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Aprendiendo A Dialogar Con Las Sectas PDF
Aprendiendo A Dialogar Con Las Sectas PDF
APRENDIENDO
A DIALOGAR
CON LAS SECTAS
www.padreamatulli.net
Apóstoles de la Palabra
— Perú 2010 —
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Imprimatur
+ F ELIPE A GUIRRE F RANCO
Arzobispo de Acapulco
Diseño de portada:
Rodolfo Romero Espinoza
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Presentación
El Proselitismo Religioso es una realidad en nues-
tros ambientes. No podemos tapar el sol con un dedo.
Ahora bien, se trata de ver cómo enfrentar este
fenómeno.
Lo que sigue es una reflexión y una práctica pasto-
ral acerca del asunto del Proselitismo Religioso, fruto de
una larga experiencia en el continente americano y
europeo.
Muchísima gente ha encontrado en nuestro material
didáctico y en nuestro método de trabajo un motivo sólido
para quedarse en la Iglesia y sentirse «orgullosamente»
católica, o para regresar a ella después de un período de
confusión o franco rechazo.
Es nuestro ferviente deseo que pronto la enseñanza
de la Apologética vuelva a establecerse en las aulas de
teología, pastoral y catequesis, ofreciendo al pueblo
católico un apoyo insustituible en un momento de tanta
confusión y ataque contra su fe.
Ojalá que también usted, leyendo este folleto, pueda
sentir el deseo de compartir con nosotros la misma
inquietud con relación al fenómeno del Proselitismo
Religioso, que está afectando la vida de nuestro pueblo de
una manera inquietante.
¡Qué mañana no vayamos a sentirnos culpables por
el derrumbe de tantas comunidades católicas ante el acoso
de los grupos proselitistas!
México, D.F.; a 13 de julio de 2004.
4
La Verdadera
Iglesia de Cristo
Esta representación se realiza al terminar el
tema de la Iglesia y refleja el sentir de los
testigos de Jehová. En realidad, cada grupo
presenta "sus razones" para afirmar que es
la Iglesia de Cristo.
Personajes
+Católico.
—Testigo de Jehová.
•Acompañante del pastor.
••Público.
ESTUDIANTES DE LA BIBLIA
+Católico: Ahora vamos a contestar algunas preguntas,
relacionadas con el tema de la Iglesia. No vamos a hablar de
las imágenes, la virginidad de María, el bautismo de los niños,
etc. Esto lo veremos después. Ahora lo que importa es aclarar
el tema de la Iglesia.
(Intervienen una o dos personas, que hacen alguna pregunta
sobre la Iglesia. Por fin, el "pastor" de los testigos de Jehová
levanta la mano, mostrando abiertamente la Biblia, y dice:)
—Testigo de Jehová: Yo, más que una pregunta, quiero hacer una
aclaración.
+Católico: Sí, el que tiene la Biblia, pase adelante, por favor.
(El pastor pasa adelante. A mitad del camino se da cuenta que
su acompañante se quedó en su lugar. Voltea y le hace señas
con la mano para que lo siga y pase adelante.
Una vez que los dos "testigos" están al frente, el católico mira
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con curiosidad la Biblia y las revistas o libros que traen en las
manos, y les dice:)
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hablen de su organización, cuándo empezó, dónde empezó y
quién es su jefe actual.
EL JUSTO ABEL
—Testigo de Jehová: Nosotros, los testigos de Jehová, somos mucho
más antiguos que ustedes los católicos, porque nuestra
organización existe desde el justo Abel. En realidad, la Biblia
afirma que Abel fue "justo" y "testigo" (Heb 11,4; Heb 12,1).
+Católico: Una cosa es afirmar que Abel fue "justo" y "testigo" y
otra cosa es afirmar que perteneció a la organización de los
"testigos de Jehová". En realidad, se demuestra históricamente
que la organización de los "testigos de Jehová" empezó el año
de 1874, con Charles Taze Russell. Al principio se llamaban
estudiantes de la Biblia o russelistas. Solamente en el año de
1931 se empezaron a llamar "testigos de Jehová". Si Abel
perteneció a la organización de los Testigos de Jehová, entonces
¿quién fundó esta organización?
—Testigo de Jehová: La organización de los testigos de Jehová fue
fundada por Jehová personalmente cuando empezó el mundo.
+Católico: ¿Tienes alguna otra cita bíblica que comprueba esto?
—Testigo de Jehová: (Sorprendido, no sabe qué contestar. Mira a
un lado y a otro, sin decir nada).
+Católico: Bueno, no se preocupe. Ahora le pregunto: Y cuando
Abel fue asesinado, ¿quién quedó al frente de esta organización?
¿Acaso fue Caín?
—Testigo de Jehová: Mire, eso no interesa. Si importara, nuestros
jefes nos habrían informado.
+Católico: ¿Ha visto que sus jefes les tomaron el pelo, al decirles
que la organización de los testigos de Jehová empezó desde la
creación del mundo?
PROFETA ISAÍAS
—Testigo de Jehová: De todos modos, mucho tiempo antes de
Cristo ya existía nuestra organización. Mire lo que está escrito
en Isaías, capítulo 43, versículo 10:
Ustedes son mis testigos,
es la expresión de Jehová (Is 43,10).
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+Católico: Muy bien. Cuando el profeta Isaías en nombre de Dios
dice: "Ustedes son mis testigos", ¿a quiénes se está refiriendo?
—Testigo de Jehová: Evidentemente a nosotros, es decir a la
organización de los testigos de Jehová.
+Católico: Esto no es cierto. En aquel tiempo su organización no
existía. Al decir el profeta Isaías: "Ustedes son mis testigos", se
refería a las doce tribus de Israel. En realidad, antes de Cristo, el
Antiguo Pueblo de Dios estaba formado por las doce tribus de
Israel. No es que había por un lado las doce tribus de Israel y
por el otro una organización llamada testigos de Jehová.
Si les dijeron esto, sencillamente los engañaron. ¿Acaso ustedes
forman parte de las doce tribus de Israel? En concreto, usted ¿a
qué tribu pertenece?
—Testigo de Jehová: Bueno, espiritualmente, yo pertenezco...
+Católico: (Lo interrumpe antes de que concluya la frase) No
espiritualmente. Isaías se estaba dirigiendo a las doce tribus de
Israel, que no son espirituales. Son un pueblo que existe hasta
la fecha. Es el pueblo judío. Usted, ¿es judío?
—Testigo de Jehová: No.
+Católico: (Dirigiéndose al acompañante del pastor) Usted, ¿es
judío?
•Acompañante del pastor: (Con ingenuidad) No, yo soy de…
(Menciona el nombre de algún estado, departamento o ciudad).
+Católico: Eso es otro asunto. A propósito. Veo que usted casi no
habla. ¿A qué se debe?
—Testigo de Jehová: Mire, el diálogo es conmigo. Él todavía no
sabe. Apenas está aprendiendo.
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+Católico: ¿Y se puede saber cada cuanto tiempo le nacía del
corazón?
•Acompañante del pastor: Pues, cuando había bodas, quince años y
bautizos. (Señalando al público) Precisamente cómo hacen todos
los católicos.
+Católico: No, no diga: "Cómo hacen todos los católicos".
(Dirigiéndose al público). A ver, ustedes que son católicos, ¿cada
cuánto tiempo van a misa?
••Público: "Cada domingo", "Cada día", etc.
+Católico: Como puede ver, aquí hay católicos que van a Misa todos
los días y la mayoría va todos los domingos. Bueno, y cuándo
usted era católico, ¿asistió a un curso bíblico?
•Acompañante del pastor: No, porque en la Iglesia católica no se estudia
la Biblia.
+Católico: ¿Cómo sabe usted que en la Iglesia católica no se estudia
la Biblia, si casi nunca iba a la Iglesia? (Dirigiéndose al público).
A ver, levanten la mano los que han hecho algún curso bíblico.
(Muchos levantan la mano).
•Acompañante del pastor: No es cierto. Los católicos no tienen la Biblia.
+Católico: ¿Cómo no? (Dirigiéndose al público). A ver, levanten la
Biblia todos los que tienen la Biblia (Muchos levantan la Biblia).
De todas maneras, ¡qué bueno que vino! Ojalá que ponga mucha
atención. Vamos a seguir dialogando aquí con su jefe. Ya vio
que está diciendo que los testigos de Jehová vienen desde Abel
y no ha podido demostrarlo. Ya vimos también que Is 43,10 se
refiere a las doce tribus de Israel, a los judíos, y ustedes no son
judíos. (Dirigiéndose al pastor) A ver, Isaías cuando vivió, ¿antes
o después de Cristo?
—Testigo de Jehová: Antes de Cristo.
+Católico: (Dirigiéndose al público): Y nosotros estamos hablando
de la Iglesia que fundó…
••Público: ¡Cristo!
+Católico: Entonces, hablemos de Cristo para acá (Dirigiéndose al
pastor): ¿O ustedes no saben nada de Cristo? ¿No tienen nada
que ver con Él?
TESTIGOS DE CRISTO
—Testigo de Jehová: Claro que sí. También las Escrituras Griegas
hablan de nosotros. Basta leer Hechos, capítulo 1, versículo 8,
donde Jesús dice lo siguiente:
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Recibirán la fuerza del Espíritu Santo
y serán MIS TESTIGOS (Hech 1,8).
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••Público: Padre.
+Católico: Claro.
Padre, sí es posible,
que pase de mí este cáliz (Mt 26,39).
Así que Jesús es el testigo fiel del Padre, porque viene del Padre,
y nosotros somos testigos de Jesús (o de Cristo), porque somos
miembros de su Iglesia.
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Es fácil ver lo que viene de la carne: libertad
sexual, impurezas y desvergüenzas; culto de los
ídolos y magia; odios, celos y violencias; furores,
ambiciones, divisiones, sectarismo,
desavenencias y envidias; borracheras, orgías y
cosas semejantes. Les vuelvo a declarar lo que
ya les he dicho: los que hacen estas cosas no
heredarán el Reino de Dios (Gál 5,19-21).
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+Católico: Volviendo a nuestro tema. Usted dice que los católicos
somos malos, borrachos, ladrones y todo lo demás. ¿Acaso no
pasa lo mismo entre los miembros de su organización?
—Testigo de Jehová: Claro que no. Basta leer Gálatas, capítulo 5,
versículos 22 y 23:
En cambio, el fruto de los testigos de Jehová es
caridad…
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mismo Jehová, puesto que son sus enemigos. Por eso un día
los hará desaparecer totalmente.
+Católico: Bueno. Cuándo ustedes dicen que aman, ¿a quiénes
aman?
—Testigo de Jehová: A los que pertenecen a nuestra congregación.
+Católico: ¿Y qué dice la Biblia? (Dirigiéndose al público) Lean Mt
5,43-47.
Han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y
odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a
sus enemigos y rueguen por los que los persigan,
para que sean hijos de su Padre celestial, que
hace salir su sol sobre malos y buenos, y caer la
lluvia sobre justos e injustos. Porque si aman a
los que los aman, ¿qué recompensa van a tener?
¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y
si no saludan más que a sus hermanos, ¿qué
hacen de particular? ¿No hacen eso mismo
también los gentiles? (Mt 5,43-47).
EL TRIGO Y LA CIZAÑA
+Católico: Acuérdese de la parábola de Jesús acerca del trigo y la
cizaña (Mt 13,24-30). Dios siembra el trigo. Llega el maligno y
siembra la cizaña. Al final se hará la separación.
—Testigo de Jehová: Precisamente nosotros somos el trigo y ustedes
son la cizaña.
+Católico: ¿Así que ustedes son muy especiales?
—Testigo de Jehová: Claro que sí. De otra manera, ¿de qué serviría
salirse de la Iglesia Católica, si de todos modos se sigue en lo
mismo?
SIN PECADO
+Católico: Les voy a hacer una pregunta a ustedes dos. A ver:
Ustedes dos, ¿tienen algún pecado?
—Testigo de Jehová: (Señalando a su acompañante) Él.
+Católico: ¿Por qué sólo él?
—Testigo de Jehová: Porque aún no se ha simbolizado.
+Católico: ¿Qué quiere decir "simbolizado?
—Testigo de Jehová: Bautizado, como dicen ustedes.
+Católico: (Dirigiéndose al acompañante del pastor) Usted, ¿aún
no está bautizado?
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•Acompañante del pastor: No, aún no estoy bautizado.
+Católico: (Dirigiéndose al pastor) Y usted, ¿está bautizado?
—Testigo de Jehová: Sí.
+Católico: ¿Tiene algún pecado?
—Testigo de Jehová: Vamos a ver lo qué dice la Biblia.
La palabra que les he dirigido,
los ha purificado (Jn 15,3).
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•Acompañante del pastor: Pero usted me dijo que teníamos todo el
tiempo del mundo para dialogar.
—Testigo de Jehová: Mira, no te puedo ir dando explicaciones de
todo. Así que nos tenemos que ir.
+Católico: Mire, ese truco también ya me lo sé. Cuando ustedes
encuentran a un católico preparado, siempre salen con lo mismo:
"No tenemos tiempo; tenemos que ir a predicar" y cosas por el
estilo. De todas formas, ya casi vamos a terminar. Espere unos
dos minutos más.
EL FARISEO Y EL PUBLICANO
+Católico: A ver: busquen todos Lc 18,9-14. Alguien venga a leer.
(Uno del público se acerca y lee).
Dijo también a algunos que se tenían por justos
y despreciaban a los demás, esta parábola: "Dos
hombres subieron al templo a orar; uno fariseo,
otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su
interior de esta manera: "¡Oh Dios! Te doy
gracias porque no soy como los demás
hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni
tampoco como este publicano. Ayuno dos veces
por semana, doy el diezmo de todas mis
ganancias."
En cambio el publicano, manteniéndose a
distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo,
sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh
Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!"
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Yo les digo que éste bajó a su casa justificado y
aquél no. Porque todo el que se ensalce, será
humillado; y el que se humille, será ensalzado"
(Lc 18,9-14).
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+Católico: Claro que sí. (Invita al acompañante del pastor a pasar
a otro lado. El pastor le arrebata la Biblia). No se preocupe. De
todas formas, esa Biblia está manipulada. Mira, aquí tienes una
Biblia católica. (Se la entrega).
DEUDA
—Testigo de Jehová: (Dirigiéndose a su acompañante) Por lo que
veo, quieres abandonarnos por la deuda que tienes conmigo y
con la organización.
+Católico: ¿De qué se trata?
•Acompañante del pastor: Es que, cuando él llegó a mi casa, mi abuelita
estaba enferma y él me ayudó con dinero para comprar la medicina.
+Católico: Pero, cuándo te lo dio, ¿te dijo si era un préstamo o era
un regalo?
—Testigo de Jehová: Pues era un regalo, pero cómo ahora ya no
quiere seguir con nosotros, tiene que pagar ese dinero. Quiero
que sepa claramente que nosotros no acostumbramos regalar
dinero a nadie.
+Católico: ¿Y cuánto era?
•Acompañante del pastor: Eran $500.00. (Tener siempre en cuenta la
cantidad de los asistentes).
+Católico: ¿Y ya lo gastó todo?
•Acompañante del pastor: Sí.
+Católico: No se preocupe. Ahorita vemos cómo resolverlo.
(Dirigiéndose al público.) ¿Alguien tiene alguna idea?
••Alguien del público: Podemos hacer una colecta.
+Católico: Muy bien. Así vamos a hacer al terminar todo esto. De
todos modos, no queremos que por eso se sienta obligado a
volver a la Iglesia católica. Lo que queremos, es que se sienta
libre. Si, después de haber conocido la enseñanza de la Iglesia
católica, quiere integrarse a ella, muy bien. Si quiere regresar
con los testigos de Jehová, está completamente libre.
ARMAGEDÓN
—Testigo de Jehová: Mira, quiero darte una oportunidad más.
Acuérdate que ya está cerca el Armagedón.
+Católico: ¿Qué es el Armagedón? Ustedes siempre se salen con
el Armagedón: "Cuidado. Pronto llegará el Armagedón". ¿De
qué se trata?
—Testigo de Jehová: Se trata de la Tercera Guerra Mundial.
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+Católico: ¿Y qué pasará con la Tercera Guerra Mundial?
—Testigo de Jehová: Todos ustedes serán destruidos; serán
aniquilados para siempre.
+Católico: Y ¿qué pasará con ustedes, los testigos de Jehová?
—Testigos de Jehová: Nosotros viviremos para siempre en el paraíso
aquí en la tierra.
+Católico: (Dirigiéndose al acompañante del pastor) Mire, no le
haga caso. Se trata de otro cuento de estos amigos, para asustar
a los católicos y llevarlos a su grupo.
COMO EL PERRO
—Testigo de Jehová: Piénsalo bien. Si te quedas con esa gente
pecadora, te sucederá lo que dice la Biblia en 2Pe 2,23:
Les ha sucedido lo que dice el proverbio
verdadero: "El perro vuelve a su propio vómito"
y "la puerca bañada, vuelve a revolcarse en el
lodo" (2Pe 2,23).
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El Bautismo
¿Vale el bautismo de los niños?
¿Cómo hay que bautizar?
¿Para qué sirven los padrinos? Veamos.
Personajes
+ Clemente, católico.
— Evangélica.
Saludo inicial
+Toc, toc, toc.
—¿Quién es?
+Yo, el señor Clemente.
—Un momento por favor. ¡Señor Clemente! ¡Qué gusto de verlo!
+¡Comadrita, tanto tiempo sin vernos! ¿Cómo están?
—Bien. Pásele, por favor.
+Me enteré esta mañana de que habían llegado de los Estados
Unidos y pues luego luego vine a visitarlos. ¡Pues claro! Extrañaba
ya a mis queridos compadres y, claro, a mi ahijado Juanito. Tengo
tantas ganas de verlo. A propósito, ¿dónde están los demás?
—En el centro. Mi esposo salió para arreglar un asunto y se llevó
consigo a Juanito.
+¡Qué lastima! Pero no han de tardar ¿verdad?
—No sé. Pero... señor Clemente, quiero hablarle de un asunto muy
delicado... y la verdad no sé cómo empezar.
+¿Señor Clemente? Oiga, ¿por qué no me dice compadre, como
antes? ¿Qué sucede?
—Bueno... Ese es precisamente el asunto. Sucede que en los
Estados Unidos, tuvimos la oportunidad de estudiar la Biblia y
descubrimos que el bautismo de Juanito no vale y me duele
decirlo. Evidentemente, si el bautismo de Juanito no vale,
nosotros no somos compadres.
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+Comadrita, ¿qué está diciendo usted? ¿Cómo que no vale el
bautismo de Juanito, si lo bautizó el mismísimo padre Próspero?
—Precisamente. Los sacerdotes son los que engañan a la gente,
haciéndole creer que se puede bautizar a los niños, cuando la
Biblia enseña todo lo contrario.
+¿Cómo?
Fe y bautismo
—¡Claro! Mire, aquí tengo la Biblia y se lo voy a enseñar. Pues bien,
la Biblia dice que para bautizarse, primero hay que creer. Veamos
Marcos, capítulo 16, versículo 16:
El que crea y se bautice, se salvará;
pero el que no crea, se condenará (Mc 16,16).
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¿Lo ve, Comadrita? Aquí dice "bautícenlos y enséñenles". Primero
el bautismo y luego la enseñanza.
—¡Pero... es que la Biblia no se puede contradecir!
+Claro que no, comadrita. Lo que pasa es que algunos se meten a
interpretar la Biblia por su cuenta, y por ignorancia o mala
voluntad lo enredan todo. Ahora le voy a explicar la aparente
contradicción entre el Evangelio de Marcos y el Evangelio de san
Mateo: San Marcos dice que para bautizarse primero hay que
creer. ¿Por qué? Porque presenta la primera etapa del cristianismo,
cuando se estaba empezando y lógicamente se tenía que empezar
por los adultos.
Le pregunto: ¿Bautizaría usted a un adulto que no creyera o no
supiera siquiera lo que es el bautismo?
—Pues no.
+Pues, claro que no. Es el caso que presenta San Marcos, la primera
predicación, dirigida a los adultos. ¿Cuál es la condición para
que un adulto sea bautizado? Pues que crea en Cristo, se convierta
y que él mismo pida el bautismo. Siempre se ha hecho así en la
Iglesia.
El libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 2, versículo 38,
que usted leyó, presenta precisamente esta situación. Por eso
dice: "Conviértanse y háganse bautizar", refiriéndose a los
adultos. Ahora la pregunta es: "¿Qué pasaba con los hijos cuando
un adulto se bautizaba?"
—El pastor dice que de ninguna manera tenemos que bautizar a
los niños. Tenemos que dejar que crezcan, hasta que ellos decidan
ser bautizados.
Fe de los padres
+Pero eso no lo dice la Biblia. Mejor, examinemos la Biblia para ver
qué pasaba con los hijos cuando se bautizaba un adulto. Hechos
capítulo 16, versículo del 31 al 33:
Ellos le respondieron: Ten fe en el Señor Jesús y
te salvarás tú y tu familia; y le anunciaron la
Palabra del Señor a él y a todos los de su casa.
Luego, el carcelero llevándolos consigo, les lavó
las heridas e inmediatamente se hizo bautizar
él, con toda su familia (Hech 16,31-33).
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cultura de aquel tiempo, por familia se entendía no sólo los
papás y los hijos; abarcaba también a los servidores y los
esclavos y estos también con sus hijos que evidentemente
también recibían el bautismo.
Ahora bien, en el Evangelio de San Mateo, capítulo 28, versículo
19, se afirma esta etapa, al decir que se puede bautizar primero
y después enseñar. Acuérdese: Bauticen y enseñen.
Pecado original
—Pero, en Hechos, capítulo 2, versículo 38, se dice que el bautismo
sirve para perdonar los pecados. Y Jesús mismo dijo que los
niños no tienen pecado, como vemos en Marcos capítulo 10,
versículo 14:
Dejen que los niños vengan a mí, ¿por qué se lo
impiden? El Reino de Dios es para los que se
parecen a ellos (Mc 10,14).
+Al decir esto, Jesús no quiso afirmar que los niños no tienen
pecado. De hecho, los primeros cristianos utilizaron esta cita
bíblica para afirmar la necesidad del bautismo también para los
niños. En efecto, ¿cómo los niños se pueden acercar a Jesús?
Precisamente mediante el bautismo. ¿Y quiénes son los que se
lo quieren impedir? Ustedes, que niegan la validez del bautismo
para los niños.
—Pero dice que el Reino de Dios es para los que se parecen a ellos.
+Claro, si confiamos totalmente en Dios, si somos humildes y
sencillos, y perdonamos de corazón, nos parecemos a los niños
y entraremos al Reino de Dios.
Ahora le voy a mostrar como la Biblia dice que los niños sí tienen
pecado. Leamos Salmo 51, versículo 7. En algunas Biblias que
ustedes manejan está en el Salmo 51, versículo 5. Veamos:
Mira que malo soy de nacimiento,
pecador desde el seno de mi madre (Sal 51,7).
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Le voy a dar un ejemplo. ¿Se acuerda usted de mi abuelito don
Casimiro?
—¿Cómo no me voy a acordar, si fue el que murió por borracho?
+¿Y recuerda usted como la gente dice que, cuando era joven, era
uno de los más ricos en el pueblo?
—Sí, dicen que tenía muchas tierras y ganado. Por el vicio se lo
acabó todo.
+Así es. Y nosotros heredamos de él sólo miserias y privaciones.
Pues lo que pasó con mi abuelo, es lo que pasó con Adán y Eva.
Ellos perdieron todo y nosotros nacimos privados de la gracia de
Dios. Ah, pero Dios en su infinita misericordia, nos da un
maravilloso medio para recuperar lo que Adán y Eva perdieron y
ese medio es el bautismo. Vamos a leer:
Pues por el bautismo fuimos sepultados junto con
Cristo, para compartir su muerte y así como Cristo
fue resucitado de entre los muertos, también
nosotros hemos de caminar en una vida nueva
(Rom 6,4).
Niños y adultos:
nacimiento según la carne y según el Espíritu
—OK, pero... De todas maneras si el niño no entiende, no sabe lo
que le hacen, ¿cómo puede valer ese bautismo?
+Bueno, para que entienda mejor, vamos a leer el Evangelio de
san Juan capítulo 3, versículos del 5 al 6 dice:
Lo que no renace del agua y del Espíritu, no puede
entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne
es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu (
Jn 3,5-6).
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Mire, comadre, aquí Jesús nos presenta dos maneras de nacer:
una mediante la carne y otra mediante el Espíritu. Mediante la
carne nacemos en un pueblo, en un país. Y le pregunto: ¿cómo
alguien puede pertenecer a un pueblo, con derechos y
obligaciones?
—Con el registro civil.
+Exactamente. Con el registro civil, un niño es mexicano, con
derechos y obligaciones. Pero según recuerdo, a Juanito lo
registraron a los dos meses de edad, él no pidió ser registrado,
y tampoco pidió ser mexicano, porque no tenía uso de razón.
¿Acaso sólo por eso su registro no vale? ¿O no vale el nombre
que le pusieron?
—Mm... pues...
+Claro que vale. Ahora vamos a ver cómo se nace mediante el
Espíritu. Pues bien se nace mediante el Espíritu con el bautismo
y fíjese que aquí no se dice a qué edad. Habla en forma general.
Y al nacer mediante el Espíritu, también entramos a formar parte
de un pueblo, el pueblo de Dios que es la Iglesia. Y dígame, ¿en
un pueblo hay solamente adultos o también hay niños?
—Pues hay de todo.
¿Lo ve, comadre? La circuncisión a los ocho días, y con esto los
niños empezaban a formar parte del pueblo de Dios y no les
preguntaban si querían ser Israelitas o no. Lo mismo le hicieron
a Jesús. El Evangelio de san Lucas capítulo 2, versículo 21 dice:
Al octavo día circuncidaron al niño según la Ley
y le pusieron el nombre de Jesús (Lc 2,21).
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+¿Lo ve, comadre? Con ésto vemos que lo que se le hace a un
niño, sí vale. Valen las vacunas que se le ponen, el alimento que
se le da, el registro civil, el bautismo, todo...
Bautizarse = sumergirse.
—Pero seguramente usted no sabe lo qué quiere decir bautizarse.
Quiere decir "sumergirse". Por eso tiene que ser en el río, no
con chorritos de agua, como se hace en la Iglesia católica.
+Es cierto que bautizar quiere decir sumergir, pero sumergir en el
Espíritu Santo, no en el agua. El agua es sólo un símbolo del
Espíritu Santo. El que lava y purifica es el Espíritu Santo. No el
agua.
Leamos Marcos, capítulo 1, versículo 8:
Pues yo los bautice con agua pero él los bautizara
en el Espíritu Santo (Mc1,8).
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¿Lo ve, comadre? Juan Bautista dice que el verdadero bautismo
no es en el agua, sino en el Espíritu Santo. De hecho, Jesús no
recibió el Espíritu Santo dentro del agua. Veamos Marcos, capítulo
1, versículo 10:
Cuando salió del agua, los cielos se rasgaron para
él y vio al Espíritu Santo que bajaba sobre él como
paloma (Mc 1,10).
Aquí dice: "Cuando salió del agua". Así que Jesús recibió al Espíritu
Santo fuera del agua. Así que al que recibimos en el bautismo es
al Espíritu Santo, que nos lava y purifica. El agua, la paloma y el
fuego, son sólo símbolos del Espíritu Santo.
Padrinos
—Mire, está bien todo esto. Pero ¿dónde en la Biblia se habla de
padrinos? ¿Qué significa la palabra "padrino"?
+Eso es muy sencillo. Padrino quiere decir segundo padre. Los
padrinos se toman la responsabilidad de ayudar a los papás en
la educación cristiana de sus hijos. Si faltan o fallan los padres,
interviene el padrino.
—Pero esto no está en la Biblia.
+Claro que no, comadre, pero no contradice en nada a la Palabra
de Dios. La Biblia dice lo que hay que hacer, pero no dice cómo
hacerlo, dónde o cuándo, etc.
— Y la palabra "compadre", ¿qué quiere decir?
+Es lo mismo. Quiere decir que comparten la responsabilidad de
padres en la educación cristiana del bautizado.
—¡Oiga! ¿Entonces, sí somos compadres?
+¡Pues, claro! Por eso yo nunca dejé de decirle comadre.
—Oiga, compadre, con todo esto, me doy cuenta que el pastor
gordo y pelón que vio usted en la foto, es un irresponsable
+¿Por qué, comadre?
—Porque el día en que me bautizaron, el pastor quiso bautizar a
una viejita que se llamaba Gloria. El pastor la sumergió en el
agua. Pasó un buen rato. Y la viejita no salía y no salía.
Entonces el pastor gritó: "¡Gloria a Dios, hermanos, alabémosle
por sus maravillas, porque la hermana Gloria, ya está en la
gloria!".
Es que se la había llevado la corriente y algunos le fueron a
rescatar unos 200 metros abajo. ¡Por poco se moría! Y el pastor
bien tranquilo.
27
Padre
Para los no católicos, es un error grandísimo
que nosotros católicos llamemos padre al
sacerdote. Dicen que la Biblia lo prohíbe.
Veamos más de cerca este asunto.
Personajes
+ Francisco, católico.
— René, evangélico.
Saludo inicial
—René: (Toc, toc, toc). Hola, Panchito, ¿cómo estás?
+Francisco: Hola, René. ¿Cómo has estado? Hace meses que no
te veía.
—René: Pues fíjate que acabo de regresar de Mexicali.
+Francisco: Seguramente fuiste a visitar a tus primos.
—René: No, me fui a trabajar por unos ocho meses. Ya ves que
aquí en el pueblo, pues no hay mucho trabajo.
+Francisco: Pues, ¡qué bueno que llegaste! El padre Octavio acaba
de preguntarme por ti. Ya ves que se acerca la fiesta patronal y
tú siempre le ayudas en la kermés y en el jaripeo.
—René: Creo que ahora no voy a poder ayudarle. Es más, no tengo
ganas de verlo.
+Francisco: ¿Y eso por qué?
—René: Es que ahora que estuve en Mexicali, estudié un poco la
Biblia y me di cuenta de algunas cosas que están equivocadas
en la Iglesia católica. Por ejemplo, eso que acabas de mencionar.
+Francisco: ¿Los excesos de la fiesta patronal? Pues ya sabes que
el padre Octavio ha querido quitar la costumbre de que la gente
se emborrache, para celebrar más dignamente la fiesta religiosa.
Pero ya ves como es la gente del pueblo.
—René: No, no me refería a eso. Me refiero a que se le diga
28
padre al sacerdote y que nadie corrija esto.
+Francisco: A ver, a ver, ¿Cómo está eso? Cuando me dijiste que
estudiaste un poco la Biblia, no pensé que la cosa estuviera tan
seria. Dime: ¿En qué grupo no católico te andas metiendo?
—René: Pues en uno muy bonito, que se llama Asambleas de Dios.
Allí se estudia la Biblia, se canta y todos se llevan muy bien.
Además, el pastor es mi jefe, y es una muy buena persona.
+Francisco: Mira, nada más adónde fuiste a caer. Aquí todos te
invitaban a entrar en los grupos. Lo que sea de cada quién: tú
eres muy «chambeador». Por eso todos te querían: los
adoradores, los renovados y los de la Acción Católica. Pero nunca
quisiste. Ahora tienes las consecuencias. Mejor vamos a platicar
del tema.
Contexto
+Francisco: Mira, un aspecto muy importante que aprendí con los
Apóstoles de la Palabra es que no basta leer un texto bíblico
aislado. Hay que ver lo que dice el contexto.
—René: ¿Y eso qué es?
+Francisco: Pues lo que está antes y lo que está después. Fíjate
bien. Vamos a leerlo completo.
No se dejen llamar MAESTRO, porque un solo
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maestro tienen ustedes y todos son hermanos.
Tampoco deben decirle PADRE A NADIE en la
tierra, porque un solo Padre tienen: el que está
en el cielo.
No deben hacerse llamar JEFES, porque para
ustedes Cristo es el jefe único (Mt 23,8-10).
Actitud farisaica
—René: Oye, no me había fijado lo qué dice el subtítulo del capítulo
23. Aquí dice: «Jesús acusa a escribas y fariseos».
+Francisco: Así es. Leyendo desde el versículo 1 al 7 nos damos
cuenta de que Jesús estaba indicándoles a sus discípulos que no
imitaran a los escribas y fariseos, que hacían todas sus obras
para ser vistos por los hombres (versículo 5), buscaban siempre
los primeros lugares (versículo 6) y querían que los demás los
llamaran maestros (versículo 7). Los apóstoles y los discípulos
de Cristo no deben tener estas actitudes. Por eso, Jesús les dice
en los versículos 11 y 12:
Que el más grande de ustedes se haga servidor
de los demás, porque el que se hace grande será
humillado y el que se humilla será engrandecido
(Mt 23,11-12).
30
Textos paralelos
—René: ¿Y habrá otros textos para que todo esto quede más
claro?
+Francisco: Así es. A eso se le llama textos paralelos.
—René: ¿Por qué se les llama de esa forma?
+Francisco: Porque son textos que hablan del mismo tema. Es
que no basta leer uno o dos textos bíblicos para saber todo lo
que la Biblia dice acerca de algún tema. Vamos a ver más de
cerca las «supuestas prohibiciones» de Jesús en Mt 23,8-10.
—René: Me parece bien. ¿Por cuál empezamos?
1. Maestro.
+Francisco: Vamos a ver sí se le puede llamar maestro a alguien.
Fíjate bien, si Jesús hubiera prohibido decirle «maestro» a alguien,
¿crees que los apóstoles lo hubieran desobedecido?
—René: Por supuesto que no.
+Francisco: Y menos el apóstol san Pablo. Fíjate que él emplea la
palabra «maestro» para ciertos ministerios o servicios dentro de
la Iglesia. Veamos, por ejemplo, 1Cor 12,28:
En primer lugar están los que Dios hizo apóstoles
en la Iglesia; en segundo lugar los profetas; en
tercer lugar los MAESTROS (1Cor 12,28).
¿Por qué san Pablo dice esto? La cosa es muy sencilla. Es que no
es la palabra «maestro» lo que prohíbe Jesús, sino la actitud de
orgullo o superioridad, que podemos manifestar al tener estos
títulos o estos cargos.
Así que hay textos en la Biblia en los que, sin ningún problema,
se llama «maestros» a algunas personas. Veamos otro ejemplo.
En la Carta a los Hebreos encontramos las siguientes palabras,
dirigidas a los primeros cristianos:
Ustedes deberían ser MAESTROS
después de tanto tiempo (Heb 5,12).
31
2. Jefe, guía o caudillo.
—René: Panchito, ¿qué te parece sí seguimos viendo si se le
puede decir «jefe» a alguien? Ya ves que así le digo a mi papá
y, pues, a este patrón que tuve y que me enseñó tantas cosas
chuecas.
+Francisco: Al buen paso darle prisa. Veamos sólo algunas
recomendaciones que le hace Jetró a su yerno Moisés, en Ex
18,21.
Elige de entre el pueblo hombres capaces,
temerosos de Dios, hombres honrados e
incorruptibles y ponlos al frente del pueblo, como
JEFES de mil, de cien, de cincuenta y de diez (Ex
18,21).
3. Padre.
—René: Ahora pasemos a lo que más me interesa. ¿Se le puede
llamar «padre» a alguien sobre la tierra?
+Francisco: Lo que nos enseñaron los Apóstoles de la Palabra es lo
siguiente: según la Biblia, es apropiado llamarle «padre» a alguien
en dos sentidos: en sentido material o biológico y en sentido
espiritual. Veamos:
—René: Eso suena interesante.
a) En sentido material
+Francisco: Según la Biblia, no hay ningún problema, si le decimos
padre a nuestro papá. Veamos estas palabras de Jesús:
Honra a tu PADRE y a tu madre (Lc 18,20).
b) En sentido espiritual.
—René: Oye, ¿pero habrá algún pasaje bíblico, en que se diga
padre a algún sacerdote?
+Francisco: Por supuesto que sí. ¿Has escuchado hablar de san
Esteban?
32
—René: Claro que sí. Fue el primer mártir, según recuerdo.
+Francisco: Así es. En Hechos de los Apóstoles se nos habla acerca
de él. Dice la Biblia que lo calumniaron y lo llevaron al Sanedrín.
¿Sabes que es el Sanedrín?
—René: He escuchado la palabra, pero no sé que significa.
+Francisco: El Sanedrín era el supremo tribunal de los judíos y
estaba conformado por el Sumo Sacerdote y otros sacerdotes y
dirigentes judíos. En ocasiones, cuándo trataban algún asunto
muy importante, también acudía el pueblo. Pues bien, cuándo
juzgaron a Esteban y le pidieron una explicación, la Biblia dice lo
siguiente:
El Sumo Sacerdote preguntó a Esteban: ¿Es así?
Él respondió:
—Hermanos y PADRES, escuchen (Hch 7,1-2).
Padres en la fe
+Francisco: Los católicos llamamos PADRES en un sentido espiritual
a los sacerdotes, que nos hacen nacer del agua y del Espíritu
cuando nos bautizan (Jn 3,5-6), y que nos alimentan con la
Palabra de Dios y con la Eucaristía.
Ellos son verdaderos padres para nosotros. En muchos aspectos,
ellos siguen el ejemplo de San Pablo, que se consideraba PADRE
de los creyentes:
Aunque hayan tenido muchos maestros en Cristo,
no tienen MUCHOS PADRES. He sido yo quien,
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por el Evangelio, los engendró en Cristo (1Cor
4,15).
Conclusión
+Francisco: Si los apóstoles llamaban con un gran afecto HIJOS
MÍOS a los primeros cristianos, seguramente ellos se dirigían a
los que les predicaron el Evangelio, llamándoles PADRES,
precisamente como hacemos los católicos.
—René: Pues sí. Acabamos de ver que Jesús nunca lo prohibió. Por
eso, de hoy en adelante voy a seguir llamando Padres a los
sacerdotes. Es más, vamos ahorita mismo a ver al Padre Octavio.
Ahora le voy a echar más ganas a la kermés y al jaripeo.
+Francisco: No te me aceleres. Primero déjame invitarte a formar
parte del grupo de Promotores y Defensores de la Fe.
—René: Y ese grupo, ¿a qué se dedica?
+Francisco: Pues a aclarar las dudas de los católicos sobre los
ataques de estos hermanitos, por todos los medios posibles:
visitas domiciliarias, difusión de literatura católica, temas en las
casas, cursos, conferencias y muchas cosas más.
—René: Fíjate que ya me estoy animando. De veras que hace mucha
falta en el pueblo. Yo ya me andaba convenciendo a unos cuantos.
+Francisco: Pues el próximo lunes va a iniciar un curso. Así que te
esperamos en el salón parroquial a las 4 de la tarde.
—René: Entonces, ¿tú también vas a ir?
+Francisco: Pues claro, sí yo lo voy a impartir.
—René: Ya hasta «maestro» me saliste. Nomás no vayas a querer
que te diga «padre» o «jefe».
+Francisco: Cómo crees. Vamos, pues, a ver al padre Octavio.
—René: Vamos.
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María
Otro tema que manejan las sectas para
confundir a los católicos, es el tema de la
Virgen: qué María fue un vaso desechable,
qué María tuvo muchos hijos, etc. Veamos.
Personajes
+ Remedios, católica.
— Simplicia, evangélica.
Saludo inicial
—Señora Remedios, apague por favor esa grabadora. Ya me tiene
fastidiada. Siempre los mismos cantos, pura guadalupana,
guadalupana. Por favor, apáguela.
+Señora Simplicia, ¿qué pasa? Usted también ya me cansó con sus
ataques contra mi fe católica. Pásele de una vez y aclaremos
todo esto. ¿ No se da cuenta de que hoy estamos de fiesta, con
nuestra madre, la Virgen María?
—¿Nuestra madre? Yo sé que solamente tengo una madre.
+¿De veras?
—Además, ¿ por qué llama virgen a María, si María no fue Virgen?
+¿De verdad usted está convencida de lo que está diciendo?
—¡Claro!
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¿Se da cuenta? María concibió en su seno a Jesús por obra del
Espíritu Santo.
EN EL PARTO
—Bueno, pero en el momento en que nació Jesús, como pasa con
cualquier mujer, dejó de ser virgen.
+¿Pero usted está segura de eso, señora Simplicia?
—¡Claro que lo estoy!
+Bueno, ¿acaso usted fue su partera?
—¿Cómo se atreve?
+Usted tiene que explicar cómo se atreve a expresarse de esta
manera de nuestra Madre. Pretende conocer la Biblia y está
demostrando todo lo contrario. Lea el texto de Isaías, capítulo 7,
versículo 14:
He aquí que una VIRGEN concebirá y dará a luz
un hijo, a quien pondrá por nombre Emmanuel
(Is 7,14).
Como ve, María concibe por obra del Espíritu Santo y da a luz
quedando virgen.
—Es que no recordaba esta cita. La voy a apuntar: Isaías, capítulo
7, versículo 14. Bueno en esto estamos de acuerdo. María fue
virgen antes y durante el nacimiento de Jesús.
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hubo ningún accidente automovilístico”. Con esto no quiero decir
que después sí hubo un accidente.
—No, no, no. No se salga de la Biblia.
+Habría que investigar mejor, para ver si después hubo o no tal
accidente.
—Hay que ver lo que dice la Biblia.
+Claro. Veamos el Segundo libro de Samuel, capítulo 6, versículo
32:
Micól no tuvo hijos HASTA el día de su muerte
(2Sam 6,23).
Primogénito
—Eso ya lo entendí. Pero debe darse cuenta de que la Biblia presenta
a Jesús como hijo primogénito. Lo podemos comprobar con Lc
2,7. Esto quiere que María tuvo más hijos. De otra manera, la
Biblia diría unigénito. ¿Se da cuenta?
+Pero, señora, esta manera de pensar no está de acuerdo con la
Biblia. Para la Biblia primer nacido y primogénito es lo mismo.
—¡No puede ser!
+Para los primogénitos existían leyes especiales, que había que
aplicar pronto, sin esperar para saber si se trataba de un hijo
único o del primero entre muchos.
Veamos un texto bíblico que le ayudará a entenderlo. El Evangelio
según San Lucas, capítulo 2, versículos del veintidós al
veinticuatro, dice:
Cuando llegó el día en que, de acuerdo con la Ley
de Moisés, debía cumplir el rito de la purificación
de la madre, llevaron el niño a Jerusalén. Allí lo
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consagraron al Señor, tal como está escrito en
la Ley: «Todo varón primogénito será
consagrado al Señor» (Lc 2,22-24).
Hermanos de Jesús
—Mira, bíblicamente María no puede ser virgen. Veamos en Mateo
capítulo 12, versículos cuarenta y seis y cuarenta y siete:
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando
se presentaron fuera su madre y sus hermanos,
deseosos de hablar con él. Uno le dijo: Mira, tu
madre y tus hermanos están afuera y desean
hablar contigo (Mt 12,46-47).
¿Se da cuenta?
+Este es el plato fuerte de ustedes.
—¡La Biblia dice que María tuvo más hijos!
+Pero, señora Simplicia, si estudiara un poco más, se daría cuenta
de que la palabra «hermano» en hebreo y arameo tiene un
significado más amplio que en nuestro idioma. En efecto, se usa
para toda clase de parentesco, como primo, sobrino, cuñado,
etc. Se usa también para señalar a los componentes de la misma
tribu y del mismo pueblo; a los amigos, a los aliados y al prójimo
en general.
—¿Y la Biblia? Compruébemelo con la Biblia.
+Por supuesto. Veamos Génesis, capítulo 11, versículo veintisiete:
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Terá tuvo tres hijos: Abraham, Najor y Harán.
Harán engendró a Lot (Gén 11,27).
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—¿Cómo me puede caer bien, si está escuchando continuamente
esa clase de música? Que la guadalupana, la guadalupana. Sí,
me caería usted bien, pero si me hiciera caso.
+¿En qué?
—En formar parte de mi iglesia.
+Ahora veo que sí entiende los diferentes significados de la palabra
hermano. También se les llama hermanos, a los que profesan la
misma religión. Bueno, eso es lo importante: que vaya
comprendiendo poco a poco.
Vaso desechable
—Oiga usted: María ¿acaso no fue un vaso desechable? Así me
enseñaron mis pastores. Sirvió para dar a luz a Jesús. Una vez
que hizo esto, ya no sirvió para nada. Precisamente cómo pasa
con cualquier vaso desechable.
+Desechables son las enseñanzas que los pastores han metido en
su cabeza y que usted anda transmitiendo de casa en casa.
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capítulo 10, versos del 1 al 4, se aclara que los hijos de Zebedeo
son Santiago el mayor y Juan, mientras que Santiago el menor y
José, son hijos de Alfeo o Cleofás, y su madre era otra María. En
Juan 19, 25 se dice: Estaban junto a la cruz de Jesús su madre,
la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás. Entonces se
trata de otra María, que seguramente era prima de la santísima
Virgen, ¿sí?
—Mire, señora Remedios, me va a disculpar. Me tengo que retirar,
ya que está por llegar mi esposo. Si no me encuentra, se va a
poner muy nervioso.
+Señora, si a su esposo lo conozco bien, puesto que es mi vecino.
Sé muy bien que su esposo es muy tranquilo. Quien está nerviosa
ahora es usted. De todos modos, ya vamos a concluir. Veamos el
texto de Juan capítulo 19, versos del 25 al 27. Aquí vemos cómo
Jesús, antes de morir, entregó a su madre a un extraño (Jn
19,25-27).
—¿Un extraño?¿Acaso Juan no era hijo de María?
+¿Cómo va a creer esto? Ya le expliqué que Juan era hijo de Zebedeo
y no tiene nada que ver con los hermanos que usted mencionó.
Y entonces, dígame: ¿Dónde estaban esos hermanos de Jesús?
—No sé, tal vez estaban peleados con Jesús.
+Por favor, señora, solamente Jesús era hijo de María. No existen
otros hermanos carnales de Jesús. Fíjese que cuando Jesús se
perdió en el templo, la Biblia habla solamente de María, José y
Jesús. No habla de otros hijos de María. Lo mismo en las bodas
de Caná. Solamente vemos a María y a Jesús. También en la
muerte de Jesús, no hay otros hermanos de Jesús, puesto que
María tuvo solamente un hijo, y este hijo es Jesús.
—Pero ¿cómo es posible que una mujer tenga un hijo y siga
quedando virgen?. Esta es una espina que el pastor me ha metido
en la cabeza. ¿Qué respuesta me da al respecto?
+Muy sencillo, señora. Dígale a su pastor que el poder de Dios es
tan grande, pero tan grande, que, si quiere, puede hacerlo parir
a él, dejándolo virgen.
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La Cruz
Vamos a ver un diálogo sobre el tema de la
Cruz, uno de los platillos más fuertes de los
testigos de Jehová.
Personajes
+ Católica.
— Testigo de Jehová.
Arma
—Disculpe, ¿qué es lo que tiene colgado del cuello?
+La cruz.
—¿La cruz? Y ¿no sabe usted que la Biblia prohíbe adorar ídolos y
que, además, la cruz fue el arma que mató a Jesús?
+Pero nosotros católicos no adoramos la cruz, nosotros solamente
la veneramos, que es muy diferente.
—Bueno, sea que la adoren o que la veneren, de todos modos eso
está mal. Aquí tengo la Biblia. Le voy a aclarar que eso está mal.
+Yo también traigo mi Biblia. La llevo siempre cuando salgo para
las visitas domiciliarias. Dígame, ¿dónde la Biblia dice que la
cruz es un arma? ¿Tiene alguna cita bíblica al respecto?
—No recuerdo la cita. Pero, mire, le voy a poner un ejemplo muy
claro. Si a su papá lo mataran, ¿acaso usted traería colgada en
el cuello la pistola, o el cuchillo, con que mataron a su papá?
Entonces ¿por qué tanto respeto, veneración o adoración hacia
la cruz?
+¿Qué pasó? ¿También usted anda repitiendo la misma bobada de
siempre?
—No es bobada...
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Puerta para entrar en la gloria
+Claro que es una bobada. A ver: ¿dónde está la cita bíblica, que
presenta la cruz como un arma? No existe. Ustedes inventaron
todo este cuento. Sepan que según la Biblia, la cruz no es ningún
arma. Más bien es la puerta por la cual Jesús entró en su gloria,
como vemos en Juan, capítulo 12, versos del 23 al 24:
Por toda respuesta, Jesús declaró: Ha llegado la
hora en que el hijo del hombre va a entrar en su
gloria. En verdad les digo: si el grano de trigo no
cae en tierra y no muere, queda solo, pero si
muere, da mucho fruto (Jn 12,23-24).
—¿?
+Escuche bien. ¿Cómo Jesús entró en su gloria? Pasando por la
cruz. ¿Dónde Jesús murió como grano de trigo? En la cruz.
—No puede ser.
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Primera Carta de San Pablo a los Corintios, capítulo 1, versículos
del 18 al 23:
El mensaje de la cruz, no deja de ser locura para
los que se pierden. En cambio, para los que somos
salvados, es poder de Dios. Mientras tanto,
nosotros proclamamos un Mesías crucificado.
Para los judíos: ¡qué escándalo más grande!; para
los griegos, ¡què locura! (1Cor 1,18-23)
Madero o palo
—Mire, ultimadamente no fue una cruz donde Jesús murió, sino en
un madero, poste o palo, como podemos ver en Hechos de los
Apóstoles, capítulo 5, verso 30:
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El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a
quien ustedes mataron, colgándolo en un madero
(Hech 5,30).
• Letrero • Letrero
sobre las manos. sobre la cabeza.
• Un clavo • Dos clavos
en las manos. en las manos.
45
Clavos:
manos extendidas.
+Extendidas, muy bien. ¿Cuántos clavos tiene?
—Dos.
+Dos clavos, muy bien. Ahora vamos a ver, el dibujo de Jesús
colgado de un palo. ¿Cómo tiene las manos?
—Juntas.
+Juntas. ¿Cuántos clavos tiene?
—Solamente un clavo.
+Sólo un clavo. Ahora vamos a ver qué nos dice la palabra de
Dios al respecto. Veamos Juan, capítulo, 20, versículo 25:
Si no veo en sus manos, la señal de los clavos
(Jn 20,25).
—Ah caray.
+Como ve, aquí se habla de clavos.
—No me había fijado en eso.
+Quiere decir que las manos de Jesús estaban extendidas sobre
una cruz y no una sobre la otra, en un poste.
Letrero:
Encima de la cabeza.
+Ahora vamos a revisar de nuevo los dibujos. ¿Qué te parece? A
ver, la imagen de Jesús clavado en una cruz, ¿dónde tiene el
letrero?
—Encima de la cabeza.
+Muy bien. Y Jesús colgado, ¿dónde tiene el letrero?
—Encima de las manos.
+Encima de las manos. Ahora vamos a ver qué dice el Evangelio de
san Mateo, capítulo 27, verso 37:
Encima de su cabeza habían puesto un letrero,
que decía porque lo habían condenado: este es
Jesús, el rey de los Judíos (Mt 27,37).
46
+Si se hubiese tratado de un palo, Jesús hubiera tenido las ma-
nos juntas. Y la Biblia hubiera dicho que el letrero estaba so-
bre las manos. Si la Biblia dice que el letrero estaba puesto
sobre la cabeza, quiere decir que Jesús tenía las manos sepa-
radas. Por lo tanto, se trataba de una cruz y no de un palo. Así
que anote todo esto en un papelito, para que se lo lleve a su
pastor...
—Ya lo anoté. Está claro que eran dos clavos, que sus manos
estaban extendidas y que el letrero estaba sobre su cabeza.
Eso quiere decir que Jesús murió en una cruz, no en un palo.
Viernes santo:
adoración de la cruz.
—Sólo me queda otra objeción. Ustedes adoran la cruz el viernes
santo. ¿Por qué hacen eso?
+Nosotros no adoramos a la cruz el viernes santo. Lo que hacemos
es adorar el misterio de la cruz; es decir, a Cristo que por nosotros
murió en la cruz. Nosotros adoramos a Jesús que murió en la
cruz, no a la cruz sobre la cual murió Jesús.
—De mi parte, puedo decir que cada vez que veo una cruz, me
da miedo, me siento mal.
+Entonces, ustedes, los testigos de Jehová, se parecen mucho a
Drácula.
—¿A Drácula? ¿Y por qué?
+Porque los dos se espantan con la cruz.
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Alimentos puros
e impuros
Según algunos no católicos, no hay que
comer ciertos alimentos, especialmente la
carne de cerdo, porque nos hacen impuros.
Veamos lo qué dice realmente la Biblia.
Personajes
+ Luis Alfredo, católico comprometido.
— Arturo, evangélico.
•Agapito, católico impreparado.
Saludo inicial
(En un puesto de tacos).
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—Arturo: ¿Qué tal, don Luis? ¿Cómo van las ventas?
+Luis Alfredo: Pues muy bien. Con clientes como Agapito, el negocio
va viento en popa. ¿Qué te sirvo, Arturo?
—Arturo: Pues una orden de tacos de bistec.
+Luis Alfredo: De veras. Siempre se me olvida que no puedes comer
carne de cerdo.
•Agapito: ¿Y eso por qué?¿ No me digas que también estás a dieta
como yo? ¿O seguramente te los prohibió el doctor? Yo por eso no
me paro en la clínica. Luego luego le quieren quitar a uno lo más
sabroso.
—Arturo: Nada de eso, Agapito. Lo que pasa es que la Biblia lo
prohíbe.
•Agapito: A ver, ¿cómo está eso? ¿Cómo que la Biblia lo prohíbe? Si
nunca nos han dicho nada en la Iglesia. Y eso que los padres estudian
mucho para llegar a ser curas.
—Arturo: Es que en la Iglesia Católica no dicen la verdad. (Arturo
saca su Biblia y dice:) Déjame leerte un texto bíblico que te va a
convencer de lo que digo. Es Levítico, capítulo once, versículos
del uno al tres, y del siete al ocho.
Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciéndoles:
Hablen a los hijos de Israel y díganles: Estos son
los animales terrestres que pueden comer.
Comerán el animal de pezuña partida, hendida
en dos uñas y que rumia. El CERDO, que tiene la
pezuña partida, hendida en dos uñas, pero no
rumia, será impuro para ustedes. Ustedes no
comerán su carne y tampoco tocarán su cadáver:
serán impuros para ustedes (Lev 11,1-3.7-8).
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que soy católico de hueso colorado y que los sábados doy ca-
tecismo. Por eso, ya que se presentó la oportunidad, quiero
aclararte algunas cosas.
—Arturo: Adelante, don Luis Alfredo. Ya sabe cómo lo respeto.
+Luis Alfredo: Por eso los católicos tenemos más en cuenta el Nuevo
Testamento. Si el Antiguo Testamento dice algo, nos
preguntamos: qué dice el Nuevo Testamento. Te voy a poner
dos ejemplos: El Antiguo Testamento dice: Hay un solo Dios
(Gén 1,1). El Nuevo Testamento dice: Sí, hay un solo Dios, pero
en tres personas: el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo (Mt
28,18-19). El Antiguo Testamento dice: «Ojo por ojo y diente
por diente» (Deut 19,18-21), pero el Nuevo Testamento dice:
«No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la
mejilla derecha, ofrécele también la otra» (Mt 5,39).
•Agapito: Órale, hasta yo le entiendo. ¿Quiere decir que el Antiguo
Testamento es inferior al Nuevo Testamento? ¿O qué siempre hay
50
que ver lo qué dice el Nuevo Testamento?
+Luis Alfredo:Las dos cosas, Agapito. Me da mucho gusto que
pongas atención.
—Arturo: Pero todavía no me dice nada de la carne de cerdo.
+Luis Alfredo:Vamos para allá.
•Agapito: ¿Entonces quiere decir que las cosas que como, no pueden
hacerme impuro? Pero si me hacen impuro, por ejemplo, las malas
palabras que salen de mi boca.
+Luis Alfredo: Efectivamente, Agapito. Por eso podemos comer de
todo, hasta la carne de cerdo, porque no puede hacernos impuros.
—Arturo: Pero no hay ninguna cita bíblica dónde se señale que
podemos comer de todo. ¿O si?
+Luis Alfredo: Claro que si, Arturo. Y te pido que la busques en tu
Biblia. Se trata de la Primera Carta a Timoteo, capítulo cuatro,
versículos cuatro y cinco.
Todo lo que Dios ha creado es bueno y NINGÚN
ALIMENTO ESTÁ PROHIBIDO, siempre que lo
tomemos dando gracias a Dios, pues es
santificado por la Palabra de Dios y la oración
(1Tim 4,4-5).
•Agapito: Órale, ¿o sea que hay que dar gracias a Dios al tomar los
alimentos y con eso quedan ya santificados? Lo que más claro me
queda es que podemos comer de todo.
+Luis Alfredo: Pues, como decías hace rato: eso depende de lo
que te diga el médico.
—Arturo: Mire, don Luis Alfredo, yo no había leído esto en la Biblia.
Usted sabe que apenas me acabo de cambiar de religión. Pero si
me dice algún otro texto que me aclare más, pues le prometo
que empezaré a pensar seriamente en regresar a la Iglesia
católica.
51
•Agapito: La riegas, Arturo, si con los textos que te dio don Alfredo,
está más claro que el agua: PODEMOS COMER DE TODO. En
todo caso, el que puede prohibirnos comer ciertos alimentos es el
médico, porque la Biblia dice muy claro que ningún alimento está
prohibido, siempre que lo tomemos dando gracias a Dios.
+Luis Alfredo: Vaya, tú ya agarraste «la onda». Pero deja que le dé
a Arturo otro texto bíblico. A ver, busca Colosenses, capítulo
dos, versículo dieciséis.
Por eso, que nadie los venga a criticar por LO
QUE COMEN Y BEBEN (Col 2,16).
Despedida
•Agapito: Ahora sí que te salió el tiro por la culata. Tú llegaste criticando
a los padres, dizque porque no nos enseñan la verdad. Y ahora la
Biblia te dice que no andes criticando a los católicos por lo que
comen o beben.
+Luis Alfredo: Lamento decirlo, pero Agapito tiene razón.
—Arturo: Pues sí que me cuestiona esta plática. Como le dije, voy
a pensar seriamente en regresar a la Iglesia Católica. Y me
gustaría que usted me diera clases de Biblia.
•Agapito: Siendo así las cosas, yo también me apunto.
+Luis Alfredo: Pues ustedes dicen cuándo empezamos.
—Agapito y Arturo (al mismo tiempo): Pues, mañana mismo.
52
Imágenes
El tema de las imágenes representa el
caballo de batalla de las sectas.
Veamos este diálogo.
Personajes
+ Católica.
— Testigo de Jehová.
•Ayudante de la testigo de Jehová.
Saludo inicial
(Testigo de Jehová con su ayudante).
—¿Nos permite pasar unos minutos? Nosotras vamos de casa en
casa, llevando las buenas nuevas de Jehová.
+¿A qué grupo pertenecen?
—Nosotras somos inconfundibles: somos estudiantes de la Biblia.
+Entonces son católicas, porque yo también soy estudiante de la
Biblia. En mi parroquia se dan estudios bíblicos y yo acudo a
ellos.
—No, mire. No somos católicas.
Imagen e ídolo
+¡Oh! Eso ya no me gustó.
—Nosotras queremos enseñarle muchas cosas que están en la Biblia
y que ustedes los católicos no saben. Por ejemplo, ¿por qué
ustedes tienen imágenes? En realidad la Biblia las prohíbe, como
vemos en Éxodo, capítulo veinte, versículo cuatro:
No debes hacerte una imagen tallada, ni una
forma parecida, o cosa alguna que esté en los
cielos arriba, o que esté en la tierra debajo, o
53
que esté en las aguas debajo de la tierra (Ex
20,4).
54
textos bíblicos en los que vemos claramente como Dios ordena
que se hagan imágenes:
Asimismo harás dos querubines de oro macizo
labrados a martillo y los pondrás en las
extremidades del lugar del perdón, uno a cada
lado (Ex 25,18).
Adorar y venerar
—Y es precisamente lo que ustedes los católicos hacen con las
imágenes y las estatuas. Las llevan en procesión, las besan, les
ponen flores y velas, se arrodillan delante ellas, etc. Esto es
pecado a los ojos de Jehová, puesto que al hacer esto, las están
adorando.
Son tontos los que llevan en procesión una
estatua de madera y rezan a un dios incapaz de
salvarlos (Is 45,20).
+Sí, sí son tontos los que creen que una estatua tiene el poder de
salvar a uno. Pero no es eso lo que enseña la Iglesia católica. O
para ustedes, ¿es lo mismo adorar y venerar?
55
—¡Claro que es lo mismo!
+Para nosotros “adorar” es reconocer a una persona o a un ob-
jeto como ser supremo, creador y dueño de todo. En cambio
“venerar” quiere decir respetar.
Nosotros adoramos solamente a Dios, un solo Dios, como dice
Mateo, capítulo cuatro, versículo diez:
Adorarás solamente a Dios y a Él solo servirás
(Mt 4,10).
56
Cuando Pedro entraba, salió Cornelio a su en-
cuentro y cayó postrado a sus pies. Pedro lo le-
vantó, diciéndole: Levántate, que también yo
soy hombre (Hech 10,25-26).
57
¿Cómo estuvieron? De rodillas, delante del Arca de la Alianza,
expresando respeto. Eso es lo que llamamos venerar. En efecto,
los israelitas no estaban adorándola, aunque estaban postrados
delante del Arca.
—Algo que a mí me llama la atención es ver que una persona como
usted, tan inteligente, tan culta... pueda tener tantos errores
doctrinales en campo bíblico. Por ejemplo, ¿usted sabía que Jesús
se bautizó a los treinta años? ¿Usted sabía que el arma que
mató a Jesús fue la cruz, por lo que no hay que traerla colgada
al cuello, como hacen los católicos?
+Cómo siempre, ¿no? Saltando como chapulines.
58
+¿Y después que salió de ahí, no fue a consultar a un psiquiatra?
—¿A un psiquiatra?
+¡Pues sí! Usted hizo de verdad una bonita payasada. Pero una
persona que está cuerda, nunca va a pensar que una estatua va
a caminar. Si eso sucediera, saldríamos todos corriendo de los
templos. ¿No?
No confunda las cosas. Sencillamente las imágenes y las estatuas
de los santos son como las fotografías o los retratos de un ser
querido. ¿Para qué sirven? Para acordarnos de Jesús, la Virgen
María y los santos. Al mismo tiempo, le pedimos a Jesús, María
y a los santos, no a sus imágenes, que nos ayuden a vivir el
Evangelio y alcanzar la salvación.
59
—Es que ustedes dijeron que quemaron todas las imágenes y
por lo que veo no es cierto. Entonces yo las quiero ayudar a
quemar estas otras, para que no sigan pecando
•No, no, no mi credencial. (ayudante)
—Mi dinero, ¿cómo va a quemar mi dinero?(responsable)
+Así que, según ustedes, es malo quemar las imágenes que están
en las credenciales y el dinero, pero es bueno quemar las
imágenes de los santos.
•Lo que pasa es que ella me enseñó así; yo no sabía. (Ayudante)
—Vámonos. (responsable)
+Bueno, hay que aprender a utilizar la inteligencia. No sea como
las computadoras, que están programadas para hacer algo y de
ahí no pasan. ¿No le han enseñado que usted y yo estamos
hechas a imagen y semejanza de Dios, como se ve en Génesis,
capítulo uno, versículo veintiséis?
Hagamos al hombre
a nuestra imagen y semejanza (Gén 1,26).
60
Trinidad
Según los testigos de Jehová, no existe la
Trinidad, es decir, ellos niegan la existencia
de un solo Dios en tres personas, el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo. Veamos lo que dice
la Biblia al respecto.
Personajes
+ Guadalupe, católica.
— Raquel, testigo de Jehová.
• Sara, acompañante de la testigo de Jehová.
Saludo inicial
—Raquel y Sara: (Toc, toc, toc).
+Guadalupe: Buenos días. ¿En qué puedo servirles?
—Raquel: Buenos días, mi nombre es Raquel y el de mi compa-
ñera es Sara. Venimos a hablarle un poco de la Palabra de
Dios.
+Guadalupe: Mi nombre es Guadalupe, pero pueden decirme
Lupita. Ahora, disculpen la pregunta, ¿pero podrían decirme a
qué grupo religioso pertenecen?
—Raquel: Somos estudiantes de la Biblia. Por eso estamos aquí,
para hablarle de la Santa Palabra de Jehová.
+Guadalupe: Por favor, no me vengan con esos cuentos tan
temprano. Digan, por favor, ¿a qué grupo religioso pertenecen?
—Raquel: Por favor, hermana, no se exalte. Mi compañera y yo
somos testigos de Jehová.
+Guadalupe: Ya me lo imaginaba.
—Raquel: El día de hoy estamos regalando este folleto con un
tema muy importante: «¿Debería usted creer en la Trinidad?»
+Guadalupe: ¡Qué interesante! Y, ¿podría usted decirme cuál es la
postura de los testigos de Jehová sobre este tema? Pásenle, por
favor, tomen asiento mientras voy por mi Biblia.
61
Un mito pagano
—Raquel: Espero que no vaya a molestarle, pero la Trinidad es
un cuento inventado por los paganos y copiado después por
los católicos. ¿Sabía usted que los egipcios ya creían en una
trinidad, compuesta por tres dioses: Osiris, Horus e Isis? Lo
mismo ocurría en la India, donde la trinidad estaba conforma-
da por Brahma, Visnú y Siva.
+Guadalupe: Mire, por lo que tengo entendido, los egipcios y los
hindúes no creían en la Trinidad. Lo que usted me presenta es
una triada, es decir, un conjunto de tres dioses, escogidos entre
muchos otros dioses adorados por estos pueblos. Es muy
distinto el concepto de Trinidad, enseñado por la Biblia y, por
tanto, por la Iglesia católica.
Terminología
—Raquel: Oiga, pero yo casi he leído completa la Biblia y nunca
he encontrado la palabra Trinidad.
+Guadalupe: Es comprensible. La palabra Trinidad fue utilizada
por primera vez en el siglo II por Tertuliano, un teólogo católico.
Como usted dice, no aparece en la Biblia. Lo que aparece en la
Biblia es la existencia de un solo Dios en tres personas distintas.
•Sara: Como que no alcanzo a comprenderle.
+Guadalupe: Lo voy a poner un ejemplo para que me entienda.
En el capítulo 3 del Génesis, donde se narra la desobediencia
de Adán y Eva, nunca se utiliza la palabra «pecado». Sólo se
nos describe la rebeldía de nuestros primeros padres, que
deciden desobedecer un mandamiento de Dios. Pues bien con
el tiempo se le llama «pecado» a la enseñanza bíblica que
señala que desobedecer a Dios es un acto grave de rebeldía.
Así que primero existe la enseñanza y después se le busca el
nombre más apropiado para expresar dicha enseñanza.
•Sara: Como que ya le voy entendiendo.
—Raquel: Pues yo todavía no sé que tiene que ver esto con la
Trinidad.
Un solo Dios
+Guadalupe: Ahora mismo voy a explicarles. La Biblia es muy clara
al afirmar que existe un solo Dios. En eso ustedes y nosotros
estamos completamente de acuerdo.
Adorarás al Señor tu Dios
y a él solo servirás (Mt 4,10).
62
—Raquel: Así es. Esto está clarísimo en la Biblia.
El Padre es Dios
+Guadalupe: También en la Biblia está claro que el Padre es Dios.
PADRE NUESTRO que estás en el cielo (Mt 6,9).
—Raquel: De acuerdo.
El Hijo es Dios
+Guadalupe: Donde empiezan las dificultades es cuándo hablamos
de Jesús. Pues bien, hay muchos textos en los que se aclara que
Jesús es Dios. Por ejemplo, uno que está clarísimo es Jn 20,28,
donde Tomás se dirige a Jesús con estas palabras:
Señor mío y DIOS MÍO (Jn 20,28).
63
El propio Espíritu RUEGA POR NOSOTROS, con
gemidos y súplicas que no se pueden expresar
(Rom 8,26).
•Sara: (sorprendida) ¡Pero si son las mismas palabras! Sólo que San
Pablo dice que son palabras que dijo el Espíritu Santo y el profeta
Isaías dice que se las dijo el mismo Dios. ¡Qué interesante!
Santísima Trinidad
+Guadalupe: Tienes mucha razón, Sara. El Espíritu Santo es Dios.
Y aquí es donde entra la doctrina de la Trinidad. Fíjense bien:
por una parte la Biblia aclara que hay un solo Dios, pero por el
otro, afirma que el Padre es Dios, que el Hijo es Dios y que el
Espíritu Santo es Dios. Sin embargo, no pueden ser tres dioses.
Por eso los católicos creemos que existe un solo Dios en tres
64
personas distintas. Y a esta enseñanza bíblica los católicos le
llamamos Santísima Trinidad.
—Raquel: Nunca lo había visto de esta manera.
•Sara: Y yo menos.
+Guadalupe: Sólo me resta mostrarles algunos textos bíblicos, en
los que aparecen las tres personas divinas:
-Bautismo de Jesús.
En cuanto salió del agua, vio que los cielos se
rasgaban y que el ESPÍRITU, en forma de paloma,
bajaba sobre él. Y se oyó una VOZ que venía de
los cielos: «Tú eres mi HIJO amado; en ti me
complazco» (Mc 1, 10-11).
- Predicación apostólica.
Dios resucitó a este JESÚS, de lo cual todos
nosotros somos testigos. Y exaltado a la diestra
de Dios, ha recibido del PADRE el ESPÍRITU
SANTO prometido (Hech 2, 32-33).
- Fórmula bautismal.
Vayan y hagan discípulos a todas las gentes,
bautizándolas en el nombre del PADRE, Y DEL
HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO (Mt 28, 19).
65
Una vez más encontramos al mismo tiempo al Padre, al Hijo y
al Espíritu Santo.
Conclusión
+Guadalupe: Como pueden ver, ahora sí puedo responderles la
pregunta que me hicieron al inicio de esta conversación. Si, si
debería yo creer en la Trinidad.
—Raquel: Francamente me ha dejado muy pensativa. Hablaré con
mi pastor, para que me explique mejor este asunto.
•Sara: Discúlpame, Raquel, yo prefiero seguir escuchando a Lupita.
En realidad, en este tiempo que he estado contigo, más que nada me
ha llenado la mente de confusiones. Discúlpame por el tiempo que
te hice perder. Es que no sabía nada de Biblia, me encontraba en
una fuerte depresión y tú llegaste hablándome de Dios. Por eso te
escuché y seguí tus consejos. Pero ahora me doy cuenta de que con
tus ideas me siento peor que antes. Mejor regreso a mi Iglesia, de la
que nunca tenía que haberme salido.
+Guadalupe: Que bueno que tomaste esta decisión. Bienvenida
de nuevo a la Iglesia católica, la única fundada por Cristo y
depositaria de la auténtica enseñanza bíblica.
66
Confesión
¿Será cierto que no debemos confesarnos
con un sacerdote?
Es lo que veremos en este diálogo.
Personajes:
+ Remedios: Católica comprometida.
• Inés: Católica, prima de Juanita y Betsabé.
— Juanita: Evangélica.
•• Betsabé: Evangélica.
Saludo inicial
+Remedios: Hoy es primer viernes de mes. Voy a pasar por mi
comadre Inés para que vayamos a confesarnos. (Toc, toc.) Buenas
tardes, comadre Inés. ¿Cómo amaneció?
•Inés: Muy bien, comadre Remedios. Pásale, por favor.
+Remedios: Vengo a ver si ya estás lista para ir a confesarnos.
Acuérdate que hoy es primer viernes de mes.
•Inés: Fíjate que ahorita no voy a poder acompañarte, porque tengo
unas visitas. Vinieron a visitarme unas primas. Pásale para que las
conozcas. También ellas estudian la Biblia como tú.
+Remedios: ¡Oh que bueno!
•Inés: Comadre Remedios, te presento a mi prima Juanita y a mi prima
Betsabé.
+Remedios: Mucho gusto.
—Juanita y Betsabé: El gusto es nuestro, señora Remedios.
Maldito el hombre
que confía en otro hombre
+Remedios: Gracias. ¿Así que ustedes estudian la Biblia? ¡Cuánto
gusto me da! Yo también asisto a un grupo bíblico.
67
—Juanita: Por lo visto, usted apenas está empezando a conocer
la Biblia, porque escuché que va a ir a confesarse. ¿Qué no ha
visto que la Sagrada Escritura no aprueba esa costumbre de los
católicos?
+Remedios: Ah, pero ustedes no son católicas.
—Juanita: Por supuesto que no. Hoy hace dos meses que nos
salimos de Babilonia la Grande. Ahora somos evangélicas.
+Remedios: Muy bien. Ahora que ya sabemos de qué lado está
cada una de nosotras, dígame, ¿en qué parte de la Biblia se
habla en contra de la confesión?
—Juanita: Pero, ¿por qué me lo pregunta? Seguramente usted ni
siquiera trae su Biblia.
+Remedios: Afortunadamente nunca salgo a la calle sin mi Biblia.
Dígame la cita bíblica, por favor, para que podamos examinarla
juntas.
—Juanita: Empecemos por examinar Jeremías, capítulo diecisiete,
versículo cinco. Betsabé, haz el favor de leerlo.
••Betsabé: Por supuesto, Juanita. Aquí está ya. Jeremías, capítulo
diecisiete, versículo cinco.
Maldito el hombre
que confía en otro hombre (Jr 17,5).
68
••Betsabé: Amén. Aquí está. Voy a leerlo.
Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a
ustedes. Reciban el Espíritu Santo; a quienes
ustedes PERDONEN LOS PECADOS, les queden
perdonados; a quienes no se los perdonen, les
queden sin perdonar (Jn 20,21-23).
69
••Betsabé: ¿Entonces se refiere al poder de perdonar los pecados?
+Remedios: Claro que si, Betsabé. Se ve que estás poniendo
atención a lo que dice la Palabra de Dios. Te felicito.
Aquí no se dice que hay que ir a confesarse. Sólo dice que hay
que reconocer nuestros pecados y que Dios nos perdonará. Nada
de que hay que ir con un sacerdote, para confesar nuestros
pecados.
70
Escritura. Por lo que veo, el pastor nos estaba engañando como a
unas niñas.
—Juanita: Tienes razón, Betsabé. Remedios me ayudó a descu-
brir que la Biblia no está en contra de la confesión. Y yo que
me salí de la Iglesia Católica cuando me explicaron este asun-
to. Siendo así, regresemos a la Iglesia Católica.
••Betsabé: Para ir más en serio, ¿Qué te parece si aprovechamos hoy
mismo para ir a confesarnos?
—Juanita: Muy buena idea, Betsabé. Vamos a confesarnos.
+Remedios: ¡Cuánto gusto me da, Juanita y Betsabé! Que les parece
si nos preparamos para hacer una buena confesión con este
folleto escrito por el Padre Amatulli.
—Juanita: ¿De que libro se trata, amiga Remedios?
+Remedios: De este folleto llamado «Ven, Espíritu Santo». Aquí,
en la página 44, explica cómo hacer un buen examen de
conciencia.
•Inés: Hagamos, pues, un buen examen de conciencia, para que luego
podamos hacer una buena confesión.
71
Sábado
Para los adventistas del séptimo día,
la observancia del día sábado
es fundamental para pertenecer
a la verdadera Iglesia de Cristo.
Veamos la respuesta católica.
Personajes
+ Domingo, católico.
— Débora Gómez, adventista.
Saludo inicial
—Buenos días, señor Domingo.
+Buenos días.
—Soy la señora Débora Gómez, vecina de aquí enfrente.
+¡Ah sí! Es usted la que asiste al templo adventista, que está aquí
a dos cuadras, ¿verdad?
—Así es. Me gustaría conversar con usted sobre la Biblia. No sé si
pueda atenderme en estos momentos.
+¡Ah! Sí, claro. Pase, por favor.
—Gracias, muy amable.
+Tome asiento, por favor.
—Gracias. Lo visito porque quiero compartir con usted las verdades
fundamentales de la Santa Biblia, la Palabra de Dios. Yo sé que
usted es católico; lo he visto asistir cada domingo a la Misa. Y la
verdad es que me da tristeza ver que usted, una persona tan
buena, no conozca la Palabra de Dios.
+Pero, ¿por qué dice eso?
El Decálogo
—Porque se nota. Por ejemplo, usted no guarda el sábado, sien-
72
do que es uno de los mandamientos que el Señor nos entregó
en el Decálogo.
Se llama decálogo a los diez mandamientos de la Ley de Dios.
Se lo explico porque estoy segura que usted no lo sabe. Quiero
que usted lo compruebe por sí mismo, leyendo las Santas
Escrituras.
+Bueno, pues vamos a ver.
—Leamos, en primer lugar, el libro del Éxodo, capítulo veinte,
versículos del ocho al once:
Acuérdate del día del SÁBADO para santificarlo.
Trabaja seis días y en ellos haz todas tus faenas;
pero el día séptimo es día de descanso,
consagrado a Jehová tu Dios, pues en seis días
Jehová hizo el cielo y la tierra, el mar y todo
cuanto hay en ellos; pero el SÉPTIMO DÍA Jehová
descansó y por eso bendijo el sábado y lo hizo
sagrado (Ex 20,8-11).
73
misma Biblia dice que Dios siempre trabaja. En el Evangelio de
San Juan, capítulo cinco, versículo diecisiete, dice:
Mi Padre trabaja hasta ahora,
y yo también trabajo (Jn 5,17).
Además, por lo que se refiere a esta cita bíblica, hay que tener
en cuenta que se trata de un texto del Antiguo Testamento. En
la Biblia existen dos Testamentos: el Antiguo Testamento, que
se estableció con Moisés en el monte Sinaí y el Nuevo Testamento,
que se estableció con Cristo en el Monte Calvario. A nosotros
nos interesa saber lo que dice el Nuevo Testamento.
Ejemplo de Jesús
—Muy bien. Yo le puedo demostrar que el Nuevo Testamento
también nos enseña que tenemos que guardar el día sábado.
Ponga atención: Lucas, capítulo cuatro, versículo dieciséis, dice:
Llegó a Nazaret donde se había criado y, según
acostumbraba, fue el SÁBADO a la sinagoga (Lc
4,16).
74
¿Lo ve usted? Jesús fue sometido a la Ley de Moisés, conteni-
da en el Antiguo Testamento, para liberarnos de esa Ley. Así
que es verdad que Jesús iba los sábados a la sinagoga, fue
circuncidado, fue presentado al templo, etc., todo según la Ley
del Antiguo Testamento.
¿Y todo esto para qué? Para liberarnos a nosotros de esa Ley.
—Pero Jesús nos invita a seguir su ejemplo, por eso nosotros
queremos imitarlo.
Les he dado ejemplo
para que hagan lo que yo he hecho (Jn 13,15).
75
¿Qué pasó? Jesús no respetaba el descanso del sábado. Pero
siga leyendo, no se detenga.
Jesús le replicó: Mi Padre sigue trabajando; Yo
también trabajo. Por eso tenían ganas de acabar
con él, porque además de quebrantar la ley del
sábado, se igualaba a Dios llamándolo su propio
padre (Jn 5,17-18).
¿Por qué los judíos querían acabar con Jesús? Por quebrantar la
ley del sábado. Así que, según los expertos conocedores de la
Ley de Moisés de aquel tiempo, Jesús no respetaba el sábado.
¿Lo ve usted? San Pablo dice que nadie los venga a criticar por
no respetar el sábado. Aquí se ve que los primeros cristianos no
guardaban el sábado.
76
Una señal para el pueblo de Israel
—Entonces porqué en la Biblia hay textos clarísimos, en donde se
ve que la observancia del sábado es algo sagrado y que se debe
transmitir de generación en generación.
Por ejemplo, en el libro del Éxodo, capítulo treinta y uno, versículo
doce y trece, se dice:
Jehová dijo a Moisés: Habla tú a los hijos de Israel
y diles: no dejen de guardar mis sábados, porque
el sábado es una señal entre ustedes y yo, de
generación en generación (Ex 31,12-13).
77
Eliminó la Ley con sus preceptos y sus obser-
vancias. Hizo la paz, al reunir los dos pueblos
en su persona, creando de los dos un solo hom-
bre nuevo (Ef 2,15).
• No encender el fuego.
(Ex 25,3).
• No llevar cargas.
(Jer 17,21-22).
78
• No comprar ni vender.
(Neh 10,32).
• Ofrecer holocaustos.
(Núm 28,9-10).
Domingo
—Oiga: ¿dónde aprendió usted tanto? Se ve que conoce bastante
la Biblia.
+Tomé los cursos bíblicos, que imparten los Apóstoles de la Palabra.
Pero usted tiene prisa ¿verdad? Así que le explicaré rápidamente
las razones que tenemos los católicos para guardar el día
domingo.
Para nosotros, el día más importante es el día en que resucitó el
Señor Jesús. Veamos la Primera Carta de San Pablo a los Corintios,
capítulo quince, versículos del catorce al diecisiete:
Si Cristo no fue resucitado, nuestra predicación
ya no contiene nada, ni queda nada de lo que
creen ustedes. Si Cristo no resucitó, ustedes no
pueden esperar nada de su fe y siguen con sus
pecados (1Cor 15,14-17).
79
representa la base de nuestra fe. Pues bien, ¿sabe usted en
que día resucitó Jesucristo?
—Pues usted dice que el día domingo.
+No, hermana, no lo digo yo. Lo dice la Palabra de Dios. El evan-
gelio nos dice que Jesús resucitó el primer día de la semana.
El primer día de la semana, muy de mañana,
fueron al sepulcro... se presentaron dos
hombres... que les dijeron: «No está aquí, ha
resucitado» (Lc 24,1-6).
¿Lo ve usted? «Cada domingo». Con esto vemos que el día que
los apóstoles guardaron no fue el sábado o séptimo día, sino el
primer día de la semana, que pronto se empezó a llamar domingo,
es decir, «día del Señor». ¿Qué le parece todo esto?
—Es que yo no estoy muy preparada. ¿Qué tal si la próxima vez le
traigo a mi pastor?
+Bueno, lo que pasa es que usted misma tiene que aprender a
investigar. De todos modos, si se pone en ese plan, pues yo
también traigo a mi pastor alemán.
80
Alma
¿Será cierto que el alma muere con el
cuerpo? Es lo que veremos en seguida.
Personajes
+ Víctor, promotor y defensor de la fe.
— Testigo de Jehová.
• Casimiro, católico impreparado.
Ambientación
(Es el 2 de noviembre, fiesta de los fieles difuntos. Casimiro
vende flores en la puerta de su casa ubicada cerca de un
cementerio; su hermano Víctor es promotor y defensor de la fe.)
81
—Testigo de Jehová: Se nota: No conoce la Biblia.
•Casimiro: Tiene razón, todavía no la conozco; pero ya la voy a estu-
diar. Pero, si quiere platicar con alguien que si conoce de Biblia, ora
verá... ¡Víctor! ¡Víctor! (Gritando).
+Víctor: ¡¿Qué?! (Contesta desde adentro)
•Casimiro: ¡Ven, que aquí te buscan!
+Víctor: ¡Voy!
—Testigo de Jehová: Y ¿quién es Víctor?
•Casimiro: Es mi hermano. (Dice con orgullo)
+Víctor: ¿Quién me busca?
•Casimiro: Pues aquí la seño, que dice que cuando uno muere, muere
con todo y alma... y que no sirve de nada rezar por los difuntos o
llevarle flores, que porque su alma no existe.
—Testigo de Jehová: Pero eso no lo digo yo; lo dice la palabra de
Jehová.
+Víctor: Casimiro, hazme un favor, tráeme la Biblia.
•Casimiro: Sale y vale.
El alma muere
—Testigo de Jehová: Como le decía al joven, la Biblia dice que el
alma muere con el cuerpo. Se lo voy a demostrar: Leamos, por
ejemplo, Eclesiastés 9,5
Porque los que viven saben que han de morir.
Pero los muertos nada saben, ni tienen más paga;
porque su memoria es puesta en olvido. Todo lo
que te viniere a la mano para hacer, hazlo según
tus fuerzas; porque en el sepulcro a donde tu vas,
no hay obra, ni industria, ni ciencia ni sabiduría
(Ecl 9,5).
82
¿Ya ve? En el día de la muerte perecen los pensamientos. Eso
quiere decir que el alma muere.
+Víctor: Pero señora, el salmista sólo habla del aspecto material y
humano, hay muchos que confían en la gente poderosa, en los
nobles según la sociedad, en los que creen poderlo todo por su
posición económica y se creen dueños del mundo. El salmista
dice: no confíen en ellos, el día de la muerte de veras perecen
sus pensamientos, es decir su orgullo, su poder, sus sueños de
grandeza... Todo se acaba. (Llega Casimiro, corriendo)
—Casimiro: Aquí está la Biblia. Perdón por la tardanza.
+Víctor: No te preocupes, Casimiro, no hay problema. Gracias.
83
—Testigo: ¡Usted me está insultando!
•Casimiro: ¿Por qué se enoja, si usted lo está diciendo?
Antiguo Testamento
+Víctor: Mire, señora, usted está tomando textos aislados del
Antiguo Testamento cuando la revelación aún no llegaba a su
plenitud. Se pensaba que la vida era solo en este mundo, no
veían una vida mas allá, y al observar cómo en los hombres y en
los animales, con la muerte sucedía lo mismo, es decir, en ambos
casos había descomposición del cuerpo, concluyeron que no había
diferencia, pues los dos iban al sepulcro, los dos tenían el mismo
fin.
84
•Casimiro: No le huya, no le huya, ¿No que muy salsa?
+Víctor: Lea, por favor.
—Testigo: Está bien
+Víctor: Versículo 9 y 21 por favor.
—Testigo:
Si cumplen mis mandamientos y mis leyes y
obran rectamente -dice Jehová- ese hombre es
justo y vivirá. Pero si el malo se convierte de
todos los pecados que ha cometido y hace lo que
es justo y bueno, vivirá, sin duda, no morirá (Ez
18, 9.21).
El alma no muere
—Testigo de Jehová: Está bien, pero compruébeme usted que la
Biblia dice que el alma no muere... Jamás la Biblia dice claramente
que el alma no muere. Esos son inventos de los curas, para
poder ganar mucho dinero con las misas de los difuntos.
+Víctor: Tiene razón al decir que aun no le he presentado citas
bíblicas al respecto; me he limitado a explicar los textos que
usted me ha presentado. Pero, si lo desea, vamos a empezar.
—Testigo: ¿¡¡!!?
+Víctor: Leamos sabiduría capítulo 2 versículo 23:
Dios creó al hombre para que no pereciera y lo
hizo inmortal como es él (Sab 2,23).
85
En Gén 2,7 se ve cómo Dios da al hombre su aliento de vida, y
esto de soplar en sus narices el aliento de vida, no lo hace con
los demás seres vivientes; sólo con el hombre.
—Testigo de Jehová: Oiga usted. Ese libro de Sabiduría que usted
leyó no se encuentra en la Biblia. Nosotros no lo tenemos.
•Casimiro: Tan inteligentes que parecen... ¿No les digo? Las apariencias
engañan.
—Testigo de Jehová: Y ¿por qué dices eso?
•Casimiro: Parecen muy inteligentes, pero no tienen sabiduría.
—Testigo de Jehová: ¡Estoy hablando del libro de la sabiduría! Es
un libro apócrifo. No está en la Biblia.
+Víctor: Mire, señora: El hecho de que a su Biblia le falten libros no
quiere decir que nosotros también tengamos que eliminarlos.
Son palabra de Dios y tenemos que aceptarlos como tal. Y para
que sepa porqué a su Biblia le faltan ciertos libros, le recomiendo
consultar los temas: «Canon bíblico» y «Deuterocanónicos» del
libro «Diálogo con los Protestantes» del P. Flaviano Amatulli
Valente.
—Testigo de Jehová: No, gracias, nosotros solo leemos la Biblia; no
leemos libros escritos por hombres.
+Víctor: ¿Segura? y ¿Acaso todo lo que usted sabe, lo leyó sólo en
la Biblia? ¿Y todos los libros y revistas que distribuyen de casa
en casa? ¿No estudian La Atalaya y otros libros más en sus
reuniones?
•Casimiro: Así que no nos hagamos tarugos.
—Testigo de Jehová: ¿¡!?
+Víctor: Pero ahora continuemos leyendo otros textos Bíblicos;
leamos Eclesiastés 12, 7:
El polvo vuelve a la tierra donde estaba antes y
el espíritu regresa a Dios por que él es quien lo
dio (Ecl 12,7).
86
Jesús nos dice que pueden matar el cuerpo, pero no pueden
matar el alma. El alma puede ir al infierno pero no puede morir.
—Testigo de Jehová: Pero el infierno no existe. ¿Acaso Dios va a
asar a sus hijos?
+Víctor: Lo que nos interesa ahora es saber si el alma muere junto
con el cuerpo; en otra ocasión hablaremos ampliamente acerca
del infierno.
Leamos ahora lo que dice el apóstol San Pablo, en su carta a los
Filipenses 1, 21-23:
Cristo es mi vida, y de la misma muerte saco
provecho. Pero, si la vida en este cuerpo me
permite aún un trabajo provechoso, ya no sé que
escoger. Estoy apretado por los dos lados. Por
una parte siento gran deseo de partir y estar con
Cristo lo que sería sin duda mucho mejor (Fil 1,
21-23).
87
—Testigo de Jehová: Creo que en este tema me falta preparar-
me más... Tengo que consultarlo con el anciano.
•Casimiro: ¿Qué no le quedó claro? ¿Qué necesidad tiene de preguntar-
le a su abuelo?
+Víctor: No, Casimiro. Así le dicen a sus pastores.
•Casimiro: ¡Órale!
+Víctor: Entonces, ¿En qué quedamos?
•Casimiro: No tenga miedo de responder, que aquí no está su abuelo.
—Testigo de Jehová: ¿Qué?
•Casimiro: Perdón, el anciano.
—Testigo de Jehová: Pues, la verdad es que yo no había leído
estos pasajes bíblicos, y la verdad es que sí dicen que el alma no
muere.
•Casimiro: Ora sí. ¿Cuánto le doy, seño’? Mire, estas flores son las
mejores. ¡Flores de cempasúchil para sus difuntitos! cinco pesos el
ramo... cinco pesos le cuesta... barato nomás un rato...
88
Infierno
Según los testigos de Jehová, el infierno
como tal no existe. Para ellos el infierno es la
tumba o la sepultura común de la humanidad.
Veamos lo que enseña la Biblia y, por tanto,
lo que enseña la Iglesia Católica.
Personajes
+ Guadalupe, católica preparada.
• Alfonsina, católica confundada.
Saludo inicial
•Alfonsina: Buenos tardes, Guadalupe. ¡Qué bueno que te veo! Fíjate
que estoy muy confundida.
+Guadalupe: ¿Y eso a qué se debe?
•Alfonsina: Pues fíjate que vino a visitarme una tía, que se salió de la
Iglesia católica, y estuvimos platicando largo y tendido sobre la
Biblia y la religión.
+Guadalupe: Oye, ya te he dicho muchas veces que te prepares
primero, para que puedas dialogar con los que ya no son católicos.
¿Qué no ves que estas personas están entrenadas para enredar
al católico que no está preparado? Por eso ahora andas con tus
dudas. Pero dime antes, ¿de qué hablaron?
•Alfonsina: Pues de muchas cosas, pero lo que me dejó confundida es
el problema del infierno.
No es un tormento ardiente
+Guadalupe: Y eso ¿por qué?
•Alfonsina: Pues porque mi tía me dijo que el infierno no es cómo nos
han enseñado en la Iglesia católica. Es decir, que no es un lugar de
tormento ardiente, con fuego y todas esas cosas que tú ya bien
89
sabes. Es más, me dijo que tuviera en cuenta lo que decimos en el
Credo sobre Jesucristo.
¿Te acuerdas que en el Credo chiquito decimos que Jesús «descen-
dió a los infiernos» y que luego resucitó y subió a los cielos? La
mera verdad no supe qué responderle.
+Guadalupe: Eso te pasa por no haber ido al curso de Apologética.
Siempre que pasaba por ti, me decías que no tenías tiempo.
Ahora ves las consecuencias.
Mira, antes que nada, hay que distinguir entre «infiernos» e
«infierno».
•Alfonsina: ¿Qué no es lo mismo?
+Guadalupe: Por supuesto que no. Cuando la Biblia y el Credo
hablan de infiernos, se refieren a las regiones inferiores de la
tierra. Según los antiguos, en este lugar habitaban los muertos.
Acuérdate que en el pueblo todavía se tiene la creencia de que
los muertos van a un lugar especial bajo la tierra y tienen que
cruzar un río.
•Alfonsina: Oh, sí, me acuerdo. Hasta dicen que por eso hay muchos
perros en el pueblo, porque ellos ayudan a los muertos a cruzar el
río.
+Guadalupe: Pues esa idea también la encontramos en la Biblia y
a estas regiones inferiores se les llama Seol.
•Alfonsina: Sí, es cierto. Mi tía mencionó mucho esa palabra. Y la
mera verdad, no le entendí.
+Guadalupe: Fíjate lo que dice el Libro de Job, capítulo catorce,
versículo trece:
¡Ojalá en el Seol (=abismo) me escondieras, me
ocultaras mientras pasa tu cólera» (Job 14,13).
Sepultura
+Guadalupe: Precisamente basándose en estas citas bíblicas y
razonamientos, ellos concluyen que el infierno o el Seol es la
tumba o sepultura común de la humanidad.
•Alfonsina: Sí, es cierto. Eso fue lo que me dijo mi tía. Y me dijo que
la palabra Seol aparece 66 veces en la Biblia y siempre asociada
con los muertos o con el lugar de los muertos, por lo que ellos
90
enseñan que se refiere a la sepultura común de la humanidad.
+Guadalupe: Aquí está el error de ellos: quedarse con algunos
significados de la palabra Seol, sin profundizar en el tema. Aquí
está otro de los trucos de estos amigos. Hablan de cuántas veces
aparece una palabra, la pronuncian en otros idiomas, para dar la
idea de que ellos saben mucho y los demás son unos tontos
ignorantes.
91
-Fuego eterno.
+Guadalupe: Y ahora echemos un vistazo a una cita bíblica, que
habla del fuego eterno: Mateo, capítulo dieciocho, versículo
ocho.
Si, pues, tu mano o tu pie te es ocasión de
pecado, córtatelo y arrójalo de ti; más te vale
entrar en la Vida manco o cojo que, con las dos
manos o los dos pies, ser arrojado en el FUEGO
ETERNO (Mt 18,8).
92
Conclusión
+Guadalupe: ¡Qué bueno que hayas venido conmigo para aclarar
esta duda! Ojalá esto te ayude a tomar la decisión de prepararte
para que tú puedas ayudar a otras personas. Ahora sí, como
dice Jesús en Lc 10,37: «Ve tú y haz lo mismo».
•Alfonsina: Ahora sí quiero prepararme. Te prometo que en cuanto
haya un curso de Apologética, voy a ser la primera en inscribirme.
+Guadalupe: Eso espero.
93
El Purgatorio
Para los que no son católicos, resulta difícil
creer en la existencia del Purgatorio. Veamos
en qué se basa la Iglesia para hablar de esta
purificación.
Personajes
+Don Manuel: Catequista católico.
•Lucía: Mamá (Católica impreparada).
••María: Hija (Católica impreparada).
—Juana: Hermana de Lucía y tía de María (NO CATÓLICA).
Saludo inicial
•Lucía: Apúrate, María. Va a llegar tu tía y va a encontrar un cochinero
en la casa. Ya el desayuno está listo.
••María: Oye, mamá, ¿es cierto que mi tía Juana es protestante?
•Lucía: Pues es lo que dicen. Pero, esperemos en Dios que no sea
cierto. En vano tanto que nos enseñó tu abuela.
••María: ¿Y qué vas a hacer cuando llegue?
•Lucía: Pues tengo miedo hablar con ella de eso. Pero invité a Don
Manuel por si las dudas. Ya ves que él sabe de esas cosas.
(Rin, Rin, suena el timbre) (Abre doña Lucía).
94
•Lucía: Ve a abrir, María. Ha de ser Don Manuel.
—Juana: ¿Don Manuel?
•Lucía: Sí. Lo invité a desayunar.
+Don Manuel: Buenos días. ¿Cómo están? ¿Qué tal, Juana; cómo
te ha ido?
—Juana: Muy bien, muy bien.
•Lucía: Siéntate, Manuel, ya está servido.
+Don Manuel: Bueno, demos gracias a Dios. Hagamos oración. En
el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
(Mientras Manuel, Lucía y María se santiguan, Juana sólo
inclina la cabeza).
Gracias, Señor, por estos alimentos que recibimos de tu
generosidad. Que nos den fuerza para mantenernos siempre en
tu servicio. Amén.
•Lucía: Acuérdate, Señor, de las benditas ánimas del purgatorio,
especialmente por mi mamá. Amén.
—Juana: Lucía, ¿me puedes decir dónde la Biblia habla del
purgatorio? Que yo sepa eso no está en la Biblia.
(Manuel y Lucía se miran mutuamente. Él le hace señas asintiendo
con la cabeza).
•Lucía: Mira, tú sabes que yo no sé de esas cosas. Pero Manuel ha
estudiado, él puede contestarte.
—Juana: Bien, Manuel, ¿tú puedes decirme dónde la Biblia habla
del purgatorio? Pues, no podemos creer en eso, si no esté en la
Escritura.
Purificación
+Don Manuel: Bueno, primero hay que aclarar algunas ideas acerca
de lo que pasa al alma, cuando uno muere. Si uno está en contra
de Dios, se condena, que es lo mismo que ir al infierno. Si uno
está en paz con Dios, se salva. Entre los que se salvan, los que
están totalmente purificados, van directamente a la gloria, que
es lo mismo que ir al paraíso; los que tienen alguna mancha,
antes de ir a la gloria, tienen que purificarse, que es lo mismo
que ir al purgatorio.
—Juana: Eso no me convence; se trata solamente de palabras que
ustedes se inventaron.
+Don Manuel: No. Es una realidad que encontramos en la Escritura.
Mira, ve lo que dice la Biblia.
95
Pero, si es obra que se convierte en cenizas, él
mismo tendrá que pagar. Se salvará, pero como
quien pasa por el fuego (1Cor 3,15).
El nombre
—Juana: No. Yo quiero que me busque dónde en la Escritura se
encuentra la palabra purgatorio.
+Don Manuel: ¡A qué Juana! Así es que si una palabra no está en
la Biblia no puede aceptarse.
—Juana: Correcto. Así debe ser.
+Don Manuel: Muy bien, pues, como dice el Padre Chido: búsca-
96
me en la Biblia la palabra enchiladas y me como dos platos.
(Ja, ja, jaaaa).
—Juana: No se burle de la Palabra, Don Manuel.
+Don Manuel: No. No me burlo. Pero mire, por el hecho de que
una palabra no esté en la Escritura, no quiere decir que no exista,
ya que la Biblia no es un diccionario que contenga todas las
palabras. Por ejemplo, en la Biblia no está la palabra tractor. ¿Y
me va a decir que no existen? No está la palabra computadora,
y seguro que usted las conoce. ¿No es así, Juana?
—Juana: De todas maneras, eso del purgatorio es un invento de
los curas para sacar dinero de tantas misas que hacen de muertos.
+Don Manuel: No, no es un invento. Como te digo, no está en la
Biblia la palabra purgatorio, pero sí está la doctrina referente al
purgatorio. En el Apocalipsis encontramos un texto muy claro.
En ella no entrará nada manchado (Ap 21,27).
97
Perdón en la otra vida
—Juana: Parece que usted no cree en la sangre de Cristo. El
perdón se ha dado de una vez y para siempre. Nada de que
hay otro perdón.
+Don Manuel: Pero Juana, sabemos que Cristo nos ha perdona-
do de una vez y para siempre. Esto quiere decir que en Cristo
se ha dado ya la salvación y el perdón de los pecados. Pero no
quiere decir que ya no volvamos a pecar. Lo que quiere decir
es que todos los pecados cometidos en nuestra vida, obtienen
su perdón por el mismo y único sacrificio de Cristo. De manera
que hay un perdón que recibimos ahora, pero también hay un
perdón que podemos recibir en la otra vida. El texto del evan-
gelio es muy claro al respecto. Mira, busca en tu Biblia:
El que insulte al Espíritu Santo, no tendrá per-
dón ni en esta vida ni en la otra (Mt 12,32).
98
Oración por los difuntos
—Juana: Pero, a mí me parece muy exagerado todo eso. Hay
católicos que rezan y hacen misas por personas que murieron
hace cien años. Yo pienso que hasta hacen misas por El
Emperador Constantino o por Cristóbal Colón. ¿Acaso en el
purgatorio están cien años? ¿No me dijo usted que puede ser
sólo un instante?
+Don Manuel: Bien, el purgatorio puede durar sólo un instante.
Pero se puede hacer oración por la persona aún en cien o mil
años después.
—Juana: ¿Y eso ya para qué?
+Don Manuel: Mira, lo que pasa es que pensamos estas realidades
como pensamos nuestra vida terrenal, es decir, en características
de tiempo y espacio. Acuérdate que la vida en Dios ya no está
sometida al tiempo. De manera que al morir una persona y ser
juzgada, Dios toma en cuenta también las oraciones y sacrificios
que se ofrecen por ella a lo largo de toda la historia humana.
—Juana: A ver, a ver. Más despacio. No entendí eso.
•Lucía: Pos como que yo tampoco entendí muy bien, Don Manuel.
+Don Manuel: Miren, si hacen una oración hoy por su mamá, en
un año otra vez, a los diez años celebran una Misa por ella y a
los cien años de nuevo. Nosotros pensamos que ya pasó mucho
tiempo y lo vemos como hechos muy distantes. Para Dios todo
esto es como si pasara en un solo instante, en el mismo momento.
Por eso es que aprovechan a los fieles difuntos todas las
oraciones, sacrificios, misas, etc., que se hacen por ellos. Incluso
si se hacen por San Pedro, Moisés o Abraham. Miren, hay un
texto bíblico que nos ayuda a entender esta conciencia en el
pueblo de Dios.
Por eso Judas ofreció este sacrificio por los
muertos, para que fueran perdonados de sus
pecados (2Mac 12,46).
99
—Juana: Bueno, pues, puede que en algo tenga razón.
+Don Manuel: Solamente recordamos: en estos textos encontra-
mos la doctrina sobre el purgatorio, aunque la palabra misma
no se encuentre en la Biblia. Se trata de una purificación, del
perdón de Dios después de la muerte, de poder orar por nues-
tros difuntos.
—Juana: Bueno, pues voy a estudiar bien este tema, además de
otras cosas que quiero aclarar.
+Don Manuel: Muy bien. Adelante. Y cuando quieras podemos
seguir dialogando.
Conclusión
—Juana: ¡Ay, como que algo me pasó! Siento raro el estómago.
¿Qué le pusiste a las enchiladas?
•Lucía: Mira, tengo aquí un polvito especial para estos casos. Pero, no
te preocupes, eso pasa. Allá al fondo, acuérdate.
—Juana: ¡Ay, con permiso, yo los dejo.
•Lucía: Adelante. Bien que necesitabas purificarte. (Ja, ja jaaaaaa).
100
Divinidad de Cristo
Para los testigos de Jehová, Jesús no es Dios
verdadero. Según ellos, Jesús es la primera
creatura de Dios. Veamos qué dice realmente
la Sagrada Escritura.
Personajes
+ Lupita, católica.
• Anita, católica impreparada.
Saludo inicial
•Ana: Buenos días, Lupita. Fíjate que vengo a verte porque tengo
algunas dudas sobre la Iglesia y sobre Cristo.
+Lupita: Buenos días, Ana. ¿De qué dudas se trata?
•Ana: Pues fíjate que este fin de semana visité a unos parientes que
son testigos de Jehová y me invitaron al Salón del Reino, el lugar
donde ellos se reúnen para estudiar sus revistas.
+Lupita: ¿Así que fuiste a meterte a la cueva del lobo?
•Ana: Pues es que me invitaron con mucha amabilidad y no pude
negarme.
+Lupita: Precisamente ese es el problema de los católicos: les
abrimos fácilmente la puerta a los que vienen a perturbar nuestra
fe o aceptamos con mucha ingenuidad las invitaciones a sus
templos. No, Ana, hay que aprender a decir que no. Pero bueno,
ya pasó. Vamos a ver lo de tus dudas.
101
+Lupita: ¿Y te dio algunas citas bíblicas?
•Ana: Si, hasta me las anotó en una hoja de papel, para que yo las
buscara con calma en mi propia Biblia. Aquí las traigo. A ver, la
primera que me dio es Mateo capítulo veintiséis, versículo cuarenta
y dos:
Y alejándose de nuevo, JESÚS POR SEGUNDA VEZ
ORÓ ASÍ: «Padre mío, si esta copa no puede
pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad»
(Mt 26,42).
+Lupita: Mira, Anita, no hay nada difícil en este texto. Lo que pasa
es que el Hijo se encarnó, es decir, tomó nuestra naturaleza
humana. En este sentido, el Hijo es menor que el Padre, o como
lo dice Jesús, el Padre es mayor que él. Como ves, todo tiene
una explicación. Fíjate en lo que dice la Biblia al respecto:
Y la Palabra SE HIZO CARNE,
y habitó entre nosotros (Jn 1,14).
•Ana: Pues así como lo explicas tú, todo tiene sentido. Ahora explícame
lo siguiente: el pastor también me dijo que Jesús es la primera
creatura hecha por Dios. Cuando le dije que me diera un texto bíbli-
co, me dio Prov 8,22:
102
El Señor ME CREÓ, primicia de su camino, antes
que sus obras más antiguas (Prov 8,22).
103
Jesucristo es Dios
+Lupita: Veamos el primero: Evangelio según San Juan, capítulo
1, versículo 1:
En el principio existía la Palabra y la Palabra
estaba con Dios, y LA PALABRA ERA DIOS (Jn
1,1).
104
•Ana: Oye, ¡qué bueno que lo aclaras, porque no me había dado cuenta
de eso!
105
Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo
juicio lo ha entregado al Hijo, para QUE TODOS
HONREN AL HIJO COMO HONRAN AL PADRE. El
que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha
enviado. (Jn 5,22-23).
Despedida
+Lupita: Como ves, a lo largo de la Biblia aparece muy clara la
divinidad de Cristo.
•Ana: Pues si, ha quedado clarísimo para mí. Ojalá algún día estos
parientes míos escudriñen mejor las Escrituras, para que no sigan
en el error.
+Lupita: Pues déjame decirte que tú puedes ayudarlos,
preparándote mejor para dialogar con ellos.
•Ana: Tienes razón. Creo que de ahora en adelante me voy a preparar
para ser promotora y defensora de la fe, como tú.
106
Fin del mundo
¿Serán las guerras y los terremotos las
señales más claras del fin del mundo?
¿Tendrán razón los no católicos, cuando
dicen que el fin del mundo está cerca?
Es lo que veremos a continuación.
Personajes:
+ Don Martín: Católico comprometido.
— Don Matías: Testigo de Jehová.
• Ezequiel: Hijo del testigo de Jehová.
Saludo inicial
—Matías: Buenos días, vecino. Mi hijo Ezequiel quiere saludarlo.
+Don Martín: Buenos días, don Matías. Buenos días también a ti,
Ezequiel. ¿Cómo vas en la escuela?
•Ezequiel: Muy bien, don Martín. Como es fin de semana, quise pasar
a saludarlo con más calma.
—Matías: Vecino, dígame, ¿a qué se debe esa cara de preocupación?
+Don Martín: Pues estoy un poco preocupado con eso de la guerra
en Medio Oriente.
—Matías: Pues vaya que está difícil la situación. Y ¿sabe usted a
qué se debe todo eso de las guerras?
+Don Martín: Pues claro que si, vecino. A la terquedad de los Estados
Unidos, que quieren dominar a todo el mundo.
—Matías: Nada de eso, vecino. Se debe a que está cerca el fin de
este sistema inicuo de cosas.
+Don Martín: Váyase más despacio, porque no le entendí nada.
¿El fin de que?
—Matías: Mire, para que me entienda. Esto de las guerras se
debe a que el fin del mundo está más cerca de lo que usted se
imagina.
107
+Don Martín: Y usted, ¿cómo lo sabe, vecino?
—Matías: Pues leyendo la Biblia. ¿De qué otra manera podría
saberlo? Déjeme explicarle, vecino. A ver, Ezequiel, pásame mi
Santa Biblia y saca también la tuya.
•Ezequiel: Aquí está tu Biblia, papá.
108
+Don Martín: Como pueden ver, los últimos días empezaron el
día de Pentecostés del año 30, poco después de la Ascensión
de Jesús a los cielos. Nada de que empezaron en 1914. Pero
para que les quede más claro, veamos la Primera Carta de
San Juan, capítulo dos, versículo dieciocho, que dice lo siguiente:
Hijitos míos, estamos en la ÚLTIMA HORA y han
oído que va a venir un anticristo. Pero ya han
venido varios anticristos, por lo cual conocemos
que es la ÚLTIMA HORA (1 Jn 2,18).
109
+Don Martín: Por lo que veo, ustedes andan algo atrasados en
noticias. Fíjense que las guerras han sido cosa de todos los
días. En la misma Biblia ya se habla de guerras y rumores de
guerras: de Israel con las naciones vecinas, de las invasiones
de Asiria, Babilonia o Egipto a muy diversos pueblos.
—Matías: Pero esas guerras ocurrieron mucho antes del naci-
miento de Cristo. Nosotros consideramos como señales del fin
del mundo las que ocurrieron desde 1914 hasta la fecha.
+Don Martín: Miren, si consultan una enciclopedia, se darán cuenta
de que las guerras han acompañado la historia de la humanidad,
no sólo desde 1914 para acá. Por ejemplo, ¿han escuchado hablar
de la famosa Guerra de los Cien Años, que inició en 1337 y
finalizó en 1453? ¿O de la Guerra de los Treinta Años, que tuvo
lugar desde 1618 hasta 1648? Por no hablar de tantas guerras
que han ocurrido en los últimos mil años.
—Matías: Por supuesto que si, vecino. Hemos leído sobre esas
guerras.
+Don Martín: Lo que quiero que reflexionen es que sí las guerras
fueran una señal para el fin del mundo, ya no estaríamos aquí.
¿No les parece?
110
se produjo en el norte de China entre 1877 y 1878.
Por lo que se refiere a los terremotos, siempre han existido.
Basta recordar los terremotos más dañinos que han ocurrido
en la historia de la humanidad: en el año 17 d.C. un terremoto
destruyó la ciudad de Éfeso y otro destruyó Pompeya en el año
63. El año 476 otro terremoto destruyó parte de Roma.
Constantinopla fue dañada considerablemente por grandes
terremotos en el 557 y en el 936. En la Edad Media se produjeron
también fuertes terremotos: en Inglaterra en 1318, en Nápoles
en 1456 y en Lisboa en 1531 y 1755. El año 1556 un terremoto
mató a 800.000 personas en Shensi, una provincia de China,
por lo que es considerado uno de los mayores desastres naturales
de la historia. En 1693 un terremoto en Sicilia se llevó unas
60.000 vidas. La lista es larga. Así que aquí nos detenemos. Una
vez más: si los terremotos fueran una señal del fin del mundo,
desde cuando se habría terminado.
—Matías: Con usted no se puede. Se ve que está muy preparado
en historia.
+Don Martín: Miren, estimados vecinos. Tengo que preparar una
clase que impartiré el día de mañana. Así que, déjenme decirles
tres cosas sobre el fin del mundo antes de que me retire. Primero
hablaré sobre cuándo ocurrirá el fin del mundo y después,
explicaré las dos señales más claras que deben presentarse para
que podamos hablar del fin del mundo. ¿Les parece bien?
+Don Martín: Por lo que sé, sus dirigentes han dado algunas fechas
en que ocurriría el fin del mundo: 1914, 1918, 1925, 1975 y el
año 2000. Y ninguna se ha cumplido. Pero esa es otra historia.
Permítanme continuar.
111
El Evangelio será predicado
en todo el mundo
—Matías: Por supuesto, vecino. Continúe.
+Don Martín: La primera señal para el fin del mundo es que el
Evangelio se tiene que predicar en todo el mundo para que todos
lo conozcan. Y luego vendrá el fin. ¿Recuerdan alguna cita bíblica
que habla acerca de esto?
•Ezequiel: Yo si me acuerdo, don Martín. Voy a leerla. Es Mateo,
capítulo veinticuatro, versículo catorce.
+Don Martín: Adelante, Ezequiel.
•Ezequiel:
Esta Buena Nueva del Reino será proclamada en
el mundo entero, y todas las naciones oirán el
mensaje; DESPUÉS VENDRÁ EL FIN (Mt 24,14).
+Don Martín: Así que, según Jesús, primero se tiene que predicar
el Evangelio en todo el mundo. Y, cómo seguramente ustedes
saben, aún falta mucho por hacer. Hay millones de personas
que aún no conocen a Cristo, porque nadie les ha anunciado el
Evangelio. Piensen, por ejemplo, en China, India y, de manera
especial, en todas las naciones musulmanas, donde el mismo
anuncio del Evangelio está prohibido o notablemente
obstaculizado.
•Ezequiel: Sí, he leído algo acerca de eso, don Martín. Recuerdo que
hay pena de muerte para los que anuncian el Evangelio y también
para los que se convierten.
+Don Martín: Así es, Ezequiel. Por lo menos unos cuatro mil millones
de personas pertenecen a este conjunto de países.
112
+Don Martín: Como bien saben, el pueblo de Israel no reconoció
a Jesús como el Mesías. Por eso dice San Juan: «Vino a los
suyos y los suyos no lo recibieron» (Jn 1,11). Pero llegará el
día en que Israel se convertirá y aceptará a Jesús como su
único Salvador. Es lo que anuncia el mismo Jesús en el texto
que acabamos de escuchar. Lo mismo dice san Pablo en la
Carta a los Romanos, capítulo once, versículos veinticinco y
veintiséis. ¿Quién lo quiere leer?
•Ezequiel: Yo lo haré. Escuchen con atención:
Quiero, hermanos, que entiendan este misterio
y no se sientan superiores a los judíos. Una parte
de Israel va a quedarse endurecida hasta que el
conjunto de los paganos haya entrado; entonces
TODO ISRAEL SE SALVARÁ, según dice la
Escritura: De Sión saldrá el libertador que
limpiará a los hijos de Jacob de todos sus pecados
(Rom 11,25-26).
+Don Martín: Está muy claro que los judíos, es decir, el pueblo de
Israel debe dar este paso tan importante.
•Ezequiel: Y, don Martín, ¿cree usted que lo den pronto?
+Don Martín: Quien sabe. Por ahora están muy empeñados en su
lucha contra los palestinos. Además, muchos judíos que viven
en Israel y en muchas otras partes del mundo, sencillamente
son ateos. Así que, según mi modesta opinión, falta muchísimo
para el fin del mundo.
Despedida
—Matías: Sencillamente me ha dejado pensativo. Nunca había visto
el fin del mundo desde este punto de vista. Meditaré todas las
citas y los argumentos que nos dio. Ojalá podamos seguir
platicando.
+Don Martín: Ya lo saben, vecinos. Estoy para servirles. Hasta
pronto.
•Ezequiel: Hasta pronto, don Martín.
113
El nombre de Dios
Los testigos de Jehová se consideran la
religión verdadera porque, según ellos, son
los únicos que utilizan el nombre de Dios, que
es Jehová. ¿Será cierto?
Es lo que veremos a continuación.
Personajes:
+ Doña Remedios, Promotora y defensora de la fe.
• Doña Angustias, católica sin preparación, comadre de Doña Reme-
dios.
— Testigo de Jehová.
Un solo Dios
•Doña Angustias: ¡Pues en nombre sea de Dios, comadre! A ver qué
pasa.
+Doña Remedios: No se preocupe. Ya verá que todo va a salir muy
bien.
—Testigo de Jehová: Disculpe. Usted dijo: en nombre sea de Dios.
¿A cuál Dios se está refiriendo?
•Doña Angustias: ¿¡Eh!? Pues a Dios. Pues ¿a quien más?
—Testigo de Jehová: Pero ¿cuál es su nombre? ¿Sabía usted que
Dios tiene nombre personal?
•Doña Angustias: ¿Eh? Pues... este...
+Doña Remedios: No se aflija comadre, déjemela a mí.
—Testigo de Jehová: Como les decía, Dios tiene nombre perso-
nal; y esto es lógico puesto que la Biblia dice que cuando Jehová
Dios creó al mundo, ordenó a Adán ponerle nombre a todo lo
114
creado. Y en Isaías 40,26 se dice que Jehová llama a las estre-
llas por su nombre. Por tanto, no es solo lógico que Jehová, el
autor de todo, también tenga nombre personal, sino que Él,
vez tras vez, nos dice en la Biblia que tenemos que honrar y
santificar ese nombre.
+Doña Remedios: Por lo que veo, usted es testigo de Jehová.
—Testigo de Jehová: Así es. Y puedo enseñarles cuál es el nom-
bre de Dios, para que ya no le hablen a un desconocido.
•Doña Angustias: Comadrita, ¡yo mejor voy por el señor cura!
+Doña Remedios: Y ¿para qué?
•Doña Angustias: Pues para que le ayude, ¿no ve que la testigo sabe
mucho?
+Doña Remedios: Doña Angustias, no se angustie; tranquilícese,
comadre, que esto lo aclaramos en un momento. (Saca la Biblia
del morral.) Así que, según ustedes, Testigos de Jehová, no hay
otra forma de hablar a Dios, si no es por su nombre.
—Testigo de Jehová: Así es. Además piense en esto: Si no le
hablamos por su nombre, ¿cómo sabrá Jehová que se está
dirigiendo a Él, puesto que hay muchos dioses y señores?
•Doña Angustias: ¿Qué qué? ¿Cómo que hay muchos dioses?
—Testigo de Jehová: Lo dice la palabra de Dios. Vea lo que dice en
1Cor 8,5
Hay muchos dioses y muchos señores (1Cor 8,5).
115
¿Sabe usted mi nombre?
—Testigo de Jehová: No, ni nos hemos presentado.
+Doña Remedios: Cierto. Tampoco yo sé cuál es su nombre. En-
tonces, ¿cómo es que sabe que yo le hablo a usted, si ni si-
quiera he pronunciado su nombre?
—Testigo de Jehová: Bueno... pero eso es otra cosa... yo veo que
usted se dirige a mí, su mirada, sus gestos... con todo eso yo
entiendo cuando usted me habla a mí o cuando le habla a otra
persona.
+Doña Remedios: Y nuestro Dios, que conoce lo más profundo de
nuestro corazón, ¿no será capaz de saber que le hablamos a él,
aún sin pronunciar su nombre?
Pueblo elegido
—Testigo de Jehová: ¿¡!? De todos modos debemos conocer el
nombre de Dios, de otra forma no podremos ser del pueblo
elegido para su nombre. Vea lo que dice en Hech 15,14.
Simeón ha contado cabalmente cómo Dios por
primera vez dirigió su atención a las naciones
para tomar de entre ellas UN PUEBLO PARA SU
NOMBRE (Hech 15,14).
+Doña Remedios: Y ¿dónde dice aquí que los que no usen el nombre
de Dios no podrán ser del pueblo elegido? Lo que dice aquí es
que Dios quiso formarse un pueblo con gente de todas las
naciones. Un «pueblo para su nombre» quiere decir «Un pueblo
para él».
—Testigo de Jehová: ¿¡!? Pero Dios si tiene nombre, y vez tras vez,
él nos dice, a través de su Palabra que tenemos que invocar su
nombre. Le voy a mostrar algunos pasajes bíblicos, con eso usted
se va a convencer. Veamos, para empezar, Isaías 12, 4:
¡Den gracias a Jehová! INVOQUEN SU NOMBRE.
Den a conocer entre los pueblos sus tratos. Hagan
mención de que su nombre está puesto en alto
(Is 12, 4).
116
Veamos la respuesta que nos da el mismo Dios en Ezequiel 37,
17.23.
Esto es lo que ha dicho el Señor soberano
Jehová: ... Y ciertamente me engrandeceré y
me santificaré y me daré a conocer delante de
los ojos de muchas naciones; y tendrán que sa-
ber que YO SOY JEHOVÁ (Ez 37, 17. 23).
Nombre y título
—Testigo de Jehová: Como pueden ver ustedes, ese nombre es
Jehová; y es su propósito que todos sepan su nombre. Las
palabras: Señor, Padre, Dios… son sólo títulos, como abogado,
profesor, etc.
•Doña Angustias: ¿Jehová? Yo siempre le digo: Señor o Padre.
¿Entonces estoy mal?
+Doña Remedios: Claro que no, comadre. Dios no se llama Jehová.
—Testigo de Jehová: ¿Cómo que no? ¿Y todas las citas bíblicas que
hemos leído? Para que se convenza, leamos Éxodo 3, 15:
Entonces Dios dijo otra vez a Moisés: «Esto es lo
que habrás de decir a los hijos de Israel: Jehová,
el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham,
el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado
a ustedes. ESTE ES MI NOMBRE hasta tiempo
indefinido...» (Éx 3, 15).
Aquí otra vez nos dice que su nombre es Jehová y dice también
que este será su nombre para siempre.
+Doña Remedios: Para entender bien este tema, primero vamos a
tratar de entender lo que el «nombre» significaba en los tiempos
bíblicos. Empecemos analizando la última cita bíblica que usted
leyó. Entendiendo ésta, entenderemos las demás. Leamos de
nuevo el capitulo 3 del libro del Éxodo, pero esta vez veámoslo
en su contexto, es decir, tomando en cuenta otras partes del
mismo capítulo. En Ex 3, 6 leemos cómo Dios se identifica ante
Moisés; ¿con qué nombre?
—Testigo de Jehová: Pues Jehová.
Yo soy
+Doña Remedios: No, hermana, leamos la Biblia:
Yo soy EL DIOS DE TUS PADRES, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob
(Ex 3, 6).
117
Aquí no dice: «Yo soy Jehová». Sólo se identifica como el Dios
de los antepasados de Moisés. En los versículos siguientes vemos
como Dios encomienda a Moisés la misión de liberar a los
Israelitas. Ahora leamos el versículo 13:
Moisés contesto a Dios: «Si voy a los hijos de
Israel y les digo que el Dios de sus padres me
envía a ellos, si me preguntan: ¿Cuál es su
nombre?, yo ¿qué les voy a responder?» (Ex 3,
13).
118
encierra el significado de las cualidades de la persona misma,
en este caso, con estas palabras Dios se identifica como lo que
es: El principio y fin de todo lo creado; es decir, revela su esencia
misma.
—Testigo de Jehová: Por eso es importante llamar a Dios por su
nombre, con eso le reconocemos sus atributos.
+Doña Remedios: Pero ese nombre no es Jehová.
—Testigo de Jehová: ¡Pero hay citas bíblicas en donde dice que su
nombre es Jehová!
119
verbal como por escrito. Por eso, ¿cuál es ese nombre?» Fíje-
se como dice: «Ha revelado su nombre tanto verbal como por
escrito». Así que si Dios mismo lo reveló, no hay duda alguna
de cual es el nombre. Pero en la página 7 dice: «El problema
es que nadie sabe con certeza como se pronunciaba original-
mente el nombre de Dios.» Si Dios mismo lo reveló en forma
verbal y por escrito, ¿cómo es que ustedes mismos no saben
como se pronuncia el nombre de Dios?
•Doña Angustias: ¡Que contradicción!
—Testigo de Jehová: ¿¡!? Bueno, este...
+Doña Remedios: ¿Sabe de donde vino realmente la palabra
Jehová?
Masoretas
—Testigo de Jehová: Pues...este... a mí me enseñaron que viene
de Dios y que Jesús y los apóstoles lo usaron, y enseñaron a
santificar ese nombre.
+Doña Remedios: Es imposible que Jesús y los apóstoles lo hayan
enseñado, puesto que la palabra Jehová surgió unos 800 a 1000
años después de Cristo, como resultado del trabajo de los
masoretas, unos sabios judíos que quisieron poner por escrito
las vocales, que de por sí se sabían de memoria, mediante un
sistema de puntuación. Pues bien, al encontrarse con el nombre
de Dios YHWH, no pudieron escribirlo, puesto que no encontraron
la pronunciación correcta ni en los escritos ni en la tradición,
entonces sacaron las vocales de la palabra «Adonai» (=El Señor);
por motivos de pronunciación se cambió la primera «a» por «e»,
así salió la palabra Yehowáh. Vea esta gráfica:
Y H W H + Adonai = Y e H o W a H
120
+Doña Remedios: Y si como ustedes mismos reconocen, no sa-
ben el nombre de Dios, entonces, ¿por qué tanta insistencia en
darlo a conocer? Pero el problema más grave es que se ve la
mala fe para engañar a los que no conocen de estas cosas.
—Testigo de Jehová: Pero Jesús dio a conocer este nombre, mire
lo que dice aquí en Jn 17,26.
YO LES HE DADO A CONOCER TU NOMBRE y lo
daré a conocer, para que el amor con que me
amaste esté en ellos y yo en unión con ellos (Jn
17,26).
Personalidad - Padre
+Doña Remedios: Si entendió lo que dijimos antes, esto se entiende
muy fácil; el nombre encierra la personalidad misma o la misión
encomendada de la persona que lo lleva, como lo vemos en los
casos en que Dios mismo cambió el nombre a sus elegidos; por
ejemplo: Abraham = Padre de muchas naciones (Gen 17, 5);
Israel = Fuerza de Dios (Gen 32, 28); Pedro = piedra (Mt 16,18)
o el mismo nombre de Jesús que quiere decir «Salvador» (Mt 1,
21). Así que, cuando Jesús dice: «Les he dado a conocer tu
nombre», significa que El nos ha dado a conocer quien es en
realidad nuestro Dios.
—Testigo de Jehová: Pero, ¿Por qué Jesús dijo:» Santificado sea tu
nombre»? Recuerde la oración que el enseñó, el Padre nuestro.
Ahí Jesús nos enseña a orar para que el nombre de Dios sea
santificado. ¿Cuál nombre? Ese nombre es Jehová.
•Doña Angustias: Y dale con lo mismo. ¿Qué no entendió que ese
nombre lo inventaron los «nacoretas»?
+Doña Remedios: No, comadre, fueron los «Masoretas».
•Doña Angustias: Andaba cerca.
+Doña Remedios: Entiéndalo, aquí no se trata de santificar una
palabra, sino santificar a Dios. Además, notemos que cuando
Jesús nos enseña esta oración, no nos enseña a llamarlo Jehová.
Leamos Mt 6, 9.
«Cuando oren digan: PADRE nuestro que estás
en el cielo...» (Mt 6, 9).
121
+Doña Remedios: Investigando en los diccionarios y enciclope-
dias encontramos que, según los expertos, la pronunciación
más correcta es Yahvé. Además existe un dato muy importan-
te: los samaritanos lo pronunciaban: «Yahvé». Recordemos
que los judíos lo dejaron de pronunciar durante el cautiverio
en Babilonia. Pues bien, los samaritanos se habían separado
de los judíos unos tres siglos y medio antes, por lo tanto, ellos
no fueron llevados cautivos a Babilonia, por lo cual nunca de-
jaron de pronunciar el nombre de Dios. Pues bien, ellos son
portadores de una tradición muy antigua. Así que «Yahvé» se-
ría el nombre de Dios, no «Jehová.»
122
Jesús y los apóstoles
+Doña Remedios: No cambie de tema, que aún no acabamos.
Usted nos dijo anteriormente que Jesús y los apóstoles, pro-
nunciaron y dieron a conocer el Nombre de Jehová. Como ya
hemos visto, esto es imposible, puesto que esa palabra apare-
ció unos 800 a 1000 años después de Cristo.
—Testigo de Jehová: Entonces dígame: ¿Cómo llamaban a Dios
Jesús y los apóstoles?
+Doña Remedios: Muy bien. Veamos en primer lugar la forma en
que Jesús se dirige a Dios:
En ese momento Jesús se llenó del gozo del
Espíritu Santo y dijo: «Yo te bendigo, PADRE,
Señor del cielo y de la tierra» (Lc 10, 21).
Hijos de Dios
+Doña Remedios: Y es que ya no somos esclavos, sino verdade-
ros hijos de Dios. Leamos las siguientes citas bíblicas que nos
aclaran esto.
123
Ustedes ahora son HIJOS, por lo cual Dios ha
mandado a nuestros corazones el Espíritu de su
propio Hijo que clama al Padre: ¡Abbá!, o sea:
¡PAPÁ! (Gál 4, 6).
124
Diezmo
Según los no católicos, nosotros robamos a
Dios, puesto que no pagamos el diezmo.
¿Será cierto?
Es lo que veremos a continuación.
Personajes
+ Mateo, católico.
— Isidro, evangélico.
Saludo inicial
—Isidro: (Cantando) El diezmo es para Dios, el diezmo es para
Dios. Un buen cristiano no roba al Señor.
+Mateo: Oye, Isidro: ¿Qué es lo que estás cantando?
—Isidro: Es un corito que nos enseñaron en la escuela dominical.
+Mateo: Oye, pero ya estás grandecito. ¿A poco les enseñan como
si estuvieran en el kinder? Y para acabarla, estudias en domingo.
De plano eres muy «matado».
—Isidro: Es que no te había comentado. Desde hace un mes y
medio estoy yendo con mi tío al templo evangélico y a la escuela
dominical.
+Mateo: Con razón me parecías sospechoso. Ya tiene más de dos
meses que no te veo en la parroquia.
—Isidro: Es que la Iglesia católica es muy aburrida. Allá se canta y
se ora. Y lo mejor de todo: se estudia la Biblia.
+Mateo: Pero en la Iglesia católica también se lee y se estudia la
Biblia. De hecho, todas las lecturas que se leen en la Misa, están
tomadas de la Biblia.
—Isidro: Pues sí, pero nadie lleva la Biblia. Ni siquiera el sacerdo-
te.
+Mateo: Permite que te haga una pregunta.
125
—Isidro: Sí, dime.
+Mateo: Entonces, ¿ya te hablaron del diezmo? Oí que estabas
cantando algo relacionado con el diezmo, ¿o no?
Robando a Dios
—Isidro: Pues sí. Es un canto muy bonito. Escucha: (cantando) El
diezmo es para Dios, el diezmo es para Dios. Un buen cristiano
no roba al Señor.
+Mateo: Y, ¿qué es lo que te han enseñado sobre este asunto?
—Isidro: Pues cosas muy importantes. Por ejemplo, que pagar el
diezmo es uno de los más grandes deberes de un cristiano. De
hecho, el pastor dice que quienes no pagan el diezmo, están
robando a Dios.
+Mateo: ¿Y eso por qué?
—Isidro: Pues es algo sumamente importante. Fíjate que hasta
Abraham lo tuvo que pagar. Mira lo que dice la Biblia en Génesis,
capítulo catorce, versículo veinte, segunda parte:
Y ABRAM LE DIO A MELQUISEDEC
el diezmo de todo (Gén 14,20b).
126
pagar o no. Es un mandamiento y tienes que cumplirlo. Fíjate
en este mismo capítulo, al final:
Estos son los MANDAMIENTOS
que Jehová encomendó a Moisés
para los hijos de Israel en el Monte Sinaí (Lev
22,34).
127
+Mateo: Fíjate bien: según esta cita bíblica, el diezmo es un
mandamiento para el Pueblo de Israel. Por eso se habla de él
sólo en el Antiguo Testamento casi no se le menciona y nunca se
le da importancia.
—Isidro: Claro que si se habla del diezmo en el Nuevo Testamento.
Mira lo que dice Lucas, capítulo dieciocho, versículo doce:
Ayuno dos veces por semana y DOY EL DIEZMO
de todas mis ganancias (Lc 18,12).
128
Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que
será derramada por ustedes (Lc 22,20).
129
+Mateo: Ahora entiendo tanta exigencia en el pago del diezmo.
Bueno, como te decía antes: en el Nuevo Testamento no se
habla de qué debe cobrarse el diezmo para el sostenimiento de
los predicadores.
—Isidro: Y, entonces, ¿cómo van a resolver este problema los
pastores y los sacerdotes, si no pueden cobrar el diezmo?
+Mateo: Pues Jesús dio algunas normas muy precisas. He aquí
algunos textos bíblicos:
No traten de llevar ni oro, ni plata, ni monedas
de cobre, ni provisiones para el viaje, ni bastón;
solamente la ropa y el calzado que lleven puesto,
porque el que trabaja tiene DERECHO A COMER
(Mt 10,9-10).
Ayuda mutua
—Isidro: Pero, ¿si no es suficiente?
+Mateo: Pues entre los cristianos, tiene que haber espíritu de ayuda
mutua. Sí la comunidad ve que el sacerdote o predicador no
tiene lo necesario para su sustento, debe hacerse como lo hicieron
los primeros cristianos:
Todos los creyentes vivían unidos y COMPARTÍAN
todo cuanto tenían. Vendían sus bienes y
propiedades y se REPARTÍAN de acuerdo a lo que
cada uno de ellos necesitaba (Hech 2,44-45).
130
Conclusión
—Isidro: Oye, ¡pues qué bueno que viniste a visitarme! Estaba a
punto de salirme definitivamente de la Iglesia católica.
+Mateo: Más bien agradece a Dios, al padre José Luis y a las
personas de la comunidad. Ellos me han enviado a ir de casa en
casa, llevando la Palabra de Dios.
—Isidro: Vas a ver que mañana mismo me reporto a la parroquia.
+Mateo: ¡Te esperamos con los brazos abiertos!
131
Promotores
y Defensores de la Fe
La ignorancia es la causa principal de la
deserción de los católicos hacia las sectas.
Es tiempo que en cada lugar se establezca el
ministerio de la Promoción y Defensa de la Fe
(Apologética).
Personajes
+ Católico comprometido.
• Inocencio, católico alejado.
Ignorancia
+Te comprendo, Ignorancio, te comprendo.
•¿Ignorancio? No. Yo me llamo Inocencio.
132
+Para el caso es lo mismo. Te enredaron por “Ignorancio” o por
“Inocencio.”
•¿Por qué me dices eso, compadre?
+Porque crees ser buen católico, sin conocer tu fe. A ver, ¿cuán-
do has participado en algún curso bíblico?
•No, pues nunca... Es que no he tenido tiempo.
Poca participación
+Ahí está. Y ¿cuándo asistes a misa?
•Pues... sinceramente, cada que me nace.
+Ah, así que por lo que veo, tú eres de los católicos parturientos.
•¿Parturiento? ¿Por qué?
+Es que tú mismo estás diciendo que vas a la Iglesia ¡cada que te
nace! Por eso te enredaron. Ni modo. Hasta tu nombre te delata,
Inocencio.
•Caray, ¿qué puedo hacer en este caso?
+Pues, prepárate, conoce tu religión y empieza a ser un mejor
católico.
•¡Híjole, mano! Pero, ¿cómo le hago?
+Lo primero que tienes que hacer es aclarar tus dudas. Pregunta
en tu parroquia si están presentes los Promotores y Defensores
de la Fe. Ellos son especialistas en este tipo de problemas.
•¿En serio?
+¡Claro que sí! Ellos imparten cursos de capacitación para sentirte
seguro en tu fe y aprender a dialogar con esos señores que te
están molestando y cuentan con mucho material para que te
prepares, como libros, cassettes, videocassettes y muchas cosas
más.
•Oye, eso está muy bien.
+¡Claro! Y así ya no te tomarán el pelo por “ignorancio”.
•Oye, compadre y si en mi parroquia no hay esos... ¿cómo me dijiste
que se llaman.?
+¡Ah! Promotores y Defensores de la Fe.
•Bueno, eso. ¿Qué puedo hacer si no hay Promotores y Defensores de
la Fe en mi parroquia?
+Entonces, escribe a México, donde está la sede central del Mo-
vimiento Eclesial «Apóstoles de la Palabra». Ahorita te doy la
dirección y el número telefónico por si quieres comunicarte
con ellos. A ver, ¿ya tienes papel y lápiz?
133
•Pos... claro que sí compadre échale, compadre.
+Escribe a:
Promotores y Defensores de la Fe
Calle Agujas 676
Col. El Vergel Delegación Iztapalapa
Código Postal 09880
México, D. F.
Tel. (55) 5426.4004
Fax. (55) 5426.4011
134
Una revolución
en la catequesis presacramental
PRIMERO LA BIBLIA,
DESPUÉS EL CATECISMO
Basta de formar a católicos acomplejados.
Es tiempo de empezar a utilizar la Biblia
e impartir clases de Apologética
desde la preparación a la Primera
Comunión.
Personajes
+ Remedios, catequista.
• Esperanza, catequista.
Saludo inicial
+Buenos días, Doña Esperanza.
•¿Cómo ha estado, Doña Remedios?
+Pues un poco inquieta, Doña Esperanza. Fíjese que asistí a una
charla impartida por el Padre Amatulli...
•¿La que organizaron los Apóstoles de la Palabra?
+Esa misma, Doña Esperanza.
Basta ya de formar
a católicos acomplejados
•¿Y qué fue lo que la inquietó, Doña Remedios?
+Pues muchas cosas. Ya sabe usted que yo soy catequista desde
hace unos 15 años y pues el Padre Amatulli me ayudó a darme
cuenta de que gran parte de mi trabajo ha sido en vano.
135
•¿Y eso por qué, Doña Remedios?
+Pues porque he pasado 15 años de mi vida formando católicos
acomplejados.
•A ver, barájemela más despacio.
+Pues sí, Doña Esperanza. ¿A poco usted no ha notado que lo que
se da en la catequesis presacramental es muy raquítico? Con
frecuencia sólo damos lo mínimo indispensable, nada más para
cumplir un requisito. Y pues cualquiera viene y confunde a los
católicos.
•Pues viéndolo de ese modo, Doña Remedios, sí habemos muchos
católicos acomplejados.
+¿Entonces usted también se siente acomplejada, Doña Esperanza?
•Pues déjeme decirle una cosa. Cuando llegan a visitarme los hermanos
separados, pues, pues yo no me atrevo a salir a platicar con ellos.
Le digo a uno de mis hijos que les avise que no estoy en casa.
+Pero si usted es una católica comprometida, Doña Esperanza.
Hasta tiene más tiempo que yo colaborando en la Iglesia y ha
tomado algunos cursos de Biblia y teología.
•Es que esa gente se sabe la Biblia al derecho y al revés.
+Más bien al revés, Doña Esperanza. Este es el problema, como
dice el P. Amatulli: "En el mundo de los ciegos, el tuerto es rey".
Claro, si nosotros no sabemos nada acerca de los puntos que
ellos tratan, nos asustamos y pensamos que ellos saben mucho.
Pura pantalla y nada más.
•¿Qué tenemos que hacer entonces?
+Prepararnos, empezando desde la niñez. Como dijo el P. Amatulli
en la charla que nos acaba de dar: ¡Basta ya de católicos
acomplejados! Hay que enseñar la Biblia a los niños antes de
que hagan la primera comunión.
•¡Qué interesante! ¿Y cómo sería eso, Doña Remedios?
136
+Pues si, pero se les da el día que hacen la primera comunión y
no se les explica cómo utilizarla. Por eso estamos como esta-
mos.
137
ve que yo tengo la cabeza de teflón, porque nada se me pega. Y
mucho menos sé buscar en la Biblia, por eso le pongo señaladores.
+Pero a los niños todo se les pega fácilmente. De hecho, la
primera lección consistirá en enseñar a los niños a buscar en
la Biblia los libros, los capítulos y los versículos. En la charla, el
Padre Amatulli nos enseñó como hacerlo y la verdad es rete
fácil. Luego le explico como se hace, para que vea que no es
tan complicado como usted se imagina.
138
III ETAPA. FORTALECIENDO LA FE DESDE LA
NIÑEZ: CURSO DE APOLOGÉTICA PARA NIÑOS.
139
Biblia para todos, Biblia para todo
•Se imagina, Doña Remedios, si empezamos a hacer esto en la parroquia,
de aquí a pocos años, muchos niños conocerán la Biblia y se sentirán
orgullosos de pertenecer a la única Iglesia que Cristo fundó.
+Y además, nadie los podrá engañar, pues conocerán desde
pequeños la respuesta a los ataques que le vienen de parte de
mucha gente que realmente no sabe lo que en verdad es la
Iglesia Católica.
•¡Qué importante es esta iniciativa! Y a propósito, ¿qué dirá de todo
esto nuestro párroco?
+Pues fíjese que el Padre Nacho estuvo también en la charla y está
sumamente entusiasmado con esta iniciativa. No sólo vamos a
darle prioridad a la Biblia en la catequesis para primera comunión.
También para la confirmación, las charlas a las quinceañeras, el
rezo del Santo Rosario, las Posadas, el Novenario de Difuntos,
etc.
•Pues si que vamos a tener trabajo, Doña Remedios.
+Claro, como siempre, pero ahora vamos a hacerlo de una mejor
manera. Acuérdese: De ahora en adelante: Biblia para todos y
Biblia para todo.
Despedida
•Ya me lo aprendí de memoria, Doña Remedios: Biblia para todos y
Biblia para todo. Ahora sólo falta que lo pongamos en práctica.
¿No le parece?
+Pues sí, Doña Esperanza. Y como dice el P. Amatulli: se trata de
una tarea que bien vale la pena cualquier sacrificio.
•Pues muchas gracias por su explicación, Doña Remedios. Y muchas
gracias por los dos folletitos que acaba de regalarme.
+Nada de gracias. Esos folletos son míos, Doña Esperanza.
•Ah que Doña Remedios. Yo pensé que me los había regalado.
+ ¿Cómo cree que voy a regalárselos? Mire, tienen la firma y una
dedicatoria del Padre Amatulli. Si usted quiere tenerlos, vaya
con los Apóstoles de la Palabra. Todavía están en la parroquia,
terminando de recoger sus libros. Pero apúrese, porque van a
salir a otra parroquia a explicar esta importante iniciativa.
•Voy a ver si alcanzo al Padre Amatulli para que me firme unos folletos.
Hasta pronto, Doña Remedios. Luego seguimos platicando.
+Hasta pronto, Doña Esperanza. Váyase con cuidado y no se vaya
a caer.
140
Apéndice 1
La Apologética
Pro y contra
Todo depende de qué punto de vista se ve
el asunto del proselitismo religioso:
desde la calle o desde el quinto piso.
Desde la calle
Visto desde la calle, el asunto del proselitismo religioso
representa un verdadero problema, realmente
angustiante. Objeciones por todo lado, sin contar con
una visión clara acerca de la propia identidad católica;
burlas frente a ciertas prácticas de piedad relacionadas
con la religiosidad popular; continuos retos a justificar
bíblicamente los contenidos de la propia fe; etc.
En esta situación, la apologética representa una
verdadera bendición de Dios para el católico común, que
no cuenta con una formación religiosa especial. En
realidad, con un mínimo de conocimientos en el campo de
la apologética, el católico de la calle aprende a sentirse
seguro acerca de sus creencias y prácticas religiosas, y a
no tambalear o acomplejarse ante la acción demoledora
de los grupos proselitistas, que lo asedian por todo lado.
No les tiene miedo a los posibles cuestionamientos, que
le pueden venir de parte de los que no comparten su fe,
aumenta su autoestima y ya nadie lo molesta.
¿Por qué, entonces, menospreciar la apologética, si
ofrece un servicio tan valioso en orden a dar confianza y
seguridad al católico común, que se encuentra
continuamente expuesto al peligro de perder la fe ante
los ataque constantes de los grupos proselitistas?
141
Desde al quinto piso
Es otra visión del problema, totalmente diferente. Desde
el quinto piso, todo parece bonito: tolerancia, respeto,
diálogo, búsqueda de la unidad... Parece estar viviendo
en el país de las maravillas, donde hay pura comprensión
y amor. No se oye ninguna ofensa contra la fe católica y
ningún grito de ayuda de parte de gente angustiada por
el acoso de las sectas. Y si alguien cambia de religión, no
pasa nada. Está en su derecho hacerlo.
No se percibe ninguna forma de chantaje o
manipulación. Y si se logra ver algo que pueda perturbar
la propia paz interior, se prefiere distraer la vista hacia
algo más placentero y gratificante. En fin de cuentas,
uno no está llamado a resolver todos los problemas del
mundo. Problemas siempre hubo y siempre habrá. ¿Para
qué angustiarse tanto por problemas que no nos afectan
directamente?
Un cambio
Gracias a Dios, la situación ya empieza a cambiar. Ya
los gritos de la calle llegaron al quinto piso. Ya los de
arriba no pueden seguir ignorando una realidad, que está
afectando profundamente la vida del pueblo católico. Ya
empiezan a tomar cartas en el asunto, dejando a un lado
la política del avestruz, que tanto daño ya ha causado a
la masa católica más desprotegida. Ya empiezan a bajar
del quinto piso para acercarse al católico de la calle.
Ojalá que pronto la enseñanza de la apologética vuelva
a establecerse en las aulas de teología, pastoral y
catequesis, ofreciendo al pueblo católico un apoyo
insustituible en un momento de tanta confusión y ataque
contra su fe. Y que este folleto, fruto de años de
experiencia, pueda representar una herramienta más para
el éxito de una causa tan noble.
142
Apéndice 2
Diálogo didáctico
y diálogo real
Dos tipos de diálogo: uno para entrenarse y
aclarar las dudas de los católicos; otro, para
cuestionar a los hermanos separados.
143
De hecho, cuando se ha dado este tipo de diálogo, no
ha sido difícil desenmascarar las falacias presentes en las
argumentaciones de los enemigos de la fe católica, y
muchos han regresado a la Iglesia. Por lo tanto, no nos
queda más que seguir adelante por este camino de
aclaración, convencidos del “esplendor de la verdad” y la
buena fe y sinceridad de mucha gente, que deja la Iglesia
por ignorancia. Una vez aclaradas las cosas, no queda
que el camino del retorno.
144
Apéndice 3
Diálogo:
Importancia y normas
Para poder trabajar en el campo de la
Apologética (Promoción y Defensa de la Fe), se
necesita estar bien entrenados en el diálogo,
conociendo la doctrina de los grupos
proselitistas y teniendo presente su «estilo»
característico.
IMPORTANCIA
Por lo general, los miembros de los grupos proselitistas están
entrenados a utilizar trucos y trampas, con el fin de confundir a
los más ignorantes y así llevárselos a sus grupos. Para ellos, es
bueno todo lo que sirve para enredar a quien sea y ganárselo.
Pos eso se van por las ramas: testimonios inflados o falsos,
cuentos de curaciones, chismes y calumnias contra la Iglesia
católica, pretexto de las imágenes, la intercesión de los santos, el
bautismo de los niños, etc., entresacando textos bíblicos de su
verdadero contexto y tergiversando a propósito su sentido original
y auténtico.
Ir al grano
Para no dejarse enredar y al mismo tiempo ir derechito al
grano, he aquí algunas preguntas fundamentales que se pueden
hacer a los grupos proselitistas con el fin de empezar un verdadero
diálogo.
Sirven para aterrizar, poniendo en claro el hecho que nosotros,
buenos o malos, pertenecemos a la única Iglesia que fundó Cristo,
de la cual ellos se apartaron, contraviniendo a su voluntad explícita
(Jn 17,21), y aclarar el sentido auténtico de la Biblia como el libro
de la Iglesia, el tesoro más precioso de aquella Tradición, que
145
viene desde Cristo y llegará hasta el fin del mundo (Mt 28,18-20).
Aclarado estos puntos, todo lo demás queda situado en su justa
dimensión y el diálogo adquiere su sentido verdadero.
La experiencia enseña que, los que tienen buena voluntad y
son sinceros, en estas preguntas encuentran la oportunidad para
reflexionar seriamente sobre el problema de la división y pensar
en un posible regreso a la única Iglesia que fundó Cristo y de la
cual ellos se apartaron por ignorancia u otras razones personales.
Apuntar y reflexionar
Para descubrir fácilmente sus mañas, es muy oportuno apuntar
primero todas las respuestas, sin hacer ningún comentario. Al
final es necesario repasar desde un principio todas las respuestas,
una por una, y hacer hincapié en la falsedad de sus contestaciones,
acudiendo a la Biblia y a la historia.
Por ejemplo, es probable que no digan el nombre de su grupo
ni la fecha de su fundación, y que oculten el nombre de su fundador
y de su jefe actual, diciendo que es Cristo. En este caso, sabiendo
de qué secta se trata, es fácil descubrir el engaño.
Es probable que digan que la Iglesia que fundó Cristo ya se
acabó. Entonces, hay que acordarse de Mt 16,18 y Mt 28,20. Es
posible que nieguen el papel de la Iglesia con relación a la Biblia
o el valor de la Tradición. En estos casos, hay que recordar cómo
surgió la Biblia (Lc 1,1-4), que no fue algo dictado por Dios o
caído milagrosamente del cielo.
De todos modos, es muy importante que para cualquier
pregunta que se les haga, uno ya conozca de antemano la
respuesta correspondiente según la doctrina católica. Y para lograr
esto, hay que estar debidamente preparados.
Para consulta
- Diálogo con los Protestantes
- Catolicismo y Protestantismo, págs. 159-186; 253-194.
146
Uno por uno
Los miembros de los grupos proselitistas quieren apantallar y
confundir, hablando todos al mismo tiempo. De parte muestra
tenemos que ser precavidos, exigiendo que se haga todo con
orden. Un católico y un no católico. Solamente estos dos tienen
que hablar. Que los demás escuchen.
Tiempos iguales
Desde un principio hay que establecer cuánto tiempo va a
durar el diálogo: ¿Media hora? Muy bien: 10 minutos habla uno,
10 minutos habla otro y 10 minutos para las preguntas. A cada
pregunta contestan los dos. Así el público se forma una opinión
clara acerca de lo que se está tratando. Nunca hay que decir: «Yo
gané». El diálogo no es para eso.
En público
La experiencia dice que muchos miembros de los grupos
proselitistas están entrenados para ser tramposos. Quieren hablar
en privado para después gritar a los cuatro vientos: «Yo le gané.
No supo contestar nada».
Para evitar problemas, es mejor que el diálogo sea en público.
La experiencia dice que muchos expertos predicadores, frente a
un diálogo en público, tiemblan. Es que son unos fanfarrones y
nada más. Prefieren la oscuridad a la luz.
147
Cuestionario I
- Nivel Básico-
Iglesia
1. ¿Cómo se llama tu organización religiosa?
2. ¿Cuándo se fundó?
3. ¿Quién la fundó?
4. ¿Quién actualmente es su jefe visible?
5. ¿Cuántas Iglesia fundó Jesús?
6. ¿Qué pasó con la Iglesia que fundó Jesús personalmente,
cuando vivió en este mundo?
7. ¿Es posible que la Iglesia que fundó Jesús personalmente se
haya acabado?
8. Entre todas las organizaciones actuales, ¿cuál es aquella
única Iglesia que fundó Jesús? ¿Por qué?
Unidad
1. Cristo ¿quiere la división o la unidad entre sus discípulos?
2. ¿Cuál es la causa de las divisiones?
3. ¿Cuándo empezaron las divisiones?
4. ¿Cómo podemos hacer frente al problema de las divisiones?
5. ¿Cómo debemos tratar a los que pertenecen a otra religión?
Jerarquía
1. Jesús ¿dio a todos los miembros de su Iglesia los mismos
poderes?
2. Jesús ¿dio a ciertas personas poderes especiales?
3. ¿A quiénes dio poderes especiales?
4. ¿Cuáles poderes especiales les dio?
5. Jesús ¿estableció un jefe visible para su Iglesia?
6. Ahora, ¿quién es su sucesor?
7. ¿Quiénes son los sucesores de los apóstoles?
Para consulta:
- Diálogo con los Protestantes, págs. 9-40.
- Los Testigos de Jehová, págs. 7-15.
148
- Para ti, hermano sabatista, págs. 5-16.
- La Iglesia Católica y las Sectas. Preguntas y Respuestas, págs.
5-19.
Biblia e Iglesia
1. ¿Cómo surgió la Biblia?
2. ¿A caso la escribió Jesús?
3. ¿Qué existió primero: la Biblia o la Iglesia?
4. ¿A quién Jesús entregó su mensaje, su autoridad y los medios
de salvación: a un libro, que llamó Biblia, o a la Iglesia que
Él fundó?
5. ¿Quién reunió los libros de la Biblia?
6. ¿Quién nos asegura que los libros contenidos en la Biblia
son Palabra de Dios?
7. ¿Con qué autoridad?
8. ¿Es correcto aceptar la Biblia y rechazar a la Iglesia que le
dio origen?
Para consulta:
- Los Testigos de Jehová, págs. 172-174.
- Diálogo con los Protestantes, págs. 111-112.
Biblia y Tradición
1. ¿Qué quiere decir la palabra “Evangelio”?
2.¿Cómo se llamó el Evangelio de Cristo, antes de escribirse
el Nuevo Testamento?
3. Al escribirse el Nuevo Testamento, ¿desapareció la Tradición
Apostólica, por estar contenida toda en la Biblia?
4. ¿Quién tiene poder para interpretar correctamente la Biblia
y la Tradición?
Para consulta:
- Diálogo con los Protestantes, págs. 41-48.
- La Iglesia Católica y las Sectas. Preguntas y Respuestas, págs.
24-30.
149
Culto
1. ¿Qué entiendes por “Culto”?
2. Todo culto es “adoración”?
3. ¿Qué entiendes por “veneración”?
4. ¿Conoces algún “objeto sagrado” o “lugar sagrado” presente
en la Biblia?
5. ¿Conoces algún pasaje bíblico, en que vemos que Dios ordenó
construir alguna estatua?
6. ¿Conoces algún pasaje bíblico, en que un hombre se pone
de rodillas delante de un ángel?
7. El Templo de Jerusalén ¿contenía estatuas e imágenes?
8. ¿Qué prohíbe la Biblia: tener o adorar estatuas e imágenes?
Para consulta:
- Diálogo con los Protestantes, págs. 78-93.
Para consulta:
- Diálogo con los Protestantes, págs. 49-54.
- Los Testigos de Jehová, págs. 147-158
- La Iglesia Católica y las Sectas. Preguntas y Respuestas, págs.
34-38
Cuestionario II
-Nivel Medio-
Catolicismo y Protestantismo.
Pro y Contra
150
2. ¿Cuáles cosas malas encuentras en los católicos?
3. ¿Cuáles cosas malas encuentras en los que tratan de
conquistar a los católicos?
4. ¿Cuáles cosas malas encuentras en los que tratan de
conquistar a los católicos?
Para consulta:
- Catolicismo y Protestantismo, págs. 5-10; 235-241.
Valores e ideales
1. ¿En qué ayuda tu organización religiosa en el desarrollo del
Hombre y la Sociedad?
Para consulta:
- Catolicismo y Protestantismo, págs. 225-233.
Actitudes
1. ¿Cuáles tienen que ser las actitudes del verdadero discípulo
de Cristo?
Para consulta:
- Catolicismo y Protestantismo, págs. 19-40; 273-275.
Salvación personal
1. ¿Basta la fe en Cristo para salvarse?
2. ¿Se necesita algo más?
Para consulta:
- Diálogo con los Protestantes, págs. 28-32.
- Catolicismo y Protestantismo, págs. 147-157.
- La Iglesia Católica y las Sectas. Preguntas y Respuestas, págs.
20-23.
151
3. ¿Cuáles son las “señales”, que anuncian el próximo fin del
mundo?
4. ¿En qué consistirá el fin del mundo?
5. ¿Cómo será el “regreso de Cristo”?
6. ¿Quiénes son los “anticristos”?
Para consulta:
- Catolicismo y Protestantismo, págs. 111-124.
- Los Testigos de Jehová, págs. 82-89.
Apocalipsis
1. ¿Quién es la “Bestia”?
2. ¿Quién es la “Ramera”?
3. Qué significa el “número 666”?
4. ¿Quiénes son los “144,000”?
Para consulta:
- Catolicismo y Protestantismo, págs. 127-145.
Sectarismo
1. ¿Cuáles son las causas que favorecen el sectarismo?
2. ¿Cuáles son los principales ataques de los grupos proselitistas
contra la Iglesia Católica?
3. ¿Cuáles son los métodos que utilizan los grupos proselitistas
para conquistar a los católicos?
4. ¿Qué deben hacer los católicos para contrarrestar la acción
de los grupos proselitistas?
Para consulta:
- Iglesia y Sectas: ¿Pesadilla o Reto?, págs. 45-56; 107-132;
171-297.
Todos los títulos sugeridos para consulta son editados por Ediciones «Apóstoles
de la Palabra» y puedes solicitarlos a:
152
Apéndice 4
La Defensa de la Fe
con Teatro y humorismo
Un método popular para hacer frente al
problema de los grupos proselitistas.
Sencillez y eficacia al mismo tiempo,
mediante la dedicación y el entrenamiento
práctico.
153
Promotores y Defensores de la Fe:
preparación y sencillez
Nada excepcional. Son hombres y mujeres normales,
luchan por seguir a Cristo como cualquier católico
comprometido, sin presunción ni afectación. Su
especialidad: la defensa de la fe. Cuando alguien tiene
algún problema relacionado con la fe, están siempre
dispuestos a prestar su ayuda desinteresada: en la casa,
en la calle, en el camión o donde sea.
Al principio la gente queda un poco dudosa acerca de
su preparación y la efectividad de su labor. Muchos
piensan: «¿Podrán hacer frente a los ataques de los
enemigos de la fe católica? Estos parecen muy bien
preparados. Conocen la Biblia al derecho y al revés”. Sin
embargo, a medida que el “diálogo” avanza, se dan cuenta
de que los artistas de profesión van perdiendo el control
hasta huir enojados, mientras los Promotores y
Defensores de la Fe se revelan como unos verdaderos
“expertos” en la materia: saben lo que dicen y no le tienen
miedo a profundizar los temas todo el tiempo que sea
necesario.
Ingredientes
Para que tengan éxito en su show (para ellos toda la
vida es un teatro), los grupos proselitistas utilizan los
siguientes ingredientes: temor al próximo fin del mundo,
en que los que no están con ellos serán destruidos;
exaltación emocional por la salvación ya alcanzada, a
diferencia de los demás que quedan todos condenados;
promesa de felicidad para sus seguidores, que consiste
en la salud, la prosperidad y el éxito económico en este
mundo y después... la gloria eterna.
Para los Promotores y Defensores de la Fe, lo que da
sentido y mueve toda su actividad, es un amor
incondicional hacia la verdad, Cristo y su Iglesia.
Solamente en esta perspectiva se puede entender su
testarudez en seguir adelante, no obstante los
malentendidos y los rechazos, que muchas veces surgen
desde el interior de la misma Iglesia. Su única ambición
154
consiste en aportar su granito de arena para hacer realidad
el deseo de Cristo en vísperas de su pasión: “Que todos
sean uno” (Jn 17,21), poniéndose al servicio de los
hermanos más débiles en la fe y los que ya se alejaron
por falta de conocimiento y vivencia de la misma.
Estados de conciencia
Para los miembros de los grupos proselitistas en
general, todo tiende a crear estados de conciencia
alterados, pasando por el temor y llegando la euforia, al
convencerse de que son los únicos “salvados”, “expertos
en la Biblia” y “proclamadores del Evangelio”.
No pueden soportar un análisis frío de la Palabra de
Dios, por el temor a ver derrumbarse todo su mundo. Lo
único que sirve para ellos, es repetir slogans y textos
bíblicos sueltos, acusando a todo mundo de paganismo,
idolatría y perdición. Su única defensa efectiva consiste
en encerrarse en sí mismos y no permitir el acceso a
ninguna otra idea que pueda causar “confusión”, “duda”
y “desencanto”. Como es fácil darse cuenta, se trata de
una seguridad ficticia, cargada de temores y ansiedades.
Para los Promotores y Defensores de la Fe la cosa es
muy diferente. Al estar convencidos de pertenecer a la
única Iglesia que fundó Cristo, no le tienen miedo a la
verdad. Por lo tanto, lo único que buscan es la verdad,
para poderla comunicar a los demás. Para ellos, la plena
lucidez y serenidad representan su estado de conciencia
ideal, sin apasionamiento de ningún tipo, el diálogo su
método de trabajo y el humorismo su estilo.
La dramatización
Puesto que la defensa de la fe implica siempre un
ataque y una aclaración, el teatro representa la mejor
manera para evidenciar las dos posiciones. Para evitar la
monotonía, desde un principio se establecen los términos
del problema y sus consecuencias. Ejemplo: “Según la
Biblia, no se puede decir ‘padre’ a nadie aquí en la tierra
(Mt 23,9). Si usted me demuestra lo contrario, regreso a
la Iglesia católica”. Esto hace del diálogo algo serio, con
155
consecuencias dramáticas, no una simple presentación
de citas bíblicas, sin mayor trascendencia.
Después, en todo el desarrollo del “drama”, el católico
va desarticulando parte por parte todos los argumentos
de los grupos proselitistas, dejando al adversario sin saber
de dónde agarrarse.
El tono está pervadido por una sutil vena de
humorismo, despertando un sentido de comprensión hacia
el hermano, que al principio se muestra muy seguro de
sí mismo por desconocer la amplitud del problema; y
después, poco a poco, va abriendo los ojos y se va
rindiendo o cerrando siempre más frente a la verdad,
cambiando de tema o buscando cualquier pretexto para
huir. Un chiste cierra cada diálogo dramatizado, que
representa un recurso pedagógico para aclarar las ideas,
tomando las cosas por el lado amable y humorístico y
creando siempre un clima de simpatía y optimismo.
Un reto
Claro, todo esto es fácil de decirse, pero bastante difícil
para realizarse en la forma correcta, teniendo presente
el aspecto “artístico” de la representación y su contenido
ideológico. A veces se cae en la completa monotonía,
resultando el “diálogo” una mera sucesión de citas
bíblicas; otras veces se vuelve agresivo, creando un clima
de nerviosismo... Como siempre, existe el peligro de
abaratarlo todo, enfrentando al público sin la debida
preparación.
Para que estas representaciones logren su objetivo,
es necesario tener presentes algunas advertencias muy
importantes:
• Hay que ser realistas a lo máximo, teniendo en cuenta
si el diálogo se desarrolla en la calle, en un templo
católico o evangélico, en una escuela...; si asisten
niños, adultos, solamente católicos o hay también
miembros de otros grupos, pueblo en general o agentes
de pastoral, etc. Pues bien, el lenguaje, el tono y la
argumentación tienen que ser adecuados al lugar, al
medio de transmisión y al público al que se dirige.
156
• Hay que involucrar al público, pidiendo alguna opinión
o testimonio, solicitando algún aplauso, etc. De otra
manera, se corre el riesgo de actuar por propia cuenta,
como si no existiera el público, que pierde interés por
el asunto, se distrae, duerme o se retira.
• Tener siempre despierta la atención del público,
salpicando la conversación con constantes sorpresas,
como chistes, retos de una y otra parte e intentos de
desviarse del tema de parte del representante de los
grupos proselitistas.
• Identificarse bien con el papel: muy presentado,
educado, teatral y farisaico el no católico; muy sencillo
el católico, que se sale siempre con la suya, con Biblia
o sin Biblia, acudiendo muchas veces al sentido común
y en un tono esencialmente humorista, tratando de
controlar el nivel de la conversación, que tiende
continuamente a hacerse trágico (Armagedón,
condenación, paganismo, etc.) o eufórico (aleluya, soy
salvo, etc.).
• Cuidar mucho el contenido, aclarando bien el tema y
presentando claramente los dos puntos de vista,
católico y no católico. En un segundo tiempo, se pasa
a los detalles secundarios, dando respuesta a cada
objeción.
• Ejercer un continuo control sobre sí mismo, teniendo
siempre la plena conciencia del papel, que cada uno
está desempeñando, y evitando el peligro de tomar el
asunto como algo personal, llegando hasta la
agresividad o el sarcasmo.
• No cambiar de personaje. En un determinado lugar,
uno tiene que hacer siempre el mismo papel, católico
o no católico con su Biblia negra, su corbata, su revista,
etc. De otra manera el público se puede confundir, sin
saber en definitiva quién es quién.
• Cuando puede haber algún malentendido por tratarse
de gente que no conoce el método, es oportuno hacer
el diálogo entre un católico preparado y un católico
confundido por los ataques de los grupos proselitistas,
como se puede ver en los cassettes “La Biblia Hoy” y
el folleto “Soy Católico”.
157
Conclusión
Como se ve, enseñar con el teatro no es tan fácil como
pudiera parecer a simple vista. Requiere entrega, esfuerzo
y entrenamiento continuo. Ojalá que cada día más se
ahonde en esta línea, hasta crear un estilo propio de
evangelización, muy sencillo, popular, sano y efectivo.
Un aspecto más de la Nueva Evangelización.
158
Índice General
Carta del Sr. Arzobispo de Acapulco .......................... 3
Presentación ................................................................ 4
El Bautismo ............................................................... 2 0
Por Nicasio Clemente Martínez
Padre .......................................................................... 2 8
Por P. Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap
María .......................................................................... 3 5
Por Julia Valencia Márquez, imap y Socorro López José, imap
La Cruz ....................................................................... 4 2
Por Julia Valencia Márquez, imap y Socorro López José, imap
Imágenes ................................................................... 5 3
Por P. Flaviano Amatulli Valente, fmap y Julia Valencia Márquez, imap
Trinidad ...................................................................... 61
Por el P. Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap
Confesión ................................................................... 6 7
Por P. Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap
Sábado ........................................................................ 7 2
Por Nicasio Clemente Martínez
A l m a ............................................................................ 81
Por Nicasio Clemente Martínez
Infierno ..................................................................... 89
Por P. Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap
159
El Purgatorio ............................................................. 9 4
Por P. Martín Solórzano Solórzano, fmap
Apéndice 1
La Apologética: Pro y contra ................................... 141
Por P. Flaviano Amatulli Valente, fmap
Apéndice 2
Diálogo didáctico y diálogo real ............................. 143
Por P. Flaviano Amatulli Valente, fmap
Apéndice 3
Diálogo: Importancia y normas ............................ 145
Por P. Flaviano Amatulli Valente, fmap
Apéndice 4
La Defensa de la Fe con Teatro y humorismo ...... 153
Por P. Flaviano Amatulli Valente, fmap
Se terminó de imprimir
el 30 de septiembre de 2010, fiesta de San Jerónimo.
— 15,000 ejemplares —
160