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La revolución verde que comenzó en la década de 1960 aumentó enormemente la producción de alimentos a través de la introducción de variedades mejoradas, riego, plaguicidas y fertilizantes. Si bien la productividad aumentó significativamente para el arroz y el trigo en Asia, sigue siendo necesario aumentar la productividad en países más pobres para abordar el crecimiento demográfico y la escasez de tierras. Además de la ciencia y la tecnología, es importante considerar factores sociales, económicos y
La revolución verde que comenzó en la década de 1960 aumentó enormemente la producción de alimentos a través de la introducción de variedades mejoradas, riego, plaguicidas y fertilizantes. Si bien la productividad aumentó significativamente para el arroz y el trigo en Asia, sigue siendo necesario aumentar la productividad en países más pobres para abordar el crecimiento demográfico y la escasez de tierras. Además de la ciencia y la tecnología, es importante considerar factores sociales, económicos y
La revolución verde que comenzó en la década de 1960 aumentó enormemente la producción de alimentos a través de la introducción de variedades mejoradas, riego, plaguicidas y fertilizantes. Si bien la productividad aumentó significativamente para el arroz y el trigo en Asia, sigue siendo necesario aumentar la productividad en países más pobres para abordar el crecimiento demográfico y la escasez de tierras. Además de la ciencia y la tecnología, es importante considerar factores sociales, económicos y
La revolución verde que empezó en el decenio de 1960 se considera
generalmente un logro tecnológico mundial cuyos efectos todavía se perciben hoy en día. La introducción de variedades mejoradas, el riego y el empleo de plaguicidas y fertilizantes minerales en los cultivos básicos, junto con las inversiones en infraestructuras institucionales y los programas de investigación en curso, aumentaron enormemente la producción de alimentos y la productividad.
El incremento de la productividad ha sido especialmente significativo en
el cultivo del arroz y el trigo en Asia, si bien muchos agricultores de otras regiones han conseguido incrementar también la productividad durante los últimos tres decenios. No obstante, dado el crecimiento demográfico constante y la reducción de la superficie disponible para producir alimentos, sigue vigente la necesidad de tener que incrementar la productividad e introducir los instrumentos necesarios para ello en los países más pobres expuestos a la inseguridad alimentaria.
Desde la revolución verde hasta el momento actual, la ciencia y la
tecnología han venido ocupando una posición destacada facilitando instrumentos para incrementar la producción de alimentos. Hoy en día, como parte del proceso continuo y constante de aprendizaje, se está en situación de abordar además diversos factores sociales, económicos y ambientales que afectan al proceso de producción de alimentos. La experiencia y los conocimientos acumulados durante los últimos 30 años confirman la enorme influencia que las fuerzas del mercado, las políticas gubernamentales y las fuerzas sociales y culturales dominantes tienen sobre los paquetes tecnológicos. Ello debe tenerse en cuenta para que los progresos alcanzados puedan sostenerse.
En efecto, se ha empezado ya a ampliar las investigaciones a una
variedad mayor de cultivos y animales, con inclusión de los sistemas de cultivo; a hacer hincapié en el manejo integrado de plagas y la nutrición vegetal, y a adoptar criterios de investigación ecorregionales con el fin de tener en cuenta las limitaciones biológicas y físicas existentes.
En Africa y América Latina el incremento de la producción de alimentos
se ha logrado en parte ampliando la superficie de cultivo, a menudo utilizando zonas marginales con un potencial de rendimiento sostenible más bajo. Los incentivos para que los agricultores incrementen su productividad han sido mínimos, debido a la baja productividad de la mano de obra, las disfunciones de los mercados y las dificultades para acceder a la mecanización y las fuentes de energía. Las instituciones de investigación todavía pueden lograr importantes incrementos de rendimiento con instrumentos de investigación convencionales, y con los nuevos instrumentos de que se dispondrá podrán mejorarse todavía muchos más cultivos y razas de animales. Un importante objetivo, entre otros, es reducir la diferencia existente entre los rendimientos obtenidos en los programas de investigación y los conseguidos realmente por los agricultores. Ello puede lograrse impulsando nuevas formas de comunicación con los agricultores, modernizando los sistemas de extensión agrícola, llevando a cabo investigaciones más participativas e impartiendo capacitación de manera constante.
La función de la biotecnología es todavía objeto de un intenso debate
internacional en relación con sus aspectos éticos, su inocuidad y los derechos de propiedad intelectual. Pueden transcurrir otros 10-20 años antes de que los agricultores de los países en desarrollo logren disfrutar plenamente de sus beneficios.
La revolución verde que empezó en el decenio de 1960 se considera
generalmente un logro tecnológico mundial cuyos efectos todavía se perciben hoy en día. La introducción de variedades mejoradas, el riego y el empleo de plaguicidas y fertilizantes minerales en los cultivos básicos, junto con las inversiones ... La revolución verde: tragedia en dos actos - Revista Ciencias www.revistacien