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Universidad Icesi

Brayan Andrés Sánchez Zambrano


Santiago de Cali, febrero de 2018 Cód.: A00347450

Deseo hacia lo prohibido

Algunas personas viven de apariencias, necesitan ocultar su condición humana, el hecho


de aceptar que también son animales, aquellos instintos que cautivan al individuo. Las
prohibiciones los atraen como si de ello dependieran, como si el sentirse expuestos a una
situación la cual la sociedad no acepta, les saciará esa condición, les hará revivir aquella
vida que se ve tan presionada.

William Trevor relaciona lo prohibido como un elemento que es más cercano al individuo de
lo que se cree. En La hija de la modista se ve cómo Cahal siente atracción por aquella mujer

que muy pronto se iba a casar, le excitaba sentirla en su coche, aun estando con su marido

al lado. Se imaginaba a él sentado, acariciándola y saciando sus más íntimos


pensamientos. Lo prohibido lo excita porque lo incita a esforzarse, sabe que, aunque pueda
ser imposible tenerla como quisiera, en su imaginación la tenía.

Quizá al ser humano le atrae lo difícil. Salirse de su estado “normal” de vida es lo que más
le cuesta (me refiero al hecho de que el individuo prefiere un estado mental pasivo ante
situaciones que pueda experimentar a lo largo de su vida), pero aun así es lo que más
disfruta, no hay mayor placer que el obtenido al alcanzar un anhelo que se veía imposible.
Algunas personas deben de fingir, esto implica que tengan que realizar acciones que no
harían si no tuvieran un beneficio propio, lo hacen para encajar ante la sociedad, para
sentirse aceptados.

En La habitación, lo prohibido está muy presente, el vínculo que tiene la mujer con su marido
se mantiene en la historia, porque ella siente que le debe. Tal vez, sean los recuerdos que
lo mantienen unido a él, o podría pensarse que disfruta de vivir con un sentimiento que le
ata, pero al mismo tiempo puede cumplir sus deseos sin problema. Por ejemplo, cuando
ella se imaginaba al policía en su cama. Lo censurado desencadena sentimientos como la
pasión, el deseo o incluso el amor. La mujer durante la historia tenía todo ello, le excita la
condición en que se encontraba en casa.
Puede ser que las personas solo busquen excusas para aparentar una vida estable y
ejemplar. El instinto animal es inherente a cada individuo, casarse por ejemplo significa ante
la sociedad dejar a un lado pasiones que avivan el deseo desenfrenado por diversas
personas, es ponerle una manta a aquel instinto. Lo prohibido se vuelve atractivo, no
disponer del sentimiento de una persona porque parece imposible, llena ese vacío, lo tiene
constantemente en situaciones de placer porque usa de la imaginación. Cuando pasa al
acto físico, la atracción hacia este sentimiento es aún más fuerte, la persona pasa a
disponer de ella.

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