Está en la página 1de 28

LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIÓN PRIMERO MEDIO

I. Discurso dialógico

El discurso dialógico es aquel que se caracteriza por la interacción directa entre los hablantes,
por lo tanto, su elaboración depende de todos los interlocutores que participan en él. Es por eso
que se trata de un discurso eminentemente colaborativo. Los discursos dialógicos se
caracterizan por presentar una estructura formal, la toma de turnos, y una organización del
contenido que se manifiesta mediante el manejo del tópico (tema).

1.1. Niveles del discurso dialógico

a) Nivel estructural: la toma de turnos

La toma de turnos es el procedimiento que organiza la participación de los sujetos involucrados


en la comunicación. Permite que los interlocutores tengan la posibilidad de ser tanto emisores
como receptores de mensajes en un determinado intercambio comunicativo.

Existen una serie de recursos que señalan el cierre de la intervención de uno de los
interlocutores y que sirven para cederle la palabra a otro, por ejemplo, manifestando
explícitamente que han finalizado, haciendo preguntas, demandando información, etc.
Manifestaciones más estructuradas del discurso dialógico, como, por ejemplo, el debate,
suponen la presencia de un moderador que regule las intervenciones. En el contexto de una
clase, generalmente los estudiantes levantan la mano para pedir la palabra y el (la) profesor(a)
les señala cuándo pueden hablar. En formas menos estructuradas, como una conversación, los
participantes suelen interrumpirse entre ellos para obtener el turno.

b) Nivel de contenido: el manejo del tópico

El manejo del tópico o tema involucra una serie de habilidades específicas que permiten a los
hablantes introducir un tema, desarrollarlo, modificarlo y concluirlo. Es importante destacar que
en un discurso dialógico pueden exponerse varios tópicos distintos y que no siempre todos se
desarrollan de manera completa.

Para que te quede más claro, te proponemos imaginar lo siguiente: estás conversando con tu
mamá y quieres contarle que estás pololeando. Para poder hacerlo tienes que introducir el
tópico o tema; por ejemplo, podrías decirle "¿te acuerdas de ese(a) amigo(a) del que te hablé
hace unos días?" Si la respuesta es afirmativa, estás en condiciones de desarrollar el tópico.
Podrías contarle sobre sus gustos, su familia, sus estudios, etc. Por su parte, tu mamá te puede
hacer preguntas sobre él (ella), que también te permiten seguir desarrollando el tópico de tu
nuevo pololo(a). Cuando tu mamá deja de hacerte preguntas y tú sientes que ya le has
informado sobre tu pololo(a), puedes finalizar el tópico. Muchas veces, sin embargo, los temas
no se desarrollan completamente, ya sea por falta de interés de los interlocutores o porque se
produce una digresión al vincular el tema de cual se habla con otro distinto.

¿Te ha pasado que estás hablando con tus amigos y de repente no se acuerdan cómo llegaron
a hablar de un determinado tema? Si reconstruyen la conversación podrán ver en qué punto se
produjo el giro.

 Para que estos contenidos te queden más claros, la próxima vez que estés involucrado
en una conversación pon atención a los mecanismos que los interlocutores utilizan
para obtener el turno. ¿Qué haces tú para ser escuchado? ¿Cómo se vincula la
manera en que manejas el tópico con la atención que te pone el resto de los
participantes? ¿Son todos los tópicos desarrollados completamente? ¿Por qué algunos
no son concluidos?

1.2. Tipos de discurso dialógico


Si bien todos los discursos dialógicos presentan como estructura formal la toma de turnos y una
organización del contenido en torno al manejo del tópico, existen interacciones comunicativas
donde estos dos elementos adquieren características particulares. Es por eso que podemos
hablar de distintos tipos de discurso dialógico.

a) Conversación

La conversación es una forma de interacción lingüística caracterizada por ser un tipo de


discurso dialógico espontáneo, puesto que tanto la toma de turnos como el manejo del tópico
se desarrollan libremente, es decir, los participantes (al menos dos) hacen uso de la palabra
alternadamente. Así, los interlocutores no se rigen por una organización extrema en la toma de
turnos y tampoco se basan en reglas tan estructuradas o previamente establecidas para
introducir, modificar o concluir un tópico.

b) Entrevista

La entrevista se puede definir como una conversación dirigida hacia la obtención de


información sobre algún tema específico o sobre aspectos seleccionados previamente. Los
participantes son el entrevistador y el entrevistado. Este último es, generalmente, una persona
informada, cuya función es exponer el tema sobre el cual resulta interrogado.

Por su parte, el entrevistador determina el tema de la entrevista. La realización de ella requiere


que el entrevistador tenga claro el objetivo de sus preguntas, de modo que estas le permitan
cumplir el propósito establecido. Para la elaboración del cuestionario es necesario que se
informe acerca del tema del cual va a hablar con el entrevistado.

En el caso de la entrevista, la toma de turnos está dirigida, pues el entrevistador determina


cuándo toma el turno y cuándo lo cede al entrevistado. Sin embargo, es importante destacar
que en algunas ocasiones es el entrevistado el que dirige la toma de turnos; por ejemplo, si
interrumpe al entrevistador.

c) Discusión y debate

La discusión es un discurso que se caracteriza porque implica la divergencia o controversia en


torno a un tema. Una conversación puede devenir en discusión. Por ejemplo, puedes estar
conversando con tus amigos sobre algún tema y, al no estar de acuerdo en algo, comienza una
discusión que puede terminar en un consenso entre ambas posturas o en la aceptación de una
de ellas como la correcta. Si no se logra acuerdo, el diálogo se acaba porque se pierde su
carácter de discurso colaborativo.

Existen formas más estructuradas de la discusión, como es el debate, donde las intervenciones
son reguladas por uno de los participantes, que actúa como moderador, encargándose de
presentar los tópicos que se van a tratar y asegurando que todos los integrantes participen y
respeten el turno de habla de los demás. Como se trata de una situación en la cual se exponen
diversas perspectivas sobre un tema y estas son opuestas entre sí, resulta importante poner en
juego principios de cooperación y de cortesía. Tanto en la discusión como en el debate el
desarrollo del tópico está estrechamente vinculado con el discurso argumentativo, ya que los
interlocutores organizan su discurso en torno a tesis y argumentos. Volveremos sobre este
contenido en el Módulo 3, al abordar los contenidos referidos a Tercer Año Medio.

El siguiente mapa conceptual sintetiza lo tratado acerca del discurso dialógico:

Discurso dialógico (ppt)

II. Comunicación verbal y no verbal

2.1. La comunicación es un fenómeno en el que se ven involucrados diferentes factores: un


hablante transmite un mensaje a un oyente en una situación específica. Para que se produzca
dicha transmisión es necesario un medio de transmisión (canal) y que los sujetos se
comuniquen en un mismo código (lenguaje).
El lenguaje se utiliza con una finalidad y por ello es posible distinguir diferentes funciones para
cada factor de la situación de comunicación que hemos mencionado anteriormente:

Función emotiva o expresiva: corresponde al emisor, porque mediante ella se expresan las
actitudes y los sentimientos del hablante.

Función conativa o apelativa: corresponde al receptor, ya que a través de ella se influye en


sus actitudes y emociones.

Función poética: su finalidad radica en la estructuración del mensaje.

Función referencial: informa sobre los hechos del mundo aludidos en el contexto.

Función fática: consiste en la toma de contacto o la constatación de que el canal está


funcionando.

Función metalingüística: se centra en el código y su función es la reflexión sobre la lengua.

En los contenidos de literatura de este mismo módulo encontrarás un mayor desarrollo de este
tema.

2.2. Elementos paralingüísticos o paraverbales

El prefijo griego “para” significa “junto a”, por lo tanto, los elementos paralingüísticos serán
aquellos que acompañan la expresión verbal. Cuando transmites oralmente un mensaje, no
solo lo haces verbalmente, sino que acompañas tu lenguaje con una serie de elementos
denominados paralingüísticos. Los más relevantes son la entonación, las pausas y el énfasis
en la voz. Estos elementos permiten que el oyente comprenda con mayor facilidad lo que tú
transmites, pues refuerzan el contenido de lo que comunicas por medio del lenguaje verbal.
Piensa, por ejemplo, lo que pasa con la ironía, ¿qué haces para que se entienda que quieres
decir lo contrario?

Cuando la comunicación es escrita los elementos paralingüísticos son transcritos por medio de
signos de puntuación, de exclamación, de interrogación y distinta tipografía. Por ejemplo, si
quieres poner énfasis en algo, probablemente utilices mayúsculas.

2.3. Comunicación no verbal

Se entiende por comunicación no verbal aquellos medios que complementan los mensajes
verbales como las expresiones faciales, los gestos corporales y las distancias espaciales que
se establecen entre los interlocutores. Si bien se utilizan como refuerzo, especificación,
matización e incluso ironización de la comunicación lingüística a la que complementan, hay
casos en que pueden ser usados independientemente. Piensa, por ejemplo, que en un principio
el cine fue mudo, por lo tanto los espectadores solo tenían claves no verbales para entender el
mensaje.

Por otra parte, las expresiones faciales a veces nos comunican mejor que las palabras el
estado de ánimo de una persona. En nuestra interacción cotidiana existen ciertas fórmulas fijas
de cortesía, como por ejemplo, cuando saludamos a alguien y le decimos “hola, ¿cómo estás?,
la mayoría de las veces la respuesta es “bien, ¿y tú?”. La respuesta se ha automatizado tanto,
que para saber efectivamente el estado en que se encuentra alguien tenemos que interpretar
otras claves, como las expresiones faciales (comunicación no verbal) y la entonación (elemento
paraverbal).

 ¿Has pensado qué relación existe entre la comunicación no verbal y la función fáctica?
Cuando escuchas a alguien, ¿haces algún gesto para indicarle que lo escuchas o que
entiendes lo que dice? ¿Cómo te sentirías si alguien no hace ninguna expresión facial
ni gesto corporal mientras te comunicas con él? Desde esa perspectiva, la
comunicación no verbal se vincula también con el manejo del tópico, ya que muchas
veces esperamos algún tipo de reacción en nuestro interlocutor para seguir
desarrollando el tema del cual hablamos.
Cuando se trata de un intercambio comunicativo escrito, los participantes desarrollan una serie
de de recursos que les permiten suplir la ausencia física de su interlocutor. En las conversiones
por chat, por ejemplo, un recurso serían los denominados “emotíconos”, que dan cuenta de
expresiones faciales y que complementan el sentido de los distintos enunciados, por ejemplo:

:-) :) sonrisa ;-) ;) guiño de ojo:-( :( tristeza :-D :D reír de oreja a oreja :-P :P sacar la lengua
:-* :* mandar un beso

Piensa, por ejemplo, la importancia que tendría el guiño de ojo para evidenciar el carácter
irónico de determinadas afirmaciones.

III. El contexto sociocultural de la comunicación

Hablar una misma lengua no significa señalar que la usemos todos de igual manera. De hecho,
las personas de edades diferentes hablan distinto. Esto también sucede con los sujetos de
niveles socioculturales diferentes o de distinta procedencia geográfica. Por ejemplo, si bien
hablamos la misma lengua que argentinos y peruanos, hay ciertos elementos en la
pronunciación y en el léxico que la hacen variar de un lugar a otro. Dentro de un mismo país o
incluso una ciudad existen variaciones.

En definitiva, la variación lingüística está relacionada con los condicionamientos que los
contextos socioculturales ejercen sobre las formas y la eficacia de la comunicación. Estos
condicionamientos son de diverso tipo y pueden afectar a la totalidad del lenguaje o solamente
a una parte de él, como el léxico o la pronunciación. Los principales factores que producen esta
variación son etáreos, geográficos y sociales.

3.1. Registro de habla y relación entre los hablantes

Por otra parte, existe la necesidad de adaptar el lenguaje a la situación comunicativa en que
uno se encuentra. Así, cuando un sujeto está en una situación formal se expresa formalmente.
Por el contrario, si la situación es coloquial (informal) habla de manera informal. Estas
diferentes formas de expresarse se denominan registros de habla.

Situaciones formales: implican relaciones jerárquicas o asimétricas entre los participantes de


ella. Por ejemplo, una situación formal se da cuando un empleado se entrevista con el jefe. En
este caso, el registro es formal y la relación es asimétrica porque hay una jerarquía entre el jefe
y el empleado.

Situaciones informales: se dan entre sujetos que tienen relaciones simétricas. Un ejemplo de
lo anterior, es cuando dos amigos conversan en un café sobre sus vacaciones. Hay una
relación entre pares que supone informalidad en la manera de comunicarse.

Sin embargo, es posible que uno utilice un registro informal en situaciones donde la relación
entre los hablantes es asimétrica. Por ejemplo, muchas personas se vinculan coloquialmente
con sus papás, sin embargo, la relación no es simétrica. Es decir, que la formalidad e
informalidad dependen en gran medida de la confianza que existe entre los interlocutores.

IV. Actos de habla

4.1. ¿Sabías que cuando dices algo también haces cosas al decir? En efecto, a través de la
emisión de un enunciado, se realiza una acción. Para que comprendas mejor este concepto,
piensa en la siguiente situación: un sacerdote en una iglesia está bautizando a un niño y al
echarle el agua bendita dice "yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo". Después de verbalizar este enunciado el niño está bautizado. Por lo tanto, la acción de
bautizar se concreta cuando el sacerdote emite el verbo bautizar.

Los verbos que son necesarios para que exista una determinada acción son denominados
performativos. Algunos de ellos son: bautizar, prometer, declarar, jurar, etc., y se caracterizan
porque al pronunciarlos se realiza una acción al mismo tiempo.

Es importante que tengas claro que el significado del enunciado no siempre coincide con la
acción que se efectúa. Así por ejemplo, cuando alguien dice: “¿tienes hora?”, le está solicitando
a su interlocutor que le informe qué hora es y no le está preguntando si posee la hora. Por lo
tanto, existen dos niveles de significado: uno que alude al contenido del enunciado y otro que
corresponde a la intención comunicativa del hablante.

Por último, es necesario que sepas que existen distintos tipos de actos de habla:

Acto de habla directo: Es aquel que se ejecuta en el momento mismo en que el hablante
profiere el enunciado. Los verbos performativos, descritos anteriormente, son característicos de
este tipo de acto de habla. Las frases performativas son consideradas acciones en sí mismas;
acciones que consisten en pronunciar ciertos verbos en un determinado contexto enunciativo.
Por ejemplo:

-Los declaro marido y mujer.

Si estas palabras son dichas en medio de la clase a Rosa y Andrés, no tienen ningún valor
performativo: Rosa y Andrés seguirán tan solteros antes como después de que hayan sido
pronunciadas. Pero si las pronuncia un sacerdote durante una celebración de matrimonio, el
acto del matrimonio se realiza en ese mismo momento. Por lo tanto, los actos de habla directos
necesitan ciertas condiciones relativas al contexto en que se desarrollan, así como el tiempo
verbal en que se emiten: los verbos performativos solo funcionan como tales en presente. Si el
mismo cura dice: Ayer declaré marido y mujer a Rosa y Andrés, esta frase ya no será
performativa.

Acto de habla indirecto: Es aquel que el hablante ejecuta mediante la realización de otro acto
de habla y, aunque es implícito, es importante porque representa el verdadero propósito del
enunciado. Expresiones propias de este tipo de acto de habla son las preguntas, peticiones,
órdenes, críticas que no se realizan explícitamente. Por ejemplo, cuando un padre le pregunta
a su hijo: "¿no quieres ir a comprar pan a la esquina?" dentro de su situación comunicativa
específica se entiende que, en realidad, es una orden.

V. Modalizaciones discursivas

Lo que denominamos modalización discursiva es la forma que adopta el enunciado en relación


a la manifestación de subjetividad de quien lo emite, es decir, que expresa una particular actitud
del hablante frente a lo que está diciendo. Hay dos tipos principales de modalización discursiva:
la exposición de hechos y la manifestación de opiniones.

5.1. Exposición de hechos: Cuando nuestras afirmaciones son objetivas y solamente


presentamos o damos a conocer un hecho o una situación.

Ejemplo: "Hay 12 mil personas damnificadas por el temporal".

5.2. Manifestación de opinión: Cuando nuestras afirmaciones son expresiones de nuestra


subjetividad y con ellas estamos dando a conocer nuestro punto de vista o nuestros
sentimientos.

Ejemplo: "Yo creo que deberían distribuirse los recursos de otra manera".

En el ejemplo anterior, el verbo creer en primera persona singular da cuenta de que se trata de
una opinión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que muchas veces manifestamos
nuestras opiniones de manera tan categórica que son expuestas como hechos, y, a la inversa,
al no estar seguros de algo que decimos manifestamos un hecho como opinión.
LITERATURA
1. La lectura literaria como diálogo entre lector y texto

¿Sabes lo que significa diálogo? Proviene del latín dialogus (y este del griego diálogos), y
significa “conversación de dos o varios”. ¿Te imaginas cómo puede haber diálogo entre un
lector y un texto literario? Muy sencillo: el diálogo entre el lector y el texto se produce por
medio de la lectura.

De este modo, entenderemos que toda lectura es a la vez una interpretación, pues cada
persona que lee un texto literario intenta construir un sentido o significado que alimente su
experiencia.

Para interpretar mejor un texto literario, necesitas conocer algunos elementos como los
grandes géneros, las figuras literarias, el contexto (momento histórico: año, lugar, etc. en
que dicho texto se produjo) o los temas recurrentes dentro de la literatura. A continuación, te
entregamos algunos de estos elementos, que facilitarán la lectura de textos literarios y, con ello,
la interpretación.

1. Identificación de elementos literarios relevantes para la interpretación del sentido de


las obras.

1.1. La comunicación literaria

Factores y funciones del lenguaje


El diálogo supone que existe comunicación. Para entender el sistema de la comunicación
literaria, primero hay que señalar en qué consiste la comunicación no literaria o habitual (propia
de la vida cotidiana). Esta será el intercambio comunicativo (envío y recepción de
mensajes) entre, al menos, dos hablantes.

Cada vez que nos comunicamos, entran en juego seis factores: un emisor envía un mensaje a
un receptor o destinatario a través de un canal que sirve de contacto entre ambos. Este
mensaje es construido de acuerdo a un código que, para posibilitar la comunicación, debe ser
común al emisor y al receptor, de modo que el mensaje puede ser codificado y decodificado.
Este mensaje es emitido dentro de un contexto de referencia, es decir, un contexto que define
las relaciones que existen entre el mensaje y el objeto o realidad a la que alude.

Es importante tener en cuenta que el código no solo es lingüístico, sino que también existen
otros como el alfabeto Morse, el lenguaje de sordomudos, las señales del tránsito, etc. Tal
como revisaste en el módulo de Lengua Castellana, no solamente nos comunicamos con
palabras, sino que existen otras formas de comunicación, como los gestos o las distancias.

A continuación, te presentamos una situación comunicativa, para que te acostumbres a


identificar los factores presentes en ella.

Lunes, sala de clases, 9:45 de la mañana.

Andrés: “Juan, tengo hambre”.

Juan: “Yo también, ¿cuánto falta para el recreo?

”Andrés: “No sé, pregúntale a Pedro”.

En el ejemplo anterior, Andrés es el emisor del primer mensaje (“Juan, tengo hambre”), y Juan
es el receptor, pues va dirigido a él. Andrés, en tanto emisor, seleccionó ciertos aspectos del
código, en este caso, la lengua española, para construir su mensaje que pudo ser entendido
por Juan, ya que ambos manejan este código. Si Andrés se hubiera comunicado con señas, el
código sería distinto. El mensaje fue recibido ya que el canal, el soporte físico o medio a través
del cual se transmitió, permitió el contacto entre ambos hablantes. En este caso, el canal está
determinado por las ondas sonoras porque es una conversación oral. Cuando Juan le responde
a Andrés (“Yo también, ¿cuánto falta para el recreo?”) se transforma en emisor de un nuevo
mensaje y Andrés en receptor de él. En consecuencia, en la comunicación habitual los roles
de emisor y receptor pueden intercambiarse. El contexto del mensaje corresponde a
aquellos elementos a los cuales el mensaje se refiere. Por ejemplo, cuando Andrés le dice a
Juan que le pregunte a Pedro, se refiere probablemente a algún compañero de curso. La
palabra “Pedro” alude a una realidad no lingüística: una persona.

En el siguiente esquema, aparecen organizados los factores de la comunicación:

CONTEXTO

EMISOR → MENSAJE → RECEPTOR

CANAL

CÓDIGO

Cada uno de estos factores va a determinar una función del lenguaje, que tiene que ver con la
importancia que cada uno de ellos adquiere en una situación comunicativa:

REFERENCIAL

EMOTIVA O EXPRESIVA → POÉTICA → APELATIVA O CONATIVA

FÁTICA

METALINGÜÍSTICA

Las funciones del lenguaje:

1. La función centrada en el emisor se denomina emotiva o expresiva, y manifiesta la


actitud de éste frente a lo que está comunicando. Ejemplo: “¡Qué mal me siento hoy!”,
“Estoy enamorado de ti”, “Tengo pena”, “No estoy de acuerdo con este tema”, etc.
2. Cuando lo que interesa es llamar la atención del receptor, estaremos frente a la función
apelativa o conativa. Esta función se manifiesta, sobre todo, en la utilización de
vocativos y del modo imperativo. Ejemplo: “¿Quieres ir al cine conmigo hoy?”, “Abre la
puerta, por favor”, “Supongo que estarás de acuerdo conmigo en que esto está mal
hecho, ¿no?”, etc.
3. La función que se centra en el contexto es la función referencial, cuyo acento está
puesto en las relaciones entre el mensaje y el objeto al cual éste se refiere. Como
veremos más adelante, es una función principalmente denotativa.
4. Cuando el acento está puesto sobre el código que se utiliza en la comunicación,
predomina la función metalingüística. El prefijo meta- quiere decir “más allá”, por lo
tanto, metalingüística será toda reflexión que, además de utilizar el lenguaje para
comunicar, buscará hablar acerca del lenguaje mismo que se utiliza para dicha
comunicación. Cada vez que queremos constatar que emisor y receptor utilizan el
mismo código, estamos en presencia de esta función. Ejemplo: “La metáfora constituye
un uso figurado del lenguaje”, “Las palabras son necesarias para la comunicación
lingüística”, una definición del diccionario: “fatuo, tua. adj. Necio, tonto. Ú.t.c.s. ||
Ridículamente engreído o vanidoso. Ú.t.c.s.”
5. La función fática se centra en el canal que permite el contacto entre emisor y receptor.
Por lo tanto, ella predomina cada vez que se quiere establecer, interrumpir, prolongar, o
verificar la comunicación entre los participantes. Ejemplo: “Aló, aló, parece que se cortó
la comunicación, ¿me escuchas?”, “Entendido, cambio y fuera”, “Aló, ¿me copia?”
6. Cuando la atención del emisor se centra el mensaje, estamos en presencia de la
función poética. El acento no está puesto en lo que se dice (que correspondería a la
función referencial), sino cómo se dice. Es el predominio de esta función sobre las
otras lo que es propio de la obra literaria.

Es importante señalar que en un mismo texto podemos identificar más de una función, pero
éstas siempre se disponen de manera jerárquica, es decir, predomina una sobre las otras. Esto
nos permitirá más adelante, establecer un criterio de clasificación de los mensajes literarios en
los llamados géneros teóricos.

1.2. Ejemplo de comunicación literaria

Observa el siguiente ejemplo:

“Stan, pequeño y desgarbado, entró en la oficina. La habitación estaba iluminada por el sol que
entraba a través del ventanal. Marlowe se acomodó en su sillón, tras el escritorio viejo y
oscurecido por el polvo y el hollín.

—¿Cómo supo mi número? —preguntó el detective, mientras con un gesto invitaba a Stan a
sentarse.

—En verdad, señor Marlowe, lo tomé al azar de la guía.

Marlowe encendió un cigarrillo y echó su cuerpo hacia delante.

—¿Pidió referencias? ¿Sabe al menos quién soy?

—No. No lo hice. ¿Qué importa eso? Usted anda en este trabajo desde hace muchos años,
según me dijo por teléfono. Si me gusta lo contrataré.

—No es un buen procedimiento, señor Laurel. Usted es un hombre famoso. Podría pagar los
servicios de una agencia.”
Osvaldo Soriano: Triste, solitario y final. Santiago, Pineda Libros, 1974.

Habíamos definido la comunicación habitual como el intercambio comunicativo (envío y


recepción de mensajes) entre, al menos, dos hablantes. ¿Qué pasa con la comunicación
literaria? Si observas el ejemplo anterior, te darás cuenta que hay dos niveles de comunicación.
Por una parte, tenemos un mensaje codificado por el autor, en este caso Osvaldo Soriano, del
cual nosotros (pero eventualmente cualquier persona que lo lea) somos los receptores. Pero
este mensaje configura un mundo que corresponde al orden de la ficción, en el cual
encontramos representada otra situación comunicativa: una conversación entre Marlowe y
Stan Laurel. Por lo tanto, la ficción literaria no es entonces solo la ficción de los hechos
referidos, sino la ficción de una situación comunicativa lingüística completa.

1.3. Grandes géneros literarios

Como se señaló, en el caso de los textos literarios es la función poética la que predomina. Pero
esto no significa que no podamos identificar otras funciones. De hecho, será la presencia
imperante de las funciones emotiva, apelativa y referencial lo que nos permitirá organizar los
mensajes literarios en tres géneros: lírica, drama y narrativa. Estos géneros recibirán un
mayor desarrollo en el módulo dos, por lo que ahora nos remitiremos a las características que
adquieren en relación a las funciones del lenguaje.

a) Lírica: si predomina la función emotiva o expresiva (manifestación de sentimientos y


emociones) estamos en presencia de la lírica (poesía).

b) Narrativa: si predomina la función referencial, el relato de acciones o la representación de


hechos y espacios, estamos en presencia de la narrativa (prosa).

c) Drama: si predomina la función apelativa se estará en presencia del drama, pues hay una
constante apelación de un emisor hacia un receptor, con lo que se produce el diálogo
dramático.

Nota: es importante señalar que se trata solo de un criterio de clasificación basado en la


predominancia de una función sobre las demás, puesto que puede haber mezcla de funciones
dentro de un mismo género.

El siguiente mapa conceptual sintetiza las correspondencias entre género y función:

Géneros literarios

Connotación y denotación

Los mensajes pueden tener dos niveles de significación: estos son el plano denotativo y el
plano connotativo. El plano denotativo es el valor informativo o referencial de un término o
palabra (significado literal o del diccionario) y el plano connotativo tiene que ver con el uso
figurado del lenguaje. Por ejemplo: si le decimos a un amigo: “Eres un zorro”, el plano
denotativo nos llevará al diccionario: “zorro: animal mamífero de la familia de los cánidos”,
mientras que en el plano connotativo, por su parte, el término “zorro” adquiere un valor
metafórico: significará astucia o hipocresía. A través del lenguaje figurado, se establece una
relación de semejanza entre un animal y un ser humano.

A partir del ejemplo anterior podemos señalar que la denotación se centra en el valor
referencial de las palabras, y se vincula con el significado establecido en el código de la lengua.
La connotación, en cambio, implica los posibles nuevos sentidos o valores que podemos
agregar al significado referencial. La connotación, entonces, se relaciona con el carácter
polisémico de una obra, es decir, con la posibilidad de asignarle distintos sentidos.

La siguiente presentación profundiza sobre las nociones de denotación y connotación:

Denotación y connotación

Veamos más información sobre el uso figurado del lenguaje a continuación.


1.4. Las figuras literarias

Como ya sabes, la comunicación literaria se apoya en el uso figurado del lenguaje, es decir, en
la presencia de figuras literarias.

Es importante recalcar que la figura predominante dentro de la comunicación literaria es la


metáfora, que básicamente es una comparación sin un como, pues establece un vínculo de
semejanza entre dos elementos, pero sin que esta comparación sea explícita a través de una
conjunción. Es decir, un elemento que junta, haciendo equivalentes dos principios diferentes.

Veamos algunos ejemplos:

Aquiles es un león combatiendo, se refiere metafóricamente a la valentía del protagonista de


La Ilíada, pues se compara la valentía de Aquiles con las características del león (el león es
valiente). Observemos, entonces, que se establece una relación de reemplazo de un elemento
presente (león) por otro ausente (valentía), sin que sea necesario utilizar el nexo de
comparación como. Si está presente la conjunción (Aquiles es como un león), ya no será una
metáfora sino una comparación. Equivale a decir: Aquiles es tan valiente como un león.

Otro ejemplo de metáfora es: Tus cabellos de oro, donde, al igual que en el primer ejemplo, se
ha elegido una característica de uno de los elementos en comparación (el brillo del oro) para
reemplazarlo por la palabra ausente (rubio). En vez de decir: “tus cabellos rubios”, decimos “tus
cabellos de oro”. Desde esta perspectiva, la utilización de la metáfora muestra la intención
artística del que habla (o del que escribe), a través del uso figurado del lenguaje. Se busca
expresar de manera más artística lo que se quiere decir, reemplazando un elemento por otro.

En el Anexo 1 Figuras Literarias puedes ver las características de algunas de las figuras
literarias más utilizadas.

1.5. Ejemplo de reconocimiento de figuras literarias

Lee el siguiente poema:

Arte Poética

(Vicente Huidobro)

Que el verso sea como una llave


Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;


El adjetivo, cuando no da vida mata.

Estamos en el ciclo de los nervios.


El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh, Poetas!


Hacedla florecer en el poema.
Sólo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.

El Poeta es un pequeño Dios.

¿En qué elementos te fijarías para interpretar este poema? Te damos una pista: en el primer
verso (primera línea del poema) se señala: “Que el verso sea como una llave”. La llave está
siendo comparada con el verso, de modo que se le están atribuyendo a éste las características
de la llave. Tenemos una primera figura literaria: la comparación. Otra comparación aparece
en el verso que dice “el músculo cuelga, / como recuerdo, / en los museos”. Detengámonos en
el sentido de ambas comparaciones: si buscas en el diccionario, la palabra llave significa:
“utensilio que se usa para abrir o cerrar una cerradura”. De este modo, la comparación entre la
llave y el verso apunta a señalar que el verso debe ser un instrumento que permita abrir
cerraduras. Por otro lado, si el músculo cuelga como recuerdo: ¿qué sentido podemos darle a
esta comparación? El recuerdo es atraer cosas pretéritas que han quedado en el pasado, y si
el músculo (que expresa el vigor, la fuerza, la energía) está en el pasado, en el presente no hay
fuerza. Por lo tanto, podemos deducir que se está planteando una poesía que posea vigor y
fuerza.

Busquemos otras figuras literarias: cuando en el poema se dice que el verso “abra mil puertas”,
¿se está haciendo referencia a puertas reales? Si estas puertas son abiertas por un verso que
es como una llave, ¿qué tipo de puertas crees tú que abriría? Si por ejemplo consideraras que
abre las puertas de la imaginación, estás en presencia de una metáfora (la imaginación no
tiene puertas auténticas). Esta interpretación se relaciona con otro verso del poema, que dice
“inventa mundos nuevos y cuida tu palabra”. Así, la utilización de la metáfora de las puertas
que abre el verso, tiene como finalidad referirse a nuevos mundos que la poesía permite abrir.

Nota: no siempre encontrarás en un poema todas las figuras literarias que conoces. A veces,
bastará identificar las más importantes para lograr interpretarlo adecuadamente.

1.6. La literatura como medio de expresión: identificación del tema de una obra

Como hemos visto en este módulo, las obras literarias son creaciones de lenguaje que
nosotros, en tanto receptores, percibimos estéticamente. La literatura es una manifestación
cultural en la que podemos encontrar diversos temas que son y han sido importantes para el
ser humano a lo largo de la historia.

Podemos entender el tema como la idea central en torno a la cual gira un texto literario. El tema
permite que éste sea globalmente coherente, ya que se constituye como un principio
organizador del sentido de una obra.

La literatura presenta una serie de temas que han preocupado o motivado al ser humano a
expresarse a lo largo de los siglos. Por ejemplo, el tema del amor podemos encontrarlo en
poetas muy antiguos, como Safo (siglo VII antes de Cristo, aproximadamente), de quien te
damos un pequeño ejemplo:

Amor ha sacudido mis sentidos,como el viento que arremete en el monte a las encinas.

Del mismo modo, a través de los siglos, el tema del amor ha sido tratado de distintas maneras
hasta la actualidad. ¿Conoces los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de
Pablo Neruda? Ahí tienes un ejemplo de poesía amorosa en el siglo XX. Hay otros temas que
también han sido importantes a lo largo de la historia de la literatura, como por ejemplo: la
muerte, la guerra, la amistad, etc. El reconocimiento de distintos temas en la literatura
también ayuda a la comprensión e interpretación de los textos, porque puedes establecer
relaciones entre diferentes obras que aborden un mismo tema, identificando semejanzas y
diferencias.

Ahora bien, no solo puedes comparar distintos textos literarios que traten un mismo tema.
Existen otros modos de expresión que también tratan los mismos temas que aparecen en la
literatura. Por ejemplo: películas, canciones, artículos periodísticos, pinturas, etc. Es decir, que
tanto en textos literarios como no literarios puedes identificar ciertos temas.
Veamos un ejemplo. Fíjate en las semejanzas y diferencias entre estos dos fragmentos
extraídos de un diario y una revista, respectivamente:

1. El año pasado el subsecretario de Carabineros, Felipe Harboe, debió sortear uno de los
desafíos más importantes de su vida: se casó con Katia y tuvo que ganarse también el amor de
la hija de su señora (Emilia): “Debí aprender a conquistar la confianza y el cariño de la niña, fue
quizá lo más complejo y gratificante que he vivido”, admite. Felipe, de 31 años, cuenta que a
medida que pasa el tiempo ha descubierto que la prioridad en su vida son los afectos. Y es por
ello que se siente “en su salsa” estando en familia, en su parcela en Pirque, sintiendo la
tranquilidad del campo.

Diario La Segunda, 3 de marzo de 2004.

2. Me temo que de nuevo la Gracia está preñada. Se le nota en la actitud excesivamente


humilde –rastrera, diríase-, en los ojos amarillos huidizos, en una cierta distracción que no
corresponde a su natural viveza de pastora alemana de fina cepa. Anda envuelta en una
especie de halo en el que se combinan culpabilidad y satisfacción, y esa imagen de perra
apaleada solamente puede significar que nos ha vuelto a salir con un domingo 7. Todos
aspirábamos a que algún pastor alemán de las casas vecinas fuera el responsable, pero el
sospechoso número uno era “el perro negro de cola de punta blanca”. O sea, un quiltro astuto y
pulgoso (…).

Ximena Torres Cautivo, Revista Mujer, 18 de enero de 2004.

¿Qué elementos comunes y qué diferencias encuentras entre estos dos textos?

Ambos tratan acerca del encuentro de una pareja, tanto humana como animal. Sin embargo, si
te fijas, el punto de vista de quien escribe el segundo texto pareciera ser negativo ante lo que
sucede, mientras que el primero solo lo menciona como un desafío importante en la vida del
entrevistado. Es decir, ante un mismo tema hay distintos enfoques o puntos de vista.

Del mismo modo, puedes comparar un texto literario con una película (“Romeo y Julieta” de
Shakespeare con la versión en que actúa Leonardo di Caprio, por ejemplo), y ver qué
elementos permanecen y cuáles son cambiados (¿es la misma visión del amor? Si cambian los
contextos, ¿cambia el concepto de amor?) o comparar un artículo periodístico con una canción
(por ejemplo, comparar la canción “Imagine”, de John Lennon, en que se trata el tema de la paz
mundial, con un artículo de protesta contra la guerra en Irak).

Lo importante es entender que tanto en la literatura como en otros medios de expresión se


manifiestan temas importantes para el ser humano. En el Módulo 3 volveremos sobre este
contenido, al revisar los grandes temas de la literatura universal.

II. Las obras literarias como producciones realizadas en un contexto. Importancia de la


investigación y el contexto histórico-cultural en la interpretación literaria.

Si bien existen conceptos como las figuras literarias para ayudarnos a comprender y dar
distintos sentidos a un texto, hay otro tipo de elementos que debemos considerar. Las obras
literarias han sido creadas en un determinado momento histórico y en una sociedad específica
y estos aspectos se pueden detectar en el texto. Por ejemplo, si lees una obra de principios del
siglo XX, probablemente no encontrarás allí televisores o computadores, pero sí puedes hallar
tranvías, trenes o periódicos, pues son elementos propios de ese momento histórico. De la
misma manera, si leemos un poema mapuche, por ejemplo, es probable que podamos
descubrir muchas características de esa cultura a través del texto. Al momento histórico-cultural
en que se sitúa una obra, lo denominamos contexto. La importancia del contexto, entonces,
está en la posibilidad de encontrar en la literatura visiones de mundo y procesos históricos
propios de una cultura y una época específicas; conocer esta información puede resultar un
aporte para una interpretación más acabada del texto.

Del mismo modo en que un grupo de personas, que vive en un mismo contexto, comparte
algunos rasgos socioculturales e históricos, varios escritores que viven más o menos en la
misma época comparten una visión de mundo y, más específicamente, del arte y la literatura.
Ello provoca que sus creaciones presenten características similares y que, debido a ello, los
estudiosos de la literatura se refieran a ellos como un “movimiento literario”. Conocer acerca
de estos movimientos, por lo tanto, es importante para comprender mejor la obra de un autor o
los diferentes textos literarios de una misma época, detectando las características que se
repiten en todos ellos, así como sus diferencias. Si quieres conocer más acerca de algunos
movimientos, puedes consultar los sitios Historia y movimientos de la Literatura Española, El
poder de la palabra y Arte Historia.

¿Te das cuenta de que es importante investigar cuando lees? Conociendo el contexto en que
se produjo la obra y el movimiento en el que ha sido clasificada, puedes compararla con la
época en que tú vives, notando las diferencias y entendiendo la manera en que una época y
una cultura se expresan a través de un texto literario. En el Módulo 3, volveremos a revisar este
contenido, para ver cómo ciertos elementos del contexto de producción de una obra te pueden
servir de argumentos al proponer un sentido para ella.

MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN


I. Introducción
En los medios masivos de comunicación también se elaboran mensajes que circulan de un
emisor a un receptor, como en cualquier intercambio comunicativo. Sin embargo, se diferencian
de nuestras conversaciones habituales, porque están dirigidos a grandes grupos de personas.
Es por esto que aquellos que elaboran los mensajes de los medios piensan siempre en las
características del grupo al que se dirigen (edad, estrato social, sexo, hábitos, etc.), para lograr
en esas personas un determinado efecto. Según el propósito que tenga el emisor, entonces,
encontramos distintos tipos de mensajes, con características propias y que buscan provocar
diferentes efectos en el receptor.

II. Propósitos y efectos de los medios masivos de comunicación

Día a día convivimos con innumerables mensajes provenientes de los medios masivos de
comunicación, aunque no siempre nos detenemos a analizarlos con atención. Es por esto que
muchas veces no nos damos cuenta de que, además de productos, también promueven
modelos o imágenes de la sociedad; o de que una noticia no es tan informativa como parece,
sino que también contiene y comunica opiniones. A partir de ello, es muy importante analizar
los medios masivos de comunicación de una forma más crítica y consciente que la habitual.
Para eso, te mostraremos algunos conceptos que te ayudarán a reconocer sus efectos y
propósitos.

III. Publicidad y Propaganda

Es necesario que distingas entre publicidad y propaganda, pues ambas tienen propósitos
distintos. Las dos pueden apelar a la emotividad del receptor (provocan el mismo efecto), pero
mientras la primera busca vender un producto, la segunda busca difundir una idea, valor o
forma de ver el mundo. No es lo mismo un comercial de zapatos que una campaña en contra
del consumo de drogas, pues el propósito del primero es que compres los zapatos, mientras la
segunda espera que asumas una determinada opinión acerca de las drogas.

IV. Los géneros periodísticos

Al igual que las obras literarias, los textos periodísticos también pueden clasificarse en géneros.
La división que te proponemos se vincula con otro contenido que ya has estudiado: las
modalizaciones discursivas. De esta manera, distinguiremos entre aquellos textos en que
predomina la exposición de hechos, y aquellos en que predomina la manifestación de
opiniones: géneros de información y géneros de opinión, respectivamente.

Géneros de información

En el nivel de la información, el objeto fundamental del mensaje es la noticia. Esta se


caracteriza por ser un relato básico que enmarca un hecho de interés general en las
circunstancias que lo hacen explicable y sus posibles consecuencias. En este tipo de textos,
predomina la narración y la descripción, formas básicas del discurso expositivo que serán
abordadas en el Módulo 2.

Otra modalidad fundamental del género informativo es el reportaje, a través del cual se
pretende explicar algún hecho o tema, y desarrollarlo con cierta amplitud. En el caso de los
hechos o temas tratados en el reportaje, diremos que estos ya no son estrictamente noticia,
pues su desarrollo demanda cierta distancia con el momento mismo en que ocurrieron los
hechos descritos por ella. Al igual que en la noticia, en el reportaje también predomina la
narración y la descripción.

Géneros de opinión

Como se señaló en la definición de escrito periodístico, dentro de lo que hemos decidido llamar
géneros de opinión encontramos como principal manifestación al artículo, que es una
exposición periodística de ideas y pensamientos particulares sobre hechos que han sido
noticia. Bajo este nombre genérico se agrupan textos de contenidos diversos y formas
variadas. Es importante que manejes los siguientes:
Editorial (o artículo editorial): Es un escrito periodístico que ocupa una página y espacio
importantes dentro del medio en que se publica. Representa la opinión y postura ideológica de
dicho medio al interpretar un hecho noticioso de cierta trascendencia, o algún tema relacionado
a él. De esta opinión reflexiva se hacen responsables el editor o el consejo de redacción de ese
medio en particular. Generalmente, el editorial no va firmado, pues se entiende que representa
la idea del diario o revista en la que aparece, y no necesariamente una posición personal.

Columna de opinión (o artículo-comentario): Si bien este tipo de texto comparte con el


editorial el carácter interpretativo y reflexivo, a diferencia de él porta una opinión personal y
particular de una persona que lo firma y que no participa necesariamente en el consejo de
redacción o grupo de editores. En todo caso, generalmente existe una coincidencia de criterios
entre los columnistas de un diario y su línea editorial.

Carta al director: es un texto dirigido al director de algún medio específico escrito por sus
lectores, para opinar públicamente acerca de algún tema o suceso de actualidad. Se asocia al
discurso del comentario, en la medida en que expone un determinado punto de vista sin
intentar explícitamente convencer al receptor. La publicación de esa carta en el medio al que ha
sido enviada, depende exclusivamente de la línea editorial del medio.

Por otro lado, debes tener claro que muchas veces se mezclan y confunden intencionalmente
estas categorías. Así, la opinión, por ejemplo, se deja ver dentro de un texto que a simple vista
parece informativo. Esto sucede, por ejemplo, cuando una noticia se titula “Horrible accidente
en Puerto Montt”, ya que el adjetivo “horrible” es una valoración del emisor sobre el accidente,
es decir, se trata de su opinión y no de los hechos ocurridos. Si eres capaz de diferenciar
publicidad de propaganda o información de opinión, ya estás más preparado para reconocer las
distintas funciones de los medios masivos de comunicación en nuestra sociedad. Además, al
leer atentamente este tipo de mensajes, podrás tener una opinión personal sobre ellos,
criticando, por ejemplo, los mensajes con los que no estés de acuerdo.
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN

EL DISCURSO EXPOSITIVO

1. Concepto

El discurso expositivo se caracteriza porque en él predomina la finalidad de informar al


receptor. Es decir, a través del discurso expositivo se intercambia información, como por
ejemplo, cuando un compañero te dice que por favor le expliques la última clase de historia
porque no entendió nada.

2. La situación de enunciación del discurso expositivo

La situación de enunciación de los discursos expositivos es particular porque el emisor


es un sujeto que conoce un tema, mientras que el receptor es el individuo que será informado
sobre ese contenido. En este sentido, la relación entre ambos participantes es de asimetría
(desigualdad), ya que el hablante maneja más información que el oyente acerca del tema
tratado. Piensa de nuevo en ese amigo que te pide que le expongas la clase de historia.
Evidentemente, tú estás en una relación de desigualdad con él porque tú sabes algo que él no
sabe y necesita saber.

Generalmente, la situación en que se realiza este tipo de discurso es formal. Por


ejemplo, cuando tienes que realizar una disertación frente a tu profesor(a) y a tus compañeros
existen ciertos elementos que tú consideras: tu ropa, el lenguaje que usarás, las posturas, los
apoyos visuales, etc. Todos estos aspectos se relacionan con el hecho de que es una situación
formal

3. Formas básicas del discurso expositivo

El discurso expositivo se caracteriza por ser desarrollado mediante diferentes formas


básicas. A continuación te presentamos las principales:

a) Definición: se refiere a los rasgos esenciales de los objetos y seres vivos. La definición
responde a la pregunta “¿qué es?”.

Por ejemplo: Gato es un animal, felino y doméstico.

La definición es una proposición que expone con claridad los caracteres generales de una
cosa, animal, etc. Al definir no nos fijamos en las características de un objeto en particular
(cómo es mi gato Silvestre) sino en los conceptos o ideas que definen a dichos objetos: ¿qué
es un gato?

Ejemplo:

"Alegría: Sentimiento que produce en alguien un suceso favorable o la obtención de algo que
deseaba o que satisface sus sentimientos o afectos."

Tal como podemos deducir del ejemplo anterior, los tipos de textos característicos de
esta forma expositiva son, entre otros, las enciclopedias y los diccionarios.

b) Descripción: implica los elementos distintivos que permiten identificar un objeto o ser vivo
específico. La descripción responde a la pregunta “¿cómo es?”. Por ejemplo: Mi gato es negro
y pequeño, tiene unas manchas blancas en las patas delanteras.

A continuación te presentamos otro ejemplo de descripción, esta vez de un aviso


publicitario:

"Jeep Cherokee, con motor de 2.5 lts, 150 caballos de fuerza, transmisión manual de 6
velocidades, doble air bag, frenos de disco en las 4 ruedas, con ABS y aire acondicionado, en
modelo deportivo: $ 13.490.000."
c) Caracterización: entrega información sobre los rasgos de personas, personajes o figuras
personalizadas. La caracterización, además, suele incorporar el factor de la subjetividad, por lo
tanto el emisor, al referirse a estos sujetos, emite un juicio acerca de ellos. De este modo, la
caracterización respondería a la pregunta “¿cómo lo veo?” o “¿cómo me parece a mí que es?”.

Por ejemplo: Mi tía es una mujer de unos 40 años, delgada y morena. Me gusta porque
es muy alegre. Al leer el enunciado "Me gusta porque es muy alegre" comprendemos de
inmediato que estamos frente a una caracterización: se habla de una persona, pero también se
opina desde la subjetividad del emisor, quien concluye que la mujer de la que habla es una
persona alegre según sus apreciaciones, y además señala que le gusta.

Podemos asociar a esta forma de discurso expositivo una gran variedad de tipos de
textos, específicamente aquellos en los cuales existe una referencia a personas, personajes o
figuras personalizadas, tal como dijimos antes.

De esta manera, encontramos caracterizaciones en textos literarios (por ejemplo, en


relatos épicos, novelas y cuentos, cuando se cuentan detalles de la personalidad o carácter de
alguno de los personajes), o en textos no literarios (semblanzas de un personaje de interés
público, como un actor de cine o un político). El hecho de que se pueda caracterizar a seres no
humanos que cumplan el rol de personajes nos lleva a pensar en las fábulas, por ejemplo, en
que los que hablan y actúan son animales que tienen características humanas.

El siguiente es otro ejemplo de caracterización:

"Como buen Sagitario, Nicolás es el centauro alegre y optimista que avanza a paso firme en
una vida llena de obstáculos. Expansivo; en este caso, además de apuesto y seductor."

d) Narración: consiste en relatar hechos o situaciones que suceden en una secuencia. La


narración podría responder a la pregunta “¿cómo sucede o sucedió?”, “¿qué pasó?”, etc.

Por ejemplo: Primero preparé el trabajo de historia, después me puse a estudiar


matemáticas, finalmente pude descansar viendo una película.

Esta forma del discurso expositivo establece un orden temporal de los acontecimientos
que explican un fenómeno.

Pese a que el discurso narrativo suele predominar en textos no literarios (como la


noticia, la crónica periodística o las recetas de cocina), en los que importa mucho la disposición
de los acontecimientos o acciones, no debemos olvidar que también ciertos textos literarios
(como el diario íntimo) pueden contener, por momentos, discursos narrativos combinados con
otras formas expositivas. Esto en el caso de que se cuenten acciones en un orden temporal
(ver, por ejemplo, el caso de Crónica de una muerte anunciada, de García Márquez, en la
que los hechos se cuentan en desorden, pero uno detrás de otro). Lo que importa de la
narración es la secuencia de acciones.

Un ejemplo de narración en una crónica periodística es el siguiente:

"Como todas las mañanas, un martes de fines del año pasado, la joven de quince años
caminó las cuatro cuadras de distancia que había entre su casa y el colegio y pasó las
primeras horas de clase esperando el ansiado y componedor recreo de las 10:30. Apenas sonó
la campana, corrió a comprarse una bebida y un brownie, para regresar a reunirse con sus
compañeras. Como tenía las manos ocupadas, empujó con un movimiento de caderas una
puerta batiente de vidrio que le impedía el paso, pero el cristal cayó mortalmente sobre ella,
cortando la arteria femoral de su pierna izquierda".

Este fragmento nos muestra una secuencia de acciones ocurridas en un periodo de


tiempo; esta secuencia se hace explícita a través del uso de verbos (los indicados con negrita
en el texto).

4. Organización textual
Además de estas 4 formas básicas de la exposición, la información se organiza y
dispone de manera de hacerla comprensible para el receptor. Estos esquemas de organización
de la información son útiles también para los ejercicios de Plan de Redacción que aparecen
en la PSU. Es por ello que, al final de esta página, se incluye un completo anexo acerca de los
criterios a considerar para resolver adecuadamente los ejercicios asociados a este ítem de la
prueba.
Las formas de organización del contenido de los discursos expositivos pueden
clasificarse, en términos generales, según los siguientes esquemas:

a) Secuencia Temporal: se organizan los eventos que se informan en una sucesión o serie
que se rige por un orden que puede ser cronológico, cíclico u otro que permita entender la
ubicación de los eventos en el tiempo.

Ejemplos:

1. "Uno de los primeros astrónomos ingleses Sir John, observó la luna desde su
telescopio y creyó descubrir cosas asombrosas: campos, montañas, lagos, etc. Poco
después, se descubrió con mejores telescopios una imagen más exacta de la luna.
Más tarde, los primeros astronautas norteamericanos (Borman, Lovel y Anders) que
rodearon la luna observaron su superficie…"
2. “Antes de preparar el guiso, se debe cocer la carne con las especias, para después
darles un hervor con las verduras.”

Es importante tener claro en este tipo de ordenación textual el rol que cumplen los
mecanismos de cohesión textual (básicamente conectores), pues ayudan a ubicar con claridad
los acontecimientos o acciones en la secuencia. Los conectores, por tanto, en especial los
temporales, serán primordiales para este tipo de estructura textual. En todo caso, este
contenido será abordado en profundidad en el módulo 3.

b) Relación Causal: la información se organiza sobre la base de relaciones causales, es decir,


algunos elementos funcionan como causa y otros como efecto o consecuencia.

Ejemplo:

1. "Actualmente estamos frente a una sociedad de consumo. El objetivo esencial de estos


tiempos parece ser consumir sin reflexionar convirtiendo a los sujetos en auténticos autómatas.
Una de las explicaciones de este fenómeno es que en general se asocia el consumo al
desarrollo o al progreso. De este modo, la persona que consume es una persona que
progresa…"

Efecto: consumismo.

Causas del consumismo: relación que establecen las personas entre consumo y progreso.

2. "La Corte Suprema rechazó, en un fallo dividido, la reconexión de Terri Schiavo a la sonda
gástrica que la alimenta artificialmente y que le permitiría seguir viviendo en estado vegetativo
persistente. Los jueces argumentaron que no había evidencia médica de que la mujer tuviera
alguna posibilidad de recuperarse de su estado neurológico actual".

Efecto: rechazo de la reconexión de Terri Schiavo.

Causa: la no evidencia empírica de la posibilidad de mejoría de la mujer.

c) Comparación: En este caso los contenidos se organizan sobre la base de semejanzas y


diferencias entre los contenidos contrastados.

Ejemplo:

"Los volcanes y los terremotos son dos procesos geológicos que alteran la forma de la
tierra por erosión.
Los volcanes están formados por chimeneas o fisuras en la corteza terrestre, a través
de las cuales es expulsado el magma, a diferencia de los terremotos que son movimientos
producidos en la corteza terrestre. Por otra parte, los volcanes son producidos por la elevada
temperatura que existe en el interior de la tierra, en cambio, los terremotos son causados por la
ruptura de rocas de la corteza terrestre".

En el ejemplo anterior se comparan los volcanes con los terremotos en función de sus
similitudes (ambos son procesos geológicos) y sus diferencias (en qué consisten y cómo son
producidos).

d) Problema-solución: mediante este esquema se presenta, por una parte, la información que
corresponde a uno o varios problemas, y por otra, la que alude a las posibles soluciones.

Ejemplo:

"Uno de los conflictos actuales más importantes es el nivel de cesantía. Frente a ello una de las
medidas que se han tomado es proponer la jubilación anticipada y voluntaria para que el
trabajador pueda disfrutar antes de los beneficios del ocio y dejar plazas de trabajo libres para
contratar a personas cesantes".

En este ejemplo se plantea un problema que es el nivel de cesantía y se da a conocer


una de las soluciones posibles, la cual consiste en jubilar anticipada y voluntariamente.

e) Enumeración descriptiva: la información se presenta a modo de enumeración de


elementos con el fin de describir o caracterizar el asunto del cual se está hablando.

Ejemplo:

“La habitación estaba decorada por una mesita de luz pequeña, una cama que dejaba ver el
paso del tiempo, uno de esos armarios antiguos que solo se encuentran en los anticuarios, un
sillón desvencijado y una repisa con libros encuadernados en cuero.”

En el caso del ejemplo anterior se describe el decorado de la habitación exponiendo un


elemento tras otro.

Por último, es importante destacar que los discursos expositivos pueden presentar más
de una forma. Así, es posible encontrar exposiciones en que haya un párrafo que se estructura
como una descripción y otro como comparación. Sin embargo, en la mayoría de los casos es
posible determinar la forma que predomina.

5. Las modalidades discursivas

Como se ha observado hasta el momento, los discursos no son formas puras, sino que
se clasifican según el factor predominante considerando su finalidad y la situación comunicativa
en que se emiten.

La referencia a hechos es frecuentemente modalizada por los emisores, es decir,


pueden apreciarse marcas discursivas que permiten a los receptores comprender el punto de
vista del emisor. En ciertas ocasiones es fácil detectar cuando el emisor está distinguiendo
explícitamente en el discurso un hecho de una opinión. Por ejemplo, cuando alguien dice: la
Constitución chilena me parece novedosa, está manifestando una opinión, ya que está
realizando un juicio de valor que es expresado a través de la palabra novedosa y modalizada
por la marca de opinión me parece. En cambio, cuando se dice Chile limita al norte con el Perú,
se está manifestando un hecho contrastable con la información de la realidad. En este caso la
distinción está explicitada mediante el verbo que implica una aseveración.

Las modalizaciones discursivas corresponden a palabras u expresiones que funcionan


como marcas para referirse a hechos y opiniones. Un emisor empleará estas modalizaciones
para distinguir hechos de opiniones en sus enunciados. Pero, ¿qué ocurre si los enunciados
fueran los siguientes?:

1. La Constitución chilena es novedosa.


2. Creo recordar que Chile limita al norte con el Perú.

En el caso del enunciado 1, estamos frente a una opinión expuesta como hecho, dado
que no hay marcas textuales que permiten evidenciar que se trata de una opinión, lo que
sabemos por el contenido del enunciado. Este aspecto es especialmente relevante en el
análisis crítico de los discursos emitidos en situaciones públicas de enunciación y en los
provenientes de los medios masivos de comunicación, donde frecuentemente se observa la
referencia a opiniones expresadas como hechos (Ejemplo: “Con ánimo triunfante ingresaron los
deportistas a la cancha”). Debes poner mucha atención a la finalidad de los discursos en estos
casos, dado que la exposición de hechos provoca un efecto de verdad y el emisor puede usarlo
para validar encubiertamente su punto de vista.

En el caso del enunciado 2, se marca o manifiesta discursivamente una opinión, aunque


sabemos por conocimiento de mundo que se trata de un hecho (y por ello se trata de un hecho
manifestado como opinión). En este caso la marca “creo recordar” funciona como marcador de
duda, es decir, el emisor no está seguro de lo que dice y por eso lo manifiesta como opinión.

Veamos otro ejemplo de una opinión dispuesta como si fuera hecho:

“En Quito, el conjunto local revirtió una desventaja de dos goles y superó con categoría a
Paraguay”.

Cuando analizamos un texto, entonces, debemos tomar en cuenta al menos dos dimensiones:

1. Los aspectos relacionados con las variables discursivas (modalizaciones, tipos de


textos, formas de organización textual).
2. Los aspectos relacionados con la situación comunicativa en la que se emiten los
discursos (finalidad, relación entre los hablantes, actos de habla, etc.).

Por ello es fundamental distinguir entre hechos y opiniones en la realidad y poder distinguir
cómo están expuestos discursivamente, ya que no necesariamente el discurso manifiesta
fielmente lo que se aprecia en la realidad. Por ello, es que se distingue entre exposición de
hechos para aludir a la forma discursiva o lingüística en que se presenta un hecho, y la
manifestación de opiniones para señalar las marcas discursivas que dan cuenta de la
presencia de opiniones del emisor.

GUÍA LENGUAJE Y COMUNICACIÓN


LITERATURA II
Introducción

La literatura es probablemente una de las formas más creativas de utilizar nuestro


lenguaje, ya que permite construir, por medio de palabras, mundos que jamás habríamos
imaginado. Podemos crear realidades que se parezcan a las que vivimos diariamente, recrear
lugares cotidianos del pasado a través del lenguaje o proyectarnos al futuro en la ciencia-
ficción. Es posible también acceder a espacios fantásticos, donde todo nos sorprende y nos
parece desconocido. Incluso encontramos relatos que llegan a fundar las creencias de una
cultura: los mitos.

De esta manera, las distintas formas de crear mundos que se han desarrollado en
diferentes épocas, han generado una clasificación amplia de los géneros literarios (lírica, drama
y narrativa) y otras más específicas y de duración más breve (la novela picaresca, la tragedia
griega, la ciencia-ficción, el drama burgués, etc.), que responden a circunstancias históricas
muy particulares y que se conocen como “géneros literarios históricos”. Estos consisten en la
manifestación histórica específica de alguno de los tres grandes géneros: por ejemplo, la
égloga es una manifestación del género lírico en el siglo de oro español.

Así como existen variadas clasificaciones de género y tipos de mundo, existen, como
veremos, muchas formas de interpretar un mismo texto, dependiendo del sujeto que lea y del
momento histórico en que lo haga. Podemos no estar de acuerdo con lo que un amigo o amiga
haya comprendido de una obra, aunque no por eso su punto de vista es erróneo. Lo importante
es que seas capaz de fundamentar lo que entendiste de una obra, es decir, que manejes un
conocimiento suficiente sobre una obra y su contexto, contando así con herramientas
adecuadas para proponer tus interpretaciones.

Tipos de mundo ficticio creados por la literatura

Una de las características de la literatura que más nos sorprende es su capacidad de


hacernos olvidar nuestro mundo por un momento, y entrar en otro ámbito completamente
diferente. En estos universos viven personajes que desconocemos y que a veces habitan
épocas distintas a la nuestra o incluso ambientes en los que suceden cosas que nos
desconcertarían en nuestra realidad cotidiana. De esta manera, la literatura utiliza el lenguaje
para construir mundos regidos por lógicas similares y/o distintas a las de nuestro diario vivir.
Como algunas obras literarias presentan elementos comunes en cuanto a los mundos que
configuran, podemos clasificarlos en “tipos”. Esta clasificación podría ser múltiple, pero para la
PSU se consideran cinco rasgos caracterizadores de los tipos de mundo, que se describen a
continuación. Lo importante es que sepas que una misma obra puede presentar rasgos de
varios tipos de mundo al mismo tiempo, pero que siempre hay uno que predomina sobre los
otros. Por ejemplo, en el fragmento de Alicia en el país de las Maravillas que te presentamos
más adelante, se observan varios elementos que podríamos identificar como propios de
nuestro entorno cotidiano (un par de guantes, un conejo que salta, una niña, etc.). Sin
embargo, hay un elemento central que quiebra esta lógica: el conejo habla y esto pareciera ser
natural en el mundo mostrado por el texto. Por lo tanto, en este texto lo cotidiano está presente,
pero únicamente al servicio del mundo onírico, como una forma de mostrar la ruptura entre
realidad y fantasía. Veamos a continuación los tipos de mundo a los que nos referimos:

1. Mundo cotidiano:

Cuando una obra literaria busca configurar un mundo similar al que vivimos
diariamente, hablamos de un mundo ficticio de tipo cotidiano. La representación de este tipo de
mundo configura un espacio literario que se rige por una lógica habitual o semejante a la de
nuestra realidad. Por ello se dice que genera un efecto realista en el lector. Es importante
entender que no solamente existe la vida cotidiana que habitamos actualmente, sino que en
cada época ha existido una forma determinada de ver el día a día. Existen obras que nos
muestran mundos cotidianos del pasado y, por lo tanto, nos dicen algo de lo que sucedía en la
época en que se ambientan. El siguiente fragmento de Martín Rivas, obra escrita por Alberto
Blest Gana en 1862, te ayudará a entender cómo una obra crea un mundo basado en la
exhibición de elementos comunes con la cotidianeidad de otra época:

"A principios del mes de julio de 1850 atravesaba la puerta de calle de una hermosa casa de
Santiago un joven de veintidós a veintitrés años.

Su traje y sus maneras estaban muy distantes de asemejarse a las maneras y al traje
de nuestros elegantes de la capital. Todo en aquel joven revelaba al provinciano que viene por
primera vez a Santiago. Sus pantalones negros, embotinados por medio de anchas trabillas de
becerro, a la usanza de los años de 1842 y 43; su levita de mangas cortas y angostas; su
chaleco de raso negro con largos picos abiertos, formando un ángulo agudo, cuya bisectriz era
la línea que marca la tapa del pantalón; su sombrero de extraña forma y sus botines
abrochados sobre los tobillos por medio de cordones negros componían un traje que recordaba
antiguas modas, que sólo los provincianos hacen ver de tiempo en tiempo, por las calles de la
capital."

Alberto Blest Gana: Martín Rivas, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1991.

La referencia a un año específico de la historia (1850) y a una ciudad existente en nuestro país
(Santiago), revelan el intento por hacernos creer como lectores que se trata de un mundo que
podemos encontrar en la realidad. La sensación de estar frente a un mundo cotidiano se ve
reforzada por la descripción detallada del vestuario del personaje y de algunas costumbres de
la época, ya que estos elementos funcionan como rasgos verosimilizadores (que dan
apariencia de verdad) propios de la novela realista.

1.a. Mundo cotidiano de la ciencia-ficción

El género histórico de la ciencia-ficción, aunque genere un tipo de mundo que no existe


en la realidad, está construido como una proyección hacia el futuro del mundo cotidiano y de
los desarrollos posibles de la ciencia y la tecnología. El siguiente fragmento de ¿Sueñan los
androides con ovejas eléctricas?, obra escrita por Philip K. Dick, te ayudará a entender cómo
una obra crea un mundo basado en la exhibición de elementos comunes con la cotidianeidad
desde la proyección hacia el futuro de las posibilidades ofrecidas por los avances en el ámbito
tecnológico y científico:

"(El replicante Nexus 6 persigue a Rick Deckard por la azotea de un edificio)

Lekar!...4,5, aún sigues vivo...puedo verte...será mejor que huyas o voy a tener que matarte, a
menos que estés vivo no puedes jugar, y si no juegas...6,7, ir al infierno, ir al cielo...bien así me
gusta. Esto duele, ha sido algo irracional, sin mencionar el comportamiento antideportivo. A
dónde vas?...es toda una experiencia vivir con miedo, verdad? Eso es lo que significa ser
esclavo. (...)

Yo he visto cosas que vosotros nunca creeríais, atacar naves en llamas más allá de
Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhausser, todos esos
momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia, es hora de morir."

Philip K. Dick: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968)

1.b. Mundo cotidiano utópico:

Se podría decir que el género utópico nace con este nombre en el siglo XVI con la obra
Utopía de Tomás Moro, aunque en la antigüedad ya se habían planteado proyecciones
perfectas de la sociedad, como en el caso de La República de Platón. El tipo de mundo
utópico, entonces, al igual que el mundo de la ciencia-ficción, está imbricado con el desarrollo
del género histórico denominado utopía y que corresponde a la creación de un mundo ficticio
donde la sociedad está ordenada a partir de las proyecciones que en algún momento se
tuvieron de ella. Es un plan o un proyecto que, sin embargo, se representa bajo las mismas
estrategias de verosimilitud con que se construye el tipo de mundo cotidiano:

“Si esa multitud de trabajadores se repartiese entre los pocos oficios que son
necesarios a la vida natural, la abundancia de materias de primera necesidad sería
forzosamente tan grande que los precios estarían por debajo del presupuesto alimenticio de los
artesanos. Pero si todos los hombres que actualmente se emplean en oficios vanos, si todas
las clases ociosas que vegetan en la pereza y el abandono, cada uno de cuyos miembros gasta
una parte de lo obtenido por el trabajo del próximo igual a la de los que producen, fueran
obligados a trabajar en algo de utilidad e interés común, fácilmente salta a la vista el poco
tiempo que sería necesario para obtener todo lo preciso para las necesidades o para llevar una
existencia confortable, así como para el lícito bienestar, y todavía sobraría.

Lo que acontece en Utopía demuestra abiertamente esta verdad. Apenas se


encuentran en toda la ciudad y en el territorio vecino quinientas personas, entre hombres y
mujeres, que estando en condiciones de trabajar estén eximidas de hacerlo.”
Tomás Moro: Utopía (1516)

2. Mundo onírico o fantástico:

Lo onírico se asocia al sueño. Sin embargo, esto no quiere decir que a este tipo de
mundo correspondan todas las obras relacionadas con el tema del sueño. Se habla de “onírico”
porque esta clasificación engloba a todas las obras que configuran un mundo representado que
quiebra en algún momento con la lógica en la que vivimos diariamente, para dar paso a una
lógica similar a la que se estructura en los sueños, donde los hechos más increíbles y hasta
absurdos son posibles. Cada vez que encontramos un texto en que algún hecho nos provoca la
sensación de extrañeza, y de que aquello no sucede en la “vida real”, estamos frente a un tipo
de mundo onírico. Un cuento, por ejemplo, en el que el protagonista se transforma
repentinamente en lobo, quebrando nuestras expectativas lógicas, evidencia la configuración
de este tipo de mundo. El siguiente fragmento de Alicia en el país de las Maravillas nos
muestra cómo se desarrolla este universo ligado al sueño:

"Era otra vez el Conejo Blanco, que volvía saltando poco a poco y mirando
ansiosamente a uno y otro lado como si estuviera buscando algo. Alicia oyó que mascullaba
para sus adentros: "¡Ay, la Duquesa! ¡La Duquesa! ¡Por vida de mis queridas patitas! ¡Ay de mi
piel y de mis bigotes! ¡Estoy tan seguro de que me mandará ejecutar como de que los grillos
son grillos! ¡Dónde diablos puedo haberlos dejado caer! ¡dónde, dónde!". Alicia adivinó al
instante que lo que estaba buscando eran el abanico y el par de guantes blancos de cabritilla, y
con la mejor disposición se puso ella también a mirar por todas partes, sin resultado alguno,
pues no aparecían por ningún lado."

Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas, Editorial Alianza, Madrid, 1984.

Todo parece en orden en esta historia. No obstante, cuando el conejo habla frente a
Alicia vemos que la lógica de lo que estamos acostumbrados a percibir como habitual se
quiebra o se violenta. Que un conejo nos hable puede sucedernos en un sueño, pero no en
nuestra realidad cotidiana, y es por eso hablamos de mundo onírico. Por otra parte, este texto
permite retomar un contenido revisado en el módulo 1: la personificación.

3. Mundo mítico:

A este tipo de mundo corresponden todas aquellas obras que presentan relatos de los
cuales se deduce el origen de una cultura o de un fenómeno de la naturaleza (por ejemplo, el
origen de las estaciones en el mito griego de Deméter, o el del día y la noche en el mito náhuatl
de Nanahuatzin y Tecuciztécatl). Dicho origen aparece ligado a la presencia de fuerzas
sobrenaturales, ancladas en un imaginario religioso específico (dioses, semidioses o héroes,
por ejemplo). Por lo tanto, son relatos que, de alguna manera, fundan o se asocian a un
determinado conjunto de creencias. En el siguiente texto de Elicura Chiuailaf puedes observar
estos rasgos:

"En el epew -relato- del origen del Pueblo mapuche, nuestros antepasados dicen que el
primer Espíritu Mapuche vino desde el Azul. Pero no de cualquier Azul sino del Azul del Oriente.
Y como en nuestra Tierra no había nada que pintara ese Azul como el expresado en el cielo
profundo, intenso, dijeron que el Azul existe en el Oriente y en el espíritu y el corazón de cada
uno de nosotros. Y que cuando el espíritu -en la brevedad de su paso por este mundo-
abandona al cuerpo, se va hacia el Poniente a llamar al Balsero de la muerte para que lo ayude
a cruzar el Río de las Lágrimas y llegar así a la isla -el País- Azul en la que habitan los espíritus
de nuestros Antiguos."

Chiuailaf, Elicura: Recado confidencial a los chilenos, LOM Ediciones, Santiago de Chile,
1999.

El texto anterior explica diversos fenómenos (el origen del pueblo mapuche y lo que
sucede con el sujeto después de la muerte), a partir de la intervención de fuerzas
sobrenaturales o divinas: el Azul, el Balsero de la muerte, el Río de las Lágrimas. Estos rasgos
nos permiten deducir que se trata de un texto que configura un mundo mítico, base de las
creencias de la cultura mapuche. La lógica propia de este tipo de mundo se relaciona con la
convivencia entre dioses y hombres, la presencia de fuerzas sobrenaturales, la magia, etc., que
aparecen como elementos naturales, por lo que podemos señalar que el mundo mítico es a la
vez maravilloso, es decir, que dentro de él estos elementos tienen su propia explicación, por lo
que no son considerados como extraños.

Grandes géneros literarios


En el módulo anterior nos referimos a los grandes géneros literarios y revisamos las
características principales de la lírica (predominio de la función expresiva), la narrativa
(predominio de la función referencial) y el drama (predominio de la función apelativa). Por lo
tanto, en este módulo abordaremos de manera más específica cada uno de estos géneros,
considerando sus principales elementos y características.

1. Género lírico:

Si bien ha resultado difícil a lo largo de la historia de la literatura fijar una definición


exacta y estable del género lírico, podemos afirmar que, al centrarse en la función expresiva del
lenguaje, constituye un género destinado a la expresión de una subjetividad. Esto significa que
todas las obras cuyo foco no está en la narración de una historia, sino en la exhibición de un
sujeto y lo que piensa y siente, pueden clasificarse dentro del género lírico. Ya no se trata,
como en la narración, de mostrar personajes y acciones, sino de la reflexión emotiva de una
persona respecto del mundo en el que se instala. Para que comprendas mejor esta idea: es
análoga a la diferencia entre contarle a un amigo o amiga algo que te sucedió en una fiesta e
intentar expresarle lo que sentiste en ese momento. Probablemente utilizarás un lenguaje
completamente distinto en ambos casos.

Por otra parte, más allá del contenido, el género lírico ha presentado ciertos rasgos en
su forma relativamente estables a lo largo de la historia. Si bien no es privativo de la lírica, uno
de sus elementos importantes es el uso figurado del lenguaje, es decir, un uso del lenguaje que
se diferencia de la comunicación habitual, pues intenta nombrar las cosas de una manera
distinta. Para mayor especificación sobre las figuras, recomendamos ver el Módulo 1.

Además de las figuras, el género lírico, debido a su relación con la música (recuerda
que la lira era un instrumento musical), posee un ritmo determinado, una forma de estructurar
las palabras que enfatiza sus sonidos. Para lograr este efecto, en algunos casos se utiliza la
rima consonante (casa rima consonantemente con masa, taza, plaza, ya que todos los sonidos
a partir de la última sílaba acentuada son iguales), la rima asonante (casa rima de manera
asonante con gata, baja, rana, pues todas las vocales que siguen luego de la última sílaba
acentuada son idénticas) o el verso libre (incluso cuando no hay una rima explícita, se
mantiene un determinado ritmo). Debido a la importancia de la musicalidad, muchas veces las
obras del género lírico se estructuran en versos de determinadas sílabas, como una forma de
mantener cierta regularidad en la entonación del poema, fenómeno que se denomina “métrica”
(medida de los versos). Es probable que si analizas, por ejemplo, una canción de hip-hop,
detectes cierta regularidad en la cantidad de sílabas utilizadas por verso en cada estrofa, pues
la lírica sigue un principio similar al de la música.

2. Género narrativo

El género narrativo es un género mixto, es decir, que en él se pueden alternar la voz


del narrador y la de los personajes. Se caracteriza por centrarse en el mundo representado
(acciones – personajes – espacio).

Narrador: se entiende el narrador como el que porta la voz del relato, vale decir, el que cuenta
la historia. Este narrador, según el grado de conocimiento que tenga acerca de los hechos que
relata, puede ser omnisciente (si conoce todo lo que sucede y lo que los personajes sienten y
piensan), testigo (si está inserto en el relato y observa los sucesos, por lo tanto, no conoce
todo acerca de los personajes y de la historia, sino solamente lo que ve) o protagonista (si
está dentro de la historia y participa de ella como personaje principal, asumiendo la primera
persona gramatical).

Estructura de la narración: la narración tradicional (aunque hay innumerables novelas y


cuentos que rompen este orden) se estructura en las siguientes partes:

 Presentación: parte inicial de la narración, que muestra al lector los personajes


principales de la historia, además de exponer el conflicto central del relato.
 Nudo o desarrollo: una vez que ya se conocen los personajes y el conflicto, se
muestra la forma en que cada uno asume un rol frente a este problema. Suele ser la
sección más extensa del texto narrativo.
 Clímax y desenlace: el clímax es el punto en que el conflicto ha llegado a su máxima
tensión. Luego de ello sigue el desenlace, que resuelve el conflicto de forma positiva o
negativa de acuerdo a los objetivos de los protagonistas.

Acción, espacio y tiempo: otra característica de la narración es que desarrolla una


secuencia de acciones en un tiempo y un espacio determinados y que se organiza,
entonces, en episodios. Un episodio lo entenderemos como un problema + su solución; por
ejemplo, tener hambre + comer constituye un episodio.

Personajes: dentro de un texto narrativo encontramos personajes principales (protagonistas


del conflicto) y secundarios que se pueden clasificar en oponentes (si impiden al protagonista
alcanzar la realización de su deseo) y ayudantes (si facilitan al personaje o a los personajes
principales el logro de su meta).

Lee el siguiente cuento de Augusto Monterroso, para que puedas detectar estos rasgos:

LA RANA QUE QUERÍA SER RANA AUTÉNTICA

“Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se
esforzaba en ello.

Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada


autenticidad.

Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora,
hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.

Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la
gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso)
para saber si los demás aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.

Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus
piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada
vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.

Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que
la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y
ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía
Pollo.”

Monterroso, Augusto: 16 Cuentos Latinoamericanos. Antología para jóvenes,


Coedición Latinoamericana, Brasil, 1992.

La voz es asumida por un narrador omnisciente, que se refiere al personaje en tercera


persona y que conoce sus acciones, pensamientos y sentimientos. Cuando se señala: “Había
una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello”, se
presenta al personaje principal (desde la personificación) y su conflicto (presentación). Luego,
se desarrolla la forma en que el protagonista (la rana) asume su problema y aparece el
personaje secundario: “los demás”. Por último, se cierra la historia con un final poco favorable
para el personaje (desenlace). A lo largo de este cuento, además, se va situando
temporalmente el relato al decir “Había una vez”, “Al principio”, “Unas veces”, “Por fin”, “Un día”,
etc.

3. Género dramático

Como vimos en el módulo anterior, el género dramático se caracteriza por el


predominio de la función apelativa o conativa, ya que la acción se desarrolla a través del
dialogo de los personajes.
Dentro de este género es fundamental distinguir dos dimensiones centrales: el texto
dramático y la puesta en escena. El primero es el texto escrito que propone un dramaturgo (el
que escribe obras teatrales) y el segundo se refiere al montaje que un grupo de actores en
conjunto con un director realizan, basándose en la lectura del texto escrito.

Respecto del texto dramático, es importante que sepas reconocer en una obra los
siguientes elementos:

 Rasgos comunes con el género narrativo: entre el drama y la narrativa existen


varias características compartidas. En primer lugar, se presenta una secuencia de
acciones en un espacio y un tiempo determinados. Dichas acciones son realizadas por
personajes y se estructuran también en presentación, nudo, clímax y desenlace. La
diferencia entre ambos géneros radica en la forma de presentar la historia, ya que
mientras en la narrativa conocemos los acontecimientos a través de la voz del narrador,
en el género dramático percibimos directamente la acción de los personajes a través
de sus diálogos, ya sea en la lectura o bien si asistimos a la acción cuando esta se
representa. No hay una voz que medie entre nosotros y la acción presentada, y por ello
somos espectadores directos, incluso cuando solo leemos el texto dramático.
 Acto y escena: son divisiones internas de la obra dramática. El acto es una unidad
mayor dentro de la obra, que generalmente obedece a cambios espacio-temporales en
la trama y por ello permite hacer cambios escenográficos en su puesta escena. Por su
parte, la escena es una división menor dentro de cada acto, que está marcada por la
entrada y salida de los personajes de la acción.
 Diálogos: en el texto dramático, los diálogos son los que refieren la historia en su
totalidad, y corresponden a las intervenciones verbales de los personajes. A través de
ellas nos enteramos de gran parte de la acción dramática.
 Acotaciones: son todas las indicaciones que el dramaturgo señala entre paréntesis, ya
sea para destacar alguna emoción del personaje o alguna de sus acciones, por
ejemplo: (acerca la bandeja a Juan), (dice con rabia), (se mueve hacia el fondo de
escenario). El director a cargo de la posterior puesta en escena considera las
acotaciones solamente como sugerencias y no necesariamente las toma en cuenta.
 Aparte: se refiere a aquellos textos que un personaje dice exclusivamente al público,
como si hubiese salido de escena y los demás personajes no lo escucharan.

En la puesta en escena se toman decisiones acerca de los aspectos propios del montaje,
como la escenografía, vestuario, iluminación, movimientos de los actores, caracterización de
los personajes, maquillaje, entre otros.

Géneros literarios históricos


Además de los grandes géneros literarios (lírica, narrativa y drama), existe una clasificación
más específica para las obras: los géneros literarios históricos. Esta clasificación se establece
debido a que, en algunas épocas de la historia, se generaron formas de escribir relativamente
fijas, que llegaron a constituirse en géneros con sus propias características. Habitualmente, la
forma de escribir asumida en un contexto determinado se relaciona directamente con las
circunstancias histórico-culturales que se daban en la época. Entenderemos los géneros
literarios históricos, entonces, como formas específicas que adquieren los grandes géneros y
que, como criterio, nos es útil para clasificar un conjunto de obras con rasgos comunes entre sí
y que se desarrollaron durante un periodo histórico específico. Para que comprendas mejor
este concepto, puedes ver a continuación la descripción de algunos géneros literarios
históricos:
 La épica (del griego epos: palabra, noticia, narración): es una de las primeras
manifestaciones de la narración. Se trata de historias “cantadas” o relatadas oralmente
y cuyo tema central son las acciones “dignas de contar” realizadas por “héroes” que
representan los ideales de una clase (guerrera o aristocrática) y de toda una sociedad.
Algunos casos son La Ilíada, La Odisea, La Eneida, El Cantar del Mío Cid, El Cantar
de Roldán. Hoy en día ya no se escriben epopeyas al estilo, por ejemplo, de los
griegos.
 La tragedia griega: si bien este género tiene manifestaciones posteriores a la
Antigüedad, es en esta época donde sus características son definidas y delimitadas por
Aristóteles. Se caracterizaba por la exhibición de un conflicto entre personajes
humanos nobles y la fuerza del destino que siempre lograba vencerlos. La tragedia
presenta un final desfavorable para sus protagonistas, que con frecuencia mueren al
terminar la historia. Por lo demás, si los personajes intentaban huir de su destino, este
se cumplía de todas maneras. La finalidad de estas obras teatrales era lograr en el
espectador la catarsis, es decir, una mezcla de piedad frente al sufrimiento padecido
por los personajes y de terror, por la identificación con la trágica suerte del
protagonista. Algunos ejemplos son Antígona, Edipo Rey, Medea.
 Auto sacramental: es un género desarrollado durante la Edad Media, que
representaba en piezas dramáticas algunos fragmentos de la historia bíblica. Este
género está profundamente ligado al momento histórico en que surge, ya que se trata
de una época marcada por la instalación del cristianismo en Occidente. De esta
manera, los autos sacramentales tenían una función pedagógica además de estética,
ya que buscaban enseñar esta religión a través de la representación teatral, como es el
caso de El Auto de los Reyes Magos, del año 1150.
 Novela de caballería: género narrativo protagonizado por caballeros medievales que
encarnan una serie de valores: el honor, el amor, la valentía, etc. Se trata de un relato
de aventuras en que el caballero debe enfrentar duras batallas según las normas de
caballería, para llevar a cabo sus objetivos y cumplir con sus ideales. El Amadís de
Gaula o los textos que giran en torno a la leyenda del Rey Arturo son excelentes
ejemplos.
 Égloga: género perteneciente a la lírica, que se desarrolla principalmente en el
Renacimiento. Al igual que la época en la que se inserta (primordialmente
antropocéntrica), la égloga se centra en problemáticas propias del ser humano, como el
amor o la muerte, ya no vistas desde una perspectiva religiosa como en la Edad Media.
Habitualmente estos poemas eran protagonizados por pastores (en una visión
idealizada de ellos), situados en un entorno natural también paradisíaco. Un ejemplo de
esto es la Égloga I, Garcilaso de la Vega.
 Novela picaresca: género que nace en una época de crisis (siglo XVI) y, de acuerdo a
ello, refleja las condiciones de vida en un contexto histórico complejo. Este género
histórico invierte la categoría tradicional del héroe, colocando en el centro al pícaro, un
sujeto que no es de origen noble ni defiende grandes causas. Se trata de un
protagonista que nace en medio de la pobreza y que debe buscar múltiples formas
para sobrevivir; su característica principal es la astucia como estrategia de vida. Por lo
tanto, se trata de un género que rompe con los cánones existentes en su época y que
narra las andanzas un este antihéroe (El Lazarillo de Tormes, La vida del buscón).
 Novela policial: género narrativo que no nace como un gran género literario, sino
como novela de bolsillo destinada a la entretención, a mediados del siglo XIX.
Posteriormente se consolida como un género cuya historia se centra en la detección de
claves que llevan al protagonista a resolver algún enigma, habitualmente relacionado
con un crimen, como es el caso de las novelas de Arthur Conan Doyle, cuyo
protagonista era Sherlock Holmes y algunos textos de Edgar Allan Poe.
 Ciencia-ficción: es un género que aparece a partir de los avances técnicos de la
modernidad y que se consolida durante el siglo XX con el desarrollo tecnológico. Ello
genera la posibilidad de proyectarse hacia el futuro ya no desde la incertidumbre, sino
desde potencialidades ciertas a partir de los avances de la técnica. Este género se
caracteriza, entonces, por el establecimiento de una hipótesis acerca del futuro de la
humanidad, cuyos argumentos se basan en el desarrollo actual de la ciencia y la
tecnología. Es el caso de las obras de Ray Bradbury, Julio Verne, Isaac Asimov,
Stanislaw Lem, Philip K. Dick, Arthur Clarke, entre otros. Estos textos literarios dan
origen al género cinematográfico de ciencia-ficción, que se manifiesta en películas
como Terminator, Matrix, Alien, Minority Report (Sentencia previa), El planeta de los
simios, Final Fantasy, entre otras.

Convergencia y divergencia interpretativas


En el módulo anterior hablamos acerca de la interpretación entendida como un diálogo
entre el lector y el texto, es decir, como la interacción que se produce entre lo que el texto dice
y la experiencia del sujeto que lo lee. Por lo tanto, la interpretación no solamente sirve para
decodificar un texto literario, sino también para reconstruirlo y complementarlo a partir de
nuestra lectura. Esto quiere decir que, cuando lees un texto literario, no solamente comprendes
lo que en él se dice, sino también recreas parte de la obra, enriqueciéndola con el sentido que
le das a partir de tu propia experiencia.

De lo anterior se deduce que un texto no tiene una única interpretación, sino que
admite tantas lecturas como lectores tenga, siempre y cuando cada una de las lecturas esté
claramente apoyada en algún aspecto del texto. Esto significa que cuando digas “yo creo que
esta obra habla sobre la soledad”, debes ser capaz de volver al texto y decir en qué frase,
oración, verso, figura literaria, personaje o acción identificas la presencia de la soledad. Si no
puedes encontrar ningún elemento del texto que confirme lo que tú entendiste, quiere decir que
tu lectura no está bien fundamentada.

ya aprendiste a dialogar con el texto desde tu propia experiencia. Ahora es importante


que comprendas la variedad de interpretaciones posibles frente a un mismo texto, pues
además de tu lectura pueden existir muchas otras que se sostienen en otros aspectos del texto.
Te sugerimos hacer la prueba con tus compañeros y compañeras: lean un mismo poema o
cuento y luego hablen sobre lo que cada uno entendió. Es muy probable que cada uno
proponga una interpretación diferente, sin que por ello estén equivocados.

Así como tus compañeros y compañeras pueden comprender las obras literarias de
formas muy distintas, cada época de la historia ha leído de manera distinta un mismo texto. Por
ejemplo, Frankenstein puede ser entendida como una obra de ciencia-ficción, ya que presenta
una hipótesis acerca del futuro del ser humano a partir de un descubrimiento científico: la
posibilidad de dar vida a una persona utilizando partes de cuerpos muertos. Por otro lado,
desde una interpretación que considere aspectos propios del Romanticismo literario, podríamos
afirmar que el personaje exhibe la historia de un ser humano incomprendido por la sociedad
donde habita. Incluso más, pues algunas versiones cinematográficas del texto lo han
interpretado de una manera distinta: se trata de un personaje del género del terror y cuya
finalidad es provocar miedo en los espectadores. Lo mismo sucede cuando ves las distintas
versiones que se han hecho para el cine de Drácula, Romeo y Julieta, La Ilíada, Hamlet, que
interpretan de forma muy variada el texto literario original.

Las obras literarias, entonces, generan lecturas distintas dependiendo de quién las lea
y en qué contexto epocal lo haga. Por ello, habrá algunas interpretaciones convergentes
(coincidentes en su punto de vista) y otras, por el contrario, serán divergentes (no tienen nada
en común o se oponen). Lo importante es que cada sentido otorgado a la obra esté basado en
algún aspecto significativo que aparezca justificado dentro de ella .

También podría gustarte