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Juan Montalvo nació el 13 de abril de 1832 en Ambato, Tungurahua.

Fue uno de los ocho hijos de Josefa Fiallos y José Santos Montalvo, comerciante.
Se crio en la cercana quinta de Ficoa. Tuvo el rostro marcado a causa de las viruelas que padeció en 1836
Su hermano Francisco fue encarcelado y posteriormente desterrado por enfrentarse a la dictadura de Juan José Flores.
Entre 1846 y 1848 estudió gramática latina en el colegio San Fernando, después cursó estudios de filosofía en el
seminario San Luis, donde recibió el grado de maestro. Posteriormente ingresó a la Universidad de Quito para estudiar
Derecho. Intelectual que combatió los excesos del poder con sus ideas y escritos, su obra se desarrolla en varios campos,
sobre todo en el periodismo político de corte liberal, dirigido contra los dirigentes conservadores de su país: El
Cosmopolita y Las Catilinarias (1866-1882).
En junio de 1876 aparecen los opúsculos que constituirían "El Regenerador", serie que se publicará hasta 1878. El más
importante de estos escritos es "Lecciones al Pueblo. En su libro Siete tratados (1882) trata temas filosóficos, episodios
de la historia hispanoamericana, personalidades del continente.

Su interés por la obra de Cervantes le hace escribir Capítulos que se le olvidaron a Cervantes (1895). Además
destaca Geometría moral (1917), donde hace consideraciones sobre la ética. Otros títulos suyos son Mercurial
eclesiástica (1884), El Regenerador (1878) y El Espectador (1888) Tuvo con María Manuela Guzmán, ambateña, a la
que conoció cuando contaba 28 años, su primera relación. Él tenía 31. Con ella tuvo a su hijo Juan Carlos Alfonso, que
fue bautizado el 29 de julio de 1866. Después fueron padres de María del Carmen, nacida en Ambato el 8 de mayo de
1869. Juan Montalvo falleció de tuberculosis en París el 17 de enero de 1889, a causa de una pleuresía, en ese mismo
año sus restos se trasladaron a Ambato, donde fue

Obras mas importantes

 Catilinarias (1880)
 Siete tratados (1882)
 Capítulos que se le olvidaron a Cervantes (1895, póstuma)
 Geometría moral (1902, póstuma)

CATALINARIAS

Introducción época no podemos olvidarnos de la situación del


En la Historia de América y en especial en la país en los años setenta de
de su convulso siglo XIX (aunque ¿cuál no ha l siglo XIX. Las intrigas
sido convulso?), encontramos una serie de obras políticas y los personajes que las protagonizaban
literarias que están muy apegadas a la realidad son piezas esenciales en
histórica del momento. Suelen estar escritos en los doce ensayos que
forma de ensayo o de discursos, por personas componen el libro, por lo que es imprescindible
que participaron activamente en la emancipa- tener nociones sobre el momento exacto de la
ción y en las primeras décadas de vida de las política ecuatoriana de esta década.
repúblicas latinoamericanas. Es difícil encontrar La segunda perspectiva se centrará en la fi-
un país de América que en esta centuria no diera gura de Juan Montalvo. Haremos un breve repa-
una figura política que reflejara sus vivencias y so a su vida y a las circunstancias que provoca-
sus pensamientos en gran ron que escribiera ese grito personal que se es-
des obras literarias. cucha tras las páginas de
Ecuador tiene esa figura, y se llama Juan Montal- Las Catilinarias
vo. . Como
Era Montalvo el prototipo de prócer de la La- toda obra de ensayo, es
tinoamérica decimonónica: de una cultura vastí- ta también tiene un im-
sima, conocía bien la metrópoli y el resto de Eu- portante componente subjetivo, por lo que es
ropa, pero ante todo sabía de los problemas y imprescindible acercarnos a la figura de Montal-
anhelos de su tierra y participaba activamente vo, cuyo punto de vista personal es el que cons-
en su vida política. Pero si tenía lo mejor de esta truye la descripción de los acontecimientos que
tierra, también sufría lo peor que América ofrece vive. Antes de acometer la tercera perspectiva
a sus hijos: el exilio. Echando un vistazo a la cro- sobre la obra, haremos una confrontación entre
nología de su vida nos daremos cuenta de que este volumen y la casi homónima de Cicerón:
vivió más años de su madurez fuera de Ecuador Catilinarias.
que en su país. Veremos por qué elige este nombre
Una de las principales para sus ensayos y las relaciones que las unen a
obras ensayísticas de través del tiempo.
Juan Montalvo lleva por título El último de los puntos de vista que utiliza-
Las Catilinarias remos para analizar
(1880-82) y son un fresco de la vida del Ecuador Las Catilinarias
en tiempos del dictador Ignacio de Veintemilla. será el análi-
En este estudio vamos a analizar esta obra desde sis de la obra. Este estudio comenzará con un
tres perspectivas diferentes aunque comple- BASILIO PUJANTE CASCALES
mentarias. En primer lugar haremos una breve - 145 -
contextualización del momento histórico que repaso a los principales temas que Montalvo
vivía Ecuador cuando Montalvo escribió trata durante los ensayos. Después nos deten-
Las Cati- dremos en el eje que considero fundamental en
linarias la obra: la relación a tres bandas entre Montalvo,
. Al ser un ensayo sobre la política de la Veintemilla y Ecuador. Veremos cómo trata a
Veintemilla y a los ecuatorianos siempre desde último acto de latrocinio
su punto de vista personal. Finalizaremos este le daba la razón a Mon-
análisis con unas reflexiones sobre el estilo litera- talvo, quien le pondría su nombre a un ladrón en
rio de Montalvo. su obra póstuma
Como vemos, el análisis consta de tres círcu- Capítulos que se le olvidaron a
los concéntricos que se integran cada uno en el Cervantes
otro y que confluyen en la pareja: Montalvo- (1895). El periodo de la Historia de
Ecuador. Este eje será el que vertebre nuestro Ecuador que afecta directamente a
estudio. Las Catilina-
2. Contexto histórico. rias
Si queremos que este contexto histórico no termina con la convocatoria de unas elec-
sea demasiado extenso, debemos acotarlo a una ciones en las que se van a imponer los progresis-
fecha concreta anterior a tas.
Las Catilinarias. CICERÓN EN ECUADOR
Pensa- :
mos que una fecha válida puede ser 1875, año LAS
en el que fue asesinado el presidente García Mo- CATILINARIAS
reno. Era éste un personaje controvertido al que DE JUAN MONTALVO
Montalvo se oponía con ferocidad. De hecho, - 146 -
cuando recibió la noticia pronunció la que se Todos estos hechos históricos aparecen
convirtió en una de sus frases más célebres: “Mi constantemente en
pluma lo mató”. En estas cuatro palabras está Las Catilinarias
condensada la beligerancia contra los políticos , aunque lo
que destilaban muchos de los escritos de Mon- suelen hacer de soslayo, como telón de fondo.
talvo. Lo que sí podemos observar en los ensayos de
Unos meses después del asesinato de García Montalvo es una minuciosa descripción de la
Moreno, y cuando todos apostaban por nuevos sociedad ecuatoriana de la época y de algunos
terremotos políticos, se celebraron elecciones en de sus políticos más destacados.
Ecuador. El vencedor de estos comicios fue el 3. Juan Montalvo
centrista Antonio Borrero. Se podría pensar que Si importante es conocer el contexto históri-
al ser un gobernante moderado iba a conciliar a co de la obra, imprescindible es acercarnos a la
las distintas facciones políticas ecuatorianas, trayectoria vital de su autor. Juan Montalvo na-
pero una vez más nos equivocamos ya que no ció en la pequeña ciudad ecuatoriana de Amba-
encontró el apoyo de casi nadie. Como ha sido to, en 1832, y pertenecía a una acaudalada fami-
demasiado frecuente en América en los últimos lia del ámbito rural y con conexiones políticas: su
dos siglos, un golpe de Estado vendría a des- hermano mayor participó activamente del lado
hacer lo que las urnas habían dictado. de los liberales. Después de realizar sus estudios
Cuando en 1876 Ignacio Veintemilla depuso primarios en su localidad natal, marchó a Quito,
a Borrero y se hizo con el donde llevó a cabo los secundarios en institu-
control del país, este ciones dirigidas por religiosos.
general no era ni mucho menos un desconocido En la Universidad destacó por su excelente
para la sociedad de Ecuador. Veintemilla había memoria y por su gusto por los clásicos de la
sido ministro en 1867 y dos años después había Literatura, aunque no por sus dotes como estu-
intentado derrocar al presidente García Moreno. diante: sólo realizó dos años de la carrera de
A pesar de que esta conspiración fracasó y de Derecho. Sí tuvo más influencia en su formación
que Veintemilla sufrió el exilio en Europa, el ge- su estancia en Europa. Inició la carrera diplomá-
neral no cejó en su empeño hasta lograr su obje- tica y sirvió en las embajadas de Italia y Francia.
tivo en el citado 1876. Para un joven hispanoamericano de la época la
Al principio Veintemilla impuso una férrea formación europea era de gran importancia y en
dictadura, que en 1878 intentó legitimar disfra- Montalvo, al igual que lo fuera para Simón Bolí-
zándola de gobierno consti var unas décadas antes, terminaría de forjar su
tucional. Pero poco le figura social.
duró al general su vena democrática y en 1882, Cuando volvió a Ecuador se encontró con
justo cuando se discutía sobre quién iba a ser su una realidad desalentadora que quiso criticar
sucesor, dio un segundo golpe de Estado y con- mediante la revista
tinuó en el poder, aunque sólo por un año más. El Cosmopolita
En 1883 Ignacio de Veintemilla consiguió lo que (1866-69),
no había logrado nadie en la breve historia del publicación que dirigió desde Ambato, lejos del
Ecuador: la unión de li centro del poder del país. García Moreno le cas-
berales, conservadores y tigó con el primero de los exilios de su vida. Será
progresistas. Un heterogéneo ejército de exilia- ésta una de las claves de su existencia, ya que
dos, provenientes del Perú y apoyados por el casi siempre participó en la política de su país
pueblo, consiguió recuperar la ciudad de Quito y desde lejos. El resto de sus días los vivió Montal-
expulsar de allí al dictador. vo a caballo entre Ecuado
Pero Veintemilla no ha r y el exilio (Francia,
bía dicho su última Panamá, Colombia). En una pequeña ciudad
palabra. Tras salir de la capital se estableció en colombiana, Ipiales, encontró su segundo hogar
Guayaquil, de donde sólo puedo ser desalojado pero no la estabilidad económica. Montalvo, una
meses más tarde. Veintemilla se fue a Perú, en un de las mentes más preclaras del continente ame-
exilio que duraría hasta su muerte, pero no sin ricano, vivía por entonces gracias a las ayudas
antes saquear el Banco del Ecuador. Con este que recibía de amigos y admiradores.
Más que escritor fue un pensador político, desprecio de un contrincante político, aunque
que se sirvió de sus ensayos y de sus artículos en también son muchas las diferencias. Las
prensa para participar en la política ecuatoriana. Catilina-
Su pensamiento es de te rias
ndencias liberales y se de Cicerón son sólo cuatro y tienen un carác-
opuso al clero y a los conservadores, aunque el ter oral que no encontramos en la obra del escri-
verdadero objetivo de su pluma fue la figura del tor ambateño. Cicerón ex
dictador, encarnada primero por García Moreno horta continuamente a
y después por Ignacio Veintemilla. Volcaba su los receptores y destinat
gran cultura en sus escritos, que llenaba de refe- arios de sus discursos:
rencias a otras obras literarias. Catilina en la primera, el pueblo romano en las
Tras el derrocamiento de Veintemilla recha- dos siguientes y el Senado en la última. Se puede
zó participar en la política ecuatoriana y siguió decir que Montalvo recuperó el espíritu de Cice-
viviendo sin ningún tipo de lujos, esta vez en rón, luchar contra las injusticias mediante la pa-
París, centrándose en su labor literaria. Murió en labra, en un tiempo y en un lugar muy alejados
la capital de Francia en 1889, lejos de la patria a de la Roma republicana.
la que tantas páginas había dedicado. Iniciando ya el estudio de
4. Las Catilinarias
Las Catilinarias de
Las Catilinarias Juan Montalvo, debemos comenzar haciendo
forman un conjunto de doce referencia al título de los primeros cinco ensayos
ensayos publicados por Juan Montalvo de mane- del volumen, y que toma un refrán español:
ra independiente. Todos ellos fueron editados en “Tanto monta Isabel como Fernando”. A partir de
Panamá entre 1880 y el comienzo del año 1882. la sexta Catilinaria cambia el título, pero no su
A pesar de no formar un libro unitario, la obra sentido, que aparece de manera más concreta y
tiene un carácter homogéneo ya que comparte directa: “Tanto monta cortar como desatar”.
el mismo objetivo en todos los ensayos. Esta Como ya hemos adelantado con anteriori-
finalidad concreta es mostrar las iniquidades dad, los doce ensayos que componen este libro
cometidas por el dictador Veintemilla, personaje tienen varios temas comunes. A pesar de que el
BASILIO PUJANTE CASCALES ataque a Veintemilla llena la mayor parte de las
- 147 - páginas de
despreciado por Montalvo y vilipendiado a lo Las Catilinarias
largo de toda la obra. Todos y cada uno de los , Montalvo enfoca la
doce ensayos siguen este patrón, aunque lo crítica desde distintas óp
hagan de manera distinta. Como veremos más ticas y haciendo refe-
adelante la gran cultura de Montalvo le sirve rencia a distintos asuntos en cada ensayo. La
para elaborar una afilada crítica, enriquecida con primera Catilinaria tiene como tema central la
múltiples notas históricas y literarias que contra- ley. Para Montalvo, hombre de convicciones
ponen la figura de Veintemilla con la de otros democráticas, la ley debe ser siempre la que rija
muchos personajes. los destinos de un país, todo lo contrario de lo
El otro gran tema que subyace en la obra, y que pasaba en Ecuador en esa época. Por eso
que trataremos en profundidad más adelante, es otorga mucha importancia a este concepto y lo
el de Ecuador. En coloca como punto de partida de sus reflexiones.
Las Catilinarias Otro tema que vertebra muchos de sus en-
encontramos sayos es la Historia. Son continuas las alusiones
los principales personajes del país, las costum- históricas que utiliza Montalvo para mostrar epi-
bres, el papel del clero, etc.; todo lo que pasaba sodios que se pueden relacionar con los sucesos
en esta época queda reflejado por la pluma de que estaban ocurriendo en el Ecuador. Si ya co-
Montalvo. nocíamos su devoción por Cicerón desde el títu-
La tercera característica que otorga unidad al lo, a lo largo de los ensayos aparecen frecuentes
libro es su estilo. Un alusiones a la Roma Clásica, una de las épocas
estilo sumamente cuidado más estimadas por el escritor de Ambato. Como
que nos descubre a un político con vocación de contrapunto a este repaso a la Historia, que rea-
escritor o a un escritor de temas políticos. No CICERÓN EN ECUADOR
duda Montalvo en introducir escenas dramati- :
zadas, comentarios a libros, citas clásicas y mu- LAS
chos otros elementos que crean una obra con CATILINARIAS
cierto aire de miscelánea. DE JUAN MONTALVO
Antes de acometer el análisis de los temas - 148 -
principales de la obra debemos hacer mención a liza a lo largo de las páginas de
la relación que la une con su casi homónima: Las Catilinarias
Catilinarias ,
de Cicerón. Montalvo toma el mismo aparecen referencias a la situación política con-
nombre que el escritor latino le puso a una de temporánea de los distintos países de América
sus obras, lo único que las diferencia es que el Latina. Montalvo estaba
ecuatoriano le añade el artículo, por una serie de al tanto de lo que ocu-
motivos muy claros. Esta obra recoge los discur- rría en toda Hispanoamérica, y se sirve de esto
sos de Cicerón contra su enemigo Catilina, al que para contraponer la realid
quería echar de Roma. Podemos decir que Vein- ad ecuatoriana a la de
temilla es el Catilina de Montalvo, su gran ene- los países limítrofes. Dest
migo. El espíritu de la obra es muy similar, el aca el cariño y la admi-
ración que emplea cuando se refiere a Colombia, el de la Cultura. Lo considera Montalvo un mé-
nación que había acogido al autor en la localidad todo para luchar contra las injusticias y los deli-
de Ipiales. tos que asolan Ecuador. Hace un repaso de la
Precisamente el elogio Cultura, la Educación y de la situación política de
a un periodista co- distintos países de Europa y de América; todo
lombiano protagoniza la coda que añade a la ello lo configura como un
cuarta Catilinaria. Escrib gran conocedor de la
e esta laudatoria hacia realidad que se vivía en Occidente en el siglo
Adriano Páez como contrapunto al resto de la XIX. Montalvo va más allá de los tópicos e indaga
obra. El tono general del ensayo es de un insulto, en las carencias que cada país tiene en Educa-
elaborado y razonado pero insulto al fin y al ca- ción.
bo, hacia la persona de Ignacio Veintemilla. El No sólo encontramos referencias a obras lite-
elogio a Páez, así como los que dedica a todos rarias, a la Historia, a la situación política de
aquellos que le apoyan, actúa como un contraste Ecuador y del resto de países, también observa-
que no hace sino ahondar por oposición la críti- mos que Montalvo conoce
ca hacia el dictador. bien la mitología de
Entre las incontables referencias literarias raíz europea. Esto le sirve para hacer un parale-
que se pueden rastrear en lismo entre temas mitológicos y los vividos por
Las Catilinarias BASILIO PUJANTE CASCALES
hay - 149 -
una que destaca sobre todas las demás. Montal- él, como en este caso: “C
vo se declara un enamorado de la obra de Cer- aco huía de Hércules, yo
vantes, recordemos su obra soy menos temible que este héroe; Ignacio Vein-
Capítulos que se le temilla no huye de mi, antes me sale al paso”
olvidaron a Cervantes, 1
y son constantes las alu- .
siones al Podemos observar en el desarrollo de
Quijote Las
. Comparte con este libro una Catilinarias
característica cuya importancia creemos que una evolución en cuanto a los temas
debe ser ponderada: el comentario que el autor que tratan cada uno de los ensayos. Poco a poco
hace de la recepción de su propia obra. Al igual se va mitigando la crítica a Veintemilla que es
que Cervantes introduce referencias a la recep- tan virulenta en las primeras Catilinarias. En las
ción de su libro en la segunda parte del últimas se centra más en reflexiones generales y
Quijote en críticas a costumbres y a personajes, aunque
, siempre lanza algún ataque al dictador.
Montalvo, al ir publicando de manera escalona- Como ya hemos ido comentando en párra-
da los distintos ensayos que componen el libro, fos anteriores, la crítica al General Veintemilla es
puede comentar la recepción de sus ensayos. Es la protagonista principa
algo que pocos autores pueden hacer y que es l de toda la obra. Son
muy útil para el ensayist continuos y devastadores los ataques a la perso-
a, ya que puede respon- na de este dictador ecuatoriano. Montalvo hace
der a las críticas, agradecer las alabanzas, y expli- del insulto un arte; en la Segunda Catilinaria se
car los errores que se le achacan. puede leer esta frase que hace referencia a la
Juan Montalvo tenía una formación clásica, y poca integridad del Igna
conocía perfectamente la tradición literaria eu- cio Veintemilla: “Su co-
ropea. Prueba de ello es la actualización que razón no late; se revuelca en un montón de cie-
lleva a cabo de un tópico clásico de la cultura no”.
occidental: el menosprecio de corte y alabanza Son muy variadas las formas que emplea el
de aldea. El autor traslada este tema a la realidad autor para realizar la crítica que debe mostrar a
hispanoamericana y alaba la integridad de las todo el pueblo ecuatoriano los defectos del ge-
tribus amazónicas frente a las corruptelas de las neral. Descalifica a Veinte
sociedades aparentemente civilizadas. En rela- milla ejemplificando en
ción a este aspecto, Juan Carlos Grijalva ha pues- él los siete pecados capitales: va recordando
to de manifiesto la base social de las episodios concretos en los que se ponen de ma-
Catilinarias nifiesto la soberbia, la ira o la gula del general.
, También se vale de los Diez Mandamientos bí-
que tiene entre sus objetivos el ataque del ra- blicos para asegurar qu
cismo de las clases dominantes hacia los indíge- e el tirano no cumple
nas. ninguno de ellos.
Como ya hemos señalado al comentar la loa Una de las características propias de
a Adriano Páez, Montalvo añade a veces unas Las Cati-
codas a sus ensayos para reflexionar sobre diver- linarias
sos asuntos. Las razones de estos añadidos pue- es que Montalvo suele aportar al texto
den ser varias: la diferencia de tono o de tema, frecuentes reflexiones pr
estar redactados con post opias. En estas peque-
erioridad al resto del ñas teorías morales se va vislumbrando la filoso-
ensayo, etc. En la Sexta Catilinaria, por ejemplo, 1
son dos los exordios: una reflexión moral y una MONTALVO, Juan.
prueba de los robos de Veintemilla. Las catilinarias
En la Octava Catilinaria el tema que trata es ;
El cosmopolita; El que se narran distintos acontecimientos de los
regenerador. principales personajes de la vida pública de
Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1977. Ecuador.
Pág. 320. Montalvo era un gran conocedor de la hete-
fía vital del autor, que a menudo nos la muestra rogénea realidad de su país. Aparecen retratadas
en oposición a un Veintemilla ridiculizado hasta las dos caras del Ecuador: los serranos (los habi-
el extremo. En una de estas meditaciones, Mon- tantes de Quito) y los costeros (los de Guayaquil).
talvo reflexiona sobre los defectos y los vicios, y Estos últimos salen peor parados en la compara-
no duda en ejemplificar ción, por defender a Veintemilla. También queda
los peores en la figura patente la influencia que alcanza el tirano en
del tirano, al que critica por su concupiscencia, distintos sectores de la
su embriaguez y su pasión por el juego. No esca- sociedad: en la Universi-
tima detalles al ejemplificar cada uno de estos dad lo hace encarcelando al rector y en el poder
vicios con episodios de la vida de Veintemilla. judicial influyendo en algunos casos.
La eficacia de la crítica de Montalvo hacia el Otro estamento ecuatoriano que sale muy
contrincante político reside, principalmente, en mal parado de
que él sufre en primera persona las iniquidades Las Catilinarias
de Veintemilla. El autor aparece a menudo como es el clero. Critica
un personaje más de los hechos que narra, ya el autor a algunos por es
que ha sido testigo y protagonista de los mis- tar con Veintemilla y a
mos. Montalvo no pretende hacer una semblan- los demás por no levantarse de manera decidida
za imparcial, quiere hacer una crítica basándose contra él. Esta crítica general se convierte en
en los desmanes que ha cometido y que él co- sátira en algunos episodios concretos que narra,
noce de primera mano porque los ha sufrido. 2
También conoce muy bien la corte que acompa- Las catilinarias
ña a Veintemilla y sabe describirla con precisión ;
y sin ahorrar vituperios. El cosmopolita; El regenerador.
La crítica hacia el general va dirigida tanto a Opus cit.
su labor como gobernante como a sus defectos Pág. 207.
personales. A veces logra unir estas dos críticas como por ejemplo aquél protagonizado por un
con gran eficacia. Por ejemplo tras mofarse del monje glotón.
analfabetismo de Veintemilla, Montalvo afirma Comentábamos antes lo destacado de la
que su incultura ha provocado el menosprecio y prosa de este libro. Lo primero que debemos
el descuido de la Educación. Imbrica la mala si- reseñar al ocuparnos del estilo de
tuación del país con las tachas de su mandatario. Las Catilina-
En lo que respecta a la crítica personal de Vein- rias,
temilla se ríe por ejemplo de su forma de hablar. es que Montalvo es muy cuidadoso con él.
Lo hace poniendo casos concretos de su incultu- Utiliza el escritor ambateño una prosa refinada,
ra: dice “tíes” en vez de vosotros, o mezcla el propia de los mejores narradores hispanoameri-
quechua y el español. También se mofa de su canos del siglo XIX. Emplea también una gran
comportamiento en sociedad, por hechos como variedad de recursos literarios como ahora ve-
la utilización del tuteo cuando se dirige a perso- remos. La importancia del estilo para Montalvo
najes ilustres. es suma, porque se quiere erigir como una figura
Veintemilla no es el único personaje al que que represente la cultura y la democracia en
Montalvo critica. También lanza dardos envene- Ecuador, frente a la ignorancia que caracteriza a
CICERÓN EN ECUADOR Veintemilla.
: Encontramos en varias ocasiones a lo largo
LAS de los distintos ensayos, la descripción de un
CATILINARIAS personaje histórico como epítome de una virtud
DE JUAN MONTALVO o de un defecto. Emplea
- 150 - esta figura siempre en
nados hacia la figura de García Moreno, el que relación con Veintemilla; ya sea por oposición,
fuera también presidente de Ecuador, y hacia la cuando ejemplifica virtudes, o por similitud con
de Urbina, aliado del dictador. También repren- el dictador, cuando representa defectos.
de a Antonio Borrero, el anterior dirigente del Una de las notas características del estilo de
país, pero de una forma más liviana ya que reco- los doce ensayos es la
noce sus virtudes. inclusión de episodios
Junto con la crítica constante a Veintemilla, narrativos. Hallamos en
se va configurando un fr Las Catilinarias
esco de la sociedad varias
ecuatoriana de la época. Muestra Montalvo cier- parábolas y fábulas; entre las primeras destaca el
to desencanto hacia sus compatriotas, de los cuento de la bella Ecua (de la Tercera Catilinaria)
que llega a decir que “razón sin bayoneta es sin- que es una parábola de la situación política de
razón para ellos” Ecuador. También encontramos comentarios de
2 obras literarias, como el de una comedia de Mo-
. Queda clara la poca confianza ratín o el del ensayo titulado
que tenía en el espíritu democrático del pueblo La femme
de Ecuador, que aparece en un segundo plano del histo-
durante la obra, mientras que es la clase dirigen- riador francés Jules Mich
te la que protagoniza los ensayos. Un ejemplo de elet. Otras veces incluye
ello lo encontramos en la Sexta Catilinaria, en la citas literarias; así encontramos por ejemplo una
del Pilla (por ladrón), Ignacio de Villadiego (por co-
Libro del buen amor barde) o Ignacio de la Cuchilla (por asesino).
del Arcipreste de Hita. También destaca el estilo de Montalvo en las
Montalvo no sólo era un gran entendido en descripciones. Son minuciosos los retratos que
Literatura, también tenía cierta formación lin- realiza de los banquetes o de la abigarrada corte
güística. Lo demuestra al final de la Tercera Cati- que rodeaba a Veintemilla. El ambiente del pala-
linaria en la que añade una nota filológica sobre cio del tirano anticipa las descripciones que au-
la etimología de la palabr tores como Vargas Llosa o García Márquez harán
a “prescindencia”. En el un siglo después en sus novelas sobre dictado-
BASILIO PUJANTE CASCALES res.
- 151 - Esta prosa que mezcla reflexiones propias
penúltimo ensayo de este libro añade una nueva con diálogos, escenas, citas literarias y datos
reflexión de este tipo, al corregir los errores tipo- eruditos, da a
gráficos que ha detectado en las distintas Catili- Las Catilinarias
narias. cierto aire de mis-
Siguiendo con la descripción de su estilo ob- celánea y ayudan a convertirla en una obra única
servamos un recurso muy empleado: la repeti- y que a su vez representa muy bien el espíritu de
ción de la misma estructura sintáctica. También su tiempo. Juan Montalvo por su parte, aparece
son frecuentes los juegos de palabras, entre los como el dueño de una de las plumas más acera-
que destacan los dedicados al nombre del dicta- das del ensayo hispanoamericano decimonóni-
dor. Le pone motes como el de Ignacio de la co.
Pandilla (por sus compañeros), Ignacio de Pilla-

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