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Ferri consideró que la delincuencia no es un asunto de voluntad, sino el resultado de enfermedades hereditarias o adquiridas. Cuestionó el enfoque de Lombroso en características fisiológicas y se centró en factores psicológicos como la moral y la falta de remordimiento. Clasificó los factores del delito en antropológicos, físicos y sociales. Definió la psicología criminal como una resistencia defectuosa a las tentaciones debido a la impulsividad, y postuló que las penas deb
Descripción original:
carmen luisa
Título original
Ferri Consideró Que Las Razones Por Las Cuales El Hombre Es Delincuente Son Ajenas a Su Voluntad
Ferri consideró que la delincuencia no es un asunto de voluntad, sino el resultado de enfermedades hereditarias o adquiridas. Cuestionó el enfoque de Lombroso en características fisiológicas y se centró en factores psicológicos como la moral y la falta de remordimiento. Clasificó los factores del delito en antropológicos, físicos y sociales. Definió la psicología criminal como una resistencia defectuosa a las tentaciones debido a la impulsividad, y postuló que las penas deb
Ferri consideró que la delincuencia no es un asunto de voluntad, sino el resultado de enfermedades hereditarias o adquiridas. Cuestionó el enfoque de Lombroso en características fisiológicas y se centró en factores psicológicos como la moral y la falta de remordimiento. Clasificó los factores del delito en antropológicos, físicos y sociales. Definió la psicología criminal como una resistencia defectuosa a las tentaciones debido a la impulsividad, y postuló que las penas deb
Ferri consideró que las razones por las cuales el hombre es delincuente son
ajenas a su voluntad. El delito para Ferri no existe, existen enfermedades que
bien ha heredado o las adquirió en el transcurso de su vida.
Cuestionó el énfasis en características fisiológicas de los criminales, campo de
estudio de Lombroso. En su lugar, se centró en el estudio de las características psicológicas, que creía eran las responsables del desarrollo de la criminalidad en el individuo. Estas características incluían el habla, la escritura, los símbolos secretos, el arte y la literatura, así como la insensibilidad moral y la falta de repugnancia a la idea y ejecución de la ofensa, previo a su comisión, y la ausencia de remordimiento después de cometerla.
Alegó que los sentimientos como la religión, el honor y la lealtad no contribuían
al comportamiento criminal, pues estas ideas eran muy complicadas para tener un impacto definitivo en la moral básica de las personas. Argumentó que eran otros sentimientos, como el odio, el amor y la vanidad los que influenciaban grandemente pues tenían más control sobre la moral de las personas. Sostenía que el libre albedrío es una ilusión subjetiva, confrontándose con el principio del derecho penal clásico.
Clasificaba los factores del delito en:
Antropológicos: constitución orgánica; psíquica y características personales
Físicos o cosmo-telúricos: clima, la naturaleza del suelo, la producción agrícola,
etc.
Sociales: densidad, costumbres, religión, familia, alcoholismo, las leyes civiles
y penales, etc.
Resumió su teoría al definir la psicología criminal como una resistencia
defectuosa de las tendencias criminales y las tentaciones, debido a una impulsividad desequilibrada que caracteriza solo a los niños y a los salvajes.
Según Ferri lo que es perjudicial para la sociedad se establece partiendo del
estudio de la misma. Abogaba por el estudio del delito en relación con los individuos y la sociedad, no con abstracciones lógicas. Creía en la necesidad de encontrar leyes generales sobre la criminalidad: una forma científica para distinguir un comportamiento penal del que no lo es. Postulaba que las penas deben aplicarse sólo en razón solamente de la peligrosidad del delincuente, mientras que la naturaleza y extensión de las mismas serán las necesarias para neutralizar la peligrosidad.