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SÍNTOMAS DE PAZ INTERIOR

1-Una capacidad inconfundible para disfrutar cada


momento. Ya no tienes tiempo para esperar a otros, te sientes
pleno y feliz, así que en tu propia soledad, sonríes; sonríes a la
vida, sonríes al amor, pero sobre todo te sonríes a ti mismo
desde dentro y esa sonrisa es la más especial de todas, ya que
hace que el miedo desaparezca y puedas disfrutar cada
momento como si fuera único.

2-Pérdida del interés de juzgar a otras personas. Aquel juego


donde todos son los villanos y yo la pobre víctima, ya quedó en el
pasado, ya no tienes tiempo para cosas sin alma, sin corazón, ya
hoy dejas de ver los defectos de los demás y te enfocas en los
tuyos propios.

3-Pérdida del interés en juzgarse a sí mismo. Ajá! te has dado


cuenta que cuando empiezas a enfocarte en tus propios
defectos, dejas de empezar a verlos como defectos y ahora poco
a poco se van convirtiendo en “áreas de oportunidad”, pues si!
ese es el paso para dejar de juzgarse a sí mismo y empezar a
observarnos desde el amor.

4-Pérdida del interés de interpretar las acciones de los


demás. Obviamente te has dado cuenta que la gente a tu
alrededor ya no es igual, ¿no es cierto?, han cambiado, ya no te
llaman tan seguido, ya no eres indispensable en sus reuniones o
simplemente, pasan de ti.. ¿y tú? has dejado de reparar en ello,
porque estás tan ocupado observándote a ti mismo, que las
acciones de los demás, han pasado a segundo término.

5-Pérdida del interés por los conflictos. Sí, sí... Esa vocecita tuya
aún está diciéndote: “deberías hablar con ellos”, “tendrías que
poner un hasta aquí a tal o cual situación” (en voz muy seria y
retadora) pero tu sonrisa interna es tan intensa, que tan sólo
basta con sacudir los hombros y expresar. “¡me vale!” (Si aún no
lo intentas, te recomendamos ampliamente que lo hagas).

6-Pérdida del interés de preocuparse. Aquí viene el por qué de


decir: ¡me vale! (es algo así como un: “no me interesa
preocuparme por el momento”) te has dado cuenta que solo
tienes el Aquí y el Ahora para ser feliz, que ya no existen ayeres,
ni mañanas... así que, ¿de qué te preocupas?

7-Frecuentes momentos de autovaloración. Esa sonrisa interior,


hace que cada vez, más y más cosas bonitas pasen por tu mente,
así que, se han ido esas ridículas frases desmotivacionales que
tanto te decías al mirarte al espejo. Hoy tan solo tienes para ti:
elogios y ánimos para enfrentar este nuevo día, cada
“AmaNacer”.

8-Frecuentes ataques de sonrisas a través de los ojos del


corazón. Y sigue la sonrisa haciendo de las suyas, pero ya cada
vez es tan frecuente, que es imposible que pase desapercibida
por los demás, ya es tan espontáneo, que de vez en vez, reparas
en que estás sonriéndole hasta aquel que hace poco no más no
soportabas.

9-Tendencia a dejar que las cosas sucedan en lugar de hacer


que sucedan. Si, si, ya lo sé, a todos nos enseñaron que: “Hay
que hacer que las cosas sucedan”, ¿pero sabes qué? estas tan en
paz contigo mismo, que te permites (ahora si) que el universo
guíe tus pasos, créeme, el sabe lo que está haciendo.

10-Tendencia a pensar y obrar espontáneamente, en lugar de


hacerlo desde el miedo por experiencias pasadas. Si lo piensas
bien, con esa sonrisa interior, con ese nuevo TU al mando, ¿qué
mal puede pasar? ya has dejado de pensar desde ese viejo yo,
lleno de miedos e inseguridades infundadas y muchas veces
“heredadas” y ahora das paso al espontáneo! (aunque eso
también debes agradecérselo a tu YO del Aquí y el Ahora).

11-Intensos y frecuentes episodios de agradecimiento. Y


precisamente llegamos a los agradecimientos!, ya no queda más
que agradecer, agradecer y agradecer, ¿a quién? pues a ti, al
universo, a la vida, al amor, a los que se fueron, a los que se
quedaron, a los que dijeron: “ahorita vuelvo” y nunca lo hicieron,
a los que si regresaron, a tu perro, a tu gato y a ti, pero sobre
todo a ti! porque sin ti, esto no hubiera sido posible.

12-Receptividad al amor de los demás, así como la urgencia


incontrolable a compartirlo. y por último, te das cuenta de que
estás tan lleno de ti, que es imposible que no te desbordes a
manos llenas .. y empiezas a sentir amor y empiezas a compartir
amor. Porque esa paz que ahora sientes, ¿a poco no te hubiera
gustado que cuando más deprimido andabas, alguien te la
hubiera compartido? Así que, ahora ve y anda, comparte con los
demás esa paz que llevas dentro…

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