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EL TUNJO DE ORO-

En los caminos serpenteados, bosques perfumados, quebradas cristalinas y rocas míticas, se aparece un niño
abandonado, llorando e implorando protección, alimento y abrigo a los viajeros. Algunos caminantes son invadidos por
un miedo cerval y huyen rápidamente. Otros controlan su terror y se acercan a prestarle socorro, entonces el niño le dice
que tiene dientes y cuando abre la boca vomita fuego de santelmo.
Si el samaritano se asusta, se escapa raudo como el viento; pero si ha oído del Tunjo de Oro, le muestra una cruz, lo
bendice y persigna; por arte de magia la criatura se convierte en un muñeco de oro, sentado sobre un arco iris, en “el
trono de Dios.” Sobre su cabeza se ve una aureola dorada en forma de almendra irradiando rayos solares inmortales. El
tunjo, parece la encarnación de una deidad en figura humana. Al observar al Tunjo se ven sus ojos rojos de rubí y su
corazón brillante de diamante; empuña en una mano una flor de oro y en la otra, sostiene la lámpara de la sabiduría, la
inteligencia y el discernimiento. Algunos creen que el Tunjo de Oro es evidencia de la ambición, otros creen que es como
la fortuna: casual y caprichosa. Los que han encontrado al Tunjo y han hecho el ritual y lo han guardado en un baúl
acorazado, junto a un casco, a una espada, un escudo, una cruz de plata y un objeto de marfil, reciben pronto la posesión
de riquezas. El tunjo de Oro se convierte en una mina de oro y en yacimiento de piedras preciosas para su mentor. Las
lágrimas del Tunjo curan cualquier enfermedad del cuerpo y el alma. Cura las penas y lleva a la bienaventuranza y la
prosperidad. Defeca bolas de oro, premia y glorifica a su poseedor. Pero si después de obtener esto descuida sus ritos y
alimentos le llegara la peste, hambruna, ruina y pesares que cesaran solo con la muerte
EL TUNJO DE ORO-
En los caminos serpenteados, bosques perfumados, quebradas cristalinas y rocas míticas, se aparece un niño
abandonado, llorando e implorando protección, alimento y abrigo a los viajeros. Algunos caminantes son invadidos por
un miedo cerval y huyen rápidamente. Otros controlan su terror y se acercan a prestarle socorro, entonces el niño le dice
que tiene dientes y cuando abre la boca vomita fuego de santelmo.
Si el samaritano se asusta, se escapa raudo como el viento; pero si ha oído del Tunjo de Oro, le muestra una cruz, lo
bendice y persigna; por arte de magia la criatura se convierte en un muñeco de oro, sentado sobre un arco iris, en “el
trono de Dios.” Sobre su cabeza se ve una aureola dorada en forma de almendra irradiando rayos solares inmortales. El
tunjo , parece la encarnación de una deidad en figura humana. Al observar al Tunjo se ven sus ojos rojos de rubí y su
corazón brillante de diamante; empuña en una mano una flor de oro y en la otra, sostiene la lámpara de la sabiduría, la
inteligencia y el discernimiento. Algunos creen que el Tunjo de Oro es evidencia de la ambición, otros creen que es como
la fortuna: casual y caprichosa. Los que han encontrado al Tunjo y han hecho el ritual y lo han guardado en un baúl
acorazado, junto a un casco, a una espada, un escudo, una cruz de plata y un objeto de marfil, reciben pronto la posesión
de riquezas. El tunjo de Oro se convierte en una mina de oro y en yacimiento de piedras preciosas para su mentor. Las
lágrimas del Tunjo curan cualquier enfermedad del cuerpo y el alma. Cura las penas y lleva a la bienaventuranza y la
prosperidad. Defeca bolas de oro, premia y glorifica a su poseedor. Pero si después de obtener esto descuida sus ritos y
alimentos le llegara la peste, hambruna, ruina y pesares que cesaran solo con la muerte.

EL TUNJO DE ORO-
En los caminos serpenteados, bosques perfumados, quebradas cristalinas y rocas míticas, se aparece un niño
abandonado, llorando e implorando protección, alimento y abrigo a los viajeros. Algunos caminantes son invadidos por
un miedo cerval y huyen rápidamente. Otros controlan su terror y se acercan a prestarle socorro, entonces el niño le dice
que tiene dientes y cuando abre la boca vomita fuego de santelmo.
Si el samaritano se asusta, se escapa raudo como el viento; pero si ha oído del Tunjo de Oro, le muestra una cruz, lo
bendice y persigna; por arte de magia la criatura se convierte en un muñeco de oro, sentado sobre un arco iris, en “el
trono de Dios.” Sobre su cabeza se ve una aureola dorada en forma de almendra irradiando rayos solares inmortales. El
tunjo , parece la encarnación de una deidad en figura humana. Al observar al Tunjo se ven sus ojos rojos de rubí y su
corazón brillante de diamante; empuña en una mano una flor de oro y en la otra, sostiene la lámpara de la sabiduría, la
inteligencia y el discernimiento. Algunos creen que el Tunjo de Oro es evidencia de la ambición, otros creen que es como
la fortuna: casual y caprichosa. Los que han encontrado al Tunjo y han hecho el ritual y lo han guardado en un baúl
acorazado, junto a un casco, a una espada, un escudo, una cruz de plata y un objeto de marfil, reciben pronto la posesión
de riquezas. El tunjo de Oro se convierte en una mina de oro y en yacimiento de piedras preciosas para su mentor. Las
lágrimas del Tunjo curan cualquier enfermedad del cuerpo y el alma. Cura las penas y lleva a la bienaventuranza y la
prosperidad. Defeca bolas de oro, premia y glorifica a su poseedor. Pero si después de obtener esto descuida sus ritos y
alimentos le llegara la peste, hambruna, ruina y pesares que cesaran solo con la muerte. .

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