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Escuela de Gobierno

Maestría en Gestión Pública y Liderazgo

LA SITUACIÓN DEL CAPITAL HUMANO DE GUATEMALA


FRENTE AL BONO DEMOGRÁFICO
(Monografía)

Julio Enrique Toledo Toledo


E160029

Guatemala, abril de 2019


Índice
Preámbulo ..........................................................................................................................1
Transición demográfica ......................................................................................................3
Composición etaria de la población de Guatemala ..............................................................6
Bono Demográfico .............................................................................................................8
El Capital Humano ........................................................................................................... 11
El Capital Humano de Guatemala ..................................................................................... 12
Educación ................................................................................................................................ 13
Salud y Desnutrición Crónica ................................................................................................... 15
Índice de Capital Humano y la clasificación de país .......................................................... 18
El Bono demográfico como una “Bomba de Tiempo” ....................................................... 20
Recomendaciones ............................................................................................................. 21
Referencias ....................................................................................................................... 23
1

Preámbulo

De acuerdo a la base de datos y publicaciones estadísticas de la Comisión Económica Para


América Latina y el Caribe, en adelante indistintamente como Cepal, actualmente la
población1 de Guatemala se estima en un total de diecisiete millones ciento treinta y siete mil
(17,137,000) habitantes, de ese total la proporción de hombres se estima en ocho millones
cuatrocientos cuarenta y cinco mil (8,445,000) y la proporción de mujeres se estima en ocho
millones seiscientos noventa y dos mil (8,692,000). De acuerdo a la tasa de crecimiento de
población actual del 1.8% (quinquenio 2015-2020) y la tendencia que maneja la Cepal, a
continuación, se presenta una gráfica que evidencia el ritmo de crecimiento de población que
ha tenido Guatemala a partir del año 2015 y la proyección del ritmo crecimiento poblacional
que se prevé para los próximos treinta años.
Figura No. 1
Proyección demográfica de Guatemala
28000000
24254000
23000000
22422000 23378000
21347000
18000000 20153000
18846000
17432000
13000000 15920000

8000000

3000000
2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050
Elaboración Propia: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)-Estimaciones y proyecciones de población a
largo plazo 1950-20100, Revisión 2015.

Dada la tendencia de crecimiento en el número de la población de Guatemala, aunado


con que actualmente es el país de la región Centroamericana que más habitantes registra, y
que además a lo largo de los últimos años, de acuerdo a los datos estadísticos que maneja la

1
Población. Todos los habitantes de un país, territorio o área geográfica, total o para un sexo y/o grupo etáreo
dados, en un punto de tiempo específico. Es el número total de habitantes o de un determinado sexo y/o grupo
etáreo que viven efectivamente dentro de los límites fronterizos del país, territorio o área geográfica en un punto
de tiempo específico, usualmente a mitad de año. La población a mitad de año se refiere a la población de facto
al 1o. de Julio. (OPS, 2015, p.1)
2

Cepal, también es el país con la tasa de natalidad más elevada de la región, se considera
relevante analizar detenidamente las etapas que vienen para el país en términos demográficos
y el impacto que tal situación puede representar para el desarrollo, especialmente por las
variaciones que se proyectan en las tasas de natalidad y mortalidad del país (Figura No. 2) y
que, en consecuencia, provocarán modificaciones en la composición por edades de su
estructura demográfica, teniendo un efecto directo en las necesidades, retos y oportunidades
que actualmente experimenta la población y que naturalmente se irán modificando.
En consecuencia, en el presente documento se analizará el proceso de transición
demográfica y se determinará en qué etapa del proceso, de acuerdo a sus características
particulares, se encuentra Guatemala, evidenciando la correlación que se da entre los distintos
indicadores que determinan el crecimiento de la población (tasa de natalidad y tasa de
mortalidad), y los efectos naturales que ello provoca en la composición etaria de la población.
La oportunidad que se puede llegar a dar, en términos de desarrollo, al momento que
un porcentaje mayor de la población se encuentra en su etapa productiva y la modificación
que necesariamente se presenta en la tasa de dependencia, hace que sea relevante analizar las
características que presenta actualmente la población guatemalteca en relación al nivel de
capital humano, con el objeto de evidenciar si el Estado se encuentra realizando las
intervenciones (planes, programas, proyectos) indispensables para atender las necesidades,
entre otras, de educación, salud y nutrición, estos últimos como factores que tienden a
fortalecer y potencializar el capital humano de un país.
Las modificaciones que en relación a la composición demográfica de la población de
Guatemala se vienen presentando en los últimos años y las que se proyectan para los
próximos treinta años, posicionan al país dentro del grupo de naciones que se encuentran
experimentando el inicio de un fenómeno natural al que se le conoce como bono
demográfico, mismo que representa una ventana de oportunidad única en la vida de un país,
dado que conforme el avance de dicho fenómeno un mayor porcentaje de la población se
encontrará en su etapa productiva y la tasa de dependencia irá disminuyendo hasta llegar a
números históricos.
Dadas las consideraciones anteriores, en el presente documento se evidenciará la
situación de ciertos indicadores relacionados con salud y educación, y se analizará la
correlación directa que estos tienen en el desarrollo del capital humano de Guatemala.
3

Asimismo, se abordará la necesidad de que el Estado intervenga e implemente políticas


públicas que tiendan a mejorar y fortalecer los indicadores, con el objeto de aprovechar las
oportunidades que el bono demográfico puede traer consigo, en términos de desarrollo
económico y social.
Para la elaboración del presente documento se utilizó el método deductivo, es decir,
se partió de ciertas generalidades que permitieron avanzar al análisis de temas más
específicos, mediante una metodología eminentemente basada en la investigación
bibliográfica, por medio del análisis de la información recabada.

Transición demográfica

A propósito de cambios en la composición demográfica, en el informe Juventud y Bono


Demográfico, se realiza una reflexión importante sobre la modificación en la composición
demográfica que se presenta en los países, al cual se le conoce como transición demográfica
“Al igual que otras regiones en desarrollo, América Latina se encuentra actualmente en un
período de profundas transformaciones demográficas, usualmente denominado transición
demográfica. Se trata de un proceso relativamente largo, que parte de un estado inicial con
altas tasas de mortalidad y fecundidad, para arribar a una situación final en que estos
indicadores son significativamente más bajos” (Saad P. et al., 2012, p. 21).
A lo largo del proceso de transición demográfica, los países van transitando por
distintas etapas que se diferencian por las modificaciones que se reflejan en las tasas de
mortalidad y fecundidad, y la correlación que se establece entre las mismas, de acuerdo al
Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía, en adelante Celade, durante el proceso
se presentan dos momentos de equilibrio, que de acuerdo a Chesnais (1986) citado por Cepal
se explican de la siguiente manera “El primero, en el que la tasa de crecimiento de la
población aumenta como consecuencia del descenso de la mortalidad, y el segundo, en el que
dicho crecimiento disminuye, debido al descenso posterior de la fecundidad. En qué
magnitud y a qué velocidad cambia la tasa de crecimiento, dependerá de la velocidad y del
momento en que comienzan a descender la mortalidad y la fecundidad” (Cepal/Celade,
2000).
4

Para comprender la relación que tienen las tasas de natalidad y mortalidad con las
distintas fases de la transición demográfica, es importante iniciar por comprender los
siguientes conceptos:
Tasa cruda de natalidad. Definición: La razón entre el número de nacidos vivos en una
población durante un año específico y la población total a mitad de año, para el mismo año,
usualmente multiplicada por 1,000 (OPS, 2015, p.3).
Tasa cruda de mortalidad. Definición: La razón entre el número de defunciones en una
población durante un año específico y la población total a mitad de año, para el mismo año,
usualmente multiplicada por 1,000 (OPS, 2015, p.3).
Tasa de crecimiento anual de la población. Definición: Tasa de cambio medio anual en el
tamaño de la población, para un determinado país, territorio o área geográfica, durante un
periodo específico. Expresa la razón entre el incremento anual del tamaño poblacional y la
población total para dicho año, usualmente multiplicada por 100. El incremento anual del
tamaño poblacional se define como la suma de diferencias: la diferencia entre nacimientos
menos defunciones y la diferencia entre inmigrantes menos emigrantes, en un determinado
país, territorio o área geográfica para un año dado. (OPS, 2015, p .2).

Con el objeto de determinar en qué fase de la transición demográfica se encuentra


Guatemala, se presentan las tasas de natalidad, mortalidad y de crecimiento de la población,
que se estiman para los distintos quinquenios comprendidos dentro del plazo 2015-2050,
asimismo en la tabla que se presenta a continuación, también se puede apreciar la correlación
y los efectos que en la tasa crecimiento de la población tienen el aumento y/o disminución
de las tasas de natalidad y/o mortalidad, evidenciando que una disminución constante en la
tasa de natalidad y una variación moderada en la tasa de mortalidad, a lo largo de varios años
provoca una disminución en la tasa de crecimiento de la población, lo cual como se podrá
ver más adelante genera efectos directos en la composición etaria de la población.

Figura No. 2
Guatemala (periodo 2015-2050, por quinquenios)
Periodo 2015- 2020- 2025- 2030- 2035- 2040- 2045- 2050-
2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050 2055
Tasa de
natalidad 23.5 20.7 18.3 16.4 14.8 13.4 12.8 12.2
(cada 1000)
Tasa de
mortalidad 4.7 4.5 4.4 4.5 4.6 4.8 5.2 5.6
(cada 1000)
Tasa de
Crecimiento
1.8% 1.6% 1.4% 1.2% 1.0% 0.9% 0.8% 0.7%
Elaboración propia. Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Estimaciones y Proyecciones de población a
largo plazo 1950-20100, revisión 2017.
5

En relación a la distintas etapas en las que teóricamente Cepal divide el proceso de


transición demográfica y para comprender el caso Guatemala, a continuación un cuadro
comparativo, mismo en el que se consignan las características por lo que, cada una de las
etapas, se diferencian en relación a los niveles que presentan en las tasas de mortalidad, tasas
de natalidad y un estimado del crecimiento de la población; por último, como referencia, se
incluye el nombre de algunos países de la región (Centroamérica y Suramérica) que
actualmente se encuentran en las etapas de transición plena y transición avanzada, es
importante mencionar que la transición incipiente y moderada, ya fue superada por los países
de la región.
Figura No. 3
Fases de la transición demográfica y sus principales indicadores
Transición Transición Transición Transición
incipiente moderada Plena avanzada
Tasa de natalidad Altas Alta Moderada Moderada / Baja
Moderada /
Tasa de mortalidad Altas Moderada Moderada / Baja
Baja
Crecimiento de la
2.5% 3.0% 2.0% 1.0%
Población
Argentina, Costa
Referencia Países N/A N/A Ecuador Rica, Paraguay,
Honduras, Uruguay
Elaboración Propia. Con base en (PEN, 2016), actualizado con datos CEPAL 2017.

De acuerdo a los datos demográficos anteriormente expuestos, actualmente (para el


quinquenio 2015-2020) Guatemala presenta una tasa de natalidad de 23.5 por cada mil
habitantes, y una tasa de mortalidad de 4.7 por cada mil habitantes (Figura No. 2), en relación
a dichas tasas se determina que el país se encuentra en la etapa de transición demográfica
denominada transición plena, de acuerdo a lo indicado por Fernández, A. y Jerez, V. (2019),
quienes clasifican una tasa alta de natalidad a aquella que supera el 30%, moderada a la que
oscila en 20%-30% y baja cuando se encuentra por de bajo del 20%, mientras que para la
tasa de mortalidad, la clasifican en alta cuando la misma supera el 15%, es media cuando
oscila en 10%-15%, y la consideran baja cuando se encuentra por de bajo del 10%.
Asimismo, tomando en cuenta que el crecimiento de la población en Guatemala se estima en
1.8%, acercándose al 2%, se puede concluir que, Guatemala se encuentra en una fase de
transición demográfica plena.
6

Composición etaria de la población de Guatemala

Teniendo claros los conceptos anteriores y luego de analizar los datos presentados,
relacionados con las etapas de la transición demográfica, sus principales indicadores (tasa de
natalidad, mortalidad y crecimiento de la población), es oportuno hacer relación a los
cambios en la composición etaria que naturalmente se van dando durante el proceso de
transición demográfica, como consecuencia de la variación que experimentan los indicadores
referidos, ya que, en un inicio, durante la etapa de transición incipiente la tasa de natalidad y
mortalidad se encuentran en niveles altos, luego durante la etapa de transición moderada la
tasa de natalidad va disminuyendo de manera sostenida, mientras que la tasa de mortalidad
tiende a ser moderada y/o baja, y en la última, la etapa de transición avanzada tanto la tasa
de natalidad como la de mortalidad presentan comportamientos moderados y/o bajos, la
primera disminuyendo y la segunda aumentado.
De acuerdo a los comportamientos que se han venido presentado en Guatemala, en
relación a la variación en las tasas de natalidad y mortalidad, de unos años para acá la
composición etaria se ha ido modificando, de tal forma que, actualmente se caracteriza por
presentar un crecimiento sostenido en el grupo que comprende las edades de 15 a 64 años y
una disminución en los grupos de 0 a 14 años y 65 años o más, que como se puede apreciar
en la Figura número 4 que a continuación se detalla, se mantiene hasta el año 2045, y
comienza a revertirse el comportamiento en el año 2050, cuando el grupo de 65 años o más
comienza a aumentar.

Figura No. 4
Porcentaje de la estructura de la población de Guatemala, por grupos etarios
Año 0-14 años 15-64 65 o más años 0-14 + 65 o más
2015 37.1% 58.5% 4.4% 41.5%
2020 33.2% 62.1% 4.7% 37.9%
2030 27.1% 67.0% 5.9% 33.0%
2040 22.3% 69.2% 8.5% 30.8%
2050 19.0% 68.5% 12.9% 31.9%

Elaboración propia. Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Estimaciones y Proyecciones de población a
largo plazo 1950-20100, revisión 2017.
7

Teniendo una idea sobre la composición etaria de la población de Guatemala, para el


objeto del presente documento, es fundamental analizar otros indicadores relacionados como:
población dependiente, población económicamente activa, en adelante PEA, y la correlación
entre los mismos (tasa de dependencia).
Guatemala adopta parámetros internacionales, para clasificar a los grupos de la
población como dependientes o económicamente activos y establecer el promedio de
dependencia, de acuerdo a las siguientes definiciones:
Población Económicamente Activa.
En general se considera población económicamente activa al conjunto de personas, de uno u
otro sexo, que están dispuestas a aportar su trabajo para la producción de bienes y servicios
económicos. Generalmente cada país determina la edad de inicio de la investigación de
actividad económica que puede variar en el tiempo y en distintas fuentes (censos y encuestas
especializadas). El Celade para lograr una mejor armonización de las cifras considera la
población económicamente activa aquella que, según lo establecido por cada país en cada
momento o fuente sea considerada PEA y además tenga 15 o más años edad (Cepal, s.f.).

Población Dependiente y Tasa de dependencia.


Número promedio de personas económicamente dependientes por cada 100 personas
económicamente productivas, para un determinado país, territorio o área geográfica, en un
punto de tiempo específico. En términos demográficos, se define a la población
económicamente dependiente como la suma de la población menor de 15 años de edad más la
población de 65 y más años de edad, para un determinado país, territorio o área geográfica, en
un punto de tiempo específico, usualmente a mitad de año; se define a la población
económicamente productiva como la población entre 15 y 64 años de edad, para el mismo país,
territorio o área geográfica en el mismo punto de tiempo específico (Cepal, s.f.).
De acuerdo a los conceptos anteriores y tomando en cuenta los datos de composición
etaria de la población de Guatemala se puede concluir que, mientras se mantenga la tendencia
en los próximas decadas, relacionada con el aumento sostenido del grupo etario de 15 a 64
años, la tasa de dependencia naturalmente irá disminuyendo hasta llegar al punto histórico
más bajo, en el que una cantidad menor de habitantes dependa económicamente de otros (tal
cosa se confirma en la tabla que se presenta a continuación, siendo el quinquenio 2045-2050
el que presenta la tasa de dependecia más baja), apróximadamente 44 habitantes dependientes
por cada 100.
La tasa de dependencia es el índice demográfico que expresa la proporción existente
entre la población dependiente y la activa, de la que aquella depende. La tasa de dependencia
(T) es la relación entre en número de personas entre 0 y 14 años y los mayores de 65 años
(n1), y el número de personas entre 15 y 64 años (n2). Entonces, T = [n1 / n2]*100, consultar
Figura No. 5.
8

Figura No. 5
Tasa de Dependencia en Guatemala
Tasa de
n1 n2
Año dependencia
0-14 + 65 o más 15-64 [n1/n2] * 100
2015 41.50% 58.50% 70.9
2020 37.90% 62.10% 61.0
2030 33.00% 67.00% 49.3
2040 30.80% 69.20% 44.5
2045 30.70% 69.30% 44.3
2050 31.90% 68.50% 46.6
Elaboración propia. Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Estimaciones
y Proyecciones de población a largo plazo 1950-20100, revisión 2017.

Cuando la tasa de dependencia es alta, el periodo es económicamente desfavorable,


dado que, tanto las familias como el Estado, deben destinar los recursos que producen
mayoritariamente en gastos para sufragar las necesidades de la población dependiente
(educación, salud, seguridad social, etc.), mientras que, cuando la tasa de dependencia es
baja, el periodo es económicamente favorable, dado que los recursos económicos que se
producen aumentan y los gastos en servicios para la atención de personas dependientes
disminuyen, en consecuencia, pueden destinarse para inversión y/o para el ahorro.

Bono Demográfico

Se conoce como bono demográfico al fenómeno que se presenta durante el proceso de


transición demográfica de un país, cuando a causa de los cambios en la estructura por edades
de su población, el grueso de la población se encuentra sostenidamente durante un plazo
determinado dentro del grupo de 15 a 64 años, es decir que, la mayor parte de la población
se encuentra en capacidad de producir y aportar al desarrollo de un país, razón por la que
también se le suele denominar “ventana de oportunidad”.
En la documentación consultada durante la investigación, se identificaron varios conceptos
relacionados al fenómeno del bono demográfico, considerando muy ilustrativo el siguiente:
Período en que la proporción de personas en edades potencialmente productivas crece de
manera sostenida en relación con la de personas en edades potencialmente inactivas y las
relaciones de dependencia descienden y alcanzan mínimos históricos, para después aumentar
como resultado del incremento de la proporción de personas mayores. En este período,
conocido como bono demográfico u oportunidad demográfica, se produce una situación
particularmente favorable para el desarrollo, ya que aumentan las posibilidades de ahorro e
inversión en crecimiento económico. Prácticamente todos los países de América Latina están
transitando por este período favorable aunque por la heterogeneidad del avance demográfico,
9

en algunos esta etapa está finalizando mientras que en otros recién comienza (Arnold Y., 2015,
p. 143).

El comportamiento y las proyecciones en la tasa de dependencia en Guatemala que


se ilustran en la Figura No. 5, y la forma en la que se modifica la estructura etaria, tal y como
se evidencia en la Figura No. 4, permiten apreciar el momento en que se encuentra Guatemala
y la evolución esperada en relación al fenómeno denominado bono demográfico, mismo que
por sus características traerá retos y oportunidades en materia económica y social, para los
cuales el país tendrá que estar preparado, tomando en cuenta que sus efectos positivos no son
una consecuencia natural y, más bien, requieren una intervención puntual del Estado, a través
de una adecuada gestión pública, mediante el diseño e implementación de políticas públicas.
“[S]i bien ofrece oportunidades para impulsar el crecimiento económico, su aprovechamiento
requiere que las sociedades enfrenten desafíos históricos en diversos ámbitos, lo que suele
generar fuertes tensiones entre objetivos y prioridades de corto y largo plazo” (PEN, 2016,
p.115).
De acuerdo a la etapa del proceso de transición demográfica en la que se encuentra
Guatemala y la tasa de dependencia que presenta actualmente, se considera que el país se
encuentra en una etapa incipiente del bono demográfico, debido a que, si bien es cierto la
tasa de dependencia viene en disminución de una forma constante, aún se encuentra lejos de
llegar a los mínimos históricos que, de acuerdo a las proyecciones planteadas por la Cepal,
se presentarán en el quinquenio 2045-2050, momento en el que la correlación dependencia
se transformará a la inversa (un dependiente por cada dos personas económicamente activas),
en promedio, la mayor parte de población se encontrará en edades adultas con capacidad de
producir y generar réditos económicos para el país. En consecuencia, luego entrará a otra
etapa en la que la proporción de mayores de 65 años comenzará a aumentar y, por tanto, la
tasa de dependencia también.
La relación de dependencia permite dar seguimiento al proceso de transición e identificar el
período de bono demográfico, pues mide la cantidad de personas en edades dependientes. Entre
los años 2000 y 2015 el valor de este indicador decreció en toda la región, aunque a ritmos
distintos. Mientras en Costa Rica disminuyó hasta registrar una cifra de 45.8 dependientes por
cada cien personas en edad de trabajar, en Guatemala, el país más rezagado en la transición, el
valor observado al final de ese período fue de 70.8. En las demás naciones la razón de
dependencia se ubicó entre 53 y 58. De acuerdo con las proyecciones de Celade, Costa Rica
alcanzará su nivel más bajo en 2020 (45,7), año a partir del cual la dependencia volverá a
aumentar como consecuencia del envejecimiento de la población. Aunque con tasas distintas,
Panamá llegará a esa situación también en 2020, El Salvador en 2030, Belice, Honduras y
Nicaragua en 2035 y Guatemala en 2050 (PEN, 2016, p.106).
10

A pesar que Guatemala se encuentra en una etapa incipiente del bono demográfico,
lo relevante es que su proceso de transición demográfica y la proyección de sus indicadores
(natalidad y mortalidad) indican que el fenómeno año con año avanza de forma sostenida.
La oportunidad que el bono demográfico significa en materia de beneficios
económicos y sociales para la población, es una oportunidad que Guatemala no puede dejar
pasar por alto si las intenciones son cambiar su realidad y aumentar sus indicadores de
desarrollo económico y social, en consecuencia, deberá prepararse de la mejor manera para
afrontarla, principalmente en materia de capital humano, sin embargo, “Para que este bono
se convierta en beneficios reales para la sociedad, se requiere que las transformaciones de la
población sean acompañadas por fuertes inversiones en capital humano, en especial en las y
los jóvenes. Fundamentalmente, se necesitan políticas educativas y de empleo adecuadas e
integrales, para aprovechar los beneficios del bono sobre la cobertura educativa y potenciar
sus efectos sobre la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible” (Saad P., 2012, p. 17).
En concordancia con lo que ya se ha desarrollado, la ventana de oportunidad que tiene
Guatemala, no representa una garantía de desarrollo y beneficios automáticos para la
población. El fenómeno puede convertirse en una pesadilla para el país y significar un
retroceso en sus índices de desarrollo, si la población crece de forma constante y, a la vez,
carece de los servicios y las oportunidades adecuadas para satisfacer sus necesidades y
desarrollarse en todos los ámbitos de la vida.
Aprovechar el bono demográfico no solo implica mayores oportunidades para las y los jóvenes
de hoy, sino que también representa una posibilidad única de prepararse para el futuro, pues
los logros sociales y económicos derivados harán posibles los saltos productivos y el ahorro
necesarios para enfrentar el aumento exponencial de costos asociados con el envejecimiento
de la sociedad. (PNUD, 2012, p.9)

De acuerdo a las proyecciones presentadas en la Figura No. 5, relacionadas con la


tasa dependencia, en el transcurso del quinquenio 2025-2030, en Guatemala se invertirá la
relación entre la población dependiente y la PEA, de tal forma que, es fundamental que el
Estado desde ya, a través de una adecuada gestión pública2, planifique y luego ejecute las

2
El Estado realiza sus funciones mediante diversas acciones que le son de su competencia, como es la
realización de inversión pública; la ejecución de programas públicos, la provisión de servicios públicos; la
regulación normativa de sectores estratégicos como la energía, transporte, seguridad alimentaria; el fomento e
inversión en innovación; la orientación económica ofreciendo incentivos o concesiones de licencias y permisos
comerciales, así como la fiscalización de la normativa para asegurar el bien común. Todas estas acciones tienen
como objetivo principal el desarrollo socioeconómico de los países, objetivo cuyo logro dependerá de la manera
11

intervenciones necesarias que se encaminen a ofrecer las condiciones y oportunidades


adecuadas a los niños y jóvenes que en los próximos 30 años conformarán el grueso de la
población en edad de producir, para que puedan crecer en condiciones favorables y
desarrollar todo su potencial, con el objeto de encontrarse preparados para los retos y
oportunidades que el bono demográfico trae consigo en materia económica y social, con el
fin de poder crecer y contribuir al desarrollo de Guatemala.
De hecho, es a través de fuertes inversiones en educación, salud, capacitación y empleo para
los jóvenes que ellos se constituyen en una fuente importante de aumento en la productividad.
Una amplia y saludable fuerza de trabajo joven, con altos niveles de educación y capacitada
para el empleo, asociada a una cantidad relativamente pequeña de personas mayores
dependientes, ofrece una oportunidad única para invertir en el crecimiento económico (Saad
P., 2012).

Dada la etapa incipiente del bono demográfico en la que se encuentra atravesando


Guatemala, se considera relevante, para los efectos del presente trabajo, analizar las
características que presenta su población en materia de capital humano para, de esta manera,
poder evidenciar si el Estado se encuentra implementando las intervenciones necesarias para
garantizar que, a mediano y largo plazo, su población contará con las herramientas adecuadas
para afrontar, aprovechar y potencializar el bono demográfico.

El Capital Humano

A lo largo del documento se ha mencionado que, para poder obtener un mejor provecho a la
ventana de oportunidad, es decir al bono demográfico, Guatemala tiene que centrar sus
esfuerzos en fortalecer su capital humano, de tal forma se hace necesario profundizar y
entender a qué se refiere dicho concepto que, de acuerdo a las consideraciones del Banco
Mundial, se refiera a:
El capital humano son los conocimientos, las capacidades y la salud que las personas acumulan
a lo largo de su vida y que les permiten desplegar su potencial como miembros productivos de
la sociedad. Invertir en las personas a través de la nutrición, la atención médica, la educación
de calidad, el empleo y las capacidades ayuda a desarrollar el capital humano, lo que resulta
clave para poner fin a la pobreza extrema y crear sociedades más inclusivas (Banco Mundial,
2018).

como se realicen estas funciones y acciones mencionadas, es decir, de la “gestión pública” (el subrayado es
propio) (Mattar J., 2014, p.42).
12

En otras palabras, el capital humano es la capacidad intelectual y física que tienen las
personas para asumir actividades productivas, y las causas de un nivel óptimo o deplorable
de capital humano, se pueden encontrar directamente relacionadas en indicadores de
educación y salud, tales como, años de escolaridad, calidad de la educación, índices de
desnutrición y la posibilidad de acceder a servicios de salud.
Dadas las consideraciones anteriores, referentes al concepto de capital humano y los
temas que el mismo abarca, es evidente que invertir en el desarrollo del capital humano,
además de ser fundamental para el desarrollo de Guatemala, es una apuesta a futuro, ya que
en este tipo de inversión no se podrán percibir efectos inmediatos, sin embargo, representa
una inversión con riesgo mínimo y puede traer consigo beneficios económicos y sociales para
las personas, la sociedad y el país, “Hay cada vez más evidencias de que, si no se fortalece el
capital humano, los países no podrán mantener el crecimiento económico, no contarán con
una fuerza laboral preparada para los empleos más calificados del futuro ni podrán competir
eficazmente en la economía mundial. El costo de la inacción en lo que respecta al desarrollo
del capital humano es cada vez mayor” (Banco Mundial, 2018).
Por supuesto, hay un argumento moral para invertir en la salud y la educación de todas las
personas. No obstante, hay también un argumento económico: estar preparados para competir
y prosperar en un entorno que cambia rápidamente. El “capital humano” -es decir, el potencial
de los individuos- será la inversión de largo plazo más importante de los países para la futura
calidad de vida y prosperidad de su población. (Banco Mundial, 2018).

Contar con una sociedad preparada para afrontar los retos que puedan presentarse en
el futuro depende de la fortaleza de su capital humano, de tal suerte que, no darle prioridad y
dejar de invertir en intervenciones que tiendan a fortalecerlo, específicamente en materia de
educación, salud y nutrición, puede comprometer el futuro de un país, en materia de
desarrollo.

El Capital Humano de Guatemala

En relación al capital humano de Guatemala, a continuación, se hará un breve análisis sobre


los principales indicadores que, en materia de educación, salud y nutrición, presenta el país
en la actualidad, cosa que para el caso de Guatemala toma una mayor relevancia por la etapa
de transición demográfica en la que se encuentra el país, y la etapa incipiente que atraviesa
su bono demográfico, que durante las próximas tres décadas llegará a su cumbre.
13

Asimismo, será importante comprobar si, de una forma cuantitativa, los indicadores
son alentadores y prevén un futuro prometedor para los niños y jóvenes, en materia de
desarrollo de su capital humano, o si, por el contrario, el Estado de Guatemala tiene que
coordinarse y poner en marcha intervenciones para el diseño e implementación de políticas
públicas integrales que permitan fortalecer su capital humano, con el objeto de encontrarse
preparados para afrontar la distintas etapas del bono demográfico que atravesará Guatemala
en los próximos treinta años y potencializar dicha ventana de oportunidad.

Educación

En relación al sistema educativo de Guatemala, en el informe sobre el Crecimiento Inclusivo


publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo, se hace mención a que el sistema
educativo de Guatemala se encuentra muy por debajo de parámetros de calidad,
clasificándolo como un sistema incipiente, “sistemas educativos incipientes, rezagados en
múltiples aspectos cuando se hace una comparación internacional. Estos sistemas tienen una
institucionalidad débil, poca inversión pública, pobres niveles de cobertura, principalmente en
secundaria, y una deficiente calidad educativa. Nicaragua, Guatemala y Honduras podrían calificar
en este nivel (Prat, J y López, A., 2018, p. 20). La clasificación anterior se logra comprobar, al
momento de analizar la tasa de cobertura del sistema educativo guatemalteco y los datos
relacionados con el nivel de inversión que realiza el Estado de Guatemala en dicho sistema,
asuntos que tratan a continuación.
En relación a la cobertura educativa, tal y como se pueda apreciar en la gráfica que se
presenta a continuación, Guatemala no logra llegar ni al 80% de cobertura en el nivel
primario y no llega al 50% en los niveles de educación preprimaria, básica y diversificado;
de continuar el comportamiento de la tendencia hacia la baja, el futuro de gran parte de los
niños y jóvenes del país se verá seriamente comprometido, tomando en cuenta los efectos
negativos, en términos económicos y de desarrollo personal, que la falta de acceso a la
educación puede representar para una persona a lo largo de su vida.
De mantenerse las tasas que se presentan en la Figura No. 6, que reflejan niveles
precarios de escolaridad principalmente en el nivel diversificado, Guatemala no podrá ofrecer
mano de obra calificada y, en consecuencia, será muy difícil atraer inversión extranjera para
14

la creación de más y mejores empleos en el país, situación que en aras de potencializar las
oportunidades que presenta el bono demográfico es indeseable.
En algunos trabajos sobre el bono demográfico, se hace referencia a que es posible generar un
aumento de la tasa de crecimiento económico mediante el crecimiento de la acumulación de
capital humano. En primer lugar debemos tener presente que la teoría de capital humano no se
pronuncia sobre la cantidad de población en edad de trabajar, sino que hace referencia a los
trabajadores ocupados. Sostiene que es posible aumentar el potencial productivo de los
trabajadores activos que se encuentran ocupados, mediante una mayor educación en las fuerzas
laborales aplicadas en el proceso productivo (Manzano, F., 2015, p. 57).

Figura No. 6

Tasa neta de escolaridad por nivel educativo en todos los sectores. Período: 2017-2016

100
95.02 95.06 98.68 95.81 92.82
80 89.11
85.4 82.31 80.42 78.21
57.09
60 49.03 54.87
48.21 47.59 44.91 45.63 47.34 47.76 47.78
40 42.94 43.35 43.23 44.04 44.94 45.89 44.67
36.36 37.22 40.24
20 23.49 24.16 24.08 24.38 23.99 24.51
20.67 20.07 21.21 22.33

0
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Series1 Series2 Series3 Series4

Nota: Serie1(Diversificado), Serie2(Básica), Serie3 (Preprimaria), Serie 4 (Primaria).


Fuente: Elaboración propia, con información tomada de los indicadores de cobertura elaborados por Empresarios por la
Educación a partir de los anuarios estadísticos del MINEDUC disponibles a julio de 2018, recuperado de
http://www.empresariosporlaeducacion.org/content/indicadores-de-cobertura

A pesar de la importancia que representa la inversión en educación para los países y


los réditos que, en términos económicos esto puede traer, en el caso de Guatemala
lamentablemente se evidencia que, para las autoridades, tal cosa no es un tema al que se le
otorgue importancia y, en consecuencia, que merezca una inversión económica significativa.
Actualmente, Guatemala se encuentra clasificado dentro de los países de la región que menos
invierten en la educación de las personas, situación que, evidentemente, limita el desarrollo
y el potencial del capital humano.
A continuación, en la Figura No. 7, se presenta una comparación regional sobre el
gasto acumulado, “Se entiende por gasto acumulado toda la inversión de fondos públicos realizados
en un estudiante desde que inicia el proceso educativo hasta que finaliza en el grado. En PISA se
tomó en cuenta el gasto acumulado hasta que los estudiantes cumplieron 15 años” (Ministerio de
15

Educación, 2018, p. 123), a través de la cual se puede apreciar la baja inversión que realiza
Guatemala en educación y la brecha que, en esos términos, tiene con otros países de la región.
Dada la situación del sistema educativo de Guatemala, en términos de cobertura, y la
baja cantidad de recursos que se destinan al sistema, en comparación con otros países de la
región, se considera indispensable que el Estado, a través de los organismos legislativo y
ejecutivo, coloquen como prioridad en la agenda del país el fortalecimiento del sistema
educativo y aumenten considerablemente su presupuesto, y a la vez puedan promover una
reforma integral al sistema educativo trabajando en las reformas legislativas necesarias y
creando políticas públicas que consideren indispensables para alcanzar niveles óptimos de
escolaridad y calidad en la educación, equiparables a los mostrados por países que llevan la
vanguardia en la región.

Figura No. 7

Gasto acumulado por estudiante hasta 15 años

(en dólares de los EUA)

$50,000
$45,000
$40,000
$35,000
$30,000
$25,000
$20,000
$15,000
$10,000
$5,000
$

l

a
ay

na

ile
ya

as

ico

ica
ala

ga

do

bi
Pe
ur
bo

gu

Ch
ica

aR
ne

éx
em

m
ua
nd

ra
m

lo

M
in
Se

st
Ec
at

Pa

Co
Ca

Ho

Co
Gu

Do
R.

Fuente: Elaboración propia tomado de la base de datos de PISA 2015 y PISA para el Desarrollo 2018.
(Ministerio de Educación, 2018)

Salud y Desnutrición Crónica

El impacto que el sistema de salud tiene en el desarrollo del capital humano es primordial,
ya que a lo largo de la vida de una persona, especialmente en edades tempranas, puede llevar
a marcar la diferencia en términos de vulnerabilidad a las enfermedades, crecimiento,
desarrollo cognitivo y esperanza de vida, en tal sentido, las consecuencias de no contar con
el acceso a la atención en salud pueden ser la limitante para que una persona pueda, o no,
16

lograr desarrollar sus habilidades de forma plena, situación que tendrá efectos directos en su
potencial para producir y aportar a la sociedad.
A este respecto, en una investigación reciente, se ha establecido que:
La salud es insumo fundamental del capital humano. Aunque la relación entre productividad y
salud es positiva para cualquier tipo de trabajador, esta es más importante para las personas en
condición de pobreza, ya que la salud puede considerarse como su activo de trabajo de mayor
valor. Un individuo en mal estado de salud no puede trabajar y, por ende, no puede generar
ingresos. Además, un niño saludable y con buena nutrición tiene una mayor capacidad para
aprender y acumular capital humano (Prat, J. y López, A. 2018, p.27).

En relación al nivel de inversión, en comparación con otros países de la región, según


indica Ávila C. et al. (2015), el gasto en general en el sector salud en Guatemala representó
6.3 % del PIB nacional en el año 2015. En la región Centroamericana, el gasto total promedio
en atención de salud va desde 5.4 % en Belice hasta 9.9 % en Costa Rica.
La baja invesión que Guatemala ha realizado en el sistema de salud representa
repercusiones importantes, que se traducen en rezago, en términos de cobertura,
infraestructura y prestación óptima de los servicios en general.

Figura No. 8
Distribución de la población atendida en un centro o puesto de salud, según lugar de anteción.
Año 2014.

Centro Comunitario
IGSS
Farmacia
Otro
Hospital Público
Clínica Privada
Centro o Puesto de Salud

0 5 10 15 20 25 30
Fuente. Elaboración propia con base a (MSPAS, 2017, p. 4.).
De acuerdo a la distribución de la población atendida que se presenta en la Figura No.
8, se establece como referencia oficial del lugar de atención que, en el año 2014, el 27% de
la población fue atendida en un centro o puesto de salud, el 22% en una clínica privada, el
18% en un hospital público, el 12% en otro establecimiento, el 8% en una farmacia, el 7%
en el IGSS y el 5% en centros comunitarios (MSPAS, 2017).
En consecuencia, de acuerdo a la muestra de la encuesta mencionada, el 57% de la
población fue atendida por un centro o puesto de salud, hospital público, un centro
17

comunitario o por el IGSS. El 43% de la población fue atendida a través de otros canales,
diferentes a los públicos, situación que causa un impacto en la economía de las familias,
porque el costo de la atención le corresponde absorberlo directamente al usuario que, en
muchos de los casos, se ve imposibilitado de poder hacerlo y prácticamente se ve vulnerado
en su derecho a tener acceso al sistema de salud pública.
Uno de los obstáculos que tiene que combatir Guatemala en el camino para fortalecer
su capital humano, es en relación al índice de prevalencia de desnutrición crónica que se
presenta en la niñez, según la ENSMI 2014-2015, es del 46.5% (MSPAS, 2017), es decir
que, casi la mitad de la población menor de 5 años padece dicha condición en el país,
representando para Guatemala pérdidas generacionales de capital humano y convirtiéndose
en un lastre para el desarrollo, a la luz de los efectos que dicho estado causa en el crecimiento
y capacidades de una persona, tal y como se puede dimensionar en la definición siguiente:
La desnutrición crónica que afecta a la población menor de cinco años, es una de las principales
manifestaciones de la inseguridad alimentaria y nutricional en Guatemala. Afecta la capacidad
intelectual y cognitiva del niño o la niña, y disminuye su rendimiento escolar; en consecuencia,
limita su capacidad de convertirse en un adulto para contribuir al desarrollo del país. Por lo
tanto, se deben concentrar los esfuerzos en la reducción de este problema, para contribuir a
través de la inversión pública en el capital humano y el desarrollo económico y social de
Guatemala (CNRDC, 2016, p. 5).

A continuación, en la Figura No. 9 se evidencia la situación actual del índice de


desnutrición crónica y el retraso en el que se encuentra Guatemala en materia del combate a
dicho fenómeno, siendo el país de de América Latina con el mayor que presenta los
resultados más alarmantes.
Considerando la fase de transición demográfica en la que se encuentra Guatemala, la
etapa incipiente del bono demográfico que actualmente atraviesa, y la relevancia que toma el
fortalecimiento del capital humano para potencializar dicho fenómeno, la situación de los
índices anteriormente expuestos, evidencian el elevado porcentaje de población que
actualmente no tiene acceso a los distintos niveles del sistema educativo, no tiene acceso a
un sistema de salud pública y que siguen creciendo bajo la etiqueta de “desnutridos crónicos”,
debe de preocupar al Estado de Guatemala y prender las alarmas en los distintos sectores
sociales y económicos de la sociedad, dado que, es evidente la necesidad de revertir la
situación y mejorar dichos indicadores, ya que de mantenerse dicho comportamiento los
efectos se verán proporcionalmente reflejados en el aprovechamiento, o no, de las
oportunidades que pueda presentar el bono demográfico para el desarrollo del país.
18

Figura No. 9
Guatemala posee el indicador más alto de desnutrición crónica en América Latina
50.0 46.5
40.0
30.0 25.0 23.0 23.0 22.0
18.0 15.0
20.0 14.0
10.0
-
Guatemala Ecuador Honduras Nicaragua Haiti Bolivia Perú El Salvador

Fuente: Elaboración propia, datos tomados de: (Sesan, 2017).

Índice de Capital Humano y la clasificación de país

Dentro de los índices para medir el desarrollo de un país y su nivel de vida, desde disntintas
perspectivas de interés, entre otros, se conocen el Producto Interno Bruto que, en términos
generales, expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de un año
determinado, generada dentro de un país; el Indice de Desarrollo Humano, que en términos
generales mide las condiciones de vida; el índice de Pobreza Multidimensional, que mide la
pobreza abarcando el fenómeno de una manera integral; y, el Coeficiente de Gini, que mide
los niveles de desigualdad que se presentan en los países, entre otros. Sin embargo, para los
efectos del presente trabajo, por su relevancia y el objetivo del mismo, únicamente se hará
mención y se profundizará en uno de los más recientes índices para medir el desarrollo,
siendo este el Índice de Capital Humano, en adelante ICH, mismo que fue impulsado por el
Banco Mundial en el año 2018 y que, escencialmente se encarga de medir varios indicadores
que inciden en el nivel del capital humano de los países.
El capital humano son los conocimientos, las capacidades y la salud que las personas acumulan
a lo largo de su vida y que les permiten desplegar su potencial como miembros productivos de
la sociedad. Invertir en las personas a través de la nutrición, la atención médica, la educación
de calidad, el empleo y las capacidades ayuda a desarrollar el capital humano, lo que resulta
clave para poner fin a la pobreza extrema y crear sociedades más inclusivas (Banco Mundial,
2018).

El ICH pretende evidenciar el impacto que tiene la inversión en capital humano en el


desarrollo económico, “El puntaje de un país representa la distancia que lo separa de la
“frontera” de educación completa y plena salud. Si obtiene 0,70, significa que el potencial
que tienen los niños que nacen hoy en día de generar ingresos en el futuro será un 30 %
19

inferior al que podrían haber alcanzado en un contexto de educación completa y plena salud”
(Banco Mundial, 2018).
Para realizar la clasificación de los países e identificar cuales son los que mejor
posicionados se encuentran, para el ICH se utiliza una escala de 0 a 1, en la que cero
representa el valor más alejado a los estándares de salud plena y educación de calidad, de
acuerdo a la teoría que maneja el Banco Mundial “El índice es una medida que resume la
cantidad de capital humano que un niño que nace hoy en día puede llegar a adquirir hasta los
18 años, teniendo en cuenta los riesgos de que el país en el que vive cuente con un nivel de
salud y educación deficiente” (Banco Mundial, 2018). De tal forma que, mientras más alejado
se encuentre la clasificación de un país del 1, mayores son las brechas que tiene que superar
para que su población logre gozar de altos niveles de salud y educación.
En relación a la situación de Guatemala y su clasificación en el ICH, a continuación se
presenta la Figura No. 10, que muestra la clasificación que de acuerdo a los Datos del Banco Mundial,
corresponden a la región de América Latina, posicionando a Guatemala como el penúltimo lugar con
un índice de 0.46, lo que significa que los niños y jóvenes del país se encuentran lejos de gozar de
niveles adecuados de salud y educación.
En términos económicos, de acuerdo a la teoría y metología que propone el Banco Mundial
con respecto al ICH, los niños que se encuentran naciendo el día de hoy, bajo las condiciones actuales,
generarán un 54% menos de ingresos, en comparación a los que hubiesen podido generar en
condiciones óptimas de salud y educación. La situación anterior se relaciona directamente a los 54
puntos que distancian a Guatemala para alcanzar el ICH óptimo de uno (1), de tal forma que, dada la
relación proporcional directa que tiene el nivel los indicadores que afectan el capital humano con la
posibilidad de aprovechar o no el bono demográfico y la posibilidad de que las personas puedan
contribuir al desarrollo del país, se concluye que, actualmente el futuro del país de encuentra
comprometido y condenado al fracaso.

Figura No. 10
Guatemala y su clasificación en el ranking del ICH, para América Latina -AL-

Posición Posición Posición Posición


País Punteo País Punteo
Mundial para AL Mundial para AL
45 1 Chile 0.67 90 10 Paraguay 0.53
57 2 Costa Rica 0.62 91 11 Panamá 0.53
63 3 Argentina 0.61 92 12 Nicaragua 0.53
64 4 México 0.61 97 13 El Salvador 0.50
20

Posición Posición Posición Posición


País Punteo País Punteo
Mundial para AL Mundial para AL
66 5 Ecuador 0.60 101 14 R. Dominicana 0.49
68 6 Uruguay 0.60 103 15 Honduras 0.49
70 7 Colombia 0.59 109 16 Guatemala 0.46
72 8 Perú 0.59 112 17 Haití 0.45
81 9 Brasil 0.56
Fuente: Elaboración propia con información tomada en https://www.bbc.com/mundo/noticias-45823722, con datos del Banco Mundial. Nota:
No incluye información para Bolivia, Cuba y Venezuela.

El Bono demográfico como una “Bomba de Tiempo”

De acuerdo a las proyecciones presentadas en la Figura No. 4 y Figura No. 5, del presente
documento, que presentan datos relacionados a la composición demográfica por edades que
presenta Guatemala y al comportamiento de la tasa de dependencia, tal y como ya se ha
expresado a lo largo del presente documento, Guatemala se encuentra en una etapa incipiente
del bono demográfico, fenómeno que en Guatemala se prevé se mantenga hasta el año 2050
y, que no es otra cosa más que, el inicio de una tendencia a la baja de la tasa de dependencia
y el aumento paulatino del grupo etario conformado por personas entre 15-64 años.
Lo anterior permite concluir que, el fenómeno ya inició y el país se encuentra en un
proceso contra reloj, dado que, cada día la ventana de oportunidad se hace más pequeña y,
por ende, en aras de sacarle el máximo provecho, las intervenciones necesarias para mejorar
el nivel del capital humano de Guatemala deben de iniciarse cuanto antes, con el objeto de
contar con una población mayoritariamente sana y capacitada para el momento que el país
tenga que afrontar las necesidades y oportunidades que puedan presentarse para contribuir
con el desarrollo de Guatemala, en virtud del proceso de bono demográfico.
El bono demográfico que experimentará CARD3 en los próximos años es una oportunidad para
impulsar el crecimiento económico. Para potenciar el impacto de esta recomposición
demográfica, es necesario aumentar el acervo de capital humano de la población. En caso de
tomar las decisiones de manera oportuna, mejorar tanto la cobertura como la calidad de la
educación y la salud en Centroamérica permitiría dotar de mayores y mejores habilidades a la
población, lo cual derivaría en una fuerza laboral creciente y cada vez más productiva (Prat, J.
y López, A. 2018, p.34).

De acuerdo a las características del capital humano de Guatemala y los indicadores


presentados, se puede evidenciar que, hasta el momento, el Estado no ha invertido lo
suficiente y tampoco ha realizado las intervenciones necesarias, que permitan fortalecer y,

3
CARD: Centro América y República Dominicana.
21

en consecuencia, mejorar los indicadores en materia de salud, educación y desnutrición


crónica, situación que de mantenerse durante el proceso de bono demográfico que atraviesa
Guatemala, puede agravar la situación y representar un retroceso en el nivel de desarrollo del
país.
A pesar que, el bono demográfico representa una oportunidad para el desarrollo
económico y social, como ya se plasmó a lo largo del presente documento, sus beneficios no
son automáticos y dependen, en gran parte, de las política públicas que implemente el Estado,
con el objeto de fortalecer el capital humano, especialmente en materia de salud y educación.
Una política pública se materializa a través de procesos técnicos, organizacionales, financieros
y políticos, fuertemente sujetos a factores de economía política; influyen en el proceso
instituciones y actores, tanto públicos como privados, algunos representando los diversos
intereses políticos de un país. Temas de contexto también influyen fuertemente en el proceso
de concreción de una política pública. Así, es a través de los sistemas de gestión pública que
se implementan las políticas públicas (Mattar, J. 2014, p.41).

Sin embargo, si las condiciones actuales del capital humano no se ven mejoradas, en
el corto y/o mediano plazo, el bono demográfico podría traer consecuencias negativas para
la población en general y, convertirse en una bomba de tiempo, en virtud que, con el pasar
de los años el proceso del bono demográfico irá avanzando en sus distintas etapas y de forma
paulatina existirán más personas que conformarán la PEA, pero que en su mayoría no van a
contar con las condiciones óptimas de salud, crecerán en condiciones de desnutrición y no
contarán con las capacidades técnicas y/o intelectuales necesarias para optar a empleos
dignos, en consecuencia, aumentarán los índices de desempleo, pobreza, entre otros, que no
permitirán que Guatemala logre dejar de ser un país en vías de desarrollo.

Recomendaciones

Considerando las condiciones precarias que se lograron evidenciar a lo largo del presente
documento, relacionadas a la situación del capital humano en Guatemala y, de cara al
fenómeno de bono demográfico que ahora mismo se encuentra en una etapa incipiente, es
imprescindible que el Estado de Guatemala invierta mayores esfuerzos en revertir tal
situación, e inicie a planificar de forma integral a corto, mediano y largo plazo el futuro del
país, por tanto se recomienda lo siguiente:
En virtud que, los indicadores relacionados a la educación, salud y la desnutrición,
tienen un impacto directo en desarrollo de las personas, se recomienda a la comunidad
22

internacional, sectores empresariales, Organizaciones No Gubernamentales y especialmente


a los funcionarios públicos que integran y/o integrarán en los próximos treinta años el
Ministerio de Salud Pública y Asistencial Social, el Ministerio de Educación y la Secretaría
de Seguridad Alimentaria y Nutricional, o en todo caso, las instituciones que en su momento
ejerzan la rectoría de los sectores de educación, salud y seguridad alimentaria, que dado el
proceso de transición demográfica y con base a las proyecciones presentadas a lo largo del
presente documento, se instituya como prioridad nacional, a partir del presente año en los
planes, proyectos y programas que se emprendan, el fortalecimiento del capital humano.
Adicionalmente, se destinen recursos al combate a la desnutrición crónica, al fortalecimiento
del sistema educativo y de salud, inversiones que, sin duda, se traducirán en réditos
económicos para Guatemala, dada la ventana de oportunidad que para el país puede
representar el bono demográfico que, para el caso de Guatemala, se extenderá hasta el año
2050.
Sin duda, lo anterior requerirá de una gestión pública eficiente y coordinación
interinstitucional, por tanto, se recomienda al Gobierno de Guatemala que, de acuerdo a lo
regulado en el artículo 18 de la Ley del Organismo Ejecutivo Decreto 114-97, del Congreso
de la República de Guatemala, se impulse y proceda a la creación del Gabinete Específico
del Bono Demográfico, designando como Coordinador Técnico a la Secretaría de
Planificación y Programación de la Presidencia, integrando a todas la secretarias y
ministerios que posean la rectoría de los sectores que de una forma directa o indirecta
repercutan en los indicadores que influyen en el fortalecimiento del capital humano de
Guatemala, principalmente los relacionados al sistema de salud, al sistema educativo y al
combate a la desnutrición. Por tanto, la función principal del gabinete deberá ser de
cordinación, gestión, discusión y generación de propuestas que tiendan potencializar los
efectos positivos que el cambio de la composición etaria de la población guatemalteca le
puede traer al país.
Por otro lado, considerando que ya existen una serie de políticas públicas que, a
consideración del autor, de alguna u otra manera contienen planes, programas y proyectos
diseñados para contribuir con la mejora de los indicadores de salud, educación, desnutrición
y el desarrollo de la juventud, tales como: Política Nacional de Juventud 2012 – 2020, Política
Nacional de Desarrollo, Política de Desarrollo Social y Población, Política Nacional de
23

Seguridad Alimentaria y Nutricional, Políticas Educativas, Política Nacional de Desarrollo


Científico y Tecnológico, Política Nacional de Empleo Digno 2017-2032, Política Pública
Desarrollo Integral de la Primera Infancia (Segeplán, Centro de Acopio de Políticas Públicas,
2019), en un corto plazo, se recomienda que todos los entes que poseen la rectoría de dichas
política públicas en coordinación con el Gabinete Específico puedan revisarlas, replantearlas,
reformarlas de manera integral o, en todo caso, iniciar con el diseño nuevas.
Dado lo relevante del tema y lo dificil que se hace en la adminsitración pública
ejecutar proyectos de largo plazo, se recomienda a la academia, a la prensa, columnistas y a
la ciudadanía en general, que puedan profundizar en el tema, se discuta y se exija a los
gobiernos que el Gabinete Específico ya mencionado, trascienda gobiernos y que adopte una
forma institucional más robusta, que pueda realizar una gestión de manera sostenida a lo
largo de las próxima tres decadas, diseñando las políticas públicas necesarias y coordinar su
ejecución, con el objeto de afrontar las etapas del fenómeno denominado bono demográfico.

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