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LOGROS MÁS IMPORTANTES DE LA DECLARACION DE RIO DE JANERIO,

“LA CUMBRE PARA LA TIERRA”.

 PARTICIPACIÓN DE ACTORES CLAVE

 Más de 6 mil ciudades y poblados alrededor del mundo han creado su


propio “Programa 21 local”. para guiar sus planes a largo plazo.
 En varios países se han preparado “Programas 21 Nacionales” que
establecen cómo se traducirá el Programa 21 en acciones a nivel
nacional. Dichas estrategias se han desarrollado, frecuentemente en
Consejos Nacionales para el Desarrollo Sostenible, órganos
multisectoriales establecidos en más de 80 países, la mayoría países
en desarrollo.
 Un número creciente de empresas han acogido los objetivos del
desarrollo sostenible y han adoptado un acercamiento tripartita que
toma en cuenta factores económicos, sociales y medioambientales.
Varias organizaciones empresariales que han adoptado la
sostenibilidad, como el Consejo Empresarial Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible, han crecido extensamente.
 La Comisión sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas,
establecida para monitorear la ejecución de los acuerdos de Río, se
ha reunido cada año desde 1993 y ha sido pionera de innovadores
acuerdos para que la sociedad civil participe en las pláticas de la ONU,
especialmente a través de diálogos multisectoriales.

 REDUCCIÓN DE LA POBREZA Y DESARROLLO SOCIAL

 Las Conferencias que se han llevado a cabo después de la Cumbre para


la Tierra, tales como la Conferencia Internacional sobre la Población y el
Desarrollo de 1994 en el Cairo, la Cumbre Mundial para el Desarrollo
Social de 1995 en Copenhague, La Cuarta Conferencia Mundial sobre la
Mujer de 1995 en Pekín y La Segunda Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat II) de 1996 en Estambul;
han fortalecido el compromiso con el desarrollo sostenible y han adoptado
planes de acción basados en el Programa 21.
 En septiembre del año 2000, durante la Cumbre del Milenio de las
Naciones Unidas, 147 líderes del mundo acordaron una serie de metas
sobre desarrollo con límite de tiempo, las cuales resultan centrales en los
objetivos del Programa 21.

 FINANCIACIÓN Y COMERCIO

 En 1991, se estableció el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF,


por sus siglas en inglés), con la participación del Banco Mundial, el
Programa de las Naciones para el Desarrollo Unidas y el Programa de las
Naciones para el Medio Ambiente. Después de la Cumbre para la Tierra,
se reestructuró para convertirse en la mayor fuente de préstamos
multilaterales a países en desarrollo y a países en transición, para
proyectos relacionados con el medio ambiente mundial. En esta primera
década, el GEF (por sus siglas en inglés) brindó 4.200 millones de dólares
a proyectos y ha atraído más de 11 mil millones de dólares para
financiamientos conjuntos. En el último reabastecimiento del Fondo, en
1998, 36 países comprometieron 2.750 millones de dólares al GEF.
 La Organización Mundial de Comercio, durante su cuarta Reunión
Ministerial en Doha, en noviembre de 2001, aprobó una declaración que
afirma: .Estamos convencidos de que los objetivos de defender y
salvaguardar un sistema de comercio abierto, no discriminatorio y
multilateral y el de actuar para la proteger del medio ambiente e impulsar
el desarrollo sostenible pueden y deben apoyarse mutuamente.
 En la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo,
que se llevó a cabo en Monterrey, México, en marzo de 2002, los
gobiernos reafirmaron su compromiso con el desarrollo sostenible, y los
países donantes prometieron un total de 30 mil millones de dólares en
recursos adicionales para el 2006.

 CAMBIO CLIMÁTICO

 La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático se


abrió para su firma durante la Cumbre para la Tierra en 1992 y entró en
vigor el 21 de marzo de 1994. La Convención tiene 165 firmas y 186
partes, pero la mayoría de los países industrializados no alcanzaron la
meta voluntaria de reducir sus emisiones de gases invernadero a los
niveles de 1990 para el año 2000.
 En diciembre de 1997, en Kyoto, los gobiernos acordaron un Protocolo
para esta Convención, a través del cual, los países industrializados
aceptarían objetivos que los vincularían legalmente a reducir sus
emisiones de seis gases de invernadero en un promedio de 5 por ciento
por debajo de los niveles de 1990 para el período 2008 .2012. El Protocolo
de Kyoto, ha sido firmado por 84 países y ratificado por 54 partes, y podrá
entrar en vigor cuando lo ratifiquen 55 países cuyas emisiones en conjunto
representen el 55 por ciento de las emisiones totales de los países
industrializados. Hasta ahora, sólo dos países industrializados han
ratificado el Protocolo.

 DIVERSIDAD BIOLÓGICA

 El Convenio de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica, se abrió


para su firma en la Cumbre para la Tierra de 1992 y desde entonces ha
sido ratificada por 183 naciones, entró en vigor el 29 de diciembre de
1993.
 El Convenio obliga a los países a proteger las especies animales y
vegetales a través de la preservación de su hábitat y otros medios. El
Protocolo de Cartagena sobre la Bioseguridad, tiene como objetivo reducir
los riesgos de los movimientos transfronterizos de seres vivos
modificados a través de las fronteras y asegurar el uso seguro de las
biotecnologías modernas. Este Protocolo se adoptó en enero de 2000 y
ha sido ratificado por 17 países. Las partes de la Convención actualmente
están discutiendo sobre los beneficios de compartir los recursos
biológicos con la gente en el país de su origen.
 DESERTIFICACIÓN

 La Convención de Lucha contra la Desertificación de las Naciones Unidas,


acordado durante la Cumbre para la Tierra, entró en vigor en diciembre
de 1996. La desertificación, o la degradación de las tierras áridas o
semiáridas, afecta el sustento y el abastecimiento de alimentos de más
de 900 millones de personas en todo el mundo, especialmente en África.
La Convención pide un acercamiento realmente participativo a los
problemas de la tierra y hasta ahora, 179 países se han unido a la
Convención. Sin embargo los recursos disponibles para su ejecución han
sido limitados.

 RECURSOS MARINOS Y CONTAMINACIÓN

 El Acuerdo de la ONU sobre las Poblaciones de Peces busca regular la


pesca en alta mar. Este es otro resultado de la Cumbre para la Tierra,
adoptado en diciembre de 1995 y entró en vigor en diciembre de 2000. El
acuerdo tiene como objetivo prevenir la pesca excesiva y reducir las
tensiones internacionales creadas por la competencia. Asimismo para
prevenir la disminución de las poblaciones de peces se busca confiar su
gestión regional de las pesquerías. De igual manera, contiene
disposiciones clave para la resolución de conflictos para desalentar la
pesca ilegal.
 En 1995, los gobiernos adoptaron el Programa de Acción Mundial para la
Protección del Medio Marino frente a la contaminación proveniente de
actividades realizadas en tierra, el cual reconoce que mil millones de
personas viven en centros urbanos cerca de las costas, y que el 80 por
ciento de la contaminación del mar proveniente de fuentes en la tierra.

 QUÍMICOS TÓXICOS

 Para regular los casi 4 millones de toneladas de desperdicios tóxicos que


cruzan las fronteras nacionales cada año, los países adoptaron en 1989
el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos
transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación, administrado
por el Programa de las Naciones para el Medio Ambiente (PNUMA) y
ratificada desde entonces por 121 países. En 1995, el tratado se fortaleció
para declarar ilegal la exportación de desperdicios tóxicos de los países
desarrollados a aquellos en desarrollo, los cuales frecuentemente no
tienen la tecnología para deshacerse de ellos de forma segura. En 1998,
más de 100 gobiernos adoptaron un tratado internacional, negociado bajo
el auspicio de la FAO y del PNUMA, para compartir información sobre el
comercio de químicos peligrosos y pesticidas.
 Al concluir los debates de la Comisión sobre Desarrollo Sostenible de las
Naciones Unidas sobre la necesidad de contener y eliminar varios
químicos tóxicos, los países acordaron en 2001 el Convenio de Basilea,
que se concentra en eliminar 12 químicos peligrosos conocidos como la
.docena sucia., entre ellos, bifenilos policlorados (PCB), las dioxinas y el
DDT. El tratado ahora cuenta con 126 firmas y 5 ratificaciones.

 BOSQUES

 Elaborado con base en los Principios de los Bosques, adoptados en Río,


el Grupo Intergubernamental sobre los Bosques, se reunió durante dos
años bajo auspicios de la Comisión de Desarrollo Sostenible de las
Naciones Unidas, adoptando más de 100 propuestas de acción en marzo
de 1997. Para monitorear su ejecución y llegar a un consenso sobre los
pasos a seguir en el futuro por ejemplo, un posible tratado sobre bosques
.

 PROTECCIÓN DE LA CAPA DE OZONO

 En un proceso altamente exitoso que precedió a la Cumbre para la Tierra,


los países han ido reduciendo las sustancias que agotan la capa de
ozono, de conformidad con el Protocolo de Montreal de 1987, el cual se
fortaleció en 1996. Como resultado del tratado, el consumo total de
clorofluorocarbonos se redujo de cerca de 1.1 millones de toneladas en
1986 a 156 mil toneladas en 1998. Pequeños Estados Insulares
 De conformidad con la decisión aprobada en la Cumbre para la Tierra, se
llevó a cabo en 1994, una conferencia especial de la ONU en Barbados
para tratar los problemas particulares de los Pequeños Estados Insulares
en desarrollo. Reconociendo que los Pequeños Estados Insulares, tanto
por su tamaño como por su aislamiento, eran vulnerables a muchas
limitaciones para su desarrollo, como el cambio climático y los desastres
naturales. Más de 100 países acordaron formar una alianza para enfrentar
los retos que enfrentaban las islas.
 En 1999, en una revisión a cinco años de la Conferencia de Barbados, la
Asamblea General de las Naciones Unidas encontró que, mientras que
los Pequeños Estado Insulares habían dado seguimiento a los objetivos
de la conferencia, la comunidad internacional todavía no había
comprometido los recursos necesarios

IMPACTOS EN EL PERÚ DE LOS COMPROMISOS NO CUMPLIDOS


El Perú se halla particularmente afectado por las indecisiones e incumplimientos
de los acuerdos de Río 1992. Un primer elemento que expone especialmente al
Perú es la naturaleza de su territorio, su clima y su biodiversidad. Siendo uno de
los 7 países con mayor biodiversidad y de una gran diversidad de zonas de vida
y pisos ecológicos, sus niveles de vulnerabilidad son particularmente altos, por
lo que cualquier distorsión en los niveles de temperatura o en el régimen de
lluvias impactará en sus diferentes pisos ecológicos y cadenas tróficas,
quebrándose así los ciclos climáticos y las estaciones. Sequías prolongadas en
regiones dependientes de las precipitaciones estacionales, lluvias intensas en
zonas normalmente áridas, retroceso del bosque amazónico, desaparición de
glaciares, etc. son parte de las distorsiones que el Perú seguirá experimentando
de persistir la desatención a los acuerdos de Río 92.
La otra condición que expone al Perú a grandes riesgos es el nivel de exclusión
social que alcanza a buena parte de su población. Los trastornos climáticos
afectarán a los amplios contingentes poblacionales, mayormente pobres,
ubicados en zonas sensibles y de riesgo, como valles aluviales, conos de
deyección de ríos, laderas empinadas, etc. La atención que el Estado y la
cooperación internacional están prestando a estas poblaciones y los avances de
la lucha contra la pobreza podría perderse porque son estas poblaciones con
menos recursos las que sufrirán los efectos en salud, seguridad alimentaria, falta
de agua y vulnerabilidad ante desastres por eventos naturales.
Desde la realidad del Perú y del conjunto de los países andino-amazónicos, un
área en la que se condensan varias de las principales amenazas ambientales
globales son los Andes, lugar de origen de importantes civilizaciones milenarias:
el cambio climático y la deglaciación, el estrés hídrico, la pérdida de biodiversidad
con la crisis alimentaria, la pobreza y la exclusión social, Están entre los
ecosistemas más frágiles junto con las pequeñas islas –indudablemente los más
vulnerables- los marino-costeros y los bosques amazónicos.
Desde 1992 a la fecha, ha aumentado significativamente la demanda de bienes
y servicios relacionados con las Montañas, y el tema ya ha empezado a formar
parte de la conciencia pública. Sin embargo, la capacidad de estos ecosistemas
para proporcionar bienes y servicios esenciales para la humanidad está cada vez
más amenazada por el cambio climático, la globalización, la falta crónica de
inversión social, la ocupación desordenada del territorio, la degradación de
tierras y la carencia de manejo integral de cuencas, en especial en las zonas
montañosas, entre otros.
A pesar de los avances realizados para promover el desarrollo sostenible de las
regiones de montañas, las agendas nacionales e internacionales para el
desarrollo siguen considerando a estos ecosistemas como un tema ambiental
marginal y especializado. Como consecuencia de ello, las tasas de pobreza en
las áreas de montaña son cada vez más altas. Sin embargo, las montañas
cubren más de la cuarta parte (27%) de la superficie terrestre, proveen de agua
dulce a más de la mitad de la humanidad y albergan a más de la mitad de los
lugares más biodiversos del mundo.
MARCO INSTITUCIONAL PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
En 1992, se adoptó una serie de acuerdos cruciales en el marco de la
Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo
(Conferencia de Río o Cumbre de la Tierra); entre ellas la adopción de la
Declaración de Río, la Agenda 21 y las denominadas “Convenciones de Río”
(Convención de la Diversidad Biológica, Convención contra la Desertificación y
Convención sobre Cambio Climático).
De igual manera, en 1992 se establece la Comisión de Desarrollo Sostenible, a
la cual se le encarga fundamentalmente hacer el seguimiento a lo acordado en
Río en 1992.
En el 2002, diez años después de la Conferencia de Río, se aprueba el Plan de
Implementación de Johanesburgo (JPOI, por sus siglas en inglés) en cuyo
capítulo XI se establece la necesidad de fortalecer el marco institucional para el
desarrollo sostenible tanto a nivel internacional, regional y nacional, con vista a
integrar el objetivo de alcanzar el desarrollo sostenible dentro de las actividades
de la entidades, programas y/o fondos relevantes al interior del sistema de
Naciones Unidas, así como de las instituciones financieras internacionales,
dentro de sus respectivos mandatos.
El Perú reconoce la necesidad de contar con una institucionalidad y un marco
legal moderno y eficaz, pero ambos deben diseñarse en armonía con la
diversidad cultural y natural del país, respetando las capacidades locales y las
formas culturales de respuesta, así como el capital social acumulado con los
conocimientos tradicionales. El financiamiento y la ayuda internacionales, la
construcción de capacidades nacionales y locales, y la transferencia de
tecnología, deben conformar un todo diseñado en función de las necesidades
nacionales.
En este sentido, para que el Perú logre avances sustantivos en el cumplimiento
de los objetivos internacionales, es necesario que los organismos de ayuda para
el desarrollo, en especial los del sistema de Naciones Unidas, tengan una acción
más sinérgica, flexible, y adecuada a las diversas situaciones nacionales y
realidades culturales. La situación de los países en desarrollo requiere un
acompañamiento diversificado, sin desconocer las ventajas de las lecciones
aprendidas de experiencias en otros países. Requiere, así mismo, de patrones
de diseño de proyectos que sean adecuados a las diversas realidades culturales,
reconociendo y empoderando su potencial, así como a las limitaciones que, en
cuanto al manejo de ciertas técnicas modernas, se encuentren precisamente por
ser un país en desarrollo.
LA GESTIÓN AMBIENTAL EN EL PERÚ ENTRE RÍO 92 Y RÍO +20
La gestión ambiental en el Perú, país megabiodiverso, es un tema crucial. La
preocupación por la conservación del enorme patrimonio natural del país y de
sus complejas condiciones para la sostenibilidad ambiental, se ha incrementado
en las dos últimas décadas, expresándose en políticas de desarrollo nacional y
en una frondosa normatividad de carácter ambiental; pero también se ha
evidenciado en el incremento paralelo de conflictos sociales vinculados al
ambiente y la gestión de los recursos naturales.
Cabe señalar que desde mediados de la década del 90, América Latina se ha
convertido en la principal región que viene recibiendo los flujos de inversión en
minería. Además, al lado de la dimensión productiva y los flujos de inversión que
se mueven en torno a la minería, hay una dimensión territorial que es importante
considerar: la minería y también los hidrocarburos cada vez ocupan una
proporción mayor de territorios en la región.
Esta presencia minera genera fuertes conflictos sociales en la región y también
abre un intenso debate sobre la necesidad de ordenar el uso del territorio y
proteger ciertos ecosistemas. El Perú es un buen ejemplo de todas estas
tendencias de expansión de la minería en las últimas dos décadas. El Perú se
ubica en lugares expectantes en el ranking de producción de los principales
productos mineros y también se ha convertido en uno de los principales destinos
de la inversión en exploración y desarrollo de proyectos mineros en América
Latina. Al mismo tiempo, sin embargo, los conflictos ambientales, vinculados a
las actividades extractivas son la principal fuente de conflictividad social. El
crecimiento económico que el país ha experimentado durante la última década
no ha priorizado lo suficiente la inclusión social ni la distribución de sus beneficios
a las grandes mayorías. Ese es el gran reto que el actual Gobierno del Perú está
dispuesto a enfrentar.
En este contexto, para fortalecer la gestión ambiental incipiente que se tenía
desde los años 80, a través de diversos órganos de carácter técnico coordinador
y de enlace intersectorial, pero sin mayor gravitación política y normativa, se creó
en el 2008 el Ministerio del Ambiente. La nueva institución ha contribuido a
atender la creciente demanda de normativa e institucionalidad ambiental en el
país y a llamar la atención sobre las urgentes necesidades de conservación y
protección ambiental que se han manifestado con la acelerada expansión
económica y la explotación de los recursos renovables y no renovables.
El Perú apuesta a un desarrollo sostenible articulado en base a políticas
concertadas entre los diversos sectores sociales involucrados. En esta
perspectiva se inscriben las dos primeras medidas del nuevo gobierno.
La primera fue el establecimiento del gravamen a las ganancias mineras en
relación con el incremento de los precios internacionales de los minerales,
concertado con los agentes económicos involucrados y destinado a inversiones
en programas sociales. La segunda fue la aprobación de la Ley de Consulta
Previa, para una adecuada aplicación del Convenio 169 de la OIT, a fin de que
se haga efectiva la consulta a los pueblos indígenas sobre los proyectos de
inversión que afecten los territorios que habitan y en los que desarrollan sus
actividades.
En este contexto, se requiere fortalecer la conservación de ecosistemas
naturales proveedores de servicios ambientales indispensables y medios de
subsistencia a gran parte de la población; se requiere, asimismo, fortalecer y
extender el alcance de la autoridad ambiental central, a fin de asegurar una
gestión transparente y consistente en la preservación y protección ambiental
para el beneficio del conjunto de la población, en contraposición al interés
exclusivo de los sectores productivos dominantes; se requiere, en suma, de una
institucionalidad capaz de articular y balancear los diversos intereses
económicos en términos de equidad social y sostenibilidad ambiental.
ECONOMÍA VERDE: INSTRUMENTO PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE
Y LA ERRADICAICÓN DE LA POBREZA
Durante el contexto de la crisis económica-financiera del 2008 nace el concepto
de economía verde como una propuesta de cambio al paradigma económico
vigente. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), una economía verde es aquella que “mejora el bienestar del ser
humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos
ambientales y las escaseces ecológicas”. Entonces, el modelo económico actual,
contaminante y de un uso ineficiente de recursos denominado modelo “marrón”,
debe ser reemplazado por uno más limpio, con menor emisión de carbono a la
atmósfera y de un uso eficiente de los recursos del planeta, que permita el
crecimiento de la producción, el empleo y, simultáneamente, la reducción de la
pobreza. De este modo, entendemos que el objetivo de la economía verde es
ser una herramienta que contribuya al desarrollo sostenible.
El Perú plantea que el tránsito hacia una economía verde, en la cual se puedan
enfrentar simultáneamente la pobreza, la seguridad alimentaria y la seguridad
energética, requiere de la construcción de una visión compartida para hacer
frente a los desafíos claves que enfrentan las economías y sociedades a nivel
global. A continuación presentamos los que consideramos los principales
desafíos a enfrentar desde la realidad y la experiencia del Perú y de las
sociedades Andino-Amazónicas, pero con una perspectiva global, con miras a la
construcción de esta visión compartida y un Plan de Acción Global.

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