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Vientos Verdes PDF
Vientos Verdes PDF
Editorial
Nueva Colección Sustentable
Fundación CEPA
Editorial
“Vientos Verdes”
CEPA es una organización no gubernamental En este libro se conjugan una serie de notas breves, apa- Rubén Pesci- 2006
creada en 1974 para abordar -con la visión in- recidas previamente como artículos de opinión del Sitio Colección de Ensayos
tegradora del enfoque ambiental- proyectos y Ambiente Digital, y luego compiladas en forma de libro
acciones destinados al mejoramiento de la ca- “La Ciudad in-urbana”
de bolsillo.
lidad de vida y el desarrollo de las condiciones Rubén Pesci- 1985
del hombre, en el marco de su necesaria articu-
IDA la
lación con la naturaleza, su genuina identidad A partir de estos textos leves, cortos, sugestivos y de “La Ciudad de la Urbanidad”
BIL bre
D
cultural y el ejercicio auténtico de sus libertades. rápida lectura, escritos desde diferentes partes del mundo, Rubén Pesci- 1999
TA so
el autor muestra su opinión e intenta hacer reflexionar a
EN as
“La vida como proyecto”
Después de 30 años de su creación, hoy acredita un público interesado, sobre 20 cuestiones relevantes de
ST ide
DEL TITANIC AL VELERO
un cuerpo profesional de unos 25 técnicos per- nuestra sociedad actual.
SU einte
Rubén Pesci 2000
manentes y asesores de amplia trayectoria.
La sustentabilidad Hoy
V
Ha realizado cerca de 100 proyectos relevantes
en casi 10 países de América Latina y Europa.
Como bien lo refleja Sergio Los en el prólogo del libro Fundación CEPA-2005
estos textos no describen cosas, sino que invitan a hacer
Ha recibido premios y distinciones internaciona- cosas juntos; “los problemas a los que se refieren los Colección Proyectos
les. Y lleva a delante, en autogestión individual Vientos Verdes se pueden resolver sólo compartiéndolos,
Editorial CEPA
“Parque Costero del Sur”
01
o compartida, proyectos y procesos distinguidos y para compartirlos es necesario reconstruir la ciudad. Fundación CEPA -1992 (agotado)
como La Plata Patrimonio, Camino del Gaucho, Pero esta reconstrucción no presupone necesariamente
Valle Verde, CICMAR, FLACAM, Revista Ambien-
la edificación de nuevas construcciones sino que se re- “Proyectación Ambiental”
te digital, etc.
fiere esencialmente a la transformación de consumido- FLACAM -1995
res en ciudadanos, una transformación que pasa a través “De la Prepotencia a la Levedad”
de la activación de instituciones hoy subordinadas, sobre FLACAM, Paradigma y Pedagogía
todo la amistad y la urbanidad”. para la sustentabilidad.
Ruben Pesci, Jorge Pérez, Lucia Pesci-2002
COLECCIÓN SUSTENTABLE
Vientos Verdes / Rubén Pesci 01
Así, la metáfora de Vientos Verdes evoca al idea del
“Formación y Proyecto”
autor plasmada en el libro, optimismo y energías nuevas Otras vías para el Tercer Sector
para generar cosas positivas. Fundación Gas Natural- FLACAM- 2004
“Revista A/mbiente”
(Edición impresa desde Nº 1 a 86)
Desde 1979 hasta 2001
ISBN 987-584-047-5
1. Urbanismo. I. Título
CDD 711
La reproducción parcial o total de este libro, en cualquier forma que sea, identica o modificada, no
autorizada por los autores, viola derechos reservados; cualquier utilización debe ser previamente
solicitada.
© 2006 nobuko
Abril de 2006
Este libro fue impreso bajo demanda, mediante tecnología digital Xerox en bibliográfika de
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Pág. 2
Veinte ideas sobre la SUSTENTABILIDAD
Rubén Pesci
Pág. 3
PRIMERA PARTE Pag. 7
Pág. 4
12 Sustentabilidad y gobernabilidad Pag. 93
Vientos contínuos, vientos de concordancia
13 Sustentabilidad y planificación Pag. 97
¿Corregir los efectos o modificar las causas?
14 Sustentabilidad y mercado Pag. 103
¿Satisfación del cliente o educación
del soberano?
15 Sustentabilidad y cultura Pag. 109
Hacia un nuevo humanismo
Índice
16 Sustentabilidad en todos los mundos Pag. 113
«Contraste de dos mundos»
17 Sustentabilidad y globalización Pag. 117
«La latinoamericanización de la ciudad»
18 Sustentabilidad y belleza Pag. 123
«Ética sí, estética también»
19 Sustentabilidad y arquitectura Pag. 127
¿Vamos hacia una globalización estética?
20 Sustentabilidad e insustentabilidad Pag. 131
«Katrina y Wilma, dos damas huracanadas»
Viento Especial Pag. 137
Los vientos de Giancarlo, Vientos
de honestidad intelectual
Pág. 5
Pág. 6
Primera parte
Pág. 7
Pág. 8
Dueño de nada, dueño de nadie
me golpea la cara.
Eduardo Galeano
«El libro de los abrazos» 1989
Pág. 9
Sergio Los
Docente de Composición Arquitectónica, Instituto
Universitario de Arquitectura. Venecia.
Maestro impulsor de la Proyectación Ambiental.
Prólogo
El viento posee una carga simbólica que evoca el espíritu,
las esencias activas, la orientación. Los “Vientos Verdes” son
por lo tanto los espíritus, los sentimientos, las orientaciones
verdes. En conformidad con la naturaleza primitiva del viento,
vivifica el espíritu, estimula, excita e inspira.
Es esto lo que he captado del bello título que
Rubén ha dado a su libro. Estos textos no describen co-
sas, sino que invitan a hacer cosas, y a hacerlas juntos.
Borges escribe “yo diría que la amistad es la pasión de
nosotros los argentinos. Existen muchas amistades en la
literatura, que está entretejida de amistades” (1). “Vien-
tos Verdes” se dirige a amigos y produce amigos. Son
argumentos urbanos los que trata y, precisamente, pre-
suponen participación, sentido de pertenencia. Los “Vien-
tos Verdes” expresan el deseo de ciudad, de ser conciu-
dadanos. La destrucción del ambiente y la pérdida de los
recursos no habrían sido posibles sin la destrucción que
preliminarmente se ha hecho de las ciudades, y ésta su-
cedió por la transformación de conciudadanos en consu-
midores individuales.
Pág. 10
La ciudad no ha sido quitada a los hombres
incendiándola, sino modificando su sentido de soporte
de la comunicación y de la amistad a lugar de servicios y
de sus usuarios.
Si hubiese sido incendiada todos habrían compren-
dido su pérdida y la habrían reconstruido, en tanto noso-
tros no sabemos que hemos perdido la ciudad. En la ac-
tualidad no vivimos más la ciudad sino que residimos
solitarios, en la vecindad de distintos servicios y lugares
de trabajo. Las utopías urbanas que conocemos son má-
quinas para facilitar el acceso a los servicios con
fantasiosas redes de tráfico. Se advierte en esos diseños
un cierto fastidio por la ciudad de los ciudadanos y los
amigos, los modernos no desean la ciudad y siempre
hay algún “padre eterno” que se los confirma, conven-
ciéndolos que finalmente hoy vivimos en una época post-
urbana. ¡Podemos estar tranquilos entonces, simplemente
es el espíritu del tiempo el que ha cambiado!
Nuestro problema no es: tornar la ciudad más fun-
cional; la ciudad no es el enfermo que hay que curar, la
ciudad es la medicina para curar a sus habitantes. Hemos
sido formados por la ciudad que habitamos, por sus insti-
tuciones, por la red de su arquitectura civil. No somos
nosotros quienes hablamos de la ciudad, es la ciudad quien
nos “habla”. Nosotros somos su lengua y sus relatos.
No podemos vivir sin ciudad como no podemos
vivir sin lenguaje, ella es la custodia de nuestra concien-
cia, de nuestra humanidad. Además la ciudad condicio-
na nuestra libertad. Renunciando a la ciudad hemos re-
nunciado también a la libertad que ella nos ofrecía. Para
Pág. 11
responder a la pregunta si somos libres de renunciar a la
libertad, debemos enfrentar antes dos cuestiones: la pri-
mera se refiere a la libertad en su condición de Estado y
no, por el contrario, como liberación, como proceso; la
segunda se refiere al preconcepto que los otros, si exis-
ten representan el problema para mi libertad individual.
Pág. 12
tante del campo, sino que tiene un sentido de reciproci-
dad como amigo; la traducción correcta de cives es con-
ciudadano. Si le digo a alguien, él es mi conciudadano,
presupongo que lo voy a tratar como a un amigo. Era esta
recíproca amistad la que formaba la “civitas”, la ciudad.
Si queremos salvar el ambiente, tenemos que recons-
truir la ciudad de amigos, de conciudadanos.
La cultura latina, como dice justamente Borges,
tiene aún este gran patrimonio de sentimientos, que no
podemos perder colonizando sus ciudades.
Creo que ante la libertad de la soledad, que aletea en
las discusiones sobre ella, es preferible la libertad del
compartir. No creo que podamos ser libres por sí mis-
mos. Lo somos volviéndonos recíprocamente libres,
liberándonos juntos. La respuesta a esta exigencia de
liberarnos conjuntamente es precisamente la ciudad.
Los problemas ambientales a los que se refieren
los “Vientos Verdes” se pueden resolver sólo compartién-
dolos, y para compartirlos es necesario reconstruir la ciu-
dad. Pero esta reconstrucción no presupone necesaria-
mente la edificación de nuevas construcciones, sino que
se refiere esencialmente a la transformación de consu-
midores en ciudadanos, una transformación que pasa a
través de la activación de instituciones hoy subordina-
das, sobre todo la amistad y la urbanidad.
La cultura que caracteriza a las ciudades de
América Latina posee todavía aquel sentimiento de amis-
tad, como dice precisamente Borges, que distingue a los
ciudadanos. Ella constituye un patrimonio para la huma-
nidad que debe ser preservado y lo peor que podría pasar
Pág. 13
sería colonizarlas, siguiendo el modelo de desarrollo más
difundido del Occidente industrializado. Esa cultura que no
tiene nada de anticuada y que por el contrario podría resul-
tar un ejemplo del modo apropiado para transformar a los
consumidores en ciudadanos. Las ciudades latinas presen-
tan una actitud hacia las comunicaciones afectivas que las
vuelve más predispuestas a realizar esta transición.
La ciudad cultiva las relaciones, pero las nuestras
son dominantemente relaciones monetarias que deberían
garantizar la equidad de los intercambios entre extraños.
Transformadas en las instituciones dominantes de las ciu-
dades, este tipo de relaciones que aseguran una medida
matemáticamente exacta de los intercambios, parten de
la consideración de que somos extraños entre nosotros,
más aún, que produce extraños. De este modo nuestras
cotidianas y aparentemente inocuas relaciones moneta-
rias trabajan para consolidar nuestra recíproca condición
de extraños, y erradicar de ese modo aquel sentido de
urbanidad que nos volvía conciudadanos.
Nuestro actual sistema trabaja mediante circu-
laridades retroactivas positivas, forma de funcionamiento
que distingue el desarrollo de la sociedad del bienestar.
En ellas debemos aumentar los consumos porque ellos
incrementan la producción de bienes, que a su vez aumen-
tan los empleos y por lo tanto la cantidad de ocupados.
Ésta provoca nuevos consumidores que posteriormente
aumentan el acceso al consumo y así sucesivamente. Como
el consumo comprende los bienes que sostienen nuestra
vida, todo esto puede aparecer prometedor. Pero no esta-
mos viendo que, para que esta circularidad pueda trabajar
Pág. 14
eficazmente, es necesario un consumo individual, una po-
blación desestructurada de consumidores que no compar-
tan los bienes de consumo adquiridos. La retórica econó-
mica actual promete felicidades individuales, una felici-
dad solitaria, no felicidades compartidas. Estamos siem-
pre atropellados individualmente por la publicidad, que
vende beneficios estrictamente individuales.
Pág. 15
mos años, y que debemos hacer algo para modificar este
sistema: los “vientos verdes” soplan en esta dirección.
La segunda se refiere a la lógica de este sistema
de mercado, que caracteriza los productos muebles, pero
no está en condiciones de producir y gestionar correcta-
mente los productos inmuebles, las ciudades, los edifi-
cios, los territorios agrícolas, etc. (2)
Un economista inglés muy inteligente, F. Hirsch,
ha introducido el concepto de “economía posicional” para
distinguir dos ámbitos económicos que presentan com-
portamientos tan diferentes (3). He caracterizado estos
dos ámbitos distinguiendo los productos muebles de aque-
llos inmuebles (que Hirsch define bienes posicionales).
Es evidente que en los productos muebles, aumentando
el número de consumidores de un producto particular,
por ejemplo el automóvil, mejoran las economías de
escala y disminuye el costo de producción, y por lo tanto
el precio de venta que, al mismo tiempo, puede incre-
mentar como consecuencia el conjunto de los consumi-
dores. Este mecanismo característico del mercado no
puede operar con los productos inmuebles. En estos su-
cede lo contrario de aquello que sucede con los produc-
tos muebles, en aumento de los consumidores, por ejem-
plo las casas suburbanas, empeora la economía de esca-
la, reduce la calidad del producto por la congestión y
aumenta el costo de producción y por lo tanto el precio
de venta. Esta es la razón por la cual el sistema mercado
no logra construir ciudad, aún siendo estas la exigencia
más apremiante de nuestro tiempo. Aumenta por lo tan-
to continuamente el número de personas que querrían
Pág. 16
volverse ciudadanos pero que se encuentran siendo en
cambio consumidores de servicios urbanos.
Mientras en el comportamiento de los consumi-
dores de automóviles, la independencia de sus recíprocas
interacciones no produce consecuencias negativas, en aque-
lla de los consumidores de casas suburbanas, una coordi-
nación que tuviese en cuenta sus mutuas interacciones
sería en cambio muy positiva. Mientras mi adquisición
del automóvil no modifica las condiciones de adquisición
del mismo producto por parte de otros, la compra de mi
casa las altera y requiere procedimientos de negociación
poco congruentes con la lógica de mercado.
Pág. 17
tuitas, los gestos y los comportamientos de personas que no
se refieren a las cuantificaciones monetarias de las
interacciones económicas. Si no existieran todas estas acti-
vidades cotidianas, la ciudad se pararía, pero no las vemos
porque nuestros códigos tematizan selectivamente sólo aque-
llo que tiene un status disciplinar. Cuando nos damos cuen-
ta que alguien tiene necesidad de ayuda en las ciudades y
nadie lo recibe, nos maravillamos, pero lo que sucede es
que esa ayuda no entra en la disciplina económica. Creo
que debemos apuntar mucho más a la solidaridad, volvién-
dola una cultura común, a punto tal que quien no la ejercite,
advierta su propia condición individual de extraño.
Pág. 18
movimiento incesante y la mutación cotidiana, como si
viviéramos siempre el instante de huida.
Esta condición paradojal, que ha inflado
mostruosamente nuestras ciudades reduciendo las rela-
ciones cívicas, representa la condición vencedora al ser-
vicio de la estrategia de juego competitivo.
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Segunda parte
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«Vamos Chamar o Vento
Vamos Chamar o Vento»
Dorival Caymmi
Canción «O Vento»
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01
1 de agosto de 2004
Sustentabilidad y territorio
Pág. 25
Y los vientos siguen soplando...
Una grave falacia de la prédica ambientalista clásica
es la ignorancia de la depredación del suelo.
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En general, vale siempre menos un metro de suelo que
lo que se coloca encima, pero si ello está adherido –una
casa, una ciudad– ese suelo tiene un valor agregado in-
menso, a veces casi ilimitado.
Pág. 27
Pero la diferencia está en la escala
Mientras ello aconteció, poco le hicieron al territorio
unos reducidos burgos alrededor de los castillos o mo-
nasterios feudales. Pocas ciudades fueron muy grandes
y hacinadas. Y cuando sobrevino la industrialización en
Inglaterra y apareció el proletariado agolpando las ciu-
dades, rápidamente el sistema político comenzó a reac-
cionar para “incluir” a los “excluidos”.
La catástrofe sobrevino
Vendedores de territorio –la mayoría ni siquiera enten-
diendo el daño– pudieron más que tantos planificadores
urbanos y regionales bien “ilustrados” (1) que hicieron y pre-
gonaron planes reguladores de uso del suelo bien intencio-
nados pero ineficaces.
Pág. 28
El territorio se está fracturando, mancillando, contami-
nando, hasta límites vergonzosos.
Los centros urbanos ven derrumbada su historia, en
aras de la explotación máxima de la rentabilidad del
uso del suelo (2). O se consigue protegerlos, sin propi-
ciar o alentar su renovación, y entonces se invaden, se
tugurizan, como tantos Centros Históricos.
Los entornos urbanos, antes huertas y quintas, o zonas
naturales preciadas, se invaden por quienes no pueden pa-
gar el suelo formal: el propio Estado, en planes de vivienda
social; los promotores de loteos sin servicios, ilegales; los sim-
plemente invasores... Enormes periferias infraservidas, des-
tructoras de paisaje y producción rural, se erigen en pocos
años, y conforman la forma territorial de exclusión quizás más
injusta e irreversible: la pagamos todos, la sufrimos todos,
genera inseguridad, marginalidad, bronca.
Pág. 29
humano–, la economía de los centros poblados, la capaci-
dad de empleo (generando emigración rural) y disminución
de biodiversidad. Todo ello deteriora la cultura e identidad
local, su patrimonio y, en consecuencia, atenta contra otras
oportunidades económicas y sociales, como el turismo.
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un bosque sin biodiversidad, un plan urbano de uso del
suelo sin estética....
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(1) Ver crítica a la ilustración en: Pesci, Rubén “Del Titanic al Velero”, Editorial
Fundación CEPA, 2000.
(2) En algunos casos, como La Plata recientemente, con el gremio de arquitectos aliado,
justificándose como aumento de fuente de trabajo.
(3) Mc Harg, Ian, “Design with nature”, John Wiley and Son, New York, 1969.
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02
28 de agosto de 2004
Sustentabilidad y patrimonio
Pág. 33
Siguen los fuertes vientos, con sonido a ramas y
olor a hojas verdes. Cada vez presiento que van a ser
más fuertes y frecuentes, y debemos esperarlos con te-
mor (con riesgo de huracanes) pero también con la ilu-
sión de que limpien...
Pág. 34
comenzó a institucionalizar internacionalmente, quizás
como reacción a dos procesos prepotentes:
Pág. 35
ría, mediante la ampliación de criterios, para que el pro-
ceso se volviera francamente abarcativo y sustentable.
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un estilo de desarrollo más sustentable enormes realida-
des territoriales y sus poblaciones.
Pág. 37
Se abre así una ocasión de representatividad regional o
geográfica mucho más justa, temáticamente también más
representativa. Y con todo ello la sustentabilidad de la no-
ción de patrimonio y su vigencia de cara al futuro.
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03
4 de octubre de 2004
¿Ciudad concentrada
o ciudad dispersa?
“Vivir próximos es mucho más compatible con la
sustentabilidad ambiental que vivir separados”.
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A veces vienen huracanes...
Estoy seducido por la idea de los vientos. Sobre todo
de “vientos verdes” que limpien, refresquen, y que para
ello tengan en cuenta la sustentabilidad de la vida en
este planeta.
Pero las noticias de más reciente actualidad, nos ha-
blan de huracanes como el Frances y el Iván, que están
aún azotando las islas y costas del Caribe nororiental. Los
huracanes destruyen más que limpiar, y traen calores
sofocantes antes de diluirse.
Pág. 40
Ciudad y Territorio
Sin embargo, si uno sube con el avión y vuela a 10.000
metros de altura a lo largo de todo ese Estado norte-
americano, esa periferia se extiende hasta encontrarse
con otra periferia, y luego con otra, y otra, donde la nor-
ma es la periferia y la mínima excepción son aquellos
centros espejeantes. Para lograr esa periferia
globalizada, el territorio se torturó de transformaciones,
muchas veces deteriorantes.
Pág. 41
Un uso insustentable del territorio
El fenómeno quizás más indiscutible de esta forma
in-urbana de ciudad, es que depende de largos despla-
zamientos, forma derivada de la utilización abusiva de
autos particulares.
Con esas bajísimas densidades, no hay otra forma de
llegar a todos los puntos que con inmensas redes de carrete-
ras y calles vecinales sólo conectables en auto. Y en varios
autos por familias, casi uno por cada habitante, debido a la
multiplicidad de puntos de servicios y equipamiento que
cada uno de los miembros de esa familia debe alcanzar, en
distintos horarios y para distintas funciones.
Pág. 42
altos presupuestos de movimientos, lo cual empeora su ca-
lidad de vida y la de su familia. Pero también han descubier-
to que entre la ciudad –a donde tienen que ir a trabajar, a
encontrar cultura o amigos, servicios o auxilios– y su es-
pléndida casa en grandes lotes, hay muchos barrios de ex-
cluidos, carreteras no muy custodiadas y, en fin, amplios
márgenes de riesgos e inseguridad.
Pág. 43
En un breve resumen, los criterios que avalan esa aseve-
ración, comparando los modelos de ciudad compacta y ciu-
dad difusa desde la unidad sistema-entorno son :
NIVEL
NIVEL
CAUSA CAUSA
SOPORTE POR EXPLOTACIÓN
consumo de para la producción y > la dispersión de la edifica- < la proximidad entre usos y funcio-
materiales el mantenimiento del ción y las infraestructuras. nes supone un menor consumo de
modelo urbano La superficie edificada / ha- materiales.La superficie edifica-
bitantes es mayor.Tipologia da/ habitantes es menor. Tipología
edificatoria con mayor edificatoria con mayor manteni-
mantenimiento. miento.
consumo de en relación al modelo de > el modelo de movilidad des- < la mayoria de viajes se pueden
energía movilidad cansa en el vehiculo privado realizar a pie, bicicleta o en
transporte público
consumo de en relación a las tipo- > se consume más energía en < las demandas energéticas en
energía logías edificatorias las tipologías edificatorias bloques de apartamentos
unifamiliares
consumo de en relación a los > dispersión de las redes < por proximidad de las redes
energía servicios
consumo de en relación a las tipo- > consumo en jardín, < en edificación plurifamiliar
agua logías edificatorias piscinas, etc es menor
pérdida de > insularización de los sistemas < conservación de los sistemas agríco-
biodiversidad agrícolas y naturales por expan- las y naturales. Conservación del mo-
sión de las redes de movilidad saico agrícola, forestal, pastos y setos,
típicos de Europa templada
perdida de la capaci- > impermeabilizacióndelasáreas < conservación de las áreas de infiltra-
dad de infiltración del de infiltración y otras y canali- ción y las márgenes del cauce.
agua. Aumento de la zación de cauces.
velocidad del agua de
lluvia caída hasta lle-
gar al mar
emisión de gases de > por el modelo de movilidad y el < es menor por un menor consu-
efecto invernadero modelo energético mo de enrgía y una mayor ac-
cesibilidad
emisión de contami- > por el modelo de movilidad y el < es menor por un menor consu-
nación atmosférica modelo energético mo de energía y una mayor ac-
cesibilidad
Pág. 44
MODELO DE CIUDAD DIFUSA MODELO DE CIUDAD COMPACTA
PRESIÓN SOBRE LOS SISTEMAS DE SOPORTE
NIVEL
NIVEL
CAUSA CAUSA
POR EXPLOTACIÓN
las partes del sistema urba- > se consigue mayor diversidad de
no se simplifican. Se sepa- portadores de información en to-
ran los usos y las funciones das las partes del sistema urbano
en el espacio. En cada espa-
cio solo contactan los por-
Complejidad < tadores de información de
características similares:
los obreros con los obreros
en los poligonos industria-
les, los estudiantes con los
estudiantes en el campus
universitario.
compacidad y proximidad < la dispersión de usos y fun- > la concentración edificatoria da
entre los portadores de in- ciones en el territorio propor- lugar a tejidos densos y de usos
formación cionan tejidos urbanos laxos. y funciones próximos entre sí.
Pág. 45
Pero buena parte de esta calidad ambiental es la pro-
pia sustentabilidad de la vida asociada.
Conozco bien la vida de mis amigos barceloneses, des-
de un rico empresario, a un profesional clase media, a un
estudiante siempre escaso de dinero, a un empleado u
obrero de clase media baja, y todos ellos pueden encon-
trar a pocos metros de su lugar de residencia –si viven en
la zona histórica, en el Ensanche de Cerdá o en los anti-
guos barrios adyacentes–, ese bar, ese café, ese cine, ese
paseo, esa zona comercial, ese encuentro casual e ines-
perado, que marca un alto estándar de calidad de vida,
entre las buenas ciudades del mundo (2).
Pág. 46
ciudad, y fuera de ella se conserva un patrón de produc-
ción y de vida rural, aún en densidades mayores, y con
acceso fácil a los servicios de la urbanidad.
Pág. 47
caso del gas natural, de la energía solar, de la energía eólica,
de la energía hidráulica, o de la misma reducción de ga-
ses tóxicos emanados por el uso de gasolina).
Pág. 48
04
23 de diciembre de 2004
Sustentabilidad y consumo
La vida lenta
“Lentitud para vivir; más horas para integrarnos,
solidarizarnos, leer, escribir, gozar.
Necesitamos otra sociedad, otro paradigma de desarrollo
para hacer más sustentable la sociedad y la tierra”
Pág. 49
A veces la velocidad viene bien, para limpiar con vien-
tos huracanados la mugre de mil tipos de depredacio-
nes. Pero la tempestad, luego de pasar, reinstala la cal-
ma, los vientos leves, la suavidad. Hace años que nos
percatamos de la levedad como el principio esencial para
un mundo sustentable (1), lo opuesto de prepotencia: lo
que depreda, impone, arrasa.
Slow Food
Cuentan que un caracol y una tortuga tuvieron un
día la fatalidad de chocar. Cuando el caracol acudió mal-
herido al hospital, el médico le preguntó: «¿Pero qué ha
Pág. 50
pasado?». Y puso cara de estupefacción cuando uno de
los animales más lentos del planeta le respondía: «No
sé, sucedió todo tan rápido».
Pág. 51
El artífice de Bra, hoy presidente del Slow Food, se llama
Carlo Petrini. En 1986 este periodista especializado en gastrono-
mía se enfureció cuando vio los neones y los arcos dorados de
Mc Donald’s instalados en la mismísima plaza de España, en
Roma. Y no paró hasta conseguir que el restaurante norteameri-
cano cerrara sus puertas.
De aquella gesta nació un grupo de amigos dispuestos a
combatir «los demonios de la comida rápida» con garbanzos,
vino y tranquilidad al comer y cocinar. Después, la filosofía
dejó de ser sólo una actitud ante la mesa y se convirtió en un
modo de vida que se plasmó en las ciudades lentas. Hoy en
Italia hay 35 y el movimiento, que ha hecho mella en 34 paí-
ses, cuenta con 65.000 adeptos en todo el planeta.
Pág. 52
Lentitud para vivir, más horas para integrarnos, solidarizarnos,
leer, escribir, gozar, trabajar creativamente...
Necesitamos otra sociedad, otro paradigma de desarro-
llo. Para hacer más sustentable la sociedad y la tierra es
preciso parar este “mundo, loco, loco, loco” (4), bajarse de
él, como de una calesita desenfrenada, y recomenzar.
Pág. 53
(1) Pesci, Rubén. “De la prepotencia a la levedad”.
Editorial Fundación CEPA-FLACAM, 2002
(2) Pesci, Rubén. “Del Titanic al Velero”. Editorial Fundación CEPA, 2000.
(3) Publicado en Rebelión. Construyendo poder desde abajo. 18-11-2004
http://www.rebelion.org
(4) Alude a la película “Este loco, loco mundo” de 1964.
Pág. 54
05
9 de noviembre de 2004
Pág. 55
¿Vientos de derrota?
A veces me parece que en este asunto de la vivienda
social ya estamos derrotados... o que aúllan vientos
fuertísimos de derrota.
Pág. 56
En tanto, en las sociedades más pobres –menos
distributivas– como son las que ahora dominan en nues-
tro continente, el Estado no alcanzó a dar solución a la
masa creciente de excluidos que no logran autogestionar
su vivienda. Y además, durante más de una década de
auge neoliberal, directamente se retiró del compromiso
social: el mercado lo solucionaría todo; los excluidos se-
rían incluidos por la demanda laboral privada, y se po-
drían edificar o comprar una casa.
Sustentabilidad en la certidumbre
Sería el camino deseable. El Estado vuelve a asumir
la cuestión e invierte en vivienda social, para evitar
deseconomías en enfermedades, delincuencia, largos
desplazamientos, impactos ambientales, marginalidad y
otras yerbas malas. Pero para eso ya no puede encajar a
la gente en latas de aceite o cajas de fósforo, y sobre
todo, mal localizadas.Ya se sabe que eso tiene
externalidades negativas.
Pág. 57
diante impuestos progresivos a la tierra urbana vacía, como
el denominado IPTU, en Brasil, que provoca la movilización
de esas tierras, en lugar de su retención especulativa. Desa-
rrollando trama urbana integrada a la trama existente. Apli-
cando tipologías más baratas inicialmente –como el lote
con servicios, la vivienda núcleo, la cáscara o contenedor, la
vivienda evolutiva– para derivar más recursos a mejores lo-
calizaciones, servicios urbanos y calidades ambientales.
Pág. 58
Sustentabilidad en la incertidumbre
Allí donde perduran altas tasas de natalidad o de inmi-
gración interna, el crecimiento explosivo no puede ser abas-
tecido de hábitat por un Estado a su vez empobrecido.
Muchos países de América Latina, o provincias pobres
de la misma Argentina, son impotentes para hacer hábitat
a este ritmo violento de crecimiento. Y entonces el modo de
construir de los excluidos, surgido de su propia lógica de
incertidumbre, de improvisación, no tiene rival.
Pág. 59
poco se consolidan y extienden más en horizontal. La
calle no es tan importante. Se vive más hacia adentro...
Hemos estudiado mucho esta autoconstrucción no asis-
tida y suele ser un modo aterrador de sobrevivir, muchas ve-
ces sin futuro. Pero a veces interviene un “loteador” clandes-
tino, parcela regularmente, abre calles normales, pone luz o
agua, y la cosa empieza a tener posibilidades. Claro, sin espa-
cios abiertos, en zonas bajas, sin título de propiedad.
Pág. 60
hicieron los buenos barrios populares de la historia: en
la Antigüedad, en la Edad Media, en el Renacimiento,
en las colonias americanas, en las ciudades progresis-
tas de fines del Siglo XIX e inicios del Siglo XX.
¿Ignorancia?
¿Prepotencia?
¿Sabe, che?
Me parece que es más ignorancia que otra cosa.
Pág. 61
(1) Eber Marzulo. «A favela como lugar».
Revista Ambiente digital nº 93 - Abril de 2004.
Pág. 62
06
12 de Julio de 2004
Sustentabilidad y economía
De la exclusión a la
inclusión económica
“Miremos hacia adentro, hacia la herejía a la que
tememos. Exploremos una entre otras alternativas
posibles. Y no digamos de entrada que no, descreí-
dos de la posibilidad de aplicar buenas políticas”
Pág. 63
“Rovesciare il canocchiale” (Giancarlo de Carlo)
Debemos generar consumo y generar empleo. En rea-
lidad, se trata de lograr que todos consuman mejor, y
ello puede generar más riqueza.
Pero si esa riqueza se concentra en pocas manos (y
se va del país) no se reinvierte en creación de más em-
pleo y entonces son menos los que consumen. Se res-
tringe el volumen de la economía y el país quiebra.
Pág. 64
Pero lo bonito es que cada proyecto incubado supone a su
vez la liberación “proyectual” de su autor. No sólo aprende a
producir, sino a ser. A volverse protagonista, creativo, con op-
timismo fundado. A recuperar su autoestima y su compromi-
so con el florecer futuro (la esperanza) de su proyecto.
Pág. 65
asegurarían un gran mercado de demanda de insumos, y
también del ingreso en el mercado de consumo de unos
10 a 20 millones de pobres/indigentes actuales: cada
nuevo empleado más su núcleo familiar.
Regiones de Desarrollo
Hemos probado este modelo en decenas de pro-
yectos o planes de desarrollo (2).. Una de sus condi-
ciones más ventajosas sería la organización y ges-
tión microrregional. Por ejemplo, una microrregión
de 300.000 habitantes, podría crear unas 1.000
PyMes, disponiendo de un fondo de créditos de tan
sólo U$S 3 millones), que además puede crear un
fondo rotativo de diez años. Con lo que amortizan
los primeros beneficiarios, se atiende a otros deman-
dantes. Se crearían así 10.000 PyMes, generando 20
ó 30 mil empleos directos, el 25% de la población
económicamente activa de esa microrregión, más
que los desocupados existentes en los momentos de
mayor crisis en Argentina.
Pág. 66
La Sustentabilidad
Este modelo apunta al crecimiento, pero distribuido, a
escala humana. Por lo tanto produce inclusión y equidad.
Y tiende a manejar bien los ecosistemas, por la pro-
pia escala, la diversidad y la base productiva local.
Sustentabilidad es buen manejo, económico, social y
ecológico.
Pág. 67
(1) Yunus, Muhammed “Hacia un mundo sin pobreza”, Editorial Andrés Bello, 1997.
(2) Se refiere a planes estratégicos de desarrollo local o microrregional realizados
por la Fundación CEPA, como el de la microrregión de Salto Grande
en Entre Ríos, Argentina, 2000/2001.
Pág. 68
07
3 de febrero de 2006
Sustentabilidad y empleo
Pág. 69
Cuando parecía que faltaban vientos para motivar es-
tas breves reflexiones, me surgen nuevos vendavales.
Vi en un film, como de comedia americana, no exento
de simpatía y humor, cuando sentí un desprecio no desco-
nocido, que ya me había provocado antiguas náuseas fren-
te a uno de los episodios del tema de la película.
Pág. 70
mosos encuentros mundiales de lideres de la economía
liberal, y no casualmente su tema fue este año “IMPE-
RATIVO: CREATIVIDAD”. Bienvenida la búsqueda de la
creatividad tan vinculada a la capacidad de hacer pro-
yectos (1), pero ante la mencionada crisis de seguridad
laboral, también la creatividad es la perfecta excusa para
echar sin más, a alguien que quizás se ganó un lugar y
un derecho jubilatorio por las ideas que tuvo antes, y la
fidelidad con que las siguió a través del tiempo.
Pág. 71
Quizás la verdadera creatividad está en esa línea de
articulación generacional, y entonces son tan necesarios
los jóvenes como los viejos.
Por eso nos sedujo el modelo de la sociedad de flujos
cíclicos donde, en procura también de la sustentabilidad
social, los ancianos se reciclaban como educadores de
los más pequeños.
Pág. 72
08
7 de febrero de 2005
Sustentabilidad y turismo
Pág. 73
Ya en 1930, Frank Lloyd Wright escribió “Mobocracy”,
vaticinando la sociedad móvil.
En el reciente libro “Economías de Signos y Espacios”
(sobre el capitalismo de la post-organización), Scott Lash
y John Urry, adjudican al aumento global de la movili-
dad el cambio profundo de todos los tipos de organiza-
ciones sociales. Y entre ellas, el turismo adquiere un
papel decisivo (1).
Pág. 74
tendió en los países más desarrollados hasta aproxi-
madamente 1980, con más de un siglo de consolidación
de la organización social del turismo, en la forma de enor-
mes contingentes que comenzaron a viajar por el mundo,
y constituyeron quizás el impulso principal de la movilidad
organizada, que más tarde cambiaría el mundo. Los viajes
en tren, en vapor, luego los intercontinentales tanto por
mar como por aire, y finalmente la movilidad generalizada
en la época de la globalización.
Todo es turismo
Esa gran movilización no sólo se da por motivos turís-
ticos. También realizan “tours”, todos los que viajan por
razones laborales o culturales. Las redes empresariales
globales, los centros de congresos y convenciones, son
algunas de las modalidades recientes, que también han
visto aumentar enormemente el número de viajes no
Pág. 75
vacacionales. Para no hablar de la propia movilidad de
ciudadanos dentro de países libres, o de países no libres
hacia países libres, en búsqueda de mejores condicio-
nes de vida. Quizás el caso más detonante es el de Esta-
dos Unidos, donde es absolutamente común que los
miembros de una misma familia vivan bien distantes, e
incluso se muden permanentemente.
Pág. 76
de atender a tantas demandas individualizadas y por moti-
vos tan diversos. La idea del “paquete” turístico organiza-
do, se va sustituyendo por la idea de recorridos o “tours”,
que combinan trabajo, placer, descanso, deportes, expe-
riencias culturales, amistad, y que requieren que la oferta
de atractivos sea más flexible y variada, y las formas de
movilidad incorporen también fuertemente la movilidad
improvisada individual. El automóvil alquilado, los pasa-
jes en tren que permiten múltiples escalas en el tiempo a
libre elección, son algunas de estas nuevas modalidades.
Pág. 77
sidad de organizar esta desorganización, desde el punto
de vista de un manejo sustentable del patrimonio natural y
cultural, para impedir que este sistema de consumo
globalizado se transforme en un canon tipo (como las
hamburgueserías) que luego destruyan la diversidad ansiada.
Pág. 78
09
21 de marzo de 2005
Sustentabilidad y sociedad
La sociedad de la confianza
“No hay sustentabilidad sin confianza.
La sustentabilidad requiere de la participación de todos
los sectores, con esfuerzos propios y ayudas mutuas”
Pág. 79
¿Recuerda el lector esa reciente película “La tor-
menta perfecta”? Como en ella, donde se juntan va-
rios ciclones, huracanes y otras formaciones perver-
sas del cielo, uno de los vientos más terribles que azo-
tan nuestra sociedad y amenazan destruirla, es el vien-
to de la desconfianza.
Pág. 80
Sin embargo, la desconfianza, en sus manifestaciones
más actuales (el mercado como único regulador, el sálve-
se quien pueda, el muy argentino “no te metas”) han he-
cho re-emerger una etapa aparentemente pre-societaria.
Hoy es muy visible la transgresión al contrato social: no se
cree en las leyes, no se cree en los gobiernos, no se cree
en el buen vecindario, no se cree en la policía. Y con ho-
rror observé hace algunas noches en un noticiero de tele-
visión, las declaraciones de un propietario de casa en
“country”, alarmado de haber sido robado en ella a pesar
de las máximas medidas de seguridad y aislamiento: “ya
no hay seguridad en ninguna parte”.
Pág. 81
siempre al caos, y genera entradas o alimentaciones equi-
librantes, para evitar la dispersión (los vientos arrasadores)
que pulen cruelmente toda diversidad, toda protuberancia,
todo lo que no está exactamente en su punto.
Pág. 82
10
4 de julio de 2005
Sustentabilidad y proyecto
Pág. 83
El lunes 20 de junio de 2005, en su sección de noti-
cias nacionales, el Diario El Plata publicó a página ente-
ra un artículo titulado “El drama de los jóvenes que vi-
ven sin proyectos”.
Pág. 84
20% conoce las plazas, parques o calles, en su mayoría
del propio barrio donde habitan. Sus mayores acciones
de participación están vinculadas a iniciativas solidarias
y no a actividades políticas tradicionales. Y de todos
modos, los mayores porcentajes de entre estos jóvenes
pertenecen a varones y de los sectores sociales más cas-
tigados por la pobreza. Existe apego mayor al presente y
casi inexistencia de previsiones para el futuro.
Pág. 85
capitalista salvaje, y la corrupción de muchas estructu-
ras y sectores de poder, nos fueron llevando hacia el
“no te metás” que es una forma generalizada de no
hacer proyecto. Los hijos de esas generaciones, los jó-
venes de hoy, aprendieron a desconfiar, des-solidari-
zarse y, por último, a no sentir ni la educación ni el im-
pulso para concebir proyectos. Para este caso histórico
–donde el mundo entero se pregunta por qué Argenti-
na está así– quizás muchas veces se es excluido por-
que no se tiene proyecto.
Pág. 86
11
22 de julio de 2005
Lo concreto y lo virtual
“Sólo en los espacios públicos, en los espacios del
no anonimato, es donde se puede construir una
sociedad con identidad y fuerza de cambio”
Pág. 87
Estos vientos que muchas veces me alimentan y otras
amenazan con arrasarme, se están transformando en una
provocación casi cotidiana. ¿Cómo enfrentarlos, cómo
convivir con ellos, con el realismo que exige la acepta-
ción de la incertidumbre, de las fuerzas que son imposi-
bles de superar, pero con el idealismo que nos sostiene
para no doblegarnos?
Pág. 88
sofos y oradores, la pantalla enfatiza la curiosidad ilimi-
tada, inaferrable y evanescente.
Pág. 89
lo mismo leer en la pantalla de la computadora que en
el sillón de nuestro rincón íntimo, o en una ronda de
amigos, o en un círculo literario, o en la comodidad de
la cama. Hasta fisiológicamente esta nueva forma de
lectura genera deformaciones y vicios posturales o vi-
suales gravísimos.
Pág. 90
El viento de la informatización ejerce hoy un poder
infinitamente superior a las brisas tibias de la cultura de
lo concreto. Será necesario reaprender la potencia de
los vientos del diálogo y la identidad.
Pág. 91
(1) Ver Vientos Verdes 10 «Sustentabilidad y Proyecto».
(2) Ver Vientos Verdes 9 « La sociedad de la confianza».
Pág. 92
12
15 de agosto de 2005
Sustentabilidad y gobernabilidad
Vientos contínuos,
vientos de concordancia
“La planificación participativa se hace entre todos, y
se sobreentiende que se recicla a sí misma, pues la
participación abierta se renueva”
Pág. 93
Todos sabemos –al menos casi todos los que pensa-
mos para el bien– que es mejor prevenir que curar. Para
eso, hace unos 150 años comenzó a desarrollarse la cien-
cia de la planificación, que quizás se estructuró recién
con Patrick Geddes a inicios del siglo XX. Se consideró
“primordial” pensar antes de actuar, entendiendo que lo
“prioritario”–actuar de inmediato– podía ser insuficien-
te, apresurado y hasta contradictorio.
Pág. 94
transforma en dictaduras entre cada período eleccionario.
Otro aún más rico, algo perturbador quizás, es el viento de
procesos continuos. Más que planificar se “maneja” el vele-
ro, según los vientos, la marea y nuestras ansias de destinos
(1). Se llega quizás más sustentablemente que con un Titanic
pesado e inflexible, pero no siempre al destino prefijado. Más
que gobernar se concerta la gobernabilidad entre todos.
Pág. 95
(1) Ver “Del Titanic al velero, la vida como proyecto”,
Rubén Pesci, Fundación CEPA, 2000.
Pág. 96
13
5 de octubre de 2005
Sustentabilidad y planificación
Pág. 97
¡Qué gran esfuerzo corregir errores o catástrofes no
prevenidas! Esos son huracanes (como el Katrina) que a
su vez provocan efectos indirectos –que generan otras
energías, como la de las aguas violentas de un río re-
balsado de su cauce– y que destruyen más allá de la
lógica sectorial o parcial de su efecto original.
Pág. 98
nos o maléficos, sino de modificar las causas que provo-
can esos efectos. He ahí la gran diferencia: planificar
para cambiar benéficamente la realidad o para evitar que
los daños o efectos negativos se propaguen.
Pág. 99
bo: de la política, de la actividad profesional, de la pla-
nificación como oficio verdaderamente benéfico.
Pág. 100
sus impactos negativos (minimizar, palabra resignada que
reconoce que en el origen no se puede cambiar la causa).
Se deben revisar las mismas finalidades.
Pág. 101
(1) Alude al libro «Crónica de una muerte anunciada», de Gabriel García Márquez.
Pág. 102
14
9 de septiembre de 2005
Sustentabilidad y mercado
Pág. 103
¿Por qué ese mito de que el mercado todo lo sabe y lo
elige bien? He ahí el viento quizás más arrasador del si-
glo XX, con raíces bien profundas en el XIX, y que ya
perfila su forma de vendaval en el XXI. Parece verde, ino-
cente, transparente, puro. Sus voceros dicen: es el usua-
rio –y esa versión menos tramposa, “el cliente”, que no
esconde la idea de que comprar y vender es la finali-
dad– quien debe decidir. Es la “satisfacción del cliente”
la que cuenta: gusta o no gusta, compra o no compra.
Ergo: vendemos o no vendemos.
Pág. 104
en la toma de decisiones sobre qué hacer con la sociedad,
y no orienta directamente la compra-venta de nada. Y ade-
más, es una forma evidente de educación, de aprendizaje
para la mayor garantía de uso de las libertades.
Pág. 105
El pueblo, el soberano, debe saber de qué se trata para
poder opinar. Entonces, opinar es posterior a saber, y sa-
ber es posterior a recibir información, a educarse.
Pág. 106
ambientales, económicas (antes que financieras), ofrecerá
más diversidad y calidad, y el cliente sabrá mejor cómo
elegir. Sólo así sabremos si la satisfacción del cliente es un
ciclo de la ciclicidad de la evolución sustentable, o un torna-
do para borrar el saber hacer e instalar sólo –tiránicamente–
el saber vulgarizar.
Pág. 107
Pág. 108
15
Escrito el 2 de octubre de 2005 desde Recanati- Italia
Sustentabilidad y cultura
Pág. 109
Escucho campanas sonando, dando final a la “Festa
dell’ uva”, en Recanati. La suerte me ha traído hasta aquí
un día impensado, cuando debía estar hoy en otro
pueblito, la ciudad histórica de Montelupone, a escasos
15 km. de distancia.
Pág. 110
de poesía sobre la identidad profunda de un ambiente:
las colinas de esta región de Le Marche, desde una de
cuyas cimas el poeta «vio» el infinito; dulcísima y me-
lancólica visión de la ensoñación, de los ideales e ilu-
siones de un soñador, amante de un paisaje que hasta
hoy se ha sabido conservar.
Pág. 111
Un viento huracanado de educación se debe gestar
ya en nuestros países, que limpie la miseria de la no
educación, y sus consecuencias miserables de repro-
ducción de la miseria.
(1) Ver Vientos Verdes 14 «Satisfacción del cliente o educación del soberano».
Pág. 112
16
Escrito el 9 de octubre de 2005 desde la Autostrada Ancona - Milán, Italia
Pág. 113
Iba por la riqueza, y se me atravesó la pobreza. Con
toda intención había tomado la Autostrada Ancona-
Bolonia-Milano, cuando después de Rímini, entra de lle-
no en el Valle del Po, quizás la región más rica de Euro-
pa. La propia vía se está ampliando a 4 carriles de cada
lado, pues es en realidad una enorme autopista urbana.
Pero a los costados, todo es agricultura, viñedos y casas
rurales, en rutilante explotación, y donde la belleza
agroproductiva se enaltece aún más con todas las casas
renovadas y coloridas. Cada tanto, pequeños parques in-
dustriales, con la famosa pequeña y mediana empresa
italiana, que parecen palacios de oficinas, vidriados, lu-
josos, ordenados. Se adivina la plusvalía de la produc-
ción (tejidos, electrodomésticos, cerámicas refinadas,
autopartes), en buena medida para exportar.
Pág. 114
Sentí un profundo disgusto frente a la situación. Uno
solo de los muros de contención de la enorme autopista
italiana, o de sus pantallas reflectoras de ruidos, podría
insuflar riqueza a más de un pueblo entero de aquellos.
¿Sabría ese pueblo qué hacer con esa riqueza? ¿Es que
sólo la injusticia generó esas exclusiones, o también la
provocó la inmensa exclusión geográfica territorial?
Pág. 115
acumulan, concentran e ignoran el ambiente, el territorio (y
entonces habrá marginación en la Puna y en las periferias
urbanas); o el empoderamiento de culturas que relacionan,
integran, incorporan daños (exter-nalidades negativas), y
entonces todo el territorio, todas las comunidades serán más
protagonistas, y se incluirán como hacedores.
Pág. 116
17
Escrito el 20 de octubre de 2005 desde Barcelona - España
Sustentabilidad y globalización
«La latinoamericanización
de la ciudad»
“Creo que hay mucha inteligencia y experiencia en América
Latina, surgida de sus propias crisis e impactos, y que llegó la
hora que el flujo de conocimientos y las alianzas de coopera-
ción sean en los dos sentidos: desde Europa hacia América
Latina, y desde América Latina a Europa”.
Pág. 117
Estuve visitando varias grandes ciudades en América
Latina, desde México a Guadalajara, desde Bogotá a
Medellín, y siempre contuve el aliento frente a tanto ta-
maño, tanta problemática, tantos déficit. Pero también
asistí a una apasionada búsqueda de respuestas, deseos
de aprender y, en algunos casos, aportes novedosos,
como el transporte urbano denominado “Transmilenio”
en Bogotá, o la combinación de metro de superficie y
cable carril para subir a las barriadas más pobres en
Medellín. Y también la gran renovación urbana de la Plaza
Tapatío, de los ’70, en Guadalajara.
Poco después reviví mis contactos con Barcelona, y
cada vez pude adentrarme más en sus realidades y sus
políticas para mejorar. Y supe que estaba en Europa: rica,
organizada, reflexiva.
Pág. 118
La observación de dicho proceso no me era ajena.
Desde hace más de una década viene sucediendo en casi
todas las ciudades europeas, y en algunos casos, como
Marsella, la población oriunda, tradicional, ya se ha re-
ducido a sólo un 40% del total. Pero ahora parecen ace-
lerarse sus consecuencias urbanísticas y ambientales.
Con la inmigración de tercermundistas, la ciudad euro-
pea volvió a crecer (dejando atrás dos décadas de estan-
camiento de población y mejoras continuas) y con ello a
expandirse. Inmensas necesidades de transporte se ha-
cen cada vez más evidentes. Y la emigración de habitan-
tes urbanos hacia sus suburbios míticos engañosos, re-
quiere más y más autopistas y supercarreteras para sus
expansiones “rur-urbanas”.
Pág. 119
riencia en América Latina, surgida de sus propias crisis e
impactos, y que llegó la hora que el flujo de conocimien-
tos y las alianzas de cooperación sean en los dos senti-
dos: desde Europa hacia América Latina, y desde Améri-
ca Latina a Europa. Quizás esta sea una de las facetas
más genuinas de la globalización: la cultural, la científi-
ca y la artística, pues permite compartir sin fronteras.
Pág. 120
Es alucinante vivir una época donde los países cen-
trales se llevan no sólo nuestras riquezas sino también
nuestra juventud, y esa mixtura rompe las formas sólo
extractivas de la dominación. Ahora resulta un mundo
único, con problemas diferentes en sus causas (la rique-
za, la pobreza, la inclusión, la exclusión) pero con efec-
tos similares y necesidad de desarrollar con mayor hu-
mildad las búsquedas integradas de solución.
Pág. 121
Pág. 122
18
Escrito el 11 de octubre de 2005 desde Asolo - Italia
Sustentabilidad y belleza
Pág. 123
Mi amigo Manuel Cuadra, peruano-alemán, me recor-
daba hace poco que en lugar del título dado a una reciente
Bienal de Venecia: “More ethics, less aesthetic”, él cree en
la necesidad de más ética y más estética, inseparables.
Pág. 124
acceso o un jardincito, para acomodarse con los vecinos
y con esa otra casa que es la calle o la plaza sobre la que
se coloca. Y de ese modo, instalaba el patrón de la diver-
sidad, de la armonía viva, popular, del deleite de palpar
la evolución histórica viva. Si el alma está dentro del
cuerpo, es la moral individual la que cuenta; la casa re-
sulta la fortaleza que defiende mi moral y mi alma, y el
ámbito público bello en general desaparece. Salvo como
mercancía, para vender a otros (la American Beauty de
todo resort turístico y casi todo barrio privado). Esa be-
lleza ficticia, superficial, hollywoodense, que fue la más
castigada por el huracán Katrina en Louisiana, porque
eligió instalarse en los lugares más frágiles y contrarios
a la forma prudente de uso del territorio.
Pág. 125
tos escultores) fue dominantemente popular, solidaria,
religiosa (interligada, articulada, en la acepción original).
Pág. 126
19
Escrito el 20 de octubre de 2005 desde México
Sustentabilidad y arquitectura
Pág. 127
Hay vientos que vienen tristes de abajo para arriba y
en general con olor a pobreza húmeda, y hay vientos
que van a ensuciar mucho, aunque vengan del esplen-
dor de la riqueza.
Pág. 128
veterada costumbre de los malos de la historia, o de los
tan buenos que quieren contagiar con su bienestar a los
demás, sin darse cuenta que en realidad ejercen la pre-
potencia sobre los deseos y aspiraciones de esos demás.
No fue muy diferente la expansión de la arquitectura
del catolicismo en todo el mundo creyente o no creyente.
Tampoco la expansión de la arquitectura británica durante
el período del imperio (aunque hay que reconocer una vez
más su inteligencia, que hizo del gusto por el clima y el
paisaje local una forma de dominación más inteligente: la
empatía). Y quizás su forma más escandalosamente divul-
gada sea el “American way of life”, o la belleza america-
na, tan bien representada por el film de ese nombre, que
ha inculcado por todo el mundo las bondades de la casa
suburbana con piscina, con dos autos, las aventuras sexua-
les en la etapa del colegio secundario, la seriedad y res-
ponsabilidad del jefe de familia, el bonito chalet pintado
de blanco, la peligrosidad de los centros urbanos y tantos
otros signos (y síntomas) del imperio americano.
Pág. 129
apariencia de calma, formas de pastel o torta de cre-
ma. Tiene la seducción de la belleza de una mujer de
mármol. Fría, eterna, exportable, sin familia reconoci-
da, y por lo tanto se puede comprar y vender, llevar de
Grecia a la mansión de un magnate, subastar, en defi-
nitiva, integrarse fácilmente a las reglas del mercado y
su estilo tonto de prestigio.
Pág. 130
20
Octubre de 2005 desde México
Sustentabilidad e insustentabilidad
«Katrina y Wilma,
dos damas huracanadas»
“Pobreza, incorrecto manejo de las obras de infraestructura,
incorrecto manejo de las urbanizaciones y de la ocupación
de las riberas, insustentables formas de turismo, son algunas
de las causas profundas que hacen posible que se sinergicen
y se vuelvan más terribles aún los efectos
de estas damas huracanadas...”
Pág. 131
Empecé a escribir estas breves reflexiones sobre vien-
tos, y en el ferviente deseo de que se vuelvan verdes,
muchos meses antes de esta racha de terribles huraca-
nes que han azotado al Caribe y sus países vecinos du-
rante el segundo semestre de 2005.
Pág. 132
Más allá de la violencia del huracán Katrina, creo
que el nivel de desastre al que se llegó en esa región se
debió a acciones humanas no bien manejadas (la ruptu-
ra del dique), acciones humanas poco entrenadas (la fa-
lla de la defensa civil, la tardía ayuda de contingentes
militares y la ausencia de un número suficiente de apoyo
militar, altamente distraído con su presencia en Irak), y
por fin, el hecho de que el huracán esta vez cayó sobre
una zona bien pobre de los Estados Unidos, pobreza mu-
chas veces ocultada por los medios de comunicación,
que habitan en zonas muy frágiles, bajas, inundables, en
condiciones semejantes a las de una periferia pobre de
América Latina.
Pág. 133
invadiendo las zonas de bordes costeros, que fueron lite-
ralmente barridos por las olas y los vientos. Mientras
tanto, otros hoteles o posadas más modestos, y coloca-
dos a cierta distancia del mar, pudieron volver a funcio-
nar pocos días después.
Pág. 134
En todo caso los tsunami, los huracanes, los terremo-
tos, cada vez más frecuentes (¿cambio climático?) y con
consecuencias cada vez más terribles (¿insustentabilidad
de la ocupación del territorio?), parecen asemejarse a esas
bíblicas plagas.
Pág. 135
Pág. 136
5 de junio de 2005
Pág. 137
Ayer y hoy sentí una gran intranquilidad. Vientos tris-
tes, pesados, lentos, pasaban a mi alrededor.
Hoy al mediodía me llegó de Italia la noticia de la muer-
te de Giancarlo de Carlo, gran maestro, mejor amigo.
Ahora el viento está más ligero y suave. Ya habrá
pasado su cortejo alado con música de Gustav Mahler, y
como siempre, Giancarlo nos dejó esperanzas.
Pág. 138
Claro, de Carlo, amigo de Italo Calvino, de Aldo Van
Eyck, de Alison y Peter Smithson, de Hermann
Hersberger, de Donlyn Lindon, de Sverre Fehn, de Oriol
Bohigas, lideró el Team X, que derrocó el agotado CIAM
y el internacionalismo racionalista (1). Pero también
lideró, con su revista “Spazio e Societá”, la transver-
salidad de la arquitectura –no autónoma, no formalis-
ta–, anticipando las búsquedas sistemáticas, inte-
gradoras, de la complejidad en la incertidumbre... Y
entonces fue quizás el principal opositor del Post-mo-
dernismo, decadencia ya felizmente fracasada (2).
Pág. 139
su gran prédica ambiental y social (su revista Spazio e
Societá), su ILAUD, (Laboratorio Internacional de Arqui-
tectura y Diseño Urbano),todos testimonios tan concre-
tos como extraordinarios que nos guiaron hasta ahora?:
Pág. 140
(1) Desde 1925 el Movimiento Moderno se codificó en algunas reglas inmutables, que lo
convirtieron en un estilo repetitivo, llamado precisamente como si ello fuera una virtud,
«Estilo Internacional» (ver Viento Verde 19 « ¿Vamos hacia una globalización estética?»).
(2) El «Post-Modernismo» tuvo su auge entre 1970 y 1990 y produjo una inteligente crítica a la
arquitectura demasiado racional, pero se desvió hacia un «vale todo», de eclecticismo formal.
Pág. 141
Pág. 142
Tercera parte
Pág. 143
Pág. 144
Claves para la lectura
Pág. 145
Carlos Gómez Flores
Rubén, ¿cómo fue tu encuentro con la sustentabilidad?
Pág. 146
cuando el tema no existía. Me siento enormemente
próximo a dos grandes precursores a nivel mun-
dial, maestros como Bruno Zevi, como Giancarlo
De Carlo después, que ya estaban buscando otras
personas que compartieran sus ideas. Zevi habla-
ba de un entorno orgánico y De Carlo de la inte-
gración de espacio y sociedad, de la articulación
de espacio y sociedad.
Había otros precursores como el geógrafo
Pierre George, un gran introductor de las corrien-
tes territoriales; el famoso sociólogo catalán Ma-
nuel Castels, que ya era un joven muy promisorio
y que empezaba a escribir sus libros espléndidos;
Tomás Maldonado, un argentino que veía el tema
muy profundamente desde la perspectiva del di-
seño industrial, de la crisis de la producción indus-
trial descontextualizada de las externalidades ne-
gativas que producía.Y en especial, Sergio Los,
principal teórico de la proyectación ambiental y
mi querido amigo.
Pág. 147
los no está asumido y que entonces algunos veían
exclusivamente desde lo natural, otros exclusiva-
mente desde lo cultural, sin encontrarse entre sí.
En aquellos momentos, digamos en los ‘70, fun-
damentalmente en Italia pero algo también en Fran-
cia y en Inglaterra, la nueva visión ya estaba sin
embargo claramente percibida.
Así que la de hoy es una preocupación con trein-
ta y cinco años de retraso. Y fijándonos que el infor-
me Brundland data de 1986 quiere decir que recién
grandes pensadores de las Naciones Unidas ponen
sobre blanco y negro, sobre papel, esto que aquellos
grupos de los ‘70 habían reconocido veinte años an-
tes. ¡Yo tuve la suerte de acercarme a ese grupo!
Pág. 148
gresos latinoamericanos del ambiente. El primero
lo hicimos en 1979, y eso también fue un proceso
de avanzada. Para el Congreso del año 81 tuve la
fortuna de percatarme que había que invitar a
Francesco Di Castri, del cual había visto en una
célebre revista sueca Ambio, (muy innovadora
también), un articulo del que por entonces era
Director de Ciencias Ecológicas de la UNESCO
y había sido el hacedor del Encuentro de 1972 en
Estocolmo, creador de la figura de la “Reserva
de la Biosfera”, un personaje, quizás el principal
del siglo XX en la materia.
Bueno, lo invito a la Universidad de Belgrano
a nuestro 3º Congreso Latinoamericano del Ambiente
y acepta sin más, con una gran generosidad. Ape-
nas nos encontramos en el aeropuerto de Ezeiza ini-
ciamos una amistad. Y este hombre, en 1981, en
aquella conferencia aún recordada, expuso esos diez
puntos del ambientalista, “El Ambientalista Diez”, que
publicamos luego en la revista Ambiente nº 34, que
realmente siguen siendo hoy deslumbrantes:
Pág. 149
6) Saber lo que no se sabe.
7) Saber pensar cada propuesta con valor
de prototipo extrapolable y con enfoque ex-
perimental.
8) Saber comprender la escala de las interdepen-
dencias internacionales y los valores culturales uni-
versales y a la vez que las idiosincracias regionales.
9) No tener miedo al error.
10) Dejar de ser hombre «no» para pensar en
términos de evolución, equilibrada sí, pero evo-
lución al fin.
Pág. 150
revolución. A ese esfuerzo, la Fundación CEPA fue
invitada, y también fue invitado el doctor Ramón Folch
de Barcelona. Otra vez se provocó una inmediata
empatía. Tanto uno como otro pensábamos que real-
mente queríamos avanzar y que teníamos que co-
menzar a articularnos. Y así nacieron dos grandes
amistades. Francesco acaba de fallecer, Ramón si-
gue estando en su máxima plenitud.
Pág. 151
sus ideas durante tanto tiempo de continuidad sin
desmayos. Ha sido muy difícil.
Claro, la Fundación CEPA hizo cosas como los
congresos del ambiente que mencioné antes. Ade-
más, comenzó a publicar la revista Ambiente y a te-
ner aliados y amigos en toda Latinoamérica y en Eu-
ropa. Entonces, en determinado momento, alguien nos
sugiere, “bueno y porque no le dan forma a esa red”
(informal hasta ese momento). Entonces convocamos
a tres o cuatro entidades amigas para hacer lo que fue
el nacimiento del Foro Latinoamericano de Ciencias
Ambientales, FLACAM.
Pág. 152
Carlos Gómez Flores
¿Cómo fue generándose la metodología flacamiana y cuál es, en
esencia, la parte medular que hace que tenga un cuerpo propio?
Rubén Pesci Se generó ya desde el año 73 o 74, haciendo
mi doctorado en la Universidad de Venecia, Italia,
en donde (trabajando con Sergio Los, y algunos físi-
cos, matemáticos, sociólogos), llegamos a modelizar
la helicoide como proceso de articulación entre entra-
das y salidas en este proceso de proyectación cíclica-
homeostática. Eso luego se introduce en CEPA, y CEPA
lo comienza a aplicar en todos sus proyectos, cursos
breves, congresos. Por ello diría que a la hora de crear
FLACAM en 1988, CEPA y muchos de sus socios o
amigos por allí por el mundo, habían ya de alguna ma-
nera construido este paradigma y esta epistemología
que se ofrece a FLACAM.
Pág. 153
Es ahí que aparece el concepto de la helicoide que
se va desarrollando en el tiempo, que se diversifica,
que se cierra, que se abre como la vida misma. Es
un modelo isomorfo a la realidad, que hoy defini-
mos integrado con diez componentes o pasos de
un proceso. Pero esta es la parte técnica.
Pág. 154
múltiples y que lo que hay que hacer es guiar esa
trama y no oponerse a ella. Estamos ante fenómenos
fundamentales de ruptura epistemológica, rupturas gi-
gantescas en la teoría del conocimiento. Cuando Jean
Piaget dice desde la educación que “solo se aprende
haciendo”, y quizás los libros se escriben después. Cuan-
do desde esa propia educación liberadora, Paulo Freire
dice que aquel alumno que está mal en la escuela tradi-
cional es el mejor alumno, porque es el que rechaza los
conocimientos enlatados. Podríamos seguir al infinito
pero son seis, siete, diez grandes alteraciones al para-
digma de la ilustración y del conocimiento científico de-
ductivo, que abren horizontes incalculables al avance
de esta búsqueda de sustentabilidad.
Pág. 155
que surge de las propias experiencias, de la praxis,
del hacer aprendiendo. Como dicen algunos intere-
santes psicopedagogos mexicanos: del sentir-pensar.
Hay muchas corrientes del mundo que están en esta
línea. Y sí hemos sido convocados ya a decenas de
foros internacionales es precisamente porque
FLACAM representa un núcleo de pensamiento.
Pág. 156
Esto es algo así como una metáfora, una
persona que tal vez puede ser un buen pianista y
lo es, pero se ha distraído en organizar la orques-
ta, en buscar financiamiento para los conciertos, en
enseñar a jóvenes y quizás está descuidando un poco
su mensaje como pianista. Entonces estoy desean-
do que los acontecimientos permitan en dos, tres,
cuatro años, que yo pueda estar más centrado en el
desarrollo de la línea de pensamiento y en la calidad
de los proyectos que hacemos.
Pág. 157
tros alumnos del FLACAM muchos tienen que ver
con el ámbito político, directa o indirectamente. Vos
mismo. Porque trabajan con gobiernos, porque in-
ciden sobre gobiernos, porque manejan medios de
comunicación. Algunos alumnos que hemos tenido
han sido representantes políticos ya sea del gobier-
no legislativo o del ejecutivo. Muchos, la mitad casi.
Entonces creo que estamos comenzando a incidir,
lo que pasa es que hay que tener paciencia.
¿Qué casos considero más fértiles? Los que
se suceden en Brasil. En Brasil, más allá de su
clase política, (que tampoco está tan mal), hay pro-
gresismo, hay un juego democrático serio, hay un
progresismo no solamente de las izquierdas como
se suele pensar, sino también del centro. Intere-
sante el caso Brasil.
Pág. 158
que ahí se haya hecho Curitiba, que es un caso
interesante. No es casual que nosotros mismos
hemos participado en el plan director de Porto
Alegre, que es un caso también interesante. Aho-
ra estamos haciendo en Florianópolis cosas que no
se pueden creer de tan innovadoras que son. ¿No
es acaso que en Brasil está Leonardo Boff? ¿No es
acaso que en Porto Alegre se han hecho los foros
sociales mundiales? Quisiera tener la generosidad
de reconocerle a ese país esas cosas. Ahora, veo a
muchos pensadores muy buenos en México y en
Argentina, eso si es verdad también. Incluso, bueno,
nosotros estamos trabajando mucho en Brasil por-
que se nos ha reconocido esa cualidad, así que creo
que hay que señalar esos dos casos, México y Ar-
gentina donde hay una masa crítica muy fuerte de
pensantes y en la complejidad y en la sustentabilidad.
Pág. 159
sión. Entonces, si la ciudad recupera esa escala
humana, ese contacto social, tiene lo que el cam-
po no tiene, que es el diálogo. Y como la comple-
jidad necesita del diálogo de saberes, como la
sustentabilidad necesita del diálogo solidario, la
buena ciudad es la simiente de la sustentabilidad,
no su contrario.
Pág. 160
sostengan, nunca va a ver sustentabilidad. La
sustentabilidad o la auto-sostenibilidad, habla de
algo que se sustenta solo. Uno dice, “esta familia
se sustenta o este principio se sustenta o este curso
se sustenta, por sus ideas por sus ingresos”, etc.
Eso es muy diferente. Entonces estamos buscan-
do una sociedad y un estilo de sociedad, un estilo
vida, un estilo de desarrollo, que se sustente a sí
mismo y no por la introducción de energías exter-
nas. Casos típicos de introducción de energías ex-
ternas, que son agotables y crean externalidades
negativas, podría ser el consumo de petróleo, que
conlleva su extracción, a través de declararle gue-
rras a los países productores; podrían ser los
migrantes que van a países vecinos y después en-
vían dinero porque en sus propios países no hay
oportunidades suficientes.
Pág. 161
muchos otros países de América Latina opinan lo
mismo, y el otro día estuve discutiendo fuertemente
con los españoles que comienzan a entender que
tradujeron mal del inglés el término «sustainable».
Pág. 162
llamamos FLACAM (Foro Latinoamericano de
Ciencias Ambientales), CEPA (Centro de Estu-
dios y Proyectos del Ambiente) y no de la
sustentabilidad, porque corremos un riesgo: que
el concepto de sustentabilidad se agote en algún
tiempo, inclusive se manipule, como está manipu-
lado para miles de sostenibilidades por los países
interesados en mantener el status quo de una
sociedad productivista-consumista, que es lo
antisustentable. Y dentro de veinte años algún otro
informe Brundland hable de durabilidad como di-
cen los franceses, o hable de equidad y queda
como siempre algo afuera. El Desarrollo Susten-
table es un modo para una finalidad mayor que es
la salvaguarda de la calidad del ambiente. Así que
cada vez más trataría de entender a lo sustenta-
ble como un modo de expresar cómo queremos
manejar lo sustantivo, la finalidad, que es la salva-
guarda y la calidad del ambiente.
Pág. 163
frecuencia y fuerza nuestra civilización, en zonas
de costas de mares cálidos y aparentemente
paradisíacos. Paraíso que se vuelve infierno. Pa-
rece una de las 7 plagas de Egipto que nos co-
mienzan a llegar.
Pág. 164
Carlos Gómez Flores
Por último Rubén ¿qué son los Vientos Verdes?
Rubén Pesci Los que soplan las tormentas y nubarrones,
cuando ya hay demasiada agua. O los que traen tor-
mentas y nubarrones, cuando hay demasiada sequía.
1) El autor escribió en 1985 «La Ciudad in-urbana», Editorial Fundación Cepa, basada en
textos de las Ciudades invisibles de Ítalo Calvino
2) «Seis propuestas para el próximo milenio» - Ediciones Siruela S.A. - 1998, Madrid
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Pág. 166
Editorial CEPA Fondo Editorial de la Fundación CEPA
Editorial
Nueva Colección Sustentable
Fundación CEPA
Editorial
“Vientos Verdes”
CEPA es una organización no gubernamental En este libro se conjugan una serie de notas breves, apa- Rubén Pesci- 2006
creada en 1974 para abordar -con la visión in- recidas previamente como artículos de opinión del Sitio Colección de Ensayos
tegradora del enfoque ambiental- proyectos y Ambiente Digital, y luego compiladas en forma de libro
acciones destinados al mejoramiento de la ca- “La Ciudad in-urbana”
de bolsillo.
lidad de vida y el desarrollo de las condiciones Rubén Pesci- 1985
del hombre, en el marco de su necesaria articu-
IDA la
lación con la naturaleza, su genuina identidad A partir de estos textos leves, cortos, sugestivos y de “La Ciudad de la Urbanidad”
BIL bre
D
cultural y el ejercicio auténtico de sus libertades. rápida lectura, escritos desde diferentes partes del mundo, Rubén Pesci- 1999
TA so
el autor muestra su opinión e intenta hacer reflexionar a
EN as
“La vida como proyecto”
Después de 30 años de su creación, hoy acredita un público interesado, sobre 20 cuestiones relevantes de
ST ide
DEL TITANIC AL VELERO
un cuerpo profesional de unos 25 técnicos per- nuestra sociedad actual.
SU einte
Rubén Pesci 2000
manentes y asesores de amplia trayectoria.
La sustentabilidad Hoy
V
Ha realizado cerca de 100 proyectos relevantes
en casi 10 países de América Latina y Europa.
Como bien lo refleja Sergio Los en el prólogo del libro Fundación CEPA-2005
estos textos no describen cosas, sino que invitan a hacer
Ha recibido premios y distinciones internaciona- cosas juntos; “los problemas a los que se refieren los Colección Proyectos
les. Y lleva a delante, en autogestión individual Vientos Verdes se pueden resolver sólo compartiéndolos,
Editorial CEPA
“Parque Costero del Sur”
01
o compartida, proyectos y procesos distinguidos y para compartirlos es necesario reconstruir la ciudad. Fundación CEPA -1992 (agotado)
como La Plata Patrimonio, Camino del Gaucho, Pero esta reconstrucción no presupone necesariamente
Valle Verde, CICMAR, FLACAM, Revista Ambien-
la edificación de nuevas construcciones sino que se re- “Proyectación Ambiental”
te digital, etc.
fiere esencialmente a la transformación de consumido- FLACAM -1995
res en ciudadanos, una transformación que pasa a través “De la Prepotencia a la Levedad”
de la activación de instituciones hoy subordinadas, sobre FLACAM, Paradigma y Pedagogía
todo la amistad y la urbanidad”. para la sustentabilidad.
Ruben Pesci, Jorge Pérez, Lucia Pesci-2002
COLECCIÓN SUSTENTABLE
Vientos Verdes / Rubén Pesci 01
Así, la metáfora de Vientos Verdes evoca al idea del
“Formación y Proyecto”
autor plasmada en el libro, optimismo y energías nuevas Otras vías para el Tercer Sector
para generar cosas positivas. Fundación Gas Natural- FLACAM- 2004
“Revista A/mbiente”
(Edición impresa desde Nº 1 a 86)
Desde 1979 hasta 2001