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I. Discurso dialógico
El discurso dialógico es aquel que se caracteriza por la interacción directa entre los hablantes,
por lo tanto, su elaboración depende de todos los interlocutores que participan en él. Es por eso
que se trata de un discurso eminentemente colaborativo. Los discursos dialógicos se
caracterizan por presentar una estructura formal, la toma de turnos, y una organización del
contenido que se manifiesta mediante el manejo del tópico (tema).
Existen una serie de recursos que señalan el cierre de la intervención de uno de los
interlocutores y que sirven para cederle la palabra a otro, por ejemplo, manifestando
explícitamente que han finalizado, haciendo preguntas, demandando información, etc.
Manifestaciones más estructuradas del discurso dialógico, como, por ejemplo, el debate,
suponen la presencia de un moderador que regule las intervenciones. En el contexto de una
clase, generalmente los estudiantes levantan la mano para pedir la palabra y el (la) profesor(a)
les señala cuándo pueden hablar. En formas menos estructuradas, como una conversación, los
participantes suelen interrumpirse entre ellos para obtener el turno.
El manejo del tópico o tema involucra una serie de habilidades específicas que permiten a los
hablantes introducir un tema, desarrollarlo, modificarlo y concluirlo. Es importante destacar que
en un discurso dialógico pueden exponerse varios tópicos distintos y que no siempre todos se
desarrollan de manera completa.
Para que te quede más claro, te proponemos imaginar lo siguiente: estás conversando con tu
mamá y quieres contarle que estás pololeando. Para poder hacerlo tienes que introducir el
tópico o tema; por ejemplo, podrías decirle "¿te acuerdas de ese(a) amigo(a) del que te hablé
hace unos días?" Si la respuesta es afirmativa, estás en condiciones de desarrollar el tópico.
Podrías contarle sobre sus gustos, su familia, sus estudios, etc. Por su parte, tu mamá te puede
hacer preguntas sobre él (ella), que también te permiten seguir desarrollando el tópico de tu
nuevo pololo(a). Cuando tu mamá deja de hacerte preguntas y tú sientes que ya le has
informado sobre tu pololo(a), puedes finalizar el tópico. Muchas veces, sin embargo, los temas
no se desarrollan completamente, ya sea por falta de interés de los interlocutores o porque se
produce una digresión al vincular el tema de cual se habla con otro distinto.
¿Te ha pasado que estás hablando con tus amigos y de repente no se acuerdan cómo llegaron
a hablar de un determinado tema? Si reconstruyen la conversación podrán ver en qué punto se
produjo el giro.
Para que estos contenidos te queden más claros, la próxima vez que estés involucrado
en una conversación pon atención a los mecanismos que los interlocutores utilizan
para obtener el turno. ¿Qué haces tú para ser escuchado? ¿Cómo se vincula la
manera en que manejas el tópico con la atención que te pone el resto de los
participantes? ¿Son todos los tópicos desarrollados completamente? ¿Por qué algunos
no son concluidos?
a) Conversación
b) Entrevista
c) Discusión y debate
Existen formas más estructuradas de la discusión, como es el debate, donde las intervenciones
son reguladas por uno de los participantes, que actúa como moderador, encargándose de
presentar los tópicos que se van a tratar y asegurando que todos los integrantes participen y
respeten el turno de habla de los demás. Como se trata de una situación en la cual se exponen
diversas perspectivas sobre un tema y estas son opuestas entre sí, resulta importante poner en
juego principios de cooperación y de cortesía. Tanto en la discusión como en el debate el
desarrollo del tópico está estrechamente vinculado con el discurso argumentativo, ya que los
interlocutores organizan su discurso en torno a tesis y argumentos. Volveremos sobre este
contenido en el Módulo 3, al abordar los contenidos referidos a Tercer Año Medio.
Función emotiva o expresiva: corresponde al emisor, porque mediante ella se expresan las
actitudes y los sentimientos del hablante.
Función referencial: informa sobre los hechos del mundo aludidos en el contexto.
En los contenidos de literatura de este mismo módulo encontrarás un mayor desarrollo de este
tema.
El prefijo griego “para” significa “junto a”, por lo tanto, los elementos paralingüísticos serán
aquellos que acompañan la expresión verbal. Cuando transmites oralmente un mensaje, no
solo lo haces verbalmente, sino que acompañas tu lenguaje con una serie de elementos
denominados paralingüísticos. Los más relevantes son la entonación, las pausas y el énfasis
en la voz. Estos elementos permiten que el oyente comprenda con mayor facilidad lo que tú
transmites, pues refuerzan el contenido de lo que comunicas por medio del lenguaje verbal.
Piensa, por ejemplo, lo que pasa con la ironía, ¿qué haces para que se entienda que quieres
decir lo contrario?
Cuando la comunicación es escrita los elementos paralingüísticos son transcritos por medio de
signos de puntuación, de exclamación, de interrogación y distinta tipografía. Por ejemplo, si
quieres poner énfasis en algo, probablemente utilices mayúsculas.
Se entiende por comunicación no verbal aquellos medios que complementan los mensajes
verbales como las expresiones faciales, los gestos corporales y las distancias espaciales que
se establecen entre los interlocutores. Si bien se utilizan como refuerzo, especificación,
matización e incluso ironización de la comunicación lingüística a la que complementan, hay
casos en que pueden ser usados independientemente. Piensa, por ejemplo, que en un principio
el cine fue mudo, por lo tanto los espectadores solo tenían claves no verbales para entender el
mensaje.
Por otra parte, las expresiones faciales a veces nos comunican mejor que las palabras el
estado de ánimo de una persona. En nuestra interacción cotidiana existen ciertas fórmulas fijas
de cortesía, como por ejemplo, cuando saludamos a alguien y le decimos “hola, ¿cómo estás?,
la mayoría de las veces la respuesta es “bien, ¿y tú?”. La respuesta se ha automatizado tanto,
que para saber efectivamente el estado en que se encuentra alguien tenemos que interpretar
otras claves, como las expresiones faciales (comunicación no verbal) y la entonación (elemento
paraverbal).
¿Has pensado qué relación existe entre la comunicación no verbal y la función fáctica?
Cuando escuchas a alguien, ¿haces algún gesto para indicarle que lo escuchas o que
entiendes lo que dice? ¿Cómo te sentirías si alguien no hace ninguna expresión facial
ni gesto corporal mientras te comunicas con él? Desde esa perspectiva, la
comunicación no verbal se vincula también con el manejo del tópico, ya que muchas
veces esperamos algún tipo de reacción en nuestro interlocutor para seguir
desarrollando el tema del cual hablamos.
Cuando se trata de un intercambio comunicativo escrito, los participantes desarrollan una serie
de de recursos que les permiten suplir la ausencia física de su interlocutor. En las conversiones
por chat, por ejemplo, un recurso serían los denominados “emotíconos”, que dan cuenta de
expresiones faciales y que complementan el sentido de los distintos enunciados, por ejemplo:
:-) :) sonrisa ;-) ;) guiño de ojo:-( :( tristeza :-D :D reír de oreja a oreja :-P :P sacar la lengua
:-* :* mandar un beso
Piensa, por ejemplo, la importancia que tendría el guiño de ojo para evidenciar el carácter
irónico de determinadas afirmaciones.
Hablar una misma lengua no significa señalar que la usemos todos de igual manera. De hecho,
las personas de edades diferentes hablan distinto. Esto también sucede con los sujetos de
niveles socioculturales diferentes o de distinta procedencia geográfica. Por ejemplo, si bien
hablamos la misma lengua que argentinos y peruanos, hay ciertos elementos en la
pronunciación y en el léxico que la hacen variar de un lugar a otro. Dentro de un mismo país o
incluso una ciudad existen variaciones.
En definitiva, la variación lingüística está relacionada con los condicionamientos que los
contextos socioculturales ejercen sobre las formas y la eficacia de la comunicación. Estos
condicionamientos son de diverso tipo y pueden afectar a la totalidad del lenguaje o solamente
a una parte de él, como el léxico o la pronunciación. Los principales factores que producen esta
variación son etáreos, geográficos y sociales.
Por otra parte, existe la necesidad de adaptar el lenguaje a la situación comunicativa en que
uno se encuentra. Así, cuando un sujeto está en una situación formal se expresa formalmente.
Por el contrario, si la situación es coloquial (informal) habla de manera informal. Estas
diferentes formas de expresarse se denominan registros de habla.
Situaciones informales: se dan entre sujetos que tienen relaciones simétricas. Un ejemplo de
lo anterior, es cuando dos amigos conversan en un café sobre sus vacaciones. Hay una
relación entre pares que supone informalidad en la manera de comunicarse.
Sin embargo, es posible que uno utilice un registro informal en situaciones donde la relación
entre los hablantes es asimétrica. Por ejemplo, muchas personas se vinculan coloquialmente
con sus papás, sin embargo, la relación no es simétrica. Es decir, que la formalidad e
informalidad dependen en gran medida de la confianza que existe entre los interlocutores.
4.1. ¿Sabías que cuando dices algo también haces cosas al decir? En efecto, a través de la
emisión de un enunciado, se realiza una acción. Para que comprendas mejor este concepto,
piensa en la siguiente situación: un sacerdote en una iglesia está bautizando a un niño y al
echarle el agua bendita dice "yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo". Después de verbalizar este enunciado el niño está bautizado. Por lo tanto, la acción de
bautizar se concreta cuando el sacerdote emite el verbo bautizar.
Los verbos que son necesarios para que exista una determinada acción son denominados
performativos. Algunos de ellos son: bautizar, prometer, declarar, jurar, etc., y se caracterizan
porque al pronunciarlos se realiza una acción al mismo tiempo.
Es importante que tengas claro que el significado del enunciado no siempre coincide con la
acción que se efectúa. Así por ejemplo, cuando alguien dice: “¿tienes hora?”, le está solicitando
a su interlocutor que le informe qué hora es y no le está preguntando si posee la hora. Por lo
tanto, existen dos niveles de significado: uno que alude al contenido del enunciado y otro que
corresponde a la intención comunicativa del hablante.
Por último, es necesario que sepas que existen distintos tipos de actos de habla:
Acto de habla directo: Es aquel que se ejecuta en el momento mismo en que el hablante
profiere el enunciado. Los verbos performativos, descritos anteriormente, son característicos de
este tipo de acto de habla. Las frases performativas son consideradas acciones en sí mismas;
acciones que consisten en pronunciar ciertos verbos en un determinado contexto enunciativo.
Por ejemplo:
Si estas palabras son dichas en medio de la clase a Rosa y Andrés, no tienen ningún valor
performativo: Rosa y Andrés seguirán tan solteros antes como después de que hayan sido
pronunciadas. Pero si las pronuncia un sacerdote durante una celebración de matrimonio, el
acto del matrimonio se realiza en ese mismo momento. Por lo tanto, los actos de habla directos
necesitan ciertas condiciones relativas al contexto en que se desarrollan, así como el tiempo
verbal en que se emiten: los verbos performativos solo funcionan como tales en presente. Si el
mismo cura dice: Ayer declaré marido y mujer a Rosa y Andrés, esta frase ya no será
performativa.
Acto de habla indirecto: Es aquel que el hablante ejecuta mediante la realización de otro acto
de habla y, aunque es implícito, es importante porque representa el verdadero propósito del
enunciado. Expresiones propias de este tipo de acto de habla son las preguntas, peticiones,
órdenes, críticas que no se realizan explícitamente. Por ejemplo, cuando un padre le pregunta
a su hijo: "¿no quieres ir a comprar pan a la esquina?" dentro de su situación comunicativa
específica se entiende que, en realidad, es una orden.
V. Modalizaciones discursivas
Ejemplo: "Yo creo que deberían distribuirse los recursos de otra manera".
En el ejemplo anterior, el verbo creer en primera persona singular da cuenta de que se trata de
una opinión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que muchas veces manifestamos
nuestras opiniones de manera tan categórica que son expuestas como hechos, y, a la inversa,
al no estar seguros de algo que decimos manifestamos un hecho como opinión.
LITERATURA
1. La lectura literaria como diálogo entre lector y texto
¿Sabes lo que significa diálogo? Proviene del latín dialogus (y este del griego diálogos), y
significa “conversación de dos o varios”. ¿Te imaginas cómo puede haber diálogo entre un
lector y un texto literario? Muy sencillo: el diálogo entre el lector y el texto se produce por
medio de la lectura.
De este modo, entenderemos que toda lectura es a la vez una interpretación, pues cada
persona que lee un texto literario intenta construir un sentido o significado que alimente su
experiencia.
Para interpretar mejor un texto literario, necesitas conocer algunos elementos como los
grandes géneros, las figuras literarias, el contexto (momento histórico: año, lugar, etc. en
que dicho texto se produjo) o los temas recurrentes dentro de la literatura. A continuación, te
entregamos algunos de estos elementos, que facilitarán la lectura de textos literarios y, con ello,
la interpretación.
Cada vez que nos comunicamos, entran en juego seis factores: un emisor envía un mensaje a
un receptor o destinatario a través de un canal que sirve de contacto entre ambos. Este
mensaje es construido de acuerdo a un código que, para posibilitar la comunicación, debe ser
común al emisor y al receptor, de modo que el mensaje puede ser codificado y decodificado.
Este mensaje es emitido dentro de un contexto de referencia, es decir, un contexto que define
las relaciones que existen entre el mensaje y el objeto o realidad a la que alude.
Es importante tener en cuenta que el código no solo es lingüístico, sino que también existen
otros como el alfabeto Morse, el lenguaje de sordomudos, las señales del tránsito, etc. Tal
como revisaste en el módulo de Lengua Castellana, no solamente nos comunicamos con
palabras, sino que existen otras formas de comunicación, como los gestos o las distancias.
En el ejemplo anterior, Andrés es el emisor del primer mensaje (“Juan, tengo hambre”), y Juan
es el receptor, pues va dirigido a él. Andrés, en tanto emisor, seleccionó ciertos aspectos del
código, en este caso, la lengua española, para construir su mensaje que pudo ser entendido
por Juan, ya que ambos manejan este código. Si Andrés se hubiera comunicado con señas, el
código sería distinto. El mensaje fue recibido ya que el canal, el soporte físico o medio a través
del cual se transmitió, permitió el contacto entre ambos hablantes. En este caso, el canal está
determinado por las ondas sonoras porque es una conversación oral. Cuando Juan le responde
a Andrés (“Yo también, ¿cuánto falta para el recreo?”) se transforma en emisor de un nuevo
mensaje y Andrés en receptor de él. En consecuencia, en la comunicación habitual los roles
de emisor y receptor pueden intercambiarse. El contexto del mensaje corresponde a
aquellos elementos a los cuales el mensaje se refiere. Por ejemplo, cuando Andrés le dice a
Juan que le pregunte a Pedro, se refiere probablemente a algún compañero de curso. La
palabra “Pedro” alude a una realidad no lingüística: una persona.
CONTEXTO
↓
EMISOR → MENSAJE → RECEPTOR
↑
CANAL
↑
CÓDIGO
Cada uno de estos factores va a determinar una función del lenguaje, que tiene que ver con la
importancia que cada uno de ellos adquiere en una situación comunicativa:
REFERENCIAL
↓
EMOTIVA O EXPRESIVA → POÉTICA → APELATIVA O CONATIVA
↑
FÁTICA
↑
METALINGÜÍSTICA
Es importante señalar que en un mismo texto podemos identificar más de una función, pero
éstas siempre se disponen de manera jerárquica, es decir, predomina una sobre las otras. Esto
nos permitirá más adelante, establecer un criterio de clasificación de los mensajes literarios en
los llamados géneros teóricos.
“Stan, pequeño y desgarbado, entró en la oficina. La habitación estaba iluminada por el sol que
entraba a través del ventanal. Marlowe se acomodó en su sillón, tras el escritorio viejo y
oscurecido por el polvo y el hollín.
—¿Cómo supo mi número? —preguntó el detective, mientras con un gesto invitaba a Stan a
sentarse.
—No. No lo hice. ¿Qué importa eso? Usted anda en este trabajo desde hace muchos años,
según me dijo por teléfono. Si me gusta lo contrataré.
—No es un buen procedimiento, señor Laurel. Usted es un hombre famoso. Podría pagar los
servicios de una agencia.”
Osvaldo Soriano: Triste, solitario y final. Santiago, Pineda Libros, 1974.
Como se señaló, en el caso de los textos literarios es la función poética la que predomina. Pero
esto no significa que no podamos identificar otras funciones. De hecho, será la presencia
imperante de las funciones emotiva, apelativa y referencial lo que nos permitirá organizar los
mensajes literarios en tres géneros: lírica, drama y narrativa. Estos géneros recibirán un
mayor desarrollo en el módulo dos, por lo que ahora nos remitiremos a las características que
adquieren en relación a las funciones del lenguaje.
c) Drama: si predomina la función apelativa se estará en presencia del drama, pues hay una
constante apelación de un emisor hacia un receptor, con lo que se produce el diálogo
dramático.
Géneros literarios
Connotación y denotación
Los mensajes pueden tener dos niveles de significación: estos son el plano denotativo y el
plano connotativo. El plano denotativo es el valor informativo o referencial de un término o
palabra (significado literal o del diccionario) y el plano connotativo tiene que ver con el uso
figurado del lenguaje. Por ejemplo: si le decimos a un amigo: “Eres un zorro”, el plano
denotativo nos llevará al diccionario: “zorro: animal mamífero de la familia de los cánidos”,
mientras que en el plano connotativo, por su parte, el término “zorro” adquiere un valor
metafórico: significará astucia o hipocresía. A través del lenguaje figurado, se establece una
relación de semejanza entre un animal y un ser humano.
A partir del ejemplo anterior podemos señalar que la denotación se centra en el valor
referencial de las palabras, y se vincula con el significado establecido en el código de la lengua.
La connotación, en cambio, implica los posibles nuevos sentidos o valores que podemos
agregar al significado referencial. La connotación, entonces, se relaciona con el carácter
polisémico de una obra, es decir, con la posibilidad de asignarle distintos sentidos.
Denotación y connotación
Como ya sabes, la comunicación literaria se apoya en el uso figurado del lenguaje, es decir, en
la presencia de figuras literarias.
Otro ejemplo de metáfora es: Tus cabellos de oro, donde, al igual que en el primer ejemplo, se
ha elegido una característica de uno de los elementos en comparación (el brillo del oro) para
reemplazarlo por la palabra ausente (rubio). En vez de decir: “tus cabellos rubios”, decimos “tus
cabellos de oro”. Desde esta perspectiva, la utilización de la metáfora muestra la intención
artística del que habla (o del que escribe), a través del uso figurado del lenguaje. Se busca
expresar de manera más artística lo que se quiere decir, reemplazando un elemento por otro.
En el Anexo 1 Figuras Literarias puedes ver las características de algunas de las figuras
literarias más utilizadas.
Arte Poética
(Vicente Huidobro)
¿En qué elementos te fijarías para interpretar este poema? Te damos una pista: en el primer
verso (primera línea del poema) se señala: “Que el verso sea como una llave”. La llave está
siendo comparada con el verso, de modo que se le están atribuyendo a éste las características
de la llave. Tenemos una primera figura literaria: la comparación. Otra comparación aparece
en el verso que dice “el músculo cuelga, / como recuerdo, / en los museos”. Detengámonos en
el sentido de ambas comparaciones: si buscas en el diccionario, la palabra llave significa:
“utensilio que se usa para abrir o cerrar una cerradura”. De este modo, la comparación entre la
llave y el verso apunta a señalar que el verso debe ser un instrumento que permita abrir
cerraduras. Por otro lado, si el músculo cuelga como recuerdo: ¿qué sentido podemos darle a
esta comparación? El recuerdo es atraer cosas pretéritas que han quedado en el pasado, y si
el músculo (que expresa el vigor, la fuerza, la energía) está en el pasado, en el presente no hay
fuerza. Por lo tanto, podemos deducir que se está planteando una poesía que posea vigor y
fuerza.
Busquemos otras figuras literarias: cuando en el poema se dice que el verso “abra mil puertas”,
¿se está haciendo referencia a puertas reales? Si estas puertas son abiertas por un verso que
es como una llave, ¿qué tipo de puertas crees tú que abriría? Si por ejemplo consideraras que
abre las puertas de la imaginación, estás en presencia de una metáfora (la imaginación no
tiene puertas auténticas). Esta interpretación se relaciona con otro verso del poema, que dice
“inventa mundos nuevos y cuida tu palabra”. Así, la utilización de la metáfora de las puertas
que abre el verso, tiene como finalidad referirse a nuevos mundos que la poesía permite abrir.
Nota: no siempre encontrarás en un poema todas las figuras literarias que conoces. A veces,
bastará identificar las más importantes para lograr interpretarlo adecuadamente.
1.6. La literatura como medio de expresión: identificación del tema de una obra
Como hemos visto en este módulo, las obras literarias son creaciones de lenguaje que
nosotros, en tanto receptores, percibimos estéticamente. La literatura es una manifestación
cultural en la que podemos encontrar diversos temas que son y han sido importantes para el
ser humano a lo largo de la historia.
Podemos entender el tema como la idea central en torno a la cual gira un texto literario. El tema
permite que éste sea globalmente coherente, ya que se constituye como un principio
organizador del sentido de una obra.
La literatura presenta una serie de temas que han preocupado o motivado al ser humano a
expresarse a lo largo de los siglos. Por ejemplo, el tema del amor podemos encontrarlo en
poetas muy antiguos, como Safo (siglo VII antes de Cristo, aproximadamente), de quien te
damos un pequeño ejemplo:
Amor ha sacudido mis sentidos,como el viento que arremete en el monte a las encinas.
Del mismo modo, a través de los siglos, el tema del amor ha sido tratado de distintas maneras
hasta la actualidad. ¿Conoces los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de
Pablo Neruda? Ahí tienes un ejemplo de poesía amorosa en el siglo XX. Hay otros temas que
también han sido importantes a lo largo de la historia de la literatura, como por ejemplo: la
muerte, la guerra, la amistad, etc. El reconocimiento de distintos temas en la literatura
también ayuda a la comprensión e interpretación de los textos, porque puedes establecer
relaciones entre diferentes obras que aborden un mismo tema, identificando semejanzas y
diferencias.
Ahora bien, no solo puedes comparar distintos textos literarios que traten un mismo tema.
Existen otros modos de expresión que también tratan los mismos temas que aparecen en la
literatura. Por ejemplo: películas, canciones, artículos periodísticos, pinturas, etc. Es decir, que
tanto en textos literarios como no literarios puedes identificar ciertos temas.
Veamos un ejemplo. Fíjate en las semejanzas y diferencias entre estos dos fragmentos
extraídos de un diario y una revista, respectivamente:
1. El año pasado el subsecretario de Carabineros, Felipe Harboe, debió sortear uno de los
desafíos más importantes de su vida: se casó con Katia y tuvo que ganarse también el amor de
la hija de su señora (Emilia): “Debí aprender a conquistar la confianza y el cariño de la niña, fue
quizá lo más complejo y gratificante que he vivido”, admite. Felipe, de 31 años, cuenta que a
medida que pasa el tiempo ha descubierto que la prioridad en su vida son los afectos. Y es por
ello que se siente “en su salsa” estando en familia, en su parcela en Pirque, sintiendo la
tranquilidad del campo.
¿Qué elementos comunes y qué diferencias encuentras entre estos dos textos?
Ambos tratan acerca del encuentro de una pareja, tanto humana como animal. Sin embargo, si
te fijas, el punto de vista de quien escribe el segundo texto pareciera ser negativo ante lo que
sucede, mientras que el primero solo lo menciona como un desafío importante en la vida del
entrevistado. Es decir, ante un mismo tema hay distintos enfoques o puntos de vista.
Del mismo modo, puedes comparar un texto literario con una película (“Romeo y Julieta” de
Shakespeare con la versión en que actúa Leonardo di Caprio, por ejemplo), y ver qué
elementos permanecen y cuáles son cambiados (¿es la misma visión del amor? Si cambian los
contextos, ¿cambia el concepto de amor?) o comparar un artículo periodístico con una canción
(por ejemplo, comparar la canción “Imagine”, de John Lennon, en que se trata el tema de la paz
mundial, con un artículo de protesta contra la guerra en Irak).
Si bien existen conceptos como las figuras literarias para ayudarnos a comprender y dar
distintos sentidos a un texto, hay otro tipo de elementos que debemos considerar. Las obras
literarias han sido creadas en un determinado momento histórico y en una sociedad específica
y estos aspectos se pueden detectar en el texto. Por ejemplo, si lees una obra de principios del
siglo XX, probablemente no encontrarás allí televisores o computadores, pero sí puedes hallar
tranvías, trenes o periódicos, pues son elementos propios de ese momento histórico. De la
misma manera, si leemos un poema mapuche, por ejemplo, es probable que podamos
descubrir muchas características de esa cultura a través del texto. Al momento histórico-cultural
en que se sitúa una obra, lo denominamos contexto. La importancia del contexto, entonces,
está en la posibilidad de encontrar en la literatura visiones de mundo y procesos históricos
propios de una cultura y una época específicas; conocer esta información puede resultar un
aporte para una interpretación más acabada del texto.
Del mismo modo en que un grupo de personas, que vive en un mismo contexto, comparte
algunos rasgos socioculturales e históricos, varios escritores que viven más o menos en la
misma época comparten una visión de mundo y, más específicamente, del arte y la literatura.
Ello provoca que sus creaciones presenten características similares y que, debido a ello, los
estudiosos de la literatura se refieran a ellos como un “movimiento literario”. Conocer acerca
de estos movimientos, por lo tanto, es importante para comprender mejor la obra de un autor o
los diferentes textos literarios de una misma época, detectando las características que se
repiten en todos ellos, así como sus diferencias. Si quieres conocer más acerca de algunos
movimientos, puedes consultar los sitios Historia y movimientos de la Literatura Española, El
poder de la palabra y Arte Historia.
¿Te das cuenta de que es importante investigar cuando lees? Conociendo el contexto en que
se produjo la obra y el movimiento en el que ha sido clasificada, puedes compararla con la
época en que tú vives, notando las diferencias y entendiendo la manera en que una época y
una cultura se expresan a través de un texto literario. En el Módulo 3, volveremos a revisar este
contenido, para ver cómo ciertos elementos del contexto de producción de una obra te pueden
servir de argumentos al proponer un sentido para ella.
Día a día convivimos con innumerables mensajes provenientes de los medios masivos de
comunicación, aunque no siempre nos detenemos a analizarlos con atención. Es por esto que
muchas veces no nos damos cuenta de que, además de productos, también promueven
modelos o imágenes de la sociedad; o de que una noticia no es tan informativa como parece,
sino que también contiene y comunica opiniones. A partir de ello, es muy importante analizar
los medios masivos de comunicación de una forma más crítica y consciente que la habitual.
Para eso, te mostraremos algunos conceptos que te ayudarán a reconocer sus efectos y
propósitos.
Es necesario que distingas entre publicidad y propaganda, pues ambas tienen propósitos
distintos. Las dos pueden apelar a la emotividad del receptor (provocan el mismo efecto), pero
mientras la primera busca vender un producto, la segunda busca difundir una idea, valor o
forma de ver el mundo. No es lo mismo un comercial de zapatos que una campaña en contra
del consumo de drogas, pues el propósito del primero es que compres los zapatos, mientras la
segunda espera que asumas una determinada opinión acerca de las drogas.
Al igual que las obras literarias, los textos periodísticos también pueden clasificarse en géneros.
La división que te proponemos se vincula con otro contenido que ya has estudiado: las
modalizaciones discursivas. De esta manera, distinguiremos entre aquellos textos en que
predomina la exposición de hechos, y aquellos en que predomina la manifestación de
opiniones: géneros de información y géneros de opinión, respectivamente.
Géneros de información
Otra modalidad fundamental del género informativo es el reportaje, a través del cual se
pretende explicar algún hecho o tema, y desarrollarlo con cierta amplitud. En el caso de los
hechos o temas tratados en el reportaje, diremos que estos ya no son estrictamente noticia,
pues su desarrollo demanda cierta distancia con el momento mismo en que ocurrieron los
hechos descritos por ella. Al igual que en la noticia, en el reportaje también predomina la
narración y la descripción.
Géneros de opinión
Como se señaló en la definición de escrito periodístico, dentro de lo que hemos decidido llamar
géneros de opinión encontramos como principal manifestación al artículo, que es una
exposición periodística de ideas y pensamientos particulares sobre hechos que han sido
noticia. Bajo este nombre genérico se agrupan textos de contenidos diversos y formas
variadas. Es importante que manejes los siguientes:
Editorial (o artículo editorial): Es un escrito periodístico que ocupa una página y espacio
importantes dentro del medio en que se publica. Representa la opinión y postura ideológica de
dicho medio al interpretar un hecho noticioso de cierta trascendencia, o algún tema relacionado
a él. De esta opinión reflexiva se hacen responsables el editor o el consejo de redacción de ese
medio en particular. Generalmente, el editorial no va firmado, pues se entiende que representa
la idea del diario o revista en la que aparece, y no necesariamente una posición personal.
Carta al director: es un texto dirigido al director de algún medio específico escrito por sus
lectores, para opinar públicamente acerca de algún tema o suceso de actualidad. Se asocia al
discurso del comentario, en la medida en que expone un determinado punto de vista sin
intentar explícitamente convencer al receptor. La publicación de esa carta en el medio al que ha
sido enviada, depende exclusivamente de la línea editorial del medio.
Por otro lado, debes tener claro que muchas veces se mezclan y confunden intencionalmente
estas categorías. Así, la opinión, por ejemplo, se deja ver dentro de un texto que a simple vista
parece informativo. Esto sucede, por ejemplo, cuando una noticia se titula “Horrible accidente
en Puerto Montt”, ya que el adjetivo “horrible” es una valoración del emisor sobre el accidente,
es decir, se trata de su opinión y no de los hechos ocurridos. Si eres capaz de diferenciar
publicidad de propaganda o información de opinión, ya estás más preparado para reconocer las
distintas funciones de los medios masivos de comunicación en nuestra sociedad. Además, al
leer atentamente este tipo de mensajes, podrás tener una opinión personal sobre ellos,
criticando, por ejemplo, los mensajes con los que no estés de acuerdo.
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
EL DISCURSO EXPOSITIVO
1. Concepto
a) Definición: se refiere a los rasgos esenciales de los objetos y seres vivos. La definición
responde a la pregunta “¿qué es?”.
La definición es una proposición que expone con claridad los caracteres generales de una
cosa, animal, etc. Al definir no nos fijamos en las características de un objeto en particular
(cómo es mi gato Silvestre) sino en los conceptos o ideas que definen a dichos objetos: ¿qué
es un gato?
Ejemplo:
"Alegría: Sentimiento que produce en alguien un suceso favorable o la obtención de algo que
deseaba o que satisface sus sentimientos o afectos."
Tal como podemos deducir del ejemplo anterior, los tipos de textos característicos de
esta forma expositiva son, entre otros, las enciclopedias y los diccionarios.
b) Descripción: implica los elementos distintivos que permiten identificar un objeto o ser vivo
específico. La descripción responde a la pregunta “¿cómo es?”. Por ejemplo: Mi gato es negro
y pequeño, tiene unas manchas blancas en las patas delanteras.
"Jeep Cherokee, con motor de 2.5 lts, 150 caballos de fuerza, transmisión manual de 6
velocidades, doble air bag, frenos de disco en las 4 ruedas, con ABS y aire acondicionado, en
modelo deportivo: $ 13.490.000."
c) Caracterización: entrega información sobre los rasgos de personas, personajes o figuras
personalizadas. La caracterización, además, suele incorporar el factor de la subjetividad, por lo
tanto el emisor, al referirse a estos sujetos, emite un juicio acerca de ellos. De este modo, la
caracterización respondería a la pregunta “¿cómo lo veo?” o “¿cómo me parece a mí que es?”.
Por ejemplo: Mi tía es una mujer de unos 40 años, delgada y morena. Me gusta porque
es muy alegre. Al leer el enunciado "Me gusta porque es muy alegre" comprendemos de
inmediato que estamos frente a una caracterización: se habla de una persona, pero también se
opina desde la subjetividad del emisor, quien concluye que la mujer de la que habla es una
persona alegre según sus apreciaciones, y además señala que le gusta.
Podemos asociar a esta forma de discurso expositivo una gran variedad de tipos de
textos, específicamente aquellos en los cuales existe una referencia a personas, personajes o
figuras personalizadas, tal como dijimos antes.
"Como buen Sagitario, Nicolás es el centauro alegre y optimista que avanza a paso firme en
una vida llena de obstáculos. Expansivo; en este caso, además de apuesto y seductor."
Esta forma del discurso expositivo establece un orden temporal de los acontecimientos
que explican un fenómeno.
"Como todas las mañanas, un martes de fines del año pasado, la joven de quince años
caminó las cuatro cuadras de distancia que había entre su casa y el colegio y pasó las
primeras horas de clase esperando el ansiado y componedor recreo de las 10:30. Apenas sonó
la campana, corrió a comprarse una bebida y un brownie, para regresar a reunirse con sus
compañeras. Como tenía las manos ocupadas, empujó con un movimiento de caderas una
puerta batiente de vidrio que le impedía el paso, pero el cristal cayó mortalmente sobre ella,
cortando la arteria femoral de su pierna izquierda".
4. Organización textual
Además de estas 4 formas básicas de la exposición, la información se organiza y
dispone de manera de hacerla comprensible para el receptor. Estos esquemas de organización
de la información son útiles también para los ejercicios de Plan de Redacción que aparecen
en la PSU. Es por ello que, al final de esta página, se incluye un completo anexo acerca de los
criterios a considerar para resolver adecuadamente los ejercicios asociados a este ítem de la
prueba.
Las formas de organización del contenido de los discursos expositivos pueden
clasificarse, en términos generales, según los siguientes esquemas:
a) Secuencia Temporal: se organizan los eventos que se informan en una sucesión o serie
que se rige por un orden que puede ser cronológico, cíclico u otro que permita entender la
ubicación de los eventos en el tiempo.
Ejemplos:
1. "Uno de los primeros astrónomos ingleses Sir John, observó la luna desde su
telescopio y creyó descubrir cosas asombrosas: campos, montañas, lagos, etc. Poco
después, se descubrió con mejores telescopios una imagen más exacta de la luna.
Más tarde, los primeros astronautas norteamericanos (Borman, Lovel y Anders) que
rodearon la luna observaron su superficie…"
2. “Antes de preparar el guiso, se debe cocer la carne con las especias, para después
darles un hervor con las verduras.”
Es importante tener claro en este tipo de ordenación textual el rol que cumplen los
mecanismos de cohesión textual (básicamente conectores), pues ayudan a ubicar con claridad
los acontecimientos o acciones en la secuencia. Los conectores, por tanto, en especial los
temporales, serán primordiales para este tipo de estructura textual. En todo caso, este
contenido será abordado en profundidad en el módulo 3.
Ejemplo:
Efecto: consumismo.
Causas del consumismo: relación que establecen las personas entre consumo y progreso.
2. "La Corte Suprema rechazó, en un fallo dividido, la reconexión de Terri Schiavo a la sonda
gástrica que la alimenta artificialmente y que le permitiría seguir viviendo en estado vegetativo
persistente. Los jueces argumentaron que no había evidencia médica de que la mujer tuviera
alguna posibilidad de recuperarse de su estado neurológico actual".
Ejemplo:
"Los volcanes y los terremotos son dos procesos geológicos que alteran la forma de la
tierra por erosión.
Los volcanes están formados por chimeneas o fisuras en la corteza terrestre, a través
de las cuales es expulsado el magma, a diferencia de los terremotos que son movimientos
producidos en la corteza terrestre. Por otra parte, los volcanes son producidos por la elevada
temperatura que existe en el interior de la tierra, en cambio, los terremotos son causados por la
ruptura de rocas de la corteza terrestre".
En el ejemplo anterior se comparan los volcanes con los terremotos en función de sus
similitudes (ambos son procesos geológicos) y sus diferencias (en qué consisten y cómo son
producidos).
d) Problema-solución: mediante este esquema se presenta, por una parte, la información que
corresponde a uno o varios problemas, y por otra, la que alude a las posibles soluciones.
Ejemplo:
"Uno de los conflictos actuales más importantes es el nivel de cesantía. Frente a ello una de las
medidas que se han tomado es proponer la jubilación anticipada y voluntaria para que el
trabajador pueda disfrutar antes de los beneficios del ocio y dejar plazas de trabajo libres para
contratar a personas cesantes".
Ejemplo:
“La habitación estaba decorada por una mesita de luz pequeña, una cama que dejaba ver el
paso del tiempo, uno de esos armarios antiguos que solo se encuentran en los anticuarios, un
sillón desvencijado y una repisa con libros encuadernados en cuero.”
Por último, es importante destacar que los discursos expositivos pueden presentar más
de una forma. Así, es posible encontrar exposiciones en que haya un párrafo que se estructura
como una descripción y otro como comparación. Sin embargo, en la mayoría de los casos es
posible determinar la forma que predomina.
Como se ha observado hasta el momento, los discursos no son formas puras, sino que
se clasifican según el factor predominante considerando su finalidad y la situación comunicativa
en que se emiten.
En el caso del enunciado 1, estamos frente a una opinión expuesta como hecho, dado
que no hay marcas textuales que permiten evidenciar que se trata de una opinión, lo que
sabemos por el contenido del enunciado. Este aspecto es especialmente relevante en el
análisis crítico de los discursos emitidos en situaciones públicas de enunciación y en los
provenientes de los medios masivos de comunicación, donde frecuentemente se observa la
referencia a opiniones expresadas como hechos (Ejemplo: “Con ánimo triunfante ingresaron los
deportistas a la cancha”). Debes poner mucha atención a la finalidad de los discursos en estos
casos, dado que la exposición de hechos provoca un efecto de verdad y el emisor puede usarlo
para validar encubiertamente su punto de vista.
“En Quito, el conjunto local revirtió una desventaja de dos goles y superó con categoría a
Paraguay”.
Cuando analizamos un texto, entonces, debemos tomar en cuenta al menos dos dimensiones:
Por ello es fundamental distinguir entre hechos y opiniones en la realidad y poder distinguir
cómo están expuestos discursivamente, ya que no necesariamente el discurso manifiesta
fielmente lo que se aprecia en la realidad. Por ello, es que se distingue entre exposición de
hechos para aludir a la forma discursiva o lingüística en que se presenta un hecho, y la
manifestación de opiniones para señalar las marcas discursivas que dan cuenta de la
presencia de opiniones del emisor.
De esta manera, las distintas formas de crear mundos que se han desarrollado en
diferentes épocas, han generado una clasificación amplia de los géneros literarios (lírica, drama
y narrativa) y otras más específicas y de duración más breve (la novela picaresca, la tragedia
griega, la ciencia-ficción, el drama burgués, etc.), que responden a circunstancias históricas
muy particulares y que se conocen como “géneros literarios históricos”. Estos consisten en la
manifestación histórica específica de alguno de los tres grandes géneros: por ejemplo, la
égloga es una manifestación del género lírico en el siglo de oro español.
Así como existen variadas clasificaciones de género y tipos de mundo, existen, como
veremos, muchas formas de interpretar un mismo texto, dependiendo del sujeto que lea y del
momento histórico en que lo haga. Podemos no estar de acuerdo con lo que un amigo o amiga
haya comprendido de una obra, aunque no por eso su punto de vista es erróneo. Lo importante
es que seas capaz de fundamentar lo que entendiste de una obra, es decir, que manejes un
conocimiento suficiente sobre una obra y su contexto, contando así con herramientas
adecuadas para proponer tus interpretaciones.
1. Mundo cotidiano:
Cuando una obra literaria busca configurar un mundo similar al que vivimos
diariamente, hablamos de un mundo ficticio de tipo cotidiano. La representación de este tipo de
mundo configura un espacio literario que se rige por una lógica habitual o semejante a la de
nuestra realidad. Por ello se dice que genera un efecto realista en el lector. Es importante
entender que no solamente existe la vida cotidiana que habitamos actualmente, sino que en
cada época ha existido una forma determinada de ver el día a día. Existen obras que nos
muestran mundos cotidianos del pasado y, por lo tanto, nos dicen algo de lo que sucedía en la
época en que se ambientan. El siguiente fragmento de Martín Rivas, obra escrita por Alberto
Blest Gana en 1862, te ayudará a entender cómo una obra crea un mundo basado en la
exhibición de elementos comunes con la cotidianeidad de otra época:
"A principios del mes de julio de 1850 atravesaba la puerta de calle de una hermosa casa de
Santiago un joven de veintidós a veintitrés años.
Su traje y sus maneras estaban muy distantes de asemejarse a las maneras y al traje
de nuestros elegantes de la capital. Todo en aquel joven revelaba al provinciano que viene por
primera vez a Santiago. Sus pantalones negros, embotinados por medio de anchas trabillas de
becerro, a la usanza de los años de 1842 y 43; su levita de mangas cortas y angostas; su
chaleco de raso negro con largos picos abiertos, formando un ángulo agudo, cuya bisectriz era
la línea que marca la tapa del pantalón; su sombrero de extraña forma y sus botines
abrochados sobre los tobillos por medio de cordones negros componían un traje que recordaba
antiguas modas, que sólo los provincianos hacen ver de tiempo en tiempo, por las calles de la
capital."
Alberto Blest Gana: Martín Rivas, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1991.
La referencia a un año específico de la historia (1850) y a una ciudad existente en nuestro país
(Santiago), revelan el intento por hacernos creer como lectores que se trata de un mundo que
podemos encontrar en la realidad. La sensación de estar frente a un mundo cotidiano se ve
reforzada por la descripción detallada del vestuario del personaje y de algunas costumbres de
la época, ya que estos elementos funcionan como rasgos verosimilizadores (que dan
apariencia de verdad) propios de la novela realista.
Lekar!...4,5, aún sigues vivo...puedo verte...será mejor que huyas o voy a tener que matarte, a
menos que estés vivo no puedes jugar, y si no juegas...6,7, ir al infierno, ir al cielo...bien así me
gusta. Esto duele, ha sido algo irracional, sin mencionar el comportamiento antideportivo. A
dónde vas?...es toda una experiencia vivir con miedo, verdad? Eso es lo que significa ser
esclavo. (...)
Yo he visto cosas que vosotros nunca creeríais, atacar naves en llamas más allá de
Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhausser, todos esos
momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia, es hora de morir."
Se podría decir que el género utópico nace con este nombre en el siglo XVI con la obra
Utopía de Tomás Moro, aunque en la antigüedad ya se habían planteado proyecciones
perfectas de la sociedad, como en el caso de La República de Platón. El tipo de mundo
utópico, entonces, al igual que el mundo de la ciencia-ficción, está imbricado con el desarrollo
del género histórico denominado utopía y que corresponde a la creación de un mundo ficticio
donde la sociedad está ordenada a partir de las proyecciones que en algún momento se
tuvieron de ella. Es un plan o un proyecto que, sin embargo, se representa bajo las mismas
estrategias de verosimilitud con que se construye el tipo de mundo cotidiano:
“Si esa multitud de trabajadores se repartiese entre los pocos oficios que son
necesarios a la vida natural, la abundancia de materias de primera necesidad sería
forzosamente tan grande que los precios estarían por debajo del presupuesto alimenticio de los
artesanos. Pero si todos los hombres que actualmente se emplean en oficios vanos, si todas
las clases ociosas que vegetan en la pereza y el abandono, cada uno de cuyos miembros gasta
una parte de lo obtenido por el trabajo del próximo igual a la de los que producen, fueran
obligados a trabajar en algo de utilidad e interés común, fácilmente salta a la vista el poco
tiempo que sería necesario para obtener todo lo preciso para las necesidades o para llevar una
existencia confortable, así como para el lícito bienestar, y todavía sobraría.
Lo onírico se asocia al sueño. Sin embargo, esto no quiere decir que a este tipo de
mundo correspondan todas las obras relacionadas con el tema del sueño. Se habla de “onírico”
porque esta clasificación engloba a todas las obras que configuran un mundo representado que
quiebra en algún momento con la lógica en la que vivimos diariamente, para dar paso a una
lógica similar a la que se estructura en los sueños, donde los hechos más increíbles y hasta
absurdos son posibles. Cada vez que encontramos un texto en que algún hecho nos provoca la
sensación de extrañeza, y de que aquello no sucede en la “vida real”, estamos frente a un tipo
de mundo onírico. Un cuento, por ejemplo, en el que el protagonista se transforma
repentinamente en lobo, quebrando nuestras expectativas lógicas, evidencia la configuración
de este tipo de mundo. El siguiente fragmento de Alicia en el país de las Maravillas nos
muestra cómo se desarrolla este universo ligado al sueño:
"Era otra vez el Conejo Blanco, que volvía saltando poco a poco y mirando
ansiosamente a uno y otro lado como si estuviera buscando algo. Alicia oyó que mascullaba
para sus adentros: "¡Ay, la Duquesa! ¡La Duquesa! ¡Por vida de mis queridas patitas! ¡Ay de mi
piel y de mis bigotes! ¡Estoy tan seguro de que me mandará ejecutar como de que los grillos
son grillos! ¡Dónde diablos puedo haberlos dejado caer! ¡dónde, dónde!". Alicia adivinó al
instante que lo que estaba buscando eran el abanico y el par de guantes blancos de cabritilla, y
con la mejor disposición se puso ella también a mirar por todas partes, sin resultado alguno,
pues no aparecían por ningún lado."
Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas, Editorial Alianza, Madrid, 1984.
Todo parece en orden en esta historia. No obstante, cuando el conejo habla frente a
Alicia vemos que la lógica de lo que estamos acostumbrados a percibir como habitual se
quiebra o se violenta. Que un conejo nos hable puede sucedernos en un sueño, pero no en
nuestra realidad cotidiana, y es por eso hablamos de mundo onírico. Por otra parte, este texto
permite retomar un contenido revisado en el módulo 1: la personificación.
3. Mundo mítico:
A este tipo de mundo corresponden todas aquellas obras que presentan relatos de los
cuales se deduce el origen de una cultura o de un fenómeno de la naturaleza (por ejemplo, el
origen de las estaciones en el mito griego de Deméter, o el del día y la noche en el mito náhuatl
de Nanahuatzin y Tecuciztécatl). Dicho origen aparece ligado a la presencia de fuerzas
sobrenaturales, ancladas en un imaginario religioso específico (dioses, semidioses o héroes,
por ejemplo). Por lo tanto, son relatos que, de alguna manera, fundan o se asocian a un
determinado conjunto de creencias. En el siguiente texto de Elicura Chiuailaf puedes observar
estos rasgos:
"En el epew -relato- del origen del Pueblo mapuche, nuestros antepasados dicen que el
primer Espíritu Mapuche vino desde el Azul. Pero no de cualquier Azul sino del Azul del Oriente.
Y como en nuestra Tierra no había nada que pintara ese Azul como el expresado en el cielo
profundo, intenso, dijeron que el Azul existe en el Oriente y en el espíritu y el corazón de cada
uno de nosotros. Y que cuando el espíritu -en la brevedad de su paso por este mundo-
abandona al cuerpo, se va hacia el Poniente a llamar al Balsero de la muerte para que lo ayude
a cruzar el Río de las Lágrimas y llegar así a la isla -el País- Azul en la que habitan los espíritus
de nuestros Antiguos."
Chiuailaf, Elicura: Recado confidencial a los chilenos, LOM Ediciones, Santiago de Chile,
1999.
El texto anterior explica diversos fenómenos (el origen del pueblo mapuche y lo que
sucede con el sujeto después de la muerte), a partir de la intervención de fuerzas
sobrenaturales o divinas: el Azul, el Balsero de la muerte, el Río de las Lágrimas. Estos rasgos
nos permiten deducir que se trata de un texto que configura un mundo mítico, base de las
creencias de la cultura mapuche. La lógica propia de este tipo de mundo se relaciona con la
convivencia entre dioses y hombres, la presencia de fuerzas sobrenaturales, la magia, etc., que
aparecen como elementos naturales, por lo que podemos señalar que el mundo mítico es a la
vez maravilloso, es decir, que dentro de él estos elementos tienen su propia explicación, por lo
que no son considerados como extraños.
1. Género lírico:
Por otra parte, más allá del contenido, el género lírico ha presentado ciertos rasgos en
su forma relativamente estables a lo largo de la historia. Si bien no es privativo de la lírica, uno
de sus elementos importantes es el uso figurado del lenguaje, es decir, un uso del lenguaje que
se diferencia de la comunicación habitual, pues intenta nombrar las cosas de una manera
distinta. Para mayor especificación sobre las figuras, recomendamos ver el Módulo 1.
Además de las figuras, el género lírico, debido a su relación con la música (recuerda
que la lira era un instrumento musical), posee un ritmo determinado, una forma de estructurar
las palabras que enfatiza sus sonidos. Para lograr este efecto, en algunos casos se utiliza la
rima consonante (casa rima consonantemente con masa, taza, plaza, ya que todos los sonidos
a partir de la última sílaba acentuada son iguales), la rima asonante (casa rima de manera
asonante con gata, baja, rana, pues todas las vocales que siguen luego de la última sílaba
acentuada son idénticas) o el verso libre (incluso cuando no hay una rima explícita, se
mantiene un determinado ritmo). Debido a la importancia de la musicalidad, muchas veces las
obras del género lírico se estructuran en versos de determinadas sílabas, como una forma de
mantener cierta regularidad en la entonación del poema, fenómeno que se denomina “métrica”
(medida de los versos). Es probable que si analizas, por ejemplo, una canción de hip-hop,
detectes cierta regularidad en la cantidad de sílabas utilizadas por verso en cada estrofa, pues
la lírica sigue un principio similar al de la música.
2. Género narrativo
Narrador: se entiende el narrador como el que porta la voz del relato, vale decir, el que cuenta
la historia. Este narrador, según el grado de conocimiento que tenga acerca de los hechos que
relata, puede ser omnisciente (si conoce todo lo que sucede y lo que los personajes sienten y
piensan), testigo (si está inserto en el relato y observa los sucesos, por lo tanto, no conoce
todo acerca de los personajes y de la historia, sino solamente lo que ve) o protagonista (si
está dentro de la historia y participa de ella como personaje principal, asumiendo la primera
persona gramatical).
Lee el siguiente cuento de Augusto Monterroso, para que puedas detectar estos rasgos:
“Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se
esforzaba en ello.
Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora,
hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la
gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso)
para saber si los demás aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus
piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada
vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que
la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y
ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía
Pollo.”
3. Género dramático
Respecto del texto dramático, es importante que sepas reconocer en una obra los
siguientes elementos:
En la puesta en escena se toman decisiones acerca de los aspectos propios del montaje,
como la escenografía, vestuario, iluminación, movimientos de los actores, caracterización de
los personajes, maquillaje, entre otros.
De lo anterior se deduce que un texto no tiene una única interpretación, sino que
admite tantas lecturas como lectores tenga, siempre y cuando cada una de las lecturas esté
claramente apoyada en algún aspecto del texto. Esto significa que cuando digas “yo creo que
esta obra habla sobre la soledad”, debes ser capaz de volver al texto y decir en qué frase,
oración, verso, figura literaria, personaje o acción identificas la presencia de la soledad. Si no
puedes encontrar ningún elemento del texto que confirme lo que tú entendiste, quiere decir que
tu lectura no está bien fundamentada.
Así como tus compañeros y compañeras pueden comprender las obras literarias de
formas muy distintas, cada época de la historia ha leído de manera distinta un mismo texto. Por
ejemplo, Frankenstein puede ser entendida como una obra de ciencia-ficción, ya que presenta
una hipótesis acerca del futuro del ser humano a partir de un descubrimiento científico: la
posibilidad de dar vida a una persona utilizando partes de cuerpos muertos. Por otro lado,
desde una interpretación que considere aspectos propios del Romanticismo literario, podríamos
afirmar que el personaje exhibe la historia de un ser humano incomprendido por la sociedad
donde habita. Incluso más, pues algunas versiones cinematográficas del texto lo han
interpretado de una manera distinta: se trata de un personaje del género del terror y cuya
finalidad es provocar miedo en los espectadores. Lo mismo sucede cuando ves las distintas
versiones que se han hecho para el cine de Drácula, Romeo y Julieta, La Ilíada, Hamlet, que
interpretan de forma muy variada el texto literario original.
Las obras literarias, entonces, generan lecturas distintas dependiendo de quién las lea
y en qué contexto epocal lo haga. Por ello, habrá algunas interpretaciones convergentes
(coincidentes en su punto de vista) y otras, por el contrario, serán divergentes (no tienen nada
en común o se oponen). Lo importante es que cada sentido otorgado a la obra esté basado en
algún aspecto significativo que aparezca justificado dentro de ella .