, dio pasos positivos el aire”, como decía Risieri Frondizi. Córdo-
en esa dirección. Su acción se centró, princi- ba sigue siendo para nosotros la reforma por
palmente, en los aspectos organizativos del antonomasia.
gobierno universitario, como garantía de la En esta época de cambios, al inicio del siglo
democratización que se buscaba. Fue menos XXI, surge un nuevo reto: transformar nueva-
efectiva en cuanto a la reestructuración aca- mente la Universidad latinoamericana para que
démica de la Universidad, que siguió respon- respondan a los desafíos de la sociedad contem-
diendo al patrón napoleónico profesionalista. poránea. Para ello, corresponde retar a la imagi-
Pero, en una perspectiva histórica, Córdoba nación y replantearnos los objetivos, la misión y
es el punto de arranque del proceso en mar- las funciones de las instituciones de educación
cha de la reforma que tanto necesitan nues- superior, a fin de que estén a la altura de las cir-
tras universidades, proceso que debe condu- cunstancias actuales del nuevo milenio.
cirnos al diseño de un modelo más ajustado Quizás haya llegado el momento de la rein-
a nuestras necesidades, a nuestros valores vención de la universidad. Éste es un desafío
y a nuestras genuinas aspiraciones. En este que deben enfrentar las comunidades acadé-
sentido, Córdoba sigue señalando el rumbo: micas, especialmente las del llamado Tercer
robustecer nuestra propia identidad para dar Mundo. Es lo que nos corresponde hacer en
una respuesta extrayendo de este Movimiento América Latina, si queremos una Universidad
lo que tuvo de auténtico, e inspirados por su que esté “a la altura de los tiempos”, es decir,
misma vocación latino-americanista. del siglo XXI. Si América Latina fue capaz de
Córdoba fue el primer paso. Un paso dado concebir, a principios del siglo pasado, una
con pie firme y hacia delante. Con él se inició “idea de universidad” apropiada para aquel
un movimiento original, sin precedentes en el momento histórico y los cambios que enton-
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ces experimentaba la sociedad latinoameri- región en las sociedades del conocimiento, la


cana, no dudamos que América Latina será información y el aprendizaje permanente, en
también capaz de engendrar una nueva “idea un contexto globalizado y de apertura a gran-
de universidad”, que conlleve los elementos des espacios económicos.
que se requieren para dar respuesta al gran
desafío que nos plantea el ingreso de nuestra Managua, abril de 2008

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