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DIGNIDAD HUMANA

La dignidad es algo sustancial. Tan sustancial e inalienable es esta dignidad que nadie
puede ser esclavo, ni tan siquiera por voluntad propia o por contrato. Y de ninguna manera
podemos perder tal dignidad; de modo que, no pudiéndose perder la dignidad humana
sustancial en ningún supuesto, es en ella donde hay que hacer pie para desautorizar la
pena de muerte o la tortura y para conceder al criminal más criminal la oportunidad y el
derecho a la rehabilitación.

Recalcando, dignidad humana significa que un individuo siente respeto por sí mismo y
se valora al mismo tiempo que es respetado y valorado.

Desde una perspectiva filosófica y religiosa, el concepto de dignidad humana posee una
larga trayectoria histórica. No obstante, desde un punto de vista jurídico, la dignidad es
un concepto nuevo, que surge luego de la Segunda Guerra Mundial

El concepto de dignidad humana tiene su origen en la antigüedad griega; sin embargo, se


ha enriquecido en su significado y alcance a lo largo del desarrollo de la historia humana,
pasando de ser un concepto vinculado a la posición social a expresar la autonomía y
capacidad moral de las personas, constituyéndose en el fundamento indiscutible de los
derechos humanos. Especial relevancia tiene la dignidad humana, como elemento para
enfrentar y desarrollar las normas relativas a las transformaciones sociales provocadas
por el desarrollo científico y tecnológico. En este texto nos centramos en abordar las que
se refieren al inicio de la vida humana y a su final.

La dignidad humana es inviolable y se encuentra formulada la primera frase de la ley


fundamental, pero así de complicado es también interpretarla, tal declaración inicial de
nuestra Constitución representa un reto para todo intérprete profesional; dicho más
claramente, para todo intérprete de la Constitución cuyo oficio no se agota en la
reproducción de fórmulas jurisprudenciales. Son dos fórmulas las que en la jurisprudencia
relativa a la dignidad humana tienen aplicación preferente: la “fórmula objetiva”, según
la cual el artículo 1, párrafo 1, de la Constitución alemana prohíbe hacer del ser humano
un mero objeto del poder estatal,2 y la fórmula del “principio fundamental de la
Constitución.

En lo tocante a la función fundamentada del principio de la dignidad, lo indica una


conocida frase de Theodor Heuss. En el Consejo Parlamentario, el primer Presidente
Federal de la nueva era denominó a la frase inicial de la Constitución una “tesis no
interpretada “Se puede partir de que bien supo lo que manifestó, y lo que los padres de la
Constitución repetidamente quisieron decir. Ellos pretendieron formular una concepción
directa y evidente de ser humano y, por ello, digna de consenso, misma que pudieron
presuponer sin tener que fundamentarla. En la teoría científica se llaman dogmas, los
cuales se basan en evidencias y no son ni capaces de demostración ni necesitados de ello,
“axiomas”. No requieren, pues, de ser probados, pero sí deben acreditarse. La acreditación
se verifica con apego a la racionalidad del respectivo sistema científico, y en sistemas
prudenciales en términos de la razón práctica.

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